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LA COMUNICACIÓN
Definición:
ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN:
TIPOS DE COMUNICACIÓN:
Problemas en la comunicación
Asimismo, el emisor puede errar en el medio que utiliza para transmitir. Por
ejemplo, si hablamos de lenguaje oral, un emisor que habla demasiado bajo o
demasiado rápido, no transmitirá de buena manera sus mensajes. Si hablamos
de lenguaje escrito, un emisor que tiene una letra incomprensible también
dificultará que la comunicación se produzca.
- Código: No todos los códigos son efectivos para todas las personas ni en
todas las situaciones.
COMUNICACIÓN EFECTIVA
3. Comunicación organizacional
Asertividad:
A E T F A B T K R N
B M K I E G E O H B
F I K Y L J D G F V
M S D O A L K I Q C
K O O J L F A D W X
C R J D K P L O Y Z
F I O G S A R C E Q
U U L P L M P J S W
I Y E O J K A D A E
A T W J F S X F N R
L R T K N C Z G P T
W E Q E O B Ñ H O Y
C M T N V L J I U
A G Q W E R Y U I O
N K A K O U I O P K
A H S J L G Q W E R
L G F H K P O U Y T
J S D G H K P F G H
J U O U R L H J H N
J O R E C E P T O R
MENSAJE
CODIGO
CANAL
EMISOR
RECEPTOR
Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del
hombre. Cuando el aburrimiento bostezaba por tercera vez, la locura como
siempre tan loca propuso: “Vamos a jugar a los escondidos”. La intriga levantó
el ceño extrañada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó:
La primera en esconderse fue la pereza que como siempre, que como siempre
se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia
se encontró tras la sombra del triunfo, quien por su propio esfuerzo había
logrado subir a la copa del árbol más alto.
La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que encontraba le
parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si un lago cristalino para la
belleza; que si la hendija de un árbol: perfecto para la timidez; que si el vuelo
de una mariposa: lo mejor para la voluptuosidad, que si una ráfaga de viento:
magnífico para la libertad, y así terminó en ocultarse en un rayito de sol.
Pero solo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada
árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en las cimas de las montañas, y cuando
estaba por darse por vencido divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a
mover las ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas
habían herido los ojos del amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse,
lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la
tierra: El amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.