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DERECHO PENAL
3 créditos
Profesor Autor:
Ab. Rita Guerrero Zambrano, Mg.
Titulaciones Semestre
• DERECHO CUARTO
Contenido
TEMA 1. – LA LEY PENAL Y SUS EFECTOS ....................................................................................... 4
➢ Las fuentes del derecho penal........................................................................................................... 4
- La Costumbre. -................................................................................................................................... 4
- La jurisprudencia. .......................................................................................................................... 5
- La doctrina: ......................................................................................................................................... 6
- Los principios generales: .................................................................................................................... 6
Normas Penales En Blanco ......................................................................................................................... 8
Interpretación de la ley penal ..................................................................................................................... 8
Categorías y métodos de interpretación .......................................................................................... 8
Concurso aparente de las leyes. – ............................................................................................................... 9
Los efectos de la ley penal. -...................................................................................................................... 10
Validez temporal de la ley penal .............................................................................................................. 12
Validez espacial de la ley penal: ............................................................................................................... 14
1.- Principio de territorialidad: .......................................................................................................... 15
2.- Principios extraterritoriales ......................................................................................................... 15
Lugar del Delito. – ................................................................................................................................ 17
La extradición. - .................................................................................................................................... 18
La ley penal y las personas ................................................................................................................. 21
TEMA No- 2.- ITER CRIMINIS. ............................................................................................... 26
LA TENTATIVA ............................................................................................................................ 35
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ 38
1
Resultados de aprendizaje de la Unidad 2:
2
Unidad 2
Las fuentes del derecho son los modos a través de los cuales se originan y manifiestan las
normas jurídicas. En el ámbito del Derecho Penal, rigurosamente hablando, solo la ley tiene
la calidad de fuente. Desde que el Derecho Penal adquirió su carácter público y se impuso
el principio de legalidad, la ley se ha convertido en uno de los fundamentos principales en
el Derecho Penal actual.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que existe la posibilidad teórica de que haya
otras fuentes del Derecho Penal, y también es necesario comprender el alcance exacto de
este principio y la influencia que pueden tener esas otras fuentes en la aplicación de la
propia ley penal.
A pesar de este principio, algunos tratadistas, como Pedro Dorado Montero a principios del
siglo XX, han reivindicado a la costumbre penal, considerándola como una fuente jurídica
eminentemente popular.
Un ejemplo interesante es el caso del Tercer Reich alemán (1933-1945), que incorporó a la
costumbre como una alternativa al principio de legalidad. Esto se estableció en el artículo
2 del Código Penal, que decía que "será castigado quien cometa un hecho que la ley
declare punible o que merezca castigo según el concepto básico de una ley penal y según
el sano sentimiento del pueblo". En última instancia, apelar al sentimiento del pueblo
significaba remitirse a la costumbre.
Ahora, en el ámbito penal, la costumbre puede ser considerada desde tres puntos de vista:
La costumbre como fuente negativa: Se refiere a la posibilidad de que una ley penal haya
caído en desuso, es decir, que no haya sido aplicada durante mucho tiempo, lo cual podría
interpretarse como que la costumbre la ha derogado. Sin embargo, en realidad, es
relativamente frecuente que las leyes penales que se expidieron coyunturalmente y sin
mayor análisis, en poco tiempo dejaron de ser utilizadas, es decir, han caído en desuso.
Aun así, solo otra ley puede derogarla, y mientras tanto, la ley sigue vigente y
eventualmente podría ser aplicada. Por lo tanto, el desuso debe ser un indicativo para que
el legislador adopte la reforma legal correspondiente y nada más.
Un ejemplo de la costumbre como fuente integrativa podría ser el uso de ciertos términos o
expresiones que no están definidos en la ley, pero que tienen un significado comúnmente
aceptado en la sociedad. En tales casos, los tribunales pueden recurrir a la costumbre para
determinar el significado de dichos términos y aplicar la ley de manera justa y equitativa.
Sin embargo, en nuestro sistema jurídico, la situación es diferente. Las sentencias judiciales
tienen únicamente fuerza obligatoria con respecto al caso en el que se pronuncian, según
lo establece el artículo 3 del Código Civil. Por lo tanto, en nuestro sistema legal, la
jurisprudencia no es considerada una fuente de derecho, y esto es especialmente cierto en
materia penal, donde rige el principio de legalidad.
La jurisprudencia del tribunal de justicia más alto de un país ha tenido siempre una gran
importancia en cuanto a la interpretación de la ley. En la práctica, las sentencias judiciales
fijan el sentido y el alcance de la ley. Por esta razón, se recopilan y publican en prontuarios
y gacetas, y se citan frecuentemente en los alegatos jurídicos y en las sentencias. Podemos
decir gráficamente que "la ley reina, pero la jurisprudencia gobierna".
De acuerdo con la norma constitucional vigente, las sentencias de las salas especializadas
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de la Corte Nacional de Justicia pueden generar jurisprudencia obligatoria si se reitera el
criterio por tres ocasiones. Esto significa que cuando la Corte pronuncia una jurisprudencia
en un tema específico y la reitera en al menos tres ocasiones en un lapso de sesenta días,
esta jurisprudencia adquiere fuerza de ley. En algunos casos, esta jurisprudencia obligatoria
ha sido establecida en materia penal, dejando sin efecto interpretaciones anteriores.
La doctrina proporciona una base teórica y conceptual para la elaboración de nuevas leyes
penales y también ayuda en la interpretación de las leyes existentes. Los tratadistas y
expertos en Derecho Penal aportan sus conocimientos y análisis para abordar cuestiones
complejas y ofrecer orientación en la aplicación del derecho penal en casos concretos.
- Los principios generales: Los principios generales del derecho también pueden
considerarse como una fuente a la que recurrir en ausencia de una ley penal específica. Un
juez, en ausencia de una ley penal aplicable, puede recurrir a los principios generales del
derecho para decidir sobre un caso concreto. Estos principios, que se basan en la equidad,
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la justicia y la moralidad, son considerados como fundamentos universales del derecho y
pueden ser aplicados en casos en los que la ley es insuficiente o inaplicable. Es importante
destacar que estos principios no pueden ser utilizados como fuente creadora de delitos o
penas, sino como criterios interpretativos en la resolución de casos.
Nota: La ley es la fuente principal del derecho penal, existen otras fuentes que pueden influir
en su aplicación, como la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina, los tratados
internacionales y los principios generales. Es importante comprender el alcance de estas
fuentes en el derecho penal y su relación con el principio de legalidad, que establece que no
puede haber delito ni pena sin una ley previa y clara.
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Normas Penales En Blanco
Son aquellas normas que establecen una conducta delictiva, pero que no especifican de
manera detallada todas las características de dicha conducta. En otras palabras, estas
normas remiten a otras normas o disposiciones legales para completar la descripción de la
conducta que se considera delictiva.
Por ejemplo, una norma penal en blanco en COIP está en los delitos de tráfico de sustancias
sujetas a fiscalización (art. 219 a 228), se deja a la autoridad administrativa la determinación
de cuales son tales sustancias y las cantidades que corresponden a las diversas escalas de
gravedad. Es decir, se requiere de otra disposición legal para que establezca cuáles son las
sustancias psicoactivas para completar la descripción de la conducta delictiva.
Es importante que los estudiantes de derecho comprendan que las normas penales en
blanco no son una excepción al principio de legalidad, sino que son una herramienta legal
que permite a los legisladores ser más flexibles y adaptar la ley a situaciones cambiantes.
Es importante destacar que en materia de interpretación hay que tomar en cuenta las reglas
que sobre este asunto trae el Art. 18 del Código Civil.
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En lo que respecta a la interpretación de la ley penal, la doctrina sostiene que no es
necesario que los códigos incluyan normas especiales para la interpretación de la ley penal
y que el juez debe atenerse a las normas generales y a los principios doctrinarios sobre esta
materia. O que, a lo más, los códigos deben establecer ciertos límites al proceso de
interpretación.
El Código Integral ha dado en el Art. 13 reglas especiales para la interpretación del propio
Código.
2. Interpretación literal estricta: La segunda regla establece que los tipos penales y
las penas se interpretarán en forma estricta, esto es, respetando el sentido literal de
la norma. Esto significa que el juez debe atenerse estrictamente a la letra de la ley,
excluyendo la posibilidad de desatender ese tenor literal para consultar el espíritu de
la ley, como lo establece la primera regla del Art. 18 del Código Civil.
4. Principio "in dubio pro reo" o de favorabilidad: Este principio establece que, en
caso de duda sobre una norma que contenga sanciones, se la aplicará en el sentido
más favorable a la persona infractora. Este principio se encuentra en la Constitución
y en el Código Integral Penal.
En el sistema penal, puede ocurrir que un mismo hecho pueda ser sancionado por dos o más
leyes penales, lo que se conoce como concurso aparente de leyes. Esto puede generar
dudas sobre qué ley debe aplicarse en un caso específico. Para solucionar estos casos, el
sistema jurídico ha establecido principios como el de especialidad, subsidiariedad y
consunción.
• Principio de Especialidad: Este principio establece que cuando dos leyes penales,
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una general y otra especial, se aplican al mismo hecho, prevalece la ley especial. La
ley especial es aquella que agrega un elemento calificativo más concreto dentro del
punto o materia comprendidos en la ley general.
Ejemplos:
- El Art. 115 del Código Penal sanciona a quien mate a una persona protegida por el
Derecho internacional Humanitario. Este delito es especial respecto al homicidio (Art.
144), ya que agrega un elemento calificativo más concreto: la víctima debe estar
protegida por el DIH.
- El Art. 141 (femicidio) es especial respecto al homicidio (Art. 144), ya que agrega
elementos más concretos: la víctima debe ser mujer y la muerte debe darse como
resultado de relaciones de poder.
- Por ejemplo, el artículo 117 del Código Penal sanciona la lesión a la integridad física
de persona protegida, "siempre que no constituya una infracción de mayor
afectación", mientras que el artículo 170 tipifica la conducta como abuso sexual,
siempre que no sea violación.
• Principio de Consunción: Este principio se aplica a los delitos complejos, que son
figuras creadas por el legislador cuando dentro de una misma conducta delictiva se
lesionan dos o más bienes jurídicos. En estos casos, el legislador prefiere unificar los
resultados en un solo delito complejo y establecer una sola norma para su sanción.
La norma de contenido más amplio (la que sanciona el delito complejo) absorbe a la
de contenido más restringido (que sanciona la conducta absorbida).
- Por ejemplo, el robo con muerte de la víctima (Art. 189) es un delito complejo que
absorbe las normas que penan separadamente el robo y el homicidio.
La ley penal, como cualquier otra ley, tiene efectos que pueden ser analizados en tres
aspectos: temporal, espacial y respecto a las personas.
- En cuanto al tiempo, la ley penal rige para el futuro y se aplica a los delitos cometidos
después de su entrada en vigor. Sin embargo, en casos excepcionales, la ley penal
puede tener efectos retroactivos, es decir, puede aplicarse a delitos cometidos antes
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de su entrada en vigor. Esto solo es posible si la nueva ley es más favorable para el
acusado que la ley anterior.
En cuanto a las personas, la ley penal rige para todos los habitantes por igual. Sin embargo,
existen excepciones en cuanto a su aplicación. Por ejemplo, los menores de edad pueden
estar sujetos a leyes penales especiales, y los diplomáticos pueden tener inmunidad frente
a la ley penal del país donde se encuentran.
DIAGRAMA 1.
TEMPORAL
La ley penal rige hacia
el futuro, pero en casos
excepcionales puede
tener efectos
retroactivos
EFECTOS
DE LA LEY
RESPECTO A LAS
PENAL
ESPACIAL
PERSONAS
La ley penal rige
La ley penal rige para
territorialmente,
todos los habitantes,
pero en casos
pero existen
excepcionales puede
excepciones en
tener efectos
cuanto a su
extraterritoriales
aplicación.
Este diagrama muestra cómo los tres aspectos de los efectos de la ley penal están
interconectados y cómo se relacionan entre sí para determinar la aplicación de la ley penal
en diferentes situaciones.
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Validez temporal de la ley penal
La validez temporal de la ley penal es un tema fundamental en el ámbito del derecho penal.
La ley penal, al igual que cualquier otra ley, tiene una fecha de entrada en vigor y una fecha
de derogación, y es importante determinar cuándo se aplicará la ley penal antigua y cuándo
se aplicará la nueva. En este sentido, se han establecido una serie de principios y
excepciones que rigen la validez temporal de la ley penal.
1.- Principio general. - El principio general es que la ley penal rige para el futuro y se aplica
a los delitos cometidos después de su entrada en vigor. Es decir, la ley penal con la que se
debe juzgar un delito es la que rige en el momento en que el delito se comete. Incluso si la
ley penal es derogada con posterioridad, el delito cometido durante su vigencia será
sancionado en conformidad con esa ley.
3.- Casos de nuevas leyes penales. - En los casos en que una ley penal reemplaza a otra,
pueden producirse varias situaciones que deben resolverse en función de los principios de
legalidad e irretroactividad. Si la ley nueva crea un nuevo delito o establece condiciones más
rigurosas, no es aplicable a los casos anteriores a su vigencia. Si la ley nueva suprime un
delito o establece condiciones más benignas, es aplicable a los casos anteriores.
4.- Disposiciones legales. - Las disposiciones legales que regulan la validez temporal de la
ley penal se encuentran en la Constitución (Art. 76, numeral 5) y el Código Orgánico Integral
Penal. La Constitución establece que, en caso de conflicto entre dos leyes de la misma
materia que contemplen sanciones diferentes para un mismo hecho, se aplicará la ley menos
rigurosa, aun cuando su promulgación fuera posterior a la infracción. Por su parte, el Código
Orgánico Integral Penal establece en el Art. 16 dos reglas en relación a la validez temporal
de la ley penal, 1.- Que las infracciones serán juzgadas y sancionadas con arreglo a las leyes
vigentes al momento de su comisión, y 2.- Que se aplicará la ley posterior más benigna de
preferencia sobre la ley vigente al momento de la comisión de la infracción.
5.- Determinación de la ley más favorable. - La determinación de cuál ley es más favorable
en un caso concreto puede ser compleja, especialmente si se cambia la naturaleza de la
pena o si se disminuye el máximo y se aumenta el mínimo de una pena de prisión. En estos
casos, el juez deberá considerar la situación concreta, el caso en sí mismo e inclusive las
circunstancias personales del autor del delito.
6.- Leyes no penales. - En algunos casos, la ley penal se refiere a otras normas no penales
para completar su precepto. ¿Qué sucede cuando estas normas no penales son
modificadas? En general, se aplican los mismos principios ya mencionados. Si la reforma de
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la norma no penal tiene el efecto de empeorar la situación del acusado, solo se aplicará a
partir de su entrada en vigor, según el principio de legalidad. Si la reforma es más favorable,
se aplicará retroactivamente.
- Por ejemplo, si la ley civil reduce la edad de mayoría, esto hace que los adolescentes
sean responsables penalmente, por lo que solo se aplicará a partir de la entrada en
vigor de la reforma. Sin embargo, si la reforma de la ley civil reduce la edad mínima
para tener relaciones sexuales, entonces se aplicará retroactivamente a los casos
anteriores.
7.- Leyes interpretativas. - El Código Civil establece que cuando una ley tiene por objeto
interpretar de manera auténtica otra norma, no se considera una nueva ley. En lugar de
derogar o reemplazar la ley anterior, simplemente aclara su alcance y significado. En
consecuencia, los efectos de la ley interpretativa se remontan a la fecha de entrada en vigor
de la ley original. Sin embargo, la ley interpretativa no puede modificar los efectos de las
sentencias dictadas durante el período intermedio.
Sin embargo, en el derecho penal, es posible que, al dictar una ley interpretativa, se amplíe
el alcance de una conducta punible. En estos casos, se deben respetar los principios
generales: la ley no puede aplicarse retroactivamente, a menos que la ley interpretativa
establezca una situación más favorable.
8.- Tiempo del delito. - En la mayoría de los casos, el momento de la comisión del delito es
fácilmente identificable, como en el caso de un homicidio. Pero en algunos delitos, como los
delitos permanentes o continuados, la situación puede ser más compleja. En estos casos, se
aplicará la ley más favorable que haya estado vigente durante el período en que se cometió
el delito.
En el caso de la tentativa, en la que no se produce la consumación del delito, se aplicará la
ley que estaba en vigor en el momento del último acto.
9.- Ultraactividad de la ley. - Aunque una ley penal haya sido derogada, sus efectos
persisten. Las sentencias dictadas durante su vigencia deben ser cumplidas y los delitos
cometidos antes de la entrada en vigor de la nueva ley deben ser juzgados de acuerdo con
la ley antigua, a menos que la nueva ley sea más favorable para el acusado (por ejemplo, si
se suprime el delito o se reduce la pena).
El artículo 16.3 del Código Orgánico Integral Penal establece que toda infracción debe ser
juzgada de acuerdo con la ley vigente en el momento de su comisión. Además, la Primera
Disposición Transitoria del mismo código establece que los procedimientos de investigación
ya iniciados continuarán bajo la ley anterior. Por lo tanto, en algunos casos, se puede hablar
de una ultraactividad de la ley penal, en la que sigue aplicándose a pesar de haber sido
derogada.
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CUADRO EXPLICATIVO DE LA VALIDEZ TEMPORAL DE LA LEY PENAL
Principio o
excepción Explicación Ejemplos
Si una ley penal entra en vigencia el 1
La ley penal rige para el futuro y se aplica de enero de 2021, solo se aplica a los
Principio a los delitos cometidos después de su delitos cometidos a partir de esa
general entrada en vigor. fecha.
La retroactividad de la ley penal más Si una ley penal se aplica a partir del
favorable. Un delito cometido durante la 1 de enero de 2021 y reduce la pena
vigencia de una ley penal antigua será para un delito específico, y este delito
Principio de juzgado de acuerdo con la nueva ley penal fue cometido antes del 1 de enero de
excepción si esta última es más favorable al acusado. 2021, la nueva ley se aplica.
Si la ley nueva crea un nuevo delito o Si una ley penal entra en vigencia el 1
establece condiciones más rigurosas, no de enero de 2021 y establece una
es aplicable a los casos anteriores a su pena más severa para un delito
Casos de vigencia. Si la ley nueva suprime un delito específico, pero ese delito fue
nuevas leyes o establece condiciones más benignas, es cometido antes de esa fecha, la ley
penales aplicable a los casos anteriores. antigua se aplica.
Si la reforma de la norma no penal tiene el Si la ley civil se modifica para reducir
efecto de empeorar la situación del la edad mínima para tener relaciones
acusado, solo se aplicará a partir de su sexuales, esta modificación se
Leyes no entrada en vigor. Si la reforma es más aplicará retroactivamente a los casos
penales favorable, se aplicará retroactivamente. anteriores.
Si una ley penal se interpreta y se
amplía el alcance de una conducta
Si la ley interpretativa establece una punible, se aplica retroactivamente si
Leyes situación más favorable, se aplica establece una situación más favorable
interpretativas retroactivamente. para el acusado.
Si una ley penal se aplica desde el 1
de enero de 2021 y un delito se
cometió desde el 1 de enero de 2018
Se aplica la ley más favorable que haya hasta el 1 de enero de 2021, se
Tiempo del estado vigente durante el período en que aplicará la ley más favorable que
delito se cometió el delito. estuvo vigente en ese período.
Si una ley penal se deroga el 1 de
enero de 2021, pero un delito se
cometió antes de esa fecha, la ley
Ultraactividad Aunque una ley penal haya sido derogada, antigua se aplica si es más favorable
de la ley sus efectos persisten. para el acusado.
Este tema se refiere a la cuestión de cómo se determina la ley penal que se aplica a un delito
que involucra a varios países. En la actualidad, con el rápido desarrollo de las
comunicaciones, es cada vez más común que se cometan delitos que tienen implicaciones
internacionales. Por ejemplo, puede suceder que los delincuentes o las víctimas tengan
diferentes nacionalidades, o que las distintas etapas del delito se hayan llevado a cabo en
diferentes países. Por lo tanto, se plantea la pregunta de cuál es la legislación que debe
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aplicarse al caso en cuestión.
El Art.14.1 del Código Integral Penal expresamente señala que las normas del Código se
aplican a: "Toda infracción cometida dentro del territorio nacional".
Solamente habrá que agregar que por territorio ecuatoriano deberá entenderse el espacio
continental y marítimo, las islas adyacentes, el mar territorial, el Archipiélago de Galápagos,
el suelo, la plataforma submarina, el subsuelo y el espacio aéreo correspondiente, conforme
lo determinan la Constitución (Art. 4).
Además, el mismo Art. 14.3 señala que también se aplicará la ley ecuatoriana a las
infracciones cometidas a bordo de naves o aeronaves militares o mercantes de bandera o
matrícula ecuatoriana. El Art. 400.3 agrega, que regirá la jurisdicción penal ecuatoriana sea
que las naves o aeronaves se encuentren en el mar territorial ecuatoriano o de otro Estado
o en el espacio aéreo nacional o de otro Estado. Faltaría señalar que ocurrirá lo mismo
cuando las naves o aeronaves de encuentren en el espacio aéreo o mar territorial
internacionales. Como se advierte de esta norma, se entiende que, para este efecto, las
naves y aeronaves se asimilan al territorio nacional.
El Art. 143 contiene una curiosa disposición conforme a la cual se entenderá que un delito
de sicariato fue cometido "en territorio y jurisdicción ecuatorianos" aun cuando su ejecución
se consume en otro Estado, si la "preparación, organización y planificación" se realizaron en
el Ecuador.
• De defensa: Según este principio, se aplicaría la ley del país cuyos intereses han sido
afectados por el delito, sin importar el lugar donde se haya cometido o la nacionalidad
de los autores. Este principio ha sido desarrollado recientemente y las legislaciones
lo han adoptado en determinados casos.
El Código (Art. 14.2) prevé dos casos de delitos cometidos en el extranjero, pero que
afectan intereses ecuatorianos y que, en consecuencia, serán juzgados con la ley
ecuatoriana:
- Delitos cometidos contra una o más personas ecuatorianas, que o han sido juzgados
en el país en que se cometieron. Los autores podrían ser ecuatorianos o extranjeros.
(Art. 14.2 literal b)
• De universalidad o justicia mundial: Según este principio, se aplicaría la ley del país
que detiene al delincuente, sin tener en cuenta ningún otro aspecto. Este principio se
ha planteado en los últimos años con el objetivo de que todos los países participen
activamente en la lucha contra el delito, para que ningún delito quede impune. Las
legislaciones suelen aceptarlo en casos de especial relevancia internacional,
especialmente en relación con delitos que se consideran internacionales o que afectan
gravemente a la comunidad mundial, como los delitos de lesa humanidad.
Este principio está recogido por el Código Orgánico Integral Penal en dos artículos. El Art.
14.2, al establecer el ámbito espacial de aplicación del Código plantea dos situaciones:
- Delitos que constituyan graves violaciones a los derechos humanos. Más que
atenerse solamente a la calificación que consta en el Capítulo Primero de los "delitos
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en particular", será el juez el que determine la gravedad de la violación. Art. 14, Nral.
2, literal e.
Pero también el Art. 401, bajo el epígrafe de "jurisdicción universal" establece que los delitos
contra la humanidad (Arts. 89-90) pueden ser investigados y juzgados en el Ecuador.
En el primer caso del Art. 14.2 (norma aplicable también a segundo) el Código advierte que
no debe haberse iniciado un proceso de juzgamiento en otro país. El Art. 401 agrega que el
responsable tampoco debe haber sido juzgado por cortes internacionales.
En todo casi hará falta que el Ecuador haya apresado al infractor. (Art. 14, Nral.2, literales d
y e; Arts.15 y 400 Nral. 4; Art. 401,405).
Además, la singular disposición del Artículo 143 del Código Penal, que considera
que un delito de sicariato cometido en el extranjero puede entenderse como si
se hubiera cometido en Ecuador, también puede ser aplicable al delito de
cohecho a funcionarios extranjeros previsto en el sexto inciso del Artículo 280.
Por lo tanto, en estos casos, se considera lugar del delito el lugar donde se
produjo el resultado final, es decir, donde se verificó el daño o los efectos del
delito.
En el caso de la extradición judicial, son los tribunales de justicia los que toman
la decisión de conceder la extradición. En la extradición administrativa, la
decisión es tomada por el gobierno o alguna autoridad administrativa designada.
La extradición mixta, por su parte, requiere tanto la decisión de un tribunal como
del gobierno o autoridad administrativa correspondiente. La elección del
procedimiento dependerá de la legislación de cada país y de los tratados
internacionales que regulen la materia.
En cuanto a la extradición activa, hace falta para pedirla que se haya dictado
sentencia condenatoria o prisión preventiva y será el presidente de la misma
Corte quien determine si es procedente o no la extradición.
5.- Para que el Ecuador conceda la extradición, el delito debe reunir algunas
condiciones:
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- Debe ser aplicable al caso la ley del país requirente; - Debe ser considerado
delito tanto por la ley del país requirente como por la ley ecuatoriana (doble
tipificación);
- Debe tener cierta gravedad: merecer, por lo menos, una pena de un año de
privación de la libertad. En algunos tratados se suele establecer una lista de
delitos por los cuales se puede conceder la extradición;
-No deben haber prescrito la acción o la pena, según el caso, tanto según la ley
ecuatoriana como la del país requirente
Si son varios los delitos cometidos por la misma persona en distintos países, al
país en cuyo territorio hubiere cometido el delito que fuere más grave según la
ley ecuatoriana;
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Si los delitos fueren de idéntica gravedad, al país que lo solicitó primero;
Fuero. - El fuero es una excepción de alcance más limitado que no significa que
quien la tiene escape a la aplicación de la ley penal, sino que esa por especiales
consideraciones de carácter personal, no la harán los jueces comunes. Se trata
de un privilegio procesal. En Ecuador, existen varios casos de fuero.
Todos los altos funcionarios del Estado en Ecuador que se mencionan en el texto
anterior, están sujetos al Fuero de Corte Nacional de Justicia en caso de que se
les acuse de cometer un delito. Esto significa que, en vez de ser juzgados por un
juez común y corriente, el proceso judicial se llevará a cabo ante la Corte
Nacional de Justicia, que es el tribunal superior del país.
En caso de que una persona que goza del Fuero de Corte Nacional de Justicia
sea declarada culpable de un delito, esta persona será sometida a las sanciones
establecidas en la ley penal, sin importar su cargo o posición en el Estado.
Fuero de corte provincial. - Otro fuero especial dentro del sistema jurídico-
penal en Ecuador es el Fuero de Corte Provincial. Este fuero se aplica a los
gobernadores, prefectos, alcaldes, intendentes de Policía, jueces de los
tribunales y juzgados, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el
comandante General del Ejército, el comandante General de la Marina, el
comandante General de la Fuerza Aérea, y el comandante General de la Policía,
cuando cometen infracciones en el ejercicio de sus atribuciones.
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- Cómo se delimita la aplicación de ese derecho consuetudinario para que
no se vulneren los derechos constitucionales, en particular respecto a los
derechos de quienes resulten "sancionados".
Desde el ángulo del Derecho Penal la pregunta clave que nos corresponde
formular es si las infracciones penales cometidas en concreto en el ámbito
territorial deben ser consideradas como conflictos internos sujetos a la
jurisdicción indígena.
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TEMA No- 2.- ITER CRIMINIS.
El iter criminis es el derrotero que recorre el delito desde la idea del autor, hasta que culmina
plenamente objetivado en el mundo exterior. Así entre esta idea y la obra concluida existen
estadios intermedios. La idea entonces, es que la acción criminal dolosa tiene un curso o
desarrollo, es decir un movimiento, que comienza con los actos preparatorios, luego transita
por la tentativa y, por último, culmina con el delito consumado. El todo está precedido por la
ideación del delito, acto interno de conciencia, no susceptible de comprobación y no punible,
conceptualizado por Ulpiano a través de su aforismo: “Cogitationis poenam nemo patitur”, es
decir: nadie sufre pena por su pensamiento. Entre la fase interna y externa Jiménez de Asúa
pensaba que hay dos estadios intermedios que son: la resolución manifestada y el delito
putativo. Zaffaroni se encarga en decir que es un “delito incompleto”. Dicho de manera simple
la resolución manifestada no existe en la fase externa, no se tratan de actos materiales, más
que de acción, es de resolución (proposición, conspiración, provocación). En el delito putativo
hay una exteriorización del propósito de delinquir, pero el delito sólo lo es en la mente del
autor. (Parma, 2016)
El delito, como toda obra humana, "nace, vive, muere”, el iter criminis es el camino vital que
abarca todas las fases de realización del delito, que transcurre desde el momento que nace
en la mente de su autor, hasta el instante en que se perfecciona su ejecución, pasando por
la necesaria manifestación criminal del autor por el mundo social. (Rodríguez, 2020)
Previo a entrar en las fases del iter criminis, debemos analizar qué es la acción y la omisión:
Como es sabido, los elementos ontológicos pertenecen al mundo del ser, de la realidad,
mientras que los normativos corresponden al ámbito de las normas, no necesariamente
jurídicas, y, por tanto, del deber ser y de lo axiológico (valorativo).
El concepto final de la acción. - Según Welzel, el creador del finalismo, el legislador está
vinculado por realidades ónticas preexistentes, por estructuras lógico-reales, por la
naturaleza de las cosas, que no puede desconocer, y en el campo del Derecho penal esa
previa naturaleza de las cosas viene dada por la estructura final de la acción. Frente a los
conceptos causalistas anteriores, que consideraban como fundamental la causación de
resultados o cambios en el exterior, sin dar gran importancia a la voluntad, según el finalismo
la naturaleza de las cosas impone la preeminencia en la acción del aspecto subjetivo: su fin
o finalidad, pues lo que diferencia a las acciones humanas de los fenómenos o procesos
naturales ciegos es precisamente la finalidad; esto es, que el hombre, gracias a su saber
causal, puede prever en cierta medida las posibles consecuencias de su actuación, fijarse
por ello diversos objetivos y dirigir planificadamente su actuación a la consecución de esos
objetivos. En consecuencia, acción humana es el ejercicio de la actividad final, y ésta consiste
en la producción consciente de efectos partiendo de un objetivo, en la supradeterminación
final (control, dominio) del curso causal externo. (Luzón, 2016)
Así, por una parte, atendiendo a la ausencia del aspecto objetivo, no son acciones las
actividades internas del sistema anímico humano, pensamientos o intenciones, que no se
ponen en práctica y no se manifiestan al exterior. Al faltar la acción, naturalmente que
tampoco puede haber delito, ya que el Derecho penal sólo se ocupa de comportamientos
externos.
- Fuerza irresistible. - Constituye una causa de incapacidad física de acción que afecta
a la facultad de realización de la conducta humana. Bajo este concepto, se alude al
constreñimiento físico ejercido sobre una persona, de tal forma que quien actúa no lo
hace por voluntad propia, sino violentado por una voluntad o fenómeno externo que
impide al sujeto manifestar su propia voluntad. El movimiento corporal ya no responde
al centro de decisión psíquico de la conducta humana (voluntariedad), ni capacidad
física de expresión del mismo, sino que el hecho externo es determinado por una
capacidad ajena de decisión. (Rodríguez, 2020)
El caso fortuito es, en sentido técnico, aquello que no es previsible y, por lo tanto, que no
puede ser imputado, ni objetiva ni subjetivamente. Por ejemplo, Diego está conduciendo
hacia su casa y es víctima de un huracán, el cual eleva las llantas traseras de su vehículo y
lo arrastra hasta una casa, cuya pared impacta, atraviesa y mata a las personas que se
encontraban en su interior. ¿Qué objeto destruyó la propiedad ajena? El vehículo conducido
por Diego; ¿qué objeto quitó la vida a los habitantes de la casa? El vehículo conducido por
Diego; ¿debe responder Diego por la lesividad producida? No, y esta respuesta, ojo, es la
clave del caso fortuito: Diego no responde porque estamos frente a un hecho y no frente a
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una conducta. Así las cosas: el caso fortuito es producto de hechos no controlables ni
previsibles por el ser humano. (Rodríguez, 2020)
- Susto y reacción: Ana está caminando por un callejón, de noche camino a su casa;
Javiera, su amiga, la ve y decide, de broma, asustarla, acercándose sigilosamente y
susurrándole algo al oído. Al hacerlo, Ana mueve su cabeza hacia el lado derecho y,
con un rápido movimiento, da un golpe en la nariz a Javiera, cuyo tabique se fractura.
¿Pensó Ana en repeler la agresión, apuntó a la nariz y la golpeó? ¿Sabía Ana que
Javiera era quien le susurraba algo, intempestivamente, en el oído? No. Las personas
tenemos distintas formas de reaccionar instintivamente y no racionalmente
(pensando) ante una amenaza. Existen personas que se paralizan, otras que corren,
otras que realizan movimientos bruscos para repeler el peligro, pero no son actos
conscientes ni voluntarios, sino innatos del ser primitivo que también somos.
(Rodríguez, 2020)
Los movimientos reflejos, tales como las convulsiones epilépticas, no constituyen acción, ya
que el movimiento no está en estos casos controlado por la voluntad. El estímulo del mundo
exterior es percibido por los centros sensores que lo transmiten, sin intervención de la
voluntad, directamente a los centros motores. Desde el punto de vista penal, en principio, no
actúa quien en una convulsión epiléptica deja caer un valioso jarrón que tenía en ese
momento en la mano o produce un accidente automovilístico. Distintos de los movimientos
reflejos son los actos en cortocircuito, las reacciones impulsivas o explosivas, en los que la
voluntad participa, así sea fugazmente, y que por lo tanto no excluyen la acción. Un caso de
este tipo sería el del atracador que, nervioso, aprieta instintivamente el gatillo al observar un
gesto equívoco de huida o defensa en el cajero del banco. (Muñoz y García, 2010)
El delito omisivo consiste siempre, por tanto, en la omisión de una determinada acción que
el sujeto tenía obligación de realizar y que podía realizar. Por tanto, el delito de omisión es
siempre, estructuralmente, un delito que consiste en la infracción de un deber. Pero no de
un deber social o moral, sino de un deber jurídico. En realidad, en el fondo de todo delito
existe siempre una infracción de un deber, el deber de respetar el bien jurídico protegido en
el tipo penal en cuestión (no matar, no hurtar, etc.), pero lo esencial en el delito de omisión
es que ese deber se incumple al omitir el sujeto una acción mandada y, por tanto, esperada
en el Ordenamiento jurídico. (Muñoz y García, 2010)
El Art. 28 del Código Orgánico Integral penal señala: “…La omisión dolosa describe el
comportamiento de una persona que, deliberadamente, prefiere no evitar un resultado
material típico, cuando se encuentra en posición de garante. Se encuentra en posición de
garante la persona que tiene una obligación legal o contractual de cuidado o custodia de la
vida, salud, libertad e integridad personal del titular del bien jurídico y ha provocado o
incrementado precedentemente un riesgo que resulte determinante en la afectación de un
bien jurídico”. De esta manera podemos decir que la omisión se clasifica en: Omisión Propia
y Omisión Impropia.
Ahora bien, continuando con el contenido central de la Unidad, el iter criminis tiene dos fases
fundamentales, la fase interna y la fase externa. La fase interna es aquella en que la idea de
delinquir nace en la mente del sujeto, quien pasa por un proceso de ideación, deliberación y
resolución, pero sigue siendo una mera idea. Las ideas no delinquen, no son punibles, y es
aplicable única y exclusivamente para delitos dolosos, nunca para delitos culposos, pues no
es posible que a alguien se le ocurra, una mañana, matar sin intención. (Rodríguez, 2020)
Eso es la fase interna, cuando pensamos en delinquir, no obstante, hay personas que de
pensarlo pasan a la acción y, es justamente la acción, la conducta humana la que debe ser
sancionada, más no los pensamientos y, como veremos, esto ha comprendido el Derecho
Penal. Por ende, el Derecho Penal no reprime los pensamientos, tomando en cuenta la
imposibilidad de conocer lo que otra mente piensa. (Rodríguez, 2020)
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En esta línea de ideas, la primera fase comprende actos mentales de voluntad interna que
pertenecen a la psiquis del autor, por lo que únicamente pueden tener significación moral.
Estos pensamientos conllevan a la ideación del delito y son absolutamente irrelevantes para
efectos jurídico-penales. En la fase interna encontramos, normalmente, la tentación criminal,
la deliberación interna entre los motivos a favor y en contra de cometer el delito pensado en
el fuero interno. (Rodríguez, 2020)
Los actos internos como la ideación, la deliberación y la resolución, son impunes y carecen
de toda relevancia valorativa en el ámbito de la tipicidad, de manera que los actos internos
quedan fuera de la regulación penal. Por ello, por mucho que alguien quiera matar a otro, si
se queda en mero pensamiento, su propósito será irrelevante para el Derecho Penal. Recién
adquirirá relevancia jurídico-penal cuando ese pensamiento se proyecte socialmente
mediante hechos exteriores, ya sean preparatorios de un delito o ejecutivos de un delito.
(Rodríguez, 2020)
La segunda fase, compuesta por varios componentes, abarca los actos externos, que dan
inicio al iter criminis que posee trascendencia jurídico-penal. Estos actos externos
representan la manifestación exterior de la voluntad personal y únicamente los actos de la
fase externa tienen sentido social comunicativo con relevancia penal y, por lo mismo, con
incidencia típica. En ellos, la voluntad personal trasciende las barreras mentales del
psiquismo humano, alcanza significación social configurando el ámbito de las expectativas
sociales penalmente relevantes. Dentro de la fase externa tenemos tres niveles: a)
Resoluciones manifestadas; b) Actos preparatorios; y, c) Actos ejecutivos. (Rodríguez, 2020)
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Para que se entienda mejor: hay resoluciones manifestadas cuando exteriorizo la idea que
surgió en la fase interna y, verbalmente, la hago conocida y externa; sin embargo, no se
ejecutan actos materiales de preparación, sino que seguimos ante meras ideas, o incluso
planes que no se han materializado de forma alguna, sino que, dicho en otras palabras, las
resoluciones manifestadas corresponden a pensar en voz alta. (Rodríguez, 2020)
Es normal que las resoluciones manifestadas sean una etapa del iter criminis fácilmente
identificable cuando se trata de proposiciones o conspiraciones, en razón que en estos casos
obligatoriamente se requiere de la participación de más de una persona; sin embargo, esta
es una etapa de la fase externa no punible, a menos que legislativamente, consten
tipificadas, pero en caso de no estarlo, ni siquiera pueden ser consideradas para identificar
una tentativa. Es de mencionar que no en todos los casos existe la etapa de resoluciones
manifestadas, ya que cuando el infractor actúa solo, se salta, directamente, de la fase interna
a la fase externa de actos preparatorios. (Rodríguez, 2020)
En cuanto al delito putativo, es en el que el sujeto que se manifiesta no sabe que lo que
manifiesta no puede ser, ni aún ejecutado, delito. Por ejemplo, el sujeto que propone a sus
hermanos robar el carro de su padre, cuando no sabe que el carro está nombre de los
hermanos por voluntad del padre. El delito de robo recae sobre cosas ajenas, mas no las
propias, por lo que esa resolución manifestada ni siquiera versa sobre delinquir. (Rodríguez,
2020)
- Actos preparatorios.
Ahora bien, tenemos casos puntuales en nuestra legislación (y en general en todas las del
mundo) en las que sí se sancionan los actos preparatorios como un mecanismo de
adelantamiento de la punibilidad, con miras a evitar la ejecución y posterior consumación del
plan delictivo. Existen tres ejemplos concretos en el Código Orgánico Integral Penal:
-El delito de Asociación Ilícita (Art. 370 COIP), que es el ejemplo clásico de represión de actos
preparatorios, pues se sanciona por la sola conformación de un grupo que tiene por finalidad
delinquir. Si se lee la estructura de este tipo penal, tenemos que la Constitución garantiza el
derecho a la libertad de asociación, pero únicamente a aquella con fines lícitos.
No importa si ejecutan el delito que están preparando o no, el Derecho sanciona su sola
planificación. Como vemos, esto conlleva un respeto estricto al principio de legalidad, es
decir, que, si la sanción a los actos preparatorios no se encuentra recogida en un tipo penal
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autónomo, nunca, jamás, el Derecho Penal puede adelantar su punibilidad a actos no
consumados (y/o ejecutados).
-El delito de Delincuencia Organizada (Art. 369 COIP), en donde nuevamente nos
encontramos con la punibilidad de acciones definidas así: "planifiquen las actividades de una
organización delictiva, con el propósito de cometer uno o más delitos sancionados...".
Leemos, entonces, que dice "con el propósito de cometer delitos", más no “la organización
que cometan delitos". Lo cual nos lleva a una nueva reflexión: el Derecho Penal debe siempre
mirar al pasado y reprimir en el presente (miramos un cadáver y sancionamos a quien produjo
aquello), pero en estos tipos penales miramos hacia el futuro y reprimimos imaginando lo
que pudieron haber cometido (Rodríguez, 2020).
- El delito de Financiación del terrorismo (Art. 367 COIP), en donde se sanciona la intención
de que se utilicen o a sabiendas de que serán utilizados para financiar en todo o en parte, la
comisión de los delitos de terrorismo, es decir, podría ser que nunca se utilicen con ese fin.
(Rodríguez, 2020)
- Fase de Ejecución. - La etapa de ejecución es la más importante del iter criminis, pues es
la que marca la habilitación de aplicabilidad del ius puniendi a las personas por la ejecución
de conductas humanas. La ejecución es la acción u omisión típica, es decir, es la ejecución
de la conducta que se encuentra sancionada por la ley, o, en otras palabras, es la realización
del verbo rector del tipo. (Rodríguez, 2020)
Así, en el delito de homicidio, no basta con que se compre el arma de fuego, se la cargue
con munición, se la rastrille para que esté lista para disparar, se apunte con ella a la cabeza
del vecino y se ponga el dedo en el gatillo. En las conductas expuestas seguimos en actos
preparatorios y, para entrar a la etapa de ejecución, es indispensable una sola acción: que
efectivamente se hale el gatillo. Sólo cuando el gatillo ya ha sido halado (y por ende el
proyectil ha salido del arma de fuego), se ejecuta la acción (pese a que el hecho de apuntar
con un arma a la cabeza significaría la ejecución del delito de intimidación). (Rodríguez,
2020)
En la siguiente unidad estudiaremos al verbo rector como elemento del tipo, empero,
debemos hacerle en este punto una pequeña introducción: los tipos penales tienen verbos
rectores, por ejemplo, en el homicidio es matar, en el robo es sustraer, en la violación es
introducir, etc. Así, se ejecuta un delito cuando se realiza el verbo rector y, en ese sentido,
podemos decir que preparar un homicidio no es matar, organizar un robo a un banco no es
sustraer o que, al esperar entre los matorrales del jardín de tu vecina para violarla, en
realidad, no le introdujiste objeto u órgano alguno. Por ello la importancia del verbo y su
ejecución.
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Es decir, la ejecución es la conducta que efectivamente pone en peligro o lesiona el bien
jurídico protegido ajeno, el cual puede quedar en mero peligro o terminar en resultado lesivo.
Esto permite deducir que la simple ejecución no conlleva a la garantía de la consumación del
delito. Ahora bien, la ejecución no siempre es pura o mejor dicho, no siempre está compuesta
por un sólo momento de acción. Podría ser que se necesiten de varios momentos de acción
para que se complete la ejecución, sin embargo, en materia penal, basta con que se haya
iniciado la ejecución para que esta etapa se entienda realizada. (Rodríguez, 2020)
LA TENTATIVA
En esencia, la tentativa consiste en dar principio a la ejecución del delito, esto es, principio y
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no final, lo que conlleva que tengamos un límite mínimo y un límite máximo. Por principio
entenderemos la fase ejecutiva del delito y por final la consumación del delito. De un lado, la
tentativa es un acto exterior verificable, pero, además, un acto exterior que consiste en el
comienzo de la ejecución del delito. En lo primero se asemeja a los actos preparatorios (que
también son exteriores), pero en lo segundo se distingue de ellos porque la tentativa ya
supone ingresar en el ámbito de ejecución del delito, mientras que los actos preparatorios se
realizan antes de la ejecución del delito. De otro lado, la tentativa puede consistir en la
realización de todo o parte de los actos ejecutivos que integran el delito. Si se supera el límite
máximo, se llama consumación; si se llega hasta el límite máximo, se llama tentativa.
(Rodríguez, 2020)
-Tentativa idónea. - Es la tentativa que consiste en actos que deberían producir el resultado
deseado a través del acto ejecutivo. Recordemos que nuestro mundo normativo nos exige
literalmente que, para que exista tentativa, la ejecución se realice mediante actos idóneos,
conducentes, de modo equívoco a la realización de un delito. Es por ello que, podemos decir
que idóneo es el acto conducente e inequívoco para producir un resultado. Pongamos un
ejemplo contundente, de la vida real: (Rodríguez, 2020)
En este punto cabe preguntarse: disparar un arma de fuego, a la cabeza de un ser humano
(obviamente vivo) ¿puede producir su muerte? La respuesta es, irrefutablemente sí, y no
solo sí, sino que casi siempre sí. A nadie se le ocurre que de tal acto pueda sobrevivir la
víctima, pues toda persona, imputable, conoce que en la cabeza está el cerebro y que
impactarlo con un proyectil produce la muerte. En el caso concreto esto no produjo la muerte,
lo cual era posible pero no probable y, quien disparó, lo hizo con la intención de matar y no
para producirle una migraña. (Rodríguez, 2020)
Otro ejemplo: Luisa está cansada de ser víctima constantes vejaciones físicas y psicológicas
por parte de su esposo, Rafael, quien constantemente la humilla, golpea, sodomiza. Por ello,
decide ejecutar un simple plan para matarlo, sin importarle las consecuencias legales. Por
ello, viaja a Haití y compra, muñeco vudú, el cual pasa por un ritual previo por parte de las
brujas expertas en esta clase de santerías: un muñeco de trapo es sumergido en agua
bendita, líquido en el cual Luisa sumerge un cabello de Rafael y una fotografía suya. Una
vez hechizado el muñeco, se lo lleva a su país de origen, junto a sus claras instrucciones:
cuando vea que Rafael está enfermo, con el sistema inmunológico luchando por curarle
cualquiera que sea la infección, debe clavar un alfiler en el muñeco, directo en el corazón.
Esto provocará que los glóbulos blancos de Rafael no actúen y que la infección no pueda ser
controlada para, finalmente, provocarle la muerte. No hace falta recalcar que esto no puede
matar a una persona y que tal método no es más que hechicería barata, una estafa cuya
víctima principal es la ignorancia. Por ello, en un sistema jurídico civilizado jamás Luisa será
condenada, inclusive si Rafael muere de neumonía y se encuentra el muñeco vudú
apuñalado bajo su cama. ¿Y si no fallece? Evidentemente, tampoco será sancionada por
tentativa. (Rodríguez, 2020)
La similitud entre los dos ejemplos es la presencia de conductas inidóneas para producir un
resultado. Recordemos que para que exista consumación de un delito la conducta debió ser
idónea e inequívoca para producirlo y, para que exista tentativa, la conducta debió ser idónea
e inequívoca para producirlo, pero por razones ajenas a la voluntad del ejecutor, el resultado
no se produjo. Dicho análisis nos permite concluir que existe delito imposible y por lo mismo
tentativa inidónea cuando: 1. No existe bien jurídico protegido susceptible de ser vulnerado,
Cuando sí existe bien jurídico protegido susceptible de ser vulnerado pero el método
empleado para vulnerarlo jamás podría funcionar. (Rodríguez, 2020)
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BIBLIOGRAFÍA
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