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que llega a salir.
Traducción:
Afterglow Haze Lovelace
DarkDream mym_24
Kavire
Elisa Nea
Lazo Rita
Elyeng18 St. Torrance
Lilu
Emma Bane Tati Oh
Corrección:
Afterglow Emma Bane Lyn
Capítulo quince
Para Holly Root, nuestra Match de Diamante.
CAPÍTULO UNO
Jessica Davis solía pensar que era una verdadera tragedia que solo
el veintiséis por ciento de las mujeres creyera en el amor verdadero. Por
supuesto, eso había sido casi una década atrás, cuando no podía
imaginar otra cosa que sentirse profunda y apasionadamente
obsesionada con el hombre que algún día se convertiría en su ex. Esta
noche, sin embargo, en su tercera primera cita en siete años, le
asombró que el número fuera tan alto.
Bien.
—¿Estás bien?
—¿Mi qué?
Jess canalizó a Nana Jo: “Tienes mucho tiempo. Sal, come algo de
pasta, y vete a casa”, decía en voz alta. “No tienes ningún reloj
apresurándote”.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Solo digo, que el reloj sigue haciendo tictac. —Fizzy hizo un gesto
vago hacia el trasero de Jess—. Ese trasero no estará tan arriba y tan
apretado para siempre, ya lo sabes.
—También tienes abuelos que viven al lado y son más que felices de
cuidarla mientras tú estás en una cita, y una mejor amiga que piensa
que tu hija es más genial que tú. Solo queremos que seas feliz.
Jess sabía que lo querían. Por eso había accedido a probar las aguas
de Tinder en primer lugar.
—Asqueroso.
—Así es.
—Aun así. —Fizzy se pasó un dedo pensativo por debajo del labio—.
Los padres solteros hacen que funcione todo el tiempo, Jess. Mira a La
tribu Brady.
—En 1969 solo el trece por ciento de los padres estaban solteros.
Carol Brady era una pionera. Yo no.
Excepto ese día. Desde ya podía decir que Fizzy iba a ser implacable.
—Lo que iba a decir es que no puedes tirar la toalla por una mala
cita.
Fizzy se rio.
—¿Así que… eso es todo? Jessica, tuviste dos citas con dos hombres
atractivos, aunque aburridos.
Fizzy dejó que sus ojos se posaran en su trasero, el cual estaba oculto
por un abrigo azul marino.
—Bueno, tal vez necesite tener sexo, como alguien más que
conozco.
—Fizz. He tenido sexo después de haber dado a luz a Juno —dijo
Jess exasperada—. Solo digo que no me queda tiempo para un
compromiso, y no estoy dispuesta a soportar citas aburridas o
absolutamente terribles solo por orgasmos. Hacen aparatos que
funcionan con baterías para eso.
Y nunca lo haría: Daniel y Fizzy salieron una vez el año pasado, pero
rápidamente terminaron las cosas cuando se encontraron en una
reunión familiar. Su reunión familiar.
—¿Quieres que opine sobre si Jess debería estar en Tinder solo para
echar un polvo? —preguntó.
—De acuerdo, síp. —gimió Jess—. Así es como se siente tocar fondo.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Fizzy se había ido por las ramas, pero al menos ocurrió un lunes;
Pops recogía a Juno de la escuela los lunes por la tarde y la llevaba a la
biblioteca. Jess pudo preparar una propuesta para Genentech,
concertar una reunión con Whole Foods para la próxima semana, y
revisar algunas hojas de cálculo antes de ir a casa y empezar la cena.
—Yo…
—¡Canadá!
—¡No! ¡Antártica!
—Sí. En serio.
—No.
—Pops dijo que tal vez una serpiente de maíz. El libro dice que son
“muy dóciles”. ¿O una pitón bola?
—Si Pops te está animando a tener una serpiente —dijo Jess—, Pops
puede mantenerla en su casa.
Y Juno era una maestra para acurrucarse, tenía una medalla de oro
olímpica en los abrazos. Presionó la cara contra el cuello de Jess e
inspiró, acercándose.
—Mm-hmm.
Juno estaba emocionada por la cita, no solo porque adoraba a sus
bisabuelos y conseguía que Nana Jo cocinara cuando Jess estaba fuera,
sino porque recientemente habían visto Aventuras en la Gran Ciudad, y
Fizzy le había contado que era una descripción bastante precisa de
cómo eran las citas. En la mente de Juno, Jess podría terminar
casándose con Thor.
Jess rio.
—¿En serio?
JUNO
MAMÁ
¡Deja muy malas propinas! Eso lanzó otro tronco en su fuego mental
de Ruines Razones de Por Qué Americano es Horrible.
—¿Haciendo qué?
1
N. del T. Grupo de actores cómicos estadounidenses activo entre 1923 y 1970.
—No lo pienso. Simplemente me perdí en mis pensamientos. —Jess
se echó para atrás, ofendida—. Qué asco, Felicity.
—No es mi tipo.
—¿Rumor?
—Sep.
—¿En serio?
Bingo.
2
N. del T. Aplicación de citas.
Ella pudo ver el pequeño destello de fastidio en sus ojos cuando se
volvieron a posar en ella. Si Fizzy era la policía coqueta, Jess era
definitivamente la policía escéptica, y Americano parecía que apenas
estaba tolerando incluso la fascinación genuina de Fizzy.
—Saliva3.
—¿Perdón?
Con una sonrisa débil, él tiró una tarjeta de negocios sobre la mesa;
hizo un fuerte thunk.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
3
N. del T. En el original «spit» significa «saliva», pero también se puede traducir como
«escupe», lo que la protagonista confunde con una referencia sexual.
Fizzy la ignoró, arrancando la tarjeta de negocios del borde de la
mesa.
—Mira esto.
—Te lo dije.
—Parece un Keanu.
—Mucho.
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4
N. del T. En inglés, «genetically» significa «genéticamente», y hacen un juego de
palabras poniendo la A en mayúscula para que también se pueda entender como
«genetic» («genética») y «ally» («aliado»), que se puede traducir como «aliado de la
genética».
Solo había cuatro autos en el gran estacionamiento, y con una risita
entre dientes, Fizzy estacionó su nuevo pero sensible Camry azul al lado
del deslumbrante Audi de River.
Jess salió, mirando el edificio de dos pisos frente a ellas. Tenía que
admitirlo: era impresionante. La fachada de madera pulida aguantaba
el nombre de la compañía, GeneticAlly, en letras gigantes de aluminio
brillante; el segundo piso alardeaba modernidad, hormigón inacabado
y brillantes y grandes ventanas. El logo con los dos anillos y el ADN
estaba impreso en las amplias puertas principales, las cuales se abrían
hacia afuera cuando Fizzy tiró suavemente. Jess y Fizzy entraron a un
lujoso y desértico vestíbulo.
Sus pasos hicieron eco por todo el piso mientras caminaban hacia
un escritorio de bloques de mármol que estaba prácticamente a un
campo de fútbol de distancia de la entrada. Todo gritaba caro;
definitivamente estaban siendo grabadas por cinco cámaras de
seguridad, mínimo.
—Hola. —Una mujer las miró, sonriendo. Ella también se veía cara—
. ¿Las puedo ayudar?
—No —admitió Jess al mismo tiempo que Fizzy decía un firme “Sí”.
Fizzy hizo un ademán minimizando a Jess.
—¿Una qué?
Sobre los sillones de cuero rojo, Jess juró que se sintió como si fueran
las primeras en sentarse en ellos. Literalmente no había polvo en
ninguna parte, ninguna pista de que algún otro cuerpo hubiera tocado
alguna vez ese mueble.
—Si salgo de acá con solo un riñón —dijo Jess—, voy a ir por uno de
los tuyos.
—Y todo esto cuesta dinero. —Jess pasa una mano por el cuero
flexible—. ¿Cuántos riñones crees que vale un sillón como este? —Sacó
su teléfono y escribió en el buscador, boquiabierta por los resultados—.
Según Google, el ratio actual de un solo riñón es de $262,000. ¿Por qué
estoy trabajando? Puedo vivir con un solo riñón, ¿verdad?
—Tienes que admitir que cuando miras al Dr. Peña no piensas: “Mira,
un alma romántica”.
—No —le concedió Fizz—, pero lo miro y pienso “Apuesto que tiene
un pene fantástico”. ¿Viste el tamaño de sus manos? Me podría agarrar
la cabeza, como una pelota de baloncesto.
—Oh, mierda.
—Es una pena que no te dediques al marketing —dijo Jess con una
sonrisa—. Eres un encanto.
River se volvió para mirarla, y su expresión hizo que una sensación
fría recorriera sus brazos.
—Sí, bueno. Por suerte mis talentos están en otra parte. —Su mirada
se detuvo en ella durante un instante, y la sensación se convirtió en
cálida y estática justo cuando se abrieron las puertas del ascensor.
Fizzy le dio un fuerte codazo en las costillas. Cosas sexys, estaba claro
que pensaba.
Al final del pasillo había una puerta abierta que daba a una sala de
conferencias.
—¿Quién es Lisa?
—Es la jefa de relaciones con los clientes y la encargada del
desarrollo de nuestra app. Nos explicará la tecnología y el proceso de
emparejamiento.
Con otra sonrisa, Lisa le dio a Jess unas indicaciones que parecían
bastante sencillas. Jess pasó por un tramo de grandes portales con un
claro ambiente de laboratorio. Uno estaba etiquetado con
“PREPARACIÓN DE MUESTRAS”. El siguiente era
“SECUENCIADORES DE ADN”, seguido de “ANÁLISIS 1”, “ANÁLISIS
2”, y “SERVIDORES”. Por último: una alcoba con baños.
—Bien.
—¿He oído que han venido dos personas para una demostración?
—No sé, hombre —dijo River—. Solo intentaba tomar mi café, así que
les sugerí que entraran para que Lisa se encargara.
Bueno.
—Cierto.
Estaba a punto de darse la vuelta y volver a la sala de conferencias
cuando oyó a River decir con una carcajada:
—Una oportunidad para demostrar que hay alguien ahí fuera para
todos.
—¿Fea?
—Oh. No —dijo ella—. Está bien. Lo siento. Solo volvía de los baños y
eché un vistazo.
—David Morris.
—Jessica.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¡Diablos, sí!
Lisa continuó:
Jess sintió que Fizzy tenía ganas de sacar su tarjeta de crédito. Lisa
tomó una pequeña caja que había sobre la mesa; era blanca, con el
sencillo logotipo de ADNDuo impreso en los colores del arco iris.
—Una vez que nos lancemos por completo, los clientes enviarán su
muestra para que sea analizada por nuestro algoritmo ADNDuo, que
ahora combina los hallazgos de más de treinta y quinientos genes. Una
vez recibido el análisis, los resultados solo tardarán unos tres días en
cargarse en la aplicación ADNDuo. Mientras esperas, puedes introducir
información sobre ti en tu perfil, de la misma manera que lo harías en
otros sitios de citas. Información sobre tu edad, ubicación, profesión... lo
que quieras que la gente sepa de ti. Una vez que tengas los resultados,
compartiremos contigo las puntuaciones de compatibilidad basadas
en los criterios que hayas elegido.
Lisa sonrió.
Lisa asintió.
—Lo siento, una pregunta más —dijo Fizzy—. Dijiste que había que
considerar las puntuaciones de compatibilidad del uno al cien... ¿Has
visto alguna vez una puntuación superior a noventa?
Por primera vez desde que entró en la sala, Lisa dejó caer la fachada
de ejecutiva surfista hipercompetente. Parecía joven, esperanzada y
asombrada.
Así que, a pesar de que eran 8:13 y se suponía que Jess tenía que
llevar a Juno a la escuela en dos minutos y aún tenía que alimentar a su
niña o beber un solo trago de café, y tenía una junta en el centro de la
ciudad a las 9:30, y apenas y estaba vestida, contestó.
Jess hizo unos rápidos cálculos mentales, apenas habían pasado dos
días desde su visita al sitio. Ya sea que GeneticAlly era increíblemente
eficiente, o no estaban recibiendo muchas muestras últimamente.
Tuvo que admitir, a regañadientes, que cualquier empresa que
invirtiera en una única red neuronal se tomaba sus datos seriamente.
—¿Trece?
—Es divertido ver qué pasa cuando sales con chicos sin ninguna
expectativa.
—Maldita sea.
—Asumo que estás hablando otra vez con Juno —dijo Fizzy
distraídamente.
—¿Puedo mamá?
—Lo estaba —dijo Jess a Fizzy, luego—: Y sí, Bichito, prepararé uno,
pero ve a cepillar tu cabello y tus dientes también, por favor. —De
regreso en la cocina, Jess miró el reloj y gimió. Sacó una canasta de
fresas del refrigerador.
—De acuerdo —dijo Fizzy—. Tengo una cita para el almuerzo hoy
con Aiden B., con una puntuación de compatibilidad de trece y una cita
para cenar mañana con Antonio R., con un puntaje de veintiuno.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¡Oh, vamos!
—¡Oye!
¿Y quién estaba parado junto al ascensor más que River Peña? Jess
lo observó avanzar, presionando el botón.
La sede de Jennings Grocery estaba solo tres pisos arriba, así que,
en lugar de esperar, tomó las escaleras. De dos en dos escalones.
Visiblemente sin aliento cuando se apresuró desde la escalera hacia el
pasillo, Jess chocó inmediatamente con una pared de ladrillos de un
hombre. Para que conste, olía increíble. Era exasperante.
—¡Americano!
—¿Disculpa?
—¿Tomé tu…?
—¿Nos conocemos?
—Nunca lo sabrás.
¡Mierda!
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
El treinta y un porciento de los hogares en California son
mantenidos por padres solteros, pero Jess nunca habría adivinado eso
de la gente que entraba a la reunión de la Feria de Ciencias y Artes de
la escuela primaria Alice Birney. Ser una mamá soltera en un evento
escolar era como estar sola en una fiesta de parejas. Sin el vino. Si Nana
o Pops no estaban con ella, Jess era intensamente consciente de que
los otros padres no tenían ni idea de cómo interactuar con una madre
soltera. La conversación más larga que había tenido con alguien allí
había sido en el recital de navidad del primer curso cuando una mamá
le había preguntado a Jess si su esposo se iba a sentar en el asiento
vacío junto a ella. Cuando respondió “No hay marido, silla libre”, la otra
mujer sonrió con incomodidad durante unos segundos antes de
continuar quedándose sin aliento durante cinco minutos sobre lo
arrepentida que estaba de no conocer a un hombre soltero agradable.
¿Era estúpido ser tan inflexible con su cuenta más grande? No podía
quitarse de encima la sensación de pánico. Si perdía a Jennings,
perdería un tercio de su ingreso anual. Juno tal vez necesitaría
ortodoncia y estaría manejando en ocho años. ¿Qué si quería empezar
a ir a competencias de baile? ¿O si se enfermaba? Nana y Pops
tampoco se estaban haciendo más jóvenes.
6
N. del T. Los San Diego Padres son un equipo profesional de béisbol con sede en San
Diego, California.
flanqueada por un asiento vacío a cada lado, una pequeña zona de
amortiguación para proteger a los padres de la infección de la soltería.
Todavía sintiéndose mal a pesar de, tuvo que admitir, algunos muy
buenos chistes del señor Walker y la señora Klein, Jess prácticamente
se arrastró por el estacionamiento. Su auto estaba estacionado junto al
Porsche color perla que hacía que su Corolla del 2008 rojo pareciera un
viejo patín de ruedas sin su pareja. Sin embargo, Jess no se podía sentir
avergonzada de la chatarra; este coche la había conducido de su casa a
la sala de partos y luego a su graduación de la universidad solo un mes
después. Los llevó a varias salidas los Domingos de Probar Algo Nuevo
y por viajes en carretera a Disneyland y…
—¡Jessica!
Mierda.
—Yo me encargo.
Porque, quiero ser una buena mamá, pensó. Quiero estar presente
para Juno, incluso si algunos días se sintieran como si estuviera fallando.
»En serio —aseguró Jess—. Está casi terminado. —Gracias a dios—.
Tendré algo para ti pronto.
—Bueno. ¡Eso está genial, entonces! ¡Le haré saber al consejo para
que dejen de molestarme!
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
La amiga de Jess soltó una risa y un “Ay, amo cuando ignoras los
límites. Usualmente esa es mi timonera”.
—Tuve un día terrible. —Jess se pasó una mano por la nariz—. Estoy
sola. Y me siento como una estúpida quejándome, pero tú siempre
serás una idiota más grande de lo que yo soy, así que me puedo quejar
contigo.
—Lo juro, Jessica, sabes justo qué decir para hacer que mi corazón
se derrita. —Lo divertido era que Fizzy lo decía en serio—. Suéltamelo.
—No es solo eso —dijo Jess en voz baja—. ¿Me preocupa presentarle
un hombre a Juno algún día? Sí, completamente. Pero la idea de
exponerme a mí misma allá fuera es honestamente más agotadora que
cualquier cosa. Tuve que cambiar mi camisa dos veces esta mañana
para la reunión, primero por la explosión del smoothie y luego cuando
escupí un poco de pasta de dientes en mi pecho.
—Gracias…
7
N. del T. Asociación de padres y maestros.
»Si no supiera que estás loca, te invitaría a salir yo misma.
Jess prácticamente podía oír la boca de Fizzy abrirse del otro lado
de la línea.
—No me lo recuerdes.
Fizzy rio.
Jess se rio.
—¿Era el veintiuno?
—Tatuaje de polla.
—¿Qué? No.
—Además —dijo Fizzy—, quería que hablara sucio, así que lo hice,
pero aparentemente fui demasiado sucia.
Fizzy puso esa mirada que tenía cuando estaba a punto de ponerse
muy intensa.
Fizzy abrió la boca para replicar cuando, sobre la mesa que los
separaba, un teléfono emitió una campanada reveladora.
Jess supuso que se trataba de otra nota de compatibilidad
mediocre que llegaba a la bandeja de entrada de Fizzy, y Fizzy pareció
suponer lo mismo, tomando su teléfono...
—¡Puedo explicarlo!
—¡Más te vale!
—No me digas.
Fizzy respondió:
—¿Qué dice?
—Shh.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
¿Enviarán un coche?
Por Dios.
Jess se las arregló para encontrar unas mil cosas importantes que
tenía que hacer inmediatamente. Concertó una cita con el
Departamento de Vehículos Motorizados para renovar su licencia,
programó sus exámenes físicos anuales y las citas con el dentista de
Juno. Salió a correr y se dio una larga ducha. Incluso se compró un jersey
nuevo como capricho de cumpleaños. Almorzó con Nana y Pops, limpió
su apartamento, dobló toda la ropa que encontró, recogió a Juno de la
escuela y leyó casi toda una novela de Judy Blume con ella antes de que
Juno instara a Jess a dejar el apartamento para que Nana y Pops
pudieran venir y preparar la fiesta sorpresa.
¡Sorpresa!
—Jessica —dijo sin aliento—. Gracias por venir con tan poca
antelación.
Lisa se dio la vuelta y las condujo al interior del edificio vacío. Nada
de esto parecía un protocolo normal, lo que hizo que Jess se sintiera
como si hubiera tragado ácido de batería. —Tengo que admitir que
estoy muy confundida sobre por qué esto es tan urgente.
Jess la siguió a través de las puertas dobles y por el largo pasillo que
había recorrido la última vez que estuvo aquí. Estaba claro que todo el
mundo había terminado por hoy; las oficinas estaban oscuras y vacías
de esa manera que hacía que incluso los espacios inocuos parecieran
espeluznantes.
¿Su qué?
—Este es David Morris, el investigador principal a cargo de la
investigación original, y el CEO8 de GeneticAlly.
Jess era una botella de vino, descorchada lentamente. Oh, ¿se trata
de datos? ¿La había traído GeneticAlly para hablar de algoritmos?
Tampoco se le ocurría nada que decir. Así que, por supuesto, su boca
se abrió y las palabras salieron a borbotones.
—¡Demasiado!
—Toma asiento, Riv —dijo Lisa, y luego se dirigió a una mujer asiática
menuda que estaba a su derecha—. ¿Tiff? ¿Quieres repartir los datos?
Datos. Sí. Genial. Los hombros de Jess se relajaron, y tomó una hoja
cuando la pila se acercó.
—Sí —dijo Lisa, y su sonrisa era tan intensa que la piel se le había
tensado alrededor de los ojos—. Lo más alto que hemos visto en el
ADNDuo es noventa y tres.
Cliente 144326.
Cliente 000001.
Oh, Dios.
—Yo.
—¿Quién es 1-4-4-3-2-6?
¡98!
—No, quiero decir que estoy segura de que sus estadísticas son... —
empezó Jess, pero se dio cuenta de que no podía terminar la frase
porque sería una mentira. Estaba claro que sus estadísticas eran una
basura y que todos alucinaban. Y por desgracia, Jess no había
conducido ella misma hasta aquí—. Puedo llamar a alguien para que
venga a recogerme.
Jess miró a River, que ya la observaba con ojos salvajes y oscuros, y
luego a la surfista y chic Lisa, y a Brandon el de los dientes, y a Benedict
Cumberbatch el de Jeff Goldblum, y a todas las demás personas de la
sala que tampoco se habían enfrentado nunca a esta situación
concreta.
¿Lo decía en serio? Jess se giró y continuó hacia la puerta que decía
“SALIDA”, abriéndose hacia las escaleras. Bajó diez escalones con prisa
antes de que la puerta se cerrara estrepitosamente detrás de ella; el
sonido fue tan discordante que en realidad la hizo agacharse. Después
de medio tramo de escalera, la puerta se abrió de nuevo. Unos pasos se
dirigían hacia ella, y Jess aceleró, trotó hasta el primer piso y salió al
vestíbulo.
Por quizás tres segundos, a Jess le agradó que le diera espacio. Pero
luego recordó que él no era tan considerado usualmente… y que se
suponía que era su alma gemela.
Él respiró lentamente.
10
N. del T. Programa de televisión que presenta protagonistas reales de la sociedad
con sus problemas.
—También supongo que les preocupaba que, si te lo decían de
forma remota, no entrarías. —River se encogió de hombros, deslizando
una mano en el bolsillo de su pantalón—. Sanjeev, el jefe de desarrollo
de ensayos es un amigo cercano. Le mencioné nuestro encuentro en el
centro de la ciudad y tu enojo conmigo…
Jess tuvo que parpadear, muy fuerte, para alejar esa imagen.
Ella conocía sus propias razones, pero ¿qué hay de las suyas? Un
alma romántica diría que solamente está interesado en el amor
verdadero, pero el latido de vacilación de River le decía que su respuesta
se basaba en algo mucho más lógico.
—Lo pensaré.
—Supongo.
Saludos,
Todd Jennings
Jennings Grocery
Uno… Dos…
Tal vez podría obtener un plan de pago para las clases de ballet de
Juno.
Seis… Siete…
No pasarían hambre.
Ocho… Nueve…
Diez…
Pops intercambió una mirada con Nana antes de voltear hacia Juno.
—¿Srta. Escarabajo?
—¿Hmm?
La silla de Juno chirrió lejos de la mesa, y ella entrecerró los ojos con
sospecha, apuntándolo con un dedo manchado de salsa marinara.
—Bueno, eso nos da unos treinta segundos —dijo Nana con una risa.
—No.
—Él es un imbécil, pero no es por él. —Si fuera solo por River y su
estúpida prueba, esto sería fácil. Jess había eliminado la aplicación y
podía ignorarlo en Twiggs. Listo.
Jess sonrió.
—Lamento.
—¿Lo ves? ¿Qué haríamos sin ti? —Le sonrió ampliamente por
encima de sus anteojos antes de escribir la palabra.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Una vez que sus abuelos se fueron, Jess se apoyó contra la puerta
cerrada. La fatiga trajo flacidez a sus músculos y le dolían
profundamente los huesos. Se sentía mucho mayor de treinta.
Caminando por el apartamento tranquilo, recogió los zapatos de Juno,
los calcetines perdidos, los juguetes para gato, más de una taza medio
llena de leche, lápices, pedidos de comida en notas adhesivas de Juno
y Pops de sus juegos de restaurante. Puso el temporizador del café,
empacó la mochila de Juno, cargó el lavaplatos, y miró alrededor del
lugar en busca de cualquier otro desecho antes de apagar la luz y
caminar por el pasillo hacia la habitación de su hija.
Era Jamie.
—No, no. Estoy bien. —Jamie caminó hacia la cocina, dio unos
golpes con las uñas acrílicas en la encimera y luego miró hacia el
pasillo—. ¿Y Juno, cariño? ¿Dónde está mi hermosa nieta?
—Oh —dijo con un “no vas a creerlo” oculto en una sola palabra—.
Sí, estaba casado.
—Escucha, es tar…
—¿Quiénes son?
—Estás bromeando. —Jamie sacudió su cabeza con incredulidad—.
Sus comerciales están en todos lados, Jess. Hacen faciales a domicilio.
Dios, quiero decir que es una buena compañía, pero es más que eso, es
todo un estilo de vida. Una manera de empoderar a las mujeres.
Obtengo una parte de cada facial que haga y…
—¿Una parte?
Por supuesto.
—Necesitas dinero.
11
N. del T. En economía se conoce como esquema o estafa piramidales a un esquema
de negocios en el cual los participantes tienen que recomendar y captar a más
clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los
participantes originales.
—¿Por qué siempre me haces sentir así? ¿Nunca podré estar bien
contigo12? —Se levantó y se inclinó para agarrar su bolso—. ¡He estado
limpia durante dieciocho meses!
Jamie puso los ojos en blanco, y Jess se preguntó, otra vez, si cuando
ella se convirtió en madre, Jamie se convirtió en la hija.
12
N. del T. Originalmente el personaje dice “can’t I ever dig out of the hole with you?”,
la expresión se refiere encontrar una solución o recuperarse de una situación
particularmente difícil, especialmente una creada por un error.
Jess trataba de pensar en lo que Jamie haría ahora mismo si sus
posiciones fueran al revés. ¿Jamie me daría el dinero?
—¿Oh sí?
—Sin duda.
—Creo que recuerdo haberte hecho esa misma pregunta hace solo
unos días. Mírate, lista para comprometerte después de una sola noche
de mai tais y buen sexo.
De la nada, Daniel se materializó, tocando el hombro de Jess y
señalando la caja registradora.
—Tienes un cliente.
—¿Qué estás haciendo ahí atrás? —Sus ojos tomaron una lectura
pausada a lo largo de su cuerpo—. ¿En un delantal?
Su expresión se contrajo.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Fizzy se rio.
—No mi historia.
Jess sintió que su mejor amiga la estudiaba mientras ella fingía estar
muy absorta en reorganizar la caja de la pastelería. Fizzy había estado
inusualmente silenciosa sobre el tema de River. Después de escuchar
el resultado de ADNDuo, el resumen de la desastrosa reunión de
GeneticAlly y la teoría de Jess de que las estadísticas eran
completamente falsas y probablemente invalidaron todo su plan de
negocios, Fizzy la miró en silencio durante unos segundos antes de
decir:
—Entiendo eso.
—No, Dan —dijo Fizzy, exasperada con él sin una buena razón—.
Porque coincidieron.
—Asqueroso, Dan.
—Lo hice —dijo—. Estuvo bien, pero creo que ambos teníamos esta
extraña expectativa de que era agradable, pero estadísticamente
improbable que fuera a ninguna parte.
—Me pregunté sobre ese aspecto —dijo Fizzy—. Salí con un Plata el
otro día, pero, como, si obtienes algo más bajo que un Oro,
¿simplemente asumes que lo más probable es que no funcione?
—Aunque —interrumpió Jess en voz baja—, si crees en sus datos, las
probabilidades son significativamente mejores de encontrar una
relación duradera con un Plata que con una cita regular...
Jess se rio.
—No importa. Fizzy tiene razón. No lo creo. —Se secó las manos en
el delantal y miró a Daniel—. ¿Qué sigue, jefe? ¿Platos? ¿Reposición de
existencias?
—Culpable.
Daniel se volvió hacia Fizzy, quien a su vez le dio a Jess una mirada
que pedía permiso o le daba una advertencia.
—Fue un Diamante.
—¿Es River?
—Ese es el plan.
—Jessica.
—¿Tienes un segundo?
14
N. del T. «Chiclets» era una marca de goma de mascar recubierta de caramelo,
creada en 1899.
—Y no te obligaremos a hacerlo —dijo rápidamente—. Nuestra
intención no es ser entrometidos. Sé que esta ha sido una... situación
extraña. David y yo solo queríamos asegurarnos de hacer un
seguimiento.
—¿Esta noche?
Él asintió.
—¿Estarás libre?
—Tengo mucho por hacer —le dijo Jess—. He aceptado otro trabajo;
tengo una hija pequeña en casa, como sabes. Realmente no creo que
tenga...
15
N. del T. Por sus siglas en inglés EMOTIONAL QUOTIENT, presentado como la
inteligencia emocional.
—Te lo prometo, Jessica —la cortó Brandon gentilmente, y cuando
su atención voló de nuevo a su rostro, le dio otra sonrisa tentativa—. No
desperdiciaremos tu tiempo.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Por aquí, Sr. Butkis. —El maître asintió con la cabeza y los condujo
a través de una impresionante habitación circular bordeada de puertas
francesas con arcos. Los cubiertos golpeaban suavemente la porcelana,
el hielo tintineaba en los vasos altos; a su alrededor, la conversación
zumbaba en un murmullo bajo y agradable. Las mesas estaban
esparcidas por toda la habitación, enmarcadas por sillas bajas y lujosas
tapizadas en escarlata y oro.
—¿Y no es así?
—Puede ser más fácil creer en las malas noticias que en las buenas.
Ella rio.
¿De verdad cree que nuestro resultado podría ser real? ¿Que
podríamos ser almas gemelas?, quería preguntar, pero las palabras se
sentían demasiado enormes para salir de sus labios. En su lugar, buscó
en sus escalopes.
16
N. del T. Por sus siglas en español «OPI», Oferta pública inicial, se da cuando una
compañía vende acciones al público.
—Diez mil al mes.
—¿Y qué te compra esa cantidad? —preguntó Jess una vez que
confió en que su voz saldría firme.
David asintió.
Levantó el agua y tomó un largo sorbo. Con una mano firme, dejó el
vaso y la miró a los ojos.
—No lo sé.
River cerró los ojos y tragó. Cuando los volvió a abrir, ella vio en su
rostro el mismo conflicto que sentía por dentro.
Levantó un hombro.
Jess no estaba segura de qué mujer pensaría que esa respuesta era
lo suficientemente buena. Si bien podía apreciar esta toma desde un
punto de vista intelectual, ese era exactamente el problema: se suponía
que se trataba de una química instintiva no cuantificable.
¿No es así?
Jess pasó sus dedos por el cabello de Juno; los mechones aún
estaban húmedos de su baño.
Juno inclinó el libro para ella, mostrando una foto de una jirafa y su
bebé.
—Pero el bebé simplemente se levanta y corre. —Pasó la página—.
Y sus cuellos tienen el mismo número de vértebras que los humanos.
¿Sabes cuántas son?
—¿Qué bebé?
—¿Qué cara?
—¿Es malo?
—No. No es malo.
Una vez que se sentó de nuevo, su hija la inmovilizó con una mirada
severa.
—¿Estás mintiendo?
—¿Aprenderías algo?
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Yo estaré pendiente de ellos. Sé que usas esa escoba todos los
días.
—Para ser justos —dijo Pops, colocando las cartas en sus manos—.
Es una escoba bastante buena.
—Estuvo esclarecedora.
—Creo que será mejor que nos cuentes sobre esta cena.
Nana dejó una carta y luego movió su clavija hacia adelante dos.
—No, pero este estado de ánimo sí. —Ella rio—. Ese servicio de citas
no es realmente un servicio de citas. O, lo es, pero no solo te buscan
citas. Uno proporciona una muestra, ellos crean un perfil genético y
luego le brindan una lista de coincidencias según los criterios que
seleccione. Fizzy consiguió cinco millones de partidos porque
estableció los parámetros de forma muy amplia.
Pops asintió.
Jess vaciló.
Pops silbó.
—Nunca. Este es el Match más alto que han tenido hasta la fecha.
—Oh, chica.
—¿Cuánto?
—¿Parece inofensivo?
—Nana Jo, estoy sorprendida —dijo Jess con una sonrisa burlona.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Para los nativos de San Diego, cualquier tiempo bajo techo forzado
era casi intolerable, y a las tres de la tarde del viernes, el primer día
soleado en más de una semana, Trolley Barn Park estaba repleto de
gente que buscaba el sol. El aire tenía ese olor frío y brillante después
de que toda la contaminación fuera eliminada de las nubes y la
suciedad de las ramas de los árboles. El cielo era de un azul irreal. Y las
trenzas castañas de Juno eran una franja de rojo juguetón contra el
telón de fondo azul verdoso.
—No lo hago.
Por el rabillo del ojo, Jess vio la cola de Pigeon moverse unos
momentos antes de que se lanzara hacia adelante, atrapando algo
triunfalmente en sus patas. Todo ese tiempo que se había estado
escondiendo, había estado a la caza. Juno chilló, encantada.
—Juno —dijo Jess, riendo—. Bebé, solo haz que Pigeon la deje ir.
Fizzy se rio.
—Modo Peak Fizzy como con tres tragos de tequila y recluté a Rob
para que me ayudara a esconder los zapatos de Daniel por toda la casa.
Jess se rio. ¿Qué podía decirle realmente a Fizzy cuando ella misma
estaba lidiando con la preocupación opuesta? ¿Las personas a las que
se les dio un puntaje de noventa y ocho simplemente asumían que con
esa persona serían felices para siempre?
Esperaba ser recibida por la recepcionista o tal vez Lisa. Pero esta
vez, esperándola cerca de los sofás intactos estaba River.
—Bastante bien.
—Básicamente.
—Lo único que creo que realmente necesito saber antes de entrar
en la sala de conferencias es: ¿Es cierto que actualmente no tienes una
relación con nadie?
—Había tenido un día realmente malo —dijo en voz baja—. Ese día
me encontré contigo en el centro. Tomaste mi lugar de
estacionamiento. No me dejaste tomar el ascensor. Perdí una gran
cuenta, tuve que sentarme en una habitación llena de parejas casadas
presumidas, fui a casa y me sentía patética. Escupí en el frasco y lo envié,
pero no debería haberlo hecho.
—Todos nos sentimos peor por la noche —dijo ella—. Debería haber
esperado hasta la mañana.
—Está bien.
¿Eso fue todo? ¿En serio? Él hizo la Pregunta Difícil y ella respondió
honestamente y solo asintió y siguió adelante.
No había mucho más que decir, así que todos se dirigieron a sus
sillas. Omar abrió una carpeta y sacó una pequeña pila de papeles.
—Tómate tu tiempo —dijo Omar con una sonrisa que llenó sus
ojos—. Es una situación extraña, lo entendemos.
El asintió.
—Correcto.
—Correcto.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—No queda nadie en el edificio esta noche que pueda sacar sangre.
¿Estás bien con eso?
—¿Eh… qué?
—¿Sobre esto?
—Sí.
Sacó el primer vial y enroscó la tapa con una práctica presión del
pulgar, al mismo tiempo asegurando el nuevo vial en su lugar con la
mano izquierda. Estas demostraciones de destreza distraían mucho
sexualmente.
—¿Y ya?
Tenía razón.
17
Originalmente Brave New World, novela de Aldous Huxley que trata de una distopía
que anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia,
manejo de las emociones por medio de drogas que, combinadas, cambian
radicalmente la sociedad.
—De todos modos, Rhea no fue la última persona en burlarse de la
idea.
—No creerías las cosas que la gente le dice sobre escribir romance.
Llaman a sus libros ‘basura’ y ‘culpables’, como si fueran algo de lo que
avergonzarse. Incluso en entrevistas. Le han preguntado qué piensa su
padre de que escriba escenas de sexo.
—¿Qué esperas?
Con el rostro inclinado hacia abajo, Jess pudo mirarlo fijamente. Piel
aceitunada suave, sombra de barba incipiente, labios carnosos. Jess no
estaba segura, pero suponía que tendría unos treinta y cinco años. Puso
el filtro mental del tiempo sobre su rostro, imaginándolo con sal y
pimienta en las sienes, las pequeñas líneas de risa en las esquinas de
sus ojos.
—Miedo.
—Los que conocemos, sí. Pero como dije, solo hay un puñado en la
parte superior de la escala.
—Lo escuché.
Maldita sea.
Jess se frotó las sienes y miró hacia arriba cuando su teléfono vibró
sobre la mesa con un número desconocido. ¿Quién llamaría a las 8:15
am un sábado?
—¡Sí!
(Soy River).
¿Pero es un sí al resultado?
98, confirmado.
Era real.
Sabía que era su turno de decir algo, pero sus manos se habían
entumecido vagamente. Deteniéndose, hizo clic en el número de
teléfono y lo ingresó debajo de Flebotomista Americano en sus
contactos.
Parque, en el callejón en la
parte de atrás.
—Paso —dijo.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Honestamente, Jessica, no había visto un pánico como este desde
que escribí a Nicoline en His Accidental Bride. —Fizzy dio un paso atrás
para juzgar el que tenía que ser el cambio de atuendo número 142—. Y
ni siquiera estás fingiendo ser una virgen eligiendo qué ponerte en tu
noche de bodas de la era victoriana. Bájale un poco.
Fizzy parpadeó.
—¿Y?
Jess se sacó el suéter por la cabeza, lo tiró sobre la cama y tomó una
camisa de cambray desgastada que había comprado en una boutique
en Los Ángeles el verano pasado. No encajaba exactamente igual con
el beneficio del sostén acolchado de Fizzy, pero incluso Jess tuvo que
admitir que se veían bastante bien.
—¿Bien?
Fizzy la miró de arriba abajo, con una sonrisa entre sus labios rojo
cereza.
Ella rió. —La cena es… —dijo Fizzy—. Al lado. Tendrás un poco de tom
ka, un poco de curry verde de pato, y si en algún momento crees que
has cometido un error, déjalo con la cuenta y vuelve a casa. Escucha tu
instinto. Estaremos aquí.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Sin exagerar: Ellos estarían ahí. El restaurante que Jess había elegido
estaba al otro lado de la cerca, lo que significaba que ya estaba sentada
en una mesa afuera cuando apareció River. Llegó cinco minutos antes,
pero a juzgar por su expresión de sorpresa, Jess solo pudo asumir que
había descarrilado su plan de llegar allí primero, ponerse cómodo y
sentarse con facilidad para cuando ella llegara.
—Lo hice. Vivo justo ahí. —Ella señaló a su izquierda y sus ojos se
posaron en el edificio de apartamentos.
—¿Necesitas un minuto?
—¿Drunken noodles?
—Son geniales —confirmó—. Pidamos sopa para dos y los dos platos
principales. —Miró a River—. ¿Quieres una cerveza o algo?
—Iba.
—¿Cuál es su nombre?
—Sé que ella está fuera de los límites del experimento —dijo—. Solo
estaba preguntando por la familia. Intercambio. —Hizo una pausa,
sonriendo juguetonamente—. Por ejemplo, tengo dos hermanas
entrometidas.
—A ellas les encantaría. —Se rio, cálido y claro—. Las dos son
mayores: Natalia y Pilar. Ambas dominantes.
—El más joven. Eh… —Jess tomó un sorbo de agua—. Habría perdido
esa apuesta.
La diversión levantó la comisura de su boca.
—Los niños más pequeños suelen ser menos “intensos” —dijo con
una sonrisa, usando su propia descripción en su contra—. Ustedes, los
perfeccionistas tensos, tienden a ser los hijos mayores.
—Hija única.
—¿Por qué?
—Lo siento, eso fue solo… —Se alisó la servilleta sobre su regazo de
nuevo—. No, soy hija única.
»Pero a mi pregunta…
—Oh. —Su mano izquierda se movió para cubrir la tinta—. Sí. —Ella
giró su brazo, pero él se inclinó, envolviendo su pulgar e índice
alrededor de su muñeca, girándola para poder ver la suave piel de la
parte interna de su brazo.
Sus ojos brillaron cuando miró su rostro. Con una mirada que podría
ser de arrepentimiento, le soltó el brazo.
—Tienes suerte.
Había algo en su tono que la atrapó, que volvió a clavar sus ojos en
los de él. No es que sonara solo, exactamente, pero había una
vulnerabilidad allí que la desequilibró un poco.
—Cincuenta y siete.
—Guau.
—Lo que, dicho sea de paso, también reordena tu vida —dijo Jess,
riendo.
Él también se rio.
—Exactamente.
—De acuerdo.
Jess jadeó.
—No.
—Sí.
—¿Se separaron con guiones? —Se inclinó—. Por favor, dime que se
separaron con guiones.
River se rio.
—No lo hicieron.
Juno se rio.
River asintió.
—Si.
—Absolutamente.
Q u é.
Jess sonrió.
—¿El?
—¡Oh, genial! —Dientes, dientes, dientes. Fue todo lo que Jess pudo
imaginar—. ¿Parece que la cita salió bien?
19
N. del T. The San Diego Union-Tribune es el periódico de San Diego, California.
una pequeña entrevista en el blog sobre las citas en línea y, finalmente,
abrirnos camino al Trib.
Jess quería preguntar si ese era un código para referirse a sexo, pero
no iba a preguntar eso.
—Perfecta para las fotos —dijo confirmando sus temores y ella casi
se traga la lengua. Ella ya había puesto su armario patas arriba para la
cita de la cena, y una camisa de cambray y unos vaqueros fue lo mejor
que pudo conseguir. Esta era exactamente el tipo de cosas que había
estado temiendo.
Él rio.
Por otro lado, al final del día, un alma gemela te amaba por lo que
había en el interior, ¿verdad?
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
De todos los hermosos lugares en San Diego (que de hecho eran
muchos) pocos eran tan espectaculares como Shelter Island. Si tomaba
Harbour hacia Scott, giraba a la izquierda en la Calle de Shelter Island y
luego a la izquierda en el círculo, un largo estacionamiento daba paso
a una de las mejores vistas de la ciudad: un panorama completo de la
Bahía de San Diego con el horizonte del centro en todo su perfecto y
cristalino esplendor. Coronado era visible en la distancia. Por la noche,
la vista era tan impresionante que se sentía como entrar a una postal.
Su estómago se encogió.
Michelle era aún más bonita de cerca, cómoda en su piel, con una
sonrisa amistosa. Y por supuesto, estaba River, arrancado de las gruesas
páginas de una revista, luciendo tan fuera de su liga que Jess solo pudo
reír cuando se le acercó.
—¿Qué es gracioso?
—Tú también.
—Mentiroso.
—No.
—Hola.
River también parecía haber esperado que ella respondiera con algo
contrario y ofreció un orgulloso movimiento de su ceja antes de volver
hacia Michelle.
Lo cual no lo eran.
—Pero él nos invitó a ir a las oficinas —dijo Jess, y miró a River para
encontrarlo sonriéndole con cariño. Fue un traqueteo que la sacó de su
ritmo tranquilo y desinteresado—. Así que lo hicimos.
—No nos habíamos conocido oficialmente hasta ese día —dijo él, y
se estiró para pasar su mano por su cabello como un estereotipo
magnifico—. Me había fijado en ella —dijo, mirándola de nuevo y
dejando que su mirada se moviera completamente sobre sus rasgos—.
La he visto ahí durante un par de años, pero no tenía idea de cómo se
llamaba.
—Siento que hay una historia de fondo ahí, pero seguiré adelante.
Jess, ¿puedes contarme un poco sobre ti?
—No lo creía.
River se rio.
—Yo tampoco.
—Lo estamos.
Michelle se rio.
—Está bien.
—¿Jess?
Ella sonrió.
—¿Y lo es?
—No.
20
N. del T. Oferta Inicial al Público: Es cuando una empresa empieza a cotizar por
primera vez en la bolsa de valores.
—Pero seguramente lo estás aprovechando.
—Solo —dijo él, buscando algo—, cuéntame algo sobre tu… coche.
—¿Mi… coche?
—“Mírate” —repitió.
Jess se rio.
—Significa —dijo Jess—, que esto es lo que haces. Por supuesto que
espero que seas mejor en todas las cosas relacionadas con citas y
apariciones públicas. Quiero decir, yo soy…
Él lo notó.
—¿Tienes frío?
Clic.
Michelle se rio.
Clic.
—Podría ser.
Clic. Clic.
…pero eso solo empujó su trasero hacia él aún más y él dejó escapar
un siseo silencioso, acercándola más.
—Jessica.
Clic.
Clic.
—Aún en revisión.
Clic.
Él suspiró.
—Creo que… bueno, no sé tú, pero me estás empezando a gustar.
—¿En serio?
Clic.
CAPÍTULO TRECE
Probablemente Jess debería haber pensado que estar envuelta en
el abrigo de River sería lo más normal, pero en absoluto se le ocurrió
que terminarían en la primera plana.
Fizzy dejó caer una copia sobre la mesa antes de soltar su bolso de
su hombro.
Jess se llevó la taza a los labios, ocultando una mueca detrás de ella.
—Para.
Jess gimió.
—¿Basta qué?
Jess sabía que Fizzy probablemente tenía mil preguntas sobre todo
esto. Ella también lo hacía. ¿Qué demonios estaban haciendo en
realidad ella y River? ¿Cómo se sentía al sentirse tan atraída físicamente
por alguien que no estaba segura de si realmente le gustaba? ¿Qué
debería hacer con todo este interés en sus hombros? Y en todo este
interrogatorio silencioso, a Jess nunca se le ocurrió que las 8:24 llegarían
pronto.
Fizzy se inclinó hacia un lado y vio a River con los ojos muy abiertos.
—Mierda.
Jess no tuvo que volverse para saber que todos lo estaban mirando.
Y luego, incluso de espaldas a la habitación, Jess sintió que todos se
volvían a mirarla.
—¿Qué le hiciste?
—Nosotros no…
—Él sonrió.
—Lo sé —espetó Jess—. Es raro. Cállate.
Ella no se calló:
—¡Shhh!
Fingió estar muy, muy absorta en su trabajo, pero fue inútil. Sabía,
sin tener que mirarlo, que una vez que tomara su bebida, se dirigía
hacia ellas.
—Oye.
—¿Qué?
Asintió con la cabeza hacia las bebidas que dejó. Un blanco mate.
Un latte de vainilla.
—Estuviste genial.
Miró su reloj.
—Está bien, bueno... te veo más tarde. —Con una sonrisa final y
divertida con los labios fruncidos, se volvió para dejar a Twiggs con su
americano en la mano. Zancada, zancada, zancada. La campana de la
puerta gritó cuando se fue.
—Mi vagina simplemente se desplegó como una flor —dijo Fizzy, sin
dejar de mirar la puerta.
—No.
Jess ahuecó su frente entre sus manos. Iba a ser un día muy largo.
—Detente.
—¿Entonces?
—¿Entonces?
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Lo mismo.
—Cállate.
—No soy buena con la presión de los compañeros, ¿de acuerdo? Por
lo general, soy yo quien te está convenciendo de que hagas algo
estúpido. Todo esto es al revés.
—Vagamente.
—Me tiré del tendón de la corva y apenas pude caminar durante una
semana. Para ti y tu libro. Pero le dijiste a Daniel que me había
desgarrado un músculo vaginal en un accidente sexual. Me debes.
—Seguro.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Miii...
—¿Él es tu novio?
¿Cómo se suponía que Jess iba a responder a eso? ¿Que solo fingía
con River porque le estaban pagando? ¿Que eran amigos que
acababan de ser fotografiados envueltos en la ropa del otro? ¿Cómo es
que se esforzó tanto por proteger a Juno, pero lo arruinaba todo
constantemente?
Se inclinó y volvió a besar su mejilla; esta vez ella estaba lista para
eso, pero no estaba preparada para el asalto de sensaciones. Él olía...
diferente.
—Han invertido. En esto. —Suspiró, pero ella sabía que solo estaba
fingiendo estar exasperado.
21
Es una lujosa tienda por departamentos.
—Bueno, la colonia es agradable. —El eufemismo más grade de
todos los tiempos. Jess quería comérselo y bañarlo con el resto de la
botella.
Él se inclinó de nuevo.
—¿De verdad?
—De verdad.
Tras una larga pausa, durante la cual Jess supuso que había
decidido ignorar su petición, River finalmente habló—: De acuerdo,
¿Pensaste en mí cuando te pusiste ese vestido?
Desde el pecho hasta la frente, su piel se sonrojó con calor. Jess miró
su vestido. Era de color azul intenso, con tirantes negros. Un delicado
bordado metálico brillante estaba esparcido en pequeños y artísticos
grupos por todo el vestido, dándole la sensación de un cielo
suavemente estrellado. El sutil borde de encaje negro se entrecruzaba
por encima y por debajo de sus pechos y combinaba ropa de noche con
ropa de etiqueta, pero Juno y Fizzy, sus dos chismosas literalmente se
habían quedado sin palabras cuando salió del probador con él puesto,
así que Jess confió en sus reacciones por encima de su duda sobre estar
mostrando demasiada piel.
—Bueno, si sirve de algo, ese vestido es... —Su voz también salió
ronca, y tosió en su puño—. También te queda muy bien.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Estoy segura de eso —dijo Jess—. Es solo que, hasta ayer, mi ropa
más elegante era el único vestido que me has visto usar. Este vestido
costó más de dos meses de clases de ballet de Juno.
Riendo en voz baja, él dejó que los guiara al interior del edificio. El
vestíbulo con suelo de mármol estaba vacío, excepto por un mostrador
de seguridad, un hermoso sofá de cuero y dos ascensores al final.
Cuando las puertas se cerraron, Jess recordó las otras veces que
había estado en un ascensor con River: el silencio tenso, el desprecio
tácito entre ellos. Volver a eso parecía más sencillo que esta atracción
incontrolable e improbable.
—De acuerdo.
—Creen que esto… —Señaló entre ellos— …es muy... —Hizo una
pausa y le dedicó una sonrisa irónica—. Muy emocionante. Pero —
añadió rápidamente—, por favor, no te sientas presionada por su
entusiasmo.
—De acuerdo.
—Me mudé de casa cuando tenía dieciséis años —dijo, y las puertas
del ascensor se abrieron.
—Mierda.
—¿Estás bien?
Ella iba a tener que ser la valiente aquí. Alargando la mano, Jess
entrelazó sus dedos con los de él. El calor subió en espiral desde las
yemas de sus dedos, crepitando a lo largo de cada centímetro hasta su
hombro y a través de su pecho.
Él le apretó la mano.
—Jess Davis.
Jess dio vuelta hacia sus anfitriones para felicitar la vista y se detuvo
al ver la expresión de River, tragándose sus palabras. Se había puesto
vagamente pálido y húmedo. Se llevó la bebida a los labios y luego
tarareó apreciativamente, murmurando con reconocimiento un
nombre oscuro de alcohol que Jess no captó, y agradeciendo a Caroline
en voz baja.
Jess y River habían tropezado con sus respuestas juntos, con las
manos entrelazadas desesperadamente, con las sonrisas apretadas en
su lugar, pero esa última pregunta detuvo a Jess, e hizo una excusa
sobre la necesidad de ir al baño, siguiendo las instrucciones de River por
el pasillo hasta la segunda puerta a la izquierda. El condominio era
enorme, y Jess ansiaba escapar, explorar, ver cuántas habitaciones
estaban realmente amuebladas.
Se enderezó.
—¿Estás bien?
—Correcto.
Ella exhaló.
—No. —Hubo una larga pausa en la que sintió que quería más, pero
estaban parados en un pasillo en una fiesta, y ella honestamente no
sabía cuánto más había que decir sobre ella y Alec. En retrospectiva, su
posición nunca había sido sólida. El embarazo no había terminado con
las cosas; acababa de acelerar la desaparición—. Él no está en la foto —
terminó finalmente—. En realidad, nunca lo ha sido. Rompimos antes
de que naciera Juno.
—Oh. —Dejó de caminar y se volvió hacia ella con los ojos muy
abiertos—. Guau.
—Suenan increíbles.
Él no se rio.
Su sonrisa se desvaneció.
—¿Lo hacemos?
—¡Ahí estás! —una voz gritó—. River, ven aquí y trae a esa jovencita
tuya.
Aún sosteniendo sus ojos, luchó contra una sonrisa.
Jess se rio.
Mi Jessica.
Fue cursi, pero su entrega fue fantástica. Además, podría haber sido
el anciano más pequeño y dulce que Jess había visto en su vida. Ella se
reiría de cualquier broma que le contara durante el resto del tiempo.
Todos gimieron.
—El potasio y el oxígeno salieron en una cita —dijo Johan, sonriendo
mientras su juego comenzaba a rodar—. Todo salió bien.
—Lo haré. —Se inclinó y volvió a besarla en la mejilla. Jess y River los
vieron alejarse juntos, tomados de la mano.
—Guau.
—Solo los mejores chistes requieren explicación inmediatamente
después —dijo, con los ojos bailando hacia ella.
—¿Ellos? —preguntó.
Los ojos de River se abrieron y Jess fue testigo del momento en que
aterrizó la comprensión .
—Oh Dios.
—Está bien.
¿Cómo aprende alguien a besar así? ¿River tomó una clase? ¿Miró
vídeos de YouTube, como cuando Jess aprendió a arreglar la válvula de
llenado del inodoro? Anoche se había quedado en la cama pensando
en la boca de él y en la presión apremiante de sus dedos sobre su
mandíbula, en la aleccionadora realidad de que Jess había tenido sexo
real que la había dejado menos satisfecha que el beso de River.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¿Nana?
—Se cayó.
Pops apretó su mano, con los ojos fijos en su rostro. El abuelo de Jess
siempre había sido la persona más fuerte y estable que conocía. Pero
ahora mismo, parecía que un ligero viento podría derribarlo.
Nana hizo una mueca de dolor y, la cara de Pops se puso volvió aún
más pálida.
—¿River?
—No.
—Oh, no.
—De acuerdo.
—Todo va a salir bien —dijo River para tranquilizarla. Jess asintió. Ella
también necesitaba creerlo.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¿Algo? —preguntó.
—¿Cómo está?
—No estoy seguro —le dijo Pops—. Pero, será mejor que saquemos
mis botas con punta de acero del almacén por si acaso.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Oh.
—Hola.
—Es una campeona. Todo ha ido bien. —Jess sonrió—. Ahora está
durmiendo, pero seguro que mañana empezará a molestar para que la
dejen ir.
—Creo que tal vez tuvo un día difícil. Lo hablamos un poco, pero
parece que no fueron muy amables con ella en el almuerzo. Solo quería
que lo supieras.
Tuvo que tragar dos veces antes de poder sacar las palabras.
Antes de que él pudiera darse la vuelta, ella atrapó sus dedos con los
suyos.
—River. Oye.
—Jess.
Poco a poco, con la claridad del aire fresco y agudo en sus pulmones
y el espacio del peso embriagador de su cuerpo contra el de ella, volvió
a ser ella misma. El cielo nocturno le hacía cosquillas en la nuca; una luz
de blanca zumbaba en lo alto.
—Sí.
Su coche.
Juno.
—Mierda. Lo siento.
—Oh, Dios mío. —Jess se llevó las manos a la cara, sin aliento por
una razón totalmente nueva—. No, yo lo empecé. Lo… siento.
Ella caminó alrededor del lado del conductor, encontrando sus ojos
sobre la parte superior del coche. Estaba perdiendo la cabeza. Todo esto
iba demasiado rápido, y tenía la sensación de que ninguno de los dos
estaba al volante.
—Eh, tú. —Le dio unas palmaditas en la mano y volvió el rostro hacia
ella—. Oye cariño. ¿Has estado parada aquí así toda la noche?
—Sí —dijo con voz ronca, agradecido—. Y algo de comer, por favor.
Jess
No llegaré tarde.
Nana estaba despierta, con los ojos borrosos, pero sonriendo. Desde
atrás, la postura de Pops parecía más alegre que en veinticuatro horas,
sostenía una taza para llevar en la mano izquierda.
—Es bueno verte despierta —decía River—. Conocí al Sr. Davis, pero
no pude verte ayer.
Jess no podía culpar a su abuela; sin duda, el Dr. Peña era más
guapo de lo que había dicho.
Pops asintió.
Nana frunció el ceño hacia Jess como diciendo ¿Eso es todo lo que
tienes que decirle?, y cuando River miró hacia un lado al escuchar el
pitido de un monitor, Jess respondió con un indefenso encogimiento
de hombros diciendo ¿Qué más quieres que diga?
Nana puso los ojos en blanco y Jess volvió a mirar a River, quien
desafortunadamente había captado el final de esta conversación no
verbal. Se aclaró la garganta y se echó hacia atrás la manga para mirar
su reloj.
—¿Puedo acompañarte?
Se enderezó.
—Gracias por hacer eso. —Se las arregló para decir robóticamente,
levantando los papeles.
—Te veré más tarde. —Se volvió, rígido, y comenzó a caminar hacia
el ascensor. Zancada, zancada, zancada.
—Es solo que nada de esto es parte de nuestro contrato. Espero que
sepas eso. Yo nunca quise aprovecharme.
—Es solo que no sé qué hacer con lo que estoy sintiendo —admitió
Jess en un estallido.
Su frente se relajó.
—No estoy aquí por el precio de las acciones, Jess. Lo he dicho antes.
No se trata del dinero.
—Eso es algo que solo dicen las personas que no están preocupadas
por el dinero.
Jess cerró los ojos y extendió la mano para frotarse la cara. Todo lo
que dijo sonaba tan lógico. Pero aun así. Ella estaba asustada. Le
molestaba la persistente puñalada de su enamoramiento en cada
momento de vigilia. Se sentía atraída por River más allá de lo que había
sentido antes, pero también era emocional. Era el tipo de atracción que
echaba raíces bajo la superficie.
—¿De verdad?
—De verdad. Quiero estar aquí para traerte café. Quiero invitarte a
cenar y pedir la misma comida y escucharte recitar las probabilidades
de que nos hubiéramos encontrado. Quiero odiar, asistir a eventos
sociales elegantes juntos.
Él la ignoró.
—No.
Nana Jo puso los ojos en blanco, pero sus palabras la hicieron brillar
como un árbol de Navidad.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
22
N. del T. Terapia Física
Cuando Nana Jo volvió a la cama para pasar la noche, eran pasadas
las cinco, y aunque Jess había estado sentada la mayor parte del día,
estaba tan agotada mentalmente que solo quería acurrucarse en su
cama, no le importaría encontrar un sitio en el suelo de linóleo. Pero
más que eso, quería pasar un rato con Juno mientras su hija estuviera
despierta. Y comer. No había comido desde que había cogido un
panecillo de granola a las diez esa mañana, y su estómago se retorcía
de molestia.
I want to hear you recite the odds that we would have met”
Jess agitó una mano, sin estar preparada para hablar de ello todavía.
—Calientes y fantásticas.
Jess asintió.
—Quiero decir que esta situación me aleja tanto del trabajo como
de Juno —dijo ella—. Apenas la he visto los últimos dos días.
—Lo sé.
—Y si pudieras hacer cualquier cosa esta noche cuando Juno se vaya
a dormir, ¿qué sería?
—Iría a su casa.
Jess buscó la última excusa que le quedaba. Qué por suerte, era una
buena—: No sé dónde vive.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Quería verte.
—Y Ju...
—Fizzy.
—No puedo creer que estés aquí —gruñó, raspando con sus dientes
su mandíbula, chupando, mordiendo su cuello—. ¿Viniste para esto?
—¿Demasiado rápido?
River dejó caer su frente sobre su sien, dejando que fuera ella quien
lo guiara. Los dos se quedaron quietos por un momento sin aliento, y
en ese tiempo Jess solo existió en el limbo entre la felicidad y la
incomodidad. Con cuidado, sin moverse, él la besó, tan dulce y
preocupado, y ella pudo finalmente exhalar.
—No. No te vayas.
—No lo creo.
—Yo ya lo hago.
—Igual.
—Y el beso en la fiesta.
—Por supuesto.
—Me alegro de que no lo hicieras. Habría dicho que sí, pero, ayer no
estaba lista.
—Te desea desde antes de Shelter Island —dijo River en voz baja.
—¿Cuándo?
—La noche que nos enteramos del Match, cuando estábamos fuera.
Me preguntaba qué se sentiría el besarte. —Se inclinó, dándole un
pequeño beso—. Y en la cena, con Dave y Brandon. —La besó de
nuevo—. En el laboratorio, cuando te saqué sangre. Nuestra primera
cita. Prácticamente cada vez que pensaba en ti.
Bajo la manta, River le pasó las manos por los muslos desnudos y
dejó escapar un largo y lento suspiro.
—Vas a matarme.
—No.
La sonrisa de River flaqueó; Alec estaba allí con ellos ahora. River se
acercó para enroscar un largo mechón de su pelo alrededor de su dedo.
—Alec, y no.
—Que idiota.
—Los tiene. He visto a algunas personas aquí y allá, pero a nadie que
consideraría un novio.
Dibujó otra forma de infinito a través de su clavícula, tarareando.
—Vaya.
Volvió a llevar las dos manos por debajo de la manta y las puso sobre
las caderas de ella. Le resultaba difícil concentrarse en sus palabras,
incluso cuando dijo:
—No mucho. Algunas. Un par de veces al mes, ¿tal vez? Trabajo cien
horas a la semana.
River sonrió.
—Así es.
—Excelente plan.
—Hola.
—¿Estás bien?
Ella asintió.
—Sí, pero mi casa se siente como una sala de exposición por la que
caminas para elegir los accesorios del gabinete. —Sonrió ante una foto
de Jess y Juno en la playa—. No es un hogar.
River sonrió.
—Sí, yo también.
—¿Qué?
—¿Adivina de quién es la niña que se queda a dormir en casa de
Naomi mañana?
Jess se rio.
—Am...
Abrió la boca para decirle que no era necesario, que podían pensar
en algo, era el Today Show, casi llora en voz alta, pero él negó
firmemente con la cabeza.
—Oh.
—¿Historias vergonzosas?
Él rio.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
TRANSCRIPCIÓN TODAY SHOW
Natalie Morales [voz en off]: ¿Qué pasaría si alguien te dijera que las
citas son cosa del pasado? ¿Que encontrar a tu alma gemela está a un
solo un hisopo de la boca? Puede parecer demasiado bueno para ser
verdad, pero en San Diego, California, una floreciente empresa de
biotecnología afirma que puede hacer precisamente eso. A través de
una serie de pruebas de personalidad, escáneres cerebrales y sí, análisis
de ADN, GeneticAlly puede identificar a tu alma gemela biológica.
Usando un algoritmo patentado llamado ADNDuo, su ADN se
comparará con cientos de miles de otras personas en la base de datos
de GeneticAlly. Su software coloca sus puntuaciones de compatibilidad,
de cero a cien, en un rango de categorías:
Match Básico. Plata. Oro. Platino. Titanio. Tres de cada cuatro Match
de Titanio terminan en relaciones comprometidas.
Entonces, ¿qué pasa con las parejas que superan los codiciados
noventa? Hasta la fecha, solo se han encontrado cuatro Match de
Diamante y, en un giro sorprendente, uno de ellos es miembro del
equipo de GeneticAlly. Específicamente, el inventor y científico
principal de ADNDuo, Dr. River Peña, un genetista de treinta y cinco
años, inició su investigación en los laboratorios del Instituto Salk.
River: Trescientas.
Natalie: ¿Y?
River siguió caminando, mirando hacia atrás solo cuando notó que
ella ya no estaba a su lado. Regresó con ella.
—Te prometo que esto será mucho más doloroso para mí que para
ti.
—Es fácil decirlo ahora, cuando tus años de torpeza han quedado
atrás. —Se señala la frente—. ¿No ves mi estrés?
—Nop, perdón, solo veo lo bonito. —Se inclinó y posó su boca sobre
la de ella para darle un dulce beso—. Ustedes tres se van a divertir a mi
costa, y luego volveremos a mi casa y quizás tal vez sí lleguemos a mi
cama.
—Le diré a mamá que estás muy delgado. ¡Tus pantalones parecen
bolsas de basura!
—Jess, estas son mis odiosas hermanas, Natalia y Pilar. Por favor, no
creas nada de lo que te digan.
Jess miró a River, y le pasó esta. Pero luego sus propias preguntas
salieron a la superficie. ¿Sabían sobre el dinero? ¿Qué tan honesta se
suponía que debía ser?
Ella se rio.
—Entiendo que mi hermano se ve así ahora, pero eso no fue siempre
así. Criticar las elecciones de ropa de los demás habría sido la menor de
sus preocupaciones.
Él se rio.
—Soy dos años mayor que River —le contó Natalia a Jess—, y Pilar
es un año mayor que yo, por lo que también era nuestro bebé. Nuestros
padres trabajaban a tiempo completo, y en ese entonces no podían
pagar un campamento de verano para los tres, así que nuestros veranos
lo pasábamos con Abuela. River era su pequeño ayudante, y todas las
tardes se sentaban juntos y veían telenovelas.
—Lo del ADN del amor tiene sentido cuando lo piensas —repite
aceptando en voz baja.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Sus manos se entrelazaron en el camino a casa, ambas
descansando en el muslo de él, y los calentadores de los asientos del
Audi, hicieron que Jess sintiera que se estaba derritiendo en un feliz
montón viscoso.
—Yo lo hago.
Él tarareó a esto, apoyado en sus codos sobre ella y jugando con las
puntas de su cabello. Todavía estaba rizado por la entrevista de esa
mañana, y distraídamente enrolló un mechón alrededor de sus dedos.
—¿Se te había ocurrido antes de que Natalia lo dijera esta noche que
lo que estás haciendo ahora está, de alguna manera, conectado con
todo esto? Apuesto que tu abuela hubiera amado esto.
—¿Qué?
—Oh. —Juno la miró de reojo—. Creí haber visto sus cosas en casa.
—Ayer —dijo Juno casualmente, con los ojos al frente—, dejó unos
pantalones cortos.
—Sí, probablemente.
—Lo sé.
—Sí.
—¿Qué?
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Bien.
—¿Estás bien?
—Sí exactamente. —Él rió—. Tenemos gente que viene a las oficinas
el lunes.
—… ¿Vale?
Él la miró y luego se rio de su malentendido.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¿Por qué saliste tan temprano para tomar un café? Mamá tiene
una máquina de café en la cocina.
—Tienes que ser más alta, mamá —dijo Juno—. River Nicolas me
puede hacer subir mucho más.
—River, están listos para ti. —Lisa le hizo señas para que pasara por
el pasillo. Con un último beso, desapareció en el ascensor y Lisa regresó.
Lisa probó la puerta, luego sacó las llaves y la abrió, haciendo una
mueca de dolor de inmediato cuando se volvió hacia Jess.
Pero por el lado bueno. River Nicolas Peña acababa de decirle que
la amaba. Lisa podría dejar a Jess en Bourbon Street temprano un
sábado por la mañana y estaría bien.
—Esto es genial.
Cliente 144326.
Esta debe ser la pila Match de Diamante de David, supuso Jess. Pero
su cerebro tropezó con una coincidencia en la esquina superior
derecha. Pasó entre esta y la hoja superior de River y ella, comparando.
Las fechas del ensayo fueron diferentes en los tres casos, pero la hora
de finalización del ensayo fue exactamente la misma.
Sí: para los tres ensayos, el tiempo de ejecución finalizó a las 15:45:23.
Su estómago se apretó. Estadísticamente, eso era... profundamente
improbable. De 86,400 segundos en cada veinticuatro horas, solo había
una probabilidad del 0,0012 por ciento de que dos eventos ocurrieran
en el mismo segundo.
¿Pero los tres? Era casi imposible. Las probabilidades… Jess cerró los
ojos para hacer los cálculos, de que tres ensayos terminen
aleatoriamente en el mismo segundo exacto en días diferentes eran
aproximadamente de 1 en 2,5 millones.
Recordó haber visto las dos máquinas la noche en que él analizó las
muestras de sangre y preguntó por ellas.
Por lo que Jess podía ver, los únicos valores que eran diferentes, tal
vez solo treinta en el conjunto de datos completo de casi 3500, eran los
que habían estado encerrados en un círculo en su primer ADNDuo.
Para llamar la atención sobre ellos. Si no fuera por el sello de tiempo
idéntico y el misterio de ADNDuo 2, Jess podría haberse dicho una
mentira, que esos valores estaban encerrados en un círculo porque los
diferenciaban a ella y a River del otro ensayo. Pero sabía que no estaban
encerrados en un círculo porque eran especiales. Fueron encerrados en
círculos para realizar un seguimiento de los que se habían alterado.
Mientras esperaba a que Aneesha viniera por ella, Jess no tenía idea
de cómo iba a pasar la entrevista, sabiendo lo que sabía ahora.
Claro que lo hizo; cualquier criatura con pulso podría sentir qué no
estaba nada bien acerca de ella en ese momento. Pero un no podía
hablar de ello y no podía hacerlo aquí en la oficina, e incluso aunque
pudiera, no estaba segura de estar preparada para escuchar esa simple
pregunta como respuesta: ¿Lo supiste todo este tiempo?
—Siento que me estoy perdiendo algo —dice con voz baja—. ¿Estás
enojada conmigo?
—Solo nosotros.
—Uh, sí.
River la miró fijamente y parecía que ya había decidido que eso era
lo mejor que iba a conseguir en ese momento.
¿Estás bien?
—Realmente tengo que irme. —El corazón le latió, Jess miró a River.
No le gusta dejar las cosas así, pero tenía que hacerlo.
¿Dónde estás?
En mi casa, ¿vienes?
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Y así, River fue dejado de lado para más tarde. Jess tenía mucha
experiencia separando las cosas. Jamie se había presentado en la
graduación de secundaria de Jess después de cuatro largos días de
fiesta con metanfetamina recorriendo los pasillos buscándola entre el
mar de compañeros de clase. Unos treinta segundos después de pasar
ruidosamente por encima de Jerome Damiano y Alexa Davidson para
alcanzar a su hija, Jamie fue expulsado por el guardia de seguridad del
campus. Aun así, Jess se puso de píe y camino hacia el frente del
auditorio cuando llamaron su nombre.
Y, Jess recordó, ella y Alec rompieron una hora antes que presentara
su tesis al departamento entero de matemáticas, cuando tenía seis
meses de embarazo de Juno. Entonces, ella guardó toda su furia y
23
N. del T. Bop: ritmo musical relacionado con el Jazz.
decepción dentro de ella, todo lo uso para la presentación, con una
enorme sonrisa y hermosas diapositivas diseñadas. Obtuvo una A.
—Dime.
—Está casado.
Fizzy volteó sus ojos negros llorosos para mirar la cara de Jess.
—Rob.
—¿Rob el banquero?
—Sí.
—Sí.
—Lo sé.
—Ven aquí. —Jess cambió el pie de Fizzy por su cuerpo entero para
abrazarla fuertemente mientras su amiga lloraba.
—¿Qué?
Fizzy lloriqueó.
—Su esposa estaría ahí —dijo Fizzy en voz baja—. Supongo que es
por eso que nunca fuimos a su casa.
Alma gemela.
—Apestas.
—Es lunes —dijo Jess—. Pops la recogerá y harán esa cosa con la
librería. Tengo tres horas para hacer lo que pueda para hacerte sentir
mejor.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Fizzy y Jess se tumbaron en el sofá viendo Sensatez y Sentimientos
en silencio con su festival de quesos y galletas. Eventualmente, Jess le
dio a Fizzy un último apretón y se dirigió a casa, le dio de comer a Juno,
la baño, acurrucó y durmió. Después tomó una copa de vino solo para
ella ante de abrir las compuertas proverbiales.
¿Puedes venir?
Sí. ¿Ahora?
Espera.
Escribió lo más rápido que pudo porque sabía que ese “Espera”
probablemente lo había hecho entrar en pánico.
Debería habértelo
ofrecido hace mucho
tiempo. Lo siento. ¿De eso
se trata todo esto?
Sí.
—Hola.
—Bromeas.
—Mierda.
Era una manera más fácil de ver los puntajes sin procesar, Jess pudo
ver inmediatamente tendencias que no había podido ver en la tabla,
pero precisamente porque había mucha información, era claro para ella
que, si esto era todo lo que River había visto, hubiera sido casi imposible
de descifrar que era casi idéntico al gráfico que había visto hace años.
Quizás River no lo sabía. La esperanza era una luz débil que brillaba
en la oscuridad de su estado de ánimo. De la manera más causal
posible, Jess preguntó:
Ahogó un grito de alivio. Confirmo que tal los datos no habían sido
manipulados.
—Esto en realidad son los datos sin procesar. Todo se muestra aquí
en una tabla. Tiffany acaba de trabajar con los chicos de Caltech para
que la red neuronal cree este gráfico para nosotros como equipo
porque es mucho más fácil de ver. Pero podemos generar uno de estos
para cualquier pareja que coincida.
Nunca la había llamado antes “cariño”, y eso solo la hizo llorar más
fuerte. Estaba aliviada que todo este tiempo le había mentido. Pero
ahora, debe decirle que no son un noventa y ocho. Estaba enamorada
de él. Y Jess odiaba cuanto esto lo iba a lastimar. Su confianza en David
iba a dañarse por completo. Hasta que ella llegara, GeneticAlly ha sido
la vida entera de River.
—¿Cómo qué?
—No lo sé. —Puso sus brazos sobre su cintura por detrás e inclino
su frente entre sus omoplatos. Aliviada de que ya lo sabía, Jess pensaba
que ambos podrían empezar a idearse como resolver esto, juntos. —
¿Estás bien?
—Vale. Sí. Bien. —Un plan. Cogió su teléfono, deslizó el dedo hasta
Favoritos y presionó la foto de Pops. Ya estaba sonando cuando se lo
llevó al oído—. Déjame hacer que Pops se siente con Juno...
Oh.
—¿En serio esperas que me enfríe los talones aquí, sola? —Asintió
con firmeza.
—River.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Pero River no llamó. Jess se quedó despierta hasta casi las tres,
alternando entre ver la televisión y revisar su teléfono. Finalmente se
quedó dormida apoyada torpemente contra sus almohadas,
despertándose para encontrar la televisión todavía encendida y su
teléfono todavía vacío de mensajes.
Jess juró que su hija tenía algún tipo de radar que se enfocaba
exactamente en cuán corto era su Mom Fuse en un día determinado, y
luego lo convirtió en un deporte olímpico.
—¿Los echaste a lavar? —Jess tomó las uvas del refrigerador y metió
un racimo en la lonchera de Juno. Su teléfono estaba boca abajo en el
mostrador, pero lo dejó intacto. Mirar solo la haría sentir peor.
—¡Juno! —Jess gritó. Su voz era tan fuerte que incluso a ella la
asustó.
Ella asintió con la cabeza, pero no miró a Jess a los ojos, sino que se
centró en el patio de recreo por encima del hombro de su madre. Su
pequeña frente estaba tan gruñona.
Si fuera Jamie, se presentaría más tarde hoy con un regalo dos años
más joven para los intereses de Jess o llamaría a Jess mocosa y no se
presentaría en absoluto. No soy mi mama Jess envolvió a su pequeña
en un abrazo.
—Le preguntaré, pero de cualquier manera, estaré aquí en la salida
—dijo—. Te amo mucho.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Tierra a Jess.
—¿Y Pops?
—Él está más feliz ahora que ella está en casa con él —dijo Jess
rotundamente—. Ha cautivado a la mayoría del personal del centro de
rehabilitación, así que, por supuesto, obtiene lo que quiere.
—¿A mí?
Fizzy sonrió.
Jess se rio por primera vez en todo el día. El problema era que no
podía hablar de eso. No solo no era su problema compartirlo, ni siquiera
estaba segura de cuán grande era el problema.
—Estoy bien, dormí como una mierda y le grité un poco a Juno esta
mañana.
Fiel a su tipo, River no dijo nada. Solo la miró con tierna empatía.
—Tu decisión.
Con una pequeña mueca de dolor hacia Fizzy, quien sin duda
estaba captando cada vibración extraña que estaban lanzando, Jess lo
siguió por la puerta, volviéndose hacia él tan pronto como estuvieron
afuera.
—Oye.
—He tenido en mis manos todos los datos hasta hace unos seis
meses, cuando las cosas se pusieron mucho más ocupadas —dijo, con
las palabras juntas. Jess nunca lo había visto así: ojos salvajes e
inyectados en sangre, energía tumultuosa. Cualquier poder que lo
había mantenido sereno en Twiggs se estaba desmoronando aquí en la
acera—. Quiero decir, hasta que salía a reunirme con inversores
constantemente. Dave y Brandon afirman que nuestros perfiles son los
únicos que falsificaron. Envió ambas manos a su cabello ahora y miró
hacia el pavimento. —Tendré que confirmar eso.
—Dave me conoce desde hace casi trece años. Como él dijo, él “sabía
en lo que estaría metido”.
Sus cejas se elevaron lentamente.
River intentó sonreír, pero en el mejor de los casos fue una mueca.
—La idea se consolidó cuando supieron más sobre ti. Una estadista,
una local, ayudando a cuidar a tus abuelos. No supieron lo de Juno hasta
más tarde y...
—¿Cierto? —presionó.
A menos que...
—Oh. —Ella bajó la mirada a sus zapatos, los de él pulidos, los de ella
desgastados. Estaban a solo un par de pies de distancia, pero se sentía
como si estuviera parada a una milla de distancia—. Supongo que eso
es todo.
—Lo es.
Buscó sus ojos durante un largo rato antes de inclinarse para darle
un beso rápido en la mejilla. Después de volver a trotar dentro para
recoger su Americano, no se detuvo en su mesa de nuevo al salir por la
puerta.
CAPÍTULO VEINTICUATRO
A la tarde siguiente en el Supermercado Vons, Jess levantó la vista
de su lista de la compra y se dio cuenta de que Juno seguía mirando en
la media milla de opciones de cereales.
—¡Jessie!
⎯¿Jessie? Es mamá.
Su “solounpoco” salió como una sílaba fluida, por lo que todo lo que
dijera a continuación carecía de toda credibilidad.
Jess se detuvo.
—Mamá, espera. —Jess cerró los ojos y contó hasta cinco. El sol ya
empezaba a ponerse. Nana y Pops estaban fuera con algunos amigos
de la marina; Fizzy tenía un plazo, y Jess no podía seguir corriendo hacia
ella de todos modos. River… River ya no estaba más en el panorama,
aparentemente. Estaba sola.
—No conduzcas —dijo—. Solo… envíame la dirección. Iré ahora.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—¿Hola?
Jamie dobló la esquina con un vaso de líquido ámbar en la mano,
pero cuando vio a su hija, lo dejó inmediatamente sobre la mesa
desordenada. Estaba descalza y llevaba un vestido de verano hasta la
rodilla. Jess agarró con fuerza a Juno mientras miraba con inquietud la
habitación. Había un hombre desmayado en un sofá, una mujer en la
cocina caminando ansiosamente mientras murmuraba en un teléfono.
Solo Dios sabía lo que estaba pasando arriba.
—¿Lo hice?
—Dijiste que has estado sobria durante dieciocho meses, así que
¿qué haces bebiendo en casa de Ann?
—Me tomé una cerveza. —Jamie soltó una risa cortante y se volvió
hacia la ventanilla del copiloto—. Por supuesto, para ti eso lo arruina
todo. Siempre eres tan rápida para juzgar.
—¿Con quién?
—¿Producto?
—Sí.
—Mamá, estoy segura de que todo eso está en los términos del
acuerdo que firmaste para comprarlo.
Jess la miró boquiabierta, con los ojos muy abiertos con horror, y
tuvo que desviarse para mantenerse en su carril.
—Allá vamos.
—Tienes dos delitos —dijo Jess, y ahora sus manos temblaban sobre
el volante—. California es un estado de tres delitos. ¿Entiendes lo que
eso significa? Si esta mujer presenta cargos, podrías ir a prisión por
veinticinco años.
Jamie hizo un gesto para evitarlo.
—No voy a llegar a eso. Solo tengo que devolverle el dinero a Trish.
—Le pagaré con mi parte del producto que me queda por vender.
—¿Qué?
—No sé si él y yo somos…
—Sí.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Su novio.
Su buen humor.
Los diez mil dólares que habían estado en su cuenta corriente hace
unos días.
2. Su Wi-Fi apestaba.
Aunque para ser totalmente franca, podría ser más difícil si Jess se
enterara de que él tampoco iba a ir a Twiggs nunca más. Que había
borrado por completo cada parte de su historia compartida.
Y no era como si Fizzy estuviera realmente presionando para
regresar. Rob había esparcido sus asquerosas vibraciones de tramposo
por toda la mesa antes de que Fizzy lo rociara con agua helada. Dios,
Twiggs había sido manchado por los fantasmas de sus despreocupados
exnovios. Las que, dos meses antes, bebían alegremente Americanos,
chismorreaban impunemente, y no les habían roto el corazón. Jess
extrañaba a esas mujeres.
Pero trabajar desde casa no era del todo malo. Jess estaba
ahorrando dinero e incluso podría perder algunas libras sin su ingesta
diaria de muffins de arándanos.
Jess sabía que Fizzy tenía razón, pero no estaba segura de que
importara. Al menos para ella. —Me pregunto si River sabe que la
empresa todavía me paga.
—Oye, Jess.
—Oh, Dios mío —siseó—. UPS está aquí para recoger algo, no tengo
pantalones puestos.
—¡Ve!
—¡Haz que hable él! —Ella hizo una caja de sombra en su silla y se
olvidó de susurrar el resto: —¡Que se joda! ¡Dile que dije eso!
River la miró a la cara y luego bajó los ojos antes de volver a mirar
inmediatamente hacia arriba. Un rubor ardiente subió por su cuello.
Cierto. Pantalones. Y mientras estaban uno frente al otro, River hizo un
valiente esfuerzo para no dejar que sus ojos cayeran por debajo de sus
hombros nuevamente.
O... tal vez no fue valiente. Quizás no fue nada difícil. Quizás para él,
apagar los sentimientos era como apagar el interruptor al final de un
experimento.
—Quédate ahí.
Jess lo encontró encaramado en el borde del cojín del sofá, con las
manos inmovilizadas entre las rodillas. Él la miró y pareció relajarse un
poco, hundiendo los hombros.
Su mandíbula cayó.
—Jess, vamos. También dijiste que era mucho para digerir. Estaba
metido hasta el cuello en los datos. Y cuando no volviste a llamar, yo...
no estaba seguro de si necesitabas espacio.
—¿Y a ti?
—Por supuesto que sí. ¡A mí también me sorprendió!
—No eres “fácil de dejar”. Nada de esto ha sido por mis sentimientos
por ti. Estaba totalmente destrozado por el trabajo, preocupándome de
que tuviéramos que revelar la manipulación, preocupándome de que
toda mi empresa se hundiera.
—Lo entiendo, pero eso no hace que mis sentimientos sean menos
válidos —dijo, cuidando de que su voz no temblara—. Tuve una semana
realmente de mierda. Te necesité. Incluso si tú también estuvieras
pasando por eso, yo te necesitaba. Y no puedes hacer eso, ¿Sabes?
¿Simplemente desaparecer? Recuerda esto para la próxima vez, con la
próxima mujer. Si hablas de sentimientos como 'amor', le debes más de
lo que me diste esta semana.
—¿Disculpa qué?
—¿Estamos rompiendo? —preguntó con voz tensa.
—La cagaste.
—¡No entiendo lo que crees que está pasando aquí! No puedes dejar
la faz de la tierra durante una semana y luego actuar confundido.
—Podría haberte dicho eso —dijo Jess en voz baja, y agregó con una
sonrisa renuente—. Y apuesto a que ni siquiera usaste el análisis
correcto para calcularlo.
Él rio secamente.
River palideció.
—¿Qué?
Él sacudió la cabeza.
—Al final, solo fabricaron nuestra puntuación. Todo lo demás se
reproduce dentro del margen de error estándar.
—¿Eso es un sí o un no?
Él rio.
—Entonces no mires.
—No.
—Es fácil para ti decir eso porque lo has visto. —Ella hizo una pausa—
. ¿Eso significa que es malo?
—No quiero. Entiendo que necesitabas ver los datos, pero odio que
necesites verlos para elegirme.
—Suena bien.
—¿Lo somos?
—Te extrañé.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
—Supongo que no fui el único que olvidó que ella estaba allí.
El "Lo siento" de Jess se disolvió entre ellos cuando River se acercó a
ella, su mirada se oscureció; la adrenalina se vertió cálida e insistente en
su torrente sanguíneo.
—No lo sé, pero me alegra que no tengamos uno ahora. —Cerró los
ojos y se concentró en los dulces y diminutos besos que él dejó caer
sobre su piel, desde la clavícula hasta la mandíbula.
—¿En serio?
River asintió.
Ella se acercó, le pasó una mano por el cuello y lo atrajo hacia ella.
Su beso comenzó lento, sus labios absorbiendo su exhalación aliviada,
pero luego se abrió para saborearla.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△
Él rio.
—Creo que tienes razón. —Jess lo besó, incapaz de cerrar los ojos.
Ella pensó que se había sentido segura sobre esto antes, pero el amor
que acababan de hacer cimentó algo diferente entre ellos. Con la punta
de su dedo, trazó la forma de su mandíbula, su boca, y luego se le
ocurrió una idea—. ¿Puedo preguntarte algo sobre la empresa o quieres
quedarte en la burbuja un poco más?
—David y Brandon se han ido. La junta los despidió el mismo día que
te vi en Twiggs. A Tiffany también.
Jess jadeó.
—¿Ella lo sabía?
—Creo que tenía que saberlo —dijo River, y se estiró para frotarse los
ojos—. Los únicos que quedan del equipo original somos Lisa, Sanjeev
y yo. —Cuando retiró la mano, la miró, desprotegido, y Jess vislumbró lo
exhausto que estaba—. Contratamos a un genetista de UCSD y al jefe
de química de Genentech para que se sentaran en la junta interina. Me
ascendieron a director ejecutivo. Sanjeev asumirá el cargo de CSO.
Traeremos a un nuevo jefe de marketing, que esperamos comience la
próxima semana.
—Jess.
—… la puntuación original afectó tu valoración y…
—Para.
—Sé lo que estás pensando. Que estoy siendo poco ético o evasivo.
No lo estoy. Solo tienes que confiar en mí.
Bueno, tal vez una más. Ella frunció el ceño cuando él se puso los
pantalones.
—¡Sorpresa!
Por eso ella sabía que era mejor no pensar que, aunque el oficial de
OPI24 de GeneticAlly lo mantuviera alejado al dia siguiente, aun tenían
la cena de la compañía esta noche, y esperaba que River estuviera en la
oficina hasta casi pasada la medianoche, probablemente se hubiera
vuelto a marchar antes de que Jess se despertara. El precio inicial de las
acciones era incluso más alto de lo que el asegurador había soñado, y
todos estaban en ascuas esperando que no cayera el mercado de
accesorios. Si se mantenía estable o subía, el equipo original de
GeneticAlly, menos David, Brandon y Tiffany, que habían violado una
cláusula contractual importante, estarían ganando decenas de
millones cada uno, de la noche a la mañana.
24
N. del T. Oferta Pública Inicial.
Él se encogió de hombros casualmente, y ella no pudo darle una
respuesta desagradable porque ya habían llegado hasta la mesa de
Juno, y tanto River como ella estaban radiantes, con un orgullo tal, que,
por un segundo, Jess quiso preguntar a quién se le había asignado la
tarea de arte y ciencia de segundo grado. Pero, ¿cómo podría burlarse
de esas caras? A medida que padres, maestros y compañeros de
estudios se acercaban a la sala para escuchar la presentación de Juno,
junto a River, disciplinadamente en silencio, pero de pie con orgullo,
Jess sintió el peso de los últimos meses contra su pecho como un saco
de arena. Se dio cuenta de que el destino podía ser también una
elección. Creer o no creer, ser vulnerable o no, arriesgarse o no. Las
lágrimas se asomaron en sus ojos y se volvió hacia Fizzy, fingiendo que
una pestaña se había metido en ellos. Fizzy, dándole crédito, sacó un
pañuelo de papel y un espejo de su bolso, permitiéndole a Jess
mantener su dignidad.
El momento de la verdad.
Él tomó su mano entre las suyas y ella las levantó para besar sus
nudillos. Era como si la traición de David hubiera aliviado un poco su
tensión; las cosas habían salido terriblemente mal, pero al final todo
resulto bien. Mejor, incluso. El nuevo equipo ejecutivo se fortaleció y
hubo una conexión estrecha e instantánea. River en persona había
vuelto a analizar cientos de muestras. Había tantos rumores sobre
GeneticAlly en los medios últimamente, que Jess estaba consciente de
que muchos padres sabían quiénes eran ella y River y no porque sus
hijos estuvieran en la misma escuela.
Ella sonrió.
Jess no sabía qué decir. Tenía tanto que se sentía codicioso querer
más. Despertar juntos todas las mañanas o la tranquila intimidad de las
tareas mundanas como comprar alimentos y hacer el presupuesto y
simplemente ... compartir el peso de la vida a diario. Se imaginó
moviéndose de un lado a otro al final de la jornada, dejando el último
vaso en el lavaplatos, compartiendo una silenciosa queja porque Juno
dejó sus calcetines en el sofá otra vez. Ella imagino no tener que
despedirse de él en la puerta, nunca más.
—¿Sí?
—Si.
Gracias a Keith Luhrs, Iqra Ashad, Erica Lewis y Rebecca Clark por su
experiencia científica y por leer el manuscrito. Por algo completamente
teórico y probablemente científicamente imposible, nos ayudó a
acercarnos lo más que pudimos. No hace falta decir que los errores
restantes son nuestros y solo nuestros.
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Este libro llega a ti gracias a The Court Of Dreams, La Corte Más Grande
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