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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
CICLO : IV
GRUPO : 11
SECCIÓN :B
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Huánuco, 14 de Junio de 2022
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II.- DEDICATORIA
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III. INDICE
I. PORTADA…………………………………………………………………… 1
II. DEDICATORIA……………………………………………………………… 2
III. ÍNDICE……………………………………………………………………….. 3
IV. INTRODUCCION…………………………………………………………… 4
V. TEMA PRINCIPAL…………………………………………………………. 5
VI. CONCLUCIONES………………………………………………………….11
VII. REFERENCIAS………………………………………………………….....13
VII.1. Referencias bibliográficas………………………………………13
VII.2. Referencias virtuales…………………………………………….13
VIII. ANEXSOS…………………………………………………………………14
VIII.1. Glosario…………………………………………………………14-15
VIII.2. Temas de investigación a fines del tema principal……..16-30
VIII.3. Esquemas………………………………………………………31-32
VIII.3.1. Esquema del video…………………………………….31
VIII.3.2. Esquema de la información…………………………..32
VIII.4. Galería de fotos………………………………………………….33
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IV.- INTRODUCCIÓN
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CAPITULO I: TANATOLOGIA FORENSE
1. DEFINICIÓN Y CAMPO DE LA TANATOLOGÍA
Dentro de la medicina legal, el objeto de la tanatología es todo aquello vinculado con la muerte
desde una triple perspectiva: biológica, médica, y jurídica. En los viejos tratados de la
especialidad se la define como al "estudio de las modificaciones que experimenta el cuerpo
humano a partir de la muerte". El avance de la tecnología médica ha tornado insuficiente y
desactualizada esta definición porque entre otras cuestiones, se ha introducido el concepto de
"muerte encefálica" ampliando el campo de esta disciplina por lo que, definimos a la
tanatología como "aquella parte de la medicina legal que estudia las cuestiones médicas,
biológicas y jurídicas relacionadas con la muerte". La misma incluye los siguientes tópicos:
I. Tanatodiagnostico
II. Tanatosemiologia
III. Tanatocronologia
IV. Autopsias o tanatopsia
V. Conservación de cadáveres o tanatoconservacion
VI. Tanatolegislacion
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1.2. AGONOLOGÍA
La mayoría de los textos de Medicina Legal consideran a la agonología como una subdivisión
más de la especialidad separándola de la Tanatología. Consideramos que debe incluirse
dentro de este capítulo atento a que es el proceso que una vez iniciado, en forma inexorable e
irreversible culmina en la muerte por lo que puede decirse que es el estado que
indefectiblemente precede a la muerte. Este término deriva de la palabra griega "agón" que
significa lucha o combate. La muerte desde el punto de vista médico, no es un momento o
instante porque todos los tejidos no "mueren" al mismo tiempo sino después de un proceso
dependiendo fundamentalmente de la viabilidad textural y de la resistencia mayor o menor a la
anoxia. La concepción de la muerte como PROCESO tiene importancia jurídica y práctica
puesto que va a posibilitar el diagnóstico de muerte encefálica en las condiciones de la ley de
transplantes de órganos. El período agónico se desarrolla en un lapso variable que suele ser
prácticamente Inexistente en la muerte rápida, breve en el caso de la muerte súbita y
prolongado como sucede en el estadio terminal de afecciones de diversa etiología. La parte de
la Tanatología que estudia las modificaciones clínicas y texturales que se producen en este
período se llama AGONOLOGÍA. Desde el punto de vista estrictamente biológico se trata de la
consecuencia de una anoxia progresiva e irreversible sobre las diversas estructuras orgánicas
y desde el punto de fisiológico es el deterioro gravativo de todas las funciones vitales que
culminan en la muerte.
Existen comprobaciones clínicas y postmortem: referidas a este estado y que orientan acerca
de su duración:
a. Muerte súbita: es la que sorprende el individuo en aparente estado de buena salud o que si
padecía una enfermedad era ignorada por él o sus familiares: Existe la MUERTE SÚBITA DEL
ADULTO Y LA MUERTE SÚBITA INFANTIL Y DEL LACTANTE. En este caso se excluye la
violencia como sucede en la muerte rápida ya que es atribuible a causas naturales.
b. Muerte inesperada: es aquella que se presenta en un individuo portador de una patología cuyo
pronóstico no hacia presumir la inminencia de la muerte.
c. Muerte rápida: es la que se produce poco tiempo después de instalada la causa como la que se
observa en los accidentes de tránsito o en caso de suicidas que se arrojan desde cierta altura o al paso
de un tren.
a. La muerte natural es causada por procesos biológicos propios de los seres humanos (neoplasias,
infecciones, envejecimiento)
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b. Muerte violenta: éste es un criterio jurídico ya que alude a la forma de la muerte y no a la causa
y mecanismo. En este sentido, la muerte violenta es debida a HOMICIDIO, SUICIDIO O
ACCIDENTE.
c. Denominamos "muerte de causa dudosa" a aquella en la que de los antecedentes obtenidos de
los familiares o de la policía y del examen externo, no surge de manera indubitable la causa de la
muerte. Tanto en esta circunstancia como en los casos de muertes VIOLENTAS, es perentoria la
intervención policial con la pertinente práctica de la AUTOPSIA MEDICOLEGAL. En la muerte de
"causa dudosa", una vez realizada la autopsia se estará en condiciones de determinar si la muerte se
produjo por causas naturales o por algún factor violento (traumático o tóxico).
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CAPITULO II: TANATODIAGNOSTICO
2. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE
La vida constituye un conjunto de fenómenos bioquímicos que siguen unas leyes fijas las cuales dejan
de cumplirse cuando la muerte se produce. El cuerpo queda a merced de las influencias físicas, químicas
o microbianas, tanto procedentes de sus propios desequilibrios, como del medio exterior. Las células,
lentamente, van perdiendo su actividad funcional conforme sus reservas energéticas se van agotando.
No todos los tejidos, células o sistemas pierden sus propiedades vitales en el mismo momento, como un
todo, sino que hay grados de vida y grados de muerte. El tránsito entre la vida y la muerte del organismo
se conoce como agonía, caracterizado por una reducción progresiva de las funciones vitales. Es un
periodo biológico particular, por cuanto el sujeto está todavía vivo y es sujeto de derechos, pudiendo
generarse situaciones en las que haya que valorar su capacidad de tomar decisiones. Así, habrá muertes
sin agonía, con agonía breve o con agonía prolongada y, dentro de la misma, pueden darse periodos
lúcidos interpuestos entre fases comatosas.
Una vez se produce la muerte, ésta se considera como el cese de las funciones vitales. Las funciones del
organismo se sustentan en la tríada: circulación, respiración y sistema nervioso, luego cuando se
produce la detención definitiva de estas tres funciones puede considerarse al sujeto como muerto. En el
periodo agónico pueden empezar a fallar alguna de las tres pero sólo la ausencia de todas global- mente
son características de la muerte. A efectos prácticos, solía hacerse equivalente el cese de la función
cardiaca a la muerte (cor ultimum moriens). Modernamente se considera definitivo el cese de la función
nerviosa.
Así pues, la muerte sería el cese global de todas las funciones vitales. Como el fallo puede producirse
parcial y progresivamente, pueden diferenciarse varias fases en la muerte:
- Muerte aparente. Son estados que semejan a la muerte con pérdida de conciencia, resolución
muscular, paro respiratorio y una actividad circulatoria tan débil que puede pasar inadvertida,
pues el sujeto es recuperable, como ocurre en el caso de electrocutados, comas por tóxicos o
ahogados.
- Muerte relativa. Corresponde a la prolongación de la agonía y supone una sus- pensión efectiva
y duradera de las funciones nerviosas, respiratorias y circulatorias. Es posible, en algunos casos,
la reviviscencia del individuo con maniobras terapéuticas extraordinarias.
- Muerte intermedia. La extinción de las actividades biológicas es irreversible, sin que se pueda
retornar a la vida, se trata de un periodo de tránsito hacia la muer- te absoluta.
- Muerte absoluta. Ha desaparecido cualquier actividad biológica.
Sea por temor a la inhumación de un vivo o por el carácter progresivo de la muerte, lo cierto es que el
diagnóstico de la muerte ha suscitado siempre un gran interés, entre científicos o legisladores. En
nuestro país es obligado el examen facultativo completo antes de la inhumación, la cual está prohibida
antes de las 24 horas. No obstante, hay ocasiones en los que no es posible realizar un examen detenido
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del fallecido pues no hay tiempo para ello, como en desastres masivos, por lo que se han desarrollado
métodos diagnósticos de fácil empleo e interpretación a lo largo de la historia de la humanidad,
perfeccionados ahora con el desarrollo de las modernas técnicas de reanimación pues muchas veces es
preciso asumir cuándo corresponde desconectar las medidas extraordinarias de sostenimiento vital aun
sin que se hayan llegado a extinguir los latidos cardiacos. Por ello entre los signos de muerte vamos a
distinguir:
Signos positivos de muerte, debido al establecimiento de los fenómenos cadavéricos, de fácil
apreciación.
Signos negativos de vida, debidos al cese de las funciones vitales.
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existe vida, en la prueba endovenosa la sustancia es absorbida inmediatamente y produce
instantáneamente una coloración verde esmeralda de los ojos y una coloración amarillenta de la
piel. Cuando se hace intramuscular o subcutánea, se obtiene idéntico resultado, pero a la media
hora. En ambos se utiliza cinco centímetros de la solución.
Prueba del Éter y la Diomina.- En esta prueba se instila en el fondo de saco conjuntival (debajo
de los párpados) una o dos gotas de éter o dioxina; si es que existe vida y circulación, el ojo
presenta una congestión rápida e intensa.
Prueba De Rebouillat.- Para ello se inyecta intramuscularmente uno o dos centímetros de éter
se retira la aguja y se observa. Si se trata de una persona con vida, la sustancia es absorbida
inmediatamente y se difunde en los tejidos. En el cadáver en cambio, el éter regresa al exterior
por el orificio dejado por la aguja; se puede visualizar mejor si se añade azul de metileno.
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