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siempre presente que este trigo cuando' está largo de agua, forma un poco
de correa, y por lo tanto, para advertir esto, no se masticará de repente,1

de modo que no se aperciba su (¡rugido, Ajándose siempre mucho en esta o p e -

ración, para que quede mas bien un poco corto de agua que no abundante,
que entorpece la molturacion y se antepone á todo buen resultado, dando
con esto una cascara muy pintada en blanco y por consiguiente con p é r -
dida de- los productos é intereses del cuerpo.

TRATADO SEGUNDO.

TÍTULO I.

MOLTURACION DE LOS TRIGOS.

Sabido es que la Administración militar no posee en la actualidad p r o -

piedad de fábrica n i molinos para hacer su molturacion, la cual debía h a -
:

cer por sú parte-, con el personal de obreros que tiene á su cargo y e s -

tudiar constantemente sus productos, lo que seria en bien del mejor servicio,
al' paso que la; molturacion'á maquila es perjudicial á nuestros trigos, poi-
q u e estos quedan'sujetos á operaciones homogéneas para nuestra marcha
1

elaborátoria, y que nunca llega el cuerpo á comprender, la que ño d e j a d o

ser, delicada, sin embargo de la índole a ¡que se dedica, por su gran a p r o -
vechamiento y cuyo fin tendrá término, sin que hubiese necesidad de nuevos
:

gravámenes, puesto qué ptor el importe • total que le tiene de coste á este
la maquila, podría tal vez • arrendar por su cuenta uno de esto-, que t e n -
dría á su disposición, q u e d a n d o ' vedada de este modo, la intervención de.
1 ;

desconocidos en\ tan importante operación, que solo ocasiona interrupción en

su marcha, puesto que como nada tienen ' de responsabilidad con los i n t e -
reses del cuerpo, nada les • importa nuestro sistema ni productos; por estas
razones, sólo se arreglan á los'suyos particulares, qué es de todo punto i m -
>osib'le corregir p'or su independencia sin límites, la que es incompatible con
Ías operaciones generales de nuestro servicio, marcha elaboraloria de n u e s -
tros paneá y productos naturales dé nuestros artículos de consumo.
¡ Siendo hoy, por regla general, como queda dicho, nuestros trigos, m o l i -
(

dos en molinos o fábricas de particulares, ló que llevan siempre consigo las

desventajas naturales dé la índole qu'e irás de sí llevan el oficio, por el que
se hace este, trabajo, cuyos dueños ó arrendatarios, son los' encargados de
hacer estas operaciones y estos además' del de la factoría que tienen á su
caigo, haden á s ü ' v e z los suyos respectivos á otros particulares, á los cuales
les ofrecen estos las ventajas del beneficio que les reporta y que p a r a ' él,
cuerpo fes perjudicial; por la sencilla razón de que lodos los de esta facultad
1

y se encuentran en casos análogos, l a operación' mas sencilla que pueden

;

hacer en Contra' de los intereses dé nuestro buen crédito, es la de hacer

la molturacion a picadura, dejando el tajo para aquellos, y que siempre lo
efectúan • así,'por razón de que los nuestros no son escogidos, mojados ni
arreglados en la forma que aquellos lo hacen por su corto número de fa-
nega'»' y ' buenos útiles para estos trabajos, dejan los suyos en buen estado
pafa'iíioler y ' c o m o los nuestros por su gran cantidad y en ocasiones, falta
de"""ú?t¡1es para hacer alguna d é eslas operaciones, como por su mucha eco-'
nómía no qued'ah en tan buen estado, huyendo ellos de esta operación que
le es penosa hacer á tajo, y por consiguiente, mas fácil á picadura, pó'r lo