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RESUMEN
I. INTRODUCCIÓN
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11º Jornadas Rosarinas de Antropología Sociocultural – Rosario – 2011
Por tanto, la intervención social en este trabajo será comprendida como proceso
complejo, donde entra en relación diversas trayectorias, experiencias formativas de los
sujetos, quienes cotidianamente negocian sentidos y prácticas en torno a realidades
educativas de sectores atravesados por fuertes procesos de fragmentación y desigualdad
social.
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Que aborda y busca documentar procesos de intervención social en la escolarización infantil de sectores subalternos,
por parte de programas socioeducativos estatales con base territorial y comunitaria.
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Originariamente el proyecto de “Articuladores” se encontraba bajo la órbita de “Programas Solidarios”, del área de
Educación, que también coordinaba otros proyectos en articulación con el Programa Nacional “Jefes y Jefas de
Hogar”. Por tal motivo, el grupo original de articuladores estuvo compuesto en su mayoría, salvo la coordinación, por
beneficiarias que hacían la contraprestación correspondiente en el proyecto.
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“Programas Solidarios”. Decreto N° 57/GCABA/2003, ANEXO II
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Resolución 5808/07. Dirección de Inclusión Escolar, Ministerio de Educación, Gobierno de Ciudad de Buenos
Aires.
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A partir de la promulgación de la Ley Nº 2070, se incorporaron como trabajadoras del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires por contrato de empleo público. Decreto Nº 948/GCBA/07
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Documento I. (2008) Articuladores de Educación.
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Más allá que mi interés de investigación esté centrado en los procesos cotidianos
de intervención social sobre la escolarización infantil en sectores subalternos, aquí me
interesará reflexionar sobre los “usos” del concepto de “intervención social”. Reflexión
que, como ya se ha señalado, será recuperando algunas discusiones teóricas como
también introduciendo lo que los sujetos, que constituyen el Programa, se representan
en torno a la misma. Intentando desentrañar así sentidos que se materializarían en
prácticas concretas, sobre todo cuando las situaciones o “problemas” que enfrentan, en
el trabajo cotidiano, aparecen de manera paradójica y de dificultosa resolución.
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Se entiende por categorías nativas o sociales las representaciones que aparecen, de manera recurrente, en el
discurso de los sujetos y establecen distinciones entre cosas del mundo que ellos conocen y manejan.
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Tanto desde la sociología, la antropología, la psicología, la filosofía, la teoría de la comunicación y el trabajo social.
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Cohen, E y Martínez, R.: 2002; Fantova, F.:2007; Fait Villalobos, D.:2008; Paz Rueda, A: 2009.
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Foucault, M.: 1990; Foucault, M.: 1991; Cimadevilla, G.:2004; Blanco López, J.: 2004; Carballeda, A.:2004; Morales
Villena, A. y Vieites Cerdeño, S.: 2004; Ruiz Ballesteros, E.: 2005; Alayón, N. y Molina, M.: 2008; Donzelot, J.: 2008.
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Considero entonces que revisar desde una perspectiva crítica los “usos” de la
categoría, ya sea esta teórica o nativa, es fundamentalmente necesario para evitar
asumirla como un conjunto de actos puros, sin determinaciones del contexto. Asimismo
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las modalidades que de ella resulten, sobre todo en el campo que me interesa investigar,
deberían ser comprendidas desde una complejidad que implica, reconocer no sólo
“estrategias de gobierno” que persiguen “administrar poblaciones” (Foucault, M.: 1990;
Foucault, M: 1991) interviniendo no solo sobre la escolarización infantil de sectores
subalternos, sino también sobre sus familias (Foucault, M.: 1990; Donzelot, J.: 2008).
Sino también estar atentos de que toda intervención es un proceso dialéctico donde
entran en juego, de manera cotidiana, tanto prescripciones y normativas como el
accionar de sus protagonistas, con sus propios recorridos, con sus propias trayectorias
sociales y de vida. O sea, un proceso complejo, una trama que se va configurando al
calor de las interacciones entre distintos sujetos, con posibilidades y condicionantes, no
exenta de disputas de poder, negociaciones y conflictos.
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pibe con la familia que lo sostiene, que lo acompaña, es como darse la cabeza contra la
pared. Entonces me parece que en ese punto hay un diálogo que la escuela, el sistema
educativo tiene que hacer con lo comunitario como para encontrar de qué manera
sostener la trayectoria… por eso digo socioeducativo como ese espacio donde se
encuentran y donde a la escuela le implica también ablandarse un cachito dentro de lo
que ella pretende, busca…”
(Coordinadora del Programa)
Cabe recuperar aquí también que la coordinación de este Programa está a cargo de dos
profesionales: su coordinadora es psicopedagoga y la co-coordinadora es una socióloga,
ambas con un amplio recorrido en lo educativo y en el trabajo comunitario. Con lo cual
a mi entender y por los sucesivos encuentros que tuve con ellas, el intercambio de ideas
acerca de lo que significaba en este caso lo “socioeducativo”, como luego la
“intervención”, no se dio a partir de una reflexión “técnica” sino más bien desde una
reflexividad y posicionamiento teórico y político13.
“es parte de una intervención que debería ser integral. A mí me parece que… y también
pensando en los programas de inclusión, que era algo que discutíamos bastante con los
compañeros hace unos años, para mi inclusión es como también un circuito aceitado de
programas que todos, desde su perspectiva, desde su intervención, deberían fortalecer
la trayectoria del pibe en la escuela. (…) que todo construya de que el pibe tenga
mayor posición y mayor competencia para sostener su escolaridad y la familia… pero
me parece que la intervención debería ser integral. Que no se da así de hecho… (…)
uno lo piensa quizás desde una utopía de laburo, que “Articuladores” tiene mayor
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Este último aspecto cobra fuerza al momento de analizar el actual contexto político de Ciudad de Buenos Aires por
parte de las coordinadoras. Resaltando los conflictos, por momentos abiertos y por momentos solapados, que existe
con la actual gestión debido al paulatino “vaciamiento” o “sub-ejecución” del presupuesto destinado al área de
Educación. Del cual los Programas que se encuentran bajo la órbita de “Inclusión Escolar” habrían sido los mayores
perjudicados.
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sentido en el marco de un circuito aceitado, por eso te digo lo del circuito aceitado, una
cadena de intervenciones donde es un puntito, ahora si nadie está, la verdad que…”
(Coordinadora del Programa)
Las limitaciones en la tarea, así como también lo que se entiende por “inclusión”
aparecen tempranamente en el relato de las coordinadoras. Dando cuenta de un proceso
con características sumamente complejas, sobre todo cuando el abordaje de las
problemáticas que envuelve tanto a niños, familias y escuelas, dependerían de otros
dispositivos, más que de este Programa, para una posible resolución:
“…lo que hablábamos hoy con la directora de la XX, cuando ella empieza a hablar que
la familia… los problemas en la familia y la verdad lo que falta son estos dispositivos,
por lo menos acá en Ciudad de Buenos Aires, que existían pero no existen más, estos
dispositivos del Estado para poder acompañar las situaciones que son extremas para
todos (…) ahí aparece la limitación fuerte de la figura del articulador, o se reduce a
llevar un memo o se le carga la exigencia de que tiene que garantizar que la familia se
acerque a la escuela, que el pibe vuelva a la escuela, que la madre la lleve al centro de
salud, como si en él se conjugaran todas las otras instancias del Estado que no
están…”
(Coordinadora del Programa)
“…la escuela no puede, no sabe, no tiene cómo, con qué, a quién acudir… a veces,
nosotras lo vivimos, llegas a una escuela y la directora te empieza a contar de un caso
específico, a ver qué le vas a ofrecer vos para… y entonces vos ahí empezas a decir
“bueno, las limitaciones son estas, las escuelas tienen limitaciones, los canales
legales…” y en realidad no le estás diciendo nada en un punto…”
(Co-coordinadora del Programa)
Además de las descripciones esbozadas acerca de los sentidos otorgados al accionar del
Programa, como parte de un “engranaje” político y de intervención estatal sobre las
trayectorias escolares y educativas de niños/as, considero interesante incorporar una
discusión que se dio en esa entrevista en torno al concepto mismo de “intervención”:
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“Pero no somos como el EOE14 que toma decisiones sobre los pibes (…) tienen una
normativa que respalda la intervención, pueden dar intervención porque hay una
normativa, hay una ley que protege digo, esa es otra situación y que no la da la
resolución de nuestro Programa, entonces desde ese punto de vista no hay
intervención…”
(Coordinadora del Programa)
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El Equipo de Orientación Escolar, creado en el año 1986 por la Secretaría de Educación del GCBA, es un Programa
dependiente de la Dirección de Salud y Orientación Educativa. Compuesto por equipos interdisciplinarios sus
objetivos se orientarían a la prevención de problemáticas psicológico-pedagógico- sociales en el espacio escolar.
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No obstante, esta ponencia no busca establecer certezas acerca de los “usos” del
concepto de intervención sino que se propone abrir preguntas y reflexionar sobre sus
sentidos y prácticas con la intención de seguir profundizando en las experiencias de los
sujetos. Todo ello en conexión, de manera dialéctica, a procesos más generales que
vincula no sólo recorridos personales, trayectorias profesionales, sino también maneras
de comprender la realidad social, educativa, el Estado y las políticas públicas en
contextos de fuerte fragmentación y desigualdad social.
V. REFLEXIONES FINALES
Lo hasta aquí descrito, intentó ser un sucinto recorrido sobre los “usos” de la
“intervención social” como categoría teórica y nativa. Los cuales pueden correr el
riesgo de caer en posicionamientos “aplicacionistas” o “instrumentales” soslayando su
dimensión política e ideológica que le dio origen como concepto y de allí la importancia
de recuperar una perspectiva crítica e histórica.
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BIBLIOGRAFÍA
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