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El objetivo principal que tenemos como equipo, es poder dar a conocer que la
curatela es una de las instituciones que, junto a la patria potestad y a la tutela, tiene como
fin amparar a quienes cuentan con capacidad de ejercicio restringida. Concretamente a la
persona en situación de discapacidad mayor de edad, al no poder esta velar por sus propios
intereses. Asimismo, si bien tiene semejanzas con la tutela tiene rasgos distintivos que la
hacen merecedora de un tratamiento independiente, el cual se precisará en este trabajo.
De lo dicho, podemos colegir que la función del curador debe diferenciarse. Como
señalan Bossert y Zannoni si bien en el caso del demente, la tarea fundamental a cargo
del curador es la de tratar que recupere la salud mental, en el caso del sordomudo es
tratar que aprenda a leer y escribir, y en el caso del inhabilitado, respecto del cual el
curador cumple una función de asistencia y no de representación, tratará que supere
su prodigalidad o su adicción al alcohol o estupefacientes.
La Ley 24 de octubre de 1983 en España reforma el título de Derecho de Tutela, tiene dos
partes; la primera y más llamativa novedad de la ley es la resurrección de la curatela,
desaparecida en 1889 con la entrada en vigor del Código Civil. En el régimen instaurado,
la curatela deviene en un órgano estable; pero de actuación intermitente que se
caracteriza porque su función no es representar, suplir o sustituir la capacidad de
obrar de quién carece de ella sino asistir, completar la capacidad de quién,
poseyéndola legalmente necesita para determinados actos de esta adición o
concurrencia de asesoramiento o consejo según reconocen varios autores españoles.
El Artículo 267 de esta regulación dispone que el tutor es el representante del menor o
incapacitado y el artículo 289 dice que la curatela tendrá por objeto la asistencia del
curator para aquellos actos que expresamente imponga la sentencia que la haya
establecido.
Las medidas de apoyo a las personas mayores de edad o menores emancipadas que las
precisen para el adecuado ejercicio de su capacidad jurídica tendrán por finalidad permitir
el desarrollo pleno de su personalidad y su desenvolvimiento jurídico en condiciones de
igualdad. Estas medidas de apoyo deberán estar inspiradas en el respeto a la dignidad
de la persona y en la tutela de sus derechos fundamentales. Las de origen legal o
judicial solo procederán en defecto o insuficiencia de la voluntad de la persona de que se
trate. Todas ellas deberán ajustarse a los principios de necesidad y proporcionalidad.
De acuerdo con el artículo 564 del Código Civil: Están sujetas a curatela las personas a
que se refiere el artículo 44 numerales 4, 5, 6, 7 y 8.
– Los pródigos
– Los toxicómanos
Resulta evidente que las personas mencionadas son sujetos de derecho mayores de
edad con capacidad de ejercicio restringida que requerirán ineludiblemente de un
apoyo (y no representante), en este caso de un curador, que los asista en la toma de
decisiones relacionadas al ejercicio de sus derechos, verbigracia, la disposición de su
patrimonio. Decimos apoyo y no representante ya que el primero ayuda en el proceso de
toma de decisiones mientras que el segundo reemplaza la voluntad del curatelado o
representado.
Nótese, desde luego que no todos estos incapaces se encuentran en idéntica situación.
Algunos son representados por el curador (como los enfermos mentales), otros, sólo
asistidos (como los pródigos). En unos la causa de la incapacidad reside en una falta
(como en los malos gestores o los penados), en otros, en una desgracia (como en los
enfermos o débiles mentales) y hasta en una circunstancia propia de la naturaleza humana
(como los débiles seniles); pero todos ellos ofrecen como común denominador, la
presencia de las dos notas a que antes se aludió, a saber: “ se trata siempre de una
incapacidad accidental y en todos se carga el acento patrimonio y en la defensa de la
persona del incapaz y no en su educación y formación” . Ello significa, a nuestro entender,
que a todos se le comprenda dentro de la misma figura protectora y, al mismo tiempo, que
con cada grupo de ellos se organice un matiz particular al que la ley dedica título distinto.
Los representantes legales de los incapaces ejercen los derechos civiles de éstos, según
las normas referentes a la patria potestad, tutela y curatela.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS