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AC4338-2017

Radicación: 70001-31-21-001-2014-00147-01

Bogotá, D. C., siete (7) de julio de dos mil diecisiete


(2017).

Se decide lo pertinente en torno a la concesión del


recurso de casación de Joaquín Amaris Amaris, respecto de
la sentencia de 2 de mayo de 2017, proferida por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Sincelejo, Sala
Civil-Familia, en el proceso incoado por el recurrente contra
la Corporación Universitaria del Caribe.

1. ANTECEDENTES

1.1. En el escrito genitor se solicitó declarar la nulidad


o inexistencia el acuerdo adoptado por la Sala de
Fundadores de la institución convocada, adoptado el 2 de
agosto de 2014, mediante el cual se dispuso la remoción del
demandante, en su condición de Presidente de la
Corporación, electo para el periodo 2013-2016, según las
circunstancias a espacio narradas, y como consecuencia,
condenar el pago de $188’452.000, representados en los
salarios y gastos de representación dejados de percibir, y de
$616’000.000 (mil salarios mínimos legales mensuales
vigentes), por concepto de perjuicios morales.
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1.2. Tramitado el proceso, el Juzgado Primero Civil del


Circuito Especializado en Restitución de Tierras de
Sincelejo, mediante sentencia de 5 de abril de 2016, negó
las pretensiones, decisión confirmada por el superior en el
fallo ahora recurrido en casación.

1.3. El Tribunal concedió el recurso en cuestión, al


encontrar, sin más, que el agravio inferido al demandante
por el fallo impugnado, actualizado, ascendía a la cantidad
de $804’452.000, sumados los perjuicios materiales y
morales demandados, por lo tanto, excedía el equivalente a
mil salarios mínimos legales mensuales vigentes
($737’717.000), exigidos en la ley para el efecto.

2. CONSIDERACIONES

2.1. Se precisa, ante todo, la cuestión a elucidar la


gobierna el Código General del Proceso, en vigor a partir del
1º de enero de 2016, por cuanto la sentencia y el recurso de
que se trata, tuvieron lugar después de dicha data, todo al
tenor de los artículos 624 y 625-5, según los cuales “(…) los
recursos interpuestos (…), se regirán por las leyes vigentes
cuando se interpusieron (…)”.

2.2. Conforme se prevé en el artículo 334, numeral 1º


del nuevo Estatuto Adjetivo, el recurso extraordinario de
casación procede contra las sentencias de los Tribunales
Superiores, dictadas en segunda instancia “en toda clase de

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procesos declarativos”, siempre y cuando, al tenor del


artículo 338 de la misma codificación, el valor actual de la
resolución desfavorable al recurrente sea superior a un mil
salarios mínimos legales mensuales vigentes, excepción
hecha de asuntos relacionados con el estado civil de las
personas o de cuestiones asociadas con acciones de grupo.

Así, tratándose de un fallo absolutorio, total o parcial,


el agravio inferido necesariamente debe entroncarse con las
pretensiones económicas negadas, entendiendo las
invocadas en la demanda o en su reforma, por regla de
principio, a partir de la mensura efectuada en esos mismos
actos procesales por el extremo demandante, incluyendo
también los daños inmateriales, pero no en la cuantía
reclamada, por cuanto su estimación se encuentra librada
al arbitrium iudicis, cual así lo ha sostenido la Corte,
inclusive en vigencia del Código de Procedimiento Civil.

2.3. Lo anterior, sin embargo, no significa erradicar el


valor de esa clase de pretensiones del quantum para
recurrir en casación. Simplemente, en doctrina que en la
hora de ahora mantiene vigencia, esta Corporación, en
torno al perjuicio moral, ha sostenido que “(…) no puede ser
estimado por el demandante o considerado por el
sentenciador de segundo grado, de manera incondicional,
para efectos del interés aludido”1.

1
CSJ. Auto 213 de 7 de octubre de 2004, expediente 00353, reiterado en auto de 11
de diciembre de 2009, expediente 00445.

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En la época del Código del Código de Procedimiento


Civil, se aceptaba su valoración por la propia parte, al decir
de la Sala, cuando respondía a los “montos fijados en la
jurisprudencia” o respetaba los “límites legales (artículo 97
del Código Penal) (…)”2. No obstante, el primer criterio, en la
sistemática del Código General del Proceso, es el
actualmente aplicable, no sólo porque para efectos de
determinar competencia, en la susodicha materia, se
autorizó tener en cuenta los “parámetros jurisprudenciales
máximos” (artículo 25, ibídem), lo cual debe tenerse como
referente, sino porque el arbitrio judicial fue reafirmado en
el artículo 206, inciso 6º, ejúsdem, a cuyo tenor el
“juramento estimatorio no aplicará a la cuantificación de los
daños extrapatrimoniales”.

La normatividad vigente, como se observa, repele


aceptar pretensiones inmateriales, siguiendo la estimación
de la parte, perviviendo, por lo tanto, para fulminar una
condena o ponderar la cuantía en casación, el precedente
judicial, según el cual el “(…) recto criterio del fallador (…)
viene a ser el adecuado para su tasación (…)”3, todo, por
supuesto, según las circunstancias concretas en causa.

Desde luego, la restricción para que la parte estime el


quantum inmaterial (daño moral y/o a la vida de relación),
debe entenderse cuando resulta arbitrario o ilimitado,
haciendo depender a su antojo la procedencia de los
2
CSJ. Auto de 11 de julio de 2014, expediente 02523.
3
CSJ. Auto 240 de 14 de septiembre de 2001, expediente 9033-97.

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recursos, y no cuando observa las directrices


jurisprudenciales, vigentes a la sazón o al momento de
emitirse el fallo impugnado causante del perjuicio irrogado.

2.4. Frente a las anteriores directrices, en el caso,


surge claro, para la concesión del recurso de casación se
obró de manera precipitada, por cuanto el interés
económico, respecto de los perjuicios morales, no aparece
definido, en cuanto con ese propósito se hizo a un lado los
lineamientos antes expuestos.

2.5. Así las cosas, no queda alternativa distinta que


devolver la actuación al Tribunal de origen, para que
elucide el punto, por ser de su exclusivo resorte.

3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Civil, ordena a la secretaría de la
Sala, proceder de conformidad.

NOTIFÍQUESE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Magistrado Sustanciador

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