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Capítulo dos.

El Palacio de Santa Cruz.


Juani Rocío han ido a buscar a Andrés a la salida de su colegio.
Lo esperan en la plaza del Palacio de Santa Cruz, al lado del Colegio de Andrés.
Le gusta hablar con los estudiantes extranjeros que aprenden español allí, durante
el año han conocido a algunos.
También han conocido a 1 de sus profesores, se llama Ramón Duarte. Este Santo
Domingo, la capital de la República Dominicana.
Es un profesor joven. A Ramón le gusta ver a sus estudiantes a hablar con nativos.
Un día los invita a tomar un refresco.
El curso se va a terminar y Ramón va a volver a su país.
¿Y dónde tú Vives, Rocío? Pregunta Ramón, pues cerca de aquí, en la calle Colón,
que coincidencia dice Ramón, ya saben ustedes que Colón está muy presente en Santo
domingo, fue donde llegó por primera vez a América, en concreto a mi isla oiga,
pregunta Rocío.
¿Es verdad que en su país hay mucho ámbar?
Si el ámbar es muy importante para la República Dominicana.
A partir de ese momento se hacen todavía más amigos de Ramón. Los chicos hablan
mucho de él y de su país. Finalmente, los padres de los 3 deciden invitarlo a
comer. ¿Quieren conocer a ese famoso profesor?
Durante la comida, los padres de los chicos simpatizan mucho con el profesor Ramón
Duarte. Es de una buena familia de abogados de la capital Santo Domingo.
Los padres están contentos de conocerlo.
Pero Ramón y el padre de Juan no están de acuerdo en algunas cosas sobre Colón.
Ramón afirma que su cuerpo está en Santo domingo y Esteban afirma que está en
Sevilla.
Al final de la comida, Ramón invita a los chicos a pasar unos días de las
vacaciones de verano en Santo domingo, en casa de sus padres. Vaya sorpresa y los
padres de Juan deciden ir también sorpresa doble.
Los chicos pasan la tarde en el campo grande preparando el viaje.
¿Hablando de sueños esta noche eh? Tenido 1 muy extrano, dice Rocío. Así yo también
dice Juan a ver cuenta el tuyo.
Unos chicos me secuestran.
Quiero comunicar con vosotros por SMS, pero no tengo conexión.
Entonces encuentro otro sistema de comunicación, no sé cuál venís y me liberáis.
Pues mi sueño es diferente.
Estoy en la selva, los indios me enseñan su lengua, luego os la enseño a vosotros y
al final los 3 hablamos un idioma incomprensible para los demás.
Es verdad, comenta Andrés, un sistema de comunicación que sólo nosotros podemos
entender es una buena idea.
¿Sí, y qué vamos a inventar? Pregunta Rocío.
Andrés les propone comunicarse por morse.
¿Pero qué dices? Eso es más antiguo que matusalén, protesta Juan.
Ya, pero lo vamos a modernizar, añade Andrés. Modernizar como pregunta Rocío, pues
en la manera de escribir lo explica Andrés bueno, explícanoslo pide Rocío elmor se
utiliza para cada letra o un código hecho con rayas y puntos lo vamos a encontrar
en internet.
Los chicos, teclean morse.
Y les aparece lo siguiente.
Y nosotros, en lugar de escribir punto y raya, hacemos como en un electro.
Andrés mira el alfabeto morse y se pone a hacer un extrano dibujo.
Por ejemplo, en este dibujo un cono pequeño es el punto.
Y un cono más grande representa la raya y ponemos un guión como separación mirada,
sí.
Y Juan se pone a leer.
Raya, separación. Separación, raya raya, punto raya, separación muy bien primo.
Te quiero que bonito esto no lo entienden ni los fantasmas, dice Rocío
entusiasmada.
Sí, imagínate que nos secuestran, no podemos hablar, pero podemos escribir y nadie
entiende lo que hemos escrito, argumenta Andrés bueno vale, aprendemos nuestro amor
se.
Interviene Juan además, tengo otra idea, en los exámenes nos podemos pasar las
respuestas, si nos cogen el papel para pensar que sólo es un dibujo tonto.
Lo dices en broma, exclama Rocío. Nosotros no copiamos.
¿Andrés anuncia entre las risas de Rocío y Juan bueno, yo me voy a taekwondo,
vosotros no vais hoy? Sí, claro, nos vamos contigo, responden los dos a la vez.
¿Los 3 van a clase de Taekwondo les gusta mucho a los padres de Rocío, les parece
un deporte un poco duro para ella?
Piensan que está en una crisis de adolescencia, siempre hace lo contrario de lo que
ellos quieren, pero han aceptado.
En clase Rocío mira con interés a los chicos que hacen mucho deporte y están muy
fuertes.
Juan y Andrés tienen un poco de envidia, por eso lo hacen con entusiasmo, quieren
parecerse a esos chicos.

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