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NACIONALIDAD Y PLURINACIONALIDAD DEL ESTADO BOLIVIANO

Bolivia (aimara: Wuliwya; quechua: Puliwya; guaraní: Mborívia),
oficialmente Estado Plurinacional de Bolivia,1011 es un país soberano situado en
la región centro-occidental de América del Sur, políticamente se constituye como
un estado plurinacional, descentralizado con autonomías. Está organizado en
nueve departamentos. Su capital constitucional esSucre,1 sede del órgano judicial;
la ciudad de La Paz es la sede de los órganos ejecutivo, legislativo y electoral.
Limita al norte y al oriente con Brasil, al sur con Paraguay y Argentina, y al
occidente con Chile y Perú. Es un Estado sin litoral y constitucionalmente
mantiene una reclamación territorial a Chile por una salida soberana al
océano Pacífico, zanjada recientemente en el tribunal de La Haya. Su superficie
es la sexta más extensa de Latinoamérica y comprende distintos espacios
geográficos como la cordillera de los Andes, el Altiplano, laAmazonía, los Llanos
de Moxos y el Chaco, siendo uno de los países conmayor biodiversidad en el
mundo.12
En su territorio se desarrollaron civilizaciones pre-históricas comoTiwanaku,
la Cultura Hidráulica de las Lomas, la cultura moxeña, la Nación aymara que
sobrevive hasta la actualidad. Primero los incas y posteriormente
los conquistadores españoles dominaron el territorio hasta que el país se
independizó en 1825. Es por eso que Bolivia en su actual constitución política del
estado se declaró como un país plurinacional al reconocer que en su territorio pre-
existen varias naciones cuyos orígenes son anteriores a la llegada de
la colonización española.
Cuenta con una población de cerca de 10,1 millones de habitantes de acuerdo al
último censo de 2012.13 Bolivia es un estado multiétnico, cuya población
incluye amerindios, mestizos, europeos, asiáticos y africanos. Lasegregación
racial y marginación social que surgió del colonialismo español ha continuado
hasta la era moderna. El español es el idioma oficial y predominante, aunque
36 lenguas indígenas también tienen estatus oficial, de las cuales las más
habladas son guaraní, aimara y quechua.
Bolivia es un país de ingreso medio y que por más de una década ha liderado el
crecimiento económico de la región sudamericana. 14 Es miembro fundador de
la Organización de las Naciones Unidas, FMI, OEA, y la Unasur. Está en proceso
de adhesión al Mercosur.
En general las constituciones más recientes consagran, además de principios
clásicos como la libertad y la igualdad, otros como el pluralismo, la participación, la
autonomía. Son principios de estirpe liberal, en ausencia de los cuales no se
entiende, en el mundo actual, una sociedad democrática.

La última Constitución de Bolivia muy rica en ese tema. Es más, el principio de la


autonomía territorial, para el ámbito local, viene rigiendo desde 1967. A pesar de
que aquella era una época de esplendor para el Estado-Nación, el artículo 200
expresaba que “el gobierno comunal es autónomo”.

Por entonces Bolivia estaba viviendo días de transformación institucional.


Nacionalizaciones respaldadas por una poderosa central obrera que giraba en
torno a la industria minera del estaño, eran inspiradas por el célebre Movimiento
Nacionalista Revolucionario. Los presidentes Víctor Paz Estensoro y Hernán Siles
Suazo proyectaron su liderazgo más allá de las fronteras bolivianas.

El nuevo texto constitucional también va mucho más allá de la simple autonomía


local. El Estado Boliviano es, según el artículo primero superior, “plurinacional,
comunitario, libre, autonómico y descentralizado…Se funda en la pluralidad y el
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso
integrador del país”.

Semejante riqueza conceptual hace de la Constitución de Bolivia una de las más


avanzadas del mundo, desde el punto de vista del reconocimiento de su paisaje
político. Está hecha para una sociedad plural que, aun cuando se congrega en un
Estado unitario, se funda en una amplia gama de diversidades que consultan
cabalmente su realidad histórica y sociológica: Bolivia es una patria multinacional.

En efecto, la Constitución reconoce la existencia precolonial de pueblos


originarios, a los cuales garantiza autonomía, autogobierno, autodeterminación.
Señala la presencia de comunidades urbanas diversas, comunidades
interculturales y naciones con patrimonio lingüístico propio, y consagra como
idiomas oficiales del Estado el español y todos los demás de las “naciones y
pueblos originarios campesinos” como aymara, baure, guaraní, quechua, tacana,
zamuco y otros treinta idiomas más.

El gobierno plurinacional y el gobierno de cada uno de los departamentos deberá


utilizar por lo menos dos idiomas oficiales, uno de los cuales será el castellano y el
otro el de las preferencias de la población o el del respectivo territorio. Así mismo
asume unos “principios ético-morales de la sociedad plural” que consagra en
lenguas vernáculas y garantiza una educación “intracultural, intercultural y
plurilingüe en todo el sistema educativo”.

La diversidad cultural “constituye la base esencial del Estado pluricultural y


comunitario”. La interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la
convivencia armónica entre los bolivianos y tendrá lugar con respeto a las
diferencias y en igualdad de condiciones. Así lo establece el artículo 100 de la
Constitución.

Además del pluralismo y la participación, la organización territorial del Estado está


definida como de un régimen autonómico y establece que la regionalización del
país será producto de la voluntad democrática de la ciudadanía, a través de
referendo y por la unión de municipios, de provincias o de territorios indígenas con
continuidad geográfica y que compartan características comunes.

Probablemente no hay en ningún otro país de América una Constitución con tan
claros y marcados caracteres autonómicos. Por eso no resulta muy comprensible
la reacción del gobierno boliviano frente al resultado del referendo votado en
Santa Cruz a favor de la autonomía. Su Carta Política está hecha para
garantizarla: la autonomía individual, la de los grupos sociales y la de las
entidades territoriales.

Los Estados unitarios temen a la autonomía territorial y, por eso, privilegian el


principio de la unidad política. Pero en el Estado autonómico la unidad política es
plenamente compatible con la autonomía territorial. La América del sur, que ha
vivido grandes conflictos históricos entre federalismo y centralismo, puede
encontrar en el Estado autonómico la expresión institucional que garantice la
unidad en la diversidad.

En Bolivia el pluralismo social no pudo ser borrado en varios siglos de centralismo


político. Pero los derechos conquistados por los pueblos originarios en la nueva
Carta Política, tampoco pueden ser negados por ellos a los demás bolivianos. No
es fácil, por lo tanto, entender la postura del gobierno frente a los resultados del
referendo de Santa Cruz.

También hay que decirlo. El conflicto originado por los acontecimientos ocurridos
en Santa Cruz no se agota en la situación político interno. Pone de presente un
problema de fondo: la crisis del Estado, como paradigma institucional,
particularmente allí donde nació como resultado de la imposición de las potencias
europeas del siglo XIX.

No es fácil aceptar la crisis de uno de los paradigmas fundamentales del


pensamiento moderno. Pero si el Estado unitario resulta incapaz de abrir
compuertas hacia la realidad pluralista, participativa y autonómica del mundo
contemporáneo, se fracturará aparatosamente entre las dinámicas encontradas de
la globalización y de los regionalismos. La ecuación global-local no parece dejar
muchos espacios a lo nacional en el futuro. 

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