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TEORIAS DEL ORIGEN DE LA

VIDA
Con un breve resumen de las teorías más populares

22 DE JUNIO DE 2023
ALUMNO: PABLO OMAR VAZQUEZ RAMIREZ
Materia: ciencias naturales
Introducción.

A pesar de los grandes progresos realizados en todas las disciplinas involucradas en el origen de la
vida, existen todavía muchas incógnitas que debemos resolver.

El comprender el origen y la composición de las cosas que nos rodean nos lleva a pensar el origen
de nuestra existencia. Eso tratará de desarrollar en el presente informe, pero no desde la
perspectiva religiosa v/s evolución, sino que desde un enfoque distinto como la vida desarrollada
en pequeños microorganismos como en el espacio claro que guiada de la mano de las teorías
mencionadas anteriormente.

Objetivos.

Conocer sobre los origines de la vida y de todas aquellas teorías basadas en este tema las cuales
aún no podemos asimilar en su totalidad, ya que solo quedan a la credulidad de las personas. -

Demostrar que todas las hipótesis pueden ser verídicas, porque cada una de ellas posee algo que
las hace ser posible en la práctica y teoría.

Teoría creacionista.

Esta teoría nos dice que existe un ser supremo que creó todo lo que conocemos, hablando de un
acto divino por el cual se crea la vida. Esta teoría tiene que ver con temas espirituales Desde la
Antigüedad se cree que uno o varios dioses son los que dieron origen a todo lo existente.

Teoría de la generación espontánea.

Considerada desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, esta teoría nos dice que se puede generar vida a
partir de materia sin vida. Filósofos como Aristóteles, Platón, entre otros creían en la generación
espontánea.

Ellos creían que ratones y moscas se creaban a partir de carne en descomposición, O sapos a
partir de lodo, e inclusive en el siglo XVII se había inventado una receta para producir ratones, esta
receta nos decía que a partir de trigo fermentado y sudor humano se podían crear estos ratones y
esto era el principio activo de la receta.

A partir de estas teorías sobre la generación espontánea es que se empezaron a hacer más
experimentos sobre esto. Pero uno de los opositores de esta teoría fue científico italiano,
Francesco Redi, quien realizó un experimento para demostrar que esta teoría era falsa.

Lo que hizo rey fue poner dos frascos cada uno un trozo de carne, a un frasco lo cubrió con una
gasa mientras que al otro lo dejó al aire libre.
Con el pasar de los días se observó que únicamente el trozo de carne que estaba descubierto era
el que se le formaban moscas y gusanos, mientras que el otro trozo de carne no le ocurría eso.

Este experimento demostró que la carne atraía a esos organismos, pero no que se formaban a
partir de la carne.

Teoría de la panspermia.

Esta teoría nos habla de que la vida en la Tierra se origina a partir del espacio exterior, por medio
de esporas muy resistentes provenientes de un objeto del espacio.

Cuando estas esporas caen en la tierra, las condiciones hacen que estas puedan proliferar y
evolucionar.

Una modificación de esta teoría propone que seres inteligentes procedentes de otros planetas
sembraron estas esporas en la tierra, Sin embargo, esta teoría es rechazada por muchos
científicos, ya que no hay evidencia científica de que exista vida inteligente en otros planetas.

Teoría, quimiosintética o abiótica.

Propuesta por Oparin y publicada en 1924, nos habla de que el planeta, cuando era muy joven,
este tenía muy altas temperaturas y además se formaban algunas moléculas orgánicas.

A partir de esas condiciones, como el metano, además de otros compuestos como el amoniaco, el
ácido satírico, el dióxido de carbono y el agua.

Las condiciones de la Tierra la lava volcánica fue haciendo una mezcla de todos estos compuestos,
formando un caldo primitivo.

Aunado a las fuertes tormentas que generaban descargas eléctricas de la radiación solar y de las
condiciones atmosféricas, es que dieron lugar a los primeros compuestos orgánicos
polimoleculares.

Entre ellos se encontraban los azúcares, la glicerina, ácidos grasos, aminoácidos, bases, Piri midicas
y bases puricas.

Estos compuestos por el moleculares formaron pequeños sistemas más complejos. Y después
estos evolucionaron a organismos aún más complejos que ya eran organismos vivos.

Posteriormente, científicos realizaron experimentos para corroborar esta teoría. Ellos crearon las
condiciones atmosféricas propuestas por estos científicos, donde simularon a un caldo primitivo y
durante este lapso produjeron varios compuestos orgánicos como aminoácidos. Ácidos grasos.
Ácido fórmico, acético y, entre otros. Estas fueron algunas teorías propuestas sobre el origen de la
vida.
Los orígenes de la vida.

Muchos científicos piensan que, si se dan algunas condiciones, la vida surge espontáneamente por
la transformación de lo inanimado en animado, aunque todo ello está aún en estado de hipótesis,
y tal vez nunca lo llegaremos a aclarar, por la imposibilidad física de ello. Para los creyentes, no
vale la pena tratar de descubrir lo que constituye los misterios del Creador.

Durante los últimos decenios el nuevo conocimiento ha permitido descubrir en los procesos de la
vida, pudiendo establecerse un continuo que va desde la simplicidad de un organismo unicelular
hasta lo más complejo: los mamíferos, incluyendo al hombre. Se ha podido establecer que los
procesos vitales son básicamente comunes, como son comunes las reglas que los rigen y los
mecanismos de cómo la vida pasa de una generación a otra. Se ha llegado incluso a interferir en
las leyes que rigen la genética traspasando información vital de un organismo a otro, aun cuando
éstos sean de distinta especie. Pero una pregunta fundamental queda por resolver: ¿cómo se
inició la vida? y ¿cómo ésta pudo por primera vez replicarse para pasar la información de una
generación a otra? Para algunos éstas son preguntas metafísicas de las que tal vez jamás el
hombre pueda encontrar una respuesta. Para otros, es sólo un milagro cuyo secreto pertenece a la
Divinidad. Pero el científico no se queda tranquilo y quiere seguir investigando cómo y por qué se
inició la vida o cuáles fueron los caminos que siguió el Creador.

Las teorías son muchas y cada vez se agregan nuevas en la medida que nuevos conocimientos
ponen objeciones a las anteriores. Hace cuarenta años atrás, Stanley Miller, en ese entonces un
estudiante graduado de 23 años de edad, sostuvo que, en las condiciones primitivas de la tierra, la
vida había nacido espontáneamente y que cada vez que se dieran las mismas condiciones, ésta
volverá a aparecer. Con esta hipótesis en mente reprodujo en un matraz sellado las condiciones de
la atmósfera que se creía habían prevalecido en la Tierra hace 4.500 millones de años. Dentro del
matraz encerró una mezcla de metano, hidrógeno, amoniaco y vapor de agua. Durante varios días
el joven investigador sometió la mezcla a descargas eléctricas que simulaban los rayos de los
tiempos primitivos y todo lo sometió a rayos ultravioletas semejantes a los que viajaban a la Tierra
desde el Sol. Para gran alegría del investigador, una semana después los gases del interior del
matraz aparecían teñidos de un color rojizo y la mezcla era rica en compuestos orgánicos y
aminoácidos. Miller publicó sus resultados en un modesto trabajo en Science, describiendo su
hallazgo en dos páginas. La noticia conmovió al mundo científico, ya que parecía haber
demostrado como a partir de lo inerte se podía llegar a lo animado, a lo viviente.

El enigma parecía haberse dilucidado: la Tierra, al enfriarse y contraerse, había inyectado los gases
primitivos y el vapor de agua. Al condensarse éste, dio nacimiento a los océanos. Las reacciones
químicas iniciales constituirían las primeras piezas del puzzle de lo viviente. Argumento ideal de
acuerdo al cual la Tierra y su entorno serían los únicos responsables de las manifestaciones de la
vida, en la que la evolución química, que precede a la biológica, va de lo elemental más simple
hasta los cuerpos más complejos.

Walter Gilvert, un biólogo molecular de Harvard, se entusiasmó con la idea y llegó a concebir un
"Mundo RNA Primitivo". De acuerdo a sus elucubraciones, los primeros organismos no eran otra
cosa que moléculas de RNA que se replicaban a sí mismas. En la medida en que fueron
evolucionando, aprendieron a sintetizar, lo que les permitió que se replicaran más rápido y al
mismo tiempo se formaran lípidos que contribuyeron a formar la pared de las células. Finalmente,
los "organismos RNA" dieron origen al DNA, que actualmente rige la vida y su realización.

Aun cuando en los textos aparece esta descripción como la aceptada para explicar el origen de la
vida, en la actualidad ella ha sido seriamente objetada.

Por otra parte, cuando el RNA se logra sintetizar puede replicarse, pero con una gran ayuda del
investigador, ésta es una molécula inepta, especialmente cuando se compara con las proteínas.
Los experimentos que simulan las primeras etapas de este "Mundo de RNA Primitivo", no logran
que éste se replique y por lo tanto no constituyen un escenario plausible para explicar el origen de
la vida.

Para complicar más las cosas, hallazgos recientes sugieren que la vida surgió en un ambiente
mucho menos acogedor que lo que Miller trató de reproducir en su matraz de vidrio. La atmósfera
primordial parece no haber contenido metano ni tampoco amonio, como Miller asumió, y por lo
tanto era mucho más difícil que se sintetizaran complejos orgánicos en esas condiciones. Más aún,
los estudios de los cráteres de la Luna indican que durante ese período la Tierra fue
continuamente bombardeada por meteoritos y cometas, que seguramente destruyeron cualquier
posibilidad de vida. Según Christopher Mc Kay, científico del Ames Research Center de NASA,
parece que la vida no surgió en una "poza de agua tibia", sino en una hirviente tempestad, lo que
hace aún más difícil explicarse su origen, al menos como Miller se había imaginado.

Más y nuevas teorías.

Para poderse explicar entonces cómo comenzó la vida, hay que aceptar que en un comienzo
existió una molécula orgánica que fue capaz de replicarse. Pueden teóricamente formarse
moléculas orgánicas, pero si no se replican, el proceso termina con ellas. Por esa razón es que
parecía tan interesante el concepto del "Mundo de RNA Primitivo". Pero ya hemos visto que esta
molécula no es fácil que se haya replicado en las condiciones prebióticas de la Tierra.

Otros investigadores, sin especificar las reacciones químicas primitivas, teorizan que la vida se
habría iniciado en el fondo de los océanos, en las emanaciones hidrotermales, qué corresponden a
los geiseres calientes de los fondos oceánicos. Quienes sostienen esta teoría afirman que en esas
condiciones estarían disponibles la energía y los nutrientes necesarios para llegar a formar la
materia animada. De hecho, en esas condiciones aparentemente inhóspitas han sido descritas
numerosas criaturas vivientes, entre las que se han descrito las arqueobacterias, que pueden
sobrevivir hasta 120 grados Celsius, sin ambiente de oxígeno y aprovechando las emanaciones
sulfurosas, que precisamente serían las condiciones que prevalecerían en esa época en la Tierra.
Con todo, aun cuando estos hechos son ciertos, ello no es una demostración de que en esos
lugares se haya iniciado la vida y, más aún queda la incógnita de cómo se habría iniciado.

No habiendo argumentos demostrables, muchos científicos se permiten hacer volar su


imaginación. Es así como algunos afirman que, si se da suficiente tiempo, aún eventos
aparentemente milagrosos pueden ser posibles, como por ejemplo que emerja espontáneamente
un organismo unicelular de la mezcla al azar de diversas reacciones químicas. Fred Hoyle, afirma
que, dada la enorme complejidad de los organismos celulares, esto le parece absurdo. Es más
probable, dice, que un tornado azote al patio de mi casa y que de los trastos que allí hay aparezca
un Jet 747.

Tal vez la última teoría y la más probable a los ojos de los investigadores es la que ha emitido un
abogado alemán que especula acerca del Génesis como un hobby.

Él propone que la vida habría comenzado en un film gomoso de pirita de hierro: "el oro de los
tontos". Se trata de Gunter Wachtershauser, abogado especializado en los conflictos de patentes.
Antes de ser abogado, obtuvo un doctorado en química orgánica. Según él la vida habría tenido
lugar por primera vez en la superficie de un sólido. Para él, este sólido sería la pirita, un mineral
constituido por una molécula de hierro y dos de azufre. Este mineral ofrece la posibilidad de una
superficie con carga, donde los cuerpos orgánicos simples pueden adherirse. La formación
continua de pirita, a partir de hierro y azufre, también produce energía, la forma de electrones, lo
que induciría a los compuestos orgánicos a reaccionar y a incrementar así su complejidad.

La primera célula, él dice, podría haber sido un grano de pirita incluido en una membrana de
compuestos orgánicos. La célula podría reproducirse si el grano de pirita crece y se quiebra en dos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Rogensburg en Alemania ya han agregado
algunas razones para sostener esta hipótesis que considera a la pirita como una batería. Con todo,
el mismo Wachtershauser afirma que su teoría no pasa de ser una simple especulación

La vida viene del espacio.

Esta teoría, si bien no explica el origen de la vida, transporta el problema de su inicio fuera del
planeta Tierra. Juan Oro, de la Universidad de Houston, fue el primero que en 1960 habló de esta
posibilidad. La idea ha recibido cada vez mayor refuerzo en la medida que los astrónomos han
detectado por los análisis espectrales, la presencia de compuestos orgánicos en el espacio.
También se han encontrado aminoácidos en los meteoritos llamados condritos carbonosos, que
constituyen el 5% de todos los meteoritos que chocan con la Tierra. Sin ir más lejos, los estudios
de la cola del Cometa Halley, que nos visitó hace ya más de diez años, sugieren que sería rica en
compuestos orgánicos. El satélite Iras, enviado a observar el ciclo desde enero de 1983, ha
detectado en las nebulosas interestelares verdaderos yacimientos de cuerpos orgánicos
sumamente complejos, como hidrocarburos aromáticos policíclicos, integrados por decenas de
átomos de carbono. Los condritos que llegan a la Tierra también contienen hidrocarbonos,
alcoholes y otras sustancias grasas químicas que podrían haber formado las membranas de las
primitivas células. David Deamer, un bioquímico de la Universidad de California, ha logrado
producir membranas esféricas o vesículas, con compuestos que obtuvo de un meteorito que cayó
cerca de Murchison, Australia, en 1969. Según él, estas vesículas podrían haber provisto un
ambiente adecuado para que los aminoácidos, los nucleótidos u otros compuestos orgánicos
iniciaran las transformaciones necesarias para dar comienzo a la vida.

La hipótesis ganó credibilidad cuando se encontró aminoácidos tanto sobre como debajo de la
capa de arcilla depositada en el periodo Terciario Cretáceo. Bada y Meixum Zhao, de San Diego,
determinaron que estos aminoácidos eran no biológicos y que sólo se habían encontrado
previamente en los meteoritos. Esta comunicación parecía afirmar la teoría de que un impacto
habla matado a los dinosaurios. De este modo, los impactos de meteoritos podrían haber
fertilizado la Tierra con compuestos orgánicos.

Maurette ha estado interesado en el estudio de los micro meteoritos que obviamente son muy
difíciles de encontrar ya que están mezclados con la tierra de nuestro planeta. Él los ha estado
buscando en dos regiones que son las menos contaminadas del globo: en Groenlandia y en la
Antártica. Allí se han encontrado grandes cantidades de estas crionitas ricas en fragmentos
cósmicos. Al examinar estos micro meteoritos han encontrado que una gran parte de ellos ha
soportado bien el choque y han aterrizado intactos en los hielos polares. Ha observado que estos
minúsculos gránulos son extremadamente porosos y contienen todo lo que hacía falta para
fabricar moléculas prebióticas. Podrían todos éstos, según Maurette, constituir el laboratorio de la
génesis de vida y podrían también haber llegado moléculas orgánicas protegidas para iniciar la
vida. Pero a pesar de todas estas teorías también nos queda pensar…

¿Estaremos solos en el universo?

Pero lo antes señalado parece evidente que las moléculas orgánicas están difundidas por el
cosmos. Muchos científicos piensan que la génesis no es milagrosa y que el comienzo de la vida
puede ser un proceso normal si se dan condiciones como se dieron en el planeta Tierra. Para ello
se requiere una estrella como nuestro Sol, y la formación de planetas alrededor de ella, donde
podría ser posible la vida. Sólo en la Vía Láctea existen más de 400 mil millones de estrellas (soles)
que iluminan el firmamento. No podemos saber si alrededor de cada una de esas estrellas se han
formado también planetas. Lo probable es que así sea, pero no los podemos ver desde el
momento que no son soles y no se ven.

Durante los últimos años varios astrónomos han descrito la probable existencia de planetas, que
posteriormente no han podido ser debidamente confirmados.

Sabemos que sólo diez planetas orbitan el Sol y que sólo dos de ellos podrían haber ofrecido las
condiciones para que surgiera la vida (como nosotros lo conocemos): la Tierra y Marte. Ambos
planetas parecen haber sido muy semejantes durante los primeros cientos de millones de años.

Las observaciones de los canales de Marte sugieren que en algún momento también el agua
estuvo presente en ese planeta, lo que a su vez sugiere que en algún tiempo también tuvo una
atmósfera de dióxido de carbono.

La nave Viking, que aterrizó en Marte en 1970, no encontró trazas de vida en él, lo cual no quiere
decir que no haya existido o que aún no exista en forma de organismos unicelulares. Futuras
expediciones pueden darnos una respuesta, si se encontraran restos fósiles o incluso
microorganismos. Mc Kay, investigador de la NASA, ha encontrado microbios en el fondo de los
lagos de la Antártica, cuyas condiciones frígidas se parecen mucho a las de Marte. También se han
encontrado bacterias en rocas sedimentarias y depósitos de petróleo a miles de metros de
profundidad en la Tierra. Todo ello parece indicar que, si ha habido vida en Marte, bien
pudiéramos comprobarlo. Si el hallazgo es positivo significarla que la vida surge corno un proceso
normal cuando se dan las condiciones adecuadas. Si las condiciones se dieron en la Tierra, y si las
estrellas tienen planetas orbitándolas, podrían haberse dado o estarse dando estas condiciones en
los miles de millones de sistemas planetarios, en los miles de millones de galaxias en el Universo.

¿Qué importante sería saber que no estamos solos en el Universo? Por la menos podría darnos
una tranquilidad saber que si nosotros destruimos nuestro planeta y hacemos la vida en él
imposible, por la menos en otra parte continua la maravilla de la vida y no se sumirá el Universo
en un silencio sepulcral y eterno.

El descubrimiento de un planeta fuera del sistema solar.

Recientemente un equipo de tres astrónomos ingleses, Andrew Lynes, Matthew Bailes y Setman
Shehar, acaba de publicar en Nature (julio 1991) que ha encontrado un objeto entre 10 y 15 veces
el tamaño de la Tierra orbitando alrededor de una estrella muy especial (púlsar), ubicada a una
distancia de 25.000 años-luz.

Otros astrónomos como David Black, director del Lunar and Planetary Institute de Houston, creen
que esta anomalía puede deberse a muchas otras causas. Sin embargo, él también cree que lo más
probable es que sea debida a la presencia de un planeta que orbita la estrella.

Conclusión.

Como podemos ver, las teorías acerca de el origen de la vida abundan y se suceden una tras otra.
Es obvio que es algo que inquieta a los científicos y a todos los que quieren saber de dónde
venimos y por qué estamos aquí.

Sin embargo, lo probable es que tendremos que seguir sólo con especulaciones o arranques
imaginativos muy difíciles de demostrar en base a los acontecimientos actuales. Para los
creyentes, el problema es más fácil y creen que no vale la pena perder el tiempo en
especulaciones que nunca llegarán a aclarar.

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