Centenaria y Benemérita Escuela Normal del Estado de Querétaro

“Andrés Balvanera”
Licenciatura en Educación Primaria

Licenciatura: Educación Primaria

Semestre: 2 Grupo: 2

Título del trabajo: Situación emocional en el aula.

El problema de no escuchar.

Integrantes del equipo: Franco Pérez María

Fernanda, Gallegos Vega Luis Alberto, Luna

Nogueda Francisco, Martínez Barrera Mariana y

Robles Silva Génesis.

Materia: Desarrollo socioemocional y aprendizaje.

Maestra: Juana de Dios Altamirano Rangel.

Escuela de prácticas: Lázaro Cárdenas

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Licenciatura en Educación Primaria

1. Descripción de la situación
En la escuela existe una falta de escucha y de apoyo por parte de los docentes en
algunas problemáticas que les surgen en su día a día, ya que los ven como un apoyo,
pero estos se comportan de una manera indiferente o grosera con el alumno,
provocando que se sienta abandonado o rechazado, esto provoca una actitud negativa
en la escuela y en su vida diaria. Esta problemática provocó que los alumnos se
apoyaran en los practicantes, al momento que se les escuchó sintieron más confianza ,
sintieron ese apoyo que no se les brindaba, gracias a esto trabajaron de una manera
mejor.

Otra problemática que se hablará es que los alumnos crean ideas de ellos que son
erróneas, que fueron surgiendo por parte de los padres de familia al igual por parte de
los maestros. En el caso de los maestros les llegan a decir: que no son capaces de
hacer el trabajo, que son flojos, que son tontos, también en ocasiones los limitan. Esto
fue comentado por parte de los alumnos de 4°A y 6° A, porque cuando los tratas de
motivar ellos mismos se bajan los ánimos, porque maestros de grados anteriores con
sus acciones les metieron la idea que son incapaces, que nunca lograran nada, estas
palabras los llegaron afectar demasiado, porque al momento de realizar una actividad y
no les salía ellos se frustraban o se cerraban a la idea que no podían, por eso al ver la
situación en los grupos se trató de motivarlos y recordarles lo capaces que son. Esto
tuvo un efecto positivo en ellos, ya que comenzaron a trabajar de mejor manera,
también aumentó el respeto entre ellos y se vió una ligera mejora en los grupos.

2. ¿Cómo se le llama? Y nuestra función cómo maestros

Tal cual no hay un nombre exacto, lo podríamos nombrar como… el ignorar, el olvidarte
un poco que ellos también importan y son seres pensantes y sensibles.

La función de un maestro es educar, pero qué mejor manera que educar a través de el
amor, alguien, algun día nos comentó, que el educar sin amor, no es más que darle una
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instrucción a tu alumno; un maestro no solo tiene la labor de educar, hace más que
eso… evalúa, dirige un aula, planifica, pero sobre todo, lo que a nuestro parecer se nos
hace lo más importante, tenemos la tarea de orientar y apoyar a cada uno de esos
niñ@s. Los maestros también pueden brindar consejos académicos y apoyo en
situaciones personales o sociales que puedan afectar el rendimiento académico de los
estudiantes.

3. Información que sustente la situación

Al observar la situación emocional previamente descrita, pudimos relacionarla y
sustentarla con lo aprendido en clase.

El uso de la MATEA
La MATEA es una forma en que nosotros podemos identificar nuestras emociones
principales en sus diferentes etapas para poder controlarlas antes de que se conviertan
en sentimientos fuertes que puedan afectar directamente en nuestra salud. Se dividen
en cinco emociones principales que son: miedo, afecto, tristeza, enojo y alegría. Esto
no solo apoya a la persona principal, o en este caso al alumno, si no que nos facilita
poder ver los problemas que los demás tienen respecto a ciertas situaciones y como lo
están viviendo.

Podemos observar estas emociones en nuestros alumnos en diferentes etapas ya que

podemos derivar de los sentimientos puros (sentimientos que provienen de una sola
emoción) los sentimientos en desarrollo y los sentimientos disfuncionales. Los
sentimientos en desarrollo son la expresión mínima de la emoción principal, mientras
que los sentimientos disfuncionales son la extensión exagerada y evolucionada de la
emoción principal, sentimiento peligroso a la hora de experimentarlo ya que puede
perjudicar en mayor o menor medida nuestra salud y nuestro entorno. Nosotros como
futuros docentes podemos identificar estas situaciones para reaccionar a tiempo ante
estos sentimientos peligrosos.
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En el caso de nuestra situación emocional, podemos observar que el alumno expresa

su descontento con sus maestros y como han tratado de sobrellevar esta etapa. Ante
eso, es difícil predecir la reacción de un niño que atraviesa este tipo de situaciones,
pero puede resumirse en tres emociones principales, el miedo, la tristeza y el enojo. Al
tratarse del miedo el alumno puede sentirse desprotegido al no ser escuchado, por lo
que puede tomar una actitud defensiva, con inquietud y preocupación, pudiendo
evolucionar a un sentimiento de desprotección o angustia. Se puede observar por
medio de la tristeza, el alumno se siente incómodo, insatisfecho y retraído, desde un
sentimiento de decepción y soledad al no ser tomado en cuenta, hasta el desaliento, el
pesimismo y el abandono, provocando que no tenga interés por las cosas. Y por último
se puede exteriorizar por medio del enojo, al sentirse incapaz de reaccionar ante las
situaciones se vuelve agresivo como método de reacción, con sentimiento de disgusto
o frustración que pueden evolucionar a la hostilidad o al resentimiento. No hay que
dejar de lado que estos sentimientos se pueden combinar a modo de “paleta de
colores” provocando diferentes reacciones aún más difíciles de identificar.

Por otro lado, podemos hacer cosas positivas por el alumno, logrando que esos
sentimientos se conviertan en algo positivo, a través del afecto y la alegría. Podemos
lograr sentimientos de aprobación, consideración y de apoyo simplemente
escuchándolos, que sientan que son tomados en cuenta, esto puede mejorar las
relaciones del aula y por lo tanto el trabajo en conjunto. Al igual sucede con la alegría,
la cual impacta directamente en su energía, entusiasmo y optimismo, los cuales
pueden ser de ayuda para su vida emocional y posteriormente escolar. Sin embargo,
trabajar estos sentimientos también puede llegar a ser perjudicial, mostrando
sentimientos como la dependencia, la obligación o la euforia, sentimientos que pueden
llegar a ser contraproducentes al tratar de establecer una relación de maestro-alumno.

Debemos de conocer estas emociones y saber cuándo actuar, poner límites y apoyar a
los alumnos para que mejoren en su vida emocional, ya que es el pilar que rige el
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comportamiento del niño y que puede ayudarlos a través de su etapa de crecimiento

más importante.

Las necesidades y la vida emocional

De acuerdo a la lectura del libro “Emociones, sentimientos y necesidades. Una

aproximación humanista” de la autora Myriam Muñoz Polit específicamente en el
capítulo IV titulado “Las necesidades y la vida emocional”, nos habla sobre que las
necesidades tienen una función indispensable para la vida humana que es la de
mantenernos vivos y promover nuestro desarrollo personal, mientras un ser humano
este vivo va a necesitar algo y si estas necesidades se satisfacen correctamente la
persona será más saludable.

En el caso que aquí se presenta, los alumnos tienen la necesidad de ser escuchados,
sin embargo como la misma lectura lo menciona en muchas culturas la modernidad
generó la idea de que necesitar está mal y esto ha provocado que como seres
humanos nos volvamos aislados e individualistas, estas ideas son las que pueden estar
afectando a estos alumnos, ya que sus propios padres de familia e incluso maestros
que han tenido a lo largo de su vida escolar al no escucharlos de manera indirecta les
pueden hacer creer que está mal necesitar que te escuchen, que no es algo esencial y
eso ha llevado a que los niños se vuelvan más aislados y les cueste expresar sus
emociones de manera abierta, por lo que terminan por reflejar esta falta de atención y
escucha en problemas de conducta dentro del aula.

Otro punto importante que se menciona en esta lectura y que tiene relación con esta
situación es que nos dice que la necesidad surge cuando la persona percibe un posible
satisfactor, por ejemplo, no sabemos que tenemos hambre hasta que olemos comida o
no sabemos que deseamos afecto hasta que hay alguien que no lo pueda dar. Esto
tiene mucha relación con lo que pasó en la primaria, ya que los niños al estar en
contacto con un practicante que les brindó la confianza para ser escuchados
prácticamente se dieron cuenta de que necesitaban que alguien los escuchara, al ver
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que una persona estaba dispuesta a cubrir esa necesidad se sintieron con la libertad de
expresar sus ideas, opiniones, emociones y sentimientos. Esto tuvo un impacto positivo
en ellos porque como se menciona en esta lectura al cubrir nuestras necesidades
somos personas más saludables, cuando los niños pudieron cubrir esta necesidad de
escucha y atención se sintieron mejor y eso se reflejó en su actitud dentro del aula. De
ahí la importancia de que como docentes les brindemos seguridad y confianza a
nuestros estudiantes para que puedan expresar sus pensamientos, ideas, emociones y
sentimientos, para que esto nos permita lograr que nuestros alumnos se sientan bien al
estar en nuestra aula.

Los sentimientos y el lenguaje

Los sentimientos y el lenguaje es uno de los temas que se tocan en el libro de

“Emociones, sentimientos y necesidades. Una aproximación humanista”, escrito por
Myriam Muñoz. En este apartado se puede analizar cómo es que el ser humano
simboliza a través de palabras sus sentimientos y pensamientos. De igual manera se
abarca sobre la importancia de saber comunicar estos sentimientos con nuestro
entorno, ya que cómo seres humanos tenemos esa necesidad de compartir las
experiencias que vivimos, para que así, cómo lo menciona la autora, el ser humano
pueda vivir con más profundidad e intensidad la vida.

Desafortunadamente, podemos observar en la situación de la escuela primaria, que los

niños se sienten ignorados, sienten que no son escuchados, y por lo tanto en cierto
modo han sido forzados a dejar de expresar sus sentimientos con quiénes les rodean,
específicamente con los maestros, quiénes son las personas que pueden orientar y
ayudar a los niños en situaciones complicadas de su vida cotidiana.

Así como lo menciona la autora; “es evidente la relación que existe entre la persona y
su entorno”, ya que no somos seres aislados. Así que el factor de que no se les pone
atención a los niños en el momento de expresar sus sentimientos es muy peligroso y
triste, ya que el contexto en el que se encuentra la escuela está lleno de violencia e
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inseguridad, así que lo que los niños necesitan es atención por parte de los docentes;
los pequeños necesitan desarrollar su habilidad de comunicar todo aquello que cargan
internamente y que de esta forma puedan identificar cuál es su necesidad y que ésta
sea cubierta lo antes y mejor posible.

Es debido a esto, que los niños de ciertos grupos de la escuela primaria Lázaro
Cárdenas ahora dudan mucho de sí mismos y de su capacidad, ya que al no ser
escuchados e incluso llegar a ser denigrados por sus maestros, pierden la confianza en
sí mismos, llegan a pensar que no es importante comunicar aquello que sienten,
cuando en realidad en una necesidad humana, y por lo tanto dejan de expresarse,
perdiendo esa esencia que caracteriza al ser humano, y finalmente los niños terminan
refugiándose en el silencio, creyendo que es lo más seguro porque los docentes así lo
dejan ver.