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Resumen
La idea es que las terapias psicológicas están en continua renovación, al hilo de los
continuos cambios, circunstancias y formas de vida, sin que falte el afán de sus autores
para crear y vender su propia "marca" de terapia, la que a su vez contribuye tanto a
resolver los problemas que trata, como a definirlos a su medida. Lo cierto es que
problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión son especialmente agradecidos
a la atención psicoterapéutica, debido a su naturaleza existencial, por lo que se prestan
a servir para el desarrollo de nuevas terapias. "Y antes de la psicoterapia por su nombre,
hay toda una historia del "cuidado de la psique. El propio Séneca, que murió en el año
65, habló de la enseñanza de los antiguos en el cuidado del alma, psicoterapia antes de
su nombre.
Se entiende que vivir de rentas, hasta donde duren, puede ser beneficioso y cómodo
para uno, pero acaso el cliente o paciente se merezcan algo más, siquiera por el cambio
de los tiempos y renovación de entusiasmo, ya que todo cuenta en psicoterapia. Estar al
día no significa estar a la moda de turno, ahora mindfulness, ahora psicología positiva,
ahora aceptación, sin criterio, sin norte y sin conocimiento de causa. La historia de la
psicoterapia, desde que ésta existe, dan perspectiva, medida y solidez para no estar a la
veleta de las modas, ni tampoco permanecer resistente o evitativo.
La propia flexibilidad que algunas terapias consideran saludable para sus clientes vale
también para los clínicos. Los clínicos pertenecen a la sociedad en la que ejercen y
comparten el sentido común de sus clientes. Concedido sentido común a los clínicos, el
sentido común es la base y el horizonte en el que la psicoterapia tiene sentido, por lo
que se debe tener cuidado de que las novedades no oculten lo que se sabe de siempre.
Más allá de la audacia del nombre “terapias de tercera generación”, importa ver qué es
lo que aportan realmente estas terapias. Concretamente, los problemas planteados se
refieren a la insatisfacción con las categorías diagnósticas y al "enigma" de la eficacia
similar de terapias psicológicas distintas. La primera problemática a la que responden
las terapias contextuales es la insatisfacción con los sistemas diagnósticos al uso, DSM y
CIE, incluyendo sus últimas versiones.
El modelo biopsicosocial fue adoptado en "salud mental" como una bendición y, de
hecho, forma parte de los discursos más aplaudidos. Sin embargo, en la práctica, el
modelo biopsicosocial terminó por ser la mejor coartada para un modelo biomédico
revestido con indumentaria psicológica y social, del gusto de los más "progres" del
lugar. Ya debiera hacer sospechar que uno de los mayores defensores del modelo sea la
industria farmacéutica. Porque, como es sabido, el modelo biopsicosocial, si no es en
realidad el modelo bio-bio-bio en el que cayó la psiquiatría, es en el mejor de los casos
un eclecticismo que "reparte" la tarta de la salud mental para psiquiatras de pastilla y
psiquiatras y psicólogos de la psique y del medio social.
El problema es que los diagnósticos tipo DSM dejan fuera buena parte del contenido de
lo que les pasa a los pacientes. La miseria de la validez conceptual o de constructo es
que los diagnósticos se establecen sin saber qué son los fenómenos clínicos
diagnosticados, si, por ejemplo, la esquizofrenia es una entidad, varias o ninguna. La
cantidad de subtipos de trastornos prueba la indigencia conceptual del diagnóstico para
identificar aspectos esenciales o nucleares de los fenómenos clínicos. Se ha propagado
la consideración de los trastornos psicológicos como "enfermedades como otras
cualesquiera", supuesto que hacerlo así era "políticamente correcto", con miras a la
reducción de estigma.
Todo esto plantea una reflexión necesaria en el proceso psicoterapéutico que se esta
realizando en el contexto clínico actual y el rol en particular que les toca a quienes están
partiendo en este proceso, por lo que es importante destacar la importancia del
cuestionamiento respecto de la mirada que se adopta y que se debe rescatar versus lo
que aun queda por mejorar en un futuro como profesionales de la salud mental.