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ALCOHOLISMO

OTRA VISION DE
LAENFERMEDAD

El alcoholismo no se cura, hay rehabilitación, pero aun hoy, después de haber


dejado de beber por largo tiempo, no se debe confiar, puede surgir una recaída
de la que tal vez no se recupere jamás. El alcohólico debe vivir alerta, con un
código vital, siempre consciente de su vulnerabilidad.
Es un error creer que el alcohol fue creado para hacer que las personas estén
alegres; lo que produce son efectos terribles: el alcohol no es un artículo hecho
para estimular el buen humor, en realidad es una sustancia depresora,
atraviesa las paredes del sistema digestivo libremente y quince minutos
después de haberse ingerido, entra al torrente sanguíneo intoxicando el
cerebro. Adormece la zona que guarda la información sobre las restricciones, de
modo que la persona se siente libre de ataduras, relajada, a la vez, la droga
menoscaba su capacidad intelectual, le impide reaccionar adecuadamente ante
los estímulos, disminuye su capacidad de razonamiento, memoria y reflejos.
En grandes cantidades el alcohol deprime el cerebelo afectando el mecanismo
del equilibrio. En cantidades mayores ataca y anestesia el bulbo raquídeo, es
quien regula las funciones vitales como la respiración y el corazón.
Muchos jóvenes mueren de un colapso respiratorio por haber jugado
competencias con sus compañeros tomando una botella completa sin
detenerse. Por otro lado existen evidencias de que cada vez que se inhiben las
neuronas cerebrales se matan cientos de ellas.

Un bebedor, al día siguiente solo tiene dolor de cabeza, pero no logra darse
cuenta que su capacidad intelectual ha disminuido quizá una milésima parte. El
cuerpo va adoptando la intoxicación, adquiriendo dependencia con los años, la
perdida de aptitud mental será más notoria, pero para entonces, tal vez ya
exista un tipo de cáncer, esteatosis, fibrosis o cirrosis hepática, ulcera gástrica y
pos supuesto, problemas laborales, sociales, maritales y familiares.
Es común enfermarse (adictarse), constantemente. El individuo al usar no se da
cuenta cuando aumenta la dosis. La dependencia se va dando tan lenta e
imperceptiblemente a veces, todo está en función de las condiciones
hereditarias y metabólicas del individuo. Es verdad, está comprobada esta
hipótesis, hay quienes llegan muy rápido a la adicción, mientras otros se
demoran muchos años en cerrar el círculo. El proceso lento o veloz según los
mismos patrones, casi siempre primero se comienza como bebedor social o
tomando en reuniones con amigos, una vez que se experimenta la sensación de
bienestar se comienza a ser un bebedor de alivio, es decir una persona que se
busca un trago a solas para sentirse relajado y aliviado de sus presiones, de
este nivel al siguiente solo hay un paso, se va adquiriendo tolerancia (la
persona requiere cada vez dosis mayores para lograr los mismos efectos que
antes) y entonces se ha convertido en un gran bebedor, o sea alguien que
puede tomar cantidades más grandes sin “marearse” que se siente orgulloso de
aguantar más que otros y de controlar el alcohol a su antojo. El ser un gran
bebedor es la antesala del alcoholismo, la membrana que separa a ambas fases
es demasiado fina, y en ocasiones llega para saber dónde ha terminado una y
comenzado la otra. Hay bebedores sociales por más de veinte años, es por eso
que las familias en ocasiones tardan en promedio hasta siete años en admitir
frente a la crudencia de la enfermedad antes de admitir que hay un alcohólico
en casa y de años para buscar ayuda. Otro motivo es que se piensa que una
persona con cultura sabe beber, que es libre de elegir entre beber o no hacerlo,
al considerársele como alguien con madurez.
El usuario “del vino fino”, puede perseguir el placer del paladar o la buena
digestión, pero en la mayoría es muy fácil perder el enfoque. No hay nadie, ni
tu ni yo, nadie que este exento del riesgo de caer. No depende de tu fuerza de
voluntad, la droga va haciéndose amiguita del organismo, vela como una
mascota agradable que crece mientras más la alimentas, pero que te atacara a
traición cuando menos lo esperes. La situación emocional, edad y condiciones
físicas son elementos cambiantes que dan al alcohol diferentes patrones cada
día, hasta que este encuentra el momento ideal para atacar. No son las
propiedades de una sustancia lo que la hace adictiva, sino la combinación de
esas propiedades con el estado químico-emocional del organismo de cada
individuo en particular.
La predisposición hereditaria es un factor importante, pero no único, ni
médicos, ni psiquiatras, ni adivinos, pueden predecir cuándo se darán las
condiciones internas adecuadas para despertar la ira del animal, pero al ocurrir
esto, la persona enferma, puede llegar a disimular un poco su enfermedad. No
se necesita estar tirado en la banqueta para tener problemas; solo el cinco por
ciento de los bebedores viven en la calle, el resto son nuestros vecinos,
abogados, médicos, psicólogos, empresarios, vendedores, maestros,
comerciantes, actores, etc., los vemos salir bañados, peinados y perfumados
por las mañanas y nadie sabe el tormento interior que pueden estar viviendo,
ellos mismos no lo reconocen y sus compañeros solo piensan que tienen mal
carácter.
Para estas personas es un martirio trabajar con esta obsesión, no pueden
pensar en otra cosa, el deseo se convirtió en una presencia física que les
quitaba la concentración, se sienten enfermos y con nauseas, solo cuando
tomaban una copa el malestar se calmaba y podían pensar en otra; haciendo
un esfuerzo sobrehumano algunos pudieron mantenerse sin beber por varias
semanas y cuando regresaba el consumo, este resurgía mas fuerte e
incontrolable. El paciente puede vivir una lucha parecida, no se embriaga a
diario, pasaban días, a veces meses enteros sin tomar una gota de alcohol,
pero de pronto comenzaba de nuevo.
Cuando el animal ha madurado en el interior, se comporta astutamente, se
agazapa en las entrañas vigilando, respirando con paciencia, esperando sin
ninguna prisa el momento adecuado para cumplir su objetivo de, “matarte”...
La enfermedad realmente tiene vida propia. Son piezas que han sido
despertadas quitándole el control de su vida a la persona afectada.
La tv y la prensa escrita alterna los programas o reportajes con un intenso
bombardeo publicitario de alcohol, ¿por qué si se trata de una droga nefasta,
no están prohibidas como el opio o la marihuana?

El alcohol es una droga legal por tres razones:


Primera.- la adicción que provoca, se ha heredado desde la antigüedad de
una generación a otra. Además se considera una herencia histórica.
Segunda.- el número de adictos actualmente es tan espantosamente alto,
que de ser prohibida (ya se hizo en otras épocas) los bebedores voltearían el
mundo de cabeza en una sangrienta revolución.
Tercera.- es uno de los negocios más lucrativos de la tierra, un alto porcentaje
del publico de todos los países se mantienen por los impuestos que produce la
venta de esta droga, cientos de miles de familias viven directa e indirectamente
de las utilidades que representa esta empresa multimillonaria.
Los anuncios de la televisión que venden algo tan distinto. El engaño estriba,
para vender droga “legalmente” hay que darle un giro engañoso a la imagen.
Los expertos en mercadotecnia hacen creer a la gente que beber proporciona
categoría, que estos licores son signo de buen gusto, cultura o delicadeza. La
cerveza se relaciona con los deportes, el whisky, con reuniones elegantes, las
bebidas mezcladas, con fiestas y romances juveniles. Algunos hablan de la
cultura del vino, destacan sus cualidades digestivas y considerar “sinceramente”
al licor como un manjar indispensable e indiscutible, pero lo cierto es que el
alcohol está presente en la mayoría de asaltos, accidentes automovilísticos,
violación a mujeres, abusos sexuales a niños, maltrato a hijos, golpizas a
esposas, desintegraciones familiares, infidelidades, divorcios, pleitos callejeros,
además de ser denominada droga de entrada. Algo así como la puerta a otras
drogas, por ningún motivo conviene a la televisión y grupos económicos,
dueños de industrias licoreras, hablar de las fatales consecuencias del alcohol o
¿usted qué opina?
En otro sentido por lo regular se convenza tomando alcohol antes de consumir
cualquier tipo de estupefaciente mayor, es curioso que siendo el alcohol una
droga, su consumo se vea con mejores ojos que el de cualquier otra.
Si la cocaína, por ejemplo, se anunciara por televisión, estuviera en la tienda de
las esquina, y todos nos veríamos forzados a aceptar una “inhaladita” en cada
fiesta o reunión, pueden estar seguros de que también los cocainómanos serian
vistos con mejores ojos, porque los medios de comunicación ejercen su
influencia.
El alcoholismo es una enfermedad progresiva como todas las drogas, porque el
afectado, aunque tenga periodos de lucidez bastante esperanzadores, en
realidad empeora cada día, y mortal porque si no recibe ayuda a tiempo,
terminara invariablemente falleciendo a causa de su adicción.
El alcoholismo es mucho peor que cualquier enfermedad: (cáncer, diabetes,
etc.) Normalmente cuando una persona padece diabetes, cáncer, problemas
cardiacos, conserva sus lazos de afecto, su hogar, sus bienes y sus amistades;
el alcoholismo por lo común, lo pierde todo o mínimo lo deteriora
significativamente.
La dolencia no es solo física, es sobre todo mental, emocional, espiritual y
familiar, daña a los que viven con la persona. Mata sus relaciones afectivas,
destruye su vida intelectual y material. ¿Cómo se superan? Solo dándose
cuenta de la enfermedad, tomando conciencia de los estragos que ha causado
en las diversas áreas de su vida, comienza a pedir perdón por los atropellos,
responsabilizarte de tu proceso de tu recuperación, la enfermedad es tuya
atiéndela con madurez y comienza a trabajar en ello hoy mismo, mañana
pudiera ser demasiado tarde.
El verdadero drama es que el enfermo no acepta que necesita ayuda. Tal vez
ocurra con el médico para quejarse de dolores de cabeza, sudoraciones
nocturnas, depresión, dolencias digestivas, pero no reconocerá tan fácilmente
que tiene problemas con la bebida, muchos que no reconocen sus errores y
creen que todo es culpa de los demás. La gran mayoría de los que se enferman
de alcoholismo también padecen de cerrazón, pero no así en el caso contrario,
millones de personas padecen cerrazón sin ser alcohólicos.

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