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ASIGNATURA:

DERECHO CIVIL

CESION Y SUBROGACION

ELABORADO POR:

Jorge Antonio Carrasquilla Tamayo

PROFESOR:

JUNIO 2023
INTRODUCCION

En los últimos años, las regulaciones de transferencia de préstamos han


estado sujetas a cambios importantes en algunas reglas civiles de América
Latina, a veces el resultado del impacto de la experiencia de cifrado extranjero,
así como en otras, el impacto de los proyectos armoniosos y armoniosos y la
unidad de la Ley. Sin embargo, definitivamente podemos confirmar que esto
también es el desarrollo de un personaje, pero en cierta medida, ha llevado a la
separación de algunos códigos de la disciplina que la transferencia de
préstamos en los préstamos. Se dio la regla original del siglo XIX. Estas
revisiones, a nuestro juicio, han supuesto su consolidación y renovación, por lo
que esta es una oportunidad para destacar los cambios que se han producido a
la luz de la disciplina tradicional, al mismo tiempo que se analizan sus ventajas
y desventajas.
CESION Y SUBROGACION

La cesión de créditos se caracteriza por ser una transacción legal entre el titular
del crédito y otra persona, para transferir la responsabilidad de la obligación. En
la actualidad, los bancos, las instituciones monetarias y las organizaciones de
telecomunicaciones ofrecen las carteras de sus deudores a otras
organizaciones, comúnmente conocidas como organizaciones buitre, que se
encargan del cobro de las obligaciones, y que son las que celebran los
contratos de cesión de créditos.

Un negocio legítimo se realiza entre un Prestatario o persona que tiene un


crédito u obligación en su favor y un Externo, que procura dicho crédito u
obligación poniéndose en la posición del Prestamista.

El Deudor, o persona que debe el crédito u obligación, no media en el negocio


legítimo en el que el Arrendador reparte el crédito (Cedente) para el Ajeno que
lo obtiene (Cesionario), sin embargo su crédito no es asfixiado, sino que se
mantiene para la última opción.

Para que la cesión sea sustancial, ni el consentimiento del deudor ni su


perspicacia son vitales, pero si el deudor paga al banco antes de conocer la
cesión, quedará libre de su obligación y el fiduciario no podrá garantizarle nada.

Hay oportunidad de estructura para que la cesión produzca plenos resultados


en las personas mediadoras (Cedente y Elegido) y en el Deudor. Únicamente
para la cesión de un crédito hipotecario, la normativa material (art. 149 Ley de
crédito hipotecario) prevé que se formalice en escritura pública, se comunique
expresamente al deudor y se conserve en la Biblioteca de la Propiedad.

En la cesión de créditos, el deudor, aunque no participe en la cesión y por tanto


sea reconocido como un extraño, no es simplemente un extraño cualquiera, ya
que en cierto modo el contrato celebrado por el jefe del préstamo cedente es
ocupante sobre él, ya que puede verse afectado como consecuencia del
negocio de cesión. Así se distingue al deudor cedido como un tercero singular.

Lo anterior da sentido a la importancia de las estructuras utilizadas para que la


cesión de créditos produzca resultados en cuanto al deudor designado, así
como a las consecuencias que de ello se derivan, las cuales diseccionaremos a
continuación.
Notificación o reconocimiento del deudor cedido para que la cesión le sea
oponible

La notificación de la cesión al deudor designado o su reconocimiento son los


medios que se dan en los códigos latinoamericanos considerados para hacer
oponible la cesión al deudor relegado. En la mayoría de los códigos
latinoamericanos, la notificación o el reconocimiento del elegido logra
igualmente la suficiencia de la cesión respecto de otros extraños y no sólo en
cuanto al deudor asignado, por ejemplo no reconocen los recursos para hacer
oponible la cesión a uno u otro. Esta es la situación del Código Común chileno
(art. 1.902), el Código de Negocios y Afines de Argentina (art. 1.620), y el
Código Común de Venezuela (art. 1.550).

Dentro de este conjunto podemos incorporar igualmente los códigos comunes


de Perú y Bolivia. El Código Común del Perú, en atención a que en su artículo
1.215, que regula el inicio de los impactos de la cesión, alude explícita y
únicamente al deudor cedido, cuando demuestra que la notificación o
reconocimiento del cedido son los medios para que la cesión produzca
resultados. Esto demuestra que probablemente contemplará otra norma para
otros extraños, lo que a decir verdad no hace. De esta manera, para el Código
Común de Perú, la notificación o reconocimiento del elegido es el medio para
que el encargo produzca resultados respecto de cada uno de los extraños.

En cuanto al Código Común de Bolivia, Labor. 389, relativo a la adecuación de


la cesión en cuanto al deudor aludido, exige la notificación de la cesión al
designado o su reconocimiento para que la cesión sea poderosa. Mientras que
el artículo 390, reconocido bajo la rúbrica "Viabilidad de la cesión en cuanto a
los extraños", lo que realmente hace es establecer las reglas que deben ser
consideradas para determinar la concurrencia entre unos elegidos de un caso
similar y no establece una estructura única en relación a la acomodada en el
artículo 389 para que la cesión sea poderosa en cuanto al deudor relegado.

Otros códigos, en cambio, reconocen el componente a través del cual la cesión


de créditos se hace poderosa contra el deudor relegado y otros extraños. Esta
es la situación del Código Común brasileño, cuyo artículo 290 establece la
notificación al deudor relegado como el medio por el cual la cesión se hace
viable contra él, mientras que el artículo 288 alude a las necesidades para que
la cesión tenga éxito contra otros extraños, indicando que debe constar en
instrumento público o en instrumento confidencial con las solemnidades
acomodadas en el artículo 654.

Además de estas necesidades, los instrumentos de cesión de libertades y


créditos, subrogación y dación en pago deben ser conservados en el Registro
de Escrituras e Informes, conforme a la Ley 6015 de 31 de diciembre de 1973,
arts. 129, nº 9.

En opinión de Barros, la inscripción en dicha biblioteca es necesaria cuando la


cesión se lleva en un informe confidencial.

La razón de tal distinción es que personas extrañas al deudor cedido de vez en


cuando no tienen posibilidad de darse cuenta de que el deudor relegado ha
sido informado o ha reconocido la cesión, razón por la cual no saben nada
sobre la conclusión del negocio de cesión, y como consecuencia podrían
promover manifestaciones específicas bajo la comprensión de que el cedente
continúa siendo el titular del crédito.

Estos extraños se reservan el privilegio de conocer la diferencia en el titular del


caso para mantenerse alejados de acciones inútiles, por lo que a nivel
fundamental consideramos adecuado que los recursos para hacer oponible la
cesión al deudor cedido aseguren igualmente la información sobre los otros
extraños o se establezca otra norma para que la cesión produzca resultados en
cuanto a la última opción. Actualmente, en lo que se refiere a la estructura en la
que se debe realizar la notificación de la cesión, o en la que se debe asumir el
reconocimiento del deudor relegado para que se considere legítima, éstas
difieren a partir de un código y de ahí al siguiente según modelos que tienen
que ver con un punto de vista más procesal que significativo.

Reconocimiento de la liberación del deudor relegado

Un método para salvaguardar al deudor cedido, considerando que es un


extraño en cuanto al negocio de cesión, es percibir su entrega cuando paga al
cedente antes de haber recibido notificación de la cesión o de haberla
reconocido.

La mayoría de las codificaciones aluden únicamente al pago a cuenta mientras


controlan esta entrega. Esta es la situación, por ejemplo, en el Código Común
de Brasil (art. 292), el Código Común de Venezuela (art. 1.551, párr. 1) y el
Código Común de Bolivia (art. 391).

En una comprensión especializada del concepto de fraccionamiento como uno


de los métodos de extinción de las obligaciones, no podemos dejar de
sospechar que la forma por la cual se gestiona dicha entrega es triste, ya que
induciría a pensar que el deudor relegado que sofoca su obligación de forma no
igual al fraccionamiento respecto del cedente, antes de recibir la notificación de
la cesión o de haberla reconocido, no sería entregado.

Esta última interpretación sería errónea, sobre todo si se tiene en cuenta que,
desde una perspectiva pragmática, la liberación consiste en que el deudor
cedido puede plantear frente al fiduciario la solicitud de fraccionamiento de su
obligación y, en el caso de que se demuestre que el fraccionamiento se realizó
antes de haber recibido la notificación o de haberla reconocido, se producirá la
mencionada liberación; por lo tanto, debería decirse lo mismo que para los
otros métodos de asfixia de las obligaciones.

En nuestra opinión, la razón de esta falta de formulación tiene que ver con el
impacto antipático que en ciertas legislaciones se asigna a la información al
deudor cedido sobre el negocio de cesión, en tanto que siendo anterior a la
recepción de la notificación de la cesión o de su acuse de recibo, impide la
liberación del deudor si la última opción paga al cedente. Esta norma tiene
como principal precursor el art. 1264 del Codice Civile italiano, cuyo segundo
pasaje establece que antes de la notificación el deudor que paga al cedente no
queda liberado de su obligación frente al síndico suponiendo que la última
opción demuestre que el deudor conocía la cesión.

No obstante, aunque la aplicación de esta norma se ha extendido a través de


algunas interpretaciones doctrinales y jurisprudenciales a otros modos de
extinción de las obligaciones distintos del fraccionamiento, en opinión de
algunos creadores no cabría una interpretación tan amplia, ya que la
información sobre el deudor relegado no es equiparable a la notificación o
reconocimiento de la cesión.

Los distintos tipos de cláusulas en los contratos y sus características


Asumiendo que en la cesión de crédito se desplaza la responsabilidad
dinámica del crédito (quién es el que puede garantizar la obligación del
Deudor), la figura contraria, por ejemplo aquella en la que lo que se desplaza
es la responsabilidad ajena de la obligación (quién debe cumplir el crédito al
Acreedor), es la "asunción de obligación". Para esta situación, el intercambio
de la situación con el Deudor comenzando con una persona y luego con la
siguiente no extingue la obligación, ya que permanece intacta y puede ser
garantizada en su totalidad por el Acreedor del nuevo Deudor.

Otra figura prácticamente equivalente a la cesión sería la "subrogación". Para


esta situación, como para la de cesión, hay un ajuste de la responsabilidad
dinámica del crédito, que pasa a un extraño, sin embargo hay eminentes
contrastes. El primero es que, con la subrogación, la causa se extingue y el
Acreedor original pierde todos sus privilegios de cobro frente al Deudor. El
segundo es que la obligación extinguida es suplantada por otra obligación
indistinguible de la existente en el momento de la subrogación. La tercera y
última es que la subrogación necesite el acuerdo de voluntades del antiguo
acreedor y del actualizado, pero, además, del Deudor. En este último caso, la
ley permite la subrogación de los créditos del préstamo vivienda, incluso sin el
consentimiento del acreedor inicial, cuando se conserve en escritura pública el
dinero prestado para la cancelación de la obligación así como su voluntad de
continuar con la subrogación de la obligación a otro acreedor.

Tipos de cesiones de crédito

Según el Código Común, todos los privilegios adquiridos en virtud de una


obligación son adaptables, excepto si la ley los deniega. El contraste crucial es
si a la hora del canje, el crédito trasladado está siendo garantizado
judicialmente debido a un impago pasado y el Deudor ha abordado el caso o
por el contrario, en el caso de que no sea así.

El primer caso sería el CRÉDITO HOSTIL. El segundo, el CRÉDITO NO


HOSTIL.

Para que un caso sea considerado hostil, en el procedimiento judicial el Deudor


probablemente impugnó el caso cuestionando la exigencia, cuantía y
exigibilidad del mismo. Una simple oposición general al caso no es suficiente.
Cesión de un caso con derecho de desistimiento por parte del deudor

El Código Común contempla un derecho del deudor para la situación de


créditos cuestionados: el derecho de desistimiento.

Esto implica que el deudor puede ser liberado del caso que debe asumiendo
que paga al Elegido la suma que la última opción ha pagado al Cedente. De
este modo, por ejemplo, si un caso de 1.000 euros es relegado por un valor de
150 euros, el deudor podría quedar liberado de la obligación inicial (y no volver
a deber los 1.000 euros) pagando 150 euros al Elegido. A esta cantidad habría
que añadir, según el citado artículo, los intereses y gastos producidos. No
obstante, es importante tener en cuenta dos aspectos fundamentales:

1.- Esto sólo ocurre con los créditos litigiosos. No ocurre así con los créditos no
litigiosos en los que la sustitución del Acreedor inicial se completa de acuerdo
con la oportunidad de contrato que vence en el Código Común y contra la que
el Deudor no puede ir.

El Deudor sólo dispone de un plazo de 9 días para ejercitar su derecho de


retracto. El plazo empezará a contar desde el segundo en que el Escogido
contraiga matrimonio con la cuota del Deudor después de que la cesión del
crédito impugnado haya sido comunicada al Deudor.

Cesión de créditos en bloque

El caso más común de cesión de créditos es aquel en el que el Cedente es un


banco y el Elegido es una tienda de inversión (comúnmente conocida como
"reserva buitre"). La razón de este legítimo negocio es obtener liquidez para el
anterior y alta rentabilidad para la última opción, teniendo en cuenta que la
distinción entre lo que ha pagado por el anticipo y lo que le puede reportar la
cuota de este crédito, en algunos casos es superior al 80%.

De ahí que los dos actores, Cedente y Elegido, vayan a poner una progresión
de impugnaciones para anticiparse a la actividad del derecho de retracto del
Deudor percibido en el Código Común.

El principal problema es hacer la cesión de unos créditos "en coalición" donde


no se individualiza la cesión de cada uno de ellos. El segundo problema es que
nunca se dará "motu proprio" cuanto la cesión alegando lo anterior o,
básicamente, no contestar a las solicitudes compuestas obtuvo del Deudor
para que se pueda ejercitar el derecho de retracto.

El contraste entre cesión de créditos y subrogación es que la anterior es de tipo


legítimo y está constituida por tres conjuntos: el acreedor original (cedente), el
nuevo acreedor (elegido) y el deudor (fiduciario); la última opción, en cambio,
es convencional y lícita.

CONCLUSION

Concluimos que sólo en una porción de los códigos comunes latinoamericanos


en los que nos concentraremos se consagra una definición de cesión, como en
el Código Común peruano (obra. 1.206) y en el Código de Pensamiento y
Comercio de Argentina (obra. 1.614). En otros, en cambio, se excluye la
definición, sin embargo de la disposición de normas que regulan la figura y del
tratamiento eficaz que se le da, puede muy bien inferirse la naturaleza legítima
que se le atribuye. Así, por ejemplo, en cuanto al tratamiento eficaz dado a la
figura de la cesión, éstas son las decisiones de los codificadores.

En el Código Común chileno la cesión de libertades está dirigida en el Libro IV


sobre obligaciones generales y contratos, a continuación de los títulos
dedicados a los contratos de oferta y de comercio, es decir, en la parte donde
se manejan los tipos de contratos.

En el Código Común de Venezuela la cesión de créditos se dirige en el Título


VII, situado dentro del Título V, que se dedica al contrato de oferta.

En el Código Común de Bolivia la cesión de créditos se dirige en la sección


principal del Título III, relativo al intercambio de obligaciones, situado a su vez
dentro del Libro III correspondiente a las obligaciones. Este Libro III "De las
Obligaciones" se divide en dos secciones. La primera se refiere a las
obligaciones en su conjunto y se compone de tres títulos, el principal sobre los
efectos de las obligaciones, el segundo sobre su extinción y el tercero sobre su
canje. Dentro de la última opción, hay dos secciones, la principal sobre la
cesión de créditos y la segunda "Sobre delegación, expromisión y
responsabilidad ajena".

Trabajos citados
Cesión de créditos. (n.d.). Retrieved from
https://www.conceptosjuridicos.com/cesion-de-creditos/

Guía para la cesión de créditos. (2020). Retrieved from


https://www.navascusi.com/guia-cesion-de-creditos/#:~:text=%C2%BFQu
%C3%A9%20es%20una%20cesi%C3%B3n%20de,en%20la%20posici
%C3%B3n%20del%20Acreedor.

López, M. E. (2019). Análisis de la cesión de créditos en algunos códigos


latinoamericanos, con miras a su actualización*. Retrieved from
https://revistas.javeriana.edu.co/files-articulos/VJ/139%20(2019-II)/
82562148002/

subrogacion. (n.d.). Retrieved from


https://xperta.legis.co/visor/civil/civil_75e46a9516b545fc8bf023e323780cba

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