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Universidad de León

FACULTAD DE DERECHO

"Orígenes Del Proceso Penal Acusatorio


en México"

Trabajo de la materia de: Derecho


Procesal Penal

Presenta: Damaris Gisel Ortiz Martínez

Grupo: D-601-9

Catedrático: Lic. Ma Lourdes Ramírez


Sánchez

Salamanca, Gto. 07 julio de 2023


INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1

CAPITULO 1. ¿QUÉ ES EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO??......................................2

CAPITULO 2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS EN ROMA ……………………………...3

CAPITULO 3. ORIGENES DEL PROCESO PENAL ACUSATORIO EN MÉXICO ................. 6


3.1 EL CASO DEL ESTADO DE MÉXICO…………………………………………………………... 8

CONCLUSIÓN ..................................................................................................................... 10

BIBLIOGRAFIAS ................................................................................................................ 11
INTRODUCCION

El tema del presente proyecto es una investigación por medio de la cual se pretende
abordar información referente a lo que es el Proceso o Sistema Penal Acusatorio y
sus antecedentes y orígenes en México, esto como actividad de cierre del segundo
parcial.

El presente trabajo busca a través del desarrollo de esta investigación expresar y


trazar un amplio panorama de la historia del Sistema Penal Acusatorio tanto en el
derecho mexicano como el de aquellos países que le dieron origen a nuestro
derecho, para así concluir con el debido aprendizaje.

El propósito de este trabajo es que me ayude en obtener los conocimientos


necesarios, espero captar la información correcta e importante posible, para así
obtener un buen resultado de aprendizaje sobre el tema ya mencionado
anteriormente.

Como primer punto, en el capítulo uno, trataré el subtema “¿Qué Es El Sistema


Penal Acusatorio?” colocando información referente a esta para dar un abreve
introducción al tema principal y así refrescar nuestra memoria sobre dicho sistema.

En segundo punto en el capítulo dos, expresaré Antecedentes Históricos En


Roma, ya que como sabemos y hemos aprendido a lo largo del estudio de
nuestra carrera, nuestro derecho es proveniente del derecho romano por lo que
tiene su debido impacto en nuestro país y cuenta como un antecedente.

En el tercer capítulo hablaré sobre ya el tema en sí, sobre los Orígenes Del
Proceso Penal Acusatorio En México, tomando 3 distintas fuentes bibliografícas.

Para finalizar el trabajo, daré mi opinión hacia el tema y el trabajo hecho, así como
las bibliografías de las fuentes de investigación.

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CAPITULO 1. ¿QUÉ ES EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO?

Es un sistema procesal penal que busca resolver hechos delictivos en menor tiempo, en el
cual existe igualdad de las partes. En este sistema, el fiscal, la defensa y la victima tienen
igualdad de oportunidades de ser oídas y las decisiones están a cargo de un juez
independiente e imparcial.

Tiene su fundamento en el artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos. Este nuevo sistema conocido también como Sistema de Justicia Penal Acusatorio
tiene como objetivo la solución de conflictos de una manera más pronta, eficiente, justa,
humana, transparente y respetuoso de las garantías individuales.

En este nuevo sistema destaca que además de los juicios orales, para ciertos delitos, aquellos
considerados como no graves, puedan aplicarse medios alternativos de solución de
controversias o el procedimiento abreviado.

La creación, transición e implementación de este nuevo Sistema de Justicia Penal en México


requirió de un gran esfuerzo por parte de los tres poderes de gobierno: ejecutivo, legislativo y
judicial. Fueron y siguen siendo años de preparación, capacitación e inversión para lograr los
objetivos planteados.

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CAPITULO 2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS EN ROMA

Como sabemos y hemos aprendido a lo largo del estudio de nuestra carrera, nuestro
derecho es proveniente del derecho romano. El Derecho Romano es el fundamento del
cumplimiento de leyes en sociedad para lograr así un desarrollo económico, social y
político. Con esa finalidad, teóricos del Derecho elaboraron un código escrito para dar a
conocer a cada uno sus derechos y deberes.

Este código tipificado, denominado “Código de las XII Tablas”, vino a resolver una
problemática que afrontaba la población romana. Con el objetivo de otorgarle a los
ciudadanos igualdad, justicia, propiedad y un papel en la sociedad, a cambio de la
resolución de los conflictos en ese momento.

Unos siglos más adelante, mediante la creación del “Código de Justiniano”, se logró la
universalidad del Derecho Romano, su perdurabilidad en la historia y su utilización por
gran parte del mundo. Por ende, el derecho actual no es otra cosa que el Derecho
Romano actualizado, adaptado a la realidad de la sociedad del presente.

Es así como el Derecho romano impacta en nuestro Sistema Penal Acusatorio y es uno
de los principales orígenes para este sistema en nuestro país, a continuación se expresa
como fue que se actuó en Roma.

Conocer los antecedentes históricos del sistema acusatorio nos ayudará a comprender el
surgimiento de los diferentes métodos de enjuiciamiento penal, a través del conocimiento
de los contextos en que surgen y van evolucionando, específicamente, nos centraremos
en dos elementos: en primer lugar, consideramos obligado referirnos a la organización
política que pretende abarcar todos los espacios para ejercer su dominación y,
obviamente, uno de ellos que es clave para lograr tal objetivo, es la estructuración del
proceso penal. Sumamos a dicho elemento, para tener cabal comprensión del objeto de
estudio, el cultural que influye sobremanera en el modo en que se configura el proceso
penal. Ambos determinan la forma de estructurarlo, en cuanto a los actores que
participan en el mismo y sus roles, así como los ritos que lo acompañan.

Consideramos que, de inicio, la referencia histórica obligada es la República romana, en

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donde quien ejercía la acción penal —“que consiste en acusar a alguien de la comisión
de un delito, en consecuencia, la puesta en marcha del ius puniendi del Estado”—, no es
un funcionario del Estado, sino un particular, que es un ciudadano, que bien podía ser en
quien recayó la conducta delictiva o su familia u otra persona de tal estatus.

Comienza el estudio por el aspecto de la titularidad del ejercicio de la acción penal, pues
determina en buena medida las características del proceso, es decir, si en la República
romana el ciudadano particular es quien la ostentaba y se enfrentaba en igualdad a otro
ciudadano, entonces a él se le adjudica la carga de la prueba, en tanto que quien
solucionaba la controversia se convertía en un espectador que tenia que conservar la
imparcialidad al momento de resolver.

Entonces, el proceso penal se concibió como una disputa entre partes iguales, y no como
una actividad oficial de averiguación de las conductas delictivas, de ahí que quien diera el
primer paso para acusar a alguien, tenía que aportar los medios proba- torios para
comprobar su dicho, de tal suerte que en él recaía la carga de la prueba y no en un
órgano de gobierno.

Pero, ¿por qué de esa manera es que se daba inicio al procedimiento, esto es, a impulso
del ciudadano particular?, ¿cuál era la relación entre la organización política con el
ciudadano?, ¿qué valores eran los que prevalecían en aquella sociedad?

Una respuesta que bien puede englobar a las otras o, al menos ser el punto de partida de
las demás, es porque estaba permitido que así sucediera, lo cual debemos entender que
es producto de la forma en que se interrelacionaron la autoridad política y los ciudadanos.
Había espacios de libertad al ciudadano para que por sí mismo ejerciera sus derechos, lo
cual es completamente comprensible en quien sufrió la conducta delictiva en sus bienes
jurídicos, así como de sus familiares o pareja, pero ¿por qué también la podían presentar
otros ciudadanos? Porque la cultura cívica que prevalecía en aquel momento hacía
obligatorio ética- mente que así se hiciera, a diferencia de lo que aconteció en la época
de las XII Tablas, en la que solo quien sufría el daño podía entablar el proceso y si no su
gens.

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Es clave tomar en cuenta cuáles eran los valores y las percepciones que tenían los
ciudadanos de su relación con la autoridad, de modo que ello condicionaba su actuar
dentro del espacio público, es decir, existía la convicción del ciudadano romano que era
su responsabilidad la conservación del bien público, y no únicamente de la autoridad
política a través de sus agentes.

Ahora bien, si el proceso no se incoaba de oficio, sino a iniciativa de un particular


mediante la denuncia respectiva, este tenía que sostener la acusación, en caso que fuera
admitida por el magistrado, de tal manera que contraía los derechos y obligaciones, de lo
que ahora denominamos parte procesal.

Si el asunto avanzaba, tal como lo esperaba el particular, se llegaba al iudicium publicum,


oral, pero había necesidad de constituir un consilium formado por jueces. En la audiencia
respectiva el debate era llevado por las partes privadas y el jurado se limitaba a escuchar
los interrogatorios y sus posicionamientos, pues incluso les estaba vedado comunicarse
entre sí. Obviamente que el inculpado tenía su derecho a defenderse ampliamente.
Finalmente, el jurado votaba y si era declarado culpable, quien se encargaba de la
ejecución de la pena era el magistrado.

A raíz de los cambios que se experimentan en Roma en cuanto a su organización política


y, por ende, sobre la relación que se tenía con la sociedad, decae el sistema que hemos
descrito y da paso a otro en el que la denuncia ciudadana es sustituida por delatores, la
oculta calumnia, que fue un instrumento al servicio de la tiranía, lo cual determinó los
rasgos del proceso penal en el que imperó el secreto, además que los juicios no se
desarrollaran de manera pública y oral, sino en forma secreta y escrita y la fuente de la
prueba tenía que ver con la confesión del inculpado. Posteriormente, al caer el Imperio
romano, se retoman las características del sistema acusatorio.

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CAPITULO 3. ORIGENES DEL PROCESO PENAL ACUSATORIO
EN MÉXICO

A finales del año 2003 la Organización de las Naciones Unidas, a través del
representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México, Anders
Kompass, difundió un informe por el que hizo público que en nuestro país se violaban, en
forma sistemática y de manera generalizada, los derechos humanos de acceso a la
justicia, libertad personal y debido proceso de las personas involucradas en las
investigaciones ministeriales y en los procesos judiciales del orden penal; por ello instó al
gobierno mexicano a que cumpliera las obligaciones que contrajo cuando suscribió los
diversos tratados y convenciones internacionales sobre la materia; recomendándole que
revisara su sistema de justicia penal, pues al ser predominantemente inquisitorio,
favorecía las arbitrariedades de las fuerzas armadas, la policía, el ministerio público y los
jueces, en agravio —en principio— de las personas procesadas.

Esos abusos, hizo ver el Alto Comisionado, eran menos frecuentes en los países que
operaban con el modelo de justicia acusatorio, esquema que se apegaba a los
estándares establecidos para la justicia penal por los diversos ordenamientos
internacionales. El titular del Poder Ejecutivo Federal envió la Iniciativa de reformas, y el
Congreso de la Unión, con la aprobación de las Legislaturas de los Estados, el mes de
junio de 2008, reformó siete artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, estableciendo, desde allí, el sistema procesal penal acusatorio.

El modelo acusatorio nacional entró en vigor paulatinamente. En los estados que ya lo


habían incorporado a sus propias legislaciones, a partir del día siguiente a aquel en el
que el Decreto de Reformas fuera publicado en el Diario Oficial de la Federación,
publicación que tuvo lugar el 18 de junio del año 2008; en las otras entidades de
conformidad con la implementación que del nuevo sistema hiciera cada entidad en su
respectiva legislación. El plazo máximo para que entrara en vigor la reforma
constitucional, a nivel nacional, fue el 18 de junio de 2016

El Estado Mexicano emite una Reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación,


del 18 de junio de 2008 reformando a los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las

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fracciones XXI y XXIII del artículo 73; la fracción VII del artículo 115 y la fracción XIII del
apartado B del artículo 123, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

En el artículo segundo transitorio se establece que ‚el sistema penal acusatorio previsto
en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17 párrafos tercero, cuarto y
sexto; 19, 20 y 21 párrafo séptimo, entrarán en vigor cuando lo establezca la legislación
secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años, contados a partir del
día siguiente de la publicación‛, por lo que de acuerdo al cómputo establecido, todas las
leyes secundarias deben homologarse al nuevo sistema penal acusatorio y entrar en
vigencia a más tardar el 19 de junio de 2016, motivo por el cual varias legislaciones
locales han efectuado ya los cambios correspondientes.

En materia de peritaje, este debe ajustarse al nuevo sistema penal acusatorio, y debe
seguir los principios a observarse para la presentación de pruebas. Al respecto el peritaje
psicológico, tendrá modificaciones en su presentación para ajustarse a los principios de
oralidad, publicidad, contradicción, e inmediación, y solo respetando el nuevo
procedimiento podrá alcanzar el valor de prueba.

Por tal motivo, el 22 de julio de 2013 en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, se publicó
el Nuevo Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, que derogará el
Código aún vigente publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de agosto de
1931. Con ello, en el Distrito Federal se establece formalmente en el ámbito local el
cambio del sistema inquisitivo al sistema acusatorio. El artículo primero transitorio del
nuevo Código, de manera cronológica nos dice la forma en que este cambio se
implementará:

• En una primera etapa, el primero de enero de dos mil quince se aplicará a los
delitos culposos y a delitos que se persigan por querella de la parte ofendida;

• En su segunda etapa, el dieciséis de julio de dos mil quince el Nuevo Código se


aplicará para delitos no graves;

• En la tercera y última etapa, el quince de junio de dos mil dieciséis se aplicará a


todos los delitos restantes vigentes en el Distrito Federal, siendo este el momento
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donde el nuevo sistema penal acusatorio que establece el nuevo Código de
Procedimiento Penales para el Distrito Federal, será totalmente vigente.

Derivado del artículo 20 Constitucional, donde se plasma las diversas normativas que hoy
en día se aplican en el ámbito penal, estableciendo los principios que regirá el Proceso
Penal, el objeto del esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el
culpable no quede impune, los daños causados por el delito se reparen, desarrollo de la
audiencia, la valoración de las pruebas, entre otros.

Existen mecanismos alternativos de solución de controversias, su función, llegar a un


acuerdo de manera voluntaria entre las partes y poder acordar una posible solución. Sin
embargo, en materia penal solo aplica para delitos no graves.

Estos mecanismos son muy importantes, se aplican a delitos menos graves y ofrecen
soluciones que no necesariamente son la prisión, porque, la prisión no está solucionando
de fondo los problemas, es muy costosa para el Estado y no está reduciendo la
criminalidad.

El nuevo sistema busca que la minoría de los casos se llegue a juicio oral, por eso
además de las soluciones alternas, existen los mecanismos de descongestión.

Los principios que rigen al nuevo sistema son la publicidad, inmediación, contradicción,
concentración y continuidad.

3.1 EL CASO DEL ESTADO DE MÉXICO

El modelo penal acusatorio, que hemos venido llamando desnaturalizado, quedó


implantado en el Estado de México el día 1 de octubre de 2009 y a partir de entonces en
esa entidad la incidencia criminal ha ido creciendo de manera incontenible, incluso viendo
aparecer delitos de los considerados de alto impacto que antes prácticamente no se
cometían, como el de extorsión. Conviene tener presente que Enrique Peña Nieto era el
gobernador del Estado de México cuando en éste se adoptó el sistema acusatorio, que
durante la última tercera parte de su mandato, de 2009 a 2011, con el sistema acusatorio
operando a plenitud, tuvo que admitir -con cierta inquietud- la siempre ascendente
incidencia delictiva,29 que hizo del Estado de México la entidad más peligrosa del país.

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Doloroso primer lugar que ha retenido durante los años 2014,30 2015,31 primer trimestre
de 201632 y de abril a agosto del mismo año, 2016 Triste realidad o pesada losa que
lleva a cuestas Peña Nieto, quien ahora en su carácter de presidente de la República y
con motivo de la reciente implementación del sistema penal acusatorio a nivel nacional, el
día 21 de junio de 2016, declaró:

[…] los mexicanos hemos logrado la transformación del Sistema Jurídico más trascendente de los
últimos cien años […] la sociedad civil alzó la voz para demandar un cambio de fondo […] hemos
dado un paso decisivo hacia una justicia más cercana, transparente y eficaz […] se consolidó una
de las reformas jurídicas más ambiciosas de la historia de América Latina […] sus beneficios ya
empiezan a ser visibles. Por ejemplo, en los estados donde ya ha estado operando, los procesos
tardan una quinta parte del tiempo en resolverse y sus costos son hasta 10 veces menores.
Adicionalmente, ha disminuido el número de personas en prisión preventiva […].

No deja de llamar la atención el que Peña Nieto, cuando se refiere a la experiencia de los
estados que ya se encontraban operando con el sistema acusatorio, no mencione la
calidad de los resultados del sistema, que sólo aluda a la cantidad: costo y tiempo.
Escamotea la evaluación cualitativa del sistema acusatorio que implementó en el Estado
de México, porque sabe que los resultados cualitativos muestran un rotundo fracaso,
sabe que llevó a su entidad a encabezar la incidencia criminal en el país.

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CONCLUSIONES

Al concluir este trabajo creo que la información me ha quedado clara para obtener los
objetivos expresados en la introducción, es mucha información para procesar, pero sé
que, al leerla y repasarla varias veces, podré entenderlo mejor y que se me quede
grabada para cuando se me presenten situaciones donde sea requerida dicha
información.

Espero que con el paso del tiempo comprenda mucho más con ayuda de mis
profesores y más trabajos como estos, ya que esta investigación me resultó de gran
ayuda para adentrarme al respecto de lo que ya habíamos visto a lo largo de este
parcial.

Sinceramente desde que vimos este tema, me pareció demasiado interesante la


comparativa entre los tres sistemas penales en nuestro país, desconocía que
habíamos atravesado por otros dos sistemas más, muy distintos entre sí.

Adentrándome y haciendo una conclusión acerca del tema en sí, podría decir que este
sistema tiene su debida importancia ya que esclarece los hechos, protege al inocente,
sanciona al culpable y repara los daños causados por el delito. Asimismo, tiene una
variedad de beneficios:

Evitar la burocracia, es decir, trámites ágiles y efectivos.


Trato digno y respeto a los derechos humanos tanto de las victimas como de los
imputados.
Derecho a un defensor de Oficio en caso de no contar con un abogado.
Lograr efectivamente la reparación del daño a la víctima.
Protección a las víctimas, ofendidos, testigos.
Medios Alternativos de solución de conflictos: mecanismos eficaces para
resolver los asuntos penales, a través de los que se obtiene de manera
rápida la reparación del daño, sin judicializar necesariamente el caso.

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BIBLIOGRAFIAS

Gómez Fröde, Carina y Briseño García Carrillo, Marco Ernesto (coords.). Nuevos
Paradigmas del Derecho Procesal, Ciudad de México, Universidad Nacional
Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2016.

Hidalgo Murillo, José Daniel. Sistema Acusatorio Mexicano y Garantías del


Proceso Penal, Ciudad de México, Editorial Porrúa y Universidad Panamericana,
segunda edición, 2010.

Debido Proceso Penal en el Sistema Acusatorio, Ciudad de México, Flores Editor y


Distribuidor, y Universidad Panamericana, 2011.

Sferlazza, Ottavio. Proceso Acusatorio oral y delincuencia organizada. Ciudad de


México, Centro de Estudios de Política Criminal y Ciencias Penales, Aquesta
Terra, Fontamara, 2005.

Organización de las Naciones Unidas, Alto Comisionado para los Derechos


Humanos

en México, Anders Kompass (Representante). Diagnóstico sobre la Situación de


los Derechos Humanos en México, diciembre de 2003.

Links de internet:

file:///C:/Users/Damaris%20Ortiz/Downloads/TRR.pdf

file:///C:/Users/Damaris%20Ortiz/Downloads/evolucion_sist_penal_acusatorio.pdf

http://alegatos.azc.uam.mx/index.php/ra/article/viewFile/8/9

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