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FRAGMENTO ENTREVISTA

Carolina Bascuñán, socióloga e investigadora de Unicef:


“La Unicef respalda los estudios hechos sobre los menores vulnerables de 10 regiones del
país”

La soterrada lucha en torno a la investigación de la Comisión Jeldres sobre la realidad de


miles de menores vulnerables protegidos supuestamente por el Estado en 10 regiones del
país, tiene a la socióloga Carolina Bascuñan como blanco de toda clase de rumores que
buscan desacreditar el trabajo hecho. Se dice que fue despedida por la Unicef, que el trabajo
es de mala calidad y se hizo a espaldas de las instituciones. Aquí, Bascuñan defiende el
trabajo de un equipo conformado por jueces para un proyecto que califica de único, pues
permitía tener una mirada completa de la vida de los niños en las residencias y que hoy
estaría siendo desnaturalizado.

-¿Es efectivo que la Unicef no respaldó la investigación realizada por la comisión que usted integró y
que lideró la magistrado Mónica Jeldres?
Esa información es completamente falsa. Hace un par de semanas llegó a la Unicef un oficio
del presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, dirigido a Soledad Larraín, pidiendo
explicar la metodología y el procedimiento que se usó en esta investigación y también
precisar la postura de Unicef frente a los documentos. Unicef respondió, también por oficio,
explicando cuál había sido el procedimiento y recomendando usar la información para
mejorar el sistema residencial y seguir colaborando en el proyecto. Es decir, todo el
proyecto está respaldado por Unicef.
-Algunas personas del Poder Judicial han dicho a CIPER que, en una reunión realizada en marzo de
este año con usted, la magistrada Gloria Negroni y el ministro de la Corte Suprema Héctor Carreño,
entre otros, se le pidió a Unicef sacar partes del informe porque estaban mal hechas. ¿Es efectivo?
Nunca hubo una petición de sacar nada del informe. Lo único que pidieron fue que esta
investigación no se difundiera por los medios para proteger a los niños y no generar alarma
pública. Es decir, lo que me pidieron fue resguardo hacia los medios de comunicación.
Unicef pidió que si se tomaba la decisión de trabajar esta información en forma interna,
Unicef necesitaba tener un informe de las acciones que se habían adoptado para mejorar el
sistema residencial. Hasta donde yo sé esa información no ha llegado de vuelta.
-¿Desde cuándo están en poder de los tribunales los graves abusos e irregularidades que aparecen en
los documentos que ustedes elaboraron?
Desde la primera semana de marzo. Yo le mandé a la magistrada Gloria Negroni un correo
electrónico diciéndole que ya tenía listo el material para enviarles a los jueces presidentes
de las regiones que les correspondía. Y ella me dijo que no lo mandara, que teníamos que
reunirnos primero. SENAME tiene el material desde esa misma fecha de marzo pues en la
reunión con la magistrada Negroni, Angélica Marín (jefa del departamento de Protección
de Derechos del Sename) dijo que el Poder Judicial se los había enviado.
-Entiendo que en esa reunión la representante del SENAME dijo que ellos jamás habían sabido que se
iba a aplicar una encuesta a los niños.
Efectivamente SENAME dijo en esa reunión que no sabían que se iba a aplicar la encuesta y
que a ellos les parecía una deslealtad que se hubiese aplicado sin que ellos hubieran podio
participar. Angélica Marín dijo que si hubieran podido participar, hubiesen hecho
recomendaciones, como que las encuestas no fueran anónimas. Ante eso nosotros
respondimos que es posible que se necesite generar un sistema mejor para identificar los
casos y reaccionar más rápido, pero que es imprescindible mantener el anonimato de los
niños porque ese es un compromiso de Unicef a la hora de preguntarle a los niños.
-¿Sename realmente no sabía que ustedes estaban encuestando niños en hogares que forman parte de
su red de colaboradores?
Para realizar este trabajo teníamos un protocolo que ponían en práctica los jueces. Y lo
primero que hacían cuando iban a terreno era visitar al director regional del Sename y con
el director de la residencia visitaban el hogar. Durante la visita se pedía que seleccionaran a
los niños que iba a responder a la encuesta. Unicef no entraba por la ventana ni en la noche
a los hogares. Sename sabía perfectamente lo que estábamos haciendo pues nos facilitaban
los niños para hacer las encuestas y también el espacio para aplicarla.
-Este proyecto se inicia por un convenio entre el Poder Judicial y Sename. ¿Qué explica este cambio que
está haciendo que, en los hechos, el Poder Judicial desconozca la exhaustiva investigación que sus
mismos integrantes impulsaron al ser realizada por sus propios jueces?
Como miembro de Unicef no puedo responder por las acciones de otra institución. Lo único
que puedo decir es que lamento que la información no esté siendo trabajada, porque este
proyecto es único en su especie en Latinoamérica. Es el único proyecto que unifica
información de dos poderes del Estado -del Ejecutivo (SENAME) y de los tribunales- y que
llega a cabalidad a la situación de cada uno de los niños que están institucionalizados.
Podría ser un instrumento para mejorar radicalmente el sistema residencial. El proyecto
nunca se hizo con el ánimo de denunciar ni de perjudicar a los actores que están trabajando
en el sistema residencial. Se hizo con el ánimo de mejorar las deficiencias. Lamento
profundamente todo lo que está pasando. Pero no sé por qué se ha producido este cambio
y no me corresponde hablar de lo que pasa en otra institución.
-¿Qué pasará ahora con el proyecto? ¿Se sigue realizando? Ustedes hicieron 6.500 fichas, pero los niños
en el sistema residencial son 15.000.
El proyecto sigue pero ha cambiado. Solo sé lo que pasó en Aysén, que es la única región
donde se ha aplicado el proyecto desde que no estoy a cargo. En Aysén cambiaron la forma
de trabajar y replicaron el mismo modelo que usan en Santiago, donde los jueces no visitan
las residencias sino que piden a las residencia que envíen las carpetas de los niños al tribunal
y ahí las revisan. Entonces, en Aysén no visitaron las residencias. Son súper pocos niños en
esa zona pero no hablaron con ellos sino que vieron carpetas. Tampoco aplicaron la ficha
residencial y no aplicaron las encuestas.
-¿Qué pasó con la encuesta?
Dicen que la van a seguir utilizando pero con modificaciones. Estamos en julio y es una
encuesta de no más de 15 preguntas. Las modificaciones se podrían haber hecho en una
semana y eso no pasó. Entonces, me parece que simplemente no se quiere saber la opinión
de los niños. Y la opinión de los niños es la más cercana a la realidad que uno puede tener.
Uno puede tener los mejores estándares residenciales, mostrar que todas las causas están
bien llevadas y pero si un sistema de supervisión no incorpora la visión de los niños, le falta
algo importante. Eso le dijo la Unicef a la Corte Suprema en el oficio de respuesta.
-¿Qué queda del proyecto entonces?
Se sigue aplicando la ficha individual y eso es importante. La ficha individual es una ficha
creada para este proyecto que recorre toda la historia del niño en base a los derechos que
debiesen ser cumplidos. Esa ficha está pensada para recoger las causas anteriores, para ver
si el modelo de intervención tiene que ver con la historia familiar del niño. Está pensado
para saber si el tratamiento de salud que está recibiendo es el que requiere de acuerdo al
diagnóstico. La ficha también pregunta por maltrato y abuso intraresidencial para el 100%
de los niños. Entonces, lo que hace la ficha es mirar a los niños desde el enfoque de los
derechos. Eso antes no existía, y como no existía, las causas se demoraban mucho tiempo y
estaban llenas de medidas inconexas o que no se cumplían.
El punto, sin embargo, es que la ficha es parte de un sistema más complejo. Porque también
es importante que el juez mire el lugar al cual están mandando a un niño. Por muy bien
llevada que esté una causa, si ese niño está durmiendo en el suelo, si no tiene condiciones
para estudiar, estás afectando otros derechos. Para que eso no ocurra, los jueces tienen que
ir a las residencias. Y si además, no nos importa saber la opinión de los niños, cómo están,
dónde quieren ir, si el niño no está ejerciendo el derecho que tiene a ser escuchado, el sistema
de monitoreo se vuelve muy parcial. Por eso nosotros trabajamos muchos meses en una
mesa técnica para crear estos instrumentos. En esa mesa técnica estaba el SENAME, el Poder
Judicial y Unicef. Diga lo que diga el SENAME ahora, la verdad es que nos sentamos las tres
instituciones para crear estos instrumentos. Pienso que teníamos la oportunidad con este
proyecto de tener una mirada de todo el sistema residencial. Y eso hoy no está pasando. Yo
espero que se hagan los cambios necesarios para que el sistema retome su origen, su génesis,
y esa fue la recomendación que hizo Unicef.

-Por último, ¿es efectivo que la despidieron de Unicef?


Nunca me han despedido de Unicef. Sigo trabajando con Unicef. Yo cambié el contrato que
tenía con Unicef porque hice una fundación y en virtud de ello no podía tener como
contraparte a ciertas instituciones. Hoy me dedico a cosas más específicas dentro de Unicef
que tienen que ver con mi especialidad que es la investigación social. Ese cambio no tiene
nada que ver con este tema. De hecho, en la Unicef me pidieron que siguiera a cargo de este
proyecto y por mis razones laborales no pude hacerlo.

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