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Bebidas Alcohólicas

Bebidas alcohólicas en la vida cristiana, uno de los temas más polémicos y a debatir
entre los más fieles creyentes en nuestro señor Jesucristo. Para con este tema en
específico la palabra de Dios nos permite ver ambas caras de la moneda, donde debe ser
cada individuo el responsable de cómo actuar según su conciencia.

Están los religiosos conservadores y ortodoxos quienes no ingieren ningún tipo de


alcohol siquiera el vino. Este grupo de cristianos se apoyan en la biblia con los siguientes
textos: Proverbios 20:1 El vino es escarnecedor, la bebida fuerte alborotadora, y cualquiera
que con ellos se embriaga no es sabio. Romanos 13:13 Andemos decentemente, como de
día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y
envidias. Efesio 5:18 Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed
llenos del Espíritu. 1 Corintios 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Isaias 5:11 ¿Ay de los que se
levantan muy de mañana para ir tras la bebida, de los que trasnochan para que el vino los
encienda. Estos textos son tomados como referencia para rechazar cualquier actividad que
implique el ingerir cualquier bebida alcohólica están en todo su derecho y todo cristiano que
no esté de acuerdo con esta postura debe respetar tal decisión, tomando en cuenta que
ambas partes deben evitar entre ellos que este sea un tema de contienda y enfrentamiento.

Por otro lado están los cristianos que permiten el consumo parcial del alcohol,
algunos de este grupo solo optan por consumir el vino. Estos se apoyan también en las
sagradas escrituras, específicamente el primer milagro de Jesus en la boda de Canaán.
Juan 2:1-11 Tres días después María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo
llamado Caná, en la región de Galilea. 2 Jesús y sus discípulos también habían sido
invitados. Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. Entonces María le dijo a Jesús: —Ya
no tienen vino. Jesús le respondió: —Madre,[a] ese no es asunto nuestro. Aún no ha llegado
el momento de que yo les diga quién soy. Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan
todo lo que Jesús les diga.» Allí había seis grandes tinajas para agua, de las que usan los
judíos en sus ceremonias religiosas. En cada tinaja cabían unos cien litros. Jesús les dijo a
los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas.» Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el
borde. Luego Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta,
para que lo pruebe.» Así lo hicieron. El encargado de la fiesta probó el agua que había sido
convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero
los sirvientes sí lo sabían. Enseguida el encargado de la fiesta llamó al novio y le dijo:
«Siempre se sirve primero el mejor vino, y luego, cuando ya los invitados han bebido
bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final.»
Jesús hizo esta primera señal en Caná de Galilea. Así empezó a mostrar el gran poder que
tenía, y sus discípulos creyeron en él.

Otro texto en las sagradas escrituras que utilizan como respaldo es 1 Timoteo 5:23,
Pablo da instrucciones a Timoteo para que deje de beber exclusivamente agua (que
probablemente le estaba causando problemas estomacales) y que por el contrario beba
vino. Por otro lado Salmos 104:15 nos dice El vino que alegra el corazón, el aceite que
hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida. Eclesiastés 9:7 Anda, come tu pan con
gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son agradables a Dios.
Dicho todo esto y teniendo ambas posturas la razón, se recomienda que este sea un
tema el cual se debe manejar con cautela, donde el amor a Dios apoyado en la prudencia
es el principal enfoque. Proverbios 23:20-21 dice No estés con los bebedores de vino, Ni
con los comedores de carne; Porque el bebedor y el comilón empobrecen, el sueño hará
vestir vestidos rotos. Proverbios 20:1 nos aconseja que el vino es escarnecedor, la bebida
fuerte, alborotadora;y cualquiera que por su causa yerre no es sabio. Mientras que Oseas
4:11 nos recuerda Fornicación, y vino y mosto quitan el juicio. Hay que recalcar que una
persona que lucha o ha luchado en su vida con problemas de alcoholismo, por amor a
él/ella y a Dios debería evitarse el consumo de tal sustancia en su presencia. La decisión es
de cada quien y lo que Dios ponga en su corazón, ya sea evitar a toda costa esta práctica o
bien consumir alcohol con conciencia y prudencia.

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