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De "La negación" al Seminario 31

FABIÁN SCHEJTMAN

Introducción
Para introducirnos en el abordaje de la psicosis desde la pers-
pectiva de Jacques Lacan tomaremos apoyo en unos cuantos tex-
tos de Freud. No podría ser de otro modo, el retorno a Freud que
Lacan impulsó, implicó desde su inicio al menos una exigencia:
el retorno a los textos freudianos.
Se corrobora a lo largo de su enseñanza: la letra de Freud es
en ella la referencia principal. Para hacer avanzar el psicoanáli-
sis Lacan retomó una y otra vez los puntos de llegada del tra-
yecto freudiano: a veces para llevar las construcciones de Freud
más lejos, otras para revelar la lógica que las sostiene, algunas
más para resolver sus dificultades, o para debatir, problematizar
o aun, si era preciso, contradecir a Freud -incluso en nombre de
Freud mismo-, manteniendo siempre un vivo debate con el
texto freudiano, lo que sin duda ha permitido fortalecer y reno-
var su legado.
En este sentido el trabajo de Lacan sobre la psicosis no es una
excepción. También en este campo las referencias freudianas son
insoslayables. No es posible abordar el Seminario 3 (LACAN 1955-
56), por ejemplo, al que nos remitiremos especialmente en lo que
sigue, prescindiendo del apoyo, del estudio, de determinados
escritos de Freud.

Una primera versión de este trabajo fue publicada en Mazzuca y


cols., Las psicosis. Fenómeno y estructura, 1• edic. Eudeba, Buenos
Aires, 2001; 2" edic. Berggasse 19, Buenos Aires, 2003.
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En esta oportunidad comenzaremos examinando un artículo mecanismos y no tanto la presencia de tal o cual idea, de tal o
de Freud verdaderamente corto, pero riquísimo, que es "La cual fantasía.
negación" (FREUD 1925). El recorrido nos llevará pues de "La Se trata en esta oportunidad, entonces, de abordar a partir
negación" al Seminario 3. En el trayecto aludiremos también, del texto freudiano "La negación" las propuestas de Lacan res-
como se verá, al estudio que Freud dedica a la psicosis del pecto del mecanismo en juego en la psicosis.
Presidente Schreber (FREUD 1911), al caso del Hombre de los Demos todavía una última indicación antes de entrar en "La
Lobos (FREUD 1918) y al ensayo "La represión" (FREUD 1915). negación". Digamos que utilizaremos este trabajo de Freud
Nos ocuparemos aquí de lo que puede denominarse el eje como un instrumento. Es que este es un texto tan rico que nos
sincrónico del abordaje lacaniano de la psicosis. Eje que hay que podría tomar muchísimo tiempo recorrer sus párrafos, a veces
distinguir, por cierto, de la consideración de la psicosis en su muy intrincados. Pero no es ese nuestro objetivo. Lo que quere-
evolución -lo que sería ya la perspectiva diacrónica-. Lacan rea- mos es introducirnos, con su ayuda, en la elaboración de la psi-
liza en el Seminario 3 -y en "De una cuestión preliminar a todo. cosis tal como se presenta en la enseñanza de Lacan en los años
tratamiento posible de la psicosis" (LACAN 1958)- un examen muy '50. De manera que no tomaremos todas las cuestiones metapsi-
cuidadoso de esta faz diacrónica, del desarrollo de una psicosis, cológicas que aquel texto freudiano plantea, y que sin duda si
examinando los modos en que una estructura psicótica puede fuera otra nuestra meta no podríamos soslayar, sino que lo utili-
sostenerse sin presentar clínicamente la multiplicidad de fenó- zaremos más bien como una herramienta en nuestro acceso a los
menos que muestra una vez desencadenada -el tiempo de la planteos del Seminario 3 de Lacan.
"psicosis sin psicosis" o de la psicosis no desencadenada-, estu-
dia el momento mismo del desencadenamiento -tiempo en que
aquello que mantenía compensada a la estructura deviene insu-
ficiente y entonces la psicosis se declara de modo franco- y, Mí madre no es
finalmente, aborda algunas formas de estabilización, vías por las
cuales una psicosis se compensa o estabiliza. Pero todo eso Entramos ahora sin más preludios a "La negación" a partir de
corresponde a la diacronía, a tomar la psicosis en su evolución, aquella experiencia tan conocida que Freud extrae de su práctica.
y no haremos foco en ello hoy. Un analizante -no uno en particular, uno cualquiera- le dice a
Vamos a abordar, más bien, la psicosis en su faz sincrónica. Freud que ha soñado. El psicoanalista le pregunta por la persona
Nos ocuparemos de aquello que con Freud podemos denominar del sueño. El sujeto responde "mi madre no es". Freud concluye,
el mecanismo de la formación de síntomas psicóticos o, en un lo saben1os: "entonces es su madre". En el texto señala: "1'! os
sentido más amplio, el mecanismo de la psicosis, especialmente tomamos la libertad, para interpretar, de prescindir de la nega-
en su diferencia con la neurosis. ción y extraer el contenido puro de la ocurrencia" (FREUD 1925, 253).
En este sentido, debe señalarse que hay un esfuerzo de Tanto es que "es su madre", según Freud, que muchas veces
Freud -que se constata en el historial de Schreber pero segura- el analizante no dice que no es su madre, no sabe a quién se
mente no solo allí-, un empeño freudiano por situar un meca- refiere el sueño, y entonces Freud echa mano a un artilugio y en
nismo específico que permita distinguir una psicosis de una tales casos interroga a su paciente de esta manera: "¿y quién
neurosis. Al respecto, puede recordarse, por ejemplo, que en la piensa usted que no podría ser de ningún modo?" o "¿quién es
apertura del capítulo III del historial de Schreber, Freud señala la última persona que usted pensaría que podría ser la del
que lo peculiar de la paranoia no debe hallarse en los complejos, sueño?". Trampa freudiana en la que su paciente cae cuando le
ni en las fantasías sino, en relación con los síntomas, en su meca- contesta: "mi madre seguro que no". Allí Freud ya puede agre-
nismo de formación y en la represión. Efectivamente, al tratar la gar: "entonces es su madre". Si el paciente cae en la trampa nom-
cuestión de la diferencia estructural, veremos que lo que se brando aquello que cree lo más improbable, casi siempre, según
subraya en la perspectiva freudiana es lo que corresponde a los Freud, ha confesado lo correcto.
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En cualquier caso Freud nos dice que en ese "no es mi sobre la negación y establecer la plena aceptación intelectual de
madre", lo reprimido -el "es mi madre" - logra penetrar en la lo reprimido ..." (ibíd.).
conciencia: " .. .un contenido de representación o de pensamiento El sujeto dice: "no es mi madre"; Freud corrige: "sí es su
reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se madre"; y ahora -en el mejor de los casos- el analizante acepta:
deje negar" (ibíd.). "sí, tiene razón, es mi madre". Aceptación intelectual (en última
Lo reprimido, de este modo, irrumpe en la conciencia agre- instancia de la interpretación del analista) que finalmente desha-
gándose el "no". Así, asevera Freud: "la negación es un modo de ce la negación... pero no la represión. Obsérvese como sigue
tomar noticia de lo reprimido; en verdad, es ya una cancelación Freud: "Logramos triunfar también sobre la negación y establecer
de la represión ... " (ibíd.). Y esto, porque algo de la represión fra- la plena aceptación intelectual de lo reprimido, a pesar de lo cual,
casa cuando el sujeto dice "no es mi madre", en tanto que lo el proceso represivo mismo no queda todavía cancelado" (ibíd.).
reprimido se abrió paso hasta la conciencia.
Pero está claro que ello no significa una aceptación de lo
reprimido. La negación conlleva al mismo tiempo una suspen- Negación: enunciado y enunciación
sión y un mantenimiento de la represión. Freud utiliza allí un
término que incluye en su acepción estas dos vertientes, la pala- Hasta aquí la experiencia que Freud extrae de su práctica
bra Aufhebung (traducida por "cancelación" en la edición de para introducir la negación -Verneinung- y que da apertura al
Amorrortu): " ... es ya una cancelación de la represión, aunque texto. Nos proponemos ahora situarla con las coordenadas que
no, claro está, una aceptación de lo reprimido" (ibíd., 253-254). Y aporta un filósofo que Lacan invita a su seminario justamente
continúa: "Con ayuda de la negación es enderezada solo una de para esclarecer este texto freudiano, para luego pasar a la lectu-
las consecuencias del proceso represivo, a saber: la de que su ra de Lacan. El filósofo al que me refiero es Jean Hyppolite,
contenido de representación no llega a la conciencia. De ahí quien hace un comentario del texto freudiano durante .el
resulta una suerte de aceptación intelectual de lo reprimido con Seminario 1 de Lacan. 2 Su comentario está publicado en el apén-
persistencia de lo esencial de la represión" (ibíd., 254). dice del segundo tomo de los Escritos de Lacan. Lleva por título:
La negación puede ser situada entonces, si tomamos por "Comentario hablado sobre la Verneinung de Freud".
ejemplo los tres tiempos de la represión que Freud distingue en En esa ocasión Hyppolite propone establecer, en relación con
el historial de Schreber -y que retoma en "La represión" - en el el planteo freudiano de "La negación", tres niveles distintos, tres
nivel del tercer tiempo, en el lugar del retorno de lo reprimido: tiempos que convendría distinguir para hallar allí una lógica.
irrupción de lo reprimido, pero no levantamiento "de lo esencial Veremos enseguida que, en esta perspectiva, la Verneinung -la
de la represión" . negación- podrá ser situada en un segundo nivel, en un segun-
Efectivamente, tampoco la serie que Lacan denominó -leyen- do tiempo lógico, de aquellos tres que diferencia Hyppolite. Y a
do a Freud- "formaciones del inconsciente" -el síntoma, el partir de lo que decíamos antes -cuando situamos a la
sueño, el lapsus, etc.-, tampoco hay ahí una cancelación absolu- Vemeinung en el lugar del retorno de lo reprimido- se hará claro
ta de la represión. Tales formaciones son modos en que lo repri- también que los tres tiempos de la represión que Freud discri-
mido se manifiesta, corresponden al retorno de lo reprimido, mina en el caso Schreber y en "La represión", no se homologan
pero no podría hablarse para ellas de levantamiento de la repre- punto por punto con los tres niveles que destaca Hyppolíte en su
sión. La negación, como forma del retorno de lo reprimido, no lectura de "La negación". La articulación de ambos planteas será
supone entonces un levantamiento de la represión, solo es un desarrollada más adelante.
índice de su fracaso. Hyppolite en su comentario introduce una primera delimita-
Finalmente, agrega Freud: "En el curso del trabajo analítico
producimos a menudo otra variante, muy importante y bastan- 2 El 10 de febrero de 1954. Pueden leerse la introducción y la respuesta
te llamativa, de esa misma situación. Logramos triunfar también de Lacan a su exposición: LACAN 1953-54, V y LACAN 1956a y b.

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c1on que le parece crucial para abordar el texto freudiano. Bejahung - Ausstossung
Comienza por afirmar que la Verneinung es "no la negación de
algo en el juicio, sino una especie de desjuicio" (HYPPOLITE 1954, Para responder a ese interrogante, volvamos al texto freudia-
859). Introduce, de este modo, una distinción que será retomada no. Partamos de una frase que se encuentra casi al final del
en su texto de diversas maneras. La Verneimmg no sería, en esta mismo. Freud allí señala: "el estudio del juicio nos abre acaso
perspectiva, negar algo en el juicio. Se diferencia de cualquier por primera vez la intelección de la génesis de una función inte-
"negación interna al juicio" (ibíd., 860). En efecto, es preciso notar lectual a partir del juego de las mociones pulsionales primarias"
que es muy distinto "negar algo en un juicio" que "negar como (FREUD 1925, 256).
tal el juicio". A esto último se restringe la Verneinung en la lec- Es decir, propone pensar la génesis del juzgar, de esa función
tura de Hyppolite, a lo que denomina "desjuicio". intelectual que es el juicio, a partir de un estadio inicial que es
Veámoslo con un ejemplo. Obsérvese la siguiente diferencia. aquél del "juego de las mociones pulsionales primarias". Así, si al
Una cosa es decir: "esa pared no es roja" -enunciado que se juzgar lo habíamos situado -como negación interna al juicio- en
caría, para Hyppolite, como una "negación interna al juicio", un tercer nivel, distinguiéndolo de la Verneinung (segundo nivel),
una negación de enunciados-, pero otra muy diferente es pro- podemos establecer con Freud este primer nivel, pulsional, a par-
poner: "yo no digo que esa pared sea roja". En este segundo caso tir del cual él ha inteligido la génesis del juzgar. Tendríamos así:
ya no se trata de una "negación interna al juicio", ya no se trata
de negar enunciados, contenidos, sino que se está negando el 1"' NIVEL: Juego de las mociones pulsionales primarias
lugar mismo de la enunciación. Aquí no niego que la pared sea
roja, estoy negando que yo lo digo. 2do NIVEL: Verneinung (desjuicio - negación de la enunciación)
Y bien, es en relación con esta negación de la posición de
enunciación, que Hyppolite llama "desjuicio", que se ubica la 3er NIVEL:El juicio como función intelectual
Verneinung freudiana . Para retomar el hilo de la experiencia de (negación interna al juicio)
Freud, antes expuesta, podríamos formularlo de este modo: "No
vaya usted a creer que yo digo que es mi madre". Aquí la nega-
ción indica la posición de la enunciación, no es una negación del Pero, ¿qué es este primer tiempo, pulsional, a partir del cual
enunciado, se revela algo de la posición misma del sujeto de la es posible elucidar la génesis del juzgar? ¿A qué juego y a cuáles
enunciación. mociones pulsionales primarias se refiere Freud allí? Puede
Resumamos: habría entonces dos niveles diferentes para la seguirse leyendo: "El juzgar es el ulterior desarrollo, acorde a
negación -y cuando digo ahora "negación" se trata de un regis- fines, de la inclusión dentro del yo o de la expulsión de él, que
tro más amplio que la Verneimmg-: por un lado, la negación de originariamente se rigieron por el principio del placer" (ibíd., 256).
la enunciación, negación de la posición de la enunciación -ahí El juicio (tercer nivel), para Freud, es algo que se origina en
ubicamos a la Verneimmg freudiana-; por el otro, la negación de un movimiento primario (primer nivel) que podría describirse
enunciados, negación de contenidos. de este modo: '"Quiero introducir esto en mí o quiero excluir
Hyppolite distingue, hasta aquí, estos dos niveles. Pero esto de mí'. Vale decir: 'Esto debe estar en mí o fuera de mí"'
heh1os adelantado que al texto freudiano lo aborda a partir de la (ibíd., 254).
delimitación de tres. Nos falta todavía destacar un nivel. La Según Hyppolite, se trata de "un primer mito del fuera y del
Verneimmg, como negación de la enunciación, ya lo anticipamos, dentro". Un mito de la constitución del aparato p_síquico. Lo que
puede ser considerada en el segundo nivel, mientras que la introduzco en mí, constituye el "dentro", lo que expulso, el
negación interna al juicio -la negación de enunciados y el juicio "fuera". Lo que queda adentro, lo que se incluye, ha sido objeto
en un sentido amplio- en el tercero. ¿Qué sitúa pues Hyppolite de una Bejahung, de una afirmación primordial. En tanto que el
en su lectura de "La negación" en un primer nivel lógico? "quedar fuera" es efecto de una Ausstossung, de una expulsión
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primordial. Lo que cae bajo el registro de la Bejahung, de la afir- Con lo desarrollado hasta aquí puede entenderse por qué a la
mación primordial, va a quedar del lado del aparato, constitu- negación -Verneinung- la habíamos ubicado en un segundo
yéndolo; lo que es efecto de la Ausstossung, lo expulsado, que- tiempo lógico: es sucesora del primero, es posterior al primero.
dará fuera, del lado del exterior. Mientras que al juego de las mociones pulsionales primétrias,
Agreguemos ahora que esta primera polaridad "inclusión- ahora entendido a partir de la oposición Bejahung-Ausstossung,
exclusión", según Freud, termina por "corresponder a la oposi- lo inscribimos en ese primer tiempo:
ción de los dos grupos pulsionales que hemos supuesto" (ibíd.,
256). Es decir, Freud está trabajando aquí -estamos en 1925- con
la dualidad pulsional: pulsión de vida-pulsión de muerte o Eros- 1er NIVEL (pulsional): BEJAHUNG / / AUSSTOSSUNG
Tánatos, que había presentado en "Más allá del principio del pla-
cer" (FREUD 1920). E indica lo siguiente: " ... la afirmación (lo que 2do NIVEL: VERNEINUNG
ubicamos como Bejahung)-como sustituto de la unión-pertenece
al Eros, y la negación (la Verneinung) -sucesora de la expulsión-, 3er NIVEL: El juicio
, a la pulsión de destrucción" (ibíd., el destacado es nuestro).
Sin detenernos aquí en el problema que significa ubicar a la Ya aquí ubicamos a la Yerneinung debajo -pero en la línea-:- de
Verneinung en relación con la expulsión -y con la pulsión de des- la Bejahung, por aquello que anticipamos: que no es posible
trucción-, lo que conviene destacar ahora de este párrafo, negar algo que no ha sido afirmado, que no ha entrado al apara-
siguiendo a Hyppolite, es la disimetría que Freud establece entre to. Aunque dejamos constancia en este punto que este modo de
la afirmación (Bejahung) y la negación (Verneinung). La afirma- plantear las cosas supone ya una lectura -incluso un cierto for-
ción, para Freud, es sustituto o equivalente de la unificación que zamiento- del planteo freudiano. En efecto, como hemos leído,
Eros, la pulsión de vida, promueve. Mientras que de la nega- Freud pone en relación la Verneimmg con la expulsión y sería
ción -Verneinung- afirma que sería sucesora de la expulsión. Es preciso entonces desplegar de qué modo este vínculo afecta lo
decir que la negación, la Verneinung freudiana, se encuentra en que venimos desarrollando. Pero, como señalamos, no podre-
un "nivel de historia" distinto de aquél de la pareja originaria mos en esta oportunidad detenernos en ello.
Bejahung-Ausstossung.
Adelantemos, sí, que a partir de esta primera operación de
La afirmación, en ese movimiento originario, no se contrapo- constitución del aparato (porque conviene destacar que para
ne a la negación. La idea de Freud, que tanto Hyppolite como Freud se trata finalmente de una única operación que presenta
Lacan destacan, es que a la afirmación primordial se le opone -y dos caras: Bejahung -la inclusión en el aparato-y Ausstossung-1.a
aparea- no la negación sino la expulsión primordial. La nega- exclusión, el rechazo fuera del mismo-), que a partir de este pri-
ción es, más bien, "sucesora" -como se indica en el texto-, secun- mer movimiento, lo que cae bajo la acción de la afirmación pri-
daria, respecto de ese primer movimiento por el que el aparato mordial tendrá determinados destinos, mientras que lo que es
se constituye.
efecto de la expulsión primordial, tendrá otros. Lo retomaremos
Aunque uno ingenuamente se vea tentado de "emparejar" enseguida en la perspectiva de Lacan.
casi naturalmente a la afirmación con la negación, no es esa la
perspectiva con la que Freud aborda el asunto. La pareja inicial
es y solo más tarde puede producirse la Los tres tiempos de la represión
.
1
i
negación. Más aún, la disimetría que subraya Hyppolite en este
párrafo nos permite decir entonces que para negar algo, aquello Antes de pasar al Seminario 3 podemos intentar un acerca-
que es negado tuvo que ser afirmado en un tiempo anterior. Esto miento entre estos tres niveles que estamos desprendiendo de
es, que solamente es posible negar aquello que ha entrado en el "La negación" y las tres fases de la represión que Freud distin-
que ha sido afirmado -- . guió en el historial de Schreber, las que, por otra parte, no son
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otra cosa que un anticipo de los tres tiempos que propone y ter- El Seminario 3
mina por establecer unos años después en "La represión". Esta
aproximación, corno ya lo hemos indicado, no puede realizarse Ahora sí, debernos pasar al Seminario 3 de Lacan para ver
punto por punto y habría que entenderla más en el sentido de cómo se reelabora allí lo que hemos planteado, sobre todo con la
una analogía que de una equivalencia. mira puesta en la distinción neurosis-psicosis. Partirnos del capí-
Comencemos por poner en relación el mítico modo por el tulo I, parágrafo 3, en donde Lacan afirma: "Espero que muchos
que Freud piensa aquí -en "La negación" - la constitución del de ustedes recuerden el comentario que Jean Hyppolite hizo
psiquismo, a partir de ese primer tiempo lógico pulsional, de aquí de la Verneinung [se trata del comentario que realizó
este par: Bejahung-Ausstossung, con la primera fase de la repre- Hyppolite dos ali.os antes, al que nos acabamos de referir], y
sión que aísla en el historial de Schreber, la fijación, nombrada lamento su ausencia de esta maii.ana, que me impide asegurar-
unos años después: represión primaria. me que no deformo los términos que puntualizó. Lo que desta-
Luego, a la Verneinung (segundo tiempo lógico, segund9 caba claramente su análisis de este texto fulgurante, es que, en lo
nivel en "La negación") le correspondería, corno dijimos, la ter- inconsciente, todo no está tan solo reprimido, es decir descono-
cera fase de la represión, el retorno de lo reprimido. cido por el sujeto luego de haber sido verbalizado, sino que hay
Y, finalmente, debiéramos ubicar -aunque Freud no lo haga que admitir, detrás del proceso de verbalización, una Bejahung
en "La negación"- a la represión (Verdrangung) propiamente primordial, una admisión en el sentido de lo simbólico, que
dicha -corno la denomina en el historial de Schreber- o secun- puede a su vez faltar" (LACAN 1955-56, 23).
daria -corno lo hace en "La represión"-, corno el antecedente Detengámonos, entonces, en el modo en que retoma Lacan lo
necesario de la Verneinung, puesto que en sentido estricto, no puntuado por Hyppolite del texto freudiano. "En lo inconscien-
hay retorno de lo reprimido, sin represión. Así tendríamos: te -nos dice- todo no está tan solo reprimido". Aquí reprimido,
se entiende, es la represión propiamente dicha, la represión
secundaria. De esta manera, para Lacan, para que algo sea repri-
"Historial de Schreber" (1911) "La represión" (1915) "La negación" (1925) mido -Verdrangung- primero tuvo que haber sido admitido en el
Fijación Represión Bejahung / Ausstossung aparato, en lo simbólico según sus términos.
primaria A esa inscripción en lo simbólico, Lacan la llama aquí,
siguiendo a Freud, Bejahung primordial, afirmación primordial.
Represión propiamente Represión [Verdrti'ngung] Nos encontrarnos así ahora en el primer nivel que habíamos des-
dicha secundaria tacado en "La negación". Lo que hacemos, de este modo, es
Retorno de lo reprimido Retorno de lo Verneinung suponer un nivel mítico o mejor aún, si adoptamos la perspecti-
reprimido va de Lacan, un nivel estructural, de inscripción de significantes.
Porque es necesario precisar que en esta operación originaria, en
principio -es lo subrayado por Lacan en el Seminario 3-, son sig-
El tercer nivel que antes delin:i.itarnos en "La negación", el del nificantes los que se admiten en lo simbólico y también signifi-
juicio o la negación interna al juicio, no encuentra correlato en el cantes los que se rechazan. Afirmación, inscripción o admisión
texto sobre Schreber o en "La represión". Podría funcionar allí de estos significantes en un tiempo que podernos llamar, ahora
corno un cuarto tiempo, luego de los tres de la represión, pero con Freud, primario-: significantes que luego podrán, llegado el
esto no interesará en la dirección que seguirnos. caso, ser reprimidos y, por fin, retornar de la represión (toman-
do, por ejemplo, la vía de la Verneinung).
Pero entonces, lo que destacarnos es que para ser reprimi-
dos -en el sentido de la represión secundaria- estos significantes
primero han debido ser inscriptos en lo simbólico, admitidos en
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el sentido de la Bejahung primordial. Lo que podemos escribir simbolización" no se lleva a cabo, o "algo primordial" es recha-
así: zado -como se sabe, se trata para la psicosis del rechazo de un
significante singular: el nombre-del-padre-, también ahí tendre-
mos que suponer la Bejahung como operación fundante. No
BEJAHUNG (afirmación primordial) podríamos decir que en la psicosis no hay simbolización pri-
1 mordial o que los significantes no se inscriben en lo simbólico. El
VERDRANGUNG (represión secundaria) psicótico es un ser hablante y como tal habita el lenguaje. Más
1 aún, es preciso destacar que la psicosis muestra, quizás como
RETORNO DE LO REPRIMIDO ninguna otra estructura, la sujeción del ser hablante al signifi-
cante, sobre todo -aunque no únicamente- revelando hasta qué
punto el hablante puede ser atormentado por el significante.
Léase al respecto el testimonio del Presidente Schreber: en sus
¿Hay Bejahung en la psicosis? memorias no escribe sobre otra cosa.
Entonces, es un significante determinado el que no es admi-
Ahora bien, en el párrafo que citamos, Lacan propone que esa tido en lo simbólico en la psicosis. Es el nombre-del-padre, un
admisión en el sentido de lo simbólico, "puede a su vez faltar". significante primordial a esta altura de la enseñanza de Lacan, el
Interroguemos esta afirmación: ¿es que la Bejahung podría faltar? que no toma la ruta de la Bejahung y no es inscripto en lo simbó-
¿Podría, para un sujeto, no haber simbolización primordial? lico. Es decir, podemos afirmar que en la psicosis no hay
Respondamos de inmediato que Lacan, en los capítulos Bejahung ... del nombre-del-padre. Pero la Bejahung como tal,
siguientes del Seminario 3, por lo menos matiza esa posibilidad. como operación de simbolización, o afirmación primordial, la
Léase por ejemplo -lo anticipamos, ya que enseguida lo retoma- suponemos en todo ser hablante. Corresponde a la mítica capta-
remos- el siguiente párrafo del capítulo VI: "Previo a toda sim- ción del organismo por el lenguaje y no concebimos la psicosis
bolización hay una etapa, lo demuestran las psicosis, donde por fuera de ese campo.
puede suceder que parte de la simbolización no se lleve a cabo"
(ibíd., 118, el destacado es nuestro).
Se entiende, aquí ya no se afirma que la Bejahung puede fal- Verwerfung
tar, sino que puede ocurrir que "parte" de la simbolización no se
produzca. O también, en ese mismo capítulo se agrega: "Puede Volvemos ahora al capítulo I del Seminario 3. Así prosigue
entonces suceder que algo primordial en lo tocante al ser del Lacan: "Este punto se cruza con otros textos, y especialmente
sujeto no entre en la simbolización, y sea, no reprimido, sino con un pasaje todo lo explícito posible, donde Freud admite un
rechazado" (ibíd., el destacado es nuestro). fenómeno de exclusión para el cual el término Verwerfimg pare-
Subrayamos entonces, en la misma dirección: se trata de que ce válido, y que se distingue de la Verneinung, la cual se produ-
"algo" primordial puede ser rechazado. Pero rechazar algo no ce en una etapa muy ulterior" (ibíd., 23).
implica que no haya simbolización como tal. Algún significante El pasaje mencionado por Lacan corresponde al texto del his-
podría no inscribirse, podría no admitirse en lo simbólico y torial del Hombre de los Lobos en el que Freud, a propósito de
entonces ser rechazado, pero esto no supone la ausencia absolu- la alucinación del dedo cortado, utiliza el término Verwerfung
ta de simbolización, caso en el cual ni siquiera existiría el sujeto (rechazo) para subrayar que el mecanismo que ha operado es
que, como tal, se constituye por esta simbolización inicial. diferente de la Verdriingung (represión). Lacan extrae aquí, de
Mostremos ya nuestras cartas en relación con el problema este historial freudiano entonces, la expresión Verwerfung y,
que estamos abordando: incluso para el campo de las psicosis poniéndola en serie y hasta equiparándola con el término
supondremos la Bejahung. En efecto, aun allí donde "parte de la Ausstossung, la ubica en su lectura de "La negación" como uno

.,_
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de los dos términos de esa mítica operación originaria de inclu- Bejahung, pudo ser reprimido -Verdriingung-, pero como la
sión-exclusión que, según Freud, da lugar a la constitución del represión es una operación que se cumple en el campo de lo sim-
aparato. En efecto, Lacan nombra Verwerftmg, en el Seminario bólico, podrá retornar en ese campo, en lo simbólico.
3 -y no solo allí, sino también en otros textos 3- a la expulsión Agreguemos: en lo simbólico de las formaciones del inconscien-
primordial, ubicándola de esta manera en el lugar de la te, "los síntomas" y "la multitud de otros fenómenos" . Podemos
Ausstoss1111g, como contracara de la afirmación primordial, como incluir allí también a la Verneinung. El retomo de lo reprimido
contrapartida de la Bejahung. entonces, no es para Lacan sino la insistencia misma de lo sim-
En este punto podríamos preguntamos a qué se debe esta bólico ... una memoria simbólica que insiste.
operación que La can realiza en su lectura de "La negación": ¿por En cambio, lo que cae bajo la acción de la Verwerfung tiene u.n
qué razón es el término Verwerfung el que empareja al de destino totalmente diferente, ya que se trata de una expulsión,
Bejahung, según la lectura que hace del texto freudiano? de una no admisión al registro simbólico y, por lo tanto, el retor-
Ensayaremos una respuesta, pero un poco más adelante. no no se producirá en lo simbólico. Para Lacan, aquello que es
Por el momento indicamos que Lacan toma el término expulsado de lo simbólico va a retomar en lo real. Lo propone
Verwe1fung del historial del Hombre de los Lobos y lo va a oponer de este modo: "No es inútil recordarles al respecto mi compara-
a esa Bejahung primordial, de modo tal, digámoslo de forma sen- ción del año pasado entre ciertos fenómenos del orden simbóli-
cilla, que el aparato se constituiría por esa operación en la cual, co y lo que sucede en las máquinas, en el sentido moderno del
por un lado se inscriben determinados significantes que van a for- término[ ... ]. Se las nutre con pequeñas cifras y se espera que nos
mar el mundo simbólico de un sujeto y, por el otro, se excluyen den lo que quizá nos hubiera tomado cien mil años calcular.
otros que tendrán otro destino. Enseguida señalaremos cuál. Pero solo podemos introducir cosas en el circuito respetando el
Por otra parte, la Verneimmg -la negación- se ubica clara- ritmo propio de la máquina: si no, caen en el vacío, no pueden
mente, en este párrafo del seminario, tal como lo venimos seña- entrar. Podemos retomar la imagen. Solo que además, todo lo
lando en nuestra lectura de "La negación", como "algo que se rehusado en el orden simbólico, en el sentido de la Verwerfung,
produce en una etapa muy ulterior", es decir, posteriormente. reaparece en lo real" (ibíd.) .
Lo que nos interesa ahora, siguiendo el desarrollo del El mundo simbólico de un sujeto, por lo tanto, está constitui-
Seminario 3, es diferenciar el modo de retomo de aquello que fue do por los significantes que se han inscripto originariamente,
expulsado originariamente del aparato -el modo de retomar de que han sido tomados por la Bejahung, mientras que aquello que
lo que ha sido rechazado, de lo que fue tomado por la ha quedado, podríamos decir, "fuera del programa", "lo que no
Verwerfung-, del retomo de lo reprimido -el modo de retorno de ha entrado en la máquina, en el circuito simbólico" ... retornará
lo que ha caído bajo la Verdrangung-. Así comienza a plantearlo en lo real.
La can en este mismo capítulo: "Lo que .cae bajo la acción de la
represión retoma, pues la represión y el retomo de lo reprimido
no son sino el derecho y el revés de una misma cosa. Lo reprimi- Verwerfung .. . del nombre-del-padre
do siempre está ahí y se expresa de modo perfectamente articu-
lado en los síntomas y en multitUd de otros fenómenos" (ibíd., 24). Ahora bien, debe tenerse en cuenta que si planteamos al par
¿Qué quiere decir que lo reprimido se expresa de modo arti- Bejahung-Verwerfung como operación constitutiva del aparato, si
culado? Que no fue expulsado de lo simbólico -como lo recha- suponemos con Freud que no hay una sin la otra, de esto se
zado primordialmente-, sino que se articula en una cadena sig- deduce que la Verwerfung (considerada de este modo, es decir de
nificante. Que insiste en la cadena, en lo simbólico. Es decir, lo un modo amplio) no podría ser concebida como el mecanismo
que se inscribió en lo simbólico, lo que tomó el camino de la específico de la psicosis, sino que debe ser entendida, junto con
la Bejahung, como fundante del aparato psíquico en cualquiera
3
Cf p. ej., LACAN 1956b, 371-373 y LACAN 1958, 539. de las tres estructuras subjetivas.
r
. 26 FABIÁN SCHEJTMAN (COMP. )

Digamos entonces, siguiendo con la comparación de Lacan,


ELABORACIONES LACANIANAS SOBRE LA PSICOSIS

'no saber nada de la cosa, ni siquiera en el sentido de lo repri-


27

que no hay estructura subjetiva en la que "el programa" -el mido', expresado en su texto, se traduce así: lo que es rehusado
Otro- se halle completo. No hay remedio, la "instalación del en el orden simbólico vuelve a surgir en lo real" (ibíd., 25).
programa", para cualquiera de las tres estructuras -neurosis, Destaquemos ahora que lo reprimido es un saber, una forma
psicosis, o perversión- comporta, además de la inscripción de de saber, aunque un saber no sabido. Así es como define Lacan
significantes -Bejahung-, la imposibilidad de inscribirlos todos. al inconsciente: como un saber no sabido. Un saber que insiste
Esto es, que algunos queden fuera -Verwerfung-. en hacerse oír, aunque de ese saber .. . no se quiera saber nada. Y
Este es un modo amplio de referirse a la Verwerfung: habla- esa insistencia, esa insistencia en hacerse oír, es simbólica, así lo
mos así de una Verwerfung que afecta, de esta manera, a cual- destaca Lacan en toda su enseñanza.
quier ser hablante. Pero si nos disponemos a distinguir estructu- Ahora bien, la Verwerfung es otra cosa que la Verdriingung y,
ras clínicas, hay que remarcar que no es sin consecuencias cuá- como ya dijimos, su modo de retorno es también otro. Así, cuan-
les significantes se inscriben en el aparato y cuáles quedan fuera. do el Hombre de los Lobos "rehúsa el acceso a su mundo sim-
Así pues, para la psicosis -para avanzar estrictamente sobre bólico" de la castración y no quiere saber nada de la cosa "ni
la operación fundante de la psicosis- ne;> hablaremos entonces siquiera en el sentido de lo reprimido", eso "rehusado en el
solamente de Verwerfung -o de forclusión, como finalmente la orden simbólico vuelve a surgir en lo real": en lo real de la alu-
llamará Lacan (cf LACAN 1955-56, 456)- sino que tendremos que cinación del dedo cortado.
hablar de Verwerfung -o forclusión- del nombre-del-padre, de Retomemos lo que habíamos escrito antes, sintetizando lo
ese significante en particular y, por cierto, de sus efectos, porque hasta aquí desarrollado:
en verdad, solo sabemos de la forclusión del nombre-del-padre,
que es de estructura, por sus consecuencias. De este modo toma- BEJAHUNG (afirmación primordial) VERWERFUNG (expulsión primordial)
mos ahora a la Verwerfung en un sentido restringido: estricta-
mente como Verwerfung o forclusión del nombre-del-padre, para
i
VERDRÁNGUNG
la estructura psicótica. (represión secundaria)
i
RETORNO DE LO REPRIMIDO RETORNO EN LO REAL
Retorno en lo simbólico y retorno en lo real (formaciones del inconsciente / (alucinación y otros modos
Vernei11u11g) de retorno en lo real)
Luego de esta aclaración, podemos continuar desarrollando
la distinción que hace Lacan entre la Verdriingung -represión- y
el retorno en lo simbólico por un lado, y la Verwerfung y el retor-
no en lo real por el otro. Algunas operaciones de Lacan sobre el texto freudiano
Del historial del Hombre de los Lobos, que trabaja en este
capítulo del Seminario 3, Lacan destaca que aquello que fue cer- Aquí es posible notar con claridad, entre otras cosas, cierto
cenado de lo simbólico por la Verwerfung va a retornar en lo real deslizamiento que opera Lacan sobre el término Verwerfung
de la alucinación. Efectivamente, la alucinación (aunque no toda cuando lo extrae del texto freudiano y trabaja con él en su semi-
alucinación) es elaborada aquí, no como una formación del nario.
inconsciente -del lado de retorno de lo reprimido o de lo simbó- Por una parte, cuando Lacan toma la Verwerfung del historial
lico-, sino del lado de lo que retorna en lo real, como uno de los del Hombre de los lobos para posicionarla como compañera de
modos del retorno en lo real. Así lo plantea: "La relación que la Bejahung, cuando la ubica en el lugar de la Ausstossung para
Freud establece entre este fenómeno [la alucinación del dedo oponerla -y emparejarla- a la Bejahung en ese movimiento pri-
cortado en el caso del Hombre de los Lobos] y ese muy especial mordial que hace a la constitución del aparato, la está cambian-
,.

28 FABIÁN SCHEJTMAN (COMP.) ELABORACIONES LACANIANAS SOBRE LA PSICOSIS 29

do de nivel. .. de nivel -digámoslo como lo hace Lacan en el construcción del concepto de forclusión en Lacan: 1.
seminario- histórico. Ausstossung, ubicado en "La negación"; 2. Aufgehobene, destaca-
En efecto, en el Historial del Hombre de los Lobos la do en el capítulo III del historial de Schreber (pero que ya habí-
Verwerfung de la castración parece ser situada por Freud en la amos mencionado a raíz del comentario de Hyppolite:
diacronía, en la vida misma del sujeto. 4 Mientras que para Aujhebung); y 3. Verwerfung, extraído del historial del Hombre de
Lacan, la Verwerfung, ubicada ya como uno de los términos de la los Lobos y del que Lacan se sirve para leer los anteriores y dis-
operación primordial Bejahung-Verwerfung, es constitutiva de la tinguirlos, en su funcionamiento, de la Verdriingung.
estructura, primaria -para decirlo en términos de Freud-. Por Ahora bien, poner estos términos en serie no supone conce-
eso, en el esquema que estamos planteando se puede notar cómo bir una identidad absoluta entre ellos, lo que nos permite, ahora
la Verwerftmg es disimétrica, nos queda en un nivel "de historia" sí, ensayar alguna respuesta a la pregunta antes formulada en
diferente al de la Verdriingung. relación con la ubicación del término Verwerfung en el lugar del
En el mismo sentido, debemos estar advertidos de que, cuan- de Ausstossung en la lectura lacaniana de "La negación" en el
do Lacan retoma esa perla freudiana del historial de Schreber, Seminario 3.
aquella frase que no se ha vuelto famosa sino por haber sido La Verwerfung es explícitamente abordada por Lacan como
puesta de relieve por el mismo Lacan, ese párrafo que dice: "No una operación que recae sobre significantes (cf p. ej. LACAN 1958,
era correcto decir que la sensación interiormente sofocada es 540). Es decir, son significantes los rechazados de lo simbólico
proyectada hacia afuera; más bien inteligimos que lo cancelado -en la psicosis, específicamente el nombre-del-padre- y estos
[Aufgelwbene] adentro retorna desde afuera" (FREUD 1911, 66), y significantes retornan en lo real. Pero debe indicarse enseguida
bien, estar advertidos entonces de que cuando Lacan comenta que en lo real no se encuentran únicamente estos significantes
este párrafo, se sirve del mismo para producir una distinción que quedan fuera de lo simbólico por la Venverfung. La entrada
que no se encuentra presente en el texto freudiano . ¡ al universo simbólico supone también la pérdida radical, origi-
En el historial de Schreber lo reprimido (sofocado en la tra- ,. naria, del objeto.
L
ducción de Amorrortu) y lo cancelado (Aufgehobene) se encuen- En efecto, hay entonces, además, el objeto perdido por .el
tran en un mismo "nivel de historia": la segunda fase de la repre- hecho de hablar, por el hecho de habitar el lenguaje. El objeto se
sión, lo que es conceptualizado como la retracción libidinal. pierde en el tiempo mítico en el que el viviente es sumergido en
Mientras que cuando Lacan lee en "lo cancelado" [Aufgehobene] la el baño del lenguaje quedando, de este modo, también fuera de
Verwerfung, transporta esta "cancelación", este "rechazo", a un lo simbólico o, mejor aún, en una relación de "exterioridad ínti-
"nivel histórico" lógicamente anterior: primario, estructural. Al ma" respecto de lo simbólico: lo que La can llama "extimidad".
mismo tiempo que prefiere, como se sabe, "abandonar el térmi- Así, podríamos proponer que Lacan reserva el término
no de proyección" (LACAN 1955-56, 73), porque ya a nivel del retor- t. Ausstossung para lo que queda en lo real, pero no del lado del
no, el retorno en lo real es algo muy distinto de la proyección que ' significante, sino del lado del objeto. Es decir, que mientras que
estaría en juego en la "normalidad", con lo que retoma y extrema la Verwerfung se restringiría a la operación que deja fuera de lo
el cuestionamiento de la que Freud mismo inició en simbólico determinados significantes, la Ausstossung se referiría
el capítulo III del historial de Schreber (cf FREUD 1911, 61-62). a la operación por la cual se pierde originariamente el objeto -el
Podemos subrayar hasta aquí una serie de términos freudia- que, como se sabe, Lacan denomina a-. 5 Lo que nos empuja a
nos que, de este modo, se presentan como referencias para la concebir un real seguramente distinto, en este caso, que aquél de
los significantes rechazados.
4 Este modo de plantear las cosas no impide, por cierto, que podamos
encontrar algunos otros lugares en la obra freudiana en los que la 5 Aquí sería necesario deslindar las diferentes versiones del objeto a
cuestión se elabora en términos que ya no son diacrónicos, y enton- que entrega la enseñanza de Lacan. Los límites del presente trabajo
ces se acerca más al planteo estructural de Lacan. nos impiden desarrollarlo.
;
:'
.

'
30 FABJÁN SCHEJTMAN (COMP.) ELABORACIONES LACANIANAS SOBRE LA PSICOSIS 31
.

Pero intentemos arriesgar ahora, a partir de la distinción ¡:


¡; En efecto, si bien Lacan destaca el permanente esfuerzo freu-
recién expuesta, una respuesta posible para el interrogante que t diano por distinguir neurosis de psicosis, verdaderamente la
formulábamos precedentemente: ¿por qué Lacan habla de r:
f' distinción estructural solo se termina de establecer de modo
¡
Verwerfung y no de Ausstossung en el Seminario 3? Y bien, porque '¡ radical a partir de Lacan: Freud en cuanto a esto no "llega hasta
en el Seminario 3 es del lado del significante, en principio, es el final". De hecho, ni siquiera puede sostenerse que la triparti-
decir en relación con la inscripción o no del nombre-del-padre, ción tan firme con la que trabajamos en la clínica -neurosis, psi-
que se logra oponer neurosis y psicosis. Creemos que es por ello cosis y perversión- se encuentre fácil, nítida y claramente legible
que allí es acentuado el "lado significante" de la operación de en la obra de Freud. No por nada el posfreudismo se perdió
rechazo, representado por la Verwerfung. Mientras que podría entre sus textos. No, nos parece más bien que tal tripartición de
decirse que del lado de la Ausstossung, tanto en la neurosis como estructuras subjetivas es ya un efecto de la lectura que hace
en la psicosis el objeto se pierde originariamente por el hecho de Lacan de la obra freudiana y, por cierto, un efecto que se ha
habitar el lenguaje: el significante "lo mata". La diferencia expandido más allá de los límites del lacanismo.
estructural no se presenta "aún" en este nivel. Continuamos ahora, un poco más adelante en el capítulo, con
Ahora bien, para articular ambas operaciones de rechazo -la el planteo de Lacan: "Coloquémonos, entonces, a nivel de la
del significante y la del objeto- es preciso agregar que en la neu- existencia del símbolo en cuanto tal, en tanto estamos sumergi-
rosis, donde el nombre-del-padre se inscribe y no es rechaza- dos en él" (ibíd., 119). Y bien, estamos desde siempre en el len-
do -o forcluido, como termina por proponer Lacan-, esa pérdi- guaje, tal el baño en el que estamos sumergidos. Y para abordar
da inicial del objeto (que ponemos aquí en la cuenta de la todas estas cosas, debemos partir desde allí. Pero la articulación
Ausstossung) va a tener una inscripción simbólica. El nombre- freudiana de "La negación", como estamos viendo, supone sin
del-padre, por su operación metafórica, redobla en la neurosis duda un intento de establecer las coordenadas míticas del ingre-
esa pérdida fundamental del objeto: redoblamiento que inscribe so del viviente en ese "baño lenguajero".
esa pérdida en términos fálicos, lo que permite que el deseo neu- Seguimos leyendo: "En la relación del sujeto con el símbolo,
rótico encuentre su razón en el falo y se normalice. En tanto que existe la posibilidad de una Verwerfung primitiva, a saber, que algo
en la psicosis, donde el nombre del padre es tomado por la no sea simbolizado, que se manifestará en lo real. Es esencial intro-
Verwerfung -donde el nombre del padre ha sido forcluido-, la ducir la categoría de lo real, es imposible descuidarla en los textos
pérdida original del objeto no es redoblada simbólicamente, con freudianos" (ibíd.). Nuevamente subrayo ese "algo". No se trata de
las consecuentes dificultades que eso conlleva para la normali- que no haya simbolización, sino -como ya señalamos- que "algo"
zación de la función del deseo. Estas son cuestiones que señala- no sea simbolizado. Algo, un significante. Y como vemos, enton-
mos pero sobre las que no nos explayaremos aquí. 6 ces, ese algo no simbolizado se manifestará en lo real.
En principio, tal como está ubicado lo real por Lacan en este
seminario, es aquello que excede a la simbolización, es lo que
Dos estados del significante queda fuera de la simbolización. En este primer movimiento, en
este mito del dentro y del fuera que, como señalábamos, vale
Volvemos ahora al Seminario 3, al capítulo VI, del cual ya tanto para la neurosis como para la psicosis, la Bejahung instituye
hemos anticipado algunos comentarios: "La observación del el mundo simbólico de un sujeto, mientras que la Verwerfung
Presidente·Schreber muestra en forma amplificada cosas micros- constituye como tal lo que es expulsado, lo real, lo que escapa a
cópicas. Esto es justamente lo que me va a permitir aclarar lo que la simbolización. Ahora bien, "aquello que haya estado sometido
Freud formuló de la manera más clara a propósito de la psicosis, a la Bejahung, a la simbolización primitiva sufrirá diversos desti-
sin llegar hasta el final..." (LACAN 1955-56, 118). nos; lo afectado por la Verwerfung primitiva sufrirá otro" (ibíd.).
Es decir, como venimos desarrollando, el significante que
6
Puede consultarse al respecto SCHEJTMAN 1996. toma el camino de la Bejahung será admitido como tal en lo sim-
32 FABIÁN SCHEJTMAN {COMP.) ELABORACIONES LACANIANAS SOBRE LA PSICOSIS 33

bólico, podrá ser reprimido y retornar luego a nivel de lo sim- cantes que han sido admitidos en el mundo simbólico y pueden,
bólico de las formaciones del inconsciente (o en la Verneinung), de este modo, sufrir destinos diversos: ser reprimidos, retornar
mientras que aquel significante que caiga bajo la acción de la en un síntoma, en un lapsus, en un sueño, etc.
Verwe1fung retornará en lo real. Lo que escribimos de la siguien- Porque además tenemos otro estado del significante, del que
te manera destacando ahora la partición simbólico-real: da testimonio el cúmulo de trastornos del lenguaje que una psi-
cosis presenta. Se trata del significante en lo real. En este caso el
BEJAHUNG (afirmación primordial) VERWERFUNG (expulsión primordial) significante se encuentra fuera de lo simbólico, solo, suelto. Es el
! significante aislado de la cadena.
VERDRÁ.NGUNG Así, si una alucinación en la psicosis no es interpretable (al
(represión secundaria)
! menos no en el sentido en que hablamos de interpretación cuan-
! do se trata de una formación del inconsciente), no lo es porque
RETORNO DE LO REPRIMIDO RETORNO EN LO REAL no está conectada en tanto que significante con otro, no está
(formaciones del inconsciente / (alucinación y otros modos enlazada con el resto de la cadena. Se trata aquí, entonces, de un
Vemeilllmg) de retorno en lo real) significante que retorna en lo real. Y de este modo queda claro
que el significante en lo real es el significante en tanto que "des-
SIMBÓLICO REAL encadenado".
Pueden examinarse desde esta perspectiva, si se quiere, las
dos vertientes con las que se presenta el neologismo en la psi-
Y si ésto es así, establecidos los dos campos, el de lo simbóli- cosis en el Seminario 3. Los dos polos de todas estas manifesta-
co y el de lo real, y los dos modos de retorno, podríamos, corre- ciones, tanto la intuición delirante (la plenitud de la significa-
lativamente, proponer el planteo de dos estados posibles para el ción), como la fórmula, el estribillo (el vacío absoluto de signifi-
significante. Podemos, en primer lugar, encontrar al significan- cación), según indica Lacan en el capítulo III: "ambas formas, la
te -digamos- en su patria, es decir, en lo simbólico. O más plena y la más vacía, detienen la significación, son una
bien -segunda posibilidad-, hallarlo en el exilio ... de lo real. Y especie de plomada en la red del discurso" (ibíd., 53). O, como
conviene establecer con claridad esta distinción: no es lo mismo señala en la página anterior: "El enfermo mismo subraya que la
el significante en lo simbólico que el significante en lo real. palabra en sí misma pesa. Antes de poder ser reducida a otra
Así, si decimos que la patria del significante es lo simbólico, significación, significa en sí misma algo inefable, es una signifi-
señalemos que es para tal estado del significante, para el signifi- cación que remite ante todo a la significación en cuanto tal"
cante en lo simbólico, que vale la definición que Lacan luego (ibíd., 52).
establecerá: "un significante es lo que representa a un sujeto La significación, en estos neologismos, remite, vuelve sobre sí
para otro significante". misma, y esto es efecto del des-encadenamiento del significante.
Subrayo en esta oportunidad ese "para otro significante", Se trata, así, de significantes que no remiten a otros en una cade-
porque es solo en este caso, es decir, cuando lo encontramos en na. Esto es lo que explica el "peso" tan particular del neologismo
lo simbólico, que el significante se encadena con otro, que repre- psicótico. Del estado de "des-encadenado" que presenta el sig-
senta a un sujeto ... para otro significante. Solamente "en su nificante en lo real se sigue, entonces, su independencia respec-
patria", el significante, encadenándose, se articula con otro, pro- to de la significación. Tanto por vaciarse absolutamente de ella
duciéndose la significación (es necesario destacar que la signifi- (fórmula, estribillo) o por ser tan pleno de significación (intui-
cación no se engendra más que por esta concatenación signifi- ción delirante) que ya no significa nada.
cante). Esto ocurre únicamente entonces para los significantes Justamente por todo esto, no es en absoluto contingente que
en tanto que se encuentren en lo simbólico, mientras forman sea en el Seminario 3, dedicado a las psicosis, donde Lacan haya
parte de una red, de una cadena. Esto acontece para los signifi- forjado el concepto de un significante asemántico, un "signifi-
i
34 FABIÁN SCHEJTMAN (COMP.) ELABORACIONES LACANIANAS SOBRE LA PSICOSIS 35

¡
cante que no significa nada" (LACAN 1955-56, 264) por estar aislado, planteábamos a la Bejahung y a la Verwerfung como las dos caras
j
:.!
no concatenado con los otros. de una operación que se halla en el origen mismo de la simboli-
!
:·¡
Para terminar, señalemos lo siguiente. Distinguidos los dos zación. La constitución del aparato tiene pues estas dos vertien-
estados del significante (significante en lo simbólico - significan- tes. Se inscriben significantes, constituyéndose así el mundo
te en lo real), conviene ahora -si seguimos a Lacan- pensarlos en simbólico de un sujeto y, correlativamente, hay significantes -y
disyunción. En efecto, un significante no puede al mismo tiem- otros elementos que no son significantes: hemos señalado la
po estar en su patria y estar en el exilio. Un mismo significante Ausstossung del objeto- que no se inscriben o no se aceptan, que
no puede, a la vez, haber sido admitido en lo simbólico y ser son rechazados, que se forcluyen.
rechazado a lo real. Es lo que Lacan afirma de este modo en el En ese nivel entonces, en el nivel de la operación, antes de
capítulo VI del seminario: "En el origen hay pues Bejahung, a tomar en cuenta los significantes que son tomados allí, no hace-
saber, afirmación de lo que es, o Verwerfung" (ibíd., 120). mos diferencias estructurales. Las diferencias entre las estructu-
Dice "en el origen" casi en el mismo sentido en que el reli- ras subjetivas aparecen cuando nos planteamos cuáles signifi-
gioso afirma "en el principio fue el verbo". Efectivamente, "en el cantes se inscriben y cuáles son rechazados. Y esto,
principio fue el verbo" eso es la Bejahung_. Y Lacan señala que en lo, no es sin consecuencias. Más aún, es solo a partir de tales con-
el principio hay Bejahung o Verwerfung. Pero entonces la cuestión secuencias que podemos plantear un diagnóstico diferencial,
pasa a ser ahora cómo leemos esa disyunción, qué valor le porque en la vida no nos topamos con la inscripción o la forclu-
damos a esa "o" que Lacan ubica entre Bejahung y Verwerfung. sión -que como tales son de estructura- sino con sus efectos.
Si tomamos la perspectiva de un significante, allí la exclusión
es tajante: un significante -así lo señalábamos- no puede ser
admitido y expulsado al mismo tiempo. Si pensamos en deter- Bibliografía
minado significante, tenemos que decir del mismo que, o toma
el camino de la Bejahung o toma el de la Verwerfung. Pero no FREUD, S. (1911), "Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de
ambos. paranoia descrito autobiográficamente", en Obras Completas, t. XII,
Por ejemplo, en la perspectiva en que lo plantea Lacan, el Amorrortu, Buenos Aires, 1986.
nombre-del-padre como significante, o se inscribe en lo simbóli- FREUD, S. (1915), "La represión", en Obras Completas, op. cit., t. XIV.
FREUD, S. (1918), "De la historia de una neurosis infantil", en Obras
co, o se rechaza, se forcluye, pero no ambas cosas. En el primer
Completas, op. cit., t. XVII.
caso tendremos a la neurosis o la perversión. En el segundo a la FREUD, S. (1920), "Más allá del principio del placer", en Obras Completas,
psicosis. En esta dimensión del problema, la exclusión es termi- op. cit., t. XVIII.
nante. Y se puede ver ahí la posición estructural de Lacan: no es FREUD, S. (1925), "La negación", en Obras Completas, op. cit., t. XIX.
posible ser al mismo tiempo neurótico y psicótico. El significan- HYPPOLITE, J. (1954), "Comentario hablado sobre la Verneinung de
te del nombre-del-padre no puede inscribirse en el Otro del suje- Freud", en Lacan, J., Escritos 2, Siglo Veintiuno, México, 1984.
to y al mismo tiempo haber sido forcluido de allí. No somos más LACAN, J. (1953-54), El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud,
o menos psicóticos o más o menos neuróticos, según se haya ins- cap. V., Paidós, Buenos Aires, 1984.
cripto un poquito más o un poquito menos del nombre-del- LACAN, J. (1955-56), El Seminario, Libro 3, Las psicosis, Paidós, Buenos
padre. O se inscribe el nombre-del-padre y se producen los efec- Aires, 1984.
LACAN, J. (1956a), "Introducción al Comentario de Jean Hyppolite
tos de esta inscripción en la neurosis y la perversión, o no se ins-
sobre la Verneimmg de Freud", en Escritos, 1, Siglo Veintiuno,
cribe el nombre-del-padre y observamos los efectos de su no ins-
México, 1984.
cripción en la psicosis.
LACAN, J. (1956b), "Respuesta al Comentario de Jean Hyppolite sobre
Ahora bien, por el otro lado, si pensamos en la operación en la Verneinung de Freud", en Escritos, 1, op. cit.
sí misma, no podemos dejar de decir -insistimos en ello- que no LACAN, J. (1958), "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posi-
hay Bejahung sin Verwerfung y viceversa. Recuérdese que ble de la psicosis", en Escritos, 2, op. cit.

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