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La esclavitud en los

imperios coloniales
americanos: tráfico y
mercados
Oscar Bergasa Perdomo

RESUMEN ÍNDICE TEXTO NOTAS AUTOR
RESUMEN
ESPAÑOL ENGLISH
El presente trabajo trata de ofrecer una visión global del fenómeno de la esclavitud en la Edad
Moderna y en particular referida al continente americano. Del mismo modo, explora el papel
de la esclavitud en el desarrollo y consolidación del sistema económico capitalista en el mundo
moderno y el papel que pudo haber jugado en el ámbito de la naciente ciencia económica.
Por otra parte se analiza el papel jugado por la introducción del modelo de explotación
económico basado en la plantación, un sistema transversal en todos los territorios colonizados
de América fueran españoles, portugueses, holandeses, franceses o británicos y clave en la
producción en masa de los exportables tabaco, azúcar, y cacao .
Por último, analiza la posición de los intelectuales europeos ante la esclavitud y concluye que
en ningún momento hubo una condena explícita y radical de este fenómeno, que desaparece
posiblemente por su agotamiento económico y social.

ENTRADAS DE ÍNDICE
Keywords :
 slavery, institutions, colonialism, plantation economy, religious beliefs
Palabras claves :
 esclavitud, instituciones, economía de plantación, creencias religiosas

TEXTO COMPLETO

Introducción
 1 L. BETHEL. Historia de América Latina; Tomo IV, América Latina
Colonial: población, sociedad y cult (...)

1La esclavitud es una institución muy antigua que está


profundamente arraigada en la historia humana y que
evoluciona adoptando diferentes formas y pervive mas allá de
las proclamaciones sobre su extinción o desaparición que
algunos organismos internacionales emiten. En el caso europeo,
la aceptación de la esclavitud (bajo sus diferentes formas, de
servidumbre, propiedad, o simplemente sometimiento forzado
por la guerra) formaba y en cierta medida sigue formando parte
de la tradición cultural y de la conformación del discurso
religioso y social. La denominación de esclavos o siervos forma
parte del lenguaje escatológico de todas las grandes religiones
monoteístas (esclavos o siervos de Dios) y hasta fines del siglo
XIX (incluida la Rusia Zarista) Europa mantuvo legalmente la
esclavitud como forma de explotación del trabajo y ejercicio del
derecho de propiedad sobre las personas. La Iglesia Católica
condenó oficialmente la esclavitud en 1839, después de haberla
avalado durante casi dos mil años. El Rey Católico (España)
concedía asientos de negros desde 1515 y el Rey Cristianísimo
(Francia) iba a la guerra para asegurarse el mercado africano, en
tanto que el león inglés, desencadenaba una guerra sin cuartel
para expulsar del tráfico a españoles, portugueses, holandeses,
y franceses. Durante la segunda mitad del siglo XVII y a medida
que España abandonaba las islas menores del Caribe, ingleses,
holandeses y franceses las ocupaban para desarrollar una
economía colonial basada en la explotación de los esclavos
negros. España se limitó a mantener las grandes Antillas en las
que continuó con una economía tradicional de cultivos
forrajeros, cerealistas y de ganadería. Será necesario llegar al
último tercio del siglo XVIII para que se inicie una economía de
plantación en Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo . 1

2Entre 1500 y 1750, la población indígena de la América


Española cayó de 41 millones a 13. A partir del siglo XVII el
promedio anual de esclavos introducidos en la América Española
era de 15.000 individuos frente a los 4.000 inmigrantes de
España. Hasta 1800 se introducen en América 8,3 millones de
esclavos. A lo largo del siglo XVII se produce un incremento
constante de la piratería, de la competencia comercial entre
Francia, Inglaterra y Holanda y del riesgo de guerra, con una
disminución de los beneficios extraídos de la economía colonial.
Dado que la balanza de comercio en Asia era negativa para
Europa, se hace un mayor esfuerzo en América y El Caribe, lo
que provoca un aumento del precio de los esclavos. Pese a la
superioridad tecnológica europea, la economía esclavista siguió
progresando en los dominios coloniales europeos en América y
El Caribe. En esta etapa la América Española y Brasil se integran
en el Sistema Económico Mundial.
 2 A. VÁZQUEZ ESPINOSA; Compendio y Descripción de las Indias.
Madrid 1628. Reedición de 1969

3La conquista y colonización provocó una destrucción dramática


de la población americana. La recuperación demográfica se
produce muy lentamente y además, los colonizadores se
enfrentan a un problema insoluble, pues la población india, que
inicialmente no podía ser esclavizada, no aportaba la fuerza de
trabajo necesaria para llevar a cabo una transformación del
sistema económico americano hacia una economía de corte
mediterráneo. En México central la población indígena en 1500
se estima en 25 millones. En 1519 solo había 17 millones y en
1548 ya solo restaban 6 millones, en 1568 3 millones y a
principios del siglo XVII ya solo quedaban 2 millones. En la
segunda década del XVII quedaban 750.000 indios. En 100 años
habían desaparecidos 24 millones de personas. En Perú se
estiman en 9 millones la población indígena al tiempo de la
conquista y en 1570 solo restaban 1,3 millones. La población
india de Nicaragua fue sometida a esclavitud, unas 448.000
personas y conducidas a Perú para la explotación de las minas.
Del mismo modo, en Yucatán y en Honduras la población india
fue trasladada en masa a Cuba para la explotación de la caña en
las plantaciones. Vázquez de Espinosa consigna en 1628 un
mínimo de 75.000 españoles en una población de 450.000
habitantes en las Indias Occidentales. La guerra entre insumisos
y población colonizada fue también un factor de contracción
demográfica sobre todo en América Central (Guatemala y
Nicaragua). El uso de la población india para el trabajo en las
minas como esclavos forzados, contribuyó a su desaparición,
aunque los gobernadores españoles pidieron al rey normas de
protección para los indios que efectivamente se promulgaron. La
minería aceleró el declive demográfico, pero no fue la causa que
la desencadenó. Factores muy importantes fueron la reducción
de la fecundidad y el aumento de los suicidios de la población
indígena unidos a las epidemias de sarampión, fiebre amarilla y
tifus que terminaron por devastar a la población y sobre todo, la
llegada de la gripe en 1558, para la que los americanos no
tenían defensas .
2

4La inmigración española nunca pudo compensar el déficit


demográfico provocado por la conquista. Castilla, como
potencia titular de los derechos de colonización, prohibió la
emigración de moros, judíos, gitanos y condenados por La
Inquisición. Los extranjeros estaban también vetados y al
comienzo los ciudadanos del Reino de Aragón (aragoneses,
catalanes y valencianos) tampoco podían ir a América. P. Boyd-
Bowman, trabajando con diferentes fuentes en el Archivo de
Indias (Registro de viajeros, Despacho de barcos y censos) ha
estimado que a lo largo del siglo XVI emigraron a Las Indias
Occidentales 243.000 españoles y que hasta 1650, lo hicieron
195.000 más. Ambas cifras eran totalmente insuficientes para
cubrir las necesidades demográficas.

La esclavitud en la Era
Moderna
 3 K. MORGAN; Cuatro siglos de Esclavitud Trasatlántica. Editorial
Crítica, Madrid 2017.

 4 Corcino Medeiros dos SANTOS, Negros e tabaco nas relações


Hispano-Lusitanas do Rio da Prata, Actas (...)

5Aunque no es una cuestión exclusivamente europea, si


podemos afirmar que en la época moderna la esclavitud fue una
política deliberada de Europa para satisfacer sus demandas de
mano de obra de cara a la explotación de los territorios
colonizados en América, aunque esto no excluye acciones
esclavistas en Extremo Oriente (Malasia, Indonesia y Filipinas).
La organización del comercio de esclavos es un fenómeno de
gran complejidad que requería la movilización de importantes
recursos de capital, barcos, marinos, bases en lazonas de
compra y puntos de destino con mercados seguros. Por
supuesto tiene que ser un buen negocio en un mundo que
despierta al incipiente capitalismo comercial. Los esclavos eran
bienes de capital si los observamos desde una perspectiva
económica moderna aunque para los colonizadores eran pura y
simplemente fuerza de trabajo, brazos para recolectar caña,
trabajar en las minas o transportar ganado. Castilla, la principal
potencia colonizadora a fines del siglo XV estableció un
monopolio sobre la trata de esclavos con destino a América,
aunque inicialmente ese tráfico se dirigió hacia las Islas Canarias
donde comenzó a explotar la caña de azúcar a gran escala. Se
trató del sistema de asientos que duró hasta finales del siglo
XVIII, ya que desde que el Reino Unido prohíbe el tráfico desde
África, no se podían importar. Las cifras iniciales son
relativamente pequeñas; 75.000 personas a lo largo del siglo
XVI y 125.000 entre 1600 y 1650. En 1501 los Reyes Católicos
dieron la primera licencia para trasladar esclavos negros desde
África a América; en 1510 dieron licencia para 50 esclavos; en
1518 crearon el sistema de asientos y en 1618  los ingleses 3

crean la Royal Adventures Trading to África Co y establecen Fort


James en la actual Gambia. En 1621 se crea la Dutch West India
Co. Holandesa y en 1672 se le otorga el monopolio del comercio
de esclavos a la Royal African Co. inglesa. En 1673 Francia
constituye la Compagnie du Senegal. En 1676 se produce la
primera rebelión antiesclavista en la Colonia de Virginia. En
1698 la Royal African Co. pierde el monopolio. A lo largo del
siglo XVII es cuando se desarrolla el comercio de esclavos
africanos con América y cuando las potencias europeas tratan
de monopolizar este mercado que principalmente estaba en las
colonias españolas y portuguesas de América . Será a partir de la
4

segunda mitad del siglo cuando las incipientes colonias inglesas


y francesas van a demandar un número creciente de esclavos.
6La organización del tráfico exigía la disponibilidad de puertos
seguros y permanentes en África desde donde proceder a
embarcar los esclavos y desde el rio Senegal al Norte y Benguela
al Suroeste, se establecieron fuertes e instalaciones de
almacenaje en Senegambia, Sierra Leona, la Costa de los
Esclavos, la Costa de Oro, el Golfo de Benin, el Golfo de Biafra y
África Central y Occidental. Aprovechando las guerras tribales, e
incluso estimulándolas, los europeos se aseguraban un número
de esclavos importante. Aunque el tráfico existía desde el siglo
XVI la realidad es que será en el siglo XVII cuando se va a
desarrollar en gran escala. No creo que existan otras razones
que no sean la búsqueda de beneficios entre unos capitalistas
que habían sufrido las serias consecuencias de la acumulación
de crisis económicas y políticas en Europa. Pero además suponía
un nivel de organización y disciplina muy alto. Los buques
negreros y sus capitanes y oficiales eran responsables ante los
armadores del rendimiento de una importante inversión y por lo
tanto estaban obligados a asegurar la llegada del mayor número
de esclavos posibles a América. Hasta la aparición de los
primeros movimientos antiesclavistas en Inglaterra a fines del
siglo XVIII, la esclavitud es un negocio respetable y los estados
se sirven de sus ventajas y aunque en algunos casos (Holanda
por ejemplo) intentaron justificar sus actividades negreras en
difusos argumentos racistas e incluso bíblicos, no tuvieron
escrúpulos para llevar adelante este infame comercio, que está
en el origen de la economía capitalista moderna.
7Así pues abordar este problema desde un enfoque de historia
económica supone plantear los fundamentos de la economía
europea entre los siglos XVI y XVIII y los problemas que
encontraron a la hora de colonizar los nuevos territorios de
América, Asia y África ocupados, cuando vivían de las ideas y de
la práctica del mercantilismo. Una época de declinación de la
industria, de malas cosechas y de emigración de la población
urbana al campo; epidemias y hambrunas determinaron la
emigración a las colonias de una parte sustancial de la
población europea. Europa no permitió el desarrollo de la
agricultura africana en detrimento de su agricultura colonial. Va
a ser en la segunda mitad del siglo XVII cuando se, va a poner
en marcha la economía colonial de plantación junto al resto de
actividades productivas. Minas, ganadería, actividad forestal,
pesquerías, caza etc. A partir de esa fecha la producción y
exportación de azúcar, tabaco y posteriormente ron constituyen
el grueso de las exportaciones americanas a las que se agregará
el café y el cacao.
 5 Sobre Brasil vd. Luiz Felipe ALENCASTRO, O trato dos viventes:
formação do Brasil no Atlântico Sul, (...)

8La actividad de las plantaciones absorbió casi el 90% de los


africanos llevados a América dedicando el resto a actividades
domésticas, ganadería y actividades urbanas. Sin embargo en
los comienzos de la economía esclavista en América se producía
un exceso de mortalidad derivada de diferentes causas (suicidio,
enfermedades epidémicas, alimentación deficiente y
agotamiento), pese a lo cual la economía de plantación crecía
con incremento de nuevas áreas. El cultivo de la caña de azúcar
arrojaba el índice más alto de mortalidad de los esclavos. Brasil
y El Caribe eran los puntos de llegada más importantes de
llegada de esclavos5 representando respectivamente un 45,5% y
un 37,3%. A los territorios españoles llegaron aproximadamente
1,5 millones de esclavos entre 1520 y 1867 y 566.000 esclavos
fueron desembarcados procedentes de Jamaica (británica) y
Brasil. No existía reserva moral para usar a los esclavos pues los
Jesuitas empleaban en sus granjas a miles de esclavos. Durante
el siglo XIX 750000 esclavos fueron desembarcados en Cuba y
Puerto Rico, donde las plantaciones de caña, café y tabaco
crecían al ritmo de la disponibilidad de mano de obra esclava.
De igual modo, se utilizó a comienzos del siglo para la
explotación de las minas en Bolivia y Perú y en los grandes
ranchos ganaderos del Rio de la Plata.
9La organización del tráfico seguía una pauta triangular en el
hemisferio Norte y bilateral en el sur. Los barcos transportaban
mercancías que podían ser intercambiadas por esclavos en
África (bebidas alcohólicas, tabaco, armas, telas y abalorios).
Una vez cargados los esclavos eran transportados y vendidos en
América y allí se cargaba azúcar, tabaco, cacao pieles, plata,
oro, madera, etc. En la ruta del sur el tráfico era bilateral; los
barcos navegaban desde América a África donde intercambiaban
ron por esclavos y a veces también tabaco. El monopolio
español representado por el sistema de asientos se mantiene
hasta el año 1789 en que se acepta el libre comercio de
esclavos.
10A medida que la situación económica empeoraba en Europa y
se instalaba una fuerte inestabilidad política y social, se
incrementaba la presión sobre las colonias americanas como
posibles fuentes de rentas y de negocios con rentabilidad
elevada ( se supone que la rentabilidad media del negocio
esclavista fue de un 10% del capital invertido entre los siglos
XVII y XVIII).La rentabilidad la medimos comparando el monto de
la inversión en la adquisición de los esclavos, con los beneficios
por viaje una vez vendidos los esclavos en los mercados de
destino, que con frecuencia se beneficiaba del crédito concedido
por banqueros. Para el comprador de esclavos estos eran
considerados un bien de capital, que era necesario amortizar.
Para el vendedor, su beneficio era la diferencia entre el coste de
adquisición y el de venta.
11No existe una literatura antiesclavista que critique el comercio
esclavista o contra la explotación de los esclavos africanos en
América. Los frailes Tomás de Mercado (dominico) y Luis de
Molina (jesuita) son las voces solitarias que critican esta
situación, pero no la esclavitud, como tampoco lo habían hecho
los juristas del siglo XVI tales como Suarez, Vitoria o Soto. Será
necesario esperar al siglo XVIII para encontrar alguna referencia
a los aspectos económicos de la esclavitud, tanto en los autores
españoles como europeos. No se plantean cuestiones morales
en relación con el tráfico de esclavos, solo se discute el mayor o
menor coste de la mano de obra esclava respecto de los
trabajadores libres. Estas consideraciones las realizan Adam
Smith y Du Pont de Nemours en la segunda mitad del XVIII,
cuando solo Campomanes en España es el único que se plantea
la oportunidad del asiento de negros.
12La función del estado en la trata de esclavos se entiende como
únicamente regulatoria y así entre 1641 y 1650 se suspendió el
comercio en Europa como consecuencia de la guerra y la crisis
económica. A partir del Tratado de Utrecht de 1713 el
monopolio de la introducción de esclavos en la América
española lo consigue Inglaterra que se lo entrega a la Compañía
de los Mares del Sur que coloca factores en numerosos puertos
coloniales (Campeche, Veracruz, La Habana, Cartagena,
Portobelo, Panamá, Caracas y Buenos Aires) abriendo el mercado
colonial al contrabando practicado por los barcos del asiento.
13Durante mucho tiempo existió un exceso de oferta de
esclavos hasta que se empezaron a roturar y explotar los nuevos
cultivos tropicales como la caña, cacao, café y tabaco, que
equilibraron demanda y oferta en la segunda mitad del siglo
XVIII. De acuerdo con el censo elaborado por De la Torre en
1774 el 44% de la población de la isla de Cuba era negra y en
1817 ese porcentaje había subido al 57% de la que los esclavos
eran el 49%.
14Hacia 1800, Hispanoamérica contaba con una población de
13,5 millones de habitantes frente a los 10,5 de la España
metropolitana. En Brasil se había exterminado a la población
indígena (Tupinambá, y Caeté). La población esclava tenía tasas
de fertilidad bajas y de mortalidad altas lo que explica que sobre
una población total de 3.596.132 habitantes en 1819 de los que
1.107.389 eran esclavos (30,79%).
15Los esclavos fueron utilizados también en oficios urbanos y
domésticos, convirtiéndose en habitantes de las ciudades
coloniales y llegando a representar proporciones considerables
de sus poblaciones. La magnitud del número de esclavos
transportados a América y su integración en las sociedades
coloniales ya hablemos de España, Portugal, Inglaterra o Francia,
y por supuesto también Holanda, indica que la economía
colonial y la explotación de los recursos coloniales habrían sido
impensables sin el concurso de los esclavos. Desde este
enfoque, el debate económico tanto desde un punto de vista
teórico, como de política práctica pasa a un segundo plano, ya
que para las metrópolis coloniales no existía una alternativa a la
esclavitud de los africanos.
La esclavitud en la teoría y en
la política económica del
Antiguo Régimen
16Resulta cuanto menos sorprendente, que una actividad
económica de la importancia de la esclavitud simplemente no
exista para la historiografía española y para la mayor parte de la
europea. Por ello no es extraño, que tampoco ocupe espacio en
las obras económicas pioneras y en los tratados económicos
clásicos. Tratándose de un problema de comercio, sobre todo de
libertad de comercio, la cuestión de la esclavitud aparece
vinculada a operaciones como el asiento de negros, o al
conflicto con Portugal sobre su monopolio para obtener esclavos
en la costa occidental de África.
17Resulta difícil imaginar cómo fue posible en el plazo de
cincuenta años introducir masivamente una fuerza de trabajo en
América sacada de su espacio vital en África, desconocedora del
idioma, con hábitos de vida diferentes y con un
desconocimiento absoluto de las formas de trabajo productivo
de las sociedades coloniales. Porque la esclavitud de los
africanos fue, ante todo un fenómeno de la historia colonial, en
el que España tiene el dudoso honor de ser la potencia pionera
en la regulación del régimen legal de los esclavos.
18La moderna esclavitud se desarrolla por espacio de trescientos
años y convive con los cambios sociales y económicos de la era
Moderna, los progresos de la Ciencia y la Tecnología y la
formación de la economía capitalista a fines del siglo XVII en
Holanda. Es ante todo un fenómeno capitalista, ya que los
esclavos fueron considerados una inversión y como tal un activo
amortizable con independencia de la literatura alrededor de la
tragedia que comportó. Tal es así, que en 1833 Gran Bretaña
pagó veinte millones de libras esterlinas a los 3000 empresarios
esclavistas caribeños para compensarlos por la emancipación de
sus esclavos. Hay que tener en cuenta que durante la Guerra
Peninsular contra Francia de 1808 a 1814, Gran Bretaña presto
una ayuda militar a España valorada en veinte millones de libras
esterlinas. Sin embargo los Estados Unidos no pagaron
compensaciones a los propietarios de esclavos después de la
emancipación. Pero a fines del siglo XVIII todos los datos
apuntan a que la esclavitud había iniciado una lenta decadencia
en EE.UU. pues las zonas tabaqueras denotaban un fuerte
agotamiento de la tierra, por lo que la explotación agrícola se
reorientó hacia la producción de algodón. En 1790 se inventó la
rueca algodonera y en la primera década del XIX se produce un
desarrollo espectacular de la producción, alcanzando el precio
de la tierra los mayores niveles de la historia.
19El algodón producido en el sur de Estados Unidos en más de
un 85% se embarcaba para Gran Bretaña. Los bancos británicos
anticipaban millones de libras a los propietarios de las
plantaciones esclavistas, créditos con los que hacían frente a
todas las necesidades anuales, a cambio de la venta exclusiva de
la cosecha de algodón. La población esclava era de cuatro
millones con un valor estimado de tres mil millones de dólares
de 1860 una cifra mayor que toda la inversión en los
ferrocarriles de los EE.UU.
 6 W. JOHNSON, River of Darkdreams: Slavery and Empire in the
Cotton Kingdom. Esclavitud y Capitalismo (...)
20La disponibilidad de tierra fértil y mano de obra esclava eran
los requisitos previos al desarrollo de la industria azucarera. Los
canarios fueron los instructores de los responsables de los
nuevos ingenios en Cuba, y Venezuela y además instruyeron a
los esclavos traídos expresamente para este fin. Hay que tener
en cuenta que la mayor parte de la tierra tenía que ser ganada a
pantanos, marjales y bosques, trabajos muy penosos y
peligrosos para los que ningún trabajador estaba dispuesto . 6

21¿Qué tipo de trabajo era más eficiente; el del esclavo, o el del


hombre libre? Esta pregunta fue contestada por Adam Smith y
Du Pont de Nemours de forma inequívoca; el hombre libre es
más eficiente, pero el esclavo asume tareas que jamás asumiría
el hombre libre.
22El otro problema que discutieron los clásicos, especialmente
Adam Smith que lo combatió permanentemente era, la
existencia del monopolio tanto en el tráfico esclavista como en
el comercio de las colonias relativo al azúcar. Se daba una
situación paradójica en las relaciones entre las colonias
continentales y las insulares. Estas últimas eran más eficientes
en la producción de azúcar a partir de la 2ª mitad del siglo XVII
y eran además el principal mercado de consumo de la
producción de alimentos y manufacturas de Nueva Inglaterra
(Massachusetts, Nueva York, Maine, Virginia), compitiendo
ventajosamente con los productos de la metrópoli, que tenía
que comprar su azúcar más caro que el producido en las Antillas
francesas y posteriormente en Cuba. Esta situación se
mantendría hasta la independencia de las trece colonias en 1779
y a partir de la separación, las voces en Inglaterra en contra del
monopolio de las Antillas inglesas sobre el azúcar fueron cada
vez más poderosas consiguiendo que Pitt (el Joven) apoyase
abiertamente la emancipación de los esclavos.
23Las diferencias de productividad de los esclavos de las
plantaciones francesas de Sto. Domingo, y Martinica con los
equivalentes de Jamaica, Barbados y Antigua a favor de los
primeros era de 5 a 1. Las razones que lo explican no están
claras y en la historiografía no se ha aportado una explicación
concluyente, pero esa era la realidad. Esto determinaba enormes
diferencias de las tasas de beneficios de unas y otras, La Guerra
de los Siete años entre 1756 y 1763 por lo que se refiere al
escenario del Caribe fue, ante todo, una guerra del azúcar. El
comercio en el Caribe fue un argumento decisivo para el
mantenimiento del tráfico de esclavos.
 7 A. SMITH, Sobre el Origen y las Causas de la Riqueza de las
Naciones. Alianza Editorial. Madrid, 20 (...)

24“La independencia norteamericana destruyó el sistema


mercantil y desacreditó el viejo régimen. Coincidiendo con las
primeras etapas de la Revolución Industrial, estimuló ese
sentimiento creciente de disgusto por el sistema colonial.
Sentimiento que Adam Smith  propagaba y que se elevó en un
7

verdadero crescendo de denuncias en el momento culminante


de la era del libre tráfico”.
25El Acta de Navegación inglesa era el principal obstáculo para
aceptar el libre tráfico por lo que el nuevo estado, los Estados
Unidos de América se convirtieron en el principal transportista
naval.
26De lo expuesto hasta este momento se desprende que no
existió un debate académico, intelectual o político sobre la
esclavitud que cuestionara su existencia, o que simplemente se
opusiera a tamaña iniquidad. Cuando los británicos se vieron
desbordados por la independencia americana se plantearon
producir el azúcar en la India aunque esto nunca fue una
solución realista pues los costes de producción y transporte
desde el subcontinente lo hacían inviable. Los clásicos trataron
el problema dentro del esquema general de la economía tal
como la entendía Adam Smith en la Riqueza de las Naciones y
en buena medida, el movimiento abolicionista fue la
consecuencia lógica de la pérdida de interés económico de la
esclavitud como recurso productivo. Los estados que como
Portugal y España mantuvieron el sistema esclavista con carácter
endogámico, puesto que después de la abolición no había la
posibilidad de mantener un tráfico de esclavos africanos, solo
ponían de manifiesto su importante atraso tecnológico y su
incapacidad para el desarrollo industrial de sus economías.
27La introducción del algodón y su cultivo en gran escala en el
primer cuarto del siglo XIX, fue el soporte fundamental del
mantenimiento del Sistema Esclavista en los EE.UU. y por
supuesto el apoyo financiero que Gran Bretaña brindó a los
propietarios de plantación a cambio del monopolio sobre el
mercado del textil. Posiblemente la peor época de la esclavitud
contemporánea coincide con este periodo y es la que ha dado
lugar a la literatura antiesclavista más importante. Toda la
evidencia empírica disponible, así como las fuentes de
información estadística indican que no existía atraso tecnológico
en la economía de plantación algodonera en los EE.UU.
especialmente después de la introducción de máquinas como la
desmotadora mecánica. El nivel de renta per cápita de los
estados del Sur era superior al Norte. El movimiento
abolicionista en América fue realmente una demanda de
principios que no admitían en la tradición americana la
existencia de la esclavitud.
 8 E. WILLIAMS, Capitalismo y Esclavitud. Editorial Traficantes de
Sueños. Madrid, 2011.

28Existen algunas dudas sobre la situación real de los esclavos


en el sur de los Estados Unidos, en los llamados estados
esclavistas a partir de la afirmación hecha por North y
Fogel  sobre la mayor productividad de aquellos frente a los
8

obreros libres europeos. Pero la realidad es diferente si


hablamos de obreros ingleses, holandeses, alemanes o de la
Europa del Este y Rusia, donde imperaba el analfabetismo y la
explotación extrema.

La formación de los imperios


americanos y el papel de la
esclavitud negra
29En la historiografía general relativa a la formación de los
imperios de la Edad Moderna en Europa no hay referencias a la
esclavitud, ni se dedican páginas o capítulos a describir el
desarrollo del fenómeno esclavista ni a su impacto en América,
pese a la evidente importancia que el tráfico de esclavos tuvo
para la economía del continente y su configuración como una
economía esclavista. Parece como si a los historiadores y
cronistas les rebotase el asunto o les produjese incomodidad.
Con independencia de los debates teológicos a los que he hecho
referencia más arriba, será necesario esperar al siglo XVIII para
encontrar las primeras manifestaciones claramente contrarias a
la esclavitud en general y a la de los africanos en particular,
pese a lo cual, y habiéndose producido la emancipación de los
Estados Unidos en el último tercio del siglo, convivieron con la
esclavitud casi cien años más.
 9 R.W. FOGEL y S. L. ENGERMAN, Time on the Cross. The
Economic of the American Negro Slavery. Editor (...)

 10 K. MORGAN, op.cit.

30El imperialismo europeo sobre América comienza en las


postrimerías del periodo medieval de la mano del Reino de
Castilla, que a partir de los viajes de Colón impone un
monopolio total sobre el tráfico marítimo y los intercambios
comerciales con América siguiendo un modelo bajomedieval,
que tendrá que compartir con Portugal después del arbitraje
Papa y de la firma del Tratado de Alcazobas y la ratificación de
Tordesillas, fijando los meridianos de separación del dominio de
ambas coronas. El resto de los estados nacionales en formación
o ya consolidados de Europa no admitían este monopolio
unilateral y desde el primer momento trataron de eludirlo, pues
además el modelo de colonización que ensayaron nada tenía
que ver con la guerra de conquista puesta en marcha por los
castellanos siguiendo la pauta marcada por la Guerra de
Granada y por la conquista de las Islas Canarias. Esta
divergencia de modelos va a marcar todo el proceso de
formación de los nuevos imperios, tanto en el caso español y
portugués entre los siglos XV y XVIII, como en el del inglés y
holandés a partir del siglo XVII y hasta el siglo XX. En el segundo
caso, los imperios son de carácter mercantil de forma que la
iniciativa colonizadora la tienen grandes compañías comerciales
de tipo capitalista frente a la iniciativa pública de las Coronas de
Castilla y Portugal. Sin embargo y pese a las diferencias de
modelos, tienen un elemento común que va a ser una constante
a lo largo de trescientos años; esta es la esclavitud de los negros
y su traslado masivo a América hasta alcanzar a fines del siglo
XVIII la enorme suma de 12,5 millones de individuos, sin tener
en cuenta los miles que murieron en la travesía del Atlántico en
condiciones terribles .910

31Montesquieu en su conocido tratado «Del Espíritu de las


Leyes» en el Capitulo 5, del Libro XV escribe:
Si tuviera que defender el derecho que hemos tenido de esclavizar a
los negros, diría lo siguiente: los pueblos de Europa, después de
haber exterminado a los de América, tuvieron que esclavizar a los de
África para emplearlos en la roturación de tan gran cantidad de
tierras. El azúcar sería demasiado cara si no se emplearan esclavos
en el trabajo que requiere el cultivo de la planta que lo produce.

32Su argumentación continúa por el camino de no considerar


seres humanos a los negros y nos da una de las claves del
crecimiento exponencial del negocio esclavista durante los
siglos XVII y XVIII. Los holandeses recurrieron a la Biblia
Calvinista para justificar que se esclavizara a los negros. Los
españoles recurrieron al «deber» de cristianización y
consideraron que era más fácil conseguirlo si eran esclavos y se
les trataba compasivamente. Los ingleses no se complicaron la
vida y los esclavizaron porque era un buen negocio y les
permitía entrar en el mercado colonial español principal
consumidor de la población africana para el trabajo en las
plantaciones y en algunos casos en las minas.
 11 E. WILLIAM, op.cit.

33Son muchos los académicos que sostienen, sin por ello avalar
la tesis de Marx de la acumulación primitiva, que la esclavitud
moderna está en la base del nacimiento del capitalismo y que
sin la esclavitud aquel sería imposible de explicar y ello pese al
reconocimiento de que en la primera fase del desarrollo colonial
y de monetización de la economía europea está la aplicación de
la política mercantilista. Esta es una cuestión que se continúa
debatiendo, pero en lo que existe un consenso general es, que
sin la esclavitud no se podría haber llevado a cabo la
colonización del continente americano y esta conclusión es
válida tanto para el norte, como para el sur. La organización de
la producción agraria mediante el sistema de plantaciones y la
explotación de las materias primas originarias de América
exigieron unas cantidades crecientes de fuerza de trabajo en
condiciones de bajo coste de tal forma que, inicialmente la
compra de los esclavos se asociaba a una inversión de capital
amortizable .11

34En cualquier caso a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII el


pensamiento o ideología mercantilista va a prevalecer y a dictar
la política colonial de Europa respecto de América. Son los
Países Bajos los primeros que se apartan de esta tendencia al
poner en marcha las nuevas instituciones empresariales en
forma de compañías anónimas por acciones. Pero todo el
conjunto de transformaciones estructurales que se producen
entre los siglos XVI y XVII son impulsadas por el comercio
ultramarino, que después del largo cierre del Mediterráneo por
los turcos, reaparece con fuerza en la época de la navegación
trasatlántica. Como ha puesto de manifiesto John Elliot; existe
un «Pacto Colonial Español» por el que América producía oro,
plata y materias primas y España enviaba manufacturas, por lo
que solo se permitieron los ingenios azucareros, pero el resto
de actividades industriales estaban prohibidas. Frente al
monopolio español y al modelo de economía cerrada que se
practicaba, el resto de los países de Europa Occidental, con
capacidad marítima y con una industria en crecimiento, forzaron
la apertura de los mercados. Este statu quo fue alterado
profundamente por el Tratado de Utrecht en 1713.
35El fenómeno más significativo de la época moderna fue, sin
duda, la expansión del comercio ultramarino atlántico
impulsado por la corriente de plata proveniente de los territorios
españoles de América y además de ser un poderoso factor de
crecimiento económico para los países de Europa Occidental, lo
fue también de contribución a lo que se ha venido en llamar la
primera globalización de la economía. El comercio ultramarino
solo estaba al alcance de las economías con capacidad de
inversión y de asunción del riesgo que caracteriza la
acumulación primitiva capitalista. Aparte de la monarquía
castellana y portuguesa, esa capacidad solo la tuvieron
inicialmente, las Provincias Unidas holandesas y posteriormente
Inglaterra. El dominio del comercio ultramarino era de las
grandes compañías mercantiles desde mediado el siglo XVI
hasta la Revolución Industrial. Las compañías de las Indias
Orientales eran las más grandes y poderosas, ya que el comercio
con Asia producía los mayores beneficios, la VOC holandesa fue
la mayor y de mayor éxito. La East Indian Co. inglesa formada
con aportaciones de sus socios de 30.000 libras para el primer
viaje a la India. La transformación de las formas societarias fue
una innovación holandesa, que inventaron las sociedades por
acciones cuyo capital era una inversión a largo plazo. La
segunda característica fundamental de estas nuevas
instituciones mercantiles era su carácter de compañías
internacionales, pues recogían capital de diferentes
nacionalidades (alemanes, polacos, austriacos, daneses, etc). Del
mismo modo la compañía danesa de las Indias Orientales se
constituyó con capital holandés. Sin embargo, hasta la llegada
de las compañías multinacionales, estas empresas continuaron
siendo nacionales.
36La resistencia española a permitir el comercio americano a
ingleses, holandeses y franceses por el riesgo que comportaba
para el monopolio español y ello pese a la importante presencia
del contrabando y de la corrupción de los funcionarios
castellanos, ya desde la época de Cisneros y Las Casas, provocó
que tanto unos como otros persiguieran la ocupación y
establecimiento de colonias propias en el Caribe y en Tierra
Firme, al igual de lo que había ocurrido en el Norte a partir del
siglo XVII, ya que los españoles habían sido incapaces de ocupar
y colonizar los territorios al norte del rio Grande y del Missouri.
Franceses, ingleses y holandeses iniciaron la colonización de lo
que hoy son los Estados Unidos y el Canadá.
 12 H. SCHULTZ, Historia Económica de Europa, 1500-1800.
Editorial Siglo XXI. Madrid 2001.

 13 Stuart B. SCHWARTZ, Prata, açúcar e escravos: de como o


império restaurou Portugal. Tempo [online]. (...)

 14 H.S. KLEIN, The Atlantic Slave Trade. Cambridge University


Press, 2010. Además, los traficantes por (...)
37La historiografía académica viene apoyando la idea de que
durante la era del Mercantilismo (siglos XVI al XVIII) y pese a que
los objetivos económicos de españoles, portugueses,
holandeses e ingleses eran prácticamente iguales, la
acumulación de reservas de plata y oro, las consecuencias
estructurales del comercio fueron muy diferentes (Schultz)  para12

los imperios portugués  y español, y para ingleses y holandeses.


13

Francia, pese a aplicar una política mercantilista en su


expansión colonial, tuvo resultados ambiguos según que
hablemos del Caribe, o de América del Norte. Mientras que los
imperios hispánicos se desarrollaron en base al sistema tardo
medieval de la regalía y las colonias eran un patrimonio real
sometido a un régimen de monopolio de explotación y de
comercio. Para ingleses y holandeses la colonización y la
actividad del comercio era una iniciativa privada de riesgo y la
intervención del Estado en el caso inglés se producía a
requerimiento de los interesados para obtener protección real, o
en el caso holandés protección militar. Desde luego el tema era
más complejo y determinó una actividad diplomática y militar
cada vez más comprometida para ingleses y holandeses, pese a
que el esfuerzo principal lo realizaba la incipiente burguesía
capitalista, ausente de España y de Portugal. En este último país
eran los judíos los que asumían los riesgos . 14

 15 Leonor Freire COSTA, O Transporte no Atlântico. As Frotas do


Açúcar (1580-1663), Lisboa, Instituto (...)

38Inicialmente se extraen de América metales preciosos, gemas,


madera y materias primas y se le envían manufacturas, teniendo
que importarse las semillas y las plantas que no existían en
América, para asegurar el abastecimiento de los colonos. La
caña de azúcar se importa de Madeira  y de Canarias, pero solo
15

a partir de 1610 van a aparecer las primeras plantaciones en


Sto. Domingo. Este es otro hecho importante del desarrollo
colonial, la aparición de las plantaciones frente a las haciendas y
las estancias que habían sido características de la zona
continental. El crecimiento de la demanda de azúcar y tabaco en
Europa disparó la necesidad de incrementar la producción para
lo que no estaban preparados ni la población, ni el territorio
americano. Por ello a partir del siglo XVII se desata una actividad
militar intensa en el Caribe por cuenta de ingleses, holandeses y
franceses a la búsqueda de islas, o territorios de Tierra Firme
que España y Portugal no controlasen. Las ocupaciones se
suceden continuamente y en virtud de la necesidad urgente de
disposición de mano de obra, crece exponencialmente la
actividad de los esclavistas.
39A lo largo del siglo XVII y principios del siglo XVIII,
holandeses, ingleses y franceses van a ocupar islas del Caribe,
en las que España no ejercía soberanía por un total de 46.000
kilómetros cuadrados, de los que los territorios mayores son
Jamaica con 10.991 kilómetros cuadrados y Haití con 27.750
kilómetros cuadrados. Junto a esto, los holandeses ocupan el
norte de Brasil, la zona de Bahía y la retienen durante 50 años y
los ingleses se instalan en la Costa de los Mosquitos de
Honduras de la que solo se irán después de la Paz de Utrecht. Lo
importante de estos hechos es que ya no se trata de
expediciones ocasionales o de piratería sino de establecimientos
permanentes con colonos y un plan de explotación económica
que va a ser decisivo en la creación de los imperios americanos
de los tres países.
40El imperio español y el portugués tendrán que esperar al siglo
XVIII, con Pombal y Carlos III, para tener algo parecido a la
libertad de comercio y esta llega cuando el mal ya estaba hecho
y las posibilidades de recuperación de la economía colonial eran
bastante débiles.
41La ideología mercantilista y su secuela de regalismo colonial
va a prevalecer a lo largo del periodo colonial, frente a la
pujanza de las economías industriales de los Países Bajos e
Inglaterra que expanden sus mercados, coloniales o sometidos
militarmente a costa de españoles y portugueses, situándose en
las áreas marginales que aquellos no ocupaban tales como las
Guayanas, el territorio de Luisiana, la península de Florida,
Terranova y por supuesto Norteamérica y Canadá, junto con las
conquistas en el Caribe, que a lo largo del siglo XVII se van a
consolidar definitivamente. Tal es el Caso de Jamaica que en
1655 pasa definitivamente al dominio inglés y se nombra a su
primer gobernador; ¡¡¡el pirata Henri Morgan !!!.
42El mercantilismo fue un gran impulsor del esclavismo en
función de las necesidades del comercio ultramarino asociado a
la producción de azúcar y tabaco que son los dos productos de
exportación de mayor valor añadido de América si excluimos a
los metales preciosos.
43Durante los siglos XVII y XVIII los esclavos negros introducidos
en Jamaica, 2.318.252, tenían un valor de 25 millones de libras,
con unos beneficios en torno al 8 a 10% del capital invertido.
Pero dado el mayor precio del azúcar jamaicano frente al
producido en Haití (Saint Domingue francesa) y dado que tenían
un monopolio de comercio con Inglaterra, se provocó un
conflicto político entre la burguesía colonial y la naciente
burguesía industrial metropolitana que se saldará a favor de
esta última, impulsora del movimiento antiesclavista y
finalmente, la que lleva adelante la abolición y la ilegalización de
la trata.
44La independencia de los trece Estados que forman los EE.UU
de América, alteró profundamente el statu quo americano que
después de la Guerra de los Siete Años parecía que había
entrado en una fase de paz y estabilidad aceptada por todos los
imperios coloniales de América. Los británicos se habían
asegurado el acceso al mercado colonial español y esta situación
solo se verá perturbada por la independencia americana y la
reclamación de ese derecho por las antiguas colonias.
NOTAS
1 L. BETHEL. Historia de América Latina; Tomo IV, América Latina
Colonial: población, sociedad y cultura. Cambridge University Press;
Traducción de Editorial Crítica, Madrid 1972.

2 A. VÁZQUEZ ESPINOSA; Compendio y Descripción de las Indias.


Madrid 1628. Reedición de 1969

3 K. MORGAN; Cuatro siglos de Esclavitud Trasatlántica. Editorial


Crítica, Madrid 2017.

4 Corcino Medeiros dos SANTOS, Negros e tabaco nas relações


Hispano-Lusitanas do Rio da Prata, Actas do Congresso Internacional
Atlântico de Antigo Regime: poderes e sociedades, Instituto Camões,
2005.

5 Sobre Brasil vd. Luiz Felipe ALENCASTRO, O trato dos viventes:


formação do Brasil no Atlântico Sul, São Paul, Companhia das Letras,
2000
6 W. JOHNSON, River of Darkdreams: Slavery and Empire in the
Cotton Kingdom. Esclavitud y Capitalismo: La alargada sombra de las
plantaciones esclavistas del XIX sobre la economía capitalista
contemporánea. Documento electrónico, 2014.

7 A. SMITH, Sobre el Origen y las Causas de la Riqueza de las


Naciones. Alianza Editorial. Madrid, 2000.

8 E. WILLIAMS, Capitalismo y Esclavitud. Editorial Traficantes de


Sueños. Madrid, 2011.

9 R.W. FOGEL y S. L. ENGERMAN, Time on the Cross. The Economic of


the American Negro Slavery. Editor Little Brown and Company. Boston
1974.

10 K. MORGAN, op.cit.

11 E. WILLIAM, op.cit.

12 H. SCHULTZ, Historia Económica de Europa, 1500-1800. Editorial


Siglo XXI. Madrid 2001.

13 Stuart B. SCHWARTZ, Prata, açúcar e escravos: de como o império


restaurou Portugal. Tempo [online]. 2008, vol.12, n.24, pp.201-223.
ISSN 1413-7704. http://dx.doi.org/10.1590/S1413-
77042008000100011; Gustavo Acioli LOPES, Negócio da Costa da
Mina e comércio atlântico: tabaco, açúcar, ouro e tráfico de escravos,
Pernambuco (1654-1760), tesis doctorado, Faculdade de Filosofia,
Letras e Ciências Humanas, São Paulo,
2008. http://www.teses.usp.br/teses/disponiveis/8/8137/tde-
01122009-093954/pt-br.php

14 H.S. KLEIN, The Atlantic Slave Trade. Cambridge University Press,


2010. Además, los traficantes portugueses conversos fueron los
señores absolutos del trato esclavista para el Nuevo Mundo, vd.
Ricardo Escobar QUEVEDO. Inquisición y judaizantes en América
Española (siglos XVI-XVII). Bogotá, Editorial Universidad del Rosario,
2008, p. 221.

15 Leonor Freire COSTA, O Transporte no Atlântico. As Frotas do


Açúcar (1580-1663), Lisboa, Instituto Superior de Economia e Gestão
da Universidade Técnica de Lisboa,
2001. https://www.repository.utl.pt/handle/10400.5/8817

AUTOR
Oscar Bergasa  Perdomo
Miembro del G 9, Grupo de Investigación sobre Historia, Economía y Sociedad de la ULPGC

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