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A.·.L.·.G .·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

S.·.F.·.U.·.
Respetable Logia “Isis” Nº2

V.·. M.·. y Q.·. Q.·. Hnas. y Hnos. en sus grados y calidades.

G.·. A.·. D.·. U.·.

Desde que era un niño pensaba constantemente de donde venía Dios, en forma
incesante buscaba la forma de explicar y entender algo de por qué esa expresión de siempre
y por siempre, es tan exagerado y a la vez incluso confuso, las enseñanzas del colegio, las
clases de religión, cada año que iba creciendo sentía que cuestionaba cada vez mas todo a
mi alrededor, a pesar de que estoy seguro de estar en mi verdadero sitio en estos momentos
aun siento y es inevitable pensar en aquello que inquieta a muchos, y que ahora esa
respuesta no es tan necesaria buscarla como antes porque con las herramientas recibidas
durante este tiempo nos vamos dando cuenta que la respuesta siempre la hemos tenido, solo
hay que buscarla en nuestro maestro interno, en aquella chispa divina que todos poseemos
sin excepción como lo menciona nuestro ritual.

El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios hace referencia a una


suprema deidad. En lo que se refiere a las distintas religiones se enseña de que Dios es un
ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente, creador, juez, protector y, en
algunas religiones, salvador del universo y la humanidad. Nosotros nos referimos como
concepto a un gran arquitecto o principio divino del cual más adelante en este trabajo me
voy a referir en extenso.

A lo primero, que haré alusión en este trabajo, es a que entendemos como


arquitectura en el mundo profano, y según el diccionario la arquitectura es el arte de
proyectar y construir edificios y otras estructuras y espacios que forman el entorno humano.
La palabra arquitectura proviene del griego “arch” cuyo significado es “jefe” o “que tiene el
mando” y “tekton” es decir constructor y carpintero.

Es inevitable pensar en aquellos pasajes de la biblia donde se menciona que José era
un carpintero, por lo cual además se refería a Jesús como el hijo del carpintero. Con ojos
profanos y condicionados por las enseñanzas de la iglesia y además por su particular
interpretación de la biblia, nos imaginábamos siempre a Jesús materialmente hablando
como alguien pobre pero probablemente la realidad era muy diferente, con nuestros ojos de
iniciados en la Masonería nos damos cuenta o por lo menos dudamos y reflexionamos
acerca de a qué se refería la biblia realmente con el término de carpintero. Acerca del
significado profundo de aquella palabra y para mi tranquilidad he encontrado un artículo
referente al tema, de un autor llamado René Guénon del cual compartiré con ustedes cierto
pasaje.

“Ha habido siempre entre las iniciaciones de oficio, una especie de querella de
precedencia entre los albañiles talladores de piedra y los carpinteros, y si se consideran las
cosas no en el aspecto de la importancia actual de estas dos profesiones en la construcción
de edificios, sino en el de su antigüedad respectiva, es bien cierto que los carpinteros
pueden efectivamente reivindicar el primer rango.

En efecto como hemos ya señalado en otras ocasiones, las construcciones de manera


muy general fueron de madera antes de ser de piedra, y ello es lo que explica que, en la
India especialmente, no se encuentra ninguna huella de las que remontan más allá de cierta
época.

Tales edificios eran evidentemente menos duraderos que los construidos en piedra;
también el empleo de la madera corresponde entre los pueblos sedentarios, a un estadio de
menor fijeza que el de la piedra, o, si se quiere, aun menor grado de solidificación, lo que
está muy de acuerdo con el hecho de relacionarse con una etapa anterior en el curso del
proceso cíclico.

Esta observación por simple que pudiese parecer en sí misma, está muy lejos de
carecer de importancia para la comprensión de ciertas particularidades, del simbolismo
tradicional, es así como, en los más antiguos textos de la India, todas las comparaciones al
simbolismo constructivo son siempre sacadas del carpintero, de sus útiles y de su trabajo; y
Vishvakarma “El Gran Arquitecto” mismo es designado también con el nombre de
Twashtri que es literalmente “El Carpintero”.

Se puede pues decir, que el oficio de carpintero y el de albañil, puesto que proceden
en definitiva del mismo principio, proporcionan dos lenguajes parecidamente apropiados
para la expresión de las mismas verdades de orden superior, la diferencia no es más que una
simple cuestión de adaptación secundaria, como lo es siempre la traducción de una lengua a
otra, pero bien entendido, cuando se trata de cierto simbolismo determinado, como en el
caso de los textos tradicionales de la India a los cuales hacíamos alusión anteriormente,
hace falta, para comprender enteramente su sentido y su valor, saber de una manera precisa
cuales, de los dos lenguajes, es aquel más propiamente relacionado.

A este respecto señalaremos un punto que nos parece tener una importancia
totalmente particular, se sabe que en griego la palabra “hyle” significa primitivamente
“madera”, y que es al mismo tiempo la que sirve para designar el principio sustancial de la
materia prima del cosmos, y también como aplicación derivada de esta, a toda materia
secunda, es decir a todo lo que desempeña en un sentido relativo, en tal cual caso, un papel
análogo al del principio sustancial de toda manifestación.

En las antiguas tradiciones se relaciona, a la composición de lo que está hecho el


mundo, a la madera, y desde el momento que de la madera se han sacado los elementos de
la construcción cósmica, el gran arquitecto tiene que ser considerado antes que nada como
un maestro carpintero”.

A esto hacía mención QQ.·.HH.·. con lo referente a que es muy probable que la
familia de Jesús eran todos un grupo de iniciados en los misterios y como siempre el
conocimiento no es para todos, solo para aquellos que entiendan y descubran el verdadero
significado de los símbolos, signos y palabras. Es así que quizás el que comprendió el
verdadero mensaje fue el apóstol Juan, quien en su evangelio nos relata de manera tan
particular y de significado tan profundo la vida de Cristo. Ya en el comienzo de su
evangelio nos describe de que manera el comprendía el mundo, en definitiva el todo, “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Si quisiéramos
compenetrarnos en estas palabras así como fueron concebidas en el espíritu de Juan y
tomando las dichas por un Q.·. H.·. en un artículo de la revista de la fiesta del aprendiz,
tendríamos que escribir una larga historia de la humanidad. “Hubo un tiempo en que la
palabra tenía mucho más vida, que la muerta y perdida de hoy. La creación hablaba todavía
al hombre; no un neutro de creación, sino que poderosos seres le hablaban de su existencia
y actuación, El Verbo del mundo se extinguió poco a poco. El mundo exterior enmudecía
cada vez más, dejando que hablase el hombre. Ya había pasado el antiguo tiempo adámico
cuando el evangelista comienza su relato. Pero sus últimos ecos vibran todavía en su alma y
hacen surgir en su espíritu un vislumbre de los acordes majestuosos que dieron vida a toda
existencia”.

Retomando el tema central del Gran Arquitecto me referiré a un tema interesante


como lo es la Geometría Sagrada, conocimiento que pertenecía a los arquitectos de la
antigüedad. Para esto haré referencia a los autores Michael Baigent y Richard Leigh los
cuales nos cuentan de que se trataba la geometría sagrada.

“….Y era en los edificios basados en la forma y el número más que en cualquier
otro adorno figurativo, donde debía alojarse la presencia divina.

La síntesis de forma y número es naturalmente geometría. A través de la geometría,


y de la repetición regular de los modelos geométricos se actualiza la síntesis de forma y
número. Por lo tanto, a través del estudio de la geometría ciertas leyes absolutas parecen
volverse descifrables, leyes que dan testimonio de un orden implícito, un diseño implícito,
una coherencia implícita. Este plan maestro era manifiestamente infalible, inmutable,
omnipresente; y en virtud de esas mismas cualidades, podía ser construido, con bastante
facilidad como algo de origen divino, la voluntad divina, la destreza divina, y de este modo,
tanto en el judaísmo como en el islam, la geometría llega a asumir proporciones sagradas,
llegando a investirse de un carácter de misterio trascendente e inmanente.

Hacia finales del Siglo I a. de C. el arquitecto romano Vitruvio había enunciado las
que habían de convertirse en las premisas más básicas para los constructores posteriores. El
había recomendado por ejemplo que los constructores se organizaran en sociedades o
collegia mutualmente beneficiosos. Había insistido “Dejad que los altares miren al este”
como lo hacen las iglesias cristianas, y más importante aún, había establecido la posición
del arquitecto como algo más que un simple técnico. El arquitecto decía Vitruvio debe
ser…un avezado dibujante, un matemático, familiarizado con los estudios históricos, un
aplicado estudiante de filosofía, conocedor de la música, familiarizado con la astrología”.

Para Vitruvio, en efecto, el arquitecto era una especie de mago, versado en la suma
del conocimiento humano y que estaba en el secreto de las leyes fundamentales de la
creación. En un lugar prominente de estas leyes figuraba la geometría que el arquitecto
estaba obligado a aplicar a fin de construir templos “con la ayuda de la proporción y
simetría…”
Para continuar con el trabajo en el siguiente punto haré mención al concepto de
Gran Arquitecto según Lavagnini.

“El concepto de un Gran Arquitecto o principio divino inteligente que constituye el


foco espiritual y la base inmanente de la gran obra de la construcción particular y universal,
ha representado sin duda en todos los tiempos el fundamento de la religión de los
constructores.

Este mismo concepto constituye el principio cardinal de la Masonería moderna,


pues no tienen valor masónico los trabajos que no sean hechos a la gloria de este principio,
es decir, con el fin de la espiritualidad latente de todo ser y en toda cosa encuentre por
medio de los mismos su expresión o manifestación más perfecta.

Se trata sin embargo, de un concepto eminentemente iniciático, es decir, en el cual


ingresamos progresiva y gradualmente a medida que nuestros ojos espirituales se abren a la
luz masónica. Así pues, mientras en el principio se deja a cada masón en libertad de
interpretar esta expresión de gran arquitecto según sus particulares ideas filosóficas,
opiniones y creencias teístas o panteístas, considerándose en este último caso el gran
arquitecto como expresión abstracta de la ley suprema del universo, se le conducirá después
gradualmente por medio de su propio trabajo interno o el esfuerzo personal con el cual se
consigue todo progreso, a un reconocimiento más perfecto, a una realización mas íntima y
profunda de este principio, al mismo tiempo inmanente y trascendente, que constituye la
base y esencia de todo lo existente. De esta manera sin imponer opinión o creencia alguna
pero dejando a cada cual en libertad de interpretar esta expresión simbólica según su
particular educación y sus convicciones, todos son conducidos naturalmente hacia una
misma verdad, esforzándose en penetrar cada cual más adentro, llegando al fondo de su
propia visión y creencia, que como todas tiene que ser tolerada, respetada e interpretada
como uno de los diferentes caminos que conducen a la verdad”.

Ahora solo queda señalar como se refiere nuestro rito al Gran Arquitecto. Como
sabemos en nuestro rito en particular, hay algunos pasajes donde aparecen frases de real
importancia, las cuales nos ayudarán a encontrar aquella respuesta, aquellas frases solo nos
dan una señal, una pequeña pista que seguir, porque como se ha dicho siempre el trabajo
más importante lo debemos hacer nosotros en nuestro interior. Las frases a las cuales me
refiero son las siguientes y que aparecen en nuestro ritual de apertura y cierre.

- Así como el arquitecto humano concibió y construyó el templo que nos cobija en
esta hora, con la ayuda de sus obreros; de la misma manera el Templo Universal,
que es el mundo, fue concebido y construido por un Arquitecto Eterno, autor de
todo lo que ha sido, es y será, asistido también por sus obreros.

- Estos tres números misteriosos y su suma constituyen la esencia del misterio de


nuestra Cámara del Medio. Manifiestan de esta manera el poder del Sublime
Arquitecto de los Mundos, porque es por ellos y con ellos como Él ordenó todo lo
que constituye la esencia del Ser: la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, que
constituyen Su misteriosa Tri-unidad.
- Yo soy la fuente de las existencias y de todos los seres. Yo soy el ayer y conozco el
mañana.

- Yo soy la eternidad, el mundo, el tiempo, el porvenir. Yo tengo la esencia del bien,


la bondad y la verdad.

- Yo he creado todas las formas con mi palabra, cuando aún no había cielo ni tierra.

Respecto a todo lo anterior QQ.·.HH.·. que podríamos decir como conclusión; es


bastante difícil tener un juicio claro y acertado sobre este tema, ¿quién puede decir con
cierta convicción que está absolutamente en lo cierto cuando se refiere al Gran Arquitecto?,
aquella respuesta sabemos que la poseemos todos y sin excepción en nuestro maestro
interno, esa sensación indescriptible de tranquilidad que algunos la definen como fe, la cual
no se puede especificar sencillamente con palabras, porque quizás nunca encontraríamos las
adecuadas para describir aquella percepción de paz absoluta. Siendo realistas, aunque en
esta vida no logremos comprender en su totalidad lo que es el profundo significado del
Verbo al cual se refiere San Juan, lo que quizás conllevaría además a lograr estar cada vez
más cerca del estado crístico, como masones sabemos, que estamos dando grandes pasos
hacia ese fin en común, y por eso, es nuestro deber y obligación de manifestar, y si es
necesario conducir por aquel camino, a aquellos hermanos profanos que soliciten nuestra
ayuda espiritual, y que tengan oídos para escuchar y ojos para ver simbólicamente
hablando. Así como los grandes iniciados dejaron su importante legado a la humanidad,
también entendemos que todos los caminos en la búsqueda de la iluminación espiritual
conducen a un mismo fin, por lo cual siempre debemos tener tolerancia de las diferentes
opiniones que existan, sobre todo en lo referente a este tema, porque el principio más
básico de ser masón y que nos aleja de toda religión o dogma es ser un libre pensador,
recordemos además que las más grandes guerras de la humanidad, se han generado por la
intolerancia del hombre respecto a un dogma o creencia distinto del suyo, quizás cuantas
cosas se evitarían si todos estuviéramos en la misma vibración. Pensar en esto es quizás un
fin un poco utópico, pero ¿qué utopía no es digna de ser llevada a cabo por el bienestar de
la humanidad?, para que seamos más y mejores como nos dice siempre nuestro I.·. y P.·.
H.·. Patricio.

Para finalizar, no podría terminar de otra forma si hablamos a lo que Gran


Arquitecto se refiere, y siendo consecuente con este trabajo, debemos seguir el legado de
los que lograron comprender el verdadero significado acerca del Gran Arquitecto, para lo
cual repetiré nuevamente la frase que nos dejo el apóstol Juan la cual deberemos siempre
trabajar para producir ese cambio radical en nosotros mismos: “En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.

Es mi palabra, V.·. M.·.

Marcelo A. Garrido Sáez

Oriente de Santiago de Chile, 08 de Abril de 2011. e.·.v.·.


Bibliografía:

1.- Lavagnini, Aldo (Magister) - Manual del aprendiz masón.


2.- Michael Baigent & Richard Leigh - Masones y Templarios
3.- René Guénon – Artículo de internet.
4.- Revista MAAT de la Magna tenida de la Fiesta del Aprendiz del día 03 de Noviembre
de 2007 e.·. v.·.

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