Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta obra científica ha sido creada por los autores con carácter docente y su contenido ha sido inscrito
y registrado en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Madrid con Nº de Solicitud y con Nº
de Referencia arriba indicados, otorgando al presente documento y a su autor los derechos recogidos
en Ley de Propiedad Intelectual (Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12
de abril)
A tal efecto, queda prohibido el plagio o copia del mismo según la Ley de propiedad intelectual y artística
vigente. Asimismo queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de cualquiera de sus
apartados en cualquier soporte mecánico o digital sin el consentimiento por escrito del propietario y sin
hacer mención a la fuente y al autor.
En caso contrario, se incurrirá en un delito tipificado en los Artículos 270, 271 y 272 del Código Penal
(Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal -Última modificación del 28 de abril de
2015) sobre los Delitos relativos a la Propiedad Intelectual e Industrial, al Mercado y a los Consumidores
y podrá por tanto ser perseguido por ello.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
6.2.10. CUANTÍA DE LAS INDEMNIZACIONES POR LESIONES DERIVADAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO ......................................... 132
6.5.2.2. ¿Qué obligaciones de información tienen quiénes vendan IBIP's y cómo hay que darla? ............................................................. 161
6.5.3.3. Obligaciones de los mediadores de seguros y las entidades aseguradoras que distribuyan IBIPS en materia de Conflicto de
Interés (Art. 53) .................................................................................................................................................................................................................... 170
6.5.4. TIPOS DE VENTAS EN LOS IBIP'S: "INFORMADA", "ASESORADA" Y "EN EJECUCIÓN".................................................................. 173
6.5.5.2. ¿Se necesita alguna formación especial para vender IBIP's? ................................................................................................................. 182
6.5.6. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LAS DISTINTAS OPCIONES DE INVERSIÓN PARA LOS TOMADORES DE SEGUROS ......... 184
El seguro de vida es un contrato por el cual una de las partes, el asegurador, se compromete, mediante una prima única o
periódica que recibe del tomador del seguro, a pagar al beneficiario la cantidad o cantidades estipuladas –un capital o una
renta- si acaece, en el plazo convenido para duración del contrato, la eventualidad prevista en el mismo sobre la vida del
asegurado, es decir:
− si ocurre su fallecimiento
− si sobrevive
Según la mencionada ley, el contrato podrá celebrarse con referencia a riesgos relativos a una persona o a un grupo de
ellas. Este grupo deberá estar delimitado por alguna característica común extraña al propósito de asegurarse.
El seguro podrá estipularse sobre la vida propia o la vida de un tercero, tanto para caso de muerte como para caso de
supervivencia o ambos conjuntamente.
Como características principales del seguro de vida podemos destacar las siguientes:
El riego cubierto por el seguro de vida puede ser el de fallecimiento del asegurado o el de supervivencia del mismo
transcurrido un cierto plazo.
El seguro de vida se diferencia de la mayor parte de seguros de daños, así como de los seguros personales relacionados
con la integridad corporal y salud del asegurado, en que ésos pueden ocurrir con diferentes intensidades, es decir, son
heterógrados, mientras que el riesgo cubierto por el seguro de vida es homógrado, ya que la muerte sólo puede revestir
un grado de intensidad: o se produce la muerte, o la persona por el contrario, vive.
Dicho riesgo es también variable, lo que significa que no permanece constante en el tiempo, sino que se modifica por el
mero transcurso del mismo a medida que la edad del asegurado se eleva.
En los seguros para caso de muerte, el riesgo es creciente, pues la probabilidad de fallecer aumenta con el envejecimiento
de las personas. De ahí que las primas sean más altas cuanto más elevada es la edad del asegurado.
Las modalidades o combinaciones de seguro pueden ser muy numerosas, tanto como puedan serlo las ideas de cada
individuo respecto al régimen de previsión que ese caso particular requiere con arreglo a su edad, sexo, situación familiar,
manera de vivir, recursos económicos, y de acuerdo con las condiciones económicas y sociales de cada época.
Sin embargo, el asegurador, para evitar el cálculo de un número excesivo de tarifas, limita el número de modalidades a
practicar a las más corrientes y que mayor aceptación puedan tener entre los futuros asegurados.
El seguro de vida está fundamentado técnicamente en bases estadísticas de mortalidad humana y otros elementos
financieros, que permiten una gran precisión en el cálculo de las primas, la determinación en cada momento de las
obligaciones del asegurado, etc. Las bases estadísticas son de larga y comprobada experiencia, lo que permite una elevada
precisión técnica en este seguro.
D. SELECCIÓN DE RIESGOS
La selección en el ramo de vida se efectúa, para los seguros pagaderos en caso de muerte, mediante el reconocimiento
médico del candidato al seguro o una declaración sobre su estado de salud. En ambos casos, ello permite a la entidad
aseguradora decidir si el candidato al aseguro constituye un riesgo normal o un riesgo agravado.
Los aseguradores operan con unas primas que, calculadas para cada combinación de seguro según la edad del asegurado
y la duración del mismo, constituyen lo que se denomina tarifa de primas normales.
Como sucede, por regla general, en las demás modalidades de seguro, en el seguro de vida la selección de los riesgos se
lleva a cabo, fundamentalmente, por medio del cuestionario que, antes de la conclusión del contrato, debe cumplimentar
el tomador del seguro.
Ocurre sin embargo, en el caso que nos ocupa que al girar el riesgo sobre la vida del asegurado, las declaraciones acerca
de su persona cobran una importancia decisiva, ya que, en particular en los seguros para caso de muerte, el asegurador
no estaría dispuesto a cubrir los riesgos relativos a personas que padeciesen enfermedades peligrosas.
No obstante, a pesar de los inconvenientes que para una adecuada información del asegurador acerca del riesgo cuya
cobertura asume tiene el sistema establecido por la Ley, mediante estipulaciones contractuales se puede trasladar al
asegurado el deber de efectuar la declaración acerca de las circunstancias inherentes a su persona que puedan influir en
la valoración del riesgo.
Lo anterior significa que las consecuencias de una declaración inexacta del riesgo se traspasan ahora al asegurado. Además
, en el seguro de vida el artículo 89 contiene una norma especial denominada cláusula de indisputabilidad de la póliza,
Una diferencia que aparece en los seguros de vida, respecto a los de daños, es que no se da el deber de declaración de
la agravación del riesgo puesto que la aplicación de este precepto sería contradictorio con su propia naturaleza.
Por último, hay que destacar dos casos concretos que la Ley trata en los art. 92 y 93 respecto a la obligación de indemnizar
del asegurador. En primer lugar, la muerte del asegurado causada dolosamente por el beneficiario privará a éste de la
prestación establecida en el contrato, y en segundo lugar, el riesgo de suicidio del asegurado solo quedará cubierto a partir
de un año desde la conclusión del contrato.
El seguro de vida puede estipularlo el tomador del seguro sobre la vida propia o la de un tercero (asegurado), en cuyo caso
se requiere el consentimiento de este si se trata de un seguro para caso de muerte (art. 83 L.C.S).
Una de las particularidades propias del seguro de vida es que el tomador puede designar al beneficiario.
Su posición jurídica deriva de la designación del tomador y tras el siniestro adquirirá un derecho sustantivo, propio, a salvo
de las acciones de los herederos y acreedores del tomador, que sólo podrán reclamar el importe de las primas satisfechas
en fraude de sus derechos.
− En la póliza
− En testamento.
Una de las cuestiones que se ha planteado doctrinalmente es la posibilidad de que las personas jurídicas ocupen la posición
de beneficiario, aspecto que durante mucho tiempo se ha considerado que no era posible pero que es actualmente una
cuestión resuelta en sentido positivo por la doctrina frente al silencio de la ley.
La capacidad para suceder viene regulada en los arts. 744 y ss. del CC y serían de aplicación en la medida que la muerte
del asegurado (en los seguros de vida para caso de muerte) señala el momento en que el beneficiario adquiere su derecho
a la prestación por el asegurador.
G. ERROR EN LA EDAD
En caso de inexactitud en la declaración de la edad del asegurado, el asegurador podrá impugnar el contrato si la verdadera
edad en el momento de entrada en vigor del mismo excede de los límites de admisión establecidos en las normas de
selección.
En otro caso, si como consecuencia de este error de edad la prima pagada es inferior a la que hubiera correspondido, la
prestación del asegurador se reducirá proporcionalmente. Si por el contrario la prima pagada es superior a la que debería
haberse abonado, el asegurador debe restituir el exceso de primas sin intereses (art. 90 L.C.S.).
Tal y como establece LOSSEAR en su Anexo –Ramós de Seguros- el Ramo de VIDA y Riesgos Complementarios se
compone de:
1. El seguro sobre la vida, tanto para caso de muerte como de supervivencia, o ambos conjuntamente, incluido en el
de supervivencia el seguro de renta; el seguro sobre la vida con contraseguro; el seguro de nupcialidad, y el seguro
de natalidad.
Asimismo, comprende cualquiera de estos seguros cuando estén vinculados con fondos de inversión u otros activos
(Del artículo 73 de LOSSEAR). Igualmente, podrá comprender el seguro de dependencia.
2. Las operaciones de capitalización basadas en técnica actuarial, que consistan en obtener compromisos
determinados en cuanto a su duración y a su importe a cambio de desembolsos únicos o periódicos previamente
fijados.
3. Las operaciones de gestión de fondos colectivos de jubilación, entendiendo por tales aquellas que supongan para
la entidad aseguradora administrar las inversiones y, particularmente, los activos representativos de las reservas de
las entidades que otorgan prestaciones en caso de muerte, en caso de vida o en caso de cese o reducción de
actividades. También estarán comprendidas tales operaciones cuando lleven una garantía de seguro, sea sobre la
conservación del capital, sea sobre la percepción de un interés mínimo.
4. Las operaciones tontinas, entendiendo por tales aquellas que lleven consigo la constitución de asociaciones que
reúnan partícipes para capitalizar en común sus aportaciones y para repartir el activo así constituido entre los
supervivientes o entre sus herederos.
Las entidades autorizadas para operar en el ramo de vida podrán cubrir como riesgos complementarios los comprendidos
en el ramo 1 (accidentes) y en el ramo 2 (enfermedad), sin necesidad de obtener autorización para dichos ramos, siempre
que concurran los siguientes requisitos:
4. Cuando el ramo complementario sea el 2 (enfermedad), que éste no comprenda prestaciones de asistencia sanitaria
o prestaciones de asistencia por dependencia.
En el contrato de seguro de vida intervienen el Asegurador, el Tomador del Seguro, el Asegurado y el Beneficiario.
En los Seguros de Vida, hay una serie de particularidades respecto a la figura del Asegurado y del Beneficiario que debemos
analizar.
En los seguros de vida, el asegurado tiene que ser obligatoriamente una persona física no pudiendo ser una persona
jurídica, como es obvio, sino que debe ser una persona natural o física, pues en el primer caso no podrán contratarse
seguros sobre la vida, salud o integridad física de la misma, habida cuenta de que la persona jurídica es el producto de una
ficción del derecho, que carece de corporeidad física. Digamos que el Reglamento de Seguros específica, refiriéndose a los
seguros de Vida y Accidentes, que “es la persona natural sobre cuya cabeza recae el seguro”.
Por otro lado, y para los seguros de grupo sobre la vida humana, se le define como persona perteneciente a un conjunto
de ellas, unidas por un vínculo o interés común, previo o simultáneo a la adhesión del seguro, pero diferente a éste, que
cumple las condiciones legales de asegurabilidad y cuya cobertura se realiza mediante contrato único suscrito por el
asegurador y contratante.
Por lo que se refiere a los requisitos que la Ley establece para el asegurado, señalaremos en primer lugar, el hecho que
decreta la nulidad del contrato de seguro si en el momento de su conclusión no existe un interés del asegurado de la
indemnización del daño.
Concreta esta exigencia la necesidad de que se dé realmente un interés económico expuesto a riesgo, que corresponde al
asegurado. Sin la existencia de esta eventualidad o posible perjuicio del asegurado, el contrato de seguro carecería de
sentido para él. Faltaría el objeto principal que lo promueve, explica y justifica. Este es pues, en conclusión, un requisito
fundamental para adquirir la condición de asegurado.
En cuanto a la edad en el seguro de vida hay que tener en cuenta, además, varios aspectos importantes:
− Si el asegurado es menor de edad, será necesaria, además, la autorización por escrito de sus representantes legales.
− No se podrá contratar un seguro para caso de muerte sobre la cabeza de menores de catorce años de edad o de
incapacitados. Se exceptúan de esta prohibición, los contratos de seguros en los que la cobertura de muerte resulte
inferior o igual a la prima satisfecha por la póliza o al valor de rescate. (Precepto redactado por art. 12 Ley 44/2002
de 22 noviembre de Medidas de Reforma del Sistema Financiero)
En cuanto al sexo del asegurado, hay que tener en cuenta que la normativa ya recoge la no discriminación entre hombres
y mujeres en materia de tarifas de seguros
El precepto comunitario se incluye en dos enmiendas parciales al proyecto de ley de medidas de apoyo al emprendedor,
actualmente en el Congreso.
Para efectuar el cambio normativo, con las enmiendas que se introdujeron, se añadió una nueva disposición a la antigua
LOSSP para señalar que "no podrán establecerse, en el cálculo de las tarifas de los contratos de seguro, diferencias de
trato entre hombres y mujeres en las primas y prestaciones de las personas aseguradas cuando aquéllas consideren el
sexo como factor de cálculo".
En la redacción de LOSSEAR –aprobada en 2015- ya se recoge debidamente este aspecto en apartado 1 de su artículo 94
sobre Tarifas de primas y bases técnicas al determinar expresamente:
“Las tarifas de primas deberán fundamentarse en bases técnicas y en información estadística elaborada de acuerdo
con lo dispuesto en esta Ley y en sus normas de desarrollo. Deberán ser suficientes, según hipótesis actuariales
razonables, para permitir a la entidad aseguradora satisfacer el conjunto de las obligaciones derivadas de los contratos
de seguro y, en particular, constituir las provisiones técnicas adecuadas.
En el cálculo de las tarifas, dentro del ámbito de aplicación de la Directiva 2004/113/CE, del Consejo, por la que se
aplica el principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y servicios y su suministro, no
En ningún caso, los costes relacionados con el embarazo y el parto justificarán diferencias en las primas y en las
prestaciones de las personas consideradas individualmente. Se exceptúan de lo dispuesto en el párrafo anterior los
contratos de seguro vinculados a una relación laboral, en los cuales se permite la diferenciación en las primas y
prestaciones cuando esté justificada por factores actuariales.”
De esta manera, se consagra el “principio de igualdad de trato" recogido en la directiva de Aplicación del Principio de
Igualdad en el acceso a bienes y servicios y su suministro.
Esta modificación realmente viene a perjudicar en la mayoría de los casos a las mujeres, y ello porque al aplicar la “igualdad
de sexos” en los seguros, la mayoría de los productos antes beneficiaban a las mujeres, que pagaban menos que los
hombres al tener un riesgo menor, pero al eliminar la “discriminación por sexo” lo que ha ocurrido es que las compañías de
seguros han subido las primas de los seguros de las mujeres para equiparlos a los de los hombres y no al revés.
De esta manera, desde el 21 de diciembre de 2012 en que esta normativa entró en vigor, las mujeres pagan más que antes,
es decir, ahora pagan igual que los hombres en los seguros de vida, cuando viven más años, o en los seguros de
automóviles, cuando estadísticamente tienen menos accidentes
Por ejemplo, los cálculos de la patronal europea del seguro (CEA) establecen que las conductoras tendrán que pagar
un 11 % más de lo que pagaban hasta ahora cuando contraten un seguro de coche. En concreto, la medida afectará
a las más jóvenes, ya que a partir de los 35 años los precios venían a ser similares a los de los hombres.
A fin de conseguir la igualdad de trato entre hombres y mujeres, el Tribunal de Justicia Europeo ha prohibido definitivamente
que, a partir de diciembre de 2012, las empresas aseguradoras utilicen el criterio del sexo en el cálculo del precio de las
primas.
La medida de ‘igualar’ no significa que los hombres vayan a pagar menos, sino que las mujeres pagan más que antes.
Según los datos de las aseguradoras, y de acuerdo con las estadísticas históricas, las conductoras tienen menos accidentes
que los conductores, y de menor gravedad, y esto supone cubrir un riesgo menor.
Por este motivo, solían pagar menos. Ahora, con esta medida adoptada por los 27 países de la Unión Europea (UE), se
termina con esa ‘bonificación’.
Como ya hemos visto, el beneficiario es la persona natural o jurídica sobre la que recaen los beneficios derivados del seguro,
una vez producido el siniestro, es decir, el hecho determinante del pago del capital o renta por parte de la Entidad
Aseguradora.
La designación de beneficiario nace pues como consecuencia de la voluntad contractual, y corresponde hacerla al tomador
del seguro. No es obligatorio hacerlo; es una facultad de que se dispone, que puede no utilizarse si así se desea, en cuyo
caso los destinatarios del seguro serán los designados en testamento o los que resulten ser herederos legítimos.
Según la L.C.S., la designación de beneficiario podrá hacerse en la póliza, en una posterior declaración escrita comunicada
al asegurador, o en testamento.
En definitiva, lo importante es que la entidad aseguradora conozca el designado en forma auténtica, es decir, que no se
preste a dudas o discusiones, o, cuando menos, que se le hayan facilitado los medios indispensable para llegar a tal fin.
Aunque suelen ser terceras personas distintas al asegurado, en determinadas modalidades resulta beneficiario el propio
asegurado -salvo en los seguros de vida-. La LCS establece esta distinción en el párrafo tercero del artículo 7, al especificar
que “los derechos que derivan del contrato corresponden al asegurado o, en su caso, al beneficiario, salvo los especiales
derechos del tomador en los seguros de vida”.
Como hemos visto, la designación del beneficiario corresponde al tomador del seguro, con la excepción de los seguros
colectivos de vida, en los cuales la efectuarán los distintos asegurados, cada uno de ellos respecto a la prestación (capital
o renta) que les esté garantizada en el contrato mediante la cumplimentación del correspondiente Boletín de adhesión.
La Ley de Contrato de Seguro determina que el tomador podrá modificar la designación sin necesidad de consentimiento
del asegurador; asimismo, el beneficiario podrá designarse en una posterior declaración escrita comunicada al asegurador
o bien en testamento.
El tomador del seguro puede revocar la designación del beneficiario en cualquier momento, mientras no haya renunciado
expresamente y por escrito a tal facultad. La revocación deberá hacerse en la misma forma establecida para la designación.
El tomador perderá los derechos de rescate, anticipo, reducción y pignoración de la póliza si renuncia a la facultad de
revocación.
Todo ello se contempla en el artº 84 de la citada Ley, pudiéndose las modificaciones y revocaciones que se realicen con
posterioridad en la misma forma establecida para la designación inicial (artº 87 LCS).
Para proceder a la emisión de una póliza de seguro sobre la vida humana, el asegurador ha de basarse en distintos datos
relativos a las características del contrato y a las circunstancias personales de las distintas personas interesadas en el
mismo que, como se ha dicho, son además el asegurado, el tomador del seguro y el beneficiario.
Tales datos los proporcionan los documentos preliminares del contrato que son la solicitud de seguro, la declaración del
estado de salud, el informe confidencial y el informe del médico reconocedor.
La selección de riesgos se efectúa de forma diversa según se trate de seguros para caso de muerte o mixtos, o de seguros
para caso de vida. En los primeros, la selección se realiza básicamente, a través de un reconocimiento médico
encaminado a determinar si el riesgo a asegurar es “normal”, o, para capitales no muy elevados, mediante una declaración
efectuada por el asegurado sobre su estado de salud, con el mismo fin.
La profundidad del reconocimiento médico varía según la edad y capitales a asegurar. Para capitales inferiores a la cuantía
que cada entidad aseguradora establece, se acostumbra a sustituir el reconocimiento por una declaración del candidato
En los seguros sin reconocimiento médico, por hallarse dentro de los límites de capitales a asegurar establecidos por el
asegurador, se sustituye el reconocimiento médico por un cuestionario bastante extenso que debe cumplimentar el
solicitante del seguro, referido a su estado de salud, antecedentes familiares, historial clínico, etc.
• Solicitud de seguro
La solicitud de seguro es un documento que, cumplimentado por una persona denominada solicitante, sirve a una entidad
aseguradora para emitir una póliza de seguro, en este caso para emitir una póliza de seguro de vida. En el caso concreto
de los seguros de vida, la solicitud de seguro como elemento previo a la contratación de una póliza, no basta y debe ir
acompañada de otros documentos o de otros requisitos.
La declaración sobre el estado de salud que suscribe el asegurado en las pólizas de vida puede efectuarse directamente
por el mismo, sin intervención del médico reconocedor, hasta una edad determinada y para capitales asegurados no
excesivamente elevados.
Para edades y capitales más altos y también en función de la modalidad de seguros a contratar, será preciso el
reconocimiento médico.
La declaración debe estar suscrita por el asegurado y por el tomador si es persona distinta.
“El tomador del seguro tiene el deber, antes de la conclusión del contrato, de declarar al asegurador, de acuerdo con el
cuestionario que éste le someta, todas las circunstancias por él conocidas que puedan influir en la valoración del riesgo.
Quedará exonerado de tal deber si el asegurador no le somete cuestionario o cuando, aun sometiéndoselo, se trate de
circunstancias que puedan influir en la valoración del riesgo y que no estén comprendidas en él.
El asegurador podrá rescindir el contrato mediante declaración dirigida al tomador del seguro en el plazo de un mes, a
contar del conocimiento de la reserva o inexactitud del tomador del seguro. Corresponderán al asegurador, salvo que
concurra dolo o culpa grave por su parte, las primas relativas al período en curso en el momento que haga esta declaración.
Si el siniestro sobreviene antes de que el asegurador haga la declaración a la que se refiere el párrafo anterior, la prestación
de éste se reducirá proporcionalmente a la diferencia entre la prima convenida y la que se hubiese aplicado de haberse
conocido la verdadera entidad del riesgo. Si medió dolo o culpa grave del tomador del seguro quedará el asegurador liberado
del pago de la prestación.”
Con el fin de tener un conocimiento más exacto del riesgo, las entidades aseguradoras, cuando se solicitan capitales
asegurados para caso de muerte, superiores a una cifra determinada o bien el candidato supere determinada edad, se hace
un análisis estricto del riesgo y, en lugar de una declaración de estado de salud, efectúan un reconocimiento médico al
candidato.
La entidad aseguradora determina a partir de qué edad y capitales a asegurar es preciso el reconocimiento médico del
candidato al seguro. El médico reconocedor debe elaborar un informe y efectuar determinadas exploraciones.
Deber de Confidencialidad sobre la declaración de Salud de los asegurados y sobre el Reconocimiento Médico.
Según establece el art. 3 de la LEY ORGÁNICA 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal,
los datos de carácter personal que hagan referencia a la salud sólo podrán ser recabados, tratados y cedidos cuando, por
razones de interés general, así lo disponga una ley o el afectado consienta expresamente.
“El responsable del fichero y quienes intervengan en cualquier fase del tratamiento de los datos de carácter personal están
obligados al secreto profesional respecto de los mismos y al deber de guardarlos, obligaciones que subsistirán aun después
de finalizar sus relaciones con el titular del fichero o, en su caso, con el responsable del mismo”.
En las aseguradoras, son un número muy reducido de empleados los que están autorizados debidamente a conocer y
acceder a dicha información, no pudiendo constar en las BBDD ni en los archivos informáticos de acceso general.
Ya sabemos que la prima, en sentido genérico, puede definirse como el valor económico o el precio del seguro, es, por
tanto, la contrapartida que debe satisfacer el tomador del seguro para que la entidad aseguradora pueda afrontar los
compromisos contraídos en la póliza de seguro de que se trate.
Es condición indispensable para garantizar la seriedad del sector asegurador, que la prima sea justa, equitativa. En cualquier
caso la prima siempre debe medir, fundamentalmente, la probabilidad de ocurrencia de un evento, en el caso de los seguros
de vida, el hecho de ocurrir o no el fallecimiento de una persona predeterminada.
En el caso de los Seguros de Vida, la prima tiene unos componentes técnicos especiales. A continuación vamos a
analizarlos.
Siguiendo con el argumento iniciado en el apartado anterior, podemos llegar a la conclusión de que si la prima, en los
seguros de vida, está en función de la probabilidad de morir o vivir una persona en un período determinado, es necesario
estudiar estadísticamente el comportamiento de una población determinada frente a la muerte, estos estudios se plasman
en lo que llaman tablas de mortalidad.
Las Tablas de Mortalidad son "calendarios" del comportamiento de la mortalidad de la población en el tiempo, que se
utilizarán por las compañías de seguros para tarificar el precio del seguro de vida -la prima-. Consideremos que la diferencia
principal entre el negocio asegurador y el bancario es que en el negocio asegurador los pagos son probables, y no ciertos
como ocurre en el negocio bancario, de ahí que habrá que estimar esa probabilidad de forma correcta.
Básicamente son estadísticas realizadas sobre una muestra poblacional amplia durante varios años sobre la cadencia en
la mortalidad, que realizado con criterios estadísticos, finalmente se extrapola al comportamiento de la mortalidad del resto
de la población.
Una tabla de mortalidad construida con la experiencia de la mortalidad humana indica el número de personas que sobreviven
de un grupo dado a cada edad. Lógicamente, el número de personas vivas va disminuyendo como consecuencia de los
fallecimientos que se producen. De ahí se obtienen las “frecuencias” de fallecimientos a cada edad, que se supone
representan la probabilidad de que la población fallezca a dicha edad.
No obstante, cuando una entidad aseguradora las aplique, se producirán desviaciones entre los resultados que obtenga la
entidad y los fijados por la tabla de mortalidad, desviaciones provenientes de, por una parte, la diferencia existente entre el
período considerado en la tabla de mortalidad y el momento de su utilización y por otra parte, la diferencia entre el grupo
(geográfico, de sexo, etc…), estudiado en la tabla y que realmente se aplique.
En España históricamente las compañías de seguros habían tomado como base las tablas suizas (GK-R/M-F, según sea
para mortalidad (GK) o supervivencia (GR) y según sean para asegurados masculinos (M) o femeninos
(F). Pero en 2000 desde un grupo de trabajo impulsado por UNESPA se crearon las tablas generacionales españolas
conocidas como tablas PERM/F-2000 (*) cuya particularidad principal es que no sólo se basan en población española sino
que además son dinámicas, es decir, que la probabilidad de mortalidad y supervivencia se adapta según pasan los años
(cosa que podemos entender todos como lógica), lo cual es un gran avance en relación con las tablas suizas que son
estáticas.
• TABLAS PERM/F-2000
Para su elaboración se formó una Comisión Técnica con expertos de la Dirección General de Seguros, el Instituto de
Actuarios Españoles, UNESPA, Investigación Corporativa entre Entidades Aseguradoras (ICEA), la Dirección General de
Ordenación de la Seguridad Social y el Instituto Nacional de Estadística. En febrero del 2000, UNESPA solicitó la
Las tablas PERM/F-2000 se conocen también como Tablas Generacionales Españolas de Supervivencia Masculina /
Femenina. Esta última denominación denota su carácter dinámico, lo que permite que la probabilidad de fallecimiento
dependa, no sólo de la edad y el sexo de la persona, sino también del año de nacimiento. El resultado es el cálculo de una
tabla distinta para cada generación.
Como año al que referenciar la mortalidad de base se tomó el 2000. La mortalidad de base se estimó, entonces, a partir de
la de la población española del año 1990 (elaborada por el INE), a la cual se le aplicaron, primero, unos factores de selección
y, segundo, unos factores de proyección durante 10 años (hasta el año 2000). Finalmente se establecieron unos márgenes
de seguridad, también a partir de la experiencia suiza.
En abril 2003 Münchener Rück fue encargada de elaborar una tabla de probabilidades de invalidez con la ayuda de los
datos de carteras aseguradas españolas.
La base de este encargo es un proyecto de ICEA para la elaboración de una tabla de invalidez. Para la consecución de este
fin se formó un grupo de trabajo en el que participan diferentes órganos del mercado de seguros español.
Estas tablas tienen en consideración que el mercado español de invalidez contempla tres formas de cobertura: 1.
Incapacidad Total y Permanente, 2. Invalidez Absoluta y Permanente y 3. Gran Invalidez.
La prestación consiste habitualmente en un capital. La forma más habitual de comercialización de la cobertura de Invalidez
es como seguro complementario al fallecimiento por cualquier causa.
Las coberturas de IAP (Invalidez Absoluta y Permanente) son las más frecuentemente vendidas. (93 % de los casos),
5.026.634 datos, la ITP (Incapacidad Total y Permanente) presentó 319.647 y 60.766 la GI (Gran Invalidez).
Las estadísticas de mortalidad humana sirven para calcular las probabilidades de fallecimiento y supervivencia necesarias
para confeccionar las tarifas de prima. Dos son las fuentes fundamentales de las estadísticas de mortalidad:
− Las estadísticas de la población obtenidas mediante censos y los fallecimientos conocidos por los registros.
Casi todas las tablas de mortalidad empleadas por las entidades están basadas en la experiencia aseguradora,
generalmente a nivel de un conjunto de compañías o de un país determinado.
Las tablas de mortalidad que se utilizan en la práctica son diferentes según se trate de modalidades para caso de muerte,
para caso de supervivencia o mixtos.
Las tablas de mortalidad, de supervivencia, de invalidez y de morbilidad deberán cumplir los siguientes requisitos:
b) La mortalidad y supervivencia reflejadas en las mismas deberán encontrarse dentro de los intervalos de confianza
generalmente admitidos para la experiencia española. En caso de que contengan probabilidades diferentes para
cada sexo, deberán justificarse estadísticamente, sin que en ningún caso puedan incorporar el efecto del riesgo
por embarazo y parto.
c) El final del período de observación considerado para la elaboración de las tablas no podrá ser anterior en más de
veinte años a la fecha de cálculo de la provisión.
d) Cuando se utilicen tablas basadas en la experiencia propia del colectivo asegurado, la información estadística en
la que se basen deberá cumplir los requisitos de homogeneidad y representatividad del riesgo, incluyendo sobre el
mismo información suficiente que permita una inferencia estadística e indicando el tamaño de la muestra, su método
de obtención y el período a que se refiere, el cual deberá adecuarse a lo previsto en el párrafo c anterior.
e) En los seguros de supervivencia, deberán incorporar el efecto del tanto de disminución de la mortalidad
considerando una evolución desfavorable de la misma, salvo que ya haya sido tenido en cuenta en el cómputo del
período de observación a que se refiere el párrafo c anterior.
No obstante lo anterior, podrán utilizarse tablas más prudentes que, sin cumplir alguno de los requisitos anteriores, tengan
un margen de seguridad superior al que resulta de éstos.
− De generación o de momento
Una tabla de mortalidad de generación surge a partir del análisis longitudinal de una generación concreta. Se parte
del volumen de personas que compone inicialmente la cohorte, registrando los fallecimientos que se van produciendo
y la edad a la que tienen lugar, hasta su extinción. Esto supone tener que esperar más de un siglo para su elaboración.
Sólo algunos países como Francia, Suecia o Inglaterra y Gales disponen de este tipo de tablas.
Las tablas de momento son una aplicación del análisis transversal al estudio de la mortalidad. El procedimiento
consiste en observar los fallecimientos de una población producidos a lo largo de varios años (2 ó 4 generalmente) y
aplicar, las probabilidades de muerte resultantes, a una generación ficticia. Esta generación tendría, a cada edad, el
comportamiento observado en la población real de partida que, no obstante, está formada por un gran número de
cohortes.
Las tablas de momento son las más utilizadas ya que, por un lado, no requieren tanto tiempo para su elaboración
como las longitudinales y, por otro, incorporan información actualizada sobre las condiciones de mortalidad de
cualquier edad.
La diferencia entre una y otra estriba en el tipo de herramientas estadísticas utilizadas en la elaboración de la tabla.
En el primer caso se efectúa un empleo directo de los datos que se han recogido y ordenado, a través de la estadística
descriptiva. En el segundo caso se emplean, además, técnicas estadísticas sofisticadas como ajuste de curvas,
regresiones, modelos de supervivencia, etc.
− Abierta o cerrada
Una tabla de mortalidad abierta permite que se incorporen individuos al grupo inicial; no así en caso de ser cerrada.
En el primer caso, el fallecimiento es el único motivo de salida, mientras que en el segundo puede haber otros motivos,
como por ejemplo la invalidez.
En una tabla estática, la probabilidad de supervivencia de un individuo no depende del tiempo físico. Esto supone
atribuir, a un individuo de 35 años de edad, la misma probabilidad de supervivencia en el siglo XIX o en la actualidad.
En cambio, en una tabla dinámica la probabilidad de fallecimiento de un individuo, a una edad concreta, será tanto
menor cuanto más moderna sea la generación a la que pertenece. De esta forma, se incorpora la posibilidad de que
se pueda alargar la vida de una persona con el paso del tiempo (lo que la hace aproximarse a lo que ocurre en la
realidad, gracias a las mejoras en las condiciones socioeconómicas, biológicas o médico-sanitarias de las
sociedades).
• La Ley de Igualdad de Trato prohíbe el sexo como factor de precio del seguro (a partir del 21 de diciembre de
2012)
Como ya hemos comentado anteriormente, la Ley de Igualdad de Trato aprobado en 2011 incluye la prohibición de que las
aseguradoras tengan en cuenta el sexo del conductor para el cálculo del precio del seguro por considerar que ello constituye
una discriminación.
En seguros de vida, tradicionalmente las mujeres pagan primas inferiores a los hombres de su edad porque las estadísticas
demuestran que tienen menos riesgo de accidente. A raíz de la aprobación de la ley de Igualdad de Trato, respecto a la
contratación de seguros, en ningún caso el sexo podrá constituir un factor que determine diferencia de trato en las primas y
prestaciones de las personas aseguradas.
• Tablas financieras
La tabla de mortalidad sería suficiente para determinar la prima, si se partiera de la base de que el Asegurador no obtiene
ningún interés financiero durante el tiempo que conserva en su poder las primas pagadas por el tomador, pero como esto
no es así, sino que el asegurador invierte adecuadamente las primas cobradas obteniendo la rentabilidad correspondiente,
debe reducir la prima que cada asegurado a la cantidad necesaria para que, colocada a interés compuesto, le permita
realizar la necesaria compensación entre ingresos y desembolsos.
La elección de componente financiero o tipo de interés debe realizarse con cuidado ya que, teniendo en cuenta que cuanto
mayor sea el tipo de interés escogido, más baja es la prima resultante, si se escoge un tipo de interés muy bajo, la prima
puede ser excesivamente alta. Si, por el contrario, se escoge un tipo de interés muy alto, que luego no llega a obtener con
las inversiones, se colocaría en una situación de desequilibrio financiero que traería como consecuencia pérdidas
económicas que podrían poner en peligro la solvencia.
Las aseguradoras deberán utilizar desde enero de 2013 las tablas de mortalidad PASEM 2010.
Así, las tablas de fallecimiento GKM95 y GKF95 así como las GRM95 y GRF95 en el sistema de planes de pensiones dejan
de ser admitidas por la DGSFP.
La Resolución de 6 de julio de 2012, de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, ha venido a determinar
el uso a partir del 1 de enero de 2013 de las tablas actuariales de mortalidad denominadas PASEM 2010.
Concretamente, la medida del órgano de control declara que, a partir de 1 de enero de 2013, ya no será admisible la
utilización de las tablas de mortalidad GKM95 y GKF95 para el cálculo de las primas para garantías de muerte en los seguros
de nueva suscripción, ni para el cálculo de las magnitudes actuariales asociadas a la cobertura de las prestaciones de
fallecimiento.
Al mismo tiempo, mediante esta Resolución se hacen públicas las tablas de mortalidad denominadas PASEM 2010, que
podrán utilizarse por cumplir los requisitos exigidos en el artículo 34 del Reglamento de Ordenación y Supervisión de los
Seguros Privados.
Igualmente, se declaran admisibles las tablas PASEM 2010 para el cálculo de las magnitudes actuariales asociadas a la
cobertura de fallecimiento en el sistema de planes de pensiones.
− La prima natural:
Es la correspondiente a un riesgo de muerte durante un año de duración. Esta prima está medida, lógicamente, por la
probabilidad de que una persona de edad “x” no alcance la edad “x + 1”.
Cuando el asegurado decide garantizar una determinada prestación en caso de muerte durante un período superior a un
año, debe pagar cada año una prima diferente, y mayor, en función de la edad que sucesivamente va alcanzando.
x Px
x+1 Px + 1
x+2 Px + 2
En términos aseguradores, prima promedia, prima anual constante y prima nivelada se consideran sinónimos.
El desarrollo de la ciencia actuarial permitió que el año 1.762 la compañía inglesa “The Equitable Society”, adoptara por
primera vez el sistema de prima promedio o prima anual constante. Este cambio o innovación se considera como uno
de los más decisivos e importantes en el impulso y desarrollo posterior de los seguros de vida.
En definitiva, se trata de, una vez prefijada, al inicio del seguro, cuál va a ser la duración del mismo, determinar una prima
promedio para toda la duración. Dicha prima será, lógicamente mayor a la prima natural durante los primeros años de seguro
y menor durante los últimos años.
De esta forma, el asegurado puede soportar con más facilidad el pago de la prima que en el sistema de la prima natural.
Estas primas anuales constantes son pagaderas durante toda la duración del contrato, o bien hasta el fallecimiento del
asegurado si ocurre antes.
La prima única, como su nombre indica, es aquélla que el asegurado satisface de una sola vez al inicio del seguro, quedando
posteriormente liberado el contrato del pago de primas sucesivas, o lo que es lo mismo, el asegurado satisface de una sola
vez todas sus obligaciones económicas, y a partir de aquel momento, las únicas obligaciones existentes las tiene la
compañía.
− Prima pura
También denominada prima de riesgo. Es la medición exacta de ese riesgo, y se obtiene mediante la aplicación de las bases
técnicas adoptadas para cada caso.
Si el asegurador percibiera la prima pura, incurriría en pérdidas, ya que no podría soportar toda una serie de gastos
derivados de su propia estructura y organización, y que son gastos sin los cuales no podría existir como empresa. Nos
referimos fundamentalmente a:
o Los gastos de administración, o gastos internos. Este concepto está integrado principalmente por los gastos de
personal (sueldos), gastos de compra de material, alquileres de oficinas, teléfono, electricidad, etc…
− Prima de Inventario
Para poder afrontar los gastos de administración, las entidades aseguradoras cobran un recargo para gastos internos y
figura añadido lógicamente a la prima pura o de riesgo, la suma de la prima pura y el recargo citado nos determina la prima
de inventario.
− Prima Comercial
Asimismo, las entidades perciben un segundo recargo, esta vez para gastos externos, que permita poder sufragar los
gastos comerciales.
Si a la prima de inventario le adicionamos este segundo recargo, estaremos ante la prima de tarifa o prima comercial, que
es, en definitiva, la prima que figura en las tarifas publicadas para cada compañía.
o Prima de inventario: Prima pura + Recargo para gastos de gestión interna o de administración.
o Prima de tarifa: Prima de inventario + Recargo para gastos de gestión externa o comerciales.
o Mortalidad
o Interés Técnico
La base técnica especificará el método de determinación del interés técnico a efectos del cálculo de la provisión de seguros
de vida.
o Los criterios de selección de riesgos que haya decidido aplicar cada entidad, determinando, entre otros, las
edades de admisión, períodos de carencia, supuestos de exigencia de reconocimiento médico previo, etc.
o Las fórmulas para determinar los valores garantizados para los casos de rescate, reducción de capital
asegurado y anticipos.
o El sistema de cálculo utilizado y los criterios de imputación de la participación en beneficios a los asegurados,
cuando se conceda.
En cuanto al interés, es otro elemento esencial que interviene en el cálculo de primas y demás elementos matemáticos
propios del ramo de vida.
Efectivamente, en los seguros con prestaciones para caso de vida, así como en los seguros de muerte con prima constante,
la entidad aseguradora constituye provisiones matemáticas que conserva e invierte durante años, hasta el momento en que
debe satisfacer las mismas. Lógicamente dichas sumas se invierten en activos rentables y proporcionan un interés.
Estas ganancias permiten a la entidad “descontar” el interés que se prevé obtener de las primas a satisfacer por el tomador
del seguro.
Generalmente, dicho tipo de interés es muy conservador, pues se parte del principio de que el contrato de seguro de vida
es a largo plazo y no puede garantizarse un interés alto sin riesgo para la supervivencia del asegurador.
En relación con el Tipo de interés aplicable para el cálculo de la provisión de seguros de vida y mediante el Real Decreto
128/2015, de 27 de febrero, por el que se modifica el Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros
Privados, aprobado por Real Decreto 2486/1998, de 20 de noviembre, en materia de tipo de interés aplicable para el
cálculo de la provisión de seguros de vida se adapta el tipo de interés para el cálculo de la provisión de seguros de vida
para obtener unos tipos más próximos a los que resultarían aplicando el nuevo régimen de Solvencia II regulado en la
Directiva 2009/138/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de noviembre de 2009, sobre el seguro de vida, el
acceso a la actividad de seguro y de reaseguro y su ejercicio.
Al mismo tiempo, se trata de evitar que la caída de tipos en el mercado suponga para las entidades aseguradores una
exigencia de mayores dotaciones de provisiones técnicas que podría trasladarse a los asegurados vía aumento de primas
y, en consecuencia, suponerles un mayor coste.
Hay que tener en cuenta que el régimen de Solvencia II, (De entrada en vigor el pasado 1 de enero de 2016) prevé un
periodo transitorio de dieciséis años, para que la adaptación resulte progresiva. Esta adaptación progresiva que permite la
Directiva quedaría desvirtuada para las entidades españolas si en 2015 tuvieran que aplicar los tipos resultantes de la
vigente redacción del artículo 33.1 del Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados.
Se ha elegido la referencia de la curva 11 años por ser la duración media de las carteras de vida. A partir del ejercicio 2016,
será de aplicación la nueva metodología de cálculo que establece Solvencia II y que se transpondrá a nuestro ordenamiento
jurídico.
A tal efecto, esta modificación del Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, establece la siguiente:
1. El tipo de interés aplicable para el cálculo de la provisión de seguros de vida no podrá ser superior a los siguientes
límites:
1.º El 60 por 100 de los tipos de interés medios del último trimestre del ejercicio anterior al ejercicio en el que resulte de
aplicación de los empréstitos materializados en bonos y obligaciones del Estado, incrementado en el 50 por ciento de la
diferencia entre el tipo de interés publicado por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones para el ejercicio
anterior al ejercicio en el que resulte de aplicación y el tipo de interés que resulte de la curva euroswap en el punto de la
curva 11 años a 31 de diciembre del ejercicio anterior al ejercicio en el que resulte de aplicación. El cálculo anterior no
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones publicará en su página web el tipo de interés resultante de la
aplicación del criterio anterior.
2.º El tipo de interés publicado por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones para el cálculo de la provisión
de seguros de vida referente al ejercicio que corresponda a la fecha de efecto de la póliza, siempre que la duración
financiera estimada al tipo de interés de mercado de los cobros específicamente asignados a los contratos, resulte
superior o igual a la duración financiera de los pagos derivados de los mismos atendiendo a sus flujos probabilizados y
estimada al tipo de interés de mercado. Si no se cumpliera esta condición, el tipo de interés máximo aplicable a la
provisión de seguros de vida individual correspondiente al periodo que excede de la duración financiera de los activos,
será el previsto en el párrafo 1.º anterior.
Para la determinación de la duración financiera de los cobros a la que se refiere el párrafo anterior, se considerarán
únicamente los flujos de los activos específicamente asignados que dispongan de vencimiento cierto y cuantía fija, o
vencimiento cierto y cuantía determinable si su importe se referencia a variables financieras, así como, en caso de
seguros a prima periódica, los flujos de cobro probabilizados por primas futuras. El valor de mercado de los activos no
considerados en el cálculo de la duración financiera que hayan sido asignados específicamente a los compromisos cuya
provisión de seguros de vida se calcule conforme a lo dispuesto en este apartado, no podrá exceder en más de un 20
por ciento del valor de mercado de la totalidad de los activos asignados. Las referencias hechas al valor de mercado de
1.º El 60 por 100 de los tipos de interés medios del último trimestre del ejercicio anterior al ejercicio en el que resulte de
aplicación de los empréstitos materializados en bonos y obligaciones del respectivo Estado, incrementado en el 50 por
ciento de la diferencia entre el tipo de interés publicado por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones
para el ejercicio anterior al ejercicio en el que resulte de aplicación y el tipo de interés que resulte de la curva euroswap
en el punto de la curva 11 años a 31 de diciembre del ejercicio anterior al ejercicio en el que resulte de aplicación. El
cálculo anterior no podrá exceder del 60 por 100 de los tipos de interés medios del último trimestre del ejercicio anterior
al que resulte de aplicación de los empréstitos materializados en bonos y obligaciones del respectivo Estado a veinte o
más años.
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones publicará en su página web el tipo de interés resultante de la
aplicación del criterio anterior”.
En los seguros en los que el tipo de interés garantizado haya sido fijado para un periodo no superior al año, el tipo de
interés aplicable para el cálculo de la provisión de seguros de vida no podrá ser superior al tipo de interés garantizado en
cada periodo.
Si la rentabilidad real obtenida en un ejercicio de las inversiones específicamente asignadas a los compromisos asumidos
en virtud de operaciones de seguros de vida a las que se refieren los apartados anteriores, fuera inferior al tipo de interés
técnico medio utilizado en operaciones sin la citada asignación específica, la provisión de seguros de vida correspondiente
se calculará aplicando un tipo de interés igual a la rentabilidad realmente obtenida.
Para calcular el tipo de interés técnico, se toma ahora como referencia sólo el último trimestre del ejercicio anterior
y no la media de los tres ejercicios anteriores. Con ello se posibilita la utilización de tipos más ajustados a las condiciones
de mercado existentes en cada momento.
Existen una serie de provisiones que las entidades aseguradoras deben conservar de ejercicio en ejercicio, con el fin de
poder afrontar los compromisos económicos que se van a presentar en el futuro y que deben haber previsto con anterioridad.
Las provisiones técnicas no son un concepto exclusivo de los seguros de vida, sino que son comunes a todos los ramos del
seguro, aunque, como veremos seguidamente, existen tipos de provisiones técnicas exclusivos del seguro de vida.
Como consecuencia lógica de todo lo anterior, podemos clasificar las provisiones técnicas en dos tipos.
Existen dos clases de provisiones vinculadas a la prima: la provisión matemática exclusiva o genuina del ramo de
vida y la provisión de riesgos en curso, que es común a todos los ramos.
En general, sería más acertado hablar de provisiones que tienen relación con los pagos en general, ya sean siniestros,
vencimientos, rentas, rescates, etc…
Las provisiones técnicas debemos distinguirlas de las provisiones libre que también aparecen en los estados contables de
las entidades y que no están constituidas para afrontar ningún tipo de compromiso concreto, sino que, contribuyen, junto
con el capital social, a determinar la solvencia y bondad de la entidad, ya que son los recursos propios de la misma.
La Ley señala la obligación de constituir, calcular y contabilizar estas provisiones técnicas, cuando dice:
“Las entidades aseguradoras tendrán la obligación de calcular y contabilizar, en la forma que reglamentariamente se
establezca, las siguientes provisiones técnicas: matemáticas, de riesgos en curso, para siniestros, capitales vencidos, rentas
Esta es una provisión de prima, como se ha dicho, propia del ramo de vida y que debe su nombre a que su determinación
cuantitativas obedece a sistemas matemáticos relativamente complejos. Las provisiones matemáticas, a diferencia de las
restantes provisiones técnicas, son un proceso que tiene una duración igual a la vida de la póliza de vida de que se trate, y
no una simple provisión de un ejercicio contable para el ejercicio siguiente como son, en general las otras provisiones.
Aunque tienen una definición única, su constitución obedece a procesos y necesidades distintas según nos hallamos ante
un seguro en caso de muerte o ante o ante un seguro en caso de vida; veamos por tanto esos procesos o necesidades.
Al ser las primas niveladas, es necesario reservar las cantidades que se cobran de más durante la primera parte del
seguro para hacer frente a las cantidades que se cobran de menos durante la segunda parte.
Las sucesivas provisiones anuales que se van consiguiendo por acumulación positiva o negativa de las diferencias
entre la prima nivelada y la prima natural, se capitalizan al tipo de interés técnico y que es la rentabilidad que el
asegurador otorga al tomador por el hecho de tener su dinero.
Vemos que durante los primeros años las diferencias son positivas y que a partir del año 10, las diferencias son
negativas.
La acumulación capitalizada al tipo de interés técnico de estas diferencias, nos daría la provisión matemática de este
seguro durante cada año, que en este caso concreto, y por tratarse de un temporal donde únicamente juega el
concepto de nivelación de prima, la provisión matemática se hace cero al final del seguro, como veremos en un
próximo punto de este mismo apartado.
Mientras en los seguros en caso de muerte, la provisión matemática se constituye con el excedente de primas no
consumidas por el riesgo de muerte, en los seguros en caso de vida, la totalidad de la prima satisfecha se destina a
la constitución de la provisión matemática, ya que en este tipo de seguros no existe ninguna garantía para caso de
fallecimiento.
Cada año se acumula a la provisión matemática del año anterior la nueva prima satisfecha. Ello hace que, en los
seguros en caso de vida, el importe de la provisión matemática sea creciente con el tiempo hasta alcanzar en el
último año el valor del capital asegurado o bien del capital representativo en el caso de las rentas. De ahí que este
proceso acumulativo lo denominemos de formación de capitales.
Las provisiones matemáticas se determinan póliza a póliza, siendo lógicamente la provisión matemática total la
correspondiente a la suma de las provisiones de cada contrato. Lo visto hasta aquí nos permite establecer una definición
de provisión matemática como aquella parte de las primas que no siendo absorbidas por el riesgo de muerte, la entidad
aseguradora conserva y capitaliza, al tipo de interés técnico, para poder afrontar el pago de futuras obligaciones.
− Prima de riesgo es la parte de la prima que el asegurador necesita para cubrir el riesgo de fallecimiento de cada año.
Lógicamente, esta prima de riesgo se calcula en base a multiplicar la prima natural de la edad alcanzada por el
asegurado en cada año de seguro por el capital en riego del mismo año. Por tanto, la prima de riesgo es la que el
asegurador consume cada año.
Antes hemos indicado que el nombre de provisiones matemáticas se debía a procesos de cálculo. En efecto, éstos deben
ser totalmente exactos y pertenecen a la ciencia actuarial. Existen dos procedimientos actuariales básicos para determinar
la provisión matemática de un seguro:
a) El método retrospectivo se basa en las obligaciones pasadas y la provisión matemática se obtiene por diferencia
entre la acumulación de primas e intereses y la acumulación de probabilidades de siniestro con sus intereses.
b) El método prospectivo se basa en las obligaciones futuras y se obtiene por diferencias entre el valor actual de
las obligaciones futuras y el valor actual de las primas futuras.
Es una provisión técnica de prima que es común a todos los ramos de seguro por contraposición a la provisión matemática,
que es genuina del ramo de vida.
La provisión para riesgos en curso expresa de forma genérica la proporción de prima emitida pero no consumida durante el
ejercicio corriente que debe, por tanto, conservarse para afrontar los riesgos que puedan ocurrir en el ejercicio siguiente.
La necesidad de construcción de esta provisión se debe a que los ejercicios contables se cierran a 31 de diciembre de cada
año y, en cambio, las pólizas pueden tener como vencimiento anual cualquier fecha. En otras palabras, si todos los contratos
se celebrasen el día 1 de enero, no sería necesaria la constitución de la provisión de riesgos en curso.
Existen diversos sistemas de cálculo de esta provisión en función de que se tomen mayores o menores hipótesis
simplificadoras. Los más importantes son tres:
El cálculo de estas provisiones se efectuará separadamente, por años de ocurrencia de los siniestros y para cada
modalidad de seguro.
En el ramo de vida, incluirá los capitales, rentas o pensiones vencidas, gastos pendientes de pago derivados de tales
prestaciones, así como las participaciones en beneficios que hayan de hacerse efectivas.
Además estas provisiones incluirán los importes estipulados o definitivos de todos aquellos siniestros que habiendo
ocurrido en el ejercicio que se cierra hayan sido comunicados con posterioridad a la terminación de dicho período,
pero antes de efectuarse el cierre de las cuentas.
Se dotará separadamente para cada modalidad de seguro, por el importe estipulado de acuerdo con la experiencia
de cada Entidad, en cuanto a los siniestros ocurridos en cada ejercicio que no le hayan sido declarados antes del
cierre de las cuentas del mismo.
Para cifrar su cuantía, al importe de la provisión para siniestros pendientes de liquidación del ejercicio de que se trate,
se aplicará la proporción que, en base a la citada experiencia, representan los siniestros ocurridos y no declarados
sobre las respectivas provisiones de siniestros pendientes de liquidación.
La inversión de las provisiones matemáticas deberá producir un rendimiento que no sea inferior al interés técnico computado
en las bases técnicas.
Si por el contrario no se alcanza dicho rendimiento, deberán revisarse las bases técnicas, y las nuevas bases se aplicarán
a los seguros que se contraten a partir de la fecha en que las mismas deban tener aplicación, no a los mismos.
Además deberá constituirse una provisión matemática complementaria, que vendrá dada por la diferencia entre la provisión
matemática calculada al tipo de interés real y la obtenida al tipo de interés previsto en las bases técnicas. Esta provisión
complementaria se constituirá con cargo a los recursos propios de la entidad y tendrá el mismo tratamiento de las provisiones
técnicas a efectos de inversión.
− A prima única: cuando se fije que la prima sea satisfecha al formalizar el contrato, de una sola vez.
− A prima periódica: cuando se convenga que la misma deberá pagarse por años, semestres, trimestres o meses. La
prima en este tipo de seguros podrá ser constante, creciente o decreciente.
− Seguros para caso de muerte: garantizan el pago de una suma o sumas convenidas, en caso de muerte del
asegurado.
− Seguros para caso de vida: garantiza el pago de un capital o una renta convenida si el asegurado vive en o a partir
de determinada fecha.
− Seguros mixtos: son combinaciones de seguros para caso de muerte y para caso de vida.
Son aquéllos en que la suma asegurada, ya se trate de un capital o de una renta, se pagará por la entidad aseguradora al
beneficiario, si se produce la muerte del asegurado.
- Por una duración determinada, transcurrida la cual el seguro queda sin efecto.
Recordemos que el tomador del seguro, en un contrato de seguro individual de duración superior a seis meses que haya
estipulado el contrato sobre la vida propia o la de un tercero, tendrá la facultad unilateral de resolver el contrato sin indicación
de los motivos y sin penalización alguna dentro del plazo de 30 días siguientes a la fecha en la que el asegurador le entregue
la póliza o documento de cobertura provisional.
Se exceptúan de esta facultad unilateral de resolución los contratos de seguro en los que el tomador asume el riesgo de la
inversión, así como los contratos en los que la rentabilidad garantizada esté en función de inversiones asignadas en los
mismos.
En función de la duración del contrato y de si la prestación asegurada consiste en un capital o una renta, las modalidades
más usuales son:
- Seguro temporal
- Seguro de amortización
El capital asegurado por esta modalidad es pagadero a los beneficiarios inmediatamente después del fallecimiento del
asegurado, en cualquier época que ocurra. Esta modalidad se disfruta por parte del Tomador del VALOR DE RESCATE al
ser el riesgo de muerte cierto durante la duración del contrato.
- Seguro de vida entera a primas vitalicias: las garantías aseguradas son las citadas y las primas se pagan por el
tomador mientras viva el asegurado.
- Seguro de vida entera a primas temporales: las garantías aseguradas son las mismas y el pago de primas se
realiza durante un número de años convenido o hasta el fallecimiento del asegurado si ocurre antes.
En esta segunda alternativa las primas son lógicamente más elevadas ya que existe una expectativa de que sean pagadas
durante menos años, pero tienen la ventaja de que el seguro queda liberado del pago de primas en los años en que,
presumiblemente, el asegurado por tener más edad tendrá una capacidad adquisitiva menor.
2. Seguro temporal
Mediante esta modalidad, el capital asegurado es pagadero a los Beneficiarios, al fallecimiento del Asegurado, siempre y
cuando éste ocurra dentro del plazo estipulado como duración del seguro.
Dentro del Seguro Temporal existen, a su vez, diversos tipos, siendo los más habituales los siguientes:
- Temporal constante: El capital asegurado y la prima no varían durante toda la duración del seguro.
- Temporal renovable. El seguro se renueva automáticamente cada año, pudiéndose mantener la misma cobertura
que con un seguro Temporal, o un Vida Entera, diferenciándose en que la prima nunca será constante al depender
de la edad que tenga al Asegurado en cada año. Incluso este tipo de seguro permite la variación del capital contratado
en el momento inicial, pudiendo aumentarlo o disminuirlo. La prima que se cobra mediante esta modalidad coincide
con la prima natural.
- Temporal con capital decreciente: El capital asegurado decrece anualmente a razón del importe resultante de dividir
el capital inicial por el número de años convenido como duración del seguro.
Se caracteriza, en cuanto al pago de las primas, en que aquí la prima no varía cada año, sino que es una prima fija. Esta
prima es pagadera anualmente por un período inferior a la duración del Seguro.
Esta reducción en la duración del pago de primas, obedece a razones técnicas, vinculadas con las reservas.
Por esta modalidad, el asegurador se compromete a pagar, al fallecer el asegurado, una renta temporal o una anualidad
constante durante los años que falten hasta eliminar el plazo convenido como duración del seguro.
Es la cobertura ideal para hacer frente al pago de las cuotas de amortización de un préstamo, así como a las operaciones
de compra a plazos, en caso del fallecimiento del Asegurado. Es decir, al Seguro garantiza las cuotas pendientes de
amortizar en el caso de ocurrir dicho suceso.
La cuantía de la renta será igual a la cuota de amortización fijada y la duración del seguro coincidirá con la duración
estipulada en el contrato de préstamo o compra a plazos.
Modalidad de seguro de vida en que el capital es pagadero inmediatamente después del fallecimiento del asegurado, si
ocurre antes que el de otra persona designada al contratar el seguro, denominada beneficiario o sobreviviente; si esta fallece
antes que el asegurado, queda rescindido el seguro.
En este tipo de seguros, la cuantía asegurada es pagadera inmediatamente después del fallecimiento del Asegurado,
siempre que el Beneficiario designado viva en dicho momento.
Si éste fallece antes que el asegurado, queda anulado el seguro y a favor del asegurador las primas satisfechas y sin
obligación alguna por parte del asegurador. La prima anual cesa de pagarse a la muerte del asegurado o a la del
sobreviviente.
Son básicamente los denominados “Seguros de Ahorro”. Si el asegurado vive al finalizar el contrato, se garantiza a los
beneficiarios o a él mismo el pago de la prestación pactada. En este tipo de seguros tiene especial relevancia su tratamiento
fiscal.
- Seguros unit linked: seguro de vida en que el tomador asume el riesgo de inversión de las mismas, es decir, el
resultado de la inversión.
Se trata de un seguro análogo al anterior, pero en lugar de garantizarse un capital, el asegurador se obliga a pagar una
renta vitalicia al beneficiario o sobreviviente.
El pago de las primas, en ambos casos, se realiza hasta el fallecimiento del Asegurado o del Beneficiario, si ocurre antes.
La esencia de los seguros para caso de vida es la de garantizar el pago de un capital o una renta al beneficiario, que
normalmente es el propio asegurado, si éste vive en una fecha o edad determinada.
Estas modalidades también reciben el nombre de seguros de ahorro, pues en ellas el asegurado aporta unas primas con
las que, a lo largo de los años, se constituyen los capitales o rentas a percibir, transcurrido un plazo, si vive el asegurado.
El asegurador se compromete a entregar el capital asegurado a la expiración del plazo convenido para la duración del
contrato si el asegurado vive en aquella fecha.
- Capital diferido sin reembolso: si el asegurado fallece antes de finalizar el seguro, las primas satisfechas quedan
en poder del asegurador, liberándose de cualquier obligación contractual.
- Capital diferido con reembolso: Las primas son restituidas a los beneficiarios si el asegurado fallece antes del
aludido término. Esta modalidad se suele combinar normalmente con alguna forma de seguro en caso de muerte, o,
por lo menos, se prevé un contraseguro; es decir, una devolución de primas en caso de muerte antes del vencimiento.
Estamos hablando entonces de un Capital Diferido con Reembolso de Primas, lo que supone que, en caso de
fallecimiento del Asegurado antes del vencimiento, se devuelvan a los Beneficiarios.
El asegurador se compromete, al finalizar el plazo de diferimiento estipulado, a pagar al asegurado, mientras viva, una renta
constante pagadera por años, semestres, trimestres o meses.
Mediante la entrega de un capital o prima única, el asegurador garantiza el pago de una renta constante –que puede ser
anual, semestral, trimestral o mensual- a una o varias personas hasta su muerte, en cuyo momento cesa la obligación del
asegurador.
C. SEGUROS MIXTOS
Son una combinación entre Seguros para caso de Muerte y Seguros para caso de Vida, con las ventajas adicionales sobre
la agrupación de pólizas de modalidades simples, de ofrecer un menor coste para los asegurados y evitar una excesiva
diversificación en la documentación contractual del Seguro, al ser presentadas las diferentes coberturas en una misma
póliza.
Concretamente, el Asegurado en estas modalidades desea hacer frente al riesgo de un fallecimiento prematuro y, a la vez,
garantizarse un patrimonio para su propia vejez, en caso de sobrevivir.
1. Seguro Mixto.
4. Seguro Dotal
Por este seguro el capital es pagadero al término del plazo convenido para la duración del mismo, si el asegurado vive en
aquella fecha o inmediatamente después de su muerte, si ésta ocurre antes.
Esta modalidad es el resultado de combinar un seguro temporal para caso de muerte y un seguro de capital diferido para
caso de vida sin reembolso de primas, con la misma duración en ambas coberturas.; de ahí su nombre de seguro mixto.,
Seguro Mixto = Seguro Temporal + Seguro de Capital Diferido sin reembolso de primas
El pago de las primas cesa al finalizar el plazo establecido de duración del seguro o al fallecimiento del asegurado si ocurre
antes.
Esta modalidad ofrece ventajas sobre las dos modalidades simples del Temporal y del Diferido.
- Al tener derecho a rescate, el Asegurado puede solicitar un anticipo o préstamo por una cuantía máxima igual al valor
de rescate en la fecha de solicitud.
Las coberturas garantizadas al Beneficiario del Seguro por el Asegurador, son las siguientes.
- El pago del capital estipulado inmediatamente después del fallecimiento del Asegurado, en cualquier época que
ocurra.
- En el caso de que el Asegurado viva en la fecha de vencimiento del período de pago de primas, se le abonará una
renta vitalicia igual a un tanto por ciento del capital asegurado
Las primas son pagaderas hasta la fecha de vencimiento de la duración de pago de primas o hasta el fallecimiento del
Asegurado.
Se trata, en definitiva, de la suma de un seguro de Vida Entera a primas temporales y de un Seguro de Renta Vitalicia
Diferida (sin reembolso de primas), cuyo plazo de diferimiento coincide con la duración del pago de las primas.
Con esta modalidad, se garantiza el pago del capital asegurado al vencimiento del Seguro, independientemente de si el
Asegurado vive o no en dicha fecha.
Las primas son pagaderas durante todo el plazo estipulado como duración del seguro o hasta el fallecimiento del Asegurado,
si ocurre antes.
De lo anterior se desprende fácilmente que el pago del capital asegurado en esta modalidad es un hecho cierto, y por lo
tanto desvinculado de la posibilidad de fallecimiento del Asegurado. Certeza que no se repite en el número de primas que
se pagarán, dado que dependerá de la probabilidad de que el Asegurado fallezca durante la vigencia del Seguro, es el
elemento aleatorio imprescindible en todo seguro.
4. Seguro Dotal
Puede contratarse con o sin reembolso de primas en caso de fallecimiento del niño beneficiario.
Con esta modalidad se garantiza el pago del capital asegurado (o dote), al Beneficiario designado en la fecha de vencimiento
del seguro, con independencia de que sobreviva o no el Asegurado en dicho momento y si el beneficiario vive en aquella
fecha.
La rescisión del contrato de seguro sobre la vida es potestativa del tomador del seguro. En muchas combinaciones, después
de transcurridos los dos primeros años, el tomador tiene derecho a la reducción de la póliza, y una vez pagadas las dos
primeras anualidades, al rescate o anticipo.
La provisión matemática correspondiente a cada póliza otorga a los respectivos tomadores determinados derechos, excepto
cuando no se hayan satisfecho las dos primeras primas anuales, ya que en este caso, el asegurador debe resarcirse de los
gastos de adquisición, además del riesgo corrido durante el plazo de vigencia de la póliza.
En general, las modalidades de seguro en las que se constituyen provisiones matemáticas tienen derecho a reducción,
rescate y anticipo.
Estos valores surgen a consecuencia de los derechos que el tomador adquiere sobre la llamada reserva o provisión
matemática. Según la modalidad de seguro de vida que tomemos, la prima a pagar por el tomador, o bien excederá de la
que correspondería a la probabilidad de acaecimiento del siniestro, o bien esa prima aún siendo constante tendrá un
componente de riesgo y otro de ahorro. Pues bien, ese exceso o diferencia entre la prima pagada y la prima de riesgo será
capitalizado por el asegurador, con lo cual se constituirá la reserva matemática que normalmente irá creciendo hasta que
su valor llegue a ser igual al del capital asegurado.
En este sentido, el art. 94, dispone que en la póliza se regularán los derechos de rescate y reducción de la suma asegurada
y además el asegurado podrá conocer en todo momento los valores de rescate o de reducción.
La reducción es una rescisión parcial que modifica el contrato de forma que el seguro subsiste por unas prestaciones
aseguradas reducidas y sin pago de más primas por parte del tomador del seguro.
El valor de reducción teórico se obtiene aplicando la provisión matemática de la póliza (deducidas las comisiones de
adquisición que falten por amortizar y otros gastos que deben compensarse) como prima única de un nuevo seguro de la
misma combinación pero con prestaciones reducidas.
El "valor de reducción es en realidad un "capital reducido" ya que es la suma asegurada equivalente a las primas pagadas
hasta el momento de su cálculo respecto a las primas inicialmente convenidas o estipuladas en el contrato.
Por tanto, es siempre menor que el capital o prestaciones aseguradas al suscribir el seguro. El valor de reducción teórico
se obtiene aplicando la provisión matemática de la póliza (deducidas las comisiones de adquisición que falten por amortizar
En definitiva, es una modificación a la baja de las cantidades (provisión matemática proyectada) estipuladas en el contrato
a causa de una modificación (a la baja) de las primas hasta esa fecha.
Veamos un ejemplo:
Supongamos un seguro de capital diferido, el asegurador se compromete a pagar un capital de 12.000 € si el tomador paga
primas de 43 € mensuales durante 15 años. Supongamos que el 6º año interrumpe el pago de primas, la nueva prestación
sería de 4.000 €, siendo la fecha de vencimiento la misma del seguro inicial.
Una vez transcurrido el plazo previsto en la póliza, que no podrá ser superior a dos años (*) desde la vigencia del contrato,
no se aplicará el párrafo dos del artículo 15 sobre falta de pago de la prima. A partir de dicho plazo, la falta de pago de la
prima producirá la reducción del seguro conforme a la tabla de valores inserta en la póliza.
La reducción del seguro se producirá igualmente cuando lo solicite el tomador, una vez transcurrido aquel plazo.
El tomador tiene derecho a la rehabilitación de la póliza, en cualquier momento, antes del fallecimiento del asegurado,
debiendo cumplir para ello las condiciones establecidas en la póliza.
Al cabo de dos años (*), esa provisión es lo suficientemente alta como para que el impago de prima no le cause el
asegurador el perjuicio de dejar de percibir el ingreso consistente en aquella, ya que la provisión matemática que se
encuentra en su poder podrá aplicarse a remediar los efectos de tal impago, de suerte que una parte de aquella, el
denominado valor de reducción, dejará de considerarse como un pasivo del asegurador, y su importe se considerará como
la prima única de un nuevo seguro, idéntico al que estaba en vigor, pero con su capital reducido y liberado del pago de
primas para lo sucesivo.
No obstante, aunque el seguro quede reducido, el tomador tiene derecho a su rehabilitación en cualquier momento,
debiendo para ello cumplir con las condiciones establecidas en la póliza.
(*) El cuanto al plazo de dos años, esto es de aplicación para los seguros de vida y principalmente para los de ahorro
en los que se va generando una provisión matemática. Lo que establece el art. 95 es que el plazo máximo que las
partes pueden fijar en las pólizas para que en caso de falta de pago de la prima en dicho plazo NO se produzca la
reducción del seguro es de las dos primeras anualidades.
Posteriormente a ese plazo, en caso de impago, entonces SI puede producirse la reducción, pero conforme a la tabla de
valores de la provisión matemática que hayan marcado en la póliza. Esto es así porque -como se dice en el texto del libro-
a los dos años ya tiene un volumen la provisión matemática suficiente para que el impago de prima no le cause perjuicio al
asegurador ni a la propia póliza.
El derecho de rescate, tiene el mismo fundamento que el de reducción, pero en este caso se da la rescisión unilateral del
contrato al no querer el tomador continuar con el seguro, por lo que éste percibirá el llamado valor de rescate que es el valor
de la reserva matemática descontando cierto porcentaje.
El rescate es una rescisión total del contrato. El valor de rescate, es el que corresponde percibir al tomador, en efectivo,
cuando interrumpe el pago de las primas y desea rescindir totalmente la póliza.
El valor de rescate teórico es la diferencia entre la reserva matemática de la póliza y determinadas cantidades que se
deducen, como en el caso de reducción, por los siguientes motivos:
- Se produce anti selección: el abandono de las pólizas en los seguros para caso de muerte se produce precisamente
por los asegurados que gozan de mejores condiciones de salud y a la inversa si se trata de un seguro para el caso
de vida.
El tomador que haya pagado las dos primeras anualidades de la prima a la que corresponda el plazo inferior previsto en la
póliza podrá ejercitar el derecho de rescate mediante a la oportuna solicitud, conforme a las tablas de valores fijadas en la
póliza.
El tomador de un seguro que tenga derecho a valor de rescate, tiene la posibilidad de obtener un préstamo o anticipo de la
suma asegurada. Dicho préstamo no puede ser superior al valor de rescate de la póliza y devenga un interés que el
asegurador percibe junto con las primas sucesivas del seguro.
Los anticipos pueden cancelarse total o parcialmente, cuando convenga al tomador. En el caso de llegar al vencimiento del
seguro o bien en caso de siniestro sin haberse cancelado, la entidad deduce de la suma a satisfacer el importe del préstamo
no amortizado.
El asegurador deberá conceder al tomador anticipos sobre la prestación asegurada, conforme a las condiciones fijadas en
la póliza, una vez pagadas las anualidades a que se refiere el artículo anterior.
Los seguros colectivos o de grupo reúnen a varios seguros individuales de vida en una sola póliza, que contrata una persona
natural o jurídica sobre la cabeza de distintos asegurados, agrupados por algún vínculo laboral, profesional o de otro orden.
Las combinaciones de seguro que se utilizan para los seguros colectivos pueden ser las mismas que en los seguros
ordinarios, o sea, los de vida entera, mixto o combinado, capital y renta diferidos y las garantías complementarias.
− Seguro temporal renovable de año en año, para cubrir el riesgo de muerte, con primas anualmente variables según
la edad.
− Los seguros diferidos sin reembolso para cubrir las prestaciones en caso de vida, por jubilación o retiro, tanto en
forma de seguro clásico como de contrato de administración de depósitos.
En los seguros colectivos o de grupo será necesario que el conjunto de personas que forman el colectivo esté delimitado
por aluna característica común extraña al propósito de asegurarse, conforme al artículo 81 de la Ley de Contrato de
Seguro.
Además de la póliza propiamente dicha, en los seguros colectivos habrá de utilizarse también:
− el boletín de adhesión.
En ambos debe figurar la designación de beneficiarios. El boletín de adhesión es, en definitiva, el documento expresivo de
los datos de cada candidato al seguro de grupo.
El certificado de seguro, es un documento que se entrega al Asegurado y que es el justificante de su inclusión en el seguro.
En él se acostumbran a transcribir la mayor parte de los datos del boletín de adhesión.
En junio de 2007 entró en vigor el Registro único para los seguros de Vida cuya gestión corresponde al Ministerio de Justicia
a través de la Dirección General de los Registros y del Notariado.
El objetivo de este registro es dar a conocer si una persona fallecida estaba asegurada con un seguro de cobertura de
fallecimiento, ya que en muchas ocasiones por desconocimiento de los beneficiarios de estos seguros se dejaban de percibir
las cantidades correspondientes.
Este registro está unido al registro de actos de última voluntad, único para todo el territorio nacional. La persona que acuda
hasta el registro para solicitar información deberá presentar el certificado de defunción de la persona sobre la que se quiere
conocer información, y éste deberá emitir una certificación en la que consten los seguros que correspondan.
El registro regula los aspectos relativos a la comunicación y envío de información por parte de las entidades aseguradoras
de los datos de los contratos de seguros se encuentren en vigor y que estén dentro del ámbito de aplicación de la ley.
o su nº de identificación fiscal o número del documento acreditativo de identidad que en casa caso corresponda,
o así como el número del contrato o de referencia al reglamento de prestaciones de la mutualidad de previsión
social y tipo de cobertura.
Por otro lado, en el proceso de adjudicación o partición de herencias los notarios estarán obligados a incorporar el certificado
del registro de seguros del causante fallecido, de forma que los Notarios favorecerán el conocimiento de los seguros
existentes y advertirán a los interesados de la presencia de alguno que cubriera dicho fallecimiento.
Cualquier ciudadano que crea que puede ser beneficiario de un seguro de vida podrá acudir a comprobarlo a este Registro,
transcurridos 15 días hábiles desde el fallecimiento.
1. El primer trámite es solicitar el impreso 790, que se puede encontrar en las 22 Gerencias Territoriales del
Ministerio de Justicia, los 432 Registros Civiles que existen en España, en la sede del Registro de Seguros, en
el Registro General de Justicia y a través de Internet (www.mjusticia.es, en el apartado Trámites Personales,
de la sección Atención al Ciudadano).
2. Una vez rellenado, se debe obtener el certificado literal de defunción del titular del seguro, en el Registro Civil
del fallecido.
3. Con los dos trámites cumplimentados, el solicitante debe acudir a cualquier banco o caja a pagar la tasa
correspondiente.
4. Esta documentación se puede entregar, personalmente o por correo, en el Registro General de Actos de Última
Voluntad, o en las Gerencias Territoriales. Si se hace personalmente, "la entrega del certificado se efectuará
en el acto. Si se pide por correo, se devolverá al interesado en el plazo máximo de siete días hábiles", según
Justicia.
La nueva norma sobre Distribución de Seguros establece la obligatoriedad de presentar a los clientes de seguros NO-VIDA
un documento previo a la contratación con toda la información relevante sobre el producto en cuestión que está contratando.
Así, la Ley viene de la mano con otra norma que establece las características que debe tener el formato de dicho Documento
de Información. Se trata del Reglamento de Ejecución (UE) 2017/1469 de la Comisión de 11 de agosto de 2017.
− Para los seguros distintos al seguro de vida se establece la obligatoriedad de presentar al cliente, antes de la
celebración del contrato, un "Documento de Información Previa" (En inglés con las siglas IPID) y que deberá ser
estandarizado.
− La entidad aseguradora deberá elaborar el documento de información previa sobre el producto de seguro y
facilitárselo a los mediadores de seguros (Agentes y Corredores) que distribuyen sus productos de seguros.
− Los Mediadores de Seguros cuando son ellos mismos quiénes diseñen el producto de seguro, serán quiénes deban
elaborar en esos casos sus propios IPID o Documentos de Información Previa.
El documento de información previa sobre el producto de seguro deberá cumplir los siguientes requisitos:
− Tendrá una presentación y una estructura claras que permitan su fácil lectura, y utilizará caracteres de un tamaño
legible. (Clase de letra 1, 2 mm. No se establece una fuente de letra determinada)
− En caso de que el original se haya elaborado en color, no deberá perder claridad si se imprime o fotocopia en blanco
y negro.
− Incluirá el título «documento de información sobre el producto de seguro» en la parte superior de la primera página.
− Incluirá una declaración de que la información precontractual y contractual completa relativa al producto se facilita en
otros documentos.
Deberá contener:
− Las coberturas,
− La suma asegurada,
− Lo deben entregar todos los distribuidores y los mediadores de seguros a sus clientes.
− El Mediador de Seguros Complementarios también deberá entregarlo a sus clientes aunque esté exento.
− El Documento de Información Previa se deberá entregar "de manera efectiva", esto es, dejando constancia y evidencia
de su entrega al cliente y de la recepción por parte de éste.
El seguro de accidentes cubre el hecho aleatorio de que una persona determinada sufra un accidente corporal en un
momento dado. Para seguir introduciéndonos en esta modalidad de seguro, es conveniente definir muy claramente lo que
se entiende por accidente, y para ello nada mejor que acudir a la definición que establece el artículo 100 de la Ley 50/1980
de Contrato de Seguro donde dice:
“... se entiende por accidente la lesión corporal que deriva de una causa súbita, violenta, externa y ajena a la intencionalidad
del asegurado, que produzca invalidez permanente, temporal o la muerte”.
El seguro de accidentes tiene como función fundamental el resarcir a los beneficiarios, ya sea el propio asegurado o sus
herederos, según el caso, de las consecuencias económicas que todo accidente que causa lesiones comporta.
El concepto de accidente es ambiguo y presenta algunas indeterminaciones que la misma Ley prevé que se especifiquen
en las pólizas. Así, no se especifica el ámbito temporal en que hayan de presentarse las consecuencias garantizadas por
la póliza con respecto a la fecha del accidente.
Pueden tener acceso y estar amparadas por este seguro todas aquellas personas de entre 14 a 65 o 70 años (dependiendo
de la compañía aseguradora) que lleven una vida normal y que sus actividades habituales no sean consideradas de carácter
− Edad y salud
− Actividad profesional
De esta manera, siempre habrá personas no asegurables dentro del seguro general de accidentes bien porque por sus
actividades habituales o bien por sus cualidades personales, no pueden ser incluidas dentro del seguro de accidentes
general. En otros casos, este tipo de personas sí podrán ser aseguradas, pero deberán pagar un plus a la cobertura o
“sobreprima”, debido a sus condiciones. Entre algunas de las profesiones consideradas como peligrosas se encuentran:
− Pilotos de avión
− Toreros
− Boxeadores
− Bomberos
− Deportistas profesionales.
A. MUERTE
Si como consecuencia de un accidente el asegurado fallece, el asegurador pagará a los beneficiarios designados en la
póliza el capital asegurado.
Los aseguradores fijarán un plazo máximo entre la fecha del accidente y la fecha del fallecimiento; superado este plazo no
se asume el siniestro.
Si como consecuencia del mismo accidente y en el mismo período se hubiese satisfecho el asegurado indemnización en
concepto de invalidez total o parcial, las mismas se deducirán de la indemnización en caso de muerte.
Esta garantía se indemniza en base a un capital que fija el tomador en el momento de solicitar la póliza.
B. INVALIDEZ PERMANENTE
Si como consecuencia de un accidente, el asegurado adquiere una invalidez permanente, el asegurador le satisfará total o
parcialmente el capital asegurado para esta garantía.
Las entidades aseguradoras tienen a su disposición unos baremos en los que se detallan los miembros y órganos más
importantes del cuerpo humano con la indicación del tanto por ciento de la suma asegurada que se indemniza en caso de
pérdida corporal o funcional de cada uno de ellos.
Las limitaciones físicas o funcionales que se indemnizan al 100%, algunas entidades las califican de permanente total, e
invalideces inferiores al 100% permanente parcial.
Veamos a continuación alguna de las cláusulas que las entidades incluyen para complementar el tratamiento de esta
garantía, además del baremo:
− La pérdida o incapacidad funcional parcial se valorará de forma proporcional a lo establecido en el baremo para la
totalidad del miembro u órgano (la pérdida de una falange de un dedo).
− La suma de varias invalideces parciales originadas por el mismo accidente, no podrá exceder del 100% del capital
principal.
− Las alteraciones psíquicas o nerviosas sólo son computables cuando sean consecuencia directa de lesiones físicas
del sistema nervioso.
− Tampoco se toman en consideración las agravaciones que una enfermedad previa pueda ocasionar sobre las
consecuencias definitivas de un accidente.
2. Objetivizar al máximo la garantía de forma que, por ejemplo, tenga la misma consideración la pérdida de la mano
derecha para un cirujano que para un conserje.
También algunas compañías han establecido baremos específicos para determinadas profesiones: por ejemplo, un baremo
especial para los asegurados de profesión médica; aunque en este caso el riesgo sigue siendo objetivo pero basado en un
baremo distinto del general y más acorde con la profesión de que se trata.
La determinación del grado de invalidez que derive del accidente se efectuará después de la presentación del certificado
médico de incapacidad. El asegurador notificará por escrito al asegurado la cuantía de la indemnización que le
corresponde, de acuerdo con el grado de invalidez que deriva del certificado médico y de los baremos fijados en la póliza.
C. INVALIDEZ TEMPORAL
Se entiende por invalidez temporal toda lesión que imposibilite transitoriamente al asegurado para el desempeño de su
profesión habitual.
La indemnización que satisface el asegurador por esa garantía es una cantidad diaria mientras dure la citada invalidez, con
un límite máximo que acostumbra a ser un año.
El tomador del seguro debe de fijar esa cantidad diaria, que debe estar acorde con los ingresos que deje de percibir el
asegurado al no poder ejercer su profesión o, en su caso, con los que deba satisfacer a otra persona para que le supla en
su trabajo.
Algunas entidades aseguradoras establecen una indemnización intermedia para los casos en que el asegurado se está
recuperando y pueda atender parcialmente sus obligaciones profesionales.
Esta garantía es muy delicada y las aseguradoras hacen una selección muy cuidadosa tomando para la misma, como
criterio rector, el que esta garantía no pueda representar lucro para el asegurado; en este sentido, evitan las
indemnizaciones diarias de cuantía muy elevada y evitan esta garantía para aquellas personas cuya profesión les permita
seguir percibiendo ingresos normales aún en caso de accidente, o bien aquéllas en que la empresa donde ejercen su
Otra medida precautoria importante que adoptan las compañías es ofrecer la posibilidad de contratar la garantía con una
franquicia cifrada en días, de forma que los primeros días, por ejemplo siete, no se indemnizan, y es a partir del, en este
caso octavo día, cuando empieza la indemnización diaria.
La indemnización por invalidez temporal se abona independientemente de la que corresponda por muerte o invalidez
permanente y cesa en el momento en que se produzca aquélla o se fije esta última.
D. ASISTENCIA SANITARIA
Mediante la contratación de esta garantía, el asegurador garantiza el pago de los gastos de asistencia sanitaria
ocasionada al asegurado como consecuencia de un accidente. Existe un plazo máximo que actúa como límite temporal de
la indemnización y que generalmente es de un año, entre la fecha del accidente y la última fecha en que el asegurador
acepta la indemnización de un gasto derivado del mismo accidente.
A continuación detallamos una relación de los diferentes conceptos de gastos que quedan encuadrados dentro de la
asistencia sanitaria y, por tanto, cubiertos por esta garantía:
− Gastos de hospitalización
− Gastos de adquisición e implantación de la primera prótesis ortopédica, dental, óptica o acústica que necesite el
asegurado por prescripción facultativa.
− Gastos de alquiler de elementos auxiliares, tales como muletas, sillas de ruedas y análogos que debe de utilizar el
asegurado por prescripción facultativa.
− Gastos farmacéuticos
La indemnización por la presente garantía se produce con total independencia de la que puede corresponder por muerte o
invalidez permanente.
La garantía de asistencia sanitaria, tiene un comportamiento propio de un seguro de daños, produciéndose el pago por parte
de la entidad aseguradora únicamente cuando se ha producido efectivamente un gasto generado por el asegurado como
consecuencia del accidente.
Los gastos de asistencia sanitaria serán por cuenta del asegurador, siempre que se haya establecido su cobertura
expresamente en la póliza y que tal asistencia se haya efectuado en las condiciones previstas en el contrato. En todo caso,
estas condiciones no podrán excluir las necesarias asistencias de carácter urgente.
Entendemos que únicamente deben figurar como riesgos excluidos aquellos riesgos o circunstancias que no son detectables
a través de la solicitud de seguro, ya que las que lo son deberán ser objeto en todo caso, de un rechazo de la solicitud.
− Los deportes que se practiquen de forma no profesional y que el asegurado no cubra, por ejemplo el automovilismo,
motociclismo, paracaidismo, vuelo sin motor y esquí de competición.
− Las enfermedades de cualquier naturaleza, las hernias y esfuerzos en general, las infecciones que no sean causa
directa de un accidente indemnizable.
− Los accidentes provocados dolosamente por los beneficiarios, que excluyen a éste de la indemnización (art. 102 LCS)
− En general, los accidentes originados con ocasión o a consecuencia de situaciones de carácter extraordinario o
catastrófico. Algunos de estos riesgos estarán garantizados a través del Consorcio de Compensación de Seguros.
• Ámbito Territorial
Se refiere a la delimitación del territorio en el cual está cubierto el riesgo de accidente. Hoy en días las pólizas más
avanzadas acostumbran a extender el ámbito al mundo entero, excepto para la garantía de incapacidad temporal que,
generalmente se circunscribe a España.
También existe alguna limitación en cuanto a la asistencia sanitaria en el sentido de restringir o cancelar la garantía cuando
el asegurado permanezca un largo período en el extranjero.
• Ámbito temporal
Nos referimos a las edades máximas mínimas que deben tener los asegurados para poder estar integrados en una póliza
de accidentes. Con respecto a la edad mínima, no hay limitación para ninguna garantía, con excepción de la muerte que,
como ya hemos visto anteriormente, tiene una limitación legal común a los seguros de vida y accidentes en el sentido de
que no está permitido contratar un seguro de muerte sobre la cabeza de menores de catorce años de edad (art. 83 de la
L.C.S.).
• Ámbito de actividad
En este sentido, el seguro puede tener, a solicitud del tomador, cobertura profesional, extra profesional o ambas, es decir,
24 horas al día.
− En el propio domicilio
A. SEGURO INDIVIDUAL
Incluimos dentro de este epígrafe los seguros de accidentes contratados sobre la cabeza de una sola persona.
Aunque el caso más habitual es que el tomador del seguro y el asegurado sean una misma persona, pueden ser también
personas diferentes, en cuyo caso, y siempre que existan en la póliza unas garantías para caso de muerte, el asegurado
deberá dar su conformidad por escrito, salvo que pueda presumirse de otra forma su interés por la existencia del seguro
(art. 83 de la L.C.S.). Si el asegurado es menor de edad, será necesaria, además, la autorización por escrito de sus
representantes legales.
B. SEGURO FAMILIAR
Podemos circunscribir en este epígrafe aquellos seguros que quedan reducidos a las personas del ámbito familiar o
doméstico y que, aunque en muchos casos exista más de un asegurado en cada póliza, entendemos que no pueden
integrarse dentro de los seguros de grupo.
Esta modalidad tiene por objeto asegurar a diversas personas, mediante la contratación de una sola póliza, con la
consiguiente economía de gastos y simplificación por parte del tomador del seguro.
En el momento de suscribir una póliza debe de definirse claramente el grupo asegurable que, concretamente, va a quedar
amparado por la misma póliza.
− Colectivo Abierto: Es cuando se formaliza para una colectividad en la que los integrantes pueden ir adhiriéndose o
cambiando. La aseguradora, para determinar la tarifa, deberá realizar un análisis previo de los riesgos estimando las
posibles nuevas adhesiones al colectivo.
− Colectivo Cerrado: Es el más habitual y el que prefieren las aseguradoras pues conocen de antemano a la emisión
de la póliza la composición de tod0o el colectivo y las particularidades de todos sus integrantes. En los Colectivos
cerrados no puede integrarse nadie posteriormente –salvo excepciones- por lo que determinar la tarifa es mucho más
sencillo.
− Voluntaria: Una vez definido el grupo asegurable concreto de una póliza de seguro de grupo, las personas que
reúnen estos requisitos tiene la opción de integrarse en el grupo asegurado. Normalmente son de adhesión voluntaria
aquellas pólizas en que la prima la paga cada asegurado.
− Obligatoria: Una vea definido el grupo asegurable, todos los integrantes del grupo pasan a formar parte de la póliza
de forma automática. Se trata de seguros en que la prima la paga el tomador, normalmente la empresa, siendo por
tanto gratuitos para el asegurado.
D. SEGUROS CRECIENTES
Entendemos por seguros crecientes una modalidad que consiste en fijar una suma asegurada inicial que luego cada año se
incrementa en un porcentaje fijo de esta suma inicial, por ejemplo, el 10%; la póliza tiene un vencimiento fijo, por ejemplo,
diez años, de forma que alcanzando el vencimiento se anula; la prima es constante y nivelada, es decir que durante los
primeros años es superior a la que correspondería por el capital que se aseguró y durante los últimos años es inferior.
Hay algunos sectores profesionales –transportistas, hostelería, minería…- que por sus particularidades, el Convenio
Colectivo que lo regula recoge la obligatoriedad de que sus integrantes cuenten con un seguro.
Por ser un seguro complementario al de la Seguridad Social, y por las implicaciones que conlleva la tramitación de los
siniestros, no son asegurables las personas que no estén dadas de alta en la Seguridad Social.
Las pólizas de estas modalidades se emiten normalmente en forma innominada. La prima es promediada y uniforme para
todo el personal, así como las garantías, y estará en función del tipo de actividad de la empresa, así como de las garantías
y coberturas a efectuar.
En el seguro de convenios colectivos, es necesario analizar profundamente el texto del convenio, de forma que la póliza
que se construya se ajuste perfectamente a las exigencias del convenio, ya que ésa es su razón de ser, y todo ello a pesar
de que existen coberturas y formas de indemnización que no son propias del ramo de accidentes clásico.
La mayoría de estos seguros que establecen los Convenios Colectivos profesionales suelen ser de accidentes; pero hay
bastantes casos que establecen otras dos modalidades: Compromisos por Pensiones y/o Premios de Jubilación.
− Accidentes de trabajo
− Enfermedad profesional
Estas coberturas se aplican a las garantías clásicas de muerte, invalidez permanente, temporal y asistencia sanitaria.
Por otra parte, y por lo que respecta a la garantía de invalidez, es necesario destacar los grados de invalidez exigidos por
los convenios y Seguridad Social, los cuales difieren notablemente de la invalidez permanente clásica de las pólizas de
seguro privado.
Los grados de invalidez que establecen los convenios colectivos, son los siguientes:
− Gran invalidez
Esta modalidad de seguro cubre los accidentes que ocurran a los alumnos mientras estén bajo la tutela del personal de la
escuela, durante su permanencia en el colegio, así como en los traslados de su domicilio al colegio y viceversa, viajes y
excursiones.
Es contratado por la escuela y en base al número de alumnos matriculados. Al terminar el curso escolar, la prima será
liquidada en función del número de alumnos matriculados realmente.
G. SEGUROS DE OCUPANTES
Por esta modalidad de seguro la entidad aseguradora cubre al conductor y a los ocupantes transportados en el vehículo
asegurado, contra los accidentes que puedan sufrir yendo en el vehículo y subiendo/bajando del mismo.
A continuación reflejamos algunas de las exclusiones habituales de una póliza de este tipo:
− Los accidentes que resulten en el caso de que el vehículo vaya conducido por una persona no autorizada para ello
por el tomador, o que no posea la correspondiente licencia para hacerlo.
− Respecto al número de plazas aseguradas, es conveniente hacer las siguientes consideraciones: deberán asegurarse
tantas plazas como número de ellas figuren autorizadas en la documentación del vehículo, incluido el conductor.
Es conveniente resaltar una serie de cuestiones con respecto al seguro de ocupantes de vehículos a motor:
− Existen aseguradoras, la gran mayoría, que obligan a la contratación de este seguro al contratar el seguro de
automóvil.
− Existen aseguradoras que emiten una póliza independiente del ramo de accidentes y existen otras que lo tratan como
una garantía más del ramo del automóvil.
El seguro de ocupantes de vehículos tiene, por todo lo dicho anteriormente, una importancia cuantitativa muy fuerte y, en
muchos casos, el volumen de primas de esta modalidad es muy superior al resto del ramo de accidentes.
El seguro temporal es aquél que tiene una duración inferior a un año y se contrata para una cuestión puntual y concreta.
El seguro de viaje es una modalidad de seguro temporal que cubre precisamente los accidentes que ocurran a los
asegurados cuando realicen un viaje cuya época y duración se haya comunicado previamente a la aseguradora; puede
En definitiva, el seguro de viaje es un caso particular del seguro temporal, y dicho de otra forma, dentro de los seguros
temporales, el de viaje es el más importante y de contratación más frecuente.
No obstante, existen muchos seguros temporales que no son de viajes: por ejemplo el seguro personal contratado durante
un congreso o feria, el seguro de los participantes de una prueba deportiva, etc. Uno de los seguros más típicos dentro de
esta modalidad es el seguro de esquí que se puede llegar a contratar por un solo día.
Los seguros de viaje no incluyen el riesgo profesional o si por el contrario lo incluyen, es porque éste es inferior al riesgo
del viaje en sí.
Podemos estudiar la selección del seguro de accidentes en base los siguientes criterios básicos:
El riesgo subjetivo
− La profesión
− La salud
− La edad
A. EL RIESGO SUBJETIVO
Estas pólizas no son sencillas de formalizar finalmente. El tomador/asegurado debe justificar los motivos que le hacen
solicitar un seguro con un capital muy alto (más de 1 MM €). Entre la documentación que se les solicita están sus
declaraciones de la renta y una declaración de bienes. En estas operaciones siempre interviene el Reaseguro.
B. LA PROFESIÓN
La profesión es un criterio de selección importantísimo en el seguro de accidentes, sin duda el más decisivo.
Habitualmente están excluidas de origen las siguientes profesiones: trabajos con explosivos, artistas de circo, toreros,
buzos, criadores de reses bravas, mineros.., en definitiva, profesiones que están en contacto directo con el riesgo.
En este sentido, los cuerpos de seguridad del Estado (policía, ejercito, bomberos…) tienen grandes problemas para hacerse
pólizas de vida y/o accidentes de manera individual, teniendo éstas unas tarifas mucho más elevadas que para el resto de
profesiones. Otro colectivo con particularidades especiales son los deportistas profesionales pues su actividad profesional
está expuesta constantemente a posibles lesiones. En estos casos, las pólizas son especiales y con unas primas más altas
que para otro tipo de asegurado.
Aunque no tiene la importancia decisiva que tiene en el seguro de vida, la salud es un componente importante de la selección
en el ramo de accidentes, llegando incluso a solicitar informes médicos en casos dudosos o confusos.
− Compliquen el ajuste del siniestro ante la dificultad de discernir hasta dónde es enfermedad y hasta dónde es
accidente un caso concreto
D. LA EDAD
El riesgo de accidente aumenta con la edad debido, principalmente, a la pérdida de los reflejos y de la agilidad, y lo que es
más importante, a que una vez ocurrido el accidente el proceso de recuperación es mayor, aunque hay un factor que juega
de forma inversa, en el sentido de que a mayor edad corresponda mayor prudencia y menor exposición al riesgo.
Hay que hacer una consideración específica en torno a un tema concreto: la práctica de deportes.
Si el deporte se practica de forma profesional, se detectará cuando se pregunte en la solicitud por la profesión.
Si el deporte se practica como amateur, debemos citar en las condiciones generales aquellos que no cubren: si la práctica
de algún deporte amateur se puede cubrir mediante sobreprima, debemos de preguntar específicamente por esos deportes
en la solicitud de seguro.
Existen otros criterios de tarificación que usan muchas entidades, pero se trata de criterios adicionales al de la profesión,
que es el básico (son criterios tales como la práctica de determinados deportes o la conducción de motocicleta).
La profesión es el elemento diferenciador más importante, aún cuando su importancia real ha disminuido enormemente en
los últimos tiempos. Es decir, que el riesgo profesional es menos importante dentro del total del riesgo, lo cual no impide
que siga siendo la profesión el mejor criterio de tarificación.
Sin embargo, hoy en día, este aspecto de “la profesión” está perdiendo importancia en la tarificación y ello por dos razones:
− La mejora de la protección y prevención de los accidentes de trabajo, así como la mejora general de las condiciones
de trabajo.
− El incremento del riesgo extra profesional, centrado fundamentalmente en el riesgo de la circulación y la práctica de
deportes peligrosos.
Cada entidad agrupa las profesiones en función de su peligrosidad frente al riesgo de accidentes; estas agrupaciones
constituyen una clase de riesgo, siendo las profesiones de clase de riesgo número 1 las de menor riesgo; por ejemplo, los
administrativos.
Las entidades acostumbran a relacionar exhaustivamente las profesiones; esta relación se denomina “nomenclátor de
riesgos o de profesiones”.
Para determinar por el nomenclátor la clase de riesgo a la que pertenece un candidato al seguro, éste debe precisar
claramente la profesión y sus peculiaridades, ya que una misma profesión genérica puede dar lugar a diferentes clases de
riesgos.
Cuando una persona ejerce más de una profesión se toma la clase de riesgo más alta a efectos de tarificación.
• Documentos
− otros documentos que, interviniendo en el siniestro son de uso común para muchas otras cuestiones.
− Libro de Familia.
− Testamento
− Otros.
El otro tipo de documentos que hemos citado anteriormente son los propios del seguro de accidentes y deben conocerse
con detalle. Los más importantes son:
− El parte de alta: se trata de un documento que debe cumplimentar el médico que ha asistido al asegurado. Este
documento debe ir firmado por el médico que lo ha cumplimentado y con la conformidad del lesionado.
Se trata en definitiva de un finiquito sensiblemente igual al que existe para cualquier otro ramo de seguro.
− La declaración de accidente: este documento es de una importancia capital, ya que constituye la base sobre la que
se desarrolla el siniestro. En él se especifican las circunstancias del mismo y contiene la información necesaria para
iniciar la tramitación. Es un documento de doble cumplimentación, ya que existen preguntas y apartados a
cumplimentar por el asegurado y preguntas y apartados a cumplimentar por el médico que ha asistido al lesionado
en primera instancia.
− Número de póliza.
− Fecha del accidente, con el máximo detalle, es decir, especificando hora, día, mes y año.
− Lugar del accidente, especificando lo más exacta posible utilizando el máximo de referencias.
− Causas y circunstancias del accidente: este es uno de los puntos fundamentales del documento y debe dejarse
suficiente espacio para que la contestación sea lo más precisa y detallada posible.
− Especificación de las consecuencias que, por el momento, el accidente ha causado al asegurado. Se trata de la
versión de los daños desde el punto de vista del lesionado.
− En el caso de que el lesionado esté asegurado de accidentes en otra entidad, debe indicar el nombre de la entidad y
las garantías que tiene suscritas.
A continuación se detallan las cuestiones que debe cumplimentar el médico que haya asistido al asegurado.
− Fecha y hora en que atendió al lesionado por primera vez. Es importante la relación de esa fecha y la del accidente.
− Diagnóstico.
Dos amigos, uno pianista y el otro profesor de escuela, sufren un accidente de circulación en el que
ambos pierden un brazo. ¿Cuál de éstas situaciones se considera que tienen a partir de ahora?
A. Incapacidad Permanente
B. Invalidez Absoluta
C. Incapacidad Total
D. Invalidez Permanente
El matiz, aunque no lo parezca, es muy importante, porque dependiendo de qué opción consideres, tendrán derecho a
recibir un tipo de indemnización u otra.
La poca claridad en esa diferenciación vienen dada porque la propia Ley de Contrato de Seguro (LCS) no define ni
“Invalidez” ni “Incapacidad”; es más, apenas se limita a mencionar ambos conceptos en un par de ocasiones aisladas y lo
hace al referirse al Seguro de Accidentes cuando, en su art. 100, dice:
A la vista de esto, podemos entender que para los seguros no existe el concepto de incapacidad como tal, ya que no lo
menciona, sino que tan solo establece que un “accidente” lo que puede provocar es “invalidez”.
Sin embargo, la propia LCS establece un poco más tarde, en el artículo 104 que:
“La determinación del grado de invalidez que derive del accidente se efectuará después de la presentación del certificado
médico de incapacidad.”
Es decir, a efectos de las LCS, la INVALIDEZ es un término médico que se refiere a la pérdida funcional de algún miembro
y la INCAPACIDAD es la consecuencia que origina esa pérdida funcional de un miembro a efectos laborales.
− INCAPACIDAD = CONSECUENCIA DERIVADA DE DICHA PÉRDIDA (Quién pierde un brazo ya no puede ser
violinista, es decir, será incapaz)
Siempre en relación con las limitaciones para realizar una actividad laboral
La INCAPACIDAD está siempre relacionada con la posibilidad o no de realizar una ACTIVIDAD LABORAL O
PROFESIONAL.
De esta manera, se puede ser INVÁLIDO –por habérsele amputado algún miembro, pero NO necesariamente INCAPAZ.
Respondiendo al caso expuesto al inicio, si ambos –violinista y profesor- tuvieran un Seguro de Accidentes en vigor,
podemos ya afirmar que para el caso del profesor, éste tendrá derecho a indemnización por invalidez pero como podrá
seguir realizando perfectamente su actividad de profesor no será declarado incapaz y por tanto no cobraría indemnización
por incapacidad.
Ahora bien, para el caso del violinista es diferente, ya que éste también tendrá derecho a indemnización por invalidez pero
como en su caso no podrá seguir realizando su actividad de violinista sí será además declarado incapaz y por tanto sí
cobraría indemnización por incapacidad.
− La invalidez es una prestación asistencial que se concede a petición de la persona que estime que se encuentra
afectada por algún grado de minusvalía. Es algo que pueden realizar todo tipo de personas hayan cotizado a la
seguridad social o no (es decir hayan o no trabajado alguna vez y no tengan derecho a la otra prestación, la
incapacidad)
Como regla básica para los Seguros, hay que tener presente que SIEMPRE SE USARAN AMBOS TÉRMINOS EN
RELACIÓN CON LA CAPACIDAD DE PODER O NO DESEMPEÑAR ACTIVIDADES PROFESIONALES U OFICIO.
Y el objetivo de las distintas modalidades de seguros o de garantías adicionales en otros seguros que cubren tanto la
invalidez como la incapacidad se basa en LA PÉRDIDA DE INGRESOS DERIVADOS DE LA IMPOSIBILIDAD DE
REALIZAR UNA ACTIVIDAD PROFESIONAL.
Ya tenemos claro que la incapacidad significa que el trabajador no puede desempeñar su oficio habitual. Y, por lo general,
el término invalidez –en seguros- hace referencia a que no puedes desarrollar ninguna actividad profesional, sea del tipo
que sea.
Por ejemplo, si tu oficio es electricista y te quedas paralítico, no podrías desarrollar tu trabajo con normalidad y te
darían la incapacidad permanente.
Sin embargo, si pudieras dar clases de electricidad sentado en una silla de ruedas, esto no sería obstáculo para que
percibieras tu pensión por incapacidad (De la Seguridad Social) para ser electricista, pero tendrías que cotizar por la
actividad de ser maestro.
Dependiendo de la duración, recibirá la calificación de TEMPORAL (PROVISIONAL) cuando sea reversible mediante
rehabilitación o PERMANENTE cuando es irreversible. De ser una u otra, tendrá un tipo u otro de indemnización
(prestación).
En el caso del violinista y del profesor, por tanto, ambos tendrán INVALIDEZ PERMANENTE, puesto que la pérdida de un
brazo es irrecuperable. Además, en el caso del violinista, su INCAPACIDAD será también PERMANENTE.
En Seguros, utilizamos indistintamente “invalidez temporal” o “incapacidad temporal” para referirnos a toda lesión que
imposibilita transitoriamente al asegurado para el desempeño de su profesión habitual, es decir, es reversible. (Lo acertado
es que “invalidez” es la situación médica del paciente e “incapacidad” la consecuencia que le origina respecto a su trabajo)
En cuanto al Seguro, la Incapacidad temporal se tiene en cuenta principalmente para Seguros de Indemnización diaria,
estos son los conocidos como Seguros de IT (Incapacidad temporal) que garantizan al asegurado una cantidad diaria por
Esa cantidad diaria, debe estar acorde con los ingresos que deje de percibir el asegurado al no poder ejercer su profesión
o, en su caso, con los que deba satisfacer a otra persona para que le supla en su trabajo.
Esta garantía no puede representar lucro para el asegurado, por ello, es normal fijar una franquicia cifrada en días, de forma
que los primeros días, por ejemplo siete, no se indemnizan, y es a partir del, en este caso, octavo día cuando empieza la
indemnización diaria.
Esta modalidad de seguro es muy extendida entre profesionales liberales, empresarios y autónomos.
Es la situación del trabajador que presenta reducciones anatómicas o funcionales previsiblemente definitivas que
disminuyan o anulen su capacidad laboral, es decir, es irreversible.
No impedirá tal calificación la posibilidad de recuperación de la capacidad laboral del incapacitado, si dicha posibilidad se
estima médicamente como incierta o a largo plazo.
Este es un matiz muy importante. Dando un paso más, la INCAPACIDAD O INVALIDEZ PERMANENTE puede presentar
a su vez los siguientes grados:
• “Parcial”
Es aquella situación que incapacita para ejercer algunas tareas propias de la profesión habitual pero no todas las diferentes
tareas propias de nuestra actividad u oficio.
Por ejemplo: Un periodista que tras sufrir una accidente o una enfermedad se quede sordo. Ya no podrá ir a cubrir
determinadas acciones que antes sí hacía (ruedas de prensa, hacer entrevistas…), pero ser sordo no le impide seguir
desarrollando artículos, columnas, noticias…, es decir tendrá INCAPACIDAD PARCIAL PERMANENTE.
• “Total”
Es aquella situación que incapacita para ejercer la profesión habitual pero no para trabajar en una ocupación distinta.
Por ejemplo: El caso del violinista anterior. Sin un brazo ya no podrá tocar el violín pero sí podrá desempeñar otras muchas
actividades profesionales u oficios, como ser profesor o periodista… Es decir tendrá INCAPACIDAD TOTAL
PERMANENTE.
Es aquella situación que incapacita para ejercer cualquier tipo de profesión, oficio o actividad y, por tanto, no se puede
continuar trabajando.
Por ejemplo: Un obrero que sufre un accidente al caerse de un andamio y sufre una parálisis/tetraplejia general. En su caso,
tendrá INCAPACIDAD ABSOLUTA PERMANENTE.
También veremos a veces que en las pólizas se hace referencia al término “Gran Invalidez”.
Es la situación del trabajador afecto de IP y que debido a consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales necesite la
asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse, desplazarse, comer o análogos.
Es decir, a efectos de los Seguros de Accidentes, la “Gran Invalidez” es la situación de Dependencia cuando se llega a ella
causa de un accidente.
Aunque los utilicemos indistintamente, como ya hemos señalado realmente son bien diferentes y por ello, la declaración de
invalidez permanente corresponde concederla a las Direcciones Provinciales del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad
Social), a través de los Equipos de Valoración de Incapacidades.
Sin embargo, y como hemos visto anteriormente, la incapacidad sólo la puede determinar un facultativo médico mediante
certificación.
A efectos de la LCS, la situación de “incapacidad” la debe declarar siempre un médico. En ningún caso las determinará una
compañía de seguros.
En cuanto a las prestaciones de los seguros también es importante el matiz, ya que cada uno de los grados en que se
clasifica la incapacidad o la invalidez dará derecho, en su caso, a la correspondiente prestación económica por incapacidad
permanente, según sea la cobertura de la póliza.
La invalidez puede sobrevenir a consecuencia de enfermedad o accidente, y sólo será devengable la indemnización cuando
dicha invalidez tenga una duración superior a seis meses.
NOTA: Incapacidad e invalidez, ambas son contingencias propias cubiertas por los Planes de pensiones y los PPA. En el
Seguro de Enfermedad también se garantiza una indemnización por invalidez permanente. Podrá incluirse en la póliza de
enfermedad el riesgo de invalidez total y permanente, cuya garantía tiene por objeto otorgar al asegurado una indemnización
única en el caso de que quede inválido total y permanente para todo tipo de trabajo.
• El Baremo de cuantías de las indemnizaciones por muerte, lesiones permanentes e incapacidad temporal por
accidentes de circulación.
El texto refundido de la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor, aprobado por el
Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre, establece que anualmente, con efectos de primero de enero de cada
año, deberán actualizarse las cuantías indemnizatorias que se recogen en el sistema para la valoración de los daños y
perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación y, en su defecto, quedarán automáticamente actualizadas
en el porcentaje del índice general de precios al consumo correspondiente al año natural inmediatamente anterior.
Así, cada año la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones publica mediante una Resolución el Baremo de
accidentes aplicable a ese año y por el que se regula las indemnizaciones que tendrán que satisfacer las aseguradoras a
las víctimas de accidentes de tráfico y accidentes laborales en ese año.
Para ser más exactos, el Baremo se aplicará a todos los lesionados en accidentes cuyas lesiones se curen o estabilicen en
el año en curso. Es decir un lesionado en accidente de tráfico el año anterior y que está de todavía en este año, cobrará la
indemnización conforme al baremo que se publique en este año (no respecto al del año en que tuvo el accidente) ya que
se considera que sus lesiones se curarán en este año en curso.
Como ejemplo, el Baremo de accidentes de 2012 supuso un incremento del 2.4% conforme al baremo 2011. Este baremo
marca unas cantidades por cada día de curación y establece una cantidad por cada punto de secuela que varía en función
de la edad del lesionado.
Lo más importante para la correcta valoración de una indemnización no es solo la aplicación del baremo sino la correcta
valoración de los días de incapacidad temporal y de los distintos conceptos que puedan englobarse bajo la incapacidad
permanente (daños funcionales, psicológicos, perjuicio estético).
En España, una vez transpuestas las sucesivas directivas comunitarias que pretenden armonizar la responsabilidad civil
derivada de los accidentes de tráfico y que establecen los límites cuantitativos que debe cubrir el seguro obligatorio, nos
seguimos encontrando con una enorme disparidad en las cuantías indemnizatorias al compararlas con otros países
miembros de la Unión Europea, siendo evidente que nuestro país se sitúa detrás de los países europeos más avanzados
en esta materia.
Así que no cabe duda de que se hacía necesario reformar el Baremo para que cumpla su función de una forma efectiva,
buscando un justo resarcimiento de los perjuicios sufridos por las víctimas y sus familias como consecuencia de un siniestro
Hay que resaltar que de los riesgos generados por la actividad humana, el específico de la conducción aparece como uno
de los más cercanos, de los más habituales, con el que todos coexistimos, ya sea generándolo o sufriendo sus
consecuencias en forma de daños. Por su frecuencia, se trata de un riesgo que tiene un enorme impacto en la realidad
social y económica de un país.
De ahí la trascendencia de una interpretación uniforme de las reglas del sistema, que dote de certidumbre al perjudicado y
a las entidades aseguradoras respecto de la viabilidad de sus respectivas pretensiones, garantizando una respuesta
igualitaria ante situaciones idénticas, y que contribuya decisivamente a la rápida solución extrajudicial de los conflictos y, en
suma, al equilibrio de recursos y a la dinamización de la actividad económica.
El nuevo Baremo –aprobado en Septiembre de 2015- se inspira y respeta el principio básico de la indemnización del
daño corporal; su finalidad es la de lograr la total indemnidad de los daños y perjuicios padecidos para situar a la víctima
en una posición lo más parecida posible a la que tendría de no haberse producido el accidente.
Para ello, también se identifican nuevos perjudicados y nuevos conceptos resarcitorios que no están recogidos en el
Baremo vigente. Se sistematizan y dotan de sustantividad propia las indemnizaciones por daño patrimonial (daño
emergente y lucro cesante) que el actual Baremo prevé de un modo significativamente simplista e insuficiente. Y se
pone al día, mediante su aumento, el conjunto de indemnizaciones, destacando en particular las que corresponden a
los casos de fallecimiento –y, en especial, la de los hijos de víctimas fallecidas– y de grandes lesionados.
La reforma supone, finalmente, una mejora manifiesta del sistema vigente, tanto desde la perspectiva de su consistencia
jurídica y de su estructura como, en general, de las cuantías indemnizatorias que incorpora; supone también un
apreciable progreso en el tratamiento resarcitorio de los perjudicados por los accidentes de tráfico y, en los términos en
que se formula, mejora sustancialmente el sistema legal vigente, por lo que puede sustituirlo de un modo más justo y
cabal.
Uno de los aspectos más importantes de la reforma es, sin lugar a dudas, el tratamiento de los daños patrimoniales,
como tercer eje del sistema totalmente separado de los daños extrapatrimoniales. Este tratamiento clarifica y regula con
detalle las partidas resarcitorias en concepto de gastos y racionaliza el método de cálculo del lucro cesante.
En los supuestos de muerte se distingue entre un «perjuicio patrimonial básico», referido a gastos generales, que
serán aquellos «gastos razonables que cause el fallecimiento, como el desplazamiento, la manutención, el alojamiento
y otros análogos», con una cantidad mínima de 400 euros, y unos gastos específicos, que incluyen los de traslado del
fallecido, repatriación, entierro y funeral.
En los supuestos de secuelas se establece que son resarcibles los gastos previsibles de asistencia sanitaria futura, que
se abonan directamente a los servicios públicos de salud.
Se resarcen directamente al perjudicado los de prótesis y órtesis, que ahora también incluyen los gastos
correspondientes a las reposiciones necesarias; los de rehabilitación domiciliaria y ambulatoria; los relacionados con la
pérdida de autonomía personal, tales como los necesarios para ayudas técnicas o productos de apoyo, para la
También se resarcen al perjudicado los gastos de ayuda de tercera persona, que se miden en función del número de
horas de asistencia necesaria y que son objeto de una detallada regulación.
Finalmente, en relación con las lesiones temporales, se distingue entre «gastos de asistencia sanitaria» y otros «gastos
diversos resarcibles», que se refieren a todos aquellos gastos necesarios y razonables que genere la lesión en el
desarrollo de las actividades esenciales de la vida ordinaria del lesionado y entre los que se destacan, a título de ejemplo,
«el incremento de los costes de movilidad del lesionado, los desplazamientos de familiares para atenderle cuando su
condición médica o situación personal lo requiera y, en general, los gastos necesarios para que queden atendidos el
lesionado o los familiares menores o especialmente vulnerables de los que se ocupaba».
Respecto al lucro cesante, se supera el sistema actual del factor de corrección por perjuicios económicos, que
compensa sistemáticamente unos pretendidos perjuicios económicos, se hayan producido o no y, en caso de que se
hayan producido, utiliza el criterio de aplicar un cierto porcentaje sobre el perjuicio personal básico.
La reforma establece un modelo actuarial que parte de dos factores, el multiplicando y el multiplicador, cuyo producto
determinará la indemnización correspondiente.
b) El multiplicador es un coeficiente que se obtiene para cada perjudicado y que resulta de combinar diversos factores,
como la duración del perjuicio, el riesgo de fallecimiento del perjudicado, la tasa de interés de descuento o la
deducción de las pensiones públicas.
En el ámbito de los perjuicios extrapatrimoniales, tal vez la mayor novedad se encuentra en la reestructuración del
perjuicio personal básico en las indemnizaciones por causa de muerte y de su relación con los perjuicios particulares,
que ahora se amplían. Así, a diferencia del sistema actual, que configura los perjudicados en grupos excluyentes, la
reforma configura los perjudicados en cinco categorías autónomas y considera que sufren siempre un perjuicio resarcible
y de la misma cuantía con independencia de que concurran o no con otras categorías de perjudicados.
Además, la condición de perjudicado tabular se completa con la noción de perjudicado funcional o por analogía, que
incluye a aquellas personas que de hecho y de forma continuada, ejercen las funciones que por incumplimiento o
inexistencia no ejerce la persona perteneciente a una categoría concreta o que asumen su posición. El alcance de la
condición de perjudicado tabular se restringe al establecerse que puede dejar de serlo cuando concurran
Este sistema uniforme, en el que cada perjudicado obtiene de modo autónomo la indemnización correspondiente a su
categoría, se particulariza mediante el reconocimiento de un conjunto de «perjuicios particulares», en especial los de
«perjudicado único» o de «víctima única», que se refieren a la situación personal del perjudicado o a la especial
repercusión que en él tiene la situación de la víctima.
Se estima el aumento medio de las indemnizaciones en un 16,2%. Teniendo en cuenta que las aseguradoras pagan
unos 2.500 millones anuales por este concepto, el nuevo sistema previsiblemente elevará este importe en 405 millones
más, debido especialmente a la revisión al alza de las cuantías que perciben los lesionados graves.
El criterio de actualización anual del sistema indemnizatorio se establece en relación al índice de revalorización de las
pensiones por ser el que más se aproxima a sus principios y características. (Este ha sido uno de los aspectos más
polémicos, ya que diferentes grupos de la oposición, incluyeron entre las cerca de trescientas enmiendas propuestas en
el trámite parlamentario, que el índice debería ser el del incremento del IPC.)
Por último, la ley establece la creación de una Comisión de Seguimiento de la que formarán parte, de forma paritaria,
las asociaciones de víctimas y las entidades aseguradoras con el objeto de analizar su puesta en marcha, sus
repercusiones jurídicas y económicas y el sistema de actualización, pudiendo hacer sugerencias y promover
modificaciones al mismo para la mejora del sistema.
o Fallecimiento: consigue una mejora de la percepción de las indemnizaciones mediante su individualización, teniendo
en cuenta las nuevas estructuras familiares.
o Secuelas o lesiones permanentes: refuerza especialmente la reparación del gran lesionado que quede con
discapacidades que requieran de apoyos intensos para su autonomía personal.
o Lesiones temporales: la norma distingue entre gastos de asistencia sanitaria y otros gastos diversos resarcibles.
o Tratamiento de los daños patrimoniales: la nueva norma clarifica y regula con detalle las medidas de resarcimiento
en concepto de gastos. Se racionaliza el método de cálculo del lucro cesante (pérdida de ganancia por parte de la
víctima).
El seguro de enfermedad está concebido para prevenir las consecuencias que para el asegurado pueden derivarse de
hechos fortuitos y previsibles que le ocurran relacionados con su estado de salud.
La enfermedad lleva normalmente aparejada la pérdida o disminución de ingresos durante el tiempo en que la misma retiene
al asegurado alejado de sus ocupaciones habituales y se produce de ordinario un incremento en los gastos por el costo que
origina la atención al enfermo.
Incidimos en el hecho relevante de que este seguro aporta en todos los casos una compensación económica y nunca la
prestación de un servicio asistencial.
La Ley 50/1980 de 8 de Octubre de Contrato de Seguro destina un artículo a la normativa específica del seguro de
enfermedad: el 105.
"Cuando el riesgo asegurado sea la enfermedad, el asegurador podrá obligarse, dentro de los límites de la póliza, en caso
de siniestro, al pago de ciertas sumas... "
En ningún caso los riesgos y costes relacionados con el embarazo y el parto podrán suponer diferencias en primas ni en
prestaciones.
Las diversas situaciones que la pérdida de salud puede crear al asegurado han sido sistematizadas en una serie de grupos
que pueden garantizarse por la póliza, y que son los siguientes:
Se entiende por subsidio de enfermedad o Incapacidad Temporal (IT), el importe diario que el asegurado percibirá durante
el tiempo que la enfermedad o accidente no profesional que haya sufrido le obligue a permanecer apartado de sus
ocupaciones habituales.
Para que esta cobertura pueda tener efecto será requisito necesario que el asegurado no pueda desempeñarse en su
trabajo por motivos de enfermedad.
La indemnización de esta cobertura se realizará al finalizar el periodo de hospitalización y cuando al asegurado se le permita
incorporarse nuevamente a su trabajo.
La indemnización de este seguro suele ser de un máximo de un año. En esa medida, si el asegurado sufriera más de una
internación posteriormente por consecuencias acarreadas por una enfermedad, se hará la suma de días entre ambos
periodos de internación, con un máximo de días no superior a un año. No obstante, esta garantía se desglosa en cuatro
períodos:
1. El primer período comprende un plazo máximo de 30 días, en los que el asegurador cubre al asegurado en las
Condiciones Particulares de la póliza, tanto en las enfermedades de medicina como en las quirúrgicas y también
en las convalecencias de ambas.
3. El tercer período comprende un plazo de 275 días más, con lo que en caso de persistir la enfermedad el
asegurado puede seguir percibiendo el subsidio diario hasta un año como máximo.
4. El cuarto período tiene por objeto garantizar la prestación del subsidio durante 365 días más, con lo que en el
caso de persistir la enfermedad el asegurado puede seguir percibiendo el subsidio diario hasta completar los
dos años como máximo.
El periodo de duración de estos tipos de pólizas suele ser anual y renovarse de forma tácita hasta los 65 años, salvo
disposición contraria de alguna de las partes No obstante, el máximo contractual de esta garantía en razón al tiempo puede
llegar a ser de dos años.
Esta garantía se otorga conjuntamente con la cobertura del subsidio por enfermedad para el primer período, y tiene por
objeto conceder una única prestación económica.
La contratación de esta garantía otorga al asegurado el derecho a seguir percibiendo subsidio una vez agotado el período
de convalecencia reglamentaria que hemos definido anteriormente para los casos en que esté sometido a un tratamiento
de recuperación física o reposo relativo que le impida el trabajo o sus ocupaciones habituales.
La duración máxima del devengo de subsidios por esta garantía suele establecerse en ciento ochenta días, con
independencia de que se hayan agotado o no los plazos máximos de subsidio contratados en las garantías anteriores y sólo
podrá ser de aplicación en aquellas dolencias cuyo período agudo no haya sido de treinta días como mínimo.
Podrá incluirse en la póliza de enfermedad el riesgo de Invalidez Total y Permanente, cuya garantía tiene por objeto otorgar
al asegurado una indemnización única en el caso de que quede inválido total y permanente para todo tipo de trabajo. La
invalidez puede sobrevenir a consecuencia de enfermedad o accidente, y sólo será devengable la indemnización cuando
dicha invalidez tenga una duración superior a seis meses.
Esta garantía otorga a los beneficiarios consignados en la póliza una indemnización única convenida para el caso de
fallecimiento del asegurado.
Todas las garantías antes citadas están sujetas a determinados plazos de carencia, condición imprescindible por cuanto no
se practica examen médico alguno al contratar el seguro.
De no existir esta medida de selección de riesgo, la contratación de este seguro resultaría antieconómico para el asegurador
por la cantidad de personas enfermas que se podrían asegurar para beneficiarse de inmediato de las prestaciones que se
otorgan y, por consiguiente, se produciría una anti selección del riesgo al haberse calculado las primas para una muestra
normal y no agravada de la población.
Se encuentran incluidos en el ámbito del seguro de enfermedad todas las enfermedades de medicina o cirugía que obliguen
al asegurado a guardar reposo absoluto, recibir asistencia facultativa y, por consiguiente, no dedicarse a sus ocupaciones
profesionales, habituales o domésticas.
Igualmente se entienden garantizados los accidentes cuando éstos se produzcan de forma casual, fortuita y extra
profesional, es decir, que no hayan sido ocasionados en el desarrollo de un trabajo profesional por cuenta propia o ajena.
− Las enfermedades, lesiones o defectos constitucionales y físicos de origen anterior a la fecha de contratación de la
póliza.
− Las enfermedades o lesiones originadas o producidas por embriaguez, toxicomanía y el intento de suicidio.
El seguro de Asistencia Sanitaria proporciona al asegurado la prestación de unos servicios médico-quirúrgicos en los casos
de enfermedad o lesiones comprendidas en las especialidades y modalidades que figuran en la descripción que de dichos
servicios se hace en la póliza.
Cabe señalar como hecho relevante que éste es un seguro asistencial y, por lo tanto, en ningún caso pueden concederse
indemnizaciones económicas optativas para sustituir la prestación de los servicios de asistencia sanitaria propiamente
dichos.
La Ley 50/1980 de 8 de Octubre de Contrato de Seguro destina un artículo a la normativa específica del Seguro de
Asistencia Sanitaria, el mismo que para el Seguro de Enfermedad: el 105
"Cuando el riesgo asegurado sea la enfermedad, el asegurador podrá obligarse, dentro de los límites de la póliza, en caso
de siniestro, al pago de ciertas sumas y de los gastos de asistencia médica y farmacéutica. "
Los servicios prestados por el seguro de Asistencia Sanitaria pueden catalogarse dentro de los tres grupos siguientes:
- Servicios completos
- Servicios limitados
- Servicios restringidos
6.4.3. CARENCIAS
Todas las prestaciones que en virtud de la póliza asume el asegurador son otorgadas desde la fecha de efecto del seguro,
es decir, que en el seguro de Asistencia Sanitaria no se aplica de ordinario plazos de carencia.
En consecuencia, el asegurado puede ir a la consulta médica desde el momento en que firme su póliza y abone el primer
recibo de la prima.
Se exceptúan del anterior principio general las intervenciones quirúrgicas de cualquier clase que exijan la hospitalización y
los servicios de radioterapia, radiumterapia, cobaltoterapia e isótopos radioactivos, a los cuales no tendrá derecho el
asegurado hasta que haya transcurrido un período de carencia que normalmente se fija en 6 meses.
6.4.4. TARIFICACIÓN
Las primas se establecen en función a los servicios que se otorgan por el asegurador y las que contrata el tomador, según
se trate de servicios completos, limitados o restringidos.
En los Seguros de Asistencia Sanitaria, también conocidos coloquialmente como “Seguros Médicos”, hay una serie de
conceptos que hay que tener presentes y claros. Los más destacados son:
• Periodo de Carencia
Tiempo comprendido entre la fecha de efecto de la póliza y el momento en que entran en vigor ciertas coberturas. Es muy
habitual en seguros de salud; p. ej., en el caso de intervenciones quirúrgicas, se establece un período de carencia a partir
del cual están cubiertos los gastos médicos derivados de la intervención.
• Preexistencia
Es la patología o enfermedad que tiene el asegurado antes de la contratación de la póliza de asistencia sanitaria o de
enfermedad. Algunas preexistencias se aceptan en nuevas pólizas – normalmente con a sobreprima-, pero otras son causa
de rechazo de nueva póliza.
En los seguros de colectivos o grupos se aceptan de antemano una serie de preexistencias muy amplias.
• Cuadro Médico
Determina la modalidad de seguro de asistencia sanitaria que posibilita al asegurado la asistencia sanitaria gratuita en
cualquiera de los centros médicos, hospitales y por cualquier facultativo que esté incluido dentro del cuadro médico de la
Compañía.
• Reembolso
A diferencia de la modalidad de Cuadro Médico, la modalidad de Reembolso posibilita al asegurado a acudir a cualquier
facultativo, especialista o centro hospitalario privado que desee –al suyo de siempre, por ejemplo- haciendo frente la
aseguradora a una parte –normalmente un %- de los gastos que origine el servicio de esa asistencia sanitaria.
El funcionamiento consiste en que es el asegurado quién abona directamente los gastos al centro o al facultativo
directamente y posteriormente solicita con la factura y justificante correspondiente, a la aseguradora “el reembolso” de dicho
gasto en los términos pactados en la póliza.
• Copago
El copago es una modalidad que se está imponiendo últimamente y consiste en que el asegurado hace frente a una pequeña
cantidad de dinero por “pase de tarjeta” o “por atención en consulta” cada vez que éste acude a la consulta de un
especialista o bien a urgencias.
Las aseguradoras consiguen con esta medida evitar el consumo innecesario de servicios de asistencia sanitaria por parte
de los asegurados y reducen así la siniestralidad de las pólizas y, sobre todo, los gastos.
• Fiscalidad
Un rasgo muy característico de este tipo de seguros es que se contrata en muchos casos a nivel colectivo por las empresas
para sus empleados. Esta modalidad tiene un particular tratamiento fiscal.
En concreto y en lo que se refiere a la contratación por parte de la empresa de seguros de salud a favor de sus empleados
y familiares directos -cónyuge y/o descendientes-, la legislación considera que dichas prestaciones no tienen la
consideración de retribución en especie a efectos fiscales, siempre que se cumplan los requisitos exigidos
reglamentariamente.
“Tendrán la consideración de gasto deducible para la determinación del rendimiento neto en estimación
directa, las primas de seguro de enfermedad satisfechas por el contribuyente en la parte correspondiente a
su propia cobertura y a la de su cónyuge e hijos menores de veinticinco años que convivan con él. El límite
máximo de deducción será de 500 euros por cada una de las personas señaladas anteriormente.”
c) Las primas o cuotas satisfechas a entidades aseguradoras para la cobertura de enfermedad, cuando se
cumplan los siguientes requisitos y límites:
1.º Que la cobertura de enfermedad alcance al propio trabajador, pudiendo también alcanzar a su cónyuge
y descendientes.
2.º Que las primas o cuotas satisfechas no excedan de 500 euros anuales por cada una de las personas
señaladas en el párrafo anterior.
Lo que busca el legislador con esta norma es fomentar e incentivar la contratación de seguros colectivos a través de la
empresa, fortaleciendo el concepto de beneficio social para el empleado, al tiempo de mantener las primas abonadas en
concepto de seguro médico para los propios empleados en el Impuesto de Sociedades.
En Ingles las siglas "IBIP" significan "Insurance-based Investment Products" es decir, "Productos de Inversión basados en
Seguros".
“Son los productos de seguro que ofrece un valor de vencimiento o de rescate expuesto total o parcialmente, y directa o
indirectamente, a las fluctuaciones del mercado”. Es decir, son los productos cuyo valor final o rescate tiene al menos una
parte variable y, por tanto, no se puede determinar al contratar el seguro.
Además, al margen de las obligaciones genéricas de información al cliente que regula la futura Ley de Distribución de
Seguros, viene a establecer una serie de requisitos adicionales y muy especiales en relación con la distribución de los
IBIPS's o Productos de Inversión basados en Seguros, buscando evitar o, en su caso, prevenir, potenciales conflictos de
intereses.
Inicialmente no había una opinión común entre los grupos de trabajo de expertos que desarrollaron la nueva legislación qué
tipo de seguros eran los que había que calificar como “productos de inversión basados en seguros”.
Así, en los primeros borradores de la nueva normativa, solo incluían, en lo que respecta a los seguros de Vida, a los seguros
en los que el tomador asume el riesgo de la inversión (Unit Linked) como productos sustitutivos de las IIC o fondos de
inversión.
Inicialmente se pensó que solo se debían incluir en lo que respecta a los seguros de Vida, a los seguros en los que el
tomador asume el riesgo de la inversión (Unit Linked) como productos sustitutivos de las IIC o fondos de inversión. Incluso,
al inicio, en los borradores llegaron a considerarse los productos de pensiones, como los planes de pensiones, PPA, etc,
como productos a integrar en esta nueva categoría.
Pero, finalmente, los productos de pensiones se dejaron fuera y se extendió el concepto de IBIPS o Productos de Inversión
basados en Seguros a:
- Los seguros en los que el tomador asume el riesgo de la inversión (Unit Linked) como productos sustitutivos de las
IIC o fondos de inversión
- Los seguros de vida con garantía de tipo de interés a vencimiento (pero con valor de rescate a valor de mercado de
los activos asignados)
Por el lado contrario, finalmente, quedan fuera del concepto de “Producto de Inversión basados en Seguros” los siguientes:
- Los productos de seguro distintos del seguro de vida, según lo dispuesto en el anexo de la Ley 20/2015, de 14 de
julio (SEGUROS NO VIDA).1
1
Los tipos de seguro recogidos en el anexo de la Ley 20/2015, de 14 de julio como SEGUROS NO VIDA son los siguientes:
1. Accidentes.
2. Enfermedad (comprendida la asistencia sanitaria y la dependencia).
3. Vehículos terrestres (no ferroviarios).
4. Vehículos ferroviarios.
5. Vehículos aéreos.
6. Vehículos marítimos, lacustres y fluviales.
7. Mercancías transportadas (comprendidos los equipajes y demás bienes transportados).
8. Incendio y elementos naturales.
9. Otros daños a los bienes.
10. Responsabilidad civil en vehículos terrestres automóviles (comprendida la responsabilidad del transportista).
11. Responsabilidad civil en vehículos aéreos (comprendida la responsabilidad del transportista).
12. Responsabilidad civil en vehículos marítimos, lacustres y fluviales (comprendida la responsabilidad del transportista).
13. Responsabilidad civil en general. Comprende toda responsabilidad distinta de las mencionadas en los ramos 10, 11 y 12.
- Productos de pensiones destinados a la jubilación (PPI, PPA, PLANES DE PPSE o PENSIONES DE EMPRESA).
Al margen de las obligaciones genéricas de información, se establecen una serie de requisitos adicionales en relación con
la distribución de productos de inversión basados en seguros, buscando evitar o, en su caso, prevenir, potenciales conflictos
de intereses.
14. Crédito.
15. Caución (directa e indirecta).
16. Pérdidas pecuniarias diversas.
17. Defensa jurídica.
18.Asistencia.
19. Decesos.
Así, la nueva Ley de Distribución de Seguros (En adelante LDS) regula por primera vez este tipo de productos y determina
que las entidades aseguradoras y los mediadores de seguros ofrecerán a los clientes de productos de inversión basados
en seguros, orientaciones y advertencias sobre los riesgos conexos a dichos productos o a determinadas estrategias de
inversión propuestas; información sobre todos los costes y gastos asociados y, en su caso, un análisis de idoneidad,
garantizando de esta forma la adecuación del producto de seguro al cliente, de tal manera que el producto se ajuste, entre
otros aspectos, a su nivel de tolerancia al riesgo y a su capacidad para soportar pérdidas.
Asimismo, y en relación con los productos de inversión basados en seguros, la nueva LDS también viene a establecer un
régimen reforzado de protección al usuario de seguros privados, estableciendo requisitos adicionales de información a
suministrar al cliente por contrato de seguro, así como adaptando las sanciones a lo dispuesto en la Directiva 2016/97/UE.
Y es que, precisamente las obligaciones de información en la distribución de productos de inversión basados en seguros
(IBIP), son uno de los principales motivos que han dado lugar a la elaboración de una nueva ley que sustituyera a la Ley
26/2006, de 17 de julio en vez de modificarla.
Con carácter general se facilitará a los clientes, con el tiempo suficiente antes de celebrarse un contrato, información
adecuada sobre los productos de inversión basados en seguros objeto de distribución, así como sobre los costes y gastos
asociados.
Esta información se facilitará de forma comprensible, de tal modo que los clientes puedan comprender razonablemente la
naturaleza y los riesgos del producto de inversión basado en seguros ofrecido y, por tanto, adoptar decisiones de inversión
fundadas.
Tal y como recoge el Articulo 54 de la LDS, dicha información incluirá, como mínimo, lo siguiente:
2. Orientaciones y advertencias sobre los riesgos conexos a los productos de inversión basados en seguros o a
determinadas estrategias de inversión propuestas.
La información sobre todos los costes y gastos deberá incluir, también, los relacionados con la distribución del producto de
inversión basado en seguros, que no sean causados por la existencia de un riesgo de mercado subyacente, estará agregada
de forma que el cliente pueda comprender el coste total, así como el efecto acumulativo sobre el rendimiento de la inversión,
facilitándose, a solicitud del cliente, un desglose de los costes y gastos por conceptos.
Cuando se informe al cliente que el asesoramiento en los productos de inversión basados en seguros en los que
el tomador asuma el riesgo de la inversión, se ofrece de forma independiente basado en un análisis objetivo y personalizado,
los mediadores de seguros (Corredores de Seguros) no aceptarán ni retendrán honorarios, comisiones u otros beneficios
monetarios o no monetarios abonados o proporcionados por un tercero o por una persona que actúe por cuenta de un
tercero en relación con la distribución de este tipo de productos.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 47.1.j), k), y 3, sólo se considerará que las entidades aseguradoras o los
mediadores de seguros cumplen las obligaciones que les incumben de conformidad con el artículo 46.1, o con el artículo
53 en los casos en que abonen o cobren honorarios o comisiones, o proporcionen o reciban cualquier beneficio no monetario
en relación con la distribución de productos de inversión basados en seguros o un servicio auxiliar a cualquiera o de
cualquiera, excepto el cliente o la persona que actúe en nombre de este, cuando el pago o beneficio:
b) Y no perjudique el cumplimiento de la obligación del mediador de seguros o la entidad aseguradora de actuar con
honestidad, imparcialidad y profesionalidad, en el mejor interés de sus clientes.
¿Cómo hay que trasladar la información a los clientes de IBIP's? (Art. 57)
La transmisión de información en el caso de productos de inversión basados en seguros se regirá por lo siguiente:
a) El mediador de seguros o la entidad aseguradora facilitará al cliente, en un soporte duradero, los oportunos informes
sobre el servicio que prestan. Dichos informes incluirán comunicaciones periódicas a los clientes, atendiendo a la clase y a
la complejidad de los productos de inversión basados en seguros de que se trate y a la naturaleza del servicio prestado al
cliente, e indicarán, en su caso, los costes de las operaciones y los servicios realizados por cuenta del cliente.
b) Cuando el mediador de seguros o la entidad aseguradora proporcionen asesoramiento, facilitarán al cliente, antes de la
celebración del contrato, una declaración sobre la idoneidad en un soporte duradero en la que se especifique el
asesoramiento proporcionado y la manera en que éste se adapta a las preferencias, los objetivos y otras características del
cliente, siendo de aplicación las condiciones establecidas en los apartados 1 a 4 del artículo 56.
Cuando el contrato se celebre utilizando un medio de comunicación a distancia que impida la entrega por anticipado de la
declaración de idoneidad, el mediador de seguros o la entidad aseguradora podrán proporcionar la declaración de idoneidad
en un soporte duradero inmediatamente después de que el cliente esté vinculado por un contrato, siempre y cuando se
cumplan las dos condiciones siguientes:
1.º el cliente ha consentido en recibir la declaración de idoneidad sin demora indebida tras la conclusión del contrato,
2.º el mediador de seguros o la entidad aseguradora ha dado al cliente la opción de demorar la celebración del contrato a
fin de recibir previamente la declaración de idoneidad. Cuando el mediador de seguros o la entidad aseguradora hayan
informado al cliente de que efectuarán una evaluación periódica de idoneidad, el informe periódico deberá contener un
estado actualizado de cómo el producto de inversión basado en seguros se ajusta a las preferencias, objetivos y otras
características del cliente.
Esto puede ocurrir en bastantes ocasiones. En ese caso, el mediador de seguros o la entidad aseguradora deberán advertir
de ello al cliente.
Dicha advertencia podrá realizarse en un formato normalizado.
(Art. 57 A y B) El mediador de seguros o la entidad aseguradora facilitará al cliente, en un soporte duradero, los oportunos
informes sobre el servicio que prestan.
Dichos informes incluirán comunicaciones periódicas a los clientes, atendiendo a la clase y a la complejidad de los productos
de inversión basados en seguros de que se trate y a la naturaleza del servicio prestado al cliente, e indicarán, en su caso,
los costes de las operaciones y los servicios realizados por cuenta del cliente.
Cuando el mediador de seguros o la entidad aseguradora hayan informado al cliente de que efectuarán una evaluación
periódica de idoneidad, el informe periódico deberá contener un estado actualizado de cómo el producto de inversión basado
en seguros se ajusta a las preferencias, objetivos y otras características del cliente.
Un conflicto de interés es aquella situación en la que el juicio del individuo -concerniente a su interés primario- y la integridad
de una acción tienden a estar indebidamente influidos por un interés secundario, de tipo generalmente económico o
personal.
Es decir, existirá conflicto de interés cuando en el ejercicio de las labores dentro de una institución o de una actividad,
sobreviene una contraposición entre el interés propio y el institucional.
El Conflicto de Intereses suele aparecer también cuando dos o más personas tienen intereses enfrentados entre sí y existe
una obligación de asistencia o de lealtad entre ellas.
Durante el transcurso de sus funciones en la distribución de seguros de inversión, es posible que un Distribuidor de Seguros
o Mediador (O un empleado de estos) tenga que enfrentarse a un Conflicto de Intereses que pueda comprometer o
perjudicar su juicio profesional, su independencia u objetividad, o que dificulte de otra manera el desempeño sus deberes y
responsabilidades hacia el cliente.
Se trata de los “conflictos de interés” y, con ellos, de la “prevención de los conflictos de interés”. La nueva Ley los vincula a
los IBIPS o Productos de Inversión Basados en Seguros de manera que se establecen en la Ley una serie de requisitos
adicionales en relación con la distribución de productos de inversión basados en seguros para establecer medidas de
prevención, buscando evitar o, en su caso, prevenir, potenciales conflictos de intereses.
Hasta el punto de que, como veremos en este capítulo, la nueva Ley establece en varios de sus artículos obligaciones a los
mediadores para que informen a los clientes, con suficiente antelación a la celebración del contrato de seguro, cuando esas
medidas de prevención que hayan establecido no sean suficientes para evitar los riesgos de conflicto.
Tal y como establece la nueva LDS, los distribuidores de seguros deben establecer medidas destinadas a evitar al máximo
posible los conflictos de interés.
Así, el artículo 46.3, la nueva Ley determina que los distribuidores de seguros no podrán ser remunerados, ni podrán evaluar
el rendimiento de sus empleados, de un modo que entre en conflicto con su obligación de actuar en el mejor interés de sus
clientes.
Asimismo, la nueva LDS establece que cuando se informe al cliente que el asesoramiento en los productos de inversión
basados en seguros en los que el tomador asuma el riesgo de la inversión, se ofrece de forma independiente basado en un
análisis objetivo y personalizado, los mediadores de seguros no aceptarán ni retendrán honorarios, comisiones u otros
beneficios monetarios o no monetarios abonados o proporcionados por un tercero o por una persona que actúe por cuenta
de un tercero en relación con la distribución de este tipo de productos.
Serán comunicados con claridad y excluidos de lo dispuesto en el presente apartado los beneficios no monetarios menores
que no perjudiquen la calidad del correspondiente servicio al cliente y cuya escala y naturaleza sean tales que no pueda
considerarse que afectan al cumplimiento por el mediador de seguros de actuar con honestidad, imparcialidad y
profesionalidad, en el mejor interés de sus clientes.
Ahora bien, la propia LDS reconoce que NO existirá conflicto de interés cuando el pago o beneficio, es decir, cuando el
cobro de comisiones:
- No suponga un incumplimiento de la obligación del mediador de seguros o la entidad aseguradora de actuar con
honestidad, imparcialidad y profesionalidad, en el mejor interés de sus clientes.
6.5.3.3. Obligaciones de los mediadores de seguros y las entidades aseguradoras que distribuyan IBIPS en materia
de Conflicto de Interés (Art. 53)
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 46, los mediadores de seguros y las entidades aseguradoras que distribuyan
productos de inversión basados en seguros deberán:
a) Adoptar todas las medidas oportunas para detectar los posibles conflictos de intereses que surjan entre ellos
mismos, incluidos sus órganos de dirección y empleados o cualquier persona directa o indirectamente ligada a ellos
b) Adoptar medidas organizativas eficaces destinadas a impedir que las situaciones de conflictos de interés
detectadas con arreglo a lo dispuesto en el anterior apartado perjudiquen los intereses de sus clientes. Tales medidas
serán proporcionales a las actividades realizadas, los productos de seguro comercializados y la clase de distribuidor.
Si las medidas adoptadas no son suficientes para garantizar que se eviten los riesgos de perjuicio de los intereses de los
clientes, se deberá informar claramente al cliente de la naturaleza general o del origen de tales conflictos de intereses, con
el tiempo suficiente antes de celebrarse un contrato de seguro.
• En un soporte duradero,
• Y, con suficiente detalle, teniendo en cuenta la naturaleza del cliente, para permitirle tomar una decisión
fundada con respecto a las actividades de distribución de seguros en cuyo contexto surja el conflicto de
intereses.
Aunque el Conflicto de Interés más claro y evidente es el que puede originarse en la relación, profesional o personal, entre
la entidad Aseguradora (o algún empleado) o el Mediador (o algún empleado) y uno o más clientes (o posibles clientes), sin
embargo, hay otros posibles casos en que se puede producir esta situación como por ejemplo entre:
• Un Empleado y un Cliente
• Dos o más Clientes de la Aseguradora o del Mediador en el contexto de la prestación de servicios por la
Aseguradora o por el Mediador a esos Clientes
• Ahora bien, dentro de los Conflictos de Interés que nos atañe en materia de PRIIPS, los más habituales y que
recoge el legislador son los vinculados a las COMISIONES y que obligan a informar al cliente de la naturaleza o
fuente del conflicto. Estos son lo que afectan a:
Dependiendo de si solo hay que informar, si se asesora o si se lleva a cabo la orden directa del cliente que ya ha decidido
por su cuenta, la Ley de Distribución de Seguros diferencia entre tres tipos de Ventas: Venta Informada, Venta Asesorada
y Venta en Ejecución.
Diferenciar una u otra es de suma importancia ya que dependiendo de cada cuál sea la que se está realizando marcará el
tipo de Test a realizar al cliente.
Es aquella que se realiza conforme a las exigencias y necesidades del cliente, basándose en informaciones obtenidas del
mismo, y que persigue facilitarle información objetiva y comprensible del producto de seguros para que el cliente pueda
tomar una decisión fundada.
Aquella que toma como esencia la existencia de una "recomendación personalizada" hecha al cliente, a petición de éste o
a iniciativa del distribuidor de seguros, respecto de uno o más contratos de seguro. s aplicable a todos los distribuidores,
pero en el caso del Corredor de Seguros, al ser su asesoramiento independiente, deberá ir aparejada esta venta asesorada
con la realización de un análisis objetivo.
En la Venta Asesorada hay que realizar dos tipos de Test o Análisis al cliente: Test de Demandas y Necesidades + Test de
Idoneidad
Es cuando se ejecuta la orden de compra del cliente sin más. El cliente ya ha elegido por su cuenta el producto que desea
comprar y simplemente tramita la orden al distribuidor.
En el caso de no ofrecer asesoramiento, deberán como mínimo recabar información sobre los conocimientos y experiencia
del cliente, excepto cuando se cumplan todas las condiciones exigidas en la ley que permitan realizar la distribución de
seguros mediante venta en ejecución.
En cualquier caso, si el mediador de seguros o la entidad aseguradora consideran que el producto no es adecuado para el
cliente, le advertirán de ello.
¿Qué es?
Es el Test básico a realizar en la distribución de Productos de Inversión basados en Seguros (IBIP) en la Venta Informada
(Nivel 1)
Este Test o Análisis de Necesidades del cliente se basa en informaciones obtenidas del mismo y que persigue facilitarle
información objetiva y comprensible del producto de seguros para que el cliente pueda tomar una decisión fundada y para
que la aseguradora o el mediador puedan evaluar si el producto de inversión previsto es conveniente para el cliente.
Cuando se realicen actividades de distribución de seguros con Venta Informada (sin realizar labores de asesoramiento) y
siempre con carácter previo a la celebración del contrato de seguro (IBIP)
El Test de Necesidades consiste en recabar información sobre los conocimientos y experiencia del cliente en el ámbito de
inversión correspondiente al tipo concreto de producto o servicio ofrecido o solicitado, de modo que la aseguradora o el
mediador puedan evaluar si el producto de inversión previsto es conveniente para el cliente.
Se eximen de hacer al cliente el Test de Necesidades cuando se cumplan todas las condiciones siguientes:
a) Que se trate de una exposición de inversión en instrumentos financieros considerados no complejos y que no
incorporan una estructura que dificulte al cliente la comprensión del riesgo implicado.
b) Que se trate de una Venta en Ejecución: Que la actividad de distribución de seguros se lleve a cabo a iniciativa del
cliente o cliente potencial.
c) Que el cliente haya sido claramente informado (en formato normalizado) de que en este caso no es necesario que el
mediador de seguros o la entidad aseguradora evalúen la idoneidad del IBIPS y de que el cliente no goza de la
correspondiente protección.
d) Que el mediador de seguros o la entidad aseguradora cumple con sus obligaciones en materia de gestión y prevención
de conflictos de interés, previstas en el artículo 53.
¿Qué es?
También denominado como “Test de Conveniencia”, es el Test que deberán realizar las entidades aseguradoras y los
mediadores de seguros cuando realicen actividades de distribución de Productos de Inversión basados en Seguros (IBIP)
realizando labores de asesoramiento (Venta Asesorada - Nivel 2).
Objetivo general:
El objetivo general de este tipo de Test es conocer al cliente para poder protegerle, garantizando que el mediador de seguros
o la entidad aseguradora recomienden al cliente un producto de inversión basados en seguros adecuado para su perfil, de
tal manera que el producto se ajuste, entre otros aspectos, a su nivel de tolerancia al riesgo y a su capacidad para soportar
pérdidas. Cuando el asesoramiento en materia de inversión consista en la recomendación de un conjunto de productos
combinados de acuerdo con el artículo 58, el conjunto considerado de forma global debe ser idóneo para el cliente.
Cuando se realicen actividades de distribución de seguros realizando labores de asesoramiento y siempre con carácter
previo a la celebración del contrato de seguro (IBIP)
• Recabar información sobre los conocimientos financieros y experiencia del cliente, su situación financiera y los
objetivos de inversión perseguidos.
• En el Test de Idoneidad deberán recabar del cliente información sobre los siguientes aspectos:
• Inversiones financieras
• Expectativas de liquidez
• Horizonte temporal
...
En el caso de no ofrecer asesoramiento, deberán como mínimo recabar información sobre los conocimientos y experiencia
del cliente, excepto cuando se cumplan todas las condiciones exigidas en la ley que permitan realizar la distribución de
seguros mediante venta en ejecución.
Cuando el mediador de seguros o la entidad aseguradora consideren, basándose en la información recibida por parte del
cliente de conformidad con el análisis de idoneidad realizado que el producto no es adecuado para el cliente, el mediador
de seguros o la entidad aseguradora advertirán de ello al cliente. Dicha advertencia podrá realizarse en un formato
normalizado.
Cuando los clientes o clientes potenciales no faciliten la información necesaria para poder realizar el análisis de idoneidad
o faciliten información insuficiente sobre sus conocimientos y experiencia, el mediador de seguros o la entidad aseguradora
les advertirán de que no están en condiciones de decidir si el producto previsto es adecuado para ellos. Dicha advertencia
podrá realizarse en un formato normalizado.
La nueva normativa en materia de formación vinculada a la nueva Ley de Distribución de Seguros recoge unos módulos
nuevos con requisitos mínimos en materia de competencia y conocimientos profesionales en materia de productos de
Inversión Basados en Seguros (Anexo).
Para poder analizar cuáles son las ventajas y las desventajas de las distintas opciones de inversión para los tomadores de
seguros en lo que a contratación de IBIPS se refiere, es muy importante el matiz del tipo de cliente que lo contrate o al que
nos dirijamos para asesorarle y recomendarle uno de estos productos. Y es que, dependiendo del tipo de cliente de que se
trate, las obligaciones de información que hay que facilitarle por el distribuidor pueden ser unas u otras.
Clientes Minoristas
Son "clientes Minoristas" los que sí necesitan y requieren asesoramiento en sus decisiones de inversión y que no se incluyen
en la categoría de "Cliente Profesional"
Clientes Profesionales
Son "Clientes Profesionales" los que se considera que por su actividad profesional no necesitan ni requieren asesoramiento
en sus decisiones de inversión.
• Las entidades financieras y demás personas jurídicas que para poder operar en los mercados financieros hayan de
ser autorizadas o reguladas por Estados, sean o no miembros de la Unión Europea.
• Se incluirán entre ellas las entidades de crédito, las empresas de servicios de inversión, las compañías de seguros,
las instituciones de inversión colectiva y sus sociedades gestoras, los fondos de pensiones y sus sociedades
gestoras, los fondos de titulización y sus sociedades gestoras, los que operen habitualmente con materias primas y
con derivados de materias primas, así como operadores que contraten en nombre propio y otros inversores
institucionales.
• Los Estados y Administraciones regionales, los organismos públicos que gestionen la deuda pública, los bancos
centrales y organismos internacionales y supranacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Central Europeo, el Banco Europeo de Inversiones y otros de naturaleza similar.
• Los empresarios que individualmente reúnan, al menos, dos de las siguientes condiciones:
o Que el total de las partidas del activo sea igual o superior a 20 millones de euros;
o Que el importe de su cifra anual de negocios sea igual o superior a 40 millones de euros;
o Que sus recursos propios sean iguales o superiores a 2 millones de euros.
Las entidades señaladas en los apartados anteriores se considerarán clientes profesionales sin perjuicio de que puedan
solicitar un trato no profesional y de que las empresas de servicios de inversión puedan acordar concederles un nivel de
protección más amplio.
Teniendo en cuenta que, como hemos visto al inicio de este tema, los productos de pensiones se dejaron fuera finalmente
del grupo de productos que se integran dentro de los IBIPS o Productos de Inversión basados en Seguros, vamos a analizar
cuáles son las ventajas de los IBIPS:
Ventajas y desventajas de los seguros en los que el tomador asume el riesgo de la inversión: El “Unit Linked”
Dentro de esta categoría de “seguros en los que el tomador asume el riesgo de la inversión”, el producto básico y por
excelencia es el UNIT LINKED.
“Unit linked”: esta expresión inglesa quiere decir «vinculado a unidades de cuenta», aunque en español también se suele
definir como «seguros en los que el tomador asume el riesgo de la inversión». Son seguros de ahorro que no garantizan
rentabilidad mínima, pero en la que el cliente tiene el poder de decidir dónde se invierte su dinero, y cambiar esas
inversiones.
Las ventajas para el tomador en este tipo de productos podemos decir que son las siguientes:
Economía de escala
El pequeño inversor se beneficia invirtiendo en un Unit Linked, ya que su patrimonio es gestionado con las mismas
condiciones con las que operara un inversor institucional de gran tamaño. Eso permite que, uniendo muchos pequeños
patrimonios, se logren muchas ventajas en comisiones, acceso a los mercados, diversificación etc.
Los fondos que se integran dentro del Unit Linked son gestionados por profesionales con dilatada experiencia en los
mercados financieros y preciso conocimiento de los activos en los que invierten.
Liquidez
Los fondos de inversión que se integran dentro de los Unit Linked son activos líquidos que se pueden liquidar en
pocos días, los plazos dependen de cada fondo, pero en general suele estar en torno a tres días.
Diversificación
Al manejar patrimonios elevados, los gestores de los fondos que se integran en los Unit Linked pueden invertir en
varios valores sin la necesidad de concentrar el riesgo en unos pocos. Cuantos más valores compongan la cartera de
un fondo, menor será su volatilidad y menor su riesgo. Se puede considerar una cartera de un fondo de inversión
diversificada cuando al menos cuenta con 20 valores en la misma.
Flexibilidad
Se pueden comprar participaciones de un Unit Linked en cualquier momento, generalmente con unos límites de
inversión muy pequeños. Eso permite que sean fácilmente accesibles.
Seguro de Vida
La parte de la prima no invertida en fondos de inversión se destina a la contratación de un seguro de vida de riesgo
puro, donde lo asegurado es la no supervivencia del asegurado a una determinada fecha. Este es uno de los rasgos
que lo diferencia, también de invertir en un simple Fondo de Inversión o IIC que no incluye esta parte, aunque pequeña,
de capital de seguro de vida.
Sin duda, la fiscalidad es el principal valor que aportan los Unit Linked, ya que tributan al cobrar la prestación y no al cambiar
de fondo o cesta de activos financieros.
Ahora bien, para que el régimen fiscal de los unit linked sea el propio de los contratos de seguro de vida y,
consecuentemente, tributen al cobrar la prestación y no al cambiar de fondo o cesta de activos financieros, estos contratos
han de cumplir con las siguientes características:
a) El tomador tendrá la facultad para modificar las inversiones afectas a las pólizas de manera que puede realizar cambios
del estilo de inversión dentro de las cestas que haya en el Unit Linked (Pasar todo o parte del capital de renta variable a
renta fija o viceversa).
Estos cambios, además, están exentos de tributación (no tienen peaje fiscal) salvo cuando se rescate del propio producto.
• Acciones o participaciones en las IIC predeterminadas en los contratos, siempre que se trate de IIC adaptadas a la
Ley de IIC, o amparadas por la Directiva 85/611/CEE del Consejo, de 20 de diciembre de 1985.
o La entidad aseguradora tendrá la facultad exclusiva de determinar los activos integrantes de cada conjunto.
o El tomador sólo tendrá facultad de elegir, entre los distintos conjuntos separados de activos, en cuales debe
invertir la entidad aseguradora la provisión matemática del seguro.
o La inversión de las provisiones matemáticas debe hacerse en activos aptos para la inversión de las provisiones
técnicas a las que se refiere el Reglamento de Ordenación y Supervisión de Seguros Privados, con la excepción
de bienes inmuebles y derechos reales inmobiliarios.
o La inversión de cada conjunto de activos se ajustará a los límites de diversificación y dispersión establecidos
para los contratos de seguro. Se entenderán que cumplen tales requisitos aquellos conjuntos de activos que
traten de desarrollar una política de inversión caracterizada por reproducir un determinado índice bursátil o de
renta fija representativo de algunos de los mercados secundarios oficiales de valores de la Unión Europea.
o El tomador o asegurador podrá elegir entre un número de IIC o conjunto separados de activos expresamente
designados en los contratos.
Todos estos requisitos deberán cumplirse durante toda la vigencia del contrato.
Ventajas y desventajas de los seguros de vida con garantía de tipo de interés a vencimiento
Hablamos de un tipo de seguro de vida ahorro que, en definitiva, se puede decir que son la unión de un seguro de vida y
de un plan de ahorro. Este tipo de seguros de vida que se configuran garantizando un tipo de interés al vencimiento, permiten
realizar aportaciones periódicas, modificarlas o pausarlas si lo necesitas y, de producirse un deceso estando la póliza en
vigor, el capital ahorrado se cobra, además, incrementado por la rentabilidad adicional generada. El ahorro que se acumule
en este seguro se puede recuperar de una vez en forma de capital, o en forma de pagos periódicos en forma de renta
vitalicia mientras el beneficiario del seguro vive.
Algunos de estos productos incorporan, además, la particularidad de que ofrecen liquidez en todo momento ya que el capital
se puede recuperar parcial o totalmente. En esos casos, puede romperse la garantía del tipo de interés que solo será si se
mantiene al vencimiento establecido.
El interés técnico garantizado no se calcula sobre la prima total del seguro, sino sobre la cantidad restante tras los gastos
administrativos, de comercialización, los impuestos, recargos legales y la prima de riesgo asociada al fallecimiento, la
invalidez y otras coberturas adicionales del seguro.
En este tipo de seguros con interés fijo, el ITG se establece a priori y puede ser superior al fijado por el Gobierno, ya que
se obtiene con inversiones con un interés real conocido. Aquí aparece otro concepto: “la Tasa Interna de Rentabilidad” o
TIR, que refleja la rentabilidad neta de las cargas del seguro resultante tras restar los gastos de gestión y la prima de riesgo.
Todo esto hace que sea posible que un seguro con un interés técnico menor sea más rentable que otro con uno mayor,
simplemente por los cargos ocultos que van implícitos en el segundo y ello porque, cuánto mayores sean los gastos de
gestión, cuánto mayores sean los costes de la cobertura del riesgo asociado a dicha póliza de vida, menor será el capital
sobre el que se aplica el ITG. Además, la periodicidad de las aportaciones -mensuales o anuales- también influye mucho
en el cálculo de estos gastos.
Ahora bien, para que este tipo de “seguros de vida con garantía de tipo de interés a vencimiento” se consideren dentro de
la familia de los “productos de inversión basados en seguros o IBIP” y por tanto, requieran de unas normas de información
y de perfilado del cliente previo para los distribuidores, deben ser “con valor de rescate a valor de mercado de los activos
asignados” de manera que, entonces, no se puede determinar de inicio exactamente cuál será el valor de rescate ya que
está sujeto a las fluctuaciones de mercado que sufran los propios activos asignados durante el tiempo que dure la póliza.
En este tipo de productos la principal desventaja es el desconocimiento del valor de mercado de los activos al vencimiento
y, por tanto, del valor del rescate del producto global en sí. Requiere que el cliente conozca cuáles son los activos
vinculados al producto, su evolución, los entienda y sepa que pueden tener volatilidad y riesgo.
Para entender mejor esta peculiaridad de este tipo de productos, empecemos por conocer mejor qué es el “el valor de
rescate”. Así, el valor de rescate en los seguros de vida viene regulado en el artículo 96 de la Ley de Contrato de Seguro
(L.C.S) que establece que:
• “El tomador que haya pagado las dos primeras anualidades de la prima a la que corresponda el plazo inferior previsto
en la póliza podrá ejercitar el derecho de rescate mediante la oportuna solicitud, conforme a las tablas fijadas en la
póliza”.
Para que la provisión de seguros de vida se pueda calcular será necesario que el valor de rescate, de existir, no supere al
valor de mercado de los activos asignados.
En todo caso, al valor de rescate de estas operaciones le será de aplicación, como importe máximo, lo siguiente: En aquellos
contratos en los que el valor de rescate se hubiera establecido en función de la provisión de seguros de vida correspondiente
a los mismos, se entenderá que el importe de ésta será, a estos efectos, el resultante de aplicar las bases técnicas utilizadas
para el cálculo de la prima.
Ventajas y desventajas de los seguros de vida en los que se garantiza un tipo de interés mínimo + una PB en función
del resultado de las inversiones
En estos casos, el ahorro que se realiza a través de productos de seguros de vida se constituye a través de las aportaciones
del asegurado, garantizando un interés mínimo y con la Participación en Beneficios por la que podrá obtener un interés
adicional.
La participación en beneficios en los seguros de vida consiste en que el tomador de un seguro de vida puede recuperar
parte de la prima gastada si, una vez terminado el periodo del seguro, se ha producido un superávit de la cuenta de
resultados de la póliza. Es decir, si la siniestralidad ha resultado favorable porque no se ha producido ninguna de las
contingencias cubiertas (fallecimiento o, en su caso, incapacidad), el asegurado tiene derecho a recuperar parte de lo que
ha pagado.
La cuenta de resultados de la póliza en cuestión será una derivación de la suma de las primas netas pagadas a la que hay
que quitar los siniestros pagados durante el periodo, siniestros reservados (que son los que han ocurrido, pero no se han
pagado aún) y los gastos de administración. La participación en beneficios es una forma de otorgar una rentabilidad adicional
a la rentabilidad garantizada definida en la base técnica de cada seguro.
Después de hacer estos cálculos, si la cuenta de participación en beneficios resulta en una cantidad a favor del tomador,
habrá que pagar menor prima en la anualidad siguiente o hacerle un extorno (que es la devolución al asegurado de la parte
de la prima no disfrutada en caso de cancelación de la póliza, sustitución por otra, etc.).
El porcentaje que se aplica depende de cada aseguradora, aunque en la mayor parte de los casos suele ser entre el 90 y
el 95% de los beneficios generados, y puede llegar a ser del 100%. Esta participación en beneficios se va generando año a
El interés técnico garantizado (ITG) no se calcula sobre la prima total del seguro, sino sobre la cantidad restante tras los
gastos administrativos, de comercialización, los impuestos, recargos legales y la prima de riesgo asociada al fallecimiento,
la invalidez y otras coberturas adicionales del seguro.
En los productos con participación en beneficios, el ITG es la rentabilidad mínima garantizada para toda la duración de la
póliza. Cada año, el Gobierno fija el ITG máximo que pueden tener los seguros, y si la rentabilidad del seguro supera este
límite, se suele establecer una adicional a año vencido.
El inversor que tenga estos productos debe conocer que, de las aportaciones que haga al seguro de vida habrá que
descontar un pequeño porcentaje en concepto de gastos administrativos, de gastos de comercialización y de la prima de
riesgo, de manera que, al resultado, se le aplica el ITG fijado por el gobierno, y el interés real obtenido por la participación
en beneficios.
Además, las bases técnicas de los seguros de vida han de contener, además de los criterios de selección de riesgos que
haya decidido aplicar cada entidad y las fórmulas para determinar los valores garantizados para los casos de rescate,
1.º Las entidades aseguradoras podrán conceder a sus asegurados participación en los beneficios obtenidos, mediante
el sistema que deseen, referido a los resultados técnicos, a los financieros o a la combinación de ambos.
2.º En las bases técnicas habrán de detallar el sistema que decidan y precisarán el modelo de cuenta y los criterios de
imputación que permitan el cálculo y clara comprobación de tales resultados.
Tal y como establece el artículo 132 de ROSSEAR (Reglamento Supervisión y Solvencia de Entidades Aseguradoras y
Reaseguradoras) en seguros con participación en beneficios, la provisión de seguros de vida no podrá calcularse a un tipo
de interés superior al utilizado para el cálculo de la prima.