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I CAPÍTULO: GENERALIDADES DEL
PROCESO DE LA COMUNICACIÓN
No sólo nos
comunicamos
con el habla, sino
que también con
los sentidos
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COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
1. Concepto e importancia de la comunicación
¿Te has preguntado, alguna vez, qué sería de nosotros si no pudiéramos comunicarnos?
Imagina que un buen día te levantas en la mañana y no entiendes ni una sola palabra de lo
que dice tu mamá. Extrañado, te vas al colegio, y al cruzar la calle, te das cuenta de que el
semáforo tiene las tres luces encendidas al mismo tiempo. En la escuela, tampoco
comprendes lo que hablan la profesora y tus compañeros. Además, miras la hora, y en tu
reloj hay solo rayas y puntos que no logras descifrar... ¿Te lo has imaginado? ¡Sería un
caos!
2. Tipos de comunicación
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La comunicación verbal se refiere a las palabras que utilizamos y a las
inflexiones de nuestra voz (tono de voz).
La comunicación no verbal hace referencia a un gran número de canales, entre
los que se podrían citar como los más importantes el contacto visual, los gestos
faciales, los movimientos de brazos y manos o la postura y la distancia
corporal.
- El mensaje: Lo primero que hay que tener en cuenta, para que pueda haber
comunicación, es ese algo que se desea transmitir. Esto constituye el primer elemento de
la comunicación, y le llamaremos mensaje. Por ejemplo, si alguien está perdido en una
calle, y le pregunta a una persona: "Oiga, ¿puede decirme cómo llegar a la avenida
principal?", éste fue el mensaje transmitido. Ahora bien, lo más probable es que el
mensaje que se ha transmitido genere a su vez una respuesta. En ese caso, se produce un
mensaje nuevo, que podría ser, por ejemplo: "Doble por la siguiente esquina".
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Cualquier persona o grupo de personas puede hacer estos papeles. Por ejemplo, si se está
jugando un partido en el estadio, y toda la gente de las graderías grita: "¡Bravo!" después
de una buena jugada, toda la gente es el emisor de ese mensaje. Y, naturalmente, el
jugador será el receptor de ese mensaje. Los papeles de emisor y receptor pueden ser
adoptados indistintamente por las personas, dependiendo de las circunstancias. Si una
niña le dice a su mamá: "Te quiero", la niña es el emisor, y su mamá el receptor. Pero
cuando la mamá, inmediatamente, le contesta: "Yo también", entonces es la mamá el
emisor y la niña el receptor. O sea, cuando tenemos una conversación, somos
alternadamente emisor y receptor.
Piensa en esto: ¿Qué ocurriría si mientras lees aquí, te encuentras con: "tipi sap ñac tuba
huag"? ¿Lo entenderías? Por cierto que no. Hay un emisor, un mensaje -aunque no se
entiende-, y un receptor, que eres tú, pero que no has podido recibir el mensaje. ¿Por
qué? Porque la forma en que estaba escrito ese mensaje tú no la conoces. A lo mejor es
otro idioma, o es una escritura con clave, etcétera.
Aparte del idioma, existen muchos otros códigos, es decir, muchos conjuntos de signos,
que utilizamos a diario. Uno de ellos son las señales de tránsito. Constituyen un conjunto
de signos, que la mayoría de nosotros manejamos, y nos permiten comprendernos, en
cualquier vía pública. Por ejemplo, cuando el semáforo tiene la luz roja encendida, los que
están frente a él entienden el mensaje, que es quedarse detenido. Del mismo modo,
cuando en la calle vemos varias líneas amarillas pintadas en el suelo, sabemos que ese es
un paso autorizado para los peatones.
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4. Barreras de la comunicación
Para que la comunicación se lleve a cabo en forma óptima, todos los elementos que
participan en ella deben estar funcionando bien. Basta que uno falle, para que el proceso
entero fracase. Veamos algunos de los problemas que se pueden presentar, en cada uno
de los elementos que hemos estudiado.
- Emisor: El emisor falla cuando no se expresa con claridad, cuando transmite algo distinto
a lo que en realidad quería transmitir, cuando se confunde, cuando olvida partes
importantes de su mensaje. Asimismo, el emisor puede errar en el medio que utiliza para
transmitir. Por ejemplo, si hablamos de lenguaje oral, un emisor que habla demasiado
bajo o demasiado rápido, no transmitirá de buena manera sus mensajes. Si hablamos de
lenguaje escrito, un emisor que tiene una letra incomprensible también dificultará que la
comunicación se produzca.
- Mensaje: Deben elaborarse mensajes completos y correctos para que puedan ser
entendidos por el receptor, puesto que esta es su finalidad. Cuando el mensaje está
incompleto, o es poco claro, estamos ante un mensaje que presenta fallas, y que, por lo
tanto, no producirá comunicación alguna. El problema más frecuente en la elaboración de
mensajes es la ambigüedad, es decir, aquellos mensajes que pueden ser interpretados de
más de una manera. Por ejemplo, hay un anuncio en el diario que dice: "Arriendo
departamento en Santiago". Algunos lectores podrían pensar que la persona que puso el
aviso tiene un departamento en Santiago y desea arrendarlo a alguien. Sin embargo, otros
lectores podrían creer que la persona que puso el aviso es quien necesita arrendar un
departamento que quede en Santiago. El emisor de ese mensaje lo construyó de buena
forma, pero no se dio cuenta de que era ambiguo, es decir, de que podía interpretarse o
entenderse de dos maneras diferentes.
- Código: No todos los códigos son efectivos para todas las personas ni en todas las
situaciones. Al momento de elegir uno, el emisor debe cerciorarse de dos cosas. Primero,
de que el receptor maneja ese código, es decir, de que lo entiende y, segundo, de que el
receptor podrá captar el código en la situación en que se encuentra. Por ejemplo, un niño
(emisor) quiere transmitirle a una niña (receptor) que él está enamorado de ella. Pero se
lo dice en alemán. Si la niña no sabe alemán, no podrá entender el mensaje. El código ha
sido el elemento que falló para que se realizara la comunicación. En otro caso, si el niño le
hace su declaración a la niña en el idioma que ella entienda, pero se lo dice en una fiesta,
con la música a todo volumen y mucha gente conversando alrededor, lo más probable es
que ella no oiga nada. Entonces, el código oral tampoco fue el apropiado. Tal vez, en esa
situación hubiera sido preferible el uso de un código no lingüístico gestual.
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que se le está enviando, aunque todos los otros elementos de la comunicación estén
funcionando bien.
B) BARRERAS FISICAS.- son las circunstancias que se presentan no en las personas, sino en
el medio ambiente y que impiden una buena comunicación: ruidos, iluminación, distancia,
falla o deficiencia de los medios que se utilizan para transmitir un mensaje: teléfono,
micrófono, grabadora, televisión, etc.
C) FISIOLOGICAS.- son las deficiencias que se encuentran en las personas, ya sea del
emisor (voz débil, pronunciación defectuosa) o del receptor (sordera, problemas visuales,
etc.) que son factores frecuentes que entorpecen o deforman la comunicación.
En el aspecto administrativo, las barreras pueden ser por la falta de planeación, supuestos
no aclarados, distorsiones semánticas, expresión deficiente, pérdida en la transmisión y
mala retención, escuchar mal y evaluación prematura, comunicación impersonal,
desconfianza, amenaza y temor; periodo insuficiente para ajustarse al cambio; o
sobrecarga de información. (Tomado de M.C. MINERVA JAVIER DOMINGUEZ / INST.TEC.
DE COATZACOALCOS)
Las diferencias entre lenguaje, lengua y habla son muy importantes a la hora de
adentrarnos en el estudio del lenguaje y de la lingüística. Vamos a intentar dar
unas definiciones básicas que nos permitan discernir unos conceptos de otros.
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Podemos entender el lenguaje como la capacidad de poder establecer comunicación
mediante signos, ya sean orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta
muchísimas manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro
planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas, como el
español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por tanto, de “lenguaje
español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear los términos con la
precisión que merecen.
Por otro lado, la lengua es, como hemos dicho, un sistema de signos que los hablantes
aprenden y retienen en su memoria. Es un código, un código que conoce cada hablante, y
que utiliza cada vez que lo necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy
importante para el normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el
hecho de que todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se
puedan comunicar entre sí.
Entre la lengua y el habla se establece una especie de estrato intermedio que los lingüistas
entienden como norma. La norma es lo que nos impide emplear algunas formas
lingüísticas que, ateniéndonos a la lógica de la lengua, podrían ser correctas. Ocurre
cuando un niño dice andé, en lugar de anduve, de la misma manera que diría jugué, miré
o canté. Este tipo de normas tiene origen histórico y, así consideradas, no constituyen
ninguna irregularidad. La norma impone desvíos en determinados aspectos de la lengua
que todos aceptamos, pero el hablante no tiene por qué conocerlos en un principio y por
eso es tan común que, entre los que están aprendiendo, surjan este tipo de errores.
El idioma o lengua es lo general; el habla es lo particular. Del habla resultan los dialectos y
la jerga.
La jerga: Es el lenguaje especial que emplean los individuos de algunas profesiones,
oficios o agrupaciones. Cada profesión u oficio tiene un vocabulario propio; en las jergas
se distinguen diversos tipos: estudiantiles, de delincuencia, términos taurinos, militares,
eclesiásticos, etc.
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6. Niveles de la lengua en la comunicación
a) El medio de comunicación utilizado, que da lugar a dos grandes variedades: la lengua ORAL
y la ESCRITA.
b) Las circunstancias sociológicas que dan lugar a las variedades SOCIO CULTURALES
c) Las diversas situaciones que pueden producirse en el acto de comunicación, que dan lugar
a las variedades SITUACIONALES.
d) Las circunstancias geográficas que, combinadas con factores históricos, dan lugar a las
variedades DIALECTALES.
El lenguaje refleja las diferencias sociales: posición, fortuna, cultura. De acuerdo con estos
factores, podemos distinguir en la lengua los siguientes niveles de habla:
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Riqueza de vocabulario.
Pronunciación correcta, cuidada y adecuada.
Mensaje con orden lógico.
Uso de cultismos (palabras que proceden del latín o del griego).
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entonaciones. puntuación, sinónimos, enlaces y sintaxis,
entre otros recursos.
Uso de recursos paralingüísticos: cambios Uso limitado de recursos paralingüísticos:
de ritmo, de velocidad y variación de tonos, diversas tipografías (cursivas, negritas y
entre otros. otras) y códigos gráficos (corchetes,
asteriscos y otros)
Uso de estructuras sintácticas simples Uso de estructuras sintácticas complejas.
(pueden alternarse)
Uso de frases inacabadas. Elaboración precisa de estructuras.
Elipsis frecuentes. Elipsis menos frecuentes.
Prefiere léxico informal. Prefiere léxico formal.
Uso de muletillas: palabras o expresiones Tendencia a eliminar las muletillas.
usadas repetidamente.
Uso frecuente de onomatopeyas, frases Uso muy escaso de frases hechas y
hechas y refranes. onomatopeyas.
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CAPÍTULO II: Los recursos y las técnicas de la
Expresión Oral
-Concepto:
-Objetivo:
Así pues, antes de pensar lo que queremos decir, hemos de hacernos tres preguntas
básicas:
- ¿Por qué me dirijo al público?
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- ¿Qué deseo conseguir?
- ¿Qué deseo que las personas receptoras hagan o sientan después?
Es normal que existan varios objetivos de tipo general, pero es fundamental que
prevalezca uno, concreto y alcanzable, por encima de los demás
2. LA AUDIENCIA (I)
-Concepto:
Según a quién nos pensemos dirigir y qué pensemos conseguir, usaremos el canal de
transmisión y el código que nos parezca más oportuno.
- ¿Qué esperan?
Es distinto dirigirse a unas personas que reciben nuestro mensaje voluntariamente que a
otras que lo hacen por obligación. La predisposición que mostrarán será muy distinta.
Debemos buscar la satisfacción del público, no la de nuestro ego. Nos dirigimos a una
audiencia, no a nosotros mismos, los protagonistas son las personas oyentes o lectoras, no
la autora.
Hemos de procurar que la forma (puesta en escena, estilo, vocabulario...) sea la adecuada
a las características de las personas receptoras. La forma debe ser una ayuda para la
comprensión del fondo, nunca lo contrario.
Toda audiencia tiene un sentimiento colectivo que establece las normas de lo que
el grupo cree que tiene derecho a recibir y de lo que el orador les debe ofrecer.
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Una audiencia formada por personas con idéntica profesión es muy diferente que
otra a la que acuden personas de distintos ramos (estudiantes, entrada libre...).
Las audiencias se condicionan a sí mismas. La actitud de la mayoría imperará
aunque se trate de un grupo heterogéneo, la risa provocará más risa, el silencio
generará un silencio mayor, de ahí la dificultad de realizar la primera pregunta en
un coloquio.
El público que nos escucha no es un ente abstracto, está formado por personas
que, de forma individual o como grupo, han tenido unas determinadas vivencias en
los momentos previos a nuestra intervención, el recuerdo de éstas puede aparecer
en cualquier momento y provocar la distracción. No debe extrañarnos la creciente
tendencia del público a "perder la onda"; si esto sucede, será muy difícil volver del
aislamiento mental. Necesitaremos de algún incentivo para lograrlo.
3. Limita el número de temas clave a siete o a menos por cada presentación. Una buena
presentación exige organización, brevedad y un uso cuidado de la lengua.
4. Utiliza un lenguaje adecuado con el público y emplea sustantivos y verbos que doten
de fuerza y dinamismo al texto. Evita la voz pasiva.
5. Expresa una idea en cada elemento utilizando frases cortas en lugar de oraciones
compuestas.
7. Utiliza gráficos, tablas y diagramas para que los datos puedan ser contrastados
fácilmente.
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8. En el momento de la presentación hay que dar la imagen de estar relajado y seguro,
aunque se esté como un flan. Deberemos vocalizar con claridad y evitar hablar de forma
entrecortada.
9. Es muy bueno tener un vaso de agua a mano para utilizarlo en caso de que se nos
seque la boca, o simplemente para cuando necesitemos una excusa para pensar en la
siguiente idea.
10. Nunca hay que admitir que se está nervioso y disculparse por ello. Si se nos olvida algo,
lo mejor es seguir adelante y mencionarlo cuando lo recordemos
Será necesario reflexionar sobre qué sabemos, pero pensando que no nos pueden quedar
dudas, ya que a los que nos dirigimos, esperan que nuestra exposición sirva para aclarar y
resolver los aspectos menos conocidos y que pueden ser motivo de conflicto.
Para ello, nos documentaremos con todo tipo de información que esté a nuestro alcance
(publicaciones, personas informadas) para así también reforzar nuestros argumentos.
Teniendo en cuenta siempre la importancia de disponer de hechos, ya que éstos
constituyen la materia prima de la información.
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Debemos tener en cuenta cuáles son los aspectos principales (hechos a comentar, acción
a realizar, etc.) y cuáles los secundarios (citas, otros elementos de apoyo a nuestras tesis),
para situarlos y darles el realce que les corresponde de tal manera que al auditorio le
quede muy claro lo que es el tema fundamental y lo que forma parte del
acompañamiento.
Las personas que disfrutamos con el cine en la pantalla grande no escatimamos esfuerzos
para ir al cine y obtenemos buenos resultados, estamos satisfechos en cantidad y
calidad(DESARROLLO).
Pero como la mayoría de empresarios, se olvida de los clientes de verdad cuando las cosas
funcionan bien. Por tanto, si queremos entradas más baratas se lo tenemos que
manifestar(CONCLUSION)."
"Me gustaría empezar (indicio) esta breve explicación (se refuerza el indicio) preguntando
a todas las personas presentes cómo creen que serían las condiciones de los cines si se
bajaran los precios."
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«La reducción de los precios de las entradas de cine laboral se fundamenta en los
beneficios que se obtienen (indicio), que como la mayoría de los presentes (indicio
reforzado), vais al cine comprobando como suben los precios día a día».
"En toda negociación hay dos aspectos (indicio), los intereses de los dueños de los cines y
los de los cinéfilos y me gustaría hablar sobre ambos, unos minutos, antes de comentar las
posibles soluciones (indicio)".
"Nos estamos reuniendo con el responsable del grupo de empresas (indicio) y os puedo
asegurar que es muy receptivo a las propuestas. Así, en la próxima entrevista le daremos
la documentación que hemos elaborado sobre el tema (indicio reforzado)".
Hay que avisar cuando vamos a decir lo fundamental: "Aunque sea lo único que nos quede
claro de la charla de hoy, confío que recordaréis siempre lo que ahora os voy a comentar
(indicio). En realidad se trata de la idea clave (indicio reforzado) de todo lo que he venido
a exponer hoy aquí".
SEIS: HE TERMINADO:
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6. LA PRIMERA IMPRESIÓN Y EL NERVIOSISMO INICIAL.
La primera impresión:
Este factor no tiene tanta importancia si el público nos conoce como es el caso de una
charla en clase, o una asamblea en el centro de trabajo. Si no nos conocen, en un primer
momento pesará más el "cómo lo decimos" que "lo que decimos".
Debemos buscar que nuestra imagen sea una aliada que nos ayude a la consecución de los
resultados perseguidos. En cuanto a nuestra actitud, simplemente debe rezumar
sinceridad, energía y convicción.
Pocas personas se escapan del molesto nerviosismo previo a una intervención en público,
¿qué se puede hacer para controlarlo?. Ante todo ten presente lo siguiente:
o Primero. Es necesario aprender a convivir con los nervios. Aun los más
consagrados oradores, actores, cantantes, etc., presentan un cierto grado de
nerviosismo antes de enfrentarse al público.
o Segundo. Cada vez que hables en público te costará un poco menos que la vez
anterior, sobre todo si es ante el mismo público (por ejemplo tus compañeros de
trabajo).
o Tercero. Los nervios desaparecerán por sí mismos en el momento que empieces a
hablar.
o Cuarto. En la mayoría de los casos el auditorio no se fija en sus reacciones
corporales: temblor en la voz, sudoración de las manos etc. Por lo tanto, no les des
pistas del tipo: "perdonad que me tiemble la voz", "qué nervioso estoy".
o Quinto. No evites la mirada o el contacto visual con el auditorio, es una señal
evidentes de nerviosismo.
- Cuanto mejor hayas preparado la exposición, más seguro y confiado hablarás, por lo
tanto prepara previamente el discurso y acompáñate de las notas y apuntes que
necesites.
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- Cree firmemente en que el público va a estar interesado en lo que les vas a contar.
- No se fijarán que has perdido el hilo del discurso si no das muestras de desesperación
cuando te pase.
- Evita cualquier forma de movimiento o tic nervioso que pueda delatar tu estado de
ánimo, concretamente: no te pongas la mano delante de la boca, ni metas las manos en
los bolsillos y mucho menos juegues con las monedas o llaves que lleves dentro
La primera y la última frase de una intervención son fundamentales. Hay que captar la
atención del público desde el principio y concluir dejando una buena sensación.
Una vez cumplidas con las formalidades como agradecer la invitación, informar de
cuestiones prácticas, etc., se empieza con la parte sustancial de nuestra intervención,
debemos procurar hacerlo con un párrafo introductorio general que resuma lo que se va
a decir y por qué les interesa aquel tema.
Este párrafo ha de tener la virtud de captar la atención del auditorio e indicar el hilo de
nuestro pensamiento. A partir de aquí deben ordenarse las ideas de forma secuencial
sucediéndose unas y otras con arreglo a una estructura lógica.
-Pregunta retórica sobre el tema: "¿Por dónde podríamos empezar?" "¿Qué preguntas
podríamos hacernos sobre...?" (sin esperar respuesta, contestamos).
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Es aconsejable apuntar en el guión la frase inicial de nuestro discurso. La dificultad de
encontrar un buen inicio desmoraliza al orador, atrasa el cuerpo del discurso y puede
desordenarlo.
-Acabar bien:
-Un resumen, concentrado en una o dos frases, del contenido principal del discurso.
Uniendo las partes final e inicial de un discurso, ambas tendrían que contener los puntos
esenciales de la exposición. La apertura indica lo que se va a decir; la conclusión resume lo
que se ha dicho
1.-Transmitir una idea por frase, o diversas frases para una, pero nunca diversas ideas en
una sola frase.
2.-La explicación debe basarse más en los actores y las acciones que no en las
abstracciones.
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El lenguaje oral ha de reflejar lo que se quiere decir, ha de transmitir las intenciones del
orador, ha de ser expresivo.
-El término muletilla, según el diccionario, está definido como "estribillo, voz o frase que
por vicio se repite con frecuencia".
Las muletillas son muy frecuentes en los oradores (nuevos y antiguos). Son algo así como
los apoyos en los que se reafirman en su comunicación con el público. Los efectos en el
auditorio son negativos.
b) Muletillas de tipo oral: "em", "este", "porque", "o sea", "es decir", etc.
las más frecuentes son "evidentemente" "en definitiva", "está claro", etc.
Las muletillas sirven para encubrir dudas, vacíos, vicios (en la oratoria) del comunicador,
en definitiva para cubrir insuficiencias. Otras veces son producto de los nervios.
o La voz:
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El ejercicio consiste en que hablemos susurrando pero de manera que se entienda lo que
decimos desde una corta distancia. Probemos a decir susurrando: "Me tengo que ir antes
de que acabe la reunión", lo repetiremos hasta que desde el otro lado de la clase se nos
entienda perfectamente.
o La mirada:
Si nos dirigimos al público mirando a cualquier otra parte donde podamos esquivar las
miradas de la gente, parece que tengamos miedo de comprobar que nos miran. El
auditorio también puede pensar que no tenemos interés en comunicarnos y esto anula
inmediatamente la eficacia del mensaje.
Debemos evitar las miradas cortas e inquietas. Si mirar a los ojos nos resulta incómodo, lo
mejor es mirar a la frente ya que da la misma impresión. Si el número de personas
asistentes no permite miradas individuales, las realizaremos de forma global. Mirar a la
audiencia es una forma de mantener la atención, la persona que percibe nuestra mirada,
experimenta la sensación de que se le habla a ella, por el contrario si un sector no recibe
nuestra mirada, tendrá la sensación de que no le tenemos en cuenta.
Controlaremos el tiempo de forma natural, sin que parezca que estamos pendientes de
ello. Si llevamos el reloj en la muñeca, no debemos mirarlo con frecuencia.
-Las manos: Han de ser usadas para apoyar nuestra comunicación, que sean expresión
confirmatoria de lo que queremos decir. Reseñamos a continuación algunos ejemplos de
ademanes que, por sólo hacerlos, transmiten una opinión o estado de ánimo sobre algo o
alguien.
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-Con relación a la postura corporal:
Tanto en la posición de pie como en la de sentado hay que evitar las "formas no
comunicativas" éstas son: Las formas rígidas: es necesario que el orador/a muestre vida y
la vida está en movimiento.
- Las formas derrumbadas: hay que evitar las actitudes laxas y encorvadas; el aspecto
indolente y abatido y la falta de entusiasmo no ayuda a la comunicación.
-Si los pies o piernas están a la vista del público, evitar movimientos raros que distraigan la
atención.
- En una charla cuyo objetivo sea movilizar a la gente a alguna acción, conviene hablar
siempre de pie
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11. EL USO DE MEDIOS DE APOYO
Pueden resultar una buena ayuda para mantener la atención, facilitar la memorización y
clarificar el pensamiento de quienes escuchan. Un mal uso puede provocar efectos
contrarios a los perseguidos.
Micrófono: Cualquiera sabe utilizarlo, pero cuidado, nos puede jugar malas pasadas que
podrían arruinar nuestra intervención. Antes de empezar a hablar nos aseguraremos que
está conectado (chasquido de los dedos, golpecitos).Lo ajustaremos un poco por debajo
de la altura de la boca.
Diapositivas: Hay que tener en cuenta el precio, ya que resultan bastante caras, sobre
todo si son para una única sesión. Para usarlas, hemos de tener en cuenta que ha de ser
posible dejar la sala a oscuras y poder continuar así nuestra disertación.
Los cambios deben ser rápidos y su contenido debe ser concreto, conciso y claro.
Debemos evitar los textos largos y conocer el funcionamiento del proyector y éste debe
estar preparado en el momento oportuno, incluso con la primera transparencia colocada.
Gráficos, cuadros, etc.: Son útiles para explicar conceptos y detalles que de otra manera
no podrían exponerse con la suficiente sencillez, precisión y/o rapidez.
-Si se hace con antelación al día de nuestra intervención, tiene la ventaja de que habrán
podido ser estudiados y nuestras palabras serán mejor comprendidas. Pero con toda
seguridad muchas de las personas asistentes no se los habrán leído, con lo cual habrá que
adaptar el discurso a esta circunstancia.
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-Si se trata de documentación para usar en el momento de nuestra intervención, y se ha
repartido con antelación, tendremos el inconveniente que una parte de la audiencia se
olvidará de traerla. Si la entregamos el mismo día del acto, debemos hacerlo en el preciso
momento en que vaya a ser usada, para evitar distracciones provocadas por la lectura. Si
se trata de una documentación para ser usada con posterioridad a nuestras palabras,
siempre la entregaremos al finalizar el acto
Una vez respondidas, nos despediremos resumiendo brevemente las ideas expuestas,
reforzándolas con alguna intervención favorable de las que se hayan producido: "Como
muy bien ha dicho la compañera".
- Pronunciar frases como: "Has usado la palabra adecuada...", son una muestra de nuestro
interés.
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- Ante una pregunta demasiado vaga responderemos concisamente en términos
generales.
- Evitaremos la pregunta que interesa a una sola persona relacionándola, si es posible, con
una causa general, o bien remitiéndola a una explicación individual al terminar.
- Si desconocemos alguna respuesta, nos excusaremos con un: "Me faltan datos para
poder contestar" o simplemente admitiendo el desconocimiento y comprometiéndonos a
informarnos y hacer llegar la respuesta. La franqueza y sinceridad son fundamentales.
- Evitaremos dar la sensación de que, aun sin conocer bien el tema, nos encerramos en
mantener nuestra postura con argumentos débiles. Si algo no lo conoces o dominas,
intenta evitarlo.
Del tipo: "Imaginemos que... ¿Qué pasaría si ... ? ¿Y si en lugar de esto ...?". No es bueno
dejarse llevar hacia suposiciones que suelen ser calamitosas: "Nosotros hacemos X, no
futurología. Trabajamos sobre situaciones reales".
Tendenciosas:
"Todos sabemos que los beneficios de las salas de cine son elevados, ¿cómo es posible
que esta comisión no haya hecho algo antes?".
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Responderemos relativizando la afirmación en que se basa la pregunta, evitando entrar de
lleno en la provocación: "Me gustaría saber de dónde has sacado los datos de los
beneficios de los cines".
Confidenciales:
De sí/no:
CONCLUSIONES
Uno de las grandes lecciones sugeridas en estos capítulos es que la expresión oral
es el resultado de una serie de recursos y de elementos que se combinan para
lograr una enorme eficacia en el mensaje; así, desde una mirada, un movimiento
de manos, hasta la planificación del discurso, determinan el éxito en la oratoria.
El lenguaje no verbal, como he visto, es el verdadero protagonista de la oratoria. O
dicho así: el poder de la enunciación (de cómo decimos las cosas), pesa más que el
valor cognitivo del discurso (lo que decimos).
Sin importar los obstáculos que se presenten durante el hablar en público, los
verdaderos oradores son aquellos que logran salir al paso y conservar la
compostura y la serenidad frente a las audiencias.
Finalmente, la sugerencia implícita en estos contenidos, es que muchas veces no
solo importa cuanta propiedad manejamos sobre un tema, sino la fuerza locutiva
con que lo transmitimos a los demás. Y que todo esto, repercute indudablemente
en las distintas áreas de nuestro ámbito laboral.
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