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Universidad Tecnológica de Honduras

Alumno:
Nelson Fabricio Castejón Fernández

Catedrático:
Renato Baltazar Chamorro Sequeira

Clase:
Filosofía I

Asignación:
ENSAYO: EN QUE CONSISTE SER CRISTIANO

07-03-2023
¿En qué consiste ser cristiano?

Al hacer esta pregunta nuestros pensamientos explotan ¿Por qué? Porque a veces no tenemos respuesta o decimos
lo primero que se nos venga a la mente y no profundizamos en sí, y nos preguntamos ¿será que se en que consiste
ser cristiano? Muchas preguntas pueden inundar nuestra mente acerca de este concepto, harto complejo. El
coaching filosófico pretende desmenuzarlo para identificar los principios teóricos esenciales al cristianismo, así como
los superficiales o secundarios.

Aquí la cosa se complica, porque cada forma de cristianismo dará más importancia a unos aspectos que a otros. Por
ejemplo, algunos considerarán que seguir a Cristo es ante todo seguir el Evangelio; otros, que lo principal no es
seguirlos evangelios, sino entender la figura de Cristo desde una perspectiva cristológica-teológica. ¿Quiénes tienen
razón? En este caso, ambas posturas son acertadas, ya que ambas afirmaciones son esenciales a la identidad
cristiana.

No se puede ser cristiano si no se ha entendido la figura de Jesús presentada en los evangelios canónicos, que son
una fuente fidedigna a la hora de representar a Jesús desde la perspectiva de la fe. Si no crees en la palabra de los
evangelios, no puedes considerarte cristiano/a.

También es importante, creer en Cristo ya que implica creer en Jesús en clave teológica (disciplina que estudia la
naturaleza de Dios), es decir, desde la fe y el principio de la Santísima Trinidad. ¿Y esto qué implica? Aceptar que
Jesús es la segunda persona de Dios.

Existe una gran tradición dentro del cristianismo al decir que Cristo excede las leyes del judaísmo; que el amor (a
Dios y al prójimo) es el “Gran Mandamiento”, desde el cual todas las otras leyes morales son obtenidas; que ningún
ser humano puede esperar evitar el pecado completamente; que una persona no debe juzgar a otros (teniendo
únicamente Dios ese privilegio), entre otras.

Aun así, el Nuevo Testamento también contiene importantes guías morales para los cristianos. Jesús en el Sermón
de la montaña le pide a sus seguidores, entre otras cosas, el amar a sus enemigos, ser perseverantes,
misericordiosos y humildes; ya que en algunas partes de la biblia leeremos como Dios le pide a un joven hombre rico
que venda todo lo que tiene y que se lo de a los pobres.
Poco a poco vamos entiendo y sabiendo ¿en qué consiste ser cristiano? Pero no solo es esto hay mucho más por
saber y entender.

Asimismo, algunos juicios morales de Jesús son más abordables, pero todavía no son de práctica general entre
todos los cristianos. En el Sermón del Monte él habla en contra del divorcio (un tema controvertido en muchas
denominaciones cristianas), y contra el juramento (una prohibición enfatizada principalmente por los cuáqueros).
Son muchas cosas las que implica esto.

También sabemos que todo cristiano debe formarse significa que la fe cristiana tiene que ver con la verdad. Lo que
creemos como cristianos no son cuentos o fantasías, sino acontecimientos verdaderos y realidades efectivamente
existentes. La verdad en general para las personas es algo importante. Cuando hablamos enserio nos interesa la
verdad, sea la verdad de lo que se informa, de lo que se opina, de lo que se hace, etc. Por contraste, sentimos una
profunda frustración cuando nos descubrimos en el error, en la falsedad, o peor aún en el engaño.

Cuando las cosas o las personas nos interesan, o nos asalta la posibilidad del error o del engaño, entonces
indagamos, buscamos la verdad, o nos confirmamos en ella. Hay, por tanto, a este respecto, una doble necesidad de
formación para el cristiano: una brota de la fe que quiere ser entendida y conocida como verdadera, y otra que surge
de la propia constitución humana que somos, es decir, de que nuestra inteligencia sólo descansa en el gozo final de
la verdad descubierta y alcanzada.

No solo eso debemos de entender que la vida cristiana se aprende, que nadie nace sabiéndola, sino que Jesús El
Maestro nos enseña a través de sus testigo s acreditados a vivir una vida nueva según Su Evangelio. Por eso está la
catequesis de la iniciación cristiana, a los demás sacramentos y otras múltiples formas en que la Iglesia enseña a
sus hijos a vivir la fe en medio del mundo.

Una manera muy propia de la fe es la formación de la conciencia moral cristiana. El discernimiento de la conducta
del creyente en medio de las situaciones cotidianas ordinarias y extraordinarias. El cristiano quiere seguir a Jesús, y
seguirlo implica “ponerse en su lugar”. Esto lo entendió muy bien san Alberto Hurtado al preguntarse: “¿Qué haría
Cristo en mi lugar?” Ese discernimiento exige formación y acompañamiento espiritual.

Apegarnos a la trinidad ( Padre, Hijo y Espíritu Santo ) es algo esencial para el cristiano ya que estos nos enseñan
mucho y sabemos que por medio del Espíritu santo además que es el que obra en nosotros el que nos hace el
llamado hacia el padre nos hace entender que Dios (es el Padre) al igual que Jesús( es el Hijo) Él es el Maestro de
oración, de la verdadera oración cristiana, simple, sencilla, balbuceante y contemplativa, cargada de fuego y de amor
que enciende la acción apostólica de los creyentes.
La oración es algo esencial en nuestras vidas cristianas ya que es la con Dios, al tener un lazo fuerte con él nos
ayuda más en nuestra vida diaria, pero mucho más en nuestra vida espiritual son muchos los puntos que hemos
tocado hasta ahora pero no hay ninguno de ellos que sea más importante que este.

La necesidad de formación del cristiano se funda en una necesidad aún más radical, la de relacionarnos íntimamente
con Dios, de ser amados por Él y amarlo, de conocerlo siempre más y escuchar su Palabra. No se trata de “escuchar
voces” como enfermos mentales, sino de acoger, recibir, alimentarse, obedecer, hacer, poner en práctica la Palabra
de Jesús.

Las relaciones personales no sobreviven a punta de cosas (de ahí la triste tragedia del materialismo y consumismo
contemporáneo), sino que se fortalecen y robustecen a base de encuentro personal y amistad. Somos personas a
imagen y semejanza de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y con Él sólo cabe el diálogo personal, simple, sincero y
concreto.

La Palabra de Dios es concreta, está en el Evangelio, y el rostro de Dios es concreto, Jesús de Nazaret, el Maestro.
La formación cristiana, entonces, no es para ser más eruditos en cristianismo, sino para conocer vitalmente cuánto
nos ha amado Dios en Jesús, y así saber cómo podemos agradarle siempre más, igual que lo hacemos cuando
valoramos el inmenso amor de nuestras madres, y no sólo nos duele enormemente ofenderlo, sino que buscamos
agradarle en todo. Eso es posible en la medida en que la conocemos. El cristiano es siempre discípulo del Maestro,
Jesús, que nos enseña a ser verdaderos hijos de Dios, nuestro Padre, hombres y mujeres que, por su fe en Jesús,
su esperanza en la venida de Cristo, y su amor crucificado llegan a ser sal de la tierra y luz del mundo.

Pudimos leer que ser cristiano no consiste en ir a calentar una banca a la iglesia sino hacer el bien, amar al prójimo,
apegarnos a la trinidad, tener una comunicación con Dios fuerte por medio de la oración etc.… pero también de
entregar tu vida a Dios por completo, no tener un pie adentro y otro afuera o una semana ser cristiana y otra no, con
las cosas de Dios no se puede jugar, ya que Jesús dio la vida por nosotros y lo menos que podemos hacer el
agradarle en buena manera.

No es fácil ser cristiano y mucho menos cargar con lo que eso implica y a veces recaemos, pero parte de ser
cristiano es seguir adelante y no ver atrás ya que nos podemos convertir en una estatua de sal como la esposa de
Lot.

Dejar todo atrás y empezar de cero.

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