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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1198/2014

Sucre, 10 de junio de 2014

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Tata Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional

Expediente: 05539-2013-12-AAC
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución de 3 de diciembre de 2013, cursante de fs. 785 a 787 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Rosario Julia Dávila Ponce contra
Ernesto Mariño Borquez, Director Ejecutivo a.i de la Autoridad de Impugnación Tributaria (AIT)
General; Teresa del Rosario Borda Rocha, Directora Ejecutiva a.i de la AIT Regional Cochabamba y
Ebhert Vargas Daza, Gerente Distrital a.i del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), del mismo
departamento.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 11 de junio de 2013, cursante de fs. 153 a 160 vta., ampliándolo el 22 de
agosto (fs. 164 a 166 vta.), y de modificación de 11 de octubre (fs. 170 y vta.), ambos de 2013, la
accionante expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El SIN, mediante nota de verificación 0011OVE00195 - Modalidad Verificación Especifica Impuesto al


Valor Agregado (IVA), procedió a la fiscalización de su actividad comercial, con el objeto de
comprobar el cumplimiento de pago del IVA por los periodos fiscales de enero a diciembre de 2008;
posteriormente fue notificada con la Vista de Cargo SIN/GDC/DF/VE/VC/00211/2012 de 3 de julio de
2012, que determinó reparos por UFV’s97 491.- (noventa y siete mil cuatrocientos noventa y un
unidades de fomento a la vivienda) equivalente a Bs171 882.- (ciento setenta y un mil ochocientos
ochenta y dos bolivianos), que incluye tributo omitido, intereses, sanción por la conducta tributaria,
omisión de pago y multa por incumplimiento a deberes formales. El 7 de agosto de ese mismo año,
presentó descargos a la Vista de Cargo; no obstante, la Gerencia Distrital del SIN pronunció la
Resolución Determinativa 17-01484-12 de 17 de septiembre de 2012, a través de la cual establece
una deuda tributaria de Bs178 536.- (ciento setenta y ocho mil quinientos treinta y seis bolivianos);
determinación dictada sin que previamente se realice una valoración de los descargos presentados,
violando el procedimiento establecido al efecto.

Contra dicho acto administrativo interpuso recurso de alzada; una vez notificada con el Auto de
apertura de término de prueba, por carta de 4 de diciembre de 2012, ratificó la presentada y
además ajunto prueba documental en original, donde entre otras se encuentra la póliza de
importación con número de registro C-3271, -motivo de la presente acción-; sin embargo, en franca
violación a sus derechos, la AIT Regional a través de la Resolución del recurso de alzada ARIT-CBA/RA
0024/2013 de 14 de enero, confirmó la Resolución Determinativa impugnada, con el ilegal sustento
de que no se desvirtuaron los reparos determinados en dicha Resolución.

El 5 de febrero de 2013, formuló recurso jerárquico, solicitando la nulidad de la Resolución de Alzada


bajo los siguientes argumentos: a) Por violación del principio de congruencia, por cuanto no se
habrían pronunciado de forma clara y concreta sobre la validez de la póliza de importación C-3271,
limitándose únicamente a decir que la fotocopia presentada en sede administrativa no tiene valor
legal; no obstante, tener conocimiento de la existencia material del documento original presentado
en dicha instancia; y, b) No se pronunció respecto a la Ley de Procedimiento Administrativo que
otorga cinco días hábiles, a efecto de subsanar la omisión originada en la nota que adjuntaba el
documento de la Póliza de Importación en fotocopia, siendo un excesivo formalismo de la
Administración Tributaria y de la Autoridad de Impugnación Tributaria que limita el derecho
económico que tiene el contribuyente al crédito fiscal.

Respecto al cumplimiento de los requisitos para el beneficio del crédito fiscal, la AIT Regional,
estableció que: 1) Incumplió el primer requisito porque se presento parte de las facturas o notas
fiscales. Sin embargo, las facturas de sus proveedores fueron emitidas a favor de TELSUR; 2) Ser
evidente que la sujeto pasivo, no presentó ante la Administración Tributaria los comprobantes de
pago que respalden las compras realizadas a sus proveedores y que las mismas fueron
efectivamente realizadas. No se hizo una valoración correcta de la documentación que en su
momento se presentó al SIN; y, 3) Todas las compras realizadas por el sujeto pasivo a sus
proveedores, no se encuentran vinculadas a la actividad que desarrolla, que es la de
telecomunicaciones. Las facturas observadas por el ente fiscalizador son totalmente infundadas,
porque fueron para dar fiel cumplimiento a la necesidad que se tiene como empresa de
telecomunicaciones.

La Administración Tributaria en el caso particular de la póliza de importación C-3271, donde se


prueba que se ha importado equipos de telecomunicaciones, con un pago en efectivo de Bs32 615.-
por impuesto al IVA, en el proceso de nacionalización, no le puede negar el derecho al crédito fiscal,
porque si bien la póliza se entrego en fotocopia, lo correcto era que se otorgue cinco días de plazo
para subsanar la omisión originada en la nota que adjuntaba dicho documento, resultando
absolutamente injusto perder el referido crédito fiscal que está debidamente identificado y
apropiado en la póliza.

La AIT General pronunció la Resolución de recurso jerárquico AGIT-RJ0445/2013 de 8 de abril,


confirmando la Resolución de alzada, con el argumento que: “se evidencia que la DUI C-3271,
consigna la observación: ‘El contribuyente no presentó el documento original de dicha póliza, lo que
invalida el crédito fiscal de dicho documento, conforme el numeral 1 parágrafo IV del art. 41 de la
Resolución Normativa de Directorio 10-0016-07, si bien dicho documento fue presentado
posteriormente en instancia de alzada, conforme el numeral 2 del artículo art. 81 de la Ley 2492, al
haber sido expresamente requeridas en etapa administrativa durante el proceso de verificación y no
habiendo sido presentada, ni se hubiera dejado expresa constancia de su existencia y compromiso
de presentación, hasta antes de la emisión de la Resolución Determinativa, no corresponde su
valoración en esta instancia, correspondiendo confirmar en este punto resuelto por la instancia de
alzada por la DUI C-3271, manteniendo la depuración de Bs. 32.615.- del periodo marzo 2008” (sic).

Las autoridades demandadas al haber rechazado su derecho al crédito fiscal sobre la póliza de
importación, con el único y mal sustento legal de que se habría presentado simplemente en
fotocopia; no obstante, haberse entregado el documento extrañado en original en etapa de
impugnación, vulneró sus derechos fundamentales a la seguridad jurídica y el debido proceso.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

La accionante señala la lesión de sus derechos a la seguridad jurídica, al debido proceso en sus
elementos de defensa, ofrecer pruebas y valorarlas, a la motivación de las resoluciones, a la
propiedad; citando al efecto los arts. 56.I, 115. II, 117.I, 119 y 120 de la Constitución Política del
Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda el amparo solicitado, disponiendo: i) La nulidad de las Resoluciones


Determinativa 17-001484-12, de Alzada ARIT-CBA/RA0024/2013 y Jerárquico AGIT-RJ0445/2013; ii)
Se ordene al Gerente Distrital del SIN de Cochabamba, emita resolución expresa y en el día disponga
se reciba el original de la póliza de importación C-3271, se reconozca el crédito fiscal contenido y se
deduzca de la liquidación final del tributo; y iii) La determinación de responsabilidad civil de las
autoridades demandadas, ordenando la reparación de los daños y perjuicios ocasionados y el pago
de costas procesales.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 3 de diciembre de 2013, según consta en el acta cursante de fs. 781
a 784, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El abogado de la accionante ratificó los términos de la acción de amparo constitucional interpuesta.


En uso del derecho a la réplica, manifestó que “el SIN, insiste que la póliza de importación fue
presentada en fotocopia simple en la etapa de fiscalización, posición adversa al principio de
informalismo, debido a que correspondía imprimir la labor de investigación tributaria de la verdad
histórica de los hechos” (sic).

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Daney David Valdivia Coria, actual Director Ejecutivo a.i de la AIT General y Teresa del Rosario Borda
Rocha, Directora Ejecutiva a.i de la AIT Regional, remitieron informe escrito cursante de fs. 224 a
237, y en audiencia a través de sus representantes legales, señalaron: a) La accionante, modificó la
demanda de acción de amparo sin ninguna justificación y sin observar la jurisprudencia
constitucional que establece que la legitimación pasiva corresponde tanto a las actuales autoridades
y ex autoridades a efectos de que asuman defensa; b) Durante la tramitación tanto del recurso de
alzada como del jerárquico, se garantizó el derecho a la petición y a ser escuchado, debido a que los
argumentos planteados fueron tomados en cuenta, no se suprimió el derecho a la defensa, el
derecho de presentar pruebas y alegatos, ya que se puso en conocimiento en todo momento sobre
la tramitación con constantes notificaciones como ser de admisión, de apertura de término de
prueba entre otros; c) Para el rechazo del derecho al crédito fiscal de la póliza C-3271, tanto en el
recurso de alzada, como en el jerárquico, se consideró la normativa legal vigente que rige la correcta
y oportuna apropiación del crédito fiscal IVA, -art. 8 inc. a) de la Ley de Reforma Tributaria (LRT), art.
41 de la Resolución Normativa de Directorio 10-0016-07 de 18 de mayo de 2007; d) En base a dicha
normativa, los documentos para que generen crédito fiscal deben cumplir con el requisito de
presentar en original; en el presente caso durante la fiscalización hasta la emisión de la Resolución
Determinativa, el sujeto pasivo solamente presentó la referida póliza DUI C-3271 en fotocopia
simple; es decir, no cumplió con los requisitos para la validez del crédito fiscal, pese a que la
Gerencia Distrital de Cochabamba del SIN, le solicitó dicho documento de forma oportuna; e) Sobre
la presentación en instancia recursiva de la DUI C-3271, la accionante durante el proceso
determinativo no cumplió los requisitos de pertinencia y oportunidad de la prueba, ya que la
Administración Tributaria a la notificación con la Orden de Verificación, le solicitó expresamente
documentación que descargue las observaciones relacionadas con el objeto de fiscalización;
asimismo a la notificación de la Vista de Cargo, tampoco presentó la DUI C-3271 en original, así
como no dejó expresa constancia de su existencia ni compromiso de presentación hasta antes que
se dicte la Resolución Determinativa, deduciéndose que ante la instancia recursiva debió presentar
con juramento de reciente obtención, probando que la omisión en la presentación no fue por causa
propia, exigencias establecidas en el art. 81 del Código Tributario (CTB); y, f) Las actuaciones de los
Directores Ejecutivos a.i de la AIT General y Regional no vulneraron derechos ni garantías, pues se
observó el principio de seguridad jurídica dando cumplimiento a lo dispuesto en la Constitución
Política del Estado y la Leyes, así como tampoco se infringió el debido proceso, toda vez que se
interpretó y aplicó de manera correcta la previsión contenida en el art. 81 del CTB, referido a la
oportunidad y pertinencia de las pruebas.

Ebhert Vargas Daza, Gerente Distrital a.i del SIN, presentó informe escrito cursante de fs. 467 a 474,
señalando: 1) En cuanto a la valoración objetiva de la prueba, a través de dos requerimientos que
fueron notificados personalmente, se solicitó a la contribuyente, las notas fiscales de respaldo al
crédito fiscal IVA en originales; sin embargo, no presentó ni adjuntó la extrañada póliza de
importación. Siguiendo con el procedimiento de determinación, se notificó a la contribuyente con la
Vista de Cargo SIN/GDC/DF/VE/00211/2012 el 5 de julio de 2012, otorgándole un plazo de 30 días
para la presentación de pruebas de descargo, en cumplimiento a ello presentó descargos
adjuntando la póliza de importación C-3271 en fotocopia simple; 2) La accionante señala que no se
valoró la prueba adjunta en fotocopia simple y que correspondía otorgarle cinco días
administrativos en virtud del art. 21.III de la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA), no siendo
posible su aplicación en el presente caso, toda vez que el Código Tributario contiene disposiciones
legales pertinentes y acordes, las cuales son de aplicación directa, pretendiendo subsanar su error y
dejadez a través de la acción de amparo constitucional; 3) Los plazos relativos a la presentación de
pruebas son perentorios e improrrogables, si bien pueden ser presentadas como de reciente
obtención, para que sean aceptadas y valoradas, deben cumplir con requisitos y presupuestos
esenciales señalados en la citada norma; 4) La jurisdicción constitucional no es una instancia de
casación adicional o complementaria, para solicitar un nuevo análisis de la interpretación y
valoración, del que fue sujeta la fotocopia simple de la póliza C-3271; y, 5) En cuanto a la supuesta
vulneración del principio de verdad material, que constituye un principio esencial en materia
tributaria y que ha servido para valorar y analizar la póliza de importación C-3271 en las
Resoluciones emitidas en la etapa recursiva, de cuyo argumento se demuestra la valoración objetiva
de dicho documento.

I.2.3. Resolución

La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en Tribunal
de garantías, pronunció la Resolución de 3 de diciembre de 2013, cursante de fs. 785 a 787 vta., por
la que denegó la tutela solicitada sin ingresar al fondo de la problemática planteada, con los
siguientes fundamentos: i) La legitimación pasiva en una acción de amparo constitucional es de
suma importancia, que debe estar previamente identificada en el memorial de demanda ya que se
constituye en un requisito de forma en la etapa de admisibilidad, para activar la jurisdicción
constitucional. Dentro de un proceso constitucional, no es posible excusar el cumplimiento del
debido proceso, en su elemento del derecho a la defensa de la autoridad o persona demandada; ii)
En la primera demanda de acción de amparo constitucional señala como autoridades demandadas a
Ebhert Vargas Daza, Jorge Tarquino Torrez y Julia Susana Ríos Laguna; en el escrito de ampliación
mantiene a los nombrados como autoridades demandadas, pero posteriormente modifica la acción
de amparo indicando que la dirige contra Teresa del Rosario Borda Rocha y Ernesto Mariño Bórquez,
en merito a dicha modificación fueron citadas como autoridades demandadas; empero, éstas no
emitieron las resoluciones cuestionadas; iii) La accionante pide la nulidad del acto administrativo
que representa las Resoluciones Determinativa, de alzada y jerárquico; sin embargo, revisada la
legitimación pasiva se establece que las actuales autoridades demandadas en su condición de
Directores Ejecutivos a.i General y Regional de la AIT no son los mismos funcionarios que emitieron
las Resoluciones cuya nulidad se solicita; y, iv) Consecuentemente, existe falta de legitimación pasiva
por cuanto correspondía que la acción de amparo constitucional sea dirigida contra las autoridades
que pronunciaron las resoluciones del recurso de alzada y jerárquico, así como contra las actuales
que se encuentran como titulares de dichos cargos, en aplicación de la jurisprudencia constitucional,
pues la calidad de demandados no es a elección del accionante.

II. CONCLUSIONES

De la atenta revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo


siguiente:

II.1. Dentro de un proceso de fiscalización de tributos, el SIN emitió la Vista de Cargo


GDC/DF/VE/VC/00211/2012 de 3 julio de 2012, por la cual determinó una deuda tributaria contra la
accionante de UFV’s 97 491.- equivalente a Bs171 882.-, otorgándole un plazo de treinta días para
que presente sus descargos y prueba al efecto (fs. 3 a 5 vta.). La accionante el 7 de agosto de 2012,
presentó descargos contra la referida Vista de Cargo, señalando ser suficientes para probar la
inexistencia de la deuda tributaria por los periodos establecidos (fs. 6 a 9).

II.2. Mediante Resolución Determinativa 17-01484-12 de 17 de septiembre, el Gerente Distrital del


SIN, estableció una deuda tributaria de Bs178 536.- (ciento setenta y ocho mil quinientos treinta y
seis mil bolivianos), otorgándole un plazo de veinte días para que deposite la totalidad de la misma
(fs. 766 a 774).

II.3. La accionante el 23 de octubre de 2012, interpuso recurso de alzada ante la AIT Regional,
observando que de manera ilegal la Administración Tributaria depuró el crédito fiscal
supuestamente mal atribuido a las facturas de compra, observadas de acuerdo a la orden de
verificación; además, solicitó la revocatoria total de la Resolución Determinativa, se declare la
inexistencia de la deuda tributaria y la nulidad de obrados hasta la Vista de Cargo (fs. 10 a 17 y 20 a
27). Recurso respondido por el SIN, alegando que no se infringió normas jurídicas en la
determinación de tributos y sanciones que ameriten nulidad de los actos administrativos (fs. 29 a
40). Aperturado el termino probatorio por la Autoridad Regional de Impugnación Tributaria, la
accionante por memorial de 4 de diciembre de 2012, dentro del plazo establecido por el art. 218 del
CTB, ratificó y ofreció documental en original, donde se encuentra la póliza de importación con
número de registro C-3271 (fs. 41 a 61 y 74 a 75).

II.4. La AIT Regional Cochabamba, mediante Resolución del recurso de alzada ARIT-CBA/RA
0024/2013 de 14 de enero, estableció que no se desvirtuaron los reparos determinados y resolvió
confirmar la Resolución Determinativa impugnada. En relación a los requisitos señaló: i) Incumplió el
primer requisito porque no presentó la totalidad de las facturas o notas fiscales, tampoco adjunto el
libro de compras IVA; ii) Respecto al segundo requisito, no presentó ante la Administración
Tributaria los comprobantes de pago que respalden las compras realizadas a sus proveedores y que
las mismas fueron efectivamente realizadas; iii) En cuanto al tercer requisito refiere que para fines
del cómputo del crédito fiscal, las compras debieron estar vinculadas directa o indirectamente con la
actividad que desarrolla y para la cual fue constituida. Respecto de la póliza de importación,
desarrolla la normativa sobre los requisitos para el beneficio del crédito fiscal IVA -art. 8 de la LRT y
Decreto Supremo (DS) 25310 de 27 de febrero de 1987- que son: presentación original de la factura
o notas fiscales, demostrar la transacción a través de medios de pago u otros; y que la misma se
encuentre vinculada con la actividad que desarrolle el sujeto pasivo. Sobre los vicios de nulidad en
los descargos presentados por la accionante, en relación a la póliza, el art. 98 del CTB establece un
plazo perentorio de treinta días después de notificada la Vista de Cargo, con la finalidad de que
presente sus descargos previsto en el art. 76 de la norma mencionada, las que deben enmarcarse
conforme dispone el art. 81 del CTB, por tanto el Código Tributario otorga plazo para la presentación
y valoración de las pruebas, no siendo aplicable de manera supletoria el art. 43 de la LPA. En
atención a las pruebas presentadas en la Administración Tributaria, específicamente sobre la póliza
de importación señala: “”los antecedentes hacen referencia que la recurrente no presentó el original
del mencionado documento a su solicitud, por lo que no cumple el requisito Nº 1, a pesar de haberlo
adjuntado en la nota sujeta a análisis, en aplicación del numeral 2 del artículo 81 de la Ley 2492 esta
no es considerada valida” (sic) (fs. 83 a 100 vta.).

II.5. Resolución que fue impugnada a través del recurso jerárquico, al considerar que violó el
principio de congruencia, porque no se pronunció sobre la validez de DUI C-3271; no obstante,
conocer la existencia del documento original, así como tampoco se refirió a la aplicación de la Ley de
Procedimiento Administrativo que otorga plazo de cinco días para subsanar la omisión originada en
la nota que adjuntaba dicho documento en fotocopia. La Directora Ejecutiva de la AIT General,
mediante Resolución de Recurso Jerárquico AGIT-RJ/0445/2013 de 8 de abril, señaló que la instancia
de alzada emitió pronunciamiento respecto de la DUI C-3271 y la Ley de Procedimiento
Administrativo, no habiéndose vulnerado el principio de congruencia. En otro punto indica: “se
evidencia que la DUI C-3271, consigna la observación: `El contribuyente no presentó el documento
original de dicha póliza” lo que invalida el crédito fiscal de este documento conforme los previsto en
el Numeral 1 Parágrafo I y Parágrafo IV del Artículo 41 de la RND 10-0016-07; si bien dicho
documento fue presentado posteriormente en instancia de alzada, conforme el Numeral 2 del
Artículo 81 de la Ley 2492 (CTB), al haber sido expresamente requeridas en etapa administrativa
durante el proceso de verificación y no habiendo sido presentada, ni dejado expresa constancia de
su existencia y compromiso de presentación, hasta antes de la Resolución Determinativa, no
corresponde su valoración en esta instancia, correspondiendo confirmar en el punto lo resuelto por
la instancia de alzada por la DUI C-3271, manteniendo la depuración de Bs32615.- del periodo marzo
de 2008; por lo que resolvió confirmar la Resolución de Alzada; consecuentemente, mantener firme
y subsistente la Resolución Determinativa (fs. 102 a 109 vta.; y 133 a 152).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante denuncia vulneración de sus derechos al debido proceso y a la defensa; además del
principio de seguridad jurídica y de verdad material; por cuanto dentro del proceso de fiscalización a
su empresa comercial, el SIN: a) Emitió Resolución Determinativa donde establece una ilegal deuda
tributaria al no haberse tomado en cuenta los descargos presentados oportunamente para el
beneficio del crédito fiscal al cual tiene derecho; b) Resolución impugnada a través del recurso de
alzada, misma que fue confirmada; no obstante, haber presentado en dicha instancia los descargos
en originales; y, c) Formulado el recurso jerárquico, la AIT General, igualmente resolvió confirmar el
recurso de alzada, sin considerar las denuncias efectuadas por las irregularidades cometidas durante
el proceso. Por lo que, corresponde analizar en revisión si los actos denunciados son evidentes a
objeto de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. El debido proceso y su aplicación al ámbito administrativo sancionador. Jurisprudencia


reiterada

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SC 0160/2010-R de 17 de mayo, expresó: “El debido


proceso, está reconocido constitucionalmente como derecho y garantía jurisdiccional a la vez, por
los arts. 115.II y 117.I de la Constitución Política del Estado vigente (CPE) (…), y como derecho
humano por los arts. 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de
Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y ya fue desarrollado y
entendido por este Tribunal como el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el
que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar; es decir, comprende el conjunto de requisitos
que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar esos derechos
reconocidos por la Constitución Política del Estado, así como los Convenios y Tratados
Internacionales” (el resaltado es nuestro).

Por su parte, el anterior Tribunal Constitucional refiriéndose al derecho administrativo


sancionador, señaló que el Estado en determinados supuestos, otorga a la Administración Pública la
potestad sancionadora; en ese sentido se pronunció la SC 0757/2003-R de 4 de junio, señalando:
“Esta potestad sancionadora, por los fines que persigue, se bifurca en dos: la disciplinaria y la
correctiva. La primera se dirige a proteger los propios intereses de la Administración como
organización (eficiencia, puntualidad, etc); sus sanciones están dirigidas a sus funcionarios, así como
a personas vinculadas a la Administración por especiales deberes y relaciones jurídicas. La segunda,
se dirige a imponer sanciones a la generalidad de ciudadanos que pudieran transgredir los deberes
jurídicos que las normas les imponen como administrados. Este es el caso de las infracciones que
establece por ejemplo, el Código Tributario en su Título III, en el que se establecen sanciones
específicas para quienes incumplan los mandatos y prohibiciones contenidos en la referida norma
legal (Derecho administrativo penal). En estos supuestos, la Administración tiene facultad para
imponer sanciones, las que, en algunos casos, tienen igual o mayor gravedad que las establecidas en
el Código penal (este es el caso de las multas), pero tal potestad no alcanza en ninguno de los casos,
a imponer la pena privativa de libertad, la cual está reservada al órgano judicial correspondiente”.

Respecto a las garantías del proceso administrativo, la misma sentencia estableció: “Si
partimos del hecho de que la sanción administrativa supone la privación de algún derecho o la
afectación de algún interés … y que tal privación debe ser el resultado de la comprobación,
conforme a derecho, de un hecho ilícito que se le atribuye, correspondiendo por tanto enjuiciar una
conducta, no cabe duda que el proceso administrativo en cuestión debe estar revestido de las
garantías procesales consagradas en la Constitución. Así lo ha entendido la jurisprudencia de este
Tribunal en la SC 618/2003, al señalar que "[...[la garantía del debido proceso, que consiste en el
derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo
establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una
situación similar (SC 418/2000-R), la cual no es aplicable únicamente al ámbito judicial, sino que
debe efectivizarse en todas las instancias en las que a las personas se les atribuya -aplicando el
procedimiento establecido por ley- la comisión de un acto que vulnere la normativa vigente y es
obligación ineludible de los que asumen la calidad de jueces, garantizar el respeto a esta garantía
constitucional (SC 731/2000-R). De ello se determina que las reglas del debido proceso no sólo son
aplicables en materia penal, sino a toda la esfera sancionadora…” (SC 0757/2003-R de 4 de junio)

Sobre la base de ese criterio, la jurisprudencia constitucional ha sido uniforme al señalar que
el debido proceso debe ser observado no sólo en la vía judicial, sino en toda la esfera administrativa
sancionadora (SSCC 0787/2000-R, 0953/2000-R, 0820/2001-R, 0685/2012-R 0757/2003-R, entre
muchas otras). Así, la SC 0685/2002-R de 11 de junio, ha establecido que los derechos a la seguridad,
a la petición, a la defensa y a la garantía del debido proceso, "...es aplicable no sólo al ámbito judicial
sino también al administrativo cuando se tenga que someter a una persona a un procedimiento en el
que deberá determinarse una responsabilidad; por lo mismo, todo proceso de la naturaleza que
fuere deberá ser sustanciado con absoluto resguardo y respeto de los derechos y garantías del
procesado” (SCP 0104/2014 de 10 de enero) (las negrillas nos pertenecen).

En ese sentido, el derecho al debido proceso sea en el ámbito jurisdiccional o administrativo,


comprende los elementos del derecho a la defensa, legalidad y valoración de las pruebas,
fundamentación de las resoluciones, así como el principio pro actione entendido por el Tribunal
Constitucional Plurinacional como: “…la ponderación de los derechos para el análisis de los casos
concretos en los cuales exista una manifiesta, irreversible y grosera vulneración a derechos
fundamentales, debe prevalecer la justicia material a cuyo efecto, su labor hermenéutica de
ponderación, generara la flexibilización a ritualismos extremos para que en casos graves se repare
un derecho manifiesta y groseramente vulnerado, así, el rol del control de constitucionalidad, en
virtud del cual, la justicia formal ceda frente a la justicia material” (SCP 0139/2012 de 4 de mayo)
entre otras; derecho que debe ser respetado en su contenido esencial.

III.1.1. El derecho a la defensa

Este derecho, según la doctrina, es la oportunidad que tiene todo ser humano de manera
universal para desvirtuar las acusaciones que pesan en su contra, afirmando su inocencia ante
cualquier situación que le asigna el matiz de una supuesta culpabilidad. Este derecho es predicable
en todos los órdenes jurisdiccionales y administrativos, y se aplica en cualquiera de las fases del
procedimiento. La finalidad del mismo es asegurar la efectiva realización de los principios procesales
de contradicción y de igualdad, principios que imponen a los órganos judiciales el deber de evitar
desequilibrios en la posición procesal de ambas partes, e impedir que las limitaciones de alguna de
ellas puedan desembocar en una situación de indefensión prohibida por la Constitución Política del
Estado

La jurisprudencia constitucional en la SC 0702/2011-R de 16 de mayo, concluyó: “el derecho


a la defensa así sea esta en el ámbito administrativo, debe ser precautelado por toda persona y
autoridades donde se haya generado algún tipo de proceso; toda vez que al aperturarse un proceso
administrativo, donde existe la seria posibilidad de infligir una sanción así sea esta administrativa por
la contravención a normas administrativas, implica que debe escucharse a la persona sometida a un
proceso administrativo, con el único fin que pueda defenderse presentando los descargos que
considere necesarios y oportunos a su pretensión de defensa, lo contrario implicaría ingresar a un
régimen totalitario donde se desconoce el debido proceso en su elemento a la defensa del
encausado” . Entendimiento reiterado por la SCP 104/2014 de 10 de enero (las negrillas nos
corresponden).

III.1.2. La valoración de la prueba en los procesos administrativos

La SCP 0426/2013 de 3 abril, refiriéndose a la valoración de la prueba señaló: ”En ese orden,
la valoración de la prueba es uno más de los elementos que componen la garantía del debido
proceso, dado que a través de la correcta y razonada valoración efectuada, que explique los motivos
por los cuales se asigna determinado valor a la prueba ofrecida y producida en la etapa procesal
correspondiente, se tendrá por respetada la referida garantía procesal. Ahora bien, de manera
excepcional se activa la protección que brinda este medio de defensa, cuando: “…a) Exista
apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsible para decidir (…) o b)
Cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de
derechos fundamentales y garantías constitucionales…”, razonamiento reiterado por la SCP
0039/2012 de 26 de marzo, entre otras (SCP 0965/2006-R de 2 de octubre y SC 0129/2004-R de 28
de enero).

A través de la SC 0965/2006-R de 2 de octubre, se estableció ciertos presupuestos que debe


cumplir la parte procesal agraviada para que la jurisdicción constitucional ingrese a la revisión de la
valoración de la prueba; como ser: “Por una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron
valoradas apartándose de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o,
cuáles no fueron recibidas, o habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas; para ello, será
preciso, que la prueba no admitida o no practicada, se haya solicitado en la forma y momento
legalmente establecidos, solicitud, que en todo caso, no faculta para exigir la admisión de todas las
pruebas que puedan proponer las partes en el proceso, sino que atribuye únicamente el derecho a la
recepción y práctica de aquellas que sean pertinentes…’

Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en qué medida, en lo


conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o que no llegó a
practicarse, no obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia en la Resolución
final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión procesal en materia de prueba (referida a su
admisión, a su práctica, a su valoración, etc.) causa por sí misma indefensión material
constitucionalmente relevante, correspondiendo a la parte recurrente, demostrar la incidencia en la
Resolución final a dictarse, es decir, que la Resolución final del proceso hubiera podido ser distinta
de haberse practicado la prueba omitida, o si se hubiese practicado correctamente la admitida, o si
se hubiera valorado razonablemente la compulsada…".

No obstante, el razonamiento establecido respecto de los requisitos que debe cumplir el


agraviado para que la jurisdicción constitucional ingrese a la revisión de la valoración de la prueba; a
partir del nuevo orden constitucional vigente, la la SCP 0410/2013 de 27 de marzo, razonó
señalando que la carga procesal obligatoria a la parte accionante de explicar de modo sistemático y
metódico la irrazonabilidad, inequidad, omisión arbitraria, o valoración equivocada de la prueba (…)
constituyen instrumentos argumentativos, no causales de denegatoria de la acción de amparo
constitucional…”.

Asimismo, es menester aclarar que la competencia de la jurisdicción constitucional en lo


relativo a la prueba sólo se reduce a establecer si fue o no valorada, pero no a imponer mediante
este recurso cómo debe ser compulsada y menos a examinarla, lo que significa, que sólo se deberá
disponer en casos de omisión de compulsa que se la analice siempre que curse en el expediente y
que hubiera sido oportunamente presentada..." (SC 0129/2004 de 28 de enero (las negrillas nos
corresponden).

III.2. El principio de verdad material en procedimientos administrativos

El principio de verdad material es uno de los principios que sustenta la jurisdicción ordinaria de
acuerdo a lo previsto en el art. 180.I de la CPE, en relación al art. 179.I constitucional al señalar que
la función judicial es única. En cumplimiento de dicho mandato constitucional, el principio de verdad
material ha sido recogido por el legislador, rigiendo también para el procedimiento administrativo;
así está establecido en el art. 4 inc. d) de la LPA: “Principio de verdad material: La Administración
Pública investigará la verdad material en oposición a la verdad formal que rige el procedimiento
civil”, por su parte el art. 62 inc. m) del DS 27113 de 23 de julio de 2003, establece entre las
facultades y deberes de la Autoridad Administrativa: “Investigar la verdad material, ordenando
medidas de prueba”.

A su vez el art. 200 del CTB, refiriéndose a los principios que rigen para los recursos administrativos,
establece que estos responderán, además de los principios descritos en el art. 4 de la LPA a los
siguientes:

“1. Principio de oficialidad o de impulso de oficio. La finalidad de los recursos administrativos es el


establecimiento de la verdad material sobre los hechos, de forma de tutelar el legítimo derecho del
Sujeto Activo a percibir la deuda, así como el del Sujeto Pasivo a que se presuma el correcto y
oportuno cumplimiento de sus obligaciones tributarias hasta que, en debido proceso, se pruebe lo
contrario; dichos procesos no están librados sólo al impulso procesal que le impriman las partes,
sino que el respectivo Superintendente Tributario, atendiendo a la finalidad pública del mismo, debe
intervenir activamente en la sustanciación del Recurso haciendo prevalecer su carácter impulsor
sobre el simplemente dispositivo”.

La jurisprudencia constitucional refiriéndose al principio de verdad material e impulso de oficio en


los procedimientos administrativos a través de la SCP 0510/2013 de 19 de abril, recogiendo el
entendimiento de la SC 0427/2010-R de 28 de junio, señaló: “Los principios fundamentales del
ordenamiento jurídico administrativo boliviano, que integran el bloque de legalidad y hacen al orden
público administrativo, establecen las bases para el desarrollo del procedimiento, orientados a la
protección del bien de la colectividad, consagrados en nuestra legislación en el art. 4 de la LPA.

En lo que se refiere a la verdad material, cabe considerar que la doctrina es uniforme al establecer
que la verdad material: `es aquella que busca en el procedimiento administrativo, el conocimiento
de la realidad, de esa verdad, en la acepción latina del término veritas: lo exacto, riguroso. No
permite contentarse con el mero estudio de las actuaciones sino que deben arbitrarse los medios
por los cuales, al momento del dictado de la decisión, se conozcan todas aquellas cuestiones,
permitiendo así el conocimiento exacto o lo más aproximado a los hechos que dieron origen al
procedimiento´. (ABELAZTURY, CILURZO, Curso de Procedimiento Administrativo Abeledo - Perrot,
pág. 29).

El principio de verdad material previsto por el art. 4 inc. d) de la LPA, determina que la
administración pública investigará la verdad material, en virtud de la cual, la decisión de la
Administración debe ceñirse a los hechos y no limitarse únicamente al contenido literal del
expediente, incluso más allá de lo estrictamente aportado por las partes, siendo obligación de la
administración la averiguación total de los hechos, no restringiendo su actuar a simplemente algunas
actuaciones de carácter administrativo formal que no son suficientes para asumir decisiones. La
tarea investigativa de la administración pública, en todos los casos sometidos al ámbito de su
jurisdicción, debe basarse en documentación, datos y hechos ciertos con directa relación de
causalidad, que deben tener la calidad de incontrastables, en base a cuya información integral la
autoridad administrativa con plena convicción y sustento, emitirá el pronunciamiento que
corresponda respecto al tema de fondo en cuestión“ (las negrillas nos pertenecen).

La doctrina, con relación al principio de verdad material, y su diferencia de aplicación en materia civil
señala que: “Mientras que en el proceso civil el juez debe necesariamente constreñirse a juzgar
según las pruebas aportadas por las partes (verdad formal), en el procedimiento administrativo el
órgano que debe resolver está sujeto al principio de la verdad material, y debe en consecuencia
ajustarse a los hechos, prescindiendo de que ellos hayan sido alegados y probados por el particular o
no.

(…)

Vinculado a este principio se encuentra el de impulsión de oficio, toda vez que por este principio,
conforme se tiene mencionado en otras legislaciones, implica que `el órgano administrativo
impulsará el procedimiento en todos sus trámites, ordenando los actos de instrucción adecuados`.

En este contexto, corresponde a la autoridad administrativa la adopción de los recaudos


conducentes a su impulsión, hasta el pronunciamiento del acto final y asimismo, el desarrollo de la
actividad necesaria para obtener las pruebas pertinentes para la adecuada resolución”.

En este entendido no debe olvidarse que la “administración pública y sus órganos tienen la
obligación y responsabilidad de dirigir el procedimiento administrativo y ordenar que se practiquen
cuantas diligencias sean necesarias para dictar el acto o resolución final, independientemente que el
mismo se inicie de oficio o a petición o gestión del interesado”.

A este respecto García Enterría y Fernández, sostienen que “el órgano administrativo está
específicamente obligado a desarrollar, incluso de oficio, es decir, sin que medie petición al respecto
de los interesados, todos los actos de instrucción (y por consiguiente, todas las actividades
probatorias) que se consideren adecuadas”.

(…)

De la jurisprudencia constitucional citada y el desarrollo doctrinal glosado, es posible concluir que


tanto la verdad material como la impulsión de oficio son principios básicos del procedimiento
administrativo, su alcance rompe con la suficiencia de la verdad formal estancada en ritualismos
procesales y formales, limitada a descansar en la actividad desarrollada por la parte o partes, que en
muchos casos no desentrañan la verdad de los hechos, con lógica de la imposibilidad de alcanzar una
justicia material, fin último que persigue la verdad material (las negrillas nos corresponden).

En virtud de ello, su alcance cobra relevancia al orientarse hacia la búsqueda de la verdad, ya no sólo
formal, sino material, esta finalidad importa una ruptura en los esquemas tradicionales que rigen a
la actividad administrativa y un cambio de comportamiento de sus actores, fundamentalmente con
relación a la administración pública y sus órganos encargados de dirigir los procesos administrativos,
pues descarta toda actitud pasiva por parte del administrador, quien influido de este principio
rector, ya no puede ser un simple espectador de la actividad administrativa.

En este escenario, la administración pública y sus órganos, en los procesos administrativos, tienen la
obligación y responsabilidad, de dirigir el procedimiento administrativo, de ordenar que en él se
practiquen cuantas diligencias sean necesarias para resolver y dictar la resolución final,
independientemente de las gestiones y actividad del administrado; lo contrario supone dejar de lado
la verdad material que por una ausencia de actividad e impulso, puede quedar subsumida en
rigorismos procesales o en una pasividad de la administración que quiebra los postulados
constitucionales de verdad y justicia material.

Del razonamiento precedente, se establece que no son conducentes con el contenido del principio
de verdad material la pasividad de la administración que pretenda encontrar justificativo en la
inactividad o negligencia de la parte, pues el principio de verdad material obliga: 1) A no limitarse
únicamente a las alegaciones y demostraciones o probanzas del administrado; 2) A no descartar
elementos probatorios con justificaciones formales, cuando se trata de hechos o pruebas que sean
de público conocimiento, cuyo mínimo de diligencia obliga a la administración pública a adquirirlas o
tomarlas en cuenta; 3) A no desconocer elementos probatorios aduciendo incumplimiento de
exigencias formales como la presentación en fotocopias simples, sobre documentos que estén en
poder de la administración o que por diferentes circunstancias éstos se encuentren en otros trámites
de los que puede rescatarse y que la administración pueda verificarlos por conocer de su existencia
o porque se le anoticie de ella.
Los razonamientos encuentran fundamento en el entendido que la verdad material debe prevalecer
sobre la formal, en virtud de la cual la administración queda facultada a verificar por todos los
medios disponibles la verdad de los hechos que le son propuestos por las partes, realizar la actividad
probatoria necesaria, sin que ello signifique una sustitución del deber probatorio que corresponde a
éstas, pues la actividad de la parte interesada, constituye un motor fundamental en el encuentro de
la verdad cuya negligencia no puede servir de justificativo para que la administración paralice su
actuación, convirtiéndose en espectador del proceso administrativo (Las negrillas son añadidas)

III.3. Análisis del caso concreto

De la lectura del memorial de demanda de la presente acción de amparo constitucional, la


accionante denuncia la omisión valorativa de la prueba presentada dentro del proceso
administrativo seguido por el SIN, por parte de las autoridades demandadas que a su turno tuvieron
conocimiento, estableciendo una ilegal deuda tributaria de Bs178 536.-; por efecto de esa omisión
se vulneró el derecho que tiene como contribuyente al crédito fiscal por los montos pagados por el
IVA.

Para fines didácticos, y a efecto de identificar el hecho lesivo de derechos, se divide el presente
análisis, realizando un estudio de las resoluciones impugnadas, por cuerda separada, toda vez que el
proceso tributario al que ha sido sometida la accionante se divide en dos fases; la primera
desarrollada ante la Administración Tributaria, que concluye con el pronunciamiento de la
Resolución Determinativa que se constituye en un acto administrativo definitivo y la segunda de
impugnación a través de los recursos de alzada y jerárquico, conforme establece la Ley 3092 de 7 de
julio de 2005, incorporado en el Título V del Código Tributario, fase en la que el administrado, tiene a
su alcance las instancias recursivas para la defensa de sus derechos frente a una eventual agresión
por parte de la potestad estatal.

III.3.1. Con relación a la Resolución Determinativa emitida por el Gerente Distrital del SIN
Cochabamba y la ausencia de valoración de la prueba de descargo presentada en fotocopia simple
en dicha instancia

De la compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, la Administración Tributaria


procedió a la fiscalización de la actividad comercial de la accionante con el objeto de comprobar el
cumplimiento del pago del IVA, por los periodos fiscales comprendidos de enero a diciembre de
2008, luego emitió la Vista de Cargo SIN/GDC/DF/VE/VC/00211/2012, que determinó una deuda
tributaria de Bs171 882.- Notificada la contribuyente el 5 de julio de 2012, dentro de plazo,
mediante nota de 7 de agosto de ese mismo año, presentó sus descargos y fotocopias de
documentos, solicitando se declare la inexistencia de la deuda tributaria, toda vez que, habría
cumplido los requisitos establecidos en los arts. 4 y 8 de la LRT y 8 del DS 21530, como ser: 1) Estar
respaldado con la factura original o que las facturas hayan sido emitidas por el proveedor; 2) Que la
transacción (compra-venta) se haya realizado efectivamente; y, 3) Que se encuentre vinculado a la
actividad gravada por la que el sujeto resulta responsable del gravamen; requisitos para que un
contribuyente pueda beneficiarse con el crédito fiscal producto de las transacciones que declara a la
Administración Tributaria.

Ahora bien, el Gerente Distrital del SIN, emitió la Resolución Determinativa estableciendo una deuda
tributaria de Bs178 536.- sin antes haber valorado los descargos presentados en fotocopia simple
por la accionante contra la Vista de Cargo, con el argumento de que no cumplieron con los requisitos
establecidos por la normativa tributaria, refiriéndose en particular a la póliza de importación C-3271
-objeto central de la presente acción- que: “El artículo 41 (Validez de las facturas o notas fiscales) de
la Resolución Normativa de Directorio 10-0016-07 de 18 de mayo, establece: “I. Las facturas, notas
fiscales o documentos equivalentes generan crédito fiscal para los sujetos pasivos del IVA en los
términos dispuestos en la Ley 843 (Texto Ordenado Vigente) y Decretos Supremos reglamentarios,
siempre que contengan o cumplan los siguientes requisitos: 1) Sea el original del documento”.
Además, el art. 217 del CTB y el art. 28 del DS 27241 14 de noviembre de 2003, establece que se
admitirá como prueba documental cualquier documento presentado por las partes en respaldo de
sus posiciones, siempre que sea original o copia legalizada por autoridad competente, por tanto la
fotocopia del Documento Único de Importación Nº 2008233C3271 presentado por la contribuyente
no es válida para el computo de crédito fiscal”; con ese argumento ratificó los cargos consignados en
la Vista de Cargo.

En ese contexto, la Administración Tributaria como institución pública dependiente del Órgano
Ejecutivo, desconoció la norma legal establecida en el DS 28138 de 17 de mayo de 2005, que tiene
por objeto brindar mayor operatividad y celeridad a los tramites gestionados ante instancias del
Poder Ejecutivo, facilitando la presentación de los requisitos exigidos; el art. 2 se refiere a la
admisión de copias fotostáticas simples, indicando que: “…las Instituciones Públicas dependientes
del Poder Ejecutivo, establecidas en la Ley de Organización del Poder Ejecutivo y sus Decretos
Supremos Reglamentarios, deberán aceptar fotocopias simples en reemplazo de las fotocopias
legalizadas exigidas para la gestión de sus trámites; reservándose la prerrogativa de exigir la
presentación del original, cuando así se considere necesario para fines de verificación”; por su parte,
el art. 4 (Información Pública Institucional - Base de Datos), estableció: “Las Instituciones del Poder
Ejecutivo mencionadas precedentemente, deberán desarrollar y contar con una Base de Datos con la
información pública, como mecanismo de verificación posterior del contenido de los documentos
presentados en copias fotostáticas simples”. En virtud a dicha norma legal la autoridad del SIN, esta
compelida a valorar la prueba presentada en fotocopias simples, siendo responsable de la
verificación y/o autenticación posterior del contenido de los documentos ofrecidos como prueba de
descargo, más aún cuando estos documentos se encuentran en poder de la administración, debe
proceder a constatar y verificar la existencia de los originales, estando la administración pública y sus
órganos en la obligación y responsabilidad, de dirigir el procedimiento administrativo,
independientemente de las gestiones y actividad del administrado, y por otra parte en aplicación del
principio de verdad material que rige el procedimiento administrativo, además de estar
expresamente señalado en la Constitución Política del Estado; y el de impulsión de oficio, principio
vinculado al de verdad material, lo que implica que la autoridad administrativa impulsará de oficio el
procedimiento en todo los tramites, ordenando cuanta diligencia sea necesaria.

En este escenario, la administración pública y sus órganos, en los procesos administrativos, tienen la
obligación y responsabilidad, de dirigir el procedimiento administrativo, de ordenar que en él se
practiquen cuantas diligencias sean necesarias para resolver y dictar la resolución final; en ese
entendido, la verdad material debe prevalecer sobre la formal, en virtud de la cual la administración
queda facultada a verificar por todos los medios disponibles la verdad de los hechos que le son
propuestos por las partes, realizar la actividad probatoria necesaria, sin que ello signifique una
sustitución del deber probatorio que corresponde a la parte interesada.

Con referencia a la ausencia de valoración de la DUI C-3271, entre otras, en esa instancia por
tratarse de fotocopia simple, esta autoridad no observó la normativa establecida en el Decreto
Supremo señalado precedentemente que le manda aceptar los descargos en fotocopia simple, para
su posterior verificación; además, la Administración Tributaria conforme a las facultades conferidas
por el Código Tributario, pudo requerir a la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) información sobre el
documento original de la póliza de importación, como también exigir a la sujeto pasivo la
presentación del original; sin embargo, restringió su actuación a ser un mero espectador; de igual
forma el principio de verdad material que rige para el procedimiento administrativo conforme se
tiene señalado en el Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo, este principio obliga a no descartar
elementos probatorios con justificaciones formales, cuando se trata de hechos o pruebas que sean
de público conocimiento y también obliga a no desconocer los elementos probatorios, aduciendo
incumplimiento de exigencias formales como en el caso de autos la presentación de fotocopias
simples; en ese sentido, correspondía a la autoridad administrativa, al tomar conocimiento de la
prueba presentada en fotocopia simple, investigar por todos los medios disponibles la verdad de los
hechos que le son propuestos por las partes; y en aplicación del principio de impulso procesal, debió
desarrollar toda la actividad necesaria para obtener las pruebas pertinentes a objeto de dictar una
resolución correcta.

En este contexto, el Tribunal Constitucional Plurinacional a través de su jurisprudencia, estableció


que no es competencia de la jurisdicción constitucional valorar pruebas; sin embargo, también
señaló que esta se activa de manera excepcional cuando se evidencia que se ha incurrido
arbitrariamente entre otras exigencias en la omisión valorativa de la referida prueba, como en el
presente, al evidenciarse que la Autoridad Administrativa del SIN, no valoró la prueba ofrecida por la
accionante contra la Vista de Cargo que establecía una deuda tributaria; no obstante, haber
presentado en la etapa procesal pertinente y cumpliendo el plazo establecido al efecto, con el único
argumento de ser presentadas en fotocopias simples, pronunciando la Resolución Determinativa
que resuelve confirmar la deuda tributaria, omisión que tiene relevancia en la decisión del proceso
administrativo, con lo que lesionó la garantía del debido proceso en sus elementos del derecho a la
defensa y a la valoración de la prueba y desconocido el principio de verdad material. Por lo que
corresponde conceder la tutela respecto de esta autoridad.

III.3.2. Respecto a la Resolución del recurso de alzada emitido por la Autoridad Regional de
Impugnación Tributaria y la omisión de la valoración de la prueba

La accionante fue notificada el 3 de octubre de 2012, con la Resolución Determinativa 1701484-12


de 17 de septiembre, que establece una deuda tributaria de Bs178 536.- correspondiente a tributo
omitido, interés, sanción por omisión de pago y multa por incumplimiento a deberes formales, del
IVA, por los periodos fiscales enero a diciembre de 2008. Al ser un acto definitivo de la
Administración Tributaria, la accionante mediante nota de 23 de octubre del mismo año, dentro de
plazo formuló el recurso de alzada ante la AIT contra la referida Resolución, que a decir de la
indicada emerge de un proceso tributario desarrollado con graves irregularidades; refiriéndose en
particular a la póliza de importación con registro C-3271, señaló que se han importado equipos de
telecomunicaciones con un pago en efectivo de Bs32 615 por IVA, en el proceso de nacionalización y
por tanto le corresponde el crédito fiscal del monto efectivamente pagado, y que la importación está
vinculada con su rubro, por tanto no se le puede negar el derecho que tiene al crédito fiscal;
reconoce también, haber entregado dicho documento en fotocopia simple a la Administración
Tributaria y que en aplicación de la Ley de Procedimiento Administrativo debió otorgársele cinco
días de plazo para que subsane dicha omisión.

Finalmente, denuncia ante la AIT que existen serios vicios de nulidad en la Resolución Determinativa,
porque no contiene valoraciones legales sobre la investigación que debió realizar la Administración
Tributaria en su propia base de datos y menos fundamentos jurídicos, lo que importa vulneración a
sus derechos constitucionales, solicitando la revocatoria total de la misma, la inexistencia de la
deuda tributaria y en caso de identificarse vicios procesales, la nulidad de obrados con reposición
hasta el vicio más antiguo.

De la compulsa realizada en antecedentes, se evidencia que la AIT Regional, mediante Auto de


Admisión de 25 de octubre de 2012, dispuso: “Revisada la documentación acompañada, en
aplicación del art. 143 de la Ley 2492 y los arts. 195 y 198 de la Ley 3092 del Título V del CTB) se
ADMITE el citado recurso, en consecuencia se notifique con el presente Auto al GERENTE DISTRITAL
DEL SERVICIO DE IMPUESTOS NACIONALES, para que el plazo de 15 días conteste y remita
antecedentes…”(sic). Con la respuesta presentada por el Gerente del SIN, se emitió Auto de
Apertura de Termino Probatorio el 9 de noviembre de 2012, que de conformidad al art. 218 inc. d)
del CTB, se abre término de prueba de veinte días comunes y perentorios a ambas partes”. La
accionante en un primer momento mediante nota de 19 de noviembre de 2012, ratificó y ofreció
como prueba la documentación contenida en el expediente de antecedentes administrativos, para
posteriormente el 4 de diciembre de ese mismo año, presentar prueba documental en original
donde se encuentra consignada la póliza de importación con número de registro C-3271 entre
muchas otras, nota que lleva el sello de recibido por la autoridad de Impugnación.

En ese marco, corresponde su análisis y consideración respecto del objeto central de la denuncia
realizada a través de la presente acción tutelar, cual es determinar si a momento de confirmar la
Resolución Determinativa se tomó en cuenta la prueba aportada por la accionante, particularmente
la póliza de importación C-3271, documento que fue presentado en original en esta instancia
recursiva.

Revisada la Resolución de Alzada, esta se pronunció respecto al cumplimiento de los requisitos para
beneficiarse con el crédito fiscal, conforme al art. 8 de la LRT y el DS 21530, concluyendo de la
siguiente forma: i) Respecto del primer requisito, la recurrente no cumplió, porque presento parte
de las facturas o notas fiscales; ii) El segundo requisito, señalo ser evidente que la sujeto pasivo no
presentó ante la Administración Tributaria los comprobantes de pago que respalden las compras
realizadas a sus proveedores y que las mismas fueron efectivamente realizadas; y, iii) En el tercer
requisito menciona a la póliza de importación, señalando: “…los antecedentes hacen referencia que
la recurrente no presentó el original del mencionado documento a su solicitud, por lo que no cumple
el requisito Nº 1, a pesar de haberlo adjuntado en la nota sujeta a análisis, en aplicación al numeral 2
del Artículo 81 de la Ley 2492 no es considerada valida” (sic). En base a esos argumentos la AIT
Regional resuelve confirmar la Resolución Determinativa.

En ese contexto, la citada autoridad codemandada, no tomó en cuenta la Ley 3092 de 7 de julio de
2005, que incorpora al Código Tributario el Título V, establecido para el conocimiento y resolución
de los recursos de alzada y jerárquico aplicables antes las Autoridades de Impugnación; como ya se
mencionó anteriormente, el proceso administrativo se divide en dos fases, siendo esta la segunda
instancia administrativa de impugnación en la que los administrados tienen a su alcance esos medios
recursivos cuando estos se sientan agraviados en sus derechos por una medida sancionatoria o la
determinación que fuere, originada en la Administración Tributaria; cabe aclarar que por mandato
constitucional del principio de igualdad, en esta segunda fase que se inicia con el recurso de alzada,
las partes procesales ingresan en igualdad de condiciones.

Con ese razonamiento, ingresando al análisis de la Resolución de Alzada, se evidencia que la AIT
Regional a tiempo de emitir la citada Resolución, en lo referido a pruebas, descargos y alegatos
presentados, se limitó a señalar respecto de la póliza de importación: “Los antecedentes hacen
referencia que la recurrente no presentó el original del mencionado documento a su solicitud, por lo
que no cumple el requisito Nº 1, a pesar de haberlo adjuntado en la nota sujeta a análisis, en
aplicación al numeral 2 del Artículo 81 de la Ley 2492 esta no es considerada valida” (sic), siendo uno
de los argumentos de la Resolución Determinativa. Sin embargo, corresponde aclarar que no
obstante haber aplicado el citado art. 81 del CTB, para efectos de la valoración de la prueba; esta
segunda fase administrativa impugnatoria está regida por el Título V del CTB incorporado por la Ley
3092, que establece el procedimiento administrativo impugnatorio, conforme ya se mencionó
precedentemente, en razón a ese marco normativo, la Autoridad de Impugnación Tributaria, abrió el
término de prueba de veinte días comunes y perentorios para ambas partes, previsto en el art. 218
inc. d) del CTB, poniendo a conocimiento de las mismas, en condiciones de igualdad a efectos de que
hagan prevalecer sus derechos, -siendo en este momento procesal que la accionante presentó
prueba documental en original, entre las que se encuentra la póliza de importación-;
evidenciándose, que la AIT Regional hizo efectivo el procedimiento establecido para la etapa
probatoria; es decir, que sometió el recurso de alzada para su resolución al procedimiento
establecido en la Ley 3092; empero, contradictoriamente, resuelve confirmar la Resolución
Determinativa, en base al art. 81.2 del CTB, normativa que generalmente es aplicada en la fase
administrativa; cuando correspondía que dicha autoridad en cumplimiento de la norma prevista en
el art. 217 valore la prueba ofrecida como descargo; al no haber aplicado la demás normativa
referente a la prueba establecida en dicho título y haber incurrido en una actitud por demás
negligente al limitarse a repetir lo señalado en la Resolución Determinativa, respecto de la
valoración de la prueba referida a la póliza de importación, ha vulnerado los derechos de la
accionante al debido proceso en su elemento de valoración de la prueba, derecho a la defensa y el
principio de verdad material, al que está vinculado el principio de oficialidad o de impulso de oficio,
que debió observar a momento de resolver el recurso de alzada. En este punto también corresponde
conceder la tutela por omisión en la valoración de la prueba y desconocimiento de la norma legal
aplicable en la instancia recursiva; tampoco existió pronunciamiento respecto de la obligación que
tiene el Gerente Distrital del SIN de valorar la prueba puesta a su conocimiento en fotocopia,
aplicando el razonamiento establecido en el Fundamento Jurídico III.3.1.

III.3.3. En relación a la Resolución del recurso jerárquico

Revisada la Resolución jerárquica, esta se pronuncia respecto de lo alegado en el recurso de alzada,


indicando: a) No se vulneró el principio de congruencia aludido como agraviado, por cuanto la
instancia de alzada emitió pronunciamiento respecto de la DUI C-3271, así como respecto de la no
aplicación del art. 43 de la LPA, habiéndose dado cumplimiento al art. 211.I del CTB; b) En cuanto a
la Vista de Cargo SIN/GDC/DF/VE/VC/00211/2012, cumple los requisitos esenciales previstos en la
norma, debido a que la contribuyente tuvo conocimiento del origen de los reparos establecidos en
su contra y pudo ejercer su derecho a la defensa, máxime cuando conocía el detalle de los
proveedores cuyas facturas fueron depuradas. Fue notificada personalmente y presentó descargos
para que fueran considerados en la Resolución Determinativa; c) Respecto de los referidos descargos
presentados por la contribuyente, hizo referencia a los arts. 70.5 y 78 del CTB, señalando que en el
presente caso la carga de la prueba recae en el sujeto pasivo; y, d) No se evidencia causales para la
anulación de obrados, y las pruebas aportadas fueron debidamente consideradas al dictar las
correspondientes resoluciones.

En otro punto, se refiere a la depuración del crédito fiscal, señalando los requisitos establecidos en
los arts. 8 de la LRT y 41 parágrafos I, IV y V de la Resolución Normativa de Directorio 10-0016-07 de
18 de mayo, los que son también aplicables a las Declaraciones Únicas de Importación y que las
facturas que no contengan las citadas exigencias no darán lugar al cómputo del crédito fiscal.

Respecto de la póliza de importación -DUI C-3271- indica que consigna la observación “El
contribuyente no presentó el documento original de dicha póliza”, lo que invalida el crédito fiscal de
dicho documento, si bien “fue presentado posteriormente en instancia de alzada, conforme al
Numeral 2 del Artículo 81 de la Ley 2482 (CTB), al haber sido expresamente requeridas en etapa
administrativa durante el proceso de verificación y no habiendo sido presentada, ni se hubiera
dejado expresa constancia de su existencia y compromiso de presentación hasta antes de la emisión
de la Resolución Determinativa, no corresponde su valoración en esta instancia, correspondiendo
confirmar en este punto lo resuelto por la instancia de alzada por la DUI-3271, manteniendo la
depuración de Bs32 615.- del periodo marzo de 2008”.
Finalmente, indica que se evidencia que la contribuyente no cumplió con el deber formal de
presentar toda la documentación requerida por la Administración Tributaria, por lo que corresponde
confirmar la multa por incumplimiento de deberes formales de UFV’s1500.- (unidades de fomento a
la vivienda), establecida en el acta por contravenciones tributarias vinculadas al proceso de
determinación.

La AIT General, resolvió confirmar la Resolución de alzada, sin observar el procedimiento establecido
en la Ley 3092 incorporado en el Título V del Código Tributario, evidenciándose que esta autoridad
reiteró los argumentos respecto a la valoración de la prueba de la DUI C-3271, señalado en la
Resolución de alzada; omitiendo deliberadamente referirse a la prueba presentada en alzada, y al
contrario, lo que hace es convalidar el defecto cometido por la AIT Regional. Tampoco se pronunció
sobre la documental ofrecida como prueba de descargo en fotocopia simple ante la Administración
Tributaria; es decir, prescindió de la normativa establecida al efecto y no tomó en cuenta los
principios que rigen el procedimiento en segunda instancia, al que los administrados tienen derecho
como ser el de ofrecer y controvertir las pruebas, ejercer con plenitud su derecho a la defensa,
impugnar los actos administrativos y en fin a gozar de todas las garantías establecidas en su
beneficio.

Bajo este razonamiento, resulta imperioso referirse a lo que es impartir justicia en fase de
impugnación administrativa, conforme se tiene establecido en la Ley 3092; la fase probatoria no se
constituye en un simple legalismo o formulismo, para someter a un ritualismo superficial la
valoración de la prueba, contrario al principio de verdad material e igualdad de las partes que
establece el art. 180 de la CPE. En ese sentido la AIT General y Regional, respectivamente, para
confirmar una resolución sancionatoria, debieron haber observado el procedimiento de
conocimiento y resolución de recurso de alzada y jerárquico, y no haber prescindido de una prueba
decisiva para establecer la deuda tributaria, denunciada en la presente acción.

Por tanto, se concluye que tanto el Gerente Distrital del SIN, al no someter el proceso administrativo
al marco normativo legal respecto de la presentación de prueba de descargo en fotocopias simples;
la AIT Regional lo propio no observó el procedimiento de segunda instancia en relación a la
valoración de la prueba y la AIT General demandada, al no haber observado dicho defecto en el
proceso administrativo tanto en el recurso de alzada como en la instancia administrativa y anularlo
en resguardo del derecho a la defensa de la accionante, dio lugar a que se consuma la vulneración
de los derechos de ésta; por lo que, corresponde a este Tribunal Constitucional Plurinacional otorgar
la tutela impetrada en la presente acción.

III.4. Otras consideraciones

El Tribunal de garantías denegó la tutela por una supuesta falta de legitimación pasiva de las
autoridades demandas, con el argumento de que: “correspondía que la acción de amparo
constitucional sea dirigida contra las autoridades que pronunciaron las resoluciones del recurso de
alzada y del jerárquico así como contra las actuales autoridades que se encuentran como titulares de
dichos cargos”.

Cabe aclarar que sobre la legitimación pasiva, el Tribunal Constitucional Plurinacional


construyó el siguiente entendimiento, en la SCP 0107/2012 de 23 de abril: "…la legitimación pasiva
es la capacidad jurídica otorgada al particular, autoridad o servidor público, a efectos de que pueda
responder por los supuestos actos ilegales endilgados en su contra; y en los casos en que los actos
denunciados de lesivos a los derechos y garantías fundamentales sean cometidos dentro de un
proceso judicial o administrativo, la legitimación pasiva recaerá sobre el juez, tribunal u órgano que
asumió la decisión, no obstante hubiera hecho dejación del cargo, así como contra la nueva
autoridad que ejerce el mismo".

Por otra parte, cabe señalar que si bien esa coincidencia se rompe cuando la autoridad o
servidor público deja el cargo o la función pública, en cuyo ejercicio hubiese cometido el acto u
omisión que vulnera derechos o garantías fundamentales y es otra persona la que asume en su
remplazo, la jurisprudencia constitucional para ese supuesto, ha establecido que: ‘La legitimación
pasiva es la calidad que se adquiere por la coincidencia que se da entre la autoridad que causó la
violación a los derechos y aquélla contra quien se dirige la acción; empero, debe entenderse que la
demanda debe estar dirigida contra la 'autoridad' que ostente el cargo desde el cual se realizó el
acto ilegal o se incurrió en la omisión indebida, sin que ello implique que, en caso de existir
responsabilidades personalísimas, como la penal, el funcionario que haya accedido al cargo con
posterioridad al acto lesivo de derechos, tenga que asumir las consecuencias únicamente por
encontrarse en funciones al momento de iniciarse la demanda y porque ésta haya sido dirigida en su
contra" (SC 0264/2004-R de 27 de febrero).

En el mismo contexto, cuando la autoridad que ocupaba el cargo y lesiono algún derecho es
posible admitir la legitimación pasiva de éste, a efectos de la responsabilidad personal así lo expresó
la SCP 0402/2012 de 22 de junio, refirió que: ‘En lo referente a la legitimación pasiva de personas o
servidores públicos que ocupan un cargo en instituciones públicas o privadas, desde el cual se
denuncia se habría vulnerado o amenazado vulnerar un derecho y los cambios sucesivos que en el
mismo podrían provocarse, es posible admitir la legitimación pasiva de la anterior persona o
autoridad responsable del acto, que cuenta con responsabilidad personal y a la vez de la nueva
persona o autoridad que cuenta con responsabilidad institucional o simplemente de esta última (SC
0264/2004-R de 27 de febrero), criterio ampliado mediante la SCP 0134/2012 de 4 de mayo, que
estableció que: 'A momento de considerar la legitimación pasiva de autoridades públicas en razón a
cambios continuos de la administración pública es posible demandar contra el cargo o la función
pública en cuyo ejercicio pudieron cometerse los actos violatorios denunciados, al no ser atinente a
la voluntad del accionante el cambio de servidores públicos, por ello tampoco sus derechos pueden
quedar en suspenso por el cambio de autoridades y servidores públicos'".

(…) En consecuencia, conforme se expresó precedentemente ante una eventual concesión


de tutela las ex autoridades no podrían asumir la responsabilidad institucional, que consistiría en el
deber de cesar la restricción, supresión o amenaza de restringir o suprimir derechos fundamentales
y garantías constitucionales" (SCP 1042/2013 de 27 de junio).
En ese sentido, y conforme la jurisprudencia desarrollada precedentemente, cabe señalar
que es posible admitir la legitimación pasiva de la anterior persona o autoridad responsable del acto,
que cuenta con responsabilidad personal; pero es también posible admitir de la nueva persona o
autoridad que cuenta con responsabilidad institucional o finalmente únicamente de la última
persona. Asimismo, es posible inclusive demandar contra el cargo o la función pública en cuyo
ejercicio pudieron cometerse los actos violatorios. En virtud a dicho entendimiento, se recomienda
al Tribunal de garantías observar la jurisprudencia constitucional que tiene carácter vinculante.

Por lo expresado precedentemente, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada,


ha efectuado una incorrecta valoración de los antecedentes y las normas aplicables a la misma.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión, resuelve:
1° REVOCAR la Resolución de 3 de diciembre de 2013, cursante de fs. 785 a 787 vta., pronunciada
por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba; y en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada;

2° Disponer la nulidad de la Resolución Determinativa 17-01484-12 de 17 de septiembre; Resolución


del recurso de alzada ARIT-CBA/RA 0024/2013 de 14 de enero y la Resolución del recurso jerárquico
AGIT-RJ/0445/2013 de 8 de abril, ordenando a las autoridades demandadas emitan nueva resolución
acorde a los fundamentos desarrollados en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Tata Gualberto Cusi Mamani Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADO MAGISTRADA

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