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A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

V.·. M.·. y todos vosotros mis HH.·. en sus grados y calidades.

HUMILDAD Y CARACTER

Todos nosotros somos lo que somos, porque somos lo que pensamos. En


nuestros pensamientos yacen todas las posibilidades para el éxito en la
vida. El pasado ya pasó, y el presente fue construido con los pensamientos
y acciones del pasado. Nuestros mañanas serán lo que hagamos nosotros
con los pensamientos que tenemos hoy. Por lo tanto, grandes y nobles
pensamientos harán un noble y gran futuro.

Sin embargo, existe una opinión popular de que todo lo que tenemos que
hacer es visualizar y mantener pensamientos constructivos, para poder
crear un buen futuro, pero ello no es un procedimiento tan simple como
parece. Es el carácter de nuestros pensamientos e ideales lo que influye en
nuestro futuro. Por consiguiente, nobleza de carácter y altos ideales
morales influirán grandemente en la manera como enfrentamos la vida.

En la vida mística, nuestro carácter y normas morales afectan grandemente


nuestro progreso y nuestro desarrollo interno, y a menos que nos
dediquemos a esforzarnos por actuar de la mejor manera que conocemos y
por albergar los mejores pensamientos, nuestro progreso será lento y sin
recompensas. No quiere decir esto que debemos ser perfectos en nuestro
pensar y en nuestros actos, sino que debemos esforzarnos por mejorarnos
de toda manera como sea posible.

Es asombroso cuanto podemos nosotros mismos limitar nuestro progreso


por medio de nuestro conceptos de lo que es malo o bueno, correcto o
erróneo, de tal manera que nuestro verdadero ser interno no tiene la
oportunidad de revelarnos la verdad de la vida. Debemos esforzarnos por
seguir nuestra propia luz sin prejuicios y con verdadera perspectiva de
nosotros mismos en relación con nuestros estudios y aspiraciones místicas.
Podemos muy a menudo obstruir nuestro propio progreso en todos los
planos de la vida con nuestros falsos conceptos de lo que es el bien y lo
que es el mal, y nada es tan necesario para anular esto como lo es una
verdadera perspectiva de la vida.

Nuestro carácter está siempre formándose y nuestros dominantes


pensamientos, nuestros internos ideales y aspiraciones, como también
nuestra conducta, están constantemente moldeando nuestro carácter en
más finas y nuevas formas, siempre y cuando sigamos los ideales de la
vida mística. No obstante, muy a menudo nos desviamos de nuestras
intenciones en la vida y permitimos que metas menores y problemas diarios
sean los que dominen en nuestra consciencia, y esto grandemente afecta
nuestro carácter de un modo que luego lamentemos.

Cuando nos asociamos con otros miembros en una Logia, muchos


aspectos de nuestro carácter y nuestra personalidad salen a relucir debido
al aumento en las estimulantes vibraciones etéreas. Es un reto al ser
interno para que revelemos lo que podemos hacer mejor y lo que mejor
sabemos. Nos esforzamos por conducirnos de la mejor manera, y por echar
a un lado las mezquinas idiosincrasias de nuestra naturaleza. Sentimos una
especial responsabilidad de superarnos en todo y esto es una importante
característica de nuestro trabajo en grupo. Debe haber gran esfuerzo de
parte de todo oficial y todo miembro para ser y actuar lo mejor que se
puede, porque la atmósfera esotérica creada en la asociación con un grupo
en armonía es muy eficaz para estimular y desarrollar los mejores aspectos
de nuestro carácter. Es sorprendente cuan rápido es el desarrollo cuando
un estudiante se une a un grupo de HH.·., especialmente entre esos que
han adelantado en sus estudios.

Debe recordarse, sin embargo, que debido a la naturaleza de estas


vibraciones etéreas existentes en un grupo, hay siempre la tentación en
algunos miembros de reaccionar de cierta manera que todos debemos
vigilar, ya que algunos tienen la inclinación a sentirse orgullosos y a
jactarse de sus propios logros en la senda. Debemos por lo tanto ser
siempre prudentes y no volvernos egocéntricos, ni sabelotodos o
presumidos para con los demás. De hecho, deberíamos tener una regla en
particular que dijese más o menos así: "No hagas ostentación de tus
adquisiciones, ni ponderes tus conocimientos. Puedes ser un masón como
miembro de la hermandad, pero como masón en conocimiento y poder, el
más grande y más alto entre nosotros, no es sino como un niño en los
estudios e indigno de reconocimiento de maestría. Proclámate no como un
Maestro, sino como estudiante, siempre, eternamente estudiante".

De esto se desprende claramente que en el desarrollo interno y esotérico,


la humildad es una importantísima y guiadora regla en todos nuestros
pensamientos y acciones. Pues oponerse a esta regla sólo conlleva una
lección del GADU, ya que la humildad de carácter es una virtud principal en
la senda masónica de Menfis-Misraim y una indispensable y requerida
característica para el adelanto y verdadero servicio.

Muy a menudo podemos equivocar el fin y el propósito de los estudios a


que hemos dedicado nuestras vidas. El principal fin del conocimiento en la
senda es rendir servicio eficaz al género humano en cooperación con los
Maestros de la vida, y lo único que nos sostendrá firmes en esa meta es un
corazón dedicado, lleno de amor y humildad para con Dios y la humanidad.

Por lo tanto, vamos a estar siempre atentos a nuestra responsabilidad de


aprender y comprender, y de servir con humildad. Que la radiante belleza y
la amorosa armonía de nuestro carácter siempre brille para iluminar la
senda que tenemos por delante, y que el servicio que rendimos
humildemente refleje realmente las cualidades espirituales de nuestro ser, y
que el Dios de nuestros corazones siempre bendiga y guíe a cada uno de
nosotros para que podamos reflejar la armonía del GADU y podamos
revelar nuestro amor a la vida y nuestro amor por unos y otros.

Es mi palabra, V.·. M.·.

Vicente Oviedo Gutiérrez


Oct. 2012

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