Before We Were Strangers

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Elogio de Después de la lluvia
“La escritura de Renée Carlino es profundamente emocional y está llena de un poder silencioso. No te decepcionará.”
—Joanna Wylde, autora superventas del New York Times
“Después de que la lluvia me destrozara de la mejor manera posible. Sexy, dulce y triste, todo entretejido con una
abrumadora corriente de esperanza, la historia de Nate y Avelina va directamente a mi lista de favoritos de todos los
tiempos".
—Amy Jackson, autora superventas del New York Times
“He llegado a pensar en los libros de la Sra. Carlino como medicina para mi alma. Sus palabras bellamente escritas
no solo son curativas sino también inspiradoras. Esta historia me puso a prueba emocionalmente, pero me encantó.
Hay sabiduría en este libro, y es un talento increíble cuando un autor le da al lector algo en lo que pensar y mantener
en su corazón por el resto de sus vidas. .
. . Si aún no lo ha hecho, compre un libro de Renée Carlino hoy, su alma se lo
agradecerá”.
—Los cuentos de una bella
“Simple y llanamente, este libro me robó el corazón. Entre la escritura convincente y los personajes maravillosamente
bien desarrollados, nunca tuve una oportunidad. . . After the Rain fue un libro inmensamente conmovedor y
perfectamente escrito que dejó una marca permanente en mi corazón”.
—El entusiasta de los libros
. . muy
“Una hermosa historia. . emocional, fiel a la
trágica, dvevastadora .
ida real. y agridulce. .
. . Esté preparado para que su corazón se rompa, sus ojos lagrimeen y su corazón se estremezca.
¡After the Rain es una historia de vida épica, además de una historia de amor!”.
—Un escape de libros
“Renée Carlino tiene este estilo de escritura que simplemente me deja boquiabierto. . . . La escritura fue realmente
maravillosa. . . . La historia fue hermosa y emotiva. . . . ¡Esta es una historia muy bien escrita
que recomiendo encarecidamente!”
—Book Babes Unite
Elogio de Nowhere but Here
“Hay cierta 'magia' o 'chispa' o como quieras llamarlo que realmente hace que un libro cobre vida mientras lo lees.
Como lector, estoy en una búsqueda constante de esa chispa especial y definitivamente la encontré aquí. Nowhere
but Here fue una historia de amor única y bellamente escrita. Me reí, me desmayé, me sequé las lágrimas de felicidad
y me enamoré. Este libro calentó mi corazón y me dejó con el sentimiento más maravilloso. ¡Lo recomiendo
encarecidamente para todos los fanáticos del romance!”
—Blog del libro Aestas
“La historia simplemente me consumió, y todo lo que sé es cómo me sentí durante y después de leerla. Me
sentí esperanzado. Incluso tuve esa sensación de mariposa en el vientre que tienes cuando lees algo
verdaderamente hermoso. .
. . ¿Recomendaría este? Definitivamente lo haría.”
—La revisión de otoño
“El tipo de romance que te da mariposas en el estómago, esa sensación de hormigueo por todas partes y
una gran sonrisa en tu rostro. . . . Si está buscando algo emotivo, donde realmente pueda
experimentar lo que sienten los personajes a través de las palabras bellamente escritas de un autor
asombroso, con un epílogo maravilloso que le dará una sensación de plenitud, entonces no busque más”.
—Shh lectura de mamá
“Diré esto desde el principio: casi nadie escribe química deslumbrante y realista como Renée Carlino. Jamie
y Kate se enamoran en cuatro días y yo creí cada minuto. Así de bueno es Carlino en esto. .
. . Si eres fanático de la novela romántica contemporánea para adultos,
o me atrevo a decir chick lit, disfrutarás de Nowhere but Here. Carlino está oficialmente en mi lista de compra
de autos, y apuesto a que si la echas un vistazo, también estará en la tuya”.
—Alodoxofobia
“Esta es una historia que ha permanecido en mi mente y mi aprecio ha seguido creciendo. Al igual que Sweet
Thing, pude sentir la pasión de Renée Carlino por sus personajes y su historia en cada palabra. Es una
sensación maravillosa cuando encuentras un autor que puede traducir esa pasión en una experiencia para
los lectores”.
—La nena libresca
“Decir que me encantó Nowhere but Here sería una subestimación dramática. . Sé si he estado . . No
viviendo bajo una roca o Renée Carlino ha sido sólo un secreto bien guardado. . . .
¡No entiendo cómo todo el mundo no está gritando a los cuatro vientos sobre este libro! . . .
Nowhere but Here está en mi lista de favoritos de todos los tiempos, no hay duda al respecto”.
—Acurrucado en un libro
Elogios para Sweet Thing "¡Descarado y
dulce, Sweet Thing se derrite en tu boca y va directo a tu corazón!"
—Katy Evans, autora superventas del New York Times de Real
"¡¡¡¡5 estrellas!!!! Esto es lo que he estado deseando. . . uno de mis favoritos absolutos este año, y solo uno
de mis viejos favoritos en conjunto”.
—Blog de libros de Maryse
“Tengo un nuevo novio de libros y su nombre es Will Ryan. Estoy enamorado. . . . Sweet Thing fue
una historia dulce, desgarradora y romántica que me mantuvo leyendo toda la noche. . . .
Una fabulosa novela debut. . . . ¡Estaré atenta a más de Renée Carlino!”.
—Blog del libro Aestas
“Este es 5 ENORMES estrellas: un libro conmovedor y bellamente escrito que ahora posee una parte de mi corazón. . .
este libro ha hecho mi lista de favoritos de todos los tiempos. . . . No puedo esperar a ver qué sigue
para Renée Carlino”.
—Shh lectura de mamá
“Sorprendentemente, esta es la primera novela de Renée porque escribe como una profesional con palabras que
fluyen sin esfuerzo y de forma hermosa, enganchándome totalmente desde el principio. Había algo intangiblemente
real y especial en este libro, que me mantuvo leyendo hasta que lo terminé. una de mis historias favoritas del año.” . .
—Blog de libros de Vilma
“Cuando se desarrolle la historia de autodescubrimiento de Will y Mia, te llenará de amor, te aplastará, te frustrará, te
levantará y te hundirá. Compartirás cada momento desgarrador y vivirás cada intercambio cálido, tierno, enojado y
divertido. . . .
Leerás el final con ese cálido brillo de libro. . . ya sabes, el que te hace saber que acabas de pasar el rato con algunos
personajes maravillosos que se abrieron paso en tu corazón”.
—Blog totalmente reservado
“A veces, de todos los libros que lees, te encuentras con uno que se destaca entre todos los demás títulos. A veces,
lees un libro que abruma por completo tu mente, tu corazón y tu alma. Una lectura absorbente que captura por
completo tus sentidos y los pone a toda marcha, pero de la mejor manera posible. Simplemente no hay nada mejor
que la sensación de saciedad que obtienes al leerlo. Para mí, ese libro fue Sweet Thing de Renée Carlino”.
—Lee esto, escucha eso
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Para Sam y Tony, a quienes tengo la bendición y la suerte de conocer.
La vida no retrocede ni se demora en el ayer.
—KHALIL GIBRAN
PRIMER MOVIMIENTO:
RECIENTEMENTE
1. ¿ Todavía piensas en mí?
MATE
La vida me pasaba a gran velocidad mientras me sentaba con los pies en alto, rechazando
el cambio, ignorando el mundo, haciendo caso omiso de cualquier cosa que amenazara
con tener significado o relevancia. No estoy de acuerdo categóricamente con todas las
cosas actuales. Despreciaba el uso de emojis, la palabra meta y las personas que hablaban
por teléfono en la fila. Ni siquiera me hagas empezar con la gentrificación. Había veintiún
Starbucks en un radio de tres cuadras del edificio en el que trabajaba. Los estudios de
grabación, los laboratorios de cine y las tiendas de discos estaban muriendo, si no los
cadáveres vacíos convertidos en tiendas de cupcakes o bares de secadores de pelo.
Habían dejado de reproducir videos musicales en MTV y habían prohibido fumar en los
bares. Ya no reconocía Nueva York.
Estas son las cosas en las que reflexioné mientras estaba sentado en mi cubículo de
cuatro por cuatro en National Geographic. No me había sentido National o Geographic
desde que tomé un trabajo de escritorio allí unos años antes. Había salido del campo,
donde lo había visto todo, y me metí en un hoyo, donde no vi nada. Estaba en medio de la
ciudad que amaba, de nuevo en sus brazos, pero éramos extraños. Todavía estaba aferrado
al pasado y no sabía por qué.
Scott me golpeó en la espalda. "Hey amigo. ¿Brooklyn para el almuerzo?
"¿Por qué tan lejos?" Estaba sentado en mi escritorio, jugueteando con la batería de mi
teléfono.
“Hay una pizzería que quiero que pruebes, Ciccio's. ¿Has oído hablar de eso?
Podemos conseguir una buena pizza en la Quinta.
“No, tienes que probar este lugar, Matt. Es fenomenal.
“¿Qué es fenomenal, la pizza o el personal?” Desde mi divorcio hace unos años, Scott
—jefe, amigo y eterno soltero—tenía grandes esperanzas de que
Me convertiría en su compañero permanente. Era imposible disuadirlo de nada, especialmente
cuando se trataba de mujeres y comida.
"Me tienes. Tienes que ver a esta chica. Lo llamaremos reunión de trabajo. Lo pondré en
la tarjeta de la empresa. Scott era del tipo que hablaba mucho de mujeres y aún más de
porno. Estaba severamente fuera de contacto con la realidad.
"Estoy seguro de que esto califica como acoso sexual en alguna parte".
Se apoyó en la parte superior de la partición del cubículo. Tenía una cara bonita y siempre
estaba sonriendo, pero si no lo veías en una semana, te olvidabas de cómo era.
Tomaremos el metro.
"Hola, chicos." Mi exesposa pasó, tomando una taza de café.
La ignoré. "Hola, Liz", dijo Scott y luego miró fijamente su trasero mientras ella
se alejó. Se volvió hacia mí. "¿Es raro trabajar con ella y Brad?"
“Siempre he trabajado con ella y Brad”.
"Sí, pero ella era tu esposa y ahora es la esposa de Brad".
"Sinceramente, ya no me importa". Me puse de pie y agarré mi chaqueta.
“Esa es una buena señal. Te creo. Así es como sé que estás listo para
algo extraño. A menudo ignoraba este tipo de comentarios de Scott.
"Necesito pasar por Verizon primero y obtener una batería nueva", dije, agitando mi
teléfono.
"¿Qué es eso?"
"Un celular. Seguro que has visto uno antes.
“En primer lugar, ya nadie dice 'celular'. Segundo, eso no es un teléfono; eso es un
artefacto. Deberíamos enviarlo al Smithsonian y conseguirte un iPhone”.
Al salir, pasamos junto a Kitty, la chica del carrito de café. "Hola caballeros."
Sonreí. "Gatito." Ella se sonrojó.
Scott no dijo nada hasta que entramos en el ascensor. “Deberías tocar eso.
Ella te quiere totalmente.
"Ella es una niña".
“Ella es graduada de la universidad. Yo la contraté.
"No es mi tipo. Su nombre es Kitty.
"Está bien, ahora solo estás siendo malo". Parecía mínimamente ofendido en nombre de Kitty.
"Estoy bien. ¿Por qué es la misión de todos en la vida tenderme una trampa? Estoy bien."
"El reloj está en marcha".
“Los chicos no tienen relojes”.
Tienes treinta y seis años.
"Eso es joven".
“No comparado con Kitty”.
Las puertas del ascensor se abrieron y entramos en el vestíbulo. Una impresión gigante de una de
mis fotos corría a lo largo de una pared.
“¿Ves eso, Matt? Eso moja a las mujeres”.
“Es una foto de un niño iraquí que sostiene un arma automática”.
"El Pulitzer que obtuviste por eso, genio, no por la imagen". Cruzó los brazos sobre el pecho. “Ese
fue un buen año para ti”.
"Sí, lo fue. Profesionalmente, de todos modos.
“Te lo digo, tienes que usar eso a tu favor. Tienes una cantidad moderada de celebridad debido a
esa foto. Ha funcionado a mi favor”.
"¿Cómo funcionó para ti, exactamente?"
Podría haber tomado prestado tu nombre por una noche. Una o dos veces."
Me reí. "Eso es vergonzoso, hombre".
“A Kitty le gustas. Deberías darle a ese bombón lo que quiere. Tú
Sé que hay rumores sobre ella.
"Aún más razón para mantenerse alejado".
“No, buenos rumores. Como si estuviera loca. Un animalito.
"¿Y eso es bueno cómo?"
Salimos y nos dirigimos a la estación de metro en West 57th para tomar el tren F. Midtown siempre
está congestionado a esa hora, pero estábamos llegando al final del invierno. El sol que caía a plomo
entre los edificios atrajo aún más gente a la calle. Entraba y salía de las masas mientras Scott me
seguía.
Justo antes de llegar a la entrada de la estación, habló en voz alta desde atrás.
"Probablemente le gustaría el sexo anal".
Me detuve y lo enfrenté en la parte superior de los escalones que bajaban. “Scott, esto
la conversación está mal de muchas maneras. Terminemos aquí, ¿de acuerdo?
"Soy tu jefe".
"Exactamente." Troté por los escalones hacia los torniquetes.
Había una anciana tocando un violín al pie de las escaleras. Su ropa estaba sucia y su
cabello era un desastre gris y enmarañado. Las cuerdas de su arco colgaban, como colas de
zorro flotantes, pero estaba tocando Brahms sin problemas. Cuando arrojé cinco dólares en su
caja, ella sonrió. Scott negó con la cabeza y tiró de mí.
“Estoy tratando de mantenerte feliz y productivo, Matt”.
Pasé mi tarjeta de Metro. “Dame un aumento. Eso me mantendrá feliz y productivo”.
La estación estaba abarrotada. Se estaba acercando un tren, pero estábamos atrapados
detrás de un gran grupo de personas que empujaban hacia el frente como si tuvieran un lugar
importante al que ir. Scott se contentó con quedarse atrás y mirar a una mujer que nos daba la
espalda. Se paró cerca del borde de la plataforma, balanceándose de pies a cabeza,
balanceándose sobre la gruesa línea amarilla.
Había algo sorprendente en ella.
Scott me dio un codazo y luego movió las cejas y articuló "buen culo". Quería darle un
puñetazo en el cuello.
Cuanto más miraba a la mujer, más me sentía atraído por ella. Tenía una gruesa trenza
rubia corriendo por su espalda. Tenía las manos metidas en los bolsillos de su abrigo negro y
se me ocurrió que, como una niña, se tambaleaba alegremente al ritmo del violín que resonaba
contra las paredes de la estación.
Cuando el tren finalmente se detuvo, dejó que la gente pasara corriendo junto a ella y luego
entró en el último segundo. Scott y yo nos paramos en la línea amarilla, esperando el próximo
tren menos concurrido. Justo cuando las puertas del tren se cerraron, se dio la vuelta. Nuestros
ojos se encontraron.
Parpadeé. Santa mierda.
"¿Gracia?"
Presionó su mano contra el vaso y articuló: "¿Matt?" pero el tren se alejaba.
Sin pensarlo, corrí. Corrí como un loco hasta el final del andén, con la mano extendida,
deseando que el tren se detuviera, sin apartar los ojos de los de ella. Y cuando salí
corriendo de la plataforma, vi el tren volar hacia la oscuridad hasta que se fue.
Cuando Scott me alcanzó, me miró con cautela. “Vaya, hombre.
¿Qué fue eso? Parece como si hubieras visto un fantasma.
“No es un fantasma. Gracia."
"¿Quién es Grace?"
Me quedé atónita, mirando el vacío que la había tragado. Una chica que conocí.
"¿Qué, como el que se escapó?" preguntó Scott.
"Algo como eso."
“Tuve uno de esos. Janie Bowers, la primera chica en darme una mamada. lo vencí
a esa imagen hasta que tuve, como, treinta”.
Lo ignoré. Todo en lo que podía pensar era en Grace.
Scott continuó. “Ella era una animadora. Colgaba alrededor de mi equipo de lacrosse
de la escuela secundaria. Todos la llamaban la Terapeuta. No sabía por qué. Pensé que
iba a ser mi novia después de esa mamada”.
“No, así no”, dije. “Grace y yo salimos en la universidad, justo antes de conocer a
Elizabeth”.
“Ah, así. Bueno, se veía bien. Tal vez deberías tratar de ponerte en contacto con ella.
"Sí, tal vez", le dije, pero pensé que no había forma de que siguiera soltera.
DEJÉ QUE BRODY, el vendedor de Verizon de diecisiete años, me hablara sobre el nuevo
iPhone. En realidad, cuesta ocho dólares menos al mes tener un teléfono más nuevo. Ya
nada en este mundo tenía sentido para mí. Estaba distraído mientras firmaba los
documentos porque la imagen de Grace, en el tren, flotando en la oscuridad, había estado
dando vueltas constantemente en mi mente desde que salimos de la estación.
Mientras comíamos pizza, Scott me enseñó a jugar Angry Birds. Pensé que era un
gran paso para superar mi fobia a la tecnología. la chica scott
esperaba ver que no funcionaba, así que comimos nuestra pizza y regresamos a la
oficina.
Una vez que estuve de vuelta en mi cubículo, busqué en Google el nombre de Grace
en todas las variaciones posibles: primer nombre, segundo nombre y apellido; nombres
y apellidos; segundo nombre y apellido, sin suerte. ¿Cómo fue esto posible? ¿Qué tipo
de vida estaba llevando que la mantuvo completamente fuera de Internet?
Pensé en lo que nos había pasado. Pensé en la forma en que se veía en el metro,
todavía hermosa, como la recordaba, pero diferente. Nadie describiría a Grace como
linda. Aunque era pequeña, era demasiado llamativa para ser linda, con sus grandes
ojos verdes y su enorme melena rubia. Sus ojos parecían huecos, su cara un poco más
dura que la última vez que la vi. Solo me tomó una mirada saber que ella no era el
espíritu libre y efervescente que había conocido hace años. Me volvía loco preguntarme
cómo sería su vida ahora.
Los vítores brotaron de la sala de descanso al final del pasillo. Me acerqué para
presenciar el final de mi ex esposa anunciando su embarazo a nuestros compañeros de
trabajo. No pasó mucho tiempo después de mi divorcio cuando me di cuenta de que
todos los que me rodeaban continuaban y vivían la vida. Estaba estático, parado en la
plataforma, viendo pasar un tren tras otro, deseando saber en cuál estar. Elizabeth ya
estaba en la siguiente parada, formando una familia mientras yo regresaba sigilosamente
a mi cubículo de mierda, con la esperanza de que no me vieran. Era indiferente hacia
ella y sus noticias sobre el embarazo. yo estaba entumecido . . pero le envié un correo
electrónico de todos modos por alguna obligación residual que aún persiste de nuestro
matrimonio fallido.
Isabel,
felicidades. Estoy feliz por ti. Sé lo mucho que deseabas un hijo.
Mejor, Matt
Dos minutos más tarde, mi correo electrónico hizo ping.
¿Mejor? ¿En realidad? ¿No puedes decir "amor" después de pasar más de una década de tu vida conmigo?
no respondí Estaba en un apuro. Necesitaba volver al metro.
2. Cinco días después de que te vi
MATE
Tomé el maldito tren F, un viaje de una hora a Brooklyn desde Midtown y de regreso todos los
días, a la hora del almuerzo, con la esperanza de volver a encontrarme con Grace, pero nunca
lo hice.
Las cosas iban mal en el trabajo. Presenté una solicitud para ir al campo tres meses antes,
pero me la negaron. Ahora tenía que ver a Elizabeth y Brad caminar felices mientras la gente
los felicitaba por el bebé y la promoción de Brad, que se produjo justo después del anuncio.
Mientras tanto, seguía rechazando cualquier avance en mi vida. Yo era un charco de mierda
estancada. Me había ofrecido como voluntario para regresar a Sudamérica con un equipo de
filmación de National Geographic. Nueva York ya no era lo mismo. No tenía magia para mí. La
selva amazónica, con todas sus maravillosas y exóticas enfermedades, parecía más atractiva
que recibir órdenes de mi ex esposa y su presumido esposo. Pero mi solicitud no había sido
aprobada ni denegada. Simplemente se sentó en una pila de otras solicitudes en el escritorio de
Scott.
Reflexioné sobre el estado actual de mi vida mientras miraba una pared en blanco en la sala
de descanso de la oficina. De pie junto al enfriador de agua, sosteniendo un cono de papel
medio vacío, conté los años insustanciales que había pasado con Elizabeth y me pregunté por
qué. ¿Cómo habían ido las cosas tan terriblemente mal?
"¿Qué estás haciendo, hombre?" La voz de Scott vino desde la puerta.
Me giré y sonreí. "Sólo de pensar."
"Pareces un poco más inteligente".
“En realidad, estaba pensando en cómo terminé con treinta y seis años, divorciado y
atrapado en el infierno de los cubículos.
Caminó hacia la cafetera y llenó una taza y luego se apoyó contra
el contador. "¿Eras un adicto al trabajo?" él ofreció.
“Esa no es la razón por la que Elizabeth fue infiel. Cayó directamente en los brazos flacos de
Brad, y él trabaja más que yo. Demonios, Elizabeth trabaja más que yo.
“¿Por qué estás pensando en el pasado? Mírate. Tu eres alto. tienes pelo ¿Y parece que”—agitó
su mano alrededor de mi estómago—“podrías tener abdominales?”
"¿Me estás mirando?"
“Mataría por una cabellera así”.
Scott era el tipo de chico que se queda calvo a los veintidós años. Se ha estado afeitando al
estilo Mr. Clean desde entonces.
"¿Cómo llaman las mujeres a esa cosa?" Señaló la parte de atrás de mi cabeza.
"¿Un bollo?"
“No, hay, como, un nombre más sexy para eso. A las damas les encanta esa mierda.
“Lo llaman un bollo de hombre”.
Él me estudió. Jesús, eres un hombre libre, Matt. ¿Por qué no estás merodeando por las sabanas
en busca de nuevas presas? No puedo verte deprimido así. ¿Pensé que habías superado a Elizabeth?
Cerré la puerta de la sala de descanso. "Soy. Superé a Elizabeth hace mucho tiempo.
Es difícil para mí incluso recordar estar enamorado de ella. Quedé atrapado en la fantasía de eso,
viajar con ella, tomar fotos. Sin embargo, siempre faltaba algo. Tal vez trabajé demasiado. Quiero
decir, eso es todo de lo que hablamos, eso es todo lo que teníamos en común. Ahora mira dónde
estoy.
"¿Qué pasa con la chica del metro?"
"¿Que hay de ella?"
"No sé. ¿Pensé que ibas a tratar de ponerte en contacto con ella?
"Sí. Tal vez. Es más fácil decirlo que hacerlo."
“Solo tienes que ponerte ahí fuera. Entra en las redes sociales”.
¿Encontraré a Grace allí? Iba y venía entre querer hacer todo lo posible para encontrarla y sentir
que era totalmente inútil. Estaría con alguien. Sería la esposa de alguien. Alguien mejor que yo.
Quería alejarme de todo recordándome que aún no tenía nada.
"Si te importa tanto, ¿por qué no has aprobado mi solicitud?" Yo pregunté.
Él frunció el ceño. Me di cuenta de lo profunda que era la línea entre sus cejas y se me ocurrió
que Scott y yo teníamos la misma edad. . . y él estaba recibiendo
viejo. “No me refiero a las sabanas reales, hombre. Huir no va a resolver tus problemas.
"¿Ahora eres mi psiquiatra?"
“No, soy tu amigo. ¿Recuerdas cuando pediste ese trabajo de escritorio?
Caminé hacia la puerta. “Solo considéralo. Por favor, Scott.
Justo antes de salir de la habitación, dijo: “Estás persiguiendo lo equivocado. No te
hará feliz”.
Tenía razón, y podía admitirlo, pero no en voz alta. Pensé que si podía ganar un
premio nuevamente, obtener algún reconocimiento por mi trabajo, llenaría el agujero
negro que me carcomía. Pero en el fondo, sabía que esa no era la solución.
Después del trabajo, me senté en un banco de autobús justo afuera del edificio de
National Geographic. Observé hordas de personas que intentaban llegar a casa,
corriendo por las aceras atestadas de Midtown. Me preguntaba si podía juzgar qué tan
sola estaba una persona en función de la prisa que tenía. Nadie que tenga a alguien
esperándolo en casa se sentaría en un banco de autobús después de una jornada
laboral de diez horas y observar a la gente. Siempre llevaba una vieja cámara Pentax de
mis días de universidad en mi bolsa de mensajero, pero no la había usado en años.
Lo saqué del estuche y comencé a hacer clic mientras la gente entraba y salía del
metro, mientras esperaban los autobuses, mientras llamaban a los taxis. Tenía la
esperanza de que a través de la lente volvería a verla, como lo había hecho años antes.
Su espíritu vibrante; la forma en que podía colorear una foto en blanco y negro solo con
su magnetismo. Había pensado en Grace a menudo a lo largo de los años.
Algo tan simple como un olor, como panqueques azucarados por la noche, o el sonido
de un violonchelo en Grand Central o Washington Square Park en un día cálido, podría
transportarme de regreso a ese año en la universidad. El año que pasé enamorándome
de ella.
Ya era difícil para mí ver la belleza de Nueva York. Por supuesto, gran parte de la
chusma y la arena se habían ido, al menos en el East Village; ahora estaba más limpio
y más verde, pero esa energía palpable que había sentido en la universidad también se
había ido. Para mí, de todos modos.
El tiempo pasa, la vida sigue, los lugares cambian, la gente cambia. Y aun así, no
podía quitarme a Grace de la cabeza después de verla en el metro. Quince
los años son demasiado largos para aferrarse a unos cuantos momentos emocionantes de la
universidad.
3. Cinco semanas después de que te vi
MATT
“Matt, te estoy hablando a ti”.
Miré hacia arriba para ver a Elizabeth mirando por encima de la partición del cubículo. "¿Eh?"
"Dije, ¿quieres almorzar con nosotros y pasar por las nuevas diapositivas?"
"¿Quiénes son 'nosotros'?"
Scott, Brad y yo.
"No."
“Mateo. . .” ella advirtió. "Tienes que estar allí."
"Estoy ocupado, Isabel". Estaba jugando al Sudoku impreso en la bolsa de papel marrón de la
tienda de delicatessen donde compro mis sándwiches de pavo. “Y, estoy comiendo. ¿No puedes
ver eso?
“Se supone que debes comer en la sala de descanso. Puedo oler esas cebollas al final del
pasillo.
"Eso es porque estás embarazada", murmuré en mi sándwich.
Ella resopló y luego se giró y caminó por el pasillo, murmurando algo para sí misma.
Scott subió a mi cubículo un minuto después. "Tenemos que repasar esas diapositivas, amigo".
“¿No puedo simplemente comer en paz? Por cierto, ¿revisaste mi solicitud?
Él sonrió. "¿Ya te pusiste en contacto con Subway Girl?"
“Tomé el metro a Brooklyn todos los días durante un mes y no la vi.
Lo intenté."
Era cierto, había estado buscando a Grace. Después del trabajo, iba a todos nuestros antiguos
lugares predilectos en East Village; Incluso pasé el rato frente a los dormitorios de la Universidad
de Nueva York donde habíamos vivido. Nada.
"Mmm." Se rascó la barbilla. “Con toda la tecnología disponible, seguro que la
encuentras. Tal vez escribió un anuncio de Conexiones Perdidas. ¿Miraste allí?
Dejo mi sándwich en la mesa. "¿Qué es un anuncio de 'conexiones perdidas'?"
Entró en mi cubículo. "Levántate, déjame sentarme allí". Me levanté de mi silla. Scott
se sentó para abrir Craigslist en mi computadora, navegando a la sección de Conexiones
Perdidas. “Es como cuando ves a alguien en público y tienes una conexión pero no sabes
cómo contactarlo. Puedes publicar sobre la experiencia aquí y esperar que la encuentren”.
"¿Por qué no les pides su número cuando los ves?"
“Es una de esas cosas de la nueva ola de hombres sensibles. Por ejemplo, si no
tienes las pelotas para acercarte a alguien pero tal vez hay una atracción, puedes publicar
aquí. Si ellos también lo sintieran, podrían verlo y responder a su publicación. Sin daño,
sin falta. Escribes dónde sucedió y qué llevabas puesto y todo eso para que la otra
persona sepa que eres tú”.
Estaba entrecerrando los ojos a la pantalla, pensando que era una idea estúpida. “Sí,
pero en realidad solía conocer a Grace. Podría haber dicho hola si hubiera tenido más de
un segundo antes de que el tren se alejara.
Giró la silla para mirarme. Mira, no la vas a encontrar en el metro. Las probabilidades
están en su contra. ¿Tal vez ella escribió uno de estos?
"Veré. Aunque, estoy bastante seguro de que si ella quisiera encontrarme, tendría que
ningún problema. Mi nombre no ha cambiado y sigo trabajando en el mismo lugar”.
"Nunca sabes. Solo léelos”.
Pasé toda la tarde leyendo mensajes como, te vi en el parque, llevabas una chaqueta
azul claro. Seguíamos robándonos miradas el uno al otro. Si te gusto, llámame. O,
¿Adónde fuiste esa noche en SaGalls? Estabas hablando de un martini con gotas de
cereza y luego te fuiste. Pensé que te gustaba. ¿Qué pasa? Y elohtancomún, quiero
hacerte cosas desagradables. Pensé que lo sabías cuando lo estabas tirando como si
estuviera caliente y moliendo en mi pierna en ClubForty. Dame un zumbido.
Grace no estaba allí, y estaba relativamente seguro de que no se podía encontrar a
nadie menor de treinta años en la sección de Contactos Perdidos. Y luego leí una
publicación llamada “Un poema para Margaret”.
Una vez hubo un tú y yo
éramos amantes
éramos amigos
Antes de que la vida
cambiara Antes de que fuéramos
extraños ¿Todavía piensas en mí?
José
No podía imaginarme a veinteañeros llamados Joe y Margaret que hablaran
del pasado de esa manera. De una manera espeluznante, transmitía exactamente
lo que sentía por Grace, y me pregunté por un momento si era ella. Llamé al
número y contestó un hombre.
“Hola, ¿es Joe?” Yo pregunté.
“Nop, es la tercera vez que alguien llama hoy preguntando eso. José
Seguro que es un tipo popular, pero no vive aquí.
"Gracias."
Colgué. De repente, la habitación se oscureció, con la excepción de un juego
de luces fluorescentes sobre mi cabeza y la lámpara de escritorio en mi cubículo.
Desde el pasillo, Scott gritó: “¡Te lo dejaré encendido, Matt! Hazlo."
Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Tal vez Grace encontraría el correo,
tal vez no. De cualquier manera, tenía que escribirlo, aunque solo fuera por mi
propia tranquilidad.
Al agapornis de ojos verdes:
Nos conocimos hace quince años, casi hasta el día en que trasladé mis cosas al dormitorio de la Universidad de Nueva York
junto al tuyo en Senior House.
Nos llamaste rápido amigos. Me gusta pensar que fue más.
Vivíamos de nada más que la emoción de encontrarnos a nosotros mismos a través de la música (estabas
obsesionado con Jeff Buckley), la fotografía (no podía dejar de tomarte fotos), pasar el rato en Washington Square
Park y todas las cosas raras que hicimos para hacer dinero. Aprendí más sobre mí ese año que cualquier otro.
Sin embargo, de alguna manera, todo se vino abajo. Perdimos el contacto el verano después de la graduación,
cuando fui a Sudamérica a trabajar para National Geographic. Cuando volví, te habías ido. Una parte de mí
. .
todavía se pregunta si te presioné demasiado después de la boda.
No te volví a ver hasta hace un mes. Era un miércoles. Estabas balanceándote sobre tus talones,
balanceándote en esa gruesa línea amarilla que corre a lo largo de la plataforma del metro, esperando
el tren F. No supe que eras tú hasta que fue demasiado tarde, y luego te fuiste. De nuevo. Dijiste mi
nombre; Lo vi en tus labios. Traté de hacer que el tren se detuviera, solo para poder saludar.
Después de verte, todos los sentimientos y recuerdos juveniles volvieron a mí, y ahora he pasado la mayor
parte del mes preguntándome cómo es tu vida. Puede que esté totalmente loco, pero ¿te gustaría tomar
una copa conmigo y ponerte al día sobre la última década y media?
M (212)5553004
SEGUNDO MOVIMIENTO:
HACE QUINCE AÑOS
4. Cuando te conocí
MATE
Fue un sábado cuando nos reunimos en Senior House. Ella estaba leyendo una revista en el salón
mientras yo luchaba por el pasillo con mi escritorio de madera de diecinueve años. Era la única pieza
de casa que mi madre había enviado desde California, aparte de una sola caja, mi equipo de cámara
y una bolsa de lona con ropa.
Cuando ella miró en mi dirección, me congelé torpemente, esperando que mirara
pasó junto a mí mientras balanceaba el escritorio con poca delicadeza.
No hay tal suerte.
En cambio, me miró directamente a los ojos, inclinó la cabeza hacia un lado y entrecerró los ojos.
Parecía como si estuviera tratando de recordar mi nombre. Nunca nos habíamos conocido, de eso
estaba seguro. Nadie podría olvidar un rostro como el suyo.
Me quedé quieto, paralizado, mientras la observaba. Tenía grandes ojos verdes incandescentes,
encendidos con una energía que exigía atención. Su boca se movía y yo la miraba fijamente, pero no
podía oír ni una palabra de lo que decía; todo lo que podía pensar era en lo singularmente hermosa
que era. Las cejas que enmarcaban sus grandes ojos almendrados eran más oscuras que su cabello
rubio casi blanco, y su piel parecía tener un sabor dulce en la lengua.
Oh, Dios mío, ¿estoy pensando en cómo sabe la piel de esta chica?
"¿Bueller?"
"¿Eh?" Parpadeé.
“¿Te pregunté si podía echarte una mano?” Ella sonrió, lastimosamente, y luego
señaló el escritorio que tenía balanceado sobre mi rodilla.
“Claro, sí. Gracias."
Sin dudarlo, arrojó a un lado su revista, agarró un extremo de
el escritorio, y comencé a caminar hacia atrás mientras luchaba por mantener el ritmo.
"Soy Grace, por cierto".
"Encantado de conocerte", le dije, sin aliento. El nombre le sentaba bien.
"¿Tienes un nombre?"
“Uno más”, dije, gesticulando con un asentimiento.
“¿Tu nombre es Uno Más? Eso es un poco desafortunado, pero hace
Me pregunto cómo se les ocurrió a tus padres. Ella sonrió.
Solté una risa nerviosa. Era asombrosamente hermosa, pero también era
tipo de tonto "Quiero decir, estamos a una habitación de distancia".
“Lo sé, tonto. Todavía estoy esperando ese nombre”.
"Mate."
“So Matty One More”, dijo después de detenerse frente a mi habitación.
"¿Cuál es tu especialidad?"
"Fotografía."
"Ah, ¿así que debo reconocerte de Tisch?"
"No. Este es mi primer año”.
Parecía desconcertada. Le recordé a alguien. Esperaba que fuera alguien que le gustara.
Después de dejar el escritorio, pasé junto a ella para abrir la puerta. Con la cabeza baja, le hablé
a mis Vans. "Sí, me transfirieron de la USC".
"¿En realidad? Nunca he estado en California. No puedo creer que dejaras la USC para
ven y ve a los barrios marginales de Geezer House”.
“No era mi escena”. Me di la vuelta y me apoyé contra la puerta antes de abrirla. Nuestros
ojos se encontraron durante unos segundos demasiado largos, y ambos miramos hacia otro lado.
“Tuve que salir de California por un tiempo”. Estaba nervioso al hablar, pero no quería que se
fuera. "¿Quieres entrar y pasar el rato mientras deshago mis cosas?"
"Seguro."
Abrió la puerta con una pila de libros y luego me ayudó mientras llevaba el escritorio adentro
para colocarlo en la esquina. Saltó sobre él y se sentó, con las piernas cruzadas, como si fuera
a meditar o levitar. Miré alrededor de mi habitación de nuevo por segunda vez ese día. Venía
completo con los muebles estándar del dormitorio: una cama gemela extralarga de metal, un
escritorio que podía usar para mi equipo de cámara, un viejo estéreo en el piso que la última
persona había dejado atrás y una estantería vacía. La caja grande que tenía
traje contenía algunos de mis discos, libros, CD y fotos favoritos.
Mi mejor trabajo de la USC fue enmarañado dentro de una cartera de cuero. Grace
lo agarró de inmediato y comenzó a hojear las páginas. Había dos ventanas largas y
estrechas que bañaban la habitación con la luz del sol, iluminando perfectamente el
rostro de Grace. Era como si la luz viniera de ella.
“Wow, este es increíble. ¿Esta es tu novia?" Levantó una foto de una hermosa
chica con ojos diabólicos, la curva de su cuerpo desnudo expuesta.
“No, ella no era mi novia. Sólo un amigo." Esto era cierto, pero también era cierto
que ella había dicho ¿quieres follarme? justo antes de tomar la foto mientras mi
amiga y su novio nos miraban en silencio. Como dije, USC no era mi escena.
"Oh", dijo en voz baja. "Bueno, es una gran foto".
"Gracias. La luz aquí es fantástica. ¿Tal vez pueda tomar un par de ustedes?
Vi su cuello moverse mientras tragaba. Sus ojos se abrieron y me di cuenta de
que pensaba que quería fotografiarla desnuda. "Um, con la ropa puesta, por supuesto".
Su expresión se iluminó. "Claro, me encantaría". Siguió mirando la fotografía.
“Pero creo que podría modelar para ti como esta chica, si se hace así”. Volvió sus
ojos verdes hacia mí. “Tal vez algún día, después de que nos hayamos conocido por
un tiempo. Ya sabes, ¿por el bien del arte?
Ella sonrió.
Traté de no imaginarla desnuda. "Sí, por el bien del arte". Y una obra de arte que
era. Llevaba una camisa de vestir blanca de hombre, con las mangas arremangadas
hasta el codo y los dos botones superiores abiertos. Sus uñas rosadas me llamaron
la atención antes de que mi mirada se moviera hacia la piel que asomaba por un
agujero en la rodilla de sus jeans. Observé mientras empezaba a trenzar su largo
cabello rubio sobre su hombro. No podía quitarle los ojos de encima y ella se dio
cuenta, pero en lugar de decir algo grosero, solo sonrió.
"Entonces, ¿por qué lo llamaste Geezer House?" pregunté mientras me giraba para desempacar
la caja grande. Necesitaba distraerme para dejar de mirarla.
“Porque es jodidamente aburrido aquí. En serio, llevo aquí una semana y ya
siento que se me está muriendo el alma”.
Me reí del dramatismo. "Tan malo, ¿eh?"
“No he tocado el violonchelo ni una sola vez desde que me mudé; Me temo que la gente se
quejará. Ah, por cierto, tendrás que avisarme si mi forma de tocar se vuelve demasiado alta para ti.
Solo golpea la pared o algo así.
"¿Qué quieres decir?"
Estoy en la habitación de al lado. Las salas de práctica están demasiado lejos, así que
Probablemente terminaré practicando mucho en mi habitación. Soy un estudiante de música.”
"Eso es realmente genial. Me encantaría oírte tocar alguna vez”. no pude
Creo que estaba en la habitación contigua a la mía.
"En cualquier momento. Por lo tanto, no muchas personas eligen la vida en el dormitorio en su último año.
¿Cuál es tu excusa?"
“No podía permitirse nada más”. Noté que llevaba una insignia con símbolos griegos. "¿Qué pasa
contigo? ¿Cómo es que no vives en la casa de la hermandad?
Señaló la insignia sobre su pecho. "¿Oh esto? Es falso. Bueno, no es falso; Lo robé. Vivo aquí
porque soy demasiado pobre para vivir en otro lado. Mis padres no tienen dinero para contribuir con la
matrícula y es difícil para mí mantener un trabajo ya que tengo que practicar mucho. Lo uso para
conseguir comidas gratis en el comedor de la calle Catorce. Levantó el puño y golpeó el aire. “Pi Beta
Phi, macarrones con queso de por vida!”
Ella era adorable. "No puedo imaginar que este lugar sea demasiado aburrido contigo aquí".
"Gracias." Levanté la vista para atraparla sonrojada. “Realmente no tengo mucho espíritu escolar,
pero mis amigos de la música vendrán y animarán las cosas para nosotros una vez que comiencen las
clases y todos estén de vuelta en la ciudad. Viví con un montón de gente en un apartamento de mierda
durante el verano y me acostumbré a tener muchos amigos alrededor. Ha estado muy tranquilo aquí.
Hasta ahora, la mayoría de los residentes se mantienen solos”.
"¿Por qué no te fuiste a casa durante el verano?"
"Sin espacio. La casa de mis padres es pequeña y tengo tres hermanas menores y un hermano.
Todos ellos todavía viven en casa”. Saltó del escritorio y se movió al otro lado de la habitación para
revisar los artículos que había desempacado y apilado en el piso. "¡Callarse la boca!" Levantó Grace
de Jeff Buckley. “Él es prácticamente la razón por la que vine a NYU”.
“Es un genio. ¿Lo has visto jugar? Yo pregunté.
Aunque me muero por hacerlo. Supongo que ahora vive en Memphis. Me mudé a
Nueva York desde Arizona y luego pasé mis primeros tres meses aquí buscándolo en East
Village. Soy una groupie total. Alguien me dijo que se fue de Nueva York hace mucho
tiempo. Todavía escucho a Grace todos los días.
Es como mi biblia de la música. Me gusta fingir que le puso mi nombre al álbum”.
Ella se rió. "¿Sabes que? Te pareces un poco a él.
"¿En realidad?"
“Sí, tienes mejor cabello, pero ambos tienen esos ojos oscuros y hundidos.
Y ambos lucen bastante bien una mandíbula desaliñada.
Rocé mis nudillos sobre mi barbilla y sentí un tinte de inseguridad. "Necesito afeitarme."
"No, me gusta. Se ve bien en ti. Tienes esa constitución delgada también, pero creo
que eres un poco más alto que él. ¿Cuánto mide?"
Seis uno.
Ella asintió. "Sí, creo que es mucho más bajo".
Me senté en mi cama y me recosté, poniendo mis manos detrás de mi cabeza,
mirándola divertido. Levantó A Portable Beat Reader.
"Guau. Seguro que somos almas gemelas. Por favor, dime que encontraré algo de
Vonnegut aquí.
“Definitivamente encontrarás algo de Vonnegut. Pásame ese CD de allí y
Me lo pondré —dije, haciendo un gesto hacia Ten de Pearl Jam.
“Debería ir a practicar en un minuto, pero ¿puedes tocar 'Release'? Ese es mi
favorito de este álbum”.
"Claro, mientras pueda fotografiarte".
"Bueno." Ella se encogió de hombros. "¿Qué tengo que hacer?"
“Haz lo que te parezca natural”.
Metí el CD en el estéreo, tomé mi cámara y comencé a tomar fotografías. Se movía
por la habitación al ritmo de la música, girando y cantando.
En un momento, se detuvo y miró sombríamente a la lente. "¿Me veo cojo?"
“No”, dije mientras continuaba presionando el obturador. "Estás preciosa."
Ella me dedicó una tímida sonrisa y luego su diminuto cuerpo cayó al suelo de madera,
en cuclillas como un niño. Ella se agachó y recogió un
botón. Seguí tomando foto tras foto.
“Alguien perdió un botón”. Su voz era cantarina.
Levantó la vista del suelo, directamente a la lente, y entrecerró los ojos, sus penetrantes
ojos verdes brillando. Presioné el obturador.
Se puso de pie, extendió la mano y me entregó el botón. "Aquí tienes."
Haciendo una pausa, miró hacia el techo. “Dios, me encanta esta canción. Me siento
inspirado ahora. Gracias, Matt. Mejor corro. Fue muy agradable conocerte.
¿Quizás podamos salir de nuevo?
"Sí. I te veré por ahí."
“Seré difícil de perder. Estoy justo al lado, ¿recuerdas?
Saltó por la puerta y luego, un momento después, justo cuando Eddie Vedder cantaba
la letra final, escuché las profundas notas de un violonchelo a través de las delgadas
paredes del dormitorio. Ella estaba tocando "Release". Moví mi cama al otro lado de la
habitación para que descansara contra la pared que Grace y yo compartíamos.
Me quedé dormido con el sonido de su práctica hasta altas horas de la noche.
MI PRIMERA MAÑANA en Senior House consistió en comer una barra de granola rancia
y reorganizar tres muebles hasta que me sentí feliz con el pequeño espacio al que llamaría
hogar durante el próximo año. En una pasada, descubrí una nota Postit pegada en el
fondo del cajón vacío del escritorio que había traído de casa. Decía: No olvides llamar a
tu mamá con la letra de mi madre. No me dejaría olvidar, y eso me encantaba de ella.
Encontré el teléfono público en el primer piso. Una chica con sudaderas y ropa oscura.
gafas de sol se sentó en la esquina, sosteniendo el auricular del teléfono en su oído.
“No puedo vivir sin ti, Bobbie”, gritó, secándose las lágrimas de las mejillas. Sollozó y
luego señaló una caja de pañuelos. "¡Eh, tú! ¿Me das eso?
Tomé la caja de pañuelos de la mesa auxiliar cerca de un sofá gastado que
olía levemente a Doritos y se lo entregó. "¿Vas a tardar mucho?"
"¿En serio?" Se llevó las gafas a la punta de la nariz y me miró por encima.
"Tengo que llamar a mi mamá". Sueno patético. Más patético que esta chica.
“Bobbie, tengo que irme, un tipo tiene que llamar a su mami. Te llamo en quince minutos,
¿de acuerdo? Sí, un tipo. Me miró de arriba abajo. Lleva una camiseta de Radiohead. Sí,
patillas. . . flaco."
Levanté las manos como diciendo: ¿Cuál es tu problema?
“Está bien, Bobbie, quédate contigo, adiós. No, tú cuelgas. . . no, tu primero."
“Vamos,” susurré.
Se puso de pie y colgó el teléfono. "Es todo tuyo."
“Gracias,” dije. Ella puso los ojos en blanco. "Wuv you", la llamé mientras se alejaba.
Saqué mi tarjeta telefónica de mi billetera y marqué el número de mi madre. "Hola."
"Hola mamá."
“Matthias, ¿cómo estás, cariño?”
"Bien. Me acabo de instalar.
"¿Has llamado a tu papá?"
Hice una mueca. Me había transferido a NYU para poner a todo un país entre la decepción
de mi padre y yo. Incluso después de haber ganado premios de fotografía en la universidad,
todavía creía que no tenía futuro en ello.
"No, solo tú hasta ahora".
"Qué suerte tengo", dijo con seriedad. “¿Cómo están los dormitorios? ¿Ya has visto el
laboratorio fotográfico? Mi mamá fue la única que me apoyó. Le encantaba ser el tema de
mis fotos. Cuando era joven, ella me regaló la vieja cámara CiroFlex de su padre, lo que
inició mi obsesión. A las diez, estaba tomando fotos de todo y de todos los que podía.
“Los dormitorios están bien y el laboratorio es genial”.
"¿Has hecho amigos?"
"Una mujer. Gracia."
“Ahhh. . .”
“No, no es así, mamá. Sólo somos amigos. La conocí y hablé con ella un minuto ayer”.
Wuvtu chica estaba de vuelta. Se sentó en el sofá, se inclinó dramáticamente sobre el
brazo y me miró fijamente, boca abajo. Su extraño rostro al revés me inquietó.
"¿Le gustan las artes, como tú?"
“Sí, música. Ella era agradable. Amigable."
"Eso es maravilloso." Podía escuchar los platos tintineando alrededor. Pensé
ociosamente que mi mamá no tendría que lavar los platos si todavía estuviera casada con
mi papá. Mi padre era un exitoso abogado de entretenimiento, mientras que mi madre
enseñaba arte en una escuela privada por un salario exiguo. Se divorciaron cuando yo
tenía catorce años. Mi papá se volvió a casar de inmediato, pero mi mamá permaneció soltera.
Al crecer, elegí vivir con mi papá y mi madrastra, a pesar de que el pequeño bungalow de
mi mamá en Pasadena siempre se sintió más como mi hogar. Había más espacio en casa
de mi papá para mi hermano mayor y para mí.
"Bueno, eso es bonito. ¿Te dijo Alexander que le pidió a Mónica que se casara con él?
"¿En realidad? ¿Cuando?"
“Unos días antes de que te fueras. Pensé que ya lo habrías escuchado.
Mi hermano y yo no hablábamos, especialmente sobre Mónica, quien alguna vez fue
mi novia. Estaba siguiendo los pasos de mi padre y estaba a punto de aprobar el examen
de grado en California. Pensó que yo era un perdedor.
“Bien por él”, dije.
"Sí, son muy adecuados el uno para el otro". Hubo algunos latidos de
silencio. Encontrarás a alguien, Matt.
Me reí. "Mamá, ¿quién dijo que estaba mirando?"
“Solo aléjate de la escena del bar”.
“Fui a más bares antes de los veintiún años que ahora”. Wuvtú
la chica puso los ojos en mí. "Me tengo que ir, mamá".
"De acuerdo, cariño. Llámame de nuevo pronto. Quiero saber más sobre Grace”.
"Bueno. ¿Qué tal, mamá? Le guiñé un ojo a la chica mientras me miraba a un pie de
distancia.
"¿Qué, tú también?" Ella rió.
5. Eras como una luz
MATE
Maté el tiempo reorganizando mi carpeta. En algún momento supe que tendría que
salir y hacer amigos, pero por el momento esperaba atrapar a una persona en
particular, ya sea al entrar o al salir. No estoy seguro de cuán obvio estaba siendo al
dejar la puerta entreabierta, pero no me importó, especialmente cuando finalmente
escuché la voz de Grace desde el pasillo.
"TOC Toc." Me levanté para ponerme una camisa, pero ella abrió la puerta con el
dedo índice antes de que tuviera tiempo.
"Oh, lo siento", dijo ella.
"No hay problema." Abrí la puerta del todo y sonreí. "Hola, vecino".
Se apoyó contra el marco de la puerta mientras sus ojos se apartaban de mi rostro
y viajaban por mi pecho, hasta donde mis jeans colgaban debajo de mis bóxers, y
luego más abajo hasta mis botas negras.
"Me gusta tu . . . botas." Volvió a mirarme a los ojos. Su boca estaba abierta muy
levemente.
"Gracias. ¿Quieres entrar?
Ella sacudió su cabeza. “No, en realidad vine a ver si querías almorzar. Es gratis”,
dijo rápidamente, y antes de que tuviera tiempo de responder, agregó: “De hecho, te
pagarán”.
"¿Qué es este lugar de almuerzo de pago gratuito del que hablas?" Arqueé una
ceja hacia ella.
Ella rió. “Solo tienes que confiar en mí. Vamos, toma una camisa. Vamos."
Me pasé una mano por el pelo, que en ese momento estaba despeinado en todas
direcciones. Sus ojos se posaron en mi pecho y brazos de nuevo. Fue difícil para mí
apartar la mirada de su rostro en forma de corazón, pero miré hacia abajo para verla
manos jugueteando a sus costados. Llevaba un vestido negro con flores, medias y botines
negros. Se balanceó sobre sus talones un par de veces. Me recordó a un colibrí, una de esas
personas que siempre se están moviendo, siempre inquietas.
“Dame un segundo”, dije. "Necesito un cinturón". Rebusqué entre mis pertenencias en el
suelo pero no pude encontrar ninguna. Mis jeans prácticamente colgaban en ese punto.
Grace se dejó caer en mi cama y me miró. "¿Sin cinturón?"
"No puedo encontrarlo".
Se levantó de un salto y fue hacia una pila de mis zapatos cerca del armario. Sacó los
cordones de una de mis Converse e hizo lo mismo con una de mis Vans y anudó los extremos.
"Esto debería funcionar".
Tomé el cinturón de cordones y lo pasé por los bucles.
"Gracias."
"Ningún problema."
Cuando me puse mi remera negra de los Ramones, ella sonrió apreciativamente.
"Me gusta. ¿Listo?"
“Vamos a darle, G.”
Bajamos corriendo los tres tramos de escaleras y Grace abrió las puertas de cristal del
edificio. Caminando frente a mí, abrió los brazos y miró hacia el cielo. "¡Qué gran día de
mierda!" Se dio la vuelta y tomó mi mano. "¡Vamos, es por aquí!"
"¿Deberia estar preocupado? ¿Que tan lejos está?"
“Son unas seis cuadras. Y no, no deberías preocuparte. Te vas a sentir bien con esto. Tu
corazón se sentirá bien, tu billetera se sentirá bien y tu barriga se sentirá bien”.
No conocía a nadie mayor de doce años que todavía usara la palabra "barriga". Caminamos,
hombro con hombro, absorbiendo el calor que irradiaba el cemento. “Te escuché tocar anoche,”
le dije.
Ella me miró nerviosa. "¿Fui demasiado ruidoso?"
"De nada."
“Mi amiga Tati vino y practicó conmigo. Ella toca el violín. Espero que no te haya mantenido
despierto.
“Me gustó mucho, Grace,” dije, seriamente. "¿Cómo aprendiste a tocar?"
"Yo me enseñe. Mi mamá me compró un violonchelo en una venta de garaje cuando tenía
nueve años. No teníamos mucho dinero, como estoy seguro de que ya te habrás dado cuenta.
No hay trastes en un violonchelo, por lo que requiere mucho entrenamiento auditivo. Solo escuché
un montón de discos y traté de recrear los sonidos. Conseguí una guitarra después de eso y luego
un piano cuando tenía doce años. En la escuela secundaria, mi profesor de música me escribió
una loca carta de recomendación. Así es como llegué aquí. Sin embargo, tuve problemas el año
pasado y no estaba seguro de quedarme”.
"¿Por qué?"
“No tuve un entrenamiento formal fuera de la orquesta de mi escuela secundaria, y este lugar
es muy competitivo. Principalmente estoy tratando de ser lo suficientemente bueno como para ser
un músico de estudio”.
“¿Qué tipo de música te gusta tocar?”
“Me gusta jugar de todo. Me gusta mucho el rock and roll, pero también me gusta la música
clásica. Aunque es un gran dolor cargarlo, me encanta el violonchelo. Me encanta cómo su textura
puede ser grumosa o suave. Cuando toco las cuerdas sin arco, me recuerda a las rocas que
saltan, y no puedo evitar imaginar esos pequeños guijarros planos contra el agua tranquila”. Me
detuve. Caminó unos metros por delante de mí y luego se dio la vuelta. "¿Qué pasa?"
“Esa fue una manera realmente hermosa de decirlo, Grace. Nunca había pensado en la música
de esa manera”.
Ella suspiró. “Ojalá la pasión fuera suficiente”.
“No hay bien o mal en el arte. Mi mamá siempre decía eso”.
Detecté un leve asentimiento y luego ella hizo un gesto hacia la calle. Vamos, tenemos que
cruzar.
Estaba completamente perdido en Nueva York y no había logrado orientarme, ni siquiera había
descubierto cómo usar el metro, por lo que tener a Grace allí disminuyó la aterradora novedad de
la gran ciudad.
"¿Así que tienes un novio?"
Siguió mirando hacia adelante, pero no perdió el ritmo. "No, no tengo citas".
"¿Solo sexo casual?" sonreí
Ella se sonrojó. “Una dama nunca cuenta. ¿Qué pasa contigo?"
“Tuve novia durante un par de años justo después de la secundaria, pero nada serio desde
entonces. Ahora está comprometida con mi hermano, por lo que mi historial es bastante
impresionante”.
"¿Estás bromeando?"
"No."
“¿No es raro? Quiero decir, ¿qué pasó?
“Ella me dejó la semana que declaré mi especialidad. Mi papá también. Dije la última parte
en voz baja.
“¿Tenían una buena relación?”
“El papá de Mónica y mi papá son socios en el mismo bufete de abogados. Estábamos
algo arreglados. Al principio me gustaba, pero nunca pensé realmente en un futuro con ella.
Quería que me dedicara a la abogacía pero no era lo mío. Teníamos intereses diferentes. Fue
lo mejor. Rompimos y luego, dos semanas después, ella estaba saliendo con mi hermano.
Nunca hablé con él sobre eso. Hay un montón de cosas idiotas que podría haber dicho, pero
no quería rebajarme a su nivel. Él puede tenerla.
"¿Estabas desconsolado?"
"De nada. Supongo que eso es bastante revelador. La parte más difícil para mí es no
reírme de toda la estupidez cuando estoy cerca de ellos. Esa es otra razón por la que tuve
que irme de Los Ángeles. Mi hermano se acaba de graduar de la facultad de derecho y le
gusta restregármelo en la cara. Me cuesta todo no recordarle que tendrá que vivir el resto de
su vida sabiendo que me he follado a su esposa”.
"Oh." Grace pareció sorprendida por un momento y sus mejillas se sonrojaron. No estaba
seguro si la ofendí.
Caminamos en silencio mientras me reprendía por ser tan directo hasta que Grace
señaló un cartel. "Aquí estamos."
"¿Vamos a almorzar en el Centro de Plasma de Nueva York?"
"Sí. Así que aquí está el trato. Por primera vez solo puedes hacer plasma.
Asegúrese de comer tantos pretzels y barras de granola gratuitos como pueda y beber la
mayor cantidad de jugo también. Entonces puedes pasar el rato conmigo mientras me extraen
las plaquetas.
"Esperar . . . ¿eh?"
“Sí, lleva como una hora hacer las plaquetas, lo que realmente nos da
hora de festejar. Entonces obtendrás veinticinco dólares y yo recibiré cincuenta.
Traté de procesar lo que acababa de decirme, pero cuando empezó a reírse, no pude
evitar reírme también.
"Crees que estoy loco, ¿eh?"
“No, creo que es una gran idea. Eres un genio."
Ella me dio un codazo juguetonamente. "Nos llevaremos bien".
Una vez que estuvimos dentro del banco de sangre, todos detrás del mostrador
reconoció a Grace y sonrió o nos saludó con la mano mientras hacíamos fila.
"¿Vienes mucho aquí?"
“Esa es una frase muy antigua, Matt. Creo que necesitas material nuevo”.
"Realmente me gustan las chicas con plaquetas grandes".
"Mucho mejor. Ahora tienes mi atención. Estás de suerte, porque yo soy
realmente me gustan los chicos llamados Matthew”.
"Es Matthias, en realidad".
"¿Nada de mierda?" Ella ladeó la cabeza hacia un lado. “Nunca había escuchado ese
nombre antes. ¿Es bíblico?
"Sí. Significa como Dios.
"Detener."
"No, en serio. Significa un apéndice parecido a Dios”. Le tomó un segundo comprender lo que
estaba diciendo. Traté de no sonreír.
Su boca se abrió en una O perfecta. . .” Sacudió la cabeza y luego
tomó mi mano y me llevó hacia el mostrador.
"¿Qué? ¿Qué soy yo?"
"¡Desvergonzado!" Volvió su atención a la recepcionista. "Hola Jane.
Este es mi amigo, Matthias. Tiene una sangre excelente y le gustaría venderte un poco.
"Usted vino al lugar correcto." Recogió algunos formularios de debajo del mostrador. "¿Cuál es
tu apellido otra vez, Grace?" dijo mientras hojeaba un archivo.
"Estrella".
“Así es, ¿cómo podría olvidarlo? ¿Y solo estás dando plasma hoy, Matthias?
"Sí. Y es Matthias William Shore, si necesita mi nombre completo.
Grace me miró de reojo. “Bueno, Matthias William Shore, soy Graceland Marie Starr. Encantado
de conocerte. Extendió su mano para estrechar la mía.
Besé la parte de atrás. "El placer es todo mío. Graceland, ¿verdad?
Ella se sonrojó. “Mis padres son fanáticos de Elvis”.
“Precioso nombre para una encantadora dama.”
La mujer detrás del mostrador puso fin abruptamente a nuestra cortesana
intercambio. —¿Solo sangre, Grace, o también plaquetas?
“Hoy venderé mis enormes y exuberantes plaquetas”. Se inclinó y me susurró al oído.
"¿Estás encendido?"
Me reí. Podía ser descarada, pero eso no ocultaba su lado dulce y tímido.
Algo en ella me hizo querer conocerla de todas las formas posibles.
Después de llenar los formularios y hacer los análisis de sangre, nos llevaron a una sala
grande donde había otras diez personas a las que se les extraía sangre. Nos acostamos uno
frente al otro en camas inclinadas. Grace me miró con una sonrisa mientras insertaban una
línea en mi brazo. La conectaron a una máquina que extraía la sangre de un brazo, extraía las
plaquetas y luego devolvía el plasma al otro. Masticé los pretzels y esperé mientras mi sangre
goteaba en la bolsa de plástico. Sostuvo su jugo en el aire y dijo: “Salud”.
Empecé a sentirme mareado, casi borracho. La nada negra comenzó a llenar mi visión
desde los lados. "La mejor cita de mi vida", dije mareado, sosteniendo mi caja de jugo hacia
ella.
Ella sonrió, pero había compasión en sus ojos. "¿Quién dijo algo sobre una cita?" Le di un
encogimiento de hombros letárgico. "Vamos a hacer un trato. Si superas esto sin desmayarte,
dejaré que me lleves a una cita de verdad —dijo, antes de que todo se volviera negro.
Las sales aromáticas funcionan, aparentemente. Mis ojos se abrieron para encontrar a
una enfermera que se parecía a Julia Roberts alrededor de Mystic Pizza inclinada sobre mí.
Sus pobladas cejas se juntaron y su gran cabello rebotó mientras hablaba. "¿Estás bien,
cariño?"
Asenti. "Creo que sí. ¿Por qué estás boca abajo?
Ella sonrió. “La cama se puede voltear para que, si te desmayas, podamos
tus pies elevados sobre tu corazón.”
Estaba totalmente fuera de sí. "Gracias bebé. Me salvaste."
"No hay problema, bebé." Ella se rió.
Miré al otro lado de la habitación a Grace, que parecía apática.
"¿Estás bien?" preguntó en voz baja. Asenti.
Después de que me quitaron la aguja y me llenaron de bocadillos azucarados, la
enfermera me ayudó a ponerme de pie. “Puedes quedarte todo el tiempo que
necesites”, me aseguró.
"Estoy bien. Me voy a sentar con mi amigo allá”.
Me acerqué a Grace, que empezaba a verse pálida y cansada.
Sentada en la silla junto a su cama, noté que la piel de gallina cubría sus brazos y
piernas. El vestido se le subía por los muslos mientras se dejaba caer contra el
reposacabezas. Ella notó mi mirada y discretamente se bajó el dobladillo de su vestido.
"Oye", dije mientras miraba por encima de ella y estudiaba la máquina de
molinetes y tubos. Parecía un artilugio de Willy Wonka.
"Oye tú mismo", dijo en voz baja.
"¿Estás bien?"
"Sí, solo estoy cansada y con frío". Dejó que sus ojos se cerraran. Me puse de pie
y froté mis manos arriba y abajo de sus brazos.
Con los ojos apenas abiertos, me lanzó una pequeña sonrisa y susurró: "Gracias,
Matt".
Cuando la enfermera pasó, rápidamente capté su atención. “Disculpe, enfermera.
Se está congelando y parece un poco fuera de sí”.
"Eso es normal. Le traeré una manta”, dijo, señalando una silla cercana.
Corrí y lo agarré antes de que la enfermera tuviera tiempo de darse la vuelta. Cubrí
a Grace hasta el cuello y luego metí la manta a los costados para que estuviera
completamente protegida.
“Perfecto”, dije. “Un burrito de gracia”.
Ella se rió en silencio y luego cerró los ojos.
Volví a sentarme en la silla y observé a mi nuevo amigo. No usaba mucho
maquillaje, si es que lo usaba. Sus pestañas eran largas, su piel impecable y olía a
lilas y talco de bebé. En el poco tiempo que la conocía, me di cuenta de que, a pesar
de lo inteligente que parecía sobre el mundo que la rodeaba, había una fragilidad
conmovedora en ella, una inocencia infantil que había detectado de inmediato. Llegó
a través de sus ojos y gestos tímidos.
Mirando alrededor de la habitación, me di cuenta de algunas personas que parecían
vagabundos y un hombre sucio, obviamente muy ebrio en la esquina haciendo un escándalo
por el hecho de que no quedaban más galletas Oreo en la canasta de bocadillos.
Descansando mi cabeza hacia atrás, dejé que mis propios ojos se cerraran, luego me
sumergí en un sueño ligero, escuchando el sonido de la máquina encima de mí extrayendo las
plaquetas de Grace y luego bombeando la sangre de regreso a su cuerpo. Me pregunté cuántas
veces había hecho esto por cincuenta dólares.
No sé cuánto tiempo pasó cuando sentí una mano delicada en mi hombro. “Matty, vamos,
vamos”. Abrí los ojos y miré hacia arriba para encontrar a Grace, con las mejillas sonrosadas y
una sonrisa de oreja a oreja. Me dio veinticinco dólares. "Dulce, ¿eh?" Parecía volver a la
normalidad y totalmente equilibrada, con su pequeño bolso colgado de su cuerpo. "¿Necesito
una mano?" Ella se acercó a mí.
"No." Salté de la silla. “Me siento como un millón de dólares”.
Pareces tener unos veinticinco años menos que un millón.
Un mechón de cabello se había caído de su lazo para el cabello. Alcancé a meterlo detrás
su oído, pero ella se estremeció. “Yo solo iba a. . .”
"Oh, lo siento." Ella se inclinó, así que me agaché de nuevo, y esta vez ella
déjame acomodar su cabello hacia atrás.
"Hueles bien", le dije. Estaba a escasos centímetros de mi cara, mirándome. Sus ojos se
centraron en mis labios. Los lamí y luego me incliné una pulgada más cerca.
Ella miró hacia otro lado. "¿Listo?"
No me sentí rechazado. En cambio, su reserva despertó mi interés aún más. Estaba curioso.
“Parece que había muchos drogadictos ahí”, dije, una vez que estuvimos afuera. "¿Crees
que usan esa sangre?"
"No sé. Realmente nunca he pensado en eso”.
El sol estaba alto en el cielo, los pájaros cantaban y Grace estaba de pie, inmóvil, con la
cabeza gacha, los ojos fijos en una fila de hormigas que se dirigían a un bote de basura.
"¿Qué quieres hacer ahora?" Yo pregunté.
Ella buscó. "¿Quieres conseguir un poco de hierba y pasar el rato en Washington Square?"
Me reí. "Pensé que nunca lo preguntarías".
"Vamos, drogadicto". Ella tiró de mi mano y nos fuimos. Un bloque
hacia abajo, trató de sacar su mano de la mía, pero no la dejé.
“Tienes las manos pequeñas”, le dije.
En la esquina, mientras esperábamos el paso de peatones, apartó la mano
y lo sostuvo en alto. “Sí, pero son huesudos y feos”.
"Me gustan." Cuando se iluminó el letrero de caminar, tomé su mano nuevamente y dije:
“Vamos, esqueleto. Vamos."
"Divertido."
Me dejó sostener su mano el resto del camino.
Pasamos por Senior House para que pudiera tomar mi cámara. Grace agarró una manta
y el porro más delgado que había visto en mi vida. Al salir, Daria, nuestra RA, nos detuvo
cuando pasamos por el mostrador de registro. "¿A dónde se dirigen ustedes dos?"
"El parque", dijo Grace. "¿Qué estás haciendo aquí?"
Daria se metió en la boca el último trozo de palito de pescado. Mucha gente se está
mudando hoy. Voy a seguir siendo molestado. Bien podría sentarme aquí. Por cierto, quería
hablar contigo, Grace. El violonchelo en la noche puede ser bastante ruidoso. Estuvo bien
durante los primeros días, cuando no había nadie aquí, pero. . .”
"No me importa y estoy justo al lado", interrumpí.
Grace se dio la vuelta y sacudió la cabeza hacia mí. "No. Está bien. Lo mantendré bajo,
Daria.
Dimos la vuelta y salimos del edificio. “Daria parece un hombre, ¿eh? ¿Como David
Bowie o algo así?
Ella arrugó la cara. “Sí, pero David Bowie parece una mujer”.
"Verdadero. Tal vez deberías aprender algunas canciones de Bowie para mantener feliz a Daria”.
"Sí, tal vez lo haga".
En el parque, colocó la manta cerca de un gran árbol sicómoro y se sentó con la espalda
contra el tronco. Me acosté boca abajo, frente a ella. Observé mientras encendía el porro,
inhalaba y me lo pasaba. ¿Crees que nos atraparán aquí, a la intemperie?
“No, vengo aquí todo el tiempo”.
"¿Solo?"
“Un grupo de personas del departamento de música pasan el rato aquí”. Dio una calada
larga y luego miró hacia arriba, sobresaltada, y tosió una bocanada de humo. "Oh, mierda."
"¿Qué?" Me di la vuelta para ver a un hombre de treinta y tantos años que venía hacia
nosotros. Estaba vestido con pantalones de color caqui y tenía una caída severa del cabello.
"¿Quién es ese?" Pregunté, agarrando el porro y apagándolo.
Ese es Dan, quiero decir, el profesor Pornsake. Uno de mis profesores de música.
"¿Lo llamas Dan?"
“Él me dijo que lo hiciera. No creo que le guste su apellido.
"Comprensiblemente".
Nerviosamente sacudió la hierba de su regazo y se enderezó. Me giré de lado, apoyé
la cabeza en la mano y miré el rostro de Grace.
Estaba drogada como una cometa con la pequeña cantidad que habíamos fumado. Sus
ojos eran estrechos, rendijas rojas, y sonreía como un maníaco.
Empecé a reír. "Oh, Dios mío, estás súper drogado".
Hizo un intento de una cara seria, "¡No empieces!" dijo ella, burlándose de regañarme.
Ambos nos perdimos y caímos en un ataque de risa silenciosa e histérica.
"¡Gracia!" Dan gritó mientras luchábamos para unirnos. “Qué placer verte aquí.” Tenía
un bigote tupido que se movía dramáticamente cuando hablaba. Me obsesioné y no me di
cuenta de que Grace me había presentado.
"¿Matías?" Ella me dio un codazo.
"Oh, lo siento, encantado de conocerlo, profesor". Me incliné y estreché su mano.
Me sonrió extrañamente. "Entonces, ¿cómo se conocieron ustedes dos?"
“Vive al lado mío en Senior House”, dijo Grace.
"Oh." Había algo en su expresión que me hizo pensar que estaba decepcionado.
"Bueno, dejaré que ustedes dos vuelvan a lo que sea que estaban haciendo". Él
miró directamente a Grace. “Asegúrate de no meterte en problemas”.
Grace parecía estar muy lejos, perdida en sus pensamientos mientras lo miraba alejarse.
"Él tiene algo para ti, ¿eh?" Me acerqué a la manta.
“No lo sé, pero no puedo equivocarme aquí. Ya estoy sobre hielo delgado”.
Tiré de una cuerda que colgaba de la parte inferior de su vestido. "Gracias", dijo
ella, pareciendo aturdida.
"De nada." Parpadeé un par de veces y luego bostecé.
Ella palmeó su regazo. "¿Quieres recostar tu cabeza?" Rodé sobre mi espalda
y puse mi cabeza en sus muslos. Se apoyó contra el árbol de nuevo y se relajó
antes de pasar sus manos por mi cabello sin pensar. "Amigos rápidos", dijo
perezosamente.
"Sí. Me gustas. Eres un poco raro.
Iba a decir eso de ti, lo juro.
“¿Alguien te rompió el corazón? ¿Es por eso que no sales? ¿Por favor dime
que no tienes nada con Pornsake?
Ella se rió mientras buscaba el porro. "¿Por qué? ¿Eso te pondría celoso?”
"¿Celoso? No, es tu vida. Quiero decir, si quieres besar a ese chico y
potencialmente ingerir cualquier alimento perdido en ese bigote absurdo, sé mi
invitado”.
"Ja ja. No pasa nada con Pornsake. . . y asqueroso! Y no, no me rompieron el
corazón. Solo tengo que concentrarme en la escuela para mantener mis
calificaciones altas”.
Sabía que tenía que haber algo más que el hecho de que Grace quería
mantenerse concentrada, pero no la presioné. Nos acabábamos de conocer, pero
ella había pasado todo el día conmigo y parte del día anterior no se centró en la
música, así que sabía que había otra razón. Podría haber pensado que ella no
estaba interesada en mí y que no quería enviar señales contradictorias, pero vi la
forma en que me miraba de arriba abajo y los lugares donde sus ojos se posaban.
Tomé mi cámara, la giré para mirarnos y luego presioné el botón
obturador tres veces.
6. Necesitaba conocerte
MATE
Más tarde esa semana, en el cuarto oscuro, estudié los negativos. No pude distinguir
completamente la expresión de Grace en una imagen, así que la amplié para hacer una impresión.
Cuando la imagen comenzó a aparecer, me di cuenta de inmediato de que, en lugar de mirar
a la lente de la cámara, Grace me miraba con adoración. Me hizo sonreír todo el tiempo que
estuve en el laboratorio ese día. Tomé la huella después de que se secara y esperé a Grace
en los escalones fuera de Senior House. Saqué un cigarrillo de detrás de mi oreja y lo encendí
mientras esperaba.
Un minuto después, Grace se acercó con su gran estuche de violonchelo. "¿Quieres que
lleve eso por ti?" Pregunté mientras me ponía de pie.
“No, siéntate. ¿Tienes otro de esos? Señaló el cigarrillo y luego se sentó a mi lado en los
escalones. Era tarde en el día, pero todavía estaba caliente. Yo tenía una camiseta, jeans y
descalzo. Llevaba un cuello en V blanco y Levis cortados. La piel de sus piernas era
bronceada y suave. Se llevó dos dedos a los labios, recordándome de nuevo que quería un
cigarrillo.
“Solo tengo este, pero puedo compartir”. Se lo entregué y luego levanté la fotografía que
había revelado ese día. “Nuestra primera foto juntos”. En la parte inferior había usado una
pluma de grasa en el papel fotográfico en blanco. Le había escrito "BFF" para que cuando se
desarrollara se mantuviera blanco.
Ella rió. "¿Mejores amigos para siempre? ¿Ya?"
“Ilusiones”. Le lancé una gran sonrisa con dientes.
"Me encanta. Lo apreciaré siempre. Gracias, Matt.
“¿Practicaste mucho hoy?” Yo pregunté.
"Sí, estoy vencido y hambriento".
"Daria probablemente pueda calentarte algunos palitos de pescado si quieres".
Grace arrugó la nariz. “¿Por qué ella siempre come eso? Es tan desagradable.
"Probablemente porque son baratos".
"Hablando de . . . los miércoles hay un restaurante al que voy que sirve panqueques
gratis si te pones pijama. ¿Te apetece el desayuno para la cena?
Me reí. "Suena bien."
Se puso de pie y pisó el cigarrillo. "Genial, vamos a ponernos nuestros pijamas".
Me puse los pantalones de pijama de franela pero mantuve mi camiseta blanca. Me
puse unas pantuflas gigantes que me dieron pies Sasquatch y caminé hacia la habitación
de Grace. Empujé la puerta rota para abrirla e inhalé profundamente. Estaba en ropa
interior y sostén, de espaldas a mí. Tragué saliva y traté de obligarme a darme la vuelta y
salir antes de que me viera, pero no podía apartar los ojos de la curva redonda de su culo
perfecto. Llevaba unas bragas blancas de algodón con florecitas y un pequeño volante en
la parte de arriba. El material se subió a una mejilla. Sentí la necesidad de caer de rodillas
y morderla allí. Mi corazón se aceleró y mi pene se contrajo mientras contenía la
respiración. ¡Mierda!
Sin darse cuenta, se quitó un camisón rosa por la cabeza y se lo puso. Se giró para
revelar lunares blancos y un logotipo de Hello Kitty en el frente. No pude evitar que la
sonrisa se extendiera por mi rostro.
Se quedó helada cuando me vio. "¿Cuánto tiempo has estado parado allí?"
“Solo un segundo,” mentí.
Miró hacia abajo a la parte delantera de mis pantalones. No seguí su mirada; Solo
traté muy discretamente de ajustarme lo suficiente para que ella no se diera cuenta de lo
que estaba pasando abajo.
"Oh." Miró más abajo, a mis pantuflas. "Amigo, esos son tan geniales".
Me reí, sintiéndome un poco aliviado de que no me atraparan. "¿Qué tan lejos está
este lugar?"
“Tenemos que tomar el metro, está en Brooklyn”. En ese momento ella estaba en el
suelo, atando los cordones de sus Converse azules.
Mientras caminaba hacia la puerta, mi mano naturalmente cayó sobre la parte baja de
su espalda. Se detuvo y se giró hacia mí, su rostro a solo unos centímetros del mío.
“¿Quieres traer tu cámara? Es un lugar bastante digno de una foto”.
"Buena idea."
Fui a mi habitación, agarré mi cámara y luego me encontré con ella abajo, donde estaba
parada con un chico y una chica, también en pijama. “Matthias, esta es Tatiana. Ella toca
las cuerdas conmigo. Y este es Brandon, su novio”.
No esperaba compañía, pero estaba emocionado de conocer a los amigos de Grace.
Extendiendo la mano, estreché la mano de Tatiana primero. Llevaba un pijama de fútbol
rojo y una gorra de béisbol. Aunque bonita en general, se veía sencilla de pie junto a Grace.
Brandon vestía un típico par de sudaderas universitarias grises. Brandon era bajito, con el
pelo corto y oscuro y gafas sin montura. Intercambiamos sonrisas ante nuestros atuendos y
salimos por la puerta.
El restaurante era un tipo de lugar de los años 50, con cabinas rojas brillantes y pequeñas
estaciones de máquinas de discos en cada mesa. Grace entró en la cabina primero y
comenzó a hojear las páginas de las canciones. “Me encantan estas cosas”.
Tatiana y Brandon se sentaron frente a nosotros, casi en el regazo del otro.
Tatiana metió la mano en su bolso y sacó una petaca. “Bailey's y ron para nuestros batidos
de vainilla. Es para morirse.
Grace y yo emitimos sonidos de admiración.
"¿Cuánto tiempo han estado juntos?" Yo pregunté.
“Tres semanas”, dijo Brandon, antes de inclinarse para besar a Tatiana. Me di cuenta de
que Grace los observaba con intenso interés.
Instintivamente apoyé mi mano en el muslo desnudo de Grace donde se había subido
su camisón. Ella no me empujó, pero tampoco respondió. Cuando moví mi mano más arriba,
hizo un gesto para que la dejara salir de la cabina. Se levantó y bailó hacia el baño, cantando
"Por favor, por favor, por favor" de James Brown.
“Entonces, Brandon, ¿qué estás estudiando?”
“Música, pero más en el lado de la grabación y el negocio. ¿Tú?"
"Fotografía."
Señaló la cámara sobre la mesa. "Supongo que debería haberme dado cuenta de eso".
“Parece que tú y Grace han sido inseparables los últimos días”, dijo Tatiana.
“Ella es literalmente la única persona que conozco aquí. Me acabo de mudar a Nueva York”.
"Eso no es lo que quise decir", dijo con humor.
"Bueno, ¿quién no querría estar cerca de ella?"
"Verdadero."
Una vez que Grace regresó, nos llenamos de panqueques y batidos de vainilla
enriquecidos con Bailey mientras Grace cantaba todas las canciones de los años 50 que conocía.
Mientras tanto, estudiaba todos sus movimientos, sus pequeños hábitos.
“Hueles tu comida antes de comerla”, dije con una risa.
"¿Qué? No." Sus cejas se juntaron.
Tatiana también se rió. “Sí, ella lo hace. Solo por una fracción de segundo.
—No, no lo hago —protestó Grace.
"Confía en mí, es lindo". Le guiñé un ojo.
"Es vergonzoso. Lo he hecho desde que era un niño pequeño”.
Arruiné la parte de atrás de su cabello. "Dije que es lindo".
Me miró, con las mejillas rosadas, y sonrió.
Al salir del restaurante, Tatiana y Brandon se despidieron.
y luego se dirigió a un cine en la dirección opuesta.
“Tus amigos son agradables,” dije.
"Sí. Estaban uno encima del otro esta noche, ¿eh? Bien por ellos, supongo.
“Espera, tengo una idea antes de subir al metro. Tengo una película en color aquí”, dije,
señalando la cámara que llevaba alrededor del cuello. "Quiero probar algo". La agarré de la
mano y tiré de ella por un tramo de escaleras de cemento hasta el paso elevado del metro.
El tráfico era rápido en la calle debajo de nosotros. Llevé a Grace a un lado del paso elevado
mientras sujetaba mi cámara a la barandilla del otro lado, usando la correa. Los semáforos
brillaban detrás de ella, silueteándola. La parte inferior de su camisón rosa ondeaba
delicadamente con el viento. “Voy a poner el cronómetro y correr y quedarme contigo. Mira
directamente a la cámara y no te muevas. La velocidad de obturación es muy lenta, por lo
que la exposición será larga. Trate de mantenerse lo más quieto que pueda”.
"¿A qué vas?" preguntó mientras me miraba ajustar la configuración.
“Los semáforos estarán desenfocados detrás de nosotros porque se están moviendo,
pero si nos quedamos realmente quietos, estaremos libres, junto con los edificios en
el fondo. Debería verse realmente genial. El temporizador tiene una duración de diez segundos; lo
escucharás hacer tictac cada vez más rápido hasta que se abra el obturador, y entonces es cuando
tenemos que estar realmente quietos”.
"Está bien, estoy listo". Sus piernas estaban ligeramente separadas, como si estuviera a punto
de comenzar una rutina de baile de jazz. Presioné el botón y corrí para pararme junto a ella.
Sin mirar hacia arriba, agarré su mano con la mía y enfoqué la lente de la cámara. A medida que el
cronómetro se aceleraba, pude sentir que ella me estaba mirando. Justo en el último segundo, la
miré. La persiana se abrió y dije, sin mover la boca, “Quédate quieto”. Ella se rió, pero siguió
mirándome con los ojos muy abiertos, llorosos por el viento. Tres segundos no parece mucho
tiempo, pero cuando miras a alguien a los ojos, es suficiente para hacer una promesa en silencio.
Cuando la persiana se cerró, dejó escapar un gran suspiro y comenzó a reír.
“Eso se sintió como una eternidad”.
"¿Lo hizo?" Dije, todavía mirándola. Podría haberla mirado así toda la noche.
En nuestro camino de regreso a Senior House desde el metro, compartimos medio porro.
"¿Tuviste muchos novios en la escuela secundaria?"
"No. No tuve mucho tiempo. Tuve que conseguir un trabajo justo cuando cumplí dieciséis para
poder conseguir un auto para llevar a mis hermanos a la escuela”.
"¿Dónde trabajaste?"
“Los HäagenDazs en el centro comercial”.
"mmm".
“Bueno, al principio apestaba porque gané, como diez libras, y luego me enfermé mucho
después de comer demasiado ron con pasas. No pude soportar las cosas después de eso. Trabajé
allí durante tres años hasta que me gradué de la escuela secundaria.
Todavía tengo un bícep derecho muy grande de servir helado. Estoy todo desequilibrado.
Ella hizo un músculo y levantó su brazo hacia mí. apreté su pequeño brazo
entre mis dedos antes de que ella se soltara de mi agarre. "Idiota."
“Brazos de espagueti”.
“Soy aficionado. Déjame ver el tuyo.
Hice un músculo. Su pequeña y delicada mano ni siquiera podía apretar mi
brazo. “Amigo, eso es bastante impresionante. ¿A qué te dedicas?"
“Tengo una de esas barras de dominadas. Eso es todo lo que hago, de verdad. Y surfeé
mucho en LA”
"¿Lo extrañas?"
“El surf, principalmente.”
Ella hizo una pausa. "Mierda, ¿qué hora es?"
Miré mi reloj. "Nueve quince. ¿Por qué?"
Quería estar de vuelta a las nueve y media.
¿Qué pasa a las nueve y media?
“Este hermoso vestido se convierte en un trapo gastado”. Ella giró alrededor. me doblé
y la tiré sobre mi hombro. “¡Dios mío, bájame!”
“No, princesa. Te traeré de vuelta a las nueve y media.
Atravesé la puerta de Senior House y corrí escaleras arriba, con Grace colgada de mi hombro
y golpeándome el trasero. Escuché a alguien detrás de mí decir: "Amigo, esa chica está borracha".
La dejé justo frente a su puerta, miré mi reloj y levanté las manos. Nueve veintinueve, bebé.
Me chocó los cinco. "¡Lo hiciste! Gracias amigo."
Miré detrás de Grace para ver a una chica ligera de ropa con una minifalda de mezclilla y
tacones. Grace se dio la vuelta para seguir mi mirada. Cuando miró hacia atrás, le sonreí
inocentemente.
"¿Te gusta que? ¿Ese es tu tipo?
Me apoyé contra su puerta y crucé los brazos sobre mi pecho. "No precisamente."
"¿Fuiste jugador en Los Ángeles?"
"De nada."
"¿Con cuántas chicas has estado?" Su expresión se puso seria.
"¿Es esta una pregunta con trampa?"
“Solo tengo curiosidad porque eres un chico guapo y. . .”
"Eres hermosa. ¿Significa eso que has estado con mucha gente?
Ella resopló. "Bien, no respondas la pregunta".
“He estado con algunas chicas, Grace. No mucho."
"¿Alguna vez has estado con una virgen?"
Eché la cabeza hacia atrás y noté que su labio temblaba y sus ojos estaban muy abiertos y
serios. "No. Nunca he estado con una virgen —dije. I
Bajé la cabeza para mirarla a los ojos, pero ella rápidamente miró hacia abajo y se quedó
mirando sus zapatos.
Estuve muy cerca de preguntarle a Grace si era virgen pero ya lo sabía
la respuesta y no quería avergonzarla.
"Bueno, será mejor que me ponga a practicar", dijo.
"Espera un segundo." Corrí a mi habitación y rebusqué antes de regresar con Surfer Rosa
y Come on Pilgrim de Pixies. “Este es un gran álbum, uno de mis favoritos. La pista siete es la
mejor”.
Leyó el título, “¿Dónde está mi mente?”
"Ese es."
"Fresco. Gracias, Matt. Oye, mañana después de clase —ella dudaba— iba a subir al
techo y estudiar.
"UH Huh."
"Bien . . . ¿Quieres unirte a mí? Podemos escuchar música”.
"Sí, hagámoslo".
“Está bien, terminaré a las tres. ¿Puedo hacer sándwiches?
"Eso suena genial." Hice un gesto pidiendo un abrazo. Mientras ella envolvía sus brazos
alrededor de mi cintura, besé la parte superior de su cabeza y olí su cabello lila.
Ella se apartó y entrecerró los ojos. "¿Acabas de besar la parte superior de mi cabeza?"
“Solo un beso amistoso. Como esto." Me incliné y besé su mejilla. Ella se quedó quieta,
con los ojos muy abiertos. Buenas noches, Gracie.
“Buenas noches, Matty”, susurró mientras regresaba a mi habitación.
GRACE y yo salimos prácticamente todos los días después de eso, y rápidamente se formó
una rutina. Venderíamos nuestra sangre y tendríamos cenas de pijamas y encontraríamos
otras formas de ahorrar dinero. Estudiamos juntas y ella tocaba música mientras yo la
fotografiaba. Su largo cabello rubio caía sobre su rostro mientras jugaba con pasión, moviendo
la cabeza de un lado a otro con el movimiento del arco. Rápidamente se convirtió en mi vista
favorita.
Durante el otoño y el invierno, Grace y yo salimos mucho, sobre todo con sus amigos
músicos. Brandon y Tati se convirtieron en nuestros amigos de pareja, y aunque Grace y yo
no éramos una pareja en absoluto, así lo sentía.
Grace y Tati encontraron maneras de que obtuviéramos entrada gratuita a todos los museos,
y hasta me arrastraron a una sinfonía gratis. Pensé que Tati y Brandon estaban
demasiado entusiasmados con escuchar música clásica durante dos horas seguidas,
y definitivamente pensé que me iban a echar por usar jeans, pero me sorprendió lo
mucho que me gustó y lo geniales que eran todos. .
Pero por mucho que a Grace le gustara la música, siempre estaba buscando
cosas para mí también. Deslizaba recortes de periódicos por debajo de la puerta de
mi dormitorio sobre exposiciones de fotografía en la ciudad. Hicimos todo lo que
pudimos para salir de los dormitorios de mierda y del olor penetrante a palitos de
pescado que emanaba de la habitación de Daria.
¿Conoces esos libros frugales para viajeros, como The Rough Guide to Hawaii o
New York on Five Dollars a Day? Lo juro por Dios, lo hicimos con dos dólares al día.
Involucró muchos fideos ramen y saltos de torniquete en el metro, pero logramos ver
la ciudad por dentro y por fuera.
Nueva York tiene una energía que se arraiga dentro de ti. Incluso un trasplante
como yo llega a conocer los diferentes distritos, como si fueran organismos vivos que
respiran. No hay otro lugar como este. La ciudad se convierte en un personaje de tu
vida, un amor que no puedes quitarte. El elemento misteriosamente humano de este
lugar puede enamorarte y romperte el corazón al mismo tiempo. Cuando escuchas
su sonido, cuando respiras su aroma, lo compartes con todas las personas que
caminan a tu lado en la calle, en el metro o que miran desde un edificio alto al otro
lado de Central Park. Sabes de inmediato que estás vivo y que la vida es hermosa,
preciosa y fugaz. Creo que es por eso que la gente de Nueva York se siente tan
conectada entre sí; la ciudad aprovecha este amor y admiración colectivos. Grace y
yo nos estábamos enamorando de ella juntos.
Casi todas las tardes durante los siguientes dos meses, encontré a Grace
estudiando en el salón, esperándome. Nuestra amistad se había vuelto tan cómoda
que rozarla, hacerla girar, agarrar su mano y llevarla a cuestas se sentía totalmente
normal. A veces había momentos más tranquilos en los que parecía que quería que
la besara, y Dios sabe que quería hacerlo, pero ella siempre rompía el silencio o
miraba hacia otro lado. No me importaba, solo quería estar cerca de ella. Me encontré
menos interesado en tener citas o incluso en mirar a otras chicas.
"Es tarde, ¿eh?" ella comentó sobre una de las muchas noches que pasamos juntos,
simplemente pasando el rato.
“Son las dos,” dije, mirando el reloj.
"Debería volver a mi habitación". Grace estaba acostada en mi cama horizontalmente,
boca abajo, con la cabeza colgando por el borde. Estaba en sudaderas y una camiseta de
los Sex Pistols, con el pelo recogido en un moño desordenado. Sabía que en realidad no
quería irse, aunque ambos estábamos exhaustos.
"Espera, juguemos Yo nunca".
"Seguro. Tú vas primero —murmuró.
“Nunca he robado algo”.
Pareció triste por un momento y luego puso un dedo en su mano hacia abajo.
"¿Qué robaste?" Yo pregunté.
“Bueno, ha habido algunas cosas. Lo peor, me da mucha vergüenza
decirte acerca de." Se dio la vuelta y hundió la cara en el edredón.
"Vamos dime. No te juzgaré.
“Le robé cuarenta dólares a mi vecino”, murmuró entre las mantas.
"¿Para qué? Vamos dime. Es parte del juego."
"Ya no me gusta este juego".
Le di la vuelta para que me mirara. "¿Qué era?"
Ella me miró a los ojos. “Lo robé para comprar mi anuario de último año, ¿de acuerdo?
Me siento como un completo imbécil y tengo toda la intención de devolverle el favor”.
Me dolía el corazón por ella. No tenía idea de lo que era no poder pedirles cuarenta
dólares a mis padres. Había robado dinero para comprarse un anuario, entre otras cosas,
algo que la mayoría de los niños dan por sentado. Qué triste.
“Juguemos a otra cosa,” dije. "¿Qué tal Joder, Casarse, Matar?"
Ella se animó. "Bueno. los tuyos son . . déjame pensar, eh. . . Courtney
Con amor, Pamela Anderson y Jennifer Aniston”.
"Uf, mata, mata, mata".
"En serio, psicópata, tienes que responder". Me golpeó en la cabeza con la palma de
la mano.
"Está bien, mata a Courtney, eso es un hecho, vete a la mierda con Pamela y cásate
Jennifer. ¡Allá! Tu turno. Bill Clinton, Spike Lee y yo”.
"¡Ja! Eso es fácil. Al diablo con Bill, cásate con Spike y te mataré.
"Eres una chica terrible y mala".
"Me amas." Se incorporó para irse.
"¿Gracia?"
"Sí."
"Nada." Quería preguntarle qué estaba pasando con nosotros. Quería saber si
podíamos ser más que amigos. Me volví y miré por la ventana.
Se dejó caer en mi cama y envolvió un brazo alrededor de mi
hombro. "Supongo que me casaría contigo".
"¿En realidad? Esperaba que fuera más como matar a Bill, casarme con Spike. . .”
"¡Ja!" Ella se inclinó y me besó en la mejilla. "Eres un buen tipo".
Quería un premio por la increíble moderación que había mostrado hasta ahora.
Mis labios se aplanaron. "¿Eso es todo?"
“¿Qué estás pescando, Shore?”
No estoy pescando nada, Grace. Siento que a veces esto —moví mi mano entre
nosotros— no es natural.
"¿Esto que? ¿Somos amigos?
Me reí. "Si, mas o menos." Trabajé muy duro para evitar la cuestión del sexo, pero a
menudo sorprendía a Grace mirándome fijamente cuando me cambiaba la camisa o
cuando me ponía un cinturón. Fue difícil para mí no pensar que ella me deseaba tanto
como yo la deseaba a ella. Y me estaba volviendo secretamente posesivo con ella. Podía
ver cómo los hombres la miraban sin que ella lo supiera, y me aterrorizaba que se fuera
a entregar a un imbécil sin corazón.
Se puso de pie y se dirigió a la puerta. Justo antes de alcanzar el pomo, se volvió y
se apoyó contra él. Sus ojos se posaron en sus pies. "No me presiones". Levantó la vista
y se encontró con mi mirada. "¿Bueno?" Ella no estaba irritada. Su expresión era sincera,
casi como si estuviera rogando.
"No lo he hecho".
"Lo sé." Ella sonrió. "Por eso me gustas tanto".
“¿Te pasó algo? Es esa la razón de . . .”
"No nada de eso. Mi mamá me tuvo cuando tenía dieciocho años. No sé, supongo
que de alguna manera sentí que arruiné su vida”.
"Es terrible que ella te haya hecho sentir de esa manera". Me levanté y caminé hacia
ella.
“Ella no se hizo sentir de esa manera. Simplemente no quería esa vida. Siempre sentí
que mi papá estaba resentido con ella. No sé, Matt, supongo que me he centrado en la
escuela para poder mantenerme encaminado. Es por eso que realmente no tengo citas. Sin
embargo, me gusta lo que tenemos. No hay presión”.
"Lo entiendo."
Ella podría decir estas palabras, pero sabía que estaba sintiendo la creciente tensión
entre nosotros tanto como yo. La mitad del tiempo, estaba tratando de ocultar una erección
furiosa mientras ella trataba de evitar mirar mis brazos. ¿A quién estábamos engañando?
“Gracias por entender”, dijo.
"De nada." Me incliné y besé su mejilla. "Eres una buena chica." La sentí temblar y luego
susurré: "Tal vez demasiado bien".
Me empujó hacia atrás y puso los ojos en blanco. Buenas noches Matt.
La vi pasearse por el pasillo y luego la llamé: “¡Estás sonriendo! Sé que lo eres, Gracie.
Sin darse la vuelta, levantó un signo de paz.
7. Eras mi musa
MATE
En el laboratorio al día siguiente, el profesor Nelson escaneó mi hoja de prueba con
una gran sonrisa. “Matt, tienes un ojo tan natural. Tu composición es perfecta y
original, como nada que esté viendo de tus compañeros. Me encanta la granulosidad
y lo mucho que estás dispuesto a empujar la película. ¿Qué velocidad es esta y a qué
la disparaste?
Son cuatrocientos. Lo empujé a tres mil doscientos.
"Lindo. Mucha agitación cuando desarrollaste el negativo, ¿lo entiendo?
"Sí."
“Este es fantástico. ¿Este Eres tu?"
Configuré el temporizador y tomé una foto de Grace parada frente a mí mientras
estaba sentada en el suelo. Lo único en el marco eran sus piernas, justo debajo de la
parte inferior de su vestido de suéter de lana. Mis brazos estaban envueltos alrededor
de sus pantorrillas. No puedes verlo en la foto, pero estoy besando su rodilla.
“¿Has pensado en hacer más color, más paisajes…
cosas de estilo documental?
“Sí, en realidad disparé un rollo de color el otro día, pero no lo he
desarrollado todavía. Realmente me gusta este tema”. Señalé a Grace.
"Ella es maravillosa."
"Ella es."
"Sabes, Matt, odiaría ver que tus habilidades y talento se desperdicien".
“Estoy pensando en dedicarme a la fotografía publicitaria”.
Él asintió, pero parecía poco convencido. “Tus fotos tienen esta cualidad de
narración de historias que no veo a menudo. Podemos hablar de composición,
encuadre, contraste o incluso impresión, pero creo que esta es la verdadera marca
de un artista, cuando puedes hacer una declaración sobre la humanidad en una sola
imagen bidimensional”.
Estaba un poco avergonzado por los elogios, pero me sentí aliviado de finalmente
escuchar lo que yo mismo sabía: que era bueno en eso. “Nunca dejaré de hacer fotos.
Simplemente no sé cómo se traducirá en una carrera”.
“Tengo un amigo que trabaja para National Geographic. Cada año patrocina a un
estudiante para rodar en el extranjero con él. Tienes que aplicar, pero creo que tendrías
una buena oportunidad. Tienes la técnica para ello.
La sugerencia me tomó por sorpresa, pero más aún por lo claros como el cristal que
mis objetivos se volvieron repentinamente en ese momento. Pensé que National Geographic
era una quimera. Es una de esas cosas a las que aspiras de niño, como convertirte en
jugador de béisbol profesional o en presidente de los Estados Unidos. En mi libro, viajar
por el mundo y tomar fotos era el máximo nivel de éxito, y no podía creer que esta
oportunidad estaba cayendo en mi regazo, incluso si solo era una pasantía.
"Definitivamente estoy interesado". No sabía lo que iba a hacer una vez que me
graduara, pero ahora todo se estaba enfocando.
Hice una copia extra ese día y la deslicé debajo de la puerta de Grace durante mi
descanso. En mi camino de regreso a clase, la vi cruzando la calle a una cuadra de
distancia. Le grité pero no me escuchó. En el momento en que caminé una cuadra, la vi
entrar rápidamente a un edificio médico. Me impacienté esperando en el semáforo y crucé
la calle cuando el tráfico estaba despejado.
Una vez dentro, registré cada piso hasta que la encontré en el quinto, parada cerca de una
mesa con café y donas. Llevaba una bata de hospital, removiendo crema en una pequeña
taza de espuma. Cuando me acerqué a ella, ella me miró, sorprendida. "¿Qué estás
haciendo aquí?"
"¿Qué estás haciendo aquí?"
“En términos generales, el historial médico de una persona es su propio asunto
privado”. Levantó una pequeña bola de masa. "¿Agujero de la dona?"
No intentes distraerme. ¿Estás enferma, Grace? Yo mismo me sentí enfermo ante la
idea.
“No, no estoy enferma. Me inscribí para hacer un estudio médico. ¿Quieres hacerlo
también?
"¿Estás dejando que te usen como conejillo de indias para donas y café gratis?"
Gano ochenta dólares al día. Eso es mucho."
“Gracia, ¿estás loca? ¿Qué clase de estudio es este?
“Solo tengo que tomar este medicamento y luego me lo quitan y ven
si tengo algún síntoma de abstinencia”.
"¿Qué? No —dije, sacudiendo la cabeza con incredulidad. La giré por los hombros
y la apunté hacia la cortina. “Ve a ponerte la ropa.
No estás haciendo esto. Miré hacia abajo a la bata de hospital abierta en la parte de
atrás. Era tan malditamente linda con su pequeña ropa interior floreada. Cerré la
espalda y até las cuerdas con fuerza para que las solapas se superpusieran.
Se dio la vuelta y me miró con sus grandes ojos verdes llenos de lágrimas. “Tengo
que hacerlo, Matt. Necesito recuperar mi violonchelo.
“¿De dónde?”
“Lo empeñé por dinero para pagar el resto de mi matrícula”.
"¿Qué pasa con sus préstamos estudiantiles y ayuda financiera?"
“Tuve que darle un poco a mi mamá porque mi hermanita necesitaba arreglarse un
diente y no tenían el dinero”. Las lágrimas cayeron de sus ojos.
Cuando levanté la mano para apartarlos, ella se estremeció.
“Grace, no dejaré que hagas esto. Lo resolveremos, lo prometo. Grace vendiendo
su violonchelo me parecía una locura, teniendo en cuenta que era una estudiante de
música. Fue difícil para mí entender su nivel de desesperación.
"No entiendes".
"Explícamelo entonces".
Ella cruzó los brazos sobre su pecho. “He estado ayudando a mis padres.
Su situación es más grave de lo que he dejado ver, así que he estado enviando todo lo
que puedo del dinero de mi préstamo estudiantil. Estoy casi sin dinero en efectivo para
el semestre y mi mamá llamó y dijo que ella y mi papá iban a ser desalojados.
Tenían el dinero para cubrir el alquiler, pero mi hermana pequeña tenía un diente roto
que necesitaba ser reparado y su crédito está arruinado, por lo que tuvieron que pagar
en efectivo. No podía soportar la idea de que mi hermana fuera a la escuela con dolor
y con un diente frontal roto”.
Me sorprendió, pero eso no significaba que Grace necesitaba participar en
estudios médicos potencialmente peligrosos. "No es tu problema."
"Es mi familia. Leí sobre este estudio y puedo recuperar el dinero antes de la
próxima semana. Te pagan todos los días. Voy a recuperar mi violonchelo y todo estará
bien. Pero tengo que hacer esto, Matt. No es gran cosa."
“Es un gran problema, Grace. No sabes cómo te afectará este medicamento”.
"Todavía no lo entiendes".
"Estoy tratando de. Tengo algo de dinero. Te devolveré el violonchelo.
Ella sacudió su cabeza. No te dejaré. Necesitas comprar papel fotográfico y película”.
"Yo tengo suficiente. No te preocupes." Grace odiaba dejarme ayudarla. Ella
quería ser independiente. Ve a cambiarte, estará bien.
Se dio la vuelta y se arrastró detrás de la cortina. Cuando volvió a salir, sonreía con
incertidumbre. Debes pensar que estoy loco.
Me gustan tus neurosis. Puse mi brazo alrededor de su hombro. “Simplemente no voy a
dejar que nadie te use como una rata de laboratorio”.
Mientras caminaba por la mesa de refrescos, sacó un puñado de cremas del tazón y las
metió en su bolso. Ella robaba cremas dondequiera que íbamos, las mezclaba con agua y las
vertía sobre su cereal. Le sonreí y negué con la cabeza. Con voz tonta, dijo: "Solo voy a
comprar comestibles". El estado de ánimo de repente mejoró y ambos nos reímos mientras
salíamos por la puerta. Aún así, me mató pensar que Grace estaba enviando dinero a sus
padres que su padre probablemente estaba usando para cerveza.
Fuimos al banco y saqué los últimos trescientos dólares que tenía. No le dije a Grace que
en realidad tenía ocho centavos negativos en mi cuenta después del retiro. Me llevó a la casa
de empeños donde había repartido su violonchelo y nos recibió un hombre de mediana edad
detrás del mostrador. "Hola, Grace", dijo.
Le lancé a Grace una mirada de desaprobación. "¿Él te conoce?" Susurré.
Ella juntó las cejas. "Un poco."
"¿Aquí para recoger tu violonchelo?"
“Sí”, dijo Grace.
Le di al hombre trescientos dólares. Entró en la parte de atrás y regresó un momento
después con el gran estuche de violonchelo. Grace completó el papeleo y nos fuimos. Una vez
fuera del edificio, me volví hacia ella. "Quédate aquí. Vuelvo enseguida.
Volví a entrar en la casa de empeño y le pedí al hombre un papel. “Aquí está el número
donde vivo. Por favor, no dejes que Grace la empeñe.
violonchelo de nuevo. Es una música extraordinaria. Ella lo necesita para la escuela. Solo
llámame y bajaré y arreglaré las cosas”.
Esa noche, después de que Grace se fue a la cama, me escabullí hasta el salón y llamé
a mi padre a cobro revertido desde el teléfono público.
"¿Hijo?"
"Hola papá."
"Hola. ¿Estás impresionando a todos en NYU? El sarcasmo se filtraba en cada sílaba.
Nunca fue bueno para ocultar su desdén.
“Llamé porque tengo una amiga que necesita ayuda y me preguntaba si podrías prestarme
algo de dinero para prestarle a ella”. Mi orgullo se había ido por completo. Cerré los ojos y
esperé su respuesta.
“¿Esto es para ella? ¿Una novia?"
“No, papá. No es así."
¿Metes a una chica en problemas? ¿Es eso lo que me estás diciendo?
Tomé una respiración profunda. “Ella es mi amiga más cercana aquí, y no tiene ninguna
ayuda financiera. No como yo y Alex. Ella está yendo a la escuela casi completamente sola.
Es músico y necesita un violonchelo nuevo, pero no puede permitírselo”. Tuve que mentir un
poco; No quería entrar en todos los detalles.
"Sabes, tengo que pagar la boda de tu hermano".
"¿Los padres de Mónica no están pagando la boda?"
“Bueno, queremos hacerles una linda fiesta de compromiso, y luego
tener la cena de ensayo y barra libre y . . .”
“Está bien, papá. Ningún problema."
Un latido de silencio. “Bueno, al menos estás empezando a apreciar lo que hemos hecho
por ti. ¿Cuánto necesitas, hijo?
"Unos cientos de dólares".
“Lo pondré en tu cuenta mañana. Sabes, estoy dispuesto a ayudarte, Matthias. Solo
porque te has decidido por el futuro más difícil posible. . .”
Me reí. No pudo evitarlo.
“Conseguiré un trabajo y te lo devolveré. Gracias Papa." Colgué.
Tan doloroso como era llamarlo, no me importaba; todo lo que podía pensar era en lo
duro que trabajaba Grace, en todos los sacrificios que hacía solo para tocar su música.
Ella creía en ello, tenía fe en que todo valdría la pena, y ¿qué es la fe si no
perdura? Eso es lo que estaba aprendiendo de ella: cómo tener fe en mí mismo
y en mi arte.
Lo sentí por Grace incluso antes de tener un nombre para ello. Podría haber
dicho la palabra un millón de veces, pero sonaba diferente ahora que lo decía
en serio. Cuando pensaba en lo que teníamos, no importaba que fuera solo
amistad. La amo.
8. Me cambiaste
GRACIA
A pesar de que había dominado el arte de correr mientras cargaba un estuche de violonchelo
gigante, todavía llegaba tarde a clase a la mañana siguiente. Afortunadamente, le gusté al profesor
Pornsake y su clase fue muy fácil, aunque no porque yo fuera la mascota de un maestro, como
afirmaba Tatiana. Todo lo que tenía que hacer era tocar mi violonchelo, lo único que hacía bien. La
mayoría de los días, cerraba los ojos, me olvidaba de todo y me escapaba a la música. Pero ese
viernes fue diferente.
Llegas tarde otra vez, Graceland.
“Grace,” lo corregí mientras sacaba mi violonchelo y mi arco del estuche.
Había varios cabellos rotos colgando del moño, e intenté quitármelos mientras Dan se cernía sobre
mí con sus pantalones caquis, con el cinturón demasiado alto y su polo naranja dos tallas más
pequeña. Le lancé una mirada molesta para hacerle saber que estaba irritado por la atención
innecesaria. "¿Qué?" Yo dije.
Agarró el arco de mi mano y lo estudió. "Esto es nailon".
"Lo sé."
“Eres la primera silla, Grace. Consigue un arco de calidad. ¿Por qué estás usando esta basura?
Un poco de su bigote sobresalía sobre su labio superior y se movía mientras hablaba.
“Soy miembro de PETA. No uso lazos hechos con pelo de caballo”.
Pude ver el cuerpo de Tatiana temblando de risa en la silla frente a
a mí.
Porsake sonrió. "Vamos. ¿En realidad?"
Resoplé. "Conseguiré un arco nuevo esta semana". Sabía que no podía permitírmelo, pero
tenía razón: los arcos de nailon eran una mierda.
"Buen negocio. Bien, muchachos, comencemos con el 'Canon' de Pachelbel. ”
Tatiana suspiró audiblemente. Estábamos tan hartos de tocar esa canción. Era como si todos
los profesores de música nos estuvieran preparando para estar en uno de esos cuartetos de cuerda.
que toca en las bodas. El “Canon” de Pachelbel, la “Música acuática” de Handel y la “Marcha
nupcial” de Mendelssohn estaban tan profundamente arraigados en nuestras mentes y
músculos que literalmente comencé a creer que estaba afectando mi capacidad para tocar
otras canciones.
Pornsake caminó hacia el frente de la sala y comenzó a contar desde tres. Pateé la silla
de Tati y susurré: “Estilo irlandés”. Comenzamos a tocar de la manera tradicional y luego
poco a poco aumentamos el ritmo, derribando a todos en la sala. Muchos de los otros
dejaron de tocar y solo nos miraron mientras Tati y yo convertíamos el clásico en una giga
irlandesa. Los estudiantes de música con sentido del humor dejaron sus instrumentos y
comenzaron a aplaudir al ritmo, y algunos incluso intentaron tocar. Obtuvimos una breve
ronda de aplausos al final, pero Pornsake se quedó quieto como una estatua al frente de la
sala, con los brazos cruzados sobre el pecho.
“Muy lindo. Tal vez ustedes dos puedan ser artistas callejeros. Dios sabe Nuevo
York necesita desesperadamente más artistas callejeros”.
No dije nada porque ya estaba sobre hielo delgado, pero Tatiana habló. “Profesor Porno.
. . Beneficio . . .” Me tapé la boca con la mano para
contener la risa mientras Tati continuaba, completamente seria. “Solo tenemos que
mezclarlo”.
Asintió como un cabezón durante cinco segundos seguidos. "Bien. No lo estoy sintiendo
hoy de todos modos. Eres libre de irte. Practique en el parque y tome un poco de aire fresco.
Volveremos a esto mañana.
Me agaché para abrir el estuche de mi violonchelo, celebrando durante dos segundos
adentro hasta que sentí a Pornsake cerniéndose sobre mí nuevamente. Excepto por ti, Grace.
Quedarse."
Me congelé en mi silla con los ojos fijos en sus TopSiders beige. Tenía una sensación
de malestar en el estómago, preguntándome si iba a esperar a que todos salieran de la
habitación para poder proponerme matrimonio.
Cruzando las piernas y los brazos, me senté en mi fría silla de metal y esperé a que los
otros estudiantes empacaran. Tati se dio la vuelta y me miró sin comprender. Alisándose el
cabello castaño rizado en una cola de caballo, susurró: "¿Por qué quiere que te quedes?"
Me encogí de hombros. "Ninguna pista."
“Oye, ¿tú y Matt quieren pasar el rato esta noche? Brandon quiere emborracharse.
“¿Por qué siempre asumes que estaré con Matt? No estamos saliendo.
Ella puso los ojos en blanco. “Lo sé, lo sé, no tienes citas. Supongo que estarás
con Matt porque ustedes siempre están juntos”.
“Necesito estudiar, en realidad. Me quedo en casa esta noche. Sin embargo, Matt
puede hacer lo que quiera”. Parecía que todos pensaban que Matt y yo éramos una pareja.
Sentía la presión de presentar mi solicitud para la escuela de posgrado, lo que parecía el
siguiente paso lógico, pero era como si no tuviera autocontrol cuando se trataba de Matt.
Quería estar con él cada segundo del día, pero mis calificaciones estaban sufriendo y
sabía que me caería de la primera silla con mis estúpidas payasadas.
"¿Por qué no os juntáis Matt y tú y acabad con esto de una vez?"
Pornsake se acercó en ese momento. "Bueno, Tatiana, es una bendición, y francamente
un milagro, que tu vulgaridad no se haya filtrado en tu oficio".
Pornsake siempre estaba parloteando sobre oficios. Tatiana era una música fenomenal,
pero una vez que dejó el violín, no había nada clásico en ella. Tenía un exterior duro y
mucha chica de Jersey en ella.
“Gracias, profesor, lo tomaré como un cumplido. Adiós, Gracia. Recogió su estuche de
violín. Cuando salió de la habitación, gritó por encima del hombro: "Ven esta noche
después de que tú y Matthias bone".
Pornsake me miró fijamente, sin expresión. "¿Dar un paseo conmigo?"
Pensé que estar en público era una buena opción. "Seguro." Me puse de pie y lo seguí
hasta la puerta. Caminó a un ritmo más rápido de lo normal, y rápidamente me quedé sin
aliento, arrastrando mi estuche de violonchelo detrás de mí, tratando de mantener el ritmo.
"¿A dónde vamos?"
"Verás. Está justo aquí abajo. Caminamos cuatro cuadras hasta que llegamos a la
esquina de un pequeño edificio de ladrillo. Estábamos parados frente a una tienda de
música. No había señalización, pero pude ver instrumentos musicales a través de la puerta
de vidrio. “Esta es la tienda de Orvin. Es el mejor fabricante de arcos del planeta.
Aspiré aire a través de mis dientes. "Profesor . . .”
"Por favor, llámame Dan".
“Dan. . . No tengo dinero para comprar un arco nuevo. yo solo iba a
reencordar el mío.
Él asintió con la cabeza en comprensión. “Grace, normalmente no hago
este tipo de cosas para mis estudiantes, pero quiero hacer esto por ti”.
“Te voy a comprar un arco porque tienes mucho talento. Me encanta la forma en que
tocas, y tienes un gran instrumento ahí”. Bajó la mirada hacia mi maletín. "Deberías tener
un gran arco".
Mientras esperaba mi respuesta, miré la forma en que sus ojos se arrugaban a los
lados cuando sonreía, y por primera vez encontré encanto en su rostro de buen humor.
"Está bien", respondí.
"Vamos, tienes que conocer a este tipo". Abrió la puerta y me indicó que entrara.
Detrás del mostrador se encontraba un hombre pequeño, de al menos setenta años, con
un mechón de cabello gris que le brotaba salvajemente a los lados de la cabeza.
“Daniel, hijo mío”, dijo con un fuerte acento alemán. “¿A quién me has traído?”
“Orvin, esta es mi alumna más talentosa, Grace”. ¿Wow en serio? No tenía ni idea.
Dejé mi violonchelo, me incliné sobre el mostrador y le estreché la mano. Sostuvo mi
mano en la suya durante unos segundos, inspeccionándola. “Pequeño y delicado para un
violonchelista, pero fuerte, por lo que veo”.
"Sí. Grace necesita un arco nuevo y me gustaría que tuviera el mejor”.
"Claro, claro, tengo algo que le quedaría perfecto". Entró en la trastienda y salió con el
arco más hermoso que jamás había visto.
Me lo entregó, y la madera suave en la base se sentía como mantequilla entre mis dedos.
"Wow, esto es tan suave".
“Es madera de brasil y plata auténtica, hecha con el pelo de caballo más fino”, dijo
Dan. Orvin asintió. Un momento después, Dan sacó su chequera de su bolsillo trasero,
miró a Orvin y arqueó las cejas.
"Once", dijo Orvin.
"¿Once qué?" Dije, elevando mi voz.
Ninguno me respondió. Vuelvo enseguida dijo Orvin, dirigindose al
trastienda y regresando un momento después con el arco envuelto.
Dan le entregó un cheque, hizo una reverencia y me miró.
"¿Listo?"
Le disparé mi mejor ojo peludo. “Estás bromeando, ¿verdad? ¿Me acabas de comprar un
arco de mil cien dólares?
“Considéralo una inversión. Vamos."
Una vez afuera, trató de pasarme el arco envuelto en papel.
“De verdad, Dan, no puedo aceptar esto. En serio, no puedo devolverte el dinero. I
Apenas tengo suficiente dinero para comer”.
"Entonces déjame llevarte a cenar", dijo, al instante.
Lo miré fijamente, parpadeando, mientras esperaba mi respuesta.
"I . . .”
No es una cita, Grace.
"Se siente como una cita". Dudaba en estar de acuerdo; Todavía no estaba seguro de lo
que Dan quería de mí.
Es sólo una comida. Podemos hablar de la orquesta que estoy formando este verano.
Estaba pensando que me gustaría que fueras parte de esto.
"Bueno. Um. . .”
"Vamos. ¿Por favor?"
Mi profesor de música de la universidad me rogaba que me llevara a cenar. Miré a mi
alrededor en busca de otras señales de que había sido transportado a un universo alternativo.
"¿A qué hora?"
Pasaré por Senior House a las siete. ¿Te gusta la comida tailandesa?
"Seguro."
“Hay un lugar a unas dos cuadras de tu dormitorio. Es bastante bueno."
Conozco el lugar. Nos vemos allí." El restaurante estaba justo enfrente de la tienda de
fotografía en la que Matt acababa de empezar a trabajar. Esperaba que no lo veríamos.
Para cuando regresé a Senior House, hacía mucho frío. Corrí por el vestíbulo hasta mi
habitación y practiqué durante unas horas con mi arco nuevo. Fue increíble cuánto cambió la
calidad del sonido. Amplificó la música aún más, llenando la habitación con notas nítidas.
A las seis me moría de hambre y, francamente, deseaba cenar con Porsake, aunque sabía
que sería incómodo. mi plan era
coma la mierda de la comida gratis y trate de mantener la conversación ligera. Elegí unos
leggins de lana morados y un jersey gris largo con botas. Me recogí el cabello en un moño
en la parte superior de mi cabeza y luego envolví una gruesa bufanda negra alrededor de
mi cuello. Agregué un poco de rímel y brillo de labios para darle una buena forma y luego
me fumé medio porro, en contra de mi buen juicio. Pensé que cenar con mi profesor de
música justificaba una pequeña alteración mental química. Bajé corriendo las escaleras y
entré en el salón, donde preparé una taza de chocolate caliente.
Carey Carmichael y Jason Wheeler, dos estudiantes que vivían en mi
piso, estaban sentados en el sofá de cuero, susurrando entre ellos.
"Oye, Grace, ¿dónde está Matt?" preguntó Carey.
Busqué a tientas en la pila de revistas en la mesa de la consola detrás
el sofá. “Creo que está en el cuarto oscuro de la escuela, revelando impresiones”.
Noté que Carey le lanzó a Jason una mirada inquisitiva.
Jason se dio la vuelta para mirarme. "Entonces, ¿están saliendo o qué?"
Otra vez esto no. "Somos amigos", le dije con cautela. "¿Por qué?"
"Oh, bien", dijo Carey, riendo. "Pensamos que ustedes estaban juntos".
"¿Y si lo fuéramos?" ¿Y por qué a alguien le importa?
“Pero no lo eres”, dijo Carey. Le disparé dagas. Nunca me había dado cuenta de que
se parecía a la versión femenina de Danny Bonaduce.
"¿Y si lo fuéramos?" Dije de nuevo, tratando de ser indiferente.
“Todo el mundo sabe que es solo una gran fiesta los viernes en el laboratorio
fotográfico del campus. Todo el mundo entra a escondidas y se follan entre ellos en las
salas de procesamiento de películas. Es como una orgía gigante de celuloide”.
Mi boca se abrió. Matt había estado yendo a las habitaciones oscuras cada
Los viernes por la noche, y siempre volvía un poco borracho y colocado.
"No como una orgía", dijo Carey, al ver mi expresión. “Todo el mundo simplemente
hace el tonto. Ya sabes lo apretados que son esos estudiantes de fotografía. Hay rumores
de que la gente lo hace en los cuartos oscuros privados”.
No tenía ni idea de lo que estaba hablando. Matt no me había mencionado nada de
eso. Tampoco sabía por qué me importaba. Era su vida, y yo no estaba en condiciones
de decirle qué hacer.
—Carey —dijo Jason, mirándola deliberadamente—. "Estoy seguro de que Matt no solo
está revelando impresiones allí".
Me sentí destrozado. Vete a la mierda, Jason.
¿Cuál es tu problema, Grace? ¿Eres un malditojodidozapatos o algo así?
"Nada." Miré el reloj. Eran casi las siete. "Tengo que ir."
9. ¿ Por qué no nos lo dijimos?
GRACIA
El aire fuera de Senior House me golpeó como una ráfaga ártica. El invierno se estaba
instalando. Corrí al semáforo, pulsé el botón de cruce de peatones, miré al otro lado de la
calle y luego me congelé por completo. Matt estaba parado al otro lado, mirándome
directamente. Llevaba una camiseta negra con una camiseta térmica gris de manga larga
debajo, jeans y botas. Era tiempo de abrigo, y mientras lo observaba desde el otro lado de
la calle, sus manos agarrando las correas de su mochila, pensé que podía verlo temblando.
Mi corazón se salto un latido; Tragué. Sonrió y no pude evitar devolverlo, aunque quería
hacerle un millón de preguntas sabía que no podía. Era su vida y éramos amigos. Cuando
llegó el momento de cruzar, caminamos uno hacia el otro y nos detuvimos en medio del
paso de peatones.
"¿A donde te diriges?" preguntó.
"Cena."
Sus ojos recorrieron mi cuerpo y regresaron a mis ojos. En los tres meses que lo
conocía, rara vez me había puesto algo mejor que sudaderas y ChapStick. Había un
anhelo en su expresión. Déjame acompañarte. Sus dientes castañearon, atrayendo mis
ojos a sus labios carnosos y su mandíbula sin afeitar. Quería frotar mi cara contra ellos.
El semáforo estaba a punto de encenderse y tuvimos que salir del medio de la calle.
“Te estás congelando, Matt. Solo vete a casa, estaré bien”.
Cruzamos la calle a toda prisa, hombro con hombro.
"¿Dónde vas a cenar?"
“El lugar tailandés a la vuelta de la esquina.”
Sus manos estaban hundidas en sus bolsillos y sus brazos apretados
contra su cuerpo. Puedo acompañarte.
“No necesito que me acompañes dos cuadras, Matt. Estoy bien."
Una mueca sutil brilló en su rostro y luego dio un paso hacia mí, extendió su mano y
acarició mi mejilla, nuestros cuerpos estaban separados por centímetros. Soltó un suspiro
débil y frustrado. ¿Quién te lleva a cenar? . . .
¿Gracia?"
Miré por encima del hombro de Matt y vi a Dan parado allí, con una mirada inescrutable
en su rostro. Matt se dio la vuelta y luego se volvió hacia mí, con las cejas arqueadas. "¿Por
favor?" No me gustó el humor en su tono.
Lo empujé lejos. “Vete a la mierda, Matt. Estoy seguro de que puedes encontrar algo.
más que hacer. ¿No hay una gran orgía en el cuarto oscuro a la que debas asistir?
"¿Qué?"
Puedo oler a ron en tu aliento.
"¿Así que lo que? Tuve una oportunidad con mis compañeros de fotografía. estaba volviendo a casa
ver si querías pasar el rato.
"No puedo. Tengo planes. Adiós, Matt. Me di la vuelta y no miré atrás.
Dan saludó con la mano a medias y le lanzó a Matt una sonrisa amistosa. No quería ver
la mirada en el rostro de Matt, así que lo jalé del brazo y me dirigí hacia el restaurante.
Una vez dentro, Dan acercó mi silla para mí. Fue amable y caballeroso y se ofreció a
elegir un vino para nosotros. Pasamos la primera hora de la cena conversando sobre la
orquesta que planeaba formar antes de que comenzara el verano. Estaba pensando en dejar
la Universidad de Nueva York y seguir su sueño de crear una orquesta itinerante de tiempo
completo.
Su fachada de maestro se desvaneció y su entusiasmo por la música lo hizo parecer un
compañero, no un profesor. Nos reímos mucho, y hubo una tranquilidad en la conversación.
Algo en él, su madurez y saber hacer, lo hizo parecerme atractivo por primera vez.
"¿Tú y Matt están saliendo?" preguntó.
Tuve que tomar una decisión en ese momento. No era propio de mí mentir, pero no quería
engañar a Dan y sabía por qué estaba haciendo la pregunta.
"Bueno, es complicado".
Bajó la mirada a sus manos inquietas. “Escuché a Tatiana esta mañana decir algo. . .”
"Me gusta Matt", solté. Lo cual no era una mentira en absoluto.
"Eso tiene mucho sentido."
"¿Qué quieres decir?" No estaba seguro de si pensaba que Matt y yo haríamos una
gran pareja o si estaba haciendo una declaración general sobre las citas en la universidad.
“Las chicas como tú siempre van por tipos como Matt”. Eso me molestó. No me gustó
que asumiera que sabía algo sobre Matt, aunque en ese momento mi opinión sobre Matt
probablemente no era mucho mejor que la suya.
"¿Qué, estamos en la escuela primaria, Dan?" De repente me puse extremadamente a
la defensiva. "¿Ciertas chicas solo pueden salir con ciertos chicos?" Le entrecerré los ojos
y me incliné hacia delante. “Espera, ¿es por eso que me compraste un arco y me llevaste a
cenar? ¿Pensaste que saltaría a la cama contigo?
Extendió la mano para detenerme. "Esperar. Antes de que dejes que tu imaginación
saque lo mejor de ti, la respuesta es no. No quiero acostarme contigo. Sus ojos se
dispararon hacia el techo. Ladeó la cabeza hacia un lado. "Bueno en realidad . . .”
"Olvídalo." Empecé a levantarme.
“Detente, Grace. Lo que estoy tratando de decir es que los universitarios como Matt
generalmente tienen una cosa en mente, ¿sabes? Yo era como él una vez; Sé estas cosas.
Te compré el arco porque quería que lo tuvieras. Te invité a cenar porque me gusta hablar
contigo. Las cosas no siempre son tan blancas o negras como las pintamos cuando éramos
jóvenes. Soy menos de una década mayor que tú, pero en mi tiempo he aprendido mucho:
hay muchas áreas grises. Ir a cenar por la noche con un hombre no tiene que ser sobre
sexo”.
Tragué saliva, pero todavía me encontré sin palabras. él se acercó
y agarró mi mano por encima de la mesa. "¿Bueno?"
"Está bien", dije. Nos sumimos en un silencio incómodo durante el resto de la comida.
Después de la cena, me acompañó de regreso a Senior House y ni siquiera hizo un
gesto para pedirme un abrazo. Le di las gracias por la reverencia y la cena y le dije que lo
vería mañana. Cuando abrí la puerta del vestíbulo, inmediatamente escuché Operation Ivy
sonando a todo volumen en el estéreo del salón, diciéndome que procediera con precaución.
Escuché varias voces riendo y hablando, y cuando doblé la esquina vi a Matt en el sofá con
su brazo alrededor de una chica que se veía exactamente como Rachel de Friends. Me vio,
levantó un vaso lleno de un líquido marrón y gritó: “¡Tiros al cuerpo!”. Se pegó una lima
cuña en la boca de la niña, agitó un salero en su escote, y luego, no bromeo, me sonrió
antes de lamer la parte superior de los senos de la niña. Tomó el trago y cubrió su boca con
la suya.
Las otras personas en la habitación se hicieron visibles para mí mientras apartaba mi
atención de la escena, que me estaba provocando náuseas. Todo el mundo parecía estar
pasando un buen rato.
Matt, que había logrado liberar su boca, ahora me miraba.
"¿Quiero uno?" Levantó una botella de tequila.
Lo apagué y caminé hacia las escaleras, pero él estaba detrás de mí en
un instante. "¿Cómo estuvo tu cita con Pornsake?"
Ni siquiera me di la vuelta. “No fue una cita. Solo fue una cena.
“Está bien, Gracia. Lo que digas."
Me di la vuelta con ira en la parte superior del rellano. "Qué pasa si te digo
que tuve sexo con él?
"Diría que eres un mentiroso". Había estado bebiendo mucho. Podría decir. Nada lo
detenía.
“Me compró un arco para mi violonchelo, así que se la chupé en el baño del local
tailandés”.
Sus labios se aplanaron mientras buscaba mis ojos. "¿Oh sí? Entonces, ¿por qué no
vienes y pasas el rato en el salón con mis amigos? Nunca puedes tener demasiadas chicas
a las que les guste hacer mamadas”.
"De acuerdo, vamos." Pasé junto a él y bajé tres escalones. Permaneció clavado en las
escaleras, luciendo desconcertado por unos momentos antes de alcanzarme.
En el salón, agarré la botella de tequila y tomé un par de tragos, luego me acerqué a un
chico alto y rubio con cabello largo. "Soy Gracia". Saqué mi mano.
"Hola, Grace", dijo, estrechándome la mano con delicadeza. "¿Eres la Gracia de Matt?"
Resoplé. "No soy la Grace de nadie". Le ofrecí la botella y miré para encontrar a Matt
de vuelta en el sofá, excepto que esta vez estaba solo, mirándome.
Pasó una hora de beber y drogarse. Me sentía realmente fuera de sí. Rachel de Friends
estaba de regreso, y mi amigo rubio se acercaba poco a poco
y más cerca de mí cuanto más hablamos. Aún así, Matt no había quitado los ojos de encima.
a mí.
"¿Quieres ir a mi habitación?" preguntó mi amiga rubia.
"Seguro."
Me apartó del salón hacia las escaleras. Llegamos al primer rellano cuando me empujó
contra la pared e intentó besarme. Giré la cabeza. "No."
Él rió. "¿Qué pensabas que íbamos a hacer en mi habitación?"
"¿Pasar el rato?" Dije, sonrojándome.
Él sacudió la cabeza hacia atrás. "¿Así que solo eres un pequeño bromista?"
"Eso es suficiente." Matt agarró la parte posterior del cuello del chico rubio de una
manera un tanto amistosa pero claramente queriendo dejar claro un punto. “Ella está
malditamente perdida, hombre. ¿De verdad quieres tener sexo con eso? Amigo, ella es un desastre.
Fruncí el ceño.
El tipo rubio lo miró. "Tienes razón." Puso los ojos en blanco y luego bajó las escaleras
y volvió al salón.
Caí en los brazos de Matt y me desmoroné por el agotamiento. Solo quería que todo
fuera normal entre nosotros. Quería que Matt me contara todo y volviera a ser mi mejor
amigo, pero me preocupaba que algo hubiera cambiado entre nosotros en el lapso de un
día. Me abrazó y susurró cerca de mi oído: "¿Qué estás haciendo, bebé?"
Comencé a llorar. Admito que llorar fue muy tonto, pero el alcohol, la marihuana y mi
comportamiento estúpido estaban causando estragos en mis emociones. "¿Te disgusto?"
"¿De qué estás hablando?"
“Le dijiste a ese tipo, '¿De verdad quieres tener sexo con eso?' ¿Que se supone que
significa eso?"
“Grace, tus ojos están, como, casi completamente cerrados. Estás súper drogado y
borracho. Conozco a ese tipo y probablemente no le hubiera importado si te desmayaras
con él; él todavía se habría aprovechado de ti.
Planté mi cara en mis manos y comencé a llorar aún más. El pequeño
cantidad de rimel que estaba usando corría constantemente por mi cara.
"Vamos. Olvidémonos de esta mierda. Me empujó escaleras arriba.
Dentro de mi habitación, dejé las llaves en mi escritorio y me tambaleé hacia
el cuarto de baño. Escuché que Matt puso un CD de U2 en el estéreo.
Cuando estábamos solo nosotros dos juntos, era como si todo estuviera bien y pudiéramos
ser Grace y Matt. No había necesidad de discusión. Pero allá afuera en el mundo real. . . .
Salí del baño para encontrarlo jugando con el termostato.
“Me estoy asando. ¿Qué diablos pasa con el calentador? él dijo.
“Daria puso una orden de trabajo. Le pregunté ayer. El horno en nuestro pasillo estaba
estropeado y no funcionaba durante tres días seguidos, luego de repente comenzaba a
funcionar pero no se detenía. Eso es lo que obtienes cuando vives en un edificio antiguo en la
ciudad de Nueva York.
Empecé a moverme fuera de mis medias. "Date la vuelta", le ordené, pero él continuó
observándome. "Date la vuelta, me voy a cambiar". Finalmente lo hizo. A disgusto. Me puse un
vestido de flores de verano que estaba en un montón de ropa en mi cama, luego me senté en
el suelo y observé cómo Matt se quitaba los zapatos. Se deslizó por la madera dura en
calcetines e intentó forzar la ventana para abrirla. “Hará frío aquí muy rápido si abres eso”.
Se giró y me miró, vistiendo casi nada en mi diminuto vestido de tirantes finos. Y luego se
quitó la camisa. Se me cortaba la respiración cada vez que lo veía sin camisa. Sus hombros
eran anchos pero su cintura era estrecha, y usaba sus jeans bajos en sus caderas, a veces
con boxers, a veces sin ellos. Esa noche estaba sin calzoncillos y usando el cinturón de
cordones que le había hecho.
"¿Qué estás mirando?" Caminó hacia mí, sonriendo.
“No te halagues a ti mismo. Estaba mirando tu genial cinturón.
“Claro que lo estabas.” Agarró la botella de tequila de mi estantería, tomó un trago y me la
entregó, pero lo deseché. No pude beber ni una gota más. “Mi otro cinturón se rompió. Mi
mamá me va a hacer uno nuevo cuando esté allí para el descanso.
"¿Ella hace cinturones?"
"Sí, ella es astuta".
"¿Como lo hace ella?"
“Usa pequeñas herramientas de metal para crear diseños en el cuero”. Señaló la correa
de cuero de su cámara, que estaba sobre mi mesita de noche, donde la había dejado el día
anterior. No miré por encima. Todavía estaba ocupado mirando su rastro feliz. . que no se
le escapó. Cuando miré .su rostro, vi que sus ojos estaban sobre mí, sin pestañear.
Salí del aturdimiento y me estiré para recoger la cámara.
Había un intrincado patrón de círculos y triángulos perforados en el cuero. "Eso es realmente
genial."
Inclinándose sobre mí, extendió su mano. "Vamos, baila conmigo".
"¿Qué? No."
"Sube aquí y baila conmigo, pollo".
“No soy muy buen bailarín y estoy demasiado borracho”.
"Parecías ser bastante bueno en esa pequeña coquetería en el salón con lo que es su
cara".
“Me siento estúpido por eso. Por favor, no lo menciones. De todos modos, tú eras el
que hacía tomas al cuerpo con Jennifer Aniston”.
"Ella se parece un poco a Jennifer Aniston, ¿eh?"
Rodé los ojos.
“Vamos, sube aquí. Yo guiaré Todo lo que tienes que hacer es seguir”.
Tomé su mano y me puse de pie. Me reí nerviosa pero él no dudó; Presionó una mano
en la parte baja de mi espalda, agarró mi otra mano con la suya y me atrajo hacia su pecho
desnudo. —Ponme la mano en el hombro, Gracie.
Entró la canción “With or Without You” de U2. Matt se balanceó al ritmo y luego me
empujó hacia atrás y me hizo girar. Cuando me trajo de vuelta, nuestros cuerpos estaban
aún más cerca que antes. Dejó caer la cabeza y besó mi hombro desnudo. Mi corazón
estaba acelerado. Su piel estaba caliente contra la mía. Dejamos de movernos y nos
alejamos unos centímetros del otro. Pasé mi dedo índice por la hendidura de sus oblicuos
y admiré los músculos esculpidos de su bajo abdomen. La profunda V de sus abdominales
parecía apuntar hacia abajo, enviando mis ojos a un pequeño viaje hacia el sur. Pude ver
por la forma en que su pecho se movía que su respiración también se había acelerado.
"¿Qué estás haciendo?" Su voz era baja.
"Lo siento . . .” Traté de sacar mi mano de su estómago, pero él la agarró y la volvió a
colocar.
"No tienes que parar".
Puse mis manos en su cintura y las deslicé por sus lados duros hasta su pecho y el
suave mechón de cabello en el centro antes de que se posaran detrás de su cuello.
Empezamos a balancearnos, como si estuviéramos bailando lento. Sus ojos estaban
cerrados pero estaba sonriendo. "Mmm. Mi turno."
No me tomas en serio, ¿verdad, Matt?
Sus ojos se abrieron. Me acercó a su cuerpo para que pudiera sentirlo.
duro contra mí. "¿Es eso lo suficientemente serio para ti?" dijo, bruscamente.
Lo empujé y me tambaleé hacia un lado. Se sentó en la cama y golpeó el reproductor
de CD con el pie para detener la música. Inclinándose, apoyó los codos en las rodillas,
dejando caer la cabeza entre ellas. "Lo lamento."
"Yo tambien lo siento." Me arrastré por el suelo, sintiéndome avergonzado por
primera vez en mucho tiempo. Me dejé caer a su lado y puse mi brazo sobre su hombro.
Nos acostamos en la cama y miramos al techo. Apoyé la cabeza en su brazo como lo
habíamos hecho tantas veces antes.
“No es justo que yo haga eso. Lo siento mucho, Matt.
"Está bien", dijo, pero no creo que lo dijera en serio.
Había pensado una y otra vez en mi cabeza cómo le diría lo que quería decirle, pero
salió todo mal. “¿Quieres que me desnude? Quiero decir, ¿quieres tomarme una foto
el. . .” . . de mí, de mí? puede . . . ya sabes, como la chica desnuda en
Él se rió. “¿Crees que eso va a ayudar en mi situación, Grace?” Él
levantó la cabeza y se miró la entrepierna.
Podía sentir que mi cara estaba caliente y completamente roja. "No me refiero . . .”
Tragué y las lágrimas comenzaron a nublar mis ojos. Mi voz no sonaba como la mía.
Soné tan débil. "Soy virgen, Matt".
No había muchas vírgenes de mi edad en la Universidad de Nueva York, y
comenzaba a preguntarme si había perdido mi oportunidad. Eso es lo que sucede; a
medida que envejeces, se vuelve más y más difícil buscar una relación íntima con alguien.
Lo había evitado porque estaba muy concentrado en la escuela y la música. Para el
segundo año, yo era literalmente la única persona que conocía que todavía era virgen.
Me sentí como una broma. Y tenía miedo de que los chicos pensaran que era raro o
inexperto.
El rostro de Matt estaba arrepentido y sus ojos estaban muy abiertos. Me rozó la mejilla
con la palma de la mano. “Lo sé, Gracia. Lo supe desde el primer día que nos conocimos.
No tienes que hacer nada. Lamento haberte hecho sentir de esa manera.
"¿Supieras?"
El asintió. Supongo que era tan obvio. ¿Tenía tatuado “VIRGEN” en la frente?
"Solo pensé que tal vez querrías tomarme una foto, como la otra chica".
Pude ver en ese momento que Matt sabía que significaría más para mí que para él.
“Me encantaría fotografiarte, Grace. Siempre querré fotografiarte”.
Se levantó de la cama y respiró hondo para recuperarse antes de agarrar su cámara.
Volviendo a mirarme, acurrucado en mi vestido, dijo: “Solo tomaré las fotos. Haz lo que te
haga sentir cómodo, ¿de acuerdo?
"Bueno. ¿Podemos tener música?
"Por supuesto." Cambió el CD y puso "Lover, You Should've Come Over" de Jeff
Buckley. Me moví hasta el borde de la cama y levanté el vestido sobre mi cabeza, lo arrojé
a un lado, y luego deslicé mis bragas hasta mis tobillos y me las quité, sin mirar a Matt ni
una sola vez. Sosteniendo mis manos sobre mis pechos desnudos, lo escuché tomar
algunas fotos mientras estaba sentada allí, muy quieta, mirando hacia el suelo. Se acercó
a la lámpara y colocó un material delgado sobre la pantalla, atenuando la luz. Me giré y
eché la colcha hacia atrás, revelando las sábanas blancas antes de recostarme sobre la
almohada. Finalmente lo miré, pero mantuve mi cuerpo cubierto con mis manos lo mejor
que pude.
Su cabeza estaba inclinada hacia un lado, como si estuviera estudiando la composición,
mientras sostenía la cámara por el lente en su mano izquierda. Mientras caminaba hacia
mí, me di cuenta de que estaba tratando de leer mi expresión. Se paró sobre mí en el
borde de la cama y pasó su mano derecha sobre mi rodilla apoyada antes de rozarla por
mi pantorrilla. "Trata de relajarte, ¿de acuerdo, bebé?"
Asentí con nerviosismo. “Mis senos son muy pequeños”.
Sacudió la cabeza y sonrió. “Quita tus manos, Grace. Eres hermosa." Algo sobre la
confianza de Matt y la forma en que tomó
la fotografía tan en serio me hizo más fácil posar para él. Cuando apartó la cámara de sus ojos,
pude ver la expresión beatífica en su rostro. Me recordó la forma en que me sentía cuando tocaba
música. Era como si le pasara algo trascendente cuando tomaba fotografías.
Cerré los ojos y respiré entrecortadamente, puse las manos sobre mi cabeza y luego escuché el
chasquido del obturador cuando Jeff Buckley me prometió que nunca terminaría.
Más tarde, mientras yacía envuelto en mis mantas, vi a Matt recorriendo la habitación. "¿Qué
estás haciendo?"
“Buscando mi camisa.”
Lo saqué de debajo de la cama. "Lo encontré. Pero ahora es mío.
Lo saqué por encima de mi cabeza. Me encantaba cómo olía la ropa de Matt, como a suavizante
de telas y jabón para hombres.
"¿Retener mi ropa como rehén?"
"¿Quédate conmigo?"
Me miró fijamente durante un tiempo incómodamente largo.
"¿Mate?"
"Está bien", dijo en voz baja. Se quitó los vaqueros y vino hacia mí en calzoncillos. Cuando
retiré la vieja colcha, se deslizó entre las mantas. "Ven aquí, Gracie", dijo, tirando de mí hacia él.
Me desmayé en sus brazos.
¿Sería capaz de dejar de pensar en cómo se sentía estar envuelta en él de esa manera?
Nuestros cuerpos se fusionaron en uno. Dormir solo nunca volvería a sentirse normal. La forma
en que se movía era segura. Masculino. Deslizarse en su abrazo fue lo más natural. Tal vez fue
por todos los meses que habíamos estado estudiándonos, esperando este momento. O tal vez
fue porque ya había hecho esto antes.
10. Fue entonces cuando me tuviste
GRACIA
Matt se había ido por la mañana. No había duda de que estaba poniendo a prueba
su autocontrol.
Pornsake actuó normal en la sala de práctica el sábado, pero Tatiana me miró de
forma extraña. “Eres un poco radiante, Grace. Oh. Mi. ¡Dios!" Se inclinó sobre su
silla para acercarse a mí. "¿Te deshuesaste Pornsake después de la clase de ayer?"
"¡Dios no! Y cállate. Miré a mi alrededor a los otros estudiantes, que nos estaban
observando.
Dan hizo un anuncio que nos salvó de la incómoda atención. “Para aquellos de
ustedes que estén interesados en ir al extranjero el próximo año conmigo como parte
de una orquesta que estoy armando, por favor quédense después de la práctica.
Haremos pruebas esta tarde”.
Empaqué mi violonchelo y seguí a Tatiana hacia la puerta. Dan
agarró mi brazo. "Grace, ¿no vas a probar?"
Miré su mano en mi codo. Dan se estaba acercando demasiado para su
comodidad. “Debería haberte dicho. Estoy aplicando a la escuela de posgrado.
Entregué mis solicitudes esta mañana.
“Pero hablamos sobre la gira anoche. . .”
“Dan. . . Profesor, he estado planeando ir a la escuela de posgrado desde mi
primer año. No estoy seguro de poder levantarme e irme por un año y medio”.
“La escuela de posgrado siempre estará ahí, Grace. Me arrepentí de no haber
hecho más cosas así cuando tenía tu edad. Es por eso que me estoy tomando el
tiempo libre ahora”. Parecía frustrado.
“Esto no se trata de. . .”
"¿Qué?"
"No importa." Sentí celos de él. Traté de aclarar. "Lo más pronto
Si termino con mi educación, antes podré comenzar a ganar dinero”.
“No debería ser por dinero, Grace. Estamos hablando de música aquí.
Tienes más pasión que cualquier otro estudiante con el que me haya cruzado. Miré a Tati,
que estaba de pie en la puerta, escuchando.
“Se trata de dinero para mí porque no tengo ninguno”. Me reí amargamente. "Y
Tengo un montón de préstamos estudiantiles que pagar”. Me solté de su agarre.
"Ya veo", dijo con voz mordaz. Él asintió y me apresuré hacia Tati.
Una vez que estuvimos fuera del salón de clases, Tati chocó conmigo.
"Creo que acabas de romper el corazón de Pornsake".
“Es muy amable, pero no entiende”.
"Supongo que yo tampoco".
"¿Qué quieres decir? No tengo dinero ni apoyo. Tu crees
viajar por Europa es gratis?
“No creo que esa sea la única razón”.
Sabía que quería mencionar algo sobre Matt. Ni siquiera lo digas. Si crees que es una
buena idea, entonces pruébalo”.
Ella se detuvo abruptamente. "Creo que lo haré." Se dio la vuelta y se dirigió de nuevo
a la clase. "Nos vemos, Gracia". Tati no tuvo que probar nada.
Ella era así de buena. Sabía que Pornsake la llevaría, pero creo que ella también quería
que yo fuera. Fue frustrante que ella no entendiera mi situación.
De regreso al dormitorio, pasé por la tienda de Orvin. Él estaba sentado
en un banco afuera.
"Hola, Orvin". Me miró y entrecerró los ojos. Soy yo, Grace.
¿Recordar? ¿Entré con Dan?
"Oh sí." Palmeó el banco a mi lado. "Siéntate, dulce niña".
Ya se estaba haciendo tarde y hacía frío y estaba especialmente ventoso ese día.
mientras taxi tras taxi pasaba zumbando. “El nuevo arco es fantástico, por cierto”.
Él sonrió hasta los ojos. “Me alegra mucho escucharlo, Grace”.
“No puedo creer la diferencia en el sonido”.
Siguió mirando hacia adelante pero puso su mano sobre la mía. “No lo olvides, esas
son solo herramientas. La música viaja a través de los instrumentos, pero sale de ti, de tu
alma”.
Guau. "Sí", susurré, lleno de completa comprensión.
Dan tiene mucha fe en ti.
"Lo hace. Pero me canso de las cosas clásicas y eso me mete en problemas”.
"¡Ja!" Él se rió. “Lo entiendo, querida. Los mejores músicos rompen las reglas.
La cosa es que tienes que conocer las reglas antes de que puedas romperlas”.
Nos sentamos allí en silencio durante mucho tiempo. Cerré los ojos y luego él
dijo: "Hay música a nuestro alrededor, ¿no?"
Podía escuchar los autos chirriando, las bocinas sonando, los niños riendo y el constante
tintineo de las tuberías que emanaban de las tapas de las alcantarillas. Y luego, de repente, todos
los sonidos confusos se volvieron claros y se fusionaron en la sinfonía más hermosa. La partitura
a mi vida.
Abriendo los ojos, miré y noté que Orvin me estaba mirando. “¿Ves lo que quiero decir? Está
dentro de ti.
Mis ojos estaban nublados por el viento pero más por la emoción. "Sí."
“Tienes que aprender a volar antes de poder volar”.
Le di las gracias a Orvin una y otra vez. Cada día, estaba aprendiendo cómo simplificar mi
vida. Tal vez de eso se trataba realmente crecer. Los adultos siempre dicen lo complicada que se
vuelve la vida a medida que envejecemos, pero en realidad, creo que solo buscamos desafíos
más grandes que superar. Nuestros mayores temores van desde dormir sin nuestro amado osito
de peluche hasta descubrir que no tenemos un propósito en la vida. ¿El tiempo, la madurez y la
superación de obstáculos ofrecieron el tipo de satisfacción tan evidente en Orvin? ¿O simplemente
nos rendimos y nos entregamos a la vida que ya estábamos viviendo?
“Vuelve a verme pronto”, dijo mientras se levantaba del banco.
"Seguro que lo haré."
En mi billetera, tenía una tarjeta telefónica que había ganado en la rifa mensual del dormitorio.
Encontré un teléfono público y llamé a mi mamá.
"Grace, ¿cómo estás, querida?" Parecía ocupada. pude escuchar mi
padre gritando a mis hermanos en el fondo.
"¿Cómo están todos?"
"Tu padre perdió su trabajo otra vez".
"Oh, no, no otra vez", le dije, aunque no me sorprendió en lo más mínimo.
Ella dio un suspiro de exasperación. "Si de nuevo."
“Tenía muchas ganas de volver para Navidad. Puedo conseguir un trabajo de temporada en
el centro comercial y ayudar”.
“Oh, Grace, eso sería maravilloso. ¿Puedes pagar el vuelo?
"Pensé que en lugar de recibir regalos de Navidad de ti y de papá, ¿podría tomar un vuelo
a casa?" Un pequeño rayo de esperanza parpadeó dentro
a mí.
Sus siguientes palabras lo apagaron. “No podemos permitírnoslo, cariño. Lo lamento."
No había estado en casa durante casi un año. Sentía lástima por mi madre y no quería ser
una carga para ella, pero estaba enfermo por el hogar y extrañaba a mis hermanos, su charla y
la energía que sentía en nuestra casa, incluso cuando los tiempos eran difíciles. La idea de
pasar las vacaciones sola en Senior House me aterraba. Era como las últimas semanas del
verano cuando estaba solo. Antes de que Matt hubiera llegado.
Cue largo e incómodo silencio. "De acuerdo mamá. Oye, necesito guardar los minutos en
esta tarjeta”.
“Está bien, entiendo. Te amamos, cariño”.
“También te amo, mamá”.
Pasé la tarde solo en mi habitación, bebiendo vino barato y sintiendo pena por mi madre,
pero sobre todo por mí. Mi puerta estaba entreabierta cuando Matt vino por el pasillo después
del trabajo tarde esa noche.
Lo empujó para abrirlo. "TOC Toc."
“Adelante. Pasa el rato”. Yo estaba tocando mi violonchelo cerca de la ventana, usando
Camiseta de Ramone de Matt.
Entró y dejó su bolsa de mensajero. "Supongo que nunca recuperaré mi camisa".
Lo miré sonriendo cerca de la puerta. Algo se apoderó de mí. Me puse de pie y caminé
hacia él, tirando descaradamente de su camisa por encima de mi cabeza. No llevaba nada más
que un sostén y ropa interior. Le entregué la camisa.
"Ahí tienes".
Parpadeó. “Um. . .”
Bésame, Matt.
Cerró la puerta con el pie. "¿Estas borracho?"
"Bésame."
Envolví mis brazos alrededor de su cuello. Su mano fue a mi espalda baja mientras
se inclinaba y luego, finalmente, me besó.
Al principio, el beso fue lento y delicado, pero luego nos movimos más rápido, las
lenguas se retorcían y las manos vagaban. Nuestra piel ardía de calor, y todo se
sentía más urgente. Nos besamos y besamos, y pronto ansiaba que me tocara por
todas partes.
Busqué a tientas su cinturón.
"Lo tengo", dijo, quitándose los zapatos. Mientras me quitaba el sostén y las
bragas, él se quitó los jeans. Moví mi mano al frente de sus boxers.
"¿Quieres?" Yo pregunté.
"¿Haré qué?" dijo, sin aliento.
“¿Tener sexo conmigo?”
Tomó mi cuello e inclinó mi cabeza hacia arriba para mirarlo a la cara.
Había pura reverencia en sus ojos. "¿Quieres que sea yo?"
Asenti.
Se inclinó y me besó de nuevo y luego su boca se movió a mi oído.
"Grace, nunca he querido nada más en toda mi vida que estar dentro de ti ahora
mismo". Los nervios se dispararon a través de mis piernas y brazos solo de pensar
en él dentro de mí. “Pero no vamos a hacer esto cuando has estado bebiendo tanto.
Confía en mí. ¿Bueno?"
“Sin embargo, me siento valiente”.
"Lo sé, pero no quieres estar insensible".
"¿No?" Susurré.
"No bebé."
Sabía que tenía razón. "Bueno."
Me sostuvo contra su pecho durante unos segundos antes de separarse. Extendí
la mano y lo toqué a través de sus bóxers. “Podemos hacer otras cosas”.
Vi los músculos de su cuello moverse mientras tragaba. "Métete en la cama", dijo,
y lo hice. Se quitó los bóxers. Era la primera vez que lo veía así, desnudo y vulnerable,
y tan dolorosamente excitado que realmente sentí pena por él. No era el primer pene
que veía, pero dadas las circunstancias definitivamente fue el más impactante. Me
asustó un poco. No podía creer que prácticamente le estaba rogando un segundo
antes.
Cuando vio mi expresión aterrorizada, dijo: "No te preocupes, se sentirá
bien cuando estés listo.
Se deslizó en la cama detrás de mí, cuchareándome. Nuestros cuerpos estaban
calientes mientras nos apretábamos uno contra el otro. Me apartó el pelo a un lado y me
besó el hombro. Me estremecí y luego me relajé en sus brazos y cerré los ojos.
Sostuvo una mano alrededor de mi cintura y la otra acarició los costados de mi
mi pecho mientras continuaba dejando un rastro de besos en la parte posterior de mi cuello.
“¿Por qué estabas molesto conmigo el otro día? Quería preguntarte —él
susurró. Me encogí de hombros. "Dime."
“Porque Carey y Jason dijeron que todos en el departamento de fotografía tienen una
orgía en el cuarto oscuro los viernes.”
Su pecho retumbó de la risa. "Eso es ridículo. Te llevaré al cuarto oscuro este viernes.
No hay nadie allí excepto un par de nerds del arte, como yo”.
"¿Por qué dirían eso?"
"No sé. Tal vez sea un mito urbano del campus”.
Me relajé más en su cuerpo. La mano alrededor de mi cintura agarró mi
cadera y apretado. "Tienes que decirme lo que está pasando en tu cabeza".
“Por el momento, nada. Tus manos me están matando el cerebro. I
soltó una risita, pero Matt no se estaba riendo.
"¿Qué está pasando con Porsake?"
"Su nombre es Dan".
"¿Qué está pasando con Dan el hombre?"
"Nada. Él es agradable. Él es mi maestro. Me compró un moño y se ofreció a comprarme
la cena. Fin de la historia. Ah, y está formando esta orquesta para ir al extranjero, por toda
Europa. Él quiere que yo lo haga”.
Sentí a Matt ponerse rígido. "¿Por cuánto tiempo?"
"Un año y medio . . . pero no voy Es demasiado largo y no quiero posponer la escuela
de posgrado”.
Besó mi oreja. "Bueno." Lo sentí relajarse de nuevo.
Su mano se deslizó más abajo y jadeé cuando hizo contacto con la parte más sensible
de mi cuerpo. Primero hizo círculos lentos y deliberados, suavemente, y luego agregó más
presión. Sentí el aire en mis pezones y un hormigueo en mi giro. Mis piernas temblaron.
"¿Alguien te ha tocado así?"
"No." La palabra salió como una ráfaga de aire.
Besó mi oreja. "¿Alguna vez te has tocado así?"
Asenti.
"Dime que te gusta."
"¿Que estas haciendo?" gemí.
Te deseo tanto, Gracie.
Con toda la tensión que habíamos acumulado el uno para el otro durante los últimos
meses, y después de varios minutos del trabajo manual de Matt, sentí que estaba ocurriendo.
Nunca cambió su movimiento; él sabía exactamente lo que me estaba haciendo. Era
casi doloroso lo alterado que estaba, pero sabía que lo necesitaba para la liberación.
Puse mi mano sobre la suya para que no se detuviera. Mi estómago se contrajo y frías
oleadas de electricidad se dispararon a través de mis piernas. Pensé por un minuto en
lo que Matt estaba presenciando y los buenos sentimientos comenzaron a disminuir.
Él susurró: “Relájate. Déjalo ir." Y entonces lo hice, y todo volvió a acumularse,
más rápido esta vez, hasta que no hubo forma de detenerlo. Mi cuerpo latía una y otra
vez. Sostuvo su mano grande y cálida contra mí mientras besaba y chupaba mi cuello
hasta que paró el temblor.
Mi cabeza se presionó con fuerza contra su hombro. "Dios", fue todo lo que pude
decir.
Pasó sus manos arriba y abajo de mis brazos. "Eres tan bella."
Había experimentado ese sentimiento antes, pero solo, y nunca esperé sentirme lo
suficientemente cómodo con alguien como para dejarlo ir así. Matt sabía exactamente
qué hacer.
Me giré para mirarlo y nos besamos. "Gracias", le dije cerca de su oído. Traté de
profundizar el beso, pero se detuvo y dijo: "Hora de dormir, jovencita".
Me pellizcó el trasero.
"¡Ay, imbécil!"
Vete a dormir, Grace.
"¿No quieres que te haga cosas?"
“Sí, pronto, antes de que muera. Pero no esta noche."
"¿Donde lo aprendiste?" Pregunté, mi voz ronca.
Estaba de espaldas y yo estaba de lado, recostada en el hueco de su brazo,
mirándolo.
"¿Dónde aprendí qué?"
"Que me hiciste. ¿Todos los chicos lo saben?
Estaba callado. Pude ver sus ojos parpadear mientras miraba hacia el techo.
Creo que estaba tratando de averiguar cómo responder a la pregunta. Un débil resplandor entraba
por la ventana desde el exterior. Había suficiente luz de luna asomándose a través de la sombra
para que pudiera ver la sonrisa perezosa de Matt. “No sé si todos los chicos saben cómo hacerlo,
pero si les dijera cómo lo aprendí, se reirían”.
"Oh, debes decírmelo ahora". Le mordí el brazo. "¿Qué, eres como un conocedor del porno?"
"No. Los hombres no aprenden nada del porno. Creo que el porno se trata más de complacer
a los hombres”. Matt era sabio más allá de su edad.
"Hmm, tal vez debería ver algo entonces".
"Estarás bien. Tu mera existencia es lo suficientemente agradable. Confía en mí."
Empujándome de su brazo, rodé sobre mi otro lado, de espaldas a él. “Oh, por favor, Matt. No
sé nada y me voy a avergonzar cuando lo hagamos”.
Se dio la vuelta y me acurrucó contra su cuerpo, cuchareándome. Su voz era baja. No pienses
en hacerlo más, ¿de acuerdo, Grace? Dejemos que suceda de forma natural”.
"Bien." Dije a través de un bostezo.
Yacíamos en la luz brumosa, tambaleándonos al borde del sueño. “Mi madre me enseñó”.
"¿Qué?" Eso me despertó. "¿Tu mamá te enseñó qué?"
“Bueno, ella es una especie de hippiefeminista. No es que ella me haya mostrado qué hacer.
Ella siempre estaba tratando de enseñarnos a mi hermano y a mí cómo tratar a las mujeres por
igual, y supongo que esto era solo parte de eso”.
"Y entonces . . . ?”
“Me dio un libro sobre el orgasmo femenino y básicamente me dijo: 'No seas gilipollas'. ”
Me reí tan fuerte que mi cuerpo se enroscó en una pequeña bola. "¡Guau!" Me reí. “Me gusta
mucho tu mamá, Matt”.
"Ustedes dos se llevarían bien".
“¿Así que leíste el libro?” Yo pregunté.
Cada maldita página. Muchas veces."
“Bueno, sin duda sobresalió en el examen práctico, aunque estoy seguro de que no era
la primera vez que lo tomaba”.
No hables más, Gracie. Cierra tus ojos."
"Tal vez pueda conocer a tu madre en algún momento".
"Sí." Estuvo en silencio durante unos minutos. "Espero."
Me desperté solo a la mañana siguiente. En mi mesita de noche había un bagel, café y
una nota.
GRAMO
Tuve que correr. Daria tenía bagels, así que compré uno para ti. Solo cómelo, no lo huelas
primero, o de lo contrario percibirás un olorcillo a palitos de pescado. Qué es
para que
¡¿con
ella?!
podamos Tengo
y rqesolver
hablar ue trabajar
las ceosas.
sta noche,
pero
me voy debo acudir al PhotoHut equivocado
a casa
California para Navidad. ¿Quieres venir con? Puedes conocer a mi mamá
y agradécele sus locas habilidades. Paz, M mi
La idea de pasar la Navidad con él puso una gran sonrisa en mi rostro.
11. Hicimos promesas tácitas
GRACIA
Pasé toda la tarde con Tati en Washington Square Park. Se suponía que íbamos a
practicar, pero terminamos fumando un porro y le di los detalles de anoche. Creo
que su reacción fue: "No puedo creer que hayas experimentado la gran O. Eso es
como saltarse diez pasos e ir directamente al estado de deshuesado durante años".
Me sonrojé unos diez tonos de rosa.
El clima rápidamente se volvió frío y sombrío, y cuando dejé a Tati en el parque,
sentí la primera gota de lluvia en mi mejilla. Mierda. Tenía seis cuadras por recorrer,
sin paraguas ni dinero de sobra para un taxi, y un violonchelo enorme.
En el tiempo que tardé en llegar a PhotoHut, los cielos se abrieron y me empapé
en cuestión de minutos. Mientras corría hacia la tienda, la puerta tintineó pero Matt
no estaba detrás del mostrador.
"¡Gracie, estoy aquí!" gritó desde la trastienda.
"¿Cómo supiste que era yo?" grité de vuelta.
Doblé la esquina y lo encontré sentado en un escritorio con un pequeño escritorio
lámpara encendida. Miró por encima del hombro y sonrió. "Podría decirlo".
"Pruébalo."
Matt se rió. “Abres completamente la puerta para acomodar tu estuche de
violonchelo, incluso cuando no lo llevas. La campana suena un segundo más contigo
que con el cliente promedio”.
Levantó la vista de su escritorio débilmente iluminado y me vio. "Jesús. Te estás
congelando, Grace.
Se puso de pie y corrió hacia mí, tomando el violonchelo de mis manos. “Está
lloviendo”, dije, y luego un escalofrío visible serpenteó a través de mi cuerpo. Mis
dedos entumecidos hacían imposible desabotonar mi chaqueta. Matt me desabrochó
rápidamente los botones y me quitó el chaquetón de los hombros, dejándome
cae al suelo. Envolvió su alto cuerpo a mi alrededor, y en cuestión de segundos yo estaba
caliente.
“Estaba en el parque con Tati y luego empezó a llover”.
"Shh, estás empapado, deberías quitarte esta ropa". Me soltó y empezó a buscar algo en
el armario mientras yo me aseguraba de que el estuche de mi violonchelo no estuviera
mojado por dentro.
Vino hacia mí con una toalla. “Sabía que estos estaban aquí en alguna parte. ¿Quieres
quitarte el suéter y puedo tirarlo en la secadora?
"¿Hay una secadora aquí?"
“Bueno, es un secador de impresión. Es como un gran rodillo caliente, pero al menos no
te congelarás mientras estés aquí”.
"Puedo irme a casa".
Frunció el ceño.
"No me mires así".
"¿No crees que deberíamos hablar?"
—Creo que deberíamos hablar —dije, vacilante. Fui a levantar mi suéter
mi cabeza y noté que sus ojos estaban fijos en mí. "Giro de vuelta." Yo dije.
"Te he visto realmente desnuda, Grace".
"¿Así que lo que? Date la vuelta, enredadera.
Él obedeció pero se rió. "Usted es un idiota."
Tiré el suéter en la parte de atrás de su cabeza y luego rápidamente me envolví en la
toalla. Matt fue a la esquina y jugueteó con los diales de la secadora rodante mientras yo
daba vueltas en una de las sillas de la oficina, impulsándome en círculos, cada vez más
rápido.
Cuando terminó, encontró otra silla, se empujó y vino volando hacia mí por el suelo de
linóleo. "¡Coches de choque!" gritó, justo antes de golpearme y enviarnos a ambos al suelo.
"¿Es esta tu definición de nosotros hablando?" Dije mientras se cernía sobre mí, con una
sonrisa traviesa en su rostro.
Se inclinó, besó la punta de mi nariz y luego se puso de pie, ofreciéndome una mano para
ayudarme a levantarme. Me aferré a la toalla mientras encontraba mi asiento de nuevo. No
había nada torpe en sus movimientos, y siempre estaba seguro de sí mismo. Encontré eso
increíblemente sexy.
Rodando su silla hacia mí para que estuviéramos cara a cara, sonrió de nuevo. "¿Vas
a ir a California conmigo para Navidad, o planeabas ir a casa con tus padres?"
“Realmente no puedo permitirme ninguno de los dos”. Miré mis manos en mi regazo.
Aunque conocía mis circunstancias, era difícil no sentirse avergonzado.
“Pagaré tu vuelo para ir a casa y ver a tus padres. me encantaria por ti
venir conmigo, pero no quiero ser egoísta.
Quería estar con él, y aunque extrañaba a mi familia, sentía que lo extrañaría más si
nos separamos por tres semanas. "¿De verdad quieres que conozca a tus padres?"
“Sí, Gracia. Sí."
“Sería increíble ver California. Nunca he estado."
“Entonces está arreglado. Ah, otra cosa —dio una sonrisa arrogante de lado— me
pediste que tuviera sexo contigo anoche. ¿Te acuerdas?"
Rubor instantáneo. “Por supuesto que lo recuerdo. Yo no estaba tan borracho.
"Entonces . . . ¿En qué nos convierte eso?
"¿Qué opinas?" Regresé rápidamente.
“¿Quieres tener una cita? ¿O simplemente estabas buscando a alguien con quien
perder tu virginidad?
Metí la toalla debajo de mis brazos, me eché hacia atrás y la miré. "Bueno, ¿no hay
una palabra para los amigos que pierden el tiempo?"
"Sí, es una novia y un novio llamados". Había una expresión extraña en su rostro,
como si estuviera esperando que yo reaccionara.
"Pero deberíamos mantenerlo casual, ¿verdad?"
“Bueno, los dos tenemos que estudiar mucho, además me voy fuera este verano y
te estás preparando para la escuela de posgrado”.
Todo se congeló. "¿Te vas?" ¿Cómo diablos no sabía eso?
"Sí." Se puso de pie y caminó hacia el mostrador para recuperar un pedazo de papel
y me lo entregó. Era una carta de National Geographic informándole a Matt que había
sido elegido para una pasantía.
Lo releí dos veces y miré hacia arriba para verlo con una enorme y orgullosa sonrisa.
A pesar de que mis ojos estaban llorando egoístamente, me puse de pie y lo abracé.
"¡Estoy tan feliz por ti! Felicitaciones, Matt, no puedo creerlo. Quiero decir que yo
puedes porque eres increíble, pero esta es una gran oportunidad. Dios mio . . ser el . a
único estudiante de pregrado que eligieron”.
“Lo sé, me sorprendió. Es una oportunidad única en la vida. lo siento
no te lo dije antes; Solo estaba nervioso por hechizarlo”.
Seguí mirando la carta. "¡Es tan grande! Estoy realmente orgulloso de ti."
“Me iré este verano, y cuando regrese estarás en posgrado
escuela. Ojalá tenga un trabajo, si todo sale según lo planeado”.
No podía creer que Matt se fuera. Tenía sentimientos encontrados, pero yo. solo lo
Sabía que era la mejor opción para él. "Así que por ahora . ¿casual?" . mantenemos
"No quiero salir con nadie más y tampoco quiero encontrarte siendo abordado en el
pasillo, pero podemos llamarlo casual si quieres", dijo.
"Bueno."
"¿Está bien qué, Grace?"
“Yo tampoco quiero a nadie más”. Alguna vez.
Un olor extraño invadió la habitación en ese momento. Olí el aire y mis ojos se abrieron.
Lana quemada. "¡Mi suéter!"
"¡Mierda!" Matt se levantó de un salto y corrió hacia la secadora. Presionó un botón y
luego sacó lo que quedaba de mi prenda favorita. "Oh, hombre, supongo que tendrás que
quedarte aquí desnudo". Intentó contener la risa.
“Eso no es divertido, Matt. Ese era mi suéter favorito”.
Lo arrojó sobre el escritorio y me tomó en sus brazos. "No necesitas esto". Arrojando la
toalla a un lado, comenzó a besarme el hombro y el cuello.
Incliné la cabeza, dándole acceso completo, justo cuando sonaron las campanas en la puerta
principal.
"¡Tonterías!" Salté de sus brazos y agarré la toalla del suelo mientras él se dirigía a la
tienda. Escuché una voz familiar. fue dan.
Me paré junto a la pared y escuché la conversación.
"Hola, Mateo".
"Es Matt".
"Hola Matt. Tatiana me dijo que podía encontrar a Grace aquí.
“Sí, eh. . . ella está un poco ocupada en este momento”.
"Solo necesito hablar con ella por un minuto".
No podía decir cómo se veía la cara de Matt, pero si tuviera que adivinar, apuesto a que
estaba divertido.
"Amigo, ella está en la trastienda medio desnuda".
“Um. . . qué . . .” Dan buscó a tientas las palabras.
Matt se compadeció de él. “Ella entró aquí empapada por la lluvia, así que está sentada en
la parte de atrás con una toalla hasta que su ropa se seque”.
Levanté una ceja. No importa que estuviéramos a punto de besarnos.
"Oh."
“¡Hola, Dan!” I grité.
“Hola, Gracia. Creo que deberíamos hablar.
"¿Puede esperar hasta la clase del viernes?"
"Yeah Yo supongo." Hubo una larga pausa. Me preguntaba si Matt estaba mirando
él abajo "Vamos a hacer eso. Nos vemos."
Se despidieron muy amablemente y luego escuché el tintineo de la puerta una vez más. Un
minuto después, Matt estaba de regreso y yo todavía estaba de pie con mis jeans húmedos y
una toalla blanca envuelta alrededor de mis hombros como un chal elegante.
"Tengo que cerrar en unos pocos". Aplaudió una vez. "Entonces, ¿qué decidimos de nuevo?"
“Creo que decidimos que solo haremos lo que se sienta bien”. Él
asentí mientras hablaba. “Solo el uno con el otro. . . hasta que te vayas.
Todos los sonidos de las máquinas se detuvieron. Estaba completamente silencioso y quieto.
"Amigos para siempre, sin embargo, ¿verdad?" Estudió mi rostro con atención, y parecía
como si estuviera catalogando el recuerdo.
Era imposible apartar la mirada de él.
Amigos para siempre podría haber sido una expresión cansada, pero cuando preguntó, fue
como música o poesía. Sabía que significaba algo más. Sabía que significaba que te necesito en
mi vida. Traté de detectar algo de humor en su voz, pero no había nada. . solo una solicitud Nos
quedamos allí, tan .jóvenes y tan seguros el uno del otro. La habitación fría y húmeda de repente
se llenó de luz. Los ojos de Matt brillaron y me sentí mareado mientras el calor se extendía desde
mi cabeza hasta los dedos de mis pies. Sus manos estaban abiertas, extendiéndose hacia mí,
invitándome a dar un abrazo, pero yo
no podía moverse; Me había reducido a un charco de emociones solo por la expresión de su
rostro.
No puedes recrear la primera vez que prometes amar a alguien o la primera vez que te
sientes amado por otro. No puedes revivir la sensación de miedo, admiración, timidez, pasión
y deseo, todo mezclado en uno porque nunca sucede dos veces. Lo persigues como el primer
subidón por el resto de tu vida. No significa que no puedas amar a otro o seguir adelante;
simplemente significa que el único momento espontáneo, la fracción de segundo en que diste
el salto, cuando tu corazón estaba acelerado y tu mente estaba confundida con ¿Qué pasaría
si?—ese momento—nunca volverá a suceder de la misma manera. Nunca se sentirá tan intenso
como la primera vez. Al menos, así es como lo recuerdo.
Por eso mi madre siempre decía que conmemoramos nuestro pasado. Todo parece mejor en
un recuerdo.
"Sí, para siempre", dije, finalmente.
12. Todo parecía correcto
GRACIA
Dos semanas después, estábamos empacando para ir a California para las vacaciones de Navidad.
Nos habíamos visto poco desde la noche en el PhotoHut, los dos nos ahogamos por
completo durante los exámenes finales y Matt trabajaba horas extras para pagar mi vuelo a
California.
"¿Dónde nos quedaremos cuando lleguemos allí?"
“Nos quedaremos en casa de mi mamá. Tiene una casa diminuta en Pasadena, pero
hay un dormitorio libre. Es mejor que el de mi papá; en realidad tienen personal allí. Es
ridículo." Estaba sentado en una gran bolsa de frijoles púrpura en la esquina de mi
habitación, hojeando National Geographic, con las piernas cubiertas de jeans abiertas y los
zapatos pateados. Parecía cómodo y relajado con su camiseta de Sonic Youth y su gorra
de repartidor de periódicos.
"¿Qué quieres decir con 'personal'?"
Agitó su mano alrededor vagamente. Como sirvientas y esa mierda.
"Oh." De repente me sentí nervioso. Aunque no nos quedáramos allí, sabía que en algún
momento tendríamos que conocer a su padre, su hermano y su madrastra, y me preguntaba
qué pensarían de mí. Pobre y patética Grace en su vestuario de tienda de segunda mano.
“No te asustes Grace, todo es un acto con ellos. Solo sé tu mismo. Eres perfecto." Dejó
la revista y me miró. “Por cierto, ¿qué quería Pornsake el otro día cuando vino a buscarte a
la tienda?”
Todavía está tratando de convencerme de ir al extranjero. Ahora Tati se va, así que está
colgando esa zanahoria”.
"Oh", dijo en voz baja. Sus ojos estuvieron distantes por unos momentos. "Él
actuó como si fuera urgente”.
“Él es así,” dije.
"Él es insistente". Matt miró hacia abajo y continuó hojeando el
revista sin mirarme.
"A él le importa."
Quiere meterse en tus pantalones.
"Tú también." Me acerqué, agarré la revista y la tiré a un lado.
"Eso es cierto", dijo, con un brillo en los ojos.
De pie entre sus rodillas, me incliné y besé la parte superior de su cabeza. Pasó sus
manos arriba y abajo por la parte de atrás de mis piernas desnudas.
“¿Usas vestidos cortos como este para volverme loca?” Su voz era ronca. No
habíamos hecho nada más que besarnos desde la noche en que Matt demostró sus
habilidades. Habíamos dormido en la misma cama un par de noches, acurrucándonos el
uno al otro, exhaustos después de sesiones maratónicas de estudio, pero nada más allá de eso.
Francamente, su autocontrol era santo. Estábamos listos, yo estaba listo y Matt lo sabía.
Ahora que se había aliviado el estrés de los exámenes finales, la única tensión que
quedaba era la que sacudía nuestros cuerpos y suplicaba ser liberada cada vez que nos
tocábamos.
"Casi termino. Iré después de ducharme. ¿Tienes vino en tu habitación? Yo pregunté.
"Un poco, creo", murmuró en mi estómago mientras yo continuaba jugando con su
cabello desordenado.
“Solo quiero un poco para quitarme el borde”.
Agarró mis piernas con más fuerza y me miró. Él entendió. "Compraré un poco de
vino".
Asenti. "¿A qué hora sale nuestro vuelo mañana por la mañana?"
"Seis quince."
"Vaya, eso es temprano". Miré el reloj; ya eran las once de la noche
Matt se puso de pie y sostuvo mi cara con ambas manos y me besó suavemente.
Sólo ven cuando hayas terminado. Podemos dormir en el avión.
Tragué y asentí.
Antes de llegar a la puerta, se dio la vuelta. ¿Oye, Grace? Se agarró a la moldura
sobre la puerta y se inclinó, con la mirada en el suelo.
Pude ver sus tríceps flexionándose mientras se balanceaba hacia adelante un par de veces.
"¿Sí?"
“Antes de que vengas esta noche. . . estar seguro . . . ¿bueno?" Miró hacia arriba y
entrecerró los ojos. Y ponte ese vestido.
Su camisa se había subido, dejando al descubierto los músculos de la parte inferior de
su abdomen. No pude evitar mirar. Cuando volví a mirarlo a la cara, esperaba ver una
sonrisa arrogante, pero sus labios estaban planos. Grave.
"Bueno." Yo dije.
Después de que salió de la habitación, revisé mi armario en busca de algo para empacar
que pudiera llevar a la casa de su rico padre. Básicamente tiré toda la ropa que tenía en mi
maleta, luego me quité el vestido, lo dejé sobre la cama y me metí en la ducha. Un millón de
inseguridades pasaron por mi mente mientras arreglaba cada centímetro de mi cuerpo.
Cerré los ojos y respiré hondo, dejando que el agua caliente cayera sobre mí. Mi mano
instintivamente se movió más abajo mientras repasaba imágenes de Matt tocándome una y
otra vez en mi mente. Toqué mis senos, tratando de imaginar cómo se sentirían para él. Me
preguntaba si tenía atractivo sexual. Traté de imaginar cómo posaría o movería mi cuerpo.
No tenía ni idea.
Después de la ducha, me sequé el pelo rápidamente y me puse un poco de brillo labial.
Tenía un conjunto de sujetador y ropa interior a juego. Era de encaje negro barato, y las
bragas se estaban deshaciendo un poco en la cadera. Me los puse y me miré en el espejo
de cuerpo entero. Ahuecando mis pechos sobre el encaje y pasando mis manos por mis
costados hasta mis caderas, mis nervios comenzaron a calmarse. Necesitaba saber cómo
me sentiría por él. Era suave y cálido, y cuando llegué más abajo, estaba mojado. Deslicé
mi vestido rojo con flores negras sobre mi cabeza.
Todo estaba listo y sentado en la puerta para el viaje. Lo único que me quedaba en la
agenda esa noche era perder la virginidad. Estaba más nervioso que nunca, pero estaba
listo.
Llamé a su puerta un momento después, y cuando lo escuché arrastrando los pies por
el suelo, se me cayó el estómago. Me había dicho que estuviera seguro, pero ahora estaba
teniendo dudas.
Abrió la puerta de par en par, ya armado con una copa de vino, y
me lo entregó. "Pensé que lo necesitarías de inmediato".
En mi forma típica y tonta, comencé a balbucear. “Sí, quiero decir, no sé qué diablos
estoy haciendo o qué esperar, o qué te gusta o. . como, cómo se supone que debo .
hacerlo. . . o mirar o sentir. . .”
“Detente, Grace. No necesitamos hablar de eso. Sólo bebe tu vino y
pasaremos el rato Solo relájate y sé nosotros”.
"Buena idea." Fui a sus CD y encontré Radiohead y puse el álbum The Bends.
"Buena elección, señora", dijo desde el otro lado de la habitación mientras arrojaba
algunas cosas en su bolso.
Estaba sin camisa, y sus jeans negros sin cinturón colgaban debajo de la línea de
sus boxers.
Me acosté en su cama, dejé mi vino en el suelo y cogí su cámara.
"Decir queso."
Se dio la vuelta y sonrió mientras lo miraba a través del visor.
Estás mucho mejor del otro lado de esa cosa. Aquí." Lo alcanzó y felizmente se lo
entregué.
Rodé sobre mi espalda y levanté mis rodillas, dejando que mi vestido cayera al suelo.
la parte superior de mis muslos. Empezó a disparar. Eres tan hermosa, Grace.
"¿Pero crees que soy sexy?"
"Sí. Muy."
Me senté en el borde de la cama mientras él dejaba la cámara en la mesita de noche.
Tomé el último sorbo de mi vino justo cuando sonaba la canción “Fake Plastic Trees”.
"Amo esto."
Alcanzó el dobladillo de mi vestido mientras yo buscaba el botón de sus jeans.
"Levántate, bebé".
"No sé qué hacer, Matt".
"Vas a."
Levantó el vestido sobre mi cabeza y luego apoyó la parte de atrás de mi cuello y me
besó como si fuera su único propósito en la vida. La temperatura alrededor de nuestros
cuerpos se triplicó. Su otra mano recorrió mi espalda, hasta mi trasero, y luego se deslizó
debajo del encaje. Podía sentirlo duro contra mí.
Rompiendo el beso, di un paso atrás. Su pecho bombeaba hacia adentro y hacia afuera. I
Observé mientras me acogía, parada allí, esperándolo, deseándolo.
Él asintió con los ojos muy abiertos. "Me gusta esto."
Algo se apoderó de mí, y me sentí animado y confiado, por una vez. Cerré la
distancia entre nosotros, le bajé los jeans y los boxers y caí de rodillas.
"Guau." Espera, ¿acabo de decir "guau"? Me sentí tan tonto. Yo era incapaz de ser
la chica sexy; No podía simplemente actuar como si supiera lo que estaba haciendo,
especialmente ahora que estaba mirando esa cosa. Toda la confianza descarada
desapareció en un instante. Escuché a Matt reírse.
Levántate, Grace.
"¿Por qué?" Gemí cuando me levantó de debajo de mis brazos. Lo miré a la cara
y estaba sonriendo, con dientes y todo.
"Eres la cosita más linda del mundo, ¿lo sabías?" Crucé los brazos sobre
mi pecho e hice una mueca. "Yo iba por lo sexy, maldita sea".
Tú también lo eres. Acostémonos y tomémoslo con calma.
La gente nunca te dice que estos momentos pueden ser realmente incómodos.
Cuando intentas hacer lo que ves en la televisión o lees en los libros, todo se siente
extraño. Alcancé la botella de vino y tomé un trago.
Matt estaba completamente desnudo mientras se dejaba caer sobre la cama. Su
tranquila seguridad en sí mismo era una bendición disfrazada; él no era "ese tipo",
tratando de ser caliente y suave. No tenía que tratar de ser caliente o suave,
simplemente lo era. Me quité el sostén y la ropa interior con poca ceremonia y me
acosté junto a él mientras miraba hacia el techo.
Rodando sobre su costado y apoyándose en su codo, se inclinó y dijo: "Cierra los
ojos".
Me besó, el calor se extendía y la urgencia crecía. Cuando usó sus dientes para
tirar de mi labio inferior, pensé que lo iba a perder. Su mano se movió entre mis piernas
y luego me tocó ahí abajo. No se me cortó la respiración, no jadeé y no lo detuve.
Quería más, más presión, más contacto. Puse mi mano sobre la suya y presioné. Tal
como él dijo, yo sabía qué hacer. La incomodidad se había ido.
Sus labios viajaron por todo mi cuerpo, deteniéndose en mis senos, su lengua
jugando con un pezón mientras su mano trabajaba en mí. Podía oírme a mí mismo
haciendo ruidos, pequeños sonidos silenciosos de "ahhh". No como lo hacen las mujeres en el
películas, sólo en la forma involuntaria que viene con el placer. Agarró mi cadera
con fuerza y me besó aún más profundo en la boca. Fue a mi cuello y oreja y chupó
y besó hasta que me retorcí debajo de él.
Puro. Dicha.
"Solo siéntame", susurró. ¿Cómo no iba a hacerlo? Me sentí tan lista para él.
Envolví mi mano alrededor de su longitud y tiré de él hacia mí con mi otra mano.
“Todavía no”, dijo.
Se sentó sobre los talones y abrió el envoltorio de un condón. “¡Estoy tomando
la píldora!” Grité torpemente. Él sacudió la cabeza hacia atrás con sorpresa. Lo
miré fijamente, sin pestañear. Había suficiente luz tenue en la habitación para que
pudiéramos vernos las caras. Tienes que admitir que el alivio cómico no siempre
es algo malo justo antes de perder la virginidad.
Cuando Matt se rió, me incliné descaradamente y envolví mi mano alrededor de
él otra vez. "Solo hazme, ¿de acuerdo?"
Estaba sonriendo, pero había algo más en su expresión que parecía reverencia.
Eres tan inesperada, Grace. Movió su cuerpo de modo que se cernía sobre mí con
su peso sobre los codos. Me besó con ternura, chupando mi labio inferior en su
boca. Todo se ralentizó en el buen sentido, y luego movió su mano al espacio entre
mis piernas y me tocó de nuevo, más suavemente que antes.
—Ahhhh —lloriqueé.
Hizo un sonido de satisfacción, luego agarró la parte posterior de mi muslo,
levantándolo. Mi cuerpo estaba abierto para él. Esperé. La anticipación aumentó
todo, el calor, la intensidad, el palpitar dentro de mí. Sabía que estaba bien.
"Te amo", dijo cerca de mi oído, y luego estaba dentro de mí. Hubo un momento
de presión, pero no fue tan doloroso como esperaba. Su ritmo fue lento hasta que
se sintió completamente normal, como algo que siempre había extrañado. Nos
movimos más rápido juntos, nuestros silenciosos gemidos no estudiados y reales.
Era una idea tan extraña saber que él y yo nos movíamos por nuestro propio placer
mientras nos lo devolvíamos el uno al otro, por igual. Como nada más en la vida,
el sexo es perfectamente desinteresado y egoísta a la vez. Caliente y frío, yin y
yang, blanco y negro, y todos los tonos intermedios. Finalmente, todo el mundo
tenía sentido. Yo estaba en el secreto ahora.
Los ecos de su voz seguían sonando una y otra vez en mi mente mientras
movidos juntos. Te amo. Te amo. Te amo.
Yo también te amo. Siempre. Para siempre.
13. ¿Cambiaron las cosas?
GRACIA
Matt y yo dormimos un total de veinte minutos antes de que sonara su alarma. Después de apagarlo,
rodó sobre mí, nuestros cuerpos desnudos presionados juntos. Mis manos se metieron en su
cabello mientras se agachaba y tomaba mi pezón en su boca, rozando ligeramente con sus dientes
y lengua. La habitación aún estaba completamente a oscuras pero totalmente cargada de
electricidad. "¿Estas adolorido?" él susurró.
"No." Quería a Matt en todas partes. . . de nuevo. Esperaba completamente
algún dolor residual o sangre o un recordatorio de pesadilla de que unas pocas horas antes, había
sido virgen. Pero no había nada, sólo dos jóvenes hambrientos e insaciables que se lamentaban el
uno por el otro.
Volvió a subir a mi cuello y besó y chupó desde el hueco hasta mi oreja. Estaba jadeando, y los
dos días de crecimiento en su rostro me hicieron cosquillas en el cuello de la manera más exquisita.
Podía sentirlo duro y caliente contra mi muslo mientras presionaba su cuerpo contra el mío. “Ahhh,
Matt.”
“Me encanta ese sonido”.
Su voz cerca de mi oído me sacude las piernas. Todo mi cuerpo se estremeció.
No había nada que nos detuviera en ese punto. La intensidad me dejó totalmente sin aliento.
Nuestros cuerpos eran un borrón, agarrando, tirando, besando, chupando, moviéndose arriba y
abajo, rodando y retrocediendo, cada movimiento de alguna manera perfectamente fluido en la
pequeña cama gemela de Matt. Me tiró encima para sentarme a horcajadas sobre él. “Así”, dijo, y
luego levantó mis caderas y se guió dentro de mí. Arqueé mi espalda, presionando mis manos
contra su tenso estómago.
Podía escuchar mis pequeños maullidos mezclados con los sonidos profundos, silenciosos y
satisfechos que retumbaban en su pecho.
"¿Lo sientes? ¿Lo sientes, Matt? Empecé a moverme más rápido.
"Sí, bebé", dijo, su voz tensa. Sus ojos estaban adormecidos por el deseo y sus
labios ligeramente entreabiertos.
Me moví más fuerte contra él y luego me incliné hacia atrás, poniendo mis manos
detrás de mí en la parte superior de sus muslos, haciendo que la fricción fuera aún
más intensa. Presionó con el pulgar el manojo de nervios justo encima de donde
estábamos conectados. Sus pequeños y sutiles movimientos me excluyeron del resto
del mundo. Las paredes podrían haberse derrumbado, mi violonchelo podría haberse
incendiado en la esquina, y me habría quedado justo donde estaba hasta el final,
moviéndome por encima de Matt, nuestros cuerpos conectados.
Cuando comenzó la aceleración, me agarró la cintura y se tensó. Sentí que mi
boca se abría pero no salía ningún sonido. No podía respirar en ese momento por
miedo a que todo se fuera. Cerré los ojos y me dejé llevar. Fue extraño; no fue que
me olvidé de que Matt estaba allí, ¿cómo podría?, pero tenía muy poca autoconciencia
y timidez. Fue como si me hubiera olvidado de que estaba allí cuando comenzó la
acumulación y las oleadas de calor y frío me atravesaron el cuerpo. Abajo, comenzó
la pulsación, más fuerte que nunca. Matt hizo un sonido estrangulado desde su pecho.
La palabra "Sí" salió de mi garganta, casi dolorosamente. no fue
triunfante, como se ve en las películas. Estaba tranquilo. Eufórico.
Un último pensamiento pasó por mi cabeza antes de colapsar sobre
Mate. Tengo que poner mis manos en ese libro que le dio su mamá.
Momentos después, se movió debajo de mí mientras yo yacía extendida sobre su cuerpo. Él
Besé la parte superior de mi cabeza y respiré hondo.
"Tenemos que irnos, ¿eh?" Me quejé en el poco de pelo en su pecho.
“Sí, será mejor que nos vayamos, aunque estar todo el día en la cama contigo y
pasar la Navidad en Nueva York no suena nada mal”.
“¿No te perderás la Navidad con tu familia?”
Su expresión era inescrutable. "No."
"¿No?"
“Ver a mi mamá, tal vez. Pero definitivamente no voy a extrañar a Sty
cenas con mi repugnante hermano.
"¿Qué pasó que los hizo tan diferentes?"
Me hizo rodar sobre mi espalda y se empujó fuera de la cama. "Solo tuve suerte,
supongo", dijo con una sonrisa arrogante. "Tengo que tomar una ducha".
Observé su glorioso trasero mientras se alejaba. Incluso en la bruma
luz de la mañana, pude ver los músculos finos y cortados de su espalda.
DE CAMINO al aeropuerto, me quedé dormido en la parte trasera del taxi con la cabeza
apoyada en el hombro de Matt. "Levantate bebe. Estaban aquí." Matt miró su reloj.
"Mierda, tenemos que darnos prisa".
Sacó su bolso y mi pequeña maleta con ruedas del maletero. Navegamos a través
de la línea de checkin y, antes de que me diera cuenta, estábamos abordando el avión.
Me senté en el asiento del medio y Matt tenía la ventana. Yo estaba dormido en su
hombro de nuevo antes de que despegaramos.
Aproximadamente a la mitad del vuelo, hubo una pequeña turbulencia que me
despertó. Matt estaba dormido con los auriculares puestos. Me dirigí al baño y, cuando
regresé, Matt había pedido Bloody Marys para los dos. Él me miró, con los ojos
radiantes, mientras me deslizaba hacia él.
"Gracie", dijo, entregándome un vaso de plástico.
“Matías”, respondí. Había una corriente de electricidad en el aire entre nosotros.
"Te conseguí un doble".
"Nunca he tenido uno antes", dije, abrochándome el cinturón. "Pero intentaré
cualquier cosa una vez".
Tomé un sorbo e inmediatamente me sorprendió lo mucho que me gustó el
Sabor a tomate picante y salado. “Ni siquiera puedes saborear el alcohol”.
Él rió. "Ese es el punto."
Giré la cabeza para mirar a Matt a la cara. Tenía círculos oscuros debajo de los
ojos, y su cabello negro pardusco sobresalía en todas direcciones.
De alguna manera todavía se veía gloriosamente sexy. Tomó un sorbo, me miró y
sonrió hasta los ojos. "Bien, ¿eh?" Su voz era baja y lo suficientemente áspera como
para enviar escalofríos por mi columna hasta el espacio entre mis piernas.
"Ajá", dije, sin aliento. Pensé en lo que Matt y yo teníamos
hecho horas antes y lo que eso significó para nosotros. . . lo que eso nos hizo.
Como si pudiera leer mi mente, su expresión cambió y su sonrisa se desvaneció.
"¿Estás bien?"
"Sí." Estaba bien, feliz incluso y rebosante de anticipación, pero aún sentía un poco
de temor. ¿Por qué? Mi primera vez había sido perfecta, casi demasiado buena para ser
verdad. Después de escuchar tantas historias de terror de niñas en la escuela secundaria
sobre lo incómodas, dolorosas y desordenadas que fueron sus primeras veces, ¿cómo
no recordar lo que habíamos hecho? Cada momento con él había sido increíble. No me
había presionado y había sido totalmente paciente y respetuoso. Había sido gentil pero
en control, y luego había sido dulce y atento. Todos los pensamientos y recuerdos
comenzaron a dar vueltas en mi cabeza. . . la forma en que sus manos me tocaron
debajo de las sábanas de su diminuta cama en el dormitorio. . . su boca por todas
partes. . .
Matt observó mientras miraba fijamente, sin comprender. Sus ojos se posaron en mi
boca abierta. Sabía lo que estaba pensando. Parpadeó. "Me encanta esa boca".
Inclinándome, rocé mis labios con los suyos, buscando consuelo. Nos rendimos a la
energía cargada entre nosotros, casi como si la estuviéramos alimentando, tratando de
satisfacerla. Nos besamos lenta y suavemente, nuestras lenguas bailaban alrededor,
hasta que escuché el sonido inconfundible de un carraspeo intencional. Miré por encima
del hombro para ver a la mujer en el asiento del pasillo, observándonos atentamente.
Parecía una mujer sureña jovial, con mucho maquillaje y una gran cabellera rubia blanca.
¿Estábamos siendo groseros retorciendo la lengua en los estrechos asientos de un
avión? Probablemente, pero no me importaba. Estaba casi dispuesta a desnudarme ahí
mismo, si Matt me lo pedía. Le sonreí a la señora. Con una especie de mirada sabia de
"lo entiendo", le devolvió la sonrisa y luego puso los ojos en blanco con desdén.
Matt parecía agotado. Alcanzó lánguidamente mi mano y la apretó con la suya antes
de echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos. Alcancé mi bebida de la mesa de la
bandeja y la bebí en tres grandes tragos. Estaba delicioso y el alcohol hizo efecto casi
de inmediato. Me apoyé en el hombro de Matt de nuevo y me quedé dormido.
"Olvidé preguntar, ¿cómo vamos a llegar a casa de tu mamá?"
Matt tomó mi maleta morada del carrusel de equipaje. "Ella viene a buscarnos".
Cuando llegamos a la acera fuera de LAX, una minivan granate se detuvo. "Esa es
ella".
Matt deslizó la puerta grande para abrirla y estiró los brazos a los costados.
"¡Mamá!"
Ella sonrió de felicidad. “¡Matthias, te he extrañado! Entren aquí, ustedes dos.
“Mamá, esta es Grace”, dijo Matt. Me quedé a mi lado, nerviosa mientras cargaba el
equipaje en la parte trasera.
“He oído hablar mucho de ti, Grace. Encantado de conocerte. Soy Aletha. Extendió la
mano y tomó mi mano entre las suyas. Tenía un sutil acento griego y era de huesos
pequeños, con rasgos exagerados pero hermosos y la misma nariz perfecta que Matt. Su
cabello oscuro estaba salpicado de canas y usaba una bufanda larga y delgada envuelta
alrededor de su cuello tantas veces que parecía un suéter de cuello alto.
"Encantado de conocerte también, Aletha".
Matt se sentó en el asiento delantero y yo me abroché en el banco del medio en la
parte de atrás. El banco de la tercera fila que normalmente estaba en las minivans había
sido reemplazado por materiales de arte, incluida una gran rueda de cerámica de metal.
“Matthias, acabo de comprar esa rueda en la parte de atrás por centavos. Necesito
que lo instales en el Louvre; es demasiado pesado para mi."
"Por supuesto, mamá".
Ella le lanzó una mirada y sonrió radiantemente. “¿No más mamá? Es mi
hijo demasiado mayor para llamarme mamá?
"Mamá", dijo Matt con una voz chillona de bebé.
"Niño tonto." Había una tranquilidad entre ellos. le deseé a mi madre
y yo tenía ese tipo de relación.
“Entonces, Grace, ¿Matthias me dijo que eres músico?”
“Sí, estoy estudiando música”.
"El violonchelo, ¿verdad?"
“Sí, pero también puedo tocar otros instrumentos. Soy el mejor en el violonchelo”.
“Bueno, el padre de Matt tiene un hermoso piano de cola en su casa. Debes tocar para ellos
mientras estés allí. Sería una pena que ese instrumento viviera su vida como un mueble”.
"Estoy de acuerdo", intervino Matt.
"Quizás lo haga. Tendré que pensar en algo para tocar que les guste”. Aunque no estaba
seguro de si me gustaba la idea. Por lo que sabía de la familia de Matt, sonaban críticos con los
artistas de cualquier tipo.
Poco tiempo después, entramos en un camino largo y angosto junto a un pequeño pero
encantador bungalow Craftsman, con tejas de madera verde y ventanas de guillotina pintadas de
marrón.
El jardín delantero parecía un jardín inglés con plantas silvestres que llegaban hasta la cintura,
pero estaba lo suficientemente cuidado para que pareciera más encantador que descuidado. El
aire era fresco, pero no estaba ni cerca de ser tan helado como el de Nueva York.
"Este lugar es tan limpio", dije, saliendo al camino.
“Ahora que mis hijos son grandes, tengo mucho tiempo libre para jugar en el jardín”. Aletha
abrió la puerta principal, flanqueada por candelabros de mica de bronce. “Vamos, Grace, te
mostraré tu habitación. Matthias, por favor toma el volante, cariño. Entramos en la casa mientras
Matt corría de regreso a la minivan.
No sabía qué esperar. ¿Iba a darme el tercer grado oa establecer las reglas de la casa? Me
sentí terriblemente fuera de lugar y nervioso. Entré a trompicones en la habitación de invitados
detrás de ella, e inmediatamente abrió la ventana para dejar entrar un poco de aire fresco, lo mismo
que hizo Matt al entrar en una habitación.
Eran tan similares en sus movimientos gráciles, sus temperamentos fáciles. Me hizo preguntarme
qué rasgos había obtenido Matt de su padre, si es que había alguno.
Ella vino hacia mí y me agarró los brazos. Se me cayó el estómago.
Ella sonrió cálidamente, “No hay necesidad de estar nerviosa. Quería un momento para decirte
que Matthias parece tan feliz últimamente, y me imagino que tiene algo que ver contigo.
"¿Oh?" Traté de ser genial.
"Bueno, solo quiero darte la bienvenida a mi casa".
Dejé mi maleta y me di cuenta de que ella había dejado la bolsa de Matt en la esquina.
“Muchas gracias por recibirme, Aletha. Me siento muy afortunado de que Matt haya podido
traerme aquí para las vacaciones”. Señalé la cama doble, cubierta con un edredón floral. “¿Es
aquí donde dormiré?”
“Sí, creo que ustedes dos estarán cómodos aquí. A Matthias le encanta esta cama.
Tragué. Ustedes dos. Mis globos oculares se sentían secos y pastosos, como si no hubiera
parpadeado en mucho tiempo. Tal vez no lo había hecho. Aletha se rió y luego tiró de mí para
abrazarme. “Oh, Grace”, dijo, “dulce Grace. No nací ayer.
Salió de la habitación conmigo parada allí, atónita. Me dejé caer en la cama, exhausto.
Más tarde esa noche, después de una larga siesta, Matt y yo nos sentamos en la mesa de
comedor de roble mientras Aletha nos servía tazones humeantes de sopa de pollo caliente y fragante.
¿Has hablado con Alejandro? le preguntó a Matt después de traer el
cuencos a la mesa.
"No."
Levantó la vista de su sopa y entrecerró los ojos por encima de las gafas cuadradas que se
balanceaban en la punta de su nariz. Parecía indignada, pero no la conocía lo suficientemente
bien como para estar seguro.
“No lo he hecho, mamá. Alex y yo no tuvimos una gran conversación la última vez que lo vi”.
Dejó el tenedor, me miró y luego volvió a mirar a Matt. “Ustedes son hermanos. Ustedes dos
eran inseparables cuando eran niños. ¿Qué le ha pasado a esta familia? Su voz se quebró.
Matt pareció ofendido antes de que su expresión se suavizara. Hablaré con él, mamá.
Extendió su mano hacia ella. Ella lo tomó y besó la parte de atrás, luego lo dejó ir. “Es solo que
no puedo evitar sentir que personas como Alex nos están frenando como especie. Viste
pantalones cortos rosas y polos, y en realidad se refiere a sí mismo como un Adonis”. Matt sonrió.
Me atraganté con un trozo de pollo y no pude evitar caer en un ataque de risa. Incluso Aletha
no pudo contenerse. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras soltaba carcajadas bulliciosas,
riendo tan fuerte que ni siquiera podía respirar. Se las arregló para chillar, “¡Oye! Él es mi hijo."
El estado de ánimo se aligeró al instante. "No es tu culpa", dijo Matt, todavía riéndose
mientras todos recuperamos el aliento.
“Oh, chico, Matthias. Eso es lo único que obtienes de tu padre.
"¿Qué es eso?" Mi interés despertó de repente.
Ella sonrió cálidamente. “Él y su padre son tan alegres. No pueden hablar en serio sobre
nada durante más de dos minutos sin convertirlo en una broma”.
"Él ya no es así", interrumpió Matt.
Los hombros de Aletha rebotaron con una risa silenciosa. "Bueno, al menos tu padre
solía ser así".
Terminamos nuestra sopa en el resplandor de una conversación agradable, luego Matt
se levantó de la mesa. “Mamá, gracias. Esto estuvo delicioso. Grace, ¿quieres ducharte
mientras ayudo a mi mamá a limpiar?
"Sí bien. Yo también puedo ayudar.
—No seas tonta, Grace. Tenemos esto. Aletha se acercó y palmeó
su hijo en el hombro.
Antes de salir del comedor, me llamó la atención un aparador de madera lleno de fotos.
Matt siguió mi mirada. Había varias fotos de la infancia de Matt y Alex, así como una gran
cantidad de proyectos de arte, pantallas de lámparas con cuentas, cámaras antiguas, piezas
de cerámica hechas a mano y varias fotos en blanco y negro de una Aletha mucho más
joven, riendo alegremente. "Los tomé cuando era niño"
dijo Matt.
"Ellos son increíbles." Me puse de pie para ver más de cerca y Matt me siguió. "Ella
fue como tu primera musa.”
Me volví y miré sus ojos oscuros y entrecerrados. Todo se congeló por un momento.
Miró mi boca, ligeramente entreabierta. Pasó las puntas de sus dedos por mi mejilla y las
yemas callosas de sus pulgares se sintieron divinas contra mi piel. Me estremecí.
Eres mi primera musa, Grace.
La música que Orvin me había enseñado a escuchar había regresado. Los sonidos
corrió a través de mis oídos cuando Matt se inclinó y me besó tiernamente en los labios.
EL LADO DE LA CAMA DE MATT estaba frío y vacío cuando me desperté a la mañana
siguiente. Me arrastré hasta el comedor para encontrar a Aletha sentada sola en la
mesa, tomando café y tomando intermitentemente cucharadas de avena de un tazón
ancho.
"Buenos días, querido."
“Buenos días, Aletha. ¿Se fue Matt?
“Sí, está fuera haciendo mandados. No quería despertarte. ¿Avena?"
"Solo café para mí, gracias".
"Toma asiento". Cuando se puso de pie, me di cuenta de que llevaba una pintura
delantal manchado y zapatos de jardín. Se dio cuenta de que estaba escaneando su atuendo.
“Estuve en el Louvre. Ese es mi estudio de arte en la parte de atrás, más conocido
popularmente como garaje. Lo llamo así porque, diablos, quiero mi obra de arte en el
Louvre, y esto es lo más cerca que estaré. Puedo llevarte allí después del desayuno.
Fue a la cocina mientras yo tomaba asiento. Sin pensar, comencé a trazar una vena en
la madera con mi dedo mientras miraba a la mamá de Matt buscar una taza en un
gabinete alto. Aletha parecía alguien cuya alma estaba tan en paz, como si la vida ya
no fuera un misterio para ella.
"Estoy nervioso por conocer al padre de Matt y su familia", admití, sin
pensando si se ofendería al referirme a ellos como su familia.
Sus movimientos se detuvieron solo por un segundo mientras miraba dentro del
gabinete, balanceándose con gracia sobre los dedos de sus pies. Fue suficiente para
decir que mi comentario la había perturbado.
"Estarás bien", dijo, sin mirarme. Cuando regresó al comedor, me entregó una taza
de cerámica hecha a mano llena de café negro y muy aromático. Ella estaba sonriendo.
“El padre de Matt, Charles, se parecía mucho a Matthias una vez”.
"¿Una vez?"
Señaló el centro de la mesa donde una bandeja de plata contenía un pequeño
jarra de metal de crema.
"El negro está bien para mí", le respondí a su pregunta tácita.
Se sentó al otro lado de la mesa, se reclinó en su silla y se quitó los vasos de la
punta de la nariz, colocándolos al lado del tazón de avena vacío. Pasaron unos
segundos de silencio antes de que continuara.
“A veces el dinero cambia a las personas. En cuanto al hermano de Matt, Alexander, no
preocúpate por él. Mónica es a quien tendrás que vigilar, especialmente cuando está cerca de
Matthias. Ella es la intrigante. Alejandro es justo. . . bueno, creo que Matt lo describió bastante
bien anoche. Inofensivo pero no exactamente benévolo. Creo que esa es la mejor manera de
decirlo”.
Abrí mucho los ojos, sorprendido por su franqueza.
“Solo digo las cosas como son, Grace. Mónica siempre sintió algo por Matt. Es solo que su
cosa por el dinero era más fuerte. Creo que Alexander lo sabe, y ha abierto una brecha entre él
y su hermano. Siempre fueron diferentes, pero eran cercanos antes de que ella apareciera”.
Desesperado por cambiar de tema, asentí y tomé un sorbo de mi café mientras mi estómago
daba vueltas. "Me gustaría conseguir algo para Matt". Hice una pausa y ella esperó. “No tengo
mucho dinero. ¿Tienes alguna idea de lo que le podría gustar?
Ella levantó la vista de su café y sonrió. “Sí, me alegro de que hayas preguntado. Creo que
sé lo perfecto. Ven a mi estudio.
Seguí a Aletha hasta el garaje, que parecía tan viejo como la casa pero no estaba tan bien
mantenido por fuera, sus tejas beige y maltrechas necesitaban reparación. Me hizo pasar
adentro y cerró la puerta rápidamente, riéndose como si fuéramos colegialas conspiradoras.
Había estantes por todas partes con cerámica seca, esculturas y un caballete con un paisaje a
medio terminar. Las paredes estaban revestidas con grandes estanterías que llegaban hasta el
techo y estaban llenas hasta el borde con cepillos en latas, herramientas de metal y frascos de
vidrio. El nuevo torno de alfarero estaba en la esquina. La única superficie brillante e intacta era
la parte superior grande y redonda de metal de la rueda. De la parte de atrás de la puerta, Aletha
agarró una bata y me la entregó. "¿Qué tal si haces algo para Matthias?"
“Claro, pero ¿qué? No soy muy bueno en esto. Cogí un cilindro de café de metal lleno de
diminutas herramientas plateadas. “¿Para qué son estos?”
"Herramientas de cuero".
"¡Oh! Matt necesita un cinturón. Ha estado usando dos cordones de zapatos atados juntos”.
"Perfecto", dijo ella. Caminó hacia un gabinete de metal largo y sacó una tira de cuero sólido
con cuatro agujeros redondos perforados en un extremo. Todo lo que necesitas es una hebilla.
Podemos ir de compras a tiendas de segunda mano por eso.
Cada segundo me enamoraba más y más de ella.
Tomando un pequeño martillo y algunas herramientas de la lata de café, las sostuve.
"Entonces, ¿simplemente golpeo esto en el cuero?"
“Primero, debemos humedecer un poco el cuero para que sea lo suficientemente
maleable. De esa manera, el diseño se fijará y durará más, tal vez para siempre”. Fue al
fregadero de la granja y volvió un momento después con un trapo mojado. Empapó el
cuero con la toalla pequeña y luego dio un paso atrás. "Hazlo, cariño".
“¿Qué tipo de diseño debo hacer?”
"Eso depende de usted."
Estudié las herramientas con diferentes formas en el extremo. Había un círculo
formado por tres líneas onduladas. Lo agarré, junto con un pequeño círculo sólido, y
presioné el círculo más grande en el cuero con facilidad, dejando una marca permanente.
Luego tomé el círculo más pequeño y lo golpeé en el centro del diseño que ya había
hecho.
Ella se paró sobre mí. "Wow, eso parece un ojo, ¿no?"
"Sí, supongo que sí".
“Hagámoslo como una niña entonces. ¿Puedo?" Asentí y ella tomó una herramienta
con una forma de lágrima angosta en el extremo e hizo tres muescas sobre el diseño del
ojo y tres debajo. Luego hizo tapping en un segundo ojo y repitió el proceso. Tomó una
herramienta en forma de media luna y la presionó, golpeándola rápidamente varias veces
seguidas en los bordes superior e inferior, creando un borde.
Antes de que me diera cuenta, se diseñaron dos pulgadas del cinturón, lo suficientemente abstracto
como para parecerse a un estampado de cachemira o los ojos de una mujer mirando desde un patrón
de remolinos tribales.
“Eso es tan impresionante,” dije.
“Ya tienes el diseño. 'Ojos en Matt', supongo, si tuviéramos que nombrarlo”. Ella rió.
“'Mis ojos en Matt'” Le corregí, y ella se rió aún más fuerte.
Le encantará. Simplemente repite el diseño una y otra vez hasta que estés al final del
cinturón”. Deslizó un taburete alto de madera detrás de mí, así que me senté y me puse
a trabajar.
14. ¿Tenías dudas?
GRACIA
Horas más tarde, terminé el cinturón justo cuando escuché el estruendo de una motocicleta
entrando en el camino de entrada. Aletha había entrado en la casa para hacer té. Colgué el cinturón
dentro del armario, lo cerré y me dirigí a la puerta del cobertizo justo cuando Matt la abría. Me
empujó hacia adentro y me besó con fuerza. Envolví mis brazos alrededor de él y dejé que levantara
mis piernas alrededor de su cintura. Cerró la puerta y me empujó contra ella.
—No me digas que no —dijo cerca de mi oído.
Matt, tu madre.
"Quita esto." Me bajó y me quitó la bata. "En realidad, quítate todo esto". Alcanzó mi camiseta
pero lo detuve. "Ella no vendrá aquí", dijo sin aliento.
"¿Qué? Por qué?"
Dejó que sus manos cayeran a sus costados. “Porque ella sabe que estamos aquí.
Ahora, ¿dónde estábamos? Miró hacia el techo y se tocó la barbilla, luego me señaló con el dedo
índice. "Oh, sí, te estábamos desnudando".
"Espera, tal vez ella piensa que tenemos un poco de respeto".
"Tal vez ella piensa que somos jóvenes y estamos enamorados", respondió rápidamente.
Silencio, como si el aire fuera succionado de la habitación y nos quedáramos en el vacío, sin
palabras, con los ojos pegados. La expresión de Matt permaneció impasible.
Arqueé mis cejas.
Se encogió rápidamente de hombros. "¿Qué?"
"¿Estamos?"
"¿Joven? Sí, relativamente.
"No . . . estamos . . .”
"¿Qué piensas, Gracia?" Y luego su boca estaba sobre la mía, excepto que ya no había
urgencia detrás de su beso. El beso siguió y siguió, como si estuviéramos tratando de
fundirnos el uno con el otro, romántico y dulce.
Finalmente, me alejé. "¿Tienes una motocicleta?" Pregunté, soñadoramente.
Respondió asintiendo en mi cuello y besándome justo debajo de la
oreja.
"¿Quieres llevarme a dar un paseo?"
"No tienes idea."
"Sabes, nunca hablamos realmente de la otra noche".
"¿Necesitamos hablar de eso?" Su tono fue repentinamente rígido.
Una repentina ola de paranoia me hizo retroceder un par de pies, fuera del abrazo de
Matt. Estaba evitando el tema. ¿Por qué? Me pregunté si había algo que él no quería
decirme. ¿No fui lo suficientemente bueno? ¿Cómo podría ser? Pensé. Era como un dios,
goteando con una mezcla embriagadora de dulzura y sexo. No podía quitarle los ojos de
encima la mayor parte del tiempo. Además de todo, era amable, inteligente, fuerte y artístico.
¿De verdad, universo? Eso es suficiente. ¡Eso es jodidamente suficiente! No puedes
hacer que una persona sea tan deliciosa. No es justo.
Matthias era el tipo de chico con el que las chicas soñaban casarse. El tipo de persona
cuyo apellido garabatearías después de tu primer nombre en tenues letras cursivas en la
portada de tu Trapper Keeper. Costa de Graceland.
Graceland y Matthias Shore. Sr. y Sra. Shore. Las imágenes de tus fotos familiares pasarían
por tu mente en flujos borrosos, como estrellas moviéndose a la velocidad de la luz. Tú,
parada allí, resplandeciente y embarazada por duodécima vez, con todos tus hermosos
hijitos Adonis y Afrodita aferrados a tus piernas mientras tú y tu esposo se miran a los ojos.
Lo gritarías al mundo, “Esto. Hombre. Es. ¡Mío!" Y siempre le darías muchas mamadas. Ni
siquiera había hecho eso todavía, pero planeaba hacerlo. De todos modos, el punto es que
harías cualquier cosa por él.
Y luego, como una criatura mitológica, aniquilaría tu corazón
con mera indiferencia.
¿Realmente necesitamos hablar de eso?
Ay.
Me miró entrecerrando los ojos, suplicando, buscando. ¿O estaba jugando conmigo?
Mi estómago se contrajo con ansiedad.
"Está bien, Grace, ¿qué diablos está pasando?"
No pude contenerme. "¿Era terrible en la cama?"
"¿Qué? ¿Qué sucede contigo? ¿Me estás tomando el pelo?"
"Bueno, ¿vas a responder a mi pregunta?"
Se enderezó, “¿Realmente necesito señalar que básicamente te acabo de decir que
estoy enamorado de ti? Pensé que lo conseguiste. Maldito Cristo, Grace.
Tengo una erección furiosa y estoy tratando desesperadamente de profanarte contra la
pared de un asqueroso cobertizo en el patio trasero de mi madre. ¿Pensé que las acciones
hablan más que las palabras? Nos miramos el uno al otro y luego bajó la voz. “La otra
noche fue fácilmente la noche más agradable de mi vida, te lo juro. Dudo que alguien más
pueda superarlo. Eres tan singularmente hermosa y sexy, y te moviste tan perfectamente
que no he dejado de pensar en ello desde entonces”. Se miró los pantalones y se rió. “Lo
que ha hecho que la vida en los aviones y en la casa de Aletha sea extremadamente
incómoda”.
Corazón asesinado. Él era mi dueño.
Me agarró la mano. “Vamos, niña tonta. Quiero llevarte a almorzar a casa de mi papá y
ya se está haciendo tarde.
"¿En realidad?" Miré mi reloj. No me di cuenta de que Matt quería ver a su padre con
tan poca antelación. "Oh, mierda." Corrí a través de la puerta de la casa de Aletha como
un derviche girando en círculos frenéticos. "No sé qué ponerme", gemí.
Matt me siguió y se sentó en la cama de invitados, observándome, con las manos
detrás de la cabeza y una sonrisa satisfecha y engreída en su rostro. “Solo elige algo. Te
ves genial en todo. . . y nada."
“Oh, Dios mío, oh, Dios mío, oh, Dios mío”. La ropa salió volando de mi
maleta y al otro lado de la habitación. "¡No tengo nada!"
"Esto", dijo Matt, recogiendo una prenda del suelo. Ponte esto. Era el vestido, el de las
florecillas negras y un escote en la espalda. “Con medias y tus botas. Te ves increíble en
él.
Agarrándolo de él, escaneé el material arrugado. —Tíramelo —dijo una voz desde la
puerta. Aletha extendió las manos. Casi comencé a llorar cuando miré hacia arriba para
ver su cálida sonrisa. Cuando estaba en mi
casa, se esperaba que planchara no solo mi propia ropa, sino también la de mi padre y la
de mis hermanos. Mi madre siempre decía que se trataba de hacer mi parte. Incluso cuando
estaba en casa de la universidad en vacaciones, pasaba horas haciendo tareas domésticas
y planchando. Odiaba planchar. La mera vista de una tabla de planchar me hizo enojar. El
pequeño gesto de Aletha me recordó cuánto anhelaba una madre cariñosa, una que no
permitiera que la bebida de mi padre dominara nuestras vidas. Uno que sonaba emocionado,
que quería conocerme cuando llamé.
Uno que no estaba tan extendido.
"Gracias, Aletha".
"Es un placer, cariño". Creo que lo dijo en serio. Como planchar mi vestido
en realidad la hizo feliz.
En veinte minutos, me encontré inquieto en el asiento del pasajero de
La furgoneta de Aletha mientras Matt tocaba los Sex Pistols y golpeaba el volante al ritmo
del ritmo, entrando y saliendo del tráfico, totalmente ajeno a mi
nerviosismo.
"¡Ey!" Grité por encima de la música.
Lo bajó y me miró. —No te asustes, Grace. Son un montón de gilipollas pretenciosos.
Solo toca una canción para ellos. Todos quedarán totalmente impresionados. Mónica
estará celosa. Alexander será un imbécil. Mi papá y su esposa serán cordiales pero
presumidos. Todos hablarán sobre cómo un chef famoso cocinó nuestra comida y luego mi
papá te recordará cuánto pagó por el vino”.
“Me siento mal por presentarme con las manos vacías”.
“Mi mamá me dio una botella de Prosecco para llevar”.
"¿Qué es eso?"
“Es vino espumoso, como el champán”.
Respiré un suspiro de alivio. "Perfecto."
Cuando llegamos a la entrada de lo que modestamente llamaría una mansión, mis ojos
se salían de mi cabeza. La casa estaba decorada con luces navideñas blancas y había un
gran árbol de Navidad en el centro del camino circular, cubierto con grandes y extravagantes
lazos y enormes bolas de vidrio ornamentales.
“A mi madrastra le encanta esta mierda, pero ella misma no hace nada de eso. Ella solo
contrata gente”.
Vi el vino detrás de su asiento y lo agarré. Ambos nos arrastramos hacia la puerta
con aprensión. Matt tocó el timbre; Pensé que era extraño que no pudiera simplemente
entrar a la casa en la que creció.
Una mujer regordeta de unos sesenta y tantos años, que llevaba un delantal que
pensé que solo usaba la gente de las películas, abrió la puerta. Era Alice de Brady
Bunch, pero no alegre.
“Matías”, dijo ella. Su acento era marcado y obviamente alemán.
Se inclinó y la besó en la mejilla. "Naina, esta es Grace".
"Encantado de conocerlo." Me estrechó la mano con firmeza y se volvió. La
seguimos a través de una entrada y por un largo pasillo.
¿Quién es ese? murmuré.
"Ama de llaves", susurró, y luego se inclinó hacia mi oído. "Ella es mala." Mis ojos
se agrandaron.
Naina se dio la vuelta y se detuvo a medio paso. "Puedo oírte, muchacho".
Matt sonrió. “Naina ha estado aquí desde que yo tenía doce años. Me ayudó con
toda mi tarea, me enseñó un montón de malas palabras en alemán y siempre me
colaba toneladas de bocadillos azucarados”.
Naina pisoteó y puso sus manos en sus anchas caderas. "Matthias", lo regañó,
pero solo duró un segundo antes de que sus mejillas se sonrojaran y comenzara a
reír. "Ven aquí, tú". La mujer corpulenta prácticamente levantó a Matt en un abrazo de
oso. Te he echado de menos, Matthias. Aquí no ha sido lo mismo sin ti. Se separaron
el uno del otro.
Matt señaló con el pulgar su pecho. "Soy su favorito".
"Vamos, basta de eso", respondió Naina mientras se giraba y
continuó por el pasillo. Ella descartó el comentario, pero yo sabía que era verdad.
Faltaban dos días para Navidad y estaba a punto de conocer al padre de Matt, a
su hermano, a su madrastra ya su vengativa ex novia y futura cuñada. Estaba feliz
de tener algo para llevar a la habitación; se sentía como un escudo contra lo que fuera
que nos estaba esperando en la gran sala de estar. Matt me quitó la botella de
Prosecco de las manos, demasiado para mi escudo, y entró en la habitación delante
de mí, con los brazos abiertos, el pecho hacia arriba, la botella colgando de su mano
derecha. “Feliz Navidad, familia. ¡Estoy aquí!"
Vi al padre y la madrastra de Matt de pie cerca de una ventana del piso al techo
que daba a un enorme patio trasero y una piscina cristalina. Su padre vestía traje
oscuro y corbata. Su madrastra vestía una falda lápiz beige, una blusa blanca y un
juego de perlas resplandecientes. Era el polo opuesto de Aletha, con su cabello rubio,
cortado en una melena perfecta, y su piel tersa y alterada médicamente.
Su papá tenía la apariencia distinguida de un hombre que pasaba mucho tiempo
frente al espejo, pero su sonrisa era genuina, como la de Matt. Del sofá se levantó una
figura, que supe sin lugar a dudas que era Alexander. Llevaba un traje blanco puro,
camisa de vestir rosa y sin corbata. Los tres botones superiores estaban abiertos,
revelando su pecho bronceado y sin vello. Su cabello era más claro que el de Matt y
se veía plástico de gel.
Llegó a Matt en tres zancadas. "Matt está aquí y tarde como siempre", dijo,
alegremente. Tomando la botella de la mano de Matt, la examinó. “Y miren, todos, nos
ha traído una botella de champán para pobres.
¿Qué dices? Tal vez podamos asar el cerdo con él.
¿Era de verdad? Dios mío.
Se me hizo un nudo en el estómago y se me cayó el corazón al pensar en Aletha
dándole el biberón a Matthias y Matt sabiendo cómo lo recibirían, pero sin tener el
. haber sido por eso que me lo quitó en el último
corazón para decírselo. . o yo. Debe
segundo.
Ignorando a su hermano, se hizo a un lado y me tomó del brazo.
"Todos, esta es Grace".
Saludé torpemente y luego se acercó su madrastra. "Hola cariño. Soy Regina.
Mientras le estrechaba la mano, el padre de Matt se acercó a Matt y lo abrazó sin
decir palabra, luego volvió su atención hacia mí. “Hola, Grace, encantada de conocerte.
He oído hablar de ti y de tu música.
Tragué, preguntándome qué había oído. "Gracias Señor. Encantado de conocerlo."
"Por favor, llámame Carlos".
La necesidad de decir, ¿Qué tal Charlie? me golpeó, y me reí nerviosamente.
"Está bien, Carlos".
Alexander retrocedió hasta que vi a una mujer de cabello negro entrar en la habitación
desde el otro lado. Era hermosa, al estilo de la chica de al lado.
Cabello largo y liso con rizos que rebotan en las puntas. Grandes ojos marrones,
sorprendentemente cálidos. Sonreí cuando se acercó, pero luego noté su sonrisa de Joker,
grande y falsa, con un toque de picardía. Sus movimientos eran felinos mientras se deslizaba
hacia nosotros. "Matías". Su voz era altiva.
"Hola Mónica. Esta es Gracia.
Su espeluznante sonrisa con la boca cerrada estaba de vuelta mientras bajaba lentamente la
vista hacia mis botas y luego hacia mi cara. Extendí mi mano para estrechar la de ella, pero se
quedó colgando allí, sin poder hacer nada. Finalmente, ella lo tomó. "Encantado de conocerlo.
Te pareces a su tipo.
“Uhhh. . .”
Monica volvió a mirar a Matt. "¿Ella habla?"
“Niños, llevemos esto al comedor”, interrumpió Charles. estaba agradecido
Los seis nos sentamos alrededor de una gran mesa negra brillante con piezas de plata para
servir y copas de champán de cristal. Matt y yo nos sentamos frente a Alexander y Monica
mientras Regina y Charles tapaban cada extremo de la mesa. Naina entraba y salía rápida y
elegantemente de la habitación, poniendo los platos sobre la mesa.
Charles anunció que la comida fue preparada por el chef Michael Mason. Me incliné y le
susurré a Matt: "¿Quién es él?"
"¿A quién le importa?" Matt dijo en voz alta, pero nadie lo reconoció.
Regina y Monica estaban conversando sobre un diseñador que estaba trabajando en el
vestido de novia de Monica, mientras Charles hablaba con Alexander sobre las últimas
negociaciones del contrato de la firma. Básicamente nos ignoraron durante la mayor parte de la
comida, y debería haber estado agradecido.
Para cuando llegó el postre, y Monica y Alexander habían bebido unas cuantas copas de
champán, dirigieron toda su atención hacia nosotros.
Entonces, ¿tocas el violonchelo? preguntó Alejandro.
"Sí."
"Oh." La voz de Mónica estaba llena de conocimiento. "¿Tú eres el violonchelista?"
“Sí”, dije de nuevo. Vi preocupación grabada en el rostro de Matt. Estaba mirando fijamente
a Monica, tratando de leer su tono.
Su sonrisa empalagosa y su risa falsa enviaron un escalofrío a través de mí. Miró a
Alexander pero me señaló a mí. "¿Éste es el indicado?" Sus ojos se dirigieron al padre
de Matt. "El que rescataste, ¿verdad, Charles?"
"¿Disculpe? Um. . . rescatado? No sé a qué te refieres —dije, apenas pronunciando
las palabras por encima de un susurro—. ¿Quién era esta chica mansa y estúpida en la
que me había convertido con esta gente?
"Nada. Esta no es una conversación a la hora del almuerzo, Mónica. Había un filo en
el tono de Matt.
Empujé mi silla hacia atrás de la mesa. "¿Baño?" Le pedí a cualquiera que me
rescatara.
“Al final del pasillo, segunda puerta a la derecha”, dijo Regina.
Cuando me levanté, me tambaleé, mareado por el champán. Matt se levantó pero
rápidamente lo pasé por el pasillo. Podía escuchar sus pasos detrás de mí. Fui al baño
y traté de cerrar la puerta, pero la gran bota con punta de acero de Matt estaba atascada
en la abertura. "Esperar. Déjame entrar."
“No,” ladré.
“Gracia, lo digo en serio. Déjame entrar . . . por favor."
Mis ojos estaban llorosos y estaba mirando hacia abajo cuando finalmente solté la
puerta y lo dejé entrar. Levantó mi barbilla. Sus ojos ardían, como ron ardiendo.
"Escúchame. Le pedí prestado algo de dinero a mi papá para ayudarte a recuperar tu
violonchelo. No entré en detalles con él porque sabía que no entendería tu situación. Ni
siquiera merecen saberlo. Eres bueno, amable y puro, y no necesitas que estas personas
te lo digan. Que piensen lo peor. Deja que Mónica dé rienda suelta a su mierda de juez.
Deja que Alexander piense que usamos el dinero para tu quinto aborto.
Que se vayan todos al infierno. No me importa, ya ti tampoco debería importarte. Nunca
estarán satisfechos en la vida porque, por mucho que tengan, siempre querrán más. En
este momento quieren quitarnos un poco de dignidad porque tenemos algo que ellos no
tienen”.
sollocé. "¿Qué es eso?"
"Este." Se inclinó y me besó suavemente, lentamente.
Cuando se separó, cruzó el baño, abrió el armario debajo del lavabo y se estiró lo
más que pudo. "¡Entiendo! Naina nunca falla.” Era una botella de tequila. Desenroscó la
tapa y tomó una
trago. Tengo que conducir, pero eres bienvenido a que te critiquen. Adormecerá el dolor de
estar cerca de mi familia, confía en mí”.
Después de tres grandes tragos, pude sentir el calor extendiéndose por mi cara. I
se sonrojó instantáneamente cuando bebí tequila. "Estoy listo."
Me revolvió el pelo. "Aquí vamos. Ahora te ves perfectamente solo
jodido Hagamos que se retuerzan”.
El grupo estaba en la sala de estar de pie cerca del reluciente piano de cola cuando
regresamos. Mónica se sobresaltó cuando nos vio. Alexander parecía celoso, y Charles y
Regina parecían curiosos, mientras me abanicaba.
"Te tomó mucho tiempo", dijo Alexander.
Al pasar a Alexander por detrás, murmuré: “Sí. Matt se toma su tiempo”.
Cuando me senté en el banco del piano, hice un último gesto dramático de abanico antes de
poner mis manos sobre las teclas. “¿Puedo jugarles algo a todos?”
“Eso sería maravilloso, Grace”, dijo Charles.
El tequila corría por mis venas, soltando todos los músculos estresados de mi cuerpo.
Empecé a tocar, primero lentamente, permitiendo que la canción se desarrollara. La música
comenzó a girar una y otra vez, más y más alto, trayendo cada emoción a la superficie como
una experiencia espiritual. Tenía ganas de gritar: "¿Puedo obtener un amén?" Cerré los ojos y
toqué durante cinco minutos sin perder una sola nota.
Cuando terminé, se hizo el silencio. Esperé nerviosamente para abrir los ojos hasta que
escuché el sonido de los aplausos. Primero miré a Charles, que estaba radiante. “Eso fue
fantástico, Grace. ¿Quién era ese, Bach?
“Pink Floyd. 'Confortablemente adormecido.' ” Sonreí.
“Bueno, de todos modos fue hermoso”, dijo Regina.
"Gracias." Me puse de pie y me di cuenta de que Monica estaba de pie al lado de Matt,
mirándolo. No se dio cuenta porque sus ojos estaban sobre mí y sonreía, una sonrisa completa,
cursi, de un millón de megavatios, llena de orgullo.
Mientras caminaba hacia él, se llevó los dedos a la cara como si estuviera disparando el
obturador de una cámara imaginaria y articuló: "Eres tan jodidamente hermosa".
Monica lo vio todo, pero la mejor parte fue que a Matt no le importaba si ella lo veía o no.
No estoy seguro de que ella existiera en su mente.
ya no. Justo cuando lo alcancé, Alexander golpeó a Matt con fuerza en la espalda.
"Ella es realmente talentosa, hermano".
Los ojos de Matt se agrandaron. Estaba sorprendido, claramente. Tal vez fue el recordatorio de
un viejo amor fraternal que una vez compartieron, o tal vez porque Alexander me miraba como un
premio.
"Sí, lo es", dijo, todavía mirándome. "Tenemos que irnos ahora". Matt tomó mi mano y tiró de mí
hacia la puerta, luego envolvió su brazo alrededor de mi hombro. “Gracias papá, Regina. El almuerzo
fue genial. Tenemos que volver con la furgoneta de mamá ahora. Inclinándose, me besó en la oreja y
susurró: "Te quiero toda para mí".
Nos dimos la vuelta justo antes de salir por la puerta. Matt dio un gran "¡Feliz Navidad!" y nos
fuimos, dejando atrás una habitación llena de caras boquiabiertas.
"¿A que se debió todo eso?" —pregunté mientras salíamos del camino de entrada.
"Ese fui yo diciéndoles que eres mía".
No podía dejar de sonreír.
Regresaron los Sex Pistols. Matt subió el volumen y comenzó a hacer su mejor imitación de Sid
Vicious, cantando algo sobre vacaciones bajo el sol. Sonreí y miré por la ventanilla del pasajero,
observando el tráfico al otro lado de la carretera desvanecerse en corrientes de color rojo.
PASAMOS LOS siguientes tres días en casa de su mamá, explorando las calles en la motocicleta de
Matt. En una tienda de segunda mano, encontré una hebilla de cinturón cuadrada genial hecha de
peltre negro con un búho gris en el centro. Hice que Matt esperara afuera mientras pagaba.
Cuando salí por la puerta, él estaba en el estacionamiento, montado en su motocicleta, luciendo
tan sexy como siempre. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y lucía esa sonrisa arrogante
de Matt, sus ojos entrecerrados contra el sol. Una ráfaga de viento me echó el pelo hacia atrás cuando
me acerqué a él. Levantó la cámara invisible y tomó una foto.
“Gracie, espero que me consigas esa hebilla de cinturón de búho”.
Le di un puñetazo en el brazo. "Idiota. ¿Por qué tuviste que arruinarlo?
"Bésame."
"Arruinaste mi sorpresa", me quejé.
"BESO. A MÍ."
En la mañana de Navidad, todos nos sentamos alrededor del árbol de Aletha e
intercambiamos nuestros regalos, en su mayoría hechos a mano. Aletha había arrojado cuatro
hermosas tazas en su nuevo torno de alfarero y nos las dio a los dos.
“Los tenía glaseados. Dos tienen sus iniciales y dos tienen las de Grace en el
fondo”, explicó Aletha mientras Matt los sacaba de una caja.
"Eh", dijo Matt. “Estos son geniales, mamá. Gracias."
Él le entregó un gran marco envuelto. "Es de los dos". apreté
su mano con gratitud. Sabía que no había podido comprarle nada.
Ella lo desenvolvió y se quedó mirando. No sabía lo que estaba mirando, así que me
levanté para pararme detrás de ella. Cuando finalmente vi lo que estaba enmarcado, tragué
saliva y sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas. Era un collage mate de nosotros. No
podías ver nuestras caras en ninguna de las fotos, pero eran todos de Matt y yo, solo nuestras
piernas, brazos, manos, cabello, en su mayoría uno sobre el otro, o abrazados, o recostados
perezosamente. Algunos fueron apagados por la luz para que solo pudieras ver nuestras
siluetas. Fue una colección impresionante, y realmente mostró el talento de Matt de una
manera tan hermosa.
"Matthias", comenzó Aletha, ya sin aliento. “Hijo, estas fotos son tan increíblemente
impresionantes. Y Grace, eres un sujeto naturalmente hermoso.
Apreciaré esto siempre”.
Una lágrima cayó de mi mejilla y aterrizó en el hombro de Aletha mientras me abrazaba.
Ella me miró sorprendida. Negué con la cabeza, avergonzado, y miré hacia otro lado.
—¿No habías visto esto, Grace? ella preguntó.
“No,” dije, mi voz tensa. "Es increíble, Matt".
"Me alegro de que te guste, porque te compré lo mismo". Él rió. Te está esperando en tu
habitación cuando vuelvas. Lo metí allí justo antes de que nos fuéramos.
Me dejé caer en su regazo y lo besé rápidamente. Me abrazó cerca. "Me encanta. Gracias."
Cuando le di el cinturón, lo examinó. —Los ojos de Gracie —dijo, y yo asentí—.
“Te dije que lo conseguiría”, agregó Aletha.
UNA VEZ QUE REGRESAMOS a Nueva York a principios de enero, volvimos a la rutina normal.
Exploraríamos la ciudad, iríamos a nuestras clases, estudiaríamos juntos en los dormitorios, o al
menos intentaríamos estudiar. No podíamos quitarnos las manos de encima. En las noches que
Matt trabajaba en PhotoHut, practicaba música con Tati.
Aproximadamente un mes después, Matt me pidió que nos reuniéramos con él en el salón, con
sólo la insinuación de que me iba a llevar a un lugar especial.
“Esta es la otra parte de tu regalo de Navidad que estaba esperando para darte”, me dijo, sus
ojos brillaban mientras tomaba mi mano y me conducía fuera del dormitorio.
Envueltos en abrigos y bufandas, caminamos hasta Arlene's Grocery, un pequeño local donde
tocaban bandas locales. “No mires las señales”, instó.
Nos abrimos paso entre la multitud hasta el escenario. Matt siguió adelante, empujando a la
gente a un lado, pero no pude ver nada más allá de las espaldas de la gente. Cuando finalmente
levanté la vista, estaba mirando directamente a los ojos de Jeff Buckley mientras afinaba su guitarra.
Santo. Mierda.
Vimos todo el set, allí mismo, al frente de la multitud, balanceándonos de un lado a otro, a un
metro de mi músico favorito de todos los tiempos. En un momento, pensé que capté una sonrisa
de Jeff, pero luego apartó la mirada y comenzó a divagar sobre su parche de nicotina. Volví a mirar
a Matt y articulé, “OH. MI. DIOS." Sabía que estaba en presencia de la grandeza.
Jeff desapareció después del espectáculo, pero no me molesté en buscarlo. Un año antes,
podría haber esperado como una groupie para poder darme un apretón de manos o decirle lo fan
devoto que era, pero esa noche solo quería volver al dormitorio con Matt. Estaba inspirado. Quería
tocar música.
De camino a casa, dije distraídamente: “Él no tocó 'Aleluya'. Eso es muy malo."
"Probablemente esté harto de jugarlo", respondió Matt mientras balanceaba nuestras manos
de un lado a otro.
"Si, tienes razón. Gracias por cierto. Eso fue increíble."
"Cualquier cosa por ti."
No te pongas sensiblero conmigo, Matthias.
Él rió. "Ahora, ¿quién es el que no puede hablar en serio?"
15. Gracia. . .
MATE
Después de las vacaciones, Grace y yo pasamos todo el tiempo que pudimos juntos, casi
siempre desnudos. Parecía que estábamos tratando de condensar toda una relación en unos
pocos meses antes de que me fuera a Sudamérica. Debimos habernos dicho un millón de veces
que lo que teníamos era casual, pero no se sentía así. Grace evitó todas las conversaciones
sobre lo que iba a hacer cuando me fuera para el verano. Ella me recordaba constantemente
que éramos jóvenes, lo que a veces parecía que estaba minimizando nuestra relación. Creo que
estaba tratando de proteger su corazón. Tal vez yo también lo estaba.
Salíamos mucho con Tati y Brandon y íbamos a locales de música sórdida en el Lower East
Side y en Brooklyn todos los viernes. Los domingos, holgazaneábamos, jugábamos o estudiamos
juntos en Senior House.
Pero cuando terminó el invierno y nos dirigimos a principios de la primavera, todos nos ocupamos
de prepararnos para el final de la universidad y la siguiente fase de nuestras vidas. Si no hubiera
vivido justo al lado de Grace, no sé cómo nos hubiéramos visto.
Finalmente, el primer día cálido de abril, Grace, decidida a reunirnos a los cuatro, nos dio
órdenes estrictas de reunirnos fuera del Old Hat a las diez de la mañana. El Old Hat era un antro
mugriento al que íbamos después de que los mejores bares cerraran por la noche, por lo que
era un lugar inusual para comenzar el día.
Me froté las manos y aplaudí una vez. "Muy bien, señora, ¿de qué se trata todo esto?"
"Whisky", dijo ella inexpresivamente.
Brandon se rió entre dientes.
“Son las diez de la mañana, Grace”, dijo Tati con la mano en la cadera, claramente sin gracia.
Grace tomó mi mano y tiró de mí hacia la puerta. “¿No es algo hermoso, chicos? Tenemos
todo el día. Vamos, somos jóvenes. Aprovechémoslo”.
El cantinero del Old Hat nos saludó. Grace levantó cuatro dedos.
"Cuatro whiskies, por favor".
“Oh, caray”, escuché murmurar a Tati.
¿Qué estamos haciendo, Gracie? Verdadero." Estaba totalmente confundido.
Los cuatro nos sentamos en fila en la barra. “Todo el mundo ha estado muy ocupado
últimamente y Matt se irá pronto. Solo quiero pasar un tiempo con ustedes, emborracharme y
divertirme y no estudiar. Tengo todo el día planeado para nosotros”.
Tati levantó su tiro. Me has convencido. Soy un juego.
“De fondo”, dijo Brandon.
Después de beber nuestros whiskies, Grace se volvió hacia nosotros. "Está bien, vamos a golpearlo".
"¿Hacia dónde ahora?" Yo dije.
Sus ojos se iluminaron. “La habitación oscura”. Me entregó un rollo de película.
“Necesitamos desarrollar eso”.
“Por favor, díganme que no son fotos de ustedes desnudos”, dijo Brandon.
“No, probablemente tengan suficientes de esos”, agregó Tati.
“No lo es,” dijo Grace. Es una pista.
"¿Qué vamos a hacer mientras ustedes desarrollan eso?" preguntó Tati.
“Vienes con nosotros”, dijo Grace. “Matt puede mostrarles cómo hacer una impresión”.
sonreí. "Sí, será divertido".
Caminamos hasta el laboratorio fotográfico en el campus, empapándonos del cálido aire
primaveral en el camino. Había una serie de salas pequeñas donde los estudiantes podían
revelar negativos de películas y luego una sala más grande llena de luz roja, ampliadoras y
bandejas de revelado para que los estudiantes hicieran copias. Coloqué algunos negativos en
ampliadoras de un rollo de película que había dejado en la habitación, para que Tati y Brandon
pudieran hacer copias. Eran tomas mías y de Grace haciendo muecas estúpidas a la cámara;
era una especie de proyecto desechable, pero al menos Brandon y Tati podían entretenerse
mientras Grace y yo desarrollábamos el rollo.
Caminamos por el pasillo y llevé a Grace a una de las habitaciones más pequeñas y
cerré la puerta. “Gracias por planear hoy. Esto es divertido." La besé contra la puerta y
enganché su pierna alrededor de mi cintura, pasando mi mano por su muslo y empujando
su vestido más alto.
"Pensé que me habías dicho que la gente no hace esto aquí".
“No sé lo que hacen los demás, y realmente no me importa”.
Ella gimió pero se soltó de mi abrazo. “Necesitamos desarrollar esa película, Romeo”.
Aguafiestas murmuré. "Bien, lo haré comenzar, pero voy a conseguir algo después".
“Entonces estaré a tu disposición, pero primero ponte en marcha”.
"Está bien, tengo que apagar la luz roja para revelarlo, así que estará completamente
oscuro aquí durante unos doce minutos".
Ella arrugó la nariz. "¿Qué es ese olor?"
"Es desarrollador". Los olores químicos eran abrumadoramente acre dentro de la
habitación de ocho por ocho, que era cálida y húmeda. Había un fregadero y un
mostrador de acero inoxidable a un lado, junto con una tina alta y estrecha donde se
dejaban caer los negativos de las películas en la solución de revelado. Encima del
mostrador había un gran cronómetro con manecillas que brillaban en la oscuridad. Al
otro lado había un banco de madera.
Me incliné y encendí la radio debajo del fregadero. La música llegaba a través de un
parlante en el techo, una especie de suave jazz de la estación de la universidad.
“No puedo cambiarlo, pero es algo”. Volví a mirar a Grace sentada en el banco. "¿Estás
listo? Voy a apagar la luz roja ahora”.
"Estoy listo."
Presioné el interruptor. Los laboratorios fotográficos son tan oscuros y cálidos que
sientes sueño al instante. Grace bostezó audiblemente desde el otro lado de la
habitación. Todos mis otros sentidos se pusieron a toda marcha. Abrí la película y la
adjunté ciegamente a un clip. Avanzando a tientas hacia el fregadero, me las arreglé
para dejarlo caer hábilmente en la tina sin hacer ruido.
"¿Estás bien, bebé?" Yo pregunté.
"Sí", dijo adormilada.
“Dame un minuto más”. Configuré el cronómetro y luego una imagen mental de
Grace montándome voló por mi cabeza.
Desnúdate.
Ella rió. "¿Hablas en serio?"
"Puedo hacer mucho en doce minutos", dije mientras me acercaba a ella.
Agarré su brazo primero y luego nos besamos. No había necesidad de ningún otro
sentido; todo fue contacto después de eso. La besé desde la oreja hasta la base del cuello
y luego le saqué el vestido por la cabeza. Me desabrochó el cinturón y tiró de mis jeans.
Le di la vuelta. Desde atrás, besé su hombro y pasé una mano por su espalda, sobre su
trasero, y luego mis dedos estaban allí, dentro de ella. Ella no hizo ningún sonido.
"¿Estás bien?" Yo pregunté.
"No te detengas", jadeó ella.
Y luego me estaba deslizando dentro de ella. Nuestras respiraciones eran difíciles,
pero las amortiguamos lo mejor que pudimos. Entré y salí, lentamente al principio, luego
con más fuerza y urgencia. Empujó contra mí, igualando mis movimientos. No había más
sonido que pequeños maullidos y una respiración pesada. Cuando la sentí apretarse a mí
alrededor, lo perdí. La oleada de frío me atravesó como si todos mis nervios se estuvieran
rompiendo. La atraje hacia mí y enterré mi cara en su cuello. En un solo movimiento, salí,
me derrumbé en el banco y la puse en mi regazo.
¡Estábamos besándonos a besos lentos y somnolientos cuando zumbamos! El
temporizador se apagó. Me puse de pie y encendí la luz roja. Grace se paró a mi lado,
atónita. Envolví mis brazos alrededor de ella y besé la parte superior de su cabeza. "Eso
fue increíble. ¿Estás bien?" Las sinapsis todavía deben haber estado fallando en su
cerebro porque solo asintió.
Fui al fregadero y saqué unos cuatro pies de negativo de la tina y lo dejé caer en un
recipiente lleno de agua que actuó como un baño de parada. Rápidamente nos vestimos
y salimos de la habitación con la película.
Después de que los negativos se secaron, los escaneé y descubrí que la mayoría
estaban negros hasta el final. Había tres fotos, cada una con una sola palabra en una hoja
de papel. Piano. PBR. Miseria.
Miré a Grace. "¿Tres guisantes?" —pregunté, refiriéndome a un pequeño antro cerca
de nuestro dormitorio, que tenía una noche de piano con micrófono abierto los viernes. A
menudo insistía en que Grace tocara y cantara para mí allí, pero nunca lo hacía.
"Lo entendiste. Busquemos a Tati y Brandon. ¡Esto es tan divertido!" chilló, y luego tiró
de mí por el pasillo hacia nuestros amigos.
Afuera, Tati sacó una petaca de whisky de su bolso. “Tú no pierdes el tiempo,” dije.
“Pensé que Grace nos arrastraría a un montón de museos. Tenía que ser
preparado. ¿Quieres un poco?
Tomé un trago y luego Grace me lo quitó de las manos. Soy yo quien lo va a necesitar.
Vamos."
Cuando llegamos a Three Peas, todos estábamos lo suficientemente animados. Estaba
vacío a excepción de una camarera que no reconocí. Grace se inclinó sobre la barra. "Estoy
haciendo este pequeño juego para mi novio y mis amigos, y me preguntaba si podría hacer
una canción súper corta allí". Ella señaló el escenario.
“Oh, Dios mío, lo va a hacer”, dijo Tati.
El cantinero levantó la vista y sonrió. “Noquearte a ti mismo. Nadie
aquí. ¿Quieres algo de beber?
"Seguro. Cuatro PBR.
El cantinero sirvió nuestras cervezas, y todos vimos a Grace tomar la suya en
tres grandes tragos. “Oh chico,” dije.
Justo cuando se dirigía al piano, escuché el tintineo de campanas cuando la puerta se
abrió. Me di la vuelta y observé cómo entraban algunos trajes en su hora de almuerzo y se
dirigían a los taburetes abiertos. Había siete de ellos. La audiencia de Grace había crecido
exponencialmente en un segundo.
Empujó el banco del piano más cerca del piano, lo que hizo un sonido chirriante a través
de las tablas de madera del piso del escenario. "Lo siento." Murmuró en el micrófono, que
estaba demasiado alto. Los trajes y el cantinero dirigieron su atención hacia ella. Parecía
completamente nerviosa. Le sonreí y su rostro se suavizó un poco. Se reclinó y giró un dial
en el sistema de sonido. "¿Mejor?" Asenti.
Tati gritó: "¡Tienes esto, niña!"
“Está bien, aquí hay una canción que escribí, pero también es tu próxima pista, así que presta atención.
ustedes." Su risa nerviosa hizo eco a través del bar silencioso.
¿Grace escribe canciones? preguntó Brandon.
Tati y yo lo callamos al mismo tiempo.
Grace interpretó una larga introducción rítmica que sonaba como la típica comida de
un bar de jazz y luego aceleró el ritmo hasta que surgió una melodía. Podía tocar cualquier
instrumento tan fácilmente; fue fascinante. Aun así, cuando empezó a cantar, todos
estábamos conteniendo la respiración. Nadie la había oído cantar realmente, pero como
todo lo demás, fue una revelación.
Corre al lugar donde juegan tus miembros de la realeza,
Tus amigos se reúnen y nosotros nos escondemos.
A la vista pero invisible,
Qué imprudentes son esos momentos que
tenemos, Qué preciosos.
¿Por qué no corremos al lugar donde los niños bailan, los
generales se
paran, y podemos ponernos de rodillas en el verano? . .
Cuando terminó, todos nos pusimos de pie y aplaudimos. "¡Bravo!" tatí
gritado. Todos los empresarios aplaudieron y gritaron: "¡Buen trabajo!"
“Amigo, eso estuvo bastante bien. Ni siquiera sabía que podía tocar el piano”, dijo
Brandon.
"Ella es increíble", dije en voz baja mientras la veía bajar del
escenario. Tati me dio un codazo en el brazo y me guiñó un ojo.
El cantinero llamó a Grace. “Eres un millón de veces mejor que la mayoría de las
personas que vienen aquí en la noche de micrófono abierto”. La atraje a mis brazos,
sonriéndole. Ella me miraba, sonriendo. Su cara estaba roja como una remolacha. La besé
en la nariz. “¿Parque Washington Square?”
Ella rió. "¿Era tan obvio?"
"Un poco. Apestas a las pistas, pero esto sigue siendo divertido. ¿Disparos antes de que nos vayamos?
El cantinero nos sirvió una ronda de tragos de whisky y luego compramos perritos
calientes en un carrito de camino al parque. Estábamos muy borrachos y solo era la una
de la tarde. Temía que si no comíamos mucho más que perros calientes, tendría que llevar
a Grace de regreso a los dormitorios para cuando todo esto terminara.
"Me estoy divirtiendo. Me alegro de que hayas arreglado esto —le dije. La verdad era
que Grace y yo podíamos divertirnos doblando la ropa, y Brandon y Tati
siempre estaban listos para lo que habíamos planeado. Fue fácil con nosotros cuatro.
Una vez que estuvimos en Washington Square Park, nos sentamos juntos bajo nuestro
árbol habitual. Brandon encendió un porro y todos nos turnamos para pasárnoslo. Apoyé la
cabeza en el regazo de Grace. “No puedo pensar en una mejor manera de pasar un
miércoles”. bostecé.
"Sabes, Graceland solía hacer esto por su hermano y hermanas en casa". dijo Tati.
"¿Lo hiciste?" La miré y sonreí.
"Sí, solo para pasar el tiempo". dijo Grace distraídamente. “Pero, en realidad, este caso
es un poco diferente”. Hizo una pausa y respiró hondo. “Quería reunirlos a todos y decirles
que ingresé a la escuela de posgrado. ¡Puedo quedarme en NYU!”. Ella levantó los brazos
en celebración.
"¡Ay dios mío!" Me puse de pie y la levanté, haciéndola girar. "¡Estoy tan feliz por ti!"
Noté que Tati estaba callada y Brandon parecía despistado. Grace también lo notó.
Cuando la bajé, se volvió hacia ellos. "¿No están felices por mí?"
Taty se encogió de hombros. "Supongo. Sí, Grace, me alegro por ti. Se puso de pie y
agarró su bolso. "Escucha, Brandon tiene un trabajo que escribir y yo iba a reunirme con
Pornsake para hablar del verano".
Algo cruzó la expresión de Grace. "¿Así que te vas oficialmente?"
“Bueno, entraste a la escuela de posgrado. ¿Por qué te molesta eso? preguntó Tati
irónicamente.
“No es así. Ni siquiera tocamos el mismo instrumento. ¿Y a mi que me importa?"
“Parece que te importa un poco. Sin embargo, no estoy seguro de por qué. tu eres el que
lo rechazó."
"No lo rechacé exactamente".
Te compró un arco de mil cien dólares, Grace.
"¿Entonces?"
Le fruncí el ceño a Tati. “Ella va a la escuela de posgrado. Por eso no se va a Europa
con Pornsake”.
“No, ella te está esperando, Matt. Para cuando vuelvas a Nueva York.
“¡Tatiana!” Brandon la regañó.
"¿Qué? Es cierto."
“Voy a ir a la escuela de posgrado porque quiero un título avanzado. Puedes deambular por
toda Europa con Pornsake durante el próximo año y medio. No me importa."
Grace se dio la vuelta y salió corriendo hacia las mesas de ajedrez.
Me volví hacia Tati, furiosa porque había arruinado el gran anuncio de Grace y nuestra tarde.
"No presioné a Grace para que se quedara, si eso es lo que piensas".
“Ustedes no pueden estar separados durante todo un año, a pesar de que esta orquesta
itinerante sería una oportunidad y una experiencia increíble para ella”.
Miré a Brandon y luego de nuevo a Tati. “¿Crees que ustedes dos pueden ser
lejos el uno del otro por tanto tiempo?
“Somos sólidos, Matt. Brandon y yo podemos pasar cinco minutos lejos de
unos a otros y no volverse locos, a diferencia de ustedes.
"Si ustedes son tan sólidos, ¿por qué no se casan con él entonces?"
“Oh, madura, Matt. ¿Cuánto tienes, cinco?
“Me casaría con Grace en un santiamén. Así de sólidos somos”. Miré hacia atrás y vi a
Grace en medio del parque, jugando al ajedrez con un chico bajo y canoso.
hombre.
Tati sonrió y luego sacó su mano. "Huelo un desafío".
“¿De qué estás hablando, Tati?” Brandon dijo, repentinamente sacudiéndose por su euforia.
"Oh, cállate, Brandon". Ella volvió a mirarme. "¿No crees que lo haríamos?"
Me reí. “No sé, Tati, a Brandon no parece gustarle mucho la idea”.
Se volvió hacia Brandon, que estaba detrás de ella con los ojos muy abiertos. Te casarías
conmigo, ¿verdad? Quiero decir, las cosas que hemos hecho. . .” Ella arqueó las
cejas con aire de complicidad.
"I . . . Supongo."
Dándose la vuelta, dijo: “Mira, Matt. Tú eres el único que habla.
Saqué mi mano. "Apuesto a que lo hacemos antes que ustedes".
"Esta encendido." Ella me miró.
"¿A qué estamos apostando?"
"El perdedor le paga a la pareja casada una noche de fiesta", dijo.
Lo sacudimos. "Estoy dentro", le dije, aunque lo habría hecho por nada.
16. Debería haberte dicho
MATE
Dejé a Brandon y Tati cerca del árbol y me dirigí a Grace con una nueva misión en
mente. Sentado en un banco cerca de la fuente, fumé un cigarrillo y esperé a que
terminara de jugar al ajedrez. Lancé aros de humo al aire mientras pensaba en
cómo conseguiría que se casara conmigo.
Necesito emborracharla.
Grace vino caminando hacia mí con una sonrisa. Parecía que todos los
la tensión se había ido y yo estaba aliviado.
"¿Quien era ese?" Yo pregunté.
“Orvin. El hombre que hizo mi arco.
"Oh. ¿El que te compró Pornsake? Arrugué la nariz.
"¿Podrías detener eso?"
"¿Qué te dio el viejo?"
“El número de un tipo en una banda que toca en ese lugar en Allen Street.
Están buscando un violonchelista y probablemente podría ganar unos cuantos dólares.
¿Se fueron Tati y Brandon?
"Sí."
Grace parecía decepcionada, como si esperara que esta cosa con Tati
soplar cuando su partida de ajedrez terminó. "Muy bien, vamos."
"Espera, todavía no me has visto doblar holandés, ¿verdad?" En mi cerebro
borracho, así era como iba a ganármela y conseguir que se casara conmigo. Era
un plan brillante.
"¿Qué? No haces doble holandés.
"Yo también. ¿Ves a esas chicas de ahí? Los conocí hace dos días. Los mostré.
"No te creo".
No es necesario. Voy a demostrarlo.
Caminamos hacia las chicas, y la que estaba saltando salió cuando me vio. Con la mano
en la cadera, dijo: "Oh, sí, Matty, Matty Double Dutch está aquí".
Miré a Grace, "¿Ves?"
Sus ojos eran tan grandes como dólares de arena. Empecé a estirarme, tocándome
dedos de los pies e inclinándose hacia un lado. Grace se dobló de risa.
“No vas a. . . ?” ella empezó.
"Oh, sí, lo soy. Mírame."
me preparé Las dos chicas comenzaron a girar las cuerdas y yo di una maldita voltereta
impecable hacia el centro y comencé a saltar. Fue un movimiento arriesgado. Solo lo había
logrado una vez antes, pero sabía que era hora de las armas grandes. Hice todo lo que las
chicas cantaban: “Matty, Matty, date la vuelta. Matty, Matty toca el suelo. Matty, Matty, muestra
tu zapato.
Salté sobre un pie.
“Matty, Matty, eso servirá. Matty Matty, sube.
Salté más alto cuando las cuerdas se hicieron más rápidas. Grace ya estaba histérica.
“Matty, Matty, di tus oraciones. Matty, Matty, apaga la luz. Matty, Matty, di buenas noches.
Dejaron de cantar y las cuerdas se balancearon cada vez más rápido hasta que finalmente
esos mocosos me atraparon y me tropecé. Grace se reía tanto que creo que dejó de respirar;
parecía un tomate.
Las chicas aplaudieron junto con una pequeña multitud que se había reunido. Hinché mi
pecho, me resoplé las uñas y las froté contra mi camisa.
"No está mal, ¿eh?"
“Estás lleno de sorpresas”, dijo Grace, recuperando el aliento.
"Y yo seré . . . para siempre."
"¿Dónde aprendiste a hacer eso?"
“Fui consejero de campamento el verano pasado”.
"¡Ja! San Matías.”
“En realidad, me despidieron”.
"¿Por qué?"
"No quieres saber", le dije.
"En realidad, lo hago, especialmente porque te despidieron de un trabajo mientras
Trabajando con niños. Esa es una bandera roja allí mismo”.
“Todo fue culpa de Clara Rumberger. Ella era otra consejera. Su madre, Jane, era la
directora”.
"¿Entonces qué pasó? ¿Te pillaron jugando con Clara?
"No exactamente. Jane era la que sentía algo por mí”.
"¿La madre?" Su expresión se congeló.
Asentí, cada vez más avergonzado por el segundo.
"¿Qué hiciste, Matt?"
“Clara nos atrapó a mí ya su mamá, um. . . bueno, en un delicado
situación en la cocina del campamento después de apagar las luces”.
"Oh. Mi. Dios. Tu puerco." Ella me golpeó en el brazo. “No puedo creer que estuvieras
caliente después de un puma. Entonces, ¿por qué te despidieron?
“Bueno, aparentemente Clara amenazó con decirle a su papá, el esposo de Jane,
a menos que me despidieran”.
"¿Ella estaba casada?"
Levanté las manos en un gesto defensivo. “Me dijo que se iban a divorciar”.
“Hombre, Tati tendría un día de campo contigo”.
"Lo cual me recuerda. ¿Cuál fue el trato con ustedes antes?” Nosotros
Regresé al árbol mientras hablábamos.
"No sé. Está enfadada porque cree que estoy renunciando a algo por ti.
Agarré su mano y la hice girar. Ella me miró y luego apartó la mirada rápidamente.
Mírame, Grace. ¿Estás renunciando a algo por mí?
"No." Ella no dudó.
“Nunca querría que te sintieras así. Tú mismo dijiste que somos jóvenes, que debemos
hacer lo que estamos destinados a hacer.
"¿Qué es eso?" Ella susurró.
“No estoy seguro, pero sé que estoy tomando la pasantía, y deberías ir con Pornsake,
si crees que deberías hacerlo. Siempre puedes ir a la escuela de posgrado más tarde”.
“Dan quiere viajar durante un año y medio, Matt. Tiene una gira planeada.
Ha estado ahorrando y preparándose durante mucho tiempo”.
"Bueno . . .”
"Eso significa que tú y yo no nos veríamos por tanto tiempo".
El pensamiento me enfermó físicamente. “Pero si es lo que crees que deberías
hacer después de graduarnos, entonces hazlo”.
Parpadeó hacia mí y luego sacudió la cabeza y miró hacia abajo.
"¿Eso es todo? ¿Así es como te sientes? 'Adelante, Grace, vete por más de un año y
buena suerte'?
Mi corazón latía con fuerza fuera de mi pecho. "¿Terminó tu búsqueda del tesoro?"
"¿Cambiar mucho el tema?"
—Tomemos unos tragos y hablemos —ofrecí.
“Sí, Matt, porque siempre tomamos buenas decisiones cuando estamos borrachos”.
“Solo ven,” dije. "Tengo una idea."
Encontramos un bar y pasamos el resto de la tarde allí. Pero en lugar de hablar,
bebimos las preguntas que rodeaban nuestro futuro. . . que nos rodeaba. Grace escogió
diez canciones en la máquina de discos e insistió en quedarse hasta que sonara cada
una. Para cuando llegó el último, estábamos bien y debidamente salteados.
"¿Estas borracho?" balbuceé.
"¿Eres tú, MatthiUSSSS?"
"Necesito llevarte a algún lado, ¿de acuerdo, Gracie?" Tiré de ella mientras salíamos
a la calle y bajábamos al metro. Nos reíamos histéricamente mientras tratábamos de
mantener el equilibrio sin tocar los postes del metro. Los otros jinetes no se divirtieron.
Salimos del centro y caminamos unas pocas cuadras. —Mira —dije, señalando el
ayuntamiento—, ¡deberíamos casarnos ahora mismo, Grace! Eso es lo único que hará
que TODO sea mejor”. La agarré por los hombros y la miré directamente a los ojos, que
estaban encendidos de felicidad, o tal vez era la embriaguez.
"¿Querer?"
“Esa es una gran idea, Matt”.
No sé cómo, pero logramos llenar todo el papeleo necesario y desembolsar los
cincuenta dólares. La jueza de paz, una mujer irritada, bajita y pelirroja nos dijo:
“Necesitan un testigo, y solo me quedan catorce minutos en el reloj. Deberías
apresurarte."
“Espera”, dije, “Espera”. Regresé unos minutos más tarde con un vagabundo que dijo
que se llamaba Gary Busey. Tuve que pagarle diez dólares.
La ceremonia terminó en aproximadamente un minuto. Creo que dije, "Sí, acepto", al igual que
Grace, y luego nos besamos descuidadamente.
Gary Busey se aclaró la garganta detrás de nosotros. "Vamos, ustedes dos, consigan
una habitación". Lo abrazamos y luego corrimos al baño y nos quitamos el abrumador
olor a salami de Gary de nuestras manos. Cuando salí, Grace estaba esperando en el
pasillo. Extendí mi mano. "Señora. Shore, ¿puedo tener este baile?
"Sí, esposo, sería un honor".
Bailamos como tontos durante unos minutos y luego salimos del edificio a trompicones,
riendo. Después de tomar el metro hasta East Village, le di a Grace un paseo a cuestas
ocho cuadras hasta Senior House, donde nos desmayamos, comiendo chips de tortilla en
el salón.
DARIA SACUDIÓ MI hombro. "¿Mate? ¿Qué están haciendo ustedes dos aquí abajo?
La miré y entrecerré los ojos. Me dolía la cabeza y la pequeña lámpara de escritorio
en la mesa auxiliar del salón era como un poderoso VitaRay que me destrozaba el
cráneo. "Oh, mierda", dije, sosteniendo una mano contra mi cabeza y la otra contra mi
estómago. Había conseguido la madre de todas las resacas.
Me giré para ver a Grace desmayada a mi lado en el sucio sofá.
"Gracia." La sacudí y ella gimió e hizo un sonido de dolor, gimiendo como un animal
herido.
Daria nos ayudó a levantarnos y nos dirigimos a nuestras habitaciones. Adoraba en el
altar de porcelana de un dios vengativo toda la mañana antes de volver a desmayarme.
Más tarde, fui al dormitorio de Grace y encontré la puerta rota. "¿Estás bien?" Pregunté
mientras entraba.
"Sí, entra", dijo ella. La encontré tirada en el piso, su rostro
presionado a la alfombra de gérmenes. Su palidez tenía un tinte verdoso.
Balanceándome en la puerta, me sequé y luego me apoyé contra
su escritorio. "¿Estás seguro de que estás bien?"
“Ouch”, dijo, sonando como ET. Extendió su dedo índice hacia mí y dijo: “Eliot, llama a
casa”.
Riendo débilmente, presioné mi mano en mi frente y me abroché.
"Mierda, no me hagas reír, mi cabeza me está matando". Crucé la habitación y me senté
en el borde de la cama, con la cabeza entre las piernas.
"Nos pusimos tan mal ayer".
Nos casamos, Matt. Abrió mucho sus ojos inyectados en sangre para enfatizar.
"Lo sé." Aunque una parte de mí no había estado totalmente segura hasta ahora.
Me miré al otro lado de la habitación en el espejo. Mi cabello estaba de punta en todas
direcciones, y había una mancha misteriosa en mi camiseta blanca.
"Santo. Mierda”, dijo ella.
"¿Qué?"
"¿Qué vamos a hacer? ¿Fue eso realmente oficial?
Le señalé el dedo, donde había puesto un anillo hecho con goma de mascar.
envoltura. Levanté mi propio anillo de envoltorio de chicle a juego. "Quiero decir . . .”
"Esperar. ¿Dijiste 'nanunanu' cuando pusiste este anillo en mi dedo? ella preguntó. Le
di una sonrisa culpable y asentí. “¡Dios mío, no puedo creer que hayas hecho esto por una
apuesta, Matt! ¿Qué te pasa?"
"¿Esperar lo? ¿Como supiste?"
“Tati vino esta mañana y procedió a rodar por el suelo, riéndose a carcajadas, mientras
yo vomitaba hasta las tripas. Dijo que había estado fanfarroneando y que no podía creer
que lo hicieras. Todas las noticias para mí, muchas gracias.”
“Esa perra,” susurré. Todavía nos debe una noche de fiesta.
"Eres un imbécil".
"Espera un segundo. Te paraste allí, justo a mi lado, con Gary Busey
como nuestro testigo, y dijo que sí. No te obligué a hacer nada.
Ella se sentó y sostuvo su cabeza. "Estaba jodidamente perdido, Matt".
"Grace, espera, vamos a calmarnos y acostarnos en tu cama".
"No. De ninguna manera. Tenemos que averiguar cómo anular esto. Como hoy."
“Podemos anularlo mañana. Solo tomemos una ducha y volvamos a dormir, ¿de
acuerdo? Se sentó allí, frotándose la cabeza durante unos segundos. "O y
Esto es solo un pensamiento . . . ¿quizás no tengamos que anularlo?”
Ella miró hacia arriba, sorprendida. "¿Qué? ¿Has perdido la maldita cabeza?
Su tono fue como un cuchillo en el corazón. Ella ni siquiera consideraría la idea. De
acuerdo, no era exactamente una forma ideal de casarse, pero actuó como si la idea de estar
casada conmigo le repugnara.
¿Quieres todo de mí, Grace, y luego actúas así? ¿Como si estar casado conmigo fuera
lo peor del mundo? ¿Por qué no te vas a Europa con Pornsake? ¿Qué diferencia hace?
Somos muy jóvenes, y deberíamos llegar a hacer todo lo que queremos hacer. ¿No es eso
lo que siempre dices?
"¿Sabes que? Debería poder hacer todo lo que quiero hacer. Tati tiene razón; tal vez
estoy rechazando una gran oportunidad solo para quedarme aquí y esperarte. Tal vez iré
con Pornsake después de todo”. Cuando las palabras salieron de su boca, sentí que ambos
nos tensábamos. Esperé a que se volviera hacia mí, se disculpara, se retractara de todo.
Pero ella se alejó. Ella ni siquiera me miraba. "Déjame en paz. No puedo tratar contigo en
este momento.
Me levanté de la cama, echando humo. "No te preocupes. No tendrás que tratar conmigo
nunca más. Salí de su habitación y cerré la puerta. No sabía qué había pasado, pero en el
lapso de un minuto, sentí que toda mi maldita vida había terminado.
Esperé un día, con la esperanza de que ella viniera a mí y se disculpara.
Nada.
Esperé otro día, resistiendo el impulso de disculparme.
Al tercer día, deslicé el papeleo de anulación por debajo de la puerta de Grace, aunque
solo fuera para que hablara conmigo. La escuché llorar esa noche a través de la pared y
luego tocó la suite de Bach en su violonchelo durante tres horas seguidas. Me quedé dormido
con la oreja pegada a la pared.
Aún nada. Ni una sola palabra intercambiada entre nosotros.
Los días se convirtieron en una semana. Una semana se convirtió en semanas. No
hablamos. Ni siquiera la vi. Me sentí como una mierda. Cuando escuchaba que la puerta se
abría o se cerraba, necesitaba todo mi esfuerzo para no salir corriendo al pasillo, agarrarla y
decir: ¿Qué diablos nos estamos haciendo el uno al otro?
17. Pertenecemos juntos
GRACIA
No habíamos hablado durante semanas, y todo el tiempo yo era brutalmente consciente del
tiempo que pasaba. Matt iba a partir para América del Sur en seis días.
Había perdido mucho peso desde nuestra pelea y me sentía débil y enferma todo el tiempo.
Era imposible concentrarse en nada, o incluso pensar en tener una vida social.
Tati se disculpó profusamente por ser al menos en parte responsable de esa tarde que
terminó con todo entre Matt y yo. Probablemente sea lo mejor. De todos modos, no querías
hacer un Jacki Reed, ¿verdad?
Jacki Reed era una chica con la que fui a la escuela secundaria y solía contarles su historia
a mis amigos como un cuento con moraleja. Jacki Reed solía presumir en las mesas del
almuerzo sobre su novio de la universidad en algún lugar de Nevada. Durante mucho tiempo,
ninguna de las otras chicas del último año de mi escuela secundaria creía siquiera que el tipo
existía. Jacki siempre actuaba como si fueran tan evolucionados porque estaban en una relación
a larga distancia, como si eso significara que ella le gustaba más.
De hecho, se refirió a él como un LDR. Le dije que no se pueden inventar siglas para todo; la
gente no sabrá de lo que estás hablando.
Cuando nos graduamos, ella se matriculó en una universidad de mierda en Nevada solo para
estar cerca de él, a pesar de que la aceptaron en Yale. La dejó dos meses después. Ahora vive
en casa y trabaja en Dairy Queen. Todos pensábamos que ella era la idiota más grande.
La pobre chica tonta probablemente solo estaba enamorada.
No fue culpa de Tati ni de la historia de Jacki Reed. Matt y yo nos derrumbamos porque las
paredes se estaban cerrando sobre nosotros. El que me entregó los papeles de anulación me
demostró que no estaba tan comprometido como dijo que estaba. Probablemente se dio cuenta
de lo que yo me había dado cuenta: estábamos en caminos separados.
Se acercaba la graduación, así que pasé mucho tiempo en mi habitación,
llenando formularios para becas y tratando de esconderme de todos. Matt trató de
detenerme en el pasillo una vez, pero lo ignoré. Me arrepentí más tarde cuando vi
que me había dejado un sándwich frente a mi puerta. Lloré todo el tiempo que lo comí.
Había una pila de correo en mi escritorio que había estado ignorando durante
una semana porque sabía qué contenía una pieza en particular. Estaba en un
sobre normal, dirigido a mí por mi madre. No hay nada alegre en un sobre blanco
estándar. Lo recogí y lo miré. La dirección del remitente estaba borrosa, como si
alguien hubiera derramado agua sobre ella. Me di cuenta, después de leer la carta,
que podrían haber sido sus lágrimas.
Finalmente, una mañana, decidí abrirlo.
Estimado Graceland,
Lamento mucho no poder decírtelo en persona, pero no hay suficiente dinero en el
banco para pagar un vuelo a casa este verano. Tu hermano necesitaba una mochila nueva para
la escuela y no habíamos comprado ropa escolar nueva para tus hermanas este año. Todo se
está cayendo a pedazos. ¿Cómo puedo decirte estas palabras? La bebida de tu padre ha
llegado a ser demasiado para mí.
Nos vamos a divorciar y él se va a vivir con tu tío. Tu hermano, tus hermanas y yo nos vamos a
mudar a casa de la abuela hasta que podamos ponernos de pie.
Sé que tu padre te ama y estamos muy orgullosos de ti. No queremos que tomes nada de esto
como tu carga. En este momento simplemente no podemos ayudar, y no creo que podamos pagar
para asistir a su graduación. Por favor entiende. Siempre has sido tan independiente, y no
pensamos que nos quisieras allí de todos modos. Siempre has podido llegar a fin de mes por tu
cuenta, Grace, y estamos orgullosos de ti por eso. Te amamos. Cuando pueda pagarlo, venga
a casa y visítenos y le haremos una cama en el sofá de la abuela.
Debo decirte que tuvimos que vender el piano y algunas de tus cosas que no creo que quisieras
de todos modos para ayudar a pagar el diente de tu hermana. Te amamos. Sigue haciendo un buen
trabajo.
Amar a mamá
Decir que estaba histérica sería quedarse corto. No podía dejar de llorar.
¿Como pudireon? Pensé. ¿Cómo podrían simplemente abandonarme por sus
propios errores? Ni siquiera tenía auto ni dinero para vivir, y mi madre estaba
usando el diente de mi hermana como excusa nuevamente cuando le había dado
la mitad de mi préstamo estudiantil por él. ¿Adónde había ido ese dinero?
Era demasiado deprimente pensar en ello.
El segundo sobre era un aviso de la oficina de Servicios Financieros para Estudiantes
que decía que todavía debía ochocientos dólares para la vivienda. Sentado en la esquina
de mi habitación mientras las lágrimas corrían constantemente por mis mejillas, pensé en
todas las cosas que podía hacer. Podría hacer algunos conciertos de violonchelo, pero
eso sería una cantidad mínima de dinero.
Con las rodillas apoyadas y la cabeza caída entre ellas, sollocé. Podría vender
mi violonchelo. Podría irme a casa y vivir en el sofá de mi abuela y conseguir un
trabajo en el Dairy Queen. Podría rendirme.
Y luego escuché a Matt murmurar: "¿Bebé?" mientras empujaba mi puerta para abrirla. I
No había escuchado su voz en tres semanas.
"Estoy bien, Matt".
Se acercó a mí. "¿Qué pasó?"
Sin levantar la vista, sostuve las dos piezas de correo empapadas de lágrimas
hacia él. Los leyó en voz baja y luego se sentó a mi lado.
"Puedo ayudarle."
"No."
Pasó su pulgar por mi mejilla, capturando las lágrimas. “Tengo dinero para cubrir
esto”.
“No, Matt. Vas a preguntarle a tu papá y no quiero que me rescate de nuevo”.
“No es el dinero de mi padre. Vendí una foto. te iba a decir pero
no me hablarías.
“Pensé que estábamos separados”. Me puse de pie, me acerqué a mi escritorio
y tomé el papeleo que había recibido confirmando nuestra anulación. Se lo tiré. "Y
te divorciaste de mí".
Matt rápidamente hizo un avión de papel y lo sacó por la ventana abierta de mi
dormitorio. “Por la presente te declaro mi ex esposa. ¿Así que lo que? A quién le
importa. No significa nada."
Lo miré.
"No va a ser tan fácil, ¿verdad?" él dijo.
"Necesito tiempo."
“No tenemos mucho”.
Me senté en el alféizar de la ventana, mirando el árbol solitario en el patio,
balanceándose de un lado a otro. "Ese es mi problema. Tiempo." Me volví hacia él.
“¿Qué foto vendiste?”
“El de ustedes. El primer día que nos conocimos. En el que estás recogiendo el botón
del suelo. El Sr. Nelson lo eligió para la galería de la universidad y se vendió el primer
día. En broma puse mil dólares en la etiqueta del precio, pensando que nadie lo
compraría. Es tanto tu dinero como el mío. Quiero que lo tengas." Su mirada era sincera
y dulce. Estábamos hablando y se sentía bien.
"No es mío."
“Bueno, como mi ex esposa. . .” Empezó a reír. “Podríamos haber sido
casado en el momento en que se vendió la fotografía. ¿Quién lo sabría?
No pude evitar reírme también. “Estuvimos casados por un par de días.
Y de todos modos, sería cincuenta y cincuenta.
"Bien vale. Tomaré los otros quinientos y luego te los devolveré por todo el trabajo de
modelado que has hecho para mí.
“Ojalá pudiera reírme de esto, pero estoy tan enojado con mis padres en este
momento. No puedo creer que actúen como si no los quisiera aquí para mi graduación —
dije.
“Es su forma de sentirse menos culpables”.
“Me van a joder con esta presión”.
"No." De repente se puso serio. "No, no lo son. Tan pronto como dejes de pensar de
esa manera y veas lo increíble que eres, todo ese resentimiento que tienes por ellos se
convertirá en gratitud. Dirás: 'Me alegro de que a mis padres no les importara una mierda
porque me hizo jodidamente genial'. ”
Dejando que sus palabras penetraran, me senté allí en silencio durante varios
momentos. Sabía lo que quería decir. "Yeah Yo supongo. Algún día diré, 'Gracias, mamá
y papá. Hijos de puta. ”
"¡Exactamente!" Matt dijo, triunfalmente.
"Gracias, Matt".
"Cuando quieras", dijo, poniéndose de pie y caminando hacia la puerta. “Oye, ¿te
quedarás aquí un rato? Necesito correr y conseguir algo.
"Bueno."
Regresó poco tiempo después con agujeros de donas, jugo de naranja, un pequeño
amplificador de práctica y una guitarra eléctrica que reconocí como una de Brandon.
Estaba acostado en mi cama, así que me volteé de lado, apoyando mi codo debajo de mi
cabeza, y observé a Matt moverse por la habitación. Puso tres agujeros de donas rociados con
arco iris en un plato y me lo entregó, junto con la mini botella de jugo de naranja. No dijo una
palabra; él solo me dio una pequeña sonrisa.
Era temprano pero ya hacía calor y estaba mal ventilado en la habitación.
Se quitó los zapatos y se sacó la camiseta de los Smiths por la cabeza y luego me la arrojó.
"Puedes ponértelo si quieres".
“Mateo. . .”
"¿Qué, te gusta usar mis camisas?"
Eso era cierto. Me desnudé hasta quedarme en sostén y ropa interior y luego me puse la
camiseta de Matt. Ese olor a Matt me hizo sentir cálida y con un hormigueo.
"¿Ver? Mejor”, dijo. Asenti.
Llevaba sólo sus jeans negros y el cinturón que le había hecho, con su
la cadena de la billetera se balanceaba de un lado a otro mientras se movía por la habitación.
En cuclillas cerca del amplificador, lo conectó a la pared y miró hacia arriba.
a mí. Las lágrimas llenaban mis ojos de nuevo. "¿Estás bien?"
Asenti. No estaba llorando por la carta o el dinero o la foto; Estaba llorando porque la idea
de que Matt se fuera, aunque solo fuera por unos meses, me mataba. Se iría en una semana.
Él estaría a un mundo de distancia, y yo me quedaría atrás, llorando por ser demasiado joven
para dejarlo todo o pedirle que lo dejara todo. Llorando por no haberlo conocido después,
cuando casarnos habría tenido sentido y ninguno de los dos nos habríamos asustado.
afuera.
Mi rostro palpitaba e hinchado por las lágrimas mientras lo miraba sentarse en un taburete
de madera y colocar la Telecaster verde y blanca en su muslo. Lo rasgueó una vez y miró hacia
arriba para su aprobación. No era ruidoso; era un sonido perfecto y limpio. Nunca lo había visto
tocar un instrumento o siquiera intentarlo, pero algo me quedó muy claro en ese momento. Matt
había estado practicando. . . para mí.
"Antes de comenzar, solo quiero que sepas que lo siento".
—Yo también lo siento —dije al instante.
"¿Podemos volver a ser como eran las cosas?"
"Pero que pasa . . .”
“Grace, ¿podemos disfrutar el tiempo que tenemos juntos?”
"Sí." Me eché a llorar.
Sus dedos tocaron una nota y supe que estaba tocando “Hallelujah”. Lloré aún más.
Cantó las palabras suave e impecablemente. Me maravillé de él, tan joven y hermoso,
sentado sin camisa y descalzo, con un enfoque inquebrantable. Cuando terminó, tocó una
última vez y me miró. En ese momento yo era un tonto llorón. Su sonrisa era una sonrisa
triste y compasiva, reservada sólo para cuando una persona sabe que no hay nada que se
pueda decir para arreglar las cosas. se estaba yendo Y no pude detenerlo.
Con voz temblorosa, le dije lo hermosa que era su forma de tocar y le pregunté cómo
aprendió la canción. Me dijo que Brandon a veces pasaba el rato en el PhotoHut, por lo que
le pidió a Brandon que se lo enseñara.
La había practicado una y otra vez para mí desde el concierto de Jeff Buckley, así que
finalmente pude escucharla en vivo.
18. Estábamos enamorados
GRACIA
Pasaron las últimas semanas del semestre y con ellas llegaron más presiones de Tati y
Dan para unirse a la orquesta. Siempre dije que no.
Estaban listos para partir hacia su primera parada en Francia a principios de agosto,
así que al menos tuve a Tati durante parte del verano. Matt se iría a principios de junio,
justo después de graduarse.
Un día, mientras comía sándwiches cerca de la fuente en Washington Square Park,
Tati me dijo: “Si Matt se queda en Sudamérica más tiempo que el verano, deberías unirte
a la gira”.
“En primer lugar, no se quedará allí más de tres meses.
Y segundo, voy a ir a la escuela de posgrado y esa es la razón por la que no me uniré a la
gira. Tú lo sabes."
"¿Cómo vas a pagar por eso?"
“Me quedaré en Senior House durante el verano por poco dinero mientras obtengo algunos
conciertos pagados”.
“Dan dijo que vamos a ganar mucho dinero. Siempre puedes ahorrar
levantarme e ir a la escuela de posgrado más tarde”.
“No, no puedo. No puedo simplemente irme e ir de crucero por Europa contigo
muchachos durante un año y medio. ¿Por qué siempre mencionas esto?
“Cálmate, Gracia. Mierda, siempre te pones fuera de forma por esto.
Puedes arruinar tu vida por un chico todo lo que quieras —murmuró.
No pude soportarlo más. Me levanté y me alejé.
Ella vino corriendo detrás de mí, así que le di un poco de mi mente. ¿Crees que estoy
fuera de forma? ¿Porque no quiero huir y unirme al circo de Dan? ¿Puedo recordarte que
antes no lo soportabas? ¿Y desde cuándo lo llamas Dan?
“Lamento que Matt se vaya y que te sientas miserable”.
"Eso no es todo en absoluto". Aunque eso fue todo.
“Dan realmente se preocupa por ti. Por todos nosotros. Compró esa foto que tomó Matt.
porque sabía que ustedes necesitaban el dinero”.
"¿Qué?" La miré en estado de shock, mis emociones estaban fuera de control.
"¿Por qué quieres lastimarme cuando sabes que ya me duele tanto?"
"No. Solo quiero que hagas lo correcto por ti, no por ti y Matt. Parece que está haciendo lo
correcto para él”.
Estábamos parados en la entrada del metro. “Me tengo que ir, Tati”. Bajé corriendo las
escaleras y tomé el próximo tren que llegó, dando vueltas durante horas para despejar mi
mente.
A última hora de la tarde estaba sentado frente a la tienda cerrada de Orvin, deseando
poder hablar con él, cuando pasó Dan.
“Grace, Orvin's está cerrado los domingos”, dijo Dan.
"Sí, me doy cuenta de eso".
Me miraba con su amable sonrisa. "¿Me puedo sentar?"
"Seguro."
"¿Algo de lo que quieras hablar?"
"No."
"¿Has estado practicando?"
"Por supuesto." Lo último que necesitaba era a Dan con su gorra de profesor.
Me giré y lo miré fijamente. "¿Por qué compraste esa foto?"
No perdió el ritmo. “Porque me gustó”.
“Ese tuvo que haber sido el precio más alto pagado por un pedazo de estudiante
obra de arte Alguna vez. En la historia del arte universitario”.
“Honestamente, Grace, sabes que soy un francotirador. Es una hermosa
fotografía y creo que el trabajo de Matt valdrá algo algún día”.
"¿No lo compraste porque sabías que necesitábamos el dinero?"
"De nada." Mentiras piadosas. "¿Me dirás qué te molesta?"
Negué con la cabeza y miré hacia su regazo, donde sostenía una
algunas hojas de papel dobladas. “¿Eso es música nueva?”
“No, en realidad, este es el papeleo para cambiar mi apellido.
Lo creas o no, podría manejarlo como profesor, pero como compositor y director, necesito algo
nuevo”.
“¿Así que vas a cambiar tu nombre? ¿Así?"
“Sí, incluso le propuse la idea a mi padre, pensando que se ofendería, pero dijo que
estaba feliz de que el nombre terminara con él. Estoy haciendo un pequeño ajuste de
Pornsake a Porter”.
“Daniel Porter. Eso suena bien”.
“Vaya, gracias, Graceland”.
El viento caliente golpeó mi cara desde un autobús que pasaba. Sentí una punzada de
náuseas y cerré los ojos.
"¿Estás bien, Gracia?"
“Siento que voy a vomitar”. Y luego, así como así, estaba jadeando
el pastrami con centeno que había comido en el parque con Tati en un basurero cercano.
Dan me frotaba la espalda y me repetía cosas bonitas. “Sácalo todo. . . eso es todo."
Me puse de pie. "Jesús, eso fue asqueroso". Me limpié la boca. "Mejor me voy a
casa, me siento como una mierda".
Todo irá bien, Grace. Lo que sea que estés pasando, lo resolverás —me gritó
mientras me dirigía a mi dormitorio.
"Gracias, profesor". Levanté la mano mientras me alejaba.
"¡Es Dan!"
MIENTRAS LOS DÍAS pasaban a toda velocidad, traté de memorizar cada momento con
Matt. Cuando no estaba con él, deseaba estarlo. Un día, trajo un pez betta a mi
habitación después de clase. Lo compré para hacerte compañía mientras no estoy. Su
nombre es Jeff Buckley”.
Me reí y luego me incliné y lo besé. “Gracias, eres
dulce." Pero, en realidad, solo quería que Matt me hiciera compañía.
Pasé el día de la graduación con Matt y su papá y su madrastra. Después de la
ceremonia cenamos y volvimos al dormitorio de Matt, donde él y yo nos quedamos los
siguientes días. No me dejaría fuera de su vista.
El cuatro de junio, el día antes de que Matt se fuera, mientras él estaba en el médico
recibiendo las vacunas necesarias para su viaje, me detuve en mi café favorito en East
Village para tomar un café. Estaba sentado en el bar, mirando por la ventana delantera,
cuando escuché a la hija del dueño del café, que trabajaba como
camarera allí, murmurando sobre una "tragedia total". Ella estaba llorando a su padre mientras
él la abrazaba. Una mujer mayor, con aspecto de hippie, se acercó y limpió la barra de madera.
"¿Escuchaste?"
Negué con la cabeza.
“Encontraron su cuerpo”.
No sabía de qué estaba hablando.
Ella suspiró pesadamente. “Pobre tipo, solía pasar el rato por aquí todo el tiempo”.
"¿OMS?"
Hebilla.
Puse mi mano sobre mi corazón. “¿Jeff Buckley?”
"Lo mismísimo. chico guapo Tan talentoso, se fue demasiado pronto”.
Sus ojos se arrugaron mientras sacudía la cabeza con tristeza.
"¿Qué pasó?" Apenas podía hablar.
Dejó de limpiar y miró por la ventana aturdida. Su voz era baja y temblorosa, como si
estuviera al borde de las lágrimas. “Ahogado en el Mississippi con sus malditas botas puestas.
Había estado desaparecido, y acaban de encontrar su cuerpo en la orilla. Solía verlo pasar por
aquí todo el tiempo.
Me derretí en sollozos, sintiendo tanta tristeza por alguien a quien ni siquiera conocía pero
con quien me había sentido intensamente conectado durante tanto tiempo. Fue la primera vez
que realmente pensé en lo fugaz que es todo. ¿Era esta vida? Me preguntaba. ¿Puedes pasar
horas y horas dedicado a tonterías arbitrarias y sin sentido, y luego morir mientras te das un
chapuzón en el río, y tu cuerpo hinchado va a parar a la orilla como basura desechada, solo
para ser enterrado y olvidado?
La primera vez que muere alguien joven y vibrante, alguien a quien admiras, alguien con
quien te relacionas, te hace retroceder, te vuelve loco. Oh, mierda, todos vamos a morir, nadie
sabe cuándo, nadie sabe cómo, piensas. Y en ese momento te das cuenta del poco control que
tienes sobre tu propio destino. Desde el momento en que naces, no tienes control; no puedes
elegir a tus padres y, a menos que seas suicida, no puedes elegir tu muerte. Lo único que
puedes hacer es elegir a la persona que amas, ser amable con los demás y hacer que tu estadía
brutalmente corta en la tierra sea lo más placentera posible.
Salí del café en un borrón de lágrimas, demasiado enferma para terminar mi café. La
camarera no me dejaba pagar, probablemente porque no se dio cuenta de cuánto
las noticias me afectarían. "Está en mí, cariño". Asentí agradecido y corrí todo el camino de
regreso a Senior House. Cuando vi a Matt parado afuera del edificio, me estrellé contra su
pecho y me disolví.
"Gracia, ¿qué es?"
Froté mis lágrimas y mocos por toda su camisa y le di la noticia entre sollozos. “Jeff.
. . los de Buckley. . . muerto."
"Oh, cariño, está bien". Frotó mi espalda y se balanceó conmigo. "Shh, no te preocupes,
podemos conseguirte otro pez".
Me alejé y lo miré. "No. El verdadero Jeff Buckley”.
Su rostro se volvió ceniciento. "Oh, mierda. ¿Cómo?"
“Se ahogó hace unos días. Encontraron su cuerpo hoy”.
"Eso es terrible." Me abrazó contra su pecho y pude escuchar los latidos de su corazón
acelerados.
"Lo sé, no puedo creerlo", dije entre lágrimas.
Pero la verdad era que no estaba tan triste por Jeff Buckley como lo estaba por
Matt y para mí. Para nosotros. Por el poco tiempo que nos quedaba juntos.
Si te preguntara, ¿te quedarías?
Él conocía mis pensamientos de alguna manera. Se inclinó y me besó una vez en cada
mejilla, luego en la frente, luego en la barbilla, luego en los labios. "Te voy a extrañar."
“Yo también te voy a extrañar,” dije entre lágrimas.
“Grace, ¿harías algo conmigo?”
"Cualquier cosa." Pídeme que vaya contigo. Dime que te quedarás. Dime que te casarás
conmigo. De verdad esta vez.
“Vamos ahora mismo a tatuarnos”.
"Está bien", dije, un poco aturdida. No era exactamente lo que esperaba, pero haría
cualquier cosa que me pidiera en ese momento.
Cada uno de nosotros recibió tres palabras en letra tenue. El mío atravesó la parte de atrás
de mi cuello, justo en la base, y el de Matt atravesó su pecho, justo sobre su corazón. Cada
uno de nosotros elegimos las palabras para el otro, las escribimos en un papel y se las
entregamos a los dos tatuadores. No sabíamos cuáles serían hasta que la tinta se perforó en
nuestra piel. Era como nuestra versión de un juramento de sangre.
Mientras nos tatuábamos, nos robábamos miradas y sonreíamos. Me pregunté qué
estaba pensando. Todas las veces que me dijo que se preocupaba por mí no fueron
suficientes. Nunca era suficiente cuando sabía que se iría al día siguiente.
Mi tatuaje se hizo primero y usé un espejo para leer lo que Matt había elegido. El
tipo era pequeño y se veía lindo y femenino, y me encantó incluso antes de leerlo. Miré
de cerca y vi las palabras: Agapornis de ojos verdes.
"¡Es perfecto!" chillé. Matt me miró, sonriendo felizmente, tratando de no
para mirar su propio tatuaje.
Cuando terminó, se miró en un espejo de mano con ojos curiosos. 'Sólo la ceniza'.
¿Es este Leonard Cohen?
"Sí. ¿Tú lo sabes?"
"¿Cuál es la cita completa de nuevo?"
Tragué saliva y traté de no llorar, pero todo mi cuerpo me estaba traicionando. Los
artistas del tatuaje se alejaron y nos dieron un momento. Matt se levantó de la silla y
envolvió sus brazos alrededor de mí con cuidado, acurrucándome contra su pecho en
el lado opuesto de su tatuaje vendado.
“'La poesía es sólo la evidencia de la vida. Si tu vida arde bien, la poesía es sólo la
ceniza. ”
Enterró su rostro en mi cabello. “Mi vida está ardiendo bien”.
Si, pero por cuanto tiempo?
A pesar de que todavía se estaba curando, debo haber besado las palabras sobre
su pecho cien veces esa noche. Me besaba la nuca y me decía cuánto iba a extrañar a
su tortolito de ojos verdes, y luego lo llamaba bola de queso y nos reíamos y luego yo
lloraba.
A la mañana siguiente, Tati se fue a pedir prestado el Chrysler de su papá para
llevar a Matt al aeropuerto. Mientras tanto, Matt se apresuró a empacar todo lo que no
se llevaría para poder enviarlo de regreso a Los Ángeles.
“¿Por qué estás devolviendo todas tus cosas? Puedes dejarlo en mi habitación.
Estaba acostada sobre mi estómago en su cama, viéndolo correr frenéticamente.
"Porque no quiero que tengas que lidiar con nada de mi mierda".
"Quiero lidiar con tu mierda".
Se detuvo y me miró. "Es mejor de esta forma."
"¿Pero vas a volver?"
“Sí, pero espero tener un trabajo para entonces para poder vivir en un apartamento de verdad.
No voy a volver a Nueva York para vivir en Senior House”.
“Senior House es para estudiantes universitarios. Estaré en un dormitorio nuevo para
cuando regreses —murmuré en la almohada.
“Con más razón. No quiero que tengas que mover mis cosas cuando puedo enviarlas
fácilmente a Los Ángeles y recibirlas más tarde”. Estaba frustrado.
“Solo te vas a ir por unos meses, Matt. Es mucha molestia”.
"Claro, pero nunca se sabe".
Este no era un buen momento para frases como "nunca se sabe".
"Ven aquí", le dije. Rodé sobre mi espalda y mantuve mis brazos abiertos para él.
Llevaba su vestido favorito. Miró por encima del hombro y sus ojos se suavizaron.
Acechando hacia mí, sonrió con su dulce y sexy sonrisa. Cuando se inclinó para besarme,
lo detuve justo antes de que sus labios tocaran los míos y susurré: "¿Te quedarías si te lo
pidiera?"
Se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho, ladeando la cabeza hacia un
lado. "¿Me pedirías que lo haga?" La frustración se podía leer en cada línea de su rostro.
Yaciendo allí debajo de él, me sentí más vulnerable que nunca antes.
Quería pedirle que se quedara, pero ¿cómo podía ser tan egoísta? Si le preguntara, ¿me
amaría menos, si es que me amaba en absoluto? No podía quitarle su sueño para mejorar
el mío. yo no lo haría No destruiría lo que habíamos creado.
"Respóndeme. ¿Me pedirías que rechazara esto?
No quería que lo hiciera, pero solo necesitaba saber si lo haría. "¿Te quedarías si te
lo pidiera?"
Su mandíbula se apretó. Respiraba con dificultad. A través de los dientes apretados,
dijo furioso, “Sí, pero te odiaría por eso. Entonces, preguntame. Adelante." Se sentía
como si se estuviera burlando de mí. Empecé a llorar. “Pídeme que me quede aquí y
trabaje en PhotoHut mientras tú vas a la escuela de posgrado. Hazlo."
Sacudí la cabeza pero no pude formar las palabras.
Se inclinó y me agarró la cara con fuerza, mirándome a los ojos. Joder, Grace, esto no
es un adiós. Esto es 'hasta luego'. dime que puedes
maneja eso, por favor. Di que puedes manejar eso”.
Estaba hiperventilando ahora. Estaba enojado pero su expresión reveló
amor bajo la ferocidad.
“No nos hicimos ninguna promesa”, susurré. “Lo siento, traje
arriba Ya veremos cómo van las cosas, ¿de acuerdo? Esto es solo un 'hasta luego'. ”
El asintió. "Así es."
Me dijiste que yo era tuyo y tú eras mía.
Sollozando, dije: "¿Hacerme el amor?" Y luego lo hizo, dulce y tierno y tan lleno de
emoción que lloré mientras me abrazaba durante mucho tiempo, aunque no fue suficiente.
Unas horas más tarde, nos dirigimos a JFK. Tati se quedó en el auto mientras yo acompañaba a Matt
a su puerta de embarque en el aeropuerto.
"Trataré de llamarte tan pronto como pueda".
"Bueno. ¿Dónde estarás?"
“Norte de Bolivia al principio.” Llevaba una bolsa de lona colgada del hombro, pero la
dejó y se miró los zapatos. “Grace, no sé qué tan remoto va a estar allá abajo. Es posible
que no sepas nada de mí por un tiempo, pero te escribiré y podemos averiguar cómo
llamarnos”. Entrecerró los ojos en mis ojos mientras memorizamos la cara del otro. "Grace,
Pornsake compró la foto".
Parpadeé. "Lo sé. ¿Por qué esperaste para decírmelo hasta ahora?
“Solo pensé que deberías saberlo. Es un buen tipo.
"Que bondadoso. Y qué amable de su parte —dije, sarcásticamente.
“No quería que descubrieras que lo sabía y no te lo dije”.
"Bueno." Entendí. Matt estaba tratando de no dejar cabos sueltos.
Un trabajador de la aerolínea anunció el embarque final por el altavoz. "Es la hora."
Abrió sus brazos y me abalancé sobre ellos con tanta fuerza, como si estuviera tratando de
saltar dentro de él para que pudiera llevarme, un polizón dentro de su corazón. Me apretó
fuerte y durante mucho tiempo. Te veré, Grace.
Nos soltamos y nos separamos. “Te veré luego, Matt.”
Él sonrió y se alejó. Justo antes de llegar al Jetway, se volvió, sacó algo de su bolsillo y
lo sostuvo en alto. "¡Robé esto, para que lo sepas!"
Era una cinta de práctica, una grabación mía tocando el violonchelo.
Se rió y luego se fue.
El amor de mi vida se fue.
19. ¿Qué nos pasó?
GRACIA
El día después de que Matt se fue, hice una audición para una banda de grunge como
violonchelista en un pequeño local de Allen Street en el East Village. Su música era como
Nirvana, con recorridos inquietantes y coros ruidosos y gritones. Imaginé que terminaríamos
en Unplugged de VH1 y que tendría una carrera increíble como violonchelista de rock,
como invitado de todas las bandas de Nueva York. Sentí que finalmente estaba siguiendo
mis sueños.
Me mantuve reservado, jugué bien, practiqué mucho y recolecté mi dinero al final de la
semana. Por tres noches gané ciento veinte dólares.
Las cosas eran prometedoras, y estaba emocionado de contárselo a Matt.
Una semana y media después de su partida, llamó por primera vez. Estaba practicando
en mi habitación cuando Daria llamó a mi puerta y gritó: “¡Grace! Matt está al teléfono para
ti en el salón.
Bajé corriendo las escaleras, vistiendo nada más que una de las camisetas de Matt y un
viejo par de ropa interior hecha jirones. No me importaba, estaba tan jodidamente emocionado.
"¡Hola!" Dije, sin aliento.
"Joder, esta llamada telefónica me está costando como setenta dólares".
Mi emoción murió un poco ante su saludo. "Oh lo siento."
"No importa. Dios mío, tengo tanto que contarte”.
"Dime."
“National Geographic lanzará un canal de televisión en septiembre.
Habrá toneladas de nuevas ofertas de trabajo y ya he impresionado totalmente a Elizabeth”.
“¿Quién es Isabel?”
“Ella es la fotógrafa principal de este proyecto. Ella es genial y personalmente me eligió
para la pasantía después de ver mi carpeta. Ni siquiera lo sabía.
Quería preguntarle cuántos años tenía y si era bonita. "Estoy tan feliz por ti, Matt".
Él gritó: "¡Estaré allí!" a alguien en el fondo. “Oye, Gracie, tuve que tomar un autobús
tres horas para llegar a este teléfono. No hay nada aquí abajo, así que no sé cuándo
podré volver a llamarte”.
"Está bien, no te preocupes".
"Me tengo que ir. El próximo autobús sale pronto y me lo están esperando.
Oye te extraño." La última parte sonaba como una ocurrencia tardía que me hizo doler
el estómago.
"Yo también te extraño. Nos vemos."
"Adiós." Colgó.
No es un adiós. No es un adiós. Nunca digas adiós.
Mirando mis pies descalzos, pensé en cómo él no me preguntó qué era
hasta. Ni siquiera tuve la oportunidad de contarle sobre los conciertos de la banda.
Tati se quedó allí, apoyada contra el marco de la puerta principal con los brazos
cruzados sobre el pecho. "¿Donde estan tus pantalones?"
"Ese era Matt".
"Lo supuse. ¿Te vas a vestir hoy? He venido a recogerte para el almuerzo. Puedes
contarme todo sobre eso entonces.
"Sí."
"Vamos." Hizo un gesto con la cabeza hacia la puerta.
"Está bien", dije. “¿Sándwiches?”
"Cualquier cosa es mejor que el ramen".
Tati y yo nos reunimos para almorzar todos los miércoles durante el próximo mes.
En algún momento a principios de julio, me preguntó si había hablado con Matt y le dije que no.
"¿Cómo es que no ha llamado?"
“Podría haberlo extrañado. No sé, está en medio de la nada.
Es difícil coordinar estas cosas. Estoy seguro de que está bien.
Cuando llegué a casa ese día, uno de los RA de verano había pegado un sobre en
mi puerta con una nota que decía: ¡Bien hecho, Matt! Le había contado todo sobre la
pasantía de Matt desde que ella era estudiante de fotografía en Tisch, además siempre
estaba hablando con ella para saber si Matt había llamado.
Lo abrí para encontrar un artículo de una revista de fotografía. La portada era una
fotografía de Matt tomando una foto de una mujer tomando un
fotografía de sí misma en un espejo. El titular decía: “La belleza detrás de la cámara”.
Tragué saliva y traté de luchar contra las náuseas mientras leía todo sobre la joven
y hermosa Elizabeth Hunt, que se estaba haciendo un gran nombre en National
Geographic. Y luego, al final, leí tres frases que cambiaron el curso de mi vida para
siempre.
Hunt señala que su asociación con Matthias Shore, un joven talento
prometedor que surgió recientemente de la Escuela de Artes Tisch de la
Universidad de Nueva York, ha demostrado ser una unión fructífera. Su
próxima misión incluye una expedición de seis meses frente a la costa de
Australia, explorando la Gran Barrera de Coral y el comportamiento de ruptura
del gran tiburón blanco durante la caza. “Matt y yo estamos encantados con
esta oportunidad y emocionados de llevar nuestra asociación al siguiente nivel”, dijo Hunt.
Éramos tan jóvenes, y la vida ya estaba ofreciendo tantos giros y vueltas. Pero,
¿tenía que aceptar lo que acababa de leer sin argumentar mi caso?
De ninguna manera.
Inmediatamente llamé a Aletha aturdida. “Hola, Aletha, soy Grace”.
“Qué bueno saber de ti, querida. ¿Cómo estás? ¿Todo bien?"
"Bien", dije con poca emoción. “Me preguntaba si habías tenido noticias de Matt”.
"Oh, sí, cariño, acabo de hablar con él ayer".
Estaba destrozado. ¿Por qué no me había llamado? Prácticamente estaba durmiendo
junto al teléfono en el salón. "¿Lo hiciste? ¿Que dijo el?"
“Oh, todos estamos muy orgullosos de Matt. Realmente se está haciendo un nombre
en tan poco tiempo”.
—Sí, lo he oído —dije, algo fríamente.
“Nada puede frenar la carrera de Matt, y su padre está muy orgulloso de él.
Sabes lo que eso significa para Matt”.
"Oh maravilloso." Mi voz se encogía por segundos. "¿Me mencionó por casualidad?"
“Dijo que si alguien pregunta, que les haga saber que está bien”.
¿Alguien?
"Bien . . . Supongo que si tiene noticias de él en los próximos días, ¿le pedirá que
me llame?
“Sí, por supuesto, Gracia. Ha estado llamando todas las semanas, así que se lo haré
saber”.
Oh, lo ha hecho, ¿verdad?
Colgué con Aletha y corrí de regreso a mi habitación, apenas capaz de comprender
toda la nueva información que acababa de aprender. Isabel Hunt. . . Australia durante
seis meses. . . Llamadas telefónicas semanales con su mamá. . .
Pasaron tres días más y todavía no había noticias de Matt. Me arrastré fuera de la
cama, demasiado cansada para llorar y demasiado triste para comer. Fui al salón y llamé
a Tati.
"¿Hola?"
"Es Gracia".
"¿Hola, qué tal?"
"¿Puedes venir?"
"Estaré allí en un rato". Podía oír el dolor en mi voz.
Entró como un trueno en mi habitación quince minutos después. Le mostré el artículo
sobre Matt y Elizabeth. Ella lo leyó para sí misma. Todo lo que hizo fue sacudir la cabeza
y ofrecerme un cigarrillo.
"Estoy bien, Tati".
—No reacciones de forma exagerada, Grace —dijo—.
"No estoy exagerando". Para entonces había dejado de llorar. "Solo hazle saber a
Dan que estoy dentro. Me iré de gira con ustedes".
Tati me devolvió la sonrisa. "Bien. No te arrepentirás.”
TERCER MOVIMIENTO:
AHORA, QUINCE AÑOS DESPUÉS
20. Te acordaste. . .
GRACIA
El presente es nuestro. El derechoenestesegundo, el aquíyahora, este momento
antes del siguiente, es nuestro para tomarlo. Es el único regalo gratuito que el universo
tiene para ofrecer. El pasado ya no nos pertenece, y el futuro es solo una fantasía, nunca
garantizada. Pero el presente es nuestro. La única forma en que podemos realizar esa
fantasía es si aceptamos el ahora.
Había estado encerrado durante mucho tiempo y no me había permitido imaginar el
futuro porque todavía estaba atrapado en el pasado. Aunque era imposible, había tratado
de recrear lo que Matt y yo tuvimos una vez. No quería nada más; él era todo lo que
podía imaginar.
Pero Orvin me dijo una vez que el tiempo es la moneda de la vida. Y había perdido
mucho de eso. Fue esa idea del tiempo perdido lo que finalmente me hizo darme cuenta
de que necesitaba seguir adelante, que nunca volvería a tener lo que una vez tuve con
Matt. Tuve que llorar nuestra relación y seguir adelante.
Al menos, eso es lo que me dije a mí mismo.
Hace dos meses caminaba en una espesa niebla de arrepentimiento. Estaba haciendo
los movimientos pero no sentía nada. Miraba mis nuevas arrugas en el espejo y me
preguntaba de dónde venían. Perdí más tiempo, repitiendo lo mismo día tras día, apenas
presente en mi propia vida. No estaba buscando salir del ciclo en busca de algo
significativo.
Hasta que vi a Matt en la estación de metro.
Todo cambió. Pude ver en color de nuevo, cada imagen vívida y nítida.
Durante los últimos quince años, el dolor de lo que nos había sucedido aumentó y
disminuyó. Muchas veces intenté obligarme a dejar de pensar en él, pero había
demasiados recordatorios. Pensé que si alguna vez lo volvía a ver, él
mira a través de mí, como si fuera un fantasma de su pasado. Así me hizo sentir ese
verano después de la universidad: alguien que ya no existía.
Pero cuando lo vi en la estación, sus ojos se clavaron en los míos. Me reconoció al
instante, y todo lo que pude ver en su rostro fue puro asombro. Era como si estuviera
viendo la puesta de sol sobre el océano por primera vez. Cuando mi tren desapareció
en el túnel, su expresión se convirtió en desesperación, y fue entonces cuando supe
que faltaba una pieza en nuestra historia. ¿Qué había detrás de su desesperación?
¿Qué le había sucedido en los últimos quince años que lo enviaría corriendo por la
plataforma, con la mano extendida, los ojos llenos de anhelo?
Necesitaba encontrar la respuesta. Tenía una idea de dónde podría encontrar a Matt, pero
estaba demasiado asustado para mirar.
"EM. ¿Portero?"
“¿Sí, Eli?” Miré los grandes ojos azules de uno de mis trombonistas mayores mientras
limpiaba las partituras de una mesa. Estábamos en el salón de la banda en la escuela
secundaria donde enseñaba.
"¿Sabes lo que es Craigslist?"
Sonreí. "Por supuesto. No soy tan viejo, Eli.
Se sonrojó. "Sé que no eres." Parecía nervioso. "Te lo pregunto porque vi tu tatuaje
el otro día cuando te recogiste el pelo". El tragó.
“Adelante,” dije, totalmente curiosa.
“Agapornis de ojos verdes”. Eso es lo que dice, ¿verdad?
Asenti.
"¿Alguien solía llamarte así?"
"Sí, alguien que solía conocer". Mi pulso se aceleró ante la idea.
¿Adónde va con esto?
Sacó un rectángulo doblado de papel de su bolsillo. “Entonces, ¿recuerdas cuando
hicimos ese torneo de bandas y estaba esa chica de Southwest High que tocaba la
tuba?”
"Seguro." No tenía idea de lo que estaba hablando.
“Bueno, pensé que teníamos una conexión, pero ninguno de nosotros actuó en
consecuencia. De todos modos, estaba buscando para ver si ella publicó un mensaje
para mí en la sección de Conexiones Perdidas de Craigslist cuando vi esto”.
Desdobló el papel y me lo entregó.
Al agapornis de ojos verdes:
Nos conocimos hace quince años, casi hasta el día en que trasladé mis cosas al dormitorio de la Universidad de Nueva York
junto al tuyo en Senior House.
Nos llamaste rápido amigos. Me gusta pensar que fue más.
Vivíamos de nada más que la emoción de encontrarnos a nosotros mismos a través de la música (estabas obsesionado
con Jeff Buckley), la fotografía (no podía dejar de tomarte fotos), pasar el rato en Washington Square Park y todas las cosas
raras que hicimos para hacer dinero. Aprendí más sobre mí ese año que cualquier otro.
Sin embargo, de alguna manera, todo se vino abajo. Perdimos el contacto el verano después de la graduación, cuando
fui a Sudamérica a trabajar para National Geographic. Cuando volví, te habías ido. Una parte de mí todavía se pregunta
si te presioné demasiado después de la boda. . .
No te volví a ver hasta hace un mes. Era un miércoles. Estabas balanceándote sobre tus talones, balanceándote en esa
gruesa línea amarilla que corre a lo largo de la plataforma del metro, esperando el tren F. No supe que eras tú hasta que
fue demasiado tarde, y luego te fuiste. De nuevo. Dijiste mi nombre; Lo vi en tus labios. Traté de hacer que el tren se
detuviera, solo para poder saludar.
Después de verte, todos los sentimientos y recuerdos juveniles volvieron a mí, y ahora he pasado la mayor parte del mes
preguntándome cómo es tu vida. Puede que esté totalmente loco, pero ¿te gustaría tomar una copa conmigo y ponerte al
día sobre la última década y media?
M
(212)5553004
Mi boca estaba abierta en estado de shock mientras lo releía tres veces.
"EM. Porter, ¿esta carta es para ti? ¿Conoces a esta persona M?
"Sí", dije, mi voz temblaba. Las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos. me acerqué
y lo abracé. "Gracias."
"Eso es muy bonito. No pensé que esas publicaciones funcionaran alguna vez. Menos
mal que tienes ese tatuaje. ¿Vas a llamar al tipo?
"Creo que sí. Escucha, Eli, realmente aprecio lo que has hecho, pero necesito
Salir. ¿Puedo tomar esto?" Levanté el papel.
"Por supuesto. Es tuyo."
Le dediqué una sonrisa agradecida y llorosa, agarré mis cosas y me apresuré a subir las
escaleras al frente de la escuela para llamar a Tati.
Ella respondió de inmediato. "¿Hola?"
"¿Oye estas ocupado?"
"Estoy en el salón", dijo. Poco después de graduarnos de la universidad, Brandon dejó a
Tati. Inmediatamente salió corriendo, se cortó el pelo muy corto y se lo tiñó de negro azabache.
Lo había estado usando así durante quince años, creo que como un recordatorio de algún tipo.
No había tenido una relación comprometida desde Brandon, excepto la que tuvo con su
peluquera.
"¿Puedo encontrarte allí?"
"Seguro. ¿Qué pasa? ¿Por qué suenas tan raro?
"No." Estaba respirando con dificultad.
"Está bien, ven".
¿Recuerdas la marcha rápida? Fue una moda de ejercicio de corta duración en los años
ochenta. Es una forma realmente tonta de caminar tan rápido que tus caderas sobresalen de
un lado a otro. Es en realidad un evento olímpico todavía.
Caminé tan rápido seis cuadras hasta el salón que podría haber ganado una medalla de
oro.
Salí disparado por la puerta y encontré a Tati en la primera silla, con una de esas capas
negras de salón. Su cabello estaba teñido con un tinte negro violáceo y cubierto con un gorro
de celofán mientras su peluquero le daba un masaje en los hombros.
“Estoy procesando”, dijo Tati, señalando su cabeza.
“Hola”, le dije a su peluquero, “puedo hacer eso”.
La niña sonrió y se alejó. Me paré detrás de Tati y comencé a frotarle los hombros.
“Ooh, tranquilo, tus manos de violonchelo son demasiado ásperas”, se quejó.
“Oh, cállate. Tengo que hablar contigo."
"Habla pues."
Quiere reunirse conmigo.
"¿De qué estás hablando?" Le había dicho a Tati que había visto a Matt en el metro, pero
eso había sido hace dos meses.
"Lee esto." Le entregué el papel.
Un momento después estaba sollozando.
"¿Estás llorando?" Pregunté detrás de ella.
“Debo ser hormonal. Esto es muy triste. ¿Por qué suena tan inconsciente
en esta publicación?
"No sé."
“Tienes que llamarlo. Gracia. Tienes que ir a casa ahora mismo y llamarlo.
"¿Qué digo?"
“Simplemente siéntalo y vea cuál es su trato. Creo que esto suena como el
el viejo Matt, pensativo y profundo.
"¿Yo se, verdad?"
Saltó de la silla, me miró y señaló hacia la puerta.
"Ve ahora."
21. Te busqué dentro de todos los demás
MATE
Un martes, algunas semanas después de enviar la carta para Grace a Craigslist, estaba
caminando hacia mi edificio desde el metro cuando llamó mi sobrino de ocho años,
queriendo saber si patrocinaría su jogathon. Adoraba al niño y dije que lo haría totalmente,
pero justo cuando estaba a punto de colgarle, su madre se puso al teléfono.
“Matthias, soy Mónica”.
"Ey. ¿Cómo está Alejandro?
"Excelente. Trabajando como un perro y eclipsando a todos los demás socios, como
de costumbre. Conoces a Alejandro.
“Claro que sí,” dije, no sin amargura. "¿Y tú? ¿Cómo es la vida en Beverly Hills?
Déjate de tonterías, Matthias.
"¿Qué pasa, Mónica?"
“Elizabeth me llamó y me dijo que ella y Brad iban a tener un bebé”. Mi cuñada podría
ganar un premio por tamaño figurativo de pelota.
“Sí, soy consciente. Tengo el privilegio de trabajar con esos imbéciles todos los días”.
“Fue mi hermana durante ocho años, Matthias. ¿No crees que tengo derecho a saberlo?
Me reí. “Ustedes no eran exactamente amigos, así que llamarla su 'hermana' es
ridículo. Y ella me dejó, ¿recuerdas?
“Eres un asno. Ella no te habría dejado si no estuvieras tan obsesionado con Grace.
“Grace no tuvo nada que ver con mi matrimonio o divorcio”.
"Sí claro. Elizabeth dijo que nunca te deshiciste de tus fotos de ella.
“Nunca me deshago de las fotos que tomo. ¿Por qué habría? Soy un fotografo.
Grace fue el tema de muchos de mis primeros trabajos. Isabel lo sabe mejor
como ninguno. Además, ¿por qué estamos teniendo esta conversación?”
“Solo quería asegurarme de que ella reciba un regalo de nosotros”.
“El servicio postal puede ayudarte con eso. Todavía vive en nuestro antiguo apartamento.
Ya sabes, el que dejé para que pudiera jugar a las casitas y hacer bebés con su novio.
"Esposo", corrigió ella.
“Adiós, Mónica. Dile a Alexander que dije hola.
Colgué, respiré hondo y volví a preguntarme, por décima vez en esa semana, qué diablos
había pasado con mi vida.
Cuando llegué al trabajo, encontré a Scott tomando café en la sala de descanso.
"¿Recibiste alguna respuesta de esa publicación?" preguntó.
"Nop, solo unas pocas damas realmente dulces que se ofrecieron a ser mi tortolito de
ojos verdes".
“Amigo, ¿cuál es tu problema? Aprovecha la situación. Probablemente nunca lo vea, pero
eso no significa que sea el único agapornis de ojos verdes que existe”. Batió sus pestañas
hacia mí.
"Esa es la cosa. De camino aquí, estaba pensando en mi vida”.
"UH oh."
“No, escucha. Mi primera novia, Mónica, y yo tuvimos esta estúpida relación que consistía
en ser falsa y tratar de impresionarnos mutuamente y a todos los demás”.
"Fuiste joven. ¿Así que lo que?"
“Fue lo mismo con Elizabeth, al menos al principio. Mi relación con Monica sentó el
precedente de mi matrimonio con Elizabeth. Cuando las cosas se pusieron reales, ninguno
de nosotros pudo manejarlo. No fue así con Grace. Alguna vez. Siempre fue real con ella”.
Hay otras Graces por ahí.
“No los hay, hombre. Te lo estoy diciendo. La conocí en el momento equivocado.
Han pasado quince años y sigo pensando en ella. Estaba casado con otra mujer, una mujer
hermosa e inteligente, pero a veces pensaba en Grace y me preguntaba cómo habría sido si
hubiéramos permanecido juntos. Estaría haciendo el amor con mi esposa y pensando en
Grace. ¿Qué tan jodido es eso?
" 'Hacer el amor'? Eso es realmente dulce, Matt”. Él sonrió, al borde de la risa.
"No me patrocines".
“Solo digo que es hora de empezar a follar chicas. Estás muy atrasado. No más
hacer el amor por ti. Órdenes del médico.
Me dio una palmada en el hombro y se fue.
Más adelante en la semana, Elizabeth pasó por mi cubículo. yo estaba recostado
en mi silla, jugando Angry Birds.
"¿Mate?"
Levanté la vista para encontrarla con un vestido de maternidad que fluía, luciendo
como la Madre Tierra, acariciando su barriga de bebé. Elizabeth era bonita de una
manera natural, tipo granola. Rasgos sencillos, cabello castaño liso, piel bonita y un
brillo bronceado durante todo el año. Era su personalidad y su fácil traición a nuestro
matrimonio lo que la hacía fea.
"¿Qué pasa?"
"¿No tienes, como, mil fotos para editar?"
Regresé mi enfoque a los pájaros que gritaban. "Hecho. Enviado."
Por el rabillo del ojo, pude verla poner su mano en su cadera
como un padre severo. Su paciencia estaba disminuyendo. no me importaba
"¿No pudiste pasarlos por mí primero?"
Mis ojos se dispararon hacia ella y luego de vuelta a mi teléfono. "Bueno, ese es
un gran caballo de buen aspecto en el que estás, Lizzy". Nunca la llamé así. "¿Crees
que eres mi jefe ahora?"
"Mate. Apenas puedo tolerar esta lucha entre nosotros.
"¡¿Lucha?!" Me reí mientras me recostaba en mi silla. Mi teléfono vibró en mi
mano. Llamada entrante de un número local de Manhattan que no reconocí. Levanté
mi dedo hacia Elizabeth, haciéndola callar antes de presionar hablar. "¿Hola?"
"¿Mate?"
Oh Dios.
Su voz, su voz, su voz, su voz.
Elizabeth seguía mirándome. Levantó las manos y dijo:
“¿Puedes devolverle la llamada a esta persona? Estoy tratando de hablar contigo.
"Espera, Grace", le dije.
"¿Gracia?" La boca de Elizabeth se abrió.
Cubrí el receptor. "¡Fuera de aquí!"
Puso su mano en su otra cadera. "No me estoy yendo."
Destapé el receptor. "¿Gracia?"
Dios, quería llorar jodidamente.
"Si estoy aqui."
“¿Puedes darme dos minutos? Te prometo que te llamaré enseguida. I
pensé que iba a vomitar.
“Si es un mal momento. . .”
"No, no, te llamo enseguida".
"Está bien", dijo ella, insegura.
Colgamos. "Entonces, ¿vas a ver a Grace?" Algo sobre su tono
olía a satisfacción, y sus ojos decían, Por supuesto que lo eres.
Respiré hondo por la nariz. “No, no la estoy viendo.
Esa fue la primera vez que hablé con ella en quince años, y simplemente lo arruinaste.
“Este es tu trabajo, Matt. Este es un lugar de trabajo”.
"¿Es eso lo que le dijiste a Brad antes de follarlo en la sala de fotocopias?"
Disparé de vuelta, rotundamente. Sentí como si alguien me hubiera apuñalado en el pecho
y me estaba desangrando. Me sentía más y más débil por segundos. “No me siento bien.
¿Puedes dejarme en paz, por favor?” Mis ojos comenzaron a lagrimear.
Ella se sonrojó. "I . . . mate . .”
“Lo que sea que estés a punto de decir, no me importa, Elizabeth. De nada. Ni siquiera
un ápice”. Me encogí de hombros.
Se dio la vuelta y se alejó.
Fui a mis llamadas recientes y presioné enviar en el número de Grace.
"¿Hola?"
"Lo siento mucho por eso."
"Esta bien."
Tomé una respiración profunda. "Dios, es bueno escuchar tu voz, Grace".
"¿Sí?"
"¿Cómo has estado?"
“He estado bien. Ha sido . . . mucho tiempo, Matt.
"Sí. Lo ha hecho, ¿no? Sonaba un poco aprensiva. Yo fui también.
"¿Entonces que haces ahora? ¿Dónde vive? ¿Está casado?"
"No estoy casado." Mi estómago se relajó. Gracias a Dios. “Vivo en una casa de
piedra rojiza en West Broadway en SoHo”.
Estás bromeando. Vivo en Wooster.
"Oh, vaya. Eso está muy cerca. ¿Sigues trabajando para la revista?
¿Sabía que yo trabajaba para la revista? “Sí, pero ahora hago más para el canal
de televisión. No estoy viajando tanto. ¿Y tú? ¿Sigues tocando el violonchelo? Un
recuerdo de Grace tocando el violonchelo en nuestro dormitorio, vistiendo nada más
que su ropa interior floreada, se me vino a la cabeza. La luz de la ventana la había
recortado, así que presioné el obturador de mi cámara y tomé fotos mientras ella
jugaba. Todavía tenía esas fotos en alguna parte. Recordé que había dejado la
cámara, me acerqué a ella y tracé las hendiduras sobre su lindo culito. Se había
tropezado con la música y empezó a reírse. Ahora me preguntaba si alguna vez
volvería a escuchar esa risita.
"UH Huh. No profesionalmente, ahora doy clases de música en la escuela secundaria”.
"Eso suena genial." Me aclaré la garganta torpemente. Quería decirle que sonaba
diferente, triste, diferente a Grace, pero guardé esos pensamientos para mí.
Pasaron varios momentos de incómodo silencio. "Así que viste la publicación, lo
tomo".
“Sí, eso fue realmente dulce. . .” Ella vaciló y respiró hondo.
“Cuando te vi, no supe qué pensar”.
“Sí, eh. . . la publicación fue un tiro en la oscuridad, supongo”.
“Has tenido una gran carrera. Te he seguido un poco.
"¿Tiene?" Me dolía la garganta, me empezó a doler la cabeza y de repente me
puse muy nerviosa. ¿Por qué había seguido mi carrera?
“¿Es Isabel? . .”
"¿Embarazada?" solté. ¿Por qué dije eso? ¿Y cómo es que ella sabe acerca de
Elizabeth? Quería contarle todo, pero todas las palabras equivocadas salían de mi
boca.
"Mate." Otra pausa larga e incómoda. “Me siento realmente confundido por verte,
y la publicación y. . .”
“Elizabeth no es—” comencé a decir, pero ella me interrumpió.
"Fue agradable conversar contigo. Creo que será mejor que me vaya.
"¿Café? ¿Quieres tomar un café alguna vez?
"Um, no estoy seguro".
"Bueno." Otro silencio incómodo. "¿Me llamarás si cambias de opinión?"
"Seguro."
“Grace, estás bien, ¿verdad? Quiero decir, ¿estás bien? Necesito saber."
"Estoy bien", susurró y luego colgó.
¡Mierda!
Elizabeth eligió ese momento para volver con una pila de fotos. Tuvo el peor
momento posible. “¿Puedes revisarlos y tenerlos en mi escritorio mañana por la
mañana?”
"Sí, está bien, déjalos". No miré hacia arriba. Mi corazón latía con fuerza en mi
pecho y estaba a punto de llorar. Sentí la mano de Elizabeth en mi hombro.
Ella apretó, como lo haría un sofá de fútbol. "¿Estás bien?"
"Sí."
"Es difícil para ti verme así, ¿no?"
¿Qué? Estaba tan desconcertado que casi me río. Elizabeth tenía una manera de
hacer todo sobre ella. “¿Crees que es difícil para mí verte embarazada? No, me alegro
por ti.
"Supongo que tiene sentido ya que nunca quisiste tener hijos". Su tono era
inescrutable.
Siempre quise tener hijos, pero no contigo.
Tomé su mano en la mía e hice lo que tenía que hacer. “Elizabeth, lamento no
haber sido un mejor esposo para ti. Me alegro por ti y por Brad. Les deseo a ambos
muchos años de felicidad conyugal y familiar. Por el bien de todo lo que es bueno,
incluida la cordura de nuestro lugar de trabajo, nunca jamás volvamos a hablar de
nuestro matrimonio de mierda. ¿Por favor?" Mis ojos suplicaban.
Ella asintió con la cabeza. “Yo también lo siento, Matt. Hice todo de la manera
equivocada”.
Solté su mano. Ella sonrió con calidez, simpatía, casi lastimeramente. Era mejor
dejarla pensar que me sentía solo y suspirando por ella que alimentar el feroz
resentimiento que siempre había tenido hacia mí porque nunca
superó a Grace. Sus sospechas eran correctas, pero nunca le admitiría la verdad.
Brad había sido mi amigo desde que empecé en National Geographic como pasante. Lo
conocí más o menos al mismo tiempo que conocí a Elizabeth. Él siempre había sentido algo
por ella y ella siempre había sentido algo por mí. Casi me sentí como un imbécil por casarme
con ella, así que cuando me engañó con él, no me sorprendió. De hecho, había tenido un
extraño impulso de chocarle los cinco. ¿No es terrible?
Elizabeth volvió a su oficina y yo me dirigí a la oficina de Brad. Era hora de ser el hombre
más grande, o al menos el hombre humano igualmente imperfecto. Había echado a perder la
llamada telefónica con Grace, pero me había soltado; No quería quedarme en esta rutina de
autocompasión y odio para siempre.
De pie en la puerta de la oficina de Brad, me aclaré la garganta.
Me miró desde el otro lado de su escritorio. "Oye, hombre". Siempre estiraba el "hola",
como un drogadicto.
“Brad, solo vine a felicitarte por el embarazo. Bien
listo amigo. Todos sabemos que yo no podría haberlo hecho mejor”.
Matt… Trató de detenerme.
“Estoy bromeando, Brad. Estoy feliz por ustedes. Lo juro."
"¿Sí?" Él arqueó una ceja.
Asenti. "Sí."
¿Qué tal un trago después del trabajo? ¿Apenas el dos de nosotros?"
Bueno, estoy seguro de que te follaste a mi esposa en todas las superficies disponibles del
apartamento que solía tener, y ahora ella está embarazada de tu hijo, así que. . .
Aplaudí mis manos juntas. "Qué demonios. ¿Por qué no?"
Fuimos a un salón de cócteles de lujo en el Upper West Side, cerca de mi antiguo
apartamento, que él y Elizabeth ahora compartían. Jodidamente odiaba ese bar, pero era
territorio familiar para los dos.
Mi whisky escocés se sirvió en una copa de martini con un cubito de hielo. Había tantas
cosas mal con la bebida, pero me la bebí de todos modos. "¿Ya están los cigarros en orden?"
“No, eso es después de que nazca el bebé. No te gustan mucho los niños, ¿verdad?
"No, los odio. Solo quiero una excusa para fumar un buen cubano, mentí,
por diversión. ¿Qué más hay en la vida?
“Bueno, ya llegará el momento. Por cierto, llamó tu cuñada. ella es
enviándonos el moisés antiguo.
"¿Qué?"
“Sí, ella pensó que debería ir a nosotros. Ella piensa en Elizabeth como una hermana”.
El moisés era una reliquia familiar; estaba destinado a mantenerse dentro de la
familia. Mónica no es la maldita guardiana del moisés.
Brad captó mi hostilidad y trató de cambiar de tema. "¿Estás saliendo con alguien
estos días?"
"No, solo joder", mentí de nuevo, para divertirme. "Finalmente me deshice de esa
vieja bola y cadena, ¿sabes?" Me resultaba difícil cumplir con mi objetivo de ser el hombre
más grande aquí.
"Eso es genial para ti", dijo Brad, incómodo.
"¡Otro whisky, por favor!" llamé.
“Sabes, a veces Lizzy se enoja conmigo por las cosas más pequeñas.
Como el asiento del inodoro: se enoja si lo dejo arriba, pero se enoja si lo dejo abajo”. Me
miró y sacudió la cabeza. Dice que mi puntería no es lo suficientemente buena.
De hecho, sentí pena por él. “Escucha, vas a tener que aprender a mear sentado. Es
parte de estar casado. En realidad es un poco relajante, como un pequeño descanso”.
"¿En realidad?"
"Totalmente."
Llegó mi segundo whisky. Me lo bebí más rápido que el primero.
“Sabes, olvidé decirte que Lizzy encontró otra caja de tus fotos y algunos rollos de
película sin revelar. Ella dijo que quería que vinieras a recogerlos ya que estamos. . .
sabes . . . tratando de preparar la habitación de invitados.
Jesús. "Bueno."
Revisó su teléfono. “Mierda, pronto tendremos la clase de Lamaze. Me tengo que ir,
hombre. ¿Quieres subir al apartamento y agarrar esa caja?
"Seguro, vamos."
Caminamos las pocas cuadras hasta el apartamento, casi sin hablar en el camino.
Una vez que llegamos al edificio, me arrastré detrás de él hasta el vestíbulo.
Los dos whiskys, combinados con la rareza de estar en mi viejo edificio, de repente me golpearon.
“¿Sabes qué, Brad? Voy a esperar aquí a que bajes la caja.
"¿Está seguro?"
"Sí, esperaré". Sonreí débilmente y tomé asiento cerca del elevador. Unos minutos más tarde,
regresó con una bolsa de plástico gris oscuro.
"¿Pensaste que dijiste que era una caja?"
“Uh, sí, lo era, pero Lizzy sacó todo de la caja y lo puso en
aquí para un almacenamiento más eficiente”.
"¿Almacenamiento más eficiente?"
Apenas podía hacer contacto visual conmigo. "Sí."
Estaba seguro de que Elizabeth había revisado toda la caja y había tirado la mitad. No me
sorprendió. Gracias, Brad.
"Nos vemos, amigo". Me dio una palmada en la espalda cuando me di la vuelta para alejarme.
Una vez que regresé a mi loft, me senté en mi viejo sofá de cuero, puse "With or Without You"
de U2, levanté los pies en la bolsa de plástico y cerré los ojos. Imaginé que había construido una
vida, no solo una carrera. Imaginé que mis paredes estaban cubiertas con fotos de mi familia, no
de animales del puto Serengeti. Tomando una respiración profunda, me incliné hacia adelante y
abrí el bolso.
Era todo de aquella época, conservado en fotografías en blanco y negro. Grace y yo en
Washington Square Park. En Tisch. En nuestro dormitorio. En el salón. Grace tocando el
violonchelo. Grace desnuda en mi cama, haciéndome una foto, la cámara tapando su rostro. Pasé
mi dedo por encima.
Déjame ver tu cara, recuerdo haber dicho. Grace y yo en Los Ángeles, jugando Scrabble en casa
de mi mamá. Mi mamá enseñándole a Grace a tirar cerámica en el Louvre. Grace durmiendo en
mi pecho mientras miraba hacia la cámara.
Lentamente, saqué cada foto de la bolsa. La última foto que saqué fue tomada el día que partí
para Sudamérica. Era lo que ahora llaman un "selfie". Grace y yo estábamos acostados en la
cama, mirando hacia la lente mientras sostenía la cámara sobre nosotros y apretaba el obturador.
Parecíamos tan felices, tan contentos, tan enamorados.
¿Qué nos pasó?
En el fondo de la bolsa, encontré una cinta de casete y un rollo de película sin revelar.
Lo saqué del bote y lo sostuve a la luz. Era en color, algo que rara vez usaba en ese
entonces; No fue hasta que comencé a trabajar para National Geographic que usé el color
de manera regular.
Me levanté, puse el rollo en el mostrador, metí el casete en un viejo reproductor de
cintas y bebí hasta que me desmayé, escuchando a Grace y su amiga, Tatiana, tocar un
dúo de violín y violonchelo de "Eleanor Rigby". Lo reprodujeron una y otra vez, y cada vez,
al final, pude escuchar a Grace riéndose y Tatiana haciéndola callar.
Me quedé dormido con una sonrisa en el rostro, aunque me sentía como una de esas
personas solitarias de las que hablan en la canción.
TODAVÍA HABÍA algunas tiendas de procesamiento de películas en el centro. El PhotoHut
se había ido hace mucho tiempo, pero encontré una tienda de cámaras camino al trabajo a
la mañana siguiente y dejé el misterioso rollo de película.
Cuando llegué a la oficina, vi a Elizabeth en la cocina de la oficina, cerca de la cafetera.
"¿Pensé que no se supone que debes tomar cafeína cuando estás embarazada?" Yo dije.
"Se me permite tomar una taza", me respondió cuando pasé junto a ella. Sonreí y
caminé hacia mi cubo. Podía sentirla caminando detrás de mí, sus zapatillas de ballet
arrastrándose contra la alfombra, levantando corrientes eléctricas.
Tenía la costumbre de arrastrar los pies.
Encendí mi computadora y me giré para verla de pie detrás de mí, esperando para
saludarla. Su cabello estaba de punta, flotando sobre sus hombros por la electricidad
estática. No pude evitar reírme.
"¿Qué?"
"Tu cabello." Señalé, como un niño de cinco años.
Ella frunció el ceño y envolvió su cabello en un moño, agarrando un lápiz de mi
escritorio para mantenerlo en su lugar.
"Gracias por tomar una copa con Brad y recoger el bolso anoche".
“Gracias por organizar mi mierda personal para mí. ¿Tiraste algo?
de la caja original?
“No, apenas podía mirar dentro. Era como un santuario para Grace”.
Entonces, ¿por qué estabas tan decidido a recuperar todas esas cosas?
Ella se encogió de hombros. "No sé. Me siento mal, supongo.
"¿Por qué exactamente te sientes mal?" Me recosté en mi silla.
"Justo . . . sabes. Cómo . . . No sé."
"Dime", insté con una sonrisa de suficiencia. No pude evitar disfrutar como
luchó por encontrar las palabras. Estaba claro que aún tenía envidia de Grace.
“Solo la forma en que la pusiste en un pedestal y hablaste de ella, como si fuera ella
la que se escapó”.
Me incliné hacia adelante. “No me estás contando todo, estás haciendo esa cosa
extraña con las cejas que haces cada vez que mientes”.
"¿Qué cosa rara de cejas?"
Mueves una ceja, como un loco. no se como lo haces Es como una contracción
espeluznante”.
Ella tímidamente se llevó una mano a la frente. “No es nada que no sepas ya. Quiero
decir, estábamos tan ocupados en ese entonces”.
"¿De qué estás hablando?"
Los ojos de Elizabeth recorrieron toda la habitación, como si estuviera planeando su
estrategia de salida. Miró sus zapatos caros. “Grace llamó y dejó un mensaje para ti una
vez, y. . . fue solo . . .”
Me paré. "¿Qué estás diciendo, Isabel?" No me di cuenta de que estaba gritando
hasta que la habitación quedó en completo silencio. Podía sentir a nuestros colegas
mirándonos a través de las paredes de sus cubículos.
"¡Shhh, Matt!" Ella se inclinó. “Déjame explicarte. Fue mientras estábamos en
Sudáfrica”. Se cruzó de brazos y bajó la voz. “Tú y yo ya estábamos follando. No sabía
por qué estaba llamando”.
Mi mente se apresuró a descifrar la línea de tiempo. Habría sido más o menos
dos años después de que Grace y yo nos vimos por última vez. Después de que ella desapareciera.
"¿Qué dijo ella?" Pregunté, lentamente.
“No recuerdo. Fue hace mucho tiempo. Ella estaba en Europa o algo así.
Quería hablar contigo y ver cómo estabas. Dejó su dirección.
Todos los nervios estaban en alerta máxima. "¿Qué hiciste, Isabel?"
"Nada."
Ella estaba actuando tan raro. Sospechoso. Como si todavía no me estuviera diciendo toda
la verdad.
"Solo dime lo que hiciste".
Ella hizo una mueca. "Le escribí una carta".
“No lo hiciste. . .”
“Estaba enamorada de ti, Matt. Le escribí, pero fui amable. Dije que habías seguido adelante,
que ella era parte de tu pasado, pero que le deseaba lo mejor”.
Mis ojos ardían de furia. "¿Qué más hiciste? Por el amor de Dios, Elizabeth, estoy a punto de
convertirnos en un titular, y no soy un hombre violento. Tú lo sabes."
Ella comenzó a llorar. "Estaba enamorada de ti", repitió.
Estaba aturdido. Siempre pensé que Grace se escapó. No me había dejado ni una nota, ni
dirección, ni número de teléfono. Yo había estado devastado, siempre creyendo que ella había
sido la que me dejó.
"Si estabas enamorado de mí, ¿por qué no me diste a elegir?"
Brad caminó detrás de ella y la rodeó con sus brazos. "¿Qué está sucediendo? ¿Qué le
estás diciendo a ella? Ella está embarazada, hombre; ¿qué sucede contigo?"
Mi pecho estaba agitado. "Dejar. Ustedes dos."
Elizabeth se volvió hacia los brazos de Brad y comenzó a llorar contra su pecho.
Brad me miró y se la llevó, sacudiendo la cabeza, como si yo fuera el que había hecho algo
horrible.
Desde que había visto a Grace en el metro, había estado repitiendo todo lo que nos pasó
hace quince años, cómo la última conversación que tuvimos parecía tan típica, solo seis semanas
antes de que se suponía que debía volar a casa, de regreso a sus brazos, de vuelta a la rutina
que nos habíamos impuesto durante ese año de cielo.
Después del trabajo, recogí el rollo de película que había dejado antes. Era viernes y no
tenía nada mejor que hacer que ir a mi loft casi vacío y digerir la noticia de que Grace había
intentado ponerse en contacto conmigo hace años. Me senté en el sofá cerca de las grandes
ventanas del piso al techo que daban a la calle.
A mi lado, en la mesa auxiliar, había una pequeña lámpara; en mi regazo, las fotos reveladas.
Los primeros tres estaban borrosos, pero el cuarto me atrapó.
guardia. Era una foto mía y de Grace en pijama, de pie frente a las líneas de tráfico borrosas.
Nuestros rostros estaban un poco desenfocados, pero pude ver que nos estábamos mirando el
uno al otro. Esa noche fuimos a ese restaurante en Brooklyn.
Todas las demás fotos eran de Grace: en el salón, en el parque, durmiendo en mi cama,
bailando en mi dormitorio. Todo de ella, capturado en color.
Coloqué cada foto en mi mesa de café y las miré mientras recordaba, reviviendo todos los
recuerdos con ella. ¿Le dije que la amaba? ¿Sabía que la amaba? ¿Qué pasó?
Eran las ocho y media y no había comido en todo el día. Estaba enfermo, asqueado por lo
que había hecho Elizabeth. Todo empezó a tener sentido: la forma en que Grace había actuado,
tan cautelosa al teléfono. Ella había tratado de comunicarse conmigo.
Salté a mi computadora e hice una búsqueda inversa de números de teléfono. Encontré el
nombre de G. Porter en West Broadway. ¿Ella estaba casada? A pesar de que yo también había
estado casada, la comprensión me dolió. Busqué en Google "Grace Porter músico nyc" y encontré
un enlace a la escuela secundaria donde enseñaba música. Hice clic en varios enlaces más y
descubrí que su departamento tenía una actuación especial esa noche en el gimnasio de la
escuela secundaria, pero había comenzado una hora antes.
Sin siquiera mirarme en el espejo, salí por la puerta principal. Yo solo
no podía dejar las cosas en una incómoda llamada telefónica.
Una vez que llegué a la escuela, bajé las escaleras de dos en dos hacia el gimnasio. Podía
oír el sonido de los aplausos y recé para no llegar demasiado tarde. No había nadie manejando
las puertas dobles, así que me deslicé y me paré en la parte de atrás, mis ojos escanearon la
habitación en busca de Grace, pero todo lo que vi fueron cuatro sillas dispuestas en el otro
extremo del gimnasio, tres ocupadas, una vacía. La multitud se calló cuando un hombre se acercó
a un podio colocado al lado del cuarteto incompleto.
"EM. Porter tiene algo muy especial que le gustaría compartir con todos ustedes”. Mi
sincronización fue perfecta, si no quince años demasiado tarde. "Esto es realmente un placer y
una actuación rara, así que juntemos nuestras manos para su talentoso cuarteto".
Grace se acercó al podio y yo no podía recuperar el aliento. Lo que me había encantado de
ella todos esos años todavía estaba allí: su singular
manierismos; cuán inconsciente era ella de su belleza; su pelo, todavía largo y
rubio, echado sobre un hombro; sus labios, de un rosado carnoso y natural.
Incluso a esta distancia, pude ver sus espectaculares ojos verdes. Estaba vestida
de negro de pies a cabeza: un suéter de cuello alto y pantalones, tan llamativos
contra su piel y cabello claros.
Tocó el micrófono y sonrió cuando el sonido de los golpes resonó en las
paredes. "Lo lamento." Luego una risita. Jesús, cómo echaba de menos ese
sonido. “Gracias por venir esta noche. No suelo actuar con los estudiantes, pero
tenemos algo muy especial para compartir con ustedes. Nuestras violinistas de
primera y segunda silla, Lydia y Cara, y nuestra violista de primera silla, Kelsey,
actuarán con la Filarmónica de Nueva York el próximo fin de semana”. La multitud
estalló en vítores y silbidos. Grace volvió a mirar a las tres chicas, que le
sonrieron, preparadas con sus instrumentos. “Este es un momento de mucho
orgullo para mí, así que esta noche me gustaría unirme a ellos en la presentación
de 'Viva La Vida' de Coldplay. Espero que disfrutes."
Sigue siendo mi chica moderna.
Grace caminó hasta la silla más lejana a la derecha y colocó el violonchelo
entre sus piernas. Con la cabeza gacha, empezó a contar. Siempre había jugado
para sí misma, y mientras la observaba ahora, pude ver que nada había
cambiado. No tenía que ver sus ojos para saber que estaban cerrados, como
siempre lo estaban cuando jugaba cerca de la ventana de nuestro antiguo
dormitorio.
Observé, extasiado, sin dejar de mirar a Grace mientras la canción llenaba el
gimnasio. Al final, justo antes de la última pasada del arco, miró hacia el techo y
sonrió. La multitud enloqueció, el lugar temblando con estruendosos aplausos.
Esperé el resto de las funciones, muerta de hambre, cansada y preguntándome
si todo había sido en vano. La multitud se fue un poco después de las diez y
media, y esperé, mis ojos aún fijos en ella. Finalmente, se dirigió hacia las
puertas dobles, donde yo había estado parada todo el tiempo. Cuando hice
contacto visual con ella, me di cuenta de que sabía que yo estaba allí todo el
tiempo. Caminó hacia mí con determinación.
"Hola." Su voz era ligera y amistosa, gracias a Dios.
"Hola. Esa fue una gran actuación”.
“Sí, esas chicas. . . mucho talento allí”.
“No, tú, eres tan. . . tocas tan —tragué saliva— maravillosamente. Yo era un tonto torpe.
Ella sonrió pero sus ojos me estaban evaluando. "Gracias."
“Sé que es tarde, pero. . . ¿Te gustaría tomar una copa? Empezó a responder pero la
interrumpí. “Sé que esa llamada telefónica fue incómoda. Sólo quiero hablar contigo en persona.
Para”—Agité mi mano alrededor—“limpiar el aire”.
" 'Limpia el aire'?" Estaba probando las palabras.
“Bueno, ponte al día. Y sí, despejar el aire, supongo”.
"Han pasado quince años, Matt". Ella rió. "No sé si es posible 'limpiar el aire'".
“Grace, escucha, creo que pueden haber sucedido algunas cosas que no comprendí del todo”.
entender en ese momento, y—”
Hay un pequeño antro a la vuelta de la esquina. Sin embargo, no puedo quedarme fuera hasta tarde. I
Toma algo por la mañana.
Le sonreí agradecido. "Está bien, no hay problema. Sólo un trago.
Dios, estaba desesperado.
“Vamos a salir, entonces. Por aquí."
Caminamos uno al lado del otro por la calle oscura. “Te ves realmente fantástico,
Gracia. Lo pensé tan pronto como te vi el otro día en el metro.
“¿No fue eso tan raro? Era como si el universo se estuviera burlando de nosotros; nos vimos
un segundo demasiado tarde”. No lo había pensado de esa manera. Amaba su mente. “Quiero
decir, aparentemente vivimos a pocas cuadras el uno del otro, pero nunca nos hemos encontrado.
Es un poco extraño.
“En realidad, me acabo de mudar a ese departamento cuando regresé a Nueva York el año
pasado”.
"¿Dónde estabas antes de eso?"
“Me mudé al Upper West Side hace cinco años, pero luego me fui a Los Ángeles por un
tiempo. Después de finalizar mi divorcio de Elizabeth, regresé a Nueva York. Eso fue hace un
año. Estoy alquilando el loft en Wooster ahora.
Observé atentamente la reacción de Grace, pero todo lo que dijo fue: "Ya veo".
Dentro de la barra oscura, Grace seleccionó una mesa pequeña, colgó su bolso en el respaldo
de una silla y señaló la máquina de discos en la esquina. “Voy a elegir
una canción. Está demasiado tranquilo aquí para un bar. Su estado de ánimo parecía más
ligero. Pensé en cómo no podía manejar estar adentro sin música. Estaba bien afuera,
escuchando la naturaleza, pero cuando estaba adentro, siempre tenía que tener música.
"¿Puedo pedirte un trago?"
"Una copa de vino tinto sería genial".
Tenía que recordarme constantemente a mí mismo que no debía recordar en mi cabeza
y solo estar en el momento. Había mucho que decir, después de todo. Cuando regresé con
nuestras bebidas, ella estaba sentada, con los codos apoyados en la mesa, la barbilla
apoyada sobre las manos entrelazadas. “Tú también te ves genial, Matt. Quería decir eso
antes. No has envejecido mucho en absoluto.
"Gracias."
“Me gusta el cabello largo, y esto. . .” Me cepilló la barba con las yemas de los
dedos. Cerré los ojos por un segundo demasiado largo. Entonces, ¿estabas en Los Ángeles?
Traté de controlar mi respiración, para evitar derrumbarme y llorar. Estaba totalmente
abrumado en su presencia.
Una canción triste comenzó con una voz masculina monótona. "¿Quién es?" Pregunté mientras
tomaba un sorbo de mi cerveza.
“Es El Nacional. Pero, Matt, dijiste que querías hablar, así que hablemos.
Fuiste a Los Ángeles después de tu divorcio: ¿te quedaste con tu mamá? ¿Cómo está ella?
Pienso en ella de vez en cuando”.
“Fui antes de divorciarme, en realidad. Para cuidar a mi mamá. Ella
falleció mientras yo estaba allí”.
Los ojos de Grace se llenaron de lágrimas. “Ay, Matt. Lo siento mucho. ella era tal
mujer maravillosa."
Se me hizo un nudo en la garganta. “Fue cáncer de ovario. Elizabeth pensó que Alexander
debería haber dado un paso al frente, pero estaba demasiado ocupado tratando de convertirse
en socio de la firma. Mi madre se estaba muriendo y sus hijos se peleaban por quién debía
cuidarla. Tan estupido." Miré hacia otro lado. “Mi matrimonio ya estaba en las rocas. Elizabeth
estaba tratando desesperadamente de quedar embarazada, pero yo estaba a miles de
kilómetros de distancia, al otro lado del país. Creo que, en algún nivel, ella pensó que estaba
tratando de evitarla. Solo pensé que estaba siendo egoísta. Los dos estábamos enojados y
dolidos, supongo”.
Ella asintió. "¿Qué paso después de eso?"
“Mientras estaba en Los Ángeles, viendo a mi madre marchitarse, Elizabeth comenzó a
tener una aventura con mi amigo y compañero de trabajo Brad, productor de National
Geographic. Ocho años de matrimonio, puf. Hice un movimiento explosivo con mis manos.
"¿Ocho años? Pensé . . .” Ella vaciló.
"¿Qué?"
"No importa. Lo siento mucho, Matt. No sé qué decir.
“Puedes decirme esto: ¿por qué te fuiste?”
"¿Salir cuando?"
“¿Por qué no dejaste una nota o un mensaje cuando te fuiste a Europa? Te acabas de
ir.
Parecía confundida. "¿Qué quieres decir? Esperé. Nunca me llamaste.
“No, no podría. No pude hacer más llamadas. La única persona con la que hablé fue mi
mamá porque podía llamarla por cobrar. Estaba sin efectivo.
Nos quedamos atrapados en un pueblo con un vehículo averiado y cientos de kilómetros de
selva tropical a nuestro alrededor. Solo pensé que lo entenderías.
Parecía destrozada. “¿Qué pasa con ese artículo en esa revista de fotografía?
Básicamente decía que tenías un trabajo en National Geographic y que te ibas a Australia
después de Sudamérica”.
"¿En el '97?"
"Sí." Ella bebió toda su copa de vino. “Había una foto tuya tomándole una foto y decía
que te ibas a Australia con ella durante seis meses”.
“Ni siquiera he leído este artículo del que hablas, así que no estoy seguro de lo que
quieres decir. Elizabeth me pidió que fuera a Australia, pero la rechacé. Regresé aquí para
estar contigo después de que terminara mi pasantía, pero te habías ido.
"No." Ella sacudió su cabeza. “Pensé que ibas a ir a Australia.
Por eso terminé uniéndome a la orquesta de Dan”.
Yo también estaba sacudiendo la cabeza ahora. “No, no fui a Australia. Volví a finales
de agosto. Intenté llamarte antes de irme, pero no pude comunicarme. Fui directamente a
Senior House, pensando que todavía estarías allí.
Cuando no pude encontrarte, pensé que tal vez te habías mudado a estudiante de posgrado.
vivienda, así que fui a consultar con el registrador. Me dijo que habías aplazado tu
admisión a la escuela de posgrado. En mi camino de regreso a Senior House, vi a
Daria y me dijo que te habías unido a la orquesta de Pornsake”.
Grace comenzó a llorar, sollozos completos y silenciosos en sus manos. "Gracia,
lo siento mucho". Tomé servilletas del dispensador en nuestra mesa y se las di.
“Pensé que eras tú quien me dejó. No sabía cómo contactarte. Ni siquiera acepté el
trabajo en National Geographic hasta que descubrí que te habías ido.
Ella soltó una carcajada a través de sus lágrimas. “Mierda santa. Todo este tiempo . . .”
"Lo sé. Intenté buscarte un par de veces, pero nunca pude encontrarte.
en línea. No supe hasta esta noche que tu apellido era Porter.
Grace estaba histérica ahora. “Me casé con el amor de la pornografía, Matt.
Cambió su apellido a Porter”.
Mi corazón fue asesinado. "Oh."
"No de inmediato. Esperé casi cinco años. Él está muerto ahora. ¿Lo sabes bien?"
"No. ¿Cómo podría saber eso?
"Te escribí."
"¿Lo hiciste?" Isabel. Resultó que todavía no me había dicho toda la verdad. Era
como si hubiera caído en un universo alternativo, donde Grace me amaba y yo era el
único que se había ido. Todos estos años los había pasado deprimido por perderla,
pero todo este tiempo ella había estado tratando de encontrarme.
Me incliné sobre la mesa y tomé sus manos entre las mías. Y ella me dejó.
Siento mucho lo de Dan. El fue muy amable. ¿Como murió?"
"Corazón agrandado. Murió con una maldita sonrisa en su rostro”, dijo con orgullo.
"¿Lo amaste?" Sabía que no tenía derecho, pero me moría por saber.
“Él fue bueno conmigo”. Miró hacia el techo. “Lo amaba a mi manera”.
"¿Sí?" Me estaba ahogando de nuevo.
Sus ojos se encontraron con los míos. "Sí. Pero no de la forma en que te amaba.
“Gracia. . .”
"¿Qué diablos pasó, Matt?"
“Ya no sé. Pensé que lo sabía. ¿Elizabeth me acaba de decir que te envió una carta?
“Recibí una carta tuya, tal vez en el 99 o 2000. El resto de mis llamadas
y las cartas quedaron sin respuesta”.
“Elizabeth escribió esa carta, no yo. Lo juro por Dios, Grace, nunca
Habría ignorado tus llamadas.
"Bien." Su voz se volvió muy tranquila, encogiéndose sobre sí misma. "Es demasiado tarde
ahora, ¿no?"
"¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser demasiado tarde?
“Diría que quince años es bastante tarde. Tanto nos ha pasado y . . .”
Apreté sus manos. "Vamos a comer un pedazo de pastel o panqueques o algo así,
como solíamos hacer".
"¿Estas loco?"
"Sí", dije inexpresivamente. "Tenemos que salir de este lugar".
"No sé . . .” Ella retiró sus manos de las mías.
Miré mi reloj. “¿Desayuno para la cena?”
Se pasó una mano por la cara y se enderezó, poniendo algo de distancia entre
nosotros. No podía decir si estaba contemplando la idea o tratando de pensar en una
forma agradable de decir que no. Busqué sus ojos y ella sonrió.
"Bueno. Iré contigo, con una condición.
"¿Qué es eso, Gracie?" Se rió del apodo y luego sus ojos
empezó a brotar de nuevo. "Por favor, no llores", le dije.
“Tenemos que olvidar por un rato quiénes somos el uno para el otro. Sin hablar del
pasado. Esa es mi condición.
"Trato." Dejé un puñado de billetes sobre la mesa, la agarré de la mano y tiré de ella
hacia la puerta. Pero justo antes de irnos, me volví hacia ella. "Esperar. Hagamos un tiro
primero. Somos jóvenes, la ciudad es nuestra, no tienes que levantarte temprano mañana
para enseñar, y no tengo un gilipollas por esposa”.
"Seguro. ¿Por qué no?" Sus mejillas se pusieron rosadas. De repente parecía más
feliz, más joven. Y aunque le había prometido que no hablaríamos del pasado, no pude
evitar sentir que habíamos viajado al mejor momento de nuestras vidas.
Cada uno tomó un trago de tequila, salió del bar y encontró un pequeño restaurante
abierto las veinticuatro horas. "Creo que quiero pastel", dije mientras mirábamos el refrigerador.
caso.
"Yo también. ¿Quieres compartir una pieza?
“Compartamos dos piezas,” dije, prácticamente desafiándola.
Ahora estás hablando sucio. Me gusta. Hagamos una rodaja de crema de chocolate
y . . .”
"¿Una rebanada de mantequilla de maní?"
“Eso es tan perfecto. Me voy a comer la mierda de ese pastel.
Dios, la amaba. “Lo mismo aquí”, dije.
Pedimos y luego nos sentamos en una cabina tapizada en vinilo verde. Trazó los
destellos en la mesa retro con el dedo. “Entonces, ¿cómo están Alexander, tu papá y
Regina?”
"Excelente. Mi papá nunca se jubilará. Él y mi hermano son socios en la misma firma.
Alexander y Monica tienen dos hijos y una casa grande en Beverly Hills. Regina es igual,
excepto que su rostro es más tenso”.
Grace se rió pero luego su sonrisa se desvaneció. “Me entristece escuchar lo de tu
mamá. Realmente me gustaba ella. Sentí que éramos almas gemelas”.
Pensé en los días antes de perder a mi madre. Me preguntó qué pasó con Grace y le
dije que simplemente no funcionó. Estaba confundido acerca de por qué mi madre
mencionaba el nombre de Grace después de que habían pasado tantos años. No tenía idea
de que Elizabeth y yo tuviéramos problemas maritales, pero era como si quisiera que yo
supiera que todavía pensaba en Grace.
Creo que ella también debe haber sentido que eran almas gemelas. Elizabeth nunca estuvo
cerca de mamá, incluso después de conocerla durante una década. Una visita y Grace
estuvo en el corazón de mi madre para siempre.
"Sí. Ella se fue en paz. De hecho, mi papá vino a verla antes de que muriera. Fue
desgarrador porque, después de todo lo que pasaron. . . ella todavía lo amaba. Por eso
nunca se volvió a casar. Creo que, una vez que todo fue despojado y él la vio cerca del final
de su vida, él también la amaba. Al menos, eso es lo que le dijo a ella. Si no lo dijo en serio,
al menos mi mamá murió creyéndolo. Llegué a respetarlo más después de eso”.
"Puedo entender eso." Lo dijo como si hablara por experiencia.
Tomé una respiración profunda. "Hablemos de algo más feliz".
“Seguí tu carrera durante un tiempo y vi que ganaste el Pulitzer.
Qué logro tan asombroso, Matt. Felicidades."
"Gracias. Fue inesperado y difícil de apreciar porque, creo, en ese momento, estaba
en un lugar realmente oscuro”.
"Eso fue antes de que tu madre se enfermara, ¿verdad?"
"Sí. Me vio aceptar el premio. Ella y mi papá estaban muy orgullosos”.
Grace estaba tan interesada, tan compasiva. Pensé que había inventado todas esas
cosas sobre ella en mi mente. Qué apropiado era su nombre. Cuán real, hermosa y
genuina era ella en persona. Todas esas veces que miré sus fotos y deseé poder
abrazarla, tocarla o simplemente verla en persona, en color, aquí estaba, tal como la
recordaba.
Las rebanadas de pastel permanecieron intactas entre nosotros. Clavé un trozo y sostuve
el tenedor hasta los labios de Grace. “El pastel hace que todo sea mejor”.
Dio el mordisco y no pude apartar los ojos de su boca. Lamí
mis labios, pensando en cómo sabía, cómo había sido besarla.
"Eso es tan bueno".
“Sé que se supone que no debemos hablar sobre el pasado, pero me muero por
saber qué hiciste después de graduarnos. ¿Cómo estuvo la orquesta?
“Fue maravilloso, en realidad. Viajamos durante un par de años. Tatiana también lo
hizo. Cuando volvimos a Nueva York, Dan recuperó su antiguo trabajo en la Universidad
de Nueva York y yo obtuve mi maestría en teoría musical en un programa en línea.
Enseñé a nivel universitario durante algunos años, y ahora dirijo la orquesta y la banda
en la escuela secundaria”.
“Eso es fantástico, Grace. ¿Cómo está Tatiana?
"Ella es buena. Todavía soltera y luchadora. Ella está con la Nueva York
Filarmónica por lo que viaja mucho. Es una música muy dedicada”.
¿Qué le pasó a Brandon?
Ella se rió. “Era solo uno de muchos para Tati”.
"Debí haberlo adivinado. ¿Entonces nunca quisiste seguir el mismo camino que
Tati? Puede que sea parcial, pero siempre pensé que eras un músico más fuerte que
ella”.
“Lo hice, pero. . .” Ella comenzó a inquietarse. “Yo, eh, nunca tuve la disciplina que
ella tuvo. Ella siempre fue mejor”.
"No lo creo en absoluto".
“Para el oído entrenado, Tatiana tiene más talento”. Ella sonrió. "¿Último bocado?"
Sostuvo un tenedor lleno de pastel de mantequilla de maní en mi boca.
Agarré su muñeca, me incliné y le di el mordisco. La intimidad instantánea entre nosotros
se sintió demasiado familiar.
“Lo siento mucho, pero tengo que volver. Esto ha sido tan agradable. Estuvo bien
verte de nuevo, luciendo tan bien y saludable”, dijo.
"Déjame acompañarte a casa".
"No es necesario." Se acercó al borde de la cabina para ponerse de pie.
"Es tarde, y me sentiría mejor si me dejaras acompañarte".
Ella vaciló. "Bueno. Puedes acompañarme a mi calle.
En el camino, se recogió el cabello en un moño, dejando al descubierto su tatuaje.
Agapornis de ojos verdes. No pude resistir extender la mano y pasar mis dedos por la parte
posterior de su cuello. Así que realmente sucedió. Ella se estremeció.
"¿Qué estás haciendo?"
“Solo quería tocarlo, para ver si todavía estaba allí”.
Ella rió. “Los tatuajes son bastante permanentes”.
"Solo me preguntaba si te lo quitaron con láser por la ira".
“Estaba más desconsolado que enojado”.
Ay.
Tomé sus manos en las mías. "Lo lamento. No sabes cuánto lo siento”.
"Lo sé. Yo también. ¿Todavía tienes el tuyo, supongo?
Estiré el cuello de mi camiseta negra, tirando de ella hacia abajo para revelar el tatuaje
sobre mi corazón. "Sí, todavía ahí".
Pasó los dedos por encima y susurró: "Solo la ceniza".
Su cabeza cayó al suelo. Levanté su barbilla para mirarme y sus ojos estaban llenos de
lágrimas. “Fuimos víctimas de un mal momento. Pero aquí estamos de nuevo."
Ella sonrió débilmente. "Tengo que ir." Antes de que pudiera detenerla, se dio la vuelta y
corrió rápidamente calle abajo. Esperé hasta que la vi subir los escalones de una casa de
piedra rojiza, y luego me dirigí a casa, enojado con el mundo, queriendo asesinar a Elizabeth
por arruinar mi vida en más de un sentido.
uno.
Tan pronto como llegué a casa, llamé a mi hermano. Eran sólo las nueve en la costa
oeste. Mónica respondió. "¿Hola?"
"¿Está Alejandro allí?"
“Hola a ti también, Matthias. Alejandro no está aquí. Presentará una gran moción
mañana, así que todavía está en la oficina”.
"Mónica, dijiste que tú y Elizabeth eran como hermanas, ¿verdad?"
“Bueno, fuimos familia durante ocho años”.
“Ajá, seguro. ¿Sabías que Grace trató de ponerse en contacto conmigo, y cada vez,
Elizabeth encontró una manera de ocultarme esa información? Mi voz era áspera,
acusatoria. "¿La ayudaste con estos pequeños engaños, por casualidad?"
"Detener."
"No. Le diste el maldito moisés de la familia. Hablaste con ella todo el tiempo. Tú
mismo me dijiste que ella te dijo cosas sobre cómo estaba colgado de Grace. Grace no te
caía bien desde el principio, y yo lo sabía. Ambos estaban tan celosos de ella.
Voy a colgar en dos segundos si no te detienes.
Estaba respirando pesadamente, mi pulso acelerado. No quedaba nada dentro de mí
más que pura ira y adrenalina.
“No sé de qué estás hablando. Nunca estuve celoso de Grace.
Ella estuvo en tu vida durante cinco minutos, ¿y ahora me acusas de esto?
Elizabeth nunca me dijo nada excepto que tenías un montón de fotos de Grace de las que
te negaste a deshacerte”.
“Elizabeth es la principal razón por la que no he hablado con Grace en quince años.
Elizabeth es probablemente la razón por la que no estoy casado con Grace en este mismo
momento”.
Ella suspiró pesadamente. "Matt, estás siendo melodramático".
"Ni siquiera sé por qué te estoy contando todo esto".
Ella se quedó en silencio por un momento. "Creo que me lo dices porque somos
familia". Sus palabras me sorprendieron. “Deberías dormir un poco, Matt. Suenas
destrozado. Lo siento si lo que dijiste es cierto. Nunca vi a Elizabeth como una
confabuladora”.
"Yo tampoco. Pero ella lo hizo.
Le avisaré a Alexander y le pediré que te llame, ¿de acuerdo?
"Bueno. Gracias, Mónica. Buenas noches."
Todavía estaba mirando por la ventana a las dos de la mañana. Mi cabeza estaba nublada,
así que decidí dar un paseo. Antes de darme cuenta, me dirigía hacia la calle de Grace.
Estaba totalmente tranquilo mientras me paraba mirando hacia cuatro casas de piedra rojiza.
No sabía cuál era el suyo, eran completamente idénticos.
"¡Gracia!" llamé. Podría haberla llamado y haberle dicho: “¡Gracie!
¡Grace, por favor, necesito hablar contigo!” pero si vas a insistir en hablar con alguien a las
dos de la mañana, es mejor que le hagas una visita.
“¡Gracia, por favor!”
Un hombre al otro lado de la calle abrió una ventana y gritó: “Fuera de aquí o llamaré a la
policía”.
"¡Hazlo!" grité de vuelta.
"¡Él está bien, Charlie!" Era la voz de Grace. Me volví para verla de pie en la entrada de
una de las casas de piedra rojiza. Subí corriendo los cinco escalones hasta la puerta, con el
pecho agitado. Estaba a centímetros de su cara cuando me miró. Llevaba un conjunto de
pijama de franela rosa con árboles de Navidad. era mayo Sonreí.
"¿Qué estás haciendo aquí?" ella preguntó.
Tomé sus manos entre las mías y las miré entre nosotros. "Quería besarte antes, pero era
demasiado cobarde". Me incliné y la besé lenta y tiernamente. Sus labios eran suaves pero
sus movimientos eran ansiosos. Besó como siempre besaba, con pasión. Lanzó sus brazos
alrededor de mi cuello, presionando nuestros cuerpos mientras profundizábamos el beso.
Movió sus manos a mis costados, luego a mi cintura y debajo de mi camiseta. Sus dedos
trazaron los diseños en mi cinturón.
Se apartó y susurró cerca de mi oído. "¿Todavía tienes esto?"
Siempre estuviste conmigo, Grace. Nunca encontré una manera de dejarte ir.
Dejó caer su cabeza para descansar sobre mi hombro. "¿Qué vamos a hacer?"
"¿Fecha?"
Ella rió. "¿Quieres salir conmigo?"
Me casaría contigo ahora mismo si me dejaras.
“Sí, quiero salir contigo. Eres mi ex mujer favorita. ella la levanto
cabeza y busqué sus ojos. Me sentí aliviado de encontrar diversión en ellos.
"Estoy libre el martes después de clase".
"¿Quieres encontrarnos frente a Senior House alrededor de las tres?"
Volvió a reír pero sus lágrimas brillaron a la luz de la luna. yo había hecho
Grace lloró demasiado por una noche. "Sí. Te veré allá."
Me incliné y la besé en la mejilla. “Lamento haberte despertado. Vuelve a dormir, jovencita.
Besé su nariz, me di la vuelta y bajé corriendo los escalones.
“El martes a las tres”, le devolví la llamada. "Te veré".
—Mantenlo bajo —gritó Charlie desde la ventana.
"¡Vete a la cama, Charlie!" Gracia gritó.
22. ¿Por qué no ahora?
MATE
Todo mi fin de semana lo dediqué a comprar cosas para mi apartamento y hacer que se
sintiera habitado, en caso de que Grace viniera.
Cuando me desperté el lunes por la mañana, ya podía sentir la ira hirviendo en mí
mientras me preparaba para ver a Elizabeth en el trabajo. Salí a correr para desahogarme,
me duché y me dirigí a la oficina. Vi a Scott en el pasillo mientras me dirigía a mi cubículo.
"Oye, ¿puedo hablar contigo?" Yo pregunté.
"¿Qué pasa, hombre?"
“¿Podemos ir a tu oficina?”
"Seguro."
Nos sentamos uno frente al otro en su escritorio. “No puedo estar en esta oficina
ya no. ¿Puedo trabajar desde casa?”
Scott se recostó en su cabello. “Hermano, me has llegado con muchas solicitudes en
los últimos años”.
"Lo sé, y lo siento, pero no puedo manejar esta mierda de oficina".
“Tú y Elizabeth tomaron la decisión de dejar el campo y establecerse
aquí." Arqueó las cejas, como si dijera¸ ¿Recuerdas?
“Scott, voy a ser franco contigo. No se trata de trabajar en una oficina. Creo que sería
mejor para todos que no trabaje en el mismo edificio que ella”.
"¿En realidad? Pensé que manejaste el divorcio sorprendentemente bien. Y es
ya ha pasado más de un año. ¿De verdad estás tan colgado de ella?
“Ha surgido nueva información. No puedo trabajar con ese psicópata.
ya no." Sonreí, lo que probablemente me hizo parecer el psicópata.
"Vamos, Matt, seamos razonables".
“Me haré autónomo, Scott. Lo hice antes y gané un maldito Pulitzer.
Scott entrecerró los ojos. "No me amenaces, maldita sea, Matt".
“No te estoy amenazando, y no voy a entrar en detalles sobre lo que ella hizo.
Basta con decir que arruinó mi vida y ya no puedo trabajar con ella, ¿de acuerdo? Y
no creo que sea irrazonable que no quiera trabajar con mi ex esposa embarazada y
su nuevo esposo. Hice una maldita solicitud hace meses y todavía estoy aquí. Es ella
o yo.
Firmó fuertemente. “Te queremos en nuestro equipo, pero sabes que Elizabeth no
irá a ninguna parte. Ella está embarazada; nos demandaría si tratáramos de
deshacernos de ella.
Levanté las manos. “No me importa, hombre. Caminaré."
Scott giró en su asiento mientras yo lo miraba fijamente. Se pasó la mano por la
cabeza calva y brillante y luego cruzó los brazos sobre el pecho y se echó hacia atrás.
“Está bien, puedes trabajar desde casa. Por cierto, nunca hacemos esto. Necesito
que sepas que estás recibiendo un trato especial aquí. Pero es solo hasta que
consigamos que te metas en otra cosa. Necesitarás un asistente para que sea tu
representante en las reuniones de producción si realmente no puedes soportar
arrastrar tu trasero de regreso a este edificio. ¿Quizás Kitty? Él sonrió.
Me puse de pie y aplaudí una vez. “Ese es un maldito gran plan, Scott. Te amo."
Me acerqué, agarré su rostro y lo besé en la mejilla. "Me voy de aquí. Ah, y encontraré
a mi propio asistente —llamé por encima del hombro cuando salí de su oficina.
Momentos después, me pavoneaba alegremente por el pasillo con todas mis
pertenencias en una caja de cartón cuando me encontré con Elizabeth. Sólo recuerda,
Matt: si la matas, irás a la cárcel.
"¿Qué estás haciendo con todas tus cosas?" Puso su mano en su cadera,
bloqueando mi camino.
"Mover."
“¿Por qué eres tan malo conmigo? Estoy embarazada, idiota.
“Soy consciente, y también lo es cualquier otra persona con su visión intacta. Y
adónde voy no es asunto tuyo. Fuera de mi camino."
"¿Te despidieron?"
Tan desesperado como estaba por no comprometerla, no pude controlarme. Sé lo
de las llamadas y las cartas de Grace y cómo me las ocultaste.
Gracias por eso."
Ella puso los ojos en blanco y miró al techo. “Oh, por el amor de Dios, sabía que
esto surgiría. Mira, cuando volviste a Nueva York en el 97 y ella no estaba, eras un
jodido desastre, Matt. Tuve que levantar tu triste trasero y llevarte durante años. ¿Crees
que tendrías este trabajo si no fuera por mí? Eras un alcohólico incipiente, andando a
tientas como un perdedor. Te salvé de destruirte a ti mismo. Y ella no estaba aquí por
ti.
Me reí. “¿Alcohólico incipiente? ¿Es esa la narrativa que creaste para ti mismo para
justificar tu engaño? Eso es una mierda. Tú y yo nunca nos hubiéramos casado si
hubiera sabido que ella estaba tratando de ponerse en contacto conmigo.
"¿Sabes lo patético que te hace sonar?"
“Siempre tienes que salirte con la tuya, sin importar el costo. Me deseabas, así que
hiciste lo que tenías que hacer. Querías un bebé y yo no estaba presente para dártelo,
así que saliste y encontraste al siguiente participante dispuesto, incluso a costa de
nuestro matrimonio. Tú eres la patética, Elizabeth.
Yo no."
Ella estaba mudo. "Pensé . . . Pensé que me amabas." Esta era una
táctica de lucha típica de Elizabeth. Podía hacer un 180 de enojada y acusadora a
autocompasión en un segundo plano.
“Amaba a la persona que creía que eras, pero ahora me doy cuenta de que nunca
existió. Tengo que ir." Intenté pasar junto a ella, pero volvió a bloquearme el camino.
Espera, Matt.
"Por favor, apártense del camino".
¿Por qué seguía persiguiéndote después de saber que estábamos casados? Quiero
decir, era de conocimiento público. ¿No crees que hay algo malo en eso?
“¿Puedes culparla por querer un cierre? ¿Por querer saber qué pasó entre nosotros?
Estaba destrozada por dentro, Elizabeth. Tal como yo."
Haciendo una pausa, miré hacia abajo a su creciente vientre. “Por el bien de ese pobre
ser humano que crece dentro de ti, espero que aprendas algo de esto.
A pesar de todos sus esfuerzos, no funcionó. No estamos juntos. Fue todo para nada."
Empezó a llorar, pero no me desconectó. “Por favor, Elizabeth, sal de mi camino”.
Había tocado la cima de mi ira, y ahora todo parecía totalmente ridículo. Estaba
más allá de gritar y gritar ahora; todo era una jodida broma, pero la broma era para
mí. Podía tomarlo y seguir adelante o podía darle a esta persona chupavidas otro
segundo que no se merecía.
Pasé junto a ella. "Hasta nunca."
Era primavera en Nueva York y era libre de perseguir lo que quisiera.
El sol brillaba entre los rascacielos mientras me dirigía al metro, agarrando una
caja de tamaño mediano llena de recuerdos de mi carrera. Estaba sonriendo en el
tren mientras trataba de recordar cada detalle de mi beso con Grace el viernes
anterior. Qué suave se sentía su cabello entre mis dedos, cómo ella siempre, incluso
quince años después, mantenía los ojos cerrados segundos después de que el beso
terminara, como si lo estuviera saboreando.
No podía dejar que nada ni nadie se interpusiera en mi camino otra vez.
EL MARTES, salí a correr por la mañana y conté los minutos hasta las tres de la
tarde, cuando se suponía que debía reunirme con Grace. Llegué demasiado
temprano y me senté en los escalones de Senior House hasta que ella llegó, justo a
tiempo. Parecía revivida desde la última vez que la había visto, y tenía un rebote
similar al de Grace en su paso. Llevaba una falda floreada con medias y un suéter.
Era una versión un poco más adulta de su estilo universitario.
Mirándome, me di cuenta de que mi estilo tampoco había cambiado mucho: jeans,
camisetas y Chucks. ¿Realmente había pasado tanto tiempo? Si lo hubiera hecho,
había poca evidencia física más allá de unas pocas arrugas en nuestros rostros.
Me puse de pie y metí las manos en los bolsillos.
"¿Has comido?" ella preguntó.
"Estoy hambriento." Mentí. Quería hacer lo que ella quisiera hacer. "¿Cómo te
sientes?"
“¿Qué tal un perrito caliente y un paseo por el parque?” Sonreí. Nunca nada
había sonado mejor. Por supuesto, ella podría haber dicho: "¿Qué tal un paseo en
góndola por los canales de Venecia?" o "¿Qué tal si nos sentamos en el Valle de la
Muerte sin agua?" y todo habría sonado igual de bien para mí, mientras ella estuviera
allí.
"Suena bien."
Caminábamos hombro con hombro mientras intercambiábamos una pequeña charla. le dije
sobre mi trabajo, pasando por encima de la confrontación con Elizabeth.
"¿Cómo están tus padres?" Yo le pregunte a ella.
“Lo mismo, excepto que mi papá está sobrio ahora y mi mamá se ha vuelto a casar. Mi hermano y
mis hermanas han crecido y se han mudado. Estoy más cerca de mi hermana menor. Ella vive en
Filadelfia y la veo a menudo. Pensé en volver a mudarme a Arizona después de la muerte de Dan, pero
amo mucho Nueva York. Tengo amigos aquí y nunca podría vender la casa de piedra rojiza”.
Sentí un dolor en mi corazón. Deseé haber sido yo quien le comprara la casa de piedra rojiza.
Comimos nuestros perros calientes en los escalones de la fuente en Washington Square Park y
vimos a dos niños pequeños chapoteando en el agua. Una pequeña niña rubia, de unos tres años, se
reía histéricamente. Quiero decir, realmente carcajeándose durante cinco minutos seguidos mientras
su hermano pequeño la salpicaba.
"Ese niño es adorable".
"Sí. ¿Tienes algo de marihuana? preguntó, casualmente.
"Cambio de tema abrupto, ¿no?" La miré con los ojos entrecerrados por un momento. "Espera,
¿hablas en serio?"
"¿Por qué no?" Levantó la mano y limpió la mostaza de mi labio con su dedo índice, luego se la
metió en la boca.
Jesucristo, mujer.
"Puedo traernos un poco de marihuana", dije aturdida.
"Tal vez la próxima vez." Ella se encogió de hombros tontamente, un destello de Grace del pasado.
"¿No te preocupa que uno de tus estudiantes te vea?"
Estaba pensando que podríamos volver a tu casa.
“Eh, seguro. Podemos." Asentí vigorosamente, como un colegial demasiado ansioso.
"Sí, no hay problema".
"¡Mirar!" Ella señaló a un chico joven que le daba a su novia un paseo a cuestas.
paseo, corriendo en círculos mientras gritaba alegremente.
Grace me sonrió y luego sus ojos se llenaron de lágrimas. Joder, no
llora, Gracia. Por favor. Moriré.
“Todavía puedo hacer eso. No soy tan viejo —le dije.
Ella comenzó a reír mientras las lágrimas corrían por su rostro. "Bueno, Old Man Shore, te dejaría
intentarlo, pero estoy usando una falda".
"¿Estabas diciendo algo sobre volver a mi casa?" lo intenté
sacar una mirada inocente.
"Sí si tu quieres. Me gustaría ver tu casa.
"¿Lo harías?"
"Por supuesto. Quiero ver dónde vives; No me ofrezco a acostarme contigo.
"No. Lo sé. . . . No estaba pensando en eso. Aunque estaba pensando totalmente
en eso.
El metro estaba abarrotado durante la hora pico. Grace estaba de espaldas a mí y se apoyó
contra mí. Me pregunté si sus ojos estaban cerrados. Me incliné y susurré cerca de su oído:
“Podríamos haber tomado un taxi o caminar. Olvidé que ahora somos adultos.
"Me gusta tomar el metro contigo".
La acerqué más a mi cuerpo. Se sentía como si todos los años que había perdido con ella
nunca existieron.
Cuando llegamos a mi edificio, el ascensor se abrió a mi loft en el cuarto piso y Grace salió
frente a mí. Inmediatamente levantó la vista hacia el techo de vigas expuestas. Encendí las
luces. "Esto es maravilloso, Matt".
"Me gusta."
Todavía quedaba un poco de luz en el cielo, proyectando un brillo agradable en toda la
habitación. Grace caminó hacia las ventanas. "Probablemente puedas ver la parte superior de
mi casa desde aquí".
"No, no puedes". Ella se volvió y sonrió. "¿Puedo traerte una copa de vino?"
Yo pregunté.
"Eso seria genial."
Caminó alrededor de mi escaso desván cuando entré en la cocina. El dormitorio, la cocina
y la sala de estar fluían entre sí dentro de un gran espacio abierto de techo alto, separados solo
por unas pocas vigas. Mientras servía el vino, la vi pasar la mano por mi edredón blanco.
“Tu lugar es realmente agradable. Me gusta el ambiente rústico. Por lo general, la gente opta por
lo moderno en un espacio como este”.
“Llámame anticuado”.
"No creo que seas anticuado". Estaba de pie cerca de la pared, mirando el cuadro que
me había ganado tantos premios.
"¿Pasado de moda?" Pregunté mientras le entregaba el vaso.
“Atemporal”, respondió ella con una sonrisa. Instantáneamente deseé que estuviera
hablando de nosotros. ¿No es así? ¿Eterno? Nada podría cambiar lo que habíamos tenido
todos esos años antes, incluso si la idea de lo que podría haber estado persistiendo entre
nosotros.
“Oh, bueno, gracias. Ese es un sentimiento agradable”.
Señaló la imagen. "Pero eso . . . eso es poderoso Niños y armas.
. .” Ella sacudió su cabeza. "Qué trágico. ¿Estabas asustado cuando tomaste
eso?
“No, no tengo miedo. A veces la cámara se siente como un escudo. En el
Al principio, cuando estaba en un lugar así, corría muchos riesgos”.
"¿Crees que ganarás otro Pulitzer?"
“Es una especie de cosa única en la vida, pero quiero volver al campo”.
“Apuesto a que algunas de las mejores fotos son accidentes felices”.
"Así es la vida." Di un paso hacia ella y le acomodé el cabello detrás de la oreja.
"Quiero besarte."
Tomó un sorbo rápido de su vino. “Um. . . ¿Alguna vez vas a algún espectáculo por
aquí?
Me reí. "Eres un increíble cambiador de tema".
“No creo que pueda decirte que no por mucho más tiempo, y realmente quiero. . .”
Tragó saliva y miró a su alrededor.
"¿Qué, Gracia?"
“Realmente quiero una repetición”. La conversación la estaba poniendo nerviosa; su
pecho estaba subiendo y bajando.
"Eras mi mejor amigo." Se tragó las lágrimas y apartó la mirada.
"Por favor, no llores".
Cuando sus ojos se encontraron con los míos de nuevo, eran intensos, llameantes.
"Estoy tratando de decirte algo, Matt".
La tomé en mis brazos y la sostuve contra mi pecho. Quería tomarse las cosas con
calma, como lo habíamos hecho antes, todos esos momentos increíbles en nuestra
dormitorio simplemente estar juntos, bailar, cantar, tocar música, tomar fotografías.
Ese es el problema con los adultos. No puedes tomarte tu tiempo porque piensas, incluso a la
edad relativamente joven de treinta y seis años, que tus días están contados. Crees que
conoces a todos por dentro y por fuera, en corazón y alma, después de hablar con ellos durante
cinco minutos.
Empujando sus hombros hacia atrás, busqué su rostro. "Tengo una idea. Quédate aquí,
ponte cómodo, quítate los zapatos”. Señalé los estantes de vinilo.
“Elige un disco. Vuelvo enseguida.
Salí del desván, tomé el ascensor, crucé la calle corriendo y subí rápidamente tres tramos
de escaleras en un minuto. Rick Smith era el único fumeta que conocía en un radio de ocho
kilómetros. Llamé a su puerta.
Respondió vistiendo sudaderas, una banda para el sudor con los colores del arcoíris y sin
camisa. Tenía un cuerpo extremadamente tonificado para ser un escritor cuarentón que solo
salía de su casa para pasear a su gato, Jackie Chan. “Matt, mi amigo, ¿qué pasa?” Estaba sin
aliento.
“Lo siento, Rick, ¿te atrapé en un mal momento?”
"No, no, solo estaba haciendo Tae Bo".
“Oh, Tae Bo. ¿Sigue ahí?
“Bueno, no es como si pudiera desaparecer; es un ejercicio, hermano. Venga."
Mantuvo la puerta abierta de par en par. Nunca había estado en su departamento, solo hasta
la puerta; Había devuelto a Jackie Chan una vez después de que salió.
Era como si hubiera viajado en el tiempo y me gustó. Todo en su apartamento era viejo
pero estaba en perfectas condiciones. El televisor Toshiba en la esquina se detuvo en Billy
Blanks en medio de un movimiento. Rick estaba haciendo ejercicio con un video de Tae Bo
muy viejo. “¿Eso es un VHS?”
“Oh, sí, mi VCR funciona como un sueño. ¿Por qué deshacerse de él, sabes?
"Sí." Esperaba que su apartamento pareciera el de un acaparador, pero
era totalmente lo contrario.
Caminó hacia la cocina y tomó una botella de agua del refrigerador. "Bienvenido a mi
humilde morada. ¿Puedo ofrecerle un poco de agua, o tal vez un tiro de pasto de trigo?
También tengo un emulsionante, si quieres que te prepare un buen jugo fresco.
“Oh, gracias, Rick. Eres demasiado bueno." Era un loco de la salud. Pensé ociosamente
que probablemente debería haber leído uno de sus libros antes de venir.
y le pidió olla.
“¿A qué debo esta visita?”
“Sí, así que um, no sé exactamente cómo decir esto, pero. . . tengo un viejo
amigo más y nosotros. . .”
"¿Ustedes necesitan un poco de marihuana?"
"¡Sí!" Lo señalé como si hubiera ganado The Price Is Right. Ya nadie usaba el
término porro, pero lo que sea.
¿Por qué pensaste que tendría alguno? ¿Crees que soy un drogadicto o algo así?
¿Crees que soy una especie de traficante de drogas? Su rostro estaba en blanco.
"Oh, mierda." Habría jurado sobre una Biblia que cada vez que lo veía su
los ojos estaban saltones e inyectados en sangre, y apestaba a marihuana.
"¡Ja! Estoy bromeando, hermano. Te detectaré por completo. Él se rió y luego
me dio una palmada en el hombro al pasar a mi lado. "Un segundo."
Regresó con un bote de medicamentos recetados sin etiqueta. Podía ver los
capullos dentro. Levantándolo hacia mi cara, dijo: “Escucha y escucha atentamente.
Este es King Kush. Es marihuana medicinal. Lo obtuve del primer dispensario de
marihuana medicinal en la Costa Este. Alquilé un auto y conduje hasta Maine para
conseguir esta mierda. No pases vete, no jodas, ¿me entiendes? Sus ojos pequeños
y brillantes me disparaban láseres.
—Rick, no lo sé. Estás empezando a asustarme.
“Es súper fuerte. Te encantará y me lo agradecerás.” Sacó un paquete de papeles
de un cajón y se los tendió. "¿Necesitas esto?"
"Oh, sí." Tomé los papeles y la olla y los metí en mis bolsillos.
"Enróllala, hombre, y fuma como la mitad con tu amigo al principio antes de hacer
más".
"¿Qué pasa si mi amigo es una mujer de cinco pies con cinco y huesos pequeños?"
"Ella estará bien. A las mujeres les encanta esta mierda.
Caminando hacia la puerta, me di la vuelta. “Rick, no sé cómo agradecértelo”.
“Ah, no te preocupes. Considéralo un pago por traer de vuelta a Jackie Chan ese
día”.
De vuelta en mi apartamento, Grace estaba sentada en el sofá con los pies
enfundados en medias apoyados sobre la mesa de café. Ella había puesto a Coltrane en el
tocadiscos y tenía los ojos cerrados, la cabeza apoyada contra el sofá, como si
estuviera en casa. Dios, la amo.
"¿Adivina qué?" Levanté la olla.
Ella me miró. "¿Vamos a drogarnos y bailar?"
Preferiblemente desnudo.
“No presiones tu suerte”.
Me arrodillé junto a la mesa y lié un porro muy imperfecto. Grace se estaba riendo
todo el tiempo. "No te rías de mí".
"Aquí, déjame hacerlo". Cogió un papel nuevo y enrolló uno bonito, delgado y
perfectamente apretado.
“Gracie, ¿por qué eres tan buena en eso?”
“Tati y yo hacemos esto de vez en cuando. Bueno, más bien cada primer domingo
de mes.
“¿Estás bromeando? Deja que Tatiana delegue el tiempo específico para fumar
marihuana”.
"Sí, algunas cosas nunca cambian". Lo encendió y le dio una calada. sosteniendo el
fumar, dijo en voz baja: "¿Quién querría que lo hicieran?"
Fumamos y las cosas se pusieron un poco confusas. Puse “Superstition” de Stevie
Wonder y Grace se levantó y empezó a bailar. Se revolvió el cabello mientras yo miraba
con asombro, moviendo la cabeza, preguntándome cómo diablos la dejé escapar.
"Baila conmigo, Matt".
Me levanté y bailamos hasta que terminó la canción, y luego empezó a sonar “You
Are the Sunshine of My Life”. Nos quedamos inmóviles, mirándonos, hasta que Grace
se derrumbó, riéndose a carcajadas. “Esta es una canción tan cursi”.
“Graceland Marie Starr, esta es una gran canción. Es un clásico. La agarré y la hice
girar, luego la acerqué a mi pecho e hice algunos movimientos de baile exagerados.
Es Porter.
"¿Eh?" Fingí no escucharla. "La música debe estar demasiado alta, ¿qué dijiste?"
Sacudió la cabeza y me dejó girarla hasta que nos mareamos y cansamos.
Una hora más tarde, nos encontramos sentados en el piso de mi cocina, comiendo uvas y
queso. Estaba apoyando la espalda contra el refrigerador con las piernas estiradas frente a
ella, y yo estaba sentado de la misma manera contra los gabinetes frente a ella.
Lanzó una uva al aire y la atrapé con la boca.
"Tengo una idea. . .” ella dijo.
"Dime."
"Vamos a jugar un juego. ¿Tienes una venda en los ojos? Moví mis cejas hacia ella. "No
es lo que piensas."
Saqué un largo paño rojo del cajón y se lo lancé. Ella
se inclinó hacia adelante sobre sus rodillas y procedió a atarlo alrededor de mi cabeza.
Me estoy asustando, Grace.
“Vamos a jugar, 'Adivina lo que te acabo de poner en la boca'. ”
"Dulce Jesús. Eso suena como un juego que me gustará.
"No te emociones demasiado".
Demasiado tarde.
La escuché jugueteando en la cocina y luego, unos minutos más tarde, estaba sentada a
mi lado otra vez. "Está bien, abre". Sentí una cuchara fría golpear mi lengua. Algo se deslizó y
golpeó la parte posterior de mi garganta. Era confuso y repugnante y la textura me dio
escalofríos. "Asqueroso, ¿qué es esto?"
"Tienes que adivinar; ese es el objetivo del juego”.
“¿Mermelada de uva y salsa de soya?”
Levantó la venda de los ojos para revelar su rostro exultante. "¡Es cierto! Pensé que eso
sería imposible”.
Negué con la cabeza. "Esto no es tan divertido como pensé que sería".
"Espera, tengo más".
"No."
"¿Sólo uno más?" ella gimió.
"Bien." Me bajé la venda de los ojos.
Ella se alejó corriendo y regresó un momento después. "Abre, Matty".
Su dedo estaba en mi boca, y si eso no fuera lo suficientemente dulce por sí solo,
estaba cubierto con Nutella. “¿Nutella a la gracia?”
Se quitó la venda de los ojos, con el rostro radiante.
“Mi turno”, dije. Le até la venda de la toalla alrededor de los ojos, me puse de pie y fingí
recoger cosas de varios cajones. Me volví a sentar.
"¿Listo?"
"¡Sí!" Abrió la boca y la besé, comenzando por su labio inferior y luego moviéndose hacia
su cuello y de regreso a su boca hasta que nuestras lenguas se retorcían y nuestras manos se
perdían en el cabello del otro.
Nos besamos en el piso de mi cocina y luego, de repente, Grace interrumpió.
"¿Acompañarme a casa?"
Me eché hacia atrás, buscando su rostro. "Por supuesto. Sabes que puedes quedarte si
quieres. No es un asunto divertido, lo prometo.
"Tengo que llegar a casa".
"Bueno." Extendí mi mano y la ayudé a ponerse de pie. ella fue a ella
monedero, revisó su teléfono y luego se metió una menta en la boca.
"¿Estas saliendo con alguien?"
"¿Pensé que estaba saliendo contigo?" ella dijo.
"Bien. Estamos saliendo. Muy lentamente."
“¿Me estás presionando, Matthias? Eras más paciente como un veinte
un año de edad. ¿Qué pasó?" Había diversión en su tono.
Me reí. “Bueno, entonces no sabía lo que me estaba perdiendo. Ahora lo hago."
Salimos de mi loft y la acompañé a su casa. Cuando llegamos al pórtico de su casa de
piedra rojiza, me volví hacia ella. "¿Quieres ir a cenar el viernes?"
"Me encantaría." Se inclinó y me besó durante mucho tiempo. "Me divertí esta noche".
"Yo también. Fue la mejor experiencia de PG que he tenido en mucho tiempo”.
“El lenguaje explícito, el baile provocativo, chuparse los dedos y el uso de drogas
seguramente valen una clasificación PG13”, dijo, antes de inclinarse y besarme en la mejilla
por última vez.
Buenas noches, Gracie.
Buenas noches, Matty.
Caminé a casa, me metí en la cama y me quedé dormido con una sonrisa en la cara.
EL VIERNES, hice una reserva en un pequeño lugar japonés a poca distancia de los
dos. Cuando llegué a su casa de piedra rojiza para recogerla, me estaba esperando en
el pórtico, vestida con una chaqueta de cuero y un vestido que me recordaba al que
solía usar en la universidad que me volvía loco.
"Te ves genial."
"Tu también lo haces." Enlazó su brazo con el mío mientras caminábamos y
hablábamos de nuestra semana. Comimos sushi, bebimos mucho sake y le di de comer
de mi plato. Después de la cena, terminamos en un bar que tenía una banda que tocaba
gospel y blues rock. Hubo períodos esa noche en los que no nos dijimos nada y
simplemente nos movimos con la música y luego hubo momentos en los que nos
reíamos histéricamente y gritábamos sobre la música.
A las once estábamos totalmente borrachos. Cuando la besé fuera del bar, ella se
separó primero y me arrastró por la calle. "¿A dónde vamos ahora?"
Se dio la vuelta, me agarró la cara con fuerza y me besó de nuevo. “Mi cama, Matt.
Hacia allá vamos”.
Mi corazón latía salvajemente ante la idea. "Buena idea."
La seguí por los escalones hasta la puerta principal, tratando desesperadamente de
mantener la calma y no parecer demasiado ansiosa. Cuando entramos en su
apartamento, tuve que entrecerrar los ojos en la oscuridad. Me di la vuelta y observé su
silueta, iluminada solo por la luz de la calle que entraba por la ventana junto a la puerta
principal. Tiró las llaves sobre la mesa de la entrada, luego su chaqueta. Se quitó los
zapatos, se quitó las medias, luego se levantó el vestido por el dobladillo, por encima
de su cabeza, y lo arrojó a un lado también.
Mi mandíbula estaba en el suelo.
La atrapé cuando saltó a mis brazos y se sentó a horcajadas sobre mí, sus manos
sumergiéndose en mi cabello, sus dulces labios en mi boca. Caminé hacia atrás por el
pasillo oscuro hasta una escalera y miré hacia arriba. “No, mi habitación está aquí. Final
del pasillo a la izquierda.
Presionándola contra la pared, la besé desde la boca hasta el cuello, la oreja y de
vuelta al hombro, donde traté de recuperar el aliento. Cuando la bajé, tomó mi camisa y
me la quitó por la cabeza, luego tomó mi mano y me llevó a su dormitorio.
De pie cerca de la cama, tiró de mi cinturón, hurgando en él.
"Despacio, Gracie".
“Nadie me ha dicho nunca esas palabras”. Me desabrochó el cinturón y me bajó
los pantalones y los bóxers mientras yo me quitaba los zapatos. Ella era diferente de
la universidad Grace. Podía ver eso ahora. Estaba más confiada, más segura de sí
misma.
Tomé su rostro entre mis manos. Incluso en su habitación oscura, con poco más
que el resplandor de las farolas que entraban por la ventana, pude ver que sus ojos
eran brillantes, brillantes y llenos de asombro. "Quiero reducir la velocidad, de lo
contrario esto no será divertido para ti", le dije.
Ella asintió y nos besamos de nuevo, pero esta vez más dulce y lentamente. Pasé
mi mano por su cuello hasta la parte superior de su pecho y tracé la línea de su
sostén con la punta de mi dedo. Besé un rastro por su cuello mientras mis manos
desabrochaban su sostén en la espalda, dejándolo caer al suelo. Ella era más
hermosa de alguna manera ahora, aunque no creía que eso fuera posible. Su cuerpo
seguía siendo tan suave y terso, pero también era femenino, fuerte, exquisito, lo más
hermoso que jamás había visto. Tenía ganas de encontrar una cámara, pero una
necesidad aún más fuerte de tocarla. "Dios", fue todo lo que pude decir cuando se
inclinó hacia mí, encontrando mi boca de nuevo.
Me alejé. "Déjame mirarte." Cayendo de rodillas, llevé sus bragas al suelo y besé
su estómago, sus muslos, el espacio entre sus piernas. No había más sonido que
mis labios en su cuerpo y su suave respiración, cada vez más rápida, más urgente,
hasta que gimió desde su pecho.
Te quiero, Matt. Su voz estaba tensa.
Mis manos se movían por voluntad propia ahora. Me senté en el borde de la cama
y ella se subió a mi regazo, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura. Empezó
a moverse contra mí, y pensé que iba a perder los estribos.
"¿Gracia?"
—Shh, Matt. Pasó su mano por mi línea de la mandíbula. "Me gusta esto. es sexy
Eres más sexy ahora, más definida. . . más grande." Ella se rió.
Quería estar dentro de ella tanto. "Tengo que decirte algo", le dije.
"Bueno." Besó mi cuello más lentamente pero continuó el sutil
movimientos de su cuerpo.
He pensado mucho en hacer esto contigo durante los últimos quince años. ¿Eso es raro?"
Ella se echó hacia atrás y sonrió. "Si eres raro, entonces yo también soy raro".
"Sí . . . pero me gusta eso de ti. sonreí
Empujó sus caderas contra mí y gemí. "Hazme el amor", dijo ella.
Hundí mi cara en su cuello, besándola febrilmente, mientras estaba de pie, sus piernas
aún envolviéndome. La acosté sobre la cama y retrocedí para mirarla. Se sentó y tiró de mí
hacia abajo, con las piernas abiertas y el cuerpo cálido, dándome la bienvenida. Ella me guió
dentro de ella, y como cualquier hombre típico, todos los pensamientos fueron barridos de mi
mente.
"Eres hermosa", susurré mientras disminuía la velocidad de mis movimientos, tratando
de evitar cualquier vergüenza prematura. Dos embestidas cautelosas y recuperé el control,
pero Grace se estaba desmoronando a mi alrededor.
"Solo gooooo, Matt".
“Te sientes tan bien,” susurré contra su oído. Mis labios encontraron su cuello justo
cuando su espalda se arqueaba y su cabeza se presionaba con fuerza contra la cama. La
sentí latiendo a mi alrededor, y yo estaba perdido, deslizándome hacia una muerte temporal.
Me derrumbé sobre ella, respirando con dificultad. Se agachó y tomó mi mano entre las
suyas y la sostuvo entre nosotros como si necesitara aferrarse a algo. Rodé a mi lado. "No
voy a ir a ninguna parte, Gracie".
"¿Lo prometes?"
"Prometo."
"¿No importa lo que pase?"
La atraje hacia mi pecho y envolví mis brazos alrededor de ella. "¿Qué está pasando
contigo?"
Enterró su rostro en mi pecho. “Nunca estuve convencido de que siguieras adelante así
como así. Tuve que aceptarlo, pero no estabas allí para decirme si era cierto o no. La carta
era tan diferente a ti, tan indiferente. No podía creer que dijiste esas cosas, y durante mucho
tiempo no lo creí. Pero luego llegó un momento en que me di cuenta de que ya no vivía. Tuve
que renunciar a la idea de que estuviéramos juntos para amar a Dan de la forma en que se
merecía ser amado. Pero nunca dejé de pensar en ti”.
“Lo sé, Gracia. Yo también. Lo siento mucho. Elizabeth arruinó por completo mi
vida. Ojalá lo hubiera sabido antes”.
"Pero tu vida no es la única con la que se metió".
"Lo sé, y la odio por eso".
“Hay un efecto dominó, Matt”.
"Lo sé, y lo siento". Besé su frente en silencio. “Pero no quiero insistir más en
el pasado. Estamos aquí ahora, juntos. Solo quiero dormir contigo en mis brazos,
¿de acuerdo?
Se abrazó a mí aún más cerca. "Bueno."
Su respiración se equilibró y su cuerpo se relajó. eso fue lo ultimo que yo
recordaba antes de despertarme en su cama, solo.
23. ¿Quién creías que era?
MATE
La habitación de Grace brillaba con la luz de la mañana, y observé mi entorno por primera
vez. Había un tocador antiguo, un edredón floral y pinturas impresionistas de la campiña
francesa colgadas en las paredes, una decoración sorprendentemente genérica para
alguien como Grace.
Cuando escuché a Grace jugueteando en la cocina, me deslicé fuera de la cama,
sintiéndome vigorizado. Me puse los jeans y los zapatos y busqué mi camisa, pero no
pude encontrarla. La puerta estaba entreabierta y me asomé por el largo pasillo. En el otro
extremo del pasillo estaba la cocina. Pude ver a Grace sentada en una mesa pequeña y
redonda, tomando café, vestida con una bata y pantuflas rosas, con el cabello recogido en
un moño. Levantó la vista cuando la puerta crujió. El olor a café me atraía, pero cuando
salí al pasillo, algo me llamó la atención.
Las paredes estaban cubiertas de cuadros. A la derecha había una foto en blanco y
negro de Grace y Tatiana en un balcón de París, con la Torre Eiffel de fondo. Era el rostro
que había conocido, regordete por la juventud. Sonreí y miré por el pasillo a Grace, quien
me miraba con una expresión en blanco.
Vi otra foto de Dan dirigiendo, con Grace sentada en la orquesta, su arco sobre su
violonchelo.
Luego vi una foto de Dan y Grace sentados en un parque, con un bebé en su regazo.
Me acerqué y lo miré fijamente, mi mente acelerada. ¿Tuvieron un hijo?
¿Le había preguntado siquiera si tenían un hijo?
Había otra foto familiar de los tres justo al lado, pero la niña era mayor, tal vez de cinco
años, sentada sobre los hombros de Dan en Washington Square Park. Y luego otro cuando
la niña era aún
mayores, tal vez ocho. Miré a Grace, cuyos ojos parecían más cansados de lo que jamás había
visto.
La niña creció en edad mientras caminaba hacia la cocina hasta que me encontré al final
del pasillo, mirando una foto de la escuela de una adolescente, tal vez de quince años, con el
pelo largo y rubio de Grace, los labios de Grace, la piel clara de Grace. Pero fueron sus ojos los
que me hicieron tambalear.
No eran del espectacular verde de los ojos de Grace, ni del azul apagado de los de Dan.
Estaban hundidos, tan oscuros que parecían negros. . . .
Eran mis ojos.
Me tapé la boca mientras un gemido escapaba de mi pecho. Escuché sollozos y miré a
Grace para ver lágrimas corriendo por su rostro. Su expresión aún estaba en blanco, como si
hubiera aprendido a controlarla, incluso cuando lloraba.
Parpadeé mientras las lágrimas caían de mis propios ojos. "¿Cómo se llama?"
—Ash —susurró Grace. Dejó caer la cabeza entre sus manos y sollozó.
Ay dios mío.
Puse mi mano sobre mi corazón. La evidencia de una vida que arde bien. "I
Me lo perdí todo, Gracie —dije, todavía en estado de shock. “Me perdí de todo”.
Ella buscó. "Lo siento mucho. Intenté decírtelo."
La miré por lo que pareció una eternidad sin palabras. "No lo suficientemente fuerte".
Ella sollozó en voz alta. —¡Matt, por favor!
"No . . . no puedes ¿Qué carajo? ¿Lo que está sucediendo?"
"Quería decirte."
"¿Estoy perdiendo la cabeza?"
"No, escucha", suplicó.
Ya no la miraba. Ya no podía mirarla. "Sin hablar. Oh, Jesús, ¿qué está pasando? Tenía
una hija cuya infancia me había perdido por completo.
Salí por la puerta principal y caminé a casa, sin camisa y aturdida. Seguía repitiendo en mi
cabeza, tengo una hija, tengo una hija, tengo una hija.
Pasé las siguientes seis horas en mi loft, bebiendo vodka directamente de la botella. Observé
gente caminando arriba y abajo de la calle, padres tomando la mano de sus hijos, parejas
enamoradas. La ira que sentía hacia Grace y Elizabeth estaba hirviendo dentro de mí. Me sentí
impotente, como si estas dos mujeres hubieran decidido toda mi vida adulta sin mí.
Llamé a mi hermano pero recibí su correo de voz. "Eres un tío", le dije, rotundamente. “Grace
tuvo un bebé hace quince años, y creo que Elizabeth me ocultó esta información. Ahora tengo
una hija adolescente a la que no conozco NADA. estoy jodido Hablaré contigo más tarde."
No volvió a llamar.
Me escondí en mi departamento, casi borracho, durante todo el fin de semana.
El lunes por la mañana, pateé una caja de pizza por el suelo y le hice un agujero en la pared.
Decidí que se sentía muy bien, así que lo hice de nuevo y luego pasé unas horas tratando de
reparar los agujeros. Pensé en llamar a Kitty oa uno de esos números en la contraportada del
Village Voice, pero en vez de eso fui a la licorería y compré un paquete de cigarrillos. No había
fumado en más de una década, pero era como andar en bicicleta. Realmente, lo fue.
Fumé en cadena en el banco fuera de mi edificio hasta que recibí una llamada de Scott.
"¿Hola?"
"Vas a querer besarme de nuevo".
"Probablemente no."
"¿Por qué tan triste? ¿Extrañas a tu amigo? Intentó una voz de bebé.
"No. ¿Qué deseas?"
"Tengo buenas noticias."
"Hablar."
Te compré algo en Singapur.
No dudé ni un segundo. "Me lo llevo. ¿Cuánto tiempo?"
“Vaya, realmente quieres largarte de Nueva York, ¿no?
De todos modos, no hay 'cuánto tiempo', es un trabajo permanente. Estarás trabajando con la
producción en nuestra serie en vivo con sede en Singapur, pero puedes seguir filmando los fines
de semana. Es una excelente ubicación.”
"Excelente. ¿Cuando?" Nunca pensé en mí mismo como el tipo de persona que huye de las
cosas, pero estaba completamente indefenso y sin esperanza. Me sentí como un enjaulado
animal.
"En el otoño."
"¿Tan lejos?"
“Los mendigos no pueden elegir”.
"Bien, lo tomaré". Colgué.
Grace trató de llamarme varias veces, pero nunca respondí y ella
no dejó un mensaje de voz. Finalmente, a las diez de la noche de esa noche, me envió un mensaje de texto.
GRACE: Ash es una chica de carácter muy fuerte.
YO: Está bien.
GRACE: Siento dejarte esto. Me dijo que te dijera que si no quieres conocerla tendrás que
decírselo en la cara.
YO: Grace, ya que estás en eso, ¿por qué no vienes aquí y me cortas las bolas o me robas un
riñón?
GRACE: Me duele mucho esto, pero Ash no se merece más dolores de cabeza. Ella es tu
carne y tu sangre.
Ni siquiera conocía a Ash, pero de repente la idea de causarle dolor me causó dolor a
mí. Sabía que tenía que verla.
YO: Bien, la veré. ¿A qué hora estará en casa mañana?
GRACE: Las tres y media.
YO: No quiero verte.
GRACIA: Eso está bien.
Cuando llegué al edificio de Grace al día siguiente, un taxi estaba llegando y pude ver
a una adolescente a través de la ventana. Ceniza. Deseé tener cinco minutos extra para
preparar qué decir, para descubrir cómo decirle a este niño que la vida apesta y que es
demasiado tarde para volver atrás y arreglar las cosas, para simplemente olvidarse de mí.
Salió del taxi y caminó directamente hacia mí. "Hola", dijo ella, extendiendo su mano.
"Soy Ash". Era audaz y confiada. No muy diferente a su madre.
"Hola . . . Ceniza." Todavía estaba probando el nombre en mi lengua. Mi rostro estaba

congelado en una mirada de curiosidad y temor.
No estaba sonriendo pero tampoco estaba deslumbrante. Su expresión era suave.
“Para que lo sepas, mi mamá me contó todo y he visto fotos tuyas antes”.
"Eso es bueno."
"¿Quieres tomar un café o algo?" Ella arqueó su delgada
Cejas. Me sorprendió su amabilidad. "¿Estás bien?" ella preguntó.
¿No debería estar preguntándole eso? Esperaba dirigir la conversación.
Era más alta que Grace y vestía una camisa con los lados cortados; Podía ver su
sostén. Pensé que en realidad no podía ser mi hija, pero de alguna manera sabía que lo
era. ¿Cómo tuve una hija de su edad? Me sentí viejo en un instante. Esta chica era un
recordatorio de todo el tiempo que Grace y yo habíamos perdido.
"¿Cuántos años tiene?" —pregunté, aunque ya lo sabía.
"Quince."
"¿Quince para los veinticinco?"
"Tuve que crecer rápido", replicó ella. "¿Vas a empezar a hacer lo de papá ahora
mismo? Porque estoy bien con eso, pero creo que deberíamos tomar ese café primero".
"¿Tienes permitido tomar café?"
Ella rió. Creo que le gustó que me preocupara. "Sí, me permitieron tomar café desde
que tenía diez años". Un hombre pasó junto a nosotros y me miró de manera peculiar.
"Nada que ver, Charlie", dijo Ash. Ella se inclinó, "No te preocupes por él, solo está aburrido".
Asenti. Este es mi hijo. Esta es mi hija. Alcanzando mi dedo índice
fuera, le di un golpe en el hombro.
"Soy real", dijo, sonriendo. "Tienes un niño."
Aunque no eres realmente un niño, ¿verdad?
"¡Finalmente! El respeto que merezco.
Me reí nerviosamente. No podía creer lo mucho que me gustó al instante.
Era divertida y linda y se parecía mucho a Grace cuando era joven.
Después de unos momentos incómodos, comenzó a subir los escalones.
"Ash, hay mucho que tengo que absorber aquí".
"No voy a ser destruido si no quieres tener nada que ver conmigo".
La agarré del brazo y la hice girar. Me estaba dando cuenta de que lo hice
quería tener algo que ver con ella, pero no sabía cómo decirlo.
"Mira, solo me enteré de tu existencia hace menos de una semana". Miró mi mano que
agarraba su brazo y luego me miró a los ojos y entrecerró los ojos, buscando algo. me
reconoci en ella
expresión inmediatamente. "Lo siento", dije, mirando mi mano como si no tuviera control
sobre ella. "Vamos a buscar ese café".
Ella resopló. "Bien bien. Déjame dejar mi bolso adentro y decirle a mamá”.
"Bien." Asentí, notando cómo, en lugar de decir "mi mamá", había dicho "mamá", como
hace un niño cuando se refiere a un padre con el otro.
Mi mente ni siquiera me dejaba intentar dar sentido a cómo me sentía. Observé la
puerta hasta que Ash volvió a salir. Se había recogido el pelo en un moño retorcido en la
parte superior de la cabeza, como siempre hacía su madre. Su rostro estaba arrugado y
fruncía el ceño mientras me entregaba mi camiseta. “Jesucristo, ella es un desastre allí.
Camino a seguir."
“Tu mamá y yo tenemos algunos problemas. . .”
“Los adultos complican las cosas”, dijo antes de girar y dirigirse calle abajo. "Vamos."
Tomé mi camisa y la seguí como un cachorro. Caminó con confianza, sin mirar atrás,
mientras yo la seguía. “Vamos, está a solo dos cuadras de distancia. ¿Vas a caminar detrás
de mí todo el camino?
Aceleré para caminar a su lado. "Cuentame mas sobre ti. ¿Eres músico, como tu mamá?
“Puedo tocar el piano, pero no. Prefiero los medios visuales; Supongo que soy más
como tú.
"¿Sí?" Podía escuchar esperanza y orgullo en mi voz.
"Sí. Espero que resulte ser algo bueno”. No sabía qué quería decir con eso. Ella siguió
caminando. “Creo que quiero ser diseñador gráfico”.
"Genial. ¿Te va bien en la escuela?
“La escuela es muy fácil para mí. Un poco aburrido, en realidad, pero lo estoy haciendo.
No es como si tuviera una opción.
¿Quién es esta persona?
Señaló hacia un café del vecindario y entramos. Ash pidió un café con leche y un bollo,
y yo tomé mi café negro habitual. Había un joven apuesto trabajando en el mostrador, y vi
a Ash disparándole descaradamente con ojos saltones.
La miré en estado de shock. Las adolescentes eran una especie totalmente diferente para
a mí.
"¿Qué?" ella preguntó.
"Eh, nada".
Nos sentamos en una pequeña mesa redonda cerca de la ventana y miramos hacia afuera. "Es
un lindo día. Me encanta la primavera.
"¿Vamos a hablar sobre el clima?" preguntó ella directa pero serenamente.
No podía superar lo segura de sí misma que era.
"No hay un manual para esto, Ash".
“Lo sé, y estoy tratando de ser comprensivo, pero eres un hombre adulto. . . .”
Me reí. "Tienes razón."
“Mira, conozco la historia. Mamá fue muy honesta conmigo mientras crecía, y ahora
sabemos que estuviste totalmente a oscuras acerca de mí todo este tiempo”.
Me sentí aliviado. Era buena para tranquilizarme. "Eso es cierto, lo estaba".
“Nadie te culpa”.
“No estaba preocupado por eso. Pero ahora que lo mencionas, ¿qué hiciste?
¿Piensas en mí antes, cuando pensabas que no quería tener nada que ver contigo?
“Bueno, mi mamá tenía un libro sobre ti, más o menos. Comenzó con un montón de fotos,
notas y cosas de cuando ustedes dos estaban en la universidad, y luego ella recortaba
artículos sobre usted y su trabajo y los agregaba con el tiempo”. La idea de Grace haciendo
eso me atragantó. “Y me llevó a ver algunas de tus fotos cuando estaban en exhibición para
un taller en el centro, pero en realidad no habló sobre tus circunstancias”.
"Sí, pero ¿qué pensaste?"
“Honestamente, mi mamá siempre habló muy bien de ti, pero la historia de tu relación fue
presentada como una advertencia o algo así. Una lección para mí de la que aprender. Ella no
te culpó, incluso antes de descubrir la verdad, así que no pensé mucho en nada, solo que
tenías una carrera loca y que los niños no eran lo tuyo.
Miré más allá de ella por la ventana. “Quería hijos. . . .”
“Mi mamá no lo sabía, así que no debes culparla. Siempre me decía lo mucho que me
deseaba. Ella me dijo que cuando la gente se junta y. . sabes . . . hazlo”—sus mejillas se
sonrojaron—“que .
siempre debe estar en la misma página sobre los niños y el futuro y todo eso. Supongo que
pensó que lo sabías por las cartas y que no querías ser padre”.
“No fue así”.
“Lo dije en serio cuando digo que ella nunca te menospreció. Soy lo suficientemente
inteligente como para saber que es porque una parte de mí está hecha de ti; ella me
menospreciaría al mismo tiempo si hiciera eso”.
Estaba experimentando todos los sentimientos que uno podría tener al mismo tiempo,
incluido el amor. Sentía amor por la dulce niña sentada frente a mí, defendiéndome a mí y
defendiendo a su madre, por igual, con tanta lealtad y perspicacia. "Eres muy inteligente." Se
me hizo un nudo en la garganta. “Eres como tu madre en ese sentido. Muy perceptivo e
ingenioso.” Me recogí. “Y tu infancia. . . ¿cómo fue?"
"Era bastante bueno. Quiero decir, mi papá me amaba totalmente a mí y a mi mamá.
siempre hizo lo mejor que pudo. Tenía todo lo que necesitaba.” Ella tomó un sorbo de su café.
"¿Cual es tu apellido?"
"Portero."
Sentí un nudo en la garganta. "Por supuesto."
“Fue más fácil de esa manera. Sin embargo, estás en mi certificado de nacimiento.
"¿Lo soy?"
"UH Huh. Mi papá trató de adoptarme como cinco veces. Por eso, al final de su vida,
mamá se esforzó tanto por ponerse en contacto contigo; habrías tenido que renunciar a tus
derechos de paternidad para que él me adoptara oficialmente.
No importaba porque él siempre fue mi papá. Ese pedazo de papel habría significado más
para él que para mí”.
“Lo siento mucho, Ash. no lo sabía No puedo decirte cuánto lo siento”. Empezó a tener
los ojos un poco empañados, pero se mantuvo firme. Yo mismo estuve a punto de sufrir una
crisis nerviosa y me sentí en conflicto con todo, incluso con Dan. Ya estaba muerto, así que
no podía matarlo, pero en algún lugar bajo la conmoción, comencé a darme cuenta de que
debería estar agradecida por él. Después de todo, crió a mi hija como alguien a quien
admiraría al instante.
Ash le dio un mordisco a su bollo, sonrió y miró por la ventana mientras masticaba. Era
como si estuviera mirando a Grace desde hace mucho tiempo, pero con mi color de ojos y
una pequeña hendidura en su barbilla, como yo, apenas perceptible.
“¿Tienes algún dedo del pie torcido?”
“Sí, en realidad. Mi segundo dedo del pie está torcido. Gracias por eso, por cierto.
Ambos nos reímos, pero luego nos quedamos callados de nuevo.
"¿Como era el?"
"¿OMS?"
"Tu papá."
Me miró directamente a los ojos, tan valiente, como su mamá. "Eres mi papá si quieres".
ahora . . .
Eso fue todo. Empecé a llorar. No estaba sollozando, pero había lágrimas corriendo por mi
rostro y mi garganta estaba tan apretada que pensé que dejaría de respirar. Me incliné sobre la
mesa, tomé sus manos entre las mías y cerré los ojos. Me di cuenta de que quería a Ash en mi
vida. El dolor de perder su infancia me estaba matando. "Sí, quiero", susurré.
Ella también empezó a llorar. Los dos lloramos juntos, entregándonos a la realidad que
teníamos que aceptar. Nadie podía cambiar el pasado ni devolvernos el tiempo perdido, y no
había palabras para mejorarlo todo.
Solo teníamos que aceptar el presente por lo que era.
Nos paramos y nos abrazamos durante mucho tiempo, y me sorprendió que no
siéntete extraño para mí; ella no se sentía como una extraña.
Hubo algunas miradas de los clientes del café, pero finalmente todos nos ignoraron y
continuaron con sus conversaciones mientras sostenía a mi hija llorando. Me encanta eso de
los neoyorquinos. Me sentí mal por cómo habían funcionado las cosas con la infancia de Ash,
pero todavía estaba intensamente furiosa con Grace y Elizabeth.
En nuestro camino de regreso a la casa de piedra rojiza de Grace y Ash, ella preguntó:
"¿Qué va a pasar contigo y mamá?"
“Hay una historia complicada ahí, Ash. No sé qué va a pasar”.
"Ella te ama."
"Lo sé."
Una vez que llegamos a la casa de piedra rojiza, sacó su teléfono de su bolsillo. "¿Cuál es
tu número de teléfono? Te escribo para que tengas el mío. Puedes llamarme si quieres pasar el
rato.
Le di mi número. “Sabes, no solo quiero 'pasar el rato'. Quiero
ser parte de tu vida. Será raro al principio, pero quiero esto. . . si lo haces."
Ella sonrió y me golpeó en el brazo, "Está bien, te veré más tarde entonces". . . eh . .
¿como deberia llamarte?"
"Llámame como quieras".
Ella rió. "Está bien, nos vemos, Jorge".
Negué con la cabeza. "Niña tonta." Le revolví el pelo y luego me di cuenta de que Grace
nos miraba desde la ventana. Se veía terrible y obviamente había estado llorando sin parar.
Llevaba una pequeña y triste sonrisa. Miré hacia otro lado.
“¿Qué tal si te llamo padre por ahora? . . ya que eres mi padre.”
"Eso está bien para mí. ¿Quieres desayunar mañana? yo no
quiero estar lejos de ella nunca más.
"No puedo, me voy de compras con mi amigo".
"Está bien, ¿qué pasa con el día siguiente?"
"Escuela, y luego tengo un club de ajedrez".
"¿Club de Ajedrez?" Arqueé mis cejas.
“Sí, mi objetivo en la vida es vencer a mamá. Ella es tan buena.
"Bien entonces." Estaba empezando a preguntarme si realmente había espacio para que
yo entrara en su vida.
"¿Cena el martes?" ella preguntó.
“Perfecto”, dije. “Ponte tu pijama. Conozco un gran lugar.
"Eres raro."
"Tu tambien."
"Fresco."
Caminé a casa, con la triste esperanza de que Grace pudiera dejar de llorar.
Sinceramente, no sabía qué iba a hacer excepto tratar de conocer a Ash mientras estaba
en Nueva York y ser padre, aunque no sabía nada de lo que eso implicaba.
El lunes, fui a la biblioteca y leí todos los libros para padres que pude conseguir.
Le envié un mensaje de texto a Grace esa noche.
YO: Estoy tratando de envolver mi cabeza alrededor de todo eso.
GRACIA: Entiendo.
YO: Voy a ver a Ash el martes por la noche para cenar.
GRACIA: Está bien.
YO: Quiero verla regularmente.
GRACIA: Por supuesto.
YO: ¿Tiene un fondo para la universidad?
GRACIA: Sí.
YO: ¿Puedo darte algo de dinero?
GRACE: Eso no es necesario.
YO: Yo quiero.
GRACIA: Bien entonces. Puedes ponerlo en su fondo para la universidad. Te conseguiré la información de la
cuenta.
Una parte de mí quería decir más, pero no era capaz de hablar con ella sobre nada
más allá de la logística de la paternidad compartida.
Al día siguiente me llené de cosas del trabajo, pero logré salir y almorzar con Scott.
Cuando empezó a hablar de Singapur, le hablé de Ash. No dijo nada; simplemente
estaba sorprendido. Me dijo que me tomara el resto de la semana libre. No me di cuenta
de que realmente lo necesitaba hasta que
momento.
Cuando regresé a mi edificio, encontré a Mónica sentada en un banco.
cerca del ascensor. Tenía el moisés familiar en equilibrio sobre su regazo.
Sus ojos estaban llenos de compasión, pero sus fosas nasales estaban dilatadas y su
la mandíbula estaba colocada en una línea rígida.
"Mónica, no lo digas".
“Iba a apuñalarla en el ojo con mi talón”. Miré hacia abajo a sus tacones de aguja de
cinco pulgadas. Sí, esos harían el trabajo. “Lo siento mucho, Matt.
Alexander está en Tokio, de lo contrario estaría aquí. Vine en su lugar.
“Gracias, Mónica. Veo que le hiciste una pequeña visita a Elizabeth. En realidad no la
lastimaste, ¿verdad?
“Por supuesto que no, pero le di mi opinión. No iba a dejarla escapar tan fácilmente”.
Me señaló con su largo dedo índice. “Esa mujer cagó dentro del alma de esta familia”.
"Lo sé." Ya me había resignado a esa realidad, pero me di cuenta de que Mónica
todavía estaba luchando contra ella, o al menos tratando de descubrir cómo solucionarla. "Es
lo que es. Solo tengo que tratar de ser parte de la vida de mi hija de ahora en
adelante”. Asentí con la cabeza hacia la puerta. "¿Dar un paseo conmigo?"
Se subió su gran bolso Gucci al hombro y recogió el
moisés. ¿Podemos pasar por Grace's?
"¿Vas a darle eso a Grace?"
"Por supuesto. Como un gesto de disculpa por esa desgraciada de Elizabeth.
“No sé si está en casa, pero podemos pasar por allí y ver. Toma, yo lo llevaré.
Tomé la cuna de sus manos y miré las patas de madera ornamentadas y el barniz
descolorido y me pregunté cómo se vería Ash como un bebé durmiendo adentro,
pacíficamente.
Mientras los tacones de Mónica resonaban en la acera a mi lado, me reí de la
fantasía de que ella se quitara los zapatos y se los tirara a Elizabeth.
"¿Qué le dijiste a ella?"
“Oh, le acabo de decir que era una ladrona y una mentirosa. Ella te robó algo
más precioso de lo que jamás podría comprender. Por supuesto, ella lo negó y
actuó como si no supiera nada. Le dije que no creería nada de lo que dijera. Ella
es la peor clase de persona, Matt. Una perra autoengañada y ensimismada”.
"¿Crees que tal vez ella no lo sabía?"
Llegamos a la esquina y esperamos a que girara el semáforo. Monica suspiró
y sacó un sobre de su bolso. Ella sabía algo, pero no abrió las cartas de Grace.
Los tiró a la basura, todos menos este. Me entregó un sobre sellado. “Si ella
recibía una carta todos los años y se esforzaba tanto por ocultártela, debe haber
sabido que Grace estaba tratando de decirte algo. No sé si realmente te habría
ocultado ese secreto si supiera de qué se trataba, pero la negación por ignorancia
no es una excusa.
Dejé el moisés, doblé el sobre y lo metí en el bolsillo.
"Puede que tengas razón."
"¿No vas a leerlo?"
Nos acercábamos al edificio de Grace. Lo leeré. Simplemente no ahora.
Eso es todo." Levanté la vista hacia la puerta principal de la casa de piedra rojiza
y luego le tendí la cuna.
"¿No vas a venir conmigo?"
“No, Ash no está en casa todavía. Ella todavía está en la escuela.
¿No quieres ver a Grace?
—No puedo, Mónica. Vete, te esperaré aquí.
Me di la vuelta y vi a una anciana pasear a su perro por el
calle, pero no pude evitar escuchar a Grace abrir la puerta. "¿Mónica?"
“Hola, Gracia. Es bueno verte. Ha sido un largo tiempo."
"Sí lo tiene. Te ves genial. ¿Te ha ido bien en la vida? Grace seguía siendo dulce,
incluso en las peores circunstancias.
“Lo ha sido, pero mejoró aún más cuando supe que era tía”.
La voz de Mónica no vaciló. Estaba decidida a mantenerse fuerte. “Es por eso que estoy
aquí, para entregarte esto. Sé que Ash es una niña grande ahora, pero quería que la
tuvieras hasta que naciera el próximo bebé de la familia, donde sea o cuando sea que
eso suceda”.
"Gracias." Grace sonaba ahogada, pero todavía no podía darme la vuelta.
Hubo unos momentos de silencio y luego Mónica dijo: “Aquí está mi número. Por
favor, manténgase en contacto. Sé que lo intentaste, y lo siento por ti y Matt y todo este
gran lío.
"Yo también."
Ahora eres familia, Grace. Por favor, sepa eso.
"Bueno."
Unos segundos después, Mónica estaba a mi lado. "¿Listo?"
"Sí."
Matt, ¿por qué te desquitas con ella?
“Extrañé toda la infancia de mi hija, Mónica”.
Pero eso no fue culpa de Grace.
"No sé. Es confuso y no puedo pensar en eso ahora mismo”.
La verdad era que no podía enfrentarla, sabiendo que había pasado los últimos quince
años criando a nuestro hijo, la mayor parte del tiempo sola. Y durante todo ese tiempo,
ella pensó que solo era un imbécil egoísta que ignoraba sus cartas y llamadas.
Ella no tenía fe en mí.
"Tengo que parar. Mis pies me están matando."
“Bueno, Jesús, son esos zapatos. No son naturales —dije.
Se los quitó y los metió en su bolso. "Lo sé; estúpido, ¿no? Las cosas que hacen las
mujeres en nombre de la alta moda.
Puse mi brazo alrededor de su hombro. Estás bien, ¿lo sabías? Me alegro de que mi
hermano se haya casado contigo. Gracias por venir.
Ella me besó en la mejilla, “Te amo. Ahora llámame un taxi, ¿quieres? Tengo algunas
compras que hacer.
Le hice señas a un taxi y le abrí la puerta. Ella agachó la cabeza y entró. "Estaré en el
Waldorf Astoria si me necesitas".
De vuelta en mi loft abrí el sobre.
Querido Matt,
Nuestra hija tiene diez años hoy. Dije antes que no enviaría más cartas,
pero esta vez tengo una razón importante. Me entristece mucho decirte que Dan
está enfermo. Ha estado teniendo graves problemas cardíacos durante el último
año y su estado probablemente sea terminal. Quiere desesperadamente
adoptar a Ash, y te escribo para preguntarte si por favor considerarías ceder
tus derechos de paternidad, como aparecías en su certificado de nacimiento.
Ash es un niño maravilloso, ingenioso y hermoso, con un gran sentido del humor.
Ella es la alegría de mi vida. Nunca te culpé por las decisiones que tomé hace
una década, pero ahora puedo cambiar las cosas para ella y Dan al hacerlo
oficial con la adopción.
Sé que está muy ocupado, pero ¿podría ponerse en contacto con nosotros?
Saludos,
Gracia Porter
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La vida que llevó, la tragedia, la desesperación y el rechazo, fue todo por mi culpa.
Podría haber culpado a Elizabeth, pero al final no importaría porque Elizabeth no significaba
nada para Grace. Sabía que si seguías el rastro del dolor, me llevaría a mí, al menos en la
mente de Grace, y mi dolor la llevó a ella.
Mirando mi teléfono, una pregunta apareció en mi cabeza. Envié un mensaje de texto
inmediatamente.
YO: ¿Por qué estabas buscando en la sección de Conexiones Perdidas?
GRACE: No lo estaba.
YO: ¿Cómo conseguiste la nota?
GRACE: Un alumno mío reconoció el título “Agapornis de ojos verdes” cuando buscaba su propia
conexión perdida y me la trajo.
YO: ¿Así que en realidad no querías encontrarme? ¿Fue solo por Ash?
No hubo respuesta.
Dos horas más tarde, estaba en su puerta, vistiendo pantalones de pijama a cuadros,
pantuflas y un abrigo. Eran las seis de la tarde y el sol empezaba a ponerse. Ash llegó a la puerta
vistiendo pijamas de franela blanca con un patrón de tortuga verde. Abrió la puerta de par en par
y anunció: “¡Hola, padre!”.
"Hola hija."
Señaló detrás de ella con el pulgar y bajó la voz. "Debería
Le pregunto si quiere venir con nosotros.
Negué con la cabeza. Ash miró hacia abajo por un segundo, como si averiguara qué
hacer, y luego gritó: “¡Adiós, mamá! Te amo, vuelvo más tarde”.
"Te amo. ¡Ten cuidado!" Grace gritó desde la otra habitación.
"¿Listo?"
"Sí." Ella saltó por la puerta.
“Vamos a ir a un restaurante que sirve desayunos en cualquier momento”, le dije.
“Oh genial. Voy a pedir panqueques de arándanos durante el Renacimiento.
ella inexpresiva. La miré por un segundo y luego ella comenzó a reírse a carcajadas.
“Me asustaste por un segundo. Estaba preocupado por tu coeficiente intelectual.
“Esa broma la saqué de un programa de televisión”.
Me reí. "Ahora estoy realmente preocupado por tu coeficiente intelectual".
El lugar al que solíamos ir Grace y yo ya no estaba, así que llevé a Ash a un restaurante en
nuestro vecindario.
“Mamá me dijo que ustedes solían hacer esta cosa del desayuno para la cena todo el tiempo
en la universidad”.
"Lo hicimos." Sonreí ante el recuerdo, pero no quería insistir en el pasado.
"¿Cómo era la escuela?"
"Bien. Aburrido, excepto por la cerámica.
“¿Te gusta la cerámica?”
"Me encanta."
“A mi mamá, tu abuela, le encantó. Tenía un pequeño estudio de arte detrás de su casa
en California. Ella lo llamó el Louvre. Me reí del recuerdo.
"Lo sé."
“Tu mamá prácticamente cubrió todo, ¿no?”
¿Por qué no querías que viniera esta noche?
Esta hija mía no se anduvo con rodeos. "Como dije antes,
las cosas son complicadas.”
"Ustedes se aman, entonces, ¿por qué diablos no están juntos?"
“No es tan simple, Ash. Necesito tiempo."
"Bueno, creo que lo estás desperdiciando".
¿Por qué el quinceañero era el más inteligente de la sala?
Porque ella no tiene décadas de tonterías nublando su juicio.
Pedimos panqueques y batidos de leche, y Ash me habló de la escuela y de un chico que
le gustaba.
"Los chicos son unos cerdos. ¿Lo sabes bien? Mantente alejado de ellos.
Ella tomó un sorbo de su batido de leche pensativamente. “No necesitas hacer esto.
En serio."
"Sí. Quiero conocer a tus amigos y asistir a los eventos de tu escuela. Y eso no es una
petición.
"Lo sé."
Después de atiborrarnos de panqueques, pagué y nos dirigimos
afuera. De camino a la puerta, Ash se detuvo frente a la nevera.
"¿Quieres un trozo de pastel?" Yo pregunté.
Buscó en el pequeño bolso que colgaba de su pecho. "No, voy a comprar una pieza para
mamá".
"Lo compraré. ¿Qué le gusta?"
Ella levantó una ceja. Ya sabes lo que le gusta.
“Un trozo de crema de chocolate y un trozo de mantequilla de maní para llevar”, le dije a
la mujer detrás del mostrador. Lo guardó en una bolsa y me lo entregó, y saqué a Ash del
restaurante.
Ash y yo hablamos de música todo el camino de regreso a su casa. No fue una sorpresa
que Ash tuviera un gran gusto y un vasto conocimiento en todos los géneros. Acordamos
que veríamos a Radiohead juntos la próxima vez que tocaran en
Nueva York. Me pregunté cuántas veces Grace había tocado Radiohead o Jeff Buckley
para Ash a lo largo de los años. No había podido escuchar ninguno de los dos desde
la universidad.
Seguí a Ash por las escaleras. Abrió la puerta de par en par, se dio la vuelta y me
besó en la mejilla. "Gracias por la cena, padre". Me dejó en la puerta abierta,
sosteniendo el pastel, mientras subía corriendo las escaleras y gritaba: “¡Mamá, un
tipo está en la puerta con un pastel!”.
Tragué saliva, congelada en la entrada.
Cosita escurridiza.
24. Éramos amantes una vez
GRACIA
Cada vez que veía a Matt, instantáneamente me invadían dos sentimientos
contradictorios: sorpresa por lo guapo que era (delgado, fuerte, definido y de
alguna manera más sexy con la edad) y total incredulidad de que él estuviera
allí. Estaba convencido de que me despertaría y las cosas volverían a ser
como antes.
Pero quería ser fuerte a su alrededor. Me pasé una semana llorando por cómo se
tomó la noticia. Ya había hecho suficiente desmoronándome por todos nosotros.
Francamente, me estaba cansando de darle vueltas a toda esta mierda; Lo había
estado haciendo durante una década y media. Si quería culparme por lo que había
hecho su psicótica ex mujer, que así fuera. Terminé de llorar y terminé de disculparme.
Contoneándome hacia él, observé cómo sus ojos me escaneaban de la
cabeza a los pies. Llevaba un camisón de seda corto y una mirada despreocupada
en mis ojos. Tomé la bolsa de sus manos. "¿Chocolate y mantequilla de maní?"
Pregunté, secamente. El asintió. "Gracias."
"De nada."
"Está bien, bueno, es tarde". Él solo parpadeó y luego bajó la mirada hacia sus
pantuflas.
“Um. . . Está bien, me voy a casa.
"De acuerdo ♥."
Se dirigió a la puerta y yo lo seguí para cerrarla detrás de él. Pero justo
antes de salir por la puerta, se volvió, puso sus manos en mis caderas
cubiertas de seda y me besó justo debajo de la oreja.
Gemí.
"Buenas noches, Gracie", susurró, y luego se fue. Me quedé en la puerta
durante varios momentos, tratando de recuperar el aliento. Justo cuando estaba
aprendiendo a mantener la compostura. . .
DESPUÉS DE LA ESCUELA Al día siguiente, fui a Green Acres, que no encarnaba ni remotamente
su nombre. Era un centro de convalecencia mediocre en el Bronx, donde la hija de Orvin lo había
colocado después de que su esposa muriera unos años antes. El lugar realmente necesitaba una
renovación. Las paredes estaban pintadas de ese atroz tono verde vómito de El exorcista, y todo
el lugar olía a levadura pútrida de la fábrica de pan de al lado. Green Acres fue horrible. Había un
pequeño patio en la parte trasera para que los residentes hicieran ejercicio, pero ni una sola brizna
de césped. Saqué a Orvin de allí al menos una vez a la semana. Íbamos a un parque cercano y
jugábamos al ajedrez, y aunque ya no podía recordar mi nombre, estaba bastante seguro de que
sabía quién era yo.
era.
Mientras nos sentábamos en el parque, escuchábamos el viento silbando entre los árboles.
"¿Todavía lo escuchas?" Yo pregunté.
"¿Para qué, muñeca?"
"La música."
"Sí. Sí. Siempre lo escucho.
"¿Qué crees que significa que ya no lo escucho?"
Tomó mi segundo caballo. "Controlar. no se que significa Tal vez
no estás escuchando lo suficientemente fuerte”.
¿Cómo me golpea cada vez? Moví mi rey. "Estoy escuchando."
"No, estás demasiado ocupado sintiendo lástima por ti mismo".
“Nunca he sentido lástima por mí mismo”.
“Tal vez no antes, no, pero ahora lo eres. Mate."
Restablecí el tablero. Jugamos con un juego de ajedrez cursi de plástico y cartón que se
doblaba y cabía en mi bolso. “No siento lástima por mí mismo.
Estoy cansada y un poco triste”.
"¿Por que estas triste?"
Estudié el rostro de Orvin. Era difícil no sentir que Orvin no pertenecía a Green Acres porque
parecía muy ágil y alerta. Sin embargo, a menudo se olvidaba de todo y preguntaba cuándo tenía
que estar en la tienda, que lamentablemente había estado cerrada durante más de una década.
Este era uno de sus buenos días, pero podía caer fácilmente en el olvido.
"¿Alguna vez deseaste no estar atrapado en Green Acres?"
“Mi querida Grace, déjame compartir un proverbio contigo”.
yo estaba sorprendido No me había llamado por mi nombre en . . . yo no sabia
cuánto tiempo. "Bueno."
“ 'Solía pensar que era pobre porque no tenía zapatos, y luego
Conocí a un hombre sin pies. ”
Sonreí tímidamente. "Siento pena por mí mismo, ¿no?"
"Más que eso. Estás siendo desagradecido. Tienes al hombre que siempre
quería en su vida otra vez, una hermosa hija y un gran trabajo”.
“Sí, pero ese hombre no me quiere”.
“Él lo hará. Solo sé tu mismo. Encuentra la música.
ASH Y yo terminamos en casa de Tati para cenar esa noche. Tati estaba intentando ser
doméstica; había conocido a un hombre con el que realmente quería salir y estaba decidida a
impresionarlo. No era la primera vez que Ash y yo éramos conejillos de indias, aunque no
puedo decir que lo disfrutáramos. Tati era una cocinera terrible. Período.
Tati se acercó a la mesa con un plato grande. “¡Tajín de cordero y cuscús marroquí!”
“Ay Tati, odio comer cordero”.
Ella pareció ofendida. "¿Por qué?"
"Son demasiado lindos para comer".
"Bueno, este ya no es lindo".
Negué con la cabeza y tomé una pequeña porción. Ash arrugó la nariz y
tomó uno aún más pequeño mientras Tati corría, buscando una llave de vino.
"¿Puedo tomar un poco de vino?" Ash preguntó.
“No”, dijimos Tati y yo al mismo tiempo.
“¿Solo un sorbo? Papá dijo que me dejaría tomar un poco de vino en su casa cuando él
me invita a cenar.
"¿Lo llamas papá ahora?" preguntó Tati.
“Bueno, no en su cara, pero ¿cómo más se supone que debo llamarlo? ¿Mate? Él
no fue su culpa que no llegara a ser mi papá”.
"¿Quiere que lo llamen papá?" Le pregunté, con cuidado.
“No creo que le importe. Quiere venir a todas mis cosas de la escuela y conocer a
mis amigos”.
“Creo que lo haría sentir bien escucharte decirlo. el pobre
le han robado su infancia”, dijo Tati.
me erice. "¿Qué pasó con el hombre que odia a los hombres en ti?" Disparé de vuelta.
“Volviendo una nueva hoja. Tu también deberías."
"Llámalo papá, si quiere", le dije a Ash. Le entregué mi copa de vino. "Solo un sorbo".
Tomó un pequeño sorbo y arrugó la nariz. "Ew".
Tati miró hacia el techo con nostalgia. “Me encantaba la forma en que solía vestirse”.
Rodé los ojos.
"¿Se llevaban bien tú y mi papá cuando estaban en la universidad?" Ash le preguntó
a Tati.
"Por supuesto. Tu mamá y tu papá eran inseparables. Si quería ver a Grace fuera
de clase, también tenía que ver a tu papá. Pero nos llevábamos bien, así que todo era
muy divertido en ese entonces”. Tati se volvió hacia mí. “Hablando de los buenos viejos
tiempos, creo que deberías venir y practicar con nosotros esta semana después de la
escuela”.
"¿Para qué diablos?" Dije con la boca llena de cuscús.
Estamos buscando un violonchelista.
“Deberías hacerlo totalmente, mamá. Puedo ir a casa de papá después de la escuela.
Él está trabajando desde casa ahora y me invitó a ir después de la escuela cuando
quiera”.
“No lo sé, Tati. Creo que ya no soy lo suficientemente bueno”. También me
preocupaba que Ash estuviera abrazando a Matt demasiado ansiosamente. Me hizo
darme cuenta de lo desesperadamente que echaba de menos a Dan. “Y Ash, ¿cómo es
que ya te sientes tan cómodo con tu padre? ¿Apenas lo conoces?
“No lo sé,” dijo ella.
"Me temo que estás haciendo esto para desplazar tu pena", le dije.
“Creo que estás analizando demasiado esto, mamá. Lo miro y me veo a mí mismo.
Simplemente estoy cómoda con él. Además, es muy amable y quiere ser parte de mi
vida. No me arruines eso por tu jodida relación con él.
"Voy a fingir que no estás siendo descarado en este momento". Aunque probablemente
tenía razón.
Continuamos empujando el cordero y el cuscús alrededor de nuestros platos. Era tan
terrible como parecía. Finalmente, Tati dejó su tenedor.
"Entonces, ¿quieren una hamburguesa o algo así?"
Ash y yo asentimos con entusiasmo.
“Deberías ceñirte a los espaguetis”, dijo Ash. Eres bueno en eso.
"Eso fue comida para llevar, Ash", le dije, mientras Tati se echaba a reír.
"Oh", chilló ella, sonrojándose.
“Vamos”, dijo Tati. "Vamos a por esas hamburguesas".
DESPUÉS DE LA ESCUELA, DURANTE el resto de la semana, fui a practicar con Tati y la
Filarmónica de Nueva York. Ash iba a casa de Matt todos los días, y luego cada noche, antes
de acostarse, recapitulaba cada detalle del tiempo que pasaron juntos. Se estaba enamorando
de él, como lo hacen las hijas con sus padres. ¿Cómo podría no hacerlo? Estaba feliz por eso,
pero aun así, sentía este dolor por mi propia relación con Matt.
El sábado, Tati se ofreció a llevar a Ash al cine y yo fui a cenar solo a un pequeño
restaurante italiano, donde dejé que el mesero me convenciera de pedir una botella de vino.
“Puedes tomar un vaso y llevarte el resto a casa contigo. Lo cerraremos”, dijo.
Estuve de acuerdo, pero terminé quedándome dos horas y bebiendo al menos tres cuartas
partes de la botella. Por debajo de las lucecitas centelleantes que colgaban del toldo, observé
a la gente que caminaba por la calle, tomados de la mano, besándose en la esquina. La
música tipo Padrino y el calor del calentador exterior me tranquilizaron hasta que me dormí.
"¿Señora?" dijo el mesero mientras tomaba la botella. "¿Puedo terminar esto por ti?"
Esa debe ser mi señal para irme. Es hora de que la dama borracha se largue. "Sí, eso
sería maravilloso". Solo quedaba un vaso, pero lo tomé de todos modos.
Después de pagar, caminé las cuatro cuadras hacia mi casa, pero cuando llegué
Pasé la calle de Matt, giré hacia ella.
Desde el otro lado de la calle, pude ver el interior de su loft. Allí estaba él, sentado
en su sofá, mirando al frente. En la oscuridad de abajo, me quedé mirándolo,
pensando que era extraño que, entre él, Ash y yo, ninguno de nosotros estuvimos
juntos esa noche. Estaba bebiendo vino y mirando pensativamente algo, o tal vez
nada en absoluto. Me pregunté qué tipo de música estaba escuchando. Se puso de
pie y caminó hacia la ventana. Retrocedí más hacia las sombras para que no pudiera
verme. Estaba completamente inmóvil mientras estaba parado allí, viendo pasar el
automóvil ocasional.
¿Qué está pensando?
Finalmente, dije, A la mierda. Crucé la calle y toqué el timbre de su apartamento.
Respondió rápidamente. "¿Quién es?"
"Es Gracia". Mis nervios aterrorizaban mi estómago.
"Sube."
Cuando se abrieron las puertas del ascensor, él estaba de pie allí, esperando.
Miré sus pies descalzos y subí a sus jeans negros, su cinturón y su camiseta blanca,
más allá de su boca, su cuello y su cabello largo y delicioso, recogido hacia atrás.
Me estremecí. "Hola." Le ofrecí la bolsa de papel y él la tomó.
Sacó la botella de la bolsa, se rió y luego me miró con una sonrisa irónica:
“Gracias, Grace. Nunca antes me habían dado una botella de vino casi completamente
vacía”.
Mi cara estaba inexpresiva. "Es muy bueno. Te guardé un vaso.
Me miró con cuidado, probablemente para medir mi nivel de embriaguez.
"¿Dónde está Ash esta noche?"
“Con Tati. Vaya, necesito saber cuándo estarán en casa.
Sacó su teléfono celular de su bolsillo trasero y me lo entregó. Marqué el número
de Tati. La película probablemente ya había terminado, y no quería que Ash volviera
a casa con una casa vacía.
"¿Hola?" Su voz sonaba extraña, y luego me di cuenta de que ella
no reconocería el número.
“Tati, soy yo. ¿Dónde estás?"
“Vamos a comprar helado. ¿Todo bien? ¿De quién es este número?"
Es de Matt.
Sin responder, escuché a Tati quitarse el teléfono de la oreja y decirle a Ash: “Oye,
alquilemos películas, compremos un montón de comida chatarra y pasemos el rato en mi casa.
Tu mamá dice que está bien.
"Está bien", escuché a Ash decir.
Tati volvió y susurró: “Estás cubierto. Te veo en la mañana."
Presioné finalizar y le devolví el teléfono a Matt. "¿Qué dijo ella?"
"Están bien. Ash se queda a dormir en casa de Tati esta noche.
“¿Es Tati una buena influencia?” preguntó, mirándome de reojo.
“Ya no tenemos veintiuno, Matt; ella no se sienta a fumar marihuana todo el día. Es una
música de clase mundial y una mujer educada e independiente. ¿Qué opinas?"
"Sí, tienes razón", concedió de inmediato. Me sentí culpable por un segundo, al darme
cuenta de que solo estaba tratando de hacer lo que pensaba que los padres deberían hacer.
“Entonces, ¿a qué debo esta visita?”
Las cosas no iban como las había planeado. "No sé . . . Yo solo necesito . . .”
"¿Qué?" Dejó la botella y se acercó a mí. "Qué es lo que tú
¿necesidad?" Todavía no podía decir si estaba siendo seductor o molesto o ambos.
Cuando se acercó, pude sentir su calor y oler el aroma de cardamomo y sándalo de su gel
de baño. "¿Acabas de ducharte?"
Parpadeó. "¿Por qué?" Él no se movía, no me estaba dando ninguna pista con su lenguaje
corporal sobre lo que sentía por mí, pero pensé que todavía podía detectar una ira silenciosa
o un resentimiento debajo de la superficie.
Y yo estaba lo suficientemente borracho como para llamarlo.
"¿Con quién estás enojado, Matt?"
No dudó. "Tú. Isabel. Dan . . . Mí mismo."
"¿Por qué diablos estarías enojado con Dan?"
Su voz estaba contenida. "Estoy celoso de él". Me miró a los ojos.
“Consiguió todo lo que quería. Obtuvo lo que era mío.
Pero no fue su culpa. Lo he aceptado, y tú también deberías hacerlo.
Se acercó una fracción de pulgada y me miró a los ojos.
"Tal vez. ¿Cuánto vino has bebido?
“Me siento sobrio”.
"¿Quieres que te acompañe a casa?"
"Esa no es la razón por la que me detuve aquí".
“¿Qué necesitas, Grace?”
Me puse de puntillas y lo besé. El beso se sintió frágil al principio, como si fuéramos a
rompernos en un millón de pedazos si íbamos demasiado rápido, demasiado fuerte. Pero solo tomó
unos segundos antes de que nos estuviéramos quitando la ropa, nuestras manos en el cabello de
la otra.
Nos derrumbamos sobre la cama desnudos, besándonos y jalándonos el uno al otro.
Cuando se incorporó, me arrastré hasta su regazo y lo guié dentro de mí. Gimió desde su pecho y
agarró mi cintura, mi espalda se arqueó involuntariamente, mis senos se elevaron para encontrarse
con su boca. "Tan hermosa", susurró entre besos, chupadas y girando su lengua alrededor de mi
pezón. Fue paciente pero urgente, y de alguna manera sabía dónde poner sus manos, dónde
necesitaba presión, dónde necesitaba que me besaran.
Me había arruinado para todos los demás hombres. Me estaba arruinando ahora.
Me dio la vuelta sobre mis manos y rodillas, tiró de mis caderas hacia su cuerpo y empujó
dentro de mí. Sentí que estaba descargando su ira conmigo, pero por alguna razón quería que lo
hiciera.
"¿Te estoy lastimando?"
"No. No te detengas.
Quería sentirlo. Quería sentir que estaba enviando todas las cosas malas lejos.
En el momento en que nos corrimos, me rodeó con sus brazos y pude sentir su corazón
latiendo contra mi espalda. No dijo nada; simplemente me abrazó así hasta que nuestros corazones
dejaron de latir. Cuando me soltó, de repente me sentí cohibido y salí corriendo a recoger mi ropa.
"Espera, ven aquí", dijo mientras se movía para sentarse al borde de la cama. "Quiero mirarte".
Me atrajo hacia él. Incluso en la habitación con poca luz, estaba nervioso. Usó su dedo índice para
trazar círculos en la suave piel de mi vientre. Había algunas estrías descoloridas en mis caderas
en las que se inclinó y besó. "¿Cómo fue?"
"¿Qué?"
"¿Cuándo nació Ash?"
Me reí. "No quieres saber sobre el parto en este momento".
“Quiero decir, ¿estabais ambos sanos?” Pasó su mano por el interior de mi
muslo y me miró. Asenti. Eres una buena madre, Grace.
"Gracias." ¿No es eso todo lo que necesitamos escuchar a veces: que eres una
buena madre, amiga, hija o esposa?
"¿Eras feliz?" Su voz era temblorosa. “El día que tuviste a Ash, ¿fuiste feliz?”
"Fue el día más feliz de mi vida", me atraganté.
Empezó a llorar en silencio. "Ojalá estuviera allí", dijo, y luego su cuerpo fue
sacudido por sollozos llenos y poderosos cuando enterró su rostro contra mi vientre.
Lo sostuve, pasando mis manos sobre sus hombros, a través de su cabello. "Lo sé,
todo está bien", dije una y otra vez, pero temía que no habría curación para nosotros.
Las cicatrices eran demasiado profundas.
“Siento que estoy viviendo una pesadilla, como si acabara de despertarme de un
coma para descubrir que han pasado quince años de mi vida. Todo siguió sin mí. Me
perdí todo”.
Continué abrazándolo toda la noche y le conté sobre el día en que nació Ash.
“Estábamos en Venecia cuando rompí aguas. Me llevaron en taxi acuático al
hospital. Recuerdo mirar hacia los canales y pensar en ti, esperando que estuvieras a
salvo. Hacía un calor inusualmente cálido para esa época del año, tan cálido que podías
sentir el calor que irradiaba la superficie del agua. Cuando pienso en ese día, fue como
si el sol estuviera besando la tierra, como si Dios estuviera dando a conocer su
presencia.
"Tuve suerte. Mi trabajo de parto fue fácil, todos lo decían. Al principio, todo lo que
podía hacer era mirar con incredulidad su cuerpecito tembloroso, cubierto de sangre y
algo blanco mientras se agitaba sobre mi pecho. No podía creer que tú y yo la
hubiésemos hecho. Cuando se calmó y comenzó a amamantar, Dan dijo que era
hermoso, que ella y yo éramos hermosos”.
"Sé que lo estabas", dijo Matt, y luego suspiró mientras miraba por la ventana.
ventana. Tal vez lo estaba imaginando y finalmente sintiéndose parte de ello.
“No teníamos un nombre para ella cuando llegamos al hospital. Dan era solo un
amigo entonces, así que yo estaba tomando todas las decisiones, aunque me sentía
totalmente despistado. Pero de alguna manera, en el hospital, supe qué hacer.
Cuando la vi, no podía pensar en nada más que en nosotros, tú y yo, y cómo
ella era la evidencia de lo que habíamos tenido juntos. Después de ese día, nunca
miré hacia atrás a nuestro tiempo en la universidad sin alegría porque tenía a Ash
. en movimiento: la evidencia
para representarlo por mí, y ella era perfecta. . poesía
de una vida que arde bien y brillante. Todos sabían por qué la nombré Ash. Tati
estuvo furiosa por un tiempo, te odiaba por no responderme, pero lo superó. Dan
entendió.
“Ash fue un bebé quisquilloso durante los primeros meses y viajábamos mucho.
No fue fácil. Yo era una madre nueva y joven, tratando de resolver todo.
Eventualmente, volvimos a Nueva York y nos establecimos. Dan insistió en que
viviéramos con él en su casa de piedra rojiza, y así lo hicimos. Fue una bendición
porque le dio a Ash algo de consistencia y estructura, y tenía dos adultos que la
cuidaban”.
Matt hizo un sonido en su pecho como si la última oración le doliera, pero yo
siguió.
“La personalidad de Ash siempre brilló. Era una niña traviesa con cabello rubio
salvaje y esos dulces y acogedores ojos marrones, como los tuyos. Hablaba,
caminaba y se alimentaba temprano”.
"Por supuesto que lo hizo".
Me reí. “Sí, es tu hija, así que las cosas le resultaron fáciles. Pero pronto se
convirtió en su propia persona, y pensé menos en lo que significaba su nombre y
más en su individualidad. Ella es un alma hermosa, diferente a mí y a ti”.
"Yo sé eso. Lo supe en el momento en que la conocí —susurró—. "Era
¿La muerte de Dan fue dura para ella?
“Ella era fuerte, pero sabía que era difícil para ella. Era un padre bueno y
paciente, y la amaba más que a nada. Estaba agradecido de que tuviéramos un
poco de tiempo para prepararlo. Hicimos un viaje y nos quedamos en una casa de
playa en Cape Cod durante un mes. Ahí es donde murió, escuchando el océano,
conmigo y Ash a su lado. Pasó sus últimos días sentado en una silla, mirándonos
jugar en la playa. Por la noche hacíamos una fogata y Ash nos leía cuentos a la
luz del fuego. Dan parecía feliz, aunque sabía que no le quedaba mucho tiempo”.
Comencé a llorar.
Matt subió a la cama y me tomó en sus brazos. "Sigue adelante."
“Fue un martes cuando murió, solo un viejo y aburrido martes. Estaba lúcido por la
mañana. Habíamos trasladado su cama de hospital al patio trasero para que pudiera
contemplar el agua. Un trabajador del hospicio estaba allí. Nos envolvimos en mantas y
vimos las olas romper mientras Dan respiraba por última vez. Ash lloró por unos minutos,
y eso fue todo. Se terminó. Nunca más la vi llorar por eso”.
"¿Y tú?"
"Así que me conoces. Soy más o menos un desastre lloriqueante todo el tiempo”.
"No solías serlo".
"Lo sé", dije en voz baja.
Matt me echó el pelo hacia atrás y secó las lágrimas de mis mejillas. "Por qué
¿No tuviste más hijos?
“Pensamos que podríamos, pero luego Dan se enfermó y simplemente no tenía
sentido. Ash habría sido una buena hermana mayor”.
—Sí, lo estaría —dijo somnoliento.
Nos quedamos dormidos en las primeras horas de la mañana. Recibí un mensaje de
texto de Tati alrededor de las once diciendo que ella y Ash iban a almorzar y luego la
llevaría a casa. Me escapé silenciosamente de la casa de Matt y me aseguré de estar en
casa antes de que Ash llegara.
Ninguno de nosotros envió mensajes de texto o llamó durante días después de eso.
25. Vuelve a mí
GRACIA
Durante la semana siguiente, Ash se acostumbró a hacer planes con su papá y no decírmelo.
Cuando la regañaba por eso, decía: “Se supone que los padres deben comunicarse entre sí.
Incluso los que no están casados.
Ese era Ash, siempre siendo un adulto.
Sabía que Matt y yo no podíamos seguir así, en conflicto y desgarrados. Nosotros
merecíamos más el uno del otro, pero no estaba seguro de si alguno de nosotros estaba listo.
Finalmente, una tarde, Matt pasó a recoger a Ash. Abrí la puerta y lo invité a pasar. Se
paró en la puerta de la cocina, observándome mientras secaba los platos.
"¿Cómo estás?" preguntó, un poco formal pero no incómodo.
"Bien. He estado practicando con la Filarmónica después de la escuela. De hecho, podría
estar reemplazando a su violonchelista, pero tendría que irme por dos semanas en el verano.
No estoy seguro si quiero dejar atrás a Ash por tanto tiempo”.
“Eso es fantástico, Grace. Podría llevar a Ash; tal vez podríamos planear un viaje a
California para entonces”.
Ash gritó desde arriba: "¡Dame cinco minutos, papá!"
"Está bien", volvió a llamar.
"¿A dónde van ustedes?" Pregunté sin levantar la vista.
“Iremos al Met y luego a cenar”.
Miré el reloj; eran las cinco y cuarto. “Nunca llegarás allí antes de que cierre”.
Están abiertos hasta las nueve los viernes.
"Oh, es cierto." De repente me di cuenta de que estábamos teniendo la conversación más
normal que jamás habíamos tenido: solo dos personas discutiendo los detalles cotidianos de
nuestras vidas.
Ash entró en la cocina con un top corto y se me salieron los ojos de las órbitas.
"Disculpe, ¿tiene un suéter para ir con eso?"
Ash puso los ojos en blanco.
“Ese asunto de los ojos en blanco tiene que parar. Tu madre acaba de hacerte una
pregunta —dijo Matt bruscamente.
Vaya No había tenido ese tipo de respaldo en mucho tiempo.
“Lo sé, papá, yo solo. . .”
"No. Sube y consigue un suéter.
Ash resopló y salió de la habitación. Matt y yo nos miramos el uno al otro durante unos
segundos antes de que se acercara a mí. "Te ves diferente. Pareces más feliz.
No me había dado cuenta antes, pero creo que tenía razón. "Sí, quizás."
"Eres bienvenido a venir con nosotros, si quieres".
"Esta bien. Tengo algunos papeles para calificar.
Me miró fijamente durante un par de segundos y luego se encogió de hombros. "Está
bien, nos vemos". Se inclinó y me besó en la mejilla, como si lo hubiera hecho un millón
de veces antes.
Una vez que Ash bajó las escaleras, los seguí hasta la puerta principal y observé
mientras caminaban hacia el metro. Ellos estaban riendo . . . y sonaba como música. Una
parte de mí quería unirse a ellos, pero otra parte me dijo que me quedara. Por mucho que
me encantara ver a Matt, y por mucho que me encantara pasar esa noche en su
apartamento, los interminables rechazos a lo largo de los años —y la forma en que había
tomado las noticias sobre Ash— me habían marcado tanto que era difícil de creer. él
estaba allí con nosotros, como siempre había querido.
Realmente nunca dudé de su amor por mí, pero me asustaba que mantuviera una
distancia segura. Necesitaba protegerme.
COMENZAMOS A DIVIDIR nuestros fines de semana. Ash iba a casa de Matt los viernes
o los sábados, y alternábamos los domingos.
La Filarmónica de Nueva York me ofreció oficialmente el puesto de violonchelista
durante dos semanas, así que pasé mi tiempo lejos de Ash practicando música y
preparándome para mi viaje de dos semanas al extranjero.
Ash terminó su primer año de secundaria con calificaciones fenomenales y recibió un premio
de excelencia general. Tanto Matt como yo asistimos a la ceremonia y estuvo radiante todo el
tiempo, como el padre orgulloso que era. Cuando salimos del auditorio ese día, me abrazó por
un largo rato y me susurró: “Te portaste bien con ella. Gracias. Estoy muy orgullosa de mis
niñas”.
Me dolió el corazón por sus palabras. No sabía si alguien alguna vez me había dicho que
estaba orgulloso de mí, y no había nadie en el mundo de quien quisiera escuchar esas palabras
más que él.
Comenzó el verano y sabía que Ash se aburriría, así que la inscribí en un taller de fotografía
de verano. Tan pronto como Matt se enteró, también se inscribió. Sabía que él mismo podría
haber enseñado la clase, pero solo quería pasar tiempo con su hija. Ash me dijo que una vez
que todos sus compañeros de clase descubrieron quién era él, se convirtió en una estrella de
rock para todos, incluido el instructor. Ash me dijo que incluso estaba incursionando en un estilo
más artístico del estilo documental que lo había hecho famoso.
Era extraño cómo Matt y yo nos encontrábamos de nuevo; era como si estuviéramos
retomando donde lo habíamos dejado, ambos explorando nuestras pasiones con energía
renovada. Una parte de mí sentía que estaba viviendo la vida que estaba destinado a vivir. El
único problema era que Matt y yo no lo estábamos haciendo exactamente juntos. Estábamos
corriendo en pistas paralelas.
Una noche, Ash parecía deprimido.
"¿Que pasa cariño?" Yo pregunté.
"Nada", dijo ella con voz plana.
"Háblame." Me senté a su lado en su cama.
“Papá me dijo que le ofrecieron un trabajo en Singapur para National
Geográfico. Se supone que debe transferirse en el otoño.
Mis ojos se abrieron en estado de shock. "¿Qué? ¿Cuándo te dijo eso? No podía imaginarme
a Matt saliendo ahora después de que él y Ash se habían vuelto tan cercanos y todos finalmente
estaban sanando.
Ella comenzó a llorar. "Hace mucho tiempo. Como, justo cuando nos conocimos, pero ahora
pensar en ello me entristece mucho”.
"¿Qué? Ni siquiera puedo. . . cuando hizo esto . .” Apenas sabía cómo
responder. Hablaré con él.
Se secó las lágrimas y se puso de pie. “Estoy tan harto de que ustedes bailen uno
alrededor del otro como si estuvieran en la secundaria. De hecho, tengo amigos con
relaciones más maduras que ustedes dos”.
"Eso es suficiente", le dije, bruscamente.
Ella pisoteó su pie. “No, estoy harto de eso. Chicos, necesitáis un empujón.
"Ash, eso no te corresponde a ti decidir".
"Bueno, tal vez si te superas, papá no se iría".
Salió corriendo al pasillo y al baño y cerró la puerta de un portazo.
"¡Ash, vuelve!"
Caminé hacia el baño y golpeé la puerta, pero ella no me abrió. Después de unos
minutos, me rendí y me fui a mi habitación. Yo estaba enojado. Decepcionado. Confundido.
¿Realmente se estaba yendo? ¿Cómo diablos pudo hacernos esto? ¿A mi?
Eventualmente, escuché a Ash salir del baño y dirigirse a su habitación. Cuando fui a
verla una hora más tarde, estaba profundamente dormida.
Llamé a Tati y le pedí que viniera.
"Son las diez en punto", dijo, rotundamente.
"Necesito ir a casa de Matt y no sé cuánto tiempo estaré allí".
"¿No puedes simplemente llamarlo?"
“No, porque necesito darle un puñetazo en la cara”.
"Oh Jesús. ¿Que ha pasado ahora?"
“Ash dijo que podría aceptar un trabajo en Singapur. acabamos de tener una gran pelea
al respecto, y no sé qué diablos hacer. Sólo acércate, por favor.
"Entiendo. Estaré allí en veinte minutos.
Después de que Tati llegó a mi casa, corrí varias cuadras hasta la casa de Matt, furioso
por la ira. Llamé al timbre una y otra vez.
"¿Sí?" Matt dijo por el altavoz.
“Es tu bebémamá. Déjame entrar."
Lo escuché reír. Sube enseguida.
Cuando llegué al desván, abrió la puerta de par en par, sonriendo. Gracia.
"No me hagas gracia, bastardo". Pasé junto a él, tiré mi bolso y me crucé de brazos.
Parecía asustado. “¿Qué diablos, Matt?
¿Qué te pasa?"
Se apoyó contra la pared, quizás para alejarse lo más posible de mí. "¿De qué estás
hablando?"
“Nuestra pobre hija estaba llorando esta noche porque le dijiste que te mudarías a Singapur.
¿Es eso cierto? Porque si es…
“Gracia, detente. Escúchame." Parecía que estaba buscando en su mente. “Le mencioné
que recibí una oferta de trabajo hace mucho tiempo, cuando apenas nos conocíamos”.
"¿Bien?"
“Le dije a mi jefe que no podía soportarlo”.
Le entrecerré los ojos. "¿Cuando?"
“Después de esa noche viniste aquí. Nunca me hubiera ido de todos modos; Estaba
aturdido. Solicité un trabajo en el campo antes de volver a conectar contigo y conocer a Ash”.
Era sincero, suplicante. “Me siento mal de que ella haya estado pensando en eso”.
"Sí, bueno, los niños hacen eso".
Vino hacia mí y me tomó las manos y las sostuvo entre nosotros. "Todavía estoy
aprendiendo, Grace".
Miré hacia abajo y negué con la cabeza. "Lo sé, lo siento. Reaccioné exageradamente.
Ella estaba en tanto dolor. Simplemente no podía verla pasar por lo que yo pasé. . .”
Sus ojos parecían angustiados. “Nunca los dejaré, muchachos. Tienes que
créeme, Gracia. Tienes que."
Lo miré fijamente. "Hazme creer".
Pasó su pulgar sobre mi labio. "Lo haré, incluso si me lleva una eternidad". Y luego sus
labios estaban sobre los míos y estábamos en eso, alejándonos del pasado y corriendo
rápidamente hacia el futuro.
26. Nuestro tiempo
GRACIA
Matt, Ash y yo cenamos juntos todas las noches durante las próximas noches.
Las cosas finalmente comenzaban a sentirse bien.
El viernes de esa semana, encontré a Matt esperándome en la puerta principal
después de la escuela. Ash me había dicho que me vistiera bien esa mañana, y pude
ver que ella le había dado la misma dirección a Matt. No sabía lo que estaba pasando,
pero decidí que seguiría la corriente.
"¿Qué estás haciendo aquí?"
Él sonrió y luego se inclinó y besó mi mejilla. "Me alegro de verte,
Gracia. Creo que nuestra hija tiene algo planeado para nosotros”.
"Por supuesto que sí". Llevaba pantalones de vestir y una camisa abotonada. Miré
sus relucientes Converse negras. Eso fue lo más elegante que vi a Matt.
“Te ves bien”, le dije.
Sus ojos se fijaron en mi vestido floral casual y sandalias. "Tú también. Te ves
encantadora.
sonreí "Entonces, ¿de qué se trata todo esto, crees?"
"Ni idea." Me tendió un brazo. "¿Debemos?"
"¿Cómo sabes a dónde ir?" Yo pregunté.
Ash me dijo que me encontrara contigo aquí en la puerta y te acompañara al
auditorio.
Asenti. "Vamos."
Dentro del auditorio, encontramos a Ash, Tati y mis alumnos de orquesta
esperándonos, junto con algunas caras conocidas de la Filarmónica. A excepción de
Ash, todos estaban acomodados en sillas con sus instrumentos, como si estuvieran a
punto de tocar.
Ash vino saltando hacia nosotros. “Pensé que podríamos hacer algo divertido
hoy. Todos nosotros."
Saludé a todos. "¿Tú pusiste todo esto junto?"
“Tuve ayuda”.
Tati se acercó y sentí que se me tensaba la garganta de la emoción. “¿Están
ustedes dos listos para esto? Su hija ha trabajado muy duro para planear algo
especial para usted hoy. Ven y toma asiento.
Nos sentamos en las dos sillas para invitados instaladas frente a nuestra propia
orquesta privada. Tati fue el director, lo que me pareció especialmente entretenido.
Matt agarró mi mano cuando comenzó la música. Lo supe desde la primera nota:
“Aleluya”. Apretó mi mano y la sostuvo durante toda la canción.
Al final, me puse de pie emocionado y aplaudí como un loco, gritando: "¡Bravo!"
Matt silbó y aplaudió y luego Ash vino corriendo hacia nosotros de nuevo.
"¿No fue increíble?" ella dijo.
“Oh, Ash, gracias, cariño. Eso fue muy considerado de tu parte.
“Espera, aún no ha terminado; este es solo el comienzo." Nos entregó un sobre
manila. Lo abrí y saqué una foto en blanco y negro de ocho por diez de Matt y yo en
la universidad. Era de nosotros dos en el salón de Senior House. Tati lo había
tomado y lo recordaba vívidamente.
"Lee la parte de atrás". Ash dijo.
Matt se paró detrás de mí y observó mientras le daba la vuelta. Ambos leemos las
líneas en voz alta:
“Aleluya, ustedes dos se encontraron aquí. . . / Ahora dirígete al lugar que primero
Conocí, justo antes del último año.
Tati apareció justo detrás de Ash. “Danos una ventaja de diez minutos”, dijo.
Matt se rió. "Está bien, nos vemos allí".
Nos despedimos de los músicos y les agradecimos por una hermosa actuación.
Después de que Ash y Tati se fueran en un taxi, Matt tomó mi mano entre las suyas.
"¿Quieres caminar?"
"Sí."
Era un día cálido y soleado. El vecindario se sentía más relajado que de costumbre. Matt
balanceó nuestras manos de un lado a otro mientras caminábamos por el
calle.
Cuando llegamos a Senior House, el momento se sintió surrealista y hermosamente
nostálgico. El edificio se veía un poco diferente pero aún se sentía igual. Tati y Ash estaban
de pie en la escalera. "¡Sube!" Tati gritó.
En el tercer rellano, nos asomamos a mi antigua habitación. Estaba vacío a excepción de
mi violonchelo, apoyado en una silla cerca de la ventana. Miré a Ash y ella sonrió. “Juega
para papá, mamá”. Le entregó a Matt una cámara vieja que reconocí de la universidad. "Está
cargado y todo listo para ti".
Él sonrió. "Gracias Ash".
“Está bien, ustedes dos, hay un sobre para ustedes en el alféizar de la ventana”, dijo Tati.
"¿Cómo entraron en esta habitación?" Yo pregunté.
“Le contamos al RA de verano tu historia y nos dio la clave. Es el
verano y nadie lo estaba usando de todos modos”, dijo Ash, riendo.
"¿Cuánto tiempo tenemos?" preguntó Matt.
“Estar en la próxima ubicación en una hora.” Se puso de puntillas y besó a su padre en la
mejilla y luego se volvió hacia mí. "Diviértanse, chicos".
Después de que se fueron, Matt cerró la puerta detrás de nosotros. Casi de inmediato,
escuché el clic del obturador de la cámara mientras me fotografiaba desde atrás. Fui al
violonchelo y me senté. "¿Cualquier solicitud?"
Apartó la cámara de su rostro. " 'Árboles de plástico falsos'?"
"¿Tu recuerdas?"
"¿Como podría olvidarlo?" Su mirada era pesada. Había calidez y deseo en sus ojos,
pero también había un poco de arrepentimiento que sabía que nunca desaparecería. Yo
también lo sentí, especialmente en esa habitación.
Toqué la canción bastante difícil, alternando entre el vibrato y el arco. Matt dejó de
fotografiarme y solo miró con asombro. Cuando terminó la canción, miré su rostro sonriente.
"¿Dejaste de tomar fotos?"
"Algunas cosas son mejores para seguir aquí". Se golpeó un lado de la cabeza.
"Estoy de acuerdo", susurré.
Estuvo a mi lado en dos zancadas. Mientras me ponía de pie, me agarró la cara y me besó con
fuerza. Nos separamos el uno del otro por solo un segundo. Matt colocó la cámara en el alféizar de la
ventana y apretó el disparador. El temporizador estaba encendido y él volvió a besarme mientras se
apagaba y se abría y cerraba, capturando el momento.
Sus manos se deslizaron debajo de mi vestido, y antes de que me diera cuenta estaba pelando mi
bragas abajo. "Quítate esto", dijo, entrecortadamente.
“Aquí no hay cama”.
“Eso nunca nos había detenido antes”.
Me bajé las bragas y me las quité. El cinturón de Matt ya estaba desabrochado cuando volví a
mirar hacia arriba. Me levantó para sentarme a horcajadas sobre él y me sentó en la silla. Estuvo
dentro de mí en dos segundos sin romper el beso.
"Te amo, Gracia". Su voz era tan suave cerca de mi oído que prácticamente me derrumbé en los
primeros momentos. Me dijo que me amaba pero yo ya lo sabía. Nos movimos lenta y suavemente y
fue suficiente. Nuestros gemidos eran silenciosos y relajantes, y no quería que terminara nunca.
Después nos abrazamos durante mucho tiempo.
Dentro del sobre en el alféizar de la ventana había una foto. Era una vieja fotografía en color de
Matt y yo en pijama, con el tráfico borroso detrás de nosotros. “Esto es genial. Nunca he visto esto.
“Lo acabo de desarrollar cuando volvimos a estar en contacto. Dale la vuelta, vamos a ver la pista.
Vaya hacia el este una cuadra hasta Avenue Seven
Y luego al sur tres más
A un pedacito de cielo
Salimos de Senior House con grandes sonrisas en nuestros rostros. “Dios, espero que Ash
no cree que nosotros. . .” comencé a decir.
“Honestamente, Grace, ella lo preparó todo”.
"No para eso."
"Bueno, no necesitamos contarle todo".
Aproximadamente a la mitad de la cuadra, me detuve. "¿La divulgación completa?"
"Siempre."
Miré hacia abajo a mis pies. “Casi aborto”.
Me miró fijamente. "¿Qué te detuvo?"
“No podría hacerlo”. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
“Por favor, no llores. Este es un día tan feliz, el más feliz que he sentido en mucho tiempo”.
Él me besó.
"Lo sé. Estoy tan feliz de haber tomado la decisión correcta”.
"Yo también", dijo en voz baja, mientras me abrazaba en la calle.
Encontramos a Ash y Tati parados afuera de un edificio. “Adelante, esto es genial”, gritó Ash.
Entramos, y al entrar nos dimos cuenta de que era una galería, con un hombre de pie con
un traje. Tati lo presentó como el dueño de la galería.
“Estuvo de acuerdo en dejar que Ash pusiera estas fotos, y las amaba tanto que quiere presentar
un espectáculo durante los próximos dos meses”.
Miré a mi alrededor, atónita. Todas eran fotos mías de Matt ampliadas y montadas
profesionalmente. La primera era una foto en color mía tocando el violonchelo en el viejo
dormitorio, una foto que nunca había visto antes. La etiqueta de título al lado decía "Gracia en
color". Empecé a llorar entonces, lágrimas grandes y felices.
“Estos son hermosos. Dios, ceniza. . .” Matt también estaba emocionado; apenas
podía hablar. Ambos la abrazamos mientras caminábamos por la galería, mirando todos los
recuerdos, admirando el talento de Matt y viendo su reacción ante las fotos, cada una de ellas
tan valiosa para él. No pasó mucho tiempo antes de que todos nosotros, incluida Tati,
estuviéramos llorando.
Acurrucados cerca de la puerta, Ash dijo: “Solo hay un lugar más.
Tengo que ir primero, así que dame unos minutos.
"¿Ninguna pista?"
"No, esta es una sorpresa", dijo Ash.
Todos nos abrazamos y luego Tati acompañó a Ash a un taxi. Justo antes de que Ash
entrara, ella respondió: "¡No más llanto, muchachos!"
"¡Está bien, niño!" Matt volvió a llamar.
Una vez que Ash se fue, Tati se acercó a nosotros y puso sus manos en sus caderas.
"Escuchen. Esa niña ha estado planeando esto durante mucho tiempo. Le dije que no era una
buena idea y me prometió que si las cosas no salen como ella quiere, no se le romperá el
corazón”.
“¿Qué pasa, Tati?” Yo pregunté.
“Le dije que no se lo contaría”. Volvió su atención a Matt. “Ahora, no sé qué va a pasar
con tu extraña pequeña familia, pero tengo algo que decirte personalmente. Viste lo hábil que
soy con un arco, ¿verdad? Él asintió, con una sonrisa divertida en su rostro. "Empujaré esa
cosa tan lejos, ya sabes dónde, amigo mío, si lastimas a alguna de mis chicas".
Inmediatamente le echó los brazos alrededor de los hombros y tiró de ella.
en un abrazo. "Yo nunca. También son mis chicas —dijo en voz baja.
Se alejaron y Tati señaló el taxi detrás de ella. “Él sabe a dónde llevarte. Ve a buscar a tu
hija.
En la parte trasera del taxi, Matt y yo nos tomamos de la mano. No creo que ninguno de
los dos esperara detenerse frente al Ayuntamiento, pero ahí es donde terminamos.
"¿Cómo lo supo?" preguntó Matt.
“Tati debe haberle contado la historia. Mira, ahí está.
Ash estaba sentado en los escalones, esperándonos. "Chica inteligente", dijo Matt.
"Nuestra chica inteligente".
“Bueno, Gracie, ¿tienes ganas de hacer alguna locura?”
"Siempre. Pero antes de salir, necesito saber si es para ella o para nosotros. Enfermo
hazlo de cualquier manera, pero necesito saberlo.
Tomó mi mano entre las suyas. “Graceland Marie StarrShorePorter, como te llames, mi
vida no era real sin ti. Fue solo una serie de días unidos por un montón de arrepentimientos.
Pero luego te recuperé.
Este es el momento adecuado, lo prometo; este es nuestro momento. Eres el amor de mi vida.
Te amo jodidamente, Grace. Siempre te he amado. Te amaba cuando no estaba contigo, y
antes de eso, y ahora mismo. ¿Cásate conmigo?"
"Joder, sí", susurré. Tomé su rostro entre mis manos y lo besé.
a él. "Vamos a montar un espectáculo para ella".
Me sacó del taxi y nos quedamos de la mano, mirando a Ash. "¿De qué se trata todo esto,
chico?" dijo Matt.
Se puso de pie y estiró los brazos. “Vamos, chicos. Sabes
Sería un mejor testigo que Gary Busey”.
Matt me miró con las cejas arqueadas. "Ella no huele a salami". Se encogió de hombros.
“'Ella no huele a salami' pasará a la historia como la propuesta de matrimonio más
rara jamás hecha”, dije.
“Graceland, ¿me estás llamando raro?”
"Sí, es lo que me gusta de ti".
Ash bajó los escalones y se paró cerca de nosotros. Ella estaba radiante.
"Debería hacer esto bien", dijo Matt. Se arrodilló y tomó mi mano entre las suyas.
“Grace, te amo y tú me amas. Ahora, ¿te casarás conmigo para siempre esta vez?
"Sí. Para siempre."
CUARTO MOVIMIENTO:
EVIDENCIA DE UNA VIDA ARDIENDO BIEN
CENIZA
Mis padres se casaron por el juez de paz conmigo como testigo.
En quince años, nunca vi a mi mamá tan llena de vida, amor y felicidad como ese día. No
me puedo imaginar qué hubiera pasado si nunca se hubieran visto en el metro. ¿Habrían
continuado con sus vidas solitarias, viviendo como dos mitades de un mismo corazón,
fuera del alcance el uno del otro? ¿Quién sabe? Todo lo que sé es que me alegro de que
se hayan vuelto a encontrar.
Ese verano, todos terminamos yendo a Europa con la Filarmónica de Nueva York y
luego a California. Fue como una gran luna de miel/vacaciones familiares. Cuando
regresamos, papá se mudó con nosotros. Mis padres eran como adolescentes
enamorados de cachorros, con las caras juntas todo el tiempo. Cuando les ponía los ojos
en blanco, mi papá se reía y mi mamá se quejaba de que se lo merecían, que solo
estaban recuperando el tiempo perdido. Me gustaba hacerles pasar un mal rato. En
realidad, fue genial saber que mi mamá y mi papá se gustaban tanto.
Papá mantuvo su loft a unas cuadras de distancia y lo convertimos en un estudio/
oficina de arte. Lo llamamos el Louvre. A mamá le encantaba vernos trabajar en el
estudio y ponía música o nos traía comida cuando no estaba enseñando.
Me convertí en hermana mayor un año después de que se casaron. Finalmente,
alguien más para llevar la carga. En realidad, realmente adoro a mi hermano pequeño.
León. Es solo un bebé, entonces, ¿qué tan malo puede ser?
Sé que mi mamá y mi papá cometieron errores y que se perdieron las conexiones,
pero de alguna manera me siento afortunado por eso. ¿Quién sabe qué podría haber
sido si todo les hubiera ido a la perfección? Sé que tengo dos papás increíbles que me
amaban como locos, y pude ver a mis propios padres enamorarse.
Cuántas personas pueden decir eso?
Expresiones de gratitud
A los lectores: gracias por creer en esta magia y permitir que Matt y Grace entren en
sus corazones.
A la familia y amigos que me apoyan, me alientan y me hacen sentir que lo que
estoy haciendo importa de alguna manera: gracias.
¡Hola, Ya Ya! Gracias por estar orgullosos, amigos sólidos.
Hay un gran lugar en mi corazón para algunos maestros y profesores especiales
que he tenido y que me inspiraron. Para este libro, recordé las muchas horas que pasé
en un cuarto oscuro en la escuela secundaria y la universidad y cuánto traté de contar
una historia con una sola imagen. Ahora puedo usar miles de palabras. Todavía no
estoy seguro de qué es más fácil; Solo sé que amo ambos medios, y estoy agradecido
con las personas que me abrieron los ojos a estas formas de arte.
A los roomies, que han estado esperando pacientemente: su entusiasmo ha
me mantuvo en marcha todos estos meses.
Melissa, gracias por ayudarme en Nueva York y por la excelente música.
recomendaciones
Gracias, Angie, por tu apoyo y entusiasmo eternos.
Heather, conoces tu parte en todo esto y lo importante que es. Tienes un don, de
verdad.
A los amigos autores que continúan siendo increíbles cajas de resonancia y
sistemas de soporte, se les agradece mucho.
A Christina, mi agente, gracias por traerme siempre de vuelta al trabajo y a escribir.
Me ayuda a sentirme inspirado cuando me distraigo con otros aspectos del negocio.
Jhanteigh, siento que este es nuestro bebé juntos. Aportaste mucho al viaje de Matt
y Grace. Gracias desde el fondo de mi corazón por creer en esta historia y permitirme
tenerla.
Anthony, mira todas nuestras pruebas. Que suerte, que bendecida soy de
tenerte en mi vida.
Y finalmente, a Sam y Tony: mi poesía. No puedo esperar a verte crecer. No
puedo esperar a conocerte más.
© JACK Y LOLA FOTOGRAFÍA, 2013
RENÉE CARLINO vive en el sur de California con su
esposo, dos hijos y su dulce perro, June. Cuando no está en la playa con sus hijos o
trabajando en su próximo libro, le gusta pasar el tiempo leyendo, yendo a conciertos y
comiendo chocolate amargo. Para obtener más información, visite ReneeCarlino.com.
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Este libro es un trabajo de ficcion. Cualquier referencia a eventos históricos, personas reales o lugares
reales se usa de manera ficticia. Otros nombres, personajes, lugares y eventos son producto de la imaginación
del autor, y cualquier parecido con eventos, lugares o personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia.
Copyright © 2015 por Renée Carlino Todos
los derechos reservados, incluido el derecho a reproducir este libro o partes del mismo en cualquier forma.
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Primera edición en rústica de Atria Agosto de 2015
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Diseño de portada por Rodrigo Corral Diseño
Arte de portada © Alex Robertston www.Alexrphotography.com/Gettyimages Imagen
de contraportada de Shutterstock Datos
de catalogación en publicación de la Biblioteca del Congreso
Carlino, Renée
Antes de que fuéramos extraños: una historia de amor / por Renée Carlino.—Primera edición en
rústica
de Atria. páginas; cm (pbk. comercial: papel alcalino)
I. Título.
PS3603.A75255B44 2015 813'.6
—cc23 2015017238
ISBN 9 7 8 1 5 0 1 1 0 5 7 7 7
ISBN 9 7 8 1 5 0 1 1 0 5 7 8 4 (libro electrónico)
Contenido
Epígrafe
Primer Movimiento:
Recientemente Capítulo 1: ¿Todavía Piensas en Mí?
Capítulo 2: Cinco días después de que te vi
Capítulo 3: Cinco semanas después de que te vi
Segundo movimiento: Hace quince años
Capítulo 4: Cuando te conocí
Capítulo 5: Eras como una luz Capítulo
6: Necesitaba conocerte Capítulo 7:
Fuiste mi musa Capítulo 8: Me
cambiaste Capítulo 9: Por qué no
lo hicimos ¿Decirnos unos a otros?
Capítulo 10: Fue entonces cuando me tuviste
Capítulo 11: Hicimos promesas tácitas Capítulo 12:
Todo parecía correcto Capítulo 13: ¿Cambiaron
las cosas?
Capítulo 14: ¿Tenías dudas?
Capítulo 15: Gracia. . .
Capítulo 16: Debería haberte dicho Capítulo
17: Pertenecemos juntos Capítulo 18:
Estábamos enamorados Capítulo
19: ¿Qué nos pasó?
Tercer Movimiento: Ahora, quince años después
Capítulo 20: Te acordaste. . .
Capítulo 21: Te busqué dentro de todos los demás Capítulo 22:
¿Por qué no ahora?
Capítulo 23: ¿Quién creías que era?
Capítulo 24: Una vez, fuimos amantes
Capítulo 25: Vuelve a mí
Capítulo 26: Nuestro tiempo
Cuarto Movimiento: Evidencia de un Pozo Ardiente de Vida
capitulo 27
Expresiones de gratitud
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"Hola . . . Ceniza." Todavía estaba probando el nombre en mi lengua. Mi rostro estaba

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