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IMAGEN POR RESONANCIA MAGNETICA

La resonancia magnética es una prueba no invasiva de diagnóstico indispensable en


gran número de enfermedades. Sin ella el médico no puede lograr el diagnóstico
preciso y necesario para indicar el tratamiento idóneo a sus pacientes. Sin embargo,
existe un número elevado de personas para las que someterse a esta prueba puede
suponer un escollo imposible de salvar: son pacientes que padecen claustrofobia.
La resonancia magnética cerrada y la claustrofobia: En pacientes con claustrofobia
este procedimiento diagnóstico simple puede llegar a convertirse en una experiencia
traumática e imposible de llevar a cabo. Tanto es así que se estima que alrededor de
un 2,5% de las resonancias magnéticas en todo el mundo no llegan a realizarse o se
efectúan de forma inapropiada a causa de la claustrofobia. En casos más extremos,
esta fobia puede derivar, incluso, en ataques de ansiedad. Los síntomas que puede
sufrir el paciente en estas situaciones son muy variados y comprenden desde
taquicardias, temblores, sensación de falta de aire hasta opresión en el pecho y llevan
a que no pueda permanecer quieto en la cámara y necesite de forma imperiosa salir
de ese “encierro”. Se trata de una patología que no debe subestimarse pues puede
afectar de forma severa a la calidad de vida del paciente y es necesario tomar
medidas preventivas. En el pasado, ante todos estos casos, eran utilizados
tranquilizantes o ansiolíticos o incluso anestesia para intentar calmar al paciente.
Cómo lograr una resonancia magnética sin claustrofobia: La resonancia
magnética abierta es ideal para personas con claustrofobia. Los dispositivos de
resonancia abiertos evitan que el paciente con esta fobia se tenga que introducir en un
equipo cerrado para someterse a la prueba y obtener el diagnóstico deseado. Los
primeros equipos de resonancia abierta eran menos fiables que los cerrados pues
tenían imanes de bajo campo. Ese inconveniente ya se solucionó y existen algunos
equipos abiertos de alto campo que se caracterizan por su fiabilidad, idéntica a la de
los equipos cerrados.
En conclusión, para estos pacientes que sufren de claustrofobia se debería realizar
una resonancia abierta ya que esa máquina tiene más espacio, un tubo más corto y
los cuatro lados están abiertos y ni siquiera se tendrá que tumbar en una mesa, solo
se sentará en un sillón y puedan permitir un diagnóstico rápido y acertado para que
reciba el tratamiento adecuado.

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