Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. ausencia de vicios
2. que el objeto sea lícito
3. la forma que establece la ley
4. que las partes tengan capacidad para contratar
• CONSENTIMIENTO.
La oferta debe contener los datos necesarios para dar a conocer el tipo de acto
que se propone y las condiciones en que se desea contratar. Siempre se dirige
a otra persona que la debe recibir y complementar para integrar el acuerdo.
Para que haya consentimiento, es necesario que la oferta reciba una aceptación
lisa y llana, es decir, que la aceptación no implique ninguna modificación a la
oferta. Treviño. (1996)
La mala fe no es otra cosa que la disimulación del error en que se encuentra uno
de los contratantes, una vez conocido, para que el otro se obligue bajo esa falsa
creencia. Implica una actitud pasiva por parte de un contratante con la finalidad
de el otro no salga de su error.
Tanto el dolo como la mala fe dan origen a una nulidad relativa, razón por la cual
sólo es oponible por quien los sufra; sin embargo, el acto jurídico así viciado de
nulidad, puede ser confirmado o ratificado por el cumplimiento voluntario de las
partes, extinguiéndose la acción de nulidad. Por último, existe una clase de dolo
que no da lugar a la nulidad del contrato, es el conocido como dolo bueno; éste
existe cuando una de las partes exagera las cualidades de la cosa materia del
contrato, a fin de despertar el interés excesivo del otro por la celebración del
contrato, generalmente se da en las relaciones entre los comerciantes y
consumidores.
• OBJETO.
El objeto cosa es físicamente posible cuando está en la naturaleza, esto es, que
la cosa exista al momento de celebrarse el contrato. Sin embargo, es preciso
aclarar que las cosas futuras también pueden ser objeto de un contrato, siempre
y cuando la futura existencia del objeto pueda darse conforme a la naturaleza y
las partes estén conscientes de que se contrata sobre un objeto que no existe
en el presente, pero que tienen la seguridad de que va existir, podemos decir
que el objeto cosa es jurídicamente posible cuando está en el comercio, ya que
solamente son objeto de los contratos civiles las cosas que son susceptibles de
entrar en el patrimonio de los particulares; por tanto, no son jurídicamente
posibles, como objeto de un contrato, los bienes del dominio público y los de uso
común.
Una característica que debe tener el objeto materia del contrato es su estimación
pecuniaria, ya como lo consideran la mayoría de los autores, el contrato como
fuente de obligaciones se encuentra ubicado dentro del ámbito patrimonial, razón
por la cual todo objeto (hecho o cosa) materia de un contrato debe ser
susceptible de valorarse en dinero, ya que en caso de incumplimiento del
contrato, el responsable está obligado a pagar los daños y perjuicios causados
por su incumplimiento.
• SOLEMNIDAD
Son requisitos obligatorios por ley para la consecución de ciertos actos jurídicos,
normalmente el registro de documentos en entes oficiales del estado.