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Los componentes extracelulares del tejido óseo constan de una fase mineral sólida
íntimamente ligada a una matriz orgánica, de la que 90 a 95% es colágena de tipo I. La
parte no colagenosa de la matriz orgánica es heterogénea y contiene proteínas séricas
como la albúmina.
La fase mineral está constituida por calcio y fosfato y la mejor manera de clasificarla es
como una hidroxiapatita mal cristalizada. La fase mineral del hueso se deposita al
principio en relación estrecha con las fibrillas de colágena y se encuentra en sitios
específicos de los “agujeros” situados entre las fibrillas de colágena. Esta disposición
estructural de mineral y matriz da lugar a un material bifásico bien adaptado para resistir las
fuerzas mecánicas.
En sangre, la concentración total normal de calcio es de 2,2 a 2,6 mM (8,5 a 10.5 mg/100
mL), alrededor de 50% de esto se encuentra ionizado y el resto se encuentra unido
iónicamente a proteínas de carga negativa.
El transporte activo de calcio tiene lugar principalmente en la parte proximal del intestino
delgado, para una óptima absorción de calcio se requiere ácido gástrico.
Entre 2.5 y 5.0 mmol/día (100 a 200 mg/día), se excreta como un componente obligado de
las secreciones intestinales (no es regulado por las hormonas calciotrópicas). La absorción
neta de calcio es relativamente constante de casi 5 a 7.5 mmol/día (200 a 400 mg/día),
aunque haya cambios importantes en el aporte diario de calcio con los alimentos y esta
carga de calcio absorbido se excreta por los riñones de manera que está regulada por la
concentración de calcio ionizado en sangre. Los glomérulos filtran alrededor de 8 a 10 g/día
de calcio y sólo 2 a 3% aparecen en la orina. La mayor parte del calcio filtrado (65%) se
resorbe en los túbulos proximales a través de una vía paracelular pasiva acoplada a la
reabsorción concomitante de NaCl y que no está regulada específicamente, sin embargo,
la rama ascendente gruesa del asa de Henle a nivel cortical (cTAL) resorbe alrededor de
otro 20% del calcio filtrado, también por un mecanismo paracelular y requiere una proteína
de unión densa denominada paracelina 1 y es inhibida por el aumento de las
concentraciones sanguíneas de calcio o magnesio que actúa a través de los CaSR.
Por último, cerca de 10% del calcio filtrado se reabsorbe en los túbulos contorneados
distales (DCT) por medio de un mecanismo transcelular.
Todos los procesos de movimiento de calcio intracelular son estimulados en forma directa o
indirecta por la PTH.
Los túbulos contorneados distales también son sitios de acción de las tiazidas, que reducen
la excreción urinaria de calcio al inducir eliminación de sodio y por tanto aumentar la
reabsorción proximal de calcio. Por el contrario, una alimentación con abundante sodio o el
mayor aporte distal de sodio liberado a causa de un diurético de asa o una solución salina
inducen calciuresis.
Cuando los aportes de éste son muy altos (>100 mmol/día; >4 g/día), la absorción intestinal
pasiva continúa aportando calcio al líquido extracelular, aunque la regulación a la baja del
transporte activo intestinal sea máxima y exista reabsorción de calcio por los túbulos
renales. Esto puede ocasionar una hipercalciuria grave, nefrocalcinosis, insuficiencia renal
progresiva e hipercalcemia.