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Cronología maya
Período División Fechas
10000
Arcaico
-2000 a. C.
En 629, B'alaj Chan K'awiil, un hijo del rey de Tikal K'inich Tikal Muwaan Jol II, fue
enviado a fundar una nueva ciudad en Dos Pilas, 120 km al oeste en la región de
Petexbatún, al parecer como un puesto de avanzada para extender el poder de
Tikal fuera del alcance de Calakmul. El joven príncipe tenía sólo cuatro años de
edad en el momento. Con el establecimiento del nuevo reino, Dos Pilas proclamó
su origen mediante la adopción del emblema de Tikal como propio. Durante las
siguientes dos décadas luchó lealmente para su hermano y señor de Tikal. En el
año 648, el rey Yuknoom Ch'een II ("Yuknoom el Grande") de Calakmul atacó y
derrotó a Dos Pilas, capturando B'alaj Chan K'awiil. Casi al mismo tiempo, el rey
de Tikal fue asesinado. Yuknoom Ch'een II luego reinstaló a B'alaj Chan K'awiil en
el trono de Dos Pilas como su vasallo. En un extraordinario acto de traición de
parte de un miembro de la familia real de Tikal, sirvió posteriormente como un
aliado leal de Calakmul, el enemigo jurado de Tikal.
Los monumentos más notables del Clásico son las pirámides-templos y los
palacios que construyeron en los centros de las ciudades más grandes. En esta
época se generalizó el uso de la escritura glífica en los monumentos y se dejó una
gran cantidad de información, incluyendo registros dinásticos fechados, alianzas y
otras interacciones entre las entidades políticas mayas. La escultura de estelas de
piedra se extendió por todo el territorio maya durante el periodo Clásico, y los
emparejamientos de estelas esculpidas y altares circulares bajos se consideran
una característica distintiva de la civilización maya clásica. Durante el periodo
Clásico casi todos los reinos mayas en las tierras bajas del sur levantaron estelas
en sus respectivos centros ceremoniales. El epigrafista David Stuart sugirió
inicialmente que los mayas consideraron sus estelas como te tun, "árboles de
piedra", aunque posteriormente revisó su lectura en lakamtun, que significa "piedra
bandera". De acuerdo con Stuart, esto puede referirse a las estelas como
versiones de piedra de los estandartes verticales que se colocaron en lugares
prominentes en los centros de las ciudades mayas, como se muestra en los
antiguos murales mayas. El principal propósito de una estela era de glorificar al
rey.
Durante el siglo IX, la región central maya sufrió un gran colapso político, marcado
por el abandono de las ciudades, el final de las dinastías y un desplazamiento del
foco de actividad hacia el norte. Este descenso coincidió con el cese de las
inscripciones monumentales y de la construcción arquitectónica a gran escala.
Ninguna teoría universalmente aceptada explica este colapso, pero es probable
que fuese el resultado de una combinación de factores, incluyendo la guerra
endémica interna, la sobrepoblación que resultó en una degradación
ambiental grave, y la sequía. Durante este período, conocido como el Clásico
Terminal, las ciudades septentrionales de Chichén Itzá y Uxmal mostraron un
aumento de actividad. Las principales ciudades en el norte de la península de
Yucatán continuaron siendo habitadas mucho tiempo después de que las ciudades
de las tierras bajas del sur dejaran de levantar monumentos.
Hacia el comienzo del siglo X, con el inicio del colapso del periodo Clásico
Terminal, las grandes ciudades que dominaban Petén habían caído en la ruina. A
pesar de ser mucho más reducida, una significativa presencia maya permaneció
durante el periodo Posclásico, después del abandono de las ciudades durante el
Clásico Terminal; la población se concentró principalmente cerca de las fuentes de
agua permanentes. A diferencia de los ciclos de contracción anteriores en la
región maya, las tierras abandonadas no fueron rápidamente reasentadas durante
el Posclásico. El centro de actividad se trasladó a las tierras bajas del norte y las
tierras altas mayas; es posible que esto haya coincidido con la migración desde
las tierras bajas del sur, ya que muchos grupos del Posclásico maya tenían mitos
sobre migraciones. Chichén Itzá surgió como una prominente ciudad en el norte
durante el siglo VIII, coincidente con los abandonos que se produjeron en el sur, lo
que sugiere el involucramiento de factores económicos y políticos en el colapso.
Chichén Itzá se convirtió en lo que fue probablemente la más grande, potente y
cosmopolita de todas las ciudades mayas. Chichén Itzá y sus
vecinos Puuc declinaron drásticamente en el siglo XI, y esto puede representar el
episodio final del colapso del período Clásico. Después de la caída de Chichén
Itzá, la región maya carecía de un poder dominante hasta el surgimiento de la
ciudad de Mayapán en el siglo XII. Nuevas ciudades surgieron cerca de las costas
del Caribe y del golfo de México, y se formaron nuevas redes de comercio.
El Período Posclásico estuvo marcado por una serie de cambios que distinguían a
sus ciudades de las de la época clásica anterior. La gran ciudad
de Kaminaljuyú en el Valle de Guatemala fue abandonada después de un periodo
de ocupación continua que se extendió por casi dos mil años. Esto fue sintomático
de los cambios que estaban barriendo a través de las tierras altas y la llanura de la
costa del Pacífico, en los cuales las ciudades situadas en terrenos expuestos
fueron reubicadas, al parecer debido a una proliferación de la guerra. Las
ciudades pasaron a ocupar lugares ubicados en cumbres, rodeados de profundos
barrancos que facilitaron su defensa, y a veces con defensas compuestas de
zanjas y paredes para complementar la protección proporcionada por el terreno.
Defensas amuralladas han sido identificadas en un gran número de sitios en el
norte, incluyendo Chacchob, Chichén Itzá, Cuca, Ek Balam,
Mayapán, Muna, Tulum, Uxmal y Yaxuná. Una de las ciudades más importantes
de las tierras altas de Guatemala en este momento era Q'umarkaj, la capital del
beligerante reino quiché. Por lo general los Estados mayas del Posclásico, desde
Yucatán hasta las tierras altas de Guatemala, fueron organizados bajo una forma
de gobierno conjunto o consejo de gobierno. Sin embargo, en la práctica uno de
los miembros del consejo podría actuar como gobernante supremo, con los demás
miembros sirviéndole como asesores.
Durante las dos últimas décadas del siglo xix se inició la arqueología científica
moderna en la región maya, con el trabajo minucioso de Alfred
Maudslay y Teoberto Maler. Sitios como Altar de Sacrificios, Coba, Ceibal, y Tikal,
fueron desmontados y sus ruinas dibujadas y fotográfiadas. A principios del siglo
XX, el Museo Peabody decidió patrocinar excavaciones en Copán y en la
península de Yucatán,116 y los artefactos fueron llevados fuera de la región para
ser incluidos en la colección del museo. En las dos primeras décadas del siglo XX,
se lograron avances en el desciframiento del calendario maya, así como en la
identificación de las deidades, fechas, y conceptos religiosos. Sylvanus
Morley inició un proyecto para documentar cada monumento maya e inscripción
glífica conocida, registrando los textos de monumentos que, en algunos casos,
han sido destruidos posteriormente. El Instituto Carnegie patrocinó excavaciones
en Copán, Chichén Itzá, y Uaxactún, y sentó la base de los estudios mayas
modernos. A partir de la década de 1930 en adelante, el ritmo de exploración
arqueológica aumentó considerablemente, y se llevaron a cabo excavaciones a
gran escala en toda la región maya.
Sin embargo, en muchos lugares, las ruinas mayas fueron cubiertas por la selva,
llegando a ser lo suficientemente densa como para ocultar de un observador las
estructuras arquitectónicas, incluso a pocos metros de distancia. Para encontrar
las ruinas no identificadas, los investigadores han recurrido a imágenes de satélite,
con el fin de observar el espectro visible y la región espectral del infrarrojo
cercano. Debido a su construcción de piedra caliza, los monumentos afectaron la
composición química del suelo mientras se deterioraban; algunas plantas amantes
de la humedad son totalmente ausentes, mientras que otras fueron exterminadas
o descoloradas.
Según los historiadores, las acciones que precipitaron los acontecimientos del 15
de septiembre de 1821 en la Capitanía General de Guatemala, en donde se
redacta el Acta de la Independencia de Guatemala y la de Centroamérica,
destacan la invasión de Napoleón Bonaparte a España, que generó la caída de la
monarquía española en 1808.
Otro motivo fue el descontento de los criollos, es decir, los hijos de españoles
nacidos en América, ya que éstos no tenían acceso al poder político que estaba
destinado a los nacidos en España y las ideas de la Ilustración, que consignaban
las ideas de igualdad, fraternidad y libertad comercial, y de pensamiento, por lo
tanto, iban en contra de las monarquías absolutas.
LA CAPITANÍA GENERAL
Este restablecimiento dio dos fuertes partidos que tomaron pretexto en las
elecciones populares de aquel año para diputados y municipales. El partido liberal
tendía a la independencia, y sus candidatos eran independientes; el de oposición
era el de los españoles europeos.
Los peligros a que estaba expuesta la tranquilidad pública persuadieron a la
diputación provincial de Guatemala que el general Urrutia por su avanzada edad y
por sus achaques era incapaz de gobernar, y le obligó a delegar los mandos en el
inspector general don Gabino Gaínza, que acababa de llegar de España. Gaínza
entró a ejercer el gobierno en marzo de 1821.
El síndico del ayuntamiento de Guatemala don Mariano Aycinena, pidió una sesión
extraordinaria para presentar en ella una petición con el objeto de que se
proclamase la independencia.
HISTÓRICO CONGRESO
Los mayas compartían muchos aspectos con la cultura azteca, pero aún así eran
únicos en cultura y como civilización.
En cuanto a cultura observamos los números mayas, estos estaban formados por
tres símbolos. El punto que representaba la unidad, la línea horizontal que
representaba cinco y la concha que representaba el cero.
Los mayas se incrustaban piedras preciosas en los dientes con lo que implicaba
todo el dolor de aquello.
La cultura Maya, por lo tanto, fue una cultura adoradora que creía en la vida
después de la muerte.