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TÍTULO:
PROCESO LABORAL
AUTOR/ES: Frescotti, Paula A.
PUBLICACIÓN: Temas de Derecho Laboral
TOMO/BOLETÍN: -
PÁGINA: -
MES: Abril
AÑO: 2017
PAULA A. FRESCOTTI(*)
I - INTRODUCCIÓN
El fenómeno tecnológico con su naturaleza transversal y evolutiva crea en los operadores jurídicos la
necesidad de contar con una herramienta de adecuación que permita lograr su incorporación válida al
procedimiento laboral.
Así, casi sin advertencia las TIC (tecnologías de la información y comunicación), ingresan en todas las
facetas de nuestra vida, dejando rastros que, en caso de controversia judicial, pueden ser utilizados como
herramientas para desentrañar la verdad real.
Aquello que hemos denominado “mundo digital” tiñe las relaciones humanas y, como una de sus clases, la
relación laboral. Se encuentra presente en el momento previo a la celebración del contrato o relación de
trabajo, en los procedimientos de búsqueda y selección de personal, los cuales incluyen envíos de CV digitales,
e-mails comunicando los resultados de las encuestas realizadas, así como capacitación anterior al ingreso, vía
internet.
En el desarrollo de la relación de empleo las empresas recurren a la tecnología para obtener mayor
productividad, eficiencia y conectividad con clientes y trabajadores. En el caso de los trabajadores, se envían
directivas por e-mail, se les comunican inasistencias o períodos de vacaciones, se conforman grupos de
WhatsApp o foros para realizar las denominadas “tareas colaborativas”. También se efectúan controles
empresarios por medio de cámaras y grabaciones. Esto acarrea un beneficio para las empresas, pues reducen
las barreras para realizar negocios, incrementan los ingresos, mejoran sus procesos, volviéndolas más
competitivas y rentables. Sin embargo, como contrapartida, la implementación de estas nuevas herramientas
de trabajo dentro de las compañías puede conducir a la vulneración de los derechos fundamentales de los
trabajadores. Así, el secreto de las comunicaciones y la intimidad de los empleados están en jaque.
En el momento en que la extinción del contrato o relación de empleo resulta copiosa y variada, la
jurisprudencia que incluye la tecnología en las causales de despido y de la lectura de las mismas se colige la
implicancia del “mundo digital” en las relaciones laborales. Podemos aunarlas en dos grandes grupos:
a) Aquellos en los cuales se confirmó el despido dispuesto por el empleador con una causal
relacionada con la tecnología
La injuria: un líder de equipo que ostentaba un cargo jerárquico envió un e-mail a su secretaria con
contenido obsceno. Se consideró que como jefe debió no solo cumplir sino también hacer cumplir los
lineamientos y normas internas de la empresa establecidas en su código de conducta. (1)
Es justificado el despido de un trabajador que utilizó el correo electrónico, provisto por su empleador, para
enviar un mensaje que contenía alusiones sexistas, difamatorias y despectivas respecto de algunos de sus
compañeros de trabajo.
Se trató de una clara violación de la política de la empresa referente al uso de las herramientas de trabajo
y no ha existido por parte del principal una violación de la correspondencia epistolar al revisar su cuenta
electrónica, en tanto actuó de conformidad con una política de uso claramente establecida y conocida por el
dependiente con anterioridad a la época del envío del referido mensaje. No existía en el caso expectativa de
confidencialidad.(2)
b) Aquellos en los cuales se utilizó una causal de despido relacionada con la tecnología y luego fue
desestimada por el tribunal
Es injustificado el despido con fundamento en que el trabajador creó indebidamente una cuenta de e-mail
con la extensión del nombre del empleador, utilizando el usuario y contraseña otorgada por este, ya que, si no
era el único que conocía su clave y era común su préstamo entre los empleados, no resulta posible atribuirle la
comisión del hecho imputado, máxime cuando ante la ausencia de otra prueba incriminatoria en virtud de lo
dispuesto por el artículo 9 de la LCT solo puede interpretarse la prueba a favor del dependiente. No se pudo
adjudicar la autoría.(3)
Corresponde desestimar la causal invocada por el empleador para despedir al trabajador, ya que en modo
alguno puede ser atribuido al actor el envío de un e-mail conteniendo entre los datos profesionales -currículum
vitae- otros referidos al giro comercial de la demandada en tanto de la prueba testimonial surge acreditado que
la computadora del actor podía ser utilizada por otras personas.(4)
c) También se ha apelado a la tecnología para acreditar la existencia de la relación laboral
Debe tenerse por acreditada la existencia de contrato de trabajo si a los dichos de los testigos que
coinciden en que la actora se ocupaba de vender y coordinar con colegios bilingües los espectáculos que el
empleador producía se suma que aquella reservó un pasaje aéreo desde una casilla de e-mail con el dominio
web propiedad del demandado, lo cual demuestra que se valía de los instrumentos con los que este organizaba
la empresa.(5)
Establecido en este primer acápite la importancia del fenómeno descripto para el derecho del trabajo, nos
topamos en la práctica con un grave problema de orden procesal: ¿cómo incorporar este tipo de probanzas al
proceso con nuestro actual CPCC y CPL?
El objeto de este trabajo es proponer un método de análisis general de la prueba relacionada con la
tecnología que nos sirva de herramienta cada vez que debemos realizar este tipo de adecuación.
Así, postulamos que deben examinarse cuatro aspectos básicos: la viabilidad procesal, la adecuación al
ordenamiento jurídico vigente, las particularidades de cada fuente de prueba y por último la fiabilidad de la
fuente.
II - VIABILIDAD PROCESAL
Alguna parte de la doctrina propugna la reforma del Código Procesal para lograr la incorporación de esta
prueba “nueva”. Esta postura propone crear nuevos medios de prueba acordes a este fenómeno. Esta idea
responde a un sistema consistente en establecer un sistema sellado, de tipo omnicomprensivo de todas las
categorías, según el cual solo pueden emplearse como medios de prueba aquellos taxativamente señalados por
la ley. Otra postura invita a optar por un modelo abierto y residual.
Creemos que la clave está en realizar la distinción que propone el procesalista Sentís Melendo. Este
magistrado español exiliado en la República Argentina y profesor de derecho procesal en diversas
universidades latinoamericanas propuso en su tiempo distinguir entre fuente y medio de prueba. Esta doctrina
es recogida por Kielmanovich.
Así, las fuentes de prueba “son los elementos que existen en la realidad”. La fuente es “un concepto
metajurídico, extrajurídico o a-jurídico, que corresponde forzosamente a una realidad anterior y extraña al
proceso”. Por su parte, el medio es el vehículo por el cual estos elementos ingresan al proceso para su
consideración por el juez. El medio “es un concepto jurídico y absolutamente procesal”; la fuente “existirá con
independencia de que se siga o no el proceso”, en cambio el medio “nacerá y se formará en el proceso”; en fin,
la fuente es “lo sustancial y material” y el medio es “lo adjetivo y formal”.
En nuestra opinión, el desarrollo tecnológico ha variado sustancialmente las fuentes de prueba, mas los
medios siguen siendo los tradicionales, lo cual, unido al sistema de libertad probatoria en su faz relativa a los
medios, torna viable la incorporación de las pruebas tecnológicas no previstas taxativamente.
El CPL de Córdoba consagra la libertad probatoria en los medios y el objeto de prueba en forma casi
absoluta al regular en el artículo 200 como pilar del sistema de prueba la libertad probatoria. Así expresa que
los interesados podrán producir la prueba sobre todos los hechos que creyeren convenir a su derecho, hayan
sido o no alegados. Ello se complementa con el artículo 199, segunda parte, que manifiesta que “en ningún
caso se denegará la apertura de prueba o el despacho de diligencias probatorias” a excepción que las mismas
estuviesen prohibidas por la ley o fuesen manifiestamente inadmisibles o imposibles de producir. Por su parte,
el Código Procesal Nacional se inclina por el sistema de precalificación de la prueba, otorgando facultades al
juez de inadmisión en el momento del ofrecimiento. El artículo 364 del CPCN establece que las partes pueden
introducir pruebas sobre los hechos alegados (no los no alegados - disposición totalmente contraria a nuestro
Código), otorgando al juzgador facultades de rechazar las pruebas manifiestamente improcedentes, superfluas
o dilatorias.
Creemos que la que consagra el CPCC cordobés es la elección acertada, pues finca en la protección del
principio constitucional de defensa en juicio. Ello unido a que la pretensión de determinar categorías “estancas”
en relación con la prueba tecnológica acarrearía un estrepitoso fracaso, dada la rápida obsolescencia de los
avances tecnológicos. Cabe poner de resalto que el derecho procesal laboral cordobés actualmente vigente es
aún más restrictivo, cuando veda al juez de conciliación esta facultad, reservando la calificación de la
pertinencia y eficacia de las pruebas ofrecidas por las partes para el juez de sentencia.
Respecto a su ingreso válido al proceso debemos recurrir al artículo 202 del CPC, que nos permite ofrecer
una prueba innominada que, a pesar de no hallarse específicamente regulada en el Código, no puede por este
motivo ser inadmitida, recurriendo en el caso para su diligenciamiento a otras pruebas que fueren
analógicamente aplicables, o sea, utilizando para su diligenciamiento el procedimiento de la prueba nominada
más afín.
V - FIABILIDAD
Establecido lo anterior, el juzgador en su sentencia y las partes en los alegatos realizarán un juicio de
fiabilidad. Así, el juez instructor debe arbitrar los medios para procurar la adecuada recolección, recepción y
conservación del material para que el juez de mérito pueda fallar sobre una plataforma probatoria segura. Para
ello debe regularse en nuestro fuero la fiabilidad de la cadena de custodia.
En cuanto a la conservación de la prueba tecnológica, entendemos fundamental mantener la cadena de
custodia de los elementos probatorios, desde su secuestro hasta la finalización del proceso judicial, lo cual
garantiza la autenticidad e integridad de la evidencia. Tal procedimiento evita alteraciones, daños, sustitución,
contaminación, destrucción o cualquier acción que varíe el significado original del material colectado. Su
importancia puede observarse desde el punto de vista del juzgador, quien tendrá la certeza de que la prueba
en que funda sus decisiones no ha sido adulterada así como desde el punto de vista de la parte aportante, que
se verá libre de impugnaciones fundadas en la adulteración de la probanza acompañada al proceso.
Resaltamos como relevante la correcta individualización de los componentes provenientes del mundo
digital. Puntualizamos que debe quedar perfectamente nominado el elemento, determinado a qué autos
pertenece y registrada la sucesión de los intervinientes en la cadena, también se puede agregar quién la
recolectó, dónde y en qué circunstancias. Si se produce el movimiento del elemento, ya sea entre juzgados o a
los fines de realizar pericias, debe salvaguardarse su integridad de manera que no sufra daños o alteraciones,
ya sea por el movimiento o cambios en el medio ambiente.
VI - CONCLUSIONES
Como se observa, a medida que hemos efectuado la exposición del tema, fuimos desgranando pequeñas
ideas o conclusiones referidas a diversos aspectos del fenómeno que tratamos, los cuales cabe sintetizar de la
siguiente manera:
- Sostenemos que el desarrollo tecnológico ha variado sustancialmente las fuentes de prueba, más los medios
siguen siendo los tradicionales, lo cual, unido al sistema de libertad probatoria, en su faz relativa a los
caminos para su incorporación, torna viable la incorporación de las pruebas tecnológicas no previstas
taxativamente.
- Expresamos que el fenómeno probatorio no comienza en el proceso, sino que su génesis se encuentra fuera
del mismo. Así, la información empírica que servirá de base a nuestras alegaciones respecto al derecho
que reclamamos existe en forma previa a aquel y es allí donde debe comenzar el análisis del mundo digital
y los rastros que quedaron en el mismo.
- Procuramos contribuir con una nueva categoría con la finalidad de otorgar unicidad y abstracción a un
conjunto heterogéneo de nuevas tecnologías que intervienen en nuestra vida cotidiana privada y de
relación, que contienen rastros, huellas o vestigios de datos empíricos que constituyen las nuevas fuentes
de la prueba judicial, denominándolo prueba tecnológica.
- Resaltamos algunos de sus caracteres principales y comunes como la inmaterialidad, la mutabilidad, la
volatilidad, la autoría imprecisa y su difícil accesibilidad. Así como los que son principales al momento de la
valoración pero que deben ser resguardados al momento de su aportación a juicio, como son la
“originalidad y autenticidad”.
- También sistematizamos los efectos más relevantes de la firma digital descubriendo las dos presunciones
básicas que se derivan del articulado de la ley 25506, como son las de autoría e integridad.
- Con respecto a la proposición de correos electrónicos, sostuvimos que es necesaria su aportación con su
respectivo código MIME, pudiendo adjuntarse también la impresión en papel para una mayor ilustración
del juzgador. El análisis, por parte del perito informático, de las cabeceras del correo electrónico, así como
del archivo que contiene el mismo y de otros elementos relacionados, determinará la autenticidad del
correo electrónico. En el procedimiento laboral cordobés podemos válidamente introducirla como prueba
documental, ofrecer reconocimiento de la contraria y subsidiariamente la prueba pericial informática para
el caso de desconocimiento.
- En relación con el nuevo CCyCo., en su artículo 288, manifiesta que cuando regula la firma hace referencia a
“los instrumentos generados por medios electrónicos”, receptando el mundo digital como prueba de modo
incuestionable. La regulación de las cartas misivas -318 íb.- es directamente aplicable a los correos
electrónicos y la norma interpretativa -319 íb.- hace referencias al mundo digital cuando otorga valor
probatorio a comunicaciones con fundamento en pautas que delinea a modo enunciativo como los “ usos y
prácticas del tráfico” y en “la confiabilidad de los soportes utilizados”.
- Estimamos, respecto de la mensajería instantánea, que posee una naturaleza intermedia entre correo
electrónico y chat, que proponer como medio de prueba el contenido de un mensaje de WhatsApp, o de
cualquier otro sistema parecido, es lo mismo que proponer como prueba un mensaje de correo electrónico
y, por ende, también les son aplicables las regulaciones en torno al secreto de las comunicaciones. En
definitiva, podrán considerarse a los fines probatorios en todos los casos en que la contraria (interlocutora
en los mensajes) omita impugnarlos o los reconozca expresamente. Asimismo, cuando resulte de la
exhibición del otro teléfono o dispositivo receptor o mediante prueba informativa a las compañías
telefónicas. Finalmente, cuando exista una prueba pericial informática que acredite su originalidad e
inalterabilidad, así como la licitud de su obtención.
- Alegamos conducente en casos puntuales recurrir a la medida conservatoria de prueba en forma anticipada.
Si bien la misma constituye una herramienta excepcional que otorga el CPC -aplicable a nuestro fuero
supletoriamente- a aquel que fundadamente no puede esperar hasta la etapa pertinente para ofrecer y
producir prueba, pues teme que se pierda o sea imposible de obtener la fragilidad de este tipo de
probanzas, generalmente lo amerita.
- Creemos que la regla de exclusión debe ser aplicada por el juez de sentencia, quien deberá omitir considerar,
como basamento de su resolución, la prueba obtenida en violación de alguno de los derechos y garantías
receptados por la CN y los tratados y convenciones sobre derechos humanos con jerarquía constitucional
[art. 75, inc. 22), CN]. Asimismo, el juez instructor podrá repeler su ingreso al proceso fundado en que se
trata de una de las excepciones al principio de libertad probatoria.
- En cuanto a la conservación de la prueba tecnológica, entendemos fundamental mantener la cadena de
custodia de los elementos probatorios, desde su secuestro hasta la finalización del proceso judicial
garantiza la autenticidad e integridad de la evidencia. Tal procedimiento evita alteraciones, daños,
sustitución, contaminación, destrucción o cualquier acción que varíe su significado original del material
colectado. Su importancia puede observarse desde el punto de vista del juzgador, quien tendrá la certeza
de que la prueba en que funda sus decisiones no ha sido adulterada así como desde el punto de vista de la
parte aportante que se verá libre de impugnaciones fundadas en la adulteración de la probanza
acompañada al proceso.
- Resaltamos como relevante la correcta individualización de los componentes provenientes del mundo digital.
Puntualizamos que debe quedar perfectamente nominado el elemento, determinado a qué autos pertenece
y registrada la sucesión de los intervinientes en la cadena, también se puede agregar quién la recolectó,
dónde y en qué circunstancias. Si se produce el movimiento del elemento, ya sea entre juzgados o a los
fines de realizar pericias, debe salvaguardarse su integridad de manera que no sufra daños o alteraciones,
ya sea por el movimiento o cambios en el medio ambiente.
Finalmente, afirmamos que el mundo digital es una fuente probatoria muy valiosa para lograr los fines del
proceso laboral. Y que, ante la existencia de regulaciones tan dispersas en torno a este fenómeno, proponemos
que los operadores jurídicos al momento de ofrecer, admitir, diligenciar y valorar estas probanzas utilicen una
metodología de análisis consistente en cuatro pasos: la viabilidad procesal, la adecuación al ordenamiento
jurídico vigente, las particularidades de cada fuente de prueba y por último la fiabilidad de la fuente, tal como
ha sido descripto en esta investigación.
Notas:
(*) Abogada. Funcionaria judicial por concurso, adscripta a la cátedra de Derecho Privado I de la UES Siglo XXI, a la
cátedra de Derecho Laboral de la UNC y a la cátedra de Derecho Procesal de la UCC, con tesina pendiente de
aprobación en la especialidad de Derecho del Trabajo organizada por la UNC, UCC y UNL
(1) “C., M. J. c/Price Waterhouse & Co. SRL” - CNTrab. - Sala V - 16/4/2009
(2) “Lodigiani, Roberto Horacio c/Central Multiservicios SRL” - CNTrab. - Sala IV - 31/3/2009
(3) “Nanni, Adrián Gabriel c/Cablevisión SA s/despido” - CNTrab. - Sala II - 30/11/2011
(4) “Tramontin, Ricardo Daniel c/T. T. G. SRL s/despido” - CNTrab. - Sala VI - 18/8/2011
(5) “Hjelt, Ana c/Alexander, Alberto” - CNTrab. - Sala III - 26/9/2009
(6) “Código Civil y Comercial de la Nación comentado” - dirigido por Ricardo L. Lorenzetti - 1ª ed. - Santa Fe - Ed.
Rubinzal-Culzoni Editores - 2015
(7) “Botto, Graciela Nora c/Omint SA de Servicios s/diligencia preliminar” - CNTrab. - Sala II - 13/8/2010