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Sinopsis

Nacido en una familia influyente, Locky nunca se encontró con un


problema que el dinero de su familia no pudiera arreglar. Toco
cambió la noche tropezó con un joven gay golpeado casi hasta la
muerte y dejado en un aparcamiento junto a su coche. Incapaz de
sacarse la imagen del chico de la cabeza, Locky dejó su trabajo de
abogado en la firma de su padre y cogió un trabajo en la BK House.
Adaptarse a una nueva forma de vida es difícil, y lo hacía más difícil
1 un chico caliente de pelo negro que volvía loco a Locky.
Las clases de la universidad habían pasado rápido para el nuevo,
Becket Chandler. Aprobaba con facilidad a pesar de las asignaturas
avanzadas. Su vida amorosa, por otro lado, había sido una lucha
sin respuestas fáciles. Mientras sus compañeros de casa disfrutaban
jugando, con los deportes y bebiendo, Becket escogía el sexo como
su actividad extracurricular favorita.
Cuando Becket llegó a la BK house, estaba listo para pasar otro año
más abordando a algunos estudiantes superiores. Los jóvenes eran
divertidos para jugar con ellos de vez en cuando, pero nada le
satisfacía como los mayores que él, más grandes que lo miraran
desde arriba, preferiblemente con las piernas de Becket abiertas y
envueltas sobre sus anchos hombros. Desde el momento en que le
estrechó la mano a Locky, todo en lo que podía pensar era en el
sexo con el sexy director de la casa en su posición favorita. A pesar
del interés continuo de Becket, Locky seguía siendo difícil de
conseguir. Por suerte, Becket no se rendía fácilmente.
Capitulo Uno
—BK House —contestó Charlie Salinger.

Becket sonrió por primera vez en un mes.

—Hola, soy Becket.

—¿Te mantienes alejado de los problemas?

2 —¿Qué divertido sería eso? —Becket colocó sus pies en la


barandilla del porche—. Me preguntaba, sé que no estoy apuntado
a clases de verano, pero, ¿crees que sería posible que volviera
antes?

—¿Por qué querrías? El campus está muerto en esta época del


año.

—Vivo en un pueblo de mil trescientos treinta y cuatro personas en


medio del jodido campo. Créeme, no sabes nada sobre la muerte.

Sin un coche propio, Becket estaba obligado a conducir a


conducir por las sucias carreteras de Crescent Ridge, Iowa, en la
vieja camioneta oxidada de su abuelo. Sería diferente si su padre
realmente necesitara su ayuda en la granja, pero con tres
hermanos mayores, todos viviendo y trabajando en los seiscientos
setenta acres, la ayuda de Becket no era necesitada ni deseada.

—Locky no está aquí si eso era lo que esperabas —informó


Charlie a Becket.

El encargado de los residentes Lockland Regent era un


unicornio dorado, el único hombre por el que Becket seguía
babeando pero nunca había sido capaz de conquistar. No importaba
cuantas veces pillara a Locky mirándolo con lujuria en sus ojos,
siempre rechazaba a Becket cuando la oferta era hecha.

—¿Y Fallon? —El tío de un antiguo compañero no sería la


primera elección de Becket, pero Fallon era caliente y rico, dos de
sus cosas favoritas. Además, por alguna razón, el interés de Fallon
por meter a Becket en su cama parecía enfurecer a Locky.

—Mantente alejado de Fallon. Es demasiado viejo para ti —le


regañó Charlie.

Becket sonrió. El fruto prohibido siempre sabía mejor.

—¿Me dejarás ir? Pagaré.


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—Limpiarás. Este lugar necesita una buena limpieza de arriba
a abajo antes de que empiece el semestre de otoño, y ya que
obviamente yo no puedo hacerlo, y Jack ha cogido un trabajo en un
restaurante local durante el verano, estábamos planeando contratar
a alguien. Sin embargo, ya que tienes tiempo, puedes hacerlo a
cambio de una habitación y comida. ¿Qué tal eso?

La idea de limpiar la casa hizo gruñir a Becket. Sopesó el


trabajo que conllevaría contra la necesidad de estar en un radio de
dos millas de bares gay, como siempre, el sexo ganó.

—Bien.

Locky se aflojó la corbata después de un largo día y se sirvió


un Jack con Cola1. El dinero que había ganado en la firma de
1 Jack Daniels con Coca-Cola
abogados de su padre pagaría sus facturas durante el resto del año,
pero los clientes con los que había tratado le hacían sentir sucio al
final del día.

—Lockland, ¿te unirás a nosotros esta noche para cenar? —Su


madre, Gloria Regent, preguntó.

—No esta noche. He quedado con unos amigos. —Locky le dio


un sorbo a su bebida y se sentó en el sofá de cuero rojo del
estudio. Se maldecía por dejar su apartamento, pero no tenía
sentido mantener la maldita cosa cuando sólo era su casa tres
meses al año.

—¿Te traerá Brooks? —Gloria preguntó.

Lo último que necesitaba Locky era que su familia se metiera


4 en sus asuntos.

—No, conduciré yo mismo.

—Bueno, ten cuidado, cariño, —dijo Gloria antes de salir de la


sala.

Locky se acabó su bebida antes de ir a la escalera hacia su


dormitorio. No tenía planes de encontrarse con amigos, pero
esperaba echar un polvo. No era a menudo que iba en busca de un
lío al azar para una noche, pero necesitaba sacar a Becket de su
cabeza y de sus sueños.

Duchado y vestido para impresionar, Locky salió de la casa.


Cenó rápidamente en su restaurante favorito de Portland antes de
llegar al club sobre las diez y media. Todavía era temprano para el
gentío habitual, pero le iba bien. Tenía unos cuantos fantasmas que
necesitaba exorcizar antes de estar de humor para fiestas.

—Hola, Bobo —Locky saludó al propietario. Conocía a Bobo


desde hacía años e incluso le había ayudado con algunas multas
cuando empezó su carrera. Era la primera vez que ponía un pie en
el club desde la noche en que había cambiado su vida.
Los ojos azules de Bobo se ampliaron.

—¿Locky? —Agarró a Locky en un abrazo de oso, adecuado


para alguien del gran tamaño de Bobo—. No pensé que te volvería
a ver.

Habían pasado casi dos años desde que Locky había dejado el
bar de Bobo tarde una noche, ligeramente achispado y rejuvenecido
después de una mamada en el baño, para encontrarse con un
hombre golpeado y muriendo junto a su coche. A pesar de sus
mejores intentos, el tipo, Steven Rajos, murió en los brazos de
Locky, cambiando para siempre la forma de ver su futuro.

—Supuse que ya era hora.


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Bobo lo soltó y rodeó la barra.
—¿Qué te ofrezco?

—Jack con Cola. —Locky se cruzó de brazos y los colocó en la


superficie arañada de madera. Incluso después de mudarse,
todavía miraba las noticias locales, esperando que la policía
atrapara al grupo que había golpeado a Steven, pero todavía nada.

—¿Algún problema más?

Bobo le pasó a Locky su bebida.

—No como esa noche, no aquí de todas formas. Hubo


incidentes similares en otros clubs, pero los chicos lo superaron.

—Y los polis todavía no tienen pistas. —Locky había hablado


con el detective que llevó el caso varias veces desde que dejó
Oregón y todavía no parecía que pudieran rastrear a los cabrones.
Bobo se encogió.
—No ha parado a la gente. Este lugar todavía se llena cada
jueves, viernes y sábado por la noche.
La idea de otro chico saliendo herido solo porque eran gays hacía
que el estómago de Locky se revolviera.

—Hey, jefe, ¿pediste papel higiénico?

Locky se giró para ver quien había hablado y no pudo creer


cuanto se parecía el hombre a Becket, los mismos rizos oscuros, los
mismos ojos marrones grandes. Se inclinó contra la barra y miró al
joven con apreciación.

—En el almacén —gruñó Bobo.

Cuando la polla de Locky empezó a endurecerse, decidió hacer


algo. Se levantó y cruzó la sala para quedar delante del lindo
6 jovencito.

—Soy Locky. Creo que no nos conocemos.

El hombre más joven cambió el mocho a su mano izquierda


antes de aceptar la mano de Locky.

—Trent, y soy nuevo.

—Mi sobrino de diecinueve años —añadió Bobo.

Lo imaginé.

—Encantado de conocerte. —Locky retiró su mano y sacudió


su cabeza por la pérdida.

—Vuelve al trabajo. —Trent se lamió el labio inferior mientras


su mirada viajaba de arriba a abajo por el cuerpo de Locky.

—Igualmente. —A Locky no le importó la mirada apreciativa,


estaba muy acostumbrado, pero odiaba que Trent no fuera lo
bastante mayor para jugar con él. Se volvió a unir a Bobo en la
barra—. Lo siento, no lo sabía.

—Es un buen chico, pero le prometí a mi hermana que lo


mantendría alejado de los problemas. —Bobo le pasó a Locky una
nueva bebida—. Y puedo decir por el modo en que os mirabais,
que eso era exactamente lo que teníais en mente.

—No te preocupes por mí, tengo una regla estricta sobre


liarme con chicos de menos de veintiuno. —Si no se ceñía a esa
regla, no sólo perdería el respeto por sí mismo, sino también su
empleo. Su mente viajó hacia Becket. Mierda, físicamente ese chico
apretada cada botón de Locky. No era sólo que Becket era
inmaduro, tenía una actitud despreocupada sobre la vida y el sexo
que servía para recordarle a Locky su edad.
7 El gruñido de Bobo rompió el hechizo.

—¿Qué? —preguntó Locky, dándole un trago a su bebida.

—Estás soñando despierto con alguien, y espero por tu bien


que no sea mi sobrino.

—Nah, hay un chico en Idaho en el que no puedo dejar de


pensar —confesó Locky.

—Déjame adivinar, ¿tiene menos de veintiuno?

—Exacto. Además, vive en la casa en la que trabajo, doble no.

—¿Cuán joven es este chico?

—Veinte. Tendrá veintiuno por Halloween, pero igualmente


vive en la BK House. —Locky se pasó los dedos por el pelo. Desde
la noche de la fiesta de la Super Bowl de Dimitri cuando cometió el
error imperdonable de besar a Becket, Locky no había sido capaz
de sacar el sabor del joven hombre de su sistema.
Bobo se apoyó contra la barra, poniendo su rostro
directamente delante de Locky.

—Te lo digo yo, encontrar a alguien con quien pasar tu vida es


mucho más importante que cualquier trabajo que puedas tener.

—Fácil de decir para ti, tienes a Mike y este lugar.

Los ojos de Bobo se llenaron de lágrimas.

—Mike me dejó el año pasado, dijo que estaba cansado de


sentarse solo en casa cada noche. —Se levantó—. Y como un tonto
orgulloso, lo dejé marchar.

—Lo siento. Me gustaba Mike. Pero realmente no puedes


8 comparar lo que teníais vosotros dos conmigo y Becket. Como dije,
es joven e inmaduro. Infiernos, dudo que el chico sepa lo que es la
monogamia, menos el amor.

—Quizá, solo no lo deseches porque estás asustado de perder


tu trabajo. Además, podrías tener a cualquier hombre que
desearas, a parte de mi sobrino, claro. El hecho de que estés
colgado por este chico me dice más de lo que quieres admitir.

Sin humor para un polvo rápido, Locky se acabó su bebida.

—Fue bueno verte de nuevo, pero creo que me iré.

—Que no pase tanto tiempo. —Bobo sacudió la cabeza cuando


Locky sacó su cartera—. Invito.

—Gracias —Locky se fue, sintiéndose peor que cuando había


entrado. Pasó el aparcamiento y caminó hacia su coche al otro lado
de la calle del bar. Aunque había escuchado lo que había dicho Bobo
alto y claro, todavía dudaba que Becket pudiera sentar la cabeza.
Sentado en su cama, Becket llamó a Fallon Bennett. Había
pasado un tiempo desde que había hablado con Fallon, pero con
suerte el hombre mayor que estaba buenísimo no lo habría
olvidado.

—¿Hola?

—¿Fallon? Soy Becket. ¿Me recuerdas?

—Por supuesto que te recuerdo. ¿Cómo te va? —Preguntó


Fallon.
9
—Aburrido. Volví anoche al pueblo y pensé que quizá
podríamos encontrarnos. —Becket cruzó sus dedos y esperó que
Fallon no tuviera ya planes para esa noche.

—Me encantaría, pero estoy en el club. ¿Te apetece pasar y


hacerme compañía?

—¿Qué club?

—El mío, Fallon en la Fifth2. No abrirá hasta la semana que


viene o así, pero eres bienvenido para un adelanto personal.

—Me encantaría. —Becket rezó para que Fallon tuviera


cerveza. Le encantaban Charlie y Jack, pero se negaban a dejarle
beber mientras viviera en la BK. Asumo que es en Fifth Street, ¿qué
dirección exactamente?

—Saliendo del bus en la Fifth esquina Strong3, estamos al final


de la manzana, no tiene pérdida.

2 Quinta, como es una calle lo dejo como en el original.


3 Fuerte.
—Guay, te veo en unos minutos.

—No puedo esperar.

Becket colgó y se echó una mirada en el espejo una vez más.


Vestido con unos jeans apretados y una camiseta blanca de algodón
ligera que era prácticamente transparente, definitivamente daba la
imagen de “Disponible y buscando diversión”. Perfecto.

—¿Tienes tu llave? —Preguntó Jack desde dentro del


apartamento de él y Charlie.

—Sí.

—Ten cuidado, —añadió Charlie.


10
Cuidado. Becket volvió al baño y cogió dos condones del alijo
comunitario. Con protección en su bolsillo, Becket dejó la BK y se
dirigió a la parada de autobuses.

Eran sólo diez minutos de trayecto hasta la esquina de Fifth


con Strong y antes de darse cuenta estaba delante del nuevo lugar
de Fallon. Alzó la mirada al letrero que se veía caro y sacudió la
cabeza. El letrero era desmesurado, como el hombre. Becket no
dudaba que la maldita cosa costara como todos los otros letreros
combinados.

Intentó abrir la puerta pero la encontró cerrada. Usó su puño


para golpear el vidrio cromado de la puerta y esperó. Varios
momentos después, la puerta se abrió para dar lugar a un hombre
para chuparse los dedos, sin camiseta y con jeans de trabajo.

—¿Puedo ayudarte?

—Soy Becket, Fallon me espera. —El pequeño aro dorado de


uno de los pezones del hombre llamó la atención de Becket—.
Bonito —dijo cuando fue pillado mirando.

El hombre dio un paso atrás y dejó que Becket entrara antes


de volver a cerrar.

—Si te gusta este, te encantará el que está en mi polla.


—Jigger, deja a Becket tranquilo —dijo Fallon, cruzando la sala.

Becket tiró sus brazos alrededor de Fallon y le dio un rápido


beso de saludo.

—Es bueno verte de nuevo

Sentía las manos de Fallon aterrizar en su culo y acercarlo


más.
11 —Imaginé que el Neandertal de la fiesta te había robado para
sí mismo —Fallon continuó masajeando el culo de Becket mientras
besaba su cuello.

Tanto como deseaba poder decir otra cosa, Becket finalmente


había llegado a una conclusión, hasta que él mismo fuera más
mayor, Locky era una causa perdida.

—No me quiere. Solo que no quiere que nadie más me tenga.

—Él se lo pierde —Fallon besó a Becket de nuevo, lamiendo el


interior de la boca de Becket con su lengua.

Maldición, Fallon era bueno. Becket estaba duro en segundos y


listo para llevar las cosas al siguiente nivel.

—¿Tienes alguna oficina por aquí cerca?

—Sí, y por desgracia está ocupada por un hombre del Control


de Bebidas Alcohólicas. Si puedes esperar una media hora más o
así, te mostraré mi apartamento que está arriba.
—Entonces, ¿no hay cerveza? —Becket gruñó y pasó las
manos por el pecho de Fallon. Desabrochó la camisa de vestir
blanca de Fallon lo bastante para lamer uno de los pequeños
pezones de Fallon—. Realmente buscaba dejarme llevar un poco.

Fallon enterró sus dedos en el cabello de Becket y susurró en


su oreja. —Dile a Jigger que te de un vaso del alijo privado y
espérame arriba.

Becket gruñó cuando Fallon se apartó. No había nada en el


mundo como ser sostenido por un hombre más grande y fuerte.

—Por favor dile al tipo de tu oficina lo que sea que quiera


escuchar para que puedas salir de allí.
12 —Ese tipo es la clave para abrir la próxima semana. —Fallon
azotó el culo de Becket de camino

—Cuida de Becket mientras no estoy —le dijo a Jigger.

Jigger sonrió.

—Escuchaste al hombre.

—Bebida, quiere que me des bebida, nada más.

Jigger miró a Becket unos momentos.

—¿Dijo que podías ir arriba?

—Sí, pregúntale si no me crees. —A Becket no le gustó la nota


celosa en la voz de Jigger. ¿Estaba durmiendo con Fallon?—. ¿Vas a
mostrarme donde es, o debería encontrarlo yo mismo?

—Te llevaré, no amontones tu ropa. —Jigger dirigió a Becket a


la puerta trasera del club.
Cuando Jigger señaló a Becket para que fuera primero, Becket
sacudió la cabeza.

—Te seguiré. —Había algo en Jigger que le ponía incómodo.


Claro que el tipo se veía bien, pero no podía evitar sentir que Jigger
tenía algo con Fallon. Esperó hasta entrar en el apartamento—.
¿Estás acostándote con Fallon?

—¿Quién no? —Jigger rió, de espaldas a Becket—. Chico, si


estás buscando un novio, has encontrado al tipo equivocado. Fallon
está bien, pero le gustan jóvenes y solo para una noche.

Le pasó a Becket una bebida.

Becket olió el líquido caoba. Fuerte. No era un gran fan del


13 licor, pero no tenía el valor de decirle a Jigger eso, por lo que se lo
bebió de un largo trago.

—Tú no eres joven, y obviamente te está follando.

—Nadie me folla, chico. —Jigger tomó el vaso vacío de Becket


y lo rellenó—. Siéntate y no toques nada, —advirtió, antes de dejar
a Becket solo en el apartamento.

Becket le dio dos sorbos a su segundo vaso antes de que su


visión se volviera borrosa. Nunca había sido un gran bebedor, pero
tampoco era un peso ligero. En un esfuerzo por aclararse la cabeza,
Becket sacudió la cabeza, pero la acción solo hizo que se mareara.
Con su cabeza nadando, Becket tenía pocas elecciones aparte de
estirarse en el sofá. Mirar el techo era lo último que recordó antes
de dormirse.
Becket gimió cuando alguien lo movió, intentando sacarlo de
su sueño.

—Diez minutos más —masculló.

—Me parece que no, no a menos que quieras que toda la calle
te vea así —contestó una profunda voz.

La afirmación no tenía sentido. Becket rodó e hizo una mueca


por la dura cama bajo su dolorido cuerpo. Abrió sus ojos para mirar
a Jack.

—¿Qué pasa?

—Pensé que dijiste que tenías tu llave. —Jack le dio un sorbo a


14 su café y sacudió la cabeza—. Vamos, te ayudaré a entrar.

¿Entrar? Becket alzó la cabeza y miró alrededor. Estaba en el


porche delantero en lugar de en su cama. Los pájaros cantaban, los
coches pasaban, los aspersores encendidos, todo indicaciones de
que otro día había empezado, pero la mente de Becket todavía
estaba en la noche anterior.

—¿Qué estoy haciendo aquí fuera?

—Ni idea. Supongo que estabas demasiado borracho para


entrar. —Jack colocó su taza de café en el porche antes de ayudar a
Becket a levantarse.

Becket se tambaleó mientras intentaba reunir los fragmentos


de los eventos que le habían llevado allí.

—No estaba borracho.

—Claro. Sólo decidiste que era una buena noche para acampar
fuera —Jack recogió su taza antes de llevar a Becket dentro—. Ve a
darte una ducha. Hueles como una casa de putas. —Apuntó a
Becket hacía la escalera—. Te haré algo de desayuno.

Becket usó ambas manos en la baranda para ayudarse a subir


los escalones. Solo bebí una copa, se dijo a sí mismo. Una y media,
quizá. Con la casa vacía, fue directo al baño en lugar de pasar por
su habitación. Su primera visión de sí mismo en el espejo lo hacía
todo peor.

—Mierda.

Becket se pasó la mano por los chupetones del cuello.


Preguntándose hasta donde llegaban, se quitó la camiseta por la
cabeza. Todo su pecho y torso estaban cubiertos, como si alguien
hubiera hecho de él una comida.
15 —¿Qué coño?

Alcanzó el bolsillo de sus jeans y sacó dos condones con su


envoltorio. Jugar sobre seguro siempre había sido una dura y rápida
regla con él. Becket cruzó la fila de duchas y abrió una, rezando
para que la persona con quien hubiera estado tuviera su propia
protección.

Fallon. De repente recordó caer dormido en el sillón de Fallon.


Con sus manos en su cremallera, recordó a Fallon intentando
despertarlo. Trozos de recuerdos de la noche anterior empezaron a
volver a él. Fallon hablando con Jigger mientras Becket intentaba
mantener sus ojos abiertos.

Becket se sacó sus zapatos y se bajó los jeans. En algún lugar


del camino había perdido su ropa interior. La idea de alguien
encontrándola lo mortificó, pero no tanto como los chorros secos de
semen bajando por el interior de su muslo.
—Joder. Joder. ¡Joder! —Gritó, el sonido resonando en las
paredes.
Saltó bajo la ducha y agarró el jabón, esperando borrar la
evidencia de su noche sin cuidado. Después de limpiarse de la
cabeza a los pies, Becket no se sentía nada limpio. Aunque todavía
no sabía con quien había tenido sexo, una cosa estaba
perfectamente clara, había sido drogado y follado sin protección.

Becket dejó salir su ira contra la pared, dando puñetazos


contra ella. El sonido de un hueso roto rápidamente le dio otra cosa
en la que enfocarse. No aguantó su grito. El dolor de su mano
herida ayudaba a cubrir la angustia de su espíritu roto. Mientras
caía al suelo, Becket supo que no volvería a mirar a su mundo de la
misma manera.

16
Capitulo Dos
Becket miró el yeso azul real que había decorado su brazo
desde su antebrazo a su segundo nudillo durante dos semanas.
Mintió al doctor, Charlie y Jack sobre que había llevado a que e
hiciera daño a sí mismo. Lo que había pasado durante las horas que
no podía recordar no era asunto de nadie excepto suyo. Fue hacía
Fallon con una meta en mente, y aunque sentía que había sido
drogado, obviamente había sido follado. Misión cumplida, ¿no?

—Hey, —saludó Chase, sentándose en el sofá junto a Becket—


Charlie me dijo lo que pasó. Vaya putada, hombre.

17 —Sí. —Becket devolvió su atención a la televisión. Chase era


un buen tipo que había vuelto al campus antes para prepararse
antes de que empezaran los entrenamientos de fútbol, pero Becket
no estaba de humor para hablar.

Chase colocó sus pies sobre la mesita de café y cruzó sus


brazos sobre el pecho.

—¿Pasa algo más?

Becket ignoró la pregunta. Charlie evidentemente le envió a


una misión de investigación. Tiró la mano en el regazo de Chase.

—Mira lo que quieras. —Dejó la sala antes de que pudiera


hacerle más preguntas—. Buen intento —le dijo a Charlie mientras
pasaba por el comedor.

—Sólo está preocupado —contestó Jack, dando la cara por su


compañero.

—Sí, bueno, lo aprecio, pero como os dije, no hay nada mal. —


Becket dejó la casa y se quedó delante del porche en el mismo
lugar donde alguien, probablemente Fallon, lo había dejado hacía
un par de semanas.

Becket se movió para sentarse en el escalón. Consideró ir al


lugar de Fallon y confrontarlo sobre las horas perdidas, pero ¿para
qué? Ya había acabado, y no tenía pruebas, ni siquiera recuerdos de
lo que había pasado.
—Los atletas empezarán a entrenar la semana que viene o así
—dijo Jack desde detrás de Becket.

—¿Ésa es tu forma sutil de decirme que vuelva al trabajo? —


Becket miró por encima de su hombro. Jack era un misterio.
Parecía huraño, como alguien a quien no querrías acercarte, pero
era tan cariñoso con Charlie, y cuando la situación lo requería, con
los otros chicos de la casa.
18 Jack se movió para sentarse junto a Becket.

—Bueno, Necesitas acabar de pintar el baño, ¿o tienes algo


contra el dorado egipcio?

Becket rodó sus ojos. El color apestaba, pero Charlie


convenció a Jack de que el amarillo animaría a los jóvenes
universitarios después de una larga noche de estudio. Jack, dándole
su apoyo, pero como condecorado Marino que era, había cogido la
pintura dorada sin tener en cuenta como se veía en la pared o el
hecho de que el amarillo no necesariamente tenía que ser dorado.

—Es demasiado, y cuando me lavo los dientes por la mañana,


no me gusta la versión verde que me devuelve la mirada en el
espejo.

—Estás lleno de mierda. Ese dorado es bonito.

Becket rió. Era obvio que Jack estaba orgulloso de la elección


de pintura.
—Tienes razón es bonito, pero creo que se vería mejor en la
cocina. ¿Por qué no cogemos una un poco más...soleada, para el
baño?

Jack se restregó la nuca.

—¿Prometes que no le dirás a Charlie que la jodí con lo del


color?

Becket golpeó el hombro de Jack con el suyo. Había estado tan


metido en la conversación que por primera vez en semanas había
sido capaz de apartar sus problemas.

—Será nuestro secreto. Sólo déjame escoger a mí de ahora en


adelante.
19 —Bien —Jack palmeó a Becket en la espalda antes de
levantarse—. Llevaré a Charlie a la inauguración de Fallon esta
noche. ¿Te interesa venir?

Becket tragó alrededor del nudo de miedo alojado en su


garganta. —No.

—¿Estás seguro? Dane estará allí.

—Déjalo. —El buen humor de Becket se esfumó. Se levantó y


tuvo en cuenta a Jack, listo para defender su decisión, pero sacudió
la cabeza, dándose cuenta de que no valía la pena—. Más tarde.

Con una maleta en cada mano y una metida bajo su brazo,


Locky entró en la BK House. Bajó las maletas y respiró
profundamente. La casa olía a pollo frito, algo que nunca se
permitía en la casa de sus padres. Y así, Locky era libre de la vida
opulenta en la que había crecido.

—Hey —saludó Chase, bajando la escalera—. La cena está


lista.

—Ya voy —Locky dejó las maletas donde estaban y siguió a


Chase al comedor—. Justo a tiempo —anunció, apartando una silla.

—¿Te has lavado las manos? —Preguntó Charlie.

Locky se detuvo mientras se sentaba.

—Ahora vuelvo. —Dejó la mesa y entró en la cocina,


deteniéndose cuando casi choca con Becket—. Perdona.
20 Con la cabeza baja, Becket asintió y siguió caminando. El azul
en el antebrazo de Becket llamó la atención de Locky, pero para
cuando abrió su boca para preguntar, el joven hombre ya había
salido de la habitación.

Locky se lavó las manos rápidamente y volvió al comedor. Se


sorprendió cuando vio que Becket no estaba en la mesa con
Charlie, Jack y Chase.

—¿Dónde ha ido Becket, y por qué coño ha pasado con su


brazo?

Los tres hombres en la mesa de repente parecían incómodos,


pero fue Charlie quien finalmente habló.

—Está comiendo en su habitación, como ha hecho desde la


noche en que se rompió la mano.

—¿Cómo pasó? —Locky se sentó en su lugar habitual y


alcanzó la bandeja de pollo. Le molestaba que nadie le hubiera
llamado para hablarle del accidente.
Charlie se aclaró la garganta y apuntó su tenedor hacia Chase.
—Hablaremos de eso después de comer.

Chase resopló.

—Hey, si quieres que me pierda, solo dímelo.

—Piérdete —dijo Jack sin perder un momento—. Después de


que hayas comido.

Chase devolvió su atención al puré de patatas y el pollo frito


casero.

—No tienes que decírmelo dos veces —masculló con la boca


abierta.
21
Locky llenó su plato, pero se dio cuenta de que no tenía tanta
hambre como había pensado al principio.

—¿Por qué está aquí Becket? Las clases no empiezan hasta


dentro de tres semanas.

—Creo que Iowa le aburría, por lo que llamó y preguntó si


podía venir antes. Le puse a trabajar preparando las habitaciones —
explicó Charlie.

—Bueno, no puede hacer mucho con una mano. —Locky tenía


una buena idea de porqué Iowa aburría a Becket, infiernos, estaba
aburrido solo de pensar en ello.

Lo hace bastante bien —dijo Jack en defensa de Becket.

Locky miró a Jack. Normalmente, Jack era duro con los


residentes, pero parecía como si Becket se las hubiera arreglado
para ganarse a Jack. Se preguntó si la vena protectora de Jack
tenía algo que ver con la razón por la que Becket se había roto la
mano. Decidió concentrarse en su comida y esperar a las
respuestas. Para cuando Chase se acabó la comida, pasó un buen
rato.

Cinco minutos después, Chase se recostó en la silla y se


restregó el estómago.

—Estoy lleno.

—Me alegra que te gustara. Ahora piérdete. —Jack alcanzó


otra galleta y un bote de miel.

—Se supone que tengo que lavar los platos esta noche. Sin
embargo, sería capaz de escuchar toda la conversación desde la
cocina. ¿Estáis seguros de que me queréis allí escuchando? —Chase
se tomó su tiempo recogiendo su plato, sin duda esperando un
22 aplazamiento.

Ve arriba y coge esos cascos que siempre te pones en las


orejas. Puedes escuchar algo de ese rap de mierda que escucháis
los chicos mientras haces las tareas, —ordenó Jack, negándose a
dejar que Chase se escabullera.

Chase gruñó y rodó sus ojos, recordándole a Locky cuan joven


era. Chase podía tener el cuerpo de un hombre, pero
definitivamente actuaba como un chico de diecinueve años.
Jack rió después de que Chase saliera de la sala.

—No lo culpo por intentarlo. La sartén de hierro va a ser difícil


de limpiar.

—Entonces dime, ¿qué pasa con Becket? —Locky dejó de fingir


que comía y puso su plato en el centro de la mesa.

—La noche después de que llegara, salió. Lo encontré a la


mañana siguiente dormido en el porche. Supuse que estaba como
una cuba y se pensó mejor lo de entrar en la casa en esa condición,
pero creo que era más que eso —explicó Jack.

—¿Se rompió la mano y no te dirá quien lo hizo? —Locky


estaba confuso.

—No, se rompió la mano en la ducha. Le dije que se limpiara y


lo siguiente que supe, es que bajaba las escaleras, mojado,
acurrucando su mano. —Jack sacudió la cabeza—. Desde entonces,
ha sido un chico completamente diferente, y no dejará entrar a
nadie, pero deja la casa cada noche vestido como una puta y
vuelve a casa en medio de la noche.

—Siempre se ha vestido así —Salir cada noche parecía


excesivo, incluso para Becket, pero Locky podía entenderlo si
Becket había estado confinado en un pequeño pueblito casi todo el
verano.
23
—No, no así. —Jack suspiró—. No son sólo las ropas o salir.
Becket raramente habla con nadie, y se ve tan... triste todo el
tiempo.

El hombre que Jack describía no se parecía nada al chico que


coqueteaba del que se había alejado hacía dos meses. Uno de los
defectos más grandes de Becket era decirle a la gente demasiada
información sobre su vida social, por lo tanto, que de repente
cerrara la boca dejó a Locky con una sensación extraña en su
vientre.

—Me pregunto si hablaría conmigo

—Lo dudo, pero no haría daño el intentarlo. —Charlie se


levantó y empezó a salir de la sala—. Creo que Chase se debe
haber perdido.
Después de que Charlie se fuera, Jack se apoyó en la mesa,
acercándose más a Locky.

—No creo haber visto a Charlie nunca tan preocupado. No ha


dormido una noche entera desde que pasó, por lo que lo que sea
que puedas hacer para tranquilizarlo te lo agradecería.

Locky se levantó.

—Me ocuparé de mis maletas y subiré a ver si habla conmigo.

Después de meter su equipaje en su pequeño apartamento en


el tercer piso, Locky bajó las escaleras hacia la habitación de
Becket. Llamó dos veces antes de abrir la puerta.

24 —Hola.

—¿Puedo ayudarte? —Becket estaba desnudo de cintura para


arriba, mostrando su musculoso pecho.

Locky se centró en los pezones marrones oscuros de Becket


antes de golpearse mentalmente y cambiar su mirada hacia el yeso
en su mano derecha.

—Eso hará que sea difícil escribir cuando empiecen las clases.

Becket se encogió.

—Probablemente ya no estará para entonces, pero sino, me


las apañaré. —Se movió hacia su armario y sacó una camiseta de
manga larga—. ¿Algo más?

Mirando a Becket, Locky no podía reconocer al hombre delante


de él con el chico hablador y feliz que había visto hacía unos meses.
Poniéndose la camiseta de manga larga y la mirada muerta en los
grandes ojos marrones de Becket, el ácido de su estómago empezó
a hacer una actuación en el estómago de Locky.

—¿Qué te pasó esa noche antes de que Jack te encontrara


dormido en el porche?

Becket dio un paso atrás.

—Lo que hice o no es problema tuyo. Ahora si me disculpas,


tengo que ir a un sitio.

Becket intentó pasar a Locky, pero Locky se puso ante él,


bloqueándole el camino.

—Si alguien te hace daño, puedes decírmelo.

Con más fuerza de la que esperaba Locky, Becket golpeó el


25 pecho de Locky con el brazo enyesado.

—¿Por qué te diría nada? Derramé mi jodido corazón para ti y


tuviste el coraje de decirme que era demasiado joven para saber de
lo que hablaba. —Le dio al pecho de Locky otro empujón y lo pasó
llegando al pasillo—. Si no hubieras sido tan gilipollas nada de esto
hubiera pasado.

—¿Qué pasó? ¡Dímelo! —El tono de voz de Locky era más duro
de lo que pretendía, pero Becket estaba empezando a preocuparle
de verdad.

—Sólo déjame tranquilo. —Becket se dirigió a las escaleras—.


Eres bueno en eso —dijo antes de bajar.

Locky puso sus manos en sus caderas, inseguro de que hacer.


No podía entender por qué alguien que había sido herido salía cada
noche. A menos...

—¡Mierda!
Locky bajó corriendo los escalones, de dos en dos. Abrió la
puerta principal y estudió las oscuras calles, buscando a Becket,
nada, ni un coche. ¿Cómo podía desaparecer tan rápido?

Volviendo a la casa, Locky vio a Charlie y Jack. Los encontró


en la cocina acabando de limpiar.

—Pensé que era trabajo de Chase

Jack rió.

—Lo era, pero uno de sus amigos llamó —señaló a Charlie— y


este blandengue le dijo que podía salir.

—Dale un respiro al chico —dijo Charlie en su defensa—. Solo


será joven una vez.
26
—Hablando de eso, Becket se ha ido. ¿Alguno de vosotros
tiene idea de a donde va cada noche? —Locky normalmente
disfrutaba de las pullas entre Charlie y Jack, pero tenía a Becket en
la mente y sabía que no descansaría hasta que descubriera que
pasaba con él.

—No —contestó Charlie—. Nunca lo dice —Cogió una limpia


cazuela de la mano de Jack y empezó a secarla—. Quizá va al club
de Fallon.

—¿El club de Fallon? —Jesús. Locky había esperado que Fallon


Bennett dejara el pequeño pueblo universitario y volviera a sus
millones.

—No estará allí —interrumpió Jack—. Intenté que viniera con


nosotros a la inauguración, pero no quiso.

El antiguo Becket habría saltado por la oportunidad de ir a una


inauguración. Nada de eso tenía sentido para Locky. La mejor
explicación para el extraño comportamiento de Becket era algo que
Locky odiaba considerar.

—¿Crees que tiene algo con Fallon? Quizá sabe que vosotros
dos no lo aprobaríais, por lo que pensó que sería mejor estar alejad
de él en vuestra presencia.

Jack sacudió la cabeza.

—Le dijimos que se alejara de Fallon.

—¿Y lo ha hecho? —Locky lo dudaba.

—No lo sé —admitió Jack— Como dije antes, no hablará con


nosotros sobre nada más que su trabajo.

Así, Locky supo la verdad. Infiernos, prácticamente había


27 empujado a Becket a los brazos de Fallon después del beso que
compartieron meses antes. Aunque había sido el mejor beso de su
vida, Locky sabía que acabaría con el corazón roto si ponía su fe en
Becket. Por lo que, como el idiota que Becket creía que era, alejó a
Becket.

—¿Dónde está el lugar de Fallon?

Desde su lugar escondido en el callejón tras el club de Fallon,


Becket se sentó en la caja de leche que había pillado de la tienda al
otro lado de la calle y se quedó para otro largo turno de vigilancia.
Desde que había empezado su vigilancia nocturna, había visto más
mamadas en callejones oscuros en las que intentaba no pensar.

A través de las cortinas abiertas del piso de arriba, había visto


a Fallon follar a u chico diferente cada noche, pero todavía no había
visto a ninguno de ellos ser llevados como él. Jigger, por otro lado,
había ayudado a más de un jovencito a entrar a su coche después
de que cerrara el bar. ¿Era Jigger el que le había drogado o solo era
un hombre que follaba a hombres borrachos que apenas se veían
con la edad legal?

Becket había confrontado a Jigger hacía unas noches cuando


pilló al camarero metiendo a un tipo borracho en su coche. Por
desgracia, el borracho resultó ser uno de los jugadores mayores de
fútbol que se ofreció a arreglar el rostro de Becket si se metía en
medio de una follada que se había estado trabajando por la noche.
A pesar del incidente, Becket se negaba a descartar a Jigger, había
intentado hablar con el camarero de nuevo la siguiente noche. Por
desgracia, eso no acabó demasiado bien. Jigger había amenazado
con llamar a los polis y poner una denuncia formal si Becket lo
acusaba de una cosa tan absurda de nuevo.
28
Becket consideró ir él mismo a la policía, pero entonces
tendría que decirle a alguien lo que dejó que pasara y por qué
había ido al lugar de Fallon en primer lugar. Lo peor de todo, Locky
lo descubriría.

Becket podía aceptar el hecho de que la atracción por Locky


era sólo de un sentido, pero no había sido capaz de sacar al hombre
de su sistema, y aunque odiaba admitirlo, todavía le importaba.

—Estúpidos sentimientos —masculló.

Hundido en sus pensamientos, Becket saltó cuando so móvil


sonó. Buscó en su bolsillo pero no antes de que el sonido
sorprendiera a dos tipos.

—Lo siento —les dijo a los dos hombres antes de contestar.

—Hey, mamá —contestó Becket.

—Lo siento, no soy Carrie, soy Lisa.


¿Lisa? Becket no podía recordar que la mujer de su hermano
Nic lo hubiera llamado alguna vez. El hecho de que ella estuviera
llamando desde la casa de sus padres lo llenó de pavor.

—¿Qué pasa? ¿Le pasó algo a mamá?

—Tu padre ha tenido un ataque al corazón. Estábamos


cenando juntos y colapsó en la mesa. Nic empezó con la
reanimación cardiopulmonar y Cade llamó a una ambulancia...

—¿Está muerto? —Becket se levantó. Debería haber estado en


Iowa. Si no hubiera dejado que su atracción sexual lo llevara a
Idaho, habría estado allí junto a su padre. Más importante, Becket
estaría al lado de su madre, ayudándole a tratar con la situación.
29 —No, está vivo, pero lo están transfiriendo a Des Moines. —
Lisa se aclaró la garganta—. Necesita cuatro bypass, pero no están
seguros de si tiene la fuerza suficiente para sobrevivir a la cirugía.

—Dile a mamá que usaré la tarjeta de crédito de emergencia


que me dio para pillar el primer vuelo. Estaré allí tan pronto como
pueda —Becket dejó su escondite atrás mientras salía del callejón—
. Volaré hasta Des Moines y pillaré un taxi al hospital.

—Date prisa. Carrie te necesita. —Lisa hizo un sonido como de


una risa forzada—. Nos tiene a todos aquí, pero sigue preguntando
por ti. Siempre sospeché que eras su favorito, ahora supongo que
tengo la prueba.

Becket era el bebé, y sus hermanos a menudo lo acusaban de


ser el favorito, pero sabía la verdad de porqué su madre lo
necesitaba a él en casa. Solo él sabía el secreto de por qué su
madre lo necesitaba en casa para ayudar a ocultarlo a los demás.

—No, sólo nos quiere a todos juntos. Llamaré cuando llegue al


aeropuerto.
Becket colgó y metió el móvil en el bolsillo. Se dirigió hacia el
BK determinado a estar al lado de su madre sin importar cuanto le
costara. Preocuparse por sí mismo, o de lo que pasaba en el club de
Fallon o en el dormitorio, ya no era su máxima prioridad.

Locky empujó y se disculpó pasando a través de la multitud,


buscando a Becket. Aunque veía algunas caras familiares, ninguna
pertenecía al hombre que estaba buscando. Más cerca de la barra,
notó a Fallon. Rodeado de hombres, Fallon reía como si no tuviera
ninguna preocupación en el mundo.
30
Locky rápidamente escaneó a los hombres y, aunque algunos
eran muy guapos, ninguno de ellos era Becket. Llamó la atención
de Fallon, y con unas pocas palabras a los hombres se alejó.

—¿Cómo puedo ayudarte esta noche? —Preguntó Fallon, con


desconfianza en su tono.

—Estoy buscando a Becket —contestó Locky simplemente.

—No lo he visto en un tiempo. Vino hace un par de semanas,


pero estaba ocupado por lo que le pedí que me esperara. Eso es lo
último que sé de él. Lo llamé algunas veces, pero nunca contestó ni
devolvió mis mensajes. —Fallon le dio un sorbo a su bebida y
sonrió—. ¿Por qué este repentino interés en Becket?

Una acusación estaba en la punta de su lengua, pero el


abogado en él prevaleció.

—No sé qué pasó realmente cuando estuvo aquí la última vez,


pero no ha sido el mismo desde entonces. ¿Sabes que se rompió la
mano golpeando la pared?

—No, no lo sabía. Siento escuchar eso, pero como dije, no lo


he visto ni he hablado con él.

Aunque Locky todavía no confiaba en Fallon, la preocupación


en la expresión de Fallon parecía genuina.

—Llama a la BK House si viene, ¿lo harás?

—Por supuesto. —Fallon señaló la barra—. ¿Puedo invitarte a


algo?

—No gracias. Recuerda llamar si lo ves —Locky le dijo a Fallon


antes de alejarse entre la multitud. Se quedó a un lado delante de
la barra y sacó su móvil.
31
—BK —contestó Charlie.

—No está en lo de Fallon —dijo Locky, saltando tras el volante.

—No, no lo está. Acaba de irse con Jack hacia el aeropuerto.

—¿Aeropuerto? ¿A dónde va ahora? —La cabeza de Locky


giraba por el repentino cambio de los acontecimientos.

—Su padre tuvo un ataque al corazón. Becket vuelve a Iowa.

—¿Durante cuánto tiempo? —Locky todavía no sabía que le


había pasado a Becket, pero esperaba que la enfermedad de su
padre no le diera una excusa para dejar la universidad.

—No lo dijo. Su vuelo no sale hasta las seis, pero no quería


que Jack se tuviera que levantar a las cuatro para llevarle a tiempo
cuando podía dormir en las sillas del aeropuerto. —Charlie se aclaró
la garganta—. Por supuesto también podría tener algo que ver con
el hecho de que Jack le diera que habías salido a buscarlo.
Locky odiaba la idea de que Becket estuviera sentado solo en
el aeropuerto toda la noche.

—¿Crees que debería ir a hablar con él?

—Se te habrá adelantado. Infiernos, probablemente ya habrá


pasado la seguridad para cuando llegues allí.

—Siempre podría comprar un billete para pasar la seguridad —


sugirió Locky.

—A mi me parece una pérdida de dinero. ¿Por qué harías eso?


Locky giró a la izquierda y se dirigió al aeropuerto.

—Realmente no lo sé. Quizá me preocupo más de lo que


32 admito.

Cayendo en la silla, Becket fue despertado de golpe cuando


alguien se sentó a su lado. Abrió sus ojos, preparado para
defenderse y se encontró con Locky.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Locky alzó su billete.

—Voy a Des Moines para sentarme con un amigo.

Becket entrecerró sus ojos e intentó comparar al hombre junto


a él con el que lo había alejado hacía solo unos meses.

—¿Por qué harías eso?


Locky se encogió.

—Porque a pesar de lo que piensas, me preocupo. Sé que


estás luchando con algo, y me gustaría estar allí para ti si alguna
vez sientes que quieres hablar de ello.

—No lo haré —advirtió Becket. Miró a Locky. ¿Por qué el


hombre tenía que ser tan malditamente guapo?—. Siento que
malgastaras tu dinero.

—No lo hice. —Locky rió—. Además, realmente no planeaba ir


a Iowa cuando dejé la casa, por lo que tendré que hacer unas
compras.

Becket no estaba seguro de que pensar de la decisión de


33 Locky de seguirle a casa. ¿Locky lo presionaría para que hablara?
Se levantó y caminó hacia el mostrador delante de la pared de
ventanas. Las pistas de aterrizaje estaban vacías, los carros de
equipaje quietos, listos para otro día de trabajo en unas pocas
horas. Debería decirle a Locky que volviera a casa, a BK, pero
quería pasar más tiempo con él sin importar las circunstancias.

Becket se giró para mirar al chico caliente que estaba sentado


pacientemente a un pie de distancia.

— Realmente soy de un pueblo muy pequeño.

—Creo que me dijiste eso antes— contestó Locky.

—Podría ser, pero probablemente no mencioné que no he


salido en Crescent Ridge. Quiero decir, mi familia lo sabe, pero no
es el tipo de cosas que anuncias en un pueblo donde los cotilleos
son el pasatiempo más popular. Sabía que me iría tan pronto como
me graduara, por los que mis padres pensaron que sería mejor
ocultar mi sexualidad.
Locky se removió en su silla.

— Sólo intento ser un buen amigo. No hay razón para que tu


familia o alguien más deba saber que somos gays. —Miró a Becket,
dándole una sexy sonrisa como el infierno que siempre hacía que
las rodillas de Becket se convirtieran en goma—. ¿A menos que
tengas un hermano mayor que se vea como tú y se cambie de
bando?
Becket rió. Probablemente debería sentirse ofendido, pero era
una vieja discusión entre ellos. Pero, la idea de Locky flirteando con
uno de sus hermanos, todo machos, era demasiado divertida.

—Me gustaría ver eso.

—Estás enfermo.
34 Becket se volvió a sentar junto a Locky.

—Tengo tres hermanos, Cade, Nic y Del. Todos miden unos


seis pies, grandes como un establo y casados con sus amores del
instituto. Eres caliente, pero no creo que tú pudieras cambiar a uno
de mis hermanos de bando.

Locky estiró sus brazos sobre la cabeza y bostezó.

—De todas formas, estoy demasiado cansado para seducir a


alguien. Supongo que el estado de Iowa estará seguro por ahora.

Cuando Locky cerró sus ojos, Becket aprovechó la oportunidad


para estudiar al hombre que había visitado sus sueños cada noche.
Maldición, Locky era caliente, más que eso, ardiente. Su mirada
bajó por la ingle de los jeans de Locky. Sintió la presión dura de la
impresionante polla de la única vez que Locky lo había besado.

Becket miró alrededor de la terminal casi vacía. Las luces


estaban tenues y algunos viajeros estaban dormidos en las sillas o
estirados en el suelo junto a las paredes, pero parecía que nadie les
estaba prestando atención a él y Locky. Sería tan fácil estirar la
mano y sentir el bulto en los jeans de Locky.

Locky se aclaró la garganta, apartando la atención de Becket


de su polla. Mirándolo con esos luminosos ojos verdes, la comisura
de la boca de Locky se alzó.

—Ni siquiera pienses en ello.

—¿En qué? Sólo estoy aquí sentado. —Becket le dio a Locky


una expresión inocente que siempre funcionaba para encandilar a
su madre.

—Sí, solo estás ahí sentado mirando mi polla —masculló Locky.


La acusación era cierta, pero Becket no pudo detectar enfado en la
suave y profunda voz de Locky.
35
—Culpable —confesó Becket— pero no puedes culpar a un
chico. Quiero decir, está justo ahí tentándome.

Locky golpeó el hombro de Becket con el suyo.

—Duerme un poco.

—¿Te importa si sueño con tu polla?

Locky rió.

—Muchos lo hacen.
Capitulo Tres
Locky dejó a Becket en la entrada del hospital antes de ir
rápidamente al centro comercial más barato. Cogió una bolsa de
viaje barata y cuatro cambios de ropa, incluyendo un estuche de
productos personales de la droguería local.

La compra fue fácil, pero explicarle a Charlie por qué sintió la


necesidad de seguir a Becket a Iowa había sido más difícil. Sabía
cuando compró el billete que estaba mostrando sus cartas, quizá no
a Becket, pero si a sí mismo, a Jack y a Charlie.

El plan de Locky había sido ofrecerle a Becket un hombro


36 donde apoyarse con la esperanza de ganarse su confianza, pero
mantener su cabeza a su alrededor había sido más duro a cada
momento que pasaba en compañía de Becket.

Viéndose en el retrovisor del coche alquilado, Locky frunció el


ceño. Había salido escaldado antes, y había jurado que nunca
pondría su confianza de nuevo en alguien demasiado joven para
saber lo que realmente quería en la vida.

—No caigas en esa trampa de nuevo —advirtió a su reflejo.

—¿Vas a venir o planeas hablarte a ti mismo todo el día?

Locky había estado tan sumido en sus pensamientos que no


había notado que Becket se acercaba al coche. Estaba avergonzado
por haber sido atrapado hablando consigo mismo, pero se negaba a
reconocerlo.

—No se está demasiado mal aquí en la sombra. Supuse que te


daría tiempo a solas.

—Sí, bueno, les dije que viniste conmigo, y ahora creen que no
quiero que los conozcas. —Becket dobló sus brazos y los colocó en
la puerta mientras hablaba por la ventana abierta— Cade incluso
dijo que te dijera que no muerde, que es como decir que ya eres
familia.

Locky sonrió. Parecía que lo hacía mucho alrededor de Becket,


y se sentía malditamente bien después de haber pasado un verano
con sus padres estirados.

—Bien. Apártate de la puerta para que pueda subir la ventana.

Becket se apartó y esperó que Locky se le uniera.

—¿Tienes todo lo que necesitas?

Locky aseguró el coche.


37
—Más o menos. Creo que alquilaré una habitación al otro lado
de la calle, pero pensé que tendría que hablar contigo primero.

—Dudo que necesitemos una habitación. Papá ha salido de la


cirugía, y tan pronto como esté estable, mamá necesitará que
vayamos a la granja y nos ocupemos de algunas cosas allí.

—Todavía podría alquilar una habitación. De esa manera si tu


familia necesita una ducha o descansar podrían ir al otro lado de la
calle.

Becket ladeó su mandíbula y se protegió los ojos del sol


mientras miraba a Locky.

—¿Harías eso por ellos?

—Por supuesto —Locky suspiró. Odiaba que Becket se tomara


el rechazo de Locky de involucrarse sexualmente como si no le
importara—. No soy el idiota que crees que soy.
Con las manos en los bolsillos de sus jeans, Becket se detuvo
antes de alcanzar la puerta.

—Sé que eres un buen tipo. ¿Por qué crees que me gustas
tanto? Tu polla es grande, pero no soy lo bastante estúpido como
para creer que eso es suficiente.

La afirmación sorprendió a Locky. Aunque era bueno saber que


Becket pensaba en más que en echar un polvo, a Locky no le
gustaba la dirección de la conversación. Puso sus manos en los
hombros de Becket y le animó a seguir adelante.

—Vamos, ya es hora de que conozca a tu familia.

—No dejes que mis hermanos te intimiden —advirtió Becket


mientras entraban en el hospital.
38
—Fui criado con el rey de la intimidación, no te preocupes por
mí. —Locky señaló a Becket para que fuera delante hacia el
ascensor. De camino arriba, estudió a Becket— ¿Creen que tu padre
se pondrá bien?

Becket asintió.

—Mi padre es un toro. Si pudiera hacer las cosas a su manera,


estaría fuera de aquí mañana y en el campo. Por suerte, a pesar de
su tamaño, mi mamá secretamente lleva los pantalones en la
familia. —Rió—. No le digas que te dije eso.

—Mis labios están sellados —estuvo de acuerdo Locky.

Las puertas del ascensor se abrieron y Locky siguió a Becket a


una pequeña sala de espera fuera de la UCI. Becket no había
exagerado con la altura de sus hermanos. Mientras cada uno se
presentaba, Locky apretó la mano de todos en saludo.

Cade, el hermano más mayor le dio a Locky una mirada


entrecerrada mientras se estrechaban la mano.

—Perdona, pero pareces un poco mayor para estar todavía en


la universidad.

Locky sabía que su edad saldría, por lo que no se sorprendió.


—Estoy a cargo de los estudiantes de la casa donde Becket vive. Me
gradué en Stanford con un título de abogado hace cuatro años,
pero encontré que trabajar de mi profesión no era lo que esperaba.

Locky no entró en lo que realmente hizo que dejara su antigua


vida en busca de algo con significado. Sus recuerdos de esa noche
en el aparcamiento eran suyos, y pensaba que había hecho un buen
trabajo.

—¿Por lo que parte de tu trabajo es acompañar a los


39 estudiantes cuando son llamados a casa por una emergencia? —
Continuó preguntando Cade.

Locky intentó mantener la compostura a pesar del obvio reto.


—Vine por qué estaba preocupado por Becket.

—Déjalo tranquilo, Cade —dijo una mujer, entrando en la sala.


Locky sabía por el modo en que Cade retrocedió y bajó su mirada
que estaba en presencia de la matriarca de la familia Chandler.
Vestida con un par de jeans azules y una blusa corta, la Sra.
Chandler se acercó.

—Es bueno conocerte finalmente. —En lugar de darle la mano,


lo abrazó.

Extrañado por la muestra de afecto parental, Locky no estaba


seguro de que hacer al principio pero finalmente colocó sus manos
en la espalda de la mujer mayor.

—También es un placer conocerla, Sra. Chandler.


—Llámame Carrie —dijo soltándolo y sacudiendo la cabeza—.
Ciertamente eres tan guapo como te describió Becket.

—¡Mamá! —Gritó Becket, más fuerte de lo prudente en un


hospital.

Locky miró a Becket y no pudo evitar sonreír. Con el rostro


rojo y la boca tensa, Becket se veía como si quisiera estrangular a
su madre. —Está bien.

—No, no lo está —dijo Becket, con dolor verdadero en su voz.


Se giró para mirar suplicante a su madre—. Te hablé en confianza.
No puedo creer que dijeras eso.

Carrie acarició la mejilla de Becket con la palma de su mano.


40 —Lo siento, se me escapó. —Envolvió a su hijo en sus brazos y
lo abrazó—. ¿Por favor, me perdonas?

Ahí había algo tan conmovedor en el momento que Locky tuvo


que luchar con las lágrimas. Notó que los otros hermanos que
habían vuelto a sus asientos como si nada hubiera pasado. ¿Era un
momento tan profundo entre una madre y un hijo tan corriente que
no podían ver la belleza de ello? Normal o no, Locky nunca había
compartido nada como eso con su madre.

—Por supuesto que sí. —Becket le devolvió a su madre el


abrazo—. Sólo no digas más secretos.

Dejando a la madre y al hijo en su abrazo, Locky se alejó y se


sentó con los otros. Después de unos segundos, Becket soltó a su
madre y se acercó a Locky.

—¿Te importa si te dejo con los animales mientras llevo a mi


madre abajo a la cafetería para que coma algo?

—No, ve —Locky no estaba seguro de que hacer, pero supuso


que podría intentar conocer a la familia de Becket.

—No tardaré mucho —le aseguró Becket a Locky. Se inclinó y


susurró en el oído de Locky—. No ha comido desde la cena y no lo
hará a menos que la obligue.

—Lo entiendo. Está bien— Locky alcanzó una revista de la


mesa de al lado—. Sólo leeré o algo.

—Gracias —Becket se unió a su madre y salieron de la sala.

Del le dio un codazo a Locky y señaló a Becket y a Carrie.

—Escalofriante, ¿verdad? Siempre lo ha tratado como un bebé.

Escalofriante no es como Locky lo describiría, y parte de él se


41 resintió con el hermano de Becket por verlo de esa forma.

—Es el más joven, —contestó Locky en defensa de Becket—


por supuesto que Carrie lo trataría de esa forma.

Del sacudió la cabeza.

—Nos alegramos cuando se fue para la universidad. Pensamos


que los ayudaría a ambos. —Miró a sus otros hermanos como si
buscara permiso para hablar más—. Perdimos a nuestra única
hermana por un Síndrome de Muerte Súbita Infantil antes de que
Becket naciera. Casi destruye a mamá, casi destruye a nuestra
familia, pero cuando se quedó embarazada de Becket, estaba tan
feliz que pensamos que iba a estar bien...

Del de repente dejó de hablar, y Locky se quedó


preguntándose por qué se detuvo.

—Me parece que ella está bien —acabó añadiendo Locky,

—Lo está, en muchas áreas, pero ha mimado a Becket toda su


vida y él lo ha permitido —dijo Cade, añadiéndose a la
conversación.

Lisa hizo un sonido exasperado y apuntó a Cade con el dedo.

—¿Qué esperáis? Los tres asustasteis a Becket diciéndole el


modo en que ella estaba después de perder a Abby.

—Si le dijimos algo fue hace años —Cade argumentó con su


cuñada—. Ahora es un hombre crecido, y él y mamá necesitan
encarar el hecho de que él ya no es su bebé.

Locky se mordió la lengua. Era obvio por la discusión entre los


miembros de la familia que no era asunto suyo. Pensó en el modo
en que Becket actuaba en BK y no pudo conciliar la versión de los
hermanos de su hermano más joven con la del hombre que
42 conocía. Claro, Becket era joven y en algunas áreas todavía
inmaduro, pero solo tenía veinte años. ¿Qué veían Cade y Del en
Becket que Locky no veía?

—Lo siento si te avergoncé —dijo Carrie entre cucharadas de


sopa de tomate.

—Está bien, mamá. —Becket tocó la escayola en su brazo—.


No está aquí porque le guste de esa forma. Desearía que fuera así,
pero no.

—Entonces, ¿por qué vendría?


Becket acercó el sandwich de queso gratinado hacia ella,
diciéndole sin palabras que comiera. La última persona en el mundo
que necesitaba saber lo que le había pasado esa noche era su
madre, por lo que era difícil de explicar la preocupación de Locky
sin delatarse.

—Cuando recibí la llamada sobre papá estaba bastante


enfadado. Parte del trabajo de Locky es asegurarse de que los
residentes de la BK están bien, por lo que supongo que es por eso
por lo que se ofreció para venir.

—Bueno fue muy amable por su parte. —Extendió la mano y


tocó el yeso de Becket—. Me preocupa que vivas tan lejos de casa.
Es bueno saber que tienes a alguien que te cuida.

Becket deseaba que Locky lo follara, no que lo cuidara, pero


no iba a decir eso.

—Locky va a alquilar una habitación en el hotel al otro lado de


la casa. Piensa que sería un buen sitio para que tú, y quien sea se
43 quede, para ducharse y dormir un poco sin estar demasiado lejos
de papá.

—No tiene que hacer eso. Tu padre y yo tenemos dinero para


hacerlo si es necesario. —Carrie mordió su sandwich antes de poner
una cara de disgusto—. ¿Cómo pueden joderla con un sandwich de
queso?

Sacudió la cabeza y apartó el sandwich a un lado antes de


volver a su sopa.

Aunque Becket sabía que sus padres tenían el dinero para una
habitación de hotel, también sabía que su madre nunca lo gastaría
en algo que considerara frívolo.

—Bueno, demasiado tarde, —mintió— ya la ha alquilado y


pagado por ella.

—Bueno recuérdamelo cuando volvamos arriba, y le haré un


cheque.
De nuevo, Becket se justificó con una mentida.
—Vale, pero creo que herirías sus sentimientos. —Se encogió—
. Es su forma de ayudar.

Carrie bajó la cuchara.

—No quiero hacer eso. —Movió los dedos por la mesa—. Quizá
podría encontrar otra manera de devolvérselo.

Complacido consigo mismo, Becket sonrió.

—Estoy seguro de que se te ocurrirá algo.

Carrie puso sus platos en la bandeja y se levantó.

—Será mejor que subamos.


44
—Claro —Becket siguió a su madre.

Carrie apuntó al yeso de Becket.

—También he hablado con el doctor de tu padre sobre hacerte


otros rayos-X ahí.

—No creo que un cardiólogo sea la persona adecuada para ver


una mano rota. Además, el doctor que vi en la universidad era uno
de verdad, por lo que confía en mí. —Colocó la bandeja en la mesa
después de mirar un lugar donde dejarla—. Creo que se supone que
simplemente la tenemos que dejar en la mesa.

—No siempre puedes confiar en los doctores, —Carrie advirtió


sacudiendo su dedo— me dijeron que Abby era un bebé sano.

Por lo que Becket era consciente, habían pasado tres años


desde que su madre pronunció el nombre de Abby. Se preparó para
su reacción predecible, ya triste.
—¿Quieres pasar por la capilla?

—No, no creo que tengamos tiempo. Probablemente Abby


estará arriba esperándonos.

Carrie se dirigió al ascensor.

—Espera. —Becket atrapó a su madre—. Realmente quiero que


te sientes conmigo en la capilla unos minutos.

Becket había pasado años cubriendo los lapsos de su madre y


solo había estado de acuerdo en ir a la universidad cuando se sintió
seguro de que estaría bien. Supuso que la frágil condición de su
padre había traído los recuerdos que seguían persiguiendo a su
madre desde hacía casi veinticuatro años, pero un contratiempo
podría ser desastroso para las oportunidades de Becket de volver a
45 la universidad.

—¿Qué pasa con Abby? —preguntó Carrie, resistiendo los


esfuerzos de Becket de llevarla a la capilla.

—Ella lo entenderá, mamá.

Al menos, Carrie sucumbió al deseo de Becket y lo siguió.

—Sólo unos minutos.

Becket recordaba la primera vez que sus hermanos le habían


hablado de la crisis nerviosa de su madre después de la muerte de
Abby y cómo había pasado días hablando de una niña que ya no
estaba viva. Fue justo después de uno de los lapsus de su madre, y
Nic, Cade y Del estaban preocupados de que tuviera que volver al
hospital psiquiátrico. En ese momento, Becket no sabía lo que era
un hospital psiquiátrico, por lo que se lo preguntó a su profesora.
Ella lo miró con compasión en sus ojos, obviamente sabiendo la
historia familiar, y le explicó lo que era. Becket se dijo que haría lo
que fuera para asegurarse de que su madre no tuviera que volver
allí nunca. No había sido fácil y en ocasiones se sentía culpable por
ocultárselo a su familia, pero porque era el bebé de su madre,
devolverla a la realidad parecía ser lo más natural para él.

Becket estaba contento de que la capilla estuviera vacía y guió


a su madre a uno de los pequeños bancos. Sólo lo bastante grande
para que se sentaran unas dieciséis personas, el espacio era
silencioso y tranquilo, con luces de velas brillando a través de la
sala. Normalmente a su madre le costaba unos minutos volver a la
normalidad, por lo que era el lugar perfecto para que se
escondieran.

—Bonito —comentó su madre.

—Sí —Becket estuvo de acuerdo, sentado junto a ella. Intentó


pensar en algo que decir para traer a su madre de vuelta a la
46 realidad. —No puedo esperar a ver a Locky ayudándome con las
tareas. Dudo que haya estado en una granja. —Rió—. Será una
experiencia para él.

—Ve despacio con él, y sea lo que sea que hagas, no te rías si
se equivoca. —Apretó la mano de Becket—. Los hombres odian eso,
especialmente los hombres que están acostumbrados a ser buenos
en todo lo que hacen.

Becket colocó su cabeza contra el hombro de su madre.

—¿Crees que es demasiado mayor para mí?


—No es sobre la edad. Es sobre lo que ambos queráis de la
vida. Eres joven, y estoy segura de que hay muchas cosas que
todavía quieres hacer que él ya ha hecho. —Carrie acarició los rizos
de Becket—. Tienes toda una vida por delante, bebé, no te
apresures.

Becket deseó poder hablar con su madre de la noche en el


club de Fallon. La sensación de traición que todavía sentía
diariamente estaba empezando a corroer todo lo que consideraba
bueno de sí mismo.

Se sentaron en silencio unos minutos antes de que su madre


hablara.

—Ha pasado de nuevo, ¿verdad?

Becket asintió.

—No duró mucho. Creo que papá te tiene realmente


preocupada, pero estará bien. —Besó la mejilla de su madre—. Te
amo.

—Yo también te amo. Te echo de menos cuando no estás, pero


entiendo que necesites irte.
47

Locky siguió las indicaciones de Becket desde Des Moines,


yendo hacia el oeste por la I-80. Tenía miles de preguntas en su
cabeza, pero estaba asustado de decirlas en voz alta. Había sido
obvio para todos en la sala de espera que algo estaba... mal cuando
Becket y Carrie volvieron de comer.

—Estás callado —dijo Becket, mirando a Locky— ¿Mis


hermanos te hicieron pasar un mal momento?

—No —Locky se aclaró la garganta, esperando despejar su


mente—. Me hablaron de Abby.

Becket inmediatamente apartó su mirada de Locky para mirar


por la ventana del pasajero.

—No deberían haber hecho eso.


—No te enfades con ellos. Creo que solo intentaban explicar
por qué tú y tu madre erais tan cercanos. —Locky podía decir por el
lenguaje corporal de Becket que esa conversación lo había
preocupado. Se sentó bien, Becket estaba pensando, prácticamente
abrazando la puerta—. No tenemos que hablar de ello. Solo estaba
contestando tu pregunta.

—Mamá me necesita, y más que nada, no volveré a la


universidad, —masculló Becket—. No me gusta, pero es lo que hay.
Locky cogió la siguiente salida y paró el coche alquilado junto a la
rampa.

—No hagas eso. Tienes tres hermanos viviendo a una milla de


tus padres. Deja que ellos ayuden más si tus padres lo necesitan.
Vuelve, consigue tu educación y entonces decide que es mejor para
48 tu familia. Este es tú momento. Permítete tenerlo.

—No es tan fácil.

Locky colocó su mano en el hombro de Becket.

—Tienes veinte años. Tendría que ser así de fácil.

—¿Mis hermanos te dijeron que mi padre metió a mi madre en


una casa de locos después de que Abby muriera?

La pregunta sorprendió a Locky.

—No, dijeron que tuvo algunos problemas que casi destruyen


tu familia, pero no dijeron nada específico.

—Sí, bueno, papá es bueno en una cosa, hacer de granjero.


No me malinterpretes, sé que nos quiere y a mamá, pero cuando
enfermó después de la muerte de Abby, la metió en un hospital
para no tener que preocuparse por ella en casa con Nic, Del y Cade
mientras trabajaba en los campos. —Becket sacudió la cabeza—.
Siempre ha sido todo sobre los campos.

No era el lugar de Locky hablar de una familia a la que apenas


conocía, pero no podía quedarse callado.

—No quiero hacer de abogado del diablo, pero tu padre tenía


toda una granja que llevar y tres niños a los que cuidar. Imagino
que se sintió abrumado en ese momento, y conseguirle a tu madre
la ayuda que obviamente necesitaba era la única cosa que podría
ayudar a la situación.

—¿O quizá solo no quería molestarse? —Becket se giró para


encarar a Locky—. Sus lapsus no duran mucho, y si lo hicieran,
¿qué? No es peligrosa para sí misma ni nadie más. De modo que
quizá tiene momentos en que piensa que Abby todavía está viva.
¿Por qué es tan horrible que la respuesta sea alejarla? Y no creo
49 que papá no lo hiciera de nuevo si supiera que sigue teniéndolos,
porque lo haría en un segundo, y lo sé.

Locky sintió el dolor y enfado de Becket y se preguntó cuántos


años había mantenido ambos sentimientos cerrados dentro.

—¿Todavía los tiene?

—Tuvo uno hoy. Es por eso por lo que tardamos tanto cuando
fuimos a comer.

—¿Cómo puede no saberlo el resto de la familia? —Locky se


sentía forzado a acariciar la mejilla de Becket. Todo lo que pensaba
que sabía de Becket probaba estar equivocado.

—Creo que una parte de mamá se siente a salvo conmigo


porque sabe que la querré sin importar lo que pase. Además, nadie
más está a su alrededor durante el día. Los granjeros son las
personas más trabajadoras que conozco. Papá se levanta con el sol,
trabaja hasta la puesta de sol y está en la cama una hora después
de cenar.
Becket se apoyó en el toque de Locky.

—Estoy seguro de que mamá pasa muchas tardes hablando


con Abby como si realmente estuviera con nosotros, pero nadie
está ahí para verlo, todo tiene que ver con sus sentimientos de
soledad.

Locky todavía no podía entender la situación del todo.


Entendía lo que la soledad le podía hacer a una persona, infiernos,
solo había que mirar a su madre como ejemplo. Gloria Regent era
una mujer sana cuyo marido pasaba la mayor parte de su
matrimonio o en la oficina o en el juzgado, y como resultado, ella
se volvió mordaz hacía todos, incluyendo a su único hijo. Por lo que
había visto, Locky estaba de acuerdo con la opinión de Becket sobre
su madre. Carrie parecía feliz y amorosa a pesar de las cartas que
50 le había dado la vida. Por supuesto, nunca había visto sus “lapsus”,
como Becket los llamaba, pero por lo que entendía Locky, no
parecían hacer daño a nadie.

Locky movió su mano de la mejilla de Becket a su nuca.

—¿Puedo besarte?

Las oscuras cejas de Becket se juntaron.

—¿Por qué?

—Porqué lo deseo más que nada —admitió Locky finalmente,


rindiéndose a su necesidad por primera vez en meses.

La vacilación de Becket le recordó a Locky el motivo por el que


había acompañado al joven hombre a Iowa en primer lugar. Lo
último que Becket necesitaba era sentir presión. Apartó su mano.

—Lo siento. No tenía derecho a pedirlo.


Becket se quedó allí sentado unos momentos antes de
desabrocharse el cinturón de seguridad y lanzarse sobre lo que
separaba los asientos. Envolvió sus brazos alrededor del cuello de
Locky y presionó sus labios juntos.

Con un gemido de apreciación, Locky movió atrás su asiento a


ciegas y colocó a Becket en su regazo. Joder, había soñado con
saborear a Becket de nuevo pero se había resistido, demasiado
asustado de involucrase. La lengua de Becket luchó expertamente
con la de Locky mostrando la experiencia en la que Locky no quería
pensar.

Locky deslizó sus manos abajo para ahuecar el culo de Becket,


deseando que estuvieran en cualquier otro sitio que no fuera la
rampa de salida. Becket intentó reajustarse para darle a Locky
mejor acceso y acabó golpeando la nuca de Locky con su yeso.
51 Becket inmediatamente se apartó.

—Mierda, lo siento.

Con sus labios todavía hormigueando y su polla pulsando,


Locky sonrió.

—No lo sientas. Necesitaba algo que me enfriara de todas


formas. —Colocó su cabeza contra el asiento—. ¿Cuánto queda?

—Una hora, añade o quita algo— Becket pasó su lengua por el


labio inferior de Locky—. Fue incluso mejor de lo que recordaba.

—Sí —estuvo de acuerdo Locky.

Después de varios besos más, Becket se movió a su asiento y


se abrochó el cinturón.

—¿Vas a arrepentirte?

—No lo sé. —dijo Locky honestamente—. Supongo que


depende de ti y de por qué me dejaste besarte.

—¿Qué coño se supone que significa eso? Te he deseado desde


tu primer día en la BK, y nunca he sido tímido en dejártelo saber—.
Becket se reajustó su polla.

Locky no quería entrar en por qué siempre había rechazado los


avances de Becket, pero necesitaba que entendiera de donde venía.
—Nunca ha sido porque no te deseara. Cristo, creo que lo contrario
es cierto, pero eso me asusta. Eres joven.

Becket abrió su boca, listo para defenderse, pero Locky alzó su


mano.

—Déjame acabar. Eres joven, y no te culpo por ello, pero me


he quemado antes porque alguien deseaba usarme como profesor
52 para poderse follar a toda la ciudad.

—Bastante seguro de tus talentos, ¿no?

Locky se dio cuenta de cómo sonó y rió.

—Sí, supongo que sí.

Becket puso sus pies en la guantera y cruzó las piernas.

—Quizá yo tenga mis propios talentos. Quizá serás tú quien


aprenda algo.

Momentos después de que las palabras salieran de la boca de


Becket, Locky notó un abrupto cambio en su expresión. Mierda. El
dulce hijo querido que había llegado a Iowa de repente se había
transformado en el hombre hosco que le había preocupado en la BK
House. Locky había prometido que no lo presionaría, pero no podía
dejarlo estar sin decir nada.

—No sé qué pasó, pero desearía que me dejaras ayudarte.


Con su cabeza gacha, Becket se sentó silencioso unos
minutos.

—Salí. Bebí. Alguien me folló sin condón y me dejó tirado en el


porche. —Giró su cabeza hacía Locky— Eso es.

La preocupación inicial de Locky era la salud de Becket.

—¿Has visto a un doctor?

Becket asintió vagamente.

—Me hice pruebas. Tengo que volver en un par de meses para


más. —Apretó sus manos—. Intenté tomar la medicación que el
doctor me dio en caso de que quien me follara tuviera VIH, pero no
53 podía manejar los efectos secundarios y ocultárselo a Charlie y
Jack.

¿Quién fuera? La respiración de Locky quedó atrapada en su


pecho. Sus peores temores de lo que le había pasado a Becket se
habían hecho realidad.

—Te violaron.

—¿Violar? No. Esa parte fue culpa mía. Salí esa noche
queriendo follar y eso es exactamente lo que conseguí. El único
problema es que creo que fui drogado, por lo que no sé quién ni
cómo.

El enfado empezó a construirse en el interior de Locky.

—Dime dónde estabas cuando pasó.


Tenía una idea, pero necesitaba escucharlo de Becket. Tenía que
haber una razón por la que Becket no devolviera las llamadas de
Fallon o visitara el nuevo club. El antiguo Becket habría hecho del
club de Fallon en la Fifth su lugar de caza de fin de semana.
Becket sacudió la cabeza.

—Eso es todo lo que diré. No sé quien lo hizo, y no voy a


acusar a nadie por error.

—Tienes que ir a la policía. —Locky intentó alcanzar la mano


de Becket, pero Becket la apartó antes de que Locky lo tocara.

—Te dije lo que pasó, ahora déjalo.

—No creo que pueda. —confesó Locky—. No cuando sé que


podría pasarle a alguien más.

Becket se giró para mirar por la ventana del pasajero una vez
más. —No pasará. Lo he visto irse con otros chicos que fueron
54 deseosos. Realmente tuve un momento de vacilación y lo confronté.

—¿A quién crees que está observando esta noche? —Locky


estaba presionando demasiado duro a Becket y lo sabía, pero
Becket necesitaba encarar la verdad del crimen que habían hecho
contra él.

—¡Joder! —Becket abrió la puerta y salió del coche. Aunque


habían aparcado al lado de la rampa de salida, el suelo estaba
desigual y tras dos pasos, Becket perdió el equilibrio, cayendo al
suelo.

Locky comprobó el tráfico antes de salir y rodear la camioneta


para comprobar a Becket. A mitad de camino, Becket estaba en el
suelo sobre su espalda con su brazo enyesado a un lado y el
izquierdo sobre sus ojos. Locky se apresuró a ir hacia él.

—¿Estás herido?

El pecho de Locky se constriñó cuando Becket no se movió ni


le contestó. Se acercó más, finalmente alcanzando al hombre.
—¿Becket?

—No estoy allí. ¿Qué pasa si lo hace de nuevo? —La voz de


Becket era tan suave que Locky apenas escuchó las palabras.

Locky puso su mano en el pecho de Becket.

—¿Estás herido? —preguntó de nuevo.

—Sólo mi orgullo, lo que me queda de él —contestó Becket.

—Sé que estás asustado de ir a la policía, pero no puedes


encargarte de observar a quien sea veinticuatro horas al día. No es
justo para ti o para cualquiera que pudiera salir herido. —Locky
dejó al descubierto los ojos de Becket y lo miró—. Aunque fueras en
55 busca de pasar un buen rato, no le diste a nadie el permiso para
drogarte o follarte. Eso es un crimen, y quien sea que lo hizo lo
hará de nuevo si no se le detiene.

—No hay evidencias. Aunque fuera a la policía, no podría


decirles quién lo hizo.

Locky se inclinó y le dio a Becket un beso gentil en los labios


antes de apartarse.

—Quizá no, pero puedes contarles dónde estabas y cuándo


pasó. Eso debería ayudar. Si no, pondrá a la policía en alerta de que
hay un depredador del que no sabían nada.

—Pensaré en ello. —Becket miró alrededor—. Será mejor que


vayamos a la granja antes de que perdamos la luz.
Capitulo Cuatro
Becket arrancó la nota de la puerta y se la pasó a Locky.

—Scotty Melbourne, el mejor amigo de Cade, se encargará de


los animales por nosotros. Por lo que estás libre, al menos por esta
noche.

Locky leyó la nota mientras seguía a Becket dentro de la casa.

—Dice que los huevos están en la nevera. ¿Cómo entró?

Becket rió y tiró su maleta al sofá.


56
—A través de la puerta sin cerrar.

Locky dejó la maleta junto a la de Becket.

—¿Eso es algo típico de Iowa?

—No, es una cosa de campo. —Becket miró por encima de su


hombro—. ¿Hambriento? Tenemos huevos.

Locky removió su nariz.

—¿Directamente de la gallina? No gracias.

Becket no pudo aguantarse la risa.

—Odio desilusionarte, chico de ciudad, pero salen de allí. ¿O


Portland descubrió una manera de fabricarlos?

—Difícilmente ja, ja. —Locky hizo una mueca—. Sólo prefiero


mis huevos en un cartón de la tienda.
Becket abrió la nevera y buscó.

—¿Puedes comer jamón o el hecho de que tengamos una


granja de cerdo más allá te repugna?

—Dame el maldito jamón.

Becket le pasó a Locky el paquete y sacó un cartón de huevos


del armario antes de meterlo en la nevera.

—Oh mira, los nuestros también están en cartones.

Locky gruñó pero suavizó el sonido con una sonrisa.

—¿Te estás riendo de mí?


57 Becket colocó los huevos en la encimera y cubrió con sus
brazos los hombros de Locky.

—Sí. ¿Vas a hacer algo al respecto?

El jamón de Locky se unió a los huevos de Becket.

—¿Quieres que lo haga?

Becket restregó su escayola por la parte de delante de los


jeans de Locky. Aunque realmente no podía sentir nada a través del
grueso yeso, el gemido de Locky le dijo a Becket que obtuvo el
efecto deseado. El sonido del placer de Locky encendió a Becket por
primera vez desde que había visitado el club de Fallon. Alejó los
recuerdos de esa noche antes de que tuvieran la oportunidad de
arruinar el momento. Había esperado demasiado tiempo por Locky,
y se negaba a dejar un hombre desconocido dirigiera sus reacciones
a los besos que Locky le estaba dando en el cuello. Becket giró su
cabeza lo bastante para que pudiera acariciar sus labios.

—¿Quieres ver mi dormitorio?


—¿Estás seguro?

—No, —Becket dijo con honestidad— pero me gustaría


intentarlo.

Rezó para no quedar como un idiota, pero, Dios, lo deseaba


tanto.

Mientras Becket usaba el baño de abajo, Locky deshizo su


nueva bolsa de viaje. Encontró el pequeño estuche de plástico de la
58 droguería y sacó el lubricante y una caja de condones. No podía
dejar de pensar que lo que estaba considerando estaba mal. No
solo Becket era joven, sino que recientemente había pasado por
una experiencia traumática, una con la que todavía no había
tratado.

Locky se sentó en el borde del colchón y metió los


suplementos en la mesilla de noche.

—No puedo hacer esto —masculló.

—Hacen pastillas para eso —bromeó Becket, entrando en la


habitación con una toalla alrededor de su cintura. Se quitó el
plástico que envolvía su escayola y lo tiró a la basura.

Fascinado con el bulto tras la toalla, Locky se quedó


temporalmente sin palabras, pero cuando ese fantástico bulto se
acercó, no pudo negar el efecto en su propia polla. Separó sus
piernas y tiró de Becket para ponerlo entre ellas.

—Mi equipo funciona perfectamente. Es mi conciencia con lo


que tengo problemas.

Becket soltó la toalla y montó a horcajadas el regazo de Locky.


Palmeando la parte delantera de los jeans de Locky, Becket se
inclinó hacia delante.

—Yo soy quien debería estar preocupado, y estoy justo aquí.

Locky colocó sus manos en las caderas de Becket, luchando


con la urgencia de tocar y explorar el culo donde deseaba enterrar
su polla.

—¿Dime que no estás haciendo esto como esfuerzo para


borrar esa noche de tu mente?

—Ni siquiera recuerdo esa noche, por lo que como puede ser
59 ese el caso. Además, he esperado esto desde hace mucho tiempo.
—Becket apretó la erección de Locky—. Te diré qué, desnúdate y
métete en la cama conmigo y veremos cuánto te deseo. —
Puntualizó cada palabra con un beso.

Locky miró la caja de condones de la mesilla de noche.

—Oh. —Becket rápidamente salió del regazo de Locky—. No


estás preocupado por la razón que pensaba. —Cogió la toalla y la
envolvió a su alrededor, sosteniéndola en su lugar con su mano
buena—. ¿Ayuda si digo que el doctor me dijo que era raro coger el
VIH después de una sola noche con un compañero desconocido?

Sorprendido por el abrupto cambio en la situación, le tomó a


Locky unos minutos entender lo que pensaba Becket.

—¿Qué? ¿Crees que me preocupa dormir contigo porque temo


que me expongas? —Sacudió la cabeza vehementemente—. No. Mi
vacilación no tiene absolutamente nada que ver con eso.

—¿Entonces qué? —preguntó Becket—. ¿Todavía es lo de la


edad?

Locky se levantó y envolvió a Becket en sus brazos. No


presiones, se recordó.

—Todavía no has reconocido que fuiste violado. Supongo que


estoy preocupado... —Mierda. ¿Cómo le explicaba su miedo a herir
más a Becket?

Becket se apartó del abrazo de Becket.

—¿Me estás chantajeando? Si te digo que fui violado, ¿estarás


de acuerdo en follarme? —Agarró la maleta de Locky y se la tiró—.
Te lo pondré fácil. La habitación de invitados está al otro lado del
pasillo.
60 Locky cogió su maleta y miró a Becket. No podía creer que
estuviera preparándose para alejarse cuando finalmente había
admitido para sí mismo cuanto se preocupaba por el hombre más
joven. ¿Por qué era tan importante que escuchara a Becket decir la
palabra? Nunca en su vida había suplicado a un hombre para hacer
nada, pero estaba a punto de hacerlo.

—Lo siento, pero no quiero dormir en otra habitación.


Preferiría dormir aquí, contigo.

—¿Así cambias de idea?

Locky tiró su maleta al suelo.

—Sí... no. —Frustrado consigo mismo, se pasó los dedos por el


pelo—. No lo sé. Pero todo en lo que puedo pensar es en
sostenerte, y estoy asustado de que si dejo esta habitación nunca
volveré a tener la oportunidad.

Becket miró a Locky directamente sin indicarle nada, ni como


se sentía. Después de varios segundos, Becket dejó caer su toalla y
apartó las sábanas.

—Quédate si quieres, pero duermo desnudo.

Becket se despertó la mañana siguiente con la manta más


caliente que había conocido envuelta a su alrededor. Se acurrucó
contra el calor del torso de Locky y sus brazos alrededor de él
parecieron apretarlo más. Guay.

Becket aprovechó la oportunidad y acercó su desnudo culo al


mástil mañanero de Locky. Solo deseaba que Locky no hubiera
61 insistido en dormir con pantalones. Becket separó sus nalgas lo
bastante para capturar la gruesa erección entre ellas. La polla de
Locky estaba más que dura, más que grande y, joder, la deseaba en
su interior.

—Mmm —Locky gimió en su sueño, moliéndose contra Becket.


Becket se preguntó si podía hacer que los dos se corrieran sin
despertar a Locky. Cerró sus ojos y envolvió su mano izquierda
alrededor de su polla mientras continuaba moviéndose contra la
tiesa polla restregando su culo.

Cuando los movimientos de Locky se convirtieron en empujes,


Becket tenía la sensación de que su vacilante amante estaba
empezando a despertar. Becket empezó a masturbarse con fuerza,
esperando acabar antes de que Locky se diera cuenta de lo que
estaba haciendo.

—Estás jugando con fuego —gruñó Locky en el oído de Becket.

—No, estoy jugando conmigo mismo —corrigió Becket. Tomó


la oportunidad de apretar sus nalgas juntas, dándole a la polla de
Locky un medio abrazo.

Locky hociqueó su rostro contra el cuello de Becket y siguió


moviéndose contra él.

—Esto no es justo —continuó gruñendo Locky. — Ahora no


puedo parar.

—No quiero que lo hagas. —A Becket se le puso la piel de


gallina mientras sentía a Locky buscando algo a tientas en sus
pantalones de dormir.

Deslizando arriba y abajo su polla desnuda por la grieta del


culo de Becket, Locky empezó a jadear.

—No puedo parar. No puedo parar —Locky decía una y otra


62 vez.

—Ahhhh, ¡joder! —Becket fue el primero en correrse,


cubriendo su mano con el fluido cálido de su pasión.

Con un profundo gruñido, Locky se puso rígido. Un segundo


después, Becket sintió el primer chorro de semen que aterrizó en la
parte baja de su espalda. Sonrió, más que satisfecho consigo
mismo por derribar el muro de Locky, pero antes de que pudiera
ponerse demasiado cómodo con el cambio en su relación, Locky se
apartó de él.

—No puedo creer que dejara que esto pasara. —Locky se


sentó y pasó sus piernas por el lateral de la cama—. Perdí el
control, que es algo que nunca hago.

Antes de que Becket pudiera decir algo, Locky se levantó, se


subió los pantalones y salió de la habitación. Demasiado para
disfrutar del después. Sabía que si le daba a Locky demasiado
tiempo para pensar en lo que había pasado, el idiota cabezota
empezaría a alzar de nuevo su maldito muro.
Becket estaba decidido a no dejar que eso pasara. Se limpió
con la sábana antes de salir de la cama. Encontró los jeans que
había llevado el día anterior y se los puso antes de ir tras el
exasperante hombre.

—Locky —lo llamó, saliendo del dormitorio. Con un plan


formulándose, llamó a la puerta cerrada del baño. La ducha no
estaba encendida por lo que sabía que Locky podía escucharle.— No
es culpa tuya, es culpa mía.

Becket estaba exagerando, pero si funcionaba, seguiría.

—Supongo que necesitaba saber si realmente me deseabas


porque crees que soy caliente y no porque sientes pena por mí.
63 La puerta se abrió y un Locky con el rostro rojo lo miró.

—No te atrevas a banalizar lo que siento por ti. Te seguí aquí


como un maldito perro, yendo contra todo lo que mi cabeza seguía
diciéndome porque no podía negar más que me importas. No sé la
verdad de lo que te pasó, pero sé que estabas alterado, y no podía
soportar que trataras con ello tú solo.

Becket dio un paso atrás. Quería a Locky para algo largo, pero
en su mente, nunca había pensado en que tendría una oportunidad
fuera del dormitorio. Ciertamente nunca había esperado que Locky
fuera más allá de decirle que había sido un buen polvo.

El teléfono de la casa sonó antes de que Becket pudiera


formular una respuesta. Hablando de ser salvado por la campana.
Decidió tomar el camino fácil por el momento. Después de algún
tiempo pensando en la situación se sentiría mejor preparado para
compartir sus sentimientos.

—Lo siento, pero necesito cogerlo en caso de que sea mamá.


Locky asintió.

—Entiendo.

Becket corrió hacia el teléfono en el dormitorio de sus padres.

—¿Hola?

—Hey, mamá ha estado preguntando por ti. —Cade arrastró


las palabras—. Lo siento, hombre, sé que ella te pidió que te
encargaras de las cosas por ella en la granja, pero creo que sería
mejor que estuvieras aquí. —Se aclaró la garganta—. Ella, uh, tuvo
una de esas cosas. Julie estaba con ella y no me lo dijo hasta esta
mañana, pero supongo que fue malo. Mamá sigue preguntando por
ti y finalmente se puso bastante desagradable con Julie cuando ella
dijo que te habías ido.
64
—Lo siento. —Parecía que Becket decía mucho esas palabras
últimamente, pero la idea de su madre teniendo uno de sus lapsus
delante de la esposa de Cade podría significar el final de su secreto.

—No es culpa tuya. De todas formas, ambos pensamos que


sería mejor si estuvieras aquí. Hablé con Nic y Del y están yendo a
la casa principal hoy. Todos pensamos que tú podrías ser de más
ayuda aquí.

—Vale. —Becket sintió la presencia de Locky y se giró para


verlo en la puerta — ¿Algo sobre cuando le darán el alta a papá?

—Podría ser mañana como muy pronto. Ya conoces a papá, ya


está alzando el infierno. «Maldición el hospital solo quiere sacarme
más dinero» —dijo Cade, haciendo su mejor imitación de su padre.

—Te estás volviendo demasiado bueno en eso.

—Sí, bueno, he pasado toda mi vida intentando ser como él.


Probablemente es por lo mismo por lo que tú eres más como
mamá.

Aunque Cade lo dijo en broma, Becket no pudo evitar tomarlo


como una ofensa.

—No tenía mucha opción, ya lo sabes. Papá no me quería a su


alrededor.

—Eso son tonterías. Pertenecías a mamá y ella dejó que todos


lo supieran, incluyendo a papá. Acéptalo, hermano, eras el elegido.

—Eso no es justo —discutió Becket.

—Justo o no, tú saliste ganando.

—¿Por qué lo crees? —Preguntó Becket a Cade. Le dio la


65 espalda a Locky, esperando que no lo escuchara.

—Mamá te quería lo bastante para dejarte ir a la universidad.


¿Crees que al resto de nosotros se nos dio la oportunidad?

Becket siempre se había preguntado por qué parecía que no


les gustara a sus hermanos.

—No sabía que querías ir a la universidad.

—Bueno sí, pero ahora no es el momento de hablar de cosas


que nunca pasarán.

Cade era quince años mayor que Becket, pero todavía había
tiempo si la universidad realmente le interesaba. Tomó nota mental
de volver a ello cuando su padre estuviera en casa y las cosas más
calmadas. Su mamá era su mayor preocupación en ese momento.

—Dime que te dijo Julie sobre el lapsus de mamá.

—Sólo que ellas entraron en el ascensor en el vestíbulo y


mamá pulsó el botón de maternidad. Cuando Julie intentó
corregirla, mamá la empujó contra la pared y le dijo que nadie iba a
mantenerla lejos de Abby. —Cade suspiró—. Cuando llegaron al
piso, mamá fue a la ventana de observación y se quedó allí, solo
mirando a los bebés como si realmente esperara que Abby fuera
una de ellos. No lo sé, Becket, quizá el problema es que esté aquí,
pero no podemos dejar que papá la vea así.

—¿Entonces, por qué no la voy a buscar, la recojo y la traigo a


casa? —Becket sabía que su hermano tenía razón. Si su madre se
quedaba en Des Moines, su padre eventualmente descubriría que
no estaba recuperada por completo de la muerte de Abby. Quería a
su padre, pero era corto de miras y a veces cruel cuando tenía que
tratar con alguien a quien consideraba anormal.

—Dudo que ella se vaya con él aquí —contestó Cade.


66
—Puedo intentarlo. —Becket miró por encima de su hombro—.
Estaré allí tan pronto como pueda.

—Le diré que vienes.

Becket colgó el teléfono y se giró hacia Locky y le explicó lo


que había pasado.

—Creo que necesito traerla aquí antes de que papá descubra


lo que está pasando.

—¿Qué está pasando?

Becket se unió a Locky en la puerta, su discusión anterior


olvidada por el momento.

—Es Des Moines, papá... —Sacudió la cabeza. Dos días antes


sus pensamientos habían estado en sí mismo y sus propios
problemas, pero ahora tenía que tratar con Locky, su madre, su
padre y el resentimiento de sus hermanos. Joder, solo tengo veinte
años—. ¿Cómo llegué aquí?

—Condujimos. —Locky colocó sus manos en los hombros de


Becket—. ¿Estás bien?

Becket sacudió la cabeza de nuevo.

—Sólo quería salir de este pueblo, salir de esta casa. Unos


pocos años para sentirme finalmente como un niño. Algún tiempo
para mí mismo, para explorar quien era, lo que quería de la vida.

—Becket, me estás asustando. ¿Qué va mal?

Becket miró a Locky.

—Toda mi vida es una mierda. En lugar de arreglar cosas, me


67 he pasado años poniendo tiritas en todos los problemas de mi vida,
y de repente todo se ha despegado.

Locky llevó a Becket de la habitación principal al baño.


Encendió la ducha y le pasó a Becket una de las bolsas de plástico
que había dejado en la pica la noche anterior.

—Ha sido una mañana dura. ¿Por qué no te duchas, y yo


preparo el desayuno?

La expresión en el rostro de Locky amenazó con romperle el


corazón a Becket. ¿Locky pensaba que estaba loco como su madre?
No, a pesar de todo lo demás, se negaba a permitir que eso pasara.
—Hace un par de años, le supliqué a mi madre que me llevara a
Des Moines, para el desfile del orgullo. Ella estaba asustada de
hacerlo a espaldas de mi padre, pero le supliqué hasta que al final
accedió. —Becket apagó el agua—. Mamá me dejó conducir ese día.
Estaba bien hasta las afueras de Des Moines. Estaba intranquila,
ansiosa. Le pregunté que iba mal, y empezó a llorar. Me preguntó si
la llevaba de vuelta al hospital donde mi padre la había metido
después de la muerte de Abby. Le dije que no, que nunca haría eso,
pero ella no me creía. Finalmente no tuve más opción que girar y
volver a casa.

—¿Y crees que es por eso por lo que está teniendo estos
lapsus?

—Sí, lo creo. Nunca se lo dije a nadie —confesó Becket.

—Quizá es el momento de que lo hagas. No estoy intentando


meterme en los asuntos de tu familia, pero suena como si hubieras
pasado toda tu vida intentando protegerla.

—Lo he hecho —estuvo de acuerdo Becket—. Ella no tenía a


nadie más.

—Tenía un marido.
68
—Papá la habría metido en el hospital. —Becket no podía creer
que Locky todavía no entendiera la situación—. Ya hemos pasado
por esto. La mayoría del tiempo está bien, y cuando no lo está, solo
está confundida y triste. Nadie más que yo parece entenderlo.

Locky se inclinó y besó a Becket suavemente en los labios.


Cogió la bolsa en la mano de Becket y la puso sobre el cabestrillo
asegurándolo con una goma.

—Ducha. Haré el desayuno luego iremos a recoger a tu madre.


—Mientras hablaba, Locky bajó la cremallera de los jeans de Becket
y los bajó.

—¿Por qué estás siendo tan amable con esto? —Becket se


salió de sus jeans y se quedó desnudo ante Locky.

—Porqué para mí está claro que tenemos que hacer que pases
por todo esto con tu familia antes de que podamos hablar sobre
nosotros. —Locky extendió la mano y rozó la flácida polla de Becket
con la mano—. Y si consigo lo que quiera, habrá un nosotros.
Locky entrelazó sus dedos con los de Becket. Habían estado en
la carretera una hora y apenas se habían dicho dos palabras el uno
al otro, pero se negaba a tomárselo como algo personal. En las
últimas veinticuatro horas, se había dado cuenta de que todo lo que
pensaba que sabía sobre Becket había estado mal. Durante casi un
año había malentendido la actitud despreocupada de Becket como
un signo de inmadurez, cuando realmente, Locky sospechaba que
tenía más que ver con que Becket se hubiera liberado de las
injustas responsabilidades que había cargado toda su vida.

69 Locky le robó una mirada a Becket. Ahora que sabía la verdad


lo deseaba incluso más. Por desgracia, también entendía por qué
era tan importante para Becket permitirse la libertad de la juventud
que casi todo el mundo daba por hecha. Para alguien que había
estado figuradamente encadenado a su madre toda su vida, lo
último que Becket necesitaba era sentar la cabeza con su primer
novio real, y eso sin tener en cuenta el horror que había sufrido a
manos de su violador desconocido.

Contra más se acercaban a Des Moines, más se hundía el


espíritu de Locky. Intentó recordar un viejo dicho sobre que si amas
algo déjalo libre. ¿Amor? No. Amor no era lo que Becket
necesitaba.

—¿Estás bien? —preguntó Becket.

Locky sonrió y se llevó la mano de Becket a la boca. Después


de un rápido beso, la soltó y puso ambas manos en el volante.

—Estoy bien.
Era una mentira. El corazón de Locky estaba en guerra con su
consciencia. Debería ayudar a Becket con sus problemas como un
amigo, no como un amante, o sino nunca sería capaz de dejarlo
libre.

—¿Cuánto tiempo planeas quedarte cuando le den el alta a tu


padre?

—No lo sé. Depende de cómo esté mamá, supongo. ¿Por qué?

—Porqué creo que volveré el viernes. Los estudiantes


empezaran a aparecer este fin de semana, y es mi trabajo
ayudarles a instalarse. ¿Crees que estarás listo para volver
conmigo?

—No tengo ni idea de si podré volver.


70
Locky apretó el volante en un esfuerzo por evitar alcanzar a
Becket. —Si lo que dices es cierto, tu madre estará mucho mejor
cuando la lleves a casa. Por favor no te rindas con lo que has
empezado en la universidad. Es tu momento, y te lo has ganado.

—No según mi hermano —masculló Becket.

Locky no había mencionado la obvia discusión que Becket y su


hermano habían tenido por teléfono, pero ya que Becket había
sacado el tema, Locky se sintió obligado a decir algo.

—No puedes responsabilizarte de tu hermano, solo de ti


mismo.

—Y mi madre —Becket añadió—. Sé que crees que soy


estúpido por hacer lo que hago, pero la amo y es la única que
alguna vez me ha devuelto ese amor.

Locky sabía que eso no era verdad pero no era el momento de


corregir a Becket. Iba a decir algo que Becket no querría escuchar.
—Creo que tu madre debería ver a un consejero. No estoy
sugiriendo que esté loca o que necesite estar en un hospital, pero
creo que necesita ayuda para tratar con lo que pasó. Sé que has
intentado protegerla, pero has hecho tu parte. Es el momento de
que sigas adelante con tu vida y que alguien más de un paso
adelante.

Cuando Becket no le contestó enfadado de inmediato, Locky


empezó a preocuparse.

—¿Me odias por decir eso? —preguntó Locky.

—No, me he estado diciendo eso durante mucho tiempo, pero


saberlo y hacerlo son dos cosas diferentes.

—¿Por qué no empiezas hablando con tu madre? Pregúntale si


71 consideraría ir a ver a alguien. —Locky se rindió ante el deseo de
alcanzar la mano de Becket—. Merece la pena intentarlo, ¿verdad?

—Sí, quizá.
Capitulo Cinco
—Esta es una bonita habitación, mamá. —Becket corrió y saltó
en la cama como había hecho cuando era un niño.

—Los chicos alquilaron la de al lado anoche. Se siente bien


tenerlos cerca de nuevo. Sé que solo viven bajando la carretera,
pero no es lo mismo que cuando vosotros cuatro estabais en casa.
Becket extendió su mano.

—Ven aquí y siéntate conmigo.

Después de quitarse los zapatos y moviendo a Becket con un


72 sonido que solo las madres podían hacer, su madre se estiró junto a
él. Sobre su espalda, miró el techo.

—Te lo dijeron, ¿no?

—Sí. —Becket rodó sobre su costado y apoyó su mejilla en el


hombro de su madre—. No quiero volver a la universidad contigo
así, mamá. Pero tampoco quiero quedarme aquí.

—No es algo que pueda controlar —susurró.

—Lo sé. —Becket pasó su brazo en cabestrillo sobre su madre


y la abrazó—. Te amo más que a nadie, pero no sé si podré seguir
ayudándote. Quizá es el momento de que encuentres a alguien que
pueda.

—Todos lo sabrán. ¿Qué pasa si tu padre lo descubre?

—¿Es ese el problema? ¿Realmente estás asustada de papá?


Te ama, mamá. Sé que no siempre lo demuestra, pero tengo que
creer que lo hace. —Becket pensó en lo que Locky había dicho
como un observador ajeno a la situación—. Sé que realmente te
hizo daño cuando te alejó cuando murió Abby, pero creo que no
sabía que más hacer. Abby era su bebé también, y de repente
estaba intentando estaba intentando superar su muerte y cuidando
de Del, Nic y Cade mientras se preocupaba por ti y cómo se
suponía que tendría que trabajar en la granja. Quizá intentaba
conseguirte la ayuda que pensaba que necesitabas y que él no
podía darte, y fuera lo mejor de lo que podía hacer en aquel
momento.

—¿Por qué te estás poniendo de su lado? —La madre de


Becket se alejó de él.

—No lo estoy. Locky dijo...

—¡Locky! —Gritó—. ¡Ahora estás escuchando a alguien que no


es más que un extraño para la familia!
73
—Para. —Becket se apartó—. Locky está intentando ayudar.

—¡No! —Se sentó en la cama—. Está intentando alejarte de


mí.

Con el corazón pesado, Becket salió de la cama y se arrodilló


delante de su madre.

—Nadie puede alejarme de ti. —Buscó las palabras adecuadas


para hacer que entendiera—. Siempre seré tu hijo, pero esto es
sobre ti. Necesito que estés mejor, y no creo que puedas estarlo
hasta que hables con alguien sobre la muerte de Abby.

—No hablo de eso —dijo, sacudiendo la cabeza.

—Lo sé, pero creo que es el momento de que lo hagas. Podría


ayudar.

—No. —La madre de Becket se alejó y recogió sus zapatos—.


Necesito volver al hospital.
Agarró las deportivas de Becket y se las pasó.

—Vamos.

Era un típico movimiento de su madre. Siempre escapaba


cuando estaba en una situación incómoda, pero esta era demasiado
importante para que Becket lo dejara pasar.

—No hagas esto, mamá. Puedes seguir fingiendo. Yo no puedo


seguir fingiendo, siento que Abby muriera, y he pasado toda mi
vida intentando alejarte del dolor que llevas dentro, pero no puedo
seguir haciéndolo.

—Pues no lo hagas. Vuelve a la universidad con tu nuevo


amigo y olvídalo. Yo trataré con ello a mi manera. Se acercó a la
74 puerta, y Becket sabía que tenía una oportunidad de detenerla.

—Vuelvo el viernes. Me gustaría ayudarte a encontrar a un


doctor antes de irme.

—No es necesario. Puedes volver ahora si quieres. Odiaría


malgastar algo más de tu vida.

Salió sin otra palabra, dejando a un confundido Becket atrás.


Con enfado a punto de explotar, Becket tiró sus zapatos contra la
pared, rompiendo la pintura de un paisaje en el proceso. El dolor
irradió por su brazo, recordándole que ya tenía otros problemas
esperándolo en la universidad.

No deseando encarar el resto del día, Becket apartó las


sábanas y gateó en la cama. Su madre había dejado perfectamente
claro no solo que no buscaría ayuda, sino que también que si se iba
y volvía a la universidad, sería etiquetado como un traidor a sus
ojos.

Con un gruñido de frustración, Becket buscó en su bolsillo y


sacó su móvil. De todos los problemas que quería apartar, Locky no
era uno de ellos. Casi se había pasado todo el trayecto hasta Des
Moines pensando en la conversación que habían tenido en la puerta
del baño. Locky tenía sentimientos por él, verdaderos sentimientos,
parecía.

—Hey —Locky contestó al móvil.

—¿Mi mamá ya ha vuelto? —Becket se metió más bajo la


manta en busca de seguridad.

—No la he visto. ¿Cómo fue?

—Fatal. Se fue. —Sólo el sonido de la profunda voz de Locky


ayudaba a que Becket se calmara. Se preguntó si esa voz se haría
más profunda cuanto más mayor se hiciera Locky. Divertido. Cerró
75 sus ojos e intentó imaginarse despertando con ese sexy gruñido
cada mañana.

—Lo siento.

—Ni la mitad que yo. ¿Puedes venir?

—Ya estoy de camino.

Cruzando la calle hacia el hotel, el teléfono de Locky sonó. Lo


sacó de su bolsillo y se sorprendió de ver el nombre de Charlie en la
pantalla.

—Hey.

—¿Cómo está Becket? —preguntó Charlie.


—Están pasando muchas cosas. —Locky se negaba a
compartir los secretos de la familia de Becket—. Si llamas para
saber cuando vuelvo, cogí un billete para el viernes por la mañana.
Debería estar allí antes de la cena.

—Es bueno saberlo, pero no es por eso por lo que llamo. Había
un artículo en el periódico esta mañana que pensé que podría
interesarte. Un camarero de Fallon fue arrestado y acusado de
drogar y molestar a un estudiante de esta universidad. Alguien en
su dormitorio lo encontró inconsciente en el vestíbulo y llamó a la
policía. De todas formas, la evidencia finalmente los llevó al
camarero, Paul Williams, pero todo el mundo lo conoce como Jigger.

—¡Joder! —Locky entró en el vestíbulo del hotel y fue


directamente al ascensor—. Necesito hablar con Becket.
76
—Sí, pensé que podrías. Sea lo que sea que necesite,
asegúrate de que sabe que estoy aquí para él.

—Lo haré. Gracias por decírmelo. —Locky colgó y entró en el


ascensor. Después del corto trayecto arriba, entró en la habitación y
abrió la puerta. Con las luce apagadas y las cortinas cerradas,
apenas podía ver sus manos delante de su rostro—. ¿Estás
dormido?

—No, solo estirado aquí intentando descubrir que hacer.

Locky siguió el sonido de la voz de Becket.

—No me encontré a Carrie de camino. ¿Estás seguro de que


volvía al hospital?

—Quién sabe a dónde iba. Sólo se fue, me dijo que volviera a


la universidad esta noche, que no teníamos que esperar hasta el
viernes. —Becket agarró la mano de Locky tan pronto como se
acercó a la cama—. Quítate los zapatos y entra. ¿Por favor?
Locky lo hizo. Hablar con Becket de la llamada de Charlie iba a
ser difícil. Lo último que quería era poner falsos recuerdos en la
cabeza de Becket sobre lo que había pasado esa noche. Becket se
acurrucó contra él y se sorprendió al sentir piel, mucha piel.

—¿Qué pasa, estabas tan enfadado que decidiste desnudarte?

—¿Te quejas?

Locky pasó la palma de su mano por la cadera de Becket.


Intentó mantener su mente alejada del sexo pero solo era humano.

—Estoy confuso, no soy estúpido.

—También estás demasiado vestido. —Becket le quitó a Locky


77 la camiseta por la cabeza.

—Todo en mi vida se ha vuelto una mierda. —Besó el pecho de


Locky—. Excepto esto. Tú.

Los ojos de Locky se cerraron mientras Becket besaba y lamía


un camino hacía abajo por su torso. Mantente fuerte. Tan bien
como se sentía la boca de Becket y tanto como deseaba que
siguiera, no podría convertirse en la distracción que Becket estaba
buscando tan obviamente.

—¿Conseguiste que tu madre hablara de lo que le pasó a


Abby?

Becket paró en el proceso de bajarle la cremallera a los jeans


de Locky.

—¿Quieres hablar de eso ahora?

—Tenemos que hablar de esto ahora. ¿Reconoce que Abby


está muerta y como le hace sentir eso?
—Por supuesto que no. Lo ha estado ignorando durante veinte
años, fingiendo que todo está bien, destruyendo su vida y la mía en
el proceso. Está tan asustada de cómo la gente, cómo papá,
reaccionarán que seguirá viviendo en su propio mundo, no importa
quien salga herido en el proceso.

—De tal madre tal hijo. —Locky esperaba que su comentario


golpeara el lugar adecuado. Estaba cogiendo una enorme
oportunidad, pero quizá era la alarma que Becket necesitaba.

—¿Es eso lo que piensas que estoy haciendo? —Becket se


sentó y se estiró y encendió la lámpara de la mesilla de noche
luego miró a Locky—. Es así, ¿no?

—Tu violación es la Abby de tu madre. Si finges que no pasó,


78 nunca serás capaz de seguir con tu vida, no realmente, porque
como tu madre, te cerrarás en una mentira que seguirá
acechándote.

—Ya te lo dije, no fui violado. Fui buscando compañía con una


meta en mente.

Locky atrajo a Becket a sus brazos. Besó la cabeza de Becket y


esperó hasta que se relajó antes de continuar.

—¿Viste esa vieja película de Jodie Foster, Acusados?

—¿Quieres decir esa mujer en la película sobre un tipo que


hacía trajes con piel4?

—Sí, pero esa no es la película de la que hablo. En Acusados,


Jodie Foster hace de mujer que va a un bar universitario. Estaba
vestida con un conjunto muy ligero, bailando y bebiendo. De todas
formas, en la sala de atrás del bar, un grupo de hombres la violaron
en grupo. Toda la película se centra en el personaje de Jodie

4 Se refiere a la película de El silencio de los corderos


intentando probarle a la gente que no había pedido ser violada por
las ropas que llevaba o como actuaba. —Alzó la mandíbula de
Becket y lo miró a los ojos—. ¿Crees que si una mujer lleva ropa
sexy está bien que un tipo la viole?

—Deja de poner palabras en mi boca.

—Vale, entonces dime, ¿ella pidió ser violada?

—Por supuesto que no, pero no es lo mismo. Suena como si


ella estaba despierta. Por lo que tuvo que pasar por todo el dolor y
la humillación. Yo estaba dormido. Al menos creo que lo estaba.
Realmente no estoy seguro.

Locky aguantó la respiración. Se preguntó si Becket se había


dado cuenta de lo que acababa de admitir.
79
—Fui violado —masculló Becket, su voz sonaba
extrañamente... vacía.

—¿Por quién? —preguntó Locky sabiendo que sería su única


oportunidad de conseguir la verdad de Becket.

—No lo sé. Es por eso por lo que no soporto hablar de ello.


Odio no poder recordar quien me folló. Solo de pensar en ello se
me revuelve el estómago.

—¿Dónde estabas cuando sucedió?

Le llevó mucho tiempo a Becket contestar, Locky casi pierde la


esperanza.

—En el nuevo lugar de Fallon —finalmente dijo Becket.

—¿De Fallon? —Locky necesitaba asegurarse.

—Sí, pero no creo que fuera él. Había ese otro tipo que no
conocía. Había algo en él... —Becket enterró su rostro contra el
pecho de Locky—. No tengo pruebas, nada, por lo que piensas
enfrentarte a él, ahórrate el aliento, ya lo he intentado.
Locky se tensó ante la idea de Becket enfrentándose al sospechoso
de violación.

—¿El nombre de ese otro hombre era Jigger?

Becket ladeó la cabeza y se encontró con su mirada.

—¿Cómo sabes eso?

Locky puso sus manos alrededor de las axilas de Becket y alzó


su cuerpo hasta que estuvieron cara a cara.

—Charlie llamó antes... —empezó.


80

Después de que Locky cayera dormido, Becket con cuidado salió de


la cama y fue con cuidado al baño. Como la mañana después de ser
violado, se sentía sucio. Agarró la bolsa de plástico y la aseguró
alrededor de su cabestrillo. Estaría feliz quitándose esa maldita
cosa. Era un dolor en el culo y luego más. Encendió la ducha y
entró bajo el chorro.

La conversación había confirmado todos sus miedos, pero al


mismo tiempo, parte de él se sentía aliviado. Era este último
sentimiento lo que le hacía sentir sucio, porque la primera reacción
había sido euforia de que alguien más fuera quien testificara contra
Jigger. Estaba fuera, ¿entonces por qué no se sentía mejor?

—¿Es esta una fiesta privada? —preguntó Locky.


En su mente Becket estaba seguro de una cosa. Aunque todo
lo demás siguiera, Locky todavía era lo mejor que había llegado a
su vida. Abrió la cortina de la ducha para encontrar macizorro
gloriosamente desnudo esperando al otro lado.

—Sólo si vienes preparado.

Las cejas oscuras de Locky se alzaron en sorpresa. Alzó su


dedo.

—Dame un minuto.

Becket rió cuando Locky salió corriendo del baño. Mientras


estaba fuera, Becket cogió el jabón y empezó a limpiarse la polla y
el culo. No había planeado tener sexo con Locky en la ducha por
primera vez, pero en ese momento parecía correcto y maldición,
81 Becket no dejaría pasar el momento por algo tan ínfimo como el
lugar.

Locky volvió al baño con los suministros, pero Becket notó una
diferencia en la expresión de Locky.

—¿No vas a echarte para atrás de nuevo, no? —preguntó


Becket.

—Necesito preguntarte algo, bueno, realmente, necesito que


me prometas algo. —Locky colocó el lubricante y los condones a un
lado de la bañera y esperó.

—Vale —estuvo de acuerdo Becket. Era obvio que Locky tenía


algo serio en mente, y por alguna razón la separación entre ellos
parecía una losa de cinco pulgadas de porcelana. Apagó el agua y
agarró una toalla—. ¿Qué es?

Locky hizo como Becket y se puso una toalla alrededor de la


cintura.
—Eres joven —empezó.

Becket alzó sus manos.

—Por favor no empieces con esto de nuevo. Pensé que ya lo


habíamos superado.

—Sí... no es eso lo que me preocupa.

—¿Entonces qué? —En lugar de quedarse en el frío baño,


Becket cogió el lubricante y los condones de la bañera y fue al
dormitorio. Todavía no estaba claro si Locky lo estropearía todo,
pero seguro que no era porque Becket no lo deseara.

—Por primera vez en tu vida eres libre de hacer lo que quieras,


cuando quieras.
82
—Sí y ahora te quiero a ti. —Becket pensó que ya lo había
dejado claro.

Locky se sentó en el lado contrario de la cama tamaño queen


y encaró a Becket.

—Sé que lo haces, y que el Señor me ayude, te deseo


también. Pero en los últimos días, uno de mis más grandes miedos
ha resurgido y estoy preocupado.

Toda la atención de Becket estaba enfocada en la primera


mitad de lo que Locky había dicho, por lo que le costó varios
momentos pillar la segunda parte.

—Espera, ¿por qué estarías asustado de mí?

—No de ti, el modo en que me siento por ti. Ya me preocupo


mucho, y sé que sólo me voy a enamorar más cuanto más tiempo
pase contigo.
—¿Y cuál es el problema?

—No estás listo para lo que quiero, y no hay forma de que


espere que lo estés, no ahora, no después de las cosas que has
pasado. —Locky se levantó y se movió para arrodillarse junto a la
cama de Becket—. Vas a romperme el corazón, y lo sé, pero
maldición te deseo de todas formas.

Becket apartó las mantas y le dio la bienvenida a Locky


debajo.

—Podría sorprenderte.

Locky se arrancó la toalla y se unió a Becket.

—¿Luz encendida o apagada?


83
Becket se detuvo en la pregunta. Aunque había pasado todo el
año anterior compensando su falta de sexo por crecer en Crescent
Ridge, nunca había tenido un verdadero novio. La mayoría de los
encuentros habían sido en una habitación ocasional, en el baño de
un bar o en un coche aparcado. Estaba avergonzado de admitir que
realmente no sabía que se esperaba.

—Umm, no lo sé. Lo que quieras estará bien.

Locky salió de la cama y caminó hacia la ventana. Abrió las


pesadas cortinas para que entrara la luz del sol.

—De mutuo acuerdo. —Volvió a la cama y apagó la lámpara.


Bañado en un brillo anaranjado, la habitación se sentía cálida y
segura.

Becket colocó su cabeza contra el pecho de Locky. Se sentía


extrañamente intranquilo, y no estaba asustado de admitirlo.

—Estoy nervioso.
Locky envolvió sus brazos alrededor de Becket y los hizo rodar
hasta que estuvieron de lado.

—No lo estés. Has pasado por un suceso traumático. Si


decides que todo lo que quieres hacer es acostarte en mis brazos
toda la noche, estoy bien con eso. Lo que sea con lo que te sientas
cómodo.

Becket sonrió. Bendito fuera Locky y su sensible corazón.

—No estoy nervioso por lo que me pasó. —Recorrió las cejas


de Locky con sus dedos—. Esto es especial, y nunca he tenido algo
especial.

Locky empezó con un suave beso, lentamente haciéndolo más


84 profundo, más apasionado, jugando con sus lenguas. Becket
devolvió cada toque y gemido y pronto lo olvidó todo sobre su
nerviosismo. Se entregó a las tiernas caricias de Locky e
inmediatamente notó la diferencia. Sus habituales polvos eran más
sobre magreo rudo, descuidados besos con poco o nada de
sentimientos tras ellos y o una mamada o una rápida follada.

Locky se tomó su tiempo demostrando sus talentos como


amante. No había duda de porqué el hombre estaba tan seguro de
sus habilidades. En minutos, Becket era mantequilla en las manos
de Locky. No opuso resistencia cuando Locky bajó las mantas y
empezó a explorar el cuerpo de Becket con su boca y manos.

Becket metió su mano en cabestrillo bajo la abandonada


almohada de Locky, esperando que fuera suficiente para recordarle
el pesado yeso y el daño que podía infligir si su pasión se salía
fuera de control. Estirado en la cama, Becket observó cómo Locky
se acercaba a su polla. No era seguro, no completamente, no
todavía. Enredó sus dedos en el grueso cabello oscuro de Locky.

—Probablemente no deberías hacer eso sin un condón.


Locky miró a Becket con una traviesa sonrisa.

—Oh, no te preocupes, no voy a dejar que te corras todavía,


voy a saborearte hasta que pierdas la cabeza.

—¿En serio? Tengo veinte. Puedo correrme con nada menos


que una fuerte brisa y la vista de un tipo caliente —contratacó
Becket.

Riendo, Locky hizo cosquillas en las bolas de Becket con la


punta de su lengua.

—No estaba bromeando —advirtió Becket.

Locky envolvió la base de la polla de Becket con sus dedos y


85 apretó con bastante fuerza como para prolongar el placer de
Becket.

—¿Esto ayudará?

Becket nunca había llevado un anillo de pene, pero estaba


empezando a entender su utilidad.

—Eso espero.

Locky inmediatamente se apartó y se sentó.

—Lo siento. No quería ponerte incómodo, solo estaba...

—Calla —Becket interrumpió—. Quería decir que no puedo


correrme cuando haces eso.

Con un suspiro de alivio, Locky volvió a caer en la cama y se


movió para colocar su cabeza junto a la de Becket.

—Quizá sería mejor ir a lo básico por ahora.


—¿Hacer lo básico todavía significa que me follarás? —
preguntó Becket.

—Definitivamente. —Locky se inclinó y le dio a Becket otra


ronda de profundos besos antes de alcanzar los suministros en la
mesilla de noche—. Eres un buen besador.

Becket se encogió con fingida arrogancia.

—No eres el único que ha conseguido talentos en el camino.

Locky derramó lubricante en sus dedos y extendió la mano


entre las separadas piernas de Becket.

—Muéstrame más de esos talentos.


86
Becket inició otro beso justo cuando el resbaladizo dedo de
Locky empezó a estirar su agujero. Mientras Becket se enorgullecía
de sus talentos en besar y hace mamadas, parecía que la
experiencia de Locky no acababa nunca. El gentil deslizar del dedo
de Locky era otro recordatorio de que Becket finalmente estaba con
alguien a quien le importaba.

Becket envolvió su mano alrededor de la polla de Locky.


Incluso más magnífica de lo que Becket había imaginado una vez,
la polla de Locky era un mapa de carreteras de gruesas venas.
Becket no cuestionó cuan bueno sería sentir esa polla con crestas
mientras lo follaba adentro y afuera.

Locky empujó otro dedo dentro del agujero de Becket.

—¿Bien?

—Preferiría algo más grande. —Becket apretó la polla de Locky


para puntualizar su frase.
Locky ignoró la súplica de Becket y siguió estirándolo usando
sus dedos. No fue hasta que pudo meter con facilidad tres dedos en
el culo de Becket que alcanzó el condón. Luchó con el paquete
varios minutos antes de pasárselo a Becket.

—Mis manos están demasiado resbaladizas.

Becket cogió el condón sin mencionar el visible temblor de las


manos de Locky. Abrió fácilmente el paquete y lo alzó. ¿Podía ser
que Locky estuviera tan excitado como él, o era un caso de nervios
lo que hizo que no pudiera abrirlo? Becket sonrió para sí mismo
satisfecho. Realmente no importaba por qué las manos de Locky
temblaban, aseguraba que él no era el único afectado.

—Gracias —masculló Locky, poniéndose el condón.


87 —Estoy aquí para complacer. —Aunque Becket lo dijo en de
una forma bromista, las palabras eran sinceras.

Locky rodó sobre Becket y se insinuó entre los muslos


separados de Becket. Al primer toque de la polla de Locky contra su
agujero, Becket envió un agradecimiento silencioso al hombre de
arriba. Envolvió sus piernas alrededor de Locky y le urgió a entrar.

Mirándolo, los músculos de la mandíbula de Locky empezaron


a apretarse y girar mientras entraba dentro.

—Tan bueno —gimió.

—Mmm hmm —Becket estaba más allá de las palabras en ese


momento. Estaba perdido en un mundo que se centraba en la
gorda polla de sus sueños entrando tan profundamente como podía
en su culo. Era un mundo glorioso, uno al que esperaba volver una
y otra vez.

Enterrado hasta la base, Locky siseó.


—Joder —Le dio a Becket unos cuantos latidos para que se
acostumbrara al tamaño de su polla antes de empezar a moverse.

Becket cerró sus ojos e intentó relajarse, facilitándole el


camino a Locky. Ideas empezaron a correr por su mente de todos
los lugares de BK donde podrían escabullirse para follar. Locky le
había dejado claro a Becket el año anterior que no se involucraba
con residentes. Becket se preguntó si esa era una regla de la casa o
una personal.

Las embestidas de Locky aumentaron su velocidad e


intensidad, sacando a Becket de sus ensoñaciones. Abrió sus ojos y
se alzó lo bastante para ver la unió del cuerpo de Locky con el
suyo. Sexy no empezaba a describir el modo en que la polla de
Locky se veía deslizándose dentro y fuera del agujero de Becket.
Becket alcanzó su polla y empezó a acariciarse, dándole particular
88 atención a la parte de abajo de la cabeza.

Los músculos del estómago de Becket empezaron a apretarse


mientras su respiración se agitaba, un signo seguro de que estaba
a momentos del orgasmo.

—Cerca —se las arregló para decir entre jadeos.

Locky asintió, ya fuera dando su permiso o estando de


acuerdo, Becket no sabía. Llevó su polla hacia su estómago y
disparó la gruesa carga de semen blanco perlado en su abdomen,
una gota aterrizó en la parte alta de su pecho.

—¡Joder!

Para cuando el último chorro dejó su polla, Becket se preocupó


por haber olvidado como respirar. Buscó desesperadamente aire,
esperando no desmayarse y parecer un tonto.

Locky aterrizó sobre Becket, luchando con más dificultad por


oxígeno. Becket empujó el pecho de Locky unos segundos antes de
que Locky fuera capaz de rodar al lado de Becket.

Bañados en las últimas luces de la puesta de sol, Becket y


Locky se estiraron uno al lado del otro, cada uno de ellos luchando
por disminuir el ritmo de sus corazones. Finalmente, Becket se
lamió los labios y giró su cabeza para mirar a Locky.

—Pensé que iba a desmayarme o a morir.

Le llevó un momento a Locky contestar.

—Sí.

Con su energía drenada, Becket era apenas capaz de alcanzar


el suelo para agarrar su toalla. Hizo lo que pudo para limpiar su
semen del estómago de Locky y del suyo antes de colapsar de
89 nuevo.

—Me preguntó si mamá planea dormir aquí.

—Pensé que querías llevarla de vuelta a la granja esta noche.


—Locky atrajo a Becket a sus brazos y besó su frente.

—Estoy demasiado exhausto para conducir esta noche.


Además, creo que necesito intentar hablar con ella de nuevo. No lo
sé, quizá debería hablar con papá.

Apestaba. Físicamente Becket estaba en la novena nube, pero


mentalmente todavía estaba confuso con cómo manejar a su
mamá. En su corazón, sabía que eventualmente tendría que
alejarse si su madre no estaba de acuerdo en buscar ayuda. Los
últimos minutos habían demostrado que su futuro y una
oportunidad con Locky significaban demasiado para él como para
rendirse.

—Decidas lo que decidas, creo que le debes a tus hermanos la


verdad.
Becket le dio a Locky un gentil beso.

—No importa lo que pase, voy a sentarme junto a ti en ese


avión cuando llegue el momento.

—Eso es todo lo que necesitaba escuchar —contestó Locky.

90
Capitulo Seis
El sonido del teléfono despertó a Locky de su sueño. Encendió
la luz y buscó en el suelo hasta que encontró sus jeans, finalmente
encontrando su móvil en su bolsillo después de que dejara de sonar.

—¿Becket? —llamó, preguntándose por qué estaba solo en la


cama. Vio una nota en la mesilla de noche y sonrió.

«Voy al hospital. Ven cuando te despiertes, y te compraré el


desayuno. Con amor, B.».
91 Locky volvió a la cama y leyó la carta dos veces más. Sabía
que solo era un mensaje rápido, pero la cercanía le hacía sentir...
contento, algo que no había sentido en... nunca, se dio cuenta.
Después de dejar el papel en la mesa, Locky abrió su teléfono
y comprobó el mensaje.

—Hey, soy Jack —empezó el mensaje de voz—. Charlie está


convencido de que el tipo Jigger hizo algo para herir a Becket.
Llámanos tan pronto como puedas.

Locky se sentía intranquilo sobre compartir el secreto de


Becket, pero Charlie estaba a cargo de la BK House y tenía el
derecho de saberlo. Colocó una almohada contra el cabecero y se
apoyó mientras esperaba que Jack contestara.

—¿Te desperté? —preguntó Jack.

—Sí. Una noche larga. —Locky no se atrevía a decirle a Jack


que la había pasado follando a Becket entre cortas siestas.

—¿Está Becket ahí?


—No, está en el hospital. Creo que su padre podría salir hoy.

Locky todavía no sabía si Becket seguiría a sus padres a la


granja o si volarían juntos a casa.

—¿Escuchaste mi mensaje? —preguntó Jack.

—Sí, y sí, pasó. Becket no puede confirmar que fuera Jigger


quien le drogó, pero las únicas tres personas en el bar esa noche
eran Becket, Jigger y Fallon. Créeme, planeo tener una larga charla
con Fallon sobre dejar a Becket solo con un tipo así.

—No creo que Fallon supiera nada del pasado de Jigger. Metió
mucho dinero en ese lugar, no puedo verle contratando a un ex-
convicto a propósito.
92
—¿Es un ex-convicto? —Locky se sentó y pasó las piernas por
el borde de la cama. Su sangre estaba corriendo—. ¿Qué coño está
mal con Fallon? ¿No hace comprobaciones? Suena como si no
supiera hacer otra cosa que arruinar un bar.

—No lo hizo, pero ese no es el tema. ¿Qué vamos a hacer con


Becket? —La preocupación de Jack era obvia en su suave tono.

—Todavía tiene algunas cosas con las que tratar aquí, pero
cuando salgamos de aquí, intentaré hacer que hable con la policía.
Se resistirá, no tengo duda de ello, pero es lo mejor para él. Creo
que se siente culpable porque fue al lugar de Fallon con esperanzas
de un polvo.

Sólo decirlo en voz alta era suficiente para elevar la presión


sanguínea de Locky. Después de la noche que habían pasado
juntos, no le gustaba la idea de Becket yendo a los bares en busca
de acción.

—Estoy seguro de que Charlie querrá hablar contigo sobre lo


que podemos hacer cuando volváis.

—Hazme un favor y pregúntale si podemos mantener esto


entre nosotros por ahora. No sé si conseguiré o no que Becket vaya
a hablar con la policía, pero estoy bastante seguro de que no
querría que los otros chicos de la casa lo sepan, al menos hasta que
esté listo para contárselo.

—He escuchado lo que has dicho. El único con el que


podríamos tener problemas es Chase. Ha molestado a Charlie un
par de veces al día, preguntándole si alguien sabía algo de Becket.
Creo que está preocupado.

—Creo que Becket necesita tratar con ello. Solo dile a Chase
que volveremos el viernes como muy tarde.
Locky se levantó y se dirigió al baño.
93
—Lo haré. Llama si necesitas algo.

—Claro. —Locky colgó y colocó el móvil en la encimera junto a


la pica. Si no ponía su culo en marcha y se dirigía al hospital,
Becket le compraría la comida en lugar del desayuno.

Becket escogió una mesa detrás de una gran planta y colocó la


bandeja. Había dejado la habitación del hotel esa mañana sin
conseguir un beso y se estaba muriendo por uno.

—Esto parece una jungla —comentó Locky uniéndose a


Becket.

—Es sobre la privacidad. —Becket se inclinó y besó a Locky—.


Desearía haber podido quedarme en la cama contigo esta mañana,
pero quería hablar con mamá. Entonces la llamé y se reunió
conmigo aquí. —Becket apuntó al otro lado de la cafetería—.
Bueno, allí, realmente, pero pillas la idea.

Locky rió antes de darle un trago a su zumo de arándanos.

—¿Y dónde se quedó anoche?

—En uno de los sofá de la sala de espera. —Becket no le dijo a


Locky que su madre se negó a dormir en el hotel porqué él estaba
allí. Todavía culpaba a Locky por lo que consideraba la traición de
Becket, y por mucho que hablara con ella no cambiaría de idea.

—Papá tendrá el alta tan pronto como el doctor firme, por lo


que irán a casa hoy más tarde.
94 —¿Ellos? ¿Eso significa que volvemos?

—Ella me lo pidió. —Realmente, le dijo a Becket que Locky no


tenía permitido poner un pie en su casa, pero Locky no necesitaba
saber eso—. Se niega a ver a un doctor.

—¿Sabes qué vas a hacer?

Becket se encogió, no había pensado en nada más desde que


había hablado con su mamá.

—¿Qué puedo hacer? Sigue diciendo que ella pensaba que yo


estaba de su parte, y ahora que sabe la verdad, debería volver a la
universidad.

—Deberías decírselo a uno de tus hermanos o a tu padre. No


puedes irte sin que nadie lo sepa.

—¿Por qué? He pasado dos años alejado de casa y no ha


pasado nada. Excepto por ayer, sus lapsus nunca han sido nada
más que creer que Abby está todavía viva.
La verdad sea dicha, Becket necesitaba un descanso después
de su reunión por la mañana. Dolía que su mamá se negara a ver a
Locky como el tipo de hombre que realmente era.

—Creo que es el momento de que se lo digas a tu padre. No


es como si la situación fuera a ser la misma, ahora solo están ellos
dos. Quizá será capaz de pasar más tiempo con ella ahora.

Era obvio para Becket que Locky todavía no entendía la


dinámica de su familia.

—¿Sabes cuántas veces he hablado con mi padre desde que


estoy aquí? Cero. Entré en la habitación una. Pero, aquí está la
parte divertida, sabe que estoy aquí pero nunca ha preguntado por
mí. Sé que es raro, pero es normal. No hay forma de que pueda
95 entrar en su habitación y decirle que he ayudado a mamá a
esconder su enfermedad todos estos años. —Becket sacudió la
cabeza—. No puedo hacerlo.

—Entonces habla con Cade. Todavía está aquí, ¿verdad? —


Locky volvió a comer su desayuno.

—Sí, está aquí. —Becket sabía que Cade ya sospechaba que lo


que había pasado en el ascensor no era un incidente aislado, por lo
que si le pasaba la antorcha a alguien sería él—. Me odiará si le doy
la carga del secreto de mamá.

Locky pasó sus dedos por su cabello, viéndose completamente


exasperado.

—No sé qué decirte, excepto que tienes que tratar con tus
propias cosas, y no creo que puedas hacerlo y preocuparte por
Carrie al mismo tiempo.

—Siempre me preocuparé por ella, es mi mamá. ¿Nunca te


preocupas por tu mamá?
Locky reunió la comida que le sobró en la bandeja.

—Mi mamá es un verdadera zorra nacida en el dinero y de la


vieja escuela. Créeme, puede cuidarse sola.

Becket nunca había escuchado hablar a alguien así de su


madre. Las palabras picaban, pero las emociones detrás de ellas
eran obvias.

—Lo siento.

—Gracias. Yo también, durante mis primeros diez años de


vida, pero entonces me envió a un internado, y me di cuenta de
que yo era una mejor persona sin ella. —Locky rió, pero no sonaba
muy alegre—. Normalmente iba a casa de mis amigos en las
96 vacaciones. Ahí fue donde aprendí lo que era normal.

El corazón de Becket se rompió. Había estado tan


ensimismado en su propia mierda, que ni se había tomado el
tiempo en preguntar por la familia de Locky.

—Apesto.

Locky rió de verdad.

—Sí, lo haces, y muy bien, debería añadir.

—No, en serio. Debería haber preguntado por tu mamá y


papá. No soy un muy buen novio. —Mierda. Becket hizo una
mueca—. No es que sea tu novio ni nada.

—Me encantaría que fueras mi novio, pero no te voy a atar con


ese término. —Locky le dio a Becket un rápido beso—. Solo
digamos que disfrutamos pasando tiempo juntos. Si, dentro de un
año o así, todavía te sientes de la misma forma, podremos ponerle
una etiqueta.
—Pero me gusta esa etiqueta —masculló Becket.

—A mí también. Por lo que avancemos con eso en mente. —


Locky se levantó y estiró sus brazos por encima de su cabeza—.
Odio sacarlo de nuevo, pero si vas a hablar con Cade,
probablemente deberías hacerlo. Si quieres, puedo llamar a la
compañía aérea y ver si podemos irnos un día antes

Becket se levantó.

—Sí, supongo que necesito volver y tratar con las cosas de allí.
Soy como una jodida versión de Johnny Appleseed, solo que yo
esparzo problemas allá donde voy.

A pesar de que estaban en un lugar público, Locky atrajo a


97 Becket a sus brazos.

—No estás esparciendo problemas. Estás intentando salir a tu


manera de un bosque que alguien más ha plantado.

—Sí, bueno, será mejor que afile mi hacha y suba antes de


que le den el alta a papá.

Locky besó a Becket, sin estar atento a quien podría estar


alrededor.

—Volveré al hotel y haré nuestras maletas.

Becket asintió. Era difícil creer que solo había estado en Iowa
durante tres días. ¿Cómo era posible que su vida hubiera cambiado
tanto, para lo bueno y lo malo, en tan poco tiempo?

—¿Me acompañas al ascensor?


—Claro.
Becket encontró a Cade sentado solo en la sala de espera.

—¿Dónde están mamá y Julie?

Cade alzó la mirada de su libro.

—Mamá está con papá consiguiendo las instrucciones de


cuidado, y Julie está comprando. Dijo que no podía dejar Des
Moines sin visitar algunas de sus tiendas favoritas.

Becket se sentó en una silla, dejando un espacio vacío entre


ellos.
98
—Necesito hablar contigo sobre mamá.

—No me voy a poner del lado de nadie. Sé que ella está


enfadada porqué trajiste a tu...novio aquí, ¿pero qué esperabas?
Mamá y papá siempre han sido tolerantes con la manera en que
eres, pero eso no significa que sea justo que se lo restriegues por la
cara.

Becket movió sus manos para que Cade parara.

—No es por eso por lo que está enfadada. Ella te habrá dicho
eso, pero esa no es la razón.

—¿Entonces cuál es? —Cade bajó su libro y se inclinó para


colocar sus antebrazos en sus muslos.

—Le dije que la ayudaría a encontrar a un doctor antes de


volver a la universidad. Cre...

—¿Está enferma? —preguntó Cade, cortando a Becket.


—No. Quiero decir, creo que está bien de salud físicamente. —
Becket explicó los lapsus de su madre y como había tratado con
ellos y ayudado a esconderlos del resto de la familia durante años.
Para cuando Becket acabó, Cade estaba pálido—. ¿Estás bien?

Cade se pasó las manos por la cara y sacudió la cabeza.

—No, estoy cabreado.

Becket pensó en levantarse y correr por su vida. Cade era uno


de esos gigantes gentiles hasta que se enfadaba. Becket no había
visto el temperamento de Cade a menudo, pero alguien
normalmente salía herido las veces que lo vio.

—Lo siento. Quería decírtelo hace años, pero mamá dijo que tú
99 irías a papá y él la volvería a meter en el hospital. Dijo que el único
en quien podía confiar para mantener el secreto era yo.

Cade finalmente se sentó recto. Su complexión había pasado


de blanco a rojo.

—No estoy enfadado contigo. ¿Cómo podría? Solo eras un niño


cuando ella empezó a manipularte. —Se levantó y empezó a
pasear, adelante y atrás—. Yo tenía diecisiete. Debería haberlo
sabido mejor.

—¿De qué hablas, lo sabías? —Becket no podía creer lo que


estaba escuchando.

—No, no lo sabía, lo que no me convierte en el hijo del año.


Hablo de papá. Parece que ambos son maestros de la manipulación.
Para ponerlo peor, creo que papá ha sabido todo este tiempo que
mamá todavía está enferma.

—No, no lo sabe. Mamá está aterrorizada de que él lo


descubra —discutió Becket.
Cade se sentó en la silla junto a Becket.

—Papá nos pilló a Scotty echando un polvo cuando yo tenía


diecisiete. Echó a Scotty, y luego me sentó y me dijo que mamá no
sería capaz de manejarlo si sabía lo que estaba haciendo con mi
mejor amigo. Dijo que nunca se había recuperado por completo de
la muerte de Abby y que algo como eso la empujaría sobre el
borde. Dijo que si realmente la quería, se lo debía.

El corazón de Becket se saltó un latido por el anuncio. ¿Cómo


podía no haber sabido que su hermano era gay? Decía mucho sobre
su relación. Por primera vez desde que salió del armario, entendió
por qué Cade lo había evitado después de escuchar las noticias.

—¿Es por eso por lo que me odiabas, no?


100
Cade asintió.

—Siempre fuiste el favorito de mamá, lo que ya era bastante


duro de soportar, pero cuando saliste y ella pareció apoyarte, quedó
claro que no podrías hacer nada malo a sus ojos. Por lo que sí, te
odié. Entonces yo ya estaba casado con Julie y el corazón de papá
ya le estaba dando problemas. —Miró a Becket—. Me sentía
atrapado y no había nada que pudiera hacer.

Era mucho que afrontar. Becket se recostó en la silla y apoyó


su cabeza contra la pared de detrás.

—¿Entonces, ahora qué?

—No lo sé. Quizá sea el momento de que dejemos que


nuestros padres actúen como los adultos que se supone que son.
Sé una cosa, voy a aceptar la oferta de Scotty de ayudar con su
granja. —La mano de Cade aterrizó en el muslo de Becket y le dio
un apretón tranquilizador—. Y tú vas a volver a Idaho y acabar lo
que empezaste.
—¿Qué pasa con mamá? ¿Crees que estará bien?

—Todavía no lo pillas, ¿no? Sería diferente si tuviera sus lapsus


y no los recordara, no hablara de ellos, pero este no es el caso.
Sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando te lavó el
cerebro para que vivieras por ella. Abby murió hace veintitrés años.
Si mamá quisiera mejorar, habría hecho algo antes que ahora. El
hecho de que se enfade contigo porque sugeriste que consiguiera
ayuda lo demuestra. Quizá le guste estar con Abby de vez en
cuando, o quizá, y esto es lo que creo, le guste ser la víctima.
Mamá quiera que te sientas mal por ella. Quiere que te sientas
culpable cada vez que la dejas porque eso le da control sobre ti.

La amargura de Cade era casi sofocante. Durante años, Becket


había sentido pena de sí mismo porqué tenía que cargar con el
101 secreto de su madre solo, pero al menos había sido capaz de
dejarlo. Cade nunca había sentido que tuviera esa opción. Sí, si
Becket estuviera en los zapatos de Cade, probablemente sería igual
de amargado.

—Locky está haciendo arreglos. Nos vamos hoy en algún


momento.

—Bien. No podría haber dicho nunca antes esto antes de hoy,


pero lo mereces. Hazme un favor.

—Claro —estuvo de acuerdo Becket.

—Durante un tiempo, no contestes las llamadas telefónicas de


mamá. Tengo la sensación de que las cosas empeorarán antes de
que de que puedan mejorar, pero si quiere estar en las vidas de sus
hijos, necesita dar el primer paso ella sola.

—¿Qué pasa con Nic y Del? —Sería duro para Becket resistirse
al impulso de ver como estaba su mamá, pero seguiría el consejo
de Cade.
—Hablaré con ellos cuando tengamos a papá acomodado en
casa. Seguiré trabajando en la granja mientras Del y Nic necesiten
mi ayuda, pero les haré saber que preferiría estar en otro lugar.

—Estoy orgulloso de ti —Becket no pudo resistirse a decirlo—.


No puedo imaginar por lo que has pasado, pero solo quiero lo mejor
para ti a partir de ahora.

Cade se levantó y atrajo a Becket a un abrazo. Por lo que


Becket podía recordar, era el primer abrazo que recibía de su
hermano mayor desde que era un niño. Becket envolvió sus brazos
alrededor de Cade, teniendo cuidado de no golpearle la cabeza con
su cabestrillo, y le devolvió el abrazo.

—Te quiero, hermano —Cade susurró en la oreja de Becket.


102
—Yo también te quiero, y espero que quizá podamos ser
amigos algún día. —Becket siempre se había preguntado cómo
sería tener una relación cercana con sus hermanos, y con un poco
de trabajo y esperanza, estaba empezando a creer que podría
conseguirlo.

Cade lo soltó y dio un paso atrás.

—Ten cuidado con lo que deseas. Para cuando haya pasado la


tormenta, podrías ser el único miembro de la familia que quiera
tener algo que ver conmigo.

—Estás equivocado. Mamá y papá podrán tener sus


problemas, pero Del y Nic siempre han mirado por ti. Igual que yo
—añadió Becket.

Cade se veía inseguro.

—Siento haber actuado así. Estaba enfadado porque tú tuviste


el valor de alzarte por ti mismo, cosa que obviamente yo no pude
hacer.

Su madre entró en la sala de espera, finalizando en momento


entre Becket y Cade. La miró, esperando que dijera algo después
de la discusión de esa mañana, pero apartó la mirada de él y le
habló a Cade.

—Tú padre está listo. ¿Podrías traer la furgoneta delante?

—Claro. —Cade le dio a Becket otro abrazo—. ¿Me llamarás?

—Absolutamente.

103

Locky salió del aparcamiento del aeropuerto y se dirigió a


casa, de vuelta a la BK House. Becket le había explicado su
conversación con Cade, y Locky no podría haber estado más
sorprendido. Normalmente era bueno en notar quien era gay en
una multitud, pero nunca habría supuesto que Cade prefería a los
hombres antes que a las mujeres.

Becket se giró en el asiento y miró a Locky.

—Supongo que este es el punto en el que se supone que


hablamos de cómo van a funcionar las cosas entre nosotros cuando
volvamos.

Locky acarició la mejilla de Becket.

—Buena pregunta.

—¿Te meterás en problemas si Charlie lo descubre?


—Tengo la sensación de que ya sabe que me importas, pero no
estoy seguro de cómo reaccionará si descubre que estamos
durmiendo juntos. —Suspiró—. Cuando empecé en la BK, me dijo
que no se me permitía involucrarme sexualmente con los
estudiantes.

—¿Entonces nos escondemos? No me importa si es por salvar


tu trabajo.

Locky se había pasado el último año intentando esconder su


atracción por Becket. Después de que finalmente se rindió a sus
sentimientos, dudaba que fuera capaz de engañar a nadie,
especialmente a Charlie.

—No, sin escondernos. Supongo que tendré que hablar con


104 Charlie.

—¿Eso significa que puedo dormir contigo esta noche?

—Ni siquiera sé si tendré un lugar en el que vivir esta noche.


Esperemos a ver qué pasa.

La amenaza de perder su trabajo no era suficiente para


mantenerlo alejado del hombre que quería. Incluso pensar en ello
le daba dolor de cabeza. ¿Qué pasaba si lo dejaba todo y Becket lo
dejaba en unos meses?

Becket se recostó en su asiento.


—Este coche es bastante cómodo. Puedo dormir aquí contigo
si llegamos a eso.

Locky sonrió, asegurándose de que estaba haciendo lo


correcto, sabiendo que cada día que pasara con Becket sería un
regalo.

—Es bueno saberlo.


Cuando llegaron a la casa, Becket llevó su maleta arriba y
Locky fue en busca de Charlie. Lo encontró en la cocina, en un
taburete de la isla mientras Jack preparaba la cena.

—Estamos de vuelta.

—¿Está Becket contigo? —preguntó Charlie, girando su cuerpo


para encarar a Locky.

—Sí, está arriba. —Locky abrió la nevera y sacó una botella de


105 agua—. ¿Alguna noticia de Jigger?

—No, pero Fallon se pasó antes buscando a Becket. Creo que


supone por qué Becket lo ha estado evitando.

—¿Le dijiste a Fallon que se mantuviera alejado de él? —


Preguntó Locky antes de vaciar la botella.

—No. Eso es algo que Becket tiene que decidir por sí mismo —
contestó Charlie.

—¿Cómo puedes ser tan despreocupado con esto? Fallon es


quien puso a Becket en peligro en primer lugar.

—Estoy en desacuerdo. Becket fue quien fue al bar. Fallon no


es menos culpable que Becket —discutió Charlie.

—Eso es lo que supuse que dirías —dijo Becket, entrando en la


cocina—. Es por eso por lo que no quería que nadie lo supiera.
Locky podría haber estrangulado a Charlie. Aunque sabía lo
que Charlie quería decir con el comentario, estaba claro que Becket
no. —Eso no es lo que él quería decir.

—No —dijo Charlie rápidamente. Salió del taburete y caminó


hacia Becket.

—Eso no es lo que parecía para mí.

Becket se giró y dejó la sala antes de que Charlie pudiera


alcanzarlo.

—Mierda. —Locky tiró la botella en la papelera de reciclaje—.


Pensé que finalmente lo había convencido de que no era culpa
suya.

—No lo es. No es eso lo que estaba intentando decir. —Charlie


se giró hacia Jack—. ¿Es eso lo que dije?
106
Jack, que se había mantenido fuera de la conversación, se
sentó en un taburete.

—No, eso no es lo que dijiste, pero puedo ver como Becket lo


interpretó, si ese es el modo en que se sentía. —Se dirigió a
Locky—. Ve tras él. Si va a escuchar a alguien será a ti.

Había algo en la manera en que Jack lo dijo que dejó creer a


Locky que sus sentimientos por Becket ya eran bastante claros.

—Antes contéstame a algo. ¿Voy a ser despedido?

—No —contestó Charlie—. Tenemos unas cuantas cosas de las


que hablar, pero este no es el momento.

—Gracias. —Locky empezó a salir de la sala—. Iré a buscarlo.

—Mira a ver si puedes convencerlo de ir a la policía— dijo Jack.

—Sí.
Después de la reacción al comentario de Charlie, Locky no
estaba seguro de que fuera capaz de convencer alguna vez a
Becket de que admitiera a las autoridades lo que le había pasado.

—Te he buscado por todos lados —dijo Locky, entrando en el


pequeño jardín de meditación de la parte de atrás de la propiedad.

Becket se había golpeado el cabestrillo hasta que el yeso


estaba agrietado alrededor de su mano. De todas formas ya casi
era el momento de quitárselo.
107
—Necesitaba pensar.

Locky se sentó en el banco junto a Becket.

—Sé que Charlie hirió tus sentimientos, pero honestamente no


quiso decir lo que pensaste. Estaba enfadado conmigo por estar
enfadado con Fallon. Charlie estaba intentando hacerme entender
que los dos sois inocentes en todo esto, que el único al que hay que
culpar es a Jigger.

—No quiero testificar. No puedo sentarme delante de ese


hombre, y no saber que me hizo. —Becket abandonó la destrucción
de su cabestrillo. Colocó su cabeza en el hombro de Locky,
necesitando la fuerza que Locky siempre parecía poseer—. ¿Qué
pasa si Jigger dice que le supliqué que me follara? Lo vi cada noche
antes de venir aquí, y lo he visto dejar el local de Fallon con una
docena diferente de chicos, hombres que obviamente fueron con él
deseosos.

—No me dijiste que lo habías estado observando cada noche.


—Locky envolvió un brazo alrededor de Becket—. La idea de que te
arriesgaras tanto me asusta.

—No podía decírselo a nadie, pero eso no significaba que no


me preocupara por las demás personas.

—Que es por lo que necesitas ir a la policía. Imagino que la


otra víctima de Jigger también está asustada. ¿No crees que le
ayudaría saber que no tiene que estar allí sólo? Además, cuantos
más cargos se le imputen a Jigger, más tiempo será enviado lejos.
Eso es lo que quieres, ¿verdad?

Maldito Locky por decir cosas con sentido.

—¿Irías conmigo?
108 —¿A la estación de policía? Por supuesto.

Cerrando sus ojos, Becket se acercó más a Locky. Se preguntó


si la otra víctima de Jigger tenía a alguien tan amable y gentil en
quien apoyarse.

—Mañana —dijo finalmente.


Capitulo Siete
—No lo entiendo. ¿Estás diciendo que mi violación no cuenta?
—le preguntó Becket al fiscal.

—Por supuesto que no es eso lo que estoy diciendo. Es una


cuestión de lo que podemos afrontar, y los siento, Sr. Chandler,
pero no tenemos evidencias físicas de que Paul Williams te violara.
Lo mejor que podemos esperar es encontrar algo de la droga en tus
folículos capilares, pero no siquiera eso demostraría que Paul
Williams lo puso en tu bebida. Si te pongo en el estrado, hay una
oportunidad de que tu testimonio cree confusión. Tenemos un caso
muy sólido contra el Sr. Williams con las evidencias y el testimonio
109 reunidos del Sr. Kloiber. Sé que no es fácil de escuchar, y me
disculpo.

Becket se levantó.

—Ten una buena vida —le dijo al hombre con entradas.

Había pasado incontables horas de vergonzosas preguntas del


detective a cargo del caso y la oficina del fiscal durante los últimos
meses, y ahora que estaban listos para el juicio, resultaba que todo
había sido para nada. Decir que estaba furioso sería poco. ¿Por qué
le habían hecho pasar por todo eso si no iban a hacer nada con la
jodida información que les dio? ¿Creían que era fácil para él revivir
la mayor vergüenza de su vida una y otra vez con extraños?

La única cosa buena de todo eso era la nueva amistad que


había forjado con Eric Kloiber. A diferencia de Becket, Eric no había
estado “oficialmente” fuera del armario cuando había sido violado,
lo que lo hizo más duro para él. Becket se preguntó cómo
reaccionaría Eric cuando descubriera que sería el testigo estrella del
fiscal.
Becket dejó el juzgado y encontró a Locky sentado en un
banco a la sombra.

—Vamos.

Locky alzó la mirada desde su móvil y frunció el ceño.

—¿Algo va mal?

—No me quieren. “Podría confundir las cosas” de su caso


porque evidentemente no soy lo bastante creíble para obviar el
hecho cosa de no tener evidencias. Bastardos.

—Eso son tonterías. —Locky se levantó y alcanzó la mano de


Becket— Lo siento. Desearía saber qué decir.
110 —Puedes volver ahí y meterle el pie por el culo a ese gilipollas.
O si no, puedes besarme y decirme lo orgulloso que estás de mi por
hablar con ellos. —Alzó su mentón y esperó la medicina que sabía
que le haría sentir mejor. Predeciblemente, recibió una dosis doble
y una invitación para comer. Conseguido.

La alarma despertó a Locky el día del juicio de Jigger. Rodó


sobre su espalda y extendió la mano para golpear el botón de
apagado.

—No quiero que ya estemos por la mañana —Becket masculló


y se cubrió la cabeza con una almohada.

Locky agarró la almohada y la tiró a los pies de la cama antes


de atraer a Becket a sus brazos. A pesar de la posibilidad de que
ambos tuvieran mal aliento, Locky se inclinó y procedió a despertar
a Becket a besos.

El juicio no podría haber sido en un momento peor para


Becket. Estaba en medio del trimestre e intentando estudiar
mientras estaba pendiente de su nuevo amigo, y víctima
compañera, Eric. Últimamente, parecía que Becket estaba
estudiando en clase o intentando que Eric se olvidara del juicio que
se acercaba, pero Locky nunca hizo de ello un problema.

Locky se movió para insinuarse entre las piernas de Becket,


poniendo sus hasta mañaneras en contacto directo. Echaba de
menos como un loco a Becket cuando no estaba por allí, pero sabía
que estar ocupado era una rutina habitual en los estudiantes de
universidad.

Apartándose del beso, Locky alcanzó la botella de lubricante


111 de la mesilla de noche.

—¿Tenemos tiempo para esto antes de tu clase?

Becket miró el reloj.

—Mientras esté en la ducha a las siete y media, puedo llegar.

—Entonces haremos uno rápido —Locky apagó la alarma antes


de derramar lubricante en sus dedos.

—No demasiado rápido. —Becket besó a Locky en la


mandíbula—. Te he echado de menos. Siento llegar tan tarde. Eric
ha tenido su última reunión con el fiscal gilipollas ayer, por lo que
estaba bastante nervioso.

Locky pasó su resbaladizo dedo alrededor del agujero fruncido


de Becket varias veces antes de empujarlo dentro. Una parte de
Locky todavía se sentía culpable por convencer a Becket de ir a la
policía, pero sabía que era un gran paso para tener su vida de
vuelta.
Después de varios meses durmiendo juntos, no le llevó mucho
tiempo a Locky para preparar a Becket. Cogió el condón abierto de
Becket y sonrió. Desde su primera vez, Becket siempre abría el
paquete, y como siempre, Locky estaba agradecido.

—No entiendo por qué no pueden hacerlos más fácil de abrir


—gruñó mientras se lo bajaba por su longitud.

—Por qué eso le da a la gente un poco más de tiempo para


echarse para atrás en uno de esos polvos de una noche. No todos
tienen un fantástico novio que lo hagan por ellos —dijo Becket,
poniendo sus piernas sobre los hombros de Locky.

—Eres un fantástico novio, pero tengo exactamente doce


minutos para hacer cosas traviesas contigo antes de que tengas
112 que ir a la ducha.

Locky guió la cabeza de su polla al agujero de Becket y entró


dentro. Sus ojos se entrecerraron mientras se inclinaba para un
profundo beso. Era su parte favorita de follar, su polla enterrada
hasta la base mientras su lengua luchaba contra la de Becket.

Becket extendió la mano entre ellos y tocó la polla de Locky


con sus dedos mientras entraba y salía de su agujero.

—Amo esto. Amo sentirte —susurró Becket.

La palabra de cuatro letras había sido utilizada entre ellos


últimamente, pero ninguno había profesado su amor por el otro.
Locky sabía que era el miedo lo que evitaba decirle a Becket cuanto
le importaba. Su madre le había dicho una vez cuando era niño que
su amor era asfixiante. Ahora, de mayor, sabía que lo dijo porque
no sabía nada de dar o recibir afecto, pero las palabras seguían
persiguiéndole, maldiciéndole de algún modo.

Mirando a los grandes ojos marrones de Becket, Locky siguió


follándolo con todo lo que tenía, mientras su corazón
silenciosamente suplicaba ser amado en respuesta. Becket todavía
tenía un año y medio en la universidad, más si decidía hacer un
máster. Locky siguió diciéndose que no intentaría atar a Becket
hasta que experimentara todo lo que la universidad tenía para
ofrecer. No era fácil, de hecho, era una lucha diaria para mantener
sus emociones controladas alrededor de Becket, pero pensaba que
lo había hecho bastante bien.

—Sí, Oh, joder, sí, justo así —Becket balbuceó, su voz más
fuerte y más fuerte.

Locky besó a Becket de nuevo en un esfuerzo de evitar la


evidencia de que estaban haciendo el amor ante todos los otros
residentes de la BK. Cuando Becket gritó por su clímax, ni siquiera
el beso profundo de Locky fue suficiente para acallar el sonido. Era
113 todo entusiasmo, pero parte de su trato con Charlie era mantener
su relación sexual bajo llave mientras estuvieran en la casa, no
magrearse o besarse en las salas públicas y nada de gritar como
banshees mientras tuvieran sexo.

Becket se apartó del beso de Locky y jadeó.

—Mierda, estás intentando matarme.

Locky golpeó duro dentro de Becket. Todavía tenía uno


minutos más para follar y no iba a parar hasta que tuviera que
hacerlo.

—Vamos a tener que comprarte una mordaza.

Becket alcanzó las bolas de Locky.

—Sí, veamos cuan silencioso puedes ser —le retó.

Gritar no era algo con lo que Locky tuviera problemas. No era


que el sexo no fuera fantástico, pero su garganta generalmente se
paralizaba junto al resto de su cuerpo cuando se corría.

El estímulo añadido del manoseo de Becket rompió la


concentración de Becket y antes de que pudiera detenerse, se
corrió. Le costó mucho no gritar el nombre de Becket, pero Locky
se las arregló para dejarlo en un bajo gruñido profundo mientras
disparaba su carga dentro del condón.

Becket quitó las piernas de los hombros de Locky y lo atrajo


contra él.

—Has ganado esta ronda, guerrero, pero pido una revancha.

Con un jadeo de risa, Locky enterró su rostro entre la curva


que había entre el hombro de Becket y su cuello.
114 —Esta noche, el mismo lugar, menos charla.

En el último momento posible antes de que Becket tuviera que


saltar a la ducha, Locky rodó y se quitó el condón.

—Te recogeré delante del laboratorio de biología a las once y


media. Pensé que podíamos pillar algo de comida antes de ir al
juzgado.

Gruñendo, Becket lentamente se sentó y salió de la cama.

—Suena bien. —Encontró su ropa interior y se la puso junto a


sus pantalones sudados—. ¿Crees que a Charlie le importaría que
Eric duerma en mi habitación un tiempo?

El corazón de Locky casi se detiene por la pregunta. Siempre


le había dejado claro a Becket que no se metería en el camino si
Becket quería ver a otras personas, ¿pero justo debajo de sus
narices? La idea de que pudiera ser remplazado tan fácilmente en la
cama de Becket le rompía el corazón más de lo que imaginó.
—Tendrás que preguntárselo —masculló Locky—. Supongo que
no me di cuenta de que las cosas entre vosotros habían ido en esa
dirección.

Apretando su camiseta y bambas, Becket se detuvo de camino


a la puerta y se giró para mirar a Locky.

—No sé qué coño tienes en la cabeza, pero Eric ha estado


teniendo problemas en el dormitorio. Pensé que ya que yo he
estado durmiendo aquí cada noche, estaría bien que él cogiera mi
cama.

Sin advertencia, Becket retrocedió y le tiró uno de sus zapatos


a Locky. —Idiota. ¿Por qué pensarías que quiero dormir con alguien
más?
115 Locky bloqueó el zapato con su antebrazo.

—Lo siento. Lo malentendí. —Envolvió el condón usado en un


pañuelo de papel y lo tiró en la papelera antes de salir de la cama.
Zapato en mano, caminó hacia Becket. Extendiendo la repentina
arma, sabía que la había jodido—. ¿Hablaré con Charlie sobre Eric
si me perdonas?

Becket cogió su zapato y lo sacudió ante Locky.

—Necesitamos hablar. Por suerte para ti, tengo un examen de


química en treinta minutos. —Le dio a Locky un rápido beso—.
Once y media —dijo antes de salir de la habitación.

Frustrado consigo mismo, Locky se pasó los dedos por el


cabello. Sabía que si no mantenía sus celos bajo control perdería lo
que había deseado más que nada en el mundo, Becket.
Su móvil sonó, interrumpiendo su auto regañina. Cogió el
móvil de la mesa.

—Hola.
—Hey —saludó Cade—. ¿Cómo le va?

Desde que dejaron Iowa, Locky y Becket habían mantenido el


contacto con Cade. Después de que Becket finalmente compartiera
lo que le pasó con su hermano mayor, Cade comprobaba a menudo
como estaba el bebé de la familia.

—Difícil de decir. Se está manteniendo ocupado con la


universidad, pero sé que hoy va a ser duro para él.

—Eso es lo que supuse, por lo que Del, Nic y yo decidimos


volar allí para apoyarlo. Estamos en el Sunset Motel junto a la
autopista.

Locky se sorprendió por el anuncio.


116
—¿Estáis aquí?

—Sí. Es la primera vez que los tres hacemos un viaje juntos


sin nuestras esposas, por lo que fuimos a ese club del que Becket
nos habló.

—¿Fallon? —Era difícil de creer que los hermanos Chandler


visitaran el lugar donde su hermano podría haber sido violado—.
¿Por qué?

—No lo sé. Parecía una buena idea en ese momento. Creo que
Nic y Del querían presionar al propietario sobre lo que realmente
había pasado en el bar, pero el tipo no estaba allí y el gorila se puso
como un bulldog rabioso cuando preguntamos por él.

A Locky nunca le había gustado Fallon, pero se estaba


empezando a dar cuenta, que aparte de ser negligente a la hora de
comprobar a sus empleados, no había hecho nada malo.

—Probablemente fuera algo bueno que no estuviera allí. Ese


gorila del que hablas es un muy buen pagado guardaespaldas de
Fallon que contrató para protegerse de todos los chiflados y los
medios que han estado por allí.

—Somos tres, podríamos arreglárnoslas solos. A pesar de


todo, nos quedamos y nos emborrachamos. Del y Nic todavía están
durmiendo, pero pensé en ver cuando os dirigiríais al juzgado.

—Becket tiene un examen importante esta mañana, por lo que


decidimos esperar e ir a la sesión de la tarde. El amigo de Becket
no subirá al estrado hasta tarde. —Locky todavía no podía entender
por qué los hermanos Chandler habían venido— Becket se va a
sorprender de que estéis aquí. Lo voy a recoger a las once y media.
Pensé en llevarlo a La Cocina5 para comer, está a una calle del
juzgado.
117 —¿Te importa si nos unimos? —preguntó Cade.

—Claro, Becket estará encantado de veros.

—Eso espero. Te veo allí.

Cade colgó, y Locky se quedó rascándose la cabeza. Se


preguntó quien se estaría ocupando de la granja con los tres
hermanos fuera. Seguramente el padre de Becket, James, no
estaba lo bastante bien como para hacerlo él mismo.

Locky se dirigió al baño. No era cosa suya preocuparse de la


granja. Tenía a Becket y una casa llena de estudiantes de los que
preocuparse.

Para cuando llegaron al restaurante mejicano, los labios de


5 En español en el original.
Becket estaban rojos e hinchados. Asumió que su necesidad por la
perfecta boca de Locky sobre la suya tenía algo que ver con sus
nervios, a pesar de todo, Locky le había dado un beso en cada
semáforo rojo del camino.

Locky apagó el motor y se inclinó para otro profundo beso.


—Supongo que esto significa que ya no estás enfadado
conmigo.

—No diría que enfadado sea la palabra correcta, herido quizá.

Realmente, herido era una descripción insuficiente. Se había


sentido muy mal cuando Locky asumió que estaba listo para llevar
a Eric a su cama. Quizá era un pensamiento tonto, pero pensaba
que él y Locky estaban empezando a construir algo sólido. ¿Qué
decía de su relación que una frase sin mal construida podría
118 descarrilarlos?

—Como dije, necesitamos hablar, pero no hoy.

—¿Nervioso? —preguntó Locky, sacando las llaves del motor.

—Aterrorizado. No he estado cara a cara con Jigger desde que


lo enfrenté en el callejón esa noche. —Becket normalmente hablaba
con Eric de sus miedos de Jigger porque sabía cuánto enfadaba a
Locky, pero sabía que Locky lo vería de primera mano en menos de
dos horas.

—Lo sé, y estaré allí para ti. —Locky sonrió—. Y tienes a tres
fuertes hombres que estarían felices de patear a Jigger si te mira
con diversión.

—¿Huh?

—El equipo de apoyo de tu familia ha llegado y están sentados


en ese restaurante esperando a que saques el culo del coche.
—Deja de bromear. —Becket se negaba a creer que sus
hermanos, los mismos hermanos que prácticamente le ignoraron
mientras crecían, volarían hasta Idaho—. ¿Saben que no testifico,
verdad?

—Lo saben, pero pensaron que podrían ser necesarios por aquí
de todas formas —explicó Locky.

Becket le dio a Locky otro rápido beso antes de abrir su


puerta.

—¿Entonces a qué estamos esperando?

Riendo, Locky salió y se unió a Becket delante del coche.

—Llamé al propietario y le hablé de la situación y dijo que nos


119 colocará en la sala de banquetes.

—Guay. —Becket entró al restaurante y se acercó al mostrador


de la camarera—. ¿Tienes a tres grandes chicos de campo en la
sala de banquetes?

La bonita estudiante universitaria sonrió.

—¿Te pertenecen a ti?

—Algo así.

Apuntó hacia la sala con las puertas batientes.

—Por ahí, Sr. Regent.

Becket apuntó a Locky.

—Él es el Sr. Regent, yo solo soy su fiel compinche, Becket.

Caminando hacia la sala, Locky golpeó el hombro de Becket.


—Creo que es la primera vez que te veo flirtear con una chica.

Becket le dio un golpe juguetón en el estómago a Locky.

—No estaba flirteando. Estaba esparciendo mi encanto.

El momento en que Becket puso sus ojos en sus tres


hermanos, lágrimas empezaron a formarse. Todavía no podía creer
que estuvieran aquí. Como un niño en navidad, Becket gritó de
excitación y corrió hacia sus hermanos.

Cade fue el primero en acercarse. Alzó a Becket en un


apretado abrazo.

—¿Cómo estás?
120
—Ahora estoy mucho mejor. —Becket envolvió sus brazos
alrededor del musculoso cuello de Cade y lo abrazó. Durante años
había deseado tener una relación cariñosa con sus hermanos y
saber que finalmente había pasado era abrumador. Sintió que una
lágrima escapó y rápidamente la apartó antes de que nadie pudiera
verla—. Te quiero, —susurró en la oreja de Cade.

Cade colocó a Becket en el suelo de nuevo antes de soltarlo.

—Yo también.

No eran las palabras que Becket había esperado, pero se


acercaban bastante. Se movió hacia Nic y Del, recibiendo abrazos
de ambos antes de sentarse. Mirando a sus hermanos alrededor de
la mesa, Becket sacudió la cabeza.

—Todavía no puedo creer que estéis aquí. ¿Quién se está


ocupando de la granja?

—El maíz ya está, por lo que de momento solo es cuestión de


mirar por los animales. Scotty estuvo de acuerdo en hacerlo por mí,
Nic y Del y papá se ocupa de lo suyo —explicó Cade.

—¿Papá está lo bastante bien? —Becket había escuchado muy


poco de sus padres desde que volvió. Evidentemente, Cade había
hablado con Nic y Del y les estaban dando a sus padres espacio
para ellos.

—Estaba determinado a trabajar dos días después de salir del


hospital, y nadie podía convencerlo de lo contrario —empezó Nic.

—Entonces, dijimos al infierno con ello. Si muere alimentando


a las vacas, se iría haciendo lo que más amaba —acabó Del.

—¿Y mamá? —Becket vaciló al preguntar.


121 Nic, Cade y Del intercambiaron miradas.

—Es mamá, nada realmente la ha cambiado —contestó Cade


finalmente por el grupo. Agarró una patata del cuenco y la untó en
salsa—. Julie y yo estamos preparando el divorcio. Llevará un poco
de tiempo antes de que ella pueda encontrar un lugar, pero ambos
estamos de acuerdo con la decisión.

—¿Cómo se siente papá sobre eso? —Becket estaba orgulloso


de Cade por finalmente imponerse.

—No hay mucho que pueda decir que me importe escuchar.


Desde que somos compañeros equivalentes en la granja, y tengo
mi propia casa, tendrá que aprender a tratar con ello o mudarse. —
Cade se calló cuando la camarera entró con vasos de agua para
Locky y Becket.

Faltaban dos semanas antes del cumpleaños veintiuno de


Becket, pero realmente quería una margarita. Por desgracia, no
había forma de que fuera capaz de escabullirse con esos perros
observando a su alrededor. Incluso peor, Cade y Locky ambos
pidieron una mientras Becket se tuvo que conformar con té helado.

—Esto apesta.

—Ya casi estás allí —suavizó Locky.

—Nic tiene algo que decirte —anunció Cade.

—¿Sí? ¿Qué es? —Becket puso una mano en el muslo de Locky


dejándole saber que no estaba intentando ignorarlo a propósito.

—Lisa está embarazada —dijo Nic con orgullo—. Acabamos de


pasar nuestro primer trimestre.

—Felicidades —Becket y Locky contestaron al unísono.


122 La camarera les trajo sus bebidas y cogió su pedido antes de
desaparecer. Becket se sorprendió cuando Cade puso su margarita
delante de Becket.

—Feliz pre-cumpleaños.

—¿En serio? —Becket cogió el vaso y miró a Locky—. No he


tenido alcohol desde...

Locky pareció saber exactamente lo que estaba pensando


Becket.

—Entonces es bueno que la primera sea rodeada de gente que


te ama.

Becket aguantó la respiración. Era lo más cercano que alguna


vez había estado Locky de decir “te amo”. Siguió mirando los sexys
ojos verdes de Locky, esperando más, pero Locky rápidamente
apartó la mirada.

Incómodo, Becket lamió el borde del vaso y se bebió casi una


tercera parte de su margarita de un trago.

—Ésa es una buena manera de que se te congele el cerebro —


bromeó Del.

—Sí, bueno, quizá un cerebro congelado hoy no sería tan malo


—masculló Becket.

Cade se removió en su silla.

—¿Has escuchado algo de cómo fue esta mañana?

Becket sacudió la cabeza.

—Eric llamó, pero no se había aclarado nada en aquel


momento. Dijo que cuanto menos tiempo pasara en la misma sala
123 con Paul Williams, mejor.

—Eric, es la víctima, ¿cierto?

—Una de ellas —corrigió Becket—. Pero la única en la que el


caso está basado.

—Locky me dijo que os habéis hecho amigos. —Cade le robó el


vaso de agua a Becket.

—Sí, es un buen tipo. Ha pasado por mucha mierda, pero


estará bien —Becket le dio otro sorbo.

—Lo siento —se disculpó Nic—. Es por eso por lo que


normalmente soy el callado. Siempre meto la pata cuando abro la
boca.

—Está bien. —Becket intentó apartar el escozor de las


palabras de Nic—. Supongo que solo es duro porque aunque Jigger
probablemente será encontrado culpable, estará en prisión por lo
que le hizo a Eric. ¿Qué pasa con lo que me hizo a mí? Me da tanta
rabia cuando pienso en ello, pero lo que lo hace peor es saber que
fue mi maldita culpa. Debería haber sido lo bastante fuerte para ir a
la policía la mañana que Jack me encontró en el porche.

Los brazos de Locky se envolvieron alrededor de la cintura de


Becket.

—Lo importante es que finalmente fuiste. Te alzaste y


declaraste ante la policía.

—Gracias, bebé. Sé que estás intentando hacerme sentir


mejor, pero ambos sabemos la verdad. Es duro, pero estoy
aprendiendo a vivir con la decisión que tomé esa mañana. —Becket
le dio a Locky un beso rápido. Tenía una confesión que hacer que lo
había llenado de culpa desde que había pasado. No estaba seguro
que una comida con sus hermanos fuera el lugar correcto, pero no
124 podía ir al juzgado sin aclararlo—. Me encontré con Fallon esta
mañana después de mi examen.

La mandíbula de Locky inmediatamente se apretó.

—¿Lo hiciste? ¿Pensé que estabas en la escuela reuniéndote


con uno de tus profesores y en su lugar descubro que fuiste a
hablar con ese imbécil?

Becket se giró en su silla para encarar a Locky, dándoles la


espalda a sus hermanos.

—No fui al club si eso es lo que te preocupa. Nos encontramos


en el pequeño comedor de la universidad. Necesitaba explicarle por
qué todavía lo evito. Sabía que lo vería hoy en el juzgado, y no
quería que esa fuera la primera vez que nos viéramos desde esa
noche.

—¿Y? —dijo Locky.

—Y, —empezó Becket— no podía creer cuan mal se veía. De


una extraña manera, creo que también fue una de las víctimas de
Jigger. Fallon confió en el cabrón y realmente le ha afectado. Por lo
que lo he dejado libre de culpa de lo que me pasó. Después de
todo, su único crimen fue confiar en su empleado para servir
bebidas y no ponerles nada.

Locky estuvo visiblemente enfadado por varios tortuosos


momentos, pero su expresión finalmente se suavizó.

—Si te hace sentir mejor, estoy bien con ello.

Becket besó a Locky de nuevo.

—No lo interpretes mal, pero estaría contento aunque no


estuvieras bien con ello. Lo hice por Fallon y por mí. Sé que debería
habértelo dicho antes de encontrarme con él, pero temía que me
125 convencieras de dejarlo estar, y era realmente importante para mí.

—¿Por qué tarda tanto la comida? —preguntó Del desde el otro


lado de la mesa.

Becket sabía que los estaba poniendo incómodos, pero todavía


tenía una cosa en mente.

—Te amo, —confesó a Locky— y necesito que lo recuerdes.

Lágrimas llenaron los ojos de Locky.

—Yo también te amo —dijo por primera vez.

El beso que compartieron se hizo más profundo que ninguno


de los otros desde que habían llegado al restaurante. La única
razón por la que se apartaron fue porque Nic y Del empezaron a
hacer exagerados sonidos de arcadas.

Becket se apartó y sonrió.


—Hablaremos más tarde.

Becket entró en la sala del juicio con su cabeza alta. La gente


que amaba le rodeaba y sin importar que tipo de miradas le lanzara
Jigger, Becket sabía que estaba a salvo. Locky les llevó a un banco
de la parte de atrás de la sala, pero Becket sacudió la cabeza.

—Le prometí a Eric que me sentaría donde pudiera verme


cuando esté ahí arriba.

Con un asentimiento, Locky encontró sitio para los cinco, dos


126 asientos en la segunda fila cerca de Jack y Charlie y tres en la
tercera.

—¿Bien?

Becket miró por encima de su hombro al trio de fuertes


hombres de granja.

—Oh, sí, perfecto.

Todos se levantaron mientras el juez entraba. Becket observó


al jurado de cerca mientras el fiscal presentaba su apertura al
juzgado. Seguía esperando ver una mueca o al menos alguna cara
rara en las caras de los hombres y mujeres reunidos, pero estuvo
tristemente decepcionado. Solo se sentaron allí, mirando al fiscal.
Incluso los detalles gráficos de las heridas de Eric, incluyendo la
sangre perdida por las heridas internas no fue suficiente para sacar
demasiadas emociones del jurado.

Becket no era el único removiéndose en su asiento mientras la


acusación continuaba. Pasaron dos horas de la sesión de la tarde
antes de que llamaran a Eric Kloiber al estrado.

Las puertas se abrieron tras Becket y Eric entró en la sala del


juzgado. Se detuvo mientras pasaba a Becket y le dio a su mejor
amigo una sonrisa tranquilizadora. Eric se encontró con la mirada
de Becket por unos breves momentos antes de seguir hacia el
estrado.

Becket metió su pie debajo de él para alzarse unas cuantas


pulgadas más, esperando que eso ayudara un poco a Eric. Aunque
la nueva posición ayudaba a Becket a ver a Eric, también le daba
mejor vista de Jigger. Giró su cabeza, negándose a mirar al hombre
que le había causado tanto dolor a tanta gente. Cambió su atención
a Eric. «Puedes hacerlo», le dijo a su amigo silenciosamente.

127 Durante el testimonio de Eric y el subsiguiente interrogatorio,


Becket se concentró en mantener una expresión serena. Eric ya le
había dicho a Becket lo que ahora estaba relatando en el juzgado,
por lo que Becket fue capaz de mantener la compostura por el bien
de Eric.

Mientras Eric fue interrogado, la acusación empezó con las


evidencias. Aunque Jigger pensaba que estaba actuando de forma
inteligente usando condón antes de intercambiarlo por un dildo
demasiado grande, el hospital había detectado salpicaduras de
semen en los jeans de Eric. Evidentemente, Jigger se había sacado
el condón tan rápido que había salpicado inadvertidamente su
contenido antes de tirarlo.

En un punto del juicio, un hombre sentado tras Jigger, hizo un


comentario sarcástico cuando Eric testificó que sin que le hubieran
dado la droga no habría estado nunca de acuerdo en tener sexo con
Jigger.

Becket se inclinó hacia Locky.


—¿Quién es?

—El hermano de Jigger. —contestó Locky—. Un doctor. Leí en


el periódico que la policía también lo está investigando.

Becket tomó nota de no leer el periódico local cuando volviera


a la universidad. Contra menos supiera de Jigger mejor, en su
opinión.

El abogado defensor de Jigger fue brutal, y para el final, Eric


estaba temblando visiblemente. Becket intentó imaginar por lo que
Eric estaba pasando. Había sido bastante duro contestar a las
preguntas de la policía y el fiscal. No podía imaginar ser interrogado
por un trozo de mierda que había contratado la familia de Jigger
para defender a su caprichoso hijo.
128 Para cuando Eric acabó, era demasiado tarde para seguir. El
juez dijo que la continuación sería al día siguiente y aplazó el juicio.
Becket se levantó y estiró sus brazos sobre la cabeza antes de
girarse hacia sus hermanos. Los tres habían estado temblando
obviamente por lo que habían escuchado. Sabía que sus hermanos
habían estado imaginándoselo a él en el estrado en lugar de a Eric,
pero se preguntó que podría decir...

Locky puso su mano en el hombro de Becket y señaló que


siguiera a la multitud que salía de la sala. Cuando estuvieron en el
vestíbulo, Becket se disculpó.

—Se supone que me tengo que reunir con Eric en el baño.


Ahora vuelvo.

—Pregúntale si quiere unirse a nosotros para cenar —ofreció


Cade.

—Lo haré.

Después de que Becket saliera corriendo a buscar a Eric, Locky


llevó al resto a una de las grandes columnas fuera del camino.

—¿Estáis bien?

Cade sacudió la cabeza.

—Después de escuchar eso, dudo que pueda olvidarlo. —


Lágrimas llenaron sus ojos—. La idea de Becket pasando por algo
como eso solo me perseguirá toda la vida. Si hubiera sido un
hermano mejor...

—No, —dijo Locky, cortando a Cade— pensar así no ayudará,


créeme. Y para que lo sepas, Becket no sufrió las heridas que Eric.
No estoy menospreciando lo que sufrió, pero al menos saber eso
podría ayudar un poco.
129 —Me siento mal por ese chico. —Cade metió sus manos en los
bolsillos delanteros de sus pantalones de vestir.

Locky asintió.

—Creo que si no hubiera sido por Becket, Eric habría dejado la


universidad. Es uno de los mayores con ocho meses y meses y
medio por acabar y estaba cerca de tirar la toalla por ese cabrón.
Cade fue adelante y atrás.

—Supongo que cuidar de mamá todos estos años le enseñó a


tratar con la gente que necesita ayuda.

—Quizá. —Locky saludó a Jack, que estaba llevando a Charlie


fuera de la sala. En un esfuerzo de llenar el silencio, Locky les
explicó a los hermanos de Becket quienes eran.

—Deberías invitarlos a cenar con nosotros —sugirió Nic.

—Podría, pero no vendrían. Jack cocina cada noche excepto los


sábados y los domingos para todos en la casa, por lo que tienen
que volver. Deberíais pasaros cuando acabemos de cenar y
conocerlos.

—Lo haremos —estuvo de acuerdo Cade. Se giró, ocultando a


Locky de Nic y Del—. Prométeme que vigilaras a Becket. No quiero
que vaya a casa después de que todo esto acabe y tenga que
preocuparse por quien está o no seguro.

—Lo defendería con mi vida, —contestó Locky con total


honestidad— lo significa todo para mí.

Cade rió.

—Sí, me di cuenta por el pequeño intercambio durante la


comida.
130 —Bien. Entonces sabes que mis intenciones son
completamente honorables hacia él.

No era lo mismo que pedirle al mayor de los Chandler la mano


de Becket en matrimonio, pero era los más cerca que había estado
de hacerlo.

—¿Crees que el juez lo encontrará culpable? —susurró Becket.

Locky sostuvo la mano de Becket en la oscuridad de su


dormitorio. —Sin duda. La evidencia está ahí, y después de que el
detective testifique mañana, creo que la única verdadera pregunta
es cuánto tiempo estará Jigger en la cárcel.

Will James había sido el detective a cargo del caso contra


Jigger desde el principio, y aunque a Locky no le gustaba por la
dura forma en que había interrogado a Becket, confiaba en las
habilidades del hombre. Tenía que creer que Will tenía el caso
atado.

Becket rodó sobre su lado.

—¿Realmente me amas?

Locky atrajo a Becket a sus brazos. Su mutua proclamación de


amor en la comida lo sorprendió, pero sabía que había tardado en
llegar.

—Con todo mi corazón. No quería decírtelo porque no quería


que te sintieras presionado.

—¿Por qué me sentiría presionado? Eres el hombre más gentil


131 que he conocido alguna vez. Me das todo lo que podría desear
tener.

—No quiero que nunca te sientas atado. —Locky se arañó el


labio inferior con sus dientes—. Según mi madre, mi amor es
asfixiante, y no quiero que te sientas de esa manera.

—Tienes razón, tu madre es una zorra. —Becket se inclinó


para un profundo beso—. Para que lo sepas, puedes atarme cuando
quieras mientras pueda hacer lo mismo contigo.

Era un comentario típico de Becket. Locky había aprendido


poco después de que empezaran a dormir juntos que Becket
intentaba arreglar las situaciones tensas o incómodas con humor, y
la mayoría de las veces, funcionaba.

Se quedaron en un cómodo silencio. Sostener a Becket en sus


brazos mientras se dormía era la parte favorita del día de Locky.
Había algo tan honesto y puro en el amor de Becket que Locky
rezaba para no tener que vivir otro momento sin él.
Locky todavía pensaba en Steven, el hombre joven que había
muerto en sus brazos, de vez en cuando. Locky podía no haber sido
capaz de salvar a Steven, pero por la muerte de Steven, Locky
había marcado la diferencia en las vidas de jóvenes hombres gay
como él. Esa noche más temprano, había hablado con Charlie sobre
mudar a Eric a la habitación que Becket raramente usaba. Charlie
había estado completamente de acuerdo, de nuevo pidiéndole a
Locky que acallara los sonidos que solían salir de su apartamento.
Ambos, Locky y Becket, habían estado de acuerdo en que
descubrirían una manera si significaba sacar a Eric de los
dormitorios y meterlo en la BK.

—¿Estás dormido?

—No. —Locky besó la cabeza de Becket—. Solo me preguntaba


cuánto costaría insonorizar esta habitación.
132
—¿Habitación? Yo diría todo el apartamento. Me he estado
muriendo por ser follado sobre esa pequeña mesa de la cocina que
tienes en la otra sala.

—¿En serio? —Todo tipo de posibilidades pasaron por la mente


de Locky. Apartó las sábanas y se sentó—. Coge la almohada para
taparte cuando grites, y yo cogeré los suministros.

Fin
Creditos
Coordinador de proyecto
Perversa
Traductor
133
Vero
Correctora
Blanca
Portada y edición
Idhum
134

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pr eferidos asi podremos disfrutar de una muy buena
lectura.
Junio 2013

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