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S.·.F.·.U.·.
Respetable Logia “Isis” Nº2
Desde que era un niño pensaba constantemente de donde venía Dios, en forma
incesante buscaba la forma de explicar y entender algo de por qué esa expresión de siempre
y por siempre, es tan exagerado y a la vez incluso confuso, las enseñanzas del colegio, las
clases de religión, cada año que iba creciendo sentía que cuestionaba cada vez mas todo a
mi alrededor, a pesar de que estoy seguro de estar en mi verdadero sitio en estos momentos
aun siento y es inevitable pensar en aquello que inquieta a muchos, y que ahora esa
respuesta no es tan necesaria buscarla como antes porque con las herramientas recibidas
durante este tiempo nos vamos dando cuenta que la respuesta siempre la hemos tenido, solo
hay que buscarla en nuestro maestro interno, en aquella chispa divina que todos poseemos
sin excepción como lo menciona nuestro ritual.
Es inevitable pensar en aquellos pasajes de la biblia donde se menciona que José era
un carpintero, por lo cual además se refería a Jesús como el hijo del carpintero. Con ojos
profanos y condicionados por las enseñanzas de la iglesia y además por su particular
interpretación de la biblia, nos imaginábamos siempre a Jesús materialmente hablando
como alguien pobre pero probablemente la realidad era muy diferente, con nuestros ojos de
iniciados en la Masonería nos damos cuenta o por lo menos dudamos y reflexionamos
acerca de a qué se refería la biblia realmente con el término de carpintero. Acerca del
significado profundo de aquella palabra y para mi tranquilidad he encontrado un artículo
referente al tema, de un autor llamado René Guénon del cual compartiré con ustedes cierto
pasaje.
“Ha habido siempre entre las iniciaciones de oficio, una especie de querella de
precedencia entre los albañiles talladores de piedra y los carpinteros, y si se consideran las
cosas no en el aspecto de la importancia actual de estas dos profesiones en la construcción
de edificios, sino en el de su antigüedad respectiva, es bien cierto que los carpinteros
pueden efectivamente reivindicar el primer rango.
Tales edificios eran evidentemente menos duraderos que los construidos en piedra;
también el empleo de la madera corresponde entre los pueblos sedentarios, a un estadio de
menor fijeza que el de la piedra, o, si se quiere, aun menor grado de solidificación, lo que
está muy de acuerdo con el hecho de relacionarse con una etapa anterior en el curso del
proceso cíclico.
Esta observación por simple que pudiese parecer en sí misma, está muy lejos de
carecer de importancia para la comprensión de ciertas particularidades, del simbolismo
tradicional, es así como, en los más antiguos textos de la India, todas las comparaciones al
simbolismo constructivo son siempre sacadas del carpintero, de sus útiles y de su trabajo; y
Vishvakarma “El Gran Arquitecto” mismo es designado también con el nombre de
Twashtri que es literalmente “El Carpintero”.
Se puede pues decir, que el oficio de carpintero y el de albañil, puesto que proceden
en definitiva del mismo principio, proporcionan dos lenguajes parecidamente apropiados
para la expresión de las mismas verdades de orden superior, la diferencia no es más que una
simple cuestión de adaptación secundaria, como lo es siempre la traducción de una lengua a
otra, pero bien entendido, cuando se trata de cierto simbolismo determinado, como en el
caso de los textos tradicionales de la India a los cuales hacíamos alusión anteriormente,
hace falta, para comprender enteramente su sentido y su valor, saber de una manera precisa
cuales, de los dos lenguajes, es aquel más propiamente relacionado.
A este respecto señalaremos un punto que nos parece tener una importancia
totalmente particular, se sabe que en griego la palabra “hyle” significa primitivamente
“madera”, y que es al mismo tiempo la que sirve para designar el principio sustancial de la
materia prima del cosmos, y también como aplicación derivada de esta, a toda materia
secunda, es decir a todo lo que desempeña en un sentido relativo, en tal cual caso, un papel
análogo al del principio sustancial de toda manifestación.
A esto hacía mención QQ.·.HH.·. con lo referente a que es muy probable que la
familia de Jesús eran todos un grupo de iniciados en los misterios y como siempre el
conocimiento no es para todos, solo para aquellos que entiendan y descubran el verdadero
significado de los símbolos, signos y palabras. Es así que quizás el que comprendió el
verdadero mensaje fue el apóstol Juan, quien en su evangelio nos relata de manera tan
particular y de significado tan profundo la vida de Cristo. Ya en el comienzo de su
evangelio nos describe de que manera el comprendía el mundo, en definitiva el todo, “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Si quisiéramos
compenetrarnos en estas palabras así como fueron concebidas en el espíritu de Juan y
tomando las dichas por un Q.·. H.·. en un artículo de la revista de la fiesta del aprendiz,
tendríamos que escribir una larga historia de la humanidad. “Hubo un tiempo en que la
palabra tenía mucho más vida, que la muerta y perdida de hoy. La creación hablaba todavía
al hombre; no un neutro de creación, sino que poderosos seres le hablaban de su existencia
y actuación, El Verbo del mundo se extinguió poco a poco. El mundo exterior enmudecía
cada vez más, dejando que hablase el hombre. Ya había pasado el antiguo tiempo adámico
cuando el evangelista comienza su relato. Pero sus últimos ecos vibran todavía en su alma y
hacen surgir en su espíritu un vislumbre de los acordes majestuosos que dieron vida a toda
existencia”.
“….Y era en los edificios basados en la forma y el número más que en cualquier
otro adorno figurativo, donde debía alojarse la presencia divina.
Hacia finales del Siglo I a. de C. el arquitecto romano Vitruvio había enunciado las
que habían de convertirse en las premisas más básicas para los constructores posteriores. El
había recomendado por ejemplo que los constructores se organizaran en sociedades o
collegia mutualmente beneficiosos. Había insistido “Dejad que los altares miren al este”
como lo hacen las iglesias cristianas, y más importante aún, había establecido la posición
del arquitecto como algo más que un simple técnico. El arquitecto decía Vitruvio debe
ser…un avezado dibujante, un matemático, familiarizado con los estudios históricos, un
aplicado estudiante de filosofía, conocedor de la música, familiarizado con la astrología”.
Para Vitruvio, en efecto, el arquitecto era una especie de mago, versado en la suma
del conocimiento humano y que estaba en el secreto de las leyes fundamentales de la
creación. En un lugar prominente de estas leyes figuraba la geometría que el arquitecto
estaba obligado a aplicar a fin de construir templos “con la ayuda de la proporción y
simetría…”
Para continuar con el trabajo en el siguiente punto haré mención al concepto de
Gran Arquitecto según Lavagnini.
Ahora solo queda señalar como se refiere nuestro rito al Gran Arquitecto. Como
sabemos en nuestro rito en particular, hay algunos pasajes donde aparecen frases de real
importancia, las cuales nos ayudarán a encontrar aquella respuesta, aquellas frases solo nos
dan una señal, una pequeña pista que seguir, porque como se ha dicho siempre el trabajo
más importante lo debemos hacer nosotros en nuestro interior. Las frases a las cuales me
refiero son las siguientes y que aparecen en nuestro ritual de apertura y cierre.
- Así como el arquitecto humano concibió y construyó el templo que nos cobija en
esta hora, con la ayuda de sus obreros; de la misma manera el Templo Universal,
que es el mundo, fue concebido y construido por un Arquitecto Eterno, autor de
todo lo que ha sido, es y será, asistido también por sus obreros.
- Yo he creado todas las formas con mi palabra, cuando aún no había cielo ni tierra.