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A principios de los años 80 surgió la necesidad de reformar la legislación sobre seguridad y salud laboral en Europa para ampliar la noción de seguridad, conectarla con los sistemas de salud nacionales, enfocarse en la prevención, adoptar un enfoque interdisciplinario e implicar a los empresarios y trabajadores. En respuesta, se aprobaron la Directiva Marco 89/391 CEE y la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales en España, la cual establece que los empresarios deben evaluar inicialmente los
A principios de los años 80 surgió la necesidad de reformar la legislación sobre seguridad y salud laboral en Europa para ampliar la noción de seguridad, conectarla con los sistemas de salud nacionales, enfocarse en la prevención, adoptar un enfoque interdisciplinario e implicar a los empresarios y trabajadores. En respuesta, se aprobaron la Directiva Marco 89/391 CEE y la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales en España, la cual establece que los empresarios deben evaluar inicialmente los
A principios de los años 80 surgió la necesidad de reformar la legislación sobre seguridad y salud laboral en Europa para ampliar la noción de seguridad, conectarla con los sistemas de salud nacionales, enfocarse en la prevención, adoptar un enfoque interdisciplinario e implicar a los empresarios y trabajadores. En respuesta, se aprobaron la Directiva Marco 89/391 CEE y la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales en España, la cual establece que los empresarios deben evaluar inicialmente los
A principios de los años 80 desde Europa surge la necesidad de generar
cambios importantes en la legislación de esta materia, entre otros aspectos manifestaban la importancia de:
-Ampliar el concepto de seguridad para dar cabida a problemas de salud
que se originaban en el puesto de trabajo.
-Extender la noción que se tenía de salud en el puesto de trabajo para
conectarla e integrarla con los sistemas nacionales de salud.
-Poner el foco en la prevención frente a otros enfoques de corrección.
-Implantar un enfoque interdisciplinar, puesto que para abordar la tarea
preventiva se requiere inexcusablemente de la concurrencia de múltiples disciplinas.
-Implicar a los empresarios y a los trabajadores en la elaboración de las
políticas y en la práctica de la prevención.
En respuesta a esta demanda social nacen la Directiva Marco 89/391 CEE
y la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales.
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece, como una
obligación del empresariado, planificar la actividad preventiva a partir de una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores (artículo 16.1).
El empresariado tiene la obligación de velar por la salud de los
trabajadores a todos los niveles (físico, psíquico y mental), por tanto, también entran en juego los factores psicosociales.
Diversas investigaciones han demostrado que un alto índice de morbilidad
está estrechamente relacionado con el mundo laboral. La Fundación Europea para la mejora de las Condiciones de Vida en el Trabajo realizó una encuesta sobre la salud y seguridad laboral en Europa, en una población de 12.500 trabajadores, el 12% han cambiado de puesto de trabajo en busca de otro más saludable y el 30% de los encuestados estiman que su salud corre algún tipo de riesgo en su trabajo.
La psicosociología en el campo de la prevención tiene mucho que decir,
teniendo en cuenta que la psicosociología o psicología social es la ciencia que se ocupa del estudio de la conducta interpersonal o interacción humana.
Concretamente, en el ámbito de la prevención se centra en el estudio de
las organizaciones en su totalidad puesto que es allí donde tienen lugar los riesgos contra la salud y las condiciones de trabajo. De esa forma, se trata de intervenir sobre los diferentes factores psicosociales del trabajo que pueden dañar la salud de los trabajadores para modificarlos y así aumentar el grado de satisfacción laboral de los estos.
La psicosociología aplicada podemos definirla como el conjunto de
técnicas de carácter multidisciplinar que tiene por objeto, por una parte, la adaptación de las condiciones de trabajo a la persona mediante el diseño de los puestos de trabajo; y por otra, la adecuación y ajuste entre las presiones internas y externas originadas por los factores psicosociales para mejorar las condiciones de trabajo y la salud psíquica y social de los trabajadores.