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Texto 1

Entre las preguntas más básicas que se hacen los seres humanos están las de los orígenes. ¿Cómo
surgieron las especies humanas? ¿Cómo fue creada la tierra? ¿Y el sol? ¿La luna? ¿Las estrellas? ¿Por qué hay
día y noche? ¿Por qué muere la gente? No hay ninguna sociedad humana que carezca de respuestas a tales
cuestiones. En tanto que estas respuestas varían grandemente en detalle, son, para los pueblos primitivos en su
conjunto, similares en su forma básica: la gente y el mundo existen porque fueron hechos por una serie de actos
creativos. Además, esta creación es vista habitualmente como el trabajo de seres o fuerzas sobrenaturales.
El mito es un intento de ordenar simbólicamente el mundo, ya que es un relato oral o escrito, para dar
sentido a lo que aparentemente no lo tiene, al mismo tiempo que constituye una forma de vinculación con lo
trascendente y sobre todo, al menos así aparece en todos los relatos de mitos del origen, como una respuesta a
una vivencia traumática.
Lo no sabido, lo imposible, lo que subyace en la mente de los humanos cuando se preguntan por su forma
de existencia y la del mundo en que viven, adquiere significado y sentido por medio del relato simbólico y así el
sujeto construye imaginariamente su realidad. Es una respuesta al enigma de lo real que constituye lo
desconocido del origen.
El mito construye, ordena, relata y transmite algo que permanece y es inmodificable (mito del eterno
retorno según M. Eliade) y que se recrea cada vez que se repite a la vez que se transmite.
El mito organiza realidades para obtener un sentido e integrar al sujeto en el mundo proporcionándole
una identidad, un lugar y una historia.
El mito es un relato que responde a una pregunta sobre el origen y que hace referencia a una
estructuración del sujeto, una vez que se ha constatado la experiencia de la existencia individual y colectiva, y
da cuenta de lo que no podemos explicar, de aquello que escapa a la razón y la palabra: Lo imposible de decir.

Texto 2
Según la mitología griega, hace miles de años, en épocas muy remotas, en este planeta sólo existían dioses
con poderes sobrenaturales y vida eterna. Un día, estos dioses pensaron en crear seres para poblar la tierra.
Para realizar esta tarea, Zeus pidió a los hijos del Titán Jápeto que les proporcionaran a todos los animales las
cualidades necesarias.
Cumpliendo con este requerimiento le fue otorgado a cada animal un don diferente: a uno le tocó la
belleza, a otro la fuerza, a otro la rapidez para desplazarse, a otro un gran tamaño, a otro la sagacidad; dejando
para el final al hombre. Por lo tanto, quedó el ser humano desnudo, sin defensas y sin armas de ninguna clase.
Al ver Prometeo tamaña injusticia, despojó a la diosa Atenea de su sabiduría y le otorgó al hombre la
lógica, robó el fuego a Hefesto y también se lo entregó, lo protegió y enseñó todo cuanto sabía.
Al enterarse Zeus que los dioses habían creado a un ser humano semejante a ellos, reaccionó con ira y
descargó rayos y truenos, dirigiendo toda su cólera hacia el dios Prometeo que fue encadenado en el Monte
Cáucaso cerca del fin del universo. A ese lugar llegaba todos los amaneceres un águila que le roía el hígado, el
que le volvía a crecer durante la noche, para ser nuevamente ingerido por el ave a la mañana siguiente.
Prometeo sufrió esa condena durante treinta años, hasta que Hércules lo liberó de tan espantoso sufrimiento.
Por orden de Zeus, Atenea y Hefesto, crearon a la primera mujer, Pandora, para castigar a los hombres
por la falta cometida por Prometeo. Hefesto, dios del fuego, era herrero, y en su herrería modeló a la primera
mujer a quien todos los dioses le concedieron una gracia. Así recibió belleza, gracia, inteligencia, habilidad y
poder de persuasión, pero Hermes la hizo astuta y engañadora y Hera le dio la curiosidad que fue lo que le
quitaría la tranquilidad y la paz.
Zeus, por su parte, le envió a esa bella mujer, Pandora, a Epimeteo quien profundamente conmovido por
su belleza decidió desposarla. Como regalo de bodas Pandora recibió de Zeus una preciosa caja de oro y piedras
preciosas, con la advertencia que jamás la abrieran si querían ser felices.
Por mucho tiempo la pareja vivió feliz; la vida era paradisíaca, no existían los problemas ni los
sufrimientos. Permanecían siempre jóvenes y la vejez no era una amenaza; ya que sólo cuando se sentían
cansados de tanto vivir, se acostaban a dormir y dulcemente se transformaban en seres transparentes y livianos
que volaban hacia un lugar tranquilo y mágico.
Pero la curiosidad pudo más en Pandora y a pesar de la advertencia un día decidió abrir la enigmática caja.
Ni bien estuvo abierta, emergieron de ella primero todas las desdichas de la tierra para los hombres y por último
en forma de pájaro salió volando la esperanza como consuelo para la humanidad.
Comenzaron como consecuencia las peleas entre los hombres, los abusos, los actos ilegales, las
calamidades, las enfermedades, la violencia y las guerras; y sólo los héroes eran los que intentaban por todos
los medios luchar contra el mal.
Desde entonces, la vida de los seres humanos se tornó cada vez más difícil y el hombre tiene que luchar
hasta hoy en día, para poder sobrevivir.

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