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Características de la Economía de Plantaciones y su

importancia en el contexto económico de la época.

La economía de plantaciones fue un modelo económico

que se desarrolló en diferentes regiones del mundo,

especialmente en América Latina, durante los siglos XVII y

XVIII. Este modelo económico se caracterizó por la

producción masiva de productos agrícolas, principalmente

destinados a la exportación, y por el uso intensivo de mano de

obra esclava.

En el contexto de la época, la economía de plantaciones

tuvo una gran importancia debido a su capacidad para generar

riqueza y para transformar las economías locales. La

producción masiva de productos como el tabaco, el azúcar y

el café permitió a las colonias americanas convertirse en

importantes proveedores de materias primas para Europa.

Además, la economía de plantaciones generó una gran

cantidad de empleos, aunque estos eran mayoritariamente

ocupados por esclavos africanos.

Sin embargo, la economía de plantaciones también tuvo

efectos negativos en las sociedades locales. La explotación

intensiva de tierras y recursos naturales llevó a la


deforestación y al agotamiento del suelo en algunas regiones.

Además, la dependencia económica de las plantaciones

impidió el desarrollo de otras actividades económicas y limitó

la diversificación productiva.

La economía de plantaciones fue un modelo económico

que tuvo una gran importancia en el contexto económico de la

época. Si bien permitió generar riqueza y transformar las

economías locales, también tuvo efectos negativos en

términos sociales y ambientales. Es importante tener en

cuenta tanto los aspectos positivos como los negativos de este

modelo económico para comprender su impacto en la historia

y en el presente.
El contexto Económico y Social durante la Venezuela Aborigen.

Durante la Venezuela Aborigen, las sociedades indígenas eran principalmente

cazadoras-recolectoras y agricultoras. La economía se basaba en la producción de alimentos

y en la recolección de recursos naturales como la madera, el agua y los minerales. Además,

las actividades comerciales también eran importantes para las sociedades aborígenes.

En cuanto a la política, las sociedades aborígenes estaban organizadas en diferentes

estructuras sociales y políticas, desde tribus hasta cacicazgos. La toma de decisiones se

basaba en la colaboración de los miembros de la comunidad y en la figura del líder o

cacique.

Elementos económicos y políticos que definen a la Venezuela Aborigen.

La economía indígena trata de adaptarse sólo comerciando con los pequeños excedentes

de la producción destinada al autoconsumo. Pero poco a poco, y a medida que se empieza a

depender del consumo de bienes “foráneos” (instrumentos de trabajo, ropa, comida, e

incluso armas –para cacería, o control territorial–), la necesidad de la moneda se hace más

apremiante y disminuye el comercio o trueque con otras comunidades, y los indígenas, cada

uno por su cuenta, empiezan a ofrecer tanto productos de la selva, como de las chacras, y

vendiendo, además, su fuerza de trabajo como jornaleros, alejándose de sus comunidades

por periodos cada vez más largos.

Cualquier sociedad para desarrollarse en su ambiente natural particular y, además,

reproducirse y perdurar en el tiempo, necesita producir una gran cantidad de conocimientos

sobre su mundo y, a la vez, elaborar sistemas sofisticados y complejos

de organización social. Sin estos elementos, ninguna sociedad conseguirá sobrevivir


mucho tiempo y quedaría reducida a un grupo de personas sin orden ni sentido, a una

aglomeración de personas diferente que casualmente se encuentran en el mismo sitio y que

poco después vuelven a ser solamente individuos y no sociedad. La suma de todos los

elementos que permiten a la sociedad mantenerse organizada y, además, satisfacer las

necesidades de sus miembros es lo que llamamos cultura.

En una población de 32 millones de habitantes, los pueblos indígenas constituyen


aproximadamente el 2.8%. Según el Censo Indígena del 2011, unos 51 pueblos indígenas
diferentes se encuentran distribuidos entre las entidades federales de Zulia, Amazonas,
Bolívar, Delta Amacuro, Anzoátegui, Sucre, Apure, Nueva Esparta, Lara, Falcón y Mérida.
Este mismo censo destaca el resurgimiento de pueblos considerados extintos y de otros
venidos de diferentes países de la región.

El marco jurídico vigente en torno a los derechos indígenas es bastante completo. La

Constitución reconoce los derechos indígenas de forma amplia, en un capítulo completo a

partir del artículo 119, con un reconocimiento expreso de su existencia, organización social,

política y económica, culturas, usos y costumbres, lenguas y religiones, así como sus

hábitats y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan,

incluyendo la garantía del derecho de propiedad. 

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