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1 - En mi corazвn
1 - En mi corazвn
—¿Seguro?
—Son igual que los otros, solo que va mucha gente gay
¿Quieres conocer uno? Te puedo llevar. —Fue sorprendido por
Dani mientras le miraba el trasero a su amigo— Y protegerte de
paso, porque te advierto que si vas solo, con ese culo hermoso
que tienes, no saldrías con tu virtud intacta.
—Mi "ruptura" como la llamas, no fue con Dios, fue con los
curas. Soy creyente, aunque me creas un hereje.
—¿Hablas en serio?
—¿Estás bien?
—Como quieras.
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Coche
El almuerzo en la casa de sus padres fue como esperaba.
Incomodo. Como él sabía su hermana no estaba y sus padres
habían invitado también a su viudo tío y sus primos, la comida fue
tranquila hasta que su primo Max le preguntó sobre su trabajo, la
cara de su padre lo dijo todo. De ahí en adelante la tensión se
podía cortar con un cuchillo.
vida sexual.
—¿Tú y Dani...?
Alex negó con la cabeza. —No te preocupes por eso papá,
llevo años diciéndolo, él es hetero, así que no lo vas a tener de
yerno.
—¿Por qué no? ¿Por qué Dani sería inadecuado para mí?
¿Por qué no es de tu nivel social? —Alex preguntó molesto.
—¡Basta! ¡No tengo por qué escucharte! ¡No tengo por qué
aguantar esta mierda! —Salió enfurecido hacia el jardín— Dani,
nos vamos.
una tortura.
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Camiseta, polo, jersey
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Tipo de sandalia hecha de una suela que sostiene el pie por medio de una tira en
forma de V que separa el dedo gordo de los dedos restantes.
dos malas noches de sueño me van a matar antes que mi
corazón.
—¡Eso no es cierto!
—¿Asuntos pendientes?
—Lo se Dani.
—Sí.
—¿Desde cuándo?
dijiste antes?
—Debes entender algo muy bien. —Le dijo con voz firme—
Esto es solo sobre ti, lo que piense la gente no tiene que
importarte.
—Pero si importa...
—No.
—¿Experiencia?
—¿Has estado con otros hombres?
—¿Todavía lo amas?
—Sí.
—¿Te excitaba?
—¿Para mejor?
—Mírame Alex, tengo casi treinta años, soy gay pero sólo
en teoría, nunca he hecho nada al respecto ¿que se supone que
tengo que hacer? ¿Debo empezar a visitar lugares gay? Ni
siquiera sabría donde encontrar uno.
—¿Qué?
—¿Cascarón hetero?
—Sí, ¿y tú?
—¿Qué haremos?
sigues...
pequeño amor.
Y ese culo... poder por fin poner las manos sobre el culo de
Dani era simplemente un sueño.
necesites.
—¿Estás bien?
bebé.
agitado.
Perfecto.
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—¿Alex?
—Alex...
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—¿Estás bien?
—¿Lo querías?
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tantos años la realidad había sido mejor que todos sus sueños.
—¿Lo harás?
Su amigo suspiró.
—Alex...
Alex se tensó.
—¿Qué pasó?
—¿Vas a llamarlo?
—Sí te conté.
—Oh... es verdad.
—¿Dónde...?
años?
—¿Cómo... ?
—¿Quieres los detalles? Vaya pervertido... —Le dijo con
una sonrisa.
—Si quiero.
—Acabas de decir...
—Quiero contigo.
—Sí.
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Mesilla de noche, también mesa pequeña, redonda con un solo pie
amante gimió suavemente y Dani sintió como se endurecía en su
mano.
—¿Te gusta?
—No, así no. Hazme el amor. —Le dijo con voz ronca y se
estiró a tomar un preservativo—. Hazme el amor.
Cuando su amigo lo miró y el vio los ojos con los que había
soñado toda su vida pensó que moriría de placer. A pesar de su
inexperiencia, era la mejor mamada que había recibido nunca, los
cálidos labios y la dulce boca de Dani lo habían excitado y lo
habían hecho sentir como nadie antes.
—Ah Dani... si, así, más fuerte cariño, ahh me voy a correr.
—Le dijo mientras levantaba una pierna y la ponía sobre su
hombro, eso le dio aún más espacio a Dani y lo penetró más
profundamente.
baño.
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Bañera
—¿Te arrepientes de lo que hicimos? —Le preguntó a Alex
preocupado.
—¡Dani!
—No. —Le dijo abriendo los ojos por fin— Estoy bien, solo
fue una apnea, es normal.
—No es necesario.
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—Sí, me encantaría.
—Alex...
—Bonito culo.
—Hola bruja.
—Alex, estoy tan pero tan feliz por ti, no sabes cuanto
rogué para que Dani te correspondiera alguna vez. Aunque dijera
que no era gay una parte mía no podía creer que no sintiera nada
por ti.
—¿Qué cosa?
—Se lo diré.
—¿Desde cuándo?
—¿Cuándo se vayan?
—¿Cuánto tiempo?
—Dani...
Elizabeth lo abrazó.
—Eli...
—Hola.
—Extrañándote ¿y tú?
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—¿Por qué?
—Solo dímelo...
—Porque es lo correcto.
cariño.
—¿Cuándo te vas?
—Y yo a ti...
15 de agosto.
E ra el cumpleaños de Dani.
Llevaba casi seis meses sin ver a Dani, para ser exactos
cinco meses, tres semanas y dos días (pero quien lleva la
cuenta).
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Abuela
—Si lo hizo, pero soy tu amigo además de tu primo. No te
veo bien y quería decirte que estoy aquí para apoyarte. —Puso su
mano sobre el brazo de Alex.
—¿Lo llamaste?
—Elizabeth...
novio...
primos los que vivimos acá, cuando sepan que Dani está
hospitalizado no lo dejarán solo, lo queremos mucho en la familia,
prácticamente se crió con nosotros.
esto era bueno, quizás Dani había preguntado por él. Una
pequeña esperanza se encendió dentro de su pecho.
—¿Y que te dijo? ¿Te contó lo feliz que está con Dani?
—Alex...
No, no, no... Por favor que esté bien, por favor que esté
bien, se repetía una y otra vez.
—En el Católico.
—Debo ir con él, debo ir con él. —Repetía una y otra vez.
Sentía como si su cerebro no pudiera funcionar, en lo único que
podía pensar era en Dani, su Dani. No importaba nada, quería ir
con él, lo único que quería era saber que estaba bien.
Alex.
Dani dejó por fin caer las lágrimas que estaba conteniendo.
Todavía escuchaba las palabras de Alex. Cada una de ellas había
sido como una puñalada en su corazón.
—¡Hola Dani!
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—¿Cómo estás?
—No muy bien. —Gino tomó su mano, era grande y fuerte
como la de Alex, sintió las lágrimas volver al pensar en su
amigo—. Alex estuvo aquí.
—No, él no es feliz sin ti, así como tú no eres feliz sin él.
—Lo prometo.
—Y yo a ti cariño. Y yo a ti.
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—Lo siento...
Ya no lo tocaba.
—Renata...
—¿Alex va a venir?
—Sí, tenía que trabajar. Pero viene más tarde. Alex me
llamó y me contó que estabas enfermo, lo regañé por no avisarme
antes. —Hizo una pausa para tomar aire y mirarlo con el ceño
fruncido—. Eres un tonto Dani. ¿Lo sabes? No debiste aislarte
así, yo me preocupo por ti, mi familia y que decir Alex.
Eli sonrió.
—¿Qué respuestas?
—¿Estás soltero?
—Sí.
—¿Desde cuándo?
—¿Qué cosa?
—¿Tú lo amas?
—Lo sé. Solo quiero que Dani sea feliz, si lo logras estás
perdonado.
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—Lo haré.
Corrió a la habitación de su amor, todo iba a estar bien
ahora.
¡Dani lo amaba!
—Voy por un café ¿Quieres uno? —Le dijo a Alex con una
brillante sonrisa.
Christian.
—Bueno, otro día vendré a lucir mis músculos para ti, pero
te advierto que no te hagas ilusiones, me temo que soy
irremediablemente heterosexual. —Le dijo Gino con un guiño.
—Sí.
—Lo se, le pateó el culo a varios, varias veces por ti. —Le
dijo Gino con una sonrisa.
—Nada.
—¿De qué?
—Y yo a ti amor...
quedarse con él. Cuando notó lo mal que estaba insistió en llamar
a Alex. Inicialmente se había opuesto a que lo hiciera, pero ahora
solo estaba esperando desesperadamente a su novio.
—No digas eso Dani, solo hablas así porque hoy te sientes
mal, pero todo va a estar bien. Mañana ya te sentirás mejor, te lo
aseguro.
—Cientos de planes.
—¿Perdonarte?
quería y la única vez que fui realmente feliz, te alejé de mí. Nos
robé ese tiempo, perdóname...
Dani pensó que podía irse en paz, esto era lo que quería.
Dormir en los brazos de Alex para siempre.
Estaba en una reunión cuando recibió la llamada urgente
del hospital, solo había dos opciones o habían encontrado el
donante o algo le había pasado a Dani. Cuando Gino le dijo que
corriera al hospital, que Dani no estaba bien, no le importó nada
más.
—Alex... háblame.
—¿Cómo está?
—Claro que no, nos vemos allá, te amo Alex, cuida a Dani
mientras llego.
—¿Cómo sigue?
—Hola bruja.
—Lo sé.
—¿Algún cambio?
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—¿Decidiste hacerlo?
—Sí. Se que Dani quiere vivir y no me importa lo que
cueste, no lo dejaré morir. Se que entenderá mi decisión cuando
despierte.
—Gracias bruja.
—Oh gracias al cielo que aún está aquí señor Morelli. —Le
dijo con una sonrisa en el rostro.
Elizabeth.
Dani despertó pero no podía abrir los ojos, sentía que sus
párpados pesaban una tonelada. Poco a poco comenzó a
recordar que estaba en el hospital. Lo último que recordaba era a
Alex, abrazándolo mientras dormía. ¿Aún estaba dormido?
¿Entonces por qué escuchaba las máquinas y las voces de las
enfermeras?
—Dani, amor abre los ojos, estoy aquí cariño, abre tus
hermosos ojos y mírame.
—Y yo a ti.
—¿Mucho trabajo?
computadora.
—¿Vas a trabajar?
—¿Lo estuviste?
—Tú también.
—Oh Dani. Si, así... tócame así. —Le dijo cuando empezó
a masturbarlo suavemente.
Dani se tensó.
besando su pecho.
—Si...
—Alex...
—Sí, ¿no te has dado cuenta que te hecho cada cosa que
tu me has hecho a mi? Me gusta saber que te puedo darte el
mismo placer que tú me das.
—No deberías haber dicho eso... —Le dijo con una sonrisa
traviesa, mientras seguía preparándolo.
—¿Por qué?
—No veo que tiene eso de malo. —Le dijo con voz
coqueta.
—Si supieras las cosas que estoy pensando entenderías,
algunas de ellas son muy perversas.
—Dani...
verlo atentamente.
—¿Qué cosa?
Fin
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