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Resumen:
Pensar en el pedagogo de la UNAM y su formación, representa pensar en aquello
que hemos construido para darle significado a la pedagogía, del cómo le hemos
dotado de cualidades a los elementos que constituyen lo pedagógico, y del cómo
los pedagogos y pedagogas llegan a ser lo que hoy son y cómo se transforman.
Pensar en el pedagogo de la UNAM, nos lleva a pensar en los límites y alcances de
una tradición académica que ha formado a un cierto número de pedagogos que se
inscriben en el mundo para darle lectura, y en los mejores casos, para crear vías
de posibilidad. Pero, ¿Cómo se forman el pensamiento crítico en los pedagogos de
la UNAM?, ¿Cuáles son los caminos que llevan al pedagogo a repensarse su actuar
desde el marco de lo ético-político?
En este trabajo se rescata la necesidad de re-conocer la formación ético-política del
pedagogo de la UNAM a partir de establecer avances en el análisis del objeto
empírico y su articulación teórica.
“Esta visión también nos permite reconocer que la educación, como concepto,
se define por la manera en que aparece enunciada en cada caso, cómo es
usada en cada contexto enunciativo, y que ninguno de ellos puede reclamar el
sentido definitivo, verdadero o correcto del significante.” (Buenfil, 2010, p.5)
Desde esta mirada, la pedagogía asume a un sujeto que es capaz de tener voz
dentro de su proceso de formación, es un sujeto que habla desde sí, se significa a
sí mismo, en tanto se construye y transforma con el mundo, esto resulta bastante
significativo cuando desde otras tradiciones de la educación, se han empeñado es
dejar sin esta voz al sujeto en el que establecen su práctica, caso de la educación
tradicional, en el que el dotar de sentido al mundo era una facultad que se le
otorgaba únicamente a la figura del maestro, ya que, sólo en él sé se tenía la noción
de conocimiento y este lo depositaba en los alumnos, a esto, Freire le denomina
educación bancaría, por este sentido de vaciar o depositar en el otro, viendo al
sujeto como un ser vacío.
Con lo anterior, se establece la capacidad del sujeto para establecer posturas dentro
de su pensamiento, y con ello, responder a esas necesidades en las que se inserta
su práctica pedagógica dentro de un contexto determinado, así como de las lecturas
que hace del mundo y a las que busca dar respuesta.
Bibliografía: