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EXPUESTO A PANTALLAS?
Los peligros de las pantallas para nuestros hijos, el cual es relativamente nuevo, puesto que
salió en septiembre del 2020.
cómo criar hijos emocionalmente inteligentes y lograr corregir sus conductas en corto tiempo,
Ya se ha demostrado que los menores que consumían contenidos digitales durante más de dos
horas al día tenían un riesgo seis veces mayor de desarrollar trastornos de atención que
aquellos que no superaban los treinta minutos. Y si de casualidad escuchaste que los
videojuegos incrementan ciertas capacidades cognitivas como la atención y concentración. Te
contaron una verdad a medias, la verdad que, a los fabricantes, les conviene. En
neurocientífico Michel Desmurget, afirma que, «En lo referente a la capacidad de filtrar rápida
y eficazmente los distractores visuales que aparecen durante un período breve, la práctica de
los videojuegos de acción, la mejora; sin embargo, si nos referimos a la capacidad de
mantenerse concentrado durante un período largo en un flujo de información que evoluciona
lentamente, como por ejemplo se hace cuando se presta atención en clase, existen estudios
recientes que sugieren que el tiempo total que se pasa ante la pantalla, y la práctica de
videojuegos en particular, pueden tener efectos negativos». El incremento de la capacidad de
distracción que se aprende de forma activa en los videojuegos, se integra a la estructura
cerebral, y es esto lo que explica que los videojuegos, tengan, además de posibles efectos
positivos en la atención visual, un impacto profundamente negativo en la atención focalizada,
es decir, en la concentración. «Las habilidades atencionales que se adquieren al practicar los
videojuegos son precisamente parte del problema. Aunque resulten útiles en un entorno
digital, constituyen un obstáculo en el colegio, donde se espera que el niño ignore al niño que
está pataleando a su lado y que se concentre en una sola cosa».
Los videojuegos de acción requieren una atención «difusa»; por el contrario, la lectura de un
libro, la redacción de un documento o la resolución de un problema matemático, precisan una
atención «centrada», mantenida internamente y poco permeable a la agitación del entorno y a
los pensamientos que nos distraen.
En primer lugar, las pantallas retrasan la hora de irse a la cama, y de este modo, acortan el
tiempo que se dedica al sueño; además, aumentan la latencia de inicio del sueño (es decir, el
tiempo que transcurre entre el momento en que tu niño se acuesta y el instante en que
conciliar el sueño. Esto se debe principalmente a la acción perturbadora sobre la secreción de
melatonina (la hormona que induce al sueño). De la pérdida de sueño se derivan: un deterioro
de la memoria, de la capacidad de aprendizaje y del funcionamiento intelectual diurno, lo cual
merma automáticamente el rendimiento escolar. Algunas consecuencias de la alteración del
sueño aparecen de forma retardada, como, por ejemplo: afecta a la maduración del cerebro,
lo que, a largo plazo, acaba limitando el potencial individual (especialmente, el cognitivo) y,
automáticamente, el rendimiento académico. Así mismo, la falta de sueño altera la capacidad
de reacción y las conexiones de los circuitos cerebrales implicados en la gestión de las
emociones.
Por lo anteriormente expuesto, mantener a los niños pequeños lejos de las pantallas no
supone más que ventajas.
Para que se entienda mejor, Dato adicional; se ha observado que, en el caso de los niños
veamos un caso práctico; en de 18 meses, cada media hora que dedican al día a un
el que un menor de dos teléfono móvil, multiplica casi por 2,5 la probabilidad de
años, dedica un promedio que sufran retrasos lingüísticos. Da exactamente igual el
de cincuenta minutos diarios tipo de actividades digitales a las que se dé prioridad: lo
a las pantallas. Evaluando único que cuenta, al final, es que esas actividades se
esos cincuenta minutitos de realizan en detrimento de otras que son mucho más
pantallas que el niño destina esenciales o «nutritivas» para el cerebro que se está
cada día, sumados a lo largo desarrollando.
Según estudios, por cada 5.- Problemas de salud físicos como psicológicos
hora diaria de televisión que
habían visto entre los cinco y
los quince años, disminuía
en un 15 % la probabilidad
de obtener un título
Desde obesidad, trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o bulimia,
tabaquismo, alcoholismo, drogodependencia, hasta violencia, conductas sexuales de riesgo,
depresión, sedentarismo, etc. En lo referente a los problemas psicológicos que se desprenden
del consumo digital, ya desde hace unos años se vienen multiplicando los estudios que
demuestran que, en las nuevas generaciones, existe una estrecha relación entre consumo
digital y sufrimiento psíquico (depresión, ansiedad, malestar, suicidio, etc.).
En lo referente a los problemas alimentarios que se desprende del consumo digital, «La
literatura científica evidencia que el marketing alimentario que se dirige a los niños:
(a) es masivo
(c) se compone casi en su totalidad de mensajes sobre alimentos con pocos nutrientes y
muchas calorías
1.- Antes de los 6 años nada de pantallas - para crecer adecuadamente, los niños pequeños no
necesitan pantallas, necesitan que se les hable, que se les lean cuentos, que se les regalen
libros; necesitan aburrirse, jugar, armar puzles, construir casitas con piezas de Lego, correr,
saltar y cantar; necesitan dibujar, practicar deporte y música, etc. Todas estas actividades (y
muchas otras por el estilo) construyen su cerebro de una forma mucho más segura y eficaz que
cualquier pantalla lúdica.
2.- A partir de los seis años, como máximo, entre treinta y sesenta minutos al día (¡en total!):
Probablemente esta es la buena noticia del libro: en dosis moderadas, las pantallas no dañan
(siempre y cuando, claro está, los contenidos sean adecuados). En particular, cuando el
consumo diario permanezca por debajo de la media hora, no parece provocar impactos
negativos detectables. Cuando es entre treinta y sesenta minutos, sí aparecen efectos, pero
todo indica que son lo suficientemente bajos, y, en consecuencia, resultan tolerables.
4.- Nada de contenidos inadecuados: "Ya sea en forma de videoclips, películas, series,
videojuegos y demás, los contenidos relacionados con la violencia, el sexo, el consumo de
tabaco o de alcohol, etc., tienen un profundo impacto en la manera en que los niños y los
adolescentes perciben el mundo
5.- Nunca por las mañanas, antes de ir al colegio: Los contenidos excitantes, agotan durante
mucho tiempo la capacidad intelectual del niño.
6.- Nunca por las noches antes de acostarse: Las pantallas nocturnas alteran en buena medida
la duración y la calidad del sueño (el menor se va a la cama más tarde y duerme peor). Apague
todos los dispositivos por lo menos una hora y media antes de acostarlo.
Con esto terminamos este video. Quiero recordarte que toda esta información no es algo que
se me haya ocurrido a mí, sino que está basada en la investigación del neurocientífico
Michel Desmurget, publicada en su libro, “La fábrica de cretinos digitales - Los peligros de las
pantallas para nuestros hijos”. Lo que te acabo de informar sólo es la punta del iceberg, hay
mucho más que deberías saber, por lo cual te invito a comprar y disfrutar del libro. Bien, con
esto terminamos el video de hoy; les hago recordar que este video fue creado por nuestro
director Guillermo Cieza, quien les manda un cordial saludo, les agradece que semana a
semana nos acompañen y les hace recordar que, para corregir no es necesario agredir, y que,
si corriges y educas con amor, tus niños aprenderán mucho mejor.