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ELEMENTOS DE EXISTENCIA DE UN CONTRATO

Dentro de los elementos de existencia, están el consentimiento, objeto y


solemnidad, sin ellos se dice que el acto jurídico no puede llegar a existir, por
otro lado, para que un contrato sea válido, este debe de cumplir con cuatro
requisitos:

1. ausencia de vicios
2. que el objeto sea lícito
3. la forma que establece la ley
4. que las partes tengan capacidad para contratar

Estos cuatro elementos de suma importancia se estarán analizando para su


mejor compresión, planteado lo anterior, los elementos de existencia, son
aquellos sin los cuales no existirían contratos, es decir, son aquellos requisitos
cuya presencia dan vida jurídica al acto jurídico llamado contrato.

Artículo 1795.- El contrato puede ser invalidado:

I.- Por incapacidad legal de las partes o de una de ellas

II.- Por vicios del consentimiento

III.- Porque su objeto, o su motivo o fin sea ilícito

IV.- Porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma que la ley


establece.

• CONSENTIMIENTO.

Se define el consentimiento como un acuerdo de voluntades que implica la


existencia de un interés jurídico; en el caso particular del contrato, ese interés
consiste en la creación o transmisión de derechos reales o personales. Treviño.
(1996).

Consentimiento es el acuerdo entre dos o más voluntades acerca de la


producción o transformación de derechos y obligaciones. Pina (1996).

Como primer punto tenemos el consentimiento, el cual se basa en el acuerdo de


voluntades entre las partes sobre el objeto materia del contrato, en su formación
se pueden distinguir con claridad dos momentos esenciales: la oferta y la
aceptación.

a) La oferta es una proposición realizada por uno de los contratantes a otro


sobre un asunto de interés jurídico

Según Bejarano, la oferta es la propuesta de contratar: es una manifestación


unilateral de voluntad negocial que contiene elementos esenciales
característicos del acto jurídico que se desea celebrar, la cual se dirige a otra
persona, determinada o indeterminada, que se encuentre presente o no

La oferta debe contener los datos necesarios para dar a conocer el tipo de acto
que se propone y las condiciones en que se desea contratar. Siempre se dirige
a otra persona que la debe recibir y complementar para integrar el acuerdo.

b) la aceptación es el plegamiento de la voluntad de un contratante a la oferta


inicial, muchas veces previa contraoferta realizada por el otro contratante.

Para que haya consentimiento, es necesario que la oferta reciba una aceptación
lisa y llana, es decir, que la aceptación no implique ninguna modificación a la
oferta. Treviño. (1996)

En otras palabras, es la base de cualquier actividad jurídica, donde una parte


decide ofertar una propuesta y la otra aceptarla bajo una serie de condiciones
previamente acordadas.

El consentimiento puede darse de forma verbal o escrita, en este último caso


mediante un documento que debe ser firmado, aprobando así los términos
propuestos.

La capacidad de los contratantes puede dividirse en capacidad de goce y


capacidad de ejercicio.

Por capacidad de goce se entiende la aptitud que la ley reconoce a una


persona para ser titular de derechos y obligaciones. En tanto que la capacidad
de ejercicio es la facultad para usar o poner en práctica esos derechos y
obligaciones
El estudio de los vicios del consentimiento que pueden afectar la validez del
consentimiento. El error es “la falsa apreciación o conocimiento de una o
realidad, o el total desconocimiento de ella. Esto origina en el sujeto la
deformación de su voluntad; es decir, un sentido distinto al que se hubiera
formado de no existir tal circunstancia”. La doctrina suele distinguir cuatro tipos
de errores que pueden afectar el consentimiento de los contratantes: el error
obstáculo o error impediente, que se da cuando los contratantes se forman un
juicio equivocado o concepto erróneo sobre la naturaleza del contrato o sobre la
identidad de la cosa (error in negocio y el error in corpore). El error nulidad puede
consistir en un error de hecho o en un error de derecho, el cual otorgará acción
de nulidad siempre y cuando recaiga sobre el motivo determinante de la voluntad
de cualquiera de los contratantes, pero a condición de que en el acto de la
celebración se declare ese motivo, o bien, que se pruebe por las circunstancias
del mismo contrato que se celebró éste en el falso supuesto que lo motivó y no
por otra causa.

El error indiferente es aquel que no afecta la validez del contrato, ya que se


reduce al hecho de contratar en condiciones más onerosas o desfavorables a las
que originalmente se pensó. Por último, el error rectificable o de cálculo es aquel
que da lugar a una rectificación de carácter aritmético. El dolo y la mala fe
merecen ser analizados de manera conjunta debido a su íntima relación. El
motivo que vicia la voluntad es el error provocado por las maniobras, que hacen
que la víctima incurra o permanezca en el error”. Complementando los anteriores
conceptos transcritos diremos que el dolo implica una actitud activa de uno de
los contratantes, mediante el uso de un engaño, maquinaciones o artificios, para
hacer caer en el error al otro; sin embargo, si ambos contratantes proceden con
dolo, ninguno de ellos puede alegar la nulidad del acto o reclamar indemnización
alguna.

La mala fe no es otra cosa que la disimulación del error en que se encuentra uno
de los contratantes, una vez conocido, para que el otro se obligue bajo esa falsa
creencia. Implica una actitud pasiva por parte de un contratante con la finalidad
de el otro no salga de su error.

Tanto el dolo como la mala fe dan origen a una nulidad relativa, razón por la cual
sólo es oponible por quien los sufra; sin embargo, el acto jurídico así viciado de
nulidad, puede ser confirmado o ratificado por el cumplimiento voluntario de las
partes, extinguiéndose la acción de nulidad. Por último, existe una clase de dolo
que no da lugar a la nulidad del contrato, es el conocido como dolo bueno; éste
existe cuando una de las partes exagera las cualidades de la cosa materia del
contrato, a fin de despertar el interés excesivo del otro por la celebración del
contrato, generalmente se da en las relaciones entre los comerciantes y
consumidores.

• OBJETO.

Se refiere literalmente al bien, entidad u objeto físico sobre el cual se elabora un


contrato, este objeto debe existir, aunque también puede haber un compromiso
de su existencia en el futuro; el objeto de los contratos consiste precisamente en
el contenido de esa prestación, es decir, la cosa que el deudor debe dar o el
hecho que éste debe hacer o no hacer.

El objeto cosa es físicamente posible cuando está en la naturaleza, esto es, que
la cosa exista al momento de celebrarse el contrato. Sin embargo, es preciso
aclarar que las cosas futuras también pueden ser objeto de un contrato, siempre
y cuando la futura existencia del objeto pueda darse conforme a la naturaleza y
las partes estén conscientes de que se contrata sobre un objeto que no existe
en el presente, pero que tienen la seguridad de que va existir, podemos decir
que el objeto cosa es jurídicamente posible cuando está en el comercio, ya que
solamente son objeto de los contratos civiles las cosas que son susceptibles de
entrar en el patrimonio de los particulares; por tanto, no son jurídicamente
posibles, como objeto de un contrato, los bienes del dominio público y los de uso
común.

Por lo que ve a la imposibilidad física y jurídica del objeto hecho, la licitud en el


objeto, se hace consistir en que la cosa o hecho materia del contrato no sea
contrario a las leyes de orden público, a las leyes prohibitivas o a las buenas
costumbres. Cuando hablamos de un objeto determinado o cierto, nos referimos
a aquellas cosas que se identifican por sus características o notas individuales,
de la tal manera que solamente una cosa corresponde a esa descripción, por
ejemplo, el lote número 15, ubicado en la manzana 2, del fraccionamiento "Las
Canteras" de la ciudad de Morelia, Michoacán.
En tanto que los objetos determinables constituyen las cosas designadas de
manera genérica en el contrato, es decir, no que no pueden identificarse en su
individualidad, sino que se determinan por su peso, número o medida, por su
especie, calidad y cantidad.

Una característica que debe tener el objeto materia del contrato es su estimación
pecuniaria, ya como lo consideran la mayoría de los autores, el contrato como
fuente de obligaciones se encuentra ubicado dentro del ámbito patrimonial, razón
por la cual todo objeto (hecho o cosa) materia de un contrato debe ser
susceptible de valorarse en dinero, ya que en caso de incumplimiento del
contrato, el responsable está obligado a pagar los daños y perjuicios causados
por su incumplimiento.

Es la cosa o hecho sobre el cual recae la obligación contraída, es la prestación


adeudada. Cuando se trata de obligaciones de hacer o de no hacer, el objeto es
exclusivamente una conducta humana.

Objeto directo de los contratos: Crear o transmitir derechos y obligaciones. Del


acto jurídico sería crear, transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones.
El objeto directo solo tiene la característica que es de ser Jurídicamente posible.

• SOLEMNIDAD

Son requisitos obligatorios por ley para la consecución de ciertos actos jurídicos,
normalmente el registro de documentos en entes oficiales del estado.

Un ejemplo de actos con solemnidad son los matrimonios y divorcios.

Este es un elemento esencial, de orden e interés público, constitutivo del acto


jurídico, normalmente impuesto por la ley, en la que participa un representante
del estado o un depositario de fe pública con el fin de que se cumplan
determinadas formalidades y requisitos externos, únicos e indispensables para
que la expresión de la voluntad en la celebración, autentificación y constitución
del acto adquiera plena validez, y cuya falta o defecto produce su nulidad
absoluta o inexistencia.

Un ejemplo de este concepto puede ser el siguiente:


• Marta y Juan son pareja y están muy enamorados. En una noche de
copas, deciden que es momento de dar el siguiente paso y le piden a un
amigo que es sacerdote que los case en un parque, entregándose los
anillos y todo. Sin embargo, ellos aún no están casados para los ojos del
Estado, ya que se requiere que el casamiento se haga en el Registro Civil
frente a un oficial, firmando el acta de matrimonio.

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