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Globalización, procesos locales,

En  la  presente obra se  aborda de manera crítica la proble- Globalización, procesos locales

mática de la globalización y sus efectos en los procesos


locales en el estado de San Luis Potosí. Sin duda, la obra
es sumamente original al no existir ningún texto previo
territorios y cambio sociocultural

Globalización, procesos locales, territorios y cambio sociocultural


globalización
publicado en San Luis Potosí, que aborde las temáticas
que toca el autor; como por ejemplo: las transformacio-
nes socioeconómicas y socioculturales de los potosinos a
la luz de la globalización y de la apertura económica de
México y en particular del estado de San Luis Potosí, en el
en San Luis Potosí
marco del entorno económico internacional. Asimismo, el
autor efectúa  un estudio muy profundo con relación a los
efectos de la inserción de San Luis Potosí en la economía
José Guadalupe Rivera González
global y los efectos poco equitativos en el contexto de
los diferentes municipios que comprende el estado de
San Luis Potosí. Al respecto, éste  libro busca  constituir-
se como una fuente de información muy valiosa para el
ámbito académico, así como para instituciones de investi-
gación superior que efectúan proyectos de investigación
científica inherentes a la economía, ciencias políticas, his-
toria, relaciones internacionales, sociología, antropología,
geografía y comercio internacional,  entre otras.
 

“La presente publicación fue apoyada por el Programa Integral


de Fortalecimiento de la UASLP, PIFI 2007-24-18”

Rivera González
José Guadalupe

Universidad Universidad
Autónoma de Autónoma de
San Luis Potosí San Luis Potosí
tercera década tercera década

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Prefacio

El objetivo principal de este texto es abordar algunos de los cambios que


se han suscitado en el estado de San Luis Potosí, a raíz de la apertura de
las fronteras comerciales, como resultado de la integración de la economía
nacional y estatal a las dinámicas de la llamada globalización económica.
Como parte del proceso de apertura de las fronteras nacionales, el estado
de San Luis Potosí, y en particular la región centro San Luis en donde que-
da ubicada la capital, se ha posicionado en los últimos años como un im-
portante destino para un numeroso grupo de empresas extranjeras, las
cuales han privilegiado la reestructuración de sus procesos productivos.
Además, un efecto colateral de esta nueva estrategia ha sido la relocaliza-
ción de muchas de sus plantas de producción en diferentes territorios del
mundo, en donde las empresas encuentran y reciben mejores condiciones
y oportunidades para desarrollar su producción frente a contextos carac-
terizados por una férrea competencia por la mano de obra disponible, por
diversas materias primas y por el mercado.
Los datos que se presentan en el libro nos ayudarán a ejemplificar la
movilidad de los capitales globales y su llegada a la entidad potosina serán
aquéllos relacionados a la industria automotriz y de autopartes, que ha
sido en los últimos años la actividad manufacturera más grande del mundo
contando para ello con los niveles más altos de competitividad y calidad
que se exigen. En un contexto de libre circulación de empresas y de capi-
tales es importante destacar el nivel de exigencia y de competitividad que
deben alcanzar algunas ciudades, regiones o áreas metropolitanas para
que éstas puedan recibir la inversión extranjera. De tal manera que es
posible hablar de una competencia que cotidianamente se libra entre y en

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el interior mismo de las entidades del país, las cuales compiten entre sí para
poder atraer a su territorio nuevas y mayores inversiones, buscando que
este proceso arroje o se traduzca en la generación de más y mejores fuentes
de trabajo, que contribuyan a erradicar las diferencias y desigualdades so-
cioeconómicas en el interior de los países y en el interior de sus propias
entidades y regiones. De esta manera, muchas de las entidades del país,
bajo estas nuevas circunstancias, buscan aprovechar todas las ventajas que
tengan con relación a otros territorios, buscando con ello colocarse en una
situación de mayor privilegio en comparación con otras entidades, con otras
ciudades y con otras regiones, no sólo del país, sino del resto del mundo.
En este sentido, considero relevante destacar que este trabajo aborda
diversas situaciones que se han venido desarrollando en relación con el
proceso de la apertura de las fronteras a la inversión extranjera. Éste es un
hecho que no sólo ha impactado el ámbito de las relaciones económicas
del país y de muchas de sus regiones, sino también, otros ámbitos de la
vida cotidiana de distintos actores en espacios y territorios locales y regio-
nales, los cuales han hecho frente también a importantes y complejos
procesos de adaptación y de ajustes.
En espera de que éste sea un texto que contribuya al entendimiento de
los procesos que se están sucediendo y que se están presentando en el
estado de San Luis Potosí, y que sirva como impulso para el desarrollo de
otros trabajos de reflexión que son tan necesarios en un contexto de verti-
ginosos cambios en muchos ámbitos de la vida económica, laboral y socio-
cultural de la entidad, y por su puesto de la población.
Deseo agradecer el apoyo recibido por los directivos de la Coordina-
ción de Ciencias Sociales y humanidades (ccsyh) de la Universidad Autó-
noma de San Luis Potosí, para que la publicación de este texto se volviera
una realidad. En este sentido, fue fundamental el apoyo recibido por la
Comisión de Publicaciones de la ccsyh, encabezada por el doctor Miguel
Aguilar, el doctor Alexander Betancourt, el doctor Peter C. Kroefges y la
doctora Anuschska vant hooft, todos ellos además excelentes compañeros
de trabajo y con quienes además comparto las alegrías del trabajo acadé-
mico dentro de la Coordinación.
De igual forma, deseo expresar el apoyo recibido por el Programa de
Mejoramiento del Profesorado (Promep), por el apoyo financiero otorgado
al proyecto de investigación titulado: “Antropología e industria. Un estudio

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antropológico en torno al impacto socioeconómico y cultural del sector
manufacturero automotriz en el municipio de San Luis Potosí”. El apoyo
recibido por dicho programa fue fundamental en los primeros años de mi
incorporación como ptc al Programa de Antropología de la ccsyh. De esta
manera, queda de manifiesto y reflejado en este trabajo la importancia de
este tipo de apoyos para los profesores de reciente incorporación a un
programa educativo en una Institución de Enseñanza Superior.
El maestro Marco Durán, amigo y compañero de la licenciatura de Li-
teratura de la Coordinación de Ciencias Sociales y humanidades leyó todo
el documento y me hizo importantes sugerencias respecto a la redacción y
estilo del texto que aquí se presenta. A él le expreso mi más sincero agra-
decimiento por su apoyo.
De igual forma quiero expresar mi reconocimiento a la doctora Luz
Carrehga Lamadrid (profesora-investigadora del Colsan) y al doctor Pedro
Manuel Rodríguez (profesor-investigador del Departamento de Relacio-
nes Internacionales de la Universidad Iberoamericana, Plantel Puebla).
Ambos colegas hicieron importantes comentarios y sugerencias al trabajo,
los cuales fueron fundamentales en la parte final del proceso de redacción
del texto.
Deseo expresar mi más sincero agradecimiento por el apoyo recibido
a mi familia: Mireya, Cassandra y Rodrigo. Los tres son parte fundamental
en la vida dentro y fuera de la universidad.
Por último no me resta más que agregar que no obstante el apoyo de
personas e instituciones debo recalcar que los posibles errores, omisiones
o inconsistencias son exclusivos de mi responsabilidad.
Introducción.
Globalización, territorios, procesos locales,
regionales y cambio sociocultural

Aspectos teóricos

Un aspecto de orden teórico que será fundamental en el presente trabajo


es entender que la expansión del modelo capitalista, bajo el cual debemos
entender el surgimiento de esta etapa global, no es algo reciente. Éste es un
fenómeno que inició hace más de 500 años, actualmente este modelo expe-
rimenta su fase de desarrollo global. Algunos investigadores identifican
periodos muy específicos y en cada uno de ellos se han venido propiciando
cambios fundamentales en la estructura y en las condiciones desde las
cuales se lleva a cabo el proceso de reproducción social. Las particularida-
des que han asumido cada una de estas fases han venido a transformar el
funcionamiento del propio sistema. En este sentido la etapa global repre-
senta un nuevo periodo o una nueva etapa en la historia del capitalismo
mundial. Un rasgo distintivo del nuevo modelo de acumulación capitalista
que opera en el nivel global y que se caracteriza por la liberalización y
apertura económica, es que ha traído consigo una radical reestructuración
de las estrategias productivas. También resulta importante destacar que
uno de los aspectos más representativos de esta nueva etapa del modelo
es que depende en gran parte de un conjunto de nuevas tecnologías de la
comunicación, lo cual ha permitido que este modelo tenga una proyección
y un impacto ilimitado en su cobertura territorial; es decir, somos testigos
de la conformación de una nueva forma de operar por parte del sistema
capitalista (Robinson, 2007).
Reitero, esta etapa del capitalismo se desarrolla y deja sentir sus di-
versos y variados efectos en una escala planetaria y en un tiempo real y,

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en este mismo sentido, es importante destacar los cambios que ha veni-
do a generar en las dinámicas regionales y en particular los cambios en
diversos espacios urbanos y rurales del planeta. Un rasgo distintivo de
este nuevo modelo es que los Estados nacionales terminaron por ceder
a empresas multinacionales su papel como actor central en lo que se
refiere a la promoción de los procesos de acumulación y de crecimiento
de la economía en las escalas global, nacional y regional. Por los tanto,
ésta es una nueva dinámica económica en la que un número importante
de empresas multinacionales se han desplegado en forma incesante ha-
cia diversos territorios, buscando posicionarse en aquellos que son estra-
tégicamente seleccionados para poner en marcha un conjunto de estrate-
gias encaminadas a asegurar su expansión y consolidación en un
mercado global que se caracteriza por ser, ahora más que nunca, suma-
mente competitivo.
Cabe mencionar que el proceso de globalización de las actividades
económicas ha sido un importante agente que ha contribuido a la transfor-
mación que ha enfrentado el mundo entero; en particular, este fenómeno
es el dinamizador de actores e instituciones que se localizan en el ámbito
local. Lo que se ha observado para el caso de San Luis Potosí y que será
analizado con detalle en los diferentes capítulos que forman este libro coin-
cide con los efectos que otros estudiosos de la globalización han percibido
en la esfera local:

– Reorganización productiva de algunas ciudades.


– Transformación de algunas instituciones y de los actores involucrados
en la toma de decisiones.
– Recomposición territorial y las movilidades que las acompañan.
– Cambio en las condiciones de vida y en las identidades de los residentes
(Estrada y Pascal, 2007).

Otros más señalan que el resultado de las dinámicas contemporáneas


del capital global ha sido la paulatina transformación de un conjunto de
grandes ciudades, y que comenzaron a ser objeto de una mutación de tal
magnitud y alcance que algunos consideran este fenómeno como la expre-
sión de una nueva “revolución urbana”; es decir, las nuevas políticas eco-
nómicas han sido las encargadas de desencadenar una serie de importan-
tes transformaciones en las dinámicas territoriales-regionales, que han

10 • José Guadalupe Rivera González


traído como consecuencia que las morfologías de los espacios se modifi-
quen, generando una nueva arquitectura productiva, que contribuye a de-
sarrollar cambios y usos significativos en el territorio (Ascher, 2001).

Globalización: reestructuración
de los espacios locales y regionales

Como señalé con anterioridad, en este libro se reconoce que lo que hoy se
denomina globalización de las actividades productivas es la continuación
de una larga historia, que se inició con los grandes descubrimientos del
siglo xvi y que contribuyeron a modificar de manera sustancial las estruc-
turas del poder económico y político en nivel local y global. En este mismo
tenor, es importante destacar los efectos de la Revolución Industrial del
siglo xix, los cuales terminaron por generar importantes transformaciones
de diferente género en el nivel global y por supuesto en el nivel local; es
decir, fenómenos como la trasnacionalidad de las mercancías y de los mer-
cados, de los cuales se debate mucho en la actualidad, son fenómenos que
han caracterizado y dado dinamismo al mundo capitalista desde mucho
tiempo atrás. Por lo tanto, el fenómeno de la globalización constituye una
tendencia inherente al desarrollo del propio modelo capitalista. En este
sentido, las modalidades específicas que ha venido adoptando el sistema
capitalista en cada una de sus fases se encuentran determinadas por la
búsqueda de mejorar las condiciones para llevar a cabo la generación y
la acumulación de la riqueza, con la particularidad de que actualmente
este mismo proceso se lleva a cabo en escala planetaria y en tiempo real
(Altvaer y Mahnkopf, 2002; De Mattos, 2006).
Aunado a este mismo proceso de globalización es posible entender el
desarrollo y la manifestación de diversos fenómenos que han contribuido
a la alteración de las dinámicas socioculturales de diversas regiones y lo-
calidades. Esto, a su vez, ha representado una alteración de las fronteras
de las regiones y de las localidades que las conforman y que están ahora
involucradas en este nuevo proceso. Un claro ejemplo de lo anterior, se
observa en el surgimiento de nuevos espacios económicos que ya no están
circunscritos o limitados por las fronteras geográficas de un Estado nacio-
nal. Incluso las reglas que en él rigen son ahora reglas y condiciones im-

Introducción • 11
puestas o establecidas por organismos o instituciones de presencia o de
carácter global. Por lo que hoy se habla de calidad global, de compañías
globales, de agencias globales, de producción y clases sociales trasnacio-
nales e incluso hasta de un lenguaje global (Robinson, 2007).
Lo anterior no es afirmar que los procesos aludidos tengan una mani-
festación por igual en todas partes. Las diferencias entre los procesos re-
sultan de la particularidad de determinados contextos históricos específicos
y de la formación, consolidación y cambio de sociedades y culturas concre-
tas en determinados momentos de su historia. En este sentido, desde el
ámbito de investigaciones, como la que aquí se presenta, se insiste en la
importancia de los procesos particulares que, entre otros factores, impli-
can la reformulación del papel de las regiones, las localidades y, por su-
puesto, de la importante modificación en la concepción del concepto de
frontera. Conviene insistir en que las regiones, sus localidades, sus fronte-
ras y los procesos que en ella se desarrollan no son espacios dados y na-
turales, sino que éstos y sus modificaciones son resultado de elaboracio-
nes históricas de procesos sociales concretos. En esos procesos se rehacen
y se reformulan las identidades al igual que las culturas y las propias con-
figuraciones sociales. Por lo tanto, las regiones, las localidades y sus fron-
teras se les entiende y se les debe ver y analizar enmarcadas en procesos
de cambio y de reestructuración; éstas son el resultado de diversas expe-
riencias humanas variadas, no sólo concretas, sino cambiantes. En térmi-
nos socioculturales, vemos que la introducción de nuevas estrategias de
producción, nuevas tecnologías y nuevas formas de organizar el trabajo
desde contextos externos configura contextos transformativos que pasan
a formar parte de una práctica, de una experiencia temporal espacialmente
dimensionada y acotada.
Con el actual predominio de una estrategia económica global y con una
amplia vinculación internacional, las regiones presentan prácticas de pro-
ducción flexibles y la fragmentación de procesos productivos en el territo-
rio, con lo cual se muestra un modelo de economía cada vez más descen-
tralizado; esto privilegia ciertos principios de flexibilidad que favorecen un
patrón territorial más disperso, un dominio del conocimiento tecnológico,
las ventajas relativas de diversas localizaciones, la difusión de la informa-
ción, la rapidez en las comunicaciones y la estructuración de redes organi-
zacionales. Todos ellos son aspectos que favorecen la desconcentración

12 • José Guadalupe Rivera González


urbana regional. Este nuevo patrón de urbanización abre un rango de po-
sibilidades para la incorporación de ciudades pequeñas y de periferias
rurales en los nuevos sistemas de redes metropolitanos. En esta estructu-
ración de nuevos complejos territoriales, se observa ante todo una mayor
equidad y representatividad de centros urbanos de diferentes tamaños, con
la intensificación de mayores vínculos entre ellos, dando lugar a importantes
redes o subsistemas urbanos y rurales.
La reorganización del espacio regional, alrededor de la gran metrópoli,
ante todo sugiere la estructuración de una red urbana de intercambios con
una organización más flexible de acuerdo con la nueva lógica del compor-
tamiento de las empresas. En la fase actual, el cambio tecnológico ha alte-
rado los factores que condicionaban la localización económica, y al reducir
los costos de transporte y favorecer la segmentación de los procesos pro-
ductivos, se generan ventajas económicas a las empresas en diferentes
localizaciones y, a su vez, se producen economías de escala internas para
un territorio ampliado (el regional).
Con la internacionalización de la economía y la eliminación de las barre-
ras comerciales, se han llevado a cabo transformaciones territoriales, pro-
ducto de un sistema urbano más disperso y a la vez más interrelacionado a
través de flujos e intercambios. Ciertas actividades productivas, especial-
mente los sectores de alta tecnología y los más competitivos en la economía
global, se han relocalizado en ciudades medianas y pequeñas, y otros sec-
tores manufactureros difunden su actividad hacia zonas periféricas dentro
de la región, particularmente en zonas rurales o urbano-rurales. Este pro-
ceso muestra una especie de desbordamiento productivo hacia las perife-
rias urbanas y rurales en diversas regiones, principalmente las localizadas
en la zona centro y norte del país.

Globalización y consolidación
de nuevas áreas metropolitanas

Un aspecto relevante del capitalismo en su etapa global es el requerimien-


to de que los anteriores territorios se ajusten a las nuevas condiciones que
exige este nuevo modelo, pero también requiere que otros nuevos territo-
rios se reposicionen y cubran las nuevas necesidades que necesita el capi-

Introducción • 13
tal. En este sentido son las ciudades en donde se han establecido nuevos
centros de investigación e instituciones educativas para contribuir y hacer
posible la innovación y el desarrollo tecnológico; son las ciudades donde
se ha establecido la infraestructura de diversos servicios (urbanos, educa-
tivos, de salud, de comunicación, entre otros), en donde se ha concentrado
la disponibilidad de mano de obra capacitada, en donde se concentran los
prestadores de servicios especializados. Las ciudades en este sentido son
territorios privilegiados por la inversión estatal para proveer infraestructu-
ra necesaria para atraer al capital extranjero.
Aquellas ciudades que se han destacado por ser capaces de invertir o
innovar en infraestructura adecuada están en mejores condiciones para
que en sus áreas de influencia se dé la formación de redes de empresas y
facilitar la formación de nodos productivos o los llamados clusters indus-
triales. Lo anterior ha implicado la modificación de muchos de los ejes que
eran los ordenadores de la vida social de estas localidades, que están ex-
perimentando dicho cambio. Sobre esto es importante señalar que en algu-
nos territorios la población se ha visto en la necesidad de abandonar o
complementar las actividades agrícolas por actividades y ocupaciones ma-
nufactureras, lo cual termina por vincular a estos pobladores con las diná-
micas urbanas de la ciudad.
La nueva arquitectura productiva descansa ahora en empresas que se
organizan en redes que impulsan y promueven estrategias de descentrali-
zación, dispersión de sus nodos productivos hacia diversos lugares del
espacio mundial de acumulación, los cuales tienden a localizarse en un
número creciente de ciudades medias, fundamentalmente.
Aunado a este proceso de relanzamiento de nuevas ciudades o áreas
metropolitanas en el mundo y en nuestro país en particular, también se
destaca que, de la mano de las políticas de apertura, desregulación y flexi-
bilización, se han hecho presentes procesos de desestructuración-reestruc-
turación de los regimenes laborales existentes, lo cual ha contribuido a una
creciente precarización de las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo la
reproducción social de la fuerza de trabajo. Con ello se ha experimentado
una acentuación de las desigualdades sociales, desde nuevas formas de
exclusión, segregación, fragmentación y tugurización. Esto ha afectado ne-
gativamente la vida social en la mayor parte de las aglomeraciones urbanas.
En este sentido, el escenario de la globalización ha servido como telón de

14 • José Guadalupe Rivera González


fondo para que se desarrollen mayores y marcadas desigualdades socioeco-
nómicas en el interior de las propias ciudades y áreas metropolitanas (De
Mattos, 2006).
En algunos países de América Latina, estos procesos se han manifestado
en la emergencia de nuevos espacios distintos a las grandes metrópolis.
Algunas ciudades medias latinoamericanas se han convertido en las más
atractivas para el emplazamiento y desarrollo de nuevas actividades econó-
micas, y han venido a ser mucho más acordes con las nuevas exigencias
que imponen los mercados actuales. En este sentido, estas ciudades experi-
mentan un mayor dinamismo tanto demográfico como funcional y una ma-
yor capacidad para integrarse a las redes que sobrepasan el cerco nacional.
En términos demográficos, hablar de las ciudades intermedias es hablar
de espacios conformados entre 100,000 y 1’000,000 de habitantes, y han
sido objeto de grandes inversiones, convirtiéndose en los principales cen-
tros económicos bajo la influencia del nuevo modelo de acumulación del
capital. Dichas ciudades aparecen como puntos privilegiados para el esta-
blecimiento de las inversiones, sobre todo de origen extranjero, porque
constituyen los principales puntos de anclaje dentro del vasto tejido urba-
no y muestran una gran capacidad para polarizar el espacio y erigirse en
líderes de sus regiones; es decir, se conforman en ciudades intermedias,
caracterizándose por el intenso intercambio dentro de un vasto tejido
mundial, o bien, como puntos de apertura hacia la internacionalización de
los territorios de los cuales son motores (Pulido, 2006).
En México, a partir de la década los ochenta, el principal rasgo de cre-
cimiento urbano, que diversos especialistas han reportado, ha sido un
proceso de desconcentración de población y de actividades productivas
desde las grandes metrópolis del país hacia ciudades secundarias; es de-
cir, se ha canalizado mucha actividad e inversión hacia centros urbanos
medianos y pequeños. Esta tendencia ha inducido un patrón de crecimien-
to urbano más disperso, contrario a aquél altamente concentrado que había
predominado en años anteriores (Graizbord, 1988; Aguilar, 1992; Garza y
Rivera, 1994; Aguilar, Graizbord y Sánchez, 1996; Parnreiter y Christof,
1998; Rivera González, 2004).
Otro aspecto de esta misma dinámica, lo retoman Aguilar y De los
Santos (2003), quienes en una investigación reciente hacen énfasis al seña-
lar que la zona metropolitana de la ciudad de México viene registrando un

Introducción • 15
proceso de dispersión concentrada hacia ciudades medias y pequeñas, las
cuales han empezado a consolidarse desde la década de los ochenta. Los
autores destacan que el sistema urbano se ha vuelto más complejo en tér-
minos de la interacción entre sus elementos y las interacciones inter e in-
tra regionales, lo que ha permitido la formación de subsistemas regionales
cada vez más consolidados. Esto implica que las regiones que están en
este proceso han visto incrementada su densidad de población, de igual
forma se ha visto un aumento entre el intercambio de población, su base
productiva y sus redes de intercambio, que pone de relieve la urgencia de
atender su reestructuración interna.
Por lo tanto, esta tendencia muestra que en los últimos años un conjun-
to de áreas metropolitanas han venido a jugar un papel crucial; es decir, se
han consolidado como los espacios en donde se establecen y se construyen
los nuevos modelos de desarrollo productivo. Los avances y las oportunida-
des del nuevo modelo económico se palpan claramente en estos espacios
urbanos. Como se señala un reporte reciente en torno a la competitividad
de las ciudades en México, un país que logre conjuntar ciudades fuertes y
equilibradas en su desarrollo, capaces de generar ambientes de bienestar
y sean promotoras de una cohesión social, pero sobre todo, que sean capa-
ces de insertase en las nuevas dinámicas de la economía globalizada, será
capaz de consolidarse como un país con opciones de futuro, en donde sea
posible generar y multiplicar los beneficios tanto en las zonas urbanas como
en las zonas rurales. .
En este sentido es un hecho que algunas de las experiencias de mayor
éxito en el mundo en lo que se refiere a logros en competitividad se han
conformado precisamente a partir de la formación de redes de ciudades, y
que se han convertido en los verdaderos motores del desarrollo y del bien-
estar socioeconómico (Cabrero, Orihuela y Ziccardi, 2007).

Globalización y la interfase urbano-rural

Uno de los fenómenos asociados a la globalización, ha sido el surgimiento


de nuevos patrones más dispersos de la actividad económica; es decir,
vemos cómo se ha venido estimulando bajo la lógica de este nuevo proce-
so de reestructuración de la economía una relocalización de actividades

16 • José Guadalupe Rivera González


productivas en un importante conjunto de ciudades intermedias. Esto es,
las nuevas políticas económicas han desencadenado una serie de importan-
tes transformaciones en las dinámicas urbanas-regionales. En este sentido,
se coincide con otros investigadores que destacan que este proceso de
globalización de la economía ha favorecido el desarrollo de una estrategia
económica territorialmente más desconcentrada. Éste es un patrón que
se ha desarrollado sobre todo por la fragmentación espacial de los proce-
sos productivos, el dominio de las innovaciones tecnológicas, la presen-
cia de mano de obra barata y con altos niveles de capacitación, el incre-
mento de las ventajas relativas de varias localizaciones y una comunicación
mucho más rápida (De Mattos, 2006; Aguilar, 2003, Aguilar y Santos,
2003).
No obstante, este proceso de ajuste de los territorios urbanos se ha
venido desarrollando de la mano o con una notable influencia también en
los espacios rurales que se encuentran ubicados en las fronteras o en las
intermediaciones de nuevas concentraciones urbanas que se han consoli-
dado en los últimos años como espacios o territorios estratégicos para el
capital global y, también, para un conjunto de empresas, que han visuali-
zado estos espacios como idóneos para hacer frente a las exigencias de
competitividad que imponen el mercado. Por lo tanto, desde esta perspec-
tiva, se vuelve relevante destacar que este proceso ha traído como conse-
cuencia que se ponga en marcha una necesaria interrelación entre lo ur-
bano y lo rural.
Es decir, para entender la lógica de las importantes transformaciones
en las dinámicas urbanas-regionales es necesario adoptar un esquema
regional donde se incorpore en el análisis de las ciudades medias y peque-
ñas el componente de los ámbitos rurales, buscando con ello visualizar
los procesos de interrelación en los que se ven envueltos actores de am-
bos territorios. Es un hecho que en el contexto actual no podemos seguir
pensando en entender las dinámicas que ocurren en determinadas regio-
nes urbanas como si lo que sucede en el ámbito rural permaneciera aisla-
do, marginado de lo que ocurre en las esferas de lo urbano en las escalas
regional, nacional y global. Hoy más que nunca se desarrollan estrategias
de análisis que nos permitan acercarnos al estudio de las áreas metropoli-
tanas y sus transformaciones, en donde la preocupación por las ciudades
pequeñas y las áreas rurales que las circundan sean parte fundamental del

Introducción • 17
interés de investigación. La conformación de las nuevas redes urbano-regio-
nales debe pasar por el estudio de las particularidades de adaptación-trans-
formación-mutación de los sujetos, de los espacios o de los grupos sociales
involucrados tanto en la esfera urbana como en la esfera rural. En particu-
lar, los sujetos, los espacios y los grupos locales recrean, readaptan y re-
construyen de acuerdo con sus propios intereses y características, sus
identidades locales, sus relaciones locales, regionales y globales. Resulta
relevante ver cómo estos espacios están funcionando como los nuevos
motores de la economía nacional-global. En esta lógica algunas empresas
han buscado relocalizarse hacia centros urbanos secundarios o a zonas de
menores densidades (pero con mano de obra barata) en pequeños pueblos
o áreas rurales. Por lo tanto, se vuelve relevante destacar que este proceso
también ha traído como consecuencia que se ponga en marcha una nueva
interrelación entre el mundo urbano y el mundo rural.
Desde esta perspectiva, para entender la lógica de las importantes
transformaciones en las dinámicas rurales-urbanas-regionales es necesa-
rio adoptar un esquema de análisis donde se incorpore el componente de
una nueva y compleja interrelación entre los territorios rurales y urbanos,
buscando con ello visualizar los procesos de interrelación en los que se
ven envueltos actores de ambos territorios. Esta situación ha traído como
consecuencia que la dualidad campo-ciudad, que fue muy característica
en el debate de las ciencias sociales en décadas pasadas, resulte ser aho-
ra una herramienta poco eficiente para dar cuenta de los intensos proce-
sos de interrelación en los que participan actores de ambos lados. Lo rural
ya no debe entenderse únicamente a partir del predominio de actividades
primarias, y el mundo de lo urbano tampoco debe quedar limitado sola-
mente al ámbito del desarrollo de las actividades vinculadas a la industria
y a la transformación.
Es un hecho que en el contexto actual no se piensa en las dinámicas
que ocurren en determinadas regiones urbanas como si éstas no estuvie-
ra directamente relacionadas con lo que ocurre en el territorio rural o por
el contrario, como si lo que ocurre en el territorio rural no ejerciera, a su
vez, una influencia significativa en el rumbo que toman los procesos en
los territorios urbanos.
Hay autores que desde décadas atrás mostraron en sus trabajos el
nuevo rostro de la urbanidad y de la ruralidad mexicana, y que empezaron

18 • José Guadalupe Rivera González


a acuñar nuevos conceptos para denominar las nuevas realidades que se
estaban gestando en estos territorios. En ese contexto, se volvió frecuente
el uso de conceptos como la nueva rusticidad, rurbanización, periurbaniza-
ción e interfase rural-urbana. A través de ellos, los investigadores buscaban
dar cuenta de los fenómenos que estaban sucediendo en los territorios
rurales cercanos a las nuevas ciudades regionales, las cuales experimenta-
ban un notable crecimiento debido a la llegada de empresas maquiladoras
y ensambladoras de todo tipo (Ávila, 1994; Arias, 1992, 2002, 2007; Aguilar,
2003; Delgado, 2003, Ramírez, 2003; Sobrino, 2003).
Era evidente que los acelerados cambios en los procesos productivos
y socioculturales que se estaban desarrollando en el interior de los territo-
rios urbano y rural estaban contribuyendo a que se generara algo total-
mente nuevo, y que por mucho no coincidía con las imágenes que el deba-
te teórico y político de los setenta había generado: una visión unilineal y
determinista. Como bien lo refiere Arias (2007), desde esa perspectiva se
generó la imagen de la vieja ruralidad, en donde el campesino lograba
asegurar su propia sobrevivencia trabajando su tierra y ocasionalmente
desarrollando otras actividades. Sin embargo, esas otras actividades deja-
rían de ser complementarias y se volverían fundamentales para los secto-
res rurales en diferentes partes del país.

Globalización y las nuevas desigualdades regionales

Sin embargo, en este mismo contexto de una economía globalizada, se han


generado nuevas oportunidades de desarrollo para amplías regiones del
mundo a través de inversiones de capitales nacionales y extranjeros, que
se traducen en nuevos y, tal vez, hasta en mejores empleos; pero también
es evidente que esta nueva etapa del capitalismo a través de muchas accio-
nes y estrategias que se han puesto en marcha ha contribuido a ahondar
y generar una mayor desigualdad socioeconómica en distintos ámbitos o
niveles: globales, nacionales y regionales; es decir, una realidad al interior
de los países como en el interior de las entidades que los conforman es que
seguramente hay regiones y tal vez algunos territorios que han recibido
mayores beneficios que otros. Estas regiones se caracterizan por recibir
apoyos en infraestructura material que permiten afianzar sus vínculos con

Introducción • 19
el exterior. Por lo tanto son inversiones que contribuyen de una u otra
forma a propiciar mejores condiciones de trabajo y de vida a diferencia de
aquello que se experimenta y vive en regiones menos privilegiadas por
este tipo de apoyos.
En este sentido, el rostro de las regiones y de los nuevos territorios o
espacios globalizados que se caracterizaran por la bonanza y el crecimien-
to de las oportunidades de vida y de trabajo se contrapondrá al rostro de
los espacios más pobres y menos favorecidos por esta misma estrategia
de globalización que estará generando como consecuencia una estructura
socioeconómica marcadamente desigual (De Mattos, 2006; Aguilar, 2003;
Pulido, 2006).

Organización del trabajo

El primer capítulo del libro está enfocado al tema de la reestructuración de


los modelos que ha experimentado la economía mexicana a lo largo del
siglo xx y el impacto que este tipo de ajustes trajo en las condiciones de
reproducción de la clase trabajadora, así como la manera en la que se ex-
perimentan los ajustes en el interior de las regiones y de las localidades.
Es decir, se parte de la premisa de que los efectos de estos procesos de
ajuste de la economía nacional se dan como una respuesta a los ajustes
de la propia economía, pero en un nivel global y por supuesto éstos serán
cambios y ajustes que tendrán un impacto en la manera en la que se esta-
rán reposicionando las entidades con relación a las nuevas directrices de
una economía, la cual se estará privilegiando al sector privado y a un sec-
tor vinculado con la exportación de sus productos a diferentes mercados
del mundo, en particular al mercado norteamericano.
En el segundo capítulo, se estudiará el tema de la llegada del capital
extranjero en San Luis Potosí, haciendo también un recuento de cómo se
ha venido desarrollando la presencia de empresarios y capitales foráneos
en la entidad y en la región centro-norte del país desde el siglo xix, para
posteriormente analizar el desempeño y el tipo de inversión que llegó a
territorio potosino en la segunda mitad del siglo xx y lo que va del actual.
En este mismo capítulo se abordará el tema de las nuevas dinámicas terri-
toriales urbanas y rurales; es decir, analizar cómo se han venido confor-

20 • José Guadalupe Rivera González


mando en los últimos años los nuevos modelos de urbanización en el
centro-norte de México y, sobre esto, se estará centrando nuestra atención
en el desarrollo del área metropolitana de San Luis Potosí. Asimismo, se
abordará el tema de la interfase rural-urbana en el área de estudio antes
señalada.
El capítulo tercero se centra en el análisis acerca del papel de los acto-
res y las instituciones locales en el contexto globalizador. Esto es un punto
muy interesante, porque que hay argumentos que señalan que precisa-
mente en estos contextos de mundialización de la actividad económica, la
presencia de los actores políticos en el nivel local es prácticamente borrada
por la presencia de las fuerzas del mercado; empero, se puede adelantar
que en estos tiempos, los actores políticos han venido a jugar un nuevo rol,
porque ya que ahora aparecen jugando un papel más protagónico, ya no
están a la sombra del poder presidencial, el cual todo lo hacía y todo lo
decidía en beneficio de las entidades. Hoy, gobernadores y presidentes
municipales se han transformado en los principales promotores de sus
estados y de sus localidades.
En el cuarto capítulo se analiza el tema del desarrollo regional y el de-
sarrollo humano en la entidad potosina. Centrar nuestra atención en este
tema es con la finalidad de conocer la conformación de posibles nuevas
brechas regionales; es decir, el análisis se enfocará en la construcción de la
hegemonía de la región centro San Luis del estado en comparación con las
otras regiones del estado (Altiplano, Media y Huasteca) en lo que se refiere
al acceso a mejores condiciones de trabajo, infraestructura y en general a
una mejor calidad de vida. De igual manera en este mismo capítulo se bus-
ca analizar el comportamiento de los patrones de movilidad poblacional en
la entidad.
Finalmente, se presentan las conclusiones generales del texto y la bi-
bliografía consultada.
Capítulo I

Las reestructuraciones económicas:


un componente esencial del
modelo capitalista de producción

Con anterioridad señalamos el hecho central de entender la dinámica de la


globalización como una fase más en la expansión del modelo capitalista,
modelo que se inició hace más de 500 años. Las particularidades que han
asumido cada una de estas fases han transformado el propio funciona-
miento del sistema. En este sentido, la etapa global representa un nuevo
periodo o una nueva etapa en la historia del capitalismo mundial (Robin-
son, 2007).
En esta parte del libro se analizan los ajustes que ha venido experimen-
tando el modelo capitalista y se estudia cómo las reestructuraciones1 han
generado importantes cambios en el interior de las estructuras sociales
y productivas del país y de sus respectivas entidades. De igual forma,
estos procesos de reestructuración económica han contribuido a la reactiva-
ción de algunas regiones o territorios, los cuales han enfrentado importantes
cambios significativos, contribuyendo a que dichas regiones o territorios
formen parte de redes de escala planetaria (Alba et al., 1999).
En este sentido, es importante señalar que México no ha estado al
margen de las reestructuraciones registradas por la economía en el ámbito
global, porque los cambios que experimentó la economía mexicana y que
afectarían la organización de la producción, así como la organización del

1
 Por reestructuración se entiende el proceso mediante el cual los modos de producción
transforman sus medios organizativos para llegar a realizar los principios estructurales inal-
terables de su operación. Los procesos de reestructuración pueden ser tanto sociales y tec-
nológicos como culturales y políticos, pero están todos orientados hacia el cumplimiento de
los principios contenidos en la estructura básica del modo de producción. En el caso del ca-
pitalismo, el impulso que lleva al capital privado a maximizar beneficios constituye el motor
fundamental del crecimiento, la gestión y el consumo (Castells, 1995).

23
trabajo, se generaron como resultado del agotamiento del modelo de acumu-
lación conocido como Modelo Sustitutivo de Importaciones. Bajo la influen-
cia de este modelo se generó un considerable crecimiento de importantes
variables de la economía. Este auge de la actividad económica se reflejó,
por ejemplo, en la apertura de un importante número de fuentes de em-
pleo. Por lo tanto, el hecho de contar con un empleo seguro y remunerado
presentó la oportunidad para que miles de familias tuvieran una indiscuti-
ble mejoría en sus condiciones de vida.
El nuevo modelo de organizar la producción y el trabajo que sustituyó
al anterior, como resultado de las crisis de la década de los ochenta, y que
aquí se denomina modelo globalizador, se ha caracterizado por promover
el reacomodo de distintos sectores ocupacionales, lo cual ha traído como
consecuencia, impactos diferenciados en las condiciones de competitivi-
dad y desarrollo que han alcanzado algunas entidades y regiones del país.
Asimismo, se han generado, también, severos cambios en la distribución del
ingreso e importantes modificaciones en el bienestar económico de las fami-
lias (Calva, 1998; Cortés, 1997; Lustig, 1993).

La crisis mundial de los años veinte y la adopción


del Modelo de Sustitución de Importaciones

Siguiendo la propuesta que algunos estudiosos han hecho para el estudio


de la economía nacional sobre sus respectivos procesos de reestructura-
ción, y las sucesivas crisis de dichos modelos, se hará un balance de los
cambios y resultados del periodo económico que va de 1930 a 1982. Este
largo periodo estuvo marcado por distintas fases intermedias, las cuales
generaron ciertos procesos importantes dentro de las etapas de transición,
y de ajuste dentro de los mismos modelos de acumulación del capital (Gui-
llén Romo, 1995; Rueda, 1998).
El contenido inicial del modelo de acumulación que empezó a implan-
tarse en el país durante los años treinta se entiende como una estrategia
conjunta del capital internacional y nacional para sobreponerse a las limi-
taciones de crecimiento que había alcanzado. El contexto de la crisis mun-
dial motivó la reestructuración de dicho modelo. En este sentido, el mode-
lo de generación y acumulación de capital en el nivel nacional experimentó
durante los primeros cinco años de la década de los treinta una etapa de

24 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


transición y reestructuración. La crisis de finales los años veinte se acele-
ró, en cierta medida, debido a la falta de liquidez en los mercados interna-
cionales, lo cual llevó a una contracción en la demanda de los productos
nacionales que habían logrado colocarse en el extranjero. A su vez, la in-
versión extranjera en el país se vio seriamente mermada (Velasco, 1981).
Por ejemplo, la trayectoria seguida por el sector industrial, después de la
crisis de los años veinte, significó no sólo la transformación exclusiva de
este sector laboral, sino que el desarrollo de la estrategia de crecimiento
industrial generó, a su alrededor, una compleja red de interrelaciones de todo
tipo: económica, social, política y laboral, lo que vendría a provocar cambios
y alteraciones en el conjunto global de la sociedad mexicana. Por lo tanto, a
partir de la estrategia de industrialización la economía del país empezó a dar
signos de una rápida recuperación, ya que en 1932 alcanzó su nivel mínimo,
pero a partir de 1933 dio inicio la recuperación, y para el siguiente año se
lograron alcanzar niveles de crecimiento semejantes al de 1929, año del es-
tallamiento de la crisis mundial. Para el segundo quinquenio (1935-1940), el
promedio del crecimiento anual de la economía fue de 5.4 por ciento, con-
virtiéndose el sector secundario en uno de los más activos, ya que empezó
a captar crecientes cantidades en mano de obra (Cabral, 1981; Velasco,
1981).
Los efectos positivos que acarreó la crisis para la estructura productiva
del país fue contribuir, en cierta manera, a la consolidación de una planta
industrial nacional sustitutiva de importaciones, que vendría a estimular la
producción de un incipiente mercado interno. A su vez, esta misma crisis
fue tomada por las industrias, que ya se encontraban establecidas, como
un estímulo de crecimiento y de consolidación a un futuro cercano.2

Desarrollo de la industrialización del país

Es importante destacar que no solamente fueron las condiciones exter-


nas, impuestas por la crisis de la economía mundial de los años veinte,
2
 La economía nacional estaba todavía bajo el predominio que mostraba el sector prima-
rio, aunque en la época de Porfirio Díaz el sector industrial había experimentado un incipiente
crecimiento. Durante este primer momento de la industrialización, se observó el incremento
en la producción manufacturera, particularmente las ramas de la industria textil, del calzado
y la cerveza (Velasco, 1981).

Las reestructuraciones económicas • 25


las que actuaron como condicionante para que en México se optara por
el camino de la estrategia de la industrialización de la economía nacio-
nal. Esta estrategia se hizo cada vez más evidente a partir de la segunda
mitad de la década de los años treinta, y se consolidó a lo largo de los
sexenios de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) y de Miguel Alemán
Velasco (1946-1952).
Cabe destacar que las acciones encaminadas a llevar al país a promo-
ver el crecimiento de la planta industrial se gestaron durante el sexenio del
general Lázaro Cárdenas (1934-1940), cuando el país retomó el control
sobre los combustibles, vía la nacionalización del petróleo. En este mismo
sexenio se llevó a cabo la nacionalización de los ferrocarriles. Por tanto,
para esos años el gobierno volvió a tener el control sobre dos recursos
centrales (combustible y vías y redes de comunicación) para la transforma-
ción productiva que experimentaba la economía nacional, de la mano y
bajo el control del Estado. Además, el movimiento obrero organizado del
país se integró y subordinó a los intereses del Estado, cuyo control se re-
flejó en las organizaciones sindicales. Éstas quedaron, en su mayoría, bajo
el yugo de la naciente Confederación de Trabajadores Mexicanos (ctm), la
cual controlaba a los trabajadores sometiéndolos a los intereses del partido
oficial (Pechard y Tirado, 1993).
En la medida en que el sector secundario manifestaba un crecimiento,
se generaban una serie de cambios en distintas esferas de la estructura
económica, social y laboral, que motivarían el desarrollo y la transforma-
ción en conjunto de la sociedad mexicana, la cual, desde los años cuarenta
hasta inicios de la década de los ochenta, estuvo indisolublemente ligada
al proceso de industrialización. Durante el periodo de Modelo Sustitutivo
de Importaciones, la economía mexicana creció a una tasa anual media de
6.1 por ciento, mientras que el Producto Interno Bruto (pib) per cápita llegó
a alcanzar un crecimiento de 3.1 por ciento anual. Asimismo, el poder ad-
quisitivo de los salarios mínimos reales se incrementó en 54 por ciento, en
el periodo 1934-1982 (Calva, 1998).
Durante 1940-1955, que se considera como el periodo de despegue de
la estrategia de industrialización, el pib experimentó un crecimiento de la
tasa anual de 5.7 por ciento, aunque para este mismo periodo, el creci-
miento inflacionario continuó siendo alto en relación con los niveles del
crecimiento que había experimentado el pib. Por ejemplo, el crecimiento

26 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


que alcanzaron los precios de productos a una tasa media anual durante
el periodo arriba señalado fue de 10.6 por ciento (Guillén Romo, 1995).
Sin embargo, para finales de la década de los años cuarenta, el peso fue
devaluado con la finalidad de limitar el flujo de las importaciones y otorgar
mejores condiciones para la planta productiva nacional. El dólar pasaría de
5.74 a 8.01 pesos entre 1948 y 1949. Aun así, el peso terminó por conser-
var esta paridad con el dólar durante casi cinco años, hasta 1954, cuando
experimentó un nuevo ajuste (devaluación a final de cuentas), pasando de
8.65 a 12 .50 pesos por dólar. Este nivel se mantendría estable durante 22
años, hasta 1976, cuando el peso perdió valor con relación al dólar. Esto
provocó una crisis económica, la cual anticipó el fin del periodo de creci-
miento con estabilidad y sin inflación, y marcó a su vez el inicio del estan-
camiento económico.
La estabilidad que logró la moneda mexicana durante el periodo 1954-
1976 se tradujo en grandes beneficios para la mayoría de la población. Esto
fue muy importante porque el crecimiento de la economía alcanzó una tasa
anual de 6.7 por ciento y el nivel de la inflación se mantuvo controlado, aun-
que el incremento de los precios aumentó alrededor de un 4.2 por ciento
anual. De esta manera, se alcanzó uno de los objetivos centrales del modelo
impuesto a la economía nacional: crecimiento con estabilidad e inflación
controlada (Guillén Romo, 1995).
Esta trayectoria exitosa de la economía se tradujo, a final de cuentas,
en mejores condiciones para la reproducción social de la fuerza de traba-
jo. Durante un importante periodo se logró mantener alejado al fantasma
de la devaluación e inflación, junto con la secuela de efectos negativos
que trae consigo todo fenómeno de crisis y estancamiento de la econo-
mía. Un indicador sobre el nivel de bienestar que se alcanzó a través de
este periodo, es el crecimiento de las remuneraciones salariales con rela-
ción a los ingresos generados por la actividad productiva (pib). En 1939,
30.5 por ciento del pib era destinado al pago de remuneraciones. Esta
misma cifra experimentó una caída, ya que para 1946 disminuyó el mon-
to total del pib destinado al pago de salarios, pasando a ser ahora única-
mente 21.5 por ciento del pib. Sin embargo, a partir de ese mismo año, se
empezó a registrar una recuperación, hasta 1976, cuando el monto de las
remuneraciones alcanzó la histórica cifra de 40.3 por ciento del pib; es
decir, casi el doble que 30 años antes. Después de 1976, se inició el dete-

Las reestructuraciones económicas • 27


rioro del monto de los ingresos percibidos por los trabajadores asalaria-
dos. Ya para 1985 (época de crisis y transición a un nuevo modelo de
acumulación del capital), el nivel de las remuneraciones con relación al
pib era muy similar al que se había alcanzado en 1954, el cual alcanzó el
27.7 por ciento (Bortz, 1986).

Distribución del ingreso durante


los años de auge económico

La distribución de la riqueza que la planta productiva nacional generó en


la etapa de auge no fue equitativa. Un análisis de la distribución del ingre-
so por familias durante el periodo 1950-1963, mostró como las familias de
los primeros 5 deciles3 lograron obtener en la década de los cincuenta, un
18 por ciento del ingreso total. El mismo grupo, sin embargo, experimentó
en 1963 un retroceso, concentrando ahora solamente un 16 por ciento.
Aun así, serían las familias de los siguientes 4 deciles (VI, VII, VIII y IX,
dentro de los cuales se ubican las familias de sectores medios, en su es-
cala de estratificación propia: sectores medios bajos, sectores medios y
sectores medios altos) las que lograron obtener índices significativos de
recuperación. Las familias concentradas en este grupo, en su conjunto,
pasaron de controlar 31 por ciento del total de la riqueza en la década de
los cincuenta; para alcanzar en 1963 35 por ciento. Aunque debemos se-
ñalar que lo más dramático de la desigual distribución de la riqueza queda
ejemplificado con el hecho de que tan sólo el conjunto del último decil (X),
que en términos concretos es solamente 10 por ciento del total de la po-
blación, concentraría para 1950 49 por ciento de la riqueza nacional. Esta
situación permaneció prácticamente sin cambios durante los siguientes
13 años, ya que para 1963 este mismo decil concentró 50 por ciento del
ingreso nacional.
3
 En estos primeros 5 deciles quedan incluidos aquellos campesinos sin tierra, campesinos
con poca tierra, obreros no calificados o poco calificados, grupos urbanos subempleados (o
también llamados trabajadores por cuenta propia) o marginales. Esta clasificación de los deciles
se basa en los presupuestos de los analistas encargados de llevar a cabo el “Reporte Económi-
co”, aparecido en el periódico La Jornada, el 10 de junio de 1996. Este documento sirvió de base
para presentación de los datos del cuadro 1. En cierta medida, esta clasificación coincide con la
realizada por Fernando Cortés, quien comenta que en los deciles VII, VIII y IX es en donde se
ubican las familias de los sectores medios (Cortés, 1997).

28 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Cuadro 1
Evolución de la distribución de los ingresos, 1950-1963

Deciles 1950 1963


Total 100.00 100.00
X 49 50
IX 11 13
VIII 8 10
VII 7 7
VI 5 5
V 5 5
IV 4 4
III 4 3
II 2 2
I 3 2

Fuente: “Reporte Económico”, La Jornada, 10 de junio de 1996.

Con los datos del cuadro 1 se comprueba que si hubo sectores benefi-
ciados con la política de crecimiento por sustitución no fueron los grupos
de las familias más pobres, sino todo lo contrario. Los verdaderamente
beneficiados por las nuevas políticas económicas controladas desde el
Estado fueron los sectores medios, y en mayor medida el grupo más alto
de la estructura social y económica: la burguesía nacional.
El proceso de industrialización generó cambios en otras instancias de
la sociedad que también resultaron ser clave en el éxito logrado por la
nueva estrategia de acumulación del capital. A su vez, contribuyó a una
transformación radical de las condiciones en las cuales se llevó
a cabo la reproducción de la fuerza de trabajo y el desarrollo alcanzado por
importantes sectores productivos;4 es decir, se modificaron sustancialmen-

4
 Agustín Escobar (1993) señala que fue a partir de la década del cuarenta y hasta media-
dos de la década de los años setenta cuando tuvo lugar la mayor transformación de la estruc-
tura ocupacional en México. Este fenómeno se puede identificar como el resultado de otros
procesos que acompañan a la misma experiencia de industrialización, aunque el propio Es-
cobar prefiere denominar esta última como urbanización. Los procesos a los que hace refe-
rencia el autor son los siguientes:

Las reestructuraciones económicas • 29


te las condiciones en las cuales se desarrollaron y reprodujeron social y
económicamente los individuos, las familias y las propias empresas.

Papel del Estado en la promoción de la industrialización

El papel que asumió el Estado dentro de la estrategia de industrialización


y modernización de la sociedad mexicana durante este periodo fue clave:
se colocó en el centro y en la dirección misma de la actividad productiva
y fungió, a la vez, como el eje rector e impulsor central del crecimiento
económico. En estos términos, es difícil pensar en el proceso mismo de
la industrialización y, alternativamente, en el fenómeno de la terciariza-
ción; como bien lo señalan varias investigaciones, sin hacer referencia a
la intervención directa y múltiple que vendría a desempeñar el Estado
(Velasco, 1981; Escobar y Roberts, 1991; Escobar, 1993; Guillén Romo,
1995).
En suma, el papel desempeñado por el Estado resultó crucial para en-
tender la nueva dinámica de la estructura productiva y el rumbo que tomó
la transformación de la estructura social del país. El Estado promovió el
desarrollo de la infraestructura material y técnica, que posteriormente de-
mandarían los diversos sectores industriales del país. A su vez, tomó medi-
das encaminadas a la protección aduanera, organizando también la circula-

• El país experimentó entre 1940 y 1970 una rápida reubicación de la población, pasan-
do de ser un país con una estructura poblacional rural a una estructura eminente-
mente urbana.
• Ocurre un proceso acelerado de salarización, que junto a la urbanización reestructu-
rán la organización del trabajo de las familias, quienes tenderían a vender su fuerza
de trabajo en el mercado, más que a producir bienes para el propio consumo.
• En tercer lugar, se experimentó un proceso de modernización de las unidades econó-
micas, tanto de aquellas que se encargan de proveer servicios, como de las producti-
vas [...] lo cual conduciría a una diversificación en la demanda de la fuerza de trabajo
en todos los niveles, así como en los requerimientos de una mayor educación y sus
prácticas de capacitación. Este proceso de crecimiento de las unidades provocó el
aumento del componente no manual.
• Se experimentó un proceso de formalización y burocratización del empleo, del traba-
jo, del acceso y uso de los servicios.
• El último resultado, y como consecuencia sobre todo de la urbanización y de la diver-
sificación y modernización económicas, durante este periodo se formó la clase media
moderna, ligada con grandes empresas y con el aparato del Estado, pero también la
compuesta por profesionistas y prestadores de servicios independientes.

30 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


ción monetaria y otorgó el crédito para el apoyo a empresas privadas,
creando para ello instituciones clave para el otorgamiento de préstamos y
asesoría financiera a la planta industrial (Velasco, 1981).
Por otra parte, mientras que la economía interna mantuvo un desenvol-
vimiento positivo, con elevadas tasas de crecimiento anual, el Estado, que
se había convertido en el director de la exitosa estrategia de acumulación,
empezó a acudir de manera continua y creciente a la estrategia de endeu-
damiento externo. Cabe destacar que dicha estrategia se convirtió tiempo
después en el principal lastre del gobierno y de la economía en general.
Tanto, que éste fue uno de los puntos clave para la irrupción de las crisis
financieras que azotaron al país en los años ochenta. El endeudamiento
externo llegó a ser la única opción y remedio al cual recurrirían indistinta-
mente las autoridades económicas para intentar frenar los desequilibrios
financieros y del gasto público. Esta situación se dio sin que el mismo Es-
tado intentara poner en marcha estrategias alternativas, para al menos
buscar superar las deficiencias del modelo económico.5
A pesar de ello, durante los años sesenta y setenta el Estado continuó
apoyando el gasto público mediante el endeudamiento externo, a contra-
pelo de elevadas tasas de interés. Se logró, sin embargo, estabilizar el tipo
de cambio y mantener cierto equilibrio en las finanzas internas, con el
consabido beneficio que este equilibrio provocó en la estructura producti-
va. Como elementos complementarios a las acciones desempeñadas por
el mismo estado, habría que agregar que al crear y controlar infinidad de
empresas, se convirtió él mismo en el principal generador de empleos,
demandando para ello trabajadores manuales, técnicos, oficinistas y pro-
fesionistas. Además del incremento en la cobertura de las demandas de
educación, salud y otras instancias de servicios, sirvieron como punto
central para el aumento de la burocracia. Así pues, el Estado se convirtió
en el principal generador de empleos para un número considerable de
profesionistas.6
5
 Por ejemplo, para el año de 1970, el monto de la deuda externa representaba ya 23.6 por
ciento del valor de las exportaciones nacionales, tanto de bienes como de servicios. Este
monto siguió incrementándose con el paso del tiempo, hasta alcanzar cantidades exorbitantes
que a la larga se volvieron imposibles de pagar (Guillén Romo, 1995).
6
 Según cálculos realizados por Rendón y Salas (1987), durante la década de los sesenta
aproximadamente 20.9 por ciento del total de la Población Económicamente Activa (pea) que
contaba con un empleo se desempeñaba dentro del sector público.

Las reestructuraciones económicas • 31


Como un aspecto complementario a lo anterior, es importante destacar
que el mismo Estado se encargó de ser el principal subsidiario del creci-
miento urbano; es decir, se encargó de crear mejores condiciones de vida
en espacios urbanos que en el campo. La mejoría en las condiciones de
vida fue aplicable para los sectores asalariados, y específicamente para la
burocracia, la cual se vio beneficiada por el otorgamiento de servicios de
salud, créditos, vivienda y demás servicios. Mientras que a los sectores
más pobres se les dejó en el abandono, ya que a éstos les quedó la respon-
sabilidad de construir su casa y dotarla de los servicios básicos. Todo esto
a pesar de los escasos ingresos que lograban obtener de la riqueza que
ellos mismos se encargaban, en parte, de generar. En este sentido, el Esta-
do creó las condiciones para que se experimentara un rápido cambio en
las estructuras ocupacionales, lo cual permitió a la población su ingreso a
una nueva lógica laboral y salarial, donde pudiera tener acceso a un traba-
jo seguro y a una movilidad laboral, acompañada de importantes incre-
mentos salariales.7
Una buena parte de la población urbana en el país ingresó a las escue-
las, logrando con ello obtener una especialización educativa. Esto repercu-
tió en la posibilidad de mejorar las condiciones de trabajo y llenar así los
huecos laborales que demandaban la propia industria y las ocupaciones
terciarias, que se habían incrementado, al conformarse éstas en apoyo a la
industria, como parte de un mercado laboral en expansión que satisfacía
las propias demandas de servicios que empezaba a exigir la población
(Escobar y Roberts, 1991; Escobar, 1993).
Como ya se mencionó anteriormente, el periodo de industrialización y
modernización de la economía, junto a la formalización, la salarización y ter-
ciarización que la acompañaron, así como los altos incrementos en los mon-
tos de los salarios que se llegaron a alcanzar en ese periodo, fueron oportuni-
dades a las cuales no toda la población urbana logró tener acceso (Muñoz, De
Oliveira y Stern, 1977).
Uno de los resultados del periodo de industrialización acelerada del
país, fue la desigual distribución de las oportunidades laborales; y por lo

7
 Larissa Lomnitz y Ana Melnick (1991) describen una situación similar en Chile, que al
igual que en nuestro país, el Estado sería el principal promotor del desarrollo económico y
principal impulsor de la terciarización de la estructura laboral. Este proceso conduciría en
ambas sociedades al desarrollo de los sectores medios modernos.

32 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


tanto una desigual repartición de la riqueza que este proceso empezó a
generar. A la par del sector secundario, el sector de los servicios sería el
que mayores beneficios económicos y laborales obtendrían, pues:

el proceso de industrialización implicó la expansión de actividades econó-


micas relacionadas tanto con la producción de bienes tangibles como con
la distribución y comercialización del producto. Además requiere de servi-
cios financieros, profesionales bancarios y otros, los cuales también absor-
ben fuerza de trabajo y reflejan en parte el dinamismo del sector manufac-
turero (Muñoz, De Oliveira y Stern, 1977: 142).

La estabilidad económica
y sus efectos sobre el empleo

La transformación que experimentó el sector industrial mediante la es-


trategia de acumulación adoptada a lo largo de casi cuatro décadas impli-
có no solamente el dinamismo de este sector productivo. El efecto trans-
formador fue mucho más lejos, ya que sirvió como punto de partida para
lograr una transformación radical de la estructura del mercado laboral;
es decir, la dinámica productiva de los años de la industrialización, moder-
nización y urbanización, ofreció una cantidad considerable de puestos de
trabajo de una gran heterogeneidad. Esta situación finalmente se tradujo
en un aumento de las ocupaciones no agropecuarias, pero de manera
paralela al fenómeno de la salarización se experimentó también un im-
portante aumento del empleo formal y, finalmente, la terciarización de
una parte significativa de la mano de obra (Escobar y Roberts, 1991; Es-
cobar, 1993; Muñoz, De Oliveira y Stern, 1977; Alba, 1993; Rendón y
Salas, 1991; 1992).
De esta forma, el dinamismo que mostró la economía durante el perio-
do de la década de los cuarenta hasta los setenta permitió que los sectores
no agrícolas absorbieran a 5.2 millones de trabajadores. Dicha cantidad
representó cerca de las tres cuartas partes del incremento total de la fuer-
za de trabajo demandante de un empleo durante el periodo señalado.8

8
 El empleo dentro del sector primario pasó de representar dos tercios del total en 1940,
a menos de 40 por ciento en 1979. Sin embargo, el empleo no primario pasó a ser de un
tercio a 60 por ciento en el mismo lapso (Alba, 1993).

Las reestructuraciones económicas • 33


El proceso de terciarización que experimentó la estructura laboral du-
rante este lapso ofreció la oportunidad de que una parte de la población
alcanzara un dinamismo y movilidad laboral, lo cual se tradujo, a final de
cuentas, en la obtención de mejores condiciones económicas y de vida.
Además, esta terciarización del mercado de trabajo se desarrolló dentro
del sector formal del empleo, tanto en el interior de los organismos guber-
namentales y empresas paraestatales como dentro de empresas privadas,
generando con ello empleos remunerados y estabilidad en los mismos.9
Algunas investigaciones han destacado el papel que vino a desempe-
ñar, durante esa misma época, el llamado corporativismo mexicano, ya que
durante el mismo lapso se consolidaron importantes organizaciones sindi-
cales. Una característica fundamental de dichas organizaciones fue que
organizaron y mantuvieron control sobre nichos importantes del mercado
laboral, ya fuera para trabajadores del sector obrero como para los buró-
cratas y profesionistas. Los sindicatos se encargaron de gestionar y obte-
ner beneficios importantes para sus agremiados dentro y fuera del espacio
de trabajo. En este sentido, fueron importantes los logros alcanzados en
los siguientes rubros: incrementos salariales, apoyos jurídicos, obtención
de créditos, servicios de salud, educación, abasto y guarderías, por señalar
solamente algunos. Sin embargo, la propia estructura sindical se convirtió,
a su vez, en un mecanismo útil para controlar demandas políticas y tam-
bién demandas laborales (Alba, 1993).

1971-1976: del crecimiento moderado


a los primeros indicios de la crisis económica

Ya para los primeros años de la década de los setenta, el modelo de acumu-


lación que logró impulsar tres décadas de crecimiento ininterrumpido de la
economía dio los primero signos de agotamiento. El periodo 1971-1976 se
caracterizó por mostrar una desaceleración en el crecimiento económico,
ya que la tasa anual de crecimiento alcanzó un incremento de 5 por ciento
anual, lo cual mostraba una tendencia a la baja, en comparación con el 6.4

9
 También hay que subrayar que se experimentaría un incremento de los prestadores de
servicios independientes o por cuenta propia, aunque no en la misma proporción en la que
se ha experimentado a partir de los años ochenta.

34 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


por ciento en promedio que se había logrado para el periodo 1956 a 1970
(Guillén Romo, 1995; Bortz, 1990).
A su vez, la inflación experimentó un incremento que llegó a colocarla
en un promedio de 14.2 por ciento anual, situación que se explica princi-
palmente por la devaluación de agosto de 1976, a finales del mandato pre-
sidencial de Luis Echeverría Álvarez. Como consecuencia inmediata y di-
recta, la población experimentó el alza de los precios, tanto de los
productos alimenticios básicos como de los costos de los servicios públi-
cos. Por su parte, los salarios empezaron, después de mucho tiempo, a
experimentar una regresión en su monto. El efecto inmediato de la devalua-
ción fue una importante modificación en el consumo entre las familias de los
sectores medios y la burguesía. Esto causó un cierto malestar hacia las ac-
ciones y estrategias llevadas a cabo por el gobierno. Como resultado de esta
pérdida de dinamismo, la población se acostumbró a las frecuentes peticio-
nes del gobierno para realizar diversos sacrificios, los cuales permitirían
asegurar el regreso a los años del auge y del crecimiento económico sos-
tenido. Asimismo, la mayoría de la población se tuvo que adaptar a los
planes de choque, que comenzaban a reflejar una temprana influencia de
algunas políticas de corte monetarista. Éstas se pusieron en marcha des-
de mediados de los setenta en las economías centrales, y tendrían como
objetivos principales controlar la inflación, proteger el empleo, recuperar el
crecimiento perdido y mantener una disminución de los salarios reales.
Como ejemplo, durante el periodo 1976-1982 los salarios disminuyeron
13 por ciento. El hecho de que se establecieran topes sobre los incrementos
salariales fue para mantener éstos por debajo de la tasa de inflación, para
que así no provocaran escaladas o burbujas inflacionarias. Algunas de las
medidas implementadas para alcanzar los objetivos fueron las siguientes:
reducción del gasto dentro del sector público, incrementos en los precios de
los servicios proporcionados por el sector público, freno sobre la aplicación
de subsidios federales. Como bien lo señalarían algunas voces, la estructura
social en México no terminó derrumbándose por completo ni tampoco ter-
minaría por sumergir al país en una lucha armada generalizada. Sin embar-
go, lo que sí empezó a experimentar la población fue un deterioro en sus
condiciones y en la calidad de vida (Bortz, 1990).
No obstante, el Estado siguió viendo al endeudamiento externo como la
única estrategia para remediar las contradicciones de orden estructural que

Las reestructuraciones económicas • 35


se habían venido acumulando desde años atrás. Sin embargo, hay que des-
tacar que para la década de los setenta la flexibilidad de los mercados exter-
nos para la obtención de créditos había experimentado importantes
cambios. Los capitales disponibles serían destinados financiar los pro-
yectos de transformación de la planta productiva, lo significativo fue que
estos programas de reestructuración se desarrollaron fundamentalmente
en los países de capitalismo avanzado, especialmente Estados Unidos
(Pipitone, 1986).
Este cambio en el destino de los créditos financieros motivó que se
desarrollara una actividad fiscalizadora por parte de los organismos in-
ternacionales que ofrecían dichos préstamos, particularmente el Fondo
Monetario Internacional (fmi). Esto llevó a que inmediatamente después
de la devaluación de 1976 el gobierno mexicano aceptara la firma de una
carta de intención con dicho organismo, a cambio de seguir obteniendo
recursos económicos.10
Esta situación terminó orillando a las sucesivas administraciones a
implementar programas de austeridad, los cuales, según los lineamien-
tos del Fondo, tenderían a buscar el equilibrio financiero, aunque el costo
real de dichas políticas sería la recesión económica y el desempleo. En
este sentido, la crisis de los setenta marcó una etapa de transición entre el
modelo desarrollista y de sustitución de importaciones, hacia un modelo
globalizador, que se implantaría a raíz de la futura crisis económica en la
década de los ochenta (Bortz, 1990; Guillén Romo, 1995; Rueda Peiro,
1998).
La economía mexicana experimentó una pasajera recuperación en su
crecimiento con el boom petrolero (1978-1981), lo cual retardaría por po-
cos años más, la sustitución del viejo modelo estatista por el nuevo mo-
delo de acumulación del capital. Durante este breve lapso de bonanza, la
economía nacional alcanzó una tasa anual de crecimiento cercana al 9
por ciento. Sin embargo, hay que destacar que resultó paradójico que,
durante dicho periodo de auge, la generación de nuevos empleos, tanto

10
 El acuerdo de estabilización firmado por el gobierno mexicano y las autoridades del
fmi, se basaba en la consecución de ciertos puntos esenciales para la economía mexicana.
Entre los más importantes destacan lo siguientes: reducción del déficit del sector público, li-
mitación del endeudamiento externo, elevación en los precios de los bienes y servicios pro-
porcionados por el sector público, limitación del empleo en el sector público y represión hacia
los aumentos saláriales (Guillén Romo, 1995).

36 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


en el sector industrial como en el sector terciario, fuera poco significati-
vo;11 es decir, este mini periodo de abundancia no se tradujo en la obten-
ción de mejoras significativas en los montos de los ingresos entre los
sectores llamados populares. Los directamente beneficiados del corto
periodo de auge serían, de nueva cuenta, los sectores medios y la burgue-
sía nacional. De esta manera, este pequeño periodo de auge de la econo-
mía contribuyó a que se retrasara, por sólo unos cuantos años, la inten-
sificación de las medidas monetaristas, promovidas desde los nuevos
centros del poder económico: Fondo Monetario Internacional (fmi) y Banco
Mundial (bm). Por lo tanto, durante este corto periodo, el gobierno pudo
seguir aplicando una política económica distinta a la que empezaba a ser
concebida por el fmi.
En este tiempo, lo que caracterizó a las autoridades económicas fue
que lejos de poner en marcha las recomendaciones propuestas por los
anteriores organismos internacionales, las enormes reservas petroleras
descubiertas en los setenta sirvieron de aval para que el país lograra pro-
mover una política económica mucho más autónoma y con el sello del
modelo de acumulación controlado por el Estado. En general, en lugar de
promover una política de apertura y liberación del comercio exterior, tal
como lo recomendaban las propuestas del fmi, se promovieron y aplicaron
programas con un claro enfoque de proteccionismo estatal (Alba, 1993;
Rendón y Salas, 1991, 1992; Guillén Romo, 1995).

1982-1997: la crisis y los primeros pasos


hacia la integración de la economía
mexicana a la dinámica globalizadora

Los años ochenta: la década perdida

La crisis económica de los primeros años de la década de los ochenta re-


sultó ser la más severa, con relación a las anteriores. Sus efectos se evi-
denciaron de forma mucho más estricta entre la población urbana. Esto se

11
 Esto quedó evidenciado por el hecho de que el índice de desempleo descendería de
índices cercanos al 6 por ciento hasta alcanzar solamente 4 por ciento (Alba, 1993; Rendón y
Salas, 1991).

Las reestructuraciones económicas • 37


entiende porque en esta década 70 por ciento de la pea se encontraba en
el medio urbano y 30 por ciento restante se localizaba en el campo.12
El cambio en la estructura laboral conllevó al deterioro de la tasa de
ganancia que se registró a lo largo de la década, y esto causó irremediable-
mente un deterioro inmediato en las condiciones de vida de la mayoría de
la población urbana. Este punto será fundamental, ya que durante la expan-
sión económica que se vivió en la segunda mitad de lo que se conoce como
el Milagro mexicano la población que se había acostumbrado a desarrollar
su vida con precios estables en los productos y servicios y elevados sala-
rios, empezaría a ver poco a poco mermados tales beneficios.
La crisis de la economía mexicana encontró sus causas en los desequi-
librios que se habían gestado bajo el paternalismo del Estado. Esta situa-
ción se volvió más crítica por la carencia de un proyecto económico a largo
plazo, y una escasa o casi nula intervención en el mercado externo, la cual
se aplazó de manera indefinida, que finalmente llevó a que el Estado de-
pendiera, en mayor medida, de recursos económicos externos. Sin embar-
go, un punto que es importante destacar es que la etapa del crecimiento de
la economía mexicana se construyó sobre condiciones económicas exter-
nas positivas. Dichas condiciones se manifestaron, fundamentalmente, en
la disponibilidad de recursos a través de préstamos del exterior. No obs-
tante, para los años ochenta las condiciones externas serían contrarias a
los programas y estrategias del gobierno, por lo cual a inicios de esta dé-
cada se evidenció una restricción en el otorgamiento de préstamos, por
parte de las instituciones crediticias extranjeras y un incremento en las
tasas de interés de éstos.
A este panorama negativo, hay que agregar la reducción que experi-
mentaron los precios del petróleo, lo cual hizo evidente la vulnerabilidad
de la economía. De igual manera, este comportamiento negativo de algu-
nas variables externas se conjugó con la acelerada fuga de capitales, lo que
llevó al gobierno a una situación muy difícil para seguir haciendo frente a
sus obligaciones internacionales. Ante esta carencia de capital, la econo-
mía del país enfrentó una crisis de dimensiones mayores y con estragos

12
 Es decir, mientras que en los años treinta cerca del 70 por ciento de la pea se encontra-
ba ocupada en el sector agrícola, y el 30 por ciento restante estaba empleada en el medio
urbano. Sin embargo, ya para los primeros años de la década de los ochenta esa anterior
distribución y división de la estructura laboral se había transformado radicalmente.

38 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


económicos, laborales y sociales mucho más devastadores, tal como cons-
tatan las siguientes cifras. Entre 1981-1987, el Producto Interno Bruto per
cápita cayó 14.1 por ciento, mientras tanto la inflación permaneció práctica-
mente fuera de control. Ésta aumentó durante 1982 a 98.8 por ciento. Para
el año siguiente, la inflación retrocedió un poco, para colocarse ahora en
80.8 por ciento. Esta misma tendencia a la baja llevó a que en 1984 bajara
a 59.2 por ciento. Sin embargo, para 1985, inició de nueva cuenta su ten-
dencia a la alza, para alcanzar 63.7 por ciento. En 1986 llegó a 105.7 por
ciento, y para 1987 nada detuvo a la inflación, la cual alcanzó la cifra histó-
rica de 159.7 por ciento (Bortz, 1990).
El estancamiento de la economía provocó que las fuentes de trabajo
que se generaron dentro del mercado formal fueran mínimas. Mientras
tanto, la población en edad de laborar se incrementó a tasas del 4 por
ciento anual. Bajo las condiciones impuestas por la crisis, solamente se
crearon 1.7 millones de nuevos empleos entre los sectores del comercio,
manufacturas y servicios, siendo este último el principal creador de
puestos de trabajo asalariado, mientras que en el comercio hubo un in-
cremento en los empleos no asalariados. Por lo tanto, las tendencias
mostrarían desde estos momentos un incremento notable del trabajo no
asalariado, con relación al trabajo asalariado. En general, se observó un
aumento en el número de pequeñas unidades productivas (fundamental-
mente de carácter familiar) y la disminución del tamaño medio de los
establecimientos, lo que condujo a una mayor precariedad de las condi-
ciones laborales.
Un elemento que contribuyó a la disminución de los puestos laborales
fue que a partir de 1988 se incrementó la entrada de capitales financieros.
Sin embargo, dicha inversión fue principalmente de portafolios. Es decir, lo
que caracterizó este tipo de inversión fue que no se destinó a la apertura
de nuevas fuentes directas de trabajo. Fue precisamente este tipo de inver-
sión la que registró un importante incremento en el país; son inversiones
que se captaron fundamentalmente en el mercado bursátil y se destinaron
principalmente al ámbito de la especulación en los mercados financieros
(Bortz, 1990; Canstaingts, 1994).
Por su parte, el monto de los salarios experimentó entre 1983-1988,
pérdidas de 8.1 por ciento anual. Las caídas más fuertes fueron en los
años 1983 y 1986, con 24.6 y 10.7 por ciento respectivamente. Por tanto,

Las reestructuraciones económicas • 39


fueron estos años los más difíciles y severos de la crisis de la década.
Esta tendencia a la disminución en el monto de los salarios se promovió
como una estrategia para detener los incrementos desorbitados de la in-
flación y, ante todo, para hacer frente al estancamiento que experimenta-
ba la economía del país (Bortz, 1990; Lustig, 1993; Rueda Peiro, 1995).
Ante este panorama, si el Estado ya no era capaz de ofrecer las condi-
ciones básicas para asegurar la reproducción social, ¿qué fue entonces lo
que ocurrió? La economía prácticamente no creció durante gran parte de
la década de los ochenta. Esto no trajo como resultado inmediato incre-
mentos importantes en los niveles de desempleo abierto, así como tampo-
co cambios negativos en los ingresos de la gran mayoría de las familias
más pobres.13
Como ejemplo, en el ámbito laboral, después de los primeros años de
la crisis (1981-1983), se observó un incremento en el nivel de desocupa-
ción, que muy pronto descendió a niveles por debajo, incluso, de los ob-
servados durante la época del boom petrolero. Las causas que ayudan a
explicar este extraño comportamiento son las siguientes:

• Muchas empresas, al observar que los gastos por el concepto de re-


muneraciones salariales habían mostrado retrocesos, decidieron en-
frentar la crisis sin recurrir a los despidos masivos.
• La rápida incorporación de un mayor número de miembros de la fa-
milia a actividades de trabajo dentro del ámbito informal.

El resultado de algunas investigaciones mostró que muchas familias


recibían ingresos de fuentes distintas a la de los salarios, lo cual vino a
apoyar la tesis de que, durante los años ochenta, se observó un incremen-
to notable en la incorporación de la población al mercado informal o por
cuenta propia. Esta situación ya se había hecho notar desde mediados de
los años setenta, pero el impacto de la crisis y el posterior estancamiento
de la economía provocaron que este proceso se acelerara durante los años
ochenta (García, 1988; Lustig, 1993).

13
 Por ejemplo, en 1987 el Producto Interno Bruto creció 1.5 por ciento, mientras que en
1988 alcanzó un crecimiento de 1.1 por ciento, y para 1989 el crecimiento fue de 3 por ciento.
Aunque el crecimiento alcanzado se mantuvo, por mucho, alejado de los niveles a los que
llegó en la época del llamado Milagro mexicano.

40 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Los datos que ofrece Lustig (1993) refuerzan este último argumento,
cuando señala que el consumo privado disminuyó, entre 1983-1988, en un
porcentaje acumulado de apenas 10.4 por ciento, mientras que el ingreso
salarial, en el mismo periodo, experimentó una pérdida de 40 por ciento.
De esta forma, los ingresos familiares no asalariados bajaron solamente 1
por ciento, en promedio anual. Una creciente incorporación al mercado
informal provocó que los ingresos provenientes de estas actividades expe-
rimentaran un incremento de 60 por ciento para 1981, hasta alcanzar 72
por ciento en 1988; además, el mercado informal presentaba en los años
ochenta una gran diversidad y un marcado dinamismo. Durante la época
del auge económico, el índice del crecimiento del mercado de trabajo infor-
mal o por cuenta propia se mantuvo estable, con un promedio de alrededor
de 8.6 por ciento de la pea; mientras que el nivel de participación en este
tipo de actividades ascendió a 13.2 por ciento de la población ocupada,
para 1985 (Judisman, 1989; Lustig, 1993).
Por esa misma razón, autores como Rendón y Salas (1991 y 1992) se-
ñalan que la profundización experimentada en el crecimiento registrado
por el sector terciario, que es donde se ubican en mayor medida las activi-
dades informales, representó una nueva etapa, y a la vez, una terciariza-
ción totalmente diferente a la que se experimentó durante los años del
Milagro mexicano. Lo que explica este proceso, es que la terciarización de
la economía que se dio a partir de la década de los ochenta, se vino a de-
sarrollar fuera del mercado de trabajo formal asalariado. Dicho proceso se
manifestó con escasa o ninguna defensa de los derechos de los trabajado-
res; a la vez que dichas estrategias económicas se llevaron a cabo dentro
de los hogares de los desempleados, los cuales vendrían a imponer nuevos
ajustes a la estructura organizativa de los miembros dentro de los mismos,
lo que otorgó una mayor responsabilidad al trabajo desarrollado especial-
mente por mujeres, niños e incluso ancianos (González de la Rocha, 1986;
Estrada, 1996; Selby et al., 1994).
Por lo tanto, en un contexto de crisis y estancamiento como el que se
dio durante los ochenta, los ingresos obtenidos mediante las actividades
por cuenta propia sirvieron para compensar, en parte, la significativa caída
del ingreso salarial proveniente de empleos formales, cada vez más esca-
sos y con menores remuneraciones. De esta manera, la estrategia de la
informalidad se constituyó en una opción de primer orden para garantizar

Las reestructuraciones económicas • 41


la reproducción social de la fuerza de trabajo. Dicha estrategia cobró ma-
yor importancia porque en nuestro país no se cuenta con seguros de
desempleo, lo cual se manifiesta en lo siguiente: no trabajar es un lujo que
muy pocos mexicanos pueden darse, ya que de no hacerlo, para la gran
mayoría significaría, ni más ni menos, que carecer de los recursos míni-
mos para poder vivir.
Lo que es importante destacar es que a partir de una situación laboral
y económica, en franco deterioro, no hubo un aumento considerable en la
tasa de desempleo neto entre la población. Los resultados de distintos
análisis (Lustig, 1993; Selby et al., 1994, González de la Rocha, 1995) con-
cuerdan en señalar que el sector más pobre de la población (trabajadores
marginados de zonas rurales y urbanas) logró enfrentar, de manera “posi-
tiva”, la crisis. Esto derivado de una estrategia basada en la incorporación
masiva de miembros de las familias, a actividades laborales por cuenta
propia, lo que evitó, de alguna manera, un mayor deterioro en las condi-
ciones y en la calidad de vida de la población, la cual estaba ya bastante
deteriorada.14
Otra estrategia para generar ingresos económicos, que se desarrolló
como complemento a la informalidad, fue la migración, que tuvo como
destino algunas de las principales ciudades de Estados Unidos. En don-
de sí se observaron cambios notables fue en el origen de la fuerza de
trabajo que abandonaba el país, ya que es precisamente a partir de los
años ochenta cuando nuevas investigaciones sobre este fenómeno em-
pezaron a dar cuenta de dichos cambios. Tales investigaciones descri-
bieron la erosión del estereotipo clásico de la migración (aquel que ubi-
caba al migrante con un origen rural principalmente), en contraparte se
observó un incremento de los nuevos migrantes de la crisis. Estos últi-
mos provenían ahora, en mayor cantidad, de contextos urbanos que, a
su vez, contaban con una mayor escolaridad. Esto último les permitió
alcanzar, en sus nuevos destinos, puestos de trabajo de una mayor cali-
ficación laboral. Se llegó incluso a observar un crecimiento en la migra-
ción de los llamados trabajadores de cuello blanco, provenientes de

14
 Otro sector social que resultó fuertemente golpeado por la crisis fue el sector medio,
lo cual provocó que se empezaran a observar indicios de una incipiente reorganización de
sus patrones de vida (consumo, gastos) y una incipiente diversificación en los orígenes de los
ingresos familiares, tal como se verá más adelante.

42 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


centros urbanos; es decir, grupos de trabajadores que carecían de una
tradición histórica de migración a Estados Unidos, pero ante las difíciles
condiciones impuestas por la crisis se vieron obligados a buscar mejo-
res oportunidades de trabajo fuera de su lugar de origen. Por lo tanto,
entre los estados que empezaron a mandar mayor cantidad de mano de
obra fuera de su territorio están aquellos que experimentaron de manera
más adversa los efectos de la crisis: Distrito Federal, Morelos, Hidalgo,
Guerrero y Puebla.15
Así, mientras que las familias se organizaban desde dentro y ponían en
funcionamiento nuevas estrategias y nuevos patrones de organización fa-
miliar, o simplemente echaban mano de estrategias que se habían vuelto
ya cotidianas, y en parte de su forma de vida de años antes, el gobierno
continuaba en su intento por lograr la estabilidad en las principales varia-
bles, de una economía en franco deterioro. Esto llevó a las autoridades a
aplicar las siguientes medidas:

• Aumentos en las recaudaciones públicas y reducción del gasto públi-


co. Esto se convirtió, de nueva cuenta, en un incremento de los pre-
cios en los servicios públicos y en una reducción de la inversión pú-
blica, lo que representó una menor apertura de nuevos empleos.
• Reducción y, en algunos casos, desaparición de subsidios otorgados
por el Estado a las familias.

Todo esto llevó a un deterioro en la prestación de servicios proporcio-


nados por el gobierno, particularmente en el rubro de salud y educación.
Este deterioro se volvió más evidente, no sólo por la reducción del gasto
(23.9 por ciento en el sector salud y 30.2 por ciento en el sector de la edu-
cación entre 1983-1988). A la par del deterioro de la infraestructura, se
empezó a experimentar un incremento en la demanda de servicios públicos
debido a la incapacidad que mostraría la mayoría de la población para se-
guir manteniendo el uso de los servicio médicos y de educación privados
(Lustig, 1993).

15
 Tan sólo en el periodo 1983-1987; el Sistema de Inmigración Nacional de Estados Uni-
dos deportó la cantidad de 6’426,138 mexicanos que habían logrado ingresar de manera ilegal
a ese país (Cornelius, 1990; 1991; Bortz, 1990).

Las reestructuraciones económicas • 43


Los orígenes y desarrollo
de la globalización de la economía mexicana

Fue a partir de la crisis económica que experimentó el país durante los años
ochenta que se dieron las condiciones que permitirían la transición del Mo-
delo Sustitutivo de Importaciones a un modelo caracterizado por la desregu-
larización de las actividades económicas por parte del Estado y la apertura
de la economía hacia el exterior. De una regulación estatal, se pasó a la pri-
vatización de las empresas estatales, asumiendo que solamente la inversión
privada y las fuerzas del libre mercado serían las indicadas para regular la
actividad productiva.
La reestructuración del modelo de acumulación económica originó una
serie de profundos cambios en el nivel de la estructura productiva, y en el
ámbito de los sectores sociales, modificando de manera importante las con-
diciones de reproducción social de la fuerza de trabajo. A raíz de la crisis
económica que enfrentó el país durante la década de los ochenta cobraron
mayor importancia las políticas financieras y los denominados programas de
reestructuración de la economía, lo que ha generado que se hable de las nue-
vas estructuras sociales de acumulación. En el caso de la economía mexicana,
el proceso para reemplazar el modelo económico centrado en el mercado in-
terno, por un modelo orientado al exterior, se inició en el periodo de Miguel
de la Madrid Hurtado (1982-1988), acentuándose más durante el sexenio de
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), y manteniéndose aún durante toda la
administración de Ernesto Zedillo. A continuación enumero algunas de las
principales características de dicha reestructuración económica:

• Programas de privatización de las empresas gubernamentales, con la


consecuente reducción significativa de la planta laboral.
• Promoción de exportaciones no tradicionales.
• Restricción salarial y flexibilidad en las relaciones laborales.
• Búsqueda de equilibrio entre la balanza de pagos.
• Apertura de la economía a la inversión extranjera directa.
• Reducción del papel económico del Estado.

Sin embargo, a partir de la puesta en marcha de las anteriores estrate-


gias, la economía no creció más rápido y tampoco tuvo un desempeño más

44 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


estable, como se había logrado bajo el modelo estatista. Esto quedó demos-
trado, por ejemplo, con las variaciones que han caracterizado el ciclo de
crecimiento y caídas que ha experimentado el Producto Interno Bruto (pib)
y, también, con las crisis financieras experimentada a inicios y mediados
de los ochenta, así como la de finales de 1994.
La apertura de la economía hacia las inversiones y los mercados ex-
tranjeros ha implicado una situación de competencia desigual. Esto trajo
como consecuencia el cierre temporal o definitivo de un número significa-
tivo de empresas. Esta situación, a final de cuentas, se manifestó en una
pérdida considerable de empleos. A su vez, la entrada de empresas y pro-
ductos extranjeros terminó minando la capacidad de muchas empresas
nacionales para generar nuevos empleos. Sin embargo, como ya mencio-
né, hubo un incrmento en las actividades que tienen que ver con ciertas
ramas del comercio y de los servicios, lo cual se tradujo en una prolifera-
ción de pequeños negocios o de tipo familiar, lo que ha generado un incre-
mento notable de la terciarización, tanto de la economía como del empleo
(Rivera Ríos, 1993; Rueda Peiro, 1998).

1988-1994: de la estabilidad salinista


a la crisis de diciembre

El sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) se caracterizó por alcanzar


niveles de crecimiento raquíticos. Como ejemplo, el pib apenas logró un
crecimiento de 1.7 por ciento anual; acompañando a este pobre crecimien-
to se presentó en el escenario económico una inflación galopante, la cual
alcanzó en 1986 159 por ciento. El incremento de precios en productos y
servicios pasó al periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari (1988-
1994), el cual tuvo como objetivo principal lograr una reducción de la infla-
ción. Para ello, se pusieron en marcha una serie de medidas que se basaban
fundamentalmente en mantener, a toda costa, la contención salarial e inten-
sificar la apertura de la economía. Estas medidas llevaron a que la inflación
bajara de tres dígitos, alcanzados durante los años de 1986 y 1987, a una
inflación de un solo dígito para 1993. A partir de 1989, la economía registro
un comportamiento positivo, durante el periodo 1989-1993 reportó un in-
cremento en la tasa anual de 2.9 por ciento. Sin embargo, este crecimiento

Las reestructuraciones económicas • 45


económico resultó ser insuficiente para generar los empleos requeridos
por la población, esto no solamente para el periodo al que se hace alusión
(1988-1994), sino para intentar cubrir el déficit laboral que se gestó a lo
largo de la década de los ochenta.
Además, el crecimiento alcanzado durante estos años estaba todavía
muy lejano del 6 por ciento que se había propuesto alcanzar a lo largo de
la administración de Salinas de Gortari. Sin embargo, durante este mismo
sexenio se observaron comportamientos positivos en otras áreas de la
economía. Por ejemplo, se pasó de un déficit a un superávit en el intercam-
bio comercial; se disminuyó la proporción de la deuda pública, con rela-
ción al pib; a su vez, se observó una disminución en la salida de recursos
públicos destinados al pago de los intereses de la deuda externa. Sin em-
bargo, estos resultados positivos alcanzados en el nivel macroeconómico
se lograron sobre la base de una continuidad en el deterioro de las condi-
ciones de vida, laborales, sociales y económicas de la mayor parte de la
población (Rueda Peiro, 1995; 1998).
Una de las acciones económicas que tuvo un mayor impulso durante
este periodo fue la puesta en marcha del Pacto de Solidaridad Económica
(pse), en diciembre de 1987. Con base en los lineamientos sostenidos en
dicha estrategia, se dejó de asumir como prioridad principal la generación
de excedentes para servir a la deuda externa y se tomó como estrategia
central la estabilidad de los precios. Aunado a esto, se observó la intensifi-
cación de las siguientes acciones:

• Apertura comercial.
• Utilización del tipo de cambio como ancla de los precios.
• Eliminación del déficit fiscal a través de la reducción de la inversión
pública.
• Se aceleró el proceso de privatización de las empresas estatales, que
pasaron de 437 en 1987 a 97 en 1993.
• Supresión de los programas de apoyo sectorial.
• Estricto control sobre el monto de los salarios, colocando siempre su
alza por debajo de los índices inflacionarios.

El resultado del sexenio salinista fue un extraño milagro económico sin


crecimiento; en este contexto, el pib per cápita sólo creció 0.87 por ciento

46 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


anual, un casi nulo crecimiento del empleo, ya que entre 1989 y 1994 úni-
camente se crearon 1.5 millones de empleos remunerados durante el
sexenio, aunque cada año ingresaron al mercado de trabajo un promedio
de 1.2 a 1.4 millones de personas demandantes de nuevos empleos. De
igual forma, se experimentó una continuidad en el deterioro de las condi-
ciones laborales y en los salarios reales (Calva, 1997).
Sobre las características en la evolución del empleo, se mantuvieron
los patrones que se habían venido registrando desde los inicios de los años
ochenta. Por ejemplo, para el periodo 1991-1993, en las áreas más urbani-
zadas, aquéllas con más de 100,000 habitantes, las ocupaciones no asala-
riadas crecieron a un ritmo mayor que las ocupaciones asalariadas. Otro
aspecto que mostraron las encuestas nacionales de empleo fue que el tra-
bajo marginal o por cuenta propia había crecido más que el trabajo remu-
nerado de tiempo completo.16
Lo anterior muestra la continuidad de una tendencia de la economía
nacional que se originó al inicio de los años ochenta: la pérdida en la capa-
cidad de los organismos productivos para generar puestos de trabajo ade-
cuados, tanto en número como en calidad. Todo esto implica tomar en
cuenta que la llamada economía informal, o las denominadas actividades
por cuenta propia, hayan tenido una importante expansión durante los
años ochenta y los noventa. La incidencia real del trabajo de tiempo parcial
es más relevante de lo que dan o muestran las cifras, y estos aspectos
tienden a incrementarse durante las recesiones económicas. En el bienio
91-93, junto con la población que trabajó menos de 15 horas, también au-
mentó la que tenía una jornada entre 15 y 24 horas. De tal manera que
para 1993 más de la mitad de los jóvenes varones y más de un tercio de
las mujeres de casi todos los grupos de edad trabajaron menos de 25 horas
semanales, por lo que hubo una disminución de las personas que labora-
ban una jornada normal (de 35 a 48 horas), a la vez que aumentó el con-
tingente de personas que laboraron más de 48 horas semanales. Finalmen-
te, podemos concluir que durante el periodo 1982-1993 la economía del
país enfrentó grandes dificultades para generar la cantidad de empleos que
16
 Por ejemplo, de todas las personas que se sumaron a la población económicamente ac-
tiva en los años 1991-1993, 45 por ciento de la población total (37 por ciento de los hombres y
45 por ciento de las mujeres) no trabajó, o trabajó menos de 15 horas a la semana. Mientras
tanto para 1993 el porcentaje de la fuerza de trabajo de las áreas urbanizadas del país, ocu-
pada en microunidades (la mayoría de ellas negocios familiares), fue de 42 por ciento.

Las reestructuraciones económicas • 47


demandaba la población y, además, los pocos que se generaron no cubrían
las expectativas en lo que se refiere a la remuneración salarial. También
habrá que agregar que esta situación se mantendría más adelante debido
a los efectos negativos que experimentó la economía nacional a raíz de la
crisis iniciada en diciembre de 1994.

Economía en crisis: los errores de diciembre

Los llamados errores de diciembre desencadenaron un shock económico y


financiero cuyo costo fue de 70,000 millones de dólares en los primeros
dos años de la administración zedillista. Esta nueva crisis dejó postrado al
país en una crisis sin precedentes. Elevada inflación, cierre de empresas,
mayor desempleo, endeudamiento externo y pobreza casi generalizada
fueron las expresiones más significativas del dramático debacle, que frus-
tró por muchos años la promesa de campaña zedillista de alcanzar el de-
seado “bienestar de la familia”. Veinticuatro meses después del fatídico
invierno de 1994, el programa de choque elaborado por el gobierno del
presidente Ernesto Zedillo para enfrentar la crisis había arrojado algunos
logros en el ámbito macroeconómico. La marcha positiva de algunas va-
riables macroeconómicas indicaba que se había sorteado lo más grave de
la emergencia económica. Sin embargo, en lo que se refiere a la situación
de los trabajadores y de miles de pequeñas y medianas empresas, el ba-
lance resultaba ser negativo, pues aún persistían muchos obstáculos que
superar para iniciar una verdadera etapa de recuperación económica y
laboral realmente sostenida.
Ante los resultados alcanzados, a partir de las modificaciones hechas
al modelo económico que se ha venido instituyendo en el país las últimas
tres administraciones, y ante los efectos de las constantes crisis, el lograr
cumplir con la promesa de un mayor beneficio para las familias resultó ser
un planteamiento utópico. En términos generales, la recesión que inició a
finales de 1994 representó para México un retroceso en los niveles que se
tenían en 1988, producto del cierre de casi 15,000 empresas, la pérdida de
1.5 millones de empleos, el desplome de su Producto Interno Bruto real en
un 7 por ciento. El impacto de lo anterior, se tradujo en un incremento de
más de 5 millones de personas en situación de pobreza extrema.

48 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


El Banco Mundial en uno de sus informes confirmó esta situación al
reconocer que en el país se había incrementado el número de pobres y
que la mayoría de ellos radicaban en las ciudades, particularmente las
zonas metropolitanas de la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
En el mismo informe, el Banco Mundial comentó que aproximadamente
85 por ciento de la población mexicana entró en la categoría de pobre,
todo esto incrementado a raíz de la crisis de 1994 (La Jornada, 24 de ju-
nio de 1996). Otro hecho que se dio como resultado de la crisis econó-
mica, fue el sobreendeudamiento que sufrieron particulares, así como
también pequeños y medianos empresarios, lo cual fue visto por algu-
nos analistas como evidencia de la rápida y clara desaparición de los
sectores medios.
Algunas de las medidas que se implementaron en los meses siguientes
a la crisis y que se sumarían a la maltrecha situación económica y laboral
de las familias fueron las siguientes:

• Se incrementaron los precios de bienes y servicios.


• Aumento al Impuesto al Valor Agregado (iva) de 10 a 15 por ciento.
• Reducción significativa del gasto público.
• Reducción del personal en la administración pública y congelamiento
de las contrataciones.

Los criterios generales de política presentados, en diciembre de


1994, por el secretario de Hacienda, establecían que para consolidar la
estabilidad de precios, el gobierno tendría que bajar la inflación a 4 por
ciento, durante el transcurso de 1995. No obstante, debido a la drástica
devaluación del peso y al aumento en el precio de los bienes y servicios
del sector público, ese indicador se disparó hasta alcanzar 51.9 por cien-
to. Para 1996, datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda dieron
a conocer que la inflación acumulada durante todo 1996 fue de 27.7 por
ciento, cifra muy por arriba de las estimaciones hechas por las autorida-
des económicas del país. Estas cifras revelaban que, a pesar de los es-
fuerzos gubernamentales, se seguía careciendo de una política que ver-
daderamente controlara los índices de precios, trayendo consigo mayor
deterioro en los niveles de compra de la población. Esto repercutió en
una falta de dinamismo en el mercado interno y en una escasa apertura

Las reestructuraciones económicas • 49


de nuevas fuentes de empleo, poniéndose a su vez en riego los empleos
ya existentes.

Empleos y salarios

Sin lugar a dudas, el empleo y el desempleo, así como la baja en los montos
salariales de éstos, son los rubros económicos que más resintió la pobla-
ción, como resultado de la crisis de 1994. Esta situación ejerció un impac-
to severo en el mercado laboral, ya que según los resultados de algunas
investigaciones, como consecuencia de la crisis se cancelaron un millón y
medio de plazas debido al cierre masivo de pequeñas y medianas empre-
sas. Las proyecciones oficiales destacaban que en 1996 se crearían aproxi-
madamente la mitad de los empleos perdidos en el año anterior. Algunos
analistas estimaron que el número de subempleados y desempleados ascen-
dió, en todo el país, a 10.5 millones de personas, cifra muy por encima de las
estimaciones gubernamentales en las que sólo se tomaban las cifras del
desempleo absoluto. Cifras que, como ya se mencionó anteriormente, en
un país como el nuestro, dichos índices son, aun en épocas de crisis, rela-
tivamente bajas (La Jornada, 8 de julio de 1996).

Salarios

De 1995 a mediados de 1996 se calculaba que el poder adquisitivo de los


salarios había acumulado un deterioro del 20 por ciento en razón de las al-
zas en los productos de la canasta básica y en los bienes y servicios públi-
cos, así como las alzas registradas en las gasolinas, gas y electricidad, sin
olvidar el incremento del 50 por ciento al Impuesto al Valor Agregado (iva),
el cual contribuyó a una alza de los precios y, por consiguiente, a una re-
ducción de la demanda de productos y servicios.
De diciembre de 1994 a inicios del 2000, el salario mínimo había acu-
mulado una pérdida de 47.2 por ciento de su poder adquisitivo, colocándo-
se así como el mayor deterioro en los últimos 18 años,17 esto aun por en-

17
 Incluso en algunas declaraciones hechas por el secretario de Hacienda, Guillermo
Ortiz, reconocía que debido a las crisis recurrentes en 1997 los sueldos mantenían niveles
muy similares, o quizá inferiores, a los que se tenían en 1980, y que los grandes logros ma-
croeconómicos no se habían reflejado aún en los bolsillos de los trabajadores del país (El Fi-
nanciero, 12 de septiembre de 1997).

50 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


cima del 46.5 por ciento que se registró durante el sexenio de Carlos
Salinas y el 44.9 por ciento alcanzado durante el gobierno de Miguel de la
Madrid (La Jornada, 1 de mayo de 2000).
Estudios realizados por el Banco Nacional de México mostraron que la
pulverización del poder de compra de los salarios había provocado que 50
por ciento de la población del país (45.5 millones de personas) no alcanzaran
a consumir las calorías necesarias para que se les considerara personas
bien alimentadas. Un elemento que ratifica lo anterior, es la participación
descendente que sufrieron las remuneraciones al trabajo; es decir, el
monto de lo que se destina al pago de salarios en relación con el monto
del Producto Interno Bruto ( pib). Por ejemplo, para el año de 1976, los
montos totales del pib, que se destinaban al pago de salarios fueron del
41 por ciento; mientras que para 1994 este porcentaje había disminuido
a 25 por ciento (La Jornada, 10 de junio de 1996).
Dentro de la misma lógica del comportamiento de los salarios, la re-
ducción que se experimentó no fue exclusiva para aquellos trabajadores
con salarios mínimos, sino que dentro de esta misma tendencia a la baja
se incluyeron también aquellas ocupaciones en donde tradicionalmente se
ubican los sectores medios.

Desempleo

El Centro de Análisis Multidisciplinario (cam) de la Facultad de Economía


de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), en uno de sus
informes refiere que los empleos perdidos desde la crisis de 1994-1995 no
se habían recuperado 5 años después de la crisis, así como tampoco la
economía había podido generar 1.2 millones de empleos que se demandan
anualmente. A consecuencia de ello, se afirma que más de 23 millones de
mexicanos (64 por ciento de la pea) se desempeña en actividades por cuen-
ta propia, mientras que más de 4 millones de personas se encuentran en
franca desocupación (La Jornada, 1 de mayo de 2000).
Sin embargo, a través de las cifras oficiales que se obtienen, median-
te la aplicación en el país de la llamada Tasa de Desocupación Abierta
(tda), fue posible detectar que el subempleo y el desempleo en el mes de
agosto de 1995 alcanzaron su índice más alto entre la pea, afectando a 7.6
por ciento de ésta. Para enero de 1996, la cifra había disminuido, alcan-

Las reestructuraciones económicas • 51


zando ahora 6.4 por ciento de la población. Para el resto de los meses
de ese mismo año, se observó que los índices de la Tasa de Desempleo
Abierto mostraban una disminución; sin embargo, las cifras estuvieron
muy lejos de alcanzar los niveles existentes hasta antes de la crisis de
diciembre. Esto muestra que a pesar de las mejorías que registró la ac-
tividad económica durante los años de 1996, 1997, 1998 y 1999, el avan-
ce no había sido suficiente para recuperar los empleos perdidos. No
obstante, para captar la importancia de la ocupación informal o even-
tual, entre la pea, se ha recurrido a la utilización de otras prácticas y de
otras metodologías. Por ejemplo, una de las tasas complementarias
de desempleo, que el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Infor-
mática (inegi) calcula mediante aplicación mensual en varias ciudades
del país, es la llamada Tasa de Ocupación Parcial, menos de 35 horas
semanales de Desocupación (top D2). Utilizando esta muestra se logró
conocer que para enero de 1995 el desempleo afectó a 7.7 millones de
personas; y para el mes de noviembre de 1995, el desempleo alcanzó a
11.5 millones de mexicanos.
Asumiendo que los resultados preliminares correspondientes al mes
de diciembre de 1995 fuesen aceptados, el desempleo de ese mes habría
llegado a 10.2 millones de personas, lo cual implicó que el desempleo ha-
bría aumentado en 2.5 millones de personas entre los meses de enero y
diciembre (La Jornada, 4 de marzo de 1996).

Resultados de las políticas globalizadoras


a partir de la crisis de diciembre de 1994

La experiencia de la crisis de 1994 fue vista por el gobierno como una


oportunidad más de seguir adelante con la implementación de las estrate-
gias de corte monetarista y neoliberal. En ningún momento se contempló
la idea de dar marcha atrás a dichas políticas económicas. Esta situación
se confirma si se contempla cuáles fueron los instrumentos centrales que
guiaron el camino de la economía nacional a partir de la crisis de 1994:

– Reducción de la inversión pública y del gasto corriente.


– Alza de precios y de tarifas del sector público.
– Severa reducción de los salarios reales.

52 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


– Una política monetaria y crediticia severamente restrictiva.
– Se mantienen los principios básicos del modelo globalizador, como estra-
tegias a largo plazo: la apertura externa de la economía y la reducción de
las funciones del Estado en la promoción del desarrollo económico general
y sectorial.

Durante 1995 se registraron los siguientes hechos:

– Una caída de 8.3 por ciento en el pib, por habitante.


– Un descenso de 99 por ciento en la inversión fija bruta.
– Un descenso de 16.3 por ciento en el poder adquisitivo del salario míni-
mo, y un decremento aún mayor de 20.1 por ciento de los salarios contrac-
tuales.
– Un incremento de 14.4 por ciento de mexicanos en pobreza extrema.
– Un mayor deterioro de la infraestructura, que se evidencia en un descen-
so de 20.5 por ciento en el pib de la industria.
– Un crecimiento vertical de las carteras vencidas, problemática que vino
a afectar, fundamentalmente, a empresarios y a una considerable cantidad
de familias de los sectores medios (Calva, 1998).

El problema de la devaluación llevó al endeudamiento de un tercio de


las familias mexicanas. Durante 1995, 45.4 por ciento de las personas o
empresas que contrajeron alguna deuda habrían dejado de hacer sus res-
pectivos pagos; para el año siguiente, el porcentaje se había incrementado
hasta alcanzar 49 por ciento; un año más tarde, las empresas y las familias
de deudores representaban 49.6 por ciento de todos los créditos otorgados
por la banca nacional; es decir, prácticamente la mitad de los deudores
vieron amenazado su patrimonio, su honor y su sobrevivencia empresarial
o familiar, a causa de las agobiantes deudas, que prácticamente se volvie-
ron impagables. José Luis Calva (1997) remarcó que la crisis de los deudo-
res fue sólo una más de las crisis que enfrentaba el país, y por las caracte-
rísticas y particularidades de ésta, una de las más devastadoras de los
últimos años. Calva identificó como la causa de fondo de la problemática
de las carteras vencidas la instrumentación del modelo económico mone-
tarista y la puesta en marcha de las estrategias arriba señaladas. A partir
de 1988, se registró una acelerada liberalización de los créditos financieros
a corto plazo. Esta situación llevó a que cerca de 8 millones de personas,
y por lo tanto 8 millones de familias, se convirtieran en deudores hipoteca-

Las reestructuraciones económicas • 53


rios, empresariales o personales de la banca comercial. Otra de las mani-
festaciones del deterioro de las condiciones económicas de la población
se reflejó en el comportamiento negativo observado en las ventas al me-
nudeo en establecimientos comerciales; por ejemplo, en 33 áreas urbanas
encuestadas por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informá-
tica (inegi), se observó cómo las ventas continuaron cayendo ininterrum-
pidamente hasta septiembre de 1996.18

Realidad que ha generado en la actividad


económica y en las relaciones sociales
la aplicación del modelo globalizador

Bajo la dinámica de las políticas globalizadoras, algunos sectores de la eco-


nomía mexicana han experimentado un proceso de involución. Una situa-
ción parecida a ésta no se experimentó durante los años del llamado mo-
delo estatista. En mayor medida, lo que prevalece bajo el modelo del
capitalismo global es el sacrificio de la economía interna, lo cual ha gene-
rado efectos negativos en la inmensa mayoría de los mexicanos. Algunos
de los efectos sociales, producto de la reestructuración económica, se re-
sumen en los siguientes puntos:

• Transformación o reformulación de los estilos de vida de importantes


sectores de la población del país.
• Deterioro en la capacidad de ahorro.
• Un incremento de la pobreza y la marginación urbana, lo cual ha ge-
nerado una profundización de las desigualdades socioeconómicas.

Así, las políticas de ajuste lejos de colocar como iguales a los indivi-
duos, familias o empresas, llevaron a un agravamiento de las desigualda-
des y de las diferencias sociales, poniendo serios límites a la movilidad
laboral y económica. En el interior de miles de hogares se ha experimen-
tado un claro retroceso en las condiciones y en la calidad de vida de la
18
 Por ejemplo, las ventas en supermercado registraron una caída en todos los meses de
1996, desde 1.7 por ciento mensual hasta 18.2 por ciento mensual, así como para los meses
reportados en 1997, en enero, la caída fue 6.7 por ciento, y 1.6 por ciento en febrero.

54 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


población. El estancamiento laboral ha conducido a que muchas personas
se vean incapacitadas para poder desarrollar su potencial profesional.
Cuando se analiza la forma como en los últimos años el nuevo modelo
económico ha socavado el peso de algunas instituciones hay que destacar,
sin lugar a dudas, el nuevo papel que ha asumido el Estado, que aparece
ahora como una entidad subordinada a los intereses de las empresas pri-
vadas y del mercado. Su anterior papel como motor y regulador de las acti-
vidades económicas fue valorado de manera negativa, al atribuirle las
causas del estancamiento económico y de las subsecuentes situaciones de
crisis; es decir, en estas dos últimas décadas hemos sido testigos de cómo
poco a poco se experimentó una desarticulación del Estado en su carácter
de proveedor y generador de importantes apoyos y subsidios, los cuales
estaban encaminados a lograr mejoras en las condiciones de vida de la
población. Por lo tanto, en los últimos años, vimos cómo desaparecía su
papel de promotor de las actividades económicas. Como resultado de los
puntos señalados hasta este momento, hay que aceptar que en la actuali-
dad las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo la reproducción social
dependen cada vez más de las condiciones que son impuestas por el mer-
cado. Con las condiciones actuales la vida se ha vuelto más difícil para la
mayor parte de los hogares mexicanos. Se experimentan los efectos del
desempleo, que irremediablemente conduce a un desperdicio de capacida-
des productivas de talentos y fuerzas físicas. De igual manera, se ha visto
cómo se han intensificado las desigualdades económicas productivas y
sociales, las cuales son ahora verdaderamente abismales en distintos nive-
les y condiciones de vida.
Todos los procesos a los que aquí me he referido, sin lugar a dudas, han
servido como detonadores de nuevos fenómenos y nuevos retos que enfren-
tan los diversos sectores de la sociedad en todas las entidades y en todas
regiones del país. En el entendido de que cada región procesará de manera
diferente sus respuestas a los cambios globales, en ello serán de gran impor-
tancia aspectos políticos, geográficos, socioculturales y organizacionales de
cada una de las regiones de la entidad. En los siguientes capítulos presenta-
remos los efectos de la apertura comercial en la región de estudio: el estado
de San Luis Potosí.
Capítulo II

Apertura de las fronteras: la presencia


del capital extranjero en el centro norte del país

En la actualidad resulta bastante común escuchar o leer argumentos que


señalan que el mundo de las relaciones económicas se ha globalizado. Se
reconoce el protagonismo de las inversiones y de las empresas extranjeras
como un elemento clave para entender el dinamismo que han venido a
experimentar algunas regiones del mundo. México no se ha mantenido al
margen de estos acontecimientos y, en las últimas dos décadas, se ha po-
dido constatar el crecimiento que han experimentado algunas actividades
productivas, las cuales se han vinculado, principalmente, a satisfacer las
necesidades y demandas del mercado exterior a través del sector exporta-
dor. Sin embargo, también es un hecho crucial fundamental reconocer que
la presencia de la inversión extranjera no es algo que resulte totalmente
desconocido o ajeno para el país y en particular para algunas de las enti-
dades, regiones y localidades que lo conforman.
Precisamente, algunas regiones experimentaron singulares momentos de
auge y desarrollo a partir de que el país abrió las fronteras a la inversión
de empresas extranjeras siglos y décadas atrás. Un claro ejemplo se en-
cuentra en el proceso que experimentó la economía mexicana durante el
periodo 1880-1910, que se caracterizó por mostrar un importante dinamis-
mo para la economía nacional, y que tuvo como principal motor a la activi-
dad minera. Lo sucedido en aquellos años resultó ser muy parecido al
proceso experimentado en la actualidad por algunos sectores productivos;
es decir, la economía nacional de aquellos años se insertó en algo a lo que
no se le llamaba global, pero que compartía muchas de las particularidades
de lo que ahora se conoce como globalización. Desde el siglo xix la econo-
mía mexicana se incorporaba a la dinámica de los sistemas de intercambio

57
internacional de productos básicos de consumo, así como de materias
primas, las cuales eran demandadas por los mercados y la industria inter-
nacional en esos momentos.
Cabe señalar que durante el periodo 1880-1910, las inversiones estado-
unidenses fueron las que predominaron, llegando a representar 77 por
ciento del total de los capitales extranjeros invertidos en el país en la acti-
vidad minera, lo cual era un porcentaje bastante alto en comparación con
los demás países que estaban invirtiendo en este mismo sector productivo.
Por ejemplo, la inversión de ingleses representó el 13 por ciento, destacan-
do además que esta inversión se canalizó principalmente hacia algunas
entidades localizadas en el centro del país (de manera especial al estado de
Hidalgo), mientras que la inversión de origen francés se concentró en em-
presas localizadas en el Pacífico norte. Éste es un dato significativo, ya que
confirma (desde aquellos años) la marcada dependencia de la economía
nacional respecto a las inversiones extranjeras y, en particular, la depen-
dencia de algunas de las economías estatales hacia las inversiones de ori-
gen estadounidenses. Una contundente muestra de esto último, fue que de
las 1,030 empresas mineras en funcionamiento en 1910, 840 habían sido
organizadas en Estados Unidos, 148 en México, 40 en el Reino Unido y úni-
camente 2 en Francia (Gámez, 2001).
México se volvió en aquellos años uno de los principales destinos de los
capitales estadounidenses invertidos en el exterior. En este sentido, el país
recibió 20 por ciento del total de lo invertido por Estados Unidos fuera de
su frontera. Es importante destacar que a principios de 1880 proliferaban
en diferentes entidades del territorio nacional pequeñas y medianas empre-
sas constituidas de capitales nacionales, muchas de las cuales fueron pos-
teriormente absorbidas por empresas propiedad de extranjeros con otro
tipo de administración y organización. También es notable que desde esa
época se desarrollara una estrategia de transnacionalización empresarial.
Este fenómeno se dio mediante la integración o absorción de empresas nacio-
nales por parte de empresas extranjeras más poderosas. El caso más repre-
sentativo del sector minero fue el grupo Asarco, el cual extendió su control en
gran parte del norte de México sobre minas y metalúrgicas contribuyendo a
establecer, de esta manera, estrategias de distribución de materia prima hacia
Estados Unidos, con lo cual desarrolló un proceso de integración vertical y de
diversificación empresarial.

58 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Experiencias y datos como los anteriores muestran que la economía del
país y de algunas regiones acogieron la llegada de importantes inversiones
desde esos lejanos años, dándose la inserción del país en la expansión
mundial de los intercambios tanto de productos básicos de consumo como
de materias primas, apoyada por la demanda provocada por la segunda
ruptura tecnológica del último cuarto del siglo xix. Todo esto posibilitó que
la economía mexicana experimentara cambios significativos en la infraes-
tructura de las comunicaciones. Un claro ejemplo de lo anterior fue la lle-
gada del ferrocarril, que contribuyó a la formación del mercado interno y
a la distribución de los minerales explotados fuera de las fronteras mexi-
canas a bajos costos. Este medio sirvió también para comunicar amplias
regiones del país. Además, de forma paralela a la construcción y funciona-
miento del ferrocarril, se experimentaría la llegada de personas de otras
regiones y de otros países, y con ellos estarían llegando también nuevas
expresiones y prácticas culturas.
Sin duda alguna, la construcción del ferrocarril contribuyó en gran
parte a incentivar las inversiones extranjeras, principalmente las de origen
estadounidense. Esto favoreció las relaciones con Estados Unidos y apoyó
la formación de empresas mineras y metalúrgicas, sobre todo en el centro-
norte del país. Desde entonces la cercanía con Estados Unidos ha jugado
un papel fundamental para los procesos de transformación que han expe-
rimentado los pobladores de esta región. De igual forma, dicha interacción
contribuyó en gran parte a la dependencia que mantenían las economías de
la región, en relación con las decisiones que se tomaban más allá de las
fronteras. En esa época, el gobierno mexicano aplicó algunas políticas que
implicaron, en primer término, la apertura del país a los bienes y capitales
extranjeros.
Cabe señalar que en 1823, el gobierno mexicano suspendió la prohibi-
ción impuesta desde los primeros años del periodo independiente a los
extranjeros para trabajar las minas, permitiendo y alentando con ello la
asociación con empresarios nacionales y la adquisición de acciones mine-
ras. Además, se les concedió a los extranjeros la propiedad de las minas
con la condición de no suspender la actividad de éstas. En estos años, el
Estado jugó un papel muy importante ya que contribuyó a abrir las fronte-
ras y promover la llegada de capitales extranjeros al país y promover la
iniciativa privada para que ésta asumiera un papel protagónico en esa eta-

Apertura de las fronteras • 59


pa de la historia. Con la instalación de las empresas extranjeras de esa
época (reitero, fundamentalmente las pertenecientes al ramo de la mine-
ría), arribaron también nuevas tecnologías y con éstas se hicieron presen-
tes también formas de organizar el trabajo en las minas. Al igual con lo que
sucede en la época actual, el dinamismo de la actividad económica estuvo
determinado por el crecimiento que experimentó el sector exportador y la
vinculación de la minería con las actividades relacionadas al sector de las
exportaciones. En ese sentido, el auge que experimentó el país, pero en
particular algunas entidades y algunas regiones al consolidarse como im-
portantes receptoras de capitales extranjeros, debe entenderse como la
búsqueda de nuevas y variadas estrategias de las empresas para seguir
generando mayores ganancias, para ello es relevante destacar que se cas-
tigaron los salarios de los trabajadores y con ello se buscó ganar espacios
en competitividad.
Algo también relevante durante el periodo referido (1880-1910) fue que
en el contexto del las condiciones laborales hubo ausencia de normas re-
guladoras relativas al pago de salarios, condiciones de trabajo, migracio-
nes y contrataciones, entre otras. El control sobre el proceso de trabajo
variaba entre los empresarios, algunos dueños lo supervisaban directa-
mente, otros dejaban el control a los trabajadores mineros. También hubo
casos en los que la organización del trabajo recayó en los trabajadores más
veteranos, quienes adiestraban a los mineros jóvenes. La organización del
trabajo y las tecnologías aplicadas empezaron a demandar fuerza de traba-
jo especializada. También algunas de las estrategias de trabajo que se po-
drían considerar (para esos momentos) como artesanales, poco a poco
fueron sustituidas por otras que implicaban la adecuación del trabajador a
nuevas y sofisticadas tecnologías, y a las demandas de productividad que
establecían las empresas con sus supervisores. En este mismo sentido, es
importante recordar el hecho de que asociado al trabajo en la minería se
hablaba también de la multiocupacionalidad, ya que en muchos de los ca-
sos los ingresos que las familias obtenían de su trabajo dentro de la activi-
dades del sector manufacturero eran complementados con los ingresos
que se generaban a partir de los que les dejaban sus ocupaciones agríco-
las; es decir, los ingresos que se obtenían con el trabajo en la mina se
combinaban o se complementaban con los ingresos provenientes de las
actividades que los mineros desarrollaban en el ámbito de la agricultura.

60 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


De esta manera, la cercanía entre la mina y las tierras laborables permitió
a muchos trabajadores transitar libremente entre estas dos actividades
económicas, esto por la necesidad de conformar un ingreso económico
familiar a partir del desarrollo de más de una actividad laboral. Además,
esto último resultó algo lógico a partir de las constantes variaciones que
experimentó en ese tiempo la producción minera.
Respecto a las condiciones de vida de los obreros y en particular de los
mineros, las habitaciones de muchos de éstos eran de diversos tipos, des-
de las viviendas proporcionadas por las compañías, mismas que les cobra-
ban una cantidad por su estancia, hasta las casas particulares, construidas
de piedra o de adobe. También había grupos de mineros que vivían en
cuevas labradas al pie de los cerros o en puntos donde se podían cubrir de
la intemperie, sobre todo los que pertenecían o trabajaban para la pequeña
minería, localizada en zonas geográficas relativamente aisladas. En con-
traste con esta situación, los altos empleados de las empresas y los ex-
tranjeros, que ocupaban los puestos más importantes y que eran mejor
remunerados, fueron favorecidos con amplias y lujosas casas en barrios
exclusivos. Durante el periodo 1880-1910, el trabajo en las minas se de-
sarrolló en una ausencia casi completa de reglamentos estatales que espe-
cificaran pago de salarios, formas de pago, horarios, servicio médico, in-
demnizaciones, entre otras, por lo cual los empresarios eran quienes
tomaban las decisiones al respecto (Sariego, 1988; Gámez, 2001).

Impacto sociocultural de la presencia


de inversionistas extranjeros
en San Luis Potosí en el siglo xix

En un nivel local, el arribo de empresarios extranjeros a determinadas


entidades del país terminó por generar importantes cambios en la dinámi-
ca de las sociedades que los recibieron. Para el caso de la sociedad poto-
sina, los historiadores locales reconocen el destacado papel que vinieron
a desempeñar empresarios extranjeros en diversas localidades de la enti-
dad. En este caso se destaca la presencia de comerciantes y mineros,
fundamentalmente norteamericanos, ingleses, franceses y algunos alema-
nes. La mayoría de estos empresarios y sus empresas se caracterizaron

Apertura de las fronteras • 61


por ser los introductores de muchas innovaciones en las actividades pro-
ductivas de su ramo. Por ejemplo, se relata en el sector minero cómo se
dio el uso del vapor para remediar las inundaciones en las minas de Real
de Catorce, las cuales fueron las primeras en el país en introducir estra-
tegias de esta índole. Esto sucedió en el año de 1823. Esta experiencia
sería el resultado de una larga travesía que emprendió Mr. Robert Phillips,
quien fue comisionado el 11 de noviembre de 1822 para trasladarse a In-
glaterra a adquirir la máquina de vapor para desaguar la mina y exacta-
mente un año después llegó el mencionado personaje a Real de Catorce
con la misteriosa máquina. De esta forma, se utilizó por primera vez la
energía de vapor en la explotación de las minas en territorio potosino y,
también, por primera vez en territorio nacional.
Asimismo, desde mediados del siglo xix abundaban en la capital y en
algunas localidades del estado multitud de talleres en donde se contri-
buía a transformar la lana, el algodón, las pieles, el barro y, por supuesto,
los minerales. Por ejemplo, en Santa María del Río se tejían rebozos de
seda, y de algodón, en Venado se labraban jorongos de toda clase, en
Mexquitic, Moctezuma y Pozos se ocupaban muchas familias en el tejido
de mantas, parte de este proceso se desarrolló con la tecnología que fue
introducida por muchos extranjeros. A su vez, también desde el siglo xix,
el gobierno manifestaba un interés por estrechar lazos y apoyar a los
inversionistas que se animaban a probar suerte en territorios potosinos.
Esta presencia se vio incrementada de manera significativa después de las
expulsiones de comerciantes españoles e influyó también en las asonadas y
levantamientos militares que asolaron el territorio potosino y nacional
durante una parte considerable del siglo xix. En este contexto, es impor-
tante destacar que por la influencia de los inversionistas extranjeros en
la entidad se experimentarían importantes cambios en los sistemas pro-
ductivos, ya que se sustituyó muchos de los sistemas artesanales por
otros más modernos.
Algo que es importante remarcar es que fue en la capital del estado
en donde, desde esa época, había más movimiento laboral y económico,
lo cual no es más que el resultado de la concentración de las principales
actividades generadoras de empleos en estos rumbos; además, con la
introducción del ferrocarril llegó la clase obrera. De esta manera, se
observó cómo miles de peones y artesanos que eran contratados por un

62 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


mismo patrón se vieron de un momento a otro desarrollando nuevas
ocupaciones. Esto influyó no sólo en los cambios del mercado laboral o
de trabajo en la región, sino que también se observaron importantes
cambios en las prácticas cotidianas de la población. Por ejemplo, el pan-
talón de manta o de dril empezaría a ceder su lugar al pantalón de mez-
clilla, se empezaría a formar una incipiente clase obrera, surgirían
nuevas herramientas y nuevos horarios de trabajo, y se volvería tam-
bién muy común el uso de nuevas palabras extranjeras entre la pobla-
ción nativa (Montejano y Aguinaga, Herrera Bravo y Rodríguez de Pala-
cios, 1997).
A continuación se presentará información respecto a la inversión ex-
tranjera en la entidad potosina en el contexto de la apertura de las fronte-
ras comerciales. El objetivo es mostrar cuáles han sido los principales
ejes de la actividad económica que se han visto impactados a raíz de este
fenómeno. También se analizarán los impactos que esta nueva “invasión”
de empresas extranjeras ha tenido en la estructura del mercado de traba-
jo local y en otros ámbitos de las relaciones socioculturales de la pobla-
ción local, así como también en las dinámicas demográficas que se han
venido percibiendo en algunos municipios y localidades de la entidad po-
tosina en los últimos años.

La Inversión Extranjera Directa (ied)


en San Luis Potosí (1998-2007)19

Según las cifras y los datos proporcionados por la Secretaría de Economía


en el nivel federal y en el nivel estatal, para 1996 se encontraban instala-
das en la entidad 57 empresas con inversión extranjera, diez años des-
pués, en el mes de septiembre de 2006, se reportaba por parte de la misma
Secretaría de Economía la presencia de 191 empresas con Inversión Ex-
tranjera Directa; es decir, en un periodo de diez años se triplicó la canti-
dad de este tipo de empresas. Esta última cantidad representaba 0.6 por

19
 No obstante que el proceso de apertura de las fronteras se materializó a partir de la
puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio en 1994, en este apartado se hará un balan-
ce del desempeño de la ied en la entidad potosina durante el periodo 1998-2007, debido a que
durante éste fue posible obtener información confiable para la entidad.

Apertura de las fronteras • 63


ciento del total de las empresas con participación extranjera, que en su
totalidad en todo el país sumaban 34,535 (Secretaría de Economía, Direc-
ción General de Inversión Extranjera, varios años).
Un aspecto significativo de este proceso de llegada de la inversión
privada extranjera a la entidad es que la ciudad capital ha sido el espacio-
territorio en donde se ha concentrado el 89 por ciento; es decir, 170 de las
191 empresas con capital extranjero que han llegado al territorio potosino,
se han instalado en alguno de los parques industriales que se encuentran
localizados dentro de los límites de la capital del estado. En este mismo
sentido, las restantes 21 empresas se han distribuido de la siguiente ma-
nera en el resto del territorio estatal: el norteño municipio de Matehuala
atrajo nueve empresas, las cuales representan 4.7 por ciento del total de
toda la inversión extranjera directa en el estado. Otro municipio que captó
inversión extranjera es Soledad de Graciano Sánchez, municipio vecino
de la capital y que junto con ésta constituyen el área conurbada del esta-
do; en este municipio se establecieron en este mismo periodo de referen-
cia cuatro empresas, en el municipio de Mexquitic de Carmona aparecen
establecidas dos y, finalmente, las cinco restantes se establecieron en
otros municipios del estado.
El hecho de que 89 por ciento del total de las empresas que registran
algún porcentaje de inversión extranjera se haya establecido en la capital
del estado y 11 por ciento restante se haya instalado en otros municipios
que conforman la entidad, nos habla sin dudas de marcadas desigualdades
y desequilibrios regionales; es decir, si las empresas extranjeras buscan
aquellos territorios-espacios que les ofrezcan las mejores condiciones tec-
nológicas, de infraestructura, geográficas y humanas para establecerse y
con ello ganar en competitividad, y lo que encontramos son regiones y lo-
calidades en donde literalmente no hay presencia de este tipo de inversión,
seguramente se debe a la poca o escasa infraestructura en el rubro de las
comunicaciones. Esta situación es indicativa también de un importante
rezago en el rubro educativo y de una poca o nula presencia de personal
capacitado-habilitado para ocupar los puestos que las empresas requieren.
Respecto al origen de las empresas ubicadas en San Luis Potosí, se puede
observar que de las 191 empresas, 113, es decir 59.2 por ciento provienen
de Estados Unidos, 25.7 por ciento provienen de distintos países europeos,
3.7 por ciento es inversión de capital canadiense y el 11.4 por ciento res-

64 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


tante provienen de otros países. No obstante, a pesar de la diversidad de
los orígenes de la inversión extranjera directa es evidente el predominio
de la inversión de Estados Unidos.
Así como Estados Unidos tiene un gran predominio en el origen de los
capitales invertidos en San Luis Potosí, también sigue siendo evidente que
el sector que ha resultado privilegiado con la llegada de nuevas inversio-
nes ha sido la industria manufacturera. Tan sólo a este sector productivo
se destinó 93.6 por ciento del total de la inversión; mientras que la minería
captó 2.1 por ciento, el comercio se quedó con 2.6 por ciento, el sector
comunicaciones y transportes pudo captar 0.9 por ciento y, finalmente, el
sector de otros servicios atrajo para si 0.8 por ciento. Datos de la Secretaría
de Economía señalan que entre enero de 1999 y septiembre de 2006 las
empresas con inversión extranjera en San Luis Potosí materializaron inver-
siones por 915.2 millones de dólares, cifra que equivale a 0.6 por ciento de
la inversión total extranjera materializada en el país durante ese mismo
periodo.
En lo referente al empleo, el dinamismo que experimenta actualmente
el sector manufacturero como resultado de la llegada de las inversiones
extranjeras y de unidades económicas se manifiesta en el hecho de que
casi un tercio (29 por ciento) de la Población Económicamente Activa (pea),
del estado se encuentra ocupado en alguna empresa de este importante
sector productivo. Efectivamente, este proceso de apertura de la economía
ha generado una importante derrama de inversiones en la entidad. Uno de
los aspectos significativos de este proceso ha sido la generación de nuevas
fuentes de trabajo en la entidad, aunque cabe señalar que los salarios que
pagan estas nuevas empresas a sus trabajadores se encuentran por deba-
jo de los salarios que se pagan en otras regiones de la República por em-
presas de los mismos ramos productivos, tal como quedará evidenciado
más adelante con la información referente a trabajadores pertenecientes al
sector automotriz.
Un rasgo que caracteriza esta nueva etapa de crecimiento de la actividad
industrial en suelo potosino, es que a diferencia de siglos atrás en donde el
dinamismo del sector manufacturero se vio impulsado por la industria mi-
nera, el nuevo auge que experimenta la entidad se debe, fundamentalmen-
te, a el incremento de la presencia de empresas del ramo de autopartes y
del ramo automotriz. A continuación señalaré de manera breve las condi-

Apertura de las fronteras • 65


ciones que ha venido experimentando este importante sector durante los
últimos años, para así poder entender el posicionamiento de San Luis Po-
tosí como un territorio importante en la nueva geografía de la producción
de automotriz en los niveles regional, nacional y global.

La industria automotriz en el nivel global

Es un hecho que la industria automotriz es en la actualidad la actividad


manufacturera más grande y más importante del mundo. A lo largo de las
últimas dos décadas del siglo xx y lo que va del actual, resulta evidente la
transformación-reestructuración que ha experimentado la industria auto-
motriz tanto en el nivel global como en el nivel nacional. En este sentido,
las grandes empresas productoras de autopartes y las empresas armado-
ras de automóviles en el mundo, con la finalidad de volverse cada vez más
competitivas y ganar nuevos mercados, se han dado a la tarea de redefinir
y desarrollar nuevas estrategias de producción, de tal manera que se ha
vuelto fundamental innovar constantemente en diseño, funcionalidad, con-
fiabilidad, durabilidad y diversidad de los autos que las empresas fabrican.
Además, ha sido una época que se ha caracterizado por grandes fusiones
y una gran competencia por alcanzar el control de los principales merca-
dos del mundo.
Las empresas, sean de autopartes o sean las grandes empresas arma-
doras, buscan ofrecer a sus respectivos compradores un producto que
brinde seguridad y calidad a precios accesibles. En este sentido, actual-
mente en el mundo se produce y se oferta cada vez más una amplía varie-
dad de modelos de autos. También es relevante destacar la amplia gama
de facilidades con las que cuenta el ciudadano para poder acceder a uno de
estos artículos. Además, como parte de este proceso, en las localidades no
sólo se han establecido nuevas marcas y nuevas empresas, junto con ésta
ha llegado también tecnología de punta, como robots, máquinas y herra-
mientas de control flexible. De igual forma, como resultado de esta nueva
experiencia de apertura de las fronteras se han modificado los procesos y
los métodos tradicionales de la producción y de trabajo en la industria
automotriz en México (Camacho Sandoval, 2000; Carrillo y Ramírez, 2002;
Juárez Núñez, 2005; Bueno Castellanos, 2005).

66 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


La industria automotriz en el nivel nacional

En este contexto global de la actividad de la industria automotriz, México


se ha posicionado en un importante sitio entre los principales productores
de autos. Muestra de lo anterior es el hecho de que nuestro país se haya
colocado entre los primeros diez países productores de vehículos. En el
interior de las plantas armadoras que se encuentran localizadas en territo-
rio nacional, se fabricaron 69.3 millones de vehículos, lo cual representó 3
por ciento de la producción mundial de autos en 2006 (La industria auto-
motriz en San Luis Potosí, 2007).
Este auge y despegue industrial que experimenta el país como produc-
tor de autopartes y automóviles se debe al crecimiento que han reportado
algunas entidades del país a partir de los beneficios que han encontrado las
empresas en estas entidades, encontrando ahí disponibilidad de mano de
obra calificada y el bajo costo de la misma, además de las facilidades de ca-
rácter fiscal que ofrecen los gobiernos estatales y municipales para los in-
versionistas. Otro punto que es importante destacar en el crecimiento de
inversión extranjera en México es la estabilidad política, la paz social y el
clima de gobernabilidad que se ofrece por parte de las autoridades. En este
sentido, es posible entender la tendencia hacia la desconcentración geográfica
de la producción automotriz en nuestro país, que se ha experimentado duran-
te las últimas dos décadas. Este hecho es evidente con el traslado e instalación
de una importante cantidad de plantas armadoras en el centro-norte del país
como parte de una estrategia para conformar una dinámica productiva basada
en el impulso a la exportación. Resultado de este dinamismo encontramos
que el sector automotriz ocupa el segundo lugar en lo que se refiere al comer-
cio exterior, lo que constituye un elemento clave en las estrategias de moder-
nización y globalización. Por sí mismo, el sector automotriz contribuye de
forma decisiva al desarrollo de la economía nacional, las siguientes cifras así
lo respaldan: genera 2.6 por ciento del valor agregado bruto total, 14.3 por
ciento del valor agregado bruto manufacturero, 15.8 por ciento de las exporta-
ciones totales (con maquila), 19.5 por ciento de las exportaciones manufactu-
reras (con maquila), 9.8 por ciento de las importaciones totales (con maquila)
y 11.0 por ciento del empleo total del sector manufacturero. Estos indicadores
confirman que la actividad automotriz y de autopartes es una de las más sóli-
das en México (La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007).

Apertura de las fronteras • 67


Gráfica 1
Destinos de la producción de vehículos fabricados en el país

%
100 Destino (2006) vehículos

80

60

40 Destino
(2008)
Vehículos
20

0
EUA Alemania Canadá Otros
Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

Gráfica 2
Destinos de la producción de las empresas de autopartes fabricadas en el país

%
100 Destino (2006) autopartes

90
80
70
60
50 Destino
40 (2008)
Autopartes
30
20
10
0
EUA Alemania Canadá Otros
Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

El intenso crecimiento de la actividad del sector automotriz en nuestro


país está asociado a la localización geográfica privilegiada de muchas de
sus entidades, principalmente las que se ubican en el Bajío, el centro y el
norte; territorios que se han visto privilegiados en los últimos tiempos con
el establecimiento de empresas de autopartes y de empresas armadoras.
Un hecho que complementa lo anterior, es que el país no sólo ofrece espa-
cios geográficamente privilegiados, lo que facilita el intercambio comercial

68 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Figura 1
Área de influencia y localización de la Industria Automotriz
Terminal en la República Mexicana

Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

con el mayor mercado del mundo (el estadounidense y el canadiense),


también las entidades de nuestro país han ofrecido mano de obra calificada
en abundancia y a precios muy competitivos, existencia de una amplia
cadena de proveedores y por último se han hecho fuertes inversiones para
modernizar las vías de comunicación, lo que permite que estas regiones
del país estén comunicadas de forma rápida, segura y económica.

La industria automotriz en San Luis Potosí

En los últimos años se ha visto cómo la actividad de la industria automotriz


se ha vuelto significativa y estratégica para el desarrollo económico de la
entidad potosina. En un lapso relativamente corto este sector se ha constitui-
do como una actividad importante en lo relacionado a la generación de capital

Apertura de las fronteras • 69


y de valor y, también, en la generación de empleos. La presencia de las
primeras empresas dedicadas a la producción de autopartes en San Luis
Potosí se remonta a finales de la década de los años cincuenta del siglo xx.
Fue durante esos años cuando se instaló en la capital del estado un primer
grupo de empresas, las cuales se dedicaron a fabricar piezas fundidas de
acero, cables eléctricos, muelles, artículos de hule, soportes de transmisión
y discos de articulación. A lo largo de las siguientes dos décadas, la entidad
experimentó un modesto crecimiento de este tipo de empresas (Secretaría
de Desarrollo Económico-Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2007).
La función de estas primeras empresas fue surtir a otras que funda-
mentalmente se dedicaban a producir autos para satisfacer la demanda del
mercado interno; es decir, ésta es una estrategia similar a la que ha sido
descrita por otros autores, quienes ponen el énfasis en señalar las particu-
laridades que tuvieron las empresas en esa primera etapa del desarrollo
automotriz, etapa que se caracterizó por la fabricación de autos con costos
muy elevados y de regular calidad (Carrillo y Ramírez, 2002; Juárez Núñez,
2005; Bueno y Díaz, 2005). Es en los años noventa, después de la firma del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), cuando se obser-
va un incremento significativo de la inversión extranjera, en particular in-
versiones que se canalizan principalmente al sector manufacturero y en
particular al ramo automotriz. Por ejemplo, en 1989 se tenían registradas
24 empresas de autopartes, y para finales de 2005 eran ya 50 las empresas
vinculadas a la industria automotriz. Además, según el Censo Económico
de 2004, había en San Luis Potosí 11,492 personas ocupadas en la fabrica-
ción de partes para vehículos automotores, que representan 3.72 por cien-
to del total del personal ocupado en la entidad. Respecto a los montos de
los salarios que se pagan, es importante destacar que el gobierno del esta-
do señala los bajos montos de éstos como una de las principales ventajas
que le ofrece la entidad al inversionista, ya que éstos se encuentran por
abajo de los que registran otras entidades que tienen también una alta
concentración de industrias del ramo automotriz.
Respecto a las remuneraciones en 2005 el salario mínimo general por hora
trabajo era de 5.50 pesos a diferencia de 5.66 y 5.85 pesos que se pagaban en
algunas otras entidades del norte y centro de la República Mexicana, en donde
se ha concentrado una parte importante de la inversión en el sector automotriz
(página electrónica del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006).

70 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Gráfica 3
Producción bruta total de la industria automotriz por entidad federativa 2003

%
70
60
50 México
Producción bruta
40 total de la
industria
30 automotriz
20 nacional por
entidad federativa,
10 2003
0
Coahuila

Guanajuato

Chihuahua

Aguascalientes

Morelos

San Luis Potosí

Tamaulipas

Distrito Federal

Tlaxcala
Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

Cuadro 2
San Luis Potosí
Salarios mínimos profesionales en actividades de la industria automotriz, 2007
(San Luis Potosí se encuentra en el área geográfica C)

Áreas geográficas

Profesiones, oficios y trabajos especiales A B C


Lubricador de automóviles, camiones y otros vehículos 65.86 63.92 61.86
Oficial electricista en la reparación de automóviles y camiones 72.83 70.67 68.4
Oficial hojalatero en la reparación de automóviles y camiones 72.35 70.13 67.97
Oficial mecánico en la reparación de automóviles y camiones 75.4 74.34 72.08
Oficial pintor de automóviles y camiones 70.99 68.94 66.72
Oficial tapicero de vestiduras de automóviles 69.91 68.02 65.88

Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

Una parte significativa de la producción de estas empresas se canaliza


al mercado extranjero. Del total de la producción se exporta el 84 por cien-
to, destacando como lugar de destino los siguientes países: Estados Uni-

Apertura de las fronteras • 71


dos, Canadá, Brasil, Centroamérica y países de la Unión Europea. En térmi-
nos de comercio con el exterior de las empresas del ramo, las exportaciones
realizadas por la industria automotriz de la entidad alcanzaron un valor de
4.9 millones de dólares durante el 2000. Cuatro años más tarde en 2004
esa cantidad se había triplicado, para alcanzar los 14.2 millones de dólares;
sin embargo, el lado negativo de esta actividad comercial queda evidencia-
do al observar que el valor de las importaciones fue casi cinco veces mayor
que el valor de las exportaciones; es decir, en ese mismo año, 2004, la in-
dustria automotriz y de autopartes tuvo un déficit de 51.4 millones de dó-
lares (página electrónica del Gobierno del Estado de San Luis Potosí,
2006).
En 2003, San Luis Potosí estaba situado dentro de las 11 primeras en-
tidades del país que más equipo de transporte fabricó, contribuyendo ese
año con 2.3 por ciento de la producción nacional. Entre las empresas de
mayor importancia por su inversión y por los empleos que generan desta-
can las siguientes: Draexmaier, Cummins, Merito, Nacional de Conducto-
res Eléctricos, Remy Remanufacturing, General Tire y Valeo Sistemas
Eléctricos. En este sentido del crecimiento de la industria automotriz en la
entidad, en 2006, el gobierno del estado anunció la instalación de una plan-
ta armadora de la General Motors en un parque industrial ubicado en el
municipio de Villa de Reyes. El proyecto de instalación de la armadora en
territorio potosino representó varios aspectos significativos para la enti-
dad.20 En primer lugar, se destaca que este hecho reafirma el interés de los
grandes corporativos globales en invertir en suelo potosino, reconociendo
las ventajas que ello representa para sus intereses como empresa. En tér-
minos concretos la planta armadora se puso en funcionamiento de manera
oficial el día 30 de junio de 2008. En esta planta se fabrican autos compac-

20
 Responsables de empresas que han venido a instalarse a la entidad señalan que San
Luis es uno de los mejores lugares del país para invertir. Entre algunas de las ventajas que
destacan es la capacidad del gobierno como un importante facilitador para hacer de la entidad
un mejor lugar para realizar negocios. Además, sobresalen la estabilidad social, el dinamismo
económico. También agregan que en la entidad, pero principalmente en el área metropolitana,
se cuenta con una población joven con altos niveles de capacitación, lo cual, que sean muy
competitivos en el mercado de trabajo en los niveles nacional y global. Asimismo destaca la
posición geográfica estratégica, lo que se percibe por parte de las empresas como una impor-
tante ventaja, lo que hace que las mismas empresas logren reducir costos de logística y dis-
tribución de sus mercancías para la atención de sus clientes tanto dentro como fuera del país.
Otro aspecto significativo que enfatizan las autoridades es la certidumbre en la tenencia de la
tierra y el decidido apoyo de las autoridades.

72 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


tos para el mercado nacional y tampoco se descarta que un porcentaje de
dicha producción se destine al mercado extranjero. La producción inicial
será de 30 vehículos por hora.
En este sentido, el establecimiento de nuevas industrias intensivas
en capital con alto desarrollo tecnológico, principalmente en la rama de
autopartes, está permitiendo que se intensifiquen las actividades con
orientación exportadora. Esto ha posibilitado que la productividad labo-
ral en la industria de la entidad sea mayor que la nacional y refleje un
patrón de alta inversión en activos tecnológicos, aunque persisten bajos
niveles de remuneración por trabajador. Además del crecimiento de las
ramas de manufactura de autopartes, se destaca el crecimiento en
la producción de productos electrodomésticos, industria básica del hierro y
el acero, tejido y acabado de fibras blandas, cemento, productos alimen-
ticios, bebidas y lácteos, así como maquinaria, equipo y accesorios eléc-
tricos. No obstante, existe una débil integración de cadenas productivas,
debido a una limitada articulación de las empresas locales con las de
mayor dinamismo, lo cual se refleja, a su vez, en una baja participación
de los insumos locales y nacionales en las diferentes ramas. Las propias
autoridades del estado reconocen que a pesar del dinamismo, existe un
bajo grado de competitividad en un amplio número de micro y pequeñas
empresas, dado a su incipiente desarrollo tecnológico, la dificultad de
acceder a financiamiento, una reducida diversificación de los sistemas de
producción, y una costosa y compleja regulación (Programa Estratégico
para el Desarrollo Económico 2004-2009, Gobierno del Estado de San
Luis Potosí).
Los datos de 2007 muestran que a lo largo de este año se instalaron en
el estado 28 nuevas empresas pertenecientes al ramo manufacturero (prin-
cipalmente de la actividad metalmecánica y automotriz), esto se tradujo en
una inversión de 4,396.7 millones de pesos. Entre las inversiones realiza-
das en este año, destacan las siguientes: la apertura de una nueva planta
de la empresa Cummins Filtration, que representó una inversión de 120
millones de pesos y trajo consigo la generación de 400 nuevos empleos.
Éstos se vienen a sumar a los 1,600 que ya existían en el estado en sus dos
plantas. En el mismo 2007, se logró la apertura de una cuarta planta de la
empresa Valeo. Mientras tanto, para 2008, se tiene contemplada la apertura
del Centro de Entrenamiento Toyota.

Apertura de las fronteras • 73


Cuadro 3
San Luis Potosí
Evolución de las empresas de la industria automotriz
y autopartes instaladas en San Luis Potosí
(Acumulados)

Años Núm. empresas


1930-1949 1
1950-1959 2
1960-1969 6
1970-1979 11
1980-1989 24
1990-1999 42
2000-2007 81

Fuente: La industria automotriz en San Luis Potosí, 2007.

Sobre este mismo aspecto, la empresa General Motors reportó una inver-
sión de 1,000 millones de dólares destinada a la construcción de su nueva
planta armadora. Esta inversión significó que la entidad potosina se colocará
a fin de año en la cuarta posición en el nivel nacional por el saldo positivo
reportado en su balanza comercial, registrándose un superávit de 345 millo-
nes de dólares. Por otro lado, los gobiernos estatal y federal contribuyeron con
una inversión de 1,100 millones de pesos, recursos que fueron destinados a
la compra de los terrenos y a dotarlos de la infraestructura necesaria para que
ahí se instalara la nueva planta de la General Motors (página electrónica del
Gobierno del Estado de San Luis Potosí).
Estudios y evaluaciones que se han realizado recientemente ubican la
ciudad de San Luis Potosí en el octavo lugar nacional, en cuanto a la rapidez
en los trámites para la instalación de nuevas empresas; además, el Sistema
Rápido de Apertura de Empresas (sare), se ha puesto en marcha con mu-
cho éxito en las ciudades de San Luis, Ciudad Valles y Tamuin (actualización
del Plan Estatal de Desarrollo 2003-2009). Asimismo, esta inversión se ha
traducido, de alguna manera, en mayores niveles de empleo, y los resulta-
dos alcanzados se ven reflejados en las diferencias del crecimiento de la
economía en el nivel nacional y en el nivel estatal del estado, ya que mien-
tras la primera creció sólo 3 por ciento a lo largo de 2007, la segunda alcan-

74 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


zó un crecimiento de 4.3 por ciento para el mismo 2007 (Cuarto informe de
Gobierno, página electrónica del Gobierno del Estado de San Luis Potosí).

Globalización: espacios e identidades


en constante transformación

Es importante destacar que en la fisonomía de algunas zonas del área me-


tropolitana de San Luis Potosí, se observan algunos cambios significativos.
Éstos se hacen más visibles en algunos espacios en particular. Por ejem-
plo, las nuevas y rápidas vías de comunicación le dan a la ciudad una
imagen o un toque de modernidad. En este sentido, también la apertura de
modernas y funcionales plazas comerciales ha hecho que tanto tiendas,
como marcas y productos globales estén ahora al alcance de la población.
Visitar y consumir en estos lugares son referentes ineludibles de la nueva
experiencia de la vida urbana en la ciudad. Estos espacios se presentan al
usuario cotidiano como las nuevas formas de consumo que impone la
modernidad. Un síntoma de los nuevos tiempos que se viven en la ciudad,
queda reflejado en la apertura de un importante número de hoteles, en
donde se hospedan no solamente los turistas nacionales y extranjeros,
sino que es el lugar en donde se hospedan los llamados turistas de nego-
cios, quienes vienen de muy diversas partes el mundo y que en los últimos
años han tenido que agregar a la ciudad de San Luis Potosí como una es-
cala obligada en sus agendas de trabajo. Los empresarios llegan de distin-
tos rumbos del planeta, ya sea desde el Lejano Oriente, Europa, América
del Sur y por supuesto de América del Norte. La presencia de estos viaje-
ros de negocios globales se ha vuelto algo frecuente en la ciudad.
Acercarse a los parques industriales existentes en el área metropolitana
resulta ser, sin dudas, una experiencia de la multiculturalidad que se vive en
esta parte de la entidad. No sólo por el origen diverso de los capitales, sino
por los idiomas que se hablan en los pasillos y en las salas de juntas de las
empresas, así como por la convivencia en un solo espacio de costumbres,
culturas y tradiciones de trabajo diversas entre sí. En algunos espacios del
área metropolitana se han gestado importantes cambios, lo que ha propicia-
do transformaciones significativas en las formas de vida, de trabajo y que
han terminado por generar también nuevas formas sociales en el interior de

Apertura de las fronteras • 75


estos espacios. Las empresas de capitales fundamentalmente extranjeros
que se han instalado en los diferentes parques industriales que se encuen-
tran localizados en las orillas de la supercarretera 57 han contribuido al
crecimiento de la zona industrial. El dinamismo de esta zona se percibe to-
dos los días, pero fundamentalmente durante las primeras horas de la ma-
ñana y por la tarde noche, cuando las arterias viales que conducen a esta
parte de la ciudad se ven saturadas por el tráfico, el cual es generado por el
ir y venir de automóviles particulares, autobuses de distintas rutas, motoci-
cletas y bicicletas; es decir, todo aquello que le permita a los trabajadores
llegar y salir de sus respectivos centros de trabajo.
En este ir y venir constante, destaca la presencia de una gran cantidad
de camiones especializados en el transporte de personal, que transitan por
las principales avenidas de la ciudad y que conducen a sus principales par-
ques industriales. Además, si uno se traslada a algunos de los municipios
y localidades de la periferia de la ciudad-capital (a distancias entre aproxi-
madamente 45 y 60 kilómetros y más), por ejemplo comunidades de los
vecinos municipios de Santa María del Río, Villa de Reyes y Villa de Zarago-
za, se puede observar a esos mismos camiones recorriendo las calles y
avenidas de las cabeceras municipales y de diferentes localidades con el
mismo objetivo de los que transitan por la ciudad; esto es, trasladar de
manera puntual a cientos de personas a sus lugares de trabajo y por la
tarde noche llevarlos de regreso a sus localidades de origen.

Urbanización de áreas rurales

La presencia antigua de las haciendas en esta región brindó la posibilidad


de que se desplegaran algunas actividades del sector secundario o de la
trasformación. Por ejemplo, se desarrolló la producción de textiles durante
el siglo xix y principios del xx; además, en algunas haciendas se mantuvo
durante algún tiempo la producción de vinos y licores, sobre todo mezca-
les. Incluso en los restos que quedan de algunas de ellas todavía es posible
identificar las estructuras y los sitios que fueron utilizados como hornos o
molinos en donde se preparaba el mezcal, el vino, y también quedan en pie
las bodegas en donde se almacenaba la materia prima o el producto ya
terminado. Con el paso del tiempo esta región se estaría transformando de

76 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


manera significativa, a partir de contar con una amplía red de comunica-
ciones, primero vía el ferrocarril y posteriormente a través del sistema
carretero. Esto último ejercería una notable influencia para vincular la pro-
ducción agrícola y artesanal de la región y a sus pobladores con los mer-
cados regionales, los mercados nacionales y, en los últimos tiempos, con
los mercados internacionales, principalmente los de los vecinos y ahora
socios comerciales del Norte.
En este último contexto, ha sido muy significativa la red de sistemas
carreteros, ya que ha permitido la salida de productos agrícolas y, también,
ha facilitado la llegada de diversos insumos que son transformados y que
abandonan el estado convertidos en diversas mercancías, las cuales son
trasladas a cualquier destino en el mundo.21
Ya en pleno siglo xx, en algunos municipios agrícolas de esta región,
principalmente en Villa de Reyes y en Santa María del Río, en sus cabece-
ras municipales o cercanas a ellas, se asentaron importantes empresas,
destacando la destintadora de papel, una planta termoeléctrica y algunas
maquiladoras del ramo electrodoméstico, así como otras relacionadas con
el ramo textil y con el del ensamble. Se destaca la llegada de algunas em-
presas vinculadas a la minería no metálica e incluso el desarrollo del sector
servicios y en particular el relacionado al turismo recreativo y de aventura
(Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis
Potosí, 2006).
Estas empresas llegan como oportunidad de apoyos locales, para de
alguna manera generar nuevos empleos. En estos casos, la gente observa
y vive las ventajas de obtener un salario seguro cada semana o cada quin-
cena. Asimismo, buscan que sus parientes se acomoden en la misma
empresa. Algunas empresas empezaron sólo con un turno y después de-
bido a la necesidad de aumentar la producción tuvieron que abrir el se-
gundo o hasta el tercer turno; lo cual permitió el ingreso de más trabaja-
dores a la misma fuente de trabajo. Estas empresas apoyaron, con su
llegada, la construcción y dotación de servicios para las casas cercanas a
la empresa.
21
 Un ejemplo de lo último, es la existencia de la supercarretera 57, también conocida
como la carretera del “libre comercio”, y que prácticamente atraviesa el estado y es la princi-
pal vía terrestre para movilizar mercancías y productos que buscan llegar a la región de la
frontera Norte. Esto permitió, reiteramos, estrechar los vínculos entre las economías rural y
urbana.

Apertura de las fronteras • 77


Con el crecimiento de la zona industrial en la ciudad capital y los muni-
cipios conurbados, se ven porcentajes cada vez más elevados de hijos de
agricultores que han dejado el trabajo en el campo para probar suerte como
operarios en muchas de las empresas, nacionales y extranjeras que han
llegado a instalarse en alguno de los parques industriales. También hay
comunidades donde las mujeres, sobre todo muy jóvenes, han decidido
salir a trabajar a diferentes empresas. Éstas, también, llegan a trabajar el
turno de la noche o tercero, según la empresa en la que se encuentren
trabajando. Aquellos y aquellas que trabajan para empresas y fábricas tie-
nen seguro médico, sindicatos y otras organizaciones de empleados a las
cuales acuden cuando se les presentan conflictos tanto en sus lugares de
trabajo como con sus compañeros o superiores.
En este sentido, es relevante destacar cómo algunos municipios aleda-
ños a la capital del estado, siguen siendo importantes espacios rurales, en
donde una parte destacable de la población aún sigue dedicándose a la
producción y comercialización de productos agropecuarios como parte de
la economía familiar. Sin embargo, se han convertido en importantes áreas
que proveen de mano de obra para la industria. Seguro que en los muni-
cipios aledaños a la capital del estado se está desarrollando un proceso
que se experimentó también en otros momento y en otras regiones y en-
tidades del país, en donde los efectos de la rápida industrialización en es-
pacios urbanos generaba también importantes modificaciones en los pa-
trones y los estilos de vida en los pueblos y en las localidades ubicados en
las cercanías de los parque industriales, como ha quedado registrado
en algunos estudios (Novelo y Arteaga, 1979; Durand, 1983; Aldana, 1994).
Ahora las rutinas de las familias que viven en las localidades o ejidos
vecinos de la capital están cada vez más influidos por las rutinas, los tiem-
pos y tal vez por los valores de las empresas instaladas en los parques
industriales. Sin embargo, también hay que destacar cómo se mantienen
otras alternativas de trabajo vinculadas a la esfera rural. Los cambios no-
torios son en el trabajo de la mujer obrera o en el hombre que ya no se
preocupa por trabajar la tierra. Por ejemplo, la alimentación que antes con-
sumían mayoritariamente eran productos que ellos cosechaban. Ahora, la
mayoría es comprada en establecimientos mercantiles con los ingresos que
perciben laborando en alguno de los parques industriales localizados en el
área metropolitana; es decir, requieren forzosamente insertarse en una

78 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


lógica de trabajo que les permita obtener un pago en forma de salario, para
que por medio de éste tengan acceso a las mercancías y servicios que se
ofrecen en el mercado.
En contraste con la inversión de capital en la industria y la infraestruc-
tura, los campesinos de la periferia de la capital siguen teniendo como
cultivos frecuentes el maíz, el frijol, la calabaza, el chile y el ajo para el
autoconsumo. En los municipios que forman parte del área metropolitana,
se cultivan con riego de aguas negras productos de hortalizas que luego
son vendidas en los mercados locales o sobre ruedas. En general, para el
ganado se producen alfalfa de temporal o de riego y avena en noviembre y
diciembre. Algunos microproductores, para “ganarle más”, salen a vender
a la ciudad de San Luis Potosí de casa en casa.
En las casas los campesinos o agricultores, sobre todo los habitantes
de mayor edad, siguen con la tendencia a seguir criando animales de corral
como pollos, pavos y guajolotes. Éstos son utilizados para consumo fami-
liar, reuniones, fiestas o en la venta, según sea la necesidad. Algunos se
han dado a la tarea de la cría de ganado vacuno, caprino, porcino, ovino y
equino como formas de ahorro o inversión para imprevistos. Estos anima-
les se destinan a la venta, y los caballos también se utilizan para hacer
carreras de caballos entre los diferentes ranchos y pueblos (denominadas
parejeras). Asimismo, algunos crían gallos de pelea y suelen exponerlos en
competencias en alguna de las diferentes fiestas locales que se presentan
a lo largo del año en la comunidad o en los territorios vecinos. Los princi-
pales productos derivados de la cría de los diferentes tipos de ganado son
carne, leche, queso y huevo. Estos productos son consumidos familiar-
mente y en pocos casos son vendidos a los vecinos. Sin embargo, hay
empresas de producción agroindustrial de marcas regionales que buscan
posesionarse del mercado con sus productos, sobre todo de chile seco,
lácteos y sus derivados.
Como complemento a lo anterior, es importante destacar que algunas
familias continúan recolectando alimentos, frutos estacionales en la mon-
taña o en los caminos, en terrenos abiertos; consumen garambullos, dáti-
les, tunas de los nopales, mayitos, biznagas, nopales, papas de monte y
quelites. Estos productos son preparados de diversas formas y comple-
mentan, como condimentos, los platillos locales. En las casas de los cam-
pesinos y productores, la gente conserva la costumbre de que en sus

Apertura de las fronteras • 79


huertos o solares cultivan diversos árboles como chabacanos, duraznos,
granadas, naranjas, limones y nogales.
Como podemos constatar con la información que aquí hemos presen-
tado, la lógica de crecimiento y posicionamiento que han logrado algunas
áreas urbanas en México ha tenido un impacto en áreas rurales, pero no
sólo eso, la población de dichas áreas rurales se ha venido involucrando
cada vez en mayor medida en las actividades vinculadas al mundo urbano,
en particular al mundo fabril, o se han enrolado en alguna de las grandes
empresas extranjeras en los nuevos parques industriales. Algunos de
estos parques se han construido en años recientes en antiguos terrenos
ejidales que pertenecieron a comunidades de campesinos; un ejemplo de
esto último se dio cuando el gobierno del estado adquirió 350 hectáreas
de la superficie del recinto fiscalizador Logistik Free Trade Zone, que es el
espacio en donde la empresa General Motors construyó su planta. Esto
representó un gasto de 962.5 millones de pesos, lo cual significó 14.8 por
ciento de la inversión prometida por la empresa: 650 millones de dólares
(La Jornada de San Luis, martes 28 de marzo de 2006, p. 3).
Referente a lo reportado, a los ejidatarios propietarios de la tierra se les
pagó la parte proporcional de la tierra que fue adquirida. Esto llevó a la
gente a obtener dinero fácilmente, pero también a gastárselo de la misma
manera. Es importante mencionar por qué de pronto los campesinos se
vieron con importantes cantidades de dinero, producto de la venta de sus
tierras, algunos de ellos invirtieron ese recurso en la compra de camione-
tas, y otros más en la mejora de las viviendas.
En esta argumentación, se ha puesto el énfasis en señalar el proceso
de cómo se ha desarrollado una rápida transformación de un estilo de vida
predominantemente agrícola a un estilo de vida todavía agrícola, pero que
ahora se ve complementado por una cultura de trabajo en muchas indus-
trias extranjeras con tecnología de punta, y que han llegado al territorio
potosino en los últimos años. Este proceso ha representado una acelerada
proletarización de las comunidades rurales, siendo éste un aspecto clave
en donde las comunidades han visto modificado el uso de sus tierras y
muchos de sus habitantes se han convertido en nuevos asalariados.
En este proceso las empresas extranjeras han venido a representar
una importante alternativa de trabajo para miles de potosinos provenientes
de las zonas rurales los cuales se han visto en la necesidad de ir, poco a

80 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


poco, integrando una serie de nuevos valores y formas de trabajo. Estos
valores, que son imprescindibles para la empresa, terminan siendo y vol-
viéndose también relevantes e importantes para ellos en su vida cotidiana
como trabajadores. Esos nuevos valores son los siguientes: eficacia, rapi-
dez y control. Este último vinculado al hecho de que tienen que aprender
a estar sujetos a la cuantificación de lo que hace o de lo que produce.
El constante ir y venir de trabajadores que se trasladan desde las di-
versas colonias de la capital, así como todos aquellos que provienen de los
municipios cercanos en donde se practica todavía la agricultura es un ras-
go particular de los tiempos actuales y caracteriza la forma y el estilo de
vida de miles de pobladores de la región. Se puede señalar que la llegada
de nuevas empresas, desde finales del siglo xx, ha venido a representar el
arribo de nuevos modelos de organizar el trabajo, nuevas maneras de eva-
luar o capacitar al trabajador, nuevas rutinas. Así el trabajador se enfrenta
y se acostumbra a nuevas exigencias y formas de realizar sus actividades.
Asimismo, los campesinos y pobladores han aprendido a vincularse
con nuevos actores que les han permitido tener acceso a nuevas oportuni-
dades de trabajo. En este sentido, las relaciones que se construyen dentro
de la planta se vuelven esenciales para alcanzar la movilidad laboral y, por
lo tanto, acceder a mejores condiciones de trabajo y remuneraciones. Ellos
han tenido que aprender nuevos conceptos y nuevas rutinas, lo que les ha
permitido cumplir con las exigencias de calidad de las empresas. El mundo
del trabajo en la planta impone nuevas condiciones, y dentro de la planta
hay que construir una red inédita de relaciones sociales y políticas. Se
tiene que participar ahora en los rituales que formarán parte del proceso
de asumir poco a poco una identidad de trabajador urbano; por ejemplo,
las comidas o reuniones que se celebran para conmemorar alguna fecha
significativa para la empresa, la capacitación a la que son sometidos de
manera constante y frecuente para que integren los conocimientos y los
valores de la empresa, entre otros.
Sin embargo, el hecho de que los trabajadores se involucren en las
rutinas y en las exigencias del trabajo en las plantas no los hace que se
desvinculen del todo de las relaciones sociales y de los compromisos y de
las celebraciones que se asumen en las comunidades de origen. En este
sentido, participan activamente, pero limitados en tiempo, en rituales o
fiestas en la comunidad o la familia a la que pertenecen. Por ejemplo, las

Apertura de las fronteras • 81


fiestas patronales de cada cabecera municipal o de los barrios que tienen
su propia capilla, en la cual participan mayordomías que cubren los gastos
de mantenimiento y renovación del templo, así como para pagar las maña-
nitas con un mariachi, una banda o un grupo. Sobre todo, la participación
se da a través del desembolso de dinero, lo que se ha vuelto una forma
importante de participación debido a que con el ingreso seguro son más
fáciles las aportaciones o donaciones para realizar la celebración. Pero,
también, incluye la realización de fiestas familiares como ciclos de vida de
los miembros de las familias, como bautizos, presentaciones, primeras
comuniones, quince años, bodas, en las cuales se realizan alianzas por
medio de los compadrazgos.
En este sentido, se apoyan compadres para afianzar relaciones socia-
les locales y a veces regionales, entre los habitantes, quienes sirven como
contacto en apoyo cuando alguien de la familia se va a trabajar o estudiar
a la capital del estado, o de migrante a Estados Unidos. Pero, al mismo
tiempo, forman redes para apoyarse en el trabajo en el campo, en el pro-
ceso de compraventa de herramienta, en la formación de grupos para
conseguir financiamiento gubernamental o en la creación y desarrollo de
proyectos productivos que integren al campesino al mercado.
Para concluir este capítulo, es relevante destacar que el proceso de
urbanización-industrialización del área metropolitana de San Luis Potosí
ha traído como consecuencia que se modifiquen los patrones y estilos de
vida de una parte significativa de la población. Así, como en tiempos pasa-
dos, los campesinos dejaron de manera temporal el trabajo en los campos
agrícolas para complementarlo con el trabajo migratorio más allá de las
fronteras o en el trabajo en las minas; en la actualidad, los procesos pare-
cen repetirse con el trabajo industrial, el cual ha llegado prácticamente
hasta sus localidades. Para ello, las empresas contratan los servicios de
empresas de transporte, cuyas unidades se mueven en toda la ciudad y en
una gran cantidad de comunidades o rancherías de los municipios vecinos
a la capital. Representa una alternativa más de trabajo, aunque los salarios
puedan estar por debajo de lo que se percibe en otras entidades del país;
esto simboliza un estímulo para que muchos jóvenes tengan la posibilidad
de encontrar una oferta de trabajo de este lado de la frontera, sin verse en
la necesidad de depositar la mirada y las expectativas en el Norte; sobre
todo porque cada día más existe la oferta de carreras profesionales técni-

82 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


cas o universitarias que se abren para apoyar las demandas locales de
formación y educación profesional y al mismo tiempo mano de obra califi-
cada que las empresas necesitan.
En suma, la realidad en esta región del estado de San Luis Potosí se
caracteriza por una constante interdependencia entre los territorios y los
actores del mundo rural y del mundo urbano-global, lo que hace a la pri-
mera rural-global. Sin duda, esta interdependencia y límites o fronteras
entre lo rural y lo urbano, que no sólo sean espaciales serán cada vez más
difíciles de establecer. Pero, al mismo tiempo, la producción rural se en-
cuentra limitada a la ciudad, ya que es el primer centro de intermediarismo
de algunos de sus productos o la principal fuente de consumo de éstos. Sin
duda que para el área metropolitana de San Luis, fenómenos como los que
aquí se han presentado serán los más comunes en las dinámicas cotidia-
nas de estos territorios metropolitanos en la entidad.
Capítulo III

El papel de los actores locales frente


a las dinámicas de la globalización

En el actual contexto de la globalización, parecería que desde la perspecti-


va de algunos analistas, los actores locales políticos, económicos y labora-
les pierden presencia y dinamismo, cediendo así una parte significativa de
sus responsabilidades a diversos agentes extra locales, que han venido a
posicionarse en los ámbitos local y regional, como los promotores de di-
versas actividades encaminadas a generar el crecimiento y el desarrollo.
No obstante el protagonismo de dichos actores extralocales es importante
destacar la importante labor de otros actores de la vida local en el nuevo
contexto de la globalización, que se ha traducido en una competencia con
otras entidades del país para atraer la mayor cantidad de inversión extran-
jera. En este sentido, los actores locales han desempeñado nuevos roles,
nuevos compromisos y nuevas responsabilidades para hacer de sus enti-
dades, sus municipios y sus regiones territorios más competitivos donde
el inversionista nacional y/o extranjero encuentre las facilidades y los estí-
mulos que permitan el inicio y la consolidación de sus actividades, buscan-
do así generar un mayor número de empleos que se traduzcan en una
mejor calidad de vida para el grueso de la población trabajadora.

La competitividad del territorio potosino:


el papel de los actores políticos estatales

En los últimos años, las autoridades estatales se han dado a la tarea de


desarrollar y promover en distintos foros las ventajas geográficas, huma-
nas, materiales y fiscales que ofrece la entidad para aquellas empresas que

85
busquen nuevos territorios para establecerse. En este sentido, el Gobierno
del Estado destaca la privilegiada ubicación geográfica de San Luis Potosí,
ya que desde esta estratégica posición se tiene acceso a más 70 millones
de consumidores en un radio de 500 kilómetros. Además, se promueve
hacia el exterior el hecho de contar con una moderna infraestructura pro-
ductiva y de servicios, lo cual facilita una rápida, económica y eficiente
conexión del estado con el resto del planeta. También se ofrece como uno
de los atractivos una larga lista de incentivos fiscales, así como una rápida
autorización de permisos y de licencias, lo cual agiliza los trámites y redu-
ce los tiempos en los que los inversionistas interesados en establecerse en
el suelo potosino pueden poner en operación sus nuevas plantas. Por últi-
mo, se ofrece lo más importante: amplia oferta de mano de obra altamente
calificada, un ambiente laboral estable, salarios que se encuentran por
debajo de varias entidades del país y una importante población de profe-
sionistas que han adquirido un excelente nivel de preparación.

Nueva oferta educativa en el estado

Aunado a lo anterior, es relevante destacar el incremento de la oferta edu-


cativa en los últimos años. Esto se observa en la apertura de opciones
educativas en el nivel superior, las cuales van de acuerdo con las necesi-
dades de mano de obra requerida por las empresas que han llegado a la
entidad. En este sentido, hay que destacar el apoyo del gobierno estatal y
federal en la promoción de instituciones educativas de educación tecno-
lógica. Una experiencia que sirve como un claro ejemplo de lo arriba
señalado es el recién creado Instituto Tecnológico Superior de San Luis
Potosí, espacio en donde se ofrecen las siguientes carreras: ingeniería
industrial, ingeniería mecatrónica e ingeniería en sistemas computacio-
nales. De igual forma en este mismo espacio a través de convenios con
otras instituciones educativas del país se impartirá la maestría en meca-
trónica, así como también diplomados en mecatrónica y calidad automo-
triz. Esta nueva oferta educativa viene a sumarse a la de otras institucio-
nes en el estado como la que ofrece la Universidad Politécnica, que
oferta carreras de ingeniería en tecnologías de la información, ingeniería
en telemática, ingeniería en sistemas y tecnologías industriales, ingenie-

86 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


ría en tecnologías de manufactura, licenciado en administración y ges-
tión, y licenciatura en mercadotecnia internacional.
Tanto a esta nueva oferta educativa hay que agregar la Universidad Tec
“Milenio”, la cual abrió su campus en la capital del estado el mes septiem-
bre de 2006. En esta Universidad se ofrecen 16 carreras, destacando inge-
niería industrial, sistemas de logística, desarrollo de software, seguridad
computacional y computación financiera, ingeniería en procesos organiza-
cionales, inteligencia de mercados. Además, se ofertarán estudios de maes-
tría en finanzas, calidad y productividad, mercadotecnia y recursos huma-
nos; es decir, en los últimos años se ha venido a diversificar la oferta
educativa, promoviendo nuevas carreras que se ajusten a las demandas
que requerirán las empresas del ramo manufacturero que han estado lle-
gando al estado, de manera notable, en los últimos años.
Siguiendo con este proceso de apertura de nueva oferta educativa, en
el mes de febrero de 2007, el rector de la Universidad Autónoma de San
Luis Potosí anunció la decisión tomada por el H. Consejo Directivo Univer-
sitario de aprobar la ampliación y diversificación de la oferta educativa que
imparte la Universidad con la apertura de 14 nuevas carreras, destacando
las siguientes: ingeniero mecatrónico e ingeniero mecánico administrador;
con dicha oferta educativa la Universidad pretende formar al personal que
estarán requiriendo las empresas del ramo automotriz que se instalen en
el estado y estará dando respuesta a las necesidades de un creciente sector
industrial, que ha visto en San Luis Potosí un espacio donde es posible
enfrentar los retos de la competencia en un espacio global cada vez más
competitivo.
Relacionado con lo anterior, quisiera destacar que las primeras ofertas-
oportunidades laborales que ofreció la empresa General Motors en su pá-
gina electrónica para la planta armadora que construyó en San Luis Potosí
fueron: ingenieros eléctricos, ingenieros mecánicos, ingenieros mecatróni-
cos, ingeniero electromecánico, ingeniero industrial, licenciado en relacio-
nes industriales, licenciado en administración de empresas, licenciado en
recursos humanos. Otro requisito fundamental para los candidatos a cu-
brir estas primeras vacantes es tener dominio del idioma inglés hablado y
escrito en 80 por ciento y tener experiencia en el sector automotriz; es
decir, la empresa requiere personal altamente capacitado para ocupar cier-
tos puestos; además, en algunos diarios de circulación local se comentaba

El papel de los actores locales • 87


sobre la escasez en la región de este tipo de personal, lo cual obligó a la
empresa transnacional a contratar o traer gente de otros estados del país
en donde la empresa tiene ya instaladas otras plantas armadoras (La Jor-
nada de San Luis, 30 de julio de 2008); esto es, esta nueva oferta educativa,
tiene la misión de formar al capital humano especializado que demandan
en la actualidad y que estarán demandando en el mediano plazo este tipo
de empresas en la entidad.
El gobierno remarca en sus argumentos que la pea representa más de
30 por ciento de la población total del estado. De igual forma, el Gobierno
destaca que de acuerdo con la estructura demográfica y poblacional en San
Luis Potosí es posible tener acceso a casi 30,000 nuevos trabajadores cada
año. Esta mano de obra es predominantemente joven, y sobresale el hecho
de que la preparación escolar es igual a la media nacional. Otro dato signi-
ficativo es que 85 por ciento de la población de 6 a 14 años sabe leer y
escribir. Un aspecto esencial para el Gobierno del Estado es seguir mante-
niéndose como una de las entidades más seguras del país. Esto da certi-
dumbre a los inversionistas y es visto como uno de los aspectos clave para
atraer inversión y con ello estar en condiciones de generar más empleos.
Tan o igual de significativo que lo anterior es que la entidad se promueve
ante el inversionista nacional y extranjero como un estado con estabilidad
laboral; en este sentido, se insiste en que en los últimos diez años, prácti-
camente todos los conflictos laborales han sido resueltos de manera favo-
rable para las partes en conflicto, destacando que en el estado las relacio-
nes obrero-capital se desarrollan en un clima de estabilidad (página
electrónica del Gobierno del Estado http://www.sanluispotosi.gob.mx/).
Un hecho significativo en este proceso, y que de alguna manera confir-
ma el posicionamiento que ha logrado tener la capital como captadora de
inversión, es que el estado de San Luis Potosí se ha colocado en los últimos
dos años en el segundo lugar entre las entidades que conforman la región
centro-norte del país (región que se conforma por los estados de Gua-
najuato, San Luis Potosí, Querétaro, Aguascalientes, Durango y Zacatecas),
en lo que se refiere a la captación de inversión extranjera, la entidad poto-
sina captó 24.7 por ciento de este tipo de inversión. En este sentido, el
estado de San Luis fue superado únicamente por el vecino estado de Gua-
najuato, el cual captó 30.4 por ciento. Así, San Luis Potosí quedó por enci-
ma de Querétaro, que atrajo 23.2 por ciento, Aguascalientes, 16 por ciento

88 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


y muy por abajo quedaron o aparecen entidades como Durango, el cual
logró atraer apenas 4.5 por ciento y muy abajo aparece el estado de Zacate-
cas con 1.1 por ciento. No obstante, estas cifras nos muestran un marcado
desequilibrio entre algunas entidades, porque nos hablan del grado de
competitividad que existe entre ellas para ser atractivas para el capital ex-
tranjero. Sobre este mismo tema, algunas encuestas recientes colocan a
San Luis Potosí entre las primeras quince ciudades más competitivas del
país de un grupo de 91 centros urbanos del país.

Infraestructura para el desarrollo industrial de la entidad

Un aspecto que ha contribuido a que San Luis Potosí se consolide como uno
de los espacios del territorio nacional privilegiados por la llegada de empre-
sas extranjeras, ha sido la inversión pública y privada en diversos proyec-
tos de infraestructura. De los más significativos se encuentra la apertura
de recintos fiscalizados, intermodales, instalaciones aduanales, remodela-
ción de parques industriales, inversión en carreteras y aeropuertos. La
inversión en estos sectores ha traído como consecuencia que las empresas
que se instalan en alguno de los parques industriales localizados en la
capital del estado o en alguno de los municipios cercanos a la propia capi-
tal (por ejemplo, el municipio de Villa de Reyes, que es donde se encuentra
localizado el parque industrial Logistik, y en donde se construyeron las
instalaciones de la nueva planta de la empresa General Motors) tengan la
oportunidad de reducir los tiempos y los trámites de cruce de productos
que estas empresas comercializan.
Lo anterior ha contribuido a que la ciudad de San Luis Potosí se esté
transformando en una importante plataforma para la inversión a través de
la competencia y la modernidad que ha alcanzado su infraestructura en el
rubro de las comunicaciones en un periodo bastante corto. De esta manera,
la inversión federal y la estatal en infraestructura carretera han hecho que
en los últimos años, la entidad sea una de las mejor comunicadas del país.
Además, se destaca a las intermodales como las estrategias del transporte
del futuro, ya que por medio de éstas se logra una mayor efectividad en el
transporte. Se tiene, también, un acceso ilimitado a través de ferrocarriles
a los principales puertos marítimos del país, tanto en el golfo de México

El papel de los actores locales • 89


como en el océano Pacífico y se logra, también, una importante simplifica-
ción administrativa, así como una mayor y mejor coordinación entre los
tres niveles de gobierno.
En este mismo sentido, se subraya una cuantiosa inversión realizada a
las instalaciones del Aeropuerto Internacional “Ponciano Arriaga” para
habilitar el espacio con la finalidad de que ahí se desarrollen actividades de
carga y descarga de mercancías que tengan destinos tanto nacionales como
internacionales. Reitero, con este tipo de acciones se ha contribuido a que
existan hoy mejores condiciones para emprender proyectos de inversión
y negocios, que se traducen en la generación de más empleos productivos.
Por lo que respecta a la inversión privada que se ha realizado en el área
metropolitana para hacerla más competitiva, es importante mencionar la
inversión de más de 101 millones de dólares que destinó el parque indus-
trial Logistik Free Trade Zone, para realizar la expansión de infraestructu-
ra básica para las empresas manufactureras instaladas en este parque in-
dustrial. Esta infraestructura se tradujo en la construcción de la terminal
ferroviaria multimodal, la terminal ferroviaria intermodal de contenedores,
el recinto fiscalizado estratégico y la sección aduanera.
En las instalaciones del llamado Logistik Park, se puso en funciona-
miento en el último trimestre de 2007 el primer recinto fiscalizador estra-
tégico del país, siendo ésta una nueva figura jurídica de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, la cual autoriza a una persona moral a que
esté en posibilidades de recibir mercancías bajo este régimen aduanero
simplificado, lo cual lo convierte en una de las formas más seguras tanto
para importar como para exportar mercancías, ya que permite que por su
flexibilidad se facilite y simplifique el comercio exterior, ya que éste es un
régimen aduanero más seguro y más confiable en el país, lo cual contri-
buirá a que éste y la entidad logren avances significativos en lo que se
refiere a competitividad.
Por ejemplo, el parque industrial Logistik I que cuenta con un espacio
de 150 hectáreas, se encuentra totalmente terminado y actualmente se
está trabajando en lo que será el parque Logistik II, el cual se construirá
sobre una superficie de 470 hectáreas. En este segundo parque se están
desarrollando trabajos de urbanización, los cuales consisten fundamental-
mente en la instalación de una red de energía eléctrica, sistema de fibra
óptica, drenaje, agua potable, pavimentación, entre otros aspectos.

90 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Otro avance significativo es que en los años de la administración esta-
tal del periodo 1993-2009 se hicieron inversiones que rebasaron los 400
millones de pesos en la llamada zona industrial de la capital potosina, lo
cual ha representado un importante beneficio para las empresas que ahí
se han venido a instalar en los últimos años. Dicha inversión se ha canali-
zado principalmente a la repavimentación de diferentes arterias viales que
confluyen y forman parte de esta área de la ciudad, así como a obras de
drenaje, tomas de agua e iluminación. Sin lugar a dudas, estas obras son
fundamentales para agilizar el tránsito vehicular, además de permitir que
se tenga un traslado más ágil y eficiente tanto de mercancías como de los
miles de trabajadores que diariamente se dezplazan a las empresas esta-
blecidas en la zona industrial de la capital potosina. Además, el Gobierno
a través de diversas secretarías proporciona estímulos al fomento indus-
trial de la entidad por medio de las siguientes acciones:

• Asesoría en materia de apoyos financieros.


• Asesoría en materia legal, administrativa y de capacitación.

El interés mostrado por las autoridades del estado para apoyar al


inversionista privado quedó demostrado con el apoyo que se le ha brin-
dó a la empresa General Motors, ya que el Gobierno del Estado destinó
alrededor de 700 millones de pesos para facilitar su proceso de insta-
lación en territorio potosino; es decir, facilitó la infraestructura y los
servicios que requiere una planta armadora de la magnitud de la que
se construyó en el Parque Industrial Logistik (Primero, segundo y ter-
cer informe de gobierno. Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2005,
2006 y 2007).

Balance de la competitividad
del área metropolitana de San Luis Potosí

El importante componente de la competitividad surge ahora como un


aspecto central en el contexto de la globalización de los mercados. En
este sentido, se vuelve relevante para las autoridades de los diferentes
niveles de gobierno lograr avances en este aspecto, ya que dependiendo
del nivel de competitividad que alcancen algunos indicadores esto se verá

El papel de los actores locales • 91


reflejado en una mayor derrama de inversión privada, tanto nacional como
extranjera. Esto a su vez se tendrá que traducir en la consecución de me-
jores condiciones de vida para la población.
Para algunos especialistas, la competitividad urbana se refiere al pro-
ceso de generación y difusión de competencias, a la capacidad de las ciu-
dades para participar en el entorno globalizado y a la posibilidad de las
propias ciudades de crear ambientes propicios para el desarrollo de sus
agentes económicos. Es un hecho que la noción de competitividad comen-
zó a utilizarse inicialmente en los ámbitos empresariales. Sin embargo,
posteriormente esta noción se trasladó al nivel de los países y, reciente-
mente, al entorno urbano.
Es importante subrayar que la generación y difusión de competencias
no sólo depende de factores microeconómicos, sino también de las capaci-
dades que ofrece el territorio para facilitar las actividades económicas; es
decir, se trata de generar un entorno físico, tecnológico, cultural, social, am-
biental e institucional propicio para atraer y desarrollar actividades econó-
micas generadoras de riqueza y empleo. En este sentido, las ciudades
promueven o crean estas condiciones. La competitividad, por tanto, es
representada como un conjunto de elementos en donde la preocupación
por lograr el abatimiento de las inequidades sociales se convierte en una
palanca fundamental para la atracción de inversión y oportunidades (Ca-
brero, Orihuela y Ziccardi, 2007).
Por lo tanto, la competitividad se ha vuelto un aspecto esencial en el
interior no sólo de los consejos de administración de poderosas empresas
nacionales o transnacionales, sino piedra angular en la estrategia o en la
agenda de trabajo de las administraciones de grandes megaciudades o
ciudades globales. Asimismo, se ha vuelto un indicador fundamental para
aquellas ciudades medias o intermedias, que como se ha señalado con
anterioridad, se han convertido un territorio clave en la estrategia del capi-
talismo global actual.
Un estudio realizado recientemente por investigadores del Centro de
Investigación y Docencia Económica (cide), coloca al área metropolitana
de San Luis Potosí en la cuarta posición en el nivel nacional. Los investiga-
dores responsables del estudio remarcan que esta destacada posición se
alcanzó como resultado de la importante inversión que se ha realizado en
el área metropolitana para dotarla de una moderna infraestructura indus-

92 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


trial, logística y de servicios. A su vez, un componente fundamental es que
se cuente con mano de obra de clase mundial, clima laboral estable, equi-
pamiento urbano, educativo y de salud.
El resultado de la gestión gubernamental se ha traducido en la imple-
mentación de obras y acciones concretas, las cuales han servido como un
importante incentivo para que inversionistas de cualquier parte del país y
del planeta encuentren en el área metropolitana de San Luis Potosí la infra-
estructura material y humana adecuada para que se establezcan en alguno
de los parques industriales que se localizan en esta parte del estado. La
calificación obtenida por el área metropolitana de San Luis Potosí fue de 76,
en donde 100 era la calificación más alta. En detalle, algunos de los facto-
res que se tomaron en consideración en esta evaluación se presentan a
continuación.
Respecto a lo anterior, es importante destacar que el resultado de la
evaluación de las variables arriba señaladas colocó al área metropolitana
de San Luis Potosí en el lugar número cinco, entre un total de 60 zonas
metropolitanas, las más importantes del país en cuanto a población y ge-
neración de riqueza, en las cuales se incluyen un total de 225 municipios,
donde cada estado de la República Mexicana estuvo representado.

Cuadro 4
Índice de competitividad del componente socioeconómico

Producción bruta total per cápita (riqueza generada)


Sueldo promedio por personal ocupado (nivel salarial)
Densidad de capital (activos disponibles)
Densidad de capital (activos disponibles)
Índice de especialización local en industria (estructura económica de producción)
Índice de especialización local en comercio (estructura económica de producción)
Índice de especialización local en servicios (estructura económica de producción)
Depósitos bancarios per cápita (intensidad de la actividad financiera)
Participación de sectores modernos de industria (perfil y dinamismo del desarrollo)
Participación de sectores modernos de comercio (perfil y dinamismo del desarrollo)
Participación de sectores modernos de servicios (perfil y dinamismo del desarrollo)

Fuente: Competitividad de las ciudades mexicanas 2007, La nueva agenda de los municipios
urbanos, cide, 2007.

El papel de los actores locales • 93


Otro hecho relevante en este ejercicio es que los primeros diez lugares
en este indicador fueron ocupados por áreas metropolitanas localizadas
fundamentalmente en la región centro-norte del país (Saltillo, Monclova,
Monterrey, San Luis Potosí, Querétaro, Ciudad Juárez, Aguascalientes;
excepto Puebla, Toluca y Celaya).
Lo anterior confirma el auge que han alcanzado estos territorios como
resultado de la instalación en estos sitios de empresas extranjeras, que
ven en esta parte del territorio nacional un espacio clave y fundamental
en el desarrollo de sus estrategias de producción y que pueden sortear
las vicisitudes del actual mercado global. Además, es importante enfati-
zar que el área metropolitana de San Luis ocupó la misma quinta posición
en un estudio similar realizado cuatro años antes (2003), lo cual habla
muy bien de un esfuerzo que ha venido desarrollando la presente admi-
nistración estatal por darle a la entidad un papel más competitivo en este
rubro.
Relacionado con esto se tomaron en consideración aspectos relativos
a las tendencias de cohesión social y el impacto que lo anterior estaría
generando en el ámbito de la competitividad. Las variables seleccionadas
y evaluadas se observan en el siguiente cuadro:

Cuadro 5
Índice de competitividad del componente sociodemográfico

Ingreso promedio de las familias (nivel promedio de vida)


Índice de marginación (nivel promedio de carencias)
Población económicamente activa en el sector primario (estructura de empleo)
Población económicamente activa en el sector secundario (estructura de empleo)
Población económicamente activa en el sector terciario (estructura de empleo)
Tasa de crecimiento poblacional en la última década (nivel de atracción/expulsión)
pea con ingresos de hasta dos salarios mínimos mensuales (nivel de pobreza)
Índice de desarrollo humano (potencial humano)
Asegurados permanentes en el imss (nivel de empleo formal)
Tasa de desocupación abierta (desempleo)
Número de delincuentes (nivel de criminalidad)

Fuente: Competitividad de las ciudades mexicanas 2007, La nueva agenda de los municipios
urbanos, cide, 2007.

94 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


En este rubro, los resultados no fueron tan buenos como en el ante-
rior, ya que el área metropolitana de San Luis se posicionó en el lugar nú-
mero 11. Éste no es un mal resultado si se considera que en un estudio de
competitividad similar realizado por el cide en el 2003, San Luis no apare-
ció entre los primeros 15 lugares. La destacada posición que ocupa el
área metropolitana de San Luis en esta evaluación coincide con la infor-
mación que en su momento arrojó la evaluación sobre desarrollo huma-
no que se realizó para la entidad, en donde se observó que los munici-
pios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez alcanzaron
estándares de desarrollo humano alto, 0.8352 para el primero y 0.8043
para el segundo.22

Cuadro 6
Índice de competitividad del componente urbano-ambiental

Jerarquía poblacional (tamaño de la ciudad)


Servicios públicos en la vivienda (calidad de servicios en hogares)
Tiendas de autoservicio (infraestructura disponible de servicios comerciales)
Sucursales bancarias (infraestructura disponible de servicios financieros)
Alumnos en educación superior (infraestructura y uso de servicios educativos)
Camas de hospital (infraestructura disponible de servicios hospitalarios)
Denuncias ambientales (indicador aproximado de calidad ambiental)
Delitos (indicador aproximado de seguridad pública)
Teléfonos (infraestructura disponible de telecomunicaciones)
Celulares (infraestructura disponible de telecomunicaciones)
Internet (infraestructura disponible de telecomunicaciones)
Parques industriales (infraestructura industrial disponible)
Investigadores (cuadros disponibles para generación de conocimiento)
Centros de investigación (infraestructura disponible para generación de conocimiento)

Fuente: Competitividad de las ciudades mexicanas 2007, La nueva agenda de los municipios
urbanos, cide, 2007.

22
 Resulta importante analizar las diferencias que existen entre los municipios de la enti-
dad entre el municipio de mayor índice que es slp (0.8352) y Santa Catarina (0.5670) que es
el municipio con menor índice de desarrollo humano, siendo la diferencia entre ambos de
47.3 por ciento. Estas diferencias se enfrentan en los siguientes términos: 45.4 por ciento
salud; 51.9 por ciento educación y 49.6 por ciento para el ingreso, y muestran que las distan-
cias entre el municipio más avanzado y el más rezagado son proporcionalmente más grandes
en el interior del estado que entre los estados del país (pnud, 2006).

El papel de los actores locales • 95


Otra variable considerada en el estudio fue la relacionada con el com-
ponente urbano-ambiental. Esta dimensión tomó en consideración aspec-
tos que tienen que ver con el equipamiento urbano, la calidad de servicios
urbanos en los rubros de salud y educación. Además, se consideró tam-
bién la disponibilidad de parques industriales, así como la existencia de
redes de telecomunicaciones. Referente al medio ambiente, se subraya-
ron aspectos que tienen que ver con acciones relacionadas con la protec-
ción de éste. En concreto, las variables consideradas y evaluadas se de-
tallan en el cuadro 6.
Los datos muestran que el área metropolitana de San Luis ocupó el
cuarto lugar, sólo por debajo de grandes concentraciones urbanas de la
magnitud de Monterrey, ciudad de México y Toluca. Otro aspecto significa-
tivo es que en comparación con el estudio realizado en 2003, San Luis
ganó un escaño en la tabla, pasando del quinto lugar en 2003 al cuarto en
2007.
Por último, se consideró el factor institucional; en éste se evaluaron
aspectos que tienen que ver con el marco legal, las instituciones guberna-
mentales, los reglamentos y las normas y cómo cada uno de ellos contri-
buye al fortalecimiento de la competitividad del área metropolitana. Para
ello se consideraron las siguientes variables:

Cuadro 7
Índice de competitividad del componente institucional

Capacidad financiera (nivel de autosuficiencia en las finanzas municipales)


Dependencia financiera (nivel de subordinación a otros niveles de gobierno)
Deuda pública (autosuficiencia y flexibilidad de las finanzas municipales)
Ingreso per cápita (fortaleza y salud de las finanzas municipales)
Inversión per cápita (capacidad de inversión pública del gobierno municipal)
Reglamentos (calidad del marco reglamentario)
Transparencia (mecanismos de transparencia)
Catastro (calidad del catastro)
Planeación (mecanismos y calidad de la planeación)
Apertura de empresas (mejora regulatoria)

Fuente: Competitividad de las ciudades mexicanas 2007, La nueva agenda de los municipios
urbanos, cide, 2007.

96 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


En este componente, el área metropolitana de San Luis se colocó en el
lugar número diez de un total de 60 áreas metropolitanas consideradas en
el estudio. En esta ocasión, los primeros nueve lugares fueron ocupados
por las siguientes ciudades: Morelia, La Paz, Reynosa, Chihuahua, Duran-
go, Mazatlán, Monterrey, Hermosillo y Tijuana. En el comparativo con el
estudio de 2003, se observa que el área metropolitana de San Luis Potosí
se incorporó a este selecto grupo de ciudades, ya que en 2003 no figuró
dentro de los primeros quince lugares.
Una vez que se hace el comparativo de los resultados que obtuvieron
las áreas metropolitanas que fueron incluidas en las evaluaciones de los
componentes de competitividad obtenidos entre los periodos de 2003 y
2007, los resultados que arroja el ejercicio son bastante interesantes. En
primer lugar, es significativo el hecho de que el área metropolitana de San
Luis Potosí haya ganado en tan corto tiempo una excelente posición en lo
referente a los componentes de competitividad anteriormente señalados.
Por ejemplo, los resultados de 2003, para las primeras diez ciudades y
áreas metropolitanas del país, fueron los siguientes: Querétaro, Monterrey,
Chihuahua, ciudad de México, Saltillo, Mexicali, Toluca, Tijuana, Ciudad
Juárez y Cancún.
Cuatro años más tarde los resultados fueron los siguientes: Monterrey,
Chihuahua, ciudad de México, San Luis Potosí, Ciudad Juárez, Tijuana,
Aguascalientes, Hermosillo, Saltillo y Toluca. Aunque como lo aclaran los
autores del estudio de 2007, los resultados vienen también de la existencia
de datos en el nivel municipal o de zonas o áreas metropolitana, resultan
ser un importante indicador que sirve para conocer cuáles han sido las
tendencias que han seguido algunas ciudades del país en lo que se refiere
a la competitividad. Esto es sin dudas información de gran relevancia para
las ciudades y para los actores locales, ya que los resultados de este tipo
de ejercicios tendrán que ser considerados al momento de la planeación y
formulación de políticas que estén encaminadas a alcanzar metas que se
traduzcan en la mejoría de las condiciones de vida para la mayoría de la
población.
Otro aspecto relevante del estudio es que muestra el dinamismo que
han cobrado un conjunto de ciudades del centro-norte del país, resultado
del esfuerzo de sus autoridades, pero también de su población; esfuerzo
que en su conjunto ha llevado a colocarlas como las ciudades más compe-

El papel de los actores locales • 97


titivas del país. Esto ha hecho que sean los territorios en donde se vive la
experiencia de la asimilación de nuevas tecnologías, de nuevos estilos y
nuevas formas de organizar el trabajo. Todo ello se encuentra en completa
sintonía con lo que reportan otras investigaciones recientes y que precisan
que la globalización de la economía en nuestro país se ha desarrollado con
los siguientes resultados:

• Construcción de nuevos patrones territoriales.


• Desarrollo de nuevos patrones más dispersos de la actividad económica.

Es decir, vemos cómo se ha estimulado bajo la lógica de este nuevo


proceso de reestructuración de la economía, una relocalización de activi-
dades productivas en ciudades intermedias. Este proceso favorece una
estrategia económica territorialmente más desconcentrada, y éste es un
patrón que se desarrolla sobre todo por la fragmentación espacial de los
procesos productivos, el dominio de las innovaciones tecnológicas, el in-
cremento de las ventajas relativas de varias localizaciones y una comuni-
cación mucho más rápida.
Desde esta nueva lógica, muchas de las principales ciudades del país
han visto cómo ha disminuido mucho su atractivo locacional en compara-
ción con años anteriores. Sin embargo, como se ha visto con la información
que se presentó, el reposicionamiento o el relanzamiento de estas nuevas
ciudades o áreas urbanas ha requerido el desarrollo de algunos factores
que han contribuido a que se instaure esta nueva lógica como la mejoría
significativa de la infraestructura carretera que sirva para lograr una mejor
vinculación con los más importantes centros urbanos y de consumo.
Además, este último aspecto se vuelve también fundamental en el trans-
porte de las personas y de las mercancías finales. Esto ha traído como
consecuencia un proceso desconcentrador de población y de actividades
productivas.
En resumen, el nuevo modelo económico ha favorecido el proceso de
fragmentación espacial de los procesos productivos, el dominio de las in-
novaciones tecnológicas y, por último, el incremento de las ventajas relati-
vas de varias localidades que cuentan con una comunicación mucho más
rápida. En este sentido, varias localidades adquieren nuevas ventajas. Sin
embargo, no todo es bienestar y mejores oportunidades para todos por
igual en el estado, ya que también de la mano de las políticas de apertura,

98 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


desregulación y flexibilización han llegado procesos de desestructuración-
reestructuración de los regímenes laborales existentes. Lo anterior se ha
traducido en una creciente precarización de la fuerza de trabajo y con ello
se ha experimentado una notable acentuación de las desigualdades socia-
les, bajo nuevas formas de exclusión, segregación, fragmentación y tugu-
rización, lo que ha generado mayores y marcadas desigualdades entre las
diferentes regiones que conforman la entidad potosina, tal como lo anali-
zaremos en el capítulo iv de este libro.
De manera similar a los resultados presentados por el grupo de in-
vestigadores del cide, encontramos que la empresa consultora arregio-
nal realizó también un estudio en un total de 91 ciudades del país, en
donde fueron evaluados los aspectos relacionados con la competitividad
sistémica, en virtud de la promoción de una serie de factores que con-
solidan el crecimiento autosostenido y su inserción exitosa a la globali-
zación y sus beneficios en términos de comercio, crecimiento, empleo y
bienestar social; en este estudio, San Luis Potosí se ubicó entre las 13
ciudades que ofrecen los más altos estándares en los rubros anterior-
mente señalados.
La empresa arregional destaca que esta posición alcanzada por la ciu-
dad de San Luis Potosí es resultado de la actual administración estatal, que
se ha destacado por llevar a cabo una intensa promoción del estado en el
nivel internacional. También se han realizado importantes inversiones para
ampliar la infraestructura industrial, invertir en factores de desarrollo eco-
nómico, promover medidas encaminadas a facilitar la instalación de em-
presas, la importación y exportación de productos e insumos, entre otros
aspectos. Sin embargo, en esto también ha sido destacado el desempeño
que han tenido empresarios locales y otras autoridades de los tres niveles
de gobierno.
El Índice de competitividad sistémica de las ciudades mexicanas de
arregional 2007 mide de forma única la capacidad que observan las ciuda-
des y zonas metropolitanas más importantes de nuestro país para compe-
tir internacionalmente. En ese sentido, se subraya el hecho de que las
ciudades evaluadas cuenten con una adecuada estrategia de planificación
y promoción de la competitividad, buscando con ello la llegada de más in-
versiones, empresas, generación de más y mejores empleos, con lo cual se
pretende que los ingresos de la población trabajadora se vean impactados

El papel de los actores locales • 99


de manera positiva. Además, para las autoridades estatales y municipales,
esto representa mayores recursos fiscales que se pueden invertir en la cons-
trucción de más infraestructura urbana y una mejor calidad de vida, con
lo cual se estará en mejores posibilidades para hacer frente a problemas
como pobreza y, de esta manera, contribuir a disminuir la exclusión so-
cioeconómica en la entidad.
Asimismo, en el estudio se indica que el creciente proceso de globali-
zación y el aumento de la competencia internacional hacen cada vez más
evidente la necesidad de promover las ventajas competitivas desde cada
territorio, sumando capacidades regionales y sectoriales, así como iniciati-
vas individuales y colectivas para fomentar industria, desarrollo del capital
humano, innovaciones, infraestructura y tecnologías, entre muchos otros
elementos.
Para la realización del estudio, se identificaron las principales fortale-
zas y áreas de oportunidad, así como a los responsables de la competitivi-
dad en seis distintos niveles de análisis que incluyen al empresario, la
empresa, el sector regional, nacional, los valores sociales que inciden y el
sector internacional en que participa cada ciudad analizada. El menciona-
do índice de competitividad se conformó por un total de 29 factores y 84
indicadores distribuidos en ambos niveles, que según los analistas, permi-
tió tener una amplia visión de la realidad competitiva de los principales
centros urbanos de nuestro país. Para el estudio fueron considerados los
91 centros urbanos más importantes del país, entre los cuales San Luis
Potosí se ubicó en el lugar número 13, en virtud de su relevancia económi-
ca y tamaño poblacional. La muestra incluyó a las 55 zonas metropolitanas
definidas así por el Consejo Nacional de Población (Conapo), la Secretaría
de Desarrollo Social (Sedesol) y el Instituto Nacional de Estadística, Geo-
grafía e Informática ( inegi); también fueron consideradas 36 ciudades
medias y pequeñas, que para 2005 contaban con 100,000 habitantes o más.
Desde este criterio fue posible asegurar que todas las entidades federati-
vas del país contaran en esta evaluación con al menos una ciudad o zona
metropolitana dentro del estudio.
Al igual que con los resultados del anterior trabajo realizado por inves-
tigadores del cide, en este caso los resultados utilitarios permiten fijar ob-
jetivos de planeación urbana y competitividad sistémica, además de que se
han identificado ventajas de la aglomeración, que arrojan como conse-

100 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


cuencia la reducción de costos empresariales y sociales que conducen al
crecimiento autosostenido. Aunque también resulta información valiosa
que permite documentar no sólo el auge que han experimentado determi-
nadas ciudades en el país, sino que resulta ser información que posibilita
constatar las enormes desigualdades y asimetrías que existen entre unas
y otras ciudades del mismo país e incluso ciudades y áreas metropolitanas
de una misma entidad (http://www.sanluispotosi.gob.mx/).

La industria de autopartes y la organización


del trabajo: la mano de obra local

El arribo de empresas provenientes de diferentes partes del mundo a la


entidad potosina ha hecho que se abran numerosas fuentes de empleo
en la entidad. Esto en sí mismo representa un reto para la población
misma, ya que para muchos de los habitantes el hecho de ingresar a una
empresa de este tipo implica adoptar nuevos valores y nuevos hábitos
de trabajo. Por su parte, las empresas enfrentan retos importantes, como
el incremento en la demanda de mano de obra capacitada, ya que a me-
dida que se incrementa la cantidad de empresas en la región, esto ha
ocasionado que se experimente un aumento en la demanda de mano
de obra; además, la mano de obra más capacitada se está volviendo un re-
curso escaso, lo cual seguramente está generando conflictos entre las pro-
pias empresas.
Para conocer más a fondo esta situación, se entrevistó a cuatro respon-
sables del área de recursos humanos de igual número de empresas del
sector automotriz. Las empresas para las que laboraban estos ejecutivos
fueron Metalsa, empresa de capital mayoritariamente mexicano, producto-
ra de chasis y tanques de combustible para empresas como General Mo-
tors, Ford, Chrysler y Nissan. La segunda empresa fue Draxelmaier, em-
presa de capital alemán, la cual fabrica en la planta de San Luis arneses e
interiores para marcas como BMW, Jaguar y General Motors. La tercera
fue Remy Remanufacturing, empresa de capital estadounidense, la cual
produce marchas y alternadores de reuso o de segunda vuelta, y finalmen-
te la empresa Edscha, de capital estadounidense, la cual fabrica, al menos
en San Luis, bisagras y otros componentes del sistema de retensión para

El papel de los actores locales • 101


las puertas. Los aspectos principales tratados en las entrevistas son los
que se desciben a continuación:

Filosofía de las empresas

Los responsables del área de Recursos Humanos coincidieron en señalar


que el principal objetivo de las empresas es lograr la satisfacción de sus
clientes, a partir de ofrecerles productos que cumplan con los estándares de
calidad y que se ofrezcan en el mercado con precios competitivos; es decir,
si el cliente no está satisfecho con el producto que se le entrega, implica que
de alguna u otra manera la permanencia de los trabajadores en la empresa
se pone en riesgo, ya que el incumplimiento de la empresa con las exigen-
cias que impone el cliente implica la pérdida de contratos y, con ello, se
pone en peligro la continuidad de la empresa y, como consecuencia lógica,
la continuidad del trabajador en su puesto de trabajo. Las cuatro empresas
en cuestión tienen como meta ser líderes en su ramo y ser competitivas a
nivel mundial.
Además, como empresas proveedoras de otras empresas del mismo
sector automotriz se busca que contribuyan con ideas innovadoras y de
valor para cada uno de sus clientes. Sin embargo, para alcanzar ese obje-
tivo es importante encontrar el personal humano adecuado y en las canti-
dades necesarias. Las empresas buscan que el trabajador poco a poco
vaya familiarizándose con los principales valores de la empresa. En un
primer momento se les habla del liderazgo de ésta en el mercado; cuando
por fin el trabajador se integra al trabajo se le recalca que forma parte de
una empresa en donde la excelencia y la calidad son los valores que debe-
rán guiar su desempeño y, por lo tanto, se le capacita para que su rendi-
miento sea de excelencia.
Para la empresa Metalsa, un aspecto central es que se busca que el
trabajador no haga de esos valores sólo un referente para su desarrollo
laboral, sino que se busca que esos valores los trate de aplicar en su vida
cotidiana; es decir, dentro y fuera de la empresa. De ahí que sea requisito
que el primer día el trabajador operario se presente en la empresa con su
familia (en caso de que tenga esposa e hijos). Con esto la empresa busca
que no sólo el operario se sienta dentro y parte de la empresa, sino que

102 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


se busca transmitir ese sentido de pertenencia a los demás miembros de
la familia.

Perfil del trabajador operario

Sobre este aspecto se comentó que los candidatos que busquen integrarse
a las empresas para cubrir los puestos de operarios no necesariamente
deberán tener experiencias previas en el sector manufacturero o en el
sector automotriz en particular. En una empresa se señaló que los requisi-
tos básicos e indispensables para ocupar los puestos de operarios son que
cumpla con la mayoría de edad, que tenga estudios de secundaria comple-
tados, disponibilidad de rolar turnos y de trabajar horas extras cuando así
lo demande la empresa. Un responsable de recursos humanos entrevista-
do señaló que el aspecto principal que evalúan entre los candidatos que
desean ingresar como operarios a su planta en donde se fabrican arneses,
es que el candidato cuente con habilidades físico-motrices elementales,
sobre todo agudeza visual. Para ellos es un aspecto de gran importancia,
ya que el producto que se fabrica implica el manejo de cables con una gran
variedad de colores, los cuales a partir del color tienen una función espe-
cífica, lo que lo convierte en un producto de alto riesgo, aunque todo se
supervisa antes de que sea enviado al cliente.
Para otra empresa, lo fundamental es que el trabajador operario tenga
habilidades manuales y matemáticas que le permitan leer e interpretar las
instrucciones; asimismo, que tenga actitud y disponibilidad para el trabajo;
es decir, para la realización de las actividades no se requiere un vasto co-
nocimiento o experiencias previas; todo operador puede empezar desde
cero. Para otra empresa, lo fundamental en el perfil no es que el candidato
cuente con experiencia previa en el mundo del trabajo industrial, lo central
es que el trabajador sea capaz de adaptarse de forma rápida al ritmo de
trabajo que se impone dentro de la empresa, siendo éste un ritmo que
exige e impone mucha presión, porque la empresa de clase mundial tiene
que cumplir con las exigencias y presiones que les imponen sus clientes.
Por lo tanto, al trabajador si no tiene experiencia previa, la empresa se
encarga de proporcionarle la capacitación, en donde se proyectan la histo-
ria, la filosofía, los objetivos y las metas de la empresa para que aquél vaya

El papel de los actores locales • 103


integrando los aspectos de la empresa y poco a poco los vaya haciendo
suyos; es decir, los objetivos y metas de la empresa tendrán que volverse
también los objetivos y las metas del propio trabajador.

Ingreso, evaluación y movilidad


laboral dentro de la empresa

Respecto a los mecanismos que utilizan las empresas para llevar a cabo el
reclutamiento del personal operario se dan con base en la difusión de con-
vocatorias en la prensa local, y también, a partir de los sindicatos locales.
También, para cubrir vacantes en el interior de la empresa, se da preferen-
cia al personal de la propia empresa, esta es la primera alternativa que
contemplan las empresas y consiste en buscar dentro de su personal ya
contratado a los que puedan ocupar las plazas en dado caso de que no se
encuentre el trabajador con el perfil deseado entonces se recurre a las
convocatorias externas, como es colocar anuncios en los diarios de circu-
lación local o recurrir a empresas especializadas en colocación de perso-
nal. También se comentó que una alternativa que les ha dado buenos re-
sultados es que los que ya están trabajando en la empresa al saber de que
hay vacantes puedan ellos mismos presentar-recomendar a algún familiar
o pariente para concursar por el trabajo. De igual forma, comentan que las
ferias de empleo no han resultado ser una buena opción para reclutar
operarios, estos ejercicios resultan ser más idóneos para buscar personal
con más capacitación y con ciertas especializaciones.
En el renglón de las evaluaciones, los responsables del área de Recur-
sos Humanos de las cuatro empresas señalaron que el personal operario
es objeto de constantes evaluaciones. Sobre este mismo aspecto, señalan
que las evaluaciones son las herramientas que utiliza la empresa para po-
der monitorear el desempeño de cada trabajador.23

23
 Un aspecto en el cual es enfático el gerente de Recursos Humanos de Draxelmaier es
que en el caso de las evaluaciones que ellos hacen del desempeño del personal se trata de
eliminar cualquier aspecto subjetivo de la misma; es decir, al trabajador se le ponen metas
fijas de productividad y calidad. Además se evalúa su desempeño para ver si es un trabajador
que no genera accidentes de trabajo, se le toma en cuenta su comportamiento dentro de la
empresa; es decir, que su actitud sea favorable y que tenga una buena relación con sus com-
pañeros de trabajo, también se evalúa que cuide las instalaciones.

104 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Las empresas denominan este proceso como una evaluación integral
y, según ellos, este ejercicio está enfocado a que el trabajador logre dentro
de la empresa un crecimiento no sólo de tipo económico, sino que también
el trabajador vaya desarrollando mejores actitudes para y hacia el trabajo.
Asimismo, buscan que estos valores trasciendan el espacio de la fábrica y
que el trabajador los aplique en su vida cotidiana. En general, las cuatro
empresas destacaron que la permanencia del trabajador se encuentra su-
jeta a que éste cumpla a cabalidad cada una de las exigencias que le son
impuestas. Una vez que se asegura la permanencia, el operario también
puede contar con la oportunidad de ir escalando categorías que le permi-
tan alcanzar una mejoría en su salario y en sus prestaciones.
Como ejemplo, en la empresa Remy Remanufacturing el trabajador
está sujeto a la capacitación periódica que se le ofrece a todo el personal;
sin embargo, el operario que quiera concursar por una plaza vacante de-
berá realizar lo que en el interior de la empresa se denomina como capa-
citación certificada. Se destaca que son pocos los casos de operarios que
han logrado alcanzar algún cargo de mayor responsabilidad o que han
llegado a ocupar algún cargo administrativo o de mando. Sin embargo, lo
más frecuente es que la movilidad de los operarios encuentre algunas limi-
tantes y sólo sea posible acceder a unos cuantos puestos o subir algunas
pocas categorías dentro de la empresa.

Condiciones y prestaciones de trabajo


en el interior de la empresa

Una vez que el trabajador ha sido oficialmente contratado por la empresa,


recibe un curso de introducción, en dicho curso se le ofrece información
general acerca de la historia o trayectoria de la empresa y se le capacita
acerca de las tareas que el operario estará desarrollando dentro de la em-
presa. Otro aspecto relevante es que las cuatro empresas ofrecen a sus
trabajadores servicio de transporte, desde sus colonias y comunidades de
origen hasta las instalaciones, y finalizada la jornada diaria los regresa a
sus lugares de procedencia.
En este sentido, se ha vuelto muy frecuente ver por diversas avenidas
de la ciudad a camiones recogiendo a los trabajadores para trasladarlos a

El papel de los actores locales • 105


sus respectivas empresas. Cada uno de éstos coloca en el parabrisas un
cartel en donde se puede leer el nombre de la empresa, además de que se
establece una ruta especial de recorrido y hay paradas en las cuales los
trabajadores esperan la llegada del respectivo camión. El servicio de trans-
porte es fundamental para los cientos de trabajadores que día con día se
trasladan desde distintas comunidades pertenecientes a los municipios
localizados en la periferia de la capital de San Luis Potosí a distancias que
van de los 45 a los 60 kilómetros de los principales parques industriales en
la capital.
El costo del transporte es cubierto por las empresas y eso, en realidad,
es un apoyo importante para los trabajadores, si se consideran sus percep-
ciones salariales. Además, el hecho de que la empresa ponga a disposición
del trabajador un servicio de traslado desde sus comunidades de origen
hasta las puertas de su empresa se hace con la finalidad de reducir el au-
sentismo y que el trabajador esté en su puesto de trabajo en los horarios
y turnos así establecidos por la empresa. Se comentó también que en las
empresas se organizan, bajo la supervisión de la empresa y la representa-
ción sindical, eventos de carácter social y deportivos con la finalidad de
integrar al trabajador con el resto de la comunidad laboral y buscar tam-
bién la integración y vinculación entre las familias de los trabajadores.
Asimismo, cada una de las empresas a través de los responsables de
Recursos Humanos destacó su interés por generar climas o ambientes
de trabajo adecuados para sus trabajadores; es decir, las empresas tra-
tan de que todos los espacios donde se labora sean espacios seguros, en
donde se presente la menor cantidad de accidentes de trabajo. Se busca
también que sean higiénicos; esto, desde su punto de vista, contribuye a
que el trabajador esté a gusto y pueda tener un mejor desempeño. Por
ejemplo, la empresa Edscha cada tres meses informa al trabajador sobre
diversos aspectos relacionados con el desempeño de la empresa; se le in-
forma al operario sobre aspectos relacionados con las ventas, sobre la
aceptación de los productos de la empresa por parte de sus principales
clientes, sobre metas que se logran cumplir, pero también se le informa
acerca de accidentes, de reclamos hechos por sus propios clientes; es de-
cir, a través de estos ejercicios la empresa busca que el trabajador no sólo
sea visto como alguien que únicamente está en la línea de producción, sino
que también está al tanto de lo que ocurre en el ámbito externo, sin lugar

106 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


a dudas, son aspectos que terminarán por tener impactos significativos
para la empresa y por consiguiente para él. Por lo tanto, el esfuerzo que
realiza el trabajador se pretende sea reconocido por parte de la empresa.24
El hecho de que al trabajador se le recompense con algún diploma o
algún souvenir de la propia empresa es para evitar situaciones de chantaje;
evitar que el trabajador haga las cosas bien y de forma correcta para que
se les reconozca con aumentos salariales o la entrega de algún bono sala-
rial extra. Se debe trabajar bien y de forma correcta siempre, porque eso
es lo que se espera de él. Particularmente en una visita realizada a la em-
presa Metalsa con un grupo de estudiantes se comentó que una de las
formas de la empresa para reconocer a los trabajadores que alcanzaban un
desempeño destacado era trasladarlos un fin de semana a la planta matriz
de la empresa, la cual se encuentra en la ciudad de Monterrey y en esa
misma visita se organizaba una comida, en la cual se tenía el privilegio de
comer con los directivos de la empresa.
Otra forma de recompensar el esfuerzo cotidiano del operario o de
cualquier otro trabajador consiste en autorizarle el uso del estacionamiento
techado de la empresa, el cual es utilizado fundamentalmente por los direc-
tivos; sin embargo, es también una forma, según los evaluadores de la em-
presa, de reconocer y valorar el esfuerzo de cualquier trabajador de la plan-
ta. Un aspecto que se logró percibir en las cuatro entrevistas es la política de
puertas abiertas que dicen mantener. Cualquier trabajador de la empresa,
sin importar su puesto o cargo, puede pasar directamente con los altos
mandos a presentar alguna queja o cualquier duda en relación con el pro-
ceso de producción. También tiene las puertas abiertas para que de mane-
ra individual o en forma de equipo presenten ideas o sugerencias para
hacer alguna modificación a alguna parte del proceso de producción. Se
destaca en las cuatro empresas el hecho de que se cuenta con las jerar-
quías estrictamente necesarias, y los funcionarios de Recursos Humanos
comentan que en el interior de las empresas no hay muchos jefes, los
24
 Por ejemplo, cuando llegué a una de las entrevistas pude observar en la recepción un
muro en el cual se encontraban reconocimientos entregados por las plantas matrices, además
de encontrarse las fotografías de los empleados del mes. En otra empresa, al momento de co-
mentar sobre este mismo aspecto, se señaló que los reconocimientos no se traducían en que
el trabajador recibiera un incremento en su salario o algo parecido, lo que se hacía en esas
ocasiones era hacerles entrega de algún diploma o de algún regalo, nada más. De esta manera
la empresa reconocía el esfuerzo y la dedicación de sus trabajadores. No sólo se reconoce el
trabajo individual, sino también el trabajo en equipo.

El papel de los actores locales • 107


mandos intermedios son mínimos, lo cual permite que el trabajador pueda
establecer un contacto estrecho y directo con los responsables de áreas
como producción o administración.

Conflictos con los trabajadores

Al cuestionar a los responsables del área de Recursos Humanos de las


cuatro empresas acerca de cuáles y de qué tipo eran los problemas o con-
flictos que cotidianamente enfrentaban las empresas con los trabajadores
operarios, se encontraron situaciones muy diversas. De entrada llama la
atención el hecho de que no se hiciera mención de la existencia de conflic-
to alguno entre las empresas con algún sindicato. Las notas periodísticas
que traten acerca de conflictos laborales entre las empresas del sector
automotriz con alguna representación sindical son prácticamente inexis-
tentes; es más, se percibe la existencia de un clima de paz y cordialidad
entre las partes. Incluso los entrevistados hablan de que no hay problemas
laborales serios que pongan en peligro el rumbo de las actividades produc-
tivas. Aunque en los últimos meses cobró importancia local el conflicto que
se generó a partir del despido de más de 200 trabajadores de una empresa
relacionada a la producción de envases de vidrio.
En la página electrónica del Gobierno uno de los aspectos que desta-
can para atraer la inversión extranjera al estado de San Luis Potosí es el
clima de paz laboral que se vive en la entidad, en donde los conflictos la-
borales son escasos. Por ejemplo, en la empresa Metalsa, los problemas a
los que ellos se enfrentan tienen que ver con que una parte importante de
sus trabajadores proviene de municipios aledaños a la capital. Esto ha
traído algunos contratiempos, ya que a pesar de que los trabajadores viven
cerca de la capital, los responsables de Recursos Humanos ven y conside-
ran a estos trabajadores como portadores de costumbres y esquemas de
gente de campo o de rancho. Ellos ven en esto algo problemático, ya que
las costumbres de los trabajadores de estos lugares se traducen en proble-
mas de ausentismo, y son argumentados por parte de los trabajadores por
su asistencia y participación en las fiestas locales patronales de sus comu-
nidades y las fiesta de carácter familiar. Los responsables del área de Re-
cursos Humanos hacen énfasis en que las costumbres de la gente de esos

108 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


lugares son muy diferente a las costumbres de la gente de la ciudad, a
pesar de que las distancias de un lugar a otro son muy reducidas, y lo que
ellos ven como problemático, es que esas “costumbres” tardan mucho
tiempo en romperse y que eso de alguna manera termina generando algu-
nos problemas para la empresa, como puede ser la rotación laboral.
No obstante, estas situaciones no son problemas que no puedan resol-
verse en el corto plazo; es decir, no ponen en peligro a las empresas. Sin
embargo, lo que éstas sí están contemplando es que en el mediano plazo
continuará el crecimiento de las empresas del sector manufacturero, y en
particular del sector automotriz, lo que provocará que el mercado de tra-
bajo entre las empresas se vuelva muy competido no sólo para los traba-
jadores operarios, sino también para el personal más capacitado.
Los responsables de Recursos Humanos comentan que con la llegada
de la armadora de la empresa General Motors a San Luis Potosí seguramen-
te se estará instalando en la capital o en los municipios aledaños un impor-
tante número de empresas proveedoras, las que seguramente demandarán
mano de obra de todo tipo. Por lo tanto, el reto que ellos avizoran en el me-
diano plazo, como resultado de la demanda, es que el costo de la mano de
obra tenderá a incrementarse, ya que las empresas tendrán que implemen-
tar alguna estrategia para retener a su personal, sobre todo al personal más
preparado y capacitado, y entre las estrategias seguramente estará la de
ofrecer salarios más altos y condiciones laborales más atractivas.
Como ejemplo, la empresa Remy tuvo que recorrer los límites de edad
para la contratación de nuevos trabajadores, si antes la edad era de 18
hasta 35 años, actualmente han tenido que incorporar a gente de más de
40 años, siempre y cuando sean personas que tenga muy buena condición
física y de salud para no poner en riesgo su presencia en la empresa. Otro
comentario fue relativo a lo difícil que se ha vuelto encontrar en la ciudad
a gente capacitada para otras áreas de trabajo más especializadas. Se co-
mentó respecto a la debilidad que hay en este sentido, y a la percepción de
que de muchas de las instituciones de enseñanza superior están egresan-
do estudiantes sin que tengan o respondan a las necesidades reales del
mercado de trabajo del sector automotriz.
La información que se presentó en este capítulo muestra el protagonis-
mo que han venido a desempeñar los actores locales, en este caso se ha
destacado el papel de las autoridades estatales, quienes aparecen como los

El papel de los actores locales • 109


principales promotores de las ventajas competitivas que ofrece el territorio
potosino a los capitales extranjeros; es decir, ha sido el gobierno estatal el
que ha asumido un papel mucho más protagónico en lo que se refiere a
dotación de infraestructura, lo cual permita la conexión de la entidad con
el exterior. Una entidad mejor comunicada tendrá mayores ventajas sobre
aquellas que carezcan de este elemento vital en la lógica del capital globa-
lizado. Además, el reto no sólo es para las autoridades, sino que también
la población trabajadora de la entidad se ha visto en la necesidad de adap-
tarse a la llegada de nuevos modelos de organizar el trabajo, nuevas mane-
ras de evaluar o capacitar al trabajador, nuevas rutinas y a su vez tendrá
que enfrentar y acostumbrarse a nuevas exigencias y formas de realizar
sus actividades. Todo esto trae como consecuencia que se generen deman-
das inéditas sobre un determinado tipo de mano de obra. Esto sin lugar a
dudas representa cambios en la manera en la que se lleva a cabo la repro-
ducción de la fuerza de trabajo.
Capítulo IV

Desarrollo y desigualdades regionales


y humanas en San Luis Potosí

México al igual que muchos otros países del mundo ha recibido en los últi-
mos tiempos una gran oleada de inversión extranjera directa, generando con
ello efectos de muy diversa índole. Una de las múltiples consecuencias de la
dinámica que ha sido impuesta por el capitalismo en su fase global es el pro-
tagonismo que han tenido algunas ciudades medias y regiones de ciertas
entidades del país, debido al reposicionamiento que han experimentado dado
que son ciudades y regiones que cuentan con mano de obra calificada para
el desempeño de determinadas actividades económicas y productivas. Se
cuenta también con acceso a insumos e infraestructura especializados y,
además, se han realizado las gestiones necesarias para el establecimiento de
vínculos con universidades y centros creadores de innovaciones tecnológi-
cas y se han dado facilidades para interconectarse en red con otras regiones
del país e incluso con otros países; como señala Estrada y Lavazée (2004), se
han vuelto territorios altamente expuestos al proceso de la globalización.
En este sentido, recientes investigaciones en contextos urbanos tanto
en América Latina como en Asia han reportado marcados contrastes entre
los beneficios y los rezagos en torno a la calidad de vida y el desarrollo
humano, lo cual ha contribuido a la generación de notorias desigualdades
entre países y, en el interior de éstos, marcadas desigualdades entre las re-
giones. Sin embargo, hay que destacar que estas desigualdades y brechas ya
existían con anterioridad, y se produjeron como resultado de la instauración
del propio modelo capitalista, el cual ha asumido a lo largo de la historia di-
versas fases o etapas. Sin embargo, en la actualidad dichas desigualdades y
brechas se han hecho ahora mucho más evidentes (Aguilar, 2004; Estrada
y Lavazée, 2004; 2007).

111
Para San Luis Potosí, esta experiencia de graves y marcadas desigual-
dades, en lo que respecta a la calidad de vida de los pobladores, presen-
ta casos que ejemplifican lo expuesto con anterioridad. Por ejemplo, por
un lado se encuentran espacios-territorios, como la ya mencionada área
metropolitana, que se ha destacado en los últimos años por el dinamis-
mo y el crecimiento económico. Esto se ha traducido en un crecimiento
sostenido en los niveles de empleo, lo cual ha permitido que cientos o
miles de familias puedan alcanzar importantes beneficios de diversa
índole, como: oportunidades de empleo, inversión en infraestructura en
comunicaciones, nuevas y mejores oportunidades de educación, mejo-
res servicios de salud, entre otros; es decir, en la región centro del es-
tado (que es el territorio en donde se ubica el área metropolitana) existe
una mejor calidad de vida, en comparación con lo que podríamos en-
contrar en el resto de las regiones del estado (Altiplano, Media y Huas-
teca), las cuales se caracterizan por enfrentar situaciones de atraso, con
muy pocas posibilidades para que la mayoría de la población pueda en
el mediano y largo plazo alcanzar una mejoría significativa en su calidad
de vida.
Esta situación pone sobre la mesa un aspecto importante: la existencia
de marcados desequilibrios regionales, mientras que la inversión extranje-
ra que ha llegado a la entidad ha privilegiado la zona centro del estado, el
resto de las regiones (Altiplano, Media y Huasteca) literalmente se han
mantenido marginadas de este proceso de integración a las dinámicas del
capitalismo global. Esta situación seguramente ha repercutido en el dete-
rioro en las condiciones de la calidad de vida de los habitantes de estas
regiones. Esto no hace más que poner en evidencia la tendencia de un
fuerte desequilibrio en las oportunidades de desarrollo económico, labora-
les y, por lo tanto, en las condiciones de vida que enfrenta la población en
otras regiones del estado, particularmente en donde podemos encontrar-
nos con una importante presencia de campesinos e indígenas, en compa-
ración con la población urbana.
En este sentido, a continuación se hace una revisión detallada del po-
tencial de desarrollo y crecimiento que se presenta en cada microrregión
del estado para detectar las brechas que se presentan entre cada una de
ellas y vislumbrar las alternativas que cada región tiene para alcanzar un
desarrollo y un crecimiento humano integral.

112 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Mapa 1
Distribución microrregional del estado

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional. Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.
El desarrollo en San Luis Potosí
desde sus regiones y microrregiones

Región Centro San Luis

En la región se distinguen dos escenarios; por un lado, la zona conurbada de


San Luis Potosí-Soledad de Graciano Sánchez, con un alto grado de desarro-
llo industrial, con una moderna infraestructura urbana, con medios y vías
de comunicación que la enlazan con los principales mercados y centros
urbanos del país. Por otro lado, las áreas rurales del resto de los munici-
pios de la región, cuya población se dedica a la producción y comercializa-
ción de productos agropecuarios como parte de la economía informal, y a
proveer de mano de obra no calificada a la industria. Es importante desta-
car que la región Centro genera, ella sola, 85 por ciento del valor bruto de
la producción manufacturera de todo el estado. Esta misma región concen-
tra la mayoría de las empresas manufactureras: 98 por ciento de las pro-
ductoras de químicos, derivados del petróleo y plásticos; 94 por ciento de
productos metálicos, maquinaria y equipo; el 80 por ciento de las produc-
toras de papel, imprentas y editoriales, y 62 por ciento de textiles, confec-
ción e industria del cuero.

Microrregión Centro San Luis


En esta microrregión se ubica la zona conurbada de la ciudad capital,
que presenta características de gran potencial. Es uno de los centros más
importantes de atracción para la inversión extranjera directa y tiene capa-
cidad para mantener niveles significativos de crecimiento económico. La
economía de la microrregión se sustenta fundamentalmente en los secto-
res de la industria manufacturera, así como en el comercio y los servicios.
Con menor dinamismo contribuyen la minería y, marginalmente, la produc-
ción agropecuaria. Cuenta además con una considerable infraestructura de
zonas y parques industriales con todos los servicios especializados que se
requieren, donde se ubica un número considerable de empresas manufac-
tureras exportadoras. Gran parte de las actividades del comercio y los
servicios se enfoca primordialmente al mercado de la región y existe un
alto potencial para el turismo de negocios, histórico y cultural, con gran
atractivo para los visitantes nacionales y extranjeros. En el resto de los

114 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Mapa 2
Municipios que conforman la Microrregión Centro San Luis

Microrregión
Centro

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

municipios predomina la agricultura de temporal, fundamentalmente de


productos básicos. En pequeñas áreas de riego se producen forrajes y
hortalizas que se destinan al mercado de la zona conurbada. La actividad
pecuaria está orientada a la producción de leche para procesamiento in-
dustrial en diversas plantas instaladas en la región.

Microrregión Centro Sur San Luis


En la microrregión Centro Sur se presenta una intensa dinámica urbano-
regional, enmarcada en el importante corredor de la carretera 57 que co-
munica a la zona conurbada de la capital con Querétaro y Guanajuato, y
con el corredor industrial del Bajío. En esta microrregión se destaca la
importancia de las actividades primarias. Se producen hortalizas y frutales

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 115


Mapa 3
Municipios que conforman la Microrregión Centro Sur San Luis

Microrregión
Centro Sur

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

en áreas de riego y forrajes asociados a la producción lechera. Las prin-


cipales artesanías de la microrregión son el rebozo y los artículos de
palma y madera. Existen sitios con atractivo para el turismo recreativo
que cuentan con instalaciones y servicios adecuados. La cabecera muni-
cipal de Villa de Reyes constituye el centro de mayor importancia econó-
mica de la microrregión por la localización de dos empresas altamente
generadoras de empleos y por la existencia de un parque industrial, en
proceso de desarrollo, que habrá de vincular esta parte del estado con el
corredor industrial del Bajío guanajuatense, a través de la autopista Silao-
San Felipe-Villa de Reyes, actualmente en construcción y que servirá para
entroncarse con la carretera 57.

116 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Región Altiplano

El altiplano potosino constituye, sin dudas, la región del estado que pre-
senta los mayores desafíos para lograr un desarrollo socioeconómico con
un carácter integral y sustentable en la entidad. En el amplio territorio del
altiplano potosino predomina un clima característico de las zonas semide-
sérticas, lo cual provoca una precipitación pluvial escasa y errática. En
términos territoriales, en esta región de la entidad predominan las localida-
des pequeñas y dispersas, con una población dinámica y en continua bús-
queda de oportunidades para su desarrollo, lo que se traduce en una
constante migración de población hacia algunas ciudades importantes de
la región o incluso a Estados Unidos. Sin embargo, el altiplano cuenta con
una importante infraestructura, que lo ubica como una región con poten-
cial para acelerar su desarrollo. Entre ese potencial destaca la siguiente
infraestructura: la carretera federal 57, columna vertebral del Tratado de
Libre Comercio, que une la ciudad de México con Estados Unidos y Canadá;
la supercarretera Cerritos-Rioverde; el eje San Luis Potosí-Zacatecas; y las
carreteras Matehuala-Dr. Arroyo y Matehuala-San Tiburcio, así como la vía
interestatal que une la carretera 57 con la de San Luis Potosí-Zacatecas.
En lo que se refiere a la actividad económica sobresalen algunas zonas
en donde la población sigue practicando la agricultura comercial de riego, la
cual está orientada a la producción principalmente de hortalizas y cultivos
básicos que contribuyen al abasto del mercado estatal y nacional. Respecto a
la ganadería, en esta microrregión predominan las especies menores, capri-
nas y ovinas, con sistemas de pastoreo extensivo, con un mercado regional.
Una actividad característica de la Región Altiplano es el aprovechamiento de
la fibra de ixtle de lechuguilla, a la que se dedican gran cantidad de campesi-
nos. En este sentido, el municipio de Matehuala está posicionado como el
segundo núcleo de desarrollo industrial del estado. En él municipio se han
instalado en los últimos años importantes empresas maquiladoras textiles e
industrias procesadoras de lácteos, así como un centro de acopio de produc-
tos agropecuarios y un centro de abasto con influencia en toda la región, in-
cluyendo localidades de los estados vecinos de Nuevo León y Zacatecas.
En esta misma región, la actividad minera es un rubro importante en la
economía regional y del estado. Cabe destacar la explotación de plata, oro, zinc
y mármol. Por otro lado, sobresale también el atractivo turístico de la región, el

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 117


cual está constituido fundamentalmente por los monumentos históricos, los
cuales se encuentran localizados principalmente en el municipio de Real de
Catorce; las reservas naturales protegidas; los sitios ceremoniales del grupo
étnico huichol o wirarika y las ex haciendas que se localizan en todo el territorio
del altiplano. Sin duda tal situación hace que estos recursos puedan ser utiliza-
dos para promover la actividad del turismo y que éste sirva como complemen-
to para la generación de empleos en esta región de la entidad potosina.

Microrregión Altiplano Oeste


La microrregión Altiplano Oeste se destaca por ser un territorio en
donde sus habitantes se dedican de forma preponderante a la agricultura,
siendo en su mayoría una agricultura de temporal, con una significativa

Mapa 4
Municipios que conforman la Microrregión Altiplano Oeste

Microrregión
Altiplano Oeste

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional. Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

118 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


producción de frijol y chile seco, que representan 68 y 60 por ciento de la
superficie total de los cultivos en el estado, respectivamente, y que consti-
tuyen la principal fuente de abasto para el mercado interno. Por otro lado,
la agricultura de riego se desarrolla en el área de El Barril-Los Hernández
con los mismos productos arriba señalados. La actividad pecuaria radica
en la práctica tradicional de la ganadería extensiva, donde destaca la pro-
ducción de ovinos, y representa 53 por ciento del inventario ganadero es-
tatal de esta especie.
La agroindustria de la microrregión está orientada a la producción de
quesos y productos cárnicos tradicionales, los cuales cuentan con una
gran demanda regional. Recientemente se han instalado varias empresas
maquiladoras de la industria textil y de autopartes, que constituyen una
importante e incipiente alternativa de empleo no agrícola. En la minería
destaca la explotación de sal con pequeñas unidades que abastecen la de-
manda local para ganado. Finalmente, es importante subrayar que en el
municipio de Villa de Ramos se realiza la extracción de mineral de plomo,
insumo importante para la industria refinadora nacional.

Microrregión Altiplano Centro


A diferencia de la microrregión Altiplano Oeste, en esta microrregión
la agrícultura de riego aparece como la actividad económica preponde-
rante, destacando el valle de Villa de Arista-Moctezuma-Venado. En este
territorio se cultiva 25 por ciento de la superficie total del estado dedica-
da a tomate rojo. También es significativa la producción de chile seco y
alfalfa, lo cual hace que ésta sea la zona forrajera de mayor importancia
del estado. Aunque hay que decir que en todos los municipios de la mi-
crorregión se desarrolla la agricultura de temporal en cultivos básicos, que
representan la principal fuente de ingresos de la población que ahí reside.
Como complemento de lo anterior, cabe señalar que en la microrregión
existe un gran potencial de explotación de agave para la producción de
destilados de mezcal. Además, la industria manufacturera de la microrre-
gión se caracteriza por la presencia de empresas maquiladoras en la ma-
yoría de las cabeceras municipales, cuyos principales productos son
textiles y autopartes. Existen también empresas manufactureras de los
ramos de alimentos, muebles y materiales para la construcción. En la
minería destaca la presencia de la empresa Industrial Minera México

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 119


Mapa 5
Municipios que conforman la Microrregión Altiplano Centro

Microrregión
Altiplano Centro

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional. Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

que es fuente de empleo e ingresos para una alta proporción de la pobla-


ción de Charcas.

Microrregión Altiplano Este


La actividad económica preponderante es la industria maquiladora
y de empresas dedicadas a la fabricación de alimentos y bebidas, así
como de microempresas sociales dedicadas a la fabricación de derivados
lácteos y embutidos. El papel de la agricultura se limita a las áreas de tem-
poral, aunque éstas se caracterizan por un alto índice de siniestralidad y
pequeñas áreas de riego productoras de chile, tomate y alfalfa. En la gana-
dería destaca la producción de caprinos para su comercialización en los
mercados del propio estado y de Nuevo León. Una gran cantidad de traba-

120 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


jadores del campo se dedica al tallado de fibra de lechuguilla, actividad que
complementa los ingresos de las familias de menores recursos. En la mi-
crorregión se produce 30 por ciento de esta fibra en el nivel nacional, y
operan diversos centros de acopio vinculados a un esquema de comercia-
lización internacional. Por otro lado, la actividad minera en el municipio de
Villa de la Paz representa otra actividad económica de importancia, con una
elevada producción de plata, oro y zinc para el mercado internacional.
En el municipio de Matehuala operan cantidad importante de empre-
sas manufactureras, la mayoría de ellas de pequeña escala, y la minoría de
mayor tamaño, cuya producción se encuentra orientada principalmente al
mercado extranjero. Estas últimas empresas ofrecen una cantidad impor-

Mapa 6
Municipios que conforman la Microrregión Altiplano Este

Microrregión
Altiplano Este

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 121


tante de empleos a la población regional. Operan además en toda la microrre-
gión diversas unidades de producción de derivados lácteos y cárnicos. Los
servicios turísticos de la microrregión se concentran en la ciudad de Mate-
huala y atienden al flujo de turismo de la carretera 57, esto se constata en
Real de Catorce, considerado un centro turístico con proyección nacional
e internacional.

Región Media

Esta región se especializa en la producción agrícola y los servicios. La acti-


vidad agropecuaria se sustenta en la disponibilidad de agua e infraestructu-
ra para el riego y suelos con alto potencial agrícola; en esto último destacan
las hortalizas, los cítricos, los forrajes y los granos básicos. La tecnología
utilizada permite una eficiencia productiva en estos cultivos. Los servicios
e infraestructura disponibles en la región, así como la existencia de áreas
naturales, ofrecen un potencial para el desarrollo del turismo de aventura.
El reto más importante para el desarrollo de la región radica en apro-
vechar su estratégica posición geográfica entre la carretera 57 y la 80,
Tampico-Barra de Navidad, para capitalizar los flujos comerciales prove-
nientes del puerto de Tampico hacia la frontera con Estados Unidos.

Microrregión Media Oeste


La producción agropecuaria de esta microrregión constituye el puntal
de su economía y un soporte fundamental para el abasto alimenticio del
estado. Destacan por su importancia la producción de los siguientes pro-
ductos: naranja, cacahuate, maíz, una gran variedad de hortalizas, frutas y
flor de Cempazúchitl, en Rioverde y Ciudad Fernández; el maíz y el sorgo
en Villa Juárez, Cerritos y San Ciro de Acosta; y la ganadería de doble pro-
pósito en San Nicolás Tolentino. La producción ganadera de la microrre-
gión impulsa la integración de cadenas de valor. La disponibilidad de forra-
jes y agua permite la crianza de bovinos de doble propósito, cuya leche y
carne se destinan al mercado de la región media. En el rubro de manufac-
turas destacan las empresas que industrializan alimentos y bebidas, y las
relacionadas con el ramo textil y de la confección. Por otro lado, las activi-
dades vinculadas al turismo tienen el potencial para fortalecer la economía
local. En diversos territorios se cuenta con sitios atractivos, de reconoci-

122 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Mapa 7
Municipios que conforman la Microrregión Media Oeste

Microrregión
Media Oeste

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

miento nacional e internacional, propios para actividades culturales, re-


creativas y de aventura, los cuales pueden dejar importantes ingresos para
la población.

Microrregión Media Este


Esta microrregión constituye el área de menor desarrollo relativo en
el estado. Cuenta con un relativo potencial pecuario, particularmente en el
municipio de Ciudad del Maíz, que tiene el mayor inventario de caprinos
en el estado y el segundo más grande en bovinos. La producción de leche
es la principal fuente de ingresos para los ganaderos, que canalizan sus
productos a un estrecho mercado local. En los municipios de Lagunillas,
Ciudad del Maíz y Cárdenas predominan cultivos básicos de temporal y en

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 123


Mapa 8
Municipios que conforman la Microrregión Media Este

Microrregión
Media Este

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional. Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

áreas reducidas de riego se cultiva naranja, alfalfa, sorgo y hortalizas. Exis-


te un gran potencial para la sábila, el chile piquín y el nopal, susceptibles de
industrializarse, así como la palma samandoca para tejidos artesanales. Las
artesanías tienen importancia económica para la población indígena de la
microrregión, por la posibilidad de complementar los ingresos de la agri-
cultura mediante la elaboración de artículos a base de palma, como ceste-
ría, petates y sombreros.

Región Huasteca

La Huasteca potosina es parte de la amplia región conformada también


por los vecinos estados de Veracruz, Hidalgo y Tamaulipas. Es una re-

124 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


gión que se caracteriza por sus marcados contrastes. Por un lado, exis-
ten grandes potencialidades que se derivan de la enorme riqueza de sus
recursos naturales, y por otro, sus agudos rezagos sociales. La Huaste-
ca constituye una de las regiones más complejas, social y productiva-
mente, del estado. El centro de convergencia de la economía regional es
Ciudad Valles, donde confluyen vías de comunicación, infraestructura y
servicios, y es el núcleo de desarrollo agroindustrial. Otro de los rasgos
característicos de la región es que ahí reside 94 por ciento del total de
la población indígena del estado, misma que se ubica en las zonas mon-
tañosas.

Microrregión Huasteca Norte


En esta microrregión se desarrolla una agricultura tecnificada dedicada
a la caña de azúcar, los granos básicos, la soya, y pastos y sorgo como sus-
tento de la actividad pecuaria. El desarrollo agroindustrial de la microrregión
se basa en el procesamiento de azúcar de caña, carne, leche, café y fru-
tas. La producción de azúcar que se genera en los cuatro ingenios locali-
zados en esta microrregión ocupa el tercer lugar nacional. De manera
complementaria, a lo anterior hay que destacar la ganadería, la cual se
explota extensivamente, con cierto grado de tecnificación, para la produc-
ción de leche y carne. El inventario de bovinos en la microrregión repre-
senta la cuarta parte del total del estado. Las ramas industriales del ce-
mento y plantas termoeléctricas van perfilando a la zona hacia un
esquema de desarrollo más dinámico y moderno.
Las cascadas de Tamasopo y las de Micos en Ciudad Valles, así como
importantes vestigios arqueológicos de la cultura Huasteca en las zo-
nas de El Consuelo y Tamtoc en Tamuín, representan oportunidades
para el desarrollo del turismo cultural y de aventura; aunque es impor-
tante mencionar que carecen de suficiente infraestructura, servicios y
estrategias para la promoción de estos recursos naturales e históricos.
Tres importantes ejes carreteros federales favorecen la comunicación
de la región y constituyen el enlace de la producción local con los mer-
cados estatales y externos: la carretera 58 México-Laredo, la 70 Tampi-
co-Barra de Navidad, y la 80 tramo El Huizache-Antiguo Morelos. Ade-
más, cuenta con un aeropuerto en Tamuín para el arribo de vuelos
nacionales.

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 125


Mapa 9
Municipios que conforman la Microrregión Huasteca Norte

Huasteca
Norte

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

Microrregión Huasteca Centro


Esta microrregión se distingue por la alta presencia de población indí-
gena téenek y una gran dispersión de sus asentamientos. En su territorio
se ubican cinco de los seis municipios con la más alta marginación del
estado. Sólo las cabeceras municipales de Tancanhuitz y Aquismón tienen
poco más de 2,500 habitantes y funcionan como los centros de intercambio
comercial y de servicios en el área. El perfil económico de esta microrre-
gión se caracteriza por el cultivo de cítricos, café, plantas de ornato y me-
dicinales, así como de especies forestales de alto valor comercial; predomi-
na la caña de azúcar, asociada a la producción de piloncillo. Para aprovechar
el potencial de los diversos sitios de interés turístico que existen en la re-
gión, se requiere infraestructura y servicios para que constituyan alterna-

126 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Mapa 10
Municipios que conforman la Microrregión Huasteca Centro

Huasteca
Centro

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

tivas viables de empleo productivo; por ello, es indispensable desarrollar


esquemas que propicien la asociación con los propietarios de los recursos
naturales y con los grupos sociales involucrados.

Microrregión Huasteca Sur


Las cabeceras municipales de Tamazunchale, Matlapa y Xilitla desta-
can por ser los principales centros proveedores de servicios comerciales y
de abasto de esta microrregión. Su cercanía con la carretera federal México-
Laredo permite una gran movilidad de personas y productos de la re-
gión. La cabecera municipal de Xilitla tiene acceso a la carretera federal
120 que la comunica con el estado de Querétaro. Las actividades económi-
cas agroindustriales que destacan en la microrregión son el café y, en

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 127


Mapa 11
Municipios que conforman la Microrregión Huasteca Centro

Microrregión
Huasteca Sur

Fuente: Programa de Desarrollo Microrregional, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006.

menor proporción, los cítricos, la caña de azúcar para piloncillo y la palmi-


lla como planta de ornato. Tamazunchale, Xilitla y Coxcatlán son los pro-
ductores más fuertes de café del estado, con un mercado regional y nacio-
nal. La microrregión cuenta con potencial para el desarrollo de la ganadería
extensiva para la producción de carne y leche, aunque no se cuenta con
opciones de transformación que le agreguen valor a los productos. La di-
námica de las actividades comerciales y de servicios es muy importante
para la economía de la región, lo que ha detonado el crecimiento de los
centros urbanos y ha sido un motor para el desarrollo de la agroindustria.
La abundancia de recursos naturales, así como la existencia de áreas na-
turales protegidas ofrecen una ventaja para el desarrollo del turismo eco-
lógico y de aventura.

128 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Cada una de las microrregiones que se han revisado y que conforman
la entidad presenta retos y oportunidades muy particulares, cada una de
ellas se ajusta a las particularidades socioculturales, humanas y geográfi-
cas de las propias microrregiones. Todos los elementos que aquí se han
revisado pueden ser sintetizados en los en los siguientes componentes:
integración empresarial, productividad del campo y aprovechamiento del
capital turístico. En este mismo sentido, se procederá a realizar una des-
cripción de cuáles son los retos y oportunidades que se presentan para
cada microrregión en los términos antes señalados.

Integración empresarial

Resulta innegable que las actuales condiciones macroeconómicas del país,


la apertura comercial, los constantes flujos de inversión extranjera, el esta-
blecimiento de nuevas empresas y la expansión de otras son aspectos que
han contribuido a la transformación que gradualmente ha experimentando
la estructura productiva de la entidad. Es un hecho que, en la actualidad, el
desarrollo económico del estado se orienta al aprovechamiento de las opor-
tunidades que se presentan en el contexto de la nueva economía y la diná-
mica de la globalización. Actualmente, existen varios factores clave que re-
presentan retos por superar en el estado y que inhiben el desarrollo
sustentable y el dinamismo de la economía estatal. Un ejemplo de lo ante-
rior se encuentra en la estructura productiva de la industria, la cual no está
integrada en cadenas de valor que generen sinergias locales o regionales.
La producción de la economía potosina se basa principalmente en el sector
industrial, el cual ha observado un incremento sostenido. Sin embargo,
esta actividad se ha concentrado casi de manera exclusiva en la ciudad ca-
pital, donde se ubica la mayoría de la población ocupada, de la producción
y de la inversión del sector, lo que da lugar a un marcado desequilibrio re-
gional. En este sentido, destacan por su importancia las siguientes ramas
del sector manufacturero: autopartes, productos electrodomésticos, indus-
tria básica del hierro y el acero, tejido y acabado de fibras blandas, cemento,
productos lácteos, así como maquinaria, equipo y accesorios eléctricos.
El establecimiento de nuevas industrias intensivas en capital con alto
desarrollo tecnológico, como es el caso de las ramas de electrónica y de

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 129


autopartes, permite que se intensifiquen las actividades con orientación
exportadora. Esto ha ocasionado que la productividad laboral en la indus-
tria de la entidad sea mayor que la nacional, lo que refleja un patrón de
alta inversión en activos tecnológicos. Sin embargo, encontramos relativa-
mente bajos niveles de remuneración por trabajador. El bajo costo de la
mano de obra es una de las bondades con las que el Gobierno del Estado
promociona a la entidad ante el inversionista extranjero. No obstante, rei-
tero, existe una escasa integración de cadenas productivas, debida a una
limitada articulación de las empresas locales con las de mayor dinamismo,
lo cual se refleja, a su vez, en una baja participación de los insumos locales
y nacionales en las diferentes ramas. Ello trae como consecuencia que
exista un lento crecimiento de las micro y pequeñas empresas debido a su
bajo desarrollo tecnológico, a la dificultad de acceder a financiamiento
competitivo, a su reducida diversificación de los sistemas de producción y
a una costosa y compleja regulación.

Productividad del campo

En los últimos años el sector agrícola ha presentado una marcada tendencia


decreciente en su participación en el producto interno bruto estatal, al igual que
en el nacional, debido fundamentalmente a la existencia de sistemas de produc-
ción obsoletos, falta de controles fitosanitarios, sistemas de comercialización
ineficientes y carencia de esquemas de organización de los productores y de
integración de procesos de transformación que agreguen valor a la producción
y desarrollen las vocaciones productivas de cada región de la entidad.
Actualmente, la actividad agropecuaria emplea a 29.3 por ciento de la
población ocupada del estado, la cual se encuentra en su mayoría en las
zonas rurales. La entidad cuenta con una superficie agrícola total de 682,382
hectáreas, de las cuales 84 por ciento corresponde a áreas de temporal con
baja productividad. En el estado existen 104 presas de almacenamiento de
agua y 30 presas derivadoras. Sin embargo, esta infraestructura resulta in-
suficiente ante la demanda para el desarrollo de las actividades agropecua-
rias. Esta situación ha obligado a que la fuerza laboral del campo emigre a
las zonas urbanas, donde se concentran las actividades industrial y comer-
cial, en busca de mejores oportunidades de empleo productivo e ingresos.

130 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Es fundamental que el desarrollo agropecuario y forestal del estado se
aborde con responsabilidad y compromiso, bajo el principio de sustentabi-
lidad, preservando y cuidando los recursos naturales tanto en el presente
como para las generaciones futuras. Es de la mayor importancia hacer lle-
gar la capacitación y la tecnología en dos vertientes: una orientada a poten-
ciar el nivel de productividad y competitividad del campo, y la otra a elevar
el nivel de vida e ingreso de la población ocupada en el sector agropecua-
rio, principalmente en los municipios con altos y muy altos niveles de
marginación, en donde actualmente la agricultura representa, más que una
actividad económica, una labor de subsistencia.

Aprovechamiento del capital turístico

La diversidad y riqueza de los recursos naturales con los que cuenta San
Luis Potosí significan una ventaja regional comparativa para el crecimiento
económico y el desarrollo sustentable. En este contexto, los sitios con
atractivo turístico representan un espacio para el desarrollo de actividades
productivas, que recientemente han registrado una dinámica de crecimien-
to sostenido, aunque limitado. La actividad turística en el estado ocupa actual-
mente 5,276 empleos directos y la derrama económica en el año 2002 alcan-
zó 1,317 millones de pesos. No obstante, el potencial turístico de la entidad
está limitado por una insuficiente inversión en infraestructura y servicios
básicos; una escasa integración de las empresas para ofrecer servicios con-
juntos; insuficiente promoción nacional e internacional y un incipiente
desarrollo de esta actividad en sus diferentes facetas.
El turismo es una gran oportunidad para el crecimiento de la economía
local, requiere trabajo coordinado entre las dependencias de gobierno y las
empresas del sector para consolidar mayores alternativas de desarrollo. Es
necesario que el patrimonio natural, histórico y cultural, se fortalezca con
infraestructura y servicios, en estricto apego a la normativa y las costum-
bres propias de cada una de las regiones. Disminuir las condiciones de
desventaja que tienen las empresas de servicios para el turismo es una
prioridad para fortalecer su integración y consolidar una red turística inte-
gral, caracterizada por una amplia gama de alternativas: negocios, cultura
y entretenimiento.

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 131


En general el panorama que se presenta para la entidad potosina es
enorme y complicado. El hecho de encontrar que una cantidad importante
de municipios no cuenta con una diversificación en su actividad económica
los coloca en una clara posición de desventaja frente a aquellos que sí
han logrado constituirse como territorios competitivos capaces de atraer
inversión, la cual se traduce en mejores oportunidades de empleo. Además,
estos mismos municipios han logrado verse beneficiados con importantes
obras en infraestructura educativa, de salud y de comunicaciones, principal-
mente inversión en el sector carretero, que posibilita la rápida circulación de
mercancías y de personas en la entidad y fuera de ella. No obstante, aún per-
sisten marcadas desigualdades regionales en el interior de la entidad y que al
parecer se han vuelto cada vez más significativas entre las regiones y por
supuesto entre la población de cada una de ellas (Programa de Desarrollo
Microrregional Centro, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006).

Informe sobre Desarrollo Humano San Luis Potosí 2005

El Informe sobre Desarrollo Humano San Luis Potosí 2005 es un documento


publicado en 2006 y, en él, se presentan una serie de datos que nos permiten
confrontar la información que se genera por otras instancias diferentes a la
administración pública y académica. De esta manera, es posible conocer más
a fondo las perspectivas del desarrollo humano que tienen cada uno de los
58 municipios de la entidad, para analizar el desempeño que han mostrado
diversos indicadores en la entidad potosina en los últimos años. En este sen-
tido, es un excelente diagnóstico para conocer de cerca cuáles han sido los
efectos de las políticas públicas a través de diferentes programas que se han
puesto en marcha y que buscan hacer frente a los problemas de rezago y de
desigualdad que se padecen en la entidad.

Algunas consideraciones teórico-metodológicas


del Informe sobre Desarrollo Humano San Luis Potosí 2005

Durante mucho tiempo se equiparó la noción de desarrollo con el concepto


de crecimiento económico. Sin embargo, desde 1990, el Programa de las Na-

132 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


ciones Unidas para el Desarrollo (pnud) ha promovido el concepto de desarro-
llo humano, definido como el proceso de ampliación de las posibilidades de
elección de los individuos; proceso que tiene como objetivo expandir la
gama de oportunidades abiertas a las personas para vivir una vida saluda-
ble y creativa; es decir, como precondición, las personas deben contar con
los medios adecuados para desenvolverse en su entorno social.
El pnud ha venido publicando desde 1990 un informe anual sobre
desarrollo humano que presenta la clasificación mundial de los países de
acuerdo con la medición del Índice de Desarrollo Humano (idh), siendo
éste un indicador que capta los avances de la sociedad en términos de edu-
cación, salud y acceso a recursos. Durante más de diez años, se han ela-
borado también de manera sistemática informes nacionales de desarrollo
humano, con el objetivo de analizar en detalle los patrones de desarro-
llo interno en los países. En este sentido, la adopción de esta práctica
por un gobierno estatal, en este caso el de San Luis Potosí, resulta ser
un ejercicio inédito en México y todavía poco común en el nivel interna-
cional (pnud, 2006).

San Luis Potosí en el contexto nacional

Durante la segunda mitad del siglo xx, el idh de San Luis Potosí se mostra-
ba por debajo del promedio nacional. El idh de la entidad era de 0.4248 en
1950 y aumentó hasta alcanzar 0.7876 en el año 2000, lo cual representó
un incremento de 85.4 por ciento durante el periodo analizado. En dicho
periodo, el idh de San Luis Potosí aumentó a un ritmo mayor que el pro-
medio nacional. Por ejemplo, para 1960 San Luis Potosí mostraba un idh
que era 7 por ciento más bajo que el promedio regional. Esta diferencia se
reduce de manera paulatina hasta alcanzar una diferencia de 2 por ciento
en el año 2000, el cual se mantiene hasta el año 2003. Sin embargo, entre
los años 2000 y 2003 el idh nacional se incrementó de 0.7883 a 0.7965, lo
que representa un aumento total de 1.0 por ciento. Por su parte, San Luis
Potosí experimentó un avance de 0.7633 en 2000 a 0.7748 en 2003, lo que
representa un crecimiento de 1.5 por ciento durante el mismo periodo. Es-
to implica que San Luis Potosí pasó del lugar 21 al lugar 20 en el ordena-
miento nacional en los años recientes. El Informe sobre Desarrollo Huma-

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 133


no México 2004 indica que un 16.75 por ciento de la brecha de desigualdad
nacional en el idh corresponde al indicador de salud de los municipios, 31.18
por ciento se debe al componente de educación y 52.07 por ciento al de in-
greso. Estas desigualdades, lamentablemente, son características de todas
las regiones del país, como se ha mostrado en los informes nacionales.
La contribución del estado de San Luis Potosí a la desigualdad en el idh
nacional es de 2 por ciento. En cuanto a la desigualdad en el índice de in-
greso, la contribución es 2 por ciento; en el índice de salud es 3 por ciento
y en el índice de educación es 1 por ciento. San Luis Potosí no se encuentra
entre los estados que más contribuyen a la desigualdad en el país. En lo que
respecta a la región Centro Occidente, la contribución de San Luis Potosí a
la desigualdad es mayor en el índice de ingreso (15 por ciento), seguida por
el índice de salud (12 por ciento) y el de educación (8 por ciento). En térmi-
nos de idh, su contribución es 17 por ciento. Con base en los resultados del
Informe los índices de desarrollo humano entre los 58 municipios que con-
forman la entidad quedaron en el siguiente orden (cuadro 8).
Como se observa, únicamente dos municipios del estado se encuen-
tran arriba de los 0.80 puntos; es decir, pueden considerarse como muni-
cipios de desarrollo humano alto para estándares internacionales. Éstos
son San Luis Potosí (0.8352) y Soledad de Graciano Sánchez (0.8043). Ma-
tehuala (0.7869), Ciudad Valles (0.7798) y Cerro de San Pedro (0.7790) se
encuentran cercanos al promedio nacional (0.7883). Si comparamos los
idh de los municipios con promedios estatales, el municipio de San Luis
Potosí se encuentra 9 por ciento por debajo del Distrito Federal, cuyo índi-
ce es el más alto del país.
El municipio de Soledad de Graciano Sánchez tiene un idh similar al
del estado de Querétaro. Ciudad Valles tiene un valor comparable a los
estados de México y Sinaloa. A pesar de que los municipios de menor de-
sarrollo humano en el estado son considerablemente pobres para estánda-
res nacionales e internacionales, la enorme heterogeneidad y los menores
niveles de desarrollo y desigualdad en otros estados hacen que ningún
municipio de San Luis Potosí se encuentre entre los 50 municipios de me-
nor desarrollo humano en México. Estos municipios, de grandes carencias
para cualquier estándar, pero que no se encuentran entre los 50 más reza-
gados del país, son Santa Catarina, Aquismón, San Martín Chalchicuautla,
Huehuetlán y Matlapa.

134 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Cuadro 8
Índices de Desarrollo Humano por municipios del estado de San Luis Potosí, 2005

Posición Municipio Índice de marginación

Municipios con Desarrollo Humano Alto


1 San Luis Potosí 0.838
2 Soledad de Graciano Sánchez 0.814
Municipios con Desarrollo Humano Medio Alto
3 Ciudad Valles 0.786
4 Matehuala 0.782
5 Cerro de San Pedro 0.767
6 Ébano 0.765
7 Villa de la Paz 0.759
8 Cárdenas 0.755
9 Taquín 0.753
10 Cerritos 0.752
11 Charcas 0.748
12 El Naranjo 0.747
13 Cedral 0.740
14 Rioverde 0.739
15 Ciudad Fernández 0.736
16 Villa de Reyes 0.728
17 Tanquían de Escobedo 0.724
18 Villa de Arriaga 0.718
19 Salinas 0.717
20 Villa Hidalgo 0.715
21 Mexquitic de Carmona 0.705
22 Tamasopo 0.705
23 Villa de Juárez 0.704
24 Santa María del Río 0.701
25 Venado 0.699
26 San Vicente Tancualayab 0.698
27 Axtla de Terrazas 0.696
28 San Ciro de Acosta 0.696
29 Zaragoza 0.696

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 135


Cuadro 8 (Continuación)

Posición Municipio Índice de marginación


30 Catorce 0.695
31 Tamazunchale 0.693
32 Ciudad del Maíz 0.690
33 Rayón 0.686
34 Vanegas 0.686
35 Tancanhuitz 0.684
36 Villa de Arista 0.679
37 Xilitla 0.675
38 Huehutlán 0.672
39 Ahualulco 0.669
40 Tierranueva 0.669
41 San Nicolás Tolentino 0.667
42 Santo Domingo 0.667
43 Guadalcázar 0.663
44 Tampacán 0.662
45 Tampamolón Corona 0.661
46 Coxcatlán 0.659
47 Tanlajás 0.659
48 Matlapa 0.656
49 San Antonio 0.656
50 Armadillo de los Infante 0.652
51 Moctezuma 0.652

Municipios con Desarrollo Humano Medio Bajo


52 Villa de Guadalupe 0.648
53 Alanquines 0.646
54 Villa de Ramos 0.645
55 San Martín Chalchicuautla 0.640
56 Lagunillas 0.636
57 Aquismón 0.628
58 Santa Catarina 0.552

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano, San Luis Potosí 2005, pnud, 2006.

136 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Es importante analizar las diferencias entre los puntos máximo y míni-
mo del idh, así como sus componentes, en el interior del estado. La dife-
rencia entre San Luis Potosí (0.8352), que es el municipio con mayor idh, y
Santa Catarina (0.5670), que es el de menor idh, es de 47.3 por ciento. La
diferencia, si se considera el componente de salud, es de 45.4 por ciento;
51.9 por ciento en el caso de la educación, y 49.6 por ciento para el ingreso.
Estas diferencias muestran que la distancia entre el municipio más avanza-
do y el más rezagado en cuanto a desarrollo humano es proporcionalmente
más grande en el interior del estado que entre los estados del país. Si se
observa el idh de los municipios con alta incidencia de población indígena
y se compara con los promedios estatal y nacional, se observa una brecha
importante, consistente con la correlación mostrada en el nivel nacional
entre bajo desarrollo humano y alta concentración de población indígena.
De la misma manera en que encontramos una desigualdad importante
cuando se considera la dimensión multicultural, cuando se construyen
indicadores de género pueden identificarse retos de gran importancia. Si
se revisan los indicadores, Índice de Desarrollo Humano relativo al Género
(idg) e Índice de Potenciación de Género (ipg), los contrastes en el interior del
estado son evidentes. En términos del idg, el municipio de San Luis Potosí
se encuentra por encima del promedio nacional, mientras que existen mu-
nicipios con niveles muy por debajo de dicho promedio, como es el caso de
Aquismón y Santa Catarina. En ipg el patrón se repite. En ambos casos, el
estado como un todo se encuentra por debajo del promedio nacional, lo que
muestra el reto adicional para el diseño de políticas públicas.

Salud para el desarrollo humano

La salud es un derecho y tiene, incuestionablemente, una importancia nor-


mativa. Además, estudios especializados muestran que los indicadores de
salud de una sociedad están vinculados con mayores tasas de crecimiento.
Adicionalmente a este afecto agregado sobre la eficiencia, indicadores de
salud temprana están vinculados con un mejor rendimiento escolar y una
mayor capacidad de generación de ingresos de los individuos, por lo que la
inversión en salud temprana es una forma de romper círculos viciosos in-
tergeneracionales de pobreza. Por todo ello, los Objetivos de Desarrollo del

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 137


Milenio (pdm) contienen indicadores de evaluación específicos relaciona-
dos con la salud, como reducción de la mortalidad infantil, reducción de la
mortalidad materna, eliminación de la desnutrición y erradicación de las
llamadas “enfermedades de la pobreza”.
En San Luis Potosí se han logrado avances importantes en los últimos
años. Se han reducido, por ejemplo, las muertes por diarrea y enfermeda-
des gastrointestinales. Existen, sin embargo, factores adicionales relaciona-
dos con la pobreza, como la falta de agua y saneamiento, y el material de
las viviendas, que están siendo atendidos para lograr aún mayores avances
en la reducción de muertes infantiles. Este esfuerzo debe intensificarse
debido a que la reducción al ritmo actual no es suficiente para alcanzar las
metas establecidas en los odm; además, el patrón regional de mortalidad
infantil es preocupante por su incidencia en las zonas más rezagadas.
En San Luis Potosí, la esperanza de vida total (hombres y mujeres) se
incrementó de 70.4 en 1990 a 73.5 en el año 2000 y a 74.95 en 2005. Lo
anterior refleja una ganancia de 4.4 años de vida durante un periodo de
quince años para toda la población. La diferencia entre la esperanza de vida
de hombres (72.5 años en 2005) y mujeres (77.4 años) es relativamente
mayor en San Luis Potosí que en otros estados de la República. En el nivel
nacional, la tasa bruta de mortalidad bajó de 5.1 a 4.5 muertes por 1,000
habitantes entre 1990 y 2001.
Como ejemplo, en la entidad potosina la tasa bajó de 5.1 a 4.3 muertes
por 1,000 habitantes en el mismo periodo. Esto representa una reducción
anual de 1.5 por ciento. Sin embargo, los niveles de mortalidad de San Luis
Potosí son todavía superiores al promedio nacional y regional. La tasa de
mortalidad materna se redujo de 6.2 muertes maternas por cada 10,000
nacimientos ocurridos en 1990 a 5.3 muertes maternas en 2002, pero se
incrementó durante los últimos años: 6.8 muertes por cada 10,000 naci-
mientos en 2004. Este fenómeno podría estar relacionado con una mejor
medición que resulta en tasas de mortalidad mayores o en factores coyun-
turales. En el rubro de mortalidad materna sigue estando uno de los retos
centrales de salud básica en el estado. Cabe señalar que la reducción de la
mortalidad materna es uno de los retos que México como país enfrenta y
en el que no se ha avanzado a un ritmo consistente con los odm.
La tasa de mortalidad infantil también se redujo de manera importante
en los últimos catorce años, al pasar de 23.3 muertes infantiles por cada

138 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


1,000 nacidos vivos en 1990 a 13.3 en 2004. Esto representa un descenso de
43 por ciento durante el periodo. Si esa tasa de reducción se mantiene, se
podrá alcanzar la meta de los odm, pero es fundamental tomar en cuenta
diferencias regionales en el interior del estado. Por ejemplo, las poblaciones
indígenas de la entidad viven en condiciones de pobreza y marginación que,
salvo excepciones, se traducen en serios problemas de atención a la salud.
Algunas comunidades indígenas tienen acceso limitado a vías de co-
municación y los servicios de segundo y tercer nivel generalmente no son
accesibles de manera inmediata. A pesar de los esfuerzos realizados para
hacer accesible a las comunidades indígenas los servicios de salud, en
particular en atención primaria, se observa que aún es necesario reforzar
las estrategias de prevención y atención en zonas específicas.
Finalmente, el patrón demográfico y socioeconómico del estado, como
el del país, conlleva la coexistencia de enfermedades consideradas típicas
de la pobreza con otras de mayor costo de tratamiento, como la diabetes y
la hipertensión. Esto hace que el estado deba incorporar a sus objetivos de
planeación indicadores específicos, similares a los odm, para enfermeda-
des no incluidas en los compromisos internacionales.

Educación y desarrollo humano

La educación promueve el desarrollo humano por dos vías: proporciona al


individuo los elementos para actuar con autonomía y aumenta las oportu-
nidades a su alcance para ejercerla. La libertad de las personas requiere la
formación de valores propios, pero también requiere la información y el
aprendizaje de habilidades que permitan desplegar las destrezas que se
valoran. En San Luis Potosí se enfrentan retos importantes en términos del
sistema educativo, retos vinculados con la cobertura en niveles medio-supe-
rior y la calidad del servicio en el sistema educativo en general. Desde el
punto de vista de la demanda, el factor demográfico afecta de manera impor-
tante la cobertura de servicios de educación debido al incremento de la de-
manda por el servicio educativo en distintos niveles ante cambios en la pirá-
mide poblacional.
El sector educativo en San Luis Potosí debe adaptar la estructura de su
sistema educativo a una previsible expansión de la educación media y supe-

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 139


rior, aun cuando todavía se presenten rezagos en lo que corresponde a la
educación preescolar y básica. En otro momento, debe mejorar la calidad
de la educación impartida. Para ello debe obtener información detallada de
las carencias en esta área y atender los problemas de reprobación registra-
dos. En tercer lugar, debe concentrar sus esfuerzos por mejorar la equidad
y pertinencia educativas en la atención de los grupos pobres, mujeres e
indígenas y considerar sus carencias particulares.
En términos de la calidad en la provisión del servicio, por ejemplo, las
pruebas nacionales de aprovechamiento en lectura y matemáticas realiza-
das por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (inee) para el ciclo
escolar 2002-2003 muestran que San Luis Potosí se ubica en la media na-
cional en los resultados de las evaluaciones aplicadas a los alumnos de
sexto de primaria y tercero de secundaria, donde ocupa los lugares 16 y 19
en el nivel nacional, respectivamente. En este sentido, se requiere hacer
un esfuerzo que trascienda la asignación de mayores recursos e incidir en
las distintas áreas que determinan la calidad escolar, entre las que desta-
can las siguientes:

• La preparación de los maestros y sus condiciones de trabajo.


• Las condiciones de vida de los alumnos y las características de sus
familias.
• La metodología educativa utilizada y los materiales didácticos dispo-
nibles.
• Las instalaciones, el mobiliario y al equipamiento de las escuelas.

Economía regional y desarrollo humano

El crecimiento y la dinámica de generación de recursos en el agregado son


una condición necesaria pero insuficiente, para la expansión de las capaci-
dades humanas en el estado. Por lo tanto, es importante entender las ven-
tajas comparativas y el patrón de desarrollo económico regional para inci-
dir en la dinámica de inversión y empleo, y en las condiciones de equidad
en San Luis Potosí. En el nivel de regiones productivas, la zona centro del
estado reúne aproximadamente 54 por ciento de los establecimientos ma-
nufactureros y 82 por ciento del personal ocupado en la manufactura (la

140 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


zona centro comprende quince municipios) y los 43 municipios restantes
del estado cuentan con poca infraestructura para la actividad económica. En
cuanto a la fuerza laboral en el sector no agropecuario, 46 por ciento del
personal ocupado se concentra en los micronegocios, 26.7 por ciento en las
empresas grandes, 5.5 por ciento aproximadamente en las empresas media-
nas, y en las pequeñas 10.5 por ciento del total del porcentaje que labora.
Al comparar indicadores de desempeño económico de San Luis Potosí
respecto al promedio nacional, se observa que de manera global San Luis
Potosí muestra un menor nivel de desempeño en los diferentes indicado-
res –como inversión, rentabilidad y remuneraciones– con excepción de la
productividad del capital. Esto último contrasta con la mejoría relativa en
su posición nacional cuando se considera un indicador agregado como el
Índice de Economía del Conocimiento (iec). Con base en este indicador,
San Luis Potosí ocupa el lugar 17 nacional, a diferencia del lugar 20 que
ocupa en desarrollo humano. Esto implica que San Luis Potosí cuenta con
oportunidades importantes de alcanzar niveles de dinámica económica
consistentes con su nivel de desarrollo humano relativo, a la vez que puede
enfocar acciones de atracción de inversión, mejoramiento de calidad educa-
tiva, continuar avances en mejoría regulatoria, de acceso a tecnologías de
telecomunicación y de redes de transporte en las zonas más rezagadas.

San Luis Potosí: reducción de la desigualdad


y ampliación de oportunidades como ejes
para una política de desarrollo humano

Como lo muestran los datos del referido informe, San Luis Potosí es un
estado que ocupa el lugar número 20 de 32 en el ordenamiento del Índice
de Desarrollo Humano en el país. Es, sin embargo, un estado cuya diná-
mica ha sido favorable en las últimas décadas y especialmente en los últi-
mos años. Si se considera un indicador que se vincula con acervos de
capacidades y potencial de atracción de inversión y generador de dinámi-
ca de desarrollo, como lo es el Índice de Economía del Conocimiento (iec),
San Luis Potosí se posiciona en el lugar 17 nacional. Así, hay un espacio
importante por utilizar y para generar círculos de crecimiento que permi-
tan una expansión de oportunidades. Esto último, sin embargo, no puede

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 141


conseguirse sin una reducción en los niveles de desigualdad regional y
entre grupos.
Es decir, se tiene que poner en marcha inversión en programas y
políticas encaminadas a promover el impulso al potencial del estado y que,
principalmente, estén enfocadas a los municipios en donde se encuentran
las zonas y los grupos con mayores rezagos. Fortalecer estos ejes tendrá
que derivar en un doble resultado: mayor crecimiento económico y menor
desigualdad regional. En este sentido, concretamente, los instrumentos en
manos del gobierno estatal y los gobiernos locales deberán enfatizar inver-
siones en dos ejes: infraestructura y acervos de capacidades locales. En
términos de infraestructura, se debe distinguir la infraestructura básica
(agua potable, sanidad, material de viviendas de los hogares), y la infraes-
tructura de transporte, eléctrica y telecomunicaciones. Esta inversión ter-
mina causando impactos positivos en las condiciones de vida específicas,
a la vez que elimina la segmentación de mercados, disminuye costos, atrae
inversión y reduce las barreras geográficas, las cuales terminan por provo-
car la desigualdad y la exclusión referidas con anterioridad.
No obstante la ausencia de proyectos de inversión y que contribuyan
a la generación de empleo y que esto permita retener a la población en sus
comunidades de origen, hay que destacar que actualmente existen pro-
gramas federales y estatales que apuntan a mejorar la calidad de vida en
otros sentidos. Por ejemplo, el Programa Oportunidades y sus componen-
tes de salud y educación; el Programa Arranque Parejo en la Vida; el Pro-
grama de Educación Inicial, y el Programa Piso Firme, entre otros. La
propuesta consiste en tomar esos elementos y sobre esta base construir
en el nivel local una intervención integral bajo los ejes propuestos, con
énfasis en la reducción de la desigualdad regional interna. Dados los patro-
nes mostrados en este capítulo, las intervenciones deben incorporar un
objetivo de reducción de la desigualdad regional en el interior del estado; es
decir, la reducción de la desigualdad como objetivo de política implica que
las características geográficas, la localización, la dispersión poblacional, la
importancia de la población indígena y los rezagos en logros de la población
femenina en la entidad deben ser incorporados en el diseño de políticas
públicas. Los aspectos arriba señalados deben ser elementos constituti-
vos y retos específicos a ser abordados por la estrategia de desarrollo
humano en el estado. Esto se logrará mediante políticas activas de redis-

142 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


tribución y eliminación de factores institucionales que perpetúan históri-
camente la exclusión. En este sentido, la ampliación de oportunidades y
la reducción de la desigualdad son objetivos que deben retroalimentarse
en vez de contraponerse. Esto es especialmente válido en una economía
estatal que parte de niveles de desigualdad altos y con potencial econó-
mico no explotado.

Nuevas dinámicas sociodemográficas en el estado

Todo lo comentado anteriormente respecto a las nuevas vocaciones de


desarrollo y oportunidades, así como los rezagos que enfrentan y padecen
cotidianamente algunas regiones y los propios municipios que las confor-
man, ha traído como consecuencia que se generen dentro y fuera de la
entidad importantes movimientos de población, lo que a su vez trae como
consecuencia nuevos retos para la planeación de las actividades cotidianas
de todos los actores involucrados en la instrumentación de medidas enca-
minadas a atender cada una de las necesidades de la población.
En este sentido, los datos del último conteo de población realizado por
inegi en 2005 reportaban que la región centro del estado contaba con un
total de 1’068,826 habitantes, de los cuales 87.6 por ciento residían en áreas
urbanas y 12.4 por ciento restante se localizaba en áreas rurales. Es preci-
samente en esta región en donde se localiza la zona conurbada San Luis-
Soledad, la cual es considerada como el conglomerado urbano más impor-
tante del estado, sumando entre ambos municipios la cantidad de 901,902
habitantes, lo que representa 37.4 por ciento de la población de todo el esta-
do. Además, esta zona conurbada registró un incremento significativo de
su población en el periodo 2000-2005 al incrementarse en 56,726 personas
en San Luis Potosí y 46,394 en Soledad; es decir, tan sólo en cinco años se
observó un incremento de 103,120 personas, lo que equivale a haber in-
corporado al conglomerado urbano la población de ciudades como Riover-
de, Ciudad Fernández y Ébano, o bien haber agregado la población comple-
ta de los municipios de Matehuala y Cedral.
Las mismas estadísticas señalan que de forma paralela al incremento
poblacional observado en la zona conurbada del estado se ha experimen-
tado en años recientes una intensa corriente migratoria proveniente del

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 143


medio rural hacia las cabeceras municipales y sobre todo hacia la zona
conurbada. Los datos muestran una significativa disminución en el núme-
ro de localidades rurales al redistribuirse la población en 854 localidades;
es decir, un saldo de 27 localidades menos que las registradas en el año
2000 (881).
La población rural total que emigró fue cercana a las 24,000 personas.
La mayoría procede de las localidades del municipio de San Luis Potosí
(9,360 personas), de Ahualulco (5,437) y de Soledad (2,387). El conglome-
rado urbano absorbió casi todo el éxodo rural en tanto que las cabeceras
de los municipios pequeños de la microrregión apenas mantuvieron su
crecimiento natural. Municipios como Cerro de San Pedro, Armadillo y
Ahualulco perdieron población urbana y rural ante la debilidad de su eco-
nomía y la falta de oportunidades de desarrollo.
En el caso de Soledad la dinámica de su crecimiento se debe a la oferta
habitacional de bajo costo que atrae la residencia de la población que se
ocupa fundamentalmente en las zonas industriales en la vecina ciudad capi-
tal San Luis Potosí. Su crecimiento es horizontal y se ha fortalecido con el
desarrollo del comercio y los servicios, y las oportunidades para el empleo
informal. En esta misma dinámica del reacomodo de la población en el nivel
regional se tiene que dos municipios se despoblaron y tienden a desapare-
cer: Cerro de San Pedro y Armadillo de los Infante. Ahualulco sigue esta
ruta al haber perdido en el último quinquenio 10 por ciento de su población
total. En síntesis, se puede decir que la región de San Luis aparece como la
única región potosina lo suficientemente atractiva como para desencadenar
un proceso consistente de inmigración hacia ella (Programa de Desarrollo
Microrregional Centro, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2006).

Proyecciones demográficas hacia 2010

De continuar así las cosas, los contrastes que ya han sido señalados a lo
largo de la anterior exposición de cifras, se agudizarán aún más. De acuer-
do con las proyecciones para el año 2010 la población del estado será de
poco más de 3 millones de habitantes (3’156,360), los cuales estarán distri-
buidos de manera muy desigual, y lo singular será que tres regiones poto-
sinas verán reducidos sus porcentajes de participación en la población

144 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


estatal. Como ejemplo, la región del altiplano bajaría de 14.08 a 12.24 por
ciento. La región media pasaría de concentrar 13.18 a 8.59 por ciento es
decir, 4.59 por ciento menos que en 1995. La caída más drástica se daría
en la región de la Huasteca, que vería reducida su participación en alrede-
dor de 5 puntos (5.19 por ciento) al bajar de 28.46 a 23.27 por ciento del
total estatal.
Es decir, para 2010, la región centro de San Luis concentraría a más de
la mitad de la población estatal, al pasar de 44.26 a 56.32 por ciento. No sólo
eso, el municipio de la capital del estado habrá rebasado el millón de habi-
tantes (1’229,900) y el vecino de Soledad tendrá más de un cuarto de millón
de personas (276,032). De esta forma, será una zona metropolitana en
donde se concentrará 84.72 por ciento de la población de la región Centro
y 47.7 por ciento de la población del estado.
Mientras tanto, en la región de la Huasteca se estima que el munici-
pio de Ciudad Valles tendrá una población de 201,160 habitantes y los
municipios de Matehuala, en el Altiplano y Rioverde, en la zona media,
estarán acercándose a los 100,000 habitantes (99,488 y 98,290), respec-
tivamente. De hecho, éstos son los municipios más urbanizados de cada
una de las regiones, y reducirán su participación en términos de la po-
blación estatal: Ciudad Valles, de 6.51 por ciento en 1995 pasará a 6.37
por ciento en 2010; Matehuala, de 3.45 a 3.15 por ciento y Rioverde de
4.06 a 3.11 por ciento.
Estas estimaciones ponen a la luz la tendencia a un fuerte desequilibrio
de la población en términos regionales y urbanos. Por una parte, se verá la
concentración de población en una sola región y, dentro de ella, en apenas
dos municipios, mismos que ya registran fuertes incrementos demográficos.
Por otro lado, se observa el estancamiento relativo de las demás regiones y
de las poblaciones urbanas tradicionales de la entidad, sin que se perciban
señales de crecimiento en sus poblaciones (Durand, Arias y Peña, 1999).

Migración internacional

La falta de oportunidades económicas en la entidad ha sido un factor que


ha motivado que miles de potosinos decidan migrar a Estados Unidos, a
pesar de los riesgos que este proceso conlleva para sí mismos y sus fami-

Desarrollo y desigualdades regionales y humanas • 145


lias. La migración de los potosinos a Estados Unidos es un fenómeno con
larga tradición histórica, que además presenta un carácter estructural. Di-
versos factores influyen: la vecindad geográfica, las complejas redes socia-
les y familiares, la gran dependencia económica local y las relaciones de
intercambio, hacen inevitables los desplazamientos de importantes seg-
mentos de la fuerza de trabajo para incorporarse al mercado laboral del
vecino país.
La presencia y la experiencia migratoria de potosinos en territorio es-
tadounidense no es un fenómeno de reciente creación; tiene una larga
historia, la cual se remonta a más allá de las crisis de fin de sexenio y tras-
ciende, también, los efectos que ha traído al campo mexicano y en particu-
lar al campo potosino la apertura de las fronteras para la libre circulación
de productos del campo entre los países miembros del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (tlcan). Incluso muchas décadas antes de
que el gobierno mexicano y el gobierno estadounidense pusieran en mar-
cha el Programa Bracero (1942-1964), una gran cantidad de potosinos ha-
bían hecho de la migración a Estados Unidos, una parte fundamental en la
vida de sus comunidades, así como de su existencia cotidiana. Era la ma-
nera mediante la cual se lograba afianzar el recurso para asegurar la vida
de los que se quedaban; es decir, ganar en dólares en Estados Unidos y
gastarlo en pesos en suelo mexicano (Montoya, 2006).
Para el año 2000, la población del estado de San Luis Potosí registró un
saldo migratorio negativo, resultado de que 26 por ciento de los potosinos de
nacimiento emigran, mientras que sólo 10 por ciento de los residentes en San
Luis Potosí habían nacido en otra entidad. San Luis Potosí pierde alrededor
de 16,000 personas al año por esta causa. Algunas estimaciones realizadas
por el Gobierno del Estado, señalaban que en el año 2000, de los 9.5 millones
de connacionales residentes en Estados Unidos, poco más de 368,000 eran
originarios de este estado (Plan Estatal de Desarrollo 2003-2009).
No obstante los resultados positivos que ha arrojado la inversión ex-
tranjera en la entidad –resultados que se evidencian en un crecimiento de
la actividad económica de la entidad por encima del nivel de crecimiento
de la economía nacional y bajos niveles de desempleo–, esto por sí mismo
no ha sido suficiente para poder hacer frente a los problemas de pobreza y
de marginación que se siguen haciendo presentes en la entidad. En efecto,
ésta enfrenta el problema de un desarrollo regional sumamente desigual.

146 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


Por un lado aparece una pequeña región altamente industrializada y con
un Índice de Desarrollo Humano similar a la de otras grandes ciudades del
país. Sin embargo, en la misma entidad se encuentran regiones que siguen
enfrentando el problema de la pobreza y el de la falta de oportunidades de
trabajo. Probablemente se han aminorado algunos problemas a partir de la
puesta en marcha de programas sociales; es decir, hay más comunidades
que cuentan con agua potable, luz, teléfono, clínicas de salud, pero siguen
siendo comunidades en donde hay pocas oportunidades para generar nue-
vos y mejores empleos. En este mismo sentido se entienden las dinámicas
de movilidad en el interior de la entidad y fuera de ella. Encontramos en la
entidad los mismos problemas que se enfrentan y se padecen en el ámbito
global y en el ámbito nacional, es decir, una minoría con grandes beneficios
y una gran mayoría excluida y marginada de los beneficios de la moderni-
dad y de la economía globalizada.
Conclusiones generales

¿Qué ha pasado en el territorio y en el seno de la sociedad potosina a raíz


de su involucramiento en las dinámicas globalizadoras de la economía
durante los últimos años?
A partir de lo que se ha presentado en este libro, podemos destacar
que la inversión extranjera se ha vuelto una acompañante fundamental en
la nueva estrategia de los capitales y de las empresas globales, así como se
experimentó siglos atrás, cuando muchas regiones del mundo fueron in-
corporadas a un nuevo orden económico. Hoy, esas mismas regiones y
localidades pasan por importantes procesos de ajuste, resultado de la in-
corporación o reintegración a las dinámicas del capitalismo; siendo estas
regiones y sus localidades receptoras de diversas inversiones extranjeras,
donde se han incorporado novedosas tecnologías y nuevas formas de or-
ganizar el trabajo dentro de las empresas y a la vez se experimenta una
importante reorganización de los mercados de trabajo locales.
En este sentido, el fenómeno de la inversión extranjera en San Luis
Potosí tiene una larga historia, como quedó registrado en este trabajo, sólo
que durante el siglo xix y principios del xx su participación se dio alrededor
de la minería. Hoy, bajo la influencia del nuevo modelo, y ya con la posibi-
lidad de contar con acuerdos de libre comercio, se han dado las condicio-
nes para que esos espacios que estuvieron vacíos durante largas décadas
sean ocupados por inversiones extranjeras, y sobre todo, que de nueva
cuenta sean inversiones predominantemente de origen estadounidense.
Así, como sucedió a finales del siglo xix, en la actualidad esta inversión ha
representado cambios en la manera en la cual se lleva a cabo la reproduc-
ción de la fuerza de trabajo local. El análisis de la historia reciente del

149
proceso de industrialización por el que ha atravesado la región Centro del
estado de San Luis Potosí nos mostró cómo dicho fenómeno va de la mano
de los tiempos y ritmos que le imprimen los capitales extranjeros, y en esta
etapa es importante hacer notar que el dinamismo del modelo capitalista
descansa sobre empresas manufactureras, en donde el sector automo-
triz desempeña un importante papel. Durante las últimas dos décadas he-
mos sido testigos de la conformación de nuevos complejos automotrices en
varias entidades del país. En este sentido, resulta bastante significativo des-
tacar que han sido empresas vinculadas a los sectores de alta tecnología y
las más competitivas en el nivel global, como son empresas del sector auto-
motriz, las que se han venido a instalar a San Luis Potosí. Ejemplo de ello es
el importante número de empresas de autopartes y la armadora de la em-
presa General Motors que se construyó en un municipio cercano a la ciudad
capital, con una inversión inicial de 650 millones de dólares, en la cual se
pretende producir 30 vehículos por hora. Este nuevo proyecto intenta gene-
rar entre 1,800 y 2,300 empleos directos y más de 50,000 indirectos, lo cual
seguramente generará y está ya generando, consecuencias en diversos ám-
bitos de la vida laboral, económica y tecnológica de la comunidad.
También resulta significativo destacar que la inversión en la entidad
aparece y toma un rostro mayoritariamente extranjero y primordialmente
estadounidense (como en tiempos pasados), lo cual hace que los rumbos
y los destinos de estas empresas y de sus trabajadores locales se encuen-
tren indiscutiblemente unidos a los vaivenes de las matrices de estas em-
presas y a la economía de nuestro vecino del Norte. Además, las nuevas
empresas han hecho que los trabajadores se vean en la necesidad de adop-
tar nuevas estrategias y nuevas dinámicas de trabajo, las que privilegian
valores como: la eficacia, la rapidez, la velocidad, el control y por último
privilegiar la cuantificación de lo que se hace o lo que produce. Todo ello en
un clima de “armonía” y de bienestar para la empresa y el trabajador, pero
en los hechos parece que lo que sucede es algo totalmente diferente.
En este trabajo se ha destacado que los capitales buscan los “mejores”
territorios, en cualquier parte del mundo, en donde puedan establecer sus
nuevas y modernas plantas con las mejores condiciones posibles. Entre
estas mejores condiciones me refiero a los apoyos en infraestructura y a
otros rubros ofrecidos por las agencias públicas estatales o municipales,
así como los bajos salarios que se pagan a los nuevos trabajadores; es

150 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


decir, los capitales globales buscan maximizar sus ingresos, pero redu-
ciendo de manera significativa sus costos. Ante esta situación el estado de
San Luis Potosí, o al menos algunos de sus municipios, son territorios en
donde el capital global busca crear alternativas de producción que le per-
mitan resolver de forma temporal sus propias crisis.
De nueva cuenta la empresa General Motors es sin lugar a dudas un
ejemplo bastante ilustrativo de esta situación. En este sentido, la apertura
de una nueva planta armadora en territorio potosino debe entenderse como
una estrategia de la empresa para seguir haciendo frente a la competencia
de las empresas asiáticas, las cuales le han arrebatado una parte significati-
va del mercado estadounidense. En ese tenor, la estrategia de General Mo-
tors es reposicionarse en el mercado mexicano, en el cual los autos compac-
tos que esta empresa produce han ganado una presencia significativa entre
el consumidor nacional. De esta manera también, para la empresa el nuevo
destino de la planta armadora y el destino de la producción representan un
cambio estratégico que le permitirá hacer frente a los embates y al auge que
han tenido las empresas orientales en el mercado estadounidense.
En un contexto marcado por la competencia de los mercados globales por
parte de las empresas productoras de automóviles, algunos municipios y
localidades de la región centro del estado se han convertido en territorios
libres de trabas arancelarias, libres de fronteras territoriales y libres de
trabas burocráticas, y se han transformado en territorios que permiten a
las empresas que ahí se establecen satisfacer al mercado con productos y
mercancías que cumplen los estándares más altos de calidad. Además, al
establecerse en estos lugares las empresas han contribuido a reducir los
costos de producción y lo que se produce en esta parte del país puede
moverse y ser entregado justo a tiempo en cualquier otra parte del mundo.
En este sentido, territorios como el de la región centro o el área metropo-
litana de la capital han resultado ser espacios expuestos a la globalización,
contribuyendo con ello a diversos cambios y ajustes para el resto de los
actores locales de la sociedad.
Resulta relevante ver cómo estos espacios están empezando a funcio-
nar como los nuevos motores de la economía nacional-global. En esta lógi-
ca, algunas empresas han buscado relocalizarse hacia centros urbanos
secundarios o a zonas de menor densidad (pero con mano de obra barata)
en pequeños pueblos o áreas rurales. Aunque este proceso no está exento

Conclusiones generales • 151


de generar conflictos o desventajas, ya que algunos espacios se verán más
favorecidos que otros al momento de recibir inversión, esta situación re-
produce la relación centro-periferia en las principales regiones urbanas de
los países en desarrollo. Es evidente que hay una clara tendencia a que se
produzca una concentración de inversión extranjera en pocos centros ur-
banos y espacios subregionales, lo cual representa un desigual desarrollo
territorial, lo que favorece a los espacios industriales que ya eran impor-
tantes, pero que además propiciaron el resurgimiento económico de algu-
nos pocos lugares que tienen condiciones favorables en términos de siste-
mas de transporte y comunicaciones, infraestructura y servicios básicos
y/o especializados como escuelas, hospitales, etcétera. Asimismo, este
proceso ha conducido al auge, pero también a la decadencia de muchos
sectores productivos localizados en diversas regiones del país y del plane-
ta. Por lo tanto, muestra rasgos que permiten visualizar posibles agrava-
mientos en las desigualdades territoriales y socioeconómicas en el interior
de estas regiones y sus respectivas localidades.
En este sentido, la inversión de capitales extranjeros se ha traducido
también en un importante generador de cambios significativos en la fisono-
mía de muchos de sus espacios y en muchas de las dinámicas y actividades
cotidianas de la población. El aire multinacional o global se percibe en to-
dos lados y de muy diversas formas, un ejemplo de lo anterior ha sido el
rápido crecimiento que han registrado los diferentes parques industriales
que se encuentran localizados a las orillas de la supercarretera 57 (conocida
como la carretera del Libre Comercio, ya que es la vía de entrada terrestre
al sur de Estados Unidos) y que han marcado con ello el crecimiento de la
zona industrial. Algo característico en estos parques es la presencia de tra-
bajadores que provienen de diferentes lugares, no sólo de la entidad, sino
de diversas regiones del mundo; normalmente estos últimos son trabaja-
dores especializados que vienen a capacitar a la mano de obra local. Tam-
bién un elemento de la vida cotidiana es el ir y venir del ferrocarril cargado
de contenedores con materias primas para las empresas o cargados de las
mercancías ya manufacturadas, las que son trasladadas fundamentalmen-
te a la frontera norte y también a los principales puertos marítimos del país
y a otras ciudades de importancia regional. Las propias empresas distin-
guen los orígenes de sus capitales y es posible ver las banderas de los
países de donde provienen los capitales invertidos en la entidad.

152 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


El dinamismo de las zonas industriales de la ciudad se percibe todos
los días, pero de manera primordial durante las primeras horas de la ma-
ñana y por la tarde noche, cuando las arterias viales que conducen a esta
parte de la ciudad se ven saturadas por el tráfico ocasionado por el ir y
venir de automóviles particulares, autobuses de distintas rutas, motocicle-
tas y bicicletas; es decir, todo aquello que le permita a los trabajadores
llegar y salir de sus respectivos centros de trabajo. En este ir y venir, se
destaca la presencia de una gran cantidad de camiones especializados en
el transporte de personal, los cuales transitan por avenidas de la ciudad
que conducen a los principales parques industriales de ésta. Además, si uno
se traslada a algunos de los municipios y localidades de la periferia de la
misma ciudad (a distancias de aproximadamente 45 y 60 kilómetros), por
ejemplo los municipios de Santa María del Río, Villa de Reyes y Villa de
Zaragoza, podrá encontrarse a esos mismos camiones recorriendo las ca-
lles y avenidas de estos municipios con el mismo objetivo de los que tran-
sitan por la ciudad; es decir, trasladar de manera puntual a cientos de
personas a sus lugares de trabajo y por la tarde noche llevarlos de regreso
a sus localidades de origen.
Otro aspecto significativo que se encuentra relacionado con este pro-
ceso es la industrialización en espacios rurales, que trata de aprovechar
mano de obra barata y la presencia de infraestructura relativamente de
buena calidad por su cercanía a zonas urbanas importantes. Los ejemplos
que se presentan en la investigación hacen referencia a áreas cercanas a
las periferias metropolitanas que aparecen como extensiones de estas úl-
timas y que representan un amplío número; y aquellas localizaciones ru-
rales lejanas a las principales ciudades, en áreas de difícil acceso y de muy
baja productividad agrícola. Incluso, en muchas de estas áreas los gobier-
nos estatales han formulado políticas para atraer capital industrial para el
establecimiento de plantas manufactureras y sobre todo maquiladoras.
En este mismo sentido, la frontera entre la ciudad y el campo se ha
vuelto sumamente tenue y frágil. De manera que es importante destacar
que en muchos de los municipios aledaños a la capital del estado siguen
siendo relevantes los espacios rurales, en donde aún una parte considera-
ble de la población sigue dedicándose tanto a la producción y comerciali-
zación de productos agropecuarios como parte de la economía familiar. Sin
embargo, en los últimos años estos municipios se han convertido en im-

Conclusiones generales • 153


portantes áreas que proveen de mano de obra a las nuevas empresas.
Este movimiento constante de trabajadores que se trasladan desde las di-
versas colonias de la capital, así como todos aquellos que provienen de los
municipios cercanos en donde se práctica todavía la agricultura, es un
rasgo particular de los tiempos actuales, y caracteriza la forma y el estilo
de vida de miles de pobladores de la región.
Se puede señalar que la llegada de empresas ha venido a representar la
llegada de nuevos modelos de organizar el trabajo, maneras de evaluar o
capacitar al trabajador, así como nuevas rutinas. Desde esta lógica el tra-
bajador ha tenido que enfrentarse y acostumbrarse a nuevas exigencias y
distintas formas de realizar sus actividades. Todo esto trae como conse-
cuencia que se produzcan demandas sobre un determinado tipo de mano
de obra. Esto sin lugar a dudas ha implicado cambios en la manera en la
cual se lleva a cabo la reproducción de la fuerza de trabajo.
Por su parte, los territorios también se ven alterados y experimentan
diversos cambios en sus paisajes y en su infraestructura. En relación con
la alteración de los territorios, vemos cómo enormes extensiones del
agreste paisaje potosino, territorio que antiguamente constituyó los domi-
nios de chichimecas y posteriormente de grandes y productivas haciendas,
han dado paso en años recientes a la construcción de modernos y eficien-
tes parques industriales, espacios que albergan a un número importante
de empresas de los más diversos rubros (aunque en los últimos años ha
habido un incremento notable de empresas del ramo automotriz) y de los
más variados orígenes (destacándose las empresas de origen estadouniden-
se); todo ello ha sido acompañado por la apertura y remodelación de las vías
de comunicación, con lo cual se busca que la entidad y, en particular, la re-
gión centro del estado se coloque a la vanguardia y sea un territorio con
ventajas competitivas, en donde las grandes empresas puedan estar conec-
tadas con el mercado nacional, regional y mundial. Aunado a todos estos
cambios, es posible observar en la ciudad capital un incremento de centros
o plazas comerciales.
En estos grandes centros de actividad los habitantes de la ciudad y
municipios vecinos pueden encontrar en un mismo lugar prácticamente de
todo, desde salas de cine, tiendas departamentales, bancos, locales de co-
mida rápida para todos los gustos y variedades, restaurantes, tiendas de
ropa, autos nuevos, calzado, teléfonos; es decir, todo esto concentrado en

154 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


un mismo lugar, lo que hace de estos lugares algo más que un espacio de
consumo, podemos decir que se han convertido también en espacios en
donde se desarrollan prácticas inéditas, de interacción social. De esta for-
ma, dichos centros comerciales son las arenas en donde se reconstruyen
y exploran de manera cotidiana formas de otorgarle nuevos sentidos y
significados a la práctica del consumo desde las nuevas condiciones socia-
les, económicas, tecnológicas y culturales del siglo xxi.
Visitar y consumir en estos lugares es un referente ineludible de la
nueva experiencia de la vida urbana en la ciudad. Estos espacios se pre-
sentan al usuario cotidiano como las nuevas formas de consumo que im-
pone la modernidad. Un síntoma de los tiempos que se viven en la ciudad
queda reflejado en la apertura de un importante número de hoteles, en
donde se hospedan, no sólo turistas nacionales y extranjeros, sino que es
el lugar en donde se instalan los llamados turistas de negocios, quienes
vienen de muy diversas partes el mundo y que en los últimos años han
tenido que agregar a la ciudad de San Luis Potosí como una escala obligada
en sus agendas de trabajo.
Los empresarios llegan de distintos rumbos del planeta, ya sea desde
el Lejano Oriente, Europa, América del Sur y por supuesto de América del
Norte. La presencia de estos viajeros de negocios globales se ha vuelto
algo frecuente en la ciudad. Acercarse a los parques industriales existentes
en el área metropolitana resulta ser, sin duda, una experiencia de la multi-
culturalidad que se vive en esta parte de la entidad. No únicamente por el
origen diverso de los capitales, sino por los idiomas que se hablan en los
pasillos y en las salas de juntas de las empresas, así como por la conviven-
cia, en un solo espacio, de costumbres, culturas y tradiciones de trabajo
diversas entre sí; es decir, en algunos espacios del área metropolitana se
han gestado importantes cambios, generando con ello transformaciones
significativas en las formas de vida, de trabajo, que han terminado por
producir también nuevas formas sociales en el interior de estos espacios.
Asimismo, en relación con la temática que ha sido abordada es impor-
tante destacar que el proceso de globalización resulta ser un fenómeno
que va más allá del establecimiento de acuerdos comerciales entre dos o
más economías nacionales. Como lo he tratado de presentar en este traba-
jo, el proceso de apertura comercial implica el establecimiento de estrate-
gias encaminadas a alcanzar una integración de lo local y lo regional a un

Conclusiones generales • 155


ámbito global o mundial. Parte de este proceso, o mejor dicho resultado de
éste, ha sido la reivindicación de la dimensión local-regional. También,
derivado de los anteriores acontecimientos es el hecho de que las fronte-
ras y los límites territoriales entre las naciones y en el interior de estás
forman parte de una realidad que ha sido superada por la intensidad del
intercambio tanto comercial, como humano y, claro, de tecnologías.
El arribo de capitales extranjeros a través de un importante número de
empresas ha acentuado las diferencias socioeconómicas entre las regiones
tanto a escala planetaria como en las propias naciones. El caso potosino no
ha estado exento de experimentar este fenómeno, lo cual ha ocasionado
mayores desigualdades socioeconómicas entre las regiones de la entidad;
estos es, se han creado nuevas oportunidades de empleo, de educación, de
mejores servicios para algunos sectores que han sido favorecidos, mien-
tras que muchos más siguen careciendo de los satisfactores elementales
para acceder a una mejor calidad de vida. Podemos hablar de regiones que
aparecen como ganadoras y otras como perdedoras, constituyéndose és-
tas como espacios de oportunidades y otras más como regiones de riesgo
y de amenaza.
Coincido con otros académicos y actores locales que señalan que el
reto a mediano plazo para la entidad está en llevar a cabo un esfuerzo por
hacer que los beneficios que se han concentrado en una sola región del
estado, y que ha dado muestras de ser la de mayor dinamismo en lo refe-
rente a la capacidad de atraer inversión y generar nuevas fuentes de traba-
jo, se hagan presentes también en las demás regiones de la entidad, lo cual
estaría encaminado a la formación de regiones cada vez más equilibradas
en lo que se refiere al desarrollo regional. Una asignatura pendiente en el
estado será no sólo atender y gestionar el arribo de nuevas empresas na-
cionales o trasnacionales, este proceso deberá estar acompañado por una
estrategia que permita asegurar una generación y distribución más equita-
tiva de las oportunidades y de las plazas de trabajo en el estado, así como
desarrollar una estrategia encaminada a realizar una distribución más
equitativa de la riqueza y que al parecer sigue siendo uno de los temas
pendientes en administraciones pasadas y en la actual, la cual le ha apos-
tado a la estrategia de la apertura del territorio a capitales foráneos.
La globalización por lo tanto ha permitido y promovido el surgimiento
de nuevos espacios de producción en el nivel regional, en donde se pone

156 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


en marcha una estrategia de producción multinacional, en donde muchas
ciudades o espacios regionales se han convertido en verdaderos nodos
en esta etapa del capitalismo global. Dicho proceso exige mucho esfuerzo
de los actores locales; exige mayor inversión en infraestructura por parte de
las autoridades municipales y estatales, exige que estas mismas desarro-
llen y hagan de la gestión, la planeación y la innovación a mediano y largo
plazos herramientas que los logre posicionar como una opción atractiva
para los grandes capitales globales.
Por su parte, la población deberá estar mejor preparada y capacitada,
y en ello el gobierno a través de las instituciones de educación superior
juega un papel fundamental. En este mismo sentido, el trabajador, desde el
nivel más bajo hasta los altos directivos, tendrá que hacer de la capacita-
ción una herramienta fundamental en la lucha por acceder y mantenerse
en sus puestos de trabajo. Como podemos ver, son diversos los cambios y
los retos que trae consigo este proceso de integración de la economía y la
sociedad potosina a los avatares de la globalización. Este proceso global
genera importantes paradojas para los actores globales y locales involucra-
dos, las cuales han quedado plasmadas en este trabajo, el cual intenta
destacar que un protagonista central en este proceso globalizador no es
únicamente el capital extranjero, sino que también es necesario enfatizar
el papel de los actores locales, muy activos por cierto, quienes sobresalen
ahora como facilitadores e instrumentadores de acciones y programas
encaminados a la atracción de la mayor cantidad de inversiones. Como se
pudo ver, uno de los aspectos más significativos del trabajo de los actores
locales para hacer del área metropolitana de San Luis Potosí una de las de
mayor competitividad en el nivel nacional es el siguiente: mejora significa-
tiva de la infraestructura carretera que sirva para lograr una vinculación
óptima con los más importantes centros urbanos y centro de consumo.
Además, este último aspecto se vuelve también fundamental en el trans-
porte de las personas y, reitero, de las mercancías finales. Esto ha traído
como consecuencia un proceso desconcentrador de población y de activi-
dades productivas. Además, la inversión en la formación de recursos hu-
manos ha sido sin duda un aspecto central en esta nueva fase del desarro-
llo, lo que hace que las políticas educativas busquen estar en sintonía con
las demandas de un mercado de trabajo que también ha experimentado
importantes cambios y ajustes.

Conclusiones generales • 157


Como se mostró a lo largo de los capítulos, estos mismos territorios y
los diferentes actores locales ahí asentados han tenido que desplegar una
amplia y variada gama de estrategias de adaptación para poder enfrentarse
a lo que demanda el contexto globalizado. En este sentido, la realidad que
encontramos en el suelo potosino es la de una globalización que deja o
arroja ganadores y perdedores. El asunto no podría ser de otro modo si es
que nos atenemos a que lo que se está poniendo en la práctica en el terri-
torio potosino, en el resto del país y en el resto del mundo –es el capitalis-
mo–, sólo que ahora este proceso se desarrolla en una fase global. Reitero,
no obstante las ventajas que puede representar para la sociedad potosina
la llegada de inversiones, también es relevante poner énfasis en los efectos
negativos que puede estar ocasionando para la clase trabajadora local el
hecho de tener una vinculación muy estrecha con empresas estadouniden-
ses y con el mercado de ese país.
Es decir, en la medida en que la economía nacional y en particular la
economía y el mercado de trabajo de algunas de las entidades del país
dependan del rumbo o del dinamismo que tenga la economía de Estados
Unidos, las economías de nuestras entidades, las economías de nuestras
regiones y la economía de muchas de las familias serán sumamente frági-
les y vulnerables. En efecto, en la entidad potosina y en particular en algu-
nos municipios de la región del centro se percibe un importante dinamis-
mo económico y un dinamismo laboral, pero ¿cuánto tiempo durará esta
situación?
Vinculado con lo anterior, es una realidad el hecho de que la economía
de Estados Unidos, el principal socio comercial de México y hacia donde
se dirige la mayor parte de la producción manufacturera de San Luis Poto-
sí enfrenta desde 2008 una desaceleración de su actividad económica y por
lógica de su mercado interno, lo que ha impactado de manera negativa al-
gunas empresas que exportan una parte significativa de su producción a
ese mercado. En este sentido, los efectos negativos de esta crisis de la eco-
nomía estadounidense se dejan sentir también en nuestro país. Ejemplo de
lo anterior han sido los recientes acontecimientos que se han presentado
en la planta de la General Motors instalada en la ciudad de Silao, en el ve-
cino estado de Guanajuato, en donde se dio el despido de 600 trabajadores,
cantidad que representa 15 por ciento de su plantilla laboral y, por otro
lado, los paros técnicos que han tenido lugar a lo largo del año y que se

158 • José Guadalupe Rivera Gónzalez


han traducido en que los trabajadores que no han sido despedidos tengan
que cobrar la mitad de su sueldo (El Financiero, 18 de agosto de 2008).
Otro caso relacionado con la misma empresa, son las jubilaciones an-
ticipadas de 9,000 de sus trabajadores de oficina en Estados Unidos y Ca-
nadá, todo esto como resultado de la pérdida de 15,500 millones de dólares
en el segundo trimestre de 2008. Con estas acciones la empresa busca
reducir sus costos globales en 10,000 millones de dólares (http://www.
portalautomotriz.com/content/2/module/news/op/displaystory/story_id/
11630/format/html/).
Es importante puntualizar que la experiencia de los paros técnicos
llegó a la planta armadora de la General Motors en San Luis Potosí. Como
consecuencia de la crisis de la economía global, los trabajadores de la em-
presa pararon actividades del 22 de diciembre de 2008 al 5 de enero de
2009. Sin lugar a dudas, una forma difícil de cerrar y empezar un nuevo
año. Incluso, la situación que enfrenta General Motors hace que la apertu-
ra de una planta de transmisiones en el territorio potosino que se había
anunciado daría inicio en 2009 ahora, debido a los efectos de la crisis mun-
dial, sea un proyecto en riesgo.
Por lo tanto, la experiencia reciente pone en claro las desventajas y la
vulnerabilidad que enfrenta una economía como la mexicana y, en particu-
lar, una economía y un mercado de trabajo como el potosino, que depen-
den en gran medida de los rumbos de la economía estadounidense. Hoy
hemos visto que el escenario para la economía mundial, nacional y esta-
tal es en el corto y mediano plazo turbulento y bastante complicado, lo
cual sin duda contribuirá a provocar situaciones que no se habían visto
desde la depresión mundial de los años treinta. En este mismo orden de
cosas, las cifras señalan el rápido deterioro del sector manufacturero, en
el cual tan sólo en un año se había contabilizado la perdida de 9,905 pla-
zas laborales, lo cual se empieza a traducir en la afectación de otros ru-
bros de la actividad económica de la ciudad capital, ya que el desempleo
de un importante número de trabajadores siempre términa por hacerse
sentir en un deterioro de su capacidad de compra y esto se hace sentir tam-
bién en una alteración en su calidad y estilo de vida. Además las expec-
tactivas de las autoridades financieras es que esta situación de caída en
los niveles de empleo se mantendrán durante todo 2009, e incluso se
señala que las perspectivas para 2010 en materia de empleo serán de un

Conclusiones generales • 159


comportamiento negativo, avisorando el inicio de una posible recupera-
ción del empleo hasta 2010 o 2011.
Sin embargo, otros medios locales informan que la escalada del desem-
pleo en el sector manufacturero que se concentra en la ciudad a de San Luis
Potosí se ha incrementado desde noviembre de 2008 a junio de 2009 para
alcanzar más de 15,000 empleos, y lo significativo es que más de 10,000
trabajadores del mismo sector manufacturero trabajaron recibiendo la mitad
de su salario. De igual forma, el dirigente de la Confederación Regional Obre-
ra Mexicana (crom), Adalberto Lara Núñez, estimó que hay cerca de 200
empresas en paros técnicos y esto se refleja en problemas para las familias
que van al día, que deben pagar servicios escolares de sus hijos, llenar la
canasta básica y, principalmente, pagar servicios esenciales (El Exprés, 21 de
junio de 2009).
El reto para las regiones y para sus economías y poblaciones es mayús-
culo y deberemos estar atentos al rumbo que tomen dichos acontecimien-
tos. Los casos arriba señalados son algunos de los efectos locales que se
han resentido en dos espacios diferentes; pero en ambos casos lo que en-
contramos son los efectos de las distorsiones de los mercados globalizados,
efectos que probablemente se estarán resintiendo más adelante en la socie-
dad potosina.
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Índice

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Introducción.
Globalización, territorios, procesos locales, regionales
y cambio sociocultural. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Aspectos teóricos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Globalización: reestructuración de los espacios locales
y regionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Globalización y consolidación de nuevas áreas metropolitanas. . . . . . . . . . 13
Globalización y la interfase urbano-rural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Globalización y las nuevas desigualdades regionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Organización del trabajo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

Capítulo I
Las reestructuraciones económicas: un componente
esencial del modelo capitalista de producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Desarrollo de la industrialización del país . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Distribución del ingreso durante los años de auge económico. . . . . . . . . . 28
Papel del Estado en la promoción de la industrialización. . . . . . . . . . . . . . . 30
La estabilidad económica y sus efectos sobre el empleo . . . . . . . . . . . . . . . 33
1971-1976: del crecimiento moderado a los primeros indicios
de la crisis económica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
1982-1997: la crisis y los primeros pasos hacia la integración
de la economía mexicana a la dinámica globalizadora . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Los orígenes y desarrollo de la globalización
de la economía mexicana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
1988-1994: de la estabilidad salinista a la crisis de diciembre. . . . . . . . . . . 45
Economía en crisis: los errores de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Resultados de las políticas globalizadoras a partir de la crisis
de diciembre de 1994 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Realidad que ha generado en la actividad económica
y en las relaciones sociales la aplicación del modelo globalizador. . . . . . 54

Capítulo II
Apertura de las fronteras: la presencia del capital
extranjero en el centro norte del país. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Impacto sociocultural de la presencia de inversionistas
extranjeros en San Luis Potosí en el siglo xix . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
La Inversión Extranjera Directa (ied) en San Luis Potosí (1998-2007). . . . . 63
La industria automotriz en el nivel global. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
La industria automotriz en el nivel nacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
La industria automotriz en San Luis Potosí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Globalización: espacios e identidades en constante
transformación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Urbanización de áreas rurales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

Capítulo III
El papel de los actores locales frente a las dinámicas
de la globalización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
La competitividad del territorio potosino: el papel de los actores
políticos estatales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Nueva oferta educativa en el estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Infraestructura para el desarrollo industrial de la entidad. . . . . . . . . . . . . . 89
Balance de la competitividad del área metropolitana
de San Luis Potosí. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
La industria de autopartes y la organización del trabajo:
la mano de obra local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Filosofía de las empresas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Perfil del trabajador operario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Ingreso, evaluación y movilidad laboral dentro de la empresa . . . . . . . . . . 104
Condiciones y prestaciones de trabajo en el interior
de la empresa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Conflictos con los trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108

Capítulo IV
Desarrollo y desigualdades regionales y humanas
en San Luis Potosí. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
El desarrollo en San Luis Potosí desde sus regiones
y microrregiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Integración empresarial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Productividad del campo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Aprovechamiento del capital turístico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Informe sobre Desarrollo Humano San Luis Potosí 2005. . . . . . . . . . . . . . . 132
Algunas consideraciones teórico-metodológicas del Informe
sobre Desarrollo Humano San Luis Potosí 2005. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
San Luis Potosí en el contexto nacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Salud para el desarrollo humano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Educación y desarrollo humano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Economía regional y desarrollo humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
San Luis Potosí: reducción de la desigualdad y ampliación
de oportunidades como ejes para una política
de desarrollo humano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
Nuevas dinámicas sociodemográficas en el estado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
Proyecciones demográficas hacia 2010 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Migración internacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

Conclusiones generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161

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