1) Explique los principios fundamentales del neoliberalismo y luego analice de qué
modo las políticas neoliberales condicionaron las transiciones democráticas en las llamadas “nuevas democracias”. Ejemplifica hacia el final de su respuesta.
2) ¿Porque para Gramsci fracasó la revolución obrera en occidente y que importancia
tiene su concepto de hegemonía en su análisis?
3) Analice qué es la política para Maquiavelo y por qué significó una ruptura con el pensamiento político de su época.
1. Para los años 60/70’ el contexto mundial estaba lejos de llamarse
“democratico”, con solo el 60% de al menos algunos países, solo estaban desarrollados por los partidos de “jure o de facto”, sin embargo gracias a la llamada “Ola de democratización”, proveniente de Portugal, Grecia y España, comenzó a expandirse por América Latina y el resto del mundo. Estas teorías democráticas que fueron surgiendo a lo largo de estas décadas, tenían como objetivo lograr la democratización del Tercer Mundo del Primer Mundo, en todos los ámbitos (políticos, económicos, tecnológicos, etc). También, en estas teorías, se visibiliza una cierta dependencia de los países subdesarrollados, hacia los desarrollados, esta era simplemente producto de la evolución de los últimos. Sin embargo, estas dos teorías conservaban dos defectos en común: “consideraban a la democracia y al régimen político como variables dependientes en el desarrollo económico”, donde se esperaba que estas instituciones corrigieron ese “determinismo”, donde las instituciones democráticas reemplazarían a la variable dependiente, siendo así que la democracia liberal fuera la única alternativa para lograr el desarrollo de los países del tercer mundo, donde estos mismos lograron obtener mejoras en su vida cotidiana, copiando a aquellos regímenes políticos avanzados. Aunque por otro lado, estas perspectivas trajeron algunas conclusiones problemáticas con respecto a la autoridad sobre la toma de decisiones de los más avanzados o llamados “elites”, donde estas conservaban una serie de reglas democráticas, en ámbitos como la formación social de las mismas o formación de preferencias de los actores. Entre otras cosas mas, esta transición neoliberal, la cual pretende la “reestructuración de las estrategias de crecimiento e integración de las propias élites interesadas en cambiar las propias reglas del juego”, no hizo más que negar el proceso “mal llamado estructural”, en la ciencia política, donde dentro del marco teórico, los pensadores no podían obtener recursos dentro de este, ignorando la cuestión y “achicar la definición de la democracia”. Siendo así, se puede considerar al neoliberalismo, no solamente como un sistema económico, sino también como una nueva forma de control y dominación social. Estas transiciones democráticas buscaban evitar las desigualdades sociales de los dependientes, sin embargo, estas profecías comenzaron a volverse contradictorias en la manera que prometen bienes mientras desmantelan las capacidades del Estado para lograrlo, logrando ser nada más que una política “anti estatal”. Estas, requerían terminar con el llamado “corporativismo”, teniendo como objetivo, adoptar las reformas de mercado, esto significa que es el mercado el que distribuirá los recursos sociales, y no el Estado, de esta forma de mercado lograron “marcar las prioridades sustantivas y distributivas de la transición democrática.” Entonces, podemos decir que el éxito de la democracia neoliberal depende de los límites estrechos en los que las instituciones democráticas se mantengan, donde el gobierno debería ser lo suficientemente fuerte como para no gobernar en contra de los intereses fundamentales. Esto, Sthepen Gill lo denomina como “nuevo constitucionalismo”, estos regímenes tienden a ser rehenes de los mercados. De acuerdo a esa concepción, se logran divisar dos cuestiones, la primera, donde este constitucionalismo nuevo “institucionaliza relaciones de poder entre estados y la segunda, donde opera panóptico”, esto lo logra permitiendo a los organismos monitoreando, interviniendo y controlando, a través de una serie de coerciones y condicionamientos. En simples palabras, este “nuevo constitucionalismo”, controla y sanciona, mediante poderosos instrumentos a los “desobedientes”. Esto no es más que una democracia sin soberanía popular, ya que limita y controla al ciudadano, alejándose del poder, y haciéndolo incapaz de cumplir la función que merece. Transformándose así, esta transición en un tanto defectuosa y falsa, impone un modelo dominación y disciplinamiento social, a la vez que imposibilita a la mayoría de la sociedad a la política, logrando que solo un porcentaje reducido de personas controle el poder político. Los defensores de la sociedad civil, por un lado, “proponen el fortalecimiento de las instituciones y relaciones no estatales contra el poder político”, mientras que por el otro lado, lo único que logran hacer es debilitar las capacidades de la ciudadanía para resistir al capitalismo de mercado. Esta “transición democrática” no es más que una “democracia de baja intensidad”, la cual hace que la población apruebe políticas que no hacen nada más que empobrecer, además de desmovilizar las fuerzas populares. Como se puede observar, este proceso lo único que logró fue crear desigualdades sociales y empobrecimiento de la población, limitación al poder político, que se ha podido ver en muchos contextos anteriores a este, y también un control agresivo frente a aquellos que son considerados “desobedientes del gobierno”. Esto no podría considerarse como una democracia o una transición, sin embargo, sobrevive en la población, sobre todo para aquellos excluidos.
2. El papel que cumple el Estado se encuentra en una “relación dialéctica”, se
genera una lucha de clases, donde las dominadas se interponen en contra de las dominantes, para lograr impulsar una “construcción de una nueva hegemonía” dentro del bloque histórico. Gramsci, propone esta lucha o revolución, donde la clase obrera tiene el derecho de librar una batalla tanto política como económica, con el objetivo de que esta última clase pueda lograr separarse del Estado Burgués o simplemente la clase dominante. Esto puede ser logrado llevando a cabo la desarticulación del “bastión ideológico” que predomina y lo sostiene. Por otro lado, Gramsci realiza un análisis, donde él mismo considera que la importancia de los intelectuales genera un nexo en la hegemonía de la clase dominante. Este grupo de intelectuales logra dentro de esta clase dominante un “consenso”, con dirección hacia la sociedad. Sin embargo, él considera que no existe un grupo de intelectuales individuales, sino que más bien que cada grupo intelectual tiene distintas funciones y opera en distintas clases también. Entonces, se podría decir que las clases dominadas pueden liberar una lucha ideológica en contra de aquellos que se llaman intelectuales. La concepción que debe concebir la clase obrera, significa para Gramsci, que la “supremacía de un grupo social se manifiesta de dos modos, como ‘dominio’ y como “dirección intelectual y moral”, donde los grupos sociales son dominantes, tienden a “liquidar” o simplemente ejercer por medio de la fuerza, a la vez que dirige y busca aliados que aumenten este poder. Esta “dirección”, constituye una opción para hacer avanzar a la sociedad en conjunto, sobre todo a la dominada. Posteriormente, Lenin se refiere al partido de vanguardia, donde las clases trabajadoras deberían tener que ligarse y acercarse si quieren fundirse con las clases trabajadoras de mayor poder. Este último, también habla de la necesidad del proletariado de conquistar la hegemonía hasta incluso antes del poder político, aunque a su vez tampoco puede implantar el socialismo en países pequeños, en cuanto la sociedad no haya adoptado una necesidad de una revolución social. Sin embargo, Gramsci, no subestima este concepto, para él, la clase obrera puede convertirse en una clase dirigente y dominante, creando un sistema de alianzas, la cual avanza contra el capitalismo y el Estado burgués. Así, para Gramsci, una acción de masa implica que el proletariado debe “despojarse de todo residuo corporativo, de todo prejuicio o de incrustación sindical''. Si esto no se obtiene, la clase del proletariado no estaría más que sometida ante el Estado burgués, el cual lo debilita. Por otro lado, Gramsci distingue tres fases de la toma de conciencia por parte de la clase del proletariado, la primera, difiere a la “fase económico- corpotativa”, la segunda refiere a “fase trade-unionista”, y por último, la tercera hace referencia a la fase “propiamente politíca”. Esta última, debe lograr que la clase obrera despliegue su hegemonía. La clase obrera debe romper con la ideología burguesa en la medida que se despoja de residuos corporativos, abandonando los intereses inmediatos para una nueva fusión. Para este teórico, una lucha para lograr la hegemonía implica una “reforma intelectual y moral”, construyendo una “voluntad nacional-popular”, esto quiere decir que es muy importante que la clase obrera tenga la dirección de las demás clases, buscando producir una síntesis de los intereses de este conjunto de clases, sin que se anulen aquellos sectores significativos. Esta es una de las posiciones más significativas de Gramsci, advirtiendo las formas de dominación que tiene la burguesía en todos los ámbitos, convirtiéndose así, en una lucha contrahegemónica. “Gramsci no subordina la lucha política a la lucha ideológica”, esto quiere decir que esta hegemonía debe existir antes que el gobierno, llevándolo a una serie de reflexiones que tenían como objetivo la victoria de la clase obrera revolucionaria. Esta clase, la cual busca la extinción y destrucción total del Estado, debe tomar conciencia y extender su hegemonía al resto de las clases para finalmente poder llegar a la sociedad. Este proceso de conciencia no es más que producto de la experiencia política, donde en el momento de la hegemonía la “relación de la praxis y de la ideología debe sintetizarse en la capacidad de dirección de la clase obrera”. Esta importancia, es el terreno donde surgen nuevas ideologías de clases dominantes, donde el proletariado debe ejercer su dirección, tiene que ser política e ideológica. Estas reflexiones que realiza Gramsci no sólo han sido un motor impulsor de las clases obreras, sino que también propone una visión acerca del mundo diferente, donde la pobreza, falta de participación política, y desigualdad social es fácilmente visible. 3. Para Maquiavelo, la política debe estar compuesta mediante dos elementos vitales, la primera es la “virtú”, refiere a la capacidad que tienen los políticos para aprovechar las oportunidades que se presentan, analizando el contexto histórico, eligiendo el momento adecuado para realizar una acción, etc. La segunda es la “fortuna”, siendo esta la suerte o que sucede por que si, sin la comprensión del individuo. Esta clase de suerte es esencial, ya que sin ellos no gozarian del éxito que les da realizar algo, siendo así que “el éxito siempre está condicionado en alguna medida por la fortuna”. A pesar de que no están muy bien definidos, estos dos conceptos los utiliza en varias de sus obras, llevándolos a comparar entre ambos, aclarando que tienen una relación entre sí, cuando afirma que “es virtuoso aquel que es capaz de generar condiciones para que la fortuna lo acompañe”. Para este autor, la política es relevante ya que existe un estado de guerra entre los hombres, y también porque hay relaciones de poder, las cuales generan conflictos entre ellos, este análisis proviene de la relación de los hombres que él observa a lo largo del tiempo, calificandolos de “ingratos, cambiantes, cobardes frente al peligro, ávidos de ganancia”, esta concepción que él realiza no es más ni menos que una concepción negativa donde se construye ese realismo. Entonces, en estos primeros párrafos, lo esencial que se puede destacar del análisis de Maquiavelo, es que el hombre virtuoso alcanza sus objetivos mediante la fuerza y la astucia, ya que sin ellas no tendría la capacidad de enfrentarse a los problemas que surgen. También, podemos destacar que la fortuna no es nada más que fortuna divina, y que esta misma gobierna las acciones del hombre, y que tanto la virtud y la fortuna, operan en conjunto. Sin embargo, este análisis fue comparado con el análisis hobbesiano, siendo así, que para este autor, “el conflicto es permanente y la forma de aplicarlo es la imposición de temor”. Con este razonamiento, se pueden realizar el análisis en las obras de Maquiavelo, donde el objetivo del poder es la conservación y decisiones que adopta el político. Maquiavelo privilegia la visión de la política cuando promueve la “autonomía de la política frente a otros órdenes”, demuestra que la política se independiza de los principios religiosos de las personas, como su comportamiento, pensamiento, etc. Esta visión que realiza el autor, lo califica de “renacentista”, innovadora para la época en la que se hallaban, donde Maquiavelo rompe con lo instituido en el modelo medieval-tradicional, esto genera una especie de proceso revolucionario ya que no era propia de la época en la que se encontraban, donde estos cambios “superan las continuidades y las transformaciones del mecanismo”. En este contexto, suceden una serie de hechos que dan por terminado a este modelo medieval-tradicional, como por ejemplo con la aparición del estado moderno como modelo político, seguido de sucesos culturales, la construcción de una base geográfica de los mercados nacionales, también la construcción de la base de los estados modernos, y posteriormente la llegada del capitalismo, el cual impone una serie de “convenciones naturalizadas”, plasmadas en el mercado que cambian por completo a la sociedad. Este nuevo capitalismo cambia tanto las formas de mercado como las formas de vivir de la sociedad, de relacionarse entre ellos y comercializar, valores, creencias, a la vez que los principios religiosos también van perdiendo importancia en la forma de dominar el comportamiento del hombre en el mundo y en todas sus actividades terrenales. Siendo así, el hombre comienza a obtener una nueva visión del mundo un tanto ambiciosa, relacionada con el éxito y la riqueza. Es en este contexto, donde Maquiavelo entra con su análisis revolucionario, que rompe con las estructuras que ya anteriormente habían comenzado su proceso de deterioro. Siguiendo con el razonamiento del autor, el político tiene el objetivo de buscar el poder, por lo tanto todas las acciones son válidas, sin que el político o el “príncipe” sea considerado como inmoral o perverso, por el contrario, para Maquiavelo el príncipe es un creador o técnico, con la habilidad de usar todas las herramientas que se le presentan o que tenga a su alcance, para él, el político gracias a estas herramientas debe tomar medidas que beneficien a todos, por el contrario, se justifica la vista moral por la búsqueda de un bien superior. Por otro lado, considera que la violencia es el método para imponer el temor, se ejerce para generar un clima de respeto y temor en la sociedad y evitar represalias o aliados en contra del príncipe o político. Y en el ámbito de los estados, como bien sabemos, la guerra es el primer recurso para resolver asuntos de poder, territoriales o religiosos. Para estos conflictos, el autor manifiesta una visión “utilitarista”, donde esta preocupación por la guerra de parte de él se ha visto nombrada en varias de sus obras en esa época. En un mundo donde existen hombres hechos para dominar, y otros para ser dominados, Maquiavelo pretende que existan límites en esta relación de dominación, donde se cree que los intereses del pueblo son menos importantes o “inofensivos” que los intereses de la nobleza. Sin embargo, él considera que no existen hombres para ejercer la política y otros que no, sino más bien que es que “todos pertenecemos al mundo de la política”, ya que sin dominados, no existirían dominantes y así sucesivamente. Donde el príncipe es el que está en todos lados, es el jefe del estado y la cabeza ejecutiva, siendo un hombre político, sin embargo, los dominados siguen siendo partícipes de la política , ya que “no existe posibilidad de escapar de las relaciones de poder”. Esto quiere decir, que todos los ciudadanos forman voluntariamente o no parte de la política, no importa si son dominantes o dominados. Siendo así esta, la conclusión final a la que llega Maquiavelo en sus obras;” El Príncipe de 1513”y “Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, entre 1513 y 1520” y, a pesar de que este debate ha sido interrumpido incontables veces a lo largo de cinco siglos, estas obras son las más relevantes de este autor y de la época.
CLASE 7- DE SOUZA LIMA, Kátia Regina y SILVA MARTINS, André (2010)_ “Presupuestos, principios y estrategias”. En WANDERLEY NEVES, Lúcia M. (org.)_ La nueva pedagogía de la hegemonía. Estrategias del capital para