Está en la página 1de 18

CTO: PSIQUIATRÍA.

Capítulo 1: Trastornos neuróticos


Las neurosis engloban un conjunto de trastornos psiquiátricos que comparten tres características que los diferencian de
las psicosis:
a. Su gravedad es menor, produciendo poca interferencia en la vida del paciente.
b. Conllevan menos anomalías biológicas subyacentes.
c. Pacientes tienen una adecuada conciencia de enfermedad, reconoce los síntomas y hace crítica de los mismos.
Estas características no se cumplen en el 100% de los trastornos. Algunos pueden ser extremadamente incapacitantes,
otros pueden tener indiscutibles alteraciones biológicas y en algunos los pacientes no tienen una correcta conciencia de
la enfermedad.
Trastornos de ansiedad: grupo de trastornos psiquiátricos más frecuentes en la población, la fobia específica es el
diagnóstico psiquiátrico más frecuente y la crisis de angustia, una de las principales urgencias psiquiátricas.
Trastorno de angustia (trastorno de pánico): se define por la presencia de crisis de angustia (también denominadas
ataques de pánico), que son espontáneas y tienden a repetirse con frecuencia irregular.
Clínica: tienen inicio brusco, alcanzan su máximo en minutos. Se presentan con intensidad extrema, síntomas
vegetativos, palpitaciones, dolor precordial, disnea con hiperventilación, mareo, temblor sudor, parestesias, náuseas,
etc. También aparecen síntomas psicológicos que provocan alteraciones: sensación de muerte inminente, miedo a la
muerte, miedo a pérdida del control, sensación de estarse volviendo loco, despersonalización y desrealización. Duran
menos de1 hora y producen cansancio extremo.
Curso: las primeras crisis suelen iniciar en adolescencia o principios de la edad adulta. Deben ser espontáneas. Con
frecuencia despiertan al paciente por la noche o surgen cuando está tranquilo. Con el tiempo se desarrollan
complicaciones psicológicas típicas que alteran a largo plazo: ansiedad anticipatoria, preocupaciones hipocondríacas y
conductas de evitación. También puede llevar a alcoholismo, uso de sedantes, síntomas depresivos y aumento de
tendencia suicida.
La diferencia entre una crisis de angustia y un trastorno de angustia es la cronicidad.
Etiología: este trastorno posee un factor genético, puesto que se presenta con mayor prevalencia entre familiares de
pacientes afectados. En plano neurobiológico se ha evidenciado la capacidad de provocar crisis que tienen diversas
sustancias: lactato, bicarbonato, otras sustancias. Además posee correlaciones anatómicas -> locus coeruleus (principal
núcleo noradrenérgico) tiene que ver en el desencadenar, la amígdala y el núcleo accumbens inducen ansiedad
anticipatoria y lóbulo frontal conductas de evasión.
Tratamiento: el tratamiento de los trastornos de angustia combina fármacos y psicoterapia, con eficacia notable. Se
diferencian 3 etapas: 1) Abortivo (tratamiento de crisis): benzodiacepina + control de la respiración. 2) Profiláctico
(prevención de nueva crisis): antidepresivos (se usan más los ISRS por su mejor eficacia) y benzodiacepinas (alprazolam,
Lorazepam o clonazepam; riesgo de dependencia). 3) Psicológico: psicoterapia cognitivo-conductual tiene solida
respuesta a largo plazo.
Trastornos fóbicos: una fobia es un temor desproporcionado y persistente a un objeto, actividad o situación que, siendo
o no reconocido como absurdo, permanece fuera del control voluntario y genera conductas de evitación. Las fobias
específicas constituyen el diagnóstico más común en la población en general y la agorafobia es la más frecuente de estas
en llevar a consulta. En general, son esporádicas, pero existe cierta agrupación familiar. Es un mecanismo de defensa
típico el desplazamiento. La teoría del aprendizaje las explica como condicionamiento clásico entre un estimulo y una
emoción desagradable.
a. Agorafobia: se caracteriza por el miedo a estar en situaciones en las que uno se siente desprotegido o desamparado,
que típicamente son los lugares difíciles de escapar o de conseguir ayuda. La mayor parte de los casos son
secundarios a un trastorno de angustia. Se trata con técnicas conductuales y si se asocia a trastorno de angustia
debe asociarse manejo farmacológico.
b. Fobia social (ansiedad social): se define como miedo a situaciones de exposición pública, tales como hablar delante
de otros personas, comer o beber en público o usar los lavabos públicos. Estas personas presentan riesgo de
alcoholismo social. Debe diferenciarse de trastornos de la personalidad con déficit de interacción social. El
tratamiento se basa en técnicas cognitivo-conductuales dirigidas al entrenamiento en habilidades sociales. Puede
utilizarse b-bloqueadores, benzodiacepinas.
c. Fobias específicas o simples: son muy frecuentes en niños y en mujeres 2:1. Se definen por el miedo a un objeto o a
una situación concreta que no debería provocarlo (animales, insectos, sangre, algunas situaciones). Suelen
desencadenar una crisis de ansiedad (adrenérgica) cuando no se puede evitar el estímulo. Normalmente no generan
incapacidad y si resultan molestas, se usan técnicas conductuales como la exposición basada en desensibilización.
Trastorno de ansiedad generalizada: es un estado de preocupación excesiva crónica ante sucesos de la vida cotidiana,
que suele acompañarse de síntomas somáticos provocando malestar y un mal funcionamiento social y/o laboral. Esta
ansiedad patológica es desproporcionada y duradera en relación con los estímulos que la desencadenan. Es el trastorno
siquiátrico que se asocia con mayor frecuencia a otros trastornos mentales (depresión, somatomorfos, tóxicos). Precisa
la combinación de farmacoterapia y psicoterapia. Los antidepresivos o algunos anticonvulsivos se utilizan como
ansiolíticos a mediano-largo plazo.
Trastornos de ansiedad propios de la infancia:
a. Mutismo selectivo: equivalente a la fobia social de los adultos. Niños que no quieren hablar con personas poco
conocidas, provocando aislamiento en la escuela.
b. Trastorno de ansiedad por separación: padecen angustia extrema ante la separación real o imaginada de las
personas con las que mantienen un vínculo afectivo.
Trastorno obsesivo-compulsivo: se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que aparecen de forma
repetitiva y provocan malestar significativo.
- Obsesiones: ideas, pensamientos o impulsos recurrentes y persistentes que se reconocen como absurdos pero aun
así provocan intensa ansiedad. Comúnmente son preocupaciones hipocondríacas o de higiene, dudas si se han
hecho las cosas, necesidad de orden y de simetría y preocupaciones morales.
- Compulsiones: son actos motores (o mentales) voluntarios que el paciente siente necesidad de realizar frente a la
idea obsesiva, a pesar de reconocerlos como absurdos, por lo que intentar resistirse causando una tensión interna.
Un ritual es una compulsión muy elaborada. En casos de TOC avanzado desaparece la resistencia y la vida se
ritualiza.
Suele ser de inicio insidioso en la adolescencia o en la juventud. Afecta al 2% de la población en general, sin diferencias
entre sexos. Se da más en solteros. Suelen ser aislados o asociados a trastornos de personalidad previos o trastornos
como depresión y fobia social.
Etiología: aproximadamente en 60% existe un factor estresante desencadenante como fallecimiento, problemas
sexuales o de pareja, enfermedades. Hay tendencia a agregación familiar. Hay alteraciones en el lóbulo frontal y en los
niveles de serotonina.
Curso y pronóstico: suele ser crónico y progresivo, con fluctuaciones. Hay pocos casos graves y pocos se curan de forma
espontánea. La mayoría son formas leves.
Tratamiento:
a. Fármacos: antidepresivos con acción serotoninérgica. Los ISRS son los mejor tolerados y utilizados como primera
opción. La clomipramina se usa en casos de mala respuesta a ISRS. Son necesarias dosis elevadas y la respuesta
tarda en aparecer muchas semanas. Es necesario tratamiento prolongado.
b. Psicoterapia: se recomienda empleo de técnicas conductuales, como exposición con prevención de respuesta
mejorando las compulsiones.
La psicocirugía (cingulotomía) se reserva para casos muy graves, refractarios a todos lo tratamientos.
Trastornos por estrés agudo y postraumático: son reacciones ante un acontecimiento traumático, extremo que ponen
en peligro la vida de la persona o de personas allegadas. Experiencias típicas son: catástrofes naturales, accidentes,
delitos. Durante el primer mes se clasifica como trastorno por estrés agudo, y son frecuentes los síntomas disociativos
(embotellamiento emocional, arreactividad) pasado el mes, se define como estrés postraumático. Las características del
trauma, de la persona y del contexto social influyen en la probabilidad de padecerlo.
Clínica:
- Reexperimentación del acontecimiento en forma de recuerdos intrusivos, pesadillas, imágenes en vigilia y sensación
constante de que acaba de ocurrir.
- Conductas de evitación y amnesia psicógena (del episodio, total o parcial).
- Sensación de embotamiento emocional (pérdida del interés, arreactividad, desapego del entorno).
- Síntomas de hiper-alerta (insomnio, irritabilidad, hipervigilancia, sobresalto ante los ruidos, falta de concentración).
Es fluctuante, pero en la mayoría se recupera (10% se cronifica). Puede complicarse con depresión o abuso de
sustancias.
Tratamiento: el apoyo psicológico y social es fundamental, así como el diagnóstico precoz. Los fármacos se usan en
función del síntoma predominante, siendo los ISRS los más eficaces.
Trastornos somatomorfos: grupo de trastornos en los que la queja principal es un síntoma o una preocupación somática
que no se corresponde con los hallazgos exploratorios o con mecanismos fisiopatológicos conocidos, y en los que se
presume una etiología psicológica, causando intenso malestar en el paciente.
Por definición, la producción de los síntomas no es voluntaria, lo que los diferencia de los trastornos facticios y de la
simulación.
Trastorno por somatización (síndrome de Briquet): llamado también trastorno por síntomas somáticos. Forma de
presentación más típica de la histeria clásica. Típica en mujeres 5:1.
Hay historial de múltiples síntomas físicos que inician antes de los 30 años, persisten largo tiempo y conducen a una
búsqueda incesante de atención médico o deterioro sociolaboral. Estos síntomas no se acompañan de anomalías que los
expliquen en la exploración física o en pruebas diagnósticas.
Sigue un curso crónico y fluctuante y se asocia a síntomas ansiosos y/o depresivos.
No tiene un tratamiento específico, por lo que es fundamental evitar la iatrogenia. Los pacientes suelen automedicarse y
someterse a pruebas diagnósticas innecesarias.
Trastorno por dolor: se considera variante del trastorno por somatización en el que la única queja, es dolor. Se da más
en mujeres y suele comenzar entre los 40-50 años. Hay riesgo de que el paciente abuse de analgésicos y de otros
fármacos. Se asocia a síntomas ansiosos y depresivos y tiene tendencia a cronificarse.
Trastorno hipocondríaco: trastorno de ansiedad por enfermedad. En este trastorno el paciente sufre una intensa
preocupación y miedo a padecer una enfermedad grave, mediante la malinterpretación personal de sensaciones
somáticas banales que persiste (más de 6 meses), a pesar de los resultados negativos de pruebas diagnósticas. Igual
distribución por sexos y común entre 20-30 años.
La preocupación que muestra este trastorno no debe tener carácter delirante ni obsesivo.
El auténtico hipocondríaco no se calma con las explicaciones médicas, pero es posible que reconozca su tendencia a
sobrevalorar sus preocupaciones. Estos pacientes suelen acudir a numerosos médicos, pero incumplen pautas de
tratamiento por miedo a efectos secundarios. Suele ser crónico, meses-años. Habitualmente se muestra resistente a los
tratamientos psiquiátricos.
Trastorno dismórfico corporal (dismorfofobia): el paciente está centrado en una preocupación por un defecto físico
inexistente o irrelevante para los demás. Algunos pacientes son conscientes de lo exagerado de su preocupación, pero
otros carecen de introspección o incluso llegan a ser delirantes.
Las preocupaciones más frecuentes hacen referencia a los rasgos faciales, a la piel, al pelo… en ocasiones, se centran en
el olor corporal o en la masa muscular. Suele iniciarse entre los 15 y 20 años y es mucho más habitual en las mujeres. Da
lugar a repetidas consultas con dermatólogos o cirujanos plásticos, antes que con el psiquiatra. El inicio suele ser
insidioso y con curso oscilante y, habitualmente, se cronifica si no se trata adecuadamente. ISRS pueden resultar eficaces
como tratamiento.
Trastorno conversivo: trastorno por síntomas neurológicos funcionales, está caracterizado por la presencia de signos
neurológicos en la exploración física que afectan a las funciones motoras (convulsiones, paresias, movimientos
anormales, retención urinaria) o sensoriales (anestesia, distestesia, ceguera, sordera) y sugieren una enfermedad
neurológica.
Sin embargo, los hallazgos a la exploración resultan incongruentes y las pruebas complementarias resultan normales.
Después de que se excluyan causas orgánicas se debe de confirmar la asociación a un suceso precipitante. Más
frecuente en mujeres.
Etiología: según el psicoanálisis, se propone como mecanismo de defensa la represión, la conversión y la disociación,
estableciendo la existencia de una fijación en la fase fálica del desarrollo psicosexual.
Curso y pronóstico: los episodios agudos asociados con una situación estresante claramente identificada suelen
recuperarse espontáneamente (hasta 90-100% de los casos), por lo que su pronóstico es claramente mejor que en
trastorno por somatización.
Trastornos disociativos: presentan síntomas psíquicos que no se corresponden con enfermedades psiquiátricas
habituales Comparten características similares con los episodios conversivos. No tienen tratamiento específico y se
puede utilizar la hipnosis.
Amnesia disociativa: forma más frecuente y se da en la mayoría de los trastornos disociativos. Más frecuente en
mujeres jóvenes. Presenta problemas para acceder a recuerdos remotos (retrógrada); es incapaz de recordar
información personal importante (generalmente de carácter traumático o estresante) y con preservación de la memoria
reciente.
Fuga disociativa: combina una alteración del comportamiento (en forma de un viaje repentino o inesperado) con
amnesia retrógrada (el paciente se encuentra confuso sobre su identidad o asume otra nueva). Por definición aparece
en respuesta a una situación estresante y cursa habitualmente con amnesia de lo sucedido durante la fuga (DSM-5 lo
considera una variante de la amnesia disociativa). La fuga suele ser breve y rápida.
Trastorno de identidad disociativa (personalidad múltiple): este tipo de trastorno se encuentra muy cuestionado en el
mundo. En el coexisten dos o más personalidades (con su historia biográfica, su forma de hablar y de comportarse) que
no suelen tener conciencia la una de la otra, siendo la transición de una a otra bastante brusca. Se ha asociado a abusos
sexuales u otros traumas en la infancia.
Trastorno por despersonalización/desrealización:
a. Despersonalización: alteración persistente o recurrente de la percepción o a la experiencia de uno mismo; el
paciente se siente separado de su cuerpo o de sus procesos mentales; nota su cuerpo extraño o irreal.
b. Desrealización: alteración de la percepción o de la experiencia del mundo externo, de manera que éste parece
extraño o irreal “como en un sueño o en una película”.
Es un síntoma frecuente en las crisis de angustia y en los cuadros depresivos o esquizofrénicos.
Trastornos facticios y simulación: en ambos casos el paciente se inventa síntomas o se produce signos de una
enfermedad voluntaria, variando la motivación última; los síntomas pueden ser físicos o psicológicos, siendo muy típicos
los neurológicos, los dermatológicos, los digestivos y los hematológicos.
Trastorno facticio: en este trastorno la motivación es psicológica: la necesidad de “ser un enfermo”, de recibir cuidados.
Se observa con más frecuencia en mujeres solteras con conflictos interpersonales y profesionales. Se suele limitar a un
único síntoma, fácil de manipular: fiebre facticia, hipoglicemia inducida.
Las formas más graves de este trastorno reciben a veces el nombre de síndrome de Münchausen; son más frecuentes
en hombres; se inventan historias clínicas muy complejas. Existe otra variante en la que son los padres de un niño los
que refieren síntomas o le provocan lesiones buscando tratamiento médico y la consideración social de cuidadores.
El pronóstico de estos trastorno es muy malo por la escasa conciencia que tienen los pacientes de su anomalía.
Simulación: no es un trastorno, sino un problema médico-legal de alta frecuencia; la persona tiene una motivación
económica (pensión, seguro o indemnización) o legal para provocarse lesiones o referir síntomas.
Trastorno del control de los impulsos: se trata de un grupo diverso de trastornos que comparten las siguientes
características:
- Dificultad para resistirse a un impulso, motivación o tentación que se sabe perjudicial para uno mismo o los demás.
- - Aumento de la tensión antes de realizar el acto.
- Sensación placentera o de liberación mientras se lleva a cabo; asociado o no a sentimiento de culpa.
Se ha encontrado relación entre descenso de los niveles de 5-HIAA en LCR y las conductas impulsivas, así como en la
búsqueda de sensaciones como rasgo de personalidad y la función dopaminérgica.
Los tratamientos combinan técnicas cognitivo-conductuales y fármacos ISRS; en el control de la agresividad a largo
plazo, se emplean litio, anticomiciales y b-bloqueadores. Tipos:
- Trastorno explosivo intermitente: presentan ataques de ira y violencia desproporcionada con la causa
desencadenante.
- Cleptomanía: sustracción de objetos que no le son necesarios, bien para uso personal o por su valor.
- Piromanía: provocación de incendios con fascinación especial por el fuego.
- Ludopatía: gastos de grandes cantidades de dinero en el juego, sin conseguir moderación ni dejarse influir por
pérdidas.
- Tricotilomanía: necesidad de arrancarse el pelo con pérdida importante del mismo.
Ansiolíticos:
Benzodiacepinas: fármacos con acción ansiolítica, miorrelajante, hipnótica y anticonvulsiva.
Farmacocinética: como todos los psicofármacos, son muy liposolubles, se acumulan en tejidos grasos; atraviesan bien la
barrera fetoplacentaria y pasan a la leche materna. Tienen buena absorción vía oral. Se metabolizan en el hígado (menos
Lorazepam).
Mecanismo de acción: se unen a ciertos lugares específicos que se encuentran en el receptor GABA-A, por lo que
incrementan su afinidad por el GAABA, provocando apertura del canal de cloro e hiperpolarización de la membrana
neuronal.
Clasificación:
- Cortas (vida media menos de 24 h):
a. Ultracortas (menos de 6 h): midazolam, triazolam.
b. Cortas (6-8 h): alprazolam, Lorazepam, lormetazepam.
- Largas (más de 24h): clonazepam, clorazepato, diazepam, bromazepam.
Indicaciones:
- Trastornos por ansiedad: son los fármacos de elección para tratar de forma puntual una crisis de angustia y también
se han demostrado eficaces en la prevención de las mismas. A corto plazo, aportan alivio del TAG, tener cuidado por
el riesgo de dependencia.
- Otros trastornos psiquiátricos: insomnio (indicado usar las de vida media corta y usar periodos cortos de 3 semanas),
síndrome de piernas inquietas durante el sueño, tratamiento de elección del síndrome de abstinencia del alcohol, en
casos de delirium tremens, se recurren a ellas por vía IV, agitación inducida por sustancias y trastorno bipolar tipo I
para el control del estado maníaco hasta que hacen efecto los eutimizantes.
Indicaciones médicas:
- Epilepsia: el diazepam es de elección en estatus epiléptico y crisis febriles. El clonazepam en refractarias.
- Diazepam como relajante muscular en espasmos y contracturas musculares. Contraindicado en miastenia.
- Midazolam: por su vida media ultra corta se utiliza en anestesia como premedicación o para sedaciones de corta
duración.
Efectos adversos: sedación excesiva, torpeza motora. La tolerancia y el riesgo de abuso o de dependencia son los
problemas más graves a largo plazo, se han descrito síndrome de abstinencia de BZD que recuerda al del alcohol
(irritabilidad, nerviosismo, convulsiones, ansiedad, delirium). La aparición de amnesia anterógrada es un efecto propio
de las BZD usadas en dosis altas o por vía intravenosa y es más frecuente en ancianos.
En caso de intoxicación aguda el margen de seguridad es muy amplio. Si se mezclan con depresores del SNC (alcohol)
puede producir ataxia, disartria, somnolencia y coma con depresión respiratoria).
El tratamiento de elección es flumazenilo un antagonista puro de vida media corta que se usa por vía intravenosa.
Otros ansiolíticos:
- Buspriona: agonista parcial del receptor serotoninérgico propuesto como ansiolítico puro. Actúa al cabo de varias
semanas. Tiene baja potencia ansiolítica por lo que casi no se usa.
- B-bloqueadores: útiles en pacientes con cuadros ansiosos donde predominen los síntomas somáticos.
- Hipnóticos: zolpidem, zaleplón, zopiclona. Actúan sobre el mismo complejo receptor de BZD.
- Gabapentina y pregabalina: útiles en el manejo del TAG.
- Hidroxicina y otros anti H1: alternativas en el manejo del insomnio.

Capítulo 2: Trastorno del estado de ánimo


Dentro de los trastornos del estado de ánimo, se diferencian dos grandes síndromes: el síndrome depresivo y el
síndrome maníaco.
Síndromes depresivos:
Los síntomas depresivos se pueden reunir en cuatro grupos:
1.- Síntomas fundamentales: hace referencia a las alteraciones del estado de ánimo. Especificidad alta, pero tienen
carácter subjetivo.
- Estado de ánimo bajo.
- Tristeza vital: tristeza de cualidad distinta a la que se presenta tras un acontecimiento desagradable.
- Falta total de reactividad: ante las cosas que lo rodean.
- Irritabilidad (disforia).
- Coexistencia de síntomas de ansiedad: su presencia se asocia con un peor pronóstico.
- Ritmo circadiano: cambio de la sintomatología a lo largo del día.
- Anhedonia: disminución del interés por actividades que anteriormente les distraían.
2.- Síntomas biológicos/somáticos: relativamente frecuentes y fáciles de objetivar. Baja especificidad.
- Alteraciones del sueño: insomnio es el más frecuente (de despertar precoz o de conciliación). Hipersomnia es menos
frecuente.
- Alteraciones del apetito y del peso: la más frecuente es la disminución del apetito y del peso.
- Sensación de falta de energía: fatigabilidad y cansancio extremo.
- Quejas somáticas: dolores u otras molestias físicas, preocupaciones hipocondríacas. Alexitimia o incapacidad de
describir emociones con palabras.
- Trastornos sexuales: disminución de la lívido o disfunciones sexuales varias.
3.- Alteraciones del comportamiento/conductuales: muestran carácter objetivo y especificidad baja.
- Disminución de la atención y de la concentración: fallos de memoria, disminución del rendimiento escolar.
- Afectación de la conducta y del aspecto personal: abandono de autocuidado -> aspecto depresivo.
- Inhibición o agitación psicomotriz (casos graves). En grados extremos, el estupor depresivo llega a constituir un
síndrome catatónico, con riesgo de inanición y deshidratación.
4.- Pensamientos o cogniciones depresivas: son altamente específicos, pero carácter subjetivo.
- El paciente tiene una visión negativa de su vida, tanto en lo referente al pasado (autorreproches, recuerdos tristes)
como al presente (autodepreciación, minusvalía).
- Depresión psicótica o delirante: cuando ideas alcanzan contenido delirante, lo más frecuente es que tenga que ver
con contenidos depresivos.
- Síndrome de Cotard o delirio de negación: el paciente niega que sus órganos internos funcionen y defiende su
muerte o la de su familia; incluso puede presentar alucinaciones olfativas en las que huele a podrido.
- Ocasionalmente puede haber delirios incongruentes (como de persecución).
- Alucinaciones: son menos habituales, cuando aparecen suelen ser auditivas y congruentes con los temas delirantes.
- Ideas y pensamientos relacionados con la muerte. Desde el deseo de que la vida termine cuanto antes (tedio vital)
hasta la aparición de planes o de intentos de suicidio.
La duración del síndrome depresivo es enormemente variable; hay casos en los que los síntomas se mantienen apenas
unos días y otros duran años. Se han definido por consenso dos diagnósticos principales:
1. Episodio depresivo mayor: constituye un síndrome depresivo de, al menos, 2 semanas de duración y con una
intensidad importante que afecta claramente el funcionamiento de la persona. Las formas más graves es donde hay
síntomas psicóticos. Cuando se documentan recurrencias depresivas es trastorno depresivo mayor. Cuando se
documentan episodios depresivos y maníacos es trastorno afectivo bipolar.
2. Distimia (trastorno depresivo persistente): síndromes depresivos de intensidad leve y con un curso crónico de más
de 2 años de duración (en niños y adolescentes de 1 año). En este tipo de pacientes hay alteraciones de la
personalidad, síntomas de ansiedad. Puede comenzar en la adolescencia o en la edad adulta.
Según la edad del paciente, algunos síntomas pueden cobrar más importancia:
a. Depresión en niños y adolescentes: se pueden observar problemas escolares y bajo rendimiento académico, quejas
somáticas, trastornos de la conducta e irritabilidad, que a veces se confunden con los rasgos de la personalidad
límite o antisocial.
b. Depresión en ancianos: es habitual ver muchos síntomas somáticos y quejas de disminución de memoria y
rendimiento intelectual; los síntomas melancólicos son especialmente frecuentes en estos casos, así como la
ansiedad, la agitación y los síntomas psicóticos.
Se denomina depresión secundaria al síndrome depresivo que se debe a otra enfermedad psiquiátrica, a una
enfermedad médica conocida o que está relacionado con tratamientos farmacológicos.
Los siguientes síntomas sugieren un origen orgánico de la depresión:
- Apatía: ausencia de sentimiento. Suele reflejar pobreza de expresividad facial y corporal.
- Labilidad emocional: muestra respuesta emocional excesiva ante estímulos, así como cambios rápidos de un estado
emocional a otro.
- Moria: estado de ánimo en el que hay una euforia superficial, con tendencia a la desinhibición verbal y conductual.
- Aprosodia: existe poca expresividad emocional a través del lenguaje.
Síndromes maniacos:
1.- Síntomas generales: el síntoma más característico es un estado de ánimo alegre que puede alcanzar la euforia
extrema y que suele calificarse como expansivo y contagioso. En ocasiones, irritables.
2.- Síntomas somáticos:
- Trastornos del sueño: típicamente son individuos que duermen muy poco sin notar cansancio.
- Trastornos del apetito: no hay patrón clásico, comen desordenada.
- Trastornos sexuales: aumento del deseo y de la actividad sexual.
- Paciente se nota con más energía.
3.- Alteraciones del comportamiento:
- Aumento de la actividad tanto física como mental.
- Desprecio del riesgo y de las consecuencias de la conducta.
- Aspecto llamativo.
- Gran actividad física que puede llevarles hasta la extenuación física.
- Hiperactividad mental: lenguaje muy rápido, fuga de ideas.
- Aumento exagerado de la atención (hiperprosexia) que conduce a una gran distraibilidad.
4.- Pensamientos maníacos:
- El maníaco posee un gran optimismo y una ocurrencia exagerada, planificando numerosas actividades de forma
simultánea. Son más habituales los síntomas psicóticos.
- Falta de conciencia de enfermedad.
Atendiendo a la combinación de síntomas, intensidad y duración, se definen:
a. Episodios maníacos: síntomas maníacos en intensidad suficiente para deteriorar el funcionamiento del paciente y
con una duración de, al menos, 1 semana.
b. Episodios hipomaníacos: formas leves que permiten un funcionamiento social más o menos normal.
c. Síntomas mixtos: hasta en un 40% de los episodios maníacos o depresivos pueden aparecer síntomas del otro polo
afectivo.
En función de la combinación de los síndromes maníacos con los depresivos se tendría:
a. Trastorno bipolar tipo I: psicosis maníaco-depresiva; pacientes que sufren episodios maníacos alternados con
depresivos y pacientes maníacos puros.
b. Trastorno bipolar tipo II: episodios depresivos mayores con episodios hipomaníacos.
c. Trastorno ciclotímico: se define como síndrome afectivo de duración prolongada en la que suceden periodos de
síntomas depresivos y de síntomas maníacos en intensidad leve-moderada.
Se utiliza la expresión espectro bipolar para agrupar todos aquellos trastornos afectivos en donde se cree que existe una
conexión con la enfermedad maníacos-depresiva clásica.
¿Cuándo se sospecha de trastorno bipolar?
1. Cuando haya antecedentes familiares de trastorno bipolar.
2. Cuando se produzcan respuestas eufóricas con antidepresivos.
3. Cuando el debut de la enfermedad haya sido precoz (<20 años).
4. Cuando el debut de la enfermedad depresiva haya sido puerperal.
Epidemiología: los trastornos afectivos ocupan el segundo grupo de trastornos psiquiátricos más frecuentes en la
población general. Prevalencia de casi el 10%.
Marcadores epidemiológicos de riesgo: sexo (siendo más frecuente en mujeres), edad (bipolar en menores y depresión
en >40), estado civil (más frecuente en separados y divorciados), clase social (mayor prevalencia en clase alta).
Etiología:
Factores desencadenantes: en los trastornos afectivos se detalla una serie diferente de factores relacionados con su
inicio.
- Ritmo estacional: suele haber recaídas en primavera-otoño.
- En mujeres se describen factores que pueden sugerir influencia hormonal.
Factores neurobiológicos:
a. Factores genéticos: son más importantes en el trastorno bipolar siendo el que tiene mayor agregación familiar (20-
50%).
b. Factores bioquímicos: la teoría mono-aminérgica de la depresión sostiene que está se debe a un defecto en la
función de los sistemas de neurotransmisión mono-aminérgicos (serotonina y noradrenalina).
c. Alteraciones neuroendocrinas: puede haber hipercortisolismo por mala regulación de la producción de CRH, baja
respuesta a TSH.
d. Alteraciones neurofisiológicas: suele haber alteraciones del sueño.
e. Factores neuroanatómicos: suele observarse disminución del flujo sanguíneo en ganglios basales y núcleos talámicos
causando hipoactividad del sistema límbico.
Factores psicosociales:
a. Teoría psicoanalíticas: según Freud, la depresión sería consecuencia de la pérdida de una relación significativa.
b. Teorías conductistas y cognitivas: la repetición de experiencias negativas termina por producir una reacción de
pasividad cercana a los sentimientos de inutilidad/desesperanza.
c. Factores sociales: acontecimientos estresantes (duelo, separación, jubilación, nido vacío).
Tratamiento: el tratamiento de la depresión se basa en la combinación de estrategias neurobiológicas y psicológicas;
está indicado en la depresión mayor de leve a grave. La meta del tratamiento es la remisión total de los síntomas y el
restablecimiento funcional.
Fármacos antidepresivos: grupo heterogéno de fármacos que actúan sobre el SNC y potencian la neurotransmisión
monoaminérgica mediante diferentes mecanismos de acción. Su acción antidepresiva aparece en 4-6 semanas para
alcanzar su máximo efecto, se desconoce la causa específica, pero se sospecha que es por reducción de los receptores B-
adrenérgicos.
Los antidepresivos no son euforizantes y no producen tolerancia/dependencia. Las indicaciones de este grupo de
fármacos son:
- Depresión.
- Trastornos de ansiedad.
- Trastornos somatomorfos.
- Trastornos del control de impulsos.
- Insomnio
- Indicaciones médicas: dolor crónico (tricíclicos, duloxetina), cefalea tensional (amitriptilina), incontinencia urinaria
de esfuerzo (duloxetina).
Antidepresivos tricíclicos: inhibidores no selectivos de la recaptación de aminas. Los más usados son Imipramina,
amitriptilina y clomipramina. Los principales efectos secundarios son los efectos anticolinérgicos: confusión, trastornos
de memoria, visión borrosa, sequedad de boca, estreñimiento y retención urinaria). Pueden causar también taquicardia,
prolongación de intervalos del ECG y algunas arritmias.
Su sobredosis puede producir un síndrome colinérgico. Se recomienda soporte ventilatorio y hemodinámico en tal caso.
Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): inhiben la MAOO enzima intraneuronal que degrada los
neurotransmisores monoaminérgicos aumentado así su disponibilidad en la hendidura sináptica.
Efectos secundarios: crisis hipertensivas, interacción con ISRS, hepatotoxicidad.
ISRS: Inhiben la recaptación de serotonina. Han sido una revolución en el tratamiento de la depresión ya que poseen
muy pocos efectos secundarios. No son letales y no potencian los efectos del alcohol. Son los fármacos primera elección
para el tratamiento de la depresión.
Efectos secundarios: gastrointestinales, disfunciones sexuales, síntomas extrapiramidales y síndrome serotoninérgico.
Nuevos antidepresivos:
a. Duales (serotonina y noradrenalina): Venlafaxina, desvenlafaxina y duloxetina.
b. Inhibidores de la noradrenalina: reboxetina y atomoxetina (TDAH).
c. Antagonistas de los receptores noradranérgicos y serotoninérgicos: mirtazapina.
Terapia electroconvulsiva: constituye la provocación de crisis convulsivas tónico-clónicas mediante la aplicación de una
corriente eléctrica. Se reserva al 3er nivel de atención bajo medidas técnicas que garanticen la integridad del paciente.
Técnica que se realiza con anestesia general de corta duración y miorrelajación.
La principal indicación es la depresión mayor.
Tratamiento psicológico: psicoterapia de apoyo, técnicas cognitivas y psicoterapia conductual.
Tratamiento de los trastornos bipolares:
Fármacos eutimizantes o estabilizadores del estado de ánimo:
a. Litio: ion monovalente que se administra en forma de carbonato de litio. Su mecanismo de acción es poco claro.
Inhibe la regeneración de PIP-2 reduciendo la excitabilidad neuronal, lo que repercute en las concentraciones
cerebrales de diferentes neurotransmisores. Además inhibe la adenilatociclasa y modifica la función de diversos
canales iónicos y de otros sistemas de segundo mensajero. Tiene latencia de 7-10 días. Su eficacia y toxicidad se
asocia con sus niveles plasmáticos y deben realizarse semanalmente al inicio para ajustar la dosis y luego de 3-6
meses mientras dure el tratamiento. No produce dependencia ni abstinencia.
Indicaciones: prevención de recaída del trastorno bipolar, depresiones unipolares.
Efectos secundarios: No afecta a pulmón e hígado. Suele haber toxicidad gastrointestinal, toxicidad neurológica
(temblor fino), toxicidad renal (poliuria), toxicidad tiroidea (por interferencia con la TSH), toxicidad cardiovascular
(interfiere con potasio) y teratogenicidad.
b. Anticonvulsivos: tanto el valproato, como la carbamazepina son eficaces como fármacos eutimizantes en el
trastorno bipolar. Se usan como alternativa al litio en casos resistentes. El valproato es mejor tolerado que el litio.
c. Otros: lamotrigina (en fases depresivas), topiramato (regulación del peso), antipsicóticos atípicos (clozapina,
risperidona, olanzapina, quetiapina). La quetiapina en liberación prolongada es el único fármaco que tiene todas las
indicaciones posibles para tratamiento del trastorno bipolar (tratamiento y prevención de fases manícas y
depresivas).
Cuando un paciente bipolar tiene 4 o más recaídas al año se califica como ciclador rápido.
Suicidio: representa la principal causa de mortalidad de las enfermedades psiquiátricas, siendo los síndromes depresivos
de la mayoría de los suicidios o intentos de suicidio.
Siempre se debe valorar el riesgo suicida preguntando por ideación suicida. Hasta 80% de las personas dieron aviso
antes de hacerlo.

Capítulo 3: Trastornos psicóticos.


Las psicosis son aquellos trastornos mentales en los que el paciente pierde en algún momento el correcto juicio de la
realidad (saber que lo que le sucede es extraño, anormal). Se restringe el término a aquellas enfermedades en las que
los clásicos síntomas psicóticos son el componente más llamativo de la clínica, quedando así categorizadas en ellos las
esquizofrenias, los trastornos delirantes crónicos.
Psicopatología: aunque los delirios o las alucinaciones no son los únicos síntomas de estas enfermedades, si son los que
de una forma más clara se reconocen y los que más alarma causan en el entorno del paciente.
Las alucinaciones son trastornos de la percepción. Existen varios tipos de alucinaciones:
a. Ilusión: deformación de una percepción real; aparece como consecuencia de condiciones ambientales deficientes,
del cansancio, de síndromes confusionales, por sustancias tóxicas, por estado de ánimo o por sugestión.
b. Alucinosis (alucinación parcial): se percibe sin que exista un objeto real, pero se conserva un juicio de realidad
correcto. Por ejemplo inducidas por LSD, alcohólicas o por epilepsia del lóbulo temporal. Se produce por
alteraciones de los órganos receptores o de la corteza sensorial.
c. Alucinación: toda percepción carente de un objeto que la cause que es vivida por el paciente como real, puesto que
si existe duda o crítica de su imposibilidad.
d. Pseudoalucinación: percepción sin objeto y sin crítica de la misma que se sitúa en el espacio interior; típicas de la
esquizofrenia.
Según su calidad se pueden dividir en:
1. Auditivas: son las más frecuentes de la esquizofrenia (por ejemplo, alucinaciones en forma de órdenes). Las
alucinaciones típicas (Schneiderianas) son voces que hacen comentarios sobre la conducta del paciente.
2. Visuales: típica de los trastornos orgánicos (delirium) y de los tóxicos (delirium tremens).
3. Táctiles: características de la intoxicación por cocaína y anfetaminas como la sensación de pequeños insectos
recorriendo la piel (fornicación o síndrome de Magnan).
4. Olfativas y gustativas: típicas de las crisis epilépticas del lóbulo temporal; también de la depresión psicótica.
5. Cenestésicas (somáticas) y cinestésicas (de movimiento).
Algunas formas especiales de los trastornos perceptivos son los siguientes:
- Heautoscopia: visión de uno mismo desde el exterior o en un espejo.
- Alucinaciones asociadas al sueño, a su inicio (hipnagógicas) y al despertar (hipnopómpicas). Suelen ser visuales o
auditivas.
- Imagen eidética: visión de forma involuntaria de un acontecimiento sucedido al cerrar los ojos.
- Metamorfopsias: distorsiones de la forma y del tamaño de los objetos.
- Poliopía: visión de imágenes múltiples en un hemicampo en lesiones del lóbulo occipital.
Los delirios son trastornos del contenido del pensamiento. Los delirios (ideas delirantes) son creencias falsas,
irrebatibles a la lógica, basadas en una inferencia errónea de la realidad. Los delirios no son exclusivos de las
enfermedades psicóticas.
Los trastornos del curso y de la forma del pensamiento son los siguientes:
a. Enlentecimiento: se ve en estados depresivos.
b. Aceleración: transición rápida de las ideas, guardando conexión entre ellas.
c. Perseveración: dificultad para cambiar de tema ante un nuevo estímulo.
d. Disgregación (descarrilamientos, asociaciones laxas): flujo de ideas en el que salta de un tema a otro.
e. Incoherencia: pérdida de la capacidad de establecer relaciones gramaticales correctas entre las palabras.
f. Tangencialidad: incapacidad para alcanzar el objetivo del pensamiento.
g. Circunstancialidad: pensamiento detallista, lleno de comentarios accesorios.
h. Bloqueos: interrupción del curso del pensamiento.
i. Neologismos: creación de una nueva palabra por combinación o por adscripción de un nuevo significado.
Esquizofrenia: es una enfermedad crónica y deteriorante que se caracteriza por alteraciones del pensamiento, de la
conducta y del lenguaje. Los pacientes tienen apariencia extraña, descuidan su físico y son retraídos socialmente. En la
fase aguda (brote psicótico) se produce una pérdida de contacto con la realidad, predominando los delirios y las
alucinaciones. En las fases prodrómica y residual es posible preservar un correcto juicio de la realidad.
La esquizofrenia exige una duración superior a 6 meses, abarcando necesariamente un período de síntomas psicóticos
superior a 1 mes. Se distinguen tres fases:
1. Fase prodrómica: meses previos al brote psicótico -> cambios de personalidad, abandono de actividades sociales,
retraimiento, irritabilidad, pasividad entre otros.
2. Fase psicótica: aparecen alteraciones del pensamiento tanto en su contenido como en el curso o en la forma.
Frecuente alteraciones de la percepción. Conducta desorganizada. A su inicio se le denomina “trema”.
3. Fase residual: en ella destacan las alteraciones de la afectividad, acompañadas de intenso retraimiento social y de
pensamiento o de conducta extraños.
Los síntomas se dividen en positivos (fenómenos que aparecen como consecuencia de la enfermedad y no son parte de
la experiencia normal) y síntomas negativos (propiedades normales del funcionamiento psicológico que se deterioran
por la afección).
Subtipos: la CIE hace diferencia en subtipos de esquizofrenia en base a los síntomas que predominen:
a. Paranoide: está dominada por delirios y alucinaciones, casi siempre relacionados con la persecución y la influencia
de terceras personas sobre el paciente.
b. Desorganizada: macada por las alteraciones graves de la conducta y de la afectividad.
c. Catatónica: el síndrome Catatónico completo se caracteriza por alteración general de la psicomotricidad
(inmovilidad con catalepsia), negativismo extremo o mutismo, posturas y movimientos anormales (esterotipias
manierismos, muecas) y ecosíntomas (ecolalia, ecopraxia, ecomimia).
d. Residual: después de un brote psicótico desaparecen los síntomas positivos pero persisten los negativos.
e. Simple: ausencia de síntomas psicóticos positivos pero con desarrollo gradual de negativos.
Epidemiología: el riesgo de padecerá está en el 1% de la población general, agregación familiar, hombres de 15-25 años,
mujeres de 25-35 años.
Etiología: influyen diversos factores.
a. Genéticos: el factor máximo de riesgo es tener un familiar de primer grado afectado por la enfermedad.
b. Alteraciones bioquímicas: la hipótesis de la dopamina establece que una excesiva actividad de este neurotransmisor,
por aumento de sus receptores e hipersensibilidad de los mismo es la responsable de los síntomas positivos. El
origen de los síntomas negativos implica serotonina, noradrenalina o algunos aminoácidos.
c. Factores sociales y ambientales: no hay factores sociales o ambientales que provoquen esquizofrenia.
d. Neuropatología: alteraciones en el funcionamiento del lóbulo frontal. Los síntomas psicóticos se asocian con
aumento de la actividad dopaminérgica en los ganglios basales.
Tratamiento: actualmente se considera obligatoria la conjunción de tratamiento farmacológico y psicológico.
Abordaje psicológico: debe incluir psicoterapia individual y grupal para el conocimiento de la enfermedad y el
tratamiento de los problemas emocionales que acarrea, así como terapia familiar para técnicas de comunicación.
Fármacos antipsicóticos: se utilizan en esquizofrenia y trastornos delirantes, episodios maníacos, depresión psicótica
aguda o con ideas suicidas. Otros: Tourette, corea de Huntington, delirium, agitación extrema, coadyuvante en
tratamiento de dolor crónico.
a. Antipsicóticos típicos: antagonistas competitivos de los receptores dopaminérgicos D2, capaces de reducir
efectivamente la psicosis al inhibir la actividad de la dopamina. Se asocian con síntomas extrapiramidales y
liberación de prolactina. Los más usados son haloperidol y la flufenacina. Otros: clorpromazina, levomepromazina.
b. Antipsicóticos atípicos: para pacientes resistentes a los típicos, pacientes en los que predominan los síntomas
negativos y pacientes en que los fármacos típicos provocan muchos efectos secundarios. La clozapina es un
antagonista dopaminérgico, luego surgieron risperidona, olanzapina, quetiapina que combinan bloqueos
dopaminérgicos y serotoninérgicos produciendo menos síntomas extrapiramidales. Son fármacos de primera
elección en el tratamiento de la psicosis y la esquizofrenia.
En cuanto al uso clínico, en la actualidad se suele utilizar de primera elección un antipsicótico atípico. El tiempo de
espera antes de considerar que el fármaco no es eficaz es de 6-8 semanas en síntomas positivos y hasta 6 meses para los
negativos.
Efectos secundarios:
- Típicos: sequedad de la boca, visión borrosa, estreñimiento, retención urinaria, confusión mental, sedación,
aumento del apetito y peso. Síndromes extrapiramidales.
Síndrome neuroléptico maligno: efecto más grave; se caracteriza por síntomas extrapiramidales (rigidez, acinesia,
discinesia), hipertermia, alteraciones autonómicas (taquicardia, labilidad de la TA, sudoración, palidez) y cambios en el
estado mental (confusión, estupor, coma); se desarrolla de forma rápida y alcanza su máximo de 24-72 horas.
Otras enfermedades psicóticas:
a. Trastorno delirante crónico o paranoia: forma poco frecuente de psicosis caracterizada por la presencia de un único
síntoma: delirio bien sistematizado, monotemático y creíble. Puede ser: persecución, celos, enfermedad/somático,
de grandeza o megalomanía, de amores.
b. Trastorno esquizoafectivo: en DSM se engloban a los pacientes con esquizofrenia y trastorno afectivo recurrente.
Pacientes con cuadros maníacos o depresivos donde aparecen síntomas incongruentes con su estado de ánimo.
c. Trastorno psicótico breve: en pacientes con trastornos de personalidad (límites o histriónicos).
d. Esquizofreniforme: inicio agudo de síntomas psicóticos sin síntomas negativos y existencia de confusión con buen
funcionamiento pre-mórbido.
e. Trastorno psicótico compartido (foile á deux): casos raros en los que una persona comienza a presentar síntomas
psicóticos inducidos por la convivencia con un paciente psicótico.

Capítulo 4: Trastornos por abuso de sustancias.


La drogodependencia es un estado psíquico y físico resultante de la interacción de una droga con el organismo,
caracterizado por una conducta que incluye la tendencia a consumir la sustancia para experimentar sus efectos o para
evitar las sensaciones desagradables que produce su falta. Una droga es toda sustancia farmacológicamente activa
sobre el SNC que puede llegar a producir alteraciones de la conducta.
Los trastornos por consumo de sustancias siguen un patrón desadaptativo prolongado (al menos 1 año) de consumo de
una sustancia que produzca tres o más de las siguientes consecuencias:
1. Tolerancia: necesidad de aumentar la dosis para conseguir el efecto deseado.
2. Abstinencia: aparición de síntomas físicos o psíquicos al dejar de consumir la sustancia.
3. Consumo durante mayor tiempo o en mayor cantidad de lo deseado.
4. Incapacidad para controlar o para interrumpir el consumo, pese a intentarlo.
5. Empleo de mucho tiempo para conseguir la sustancia o recuperarse de sus efectos.
6. Reducción de las actividades sociales, laborales o de ocio durante el consumo.
El consumo perjudicial (abuso) es un consumo prolongado de una sustancia a pesar de que impone el abandono de la
vida sociolaboral y provoca deterioro de las relaciones personales.
Alcohol: el alcohol de consumo es el alcohol etílico (etanol). Cada gramo de etanol supone 7.1 kcal calificadas como
calorías vacías al carecer de nutrientes o de vitaminas. Se elimina principalmente por vía hepática: oxidación no
microsomal citosólica (principal, por alcohol deshidrogenasa), oxidación microsomal y por catalasa.
El alcohol actúa como un depresor inespecífico del SNC existiendo un claro riesgo de potenciación con otros
depresores. El consumo agudo produce una depresión funcional en primer lugar de las funciones cortical cerebral y
cerebelosa (desinhibición social, excitación, euforia), en cantidades más elevadas induce sueño y a dosis mayores induce
depresión del centro respiratorio, vasomotor, hipotermia e inclusive coma.
Etiología del alcoholismo: es una enfermedad multifactorial causada por factores sociales, factores genéticos, factores
psíquicos y factores relacionados con el consumo.
Los problemas relacionados con el consumo de alcohol son:
a. Consumo excesivo de alcohol: consumo por encima de 25 g al día en mujeres y 40 g al día en hombres. Produce
tolerancia al alcohol que es la base para producir una abstinencia.
b. Alcoholismo: consumo de alcohol en cualquier cantidad para producir problemas familiares laborales, legales o
físicos (incluyendo síndrome de abstinencia alcohólica).
Los trastornos asociados al consumo agudo de alcohol son:
- Intoxicación aguda: sus efectos dependen de la alcoholemia y de la tolerancia del paciente. Se da tratamiento
sintomático (ventilación + glucosa) si hay agitación se usan antipsicóticos o BZD. Hemodiálisis en alcoholes no
etílicos.
- Intoxicación idiosincrásica (borrachera patológica): alteración conductual tras inferir dosis mínimas de alcohol.
- Amnesia lacunar (black-out o palimpsesto): no se acuerda lo sucedido durante la borrachera.
Los trastornos asociados al consumo crónico de alcohol son:
- Encefalopatía de Wernicke: neuropatía que se produce en el 5-15% de los alcohólicos; causa múltiple (déficit de B1-
tiamina, toxicidad del alcohol); provoca polineuropatía.
- Degeneración cerebelosa
- Enfermedad Marchiafava-Bignami: degeneración alcohólica del cuerpo calloso y comisura blanca anterior que cursa
con demencia y trastornos motores.
- Temblor postural: temblor fino distal de manos y lengua.
- Demencia alcohólica: es la primera causa tóxica de demencia.
Otros efectos:
a. Psiquiátricos: psicosis de Korsakoff (trastorno amnésico): complicación de la encefalopatía de Wernicke. También
hay trastornos psicóticos inducidos por alcohol (alucinosis alcohólica y celotipia alcohólica).
b. Teratógeno: síndrome alcohólico fetal -> malformaciones faciales, cardíacas, de los pliegues, microcefalia, retraso
mental, entre otros.
c. Gastrointestinales: varices esofágicas por hipertensión portal, esofagitis y Mallory-Weiss por vómitos. En estómago
gastritis aguda erosiva, intestinalmente pueden causar diarrea, en hígado causan esteatosis, cirrosis, hepatitis
(aumenta más AST que ALT), encefalopatía hepática y pancreatitis.
d. Cardiovasculares: miocardiopatía (principal causa de dilatada), arritmias e hipertensión).
Desintoxicación y síndrome de abstinencia: la abstinencia aparece al cesar o al disminuir el consumo de alcohol y puede
suponer un riesgo vital.
La clínica se inicia entre las 5-10 horas después de interrumpir la ingesta. Se observa temblor, hipertermia,
hiperactividad autonómica, insomnio, ansiedad, alteraciones digestiva e inclusive crisis convulsivas. En el 5% de los
pacientes se produce el cuadro más grave, delirium tremens que cursa con síndrome confusional con desorientación,
alteraciones perceptivas (típicas microzoopsias).
Para evaluar la gravedad del síndrome de abstinencia al alcohol se puede emplear la escala CIWA-Ar (importante
reevaluarla cada hora).
El tratamiento de las formas leves se puede realizar ambulatoriamente: benzodiacepinas. En casos de formas graves: las
convulsiones benzodiacepinas, antipsicóticos para disminuir el umbral de los síntomas.
Deshabituación y rehabilitación: las terapias psicosociales son la base del tratamiento a largo plazo. El apoyo
farmacológico se ha basado en los fármacos inhibidores de la aldehído-deshidrogenasa que tiene como objetivo
producir un aprendizaje basado en la disuasión.
Opiáceos: los opiáceos son sustancias derivadas de la amapola del opio o sintetizados de forma artificial que actúan
sobre los receptores del sistema opioide endógeno.
Utilizan receptores cuyos ligandos naturales son las encefalinas, endorfinas y dinorfinas. El receptor miu es el más
importante en la dependencia.
Se usan medicamente para la analgesia: para dolores intensos agudos, en anestesia intravenosa (fentanilo y derivados),
en el parto, edema agudo de pulmón cardiogénico (morfina), antidiarreicos (loperamida, difenoxilato), antitusígenos
(codeína, dextropropoxifeno). Se diferencian dos tipos de adictos:
- Adictos a los medicamentos: pacientes con síndromes dolorosos crónicos y profesionales sanitarios.
- Adictos clandestinos: heroína.
Intoxicación aguda: puede deberse a un intento de suicidio o a una sobredosis accidental. Cursa con depresión
respiratoria, disminución del nivel de conciencia y miosis. Puede haber hipotensión, bradicardia, hipotermia y muerte
por paro cardiorrespiratorio. El tratamiento consiste en mantener las constantes vitales y administrar el antagonista
puro naloxona.
Síndrome de abstinencia: se debe a la reducción o el abandono del consumo o la administración de estas sustancias. Su
intensidad se determinará por dosis, tiempo de consumo y la vida media. Se observa humor disfórico, náuseas, vómitos,
diarrea, dolores musculares, lagrimeo, midriasis, fiebre, piloerección, insomnio y ansiedad. Su fisiopatología depende del
sistema opioide y de la hiper actividad del locus coeruleus. El tratamiento se suele hacer con cualquier opiáceo agonista
puro (metadona vía oral). Sintomático con a2 adrenérgicos para reducir actividad simpática.
Síndrome de abstinencia en el recién nacido: surge al segundo día del nacimiento. Recién nacidos de bajo peso con alta
tasa de permaturidad y un lógico aumento de la morbilidad y mortalidad. Clínica es similar a la del adulto.
Rehabilitación y deshabituación: fundamental el abordaje psicosocial. Los fármacos no se usan de manera aislada.
Cocaína: derivada de la planta de la coca. Se puede utilizar por diferentes vías siendo la nasal esnifado la más frecuente.
También inhalatoria (crack). Su efecto es a través del bloqueo de la recaptación de aminas en el SNC y crea tolerancia
rápidamente cruzada con las anfetaminas.
Intoxicación: las personas más expuestas son los traficantes que llevan bolas de cocaína en su tracto digestivo. Produce
un síndrome simpaticomimético: estimulación, euforia, alucinaciones, delirios. Provoca midriasis bilateral reactiva,
bruxismo y movimientos estereotipados. Aumenta la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y tensión arterial. Riesgo
de producir ictus, SCA, arritmias, convulsiones. Para el tratamiento se dan medidas de soporte. Efectos del uso crónico:
perforación y necrosis del tabique nasal por vasoconstricción. Sistémicamente puede dañar por vasoconstricción, daño
pulmonar, causar necrosis hepática, parkinsonismo y aumento de PRL. Psiquiátricamente puede causar psicosis y
síndrome de abstinencia.
Marihuana: el cannabis es la sustancia ilegal más frecuentemente consumida. Su componente activo es el THC. Actúa
como neuromodulador, lo que potencia la función dopaminérgica.
Medicamente se utiliza como antiemético, analgésico, relajante muscular, orexígeno y antineoplásico.
Intoxicación aguda: induce un estado de relajación y euforia suave, con aumento de la sociabilidad y disminución de la
capacidad de abstracción y de concentración. En personas predispuestas puede presentar crisis de pánico con
despersonalización grave o psicosis tóxicas con ideación paranoide. Se da tratamiento sintomático.
El uso crónico se asocia con un síndrome amotivacional.
Otros tóxicos:
a. Alucinógenos: conocidos como psicomiméticos, psicodélicos o drogas psicodélicas. Ejercen su efecto a través del
sistema serotoninérgico o glutamatérgico. El principal cuadro clínico incluye alucinaciones visuales, sinestesias,
labilidad del humor. El “mal viaje” es una crisis de pánico con intensa despersonalización y síntomas psicóticos.
Principal causa de urgencia por consumo.
b. Anfetaminas: la más extendida es la metanfetamina.
c. Drogas de diseño: derivados anfetamínicos con poder alucinógeno. El más conocido es el MDM o éxtasis. Poseen
efectos mediados por la serotonina y causa una combinación de experiencias sensoperceptivas.
d. GHB (gamma-hidroxi-butirato): depresor del SNC que provoca sedación, relajación muscular, sensación de bienestar
y euforias leves. Conocido como éxtasis líquido. Ejerce su función a través del GABA
e. Inhalantes (pegamentos, disolventes, combustibles derivados de hidrocarburos).
f. Tabaco: nicotina. Producto natural derivado de la palanta de tabaco. Tiene 4,000 componentes tóxicos siendo los
más importantes: nicotina, alquitranes, irritantes, monóxido de carbono.

Capítulo 5: Trastornos cognitivos.


Delirium: también conocido como síndrome confusional agudo. Es un deterioro agudo y global de las funciones
mentales superiores. Los datos más característicos son el deterioro del nivel de conciencia y las alteraciones de la
atención/concentración. Su pronóstico depende de la causa subyacente. Existe una disfunción cerebral generalizada. La
causa más frecuente es extracerebral. Es el trastorno mental más frecuente en las personas ingresadas en un hospital.
Etiología: suele ser multifactorial, en ancianos destaca la poli-farmacia. Obliga a hacer un estudio somático exhaustivo
para detectar y tratar anomalías somáticas graves.
a. Causas intracraneales: epilepsia, traumatismos, neuroinfecciones, neoplasias, EVC.
b. Fármacos: anticolinérgicos, anticomiciales, antihistamínicos son los principales.
c. Drogas de abuso y tóxicos
d. Enfermedades sistémicas: enfermedades endócrinas, encefalopatía hepática, uremia, sepsis, insuficiencia cardíaca,
desequilibrios hidroelectrolíticos.
Clínica: se inicia con un descenso del estado de conciencia e inatención. Al principio, sólo se detectan dificultades de
atención, de concentración y desorientación. Conforme se agrava, se desestructura el pensamiento, se vuelve
incoherente, enlentecido, de contenidos delirantes y se modifica la percepción.
Es típica la inversión del ciclo sueño/vigilia. El estado de ánimo oscila entre lo ansioso y lo depresivo. Es frecuente el
déficit e memoria y amnesia lacunar. Se diferencian tres patrones según la alteración de la conducta:
1. Agitado: hiperactividad, irritabilidad, agitación, inquietud, hiperreactivo, síntomas psicóticos, hiperactividad
simpática.
2. Estuporoso: letargo, inhibición, inactividad, lentitud, lenguaje escaso.
3. Mixto: es el más frecuente: agitado en el día y estuporoso en la noche.
Tratamiento: el abordaje del delirium debe ser etiológico, por lo que se estudia su posible causa y se aplica un
tratamiento específico.
- Sujeción: para prevención de posibles lesiones auto o hetero infringidas.
- Medicamento: se prefiere el haloperidol intravenoso.
Demencia: es el síndrome caracterizado por el deterioro crónico y global de las funciones superiores. El dato típico es el
deterioro intelectual, pero suele acompañarse de deterioro de la conducta y del estado de ánimo.
Su prevalencia aumenta con la edad Es adquirida y cursa con un buen nivel de conciencia.
Clínica: el DSM-V la diferencia entre trastornos neurocognitivos mayores o menores en función de las alteraciones que
produzcan las distintas enfermedades.
La demencia suele iniciarse con el deterioro de la memoria y los cambios de personalidad, sin que el paciente tenga
consciencia de esos cambios. La conducta se vuelve desorganizada, inapropiada, descuidada o inquieta. El pensamiento
se vuelve empobrecido, concreto, perseverante. En fases iniciales el estado de ánimo es depresivo, ansioso o irritable.
Cognitivamente lo primero que aparecen son los olvidos, las dificultades del pensamiento abstracto y para los nuevos
aprendizajes, posteriormente falla la memoria reciente.
Pronóstico: apenas un 10% de demencias es reversible si se actúa a tiempo. El resto es irreversible y degenerativo y no
hay tratamiento más allá del sintomático.
Tratamiento: los inhibidores de la acetilcolinesterasa (donazepilo, rivastigmina, galantamina) y los antagonistas del
receptor NMDA (memantina) son útiles en el tratamiento de los síntomas cognitivos y no cognitivos de demencias como
Alzheimer y quizá en otras demencias, aunque su eficacia es limitada (no retrasan la evolución de la enfermedad).

Capítulo 6: Trastornos de la alimentación.


Anorexia nerviosa: grave pérdida de peso (que alcanza grados de desnutrición grave) derivada de una restricción
voluntaria de la ingesta de alimentos.
Esta restricción está motivada por una preocupación excesiva y patológica por mantener un determinado peso y aspecto
físico.
Epidemiología: 95% de los casos son mujeres. Más frecuente de los 14-20 años. Es más frecuente en los países
desarrollados.
Etiología:
a. Factores psicológicos: son personas con miedo a la pérdida del control, suelen ser responsables y estudiosos.
b. Factores culturales: el principal es la búsqueda del estereotipo social del sexo femenino.
Clínica: la anorexia se inicia en la pubertad, en la época de los cambios físicos sexualmente diferenciadores. Primero se
reduce la ingesta de alimentos calóricos y, posteriormente, de alimentos de cualquier tipo.
Tienen una conducta inusual respecto a los alimentos (esconden la comida, alteran sus horarios, etc). Pierden peso y
disminuyen IMC. En ocasiones pueden padecer dismorfofobia.
Se provocan el vómito tras cualquier exceso y no es raro que presenten episodios bulímicos.
En mujeres puede haber amenorrea secundaria y en hombres disminución de la lívido.
Curso y pronóstico: el curso es muy variable y el pronóstico a largo plazo en general no es bueno. La mitad de los casos
recuperan su peso y 20% mejoran parcialmente, suelen persistir preocupaciones mentales.
Cerca de un 20% se cronifica y un 5-10% muere como consecuencia de la desnutrición grave o por suicidio.
Son datos de mal pronóstico inicio tardío, curso prolongado antes de buscar tratamiento, conductas purgantes, pérdida
de peso extrema y coexistencia de depresión.
Tratamiento: el tratamiento tiene como objetivo asegurar estado nutricional adecuado, vigilar el riesgo de
osteopenia/osteoporosis, aceptar por parte del paciente un compromiso con el peso y mejorar las alteraciones
psicopatológicas.
El tratamiento al inicio debe ser ambulatorio con un régimen normocalórico y disminución de la actividad física. La
psicoterapia cognitivo-conductual y las terapias familiares son las más eficaces.
Se hospitaliza en caso de: IMC <13, pérdida de peso de 1 kg por semana, vómitos diarios, T° <34°C, uso excesivo de
laxantes, QT prolongado, debilidad muscular severa, FC <40 lpm, alteraciones en BH e ideación suicida.
Bulimia nerviosa: en este trastorno destaca la impulsividad respecto a la comida con atracones que se seguirán de
estrategias diversas para evitar el aumento de peso.
Epidemiología: las conductas bulímicas aisladas son muy frecuentes. El síndrome bulímico completo es menos habitual.
Es casi exclusivo de mujeres, pero de inicio más tardío (mayores de 20 años).
Cuadro clínico: su rasgo fundamental son los atracones bulímicos (episodios de ingesta voraz de alimento, de corta
duración y con sensación de pérdida de control), que siguen de conductas compensadoras que a su vez pueden ser no
purgantes (como ayuno, ejercicio) o purgantes (vómitos, laxantes o diuréticos).
También existe preocupación por el peso y por la imagen corporal, con miedo patológico a engordar.
Curso y pronóstico: trastorno crónico oscilante, por lo que en los períodos de mejoría los pacientes pueden seguir
manifestando síntomas.
La gravedad depende de las secuelas de las conductas purgativas y de su asociación con otros trastornos psiquiátricos.
Tratamiento: la psicoterapia y el control nutricional son básicos. Los fármacos pueden disminuir la frecuencia de los
atracones, sobre todo los ISRS a dosis alta.
Otros trastornos alimentarios:
a. Pica: ingesta persistente de sustancias no nutritivas (pelo, tierra, gis).
b. Rumiación: regurgitación y remasticación de los alimentos en ausencia de trastorno digestivo.

Capítulo 7: Trastornos de la personalidad.


Se caracterizan por patrones permanentes e inflexibles de comportamiento y de experiencia interna que aparecen en la
adolescencia, son estables a lo largo del tiempo y conllevan malestar o perjuicios en el sujeto. Estos trastornos se
dividen en tres grupos:
Grupo A (extraños o extravagantes): son sujetos reacios a las relaciones sociales. Existe asociación genética/familiar con
los trastornos psicóticos. Son frecuentes las alteraciones cognitivo-perceptuales.
Son introvertidos, mal socializados, independientes, desajustados emocionalmente: fríos e inexpresivos.
a. Paranoide: más frecuente en varones. Sujetos desconfiados, suspicaces, interpretan todo como una agresión,
rígidos, radicales e hipersensibles.
b. Esquizoide: socialmente aislados, introvertidos, con gran frialdad emocional, tienen dificultad para establecer
relaciones íntimas y manifiestan desinterés por el entorno.
c. Esquizotípico: tiene alteraciones del pensamiento (mágico), la percepción, el lenguaje y la conducta no alcanza
criterios de esquizofrenia. Pueden presentar episodios psicóticos breves y tienden a la marginación.
Grupo B (inmaduros): son sujetos inmaduros o emocionalmente inestables. Presentan asociación con trastornos
afectivos, somatomorfos y con el abuso de sustancias. Suelen ser extrovertidos, mal socializados, dependientes,
desajustados y emocionalmente inestables.
a. Disocial (antisocial, psicópata, sociópata): generalmente varones. Inicia con su conducta en la adolescencia.
Presentan gran riesgo de abuso de sustancias, carecen de sentimientos de culpa o de respeto por los derechos, gran
impulsividad y violencia brutal. Frialdad, falta de miedo.
Psicópata -> origen esta en su condición innata. Estudios demuestran que tienen un 60% de probabilidad de ser
heredado. Buena educación y carrera profesional. Controlados, manipuladores, incapaces de crear vínculos
personales o afectivos.
Sociópata: el origen de la enfermedad está en su entorno, investigaciones demuestran asociación entre
institucionalización temprana y el comportamiento sociopático. Carecer de vida profesional y empleos. Impulsivos y
espontáneos.
b. Borderline (limítrofe): más frecuente en mujeres. Inestabilidad en todos los aspectos de la personalidad, aunque
ésta tiende a mejorar con los años. Poseen sentimientos crónicos de vacío, impulsividad. Posibilidad de episodios
psicóticos.
c. Narcisista: personas que necesitan la admiración de los demás, para lo que no dudan en explotarles, con marcado
egoísmo. Hipersensibilidad a la crítica, exhibicionismo, autoestima baja y proclives a depresión.
d. Histriónica: más frecuente en mujeres. Personas dependientes con necesidad constante de apoyo, pero sin
establecer relaciones profundas, seductores (utilizan la sexualidad como medio de captar la atención) y teatrales en
relaciones.
Grupo C (ansiosos, temerosos): se asocia a trastornos de ansiedad. Son sujetos introvertidos, mal socializados,
dependientes, desajustados emocionalmente, dominados por el miedo.
a. Evitativa: muestran hipersensibilidad a la humillación y al rechazo, desean el contacto social, lo evitan por vergüenza
y baja autoestima. Están muy cercanos a la fobia social.
b. Dependiente: son pasivos y no asumen responsabilidades, ni toman decisiones, son sumisos, escasa autoestima e
incapaces de valerse por sí mismos. Suelen establecer relaciones patológicas.
c. Obsesiva: son perfeccionistas, meticulosos, amantes del orden y de la puntualidad, rígidos, dificultad para expresar
las emociones.

Capítulo 8: Trastornos del sueño


- Tiempo de sueño: 7-8 horas por noche (si son menos de 4 o más de 9, hay mayor tasa de mortalidad).
- Ciclo sueño/vigilia: 25 horas (sincronizado por el ritmo luz-oscuridad.
- Ciclo intrínseco del sueño: 70-100 (4-5 ciclos/noche). Fases del ciclo intrínseco: no-REM (sueño superficial fases 1-2,
sueño profundo fase 3) y REM.
Insomnio: se presenta hasta en una tercera parte de la población, y es más frecuente en ancianos, mujeres y pacientes
psiquiátricos. Según el momento en el que aparece, se divide en insomnio de conciliación, de mantenimiento y terminal.
Según su duración se divide en: transitorio y de corto plazo (insomnio reactivo, extrínseco, secundario a cambios crono-
biológicos y psicofisiológico) y el insomnio prolongado o crónico (secundario a tóxicos y a enfermedades psiquiátricas).
Hipersomnias: SAOS y Narcolepsia. Tiene una tétrada sintomática: ataques de sueño incoercible de breve duración
(minutos) que aparece en todos los pacientes y puede dar lugar a accidentes, cataplejía (pérdida de tono muscular con
las emociones o con los movimientos bruscos que varía desde ptosis mandibular hasta parálisis), parálisis del sueño
(fenómeno del sueño REM similar a la cataplejía) y alucinaciones (hipnagógicas e hipnopómpicas).
El diagnóstico se realiza por estudios polisomnográficos. Se tratan con fármacos estimulantes anfetamínicos
(metilfenidato) para hipersomnia y antidepresivos para los fenómenos REM. El modafinilo adrenérgico alfa-1 para los
dos síntomas.
Parasomnias: paciente se queja de fenómenos extraños que suceden cuando está dormido.
a. Sonambulismo: es más frecuente en los niños varones. Se levantan, caminan o realizan actividades para establecer
contacto con el ambiente.
b. Terrores nocturnos: aparecen en el sueño profundo 3, típicos de las primeras horas de sueño. Se agita y se muestra
descarga vegetativa intensa, sensación de pánico y es difícil despertarlo. Suele no recordar nada al despertar.
c. Pesadillas: aparecen en sueño REM siendo más comunes en las últimas horas del sueño. El niño lo recuerda y tiene
miedo volver a dormirse.
d. Bruxismo: aparece en la fase 2 no-REM, produce movimientos masticatorios y trismo, con riesgo de daño a los
dientes.

Capítulo 9: Trastornos de la infancia y la adolescencia.


Trastornos del neurodesarrollo:
Retraso mental: una persona con retraso mental tiene una capacidad intelectual significativamente inferior al promedio
(que se sitúa en un CI menor de 70), que se inicia antes de los 18 años que produce dificultad de adaptación a las
exigencias del medio. Prevalencia de 1% y más frecuente en hombres.
Causas: 30-40% no se conoce la causa.
- Alteraciones del desarrollo embrionario: aberraciones cromosómicas y exposición prenatal a tóxicos/infecciones
- Influencias ambientales y trastornos mentales: privación ambiental y autismo.
- Problemas del embarazo y perinatales: mal nutrición fetal y prematuridad, hipoxia y lesiones del parto.
- Enfermedades hereditarias
- Enfermedades adquiridas durante la infancia.
Clínica: los déficits afectan a la capacidad de comunicación, al cuidado personal, las habilidades sociales, rendimiento
académico y laboral o a la capacidad de autocontrol. Presentan trastornos mentales con mayor frecuencia que la
población en general -> comunes TDAH, del estado de ánimo y estereotipias motoras.
Diagnóstico: se usan escalas de inteligencia (Weschier, Stanford-Binet) y escalas comportamentales.
Trastornos del espectro autístico: se incluyen el autismo clásico infantil (síndrome de Kanner) y otras formas:
a. Síndrome de Asperger: similar al autismo clásico, pero sin afectación del leguaje, ni de las funciones intelectuales o
de la capacidad de autocuidado.
b. Trastorno desintegrativo infantil (Síndrome de Heller): desarrollo adecuado hasta los 2 años con posterior pérdida
de lo adquirido (demencia infantil).
c. Síndrome de Rett: detención del desarrollo cognitivo tras un perído de normalidad de 5 meses.
Epidemiología y etiología: muestra prevalencia de 2-5 por cada 10,000. Se desconocen las causas específicas de los
trastornos autísticos. Tienen problemas para procesar la información y numerosas anomalías psicofisiológicas.
Clínica: debuta antes de los 3 años, aunque las manifestaciones se pueden detectar al poco del nacimiento. Lo
fundamental es el déficit de interacción social (autismo), con ausencia de reciprocidad social o emocional, escasez de
contacto visual, falta de sonrisa social y tendencia al aislamiento.
Alteración de la comunicación, retraso del desarrollo de lenguaje, dificultades para conversar, lenguaje estereotipado.
La conducta es repetitiva, sin fantasía ni juego creativo, manipulan objetos de forma simple, son frecuentes las
esterotipias y los manierismos.
Curso y pronóstico: el curso es continúo alcanzado poco grado de independencia. El tratamiento consiste en manejar los
síntomas: antipsicóticos para la agitación.
Trastornos por Tics:
a. Tics transitorios: los tics son movimientos estereotipados rápidos no rítmicos, involuntarios y repetitivos de
determinados grupos musculares. Se exacerban con cansancio y la ansiedad. Suelen durar meses. Si pasan del año
tienden a cronificarse y enfocarse a un grupo muscular concreto.
b. Trastorno de la Tourette: más frecuente en varones y se inicia antes de los 18 años.
Clínica: aparecen tics motores simples (guiños, movimientos del hombro) o complejos, junto con tics vocales simples o
complejos. El paciente es capaz de frenar su aparición, pero a causa de un aumento de ansiedad y de un efecto de
rebote. 50% está precedido por un TDAH.
Existe una importante asociación genética con mayor penetrancia en varones.
Los fármacos más utilizados y útiles son los antipsicóticos por su acción antidopaminérgica. La terapia conductual puede
ayudar.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): se observa en un 3-5% de los escolares, sobre todo varones y
constituye el trastorno psiquiátrico más frecuente en la edad infantil. Debe iniciar antes de los 12 años según DSM-5.
En el cuadro clínico se diferencian tres grupos de síntomas:
1. Inatención: no prestan atención en clase, errores por descuidos, no se centra ni termina tareas, parece no escuchar,
pierde cosas.
2. Hiperactividad: no se queda quieto, corre y salta en situaciones inapropiadas, habla en exceso, no soporta
actividades de ocio tranquilas.
3. Impulsividad: se precipita en sus respuesta, interrumpe actividades de otros, no toma en cuenta riesgos de sus
actos, con frecuencia parecen irritados, agresivos y mal educados.
Etiología: se asocia con disfunciones cerebrales mínimas, asociándose a retraso mental, tics y otros. En la familia hay
antecedentes de trastorno antisocial y alcoholismo en los padres, y de trastornos histéricos en las madres. Defecto en la
capacidad de regular la respuesta ante los estímulos ambientales, hay hipofunción dopaminérgica y un defecto del
lóbulo frontal.
Curso y pronóstico: un porcentaje sigue presentando problemas de falta de atención e hiperactividad en la edad adulta.
Cuanto más precoz sea el diagnóstico y tratamiento mayor probabilidad de remisión.
Tratamiento: la primera línea es intervención no farmacológica sobre la familia, el niño y la escuela. Si no se produce una
mejoría de los síntomas, está indicado el tratamiento farmacológico con: metilfenidato (psicoestimulante similar a la
anfetamina), atomoxetina (inhibidor de la recaptación de noradrenalina) o dexanfetamina.
Trastornos de la eliminación:
Enuresis: alteración el aprendizaje del control del esfínter vesical, que se manifiesta como emisión de orina durante el
día o la noche de forma repentina e involuntaria. Sólo se diagnostica a partir de los 5 años de edad. Se clasifica en:
primaria (nunca ha conseguido el control) y secundaria (lo consiguió al menos un año).
Puede ser: nocturna (más frecuente, mayor incidencia en niños y vacía completo la vejiga) y diurna (menos habitual,
urgencia miccional con polaquiuria, más frecuente en niñas y se asocia a causas emocionales).
Etiología: hay agrupación familiar. Se encuentran alteraciones o infecciones del tracto urinario (forma diurna). Se ha
relacionado la enuresis nocturna con las parasomnias.
Curso y pronóstico: son frecuentes las remisiones espontáneas. Mayor edad condiciona peor pronóstico.
Tratamiento: está basado en técnicas motivacionales y técnicas conductuales. Para los casos resistentes, se emplean
fármacos como la desmopresina oral o intranasal, o fármacos anticolinérgicos como oxibutinina.
Encopresis: alteración del aprendizaje del control del esfínter anal. Sólo se diagnostica a partir de los 4 años de edad.
Puede ser retentiva (asociada a estreñimiento crónico, por rebosamiento de heces blandas y moco) o no retentiva
(encopresis propiamente dicha, heces normales). Suele resolverse en su mayoría antes de los 17 años. Su tratamiento
consiste en regular los hábitos intestinales y disminuir los factores estresantes.

Capítulo 10: Trastornos sexuales.


La función sexual parece regulada por la región preóptica del hipotálamo. El plexo sacro es el efector a nivel genital,
precisándose de una adecuada función vascular.
Disfunciones sexuales:
a. Trastornos del deseo sexual: deseo sexual hipoactivo (disminución o ausencia de fantasías o de deseos de actividad
sexual) y trastorno por aversión al sexo (rechazo extremo y persistente hacia el contacto sexual).
b. Trastornos de la excitación sexual: en mujeres hay dificultad para lubricación adecuada y en hombres está la
disfunción eréctil.
c. Trastornos orgásmicos: disfunción orgásmica (en mujeres frigidez y en hombres eyaculación retardada). La
eyaculación precoz es una eyaculación en respuesta a una estimulación sexual mínima Se propone el uso de
dapoxetina para este trastorno aunado a terapia psicológica.
d. Trastornos por dolor genitopélvico: dispareunia y vaginismo.
e. Trastornos por la elección del objeto (parafilias): exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pedofilia, masoquismo,
sadismo, hipoxifilia, entre otras. En general se asocian a trastornos de la personalidad.
f. Trastornos de la identidad sexual (disforia de género): incongruencia con el género asignado y el experimentado.

Capítulo 11: Psicología médica


Psicología médica: psicoterapias.
La psicoterapia es toda aquella técnica que trata de modificar el curso de una enfermedad mental mediante el diálogo
con el paciente, ya sea de forma individual o en grupo, en pareja o familiar. Existen más de 200 técnicas derivadas de las
teorías psicoanalíticas, del aprendizaje y sistémica.
a. Teoría psicoanalítica (psicodinámica): Desarrollada por Freud. Estructura la mente en tres estratos o niveles
(consciente, preconsciente e inconsciente). Diferenciación de tres funciones del psiquismo: el ello (reúne a lo
instintivo; la libido), el superyó (lo social, lo aprendido) y el yo (misión de conectar con la realidad y armonizar el ello
y el superyó). También toma importancia el desarrollo sexual infantil (fases oral, anal y fálica).
b. Teoría del aprendizaje: se ha desarrollado en 3 etapas que comparten la idea que los síntomas de las enfermedades
mentales son comportamientos aprendidos. El condicionamiento clásico (Pavlov) establece que la asociación
repetida entre un estímulo que provoca una misma respuesta y otro inicialmente neutro, acaba por producir que
éste ocasione una respuesta similar. El condicionamiento instrumental u operante (Skinner) establece que el
estímulo inicial debe de seguirse de una respuesta que dará lugar a una consecuencia cuyas características
determinarán la probabilidad de que esa respuesta se mantenga. El condicionamiento social (Bandura) establece
que muchas de las conductas se aprenden observando modelos. Existen tres modelos de condicionamiento que han
dado lugar a las terapias cognitivo-conductual.
c. Teoría sistémica: se basa en la importancia de la comunicación interpersonal, sobre todo dentro del núcleo familiar,
como elemento crucial en el mantenimiento de conductas normales.

También podría gustarte