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Reflexión Iñarritú

Para iniciar, quisiera resaltar la palabra ambivalencia, que aunque no tenía idea de lo que
significaba, tenía mi apellido, así que me llamó la atención y es por lo que escribo este
párrafo acerca del cómo Iñarritú describe cuando comenzó a escoger cada uno de los
personajes para la obra amores perros.

Esta palabra resulta ser bastante relevante a lo largo de su explicación, puesto que al
realizar su obra y en búsqueda de los personajes adecuados para su interpretación, se
centra en seleccionar personas que no representan justamente el tipo de personaje que
busca. De esa manera fue como revolucionó de una u otra manera la forma en que se solía
presentar el cine en determinado contexto en México. La selección de los personajes
también influyó mucho en lo que Alejandro conocía o descubrió de los mismos, fue así
como se enteró de la destreza de transmitir sensaciones sin siquiera presentarse de frente
hacia su público. Adentrándose un poco más en la materia, la ambivalencia encontrada en
estos personajes, se debía a su parecer físico, lo que transmitía y el fin de su personaje con
base en cómo debía comportarse frente a la cámara, lo cual generaba un amor-odio con la
audiencia.
No obstante, ello no termina allí. Pues al menos de mi parte, quisiera continuar generando
claramente una similitud en cuanto a la publicidad y la misma ambivalencia que nos sucede
tanto a los publicistas como a los consumidores del día a día de la publicidad. Todo tipo de
publicidad, mala, mediocre, insignificante, y solo algunas pocas, buenas. (Para lo cual se
está trabajando fuertemente en pos de mejorar la industria).

El cine nos enseña algo muy valioso a los publicistas en general, y es que con storytelling,
puedes atrapar la atención de cualquier persona e incluso, entregarle tu propia perspectiva
de publicidad sin que parezca publicidad. Alejandro comentaba que su forma de ver la
publicidad con las marcas era algo confusa para ellas, ya que sus ideas representaban todo
tipo de cosas, pero nunca se hablaba del producto en sí. Sin embargo, considero que él
tenía muy claro hacia donde se estaba dirigiendo la publicidad que engancha a la audiencia
de manera positiva. La industria no se encuentra en el lugar que debería de estar, pero sin
duda personajes como Alejandro, se encargan de generar inspiración para poder llegar a un
buen tipo de publicidad donde la gente deje de evitarla por ser molesta y repetitiva.
Es por eso que quisiera traer nuevamente el concepto de ambivalencia. Este concepto
debería por lo menos adaptarse a lo que nosotros conocemos como buena publicidad. Ya
que nos inspira, nos hace reflexionar, pero sigue existiendo publicidad que nos hace
detestar nuestra industria y todo tipo de anuncios por los diversos medios que se
transmiten. Lastimosamente no hay ambivalencia, la perspectiva de los consumidores hacia
los publicistas y la publicidad se está quedando únicamente en un aspecto negativo.

Todo lo anterior, me hace concluir en que necesitamos con mucha celeridad un cambio de
mentalidad para que la publicidad deje de enfocarse a lo mismo. Y fin, al menos el de este
escrito.

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