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Departament de Medicina Preventiva i Salut Pública,

Ciències de l’Alimentació, Toxicologia i Medicina Legal

INTOLERANCIA A FRUCTOSA-
LACTOSA E INTOLERANCIA A
FRUCTOSA: DOS CASOS
CLÍNICOS

Máster Universitario en Nutrición Personalizada y


Comunitaria
Edición 2015-2016

Estudiante: Alejandro López Mejias

Tutora: María Inmaculada Zarzo Llobell

1
ÍNDICE

RESUMEN/ABSTRACT…………………………………………..…… pág 3-4

1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………….. pág 5-6

2. MATERIALES Y MÉTODOS………………………………………….. pág 7-8

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN………………………………..………. pág 9-15


3.1. Caso clínico: Intolerancia a la fructosa-lactosa
3.2. Caso clínico: Intolerancia a la fructosa

4. CONCLUSIONES……………………………………………………….. pág 16

5. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………….. pág 17

6. ANEXOS……………………………………………………………...….… pág 18-23

2
RESUMEN

Introducción: Actualmente, las afecciones gastrointestinales, como las


intolerancias alimentarias, juegan un papel relevante en nuestra sociedad. Se trata de
reacciones adversas no tóxicas que conllevan una incapacidad para digerir un
determinado alimento y metabolizarlo. La intolerancia a la fructosa y/o a la lactosa son
las más destacadas en la población. A continuación compararemos trabajos científicos
que abordan dichas patologías con dos casos clínicos.

Materiales y métodos: En la metodología se emplea un consentimiento


informado de acuerdo al comité ético de la Universidad de Valencia para que los casos
clínicos sepan que se utilizará su información personal. Se ha realizado un análisis
parasitológico mediante pruebas en heces y saliva, además del test del aliento de
hidrógeno espirado (TAHE). La búsqueda bibliográfica ha sido centrada en PubMed,
motor de búsqueda de libre acceso a la base de datos MEDLINE.

Resultados y discusión: La intolerancia a la fructosa se produce por la


ausencia o déficit de la enzima que hidroliza la fructosa y la sacarosa, mientras que en
el caso de la lactosa, la enzima encargada de metabolizarla es la lactasa. Dichas
enzimas se producen en los enterocitos. Ambas afecciones producen síntomas
similares, relacionados con el tracto gastrointestinal, aunque varía la intensidad
dependiendo de la susceptibilidad individual a fructosa y/o lactosa. El tratamiento se
centra en la eliminación total de alimentos o grupos de alimentos que contengan tales
azúcares, al menos al principio, y poco a poco se pueden ir reintroduciendo. La
efectividad de éste se producirá gracias a una adecuada educación y planificación
nutricional personalizada, junto a la empatía.

Conclusión: Las personas que padecen esta patología se someten a


situaciones sociales realmente incomodas ya que la aparición de los síntomas puede
producir malestar físico y emocional. Mantener un buen nivel de empatía hacia los
pacientes junto a una planificación nutricional personalizada, dará lugar a una
adherencia positiva en el tratamiento.

Palabras clave: intolerancia a la fructosa, intolerancia a lactosa, malabsorción,


TAHE, empatía.

3
ABSTRACT

Introduction: Nowadays, gastrointestinal disorders, such as the food


intolerance, play a relevant role in our society. It is about non-toxic adverse effects,
which lead to an inability to digest a particular food and metabolize it. Fructose and/or
lactose are the most pertinent in the population. We will compare scientific papers
dealing with these pathologies with two clinical cases.

Materials and methods: The methodology employs an informed consent


according to the ethics committee of the University of Valencia for the clinical cases to
know that they will be used with their personal information. A parasitological test
analysis was performed in faeces and saliva, in addition to the hydrogen breath test
(TBH). Regarding the literature research, it has been granted on PubMed, a free-
access search engine to the MEDLINE database.

Results and discussion: The fructose intolerance is caused by the absence or


deficit of the enzyme that hydrolyses fructose and sucrose, whereas in the case of
lactose, the enzyme responsible for metabolizing it is lactase. These enzymes are
produced in the enterocytes. Both conditions produce similar symptoms related to the
gastrointestinal tract, although it varies the intensity depending on individual
susceptibility to fructose and/or lactose. The treatment focuses on the total suppression
of foods or groups of foods containing such sugars, at least at the beginning, and little
by little reintroducing them again. The effectiveness of this will occur thanks to a proper
nutritional and personalized education and planning, along with empathy.

Conclusion: People who suffer from this disease are subjected to really
uncomfortable social situations since the onset of symptoms can cause physical and
emotional discomfort. Maintaining a good level of empathy towards the patients along
to a personalized nutritional planning will lead to a positive adherence in the treatment.

Keywords: fructose intolerance, lactose intolerance, malabsorption, TBH,


empathy.

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1. INTRODUCCIÓN

Actualmente, gran parte de la sociedad humana vive en ambientes donde las


enfermedades infecciosas no suelen proliferar como antaño, no obstante, las
afecciones gastrointestinales ocupan un papel relevante como pueden ser las
intolerancias alimentarias. Pues para un pequeño porcentaje de la población,
alimentos específicos o componentes de determinados alimentos pueden causar
reacciones adversas. Algunas de estas reacciones son las intolerancias alimentarias,
las cuales son reacciones adversas no tóxicas, que conllevan una incapacidad para
digerir un determinado alimento y metabolizarlo (1).

Dichas dolencias han alcanzado un primer plano gracias al avance en su


tratamiento. Tanto la intolerancia a la fructosa (figura 1) como a la lactosa (figura 2),
ambas muy destacadas en la población, son reacciones no tóxicas enzimáticas que
dependen de la susceptibilidad individual a determinados azúcares.

Figura 1 y 2: Estructuras moleculares de la fructosa y lactosa (1-2).

Las reacciones adversas pueden clasificarse en tóxicas o no tóxicas. El grupo


de las no tóxicas depende de la susceptibilidad individual a un cierto nutriente y solo
ocurre en una proporción pequeña de personas, es aquí donde se encuentran las
intolerancias alimentarias. Estas, a su vez, se dividen en subgrupos denominados
intolerancia enzimática, metabólica, farmacológica e indeterminada. La intolerancia a
la fructosa y/o a la lactosa (figura 3) son un ejemplo de intolerancias enzimáticas, las
cuales comparten un mismo diagnóstico clínico, ya que debido a un déficit enzimático
estos azúcares no pueden ser asimilados por el organismo (3).

5
Figura 3: Ejemplos de intolerancias enzimáticas según los tipos de Carbohidratos,
adaptación de la revisión: “The Malabsorption of Commonly Occurring Mono and
Disaccharides” (4).

Por lo general, estas reacciones son diagnosticadas por medio del test del
aliento de hidrógeno espirado (TAHE); el cual es uno de los métodos más utilizados en
(4-5)
la malabsorción de hidratos de carbono, y ha sido empleado en muchos estudios
que recalcan su eficacia, como por ejemplo en estudios de Raithel M, et al 2013 o
Wilder-Smith C.H, et al 2013. También pueden realizarse biopsias para comprobar la
actividad de la enzima que se encuentra en la mucosa del intestino delgado o análisis
de sangre para determinar la cantidad de azúcar que se absorbe, pero como hemos
(6)
comentado anteriormente, son métodos menos utilizados .

Los objetivos del Trabajo Fin de Master están enfocados a estudiar dos casos
clínicos relacionados con la intolerancia a la lactosa-fructosa y otro a la fructosa. Y
comparar los datos obtenidos con otras referencias bibliográficas.

6
2. MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizó la evaluación de dos casos clínicos en un gabinete dietoterapéutico,


el primer paciente era una mujer de 25 años mientras que el otro caso trata de una
mujer de 37 años. Ambas fueron informadas, mediante consentimiento informado de
acuerdo al comité ético de la Universidad de Valencia (UV) (Anexo 3-6), de que su
historia clínica y personal sería expuesta en este Trabajo Fin de Master. Dicha
información fue obtenida mediante la realización de una anamnesis e historia clínica y
dietética; siendo utilizado este último para detectar la posible presencia de alimentos
permitidos y/o prohibidos para cada patología.

Para el análisis parasitológico se realizaron pruebas en heces y saliva, para las


heces se llevó a cabo un examen microscópico donde fue evaluada la concentración
de posibles parásitos y de la tinción de coccidios, además, de un examen
inmunológico a partir de la Técnica de Inmunocromatografía para antígeno de Giardia
intestinalis, Cryptosporidium parvum y Entamoeba histolytica. Por otra parte, para la
saliva se realizó un examen inmunológico mediante la Técnica de
Enzimonmunoensayo IgA secretora frente a Giardia intestinalis.

Para la evaluación del TAHE, al sujeto en prueba se le da una bebida que


contiene una cantidad de un azúcar, por ejemplo: 50 gramos de lactosa o 25 gramos
de fructosa o de 5 a 10 gramos de sorbitol, depende del azúcar que se necesite
ensayar. La exhalación de hidrógeno (H2) se mide cada 30 minutos durante un período
de 150 a 180 minutos, en la figura 4 podemos comprobar la aplicación del test. Como
nuestro organismo no es capaz de producir H2, este solo puede generarse si los
carbohidratos alcanzan la flora bacteriana, es decir, si las bacterias producen este gas
al entrar en contacto con los carbohidratos es porque estos no han podido absorberse
con anterioridad, y por tanto, hay un problema de absorción. Se considera que el valor
normal de H2 espirado tiene que ser <20 ppm, por lo que el valor patológico se estima
a partir de >20 ppm (4).

7
Figura 4: Aplicación del test del aliento de hidrógeno espirado (TAHE).

En cuanto a la búsqueda bibliográfica, se ha realizado en PubMed, motor de


búsqueda de libre acceso a la base de datos MEDLINE. Dicha base de datos contiene
citaciones y resúmenes de artículos de investigación biomédica ofrecido por la
Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos de América
(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed). Para poder encontrar aquellos artículos que se
ciñesen al tema, tuvimos que emplear una serie de descriptores en la página web
(carbohydrate, intolerance). Además de emplear el filtro Title/Abstract, para así, reducir
la búsqueda. Hay que recalcar que el operador booleano que utilizamos fue AND;
dicho operador permite enfocar la búsqueda vinculando descriptores y definiendo la
relación entre ellos. Así que, finalmente, recurrimos a una estrategia de búsqueda:

(carbohydrate[Title/Abstract]) AND intolerance[Title/Abstract]

Por último, tuvimos que usar otros 3 filtros para reducir aún más la búsqueda.
Estos filtros fueron Free full text, 5 years y humans. Hay que añadir que también
hemos investigado en webs de gran relevancia a nivel nacional e internacional sobre
las afecciones gastrointestinales.

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3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

3.1. Caso clínico: Intolerancia a la fructosa-lactosa

Paciente de 25 años, mujer que acude a consulta diagnosticada de intolerancia


adquirida a lactosa y fructosa, mediante el TAHE (Anexo 1-2). Tras acudir al
departamento de Digestivo, su médico le recomienda asesoramiento y consejo por
parte de un Dietista-Nutricionista, con el fin de disminuir síntomas, aumentar de peso y
mejorar su salud.
En su primera visita, a mediados de Octubre de 2014, presentó un IMC de 16,2 Kg/m2
(bajo peso), una talla de 149 cm y un peso de 34,5 Kg donde la masa grasa alcanzaba
4,1 Kg y la masa magra 28,5 Kg. Muestra un estado anímico positivo, a pesar de que
tiene miedo a la ingesta de alimentos en general y a los síntomas. En todo momento
se encuentra acompañada y apoyada por familiares de manera incondicional, lo que
conllevará a una evolución positiva en el aumento de su masa corporal, como
podemos apreciar de manera más gráfica en la figura 5. Se le pauta un tratamiento
nutricional, con dieta totalmente exenta de lactosa y fructosa, hasta nueva revisión,
además de un suplemento vitamínico.
La paciente mejora con el tratamiento durante los primeros meses hasta alcanzar los
36,7 Kg (5 Kg masa grasa y 29,8 Kg masa magra), aunque todavía sigue estando en
un IMC de bajo peso. A finales de Junio de 2015 presenta una recaída con muchos
síntomas (vómitos, diarrea, meteorismo e hipotensión), que requiere su ingreso
hospitalario. Tras su salida del hospital, con un peso de 35 Kg (3,9 Kg masa grasa y
28,8 Kg masa magra) pero un buen estado anímico, acude a consulta de nuevo. Se le
pauta suplementación de tipo vitamínico (en cantidad superior a la anterior) y se le
recomienda una colonoscopia, para descartar otras patologías digestivas. A principios
de 2016 se le practica colonoscopia, con resultado negativo (Anexo, figura 3).
Actualmente, la paciente comienza a tolerar pequeñas cantidades de fructosa,
pautadas en dieta por D-N, sin prácticamente síntomas, se encuentra a la espera de
una próxima revisión.

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Figura 5. Evolución de la composición corporal del paciente, desde Octubre de 2014
hasta principios de 2016. Datos obtenidos a partir de la historia clínica de la paciente en
cuestión.

La modificación en la alimentación del paciente, eliminando productos que


conllevasen lactosa y fructosa, fue suficiente para mejorar considerablemente el
estado de salud del sujeto, ya no solo para evitar los síntomas sino también para
conseguir una mayor seguridad en situaciones sociales.
Las intolerancias alimentarias son reacciones adversas que conllevan una incapacidad
para digerir y metabolizar un determinado alimento, dichas reacciones son más
frecuentes en hidratos de carbono simple. La intolerancia a la fructosa y lactosa que
padece la paciente es adquirida, es decir, secundaria, y por tanto, es debida a una
disfuncionalidad de las células del intestino delgado causada por una patología (3).

La intolerancia a la fructosa se produce por la ausencia o déficit de la enzima


que hidroliza la fructosa y la sacarosa. Estos azúcares están presentes en múltiples
grupos de alimentos, como podemos observar en la Tabla 1.
Las células encargadas de la absorción de nutrientes en el intestino reciben el nombre
de enterocitos, en ellas se encuentran los transportadores intestinales para la fructosa
las cuales son proteínas codificadas genéticamente, el objetivo de GLUT-5 es
introducir la fructosa desde la luz del intestino delgado al interior y GLUT-2 tiene como
misión pasar la fructosa de la célula a la sangre, la carencia de alguno de estos
transportadores produce manifestaciones clínicas como náuseas, vómitos, ictericia,
aumento del tamaño del hígado, irritabilidad, distensión abdominal, entre otros (1) (5) (7).
El tratamiento se centra en una alimentación exenta de fructosa pero varía
dependiendo de la persona, es decir, todos los casos de intolerancia a la fructosa
comienzan con la eliminación de la dieta de todos aquellos alimentos o grupos de
alimentos que contengan alguna cantidad de fructosa. No obstante, después de ello,
cada paciente comienza a introducir pequeñas cantidades hasta comprobar cuanto
pueden tolerar sin que se produzca un malestar o aparición de los síntomas.

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Tabla 1. Contenido de fructosa por cada 100 g en distintos grupos de alimento,
adaptación del libro “Nutrición y Dietética Clínica” (9).

Grupo Muy bajo (1 g) Bajo (1-3 g) Medio (3-5 g) Alto (>5 g)


Frutas Aguacate, lima, coco, Ciruela, grosella Arándanos, fresa, Albaricoque seco,
chufa, albaricoque, roja, mandarina, frambuesa fresón, caquis, cerezas,
papaya naranja, granada, guindas,
melocotón, melón, guayaba, ciruela pasa, chirimoya,
nectarina, pomelo, grosella, mango, dátiles, higos secos,
piña, sandía kiwi, melocotón brevas, manzana, pera,
seco, membrillo, ciruela, uva
moras, plátano,
zumo de naranja,
piña
Frutos Almendra, avellana, Nueces
secos castaña, piñones,
cacahuete.
Verduras Alcachofas, acelga, Apio, brócoli, Tomate
ajo, berenjena, berro, calabaza, cebolla,
champiñón, coles, repollo,
espinacas, guisantes, coliflor, escarola,
garbanzo, lechuga, zanahoria,
pepino, setas, espárragos,
rábano, remolacha puerros.
Legumbres Habas Guisantes, lentejas
garbanzos,
alubias, soja.
Farináceos Patata, cereales, pan Cereales y formas
y feculentos y derivados integrales
Lácteos Leche, leche
condensada, queso,
requesón
Alimentos Huevos, carnes y
ricos en pescados naturales
proteínas (no preparados)
Otros Margarina, Achicoria Jalea real, miel,

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natillas, flan mermelada, bebidas
(caseros) azucaradas, cereales
azucarados o con miel,
fruta en almíbar,
chocolate, dulce
de membrillo, alcohol

Mientras que en la intolerancia a la lactosa, la enzima encargada de


metabolizar este disacárido es la lactasa, la cual también se sintetiza en los
enterocitos. El déficit de esta proteína ocasiona que la lactosa pase al intestino grueso
digerida parcialmente o no digerida, y es allí donde es descompuesta por las bacterias
del intestino grueso, generando sustancias de desecho como hidrógeno (H2),
anhídrido carbónico (CO2), metano (CH4) y ácidos grasos de cadena corta que
provocan síntomas como náuseas, vómitos, diarreas, distensión abdominal, etc. Dicho
azúcar se encuentra en el grupo de alimentos lácteos y derivados, como observamos
(2)
en la Tabla 2 . El tratamiento se centra en una alimentación exenta de lactosa pero
varía dependiendo de la persona, es decir, todos los casos de intolerancia a la lactosa
comienzan con la eliminación de la dieta de todos aquellos lácteos o derivados que
contengan alguna cantidad de lactosa. No obstante, después de ello, cada paciente
comienza a introducir pequeñas cantidades hasta comprobar cuanto pueden tolerar sin
que se produzca un malestar o aparición de los síntomas.

Tabla 2. Contenido de lactosa por cada 100 g en distintos productos lácteos,


adaptación del libro “Nutrición y Dietética Clínica” (8).
Alimento Contenido en lactosa (g/100 g)
Leche de vaca 4,3-5
Leche de cabra 4,5
Leche de oveja 5,1
Leche en polvo desnatada 5,3
Leche condensada 12,3
Quesos frescos 2,5-2,7
Quesos curados Trazas
Nata 2,4
Mantequilla 0-0,5
Yogur 2,7
Yogur que contiene leche en polvo 4,7-5

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En cuanto al tratamiento, varios estudios demuestran la eficacia de una dieta
exenta de fructosa y lactosa, simplemente con el establecimiento de una dieta
adecuada a las necesidades particulares de los pacientes se consigue un gran alivio
en los síntomas (5). En nuestro caso, dicho tratamiento consta de la eliminación total de
productos que contengan estos azúcares, aun así, también depende la tolerancia del
sujeto. Normalmente, se comienza por una fase exenta en lactosa y fructosa y
después se introducen de manera paulatina.
También se estableció una fase de educación nutricional, por medio de la enseñanza
de recetas adecuadas a su situación, las cuales puedan consumirse tanto en el hogar
como fuera de este, además, de mostrarle que alimentos son aptos para ella. Su
adherencia al tratamiento fue muy positiva, ya que es una persona responsable y
estructurada que puso mucho de su parte para cambiar su situación. Todo ello condujo
a una mejora sustancial, no solo por el peso, aunque son unos pocos kilogramos en
este tipo de pacientes aumentar la masa corporal es difícil, sino también por un
incremento en su calidad de vida, tanto social como personal. Con la disminución de
los síntomas volvió a trabajar, ya que durante un corto espacio de tiempo pidió la baja
laboral, esto también mejoró su bienestar físico, psíquico y social, regresó a su vida
cotidiana, y no solo eso, sino que al encontrase mejor se ocasionó una mayor
seguridad para realizar eventos sociales. Hay que recalcar que su círculo social más
cercano le brindó un apoyo incondicional, por ejemplo, sus amigos cambiaron tanto su
manera de alimentarse cuando ella asistía a eventos sociales como los lugares de
restauración a los que solían ir.

3.2. Caso clínico: Intolerancia a la fructosa

Paciente mujer, 40 años, que practica deporte varias veces a la semana, en


concreto yoga y pilates. En Septiembre de 2015 fue diagnosticada de intolerancia
secundaria a fructosa de la misma manera que el primer caso clínico, es decir,
mediante el test del aliento de hidrógeno espirado, y acude a consulta en Octubre de
2015 debido a intensos dolores abdominales, meteorismo y leve pérdida de peso.
En su llegada pesaba 45 Kg, tenía una talla de 152 cm y, por tanto, su IMC se
encontraba en un rango normal (19,5 Kg/m 2) pero muy cerca del bajo peso. Su
anamnesis revela que tiene menopausia precoz desde 2004, fue operada de una
hernia discal en la cuarta vértebra lumbar en Septiembre de 2007, y además, padece
fibromialgia desde Marzo de 2012.

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El tratamiento farmacológico que recibe es Diane 35 y Trimax 10, el primer
fármaco es un anticonceptivo que utiliza como terapia hormonal y el segundo está
enfocado al cansancio ocasionado por la fibromialgia.
En su segunda visita, a finales de Diciembre de 2015, pesa 43,9 Kg y su IMC se
encuentra en 19 Kg/m 2. Lo mismo ocurre en su última visita, a mediados de Mayo de
2016, donde ha vuelto a perder peso, su masa corporal es de 43 Kg y su IMC de 18,6
Kg/m2, prácticamente está en bajo peso. Actualmente, se ha presentado a una
analítica parasitológica, la cual ha dado un resultado negativo (Anexo, figura 4), y se
encuentra pendiente de analítica de déficit DAO (enzima digestiva encargada de
eliminar la histamina procedente de los alimentos).

Como ya hemos explicado, la intolerancia a la fructosa se produce a nivel


enzimático, es decir, con la ausencia de transportadores intestinales (GLUT-5 y GLUT-
2) la fructosa es incapaz de llegar a nuestras células. Por tanto, se produce un
incremento de este azúcar en el colón lo que genera manifestaciones clínicas
(1) (4)
indeseadas como distensión abdominal, náuseas, vómitos, etc. .

El tratamiento dietético consta de una dieta exenta en fructosa, que le cuesta


seguir por varios motivos, lo que conlleva a una adherencia leve al tratamiento. Todos
los días (lunes-viernes), come en el comedor escolar debido a su profesión. Por tanto,
su alimentación depende de lo que haya en la cocina del centro, aunque se le
proporciona tablas de alimentos con el contenido de fructosa para que los cocineros
del centro escolar puedan preparar comida acorde a las necesidades del sujeto.
Debido a su manera de comprender la vida, ella concibe que esta patología no tiene
por qué enturbiar su vida cotidiana, y por tanto, en varias ocasiones hace caso omiso
al tratamiento. Tampoco quiere aumentar de peso debido a su lesión de espalda por
una gran cicatriz de la operación de hernia discal, aunque tiene molestias por
encontrarse en un peso tan bajo.
A pesar de la leve adherencia al tratamiento se encuentra con muy buen estado de
ánimo, es cierto que la paciente ha asimilado parte de la información que se le
dispuso, por lo que aunque sea mínima la mejora, sí la hay.

En la Tabla 3, observamos una pérdida de peso durante los casi 7 meses que
lleva la sujeto con tratamiento dietético, principalmente de masa grasa. No obstante,
cabe recalcar que en los dos primeros meses hubo una pérdida considerable de masa
muscular (2,8 Kg), la cual actualmente está recuperada.

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Esta disminución de masa corporal es contraría al objetivo que queremos alcanzar, el
cual trata de mejorar la alimentación y el bienestar físico del sujeto mediante una
alimentación adecuada y exenta de fructosa pero sin el aumento de su peso, ya que
es la paciente la que no quiere ganar peso.

Tabla 3. Evolución de la composición corporal de la paciente, datos obtenidos a partir


de su historia clínica.

1/10/2015 28/12/2015 13/05/2016


Altura (cm) 152 152 152
2
IMC (Kg/m ) 19,5 19 18,6
Peso (Kg) 45 43,9 43
Masa Grasa (Kg) 11,1 10,8 9,3
Masa Muscular (Kg) 32,2 31,4 32,1
Masa Ósea (Kg) 1,7 1,7 1,6

En este caso clínico se prescribió un tratamiento dietético personalizado


centrado en la supresión total de alimentos que tuviesen alguna cantidad de fructosa
para así prevenir los síntomas y malestar ocasionados por la intolerancia a la fructosa
diagnosticada. Como en el caso clínico anterior, se repite el mismo tipo de intolerancia,
que es intolerancia a la fructosa adquirida, por lo que deriva a partir de otra patología.
Sin embargo, ha ocurrido lo contrario que en el caso anterior, la modificación de la
alimentación en la paciente no ha producido los objetivos esperados, sino que ha
perdido peso.

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4. CONCLUSIONES

1. Cada vez aumentan más la aparición de intolerancias alimentarias a fructosa


y/o a lactosa, la tolerancia a dichos azúcares varía dependiendo del sujeto en
cuestión.
2. El diagnóstico para ambas afecciones gastrointestinales es el mismo, el TAHE.
3. El comienzo del tratamiento está enfocado hacia una eliminación de alimentos
o grupos de alimentos que contengan fructosa y/o lactosa, poco a poco, se van
introduciendo pequeñas cantidades de estos azúcares hasta comprobar que
cantidad son capaces de asimilar.
4. Los síntomas producidos por las intolerancias son muy incómodos desde el
punto de vista social, ya que en muchos casos no te permite adherirte a
aquellas reuniones sociales donde esté la comida, las cuales son la mayoría.
5. La empatía en este tipo de casos es fundamental para entender al paciente y
comprender las necesidades, no solo nutricionales sino también emocionales y
sociales, que requieren.
6. Los artículos científicos revisados coinciden con el diagnóstico, tratamiento y
los síntomas, pero no hablan de la empatía, factor fundamental para ayudar a
este tipo de pacientes.

16
5. BIBLIOGRAFÍA

(1)
Douard V, Ferraris RP. The role of fructose transporters in diseases linked to
excessive fructose intake. J Physiol. 2013; 591(2): 401–414.

(2)
Asociación de Intolerantes a la Lactosa España (ADILAC). Barcelona,
España. 2003. [actualizado Abril 2015; citado Marzo 2015]. Disponible en:
http://www.lactosa.org/saber.html

(3)
Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex
(AEPNAA). Madrid, España. 2010. [actualizado Mayo 2016; citado Marzo 2016].
Disponible en: http://www.aepnaa.org/alergia/clasificacion-de-las-reacciones-adversas-
a-alimentos-55

(4)
Raithel M, Weidenhiller M, Fritz-Karl Hagel A, Hetterich U, Friedrich Neurath
M, Konturek PC. The Malabsorption of Commonly Occurring Mono and Disaccharides:
Levels of Investigation and Differential Diagnoses. Dtsch Arztebl Int. 2013; 110(46):
775–782.
(5)
Wilder-Smith CH, Materna A, Wermelinger C, Schuler J. Fructose and
lactose intolerance and malabsorption testing: the relationship with symptoms in
functional gastrointestinal disorders. Aliment Pharmacol Ther. 2013; 37: 1074–1083.

(6)
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(7)
Fedewa A, S.C. Rao S. Dietary fructose intolerance, fructan intolerance and
FODMAPs. Curr Gastroenterol Rep. 2014; 16(1): 370.

(8)
Fernández Bañares F. Dieta controlada en lactosa. En: Salas-Salvadó J,
Bonada i Sanjaume A, Trallero Casañas R, Saló i Solà ME, Burgos Peláez R, editores.
Nutrición y Dietética Clínica. 2ª Edición. España: Elsevier-Masson; 2008. p. 241-247.

(9)
Fernández Bañares F. Dieta controlada en fructosa y sorbitol. En: Salas-
Salvadó J, Bonada i Sanjaume A, Trallero Casañas R, Saló i Solà ME, Burgos Peláez
R, editores. Nutrición y Dietética Clínica. 2ª Edición. España: Elsevier-Masson; 2008.
p. 234-240.

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6. ANEXOS

Anexo 1: Prueba del TAHE realizada por el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de


Valencia en el caso clínico 1, resultado positivo, malabsorción de fructosa.

18
Anexo 2: Prueba del TAHE realizada por el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de
Valencia para lactosa en el caso clínico 1, resultado positivo, malabsorción de lactosa.

19
Anexo 3: Consentimiento informado entregado a los pacientes de los casos clínicos, en
el cual se explica que tipo de utilidad se le dará a su información personal y el compromiso de
confidencialidad de estos datos.

20
Anexo 4: Consentimiento informado entregado a los pacientes de los casos clínicos, en
el cual se explica que tipo de utilidad se le dará a su información personal y el compromiso de
confidencialidad de estos datos.

21
Anexo 5: Consentimiento informado entregado al Caso Clínico 1, en el cual se explica
que tipo de utilidad se le dará a su información personal y el compromiso de confidencialidad
de estos datos.

22
Anexo 6: Consentimiento informado entregado al Caso Clínico 2, en el cual se explica
que tipo de utilidad se le dará a su información personal y el compromiso de confidencialidad
de estos datos.

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