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I.

REGULACIÓN LEGAL

Los asuntos judiciales no contenciosos se encuentran regulados en


los artículos 817 y siguientes del CPC, en el Libro IV de los Actos
Judiciales No Contenciosos y en una vasta cantidad de leyes
especiales no sistematizadas.

II. CONCEPTOS PREVIOS

La definición de estos asuntos judiciales no contenciosos se


encuentra contemplada en el art. 817 del CPC, que determina para su
procedencia, la existencia de una ley que exija la intervención del juez
y que no exista contienda entre partes. Es decir, no debemos estar en
presencia de pretensiones contrapuestas. Esto conlleva a que no sea
aplicable el principio de bilateralidad o contradictoriedad. Se habla en
estos asuntos del principio de la unilateralidad. "Esto no excluye que,
como se ha dicho, sobre el fondo del negocio continúe perfilándose el
conflicto de intereses; pero no estando, como ocurre, por el contrario,
en cuanto a la litis, en primer plano y sirviendo por eso el proceso
solamente para la prevención y no para la composición de la litis, no
es necesaria, de ordinario, la acción en el proceso más que del sujeto
del interés particular o de un sujeto idóneo para su tutela además de
un sujeto al que corresponda el interés opuesto o, de cualquier
manera, inste su tutela; el sujeto del proceso voluntario puede
continuar llamándose parte porque en realidad es siempre el
componente de una pareja, pero no acciona frente a la otra parte, la
cual incluso, en ciertos casos, ni siquiera sería fácil de
determinar" (CARNELUTTI, 1997). Así, lo que queda claro es que
interviene solo un interesado, cuya denominación, como acabamos de
ver, es indiferente para algunos autores como el profesor Carnelutti, y
que no obsta a que devenga en litigioso, como más adelante veremos,
adquiriendo este procedimiento un carácter preventivo, destinado a la
protección de personas que se ven impedidas de ejercer sus derechos
o bien cuando existe un interés público comprometido que valide la
intervención de un órgano del Estado, en este caso, los tribunales de
justicia.

Para el profesor Niceto Alcalá-Zamora, "la llamada jurisdicción


voluntaria, o graciosa, que en realidad no es ni lo uno ni lo otro,
representa uno de los mayores obstáculos con que tropieza el
procesalista civil, [...] Para explicar su naturaleza, se han sugerido
numerosas explicaciones: así para Wash, la jurisdicción voluntaria
sirve para la constitución, desenvolvimiento y modificación de estados
jurídicos nuevos (tesis expuesta a su confusión con las acciones
constitutivas); para Menger y Goldschmidt, la jurisdicción voluntaria
tiene un fin preventivo, mientras que es represivo el de la contenciosa
(pero en los dos sentidos se podrían señalar excepciones); para
Chiovenda, lo característico de la jurisdicción voluntaria es la ausencia
de partes: los que en ella intervienen son tan solo participantes, según
expresa Lent; en fin, procesalistas de la talla de Hellwig y Rosenberg
se limitan a asignarle la extensión que le marque el derecho positivo,
lo cual es la negación de todo el empeño científico, pero la
confirmación de las dificultades que ofrece la empresa" (ALCALÁ-
ZAMORA, 2001). Pareciera ser que se trata del ejercicio de la actividad
administrativa que la ley le ha encomendado a los tribunales de
justicia, y no constituye una labor propiamente de jurisdicción, al no
existir contienda entre partes que resolver. Por lo demás, tienen poco
de voluntario, por cuanto es el legislador el que obliga a los
interesados a requerir la intervención del tribunal y a estos a hacerse
cargo del asunto. El mismo autor antes citado sostiene que estos
asuntos judiciales "ocupan una posición intermedia entre los
propiamente jurisdiccionales y los puramente administrativos" (ALCALÁ-
ZAMORA, 2001). Debiendo prevenir que este profesor distingue a su
vez, los actos de jurisdicción voluntaria de aquellos procesos no
contenciosos, que entiende como aquellos asuntos en que no hay
contradictorio. Lo mejor sería la configuración de categorías
conceptuales diferentes que eviten confusiones entre dos ámbitos tan
diferentes. El asunto judicial no contencioso no puede iniciarse con
una demanda, sino que con una solicitud, en la que no hay partes,
sino que interesados o partícipes, en las que no se puede hablar de
proceso, ni denominar sentencia definitiva a la que resuelva la
petición, ni tampoco llamar recurso de apelación a la alzada contra lo
resuelto por el tribunal que conoce del asunto. Sin embargo, el
problema subsiste al haberse descuidado un estudio más acabado,
una jurisprudencia más clara y una legislación más seria sobre estos
aspectos.

III. COMPETENCIA
A. Competencia absoluta

a. En lo que respecta a la materia, corresponde su conocimiento a


los jueces de letras (art. 45 Nº 2 letra c COT) y del tribunal que
conozca del pleito tratándose del curador ad litem por lo dispuesto en
el artículo 494 CC y obviamente cuando el conocimiento del asunto no
haya sido entregado a los órganos administrativos.

b. En cuanto al fuero, este no se toma en consideración (art. 133


inc. 2º del COT y 827 del CPC).

c. La cuantía se entiende que será siempre indeterminada.

d. No pueden ser sometidos a arbitraje, por no existir contienda entre


partes y haber sido entregados por ley a los tribunales ordinarios.

e. Tratándose de los asuntos judiciales no contenciosos en materia


de familia, su conocimiento debe sustanciarse con arreglo a lo previsto
en la Ley Nº 19.968, siendo aplicables de manera supletoria las
disposiciones contenidas en el Libro IV del Código de Procedimiento
Civil, a menos que resulten incompatibles con la naturaleza de los
procedimientos que esa ley establece, particularmente en los relativo a
la oralidad. En este caso, la solicitud deberá ser presentada por escrito
y el juez podrá resolverla de plano, a menos que considere necesario
oír a los interesados, caso en el que deberá citar a una audiencia a
todos quienes tengan interés que deberán concurrir con los
antecedentes necesarios para resolver el asunto (art. 102
Ley Nº 19.968).

B. Competencia relativa

En lo que respecta a la competencia relativa, se encuentra regulada


en el art. 134 del COT, entendiéndose que en general será
competente para conocer del asunto el juez del domicilio del
interesado, no siendo aplicable la prórroga de competencia (art. 182
COT). Sin embargo, hay algunas excepciones como las contempladas
en los artículos 148 y 153 del COT, entre muchas otras.

IV. CARACTERÍSTICAS EN SU SUSTANCIACIÓN


A. El legítimo contradictor

Un tercero puede evitar que por la resolución del tribunal en estos


asuntos se vulneren sus derechos, deduciendo una oposición con
arreglo a lo dispuesto en el art. 823 del CPC o derechamente
interponiendo las acciones judiciales que sean pertinentes en un
proceso contradictorio destinado a dejar sin efecto lo que se ha
decidido, que deberá ser tramitado con arreglo a su naturaleza. Se
puede producir entonces lo que se ha denominado la conversión del
acto judicial no contencioso en uno contencioso.

Debe tratarse de un legítimo contradictor, es decir, de alguien que


alegue tener algún título o calidad que justifique su oposición a la
pretensión del interesado. Se trata de quien tiene un interés jurídico
que debe ser tutelado también, pero que no puede consistir en una
mera expectativa. Se entiende que la oportunidad para deducir la
oposición es desde que se haya dado inicio a la gestión hasta que no
se haya ejecutado la sentencia definitiva, por cuanto con posterioridad,
al ya haberse cumplido con lo resuelto por el tribunal, solo habrá lugar
a incoar las otras acciones judiciales que sean procedentes para
resarcir o revertir lo que se haya realizado. Se ha planteado la
posibilidad que el legítimo contradictor pueda impetrar la revocación
de la resolución del art. 821 del CPC. Sin embargo, esto significaría
reconocerle al asunto no contencioso un alcance que no puede tener,
por cuanto el contradictor se debe oponer al procedimiento y no actuar
dentro de él, al ser contrario a su naturaleza admitir la concurrencia de
otra parte, no pudiendo confundirse la expresión interesado con la de
legítimo contradictor.

Su tramitación se deberá verificar, a falta de norma especial, con


arreglo a lo establecido para la sustanciación de los incidentes (art. 87
CPC), por tratarse de una cuestión accesoria al asunto principal.
Sostenemos que, atendida las consecuencias jurídicas, esta oposición
debe ser tenida como un incidente de previo y especial
pronunciamiento, que suspenda la tramitación del asunto judicial no
contencioso en tanto en cuanto no sea resuelto. De acogerse, el
asunto no contencioso devendrá en uno contencioso, debiendo
sujetarse en adelante a los trámites del juicio que corresponda (823
CPC). Sin embargo, si la oposición se deduce por quien no tiene
derecho, el tribunal podrá desestimarla de plano y se pronunciará
sobre la solicitud del interesado.

En cuanto al escrito de oposición, deberá cumplir con todos los


requisitos exigidos para una presentación judicial. El profesor Cristian
Maturana sostiene que: "El escrito en que se haga efectiva la
oposición debe cumplir con:

1º.- Los requisitos comunes a todo escrito;

2º.- Los requisitos propios de la oposición, siendo estos:

a) Que ella emane de legítimo contradictor, y

b) Que, derechamente, se pretenda cambiar el carácter de la gestión


no contenciosa en contenciosa. [...].

3º.- Los requisitos de la ley de comparecencia en juicio (arts. 1º y 2º


Ley Nº 18.120)" (MATURANA, 2017).

Al tratarse de un incidente, el tribunal puede perfectamente


resolverlo de plano o bien conferir traslado, pudiendo recibir el
incidente a prueba de estimarlo necesario. A nuestro juicio, el tribunal
solo debe calificar la procedencia de la oposición y de acogerse la
pretensión del legítimo contradictor, dar por terminado el asunto
judicial no contencioso, no debiendo hacerse cargo del fondo de la
controversia, que podría ser de lato conocimiento conforme a las
reglas procesales más adecuadas conforme a la naturaleza de la
pretensión, que deberá sujetarse a los trámites del juicio que
corresponde, el que deberá ser promovido por quien tenga el interés
en darle el impulso procesal a la acción judicial que deberá ser
incoada con arreglo a las normas generales. Tampoco debería el juez
determinar el procedimiento aplicable, cuestión que resulta ser de
resorte de la parte interesada. A nuestro juicio, carecería de
competencia. Discrepamos por ende de quienes quieren ver en la
oposición del legítimo contradictor, una contestación a la solicitud del
interesado que debería tenerse a su vez por demanda, ya que tal
posición rompe completamente con los objetivos y naturaleza de estos
asuntos judiciales no contenciosos. También nos pronunciamos contra
los que pretenden tener la oposición como una demanda, que deberá
continuar sustanciándose conforme a la naturaleza de la acción
respectiva, debiendo conferirse traslado al solicitante para que la
conteste.

B. Resoluciones judiciales en los asuntos no contenciosos,


cosa juzgada y desasimiento

Son revocables o modificables las resoluciones negativas y la


afirmativa cuyo cumplimiento esté pendiente, siempre que hayan
variado las circunstancias que motivaron su dictación (art. 821 CPC),
pero solo por parte del interesado, sin tener un término específico ni
formalidades especiales, lo que implica que no resulta aplicable el
concepto de cosa juzgada, mientras no se cumpla lo resuelto, lo que
resulta ser obvio tomando en consideración que no hay contienda
entre partes. Así podemos distinguir:

a. Las resoluciones afirmativas o positivas, que son las que dan lugar
a lo requerido por el interesado, pueden modificarse mientras esté
pendiente su ejecución.

b. Las resoluciones negativas o denegatorias, que corresponden a


las que no dan lugar a lo solicitado, pueden ser revocadas o
modificadas en cualquier momento.

C. Carácter de las leyes que regulan su sustanciación

Sus normas son de orden público e irrenunciable. Para la aplicación


del procedimiento en concreto debemos estarnos a la regulación
específica determinada por una ley especial en primer lugar. De no
haber ley especial, debemos estarnos a la regulación determinada en
el Libro IV del CPC, pero de aplicación específica para el asunto
judicial no contencioso de que se trate. En caso de no encontrarse el
procedimiento judicial no contencioso regulado del modo antes
señalado, debemos estarnos al procedimiento de aplicación general
que además se aplica de manera supletoria respecto de los anteriores.

V. PROCEDIMIENTO DE APLICACIÓN GENERAL (LIBRO IV DEL CPC)

A. Se inicia con una presentación del interesado denominada


solicitud, que debe ser formulada por escrito, debiendo conferirse
mandato a una persona habilitada y debidamente patrocinada (art. 4º
CPC y art. 1º de la Ley Nº 18.120). Al no haber contraparte, se aplica
el principio inquisitivo.

B. De no existir norma especial para su tramitación, debemos


estarnos a lo establecido en el art. 824 del CPC. De ser así, el tribunal
debe:

a. Si se le exige obrar con conocimiento, es decir, con antecedentes


que le permitan fundar adecuadamente su decisión, se debe proceder:

1. Si los antecedentes acompañados suministran conocimiento de la


causa para legitimar la solicitud o petición, el juez oirá al Ministerio
Público o al defensor público (art. 365 y ss. del COT, en especial
art. 366) cuando corresponda y resolverá el asunto con este mérito.

2. Si estos antecedentes no son suficientes para formar el


conocimiento del tribunal, se mandará rendir información sumaria, que
por regla general será la de testigos, que deberán deponer para
acreditar la legitimidad de la petición y después oirá al defensor
público, debiendo estarnos a lo que dispone el art. 818 inciso 3º del
CPC.

b. Si no se exige obrar con conocimiento: Deberá el tribunal resolver


de plano la petición, pero teniendo siempre presente que esto no
significa permitirle al juez ser arbitrario. Debe siempre fundar su
resolución, existiendo siempre la posibilidad que el juez disponga la
recepción de información sumaria (arts. 818 y 820 CPC), debiendo
apreciar prudencialmente el mérito de las justificaciones y pruebas de
cualquiera clase que se produzcan, recogiéndose el principio de
valoración de la prueba con arreglo a las reglas de la sana crítica (819
CPC).

c. Luego se aplican las disposiciones comunes a todo procedimiento.


Del Libro I del CPC.

d. Prueba: Procede la información sumaria (art. 818 del CPC). Esta


es la prueba de cualquier especie, rendida sin notificación ni
intervención de contradictor y sin previo señalamiento de término
probatorio. Aquí no hay contradictor, por lo que no resulta necesario
realizar notificaciones previas ni la determinación de un término
probatorio.
1. Si se pretende valerse de testigos, esta prueba debe recibirse por
un receptor (art. 390 inc. 2 COT). No hay formalidades especiales en
este sentido, debiendo concurrir el testigo, quien será individualizado,
que depondrá ante el ministro fe, levantándose un acta de lo obrado
que debe ser firmado por todos los comparecientes e incorporado a la
plataforma electrónica.

2. El tribunal puede decretar además de oficio todas las diligencias


informativas que se estimen convenientes (art. 820 CPC). En este
último caso al no señalar cuales son, podría el juez ordenar que se
decrete cualquier medida conducente a generar su conocimiento.

3. En cuanto a la apreciación del mérito de la prueba y de las


justificaciones, esta se hará prudencialmente (art. 819 CPC).

e. Las resoluciones no están especialmente reguladas, pero en


cuanto a la sentencia definitiva, sus requisitos se encuentran
establecidos en el art. 826 del CPC. Cabe referir que esta resolución
judicial no puede enmarcarse dentro de la clasificación del art. 158 del
CPC, por cuanto no existe contienda entre partes, no poniendo
tampoco fin a la instancia, teniendo una naturaleza distinta de la
sentencia definitiva pronunciada en un proceso judicial contencioso.

f. Recursos: Proceden el recurso de apelación, conforme a las


disposiciones aplicables para los incidentes, y de casación con arreglo
a las normas generales (art. 822 CPC). Además, procede el recurso de
revocación o modificación ante el mismo tribunal que dictó la
sentencia, en los términos ya referidos.

VI. PROCEDIMIENTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS DE APLICACIÓN


ESPECIAL

A. Extravío de título

a. Se regula especialmente en el art. 1º inc. 2º de la Ley Nº 18.552 y


en los artículos 88 y siguientes de la Ley Nº 18.092.

b. La petición debe realizarse por el interesado en el Juzgado de


Letras en lo Civil de su domicilio (art. 88).
c. Puede el solicitante pedir en cualquier estado de la gestión la
suspensión provisional de la aceptación y el pago del documento,
pudiendo el tribunal acceder, pudiendo solicitarse una garantía de
resultas. Sin embargo, puede procederse a la aceptación y pago del
título, previo otorgamiento de una caución suficiente por quien exige la
aceptación o requiere el pago (art. 94). Estas normas se aplican
también para el caso deterioro del título respectivo (art. 94).

d. El tribunal deberá conferir traslado por 5 días hábiles a los


obligados y al peticionario.

e. Deberá darse un aviso que se publicará en una edición del Diario


Oficial correspondiente a los días 1º y 15 de cualquier mes o en el día
siguiente hábil, para que dentro de los 30 días siguientes los demás
interesados comparezcan para hacer valer sus derechos (art. 89).

f. De no formularse oposición dentro de este plazo o no comparecer


nadie alegando ser legítimo portador, el tribunal autorizará al
solicitante para requerir la aceptación o el pago. Puede el tribunal
exigir que se rinda una garantía de resultas, cuya calificación y
duración determinará prudencialmente (art. 90).

g. Si se deduce oposición por parte de los obligados, por el librado o


por quien alegue ser legítimo portador, se formará un incidente. El
tribunal puede ordenar de oficio todas las medidas probatorias que
estime procedentes. Toda cuestión que se promueva en esta se
resolverá en la sentencia definitiva (art. 91).

h. Los requisitos de la sentencia están contenidos en el art. 92. Una


copia autorizada de la resolución reemplazará al título de crédito
extraviado para requerir su aceptación o pago.

i. Este reemplazo no impide que se ejerzan por parte de los


obligados las excepciones o defensas que se habrían podido hacer
valer contra el documento original (art. 92).

j. Los plazos para la aceptación o pago se entenderán prorrogados


hasta el tercer día hábil siguiente de quedar ejecutoriada la resolución
que ponga fin al procedimiento, si ellos vencieran en el curso de este
(art. 95).
k. En lo que respecta a los recursos, solo procede el de apelación
que se concede en ambos efectos (art. 93).

l. La aceptación o pago del título así reconstituido producen los


mismos efectos que si se tratase del original, pero no perjudican los
derechos del portador legítimo frente a quien, invocando
indebidamente esa calidad, haya obtenido la aceptación o el pago
(art. 96).

B. Nombramiento de curador

a. Su regulación se encuentra establecida en los artículos 838 y


siguientes del CPC, Título VI del Libro IV y en leyes especiales, como
la Ley Nº 19.954, sin perjuicio de su establecimiento en los
artículos 338 y siguientes del Código Civil.

b. Nos ceñiremos al procedimiento establecido en la Ley Nº 19.954,


publicada en el Diario Oficial el 14 de julio de 2004 y que modificó la
Ley Nº 18.600 respecto del procedimiento de interdicción de
discapacitados mentales, en su artículo 4º:

1. En dicha norma consta que cuando la discapacidad mental de una


persona se haya inscrito en el Registro Nacional de la Discapacidad,
su padre o madre podrá solicitar al juez que, con el mérito de la
certificación vigente de la discapacidad otorgada conforme a la
Ley Nº 19.284, y previa audiencia de la persona con discapacidad,
decrete la interdicción definitiva por demencia y nombre curador
definitivo al padre o madre que la tuviera bajo su cuidado permanente.

2. Si el cuidado permanente lo ejercen los padres de consuno, podrá


diferir la curaduría a ambos. El juez procederá con conocimiento y
previa citación personal y audiencia del discapacitado. En caso de
ausencia o impedimento de los padres, los parientes más cercanos
podrán proceder de igual forma, sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 18 bis. Se aplicará a la persona discapacitada interdicta lo que
prevén los artículos 440 y 453 del Código Civil para la guarda del
menor adulto y del disipador respectivamente.

c. En lo referente al procedimiento establecido en el CPC, se obra en


audiencia del defensor de menores o de este con los parientes del
pupilo, en audiencia citada especialmente al efecto (art. 839 CPC). La
notificación es personal respecto de quienes pueden ser habidos
(art. 689 del CPC).

d. En los casos del art. 371 del CC, se puede proceder de oficio por
parte del tribunal (v. art. 372 CC). Estas reglas se aplican para toda
clase de interdicciones, con arreglo a lo establecido en el art. 843 del
CPC. Para el caso previsto en el art. 473 del CC, se exige que la
primera de las circunstancias para el nombramiento de un curador de
bienes del ausente se haga con la declaración de dos testigos
contestes o de tres singulares, que den razón satisfactoria de sus
dichos (845 CPC).

e. Se puede pedir una información sumaria de cuál fue el último


domicilio del ausente y de no haber dejado poder a ningún procurador
del número, ni de haberlo conferido por notario público en los últimos
dos años, o que, habiéndose otorgado, no se encuentran vigentes.
Estas diligencias deberán verificarse con citación del defensor de
ausentes (art. 367 COT), quien puede incluso requerir otras medidas
(art. 845 CC).

f. Respecto del procedimiento no contencioso ante los tribunales de


familia, debemos estarnos a lo establecido en el artículo 102 de la
Ley Nº 19.968.

1. La solicitud se presenta por escrito y el juez puede resolver de


plano la petición, pudiendo citar a una audiencia para el caso que
estime necesario oír a los interesados.

2. A esta audiencia se debe concurrir con todos los antecedentes, a


fin de resolver en ella la cuestión no contenciosa sometida a su
conocimiento.

3. Se aplican supletoriamente las normas del Libro IV del CPC, a


menos que estas resulten ser incompatibles con la naturaleza de los
procedimientos que establece dicha ley, particularmente en lo relativo
a la exigencia de la oralidad.

C. Apertura de testamento cerrado

a. Su regulación se encuentra establecida en los artículos 1009,


1023, 1025 del CC, 431 y 439 del COT y 868 y 869 del CPC.
b. Antes de ser ejecutado, el testamento cerrado debe ser
presentado ante el juez, debiendo ser abierto solo una vez que el
notario y los testigos reconozcan sus firmas y la del testador,
declarando además si en su concepto está cerrado, sellado o marcado
como en el acto de la entrega.

c. De no ser posible que concurran estos testigos, bastará con la


presencia del notario y los testigos instrumentales presentes que
reconozcan las firmas de los primeros y la del testador y abonen las de
los ausentes. De no ser posible la concurrencia del notario será
reemplazado por aquel que designe el tribunal. Puede el juez disponer
que se acrediten las firmas del notario y los testigos por medio de
declaraciones juradas que especifiquen que son fidedignas (1026 y
1020 inc. 4º del CC). En cuanto a la identidad del notario, la ley
entiende que se trata de la Notaría respectiva, no siendo necesario
que se trate del mismo ministro de fe.

d. El juez competente será aquel del último domicilio del testador, y


si eso no es posible, aquel cuya competencia corresponda a la de la
jurisdicción del notario, obrando por delegación del juez del otro
domicilio. Luego, se remitirán a este juez el original de la apertura y se
dejará autorizada una copia en el protocolo del notario que autorizó el
testamento (art. 868 CPC). Cualquier persona capaz de parecer en
juicio puede pedir la apertura, publicación y protocolización de un
testamento (art. 869 CPC).

e. La actuación se verifica ante el juez, quien ordena la apertura del


sobre, procediendo el secretario del tribunal a cumplir con lo referido y
leer de manera íntegra el documento, levantándose un acta con la
copia completa del testamento. El acta protocolizada puede ser usada
para requerir la posesión efectiva testada de la herencia.

D. Posesión efectiva testada

a. Desde la entrada en vigencia de la Ley Nº 19.903 publicada en el


Diario Oficial el 10 de octubre de 2003, las posesiones efectivas
intestadas abiertas en Chile se tramitan ante el Servicio de Registro
Civil e Identificación, debiendo ser concedida por resolución fundada
del Director Regional de la oficina donde se hubiese iniciado el trámite.
b. El decreto de posesión efectiva constituye un justo título de
posesión, pudiendo por el mismo disponerse de los bienes
hereditarios.

c. En los otros casos, es decir, existiendo testamento, procede la


aplicación de las disposiciones legales establecidas en los
artículos 877 a 884 del CPC y otras normas legales a las que nos
vamos a referir, bastando la exhibición de un testamento
aparentemente válido en el que se le instituya un heredero (877 CPC).
Además, deberemos tener especialmente en cuenta lo establecido en
los arts. 25 y ss.; 50 y ss. de la Ley Nº 16.271, sobre timbres y
estampillas.

d. Para el profesor Cristián Maturana, "el escrito donde se solicita la


posesión efectiva de la herencia debe contener:

1. Los requisitos comunes a todo escrito;

2. Los requisitos específicos del escrito de posesión efectiva [...]

3. Los requisitos de la Ley Nº 18.210 sobre comparecencia en juicio


(arts. 1º y 2º). Debe constituirse patrocinio y poder" (MATURANA, 2007).

Tratándose de una sucesión testamentaria, conforme a lo que


dispone el art. 877 del CPC, se debe exhibir un testamento
aparentemente válido en que se le instituya heredero. Debe indicarse
si se pide la facción de un inventario solemne, el que debe requerirse
siempre que entre los herederos haya incapaces o cuando se invoque
el beneficio de inventario (art. 1247 CC). El inventario simple, es decir
un listado realizado en un instrumento privado, será procedente en
todos los otros casos, debiendo llevar la firma de todos los que lo
hayan pedido, acompañándose a la solicitud (382, 384 CC y art. 880
CPC). En todo caso, siempre deberá constar una valoración de los
bienes de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la
Ley Nº 16.271. En el escrito deben ser plenamente individualizados
todos quienes concurren a la solicitud de la posesión efectiva, sin
perjuicio del informe que procede al Servicio de Registro Civil (881
CPC).

e. Se debe acreditar la muerte real o presunta del testador (art. 887


CPC).
f. Se deberá presentar una solicitud escrita que cumpla con los
requisitos del art. 879 del CPC.

g. Se dispone la facción de un inventario simple en los términos del


art. 880 del CPC.

h. La resolución respectiva podrá:

1. Conceder la posesión efectiva: 1.1) deberá contener las


menciones referidas en el art. 881 incs. 2 y 3 CPC; 1.2) dejarse
constancia de haberse requerido un informe al Servicio del Registro
Civil e Identificación (SRCI) respecto de las personas que posean
presuntamente la calidad de herederos y de los testamentos que
aparezcan otorgados por el causante en el Registro Nacional de
Testamentos (art. 881 inc. 1º CPC, 439 COT); 1.3) la resolución
deberá publicarse en extracto por tres veces en el diario de la comuna
o de la capital de la provincia o de la capital de la región (882 inc. 5º
CPC); 1.4) el inventario deberá protocolizarse en la notaría que
designe el tribunal; 1.5) luego de haberse practicado las publicaciones,
el interesado deberá requerir la autorización para inscribir esta
resolución en el registro de propiedad del Conservador de Bienes
Raíces (CBR) respectivo; 1.6) con esta solicitud deberán acompañarse
copia del inventario protocolizado y se oficiará por parte del tribunal al
SRCI acerca de haberse ordenado la inscripción (art. 882 inc. 3º CPC);
1.7) deberá procederse a efectuar las inscripciones especiales del
art. 688 CC y la del testamento, acreditando el pago del impuesto
(arts. 54 y 55 Ley Nº 16.271); 1.8) se ordenará en la resolución la
facción de un inventario solemne cuando entre los herederos existan
personas incapaces (art. 1284 CC) y en la situación del art. 1766
inc. 2º del CC (art. 881 inc. final CPC).

2. Denegarla o exigir mayores antecedentes.

E. Muerte presunta

a. Su regulación se encuentra consagrada en los artículos 81 y


siguientes del CC.

b. Se declara por el juez del último domicilio que el desaparecido


haya tenido en Chile. Se debe justificar que se ignora el domicilio del
desaparecido, que se han realizado las diligencias necesarias para
averiguarlo y que desde las fechas de las últimas noticias han
transcurrido a los menos 5 años.

c. Se debe citar al desaparecido por a lo menos 3 veces mediante


publicaciones en el Diario Oficial, mediando a lo menos 2 meses entre
cada citación.

d. Cualquier persona interesada podrá pedir la declaración,


transcurridos a lo menos 2 meses desde la última citación.

e. Será oído el defensor de ausentes y pueden decretarse todas las


medidas tendientes a determinar donde se encuentra.

f. Todas las sentencias deberán insertarse en el Diario Oficial.

g. El juez fijará como día presuntivo de la muerte el último del primer


bienio contado desde la fecha de las últimas noticias y transcurridos
cinco años desde aquella fecha se concederá la posesión provisoria
de los bienes del desaparecido. Pero podrá ser la posesión definitiva si
cumplidos 5 años desde las últimas noticias, se comprobare que el
desaparecido tendría más de 70 años (art. 82 CC).

i. Deberán los poseedores provisorios proceder a realizar la facción


de un inventario solemne de los bienes.

j. La posesión definitiva se decretará para el evento de no aparecer


el sujeto o de no existir noticias que permitan realizar la distribución de
bienes con arreglo a las normas generales (art. 90 CC).

k. El que reclama un derecho para cuya existencia se suponga la


muerte del desaparecido en la fecha de la muerte presunta, no estará
obligado a probar que el desaparecido ha muerto verdaderamente.
Quienes reclamen derechos para cuya existencia el desaparecido
debió haber muerto en una fecha distinta de la presunta, deberán
probarlo (art. 92 CC).

l. En caso de reaparecer el desaparecido, deberá rescindirse el


decreto de posesión definitiva (arts. 93 y 94 CC).

m. Estrechamente relacionada con la muerte presunta, se encuentra


el procedimiento de comprobación judicial de la muerte, que se
encuentra regulado en los arts. 95 y ss. del CC, que ha ido teniendo
una aplicación cada vez mayor, que hace depender su procedencia
para el caso que pueda ser tenida por cierta, aun cuando el cadáver
no sea hallado, la muerte de una persona, permitiendo al juez del
último domicilio que el difunto haya tenido en Chile, a solicitud de
cualquiera que tenga interés en ello, tener por comprobado este
fallecimiento para efectos civiles y disponer la inscripción de la
resolución correspondiente en el SRCI, siendo aplicable la misma
regla para el caso que el cadáver no pueda ser identificado. Un
extracto de esta resolución deberá publicarse en el Diario Oficial
dentro del plazo de 60 días contados desde que esta estuviera firme y
ejecutoriada. Este extracto debe al menos contener los antecedentes
indispensables para la identificación y la fecha de muerte del difunto
civil.

F. Cambio de nombre y rectificación partida de nacimiento.

a. Su regulación se encuentra consagrada en la Ley Nº 17.344.

b. Es juez competente el de letras del domicilio del peticionario


(art. 2º y art. 134 COT).

c. En la solicitud se debe indicar cuál es la causal que justifica la


petición del cambio del nombre. Se debe en el escrito ofrecer la
información sumaria al respecto. Se deben acompañar todos los
documentos que sean procedentes.

d. La resolución deberá ordenar que se publique en el Diario Oficial


un extracto de la solicitud redactada por el secretario del tribunal.

e. La oposición se puede formular dentro del término de 30 días


contados desde la publicación en el Diario Oficial. Se deben adjuntar
todos los antecedentes que acrediten un interés y que lo justifiquen. El
juez conoce sin forma de juicio y puede ordenar que se practiquen
todas aquellas diligencias que estime conducentes, debiendo apreciar
la prueba en conciencia. Si se acepta la oposición no podrá seguirse
adelante con la tramitación.

f. La prueba consistirá en información sumaria y oír a la Dirección


General del SRCI. Este trámite es obligatorio.
g. Con arreglo a lo dispuesto en el art. 820 del CPC proceden otros
medios probatorios.

h. Si el peticionario registra condenas en su extracto de filiación y


antecedentes por crimen o simple delito, se denegará el cambio de
nombre, a menos que hayan transcurrido 10 años desde que la
sentencia condenatoria se encuentre firme y además acredite que
cumplió la pena.

i. La sentencia que se pronuncie deberá cumplir con las menciones


establecidas en el art. 3º de la ley.

G. Inscripción de vehículos motorizados

a. Está tratado en el art. 49 de la Ley Nº 18.290. Se contempla que


para el evento de que la Dirección General del SRCI niegue una
solicitud de inscripción o anotación en el Registro de Vehículos
Motorizados o que no dé lugar a una rectificación, modificación o
cancelación solicitada, podrá reclamarse ante el juez civil
correspondiente al del domicilio del requirente con sujeción a los
arts. 175 y 176 del COT. Más que un procedimiento no contencioso,
se trata de una verdadera reclamación administrativa.

b. Se tramita sin forma de juicio y la sentencia es apelable, debiendo


ser concedida en ambos efectos. Se conoce de este recurso en cuenta
sin esperar la comparecencia de las partes. Para poder dar curso a la
reclamación se debe acompañar una copia de la resolución sobre la
que recae.

c. Antes de resolver, debe el juez recabar del Ministerio de


Transportes y Telecomunicaciones o de la SEREMI respectiva, un
informe técnico conferido por el establecimiento que se determine y
que diga relación con los datos identificatorios del vehículo. El juez
debe también oficiar a la Sección de Encargo y Búsqueda de
Vehículos (SEBV) de Carabineros, para que informe si el vehículo ha
sido denunciado como hurtado o robado o bien si existe algún encargo
de búsqueda a su respecto.

d. Luego procederá a remitir al SRCI el expediente para que este


servicio tome conocimiento de la situación y proceda a informar. La
sentencia debe contener las menciones especiales que dispone la
norma.

H. Autorización judicial para enajenar, gravar o dar


en arrendamiento bienes de incapaces

a. Su regulación está consagrada en el artículo 891 del CPC.

b. El tribunal competente es el del lugar en que se encuentren


situados los inmuebles cuando se trata de aprobar o autorizar la
enajenación, hipoteca o gravamen de un inmueble (art. 135 COT). En
los demás casos, será el del domicilio del interesado (art. 134 COT).

c. Esta gestión deberá ser requerida por quien tiene la


representación legal del incapaz, debiendo en su solicitud explicar las
conveniencias de que se proceda a la autorización respectiva.

d. Se deben acompañar los documentos que sean necesarios y


ofrecer la información sumaria para configurar lo referido.

e. El profesor Cristián Maturana refiere que el escrito debe cumplir


con los siguientes requisitos:

"1º Las reglas comunes a toda presentación;

2º Debe indicarse con claridad y precisión los fundamentos o razones que


habilitan para enajenar, arrendar o constituir fiador, o sea, la necesidad o
utilidad de la aprobación judicial. (sic)

3º Debe acreditarse lo anterior ofreciendo información sumaria de


cualquiera especie para formar el conocimiento de causa del tribunal".
(MATURANA, 2007).

f. Antes de dictar sentencia, deberá el juez oír al defensor.

g. Lo anterior, sin perjuicio de toda otra diligencia informativa que se


estime procedente (art. 820 CPC).

h. La sentencia deberá fijar un plazo para que haga uso de la


autorización concedida y si nada dice, se entiende que caduca
transcurrido 6 meses contados desde su fecha.
I. Inventario solemne

a. El inventario solemne se encuentra regulado en el artículo 858 del


CPC, constando sus requisitos en el art. 859 del CPC. Debiendo ser
extendido ante un notario y dos testigos, pudiendo ser autorizado otro
ministro de fe para que obre como notario. El ministro de fe deberá
cerciorarse de la identidad de quien realiza la manifestación, debiendo
expresarse en letras el lugar, día, mes y año en que comienza y
concluye cada parte del inventario. Antes de cerrarse el inventario,
quien hace la manifestación o es el tenedor de los bienes debe
declarar bajo juramento que no tiene otros que manifestar. Debe ser
firmado por el manifestante o tenedor, por los interesados que hayan
asistido, por el ministro de fe y por los testigos.

b. Deberá citarse para proceder a todos los interesados conocidos y


que según la ley tengan derecho a asistir al inventario. La regulación
de esta citación se contempla en el art. 860 CPC. Los bienes
inventariados deben ser descritos o deben ser referidos en la forma
prevista en los artículos 382 y 384 CC, conforme a lo dispuesto en los
arts. 861 y 862 del CPC, siendo aplicable lo dispuesto en el art. 383
del CC por mandato del art. 864 del CPC, que se refiere a la
ampliación del inventario por haber aparecido bienes nuevos,
debiendo agregarse este inventario al anterior.

c. El inventario una vez concluido deberá ser protocolizado en el


registro del notario que lo haya formado o en caso de haber
intervenido otro ministro de fe, en el protocolo que designe el tribunal,
debiendo dejar el notario en el inventario mismo constancia de esta
protocolización (art. 863 del CPC).

d. Si se ordena por la ley realizar una tasación de los bienes, se


puede junto con ordenar la facción del inventario, designar peritos para
la tasación o reservarse para después la operación. Tratándose de
bienes muebles puede designarse al mismo notario o quien haga las
veces de tal para que realice la tasación (art. 865 CPC).

J. Guarda y aposición de sellos

a. Se entiende que es una medida cautelar que tiene por objeto


precaver el extravío, sustracción o apropiación de los bienes y papeles
de la sucesión. Se puede decretar la guarda y aposición de sellos aun
cuando no esté presente ninguno de los interesados (art. 875 CPC).

b. Conforme a lo que dispone el art. 872 del CPC, puede ser


requerida por el albacea o cualquier interesado en que se guarden
bajo llave y sello los papeles de la sucesión, debiendo el tribunal así
decretarlo, realizando por el mismo estas diligencias o bien
comisionando al secretario o un notario, con dos testigos. El tribunal
puede también actuar de oficio. Tiene una duración indeterminada
pudiendo extenderse hasta que se practique el inventario de los
bienes hereditarios. En todo caso, la ruptura de los sellos deberá
hacerse judicialmente con citación de las personas que pueden tomar
parte en la facción del inventario según lo dispone el art. 860 CPC,
salvo que por ser urgente el tribunal ordene prescindir de este trámite
(876 CPC).

c. Las diligencias recaerán sobre todos los muebles y papeles que


sean parte de la sucesión, sin considerar la oposición lo que puede ser
una excepción a que la misma se tramite como un incidente de previo
y especial pronunciamiento, suspendiendo la tramitación del asunto
principal, lo que parece ser obvio para evitar que de esta manera se
frustre el objetivo de la misma. Esto se reafirma con la determinación
que los recursos proceden en el solo efecto devolutivo (art. 873 CPC).
Quedan fuera eso si, los muebles domésticos de uso cotidiano,
bastando solo una lista de estos. También pueden dejarse fuera
cuando el tribunal lo estime conveniente, el dinero y las alhajas,
debiendo disponerse su depósito en un Banco o en las arcas del
Estado o las hará entregar al administrador o tenedor legítimo de los
bienes de la sucesión. (art. 874 CPC).

K. Herencia yacente

a. Si dentro de los 15 días de abrirse la sucesión no se hubiera


aceptado la herencia o una cuota de ella, ni hubiera albacea a quien el
testador haya conferido la tenencia de los bienes y que haya aceptado
su encargo, el juez a instancia del cónyuge sobreviviente o de
cualquiera de los parientes dependientes del difunto o de otra persona
interesada en ello, o de oficio, declarará la herencia yacente. Se debe
insertar esta declaración en un periódico del departamento, o de la
capital de la provincia, si en aquel no lo hubiere; y se procederá al
nombramiento del curador de herencia vacante (art. 885 CPC y 1240
CC).

b. Habiendo más de un heredero, aceptando uno de ellos la


herencia, le corresponderá la administración de todos los bienes
hereditarios proindiviso, previa facción de un inventario solemne,
procediendo a asumir también la administración los otros herederos
que vayan sucesivamente aceptando, quienes deberán suscribir el
inventario. Mientras no hayan aceptado todos los herederos, a quienes
les corresponda la administración tendrán las mismas facultades que
el curador de herencia yacente, sin la obligación de rendir caución,
salvo que se estime que bajo su administración peligran los bienes.

L. Informaciones para perpetua memoria

a. Las informaciones para perpetua memoria regulados en los


artículos 909 y siguientes del CPC han ido adquiriendo una gran
importancia como una vía para solucionar problemas derivados de
omisiones o errores administrativos o en otros registros que puedan
ser salvados por esta vía.

b. Conforme a lo dispuesto en el artículo 909 del CPC, se admitirán


por el tribunal las informaciones de testigos con tal que no se refieran
a hechos de que pueda resultar un perjuicio a persona conocida y
determinada.

c. En el escrito respectivo, además de los requisitos comunes a toda


presentación y de lo que dispone la Ley Nº 18.120, se debe señalar el
fundamento de la petición y articular los hechos respecto de los cuales
declararán los testigos.

d. Los testigos deberán declarar ante un receptor y por el interesado


presente, levantándose un acta que deberá ser firmada por todos los
comparecientes (art. 910 CPC). Para el caso que los testigos sean
conocidos del juez o el ministro de fe, deberá señalarse esta
circunstancia. De no ser así, deberá comprobase su identidad con dos
testigos conocidos, lo que implica la mayor complejidad de este
procedimiento. A nuestro entender, no se trata de testigos conocidos
por el juez o ministro de fe, sino que dos testigos por cada testigo que
deba deponer en la información para dar fe de su identidad, idoneidad
y falta de interés en el fondo del asunto (art. 912 CPC). Estos testigos
deberán declarar ante el receptor, debiéndose también levantarse un
acta.

e. Una vez concluida la información, los antecedentes deberán ser


remitidos al defensor público para que examine las cualidades de los
testigos y si se ha acreditado su identidad por alguno de los medios
señalados (913 CPC). Al defensor no le corresponde pronunciarse
sobre el objetivo de la información para perpetua memoria, debiendo
limitarse a referirse a las circunstancias determinadas que se
enmarcan en las cualidades de los testigos y su identificación.

f. Los tribunales aprobarán las informaciones rendidas, cuando los


hechos aparezcan como justificados con la prueba expresada,
teniéndolos como dos testigos contestes en los hechos y en sus
circunstancias esenciales, sin tacha, que hubiesen dado razón de sus
dichos y que siendo legalmente examinados pueden constituir plena
prueba teniendo el valor de presunción legal (arts. 914 y 384 Nº 2
CPC). Aun cuando se dice que los antecedentes deben ser
archivados, para que esta diligencia tenga algún sentido, pueden
proceder los oficios a las reparticiones que corresponda para
enmendar errores u omisiones administrativas.

BIBLIOGRAFÍA

ALCALÁ-ZAMORA, Niceto. Proceso, autocomposición y autodefensa,


Ciudad de México, Editorial Jurídica Universitaria, 2001.

ÁLVAREZ, Daniel y ORELLANA, Fernando. Actos procesales no


contenciosos, Santiago de Chile, Ed. Librotecnia, 2013.

CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil, Volumen III,


Buenos Aires, Ed. Librería El Foro S.A., 1997.

CASARINO VITERBO, Mario. Manual de Derecho Procesal (Derecho


Procesal Civil, tomo VI. Santiago de Chile, Ed. Jurídica de Chile,
2013.

MATURANA MIQUEL, Cristián. El juicio ejecutivo y otros. Facultad de


Derecho Universidad de Chile, sin editorial, 2007.

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