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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MICHOACÁN

Licenciatura en Enseñanza y Aprendizaje de las


Matemáticas

DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL

ENSAYO UNIDAD l

SEGUNDO SEMESTRE
CICLO ESCOLAR 2022-2023

Alumno: Omar Gerónimo Urtiz

Mtro. Armando González Rocha


UNIDAD l
Para esta unidad se trabajarán 3 puntos muy importantes para entender el
funcionamiento neurológico del adolescente, los tres contenidos son los
siguientes:
 Bases neurobiológicas de las emociones.
 Centros de aprendizaje en el cerebro: corteza prefrontal, amígdala e
hipocampo.
 Componentes de las emociones: Neurofisiológica, conductual y
cognitiva.
En el primer contenido que son las. Bases neurobiológicas de las emociones
Habla sobre que en los comienzos de este siglo XXI se está asistiendo a un
fantástico auge en el interés científico por la comprensión de los mecanismos
neuropsicológicos que intervienen en la construcción de esas experiencias tan
peculiares que llamamos emociones.

Este interés, por supuesto, no es nada nuevo pues han sido muchos los
pensadores y científicos que se han interesado por los fenómenos emocionales
a lo largo de la historia desde muy diversas perspectivas. Ya desde la
Antigüedad grandes filósofos como Platón o Aristóteles plantearon teorías
genuinas sobre las emociones. Sin embargo, durante la Edad Media las
pasiones fueron adquiriendo un carácter negativo (identificándose con la
enfermedad del alma y el origen de todos los pecados), encontrándose, desde
una visión dualista de la naturaleza humana, en constante lucha con el
componente virtuoso de la mente, la razón. Con el paso del tiempo y llegados a
la época renacentista, el término afecto fue sustituyendo al de pasión, pero, con
postulados como los de René Descartes, se consolidó la concepción de las
emociones como perturbadoras de la cognición, por lo que siguió primando una
visión peyorativa de las mismas. No obstante, a finales del siglo XVIII y con
Rousseau a la cabeza, empieza a germinar una visión optimista sobre la
naturaleza humana. A raíz de esta “nueva” concepción de la vida y, por tanto,
de las emociones, la búsqueda de la felicidad, ya planteada por Aristóteles
como la motivación básica del ser humano, pasó a ocupar un importante lugar
en las corrientes de pensamiento (Avia, 1998).

Durante el siglo XIX el estudio de la emoción se va separando de la filosofía y


profundizando en aspectos más biopsicológicos, contribuyendo
significativamente al surgimiento de la psicología como ciencia independiente.
Charles Darwin, padre de la biología moderna y uno de los fundadores de esa
nueva ciencia, publicó, en 1872, la obra sobre emociones más importante hasta
aquella fecha (Darwin, 1872). Otro de los pioneros del estudio de las
emociones desde una perspectiva psicológica o, más concretamente,
psicofisiológica, fue William James, al resaltar el papel de las respuestas
periféricas (autónomas y motoras) en la constitución de las experiencias
emocionales (James, 1884), perspectiva que guarda una estrecha relación con
la hipótesis del marcador somático propuesta actualmente por Damásio.

A lo largo del siglo XX van proliferando diferentes teorías según centran su foco
de atención en unos u otros aspectos de los fenómenos emocionales. Así, de
las críticas recibidas por la postura psicofisiológica surgió la tradición
neurológica encabezada por Cannon y Bard y sus teorías centralistas. Este
nuevo enfoque pone el énfasis en la activación del sistema nervioso central
más que en el periférico, proponiendo que tanto la experiencia emocional como
las reacciones fisiológicas son acontecimientos simultáneos que surgen del
tálamo. Por otra parte, sabemos que Sigmund Freud también se ocupó en
profundidad de las emociones, aunque no propusiera una teoría explícita para
ellas, haciendo hincapié en la especial importancia de la experiencia emocional
vivida durante la infancia para la configuración y comprensión de la vida
afectiva del adulto (aquí entraría en juego la clásica, y muchas veces
denostada, dicotomía entre consciente e inconsciente que, sin embargo, a la
luz de las nuevas perspectivas ofrecidas desde la neurobiología y la psicología
cognitiva, parecen engarzarse a la perfección con los sistemas de aprendizaje
y memoria explícitos e implícitos (Aguado, 2002). Desde enfoques conductistas
también se han estudiado las emociones, prestando especial atención al
proceso de aprendizaje de las mismas, el comportamiento manifiesto que
permite inferirlas y los condicionamientos que las provocan. De este enfoque,
además de la gran utilidad de los paradigmas de condicionamiento y las
definiciones operacionales en la investigación experimental, se han derivado
técnicas de especial interés en la intervención clínica de las alteraciones
emocionales. Sin embargo, en el último tramo del siglo XX las teorías
cognitivas fueron ensombreciendo el enfoque conductista y tomando un papel
dominante. Éstas consideran que la emoción es consecuencia de una serie de
procesos cognitivos como interpretación, valoración, atribución o expectativas,
que se sitúan entre los estímulos y la respuesta emocional. Se centrarían por
tanto en la evaluación positiva o negativa del estímulo que realiza el sujeto en
función de cómo ha interpretado el estímulo y no tanto en el acontecimiento en
sí.
A lo largo del siglo XX van proliferando diferentes teorías según centran su foco
de atención en unos u otros aspectos de los fenómenos emocionales. Así, de
las críticas recibidas por la postura psicofisiológica surgió la tradición
neurológica encabezada por Cannon y Bard y sus teorías centralistas. Este
nuevo enfoque pone el énfasis en la activación del sistema nervioso central
más que en el periférico, proponiendo que tanto la experiencia emocional como
las reacciones fisiológicas son acontecimientos simultáneos que surgen del
tálamo.
Por otra parte, sabemos que Sigmund Freud también se ocupó en profundidad
de las emociones, aunque no propusiera una teoría explícita para ellas,
haciendo hincapié en la especial importancia de la experiencia emocional vivida
durante la infancia para la configuración y comprensión de la vida afectiva del
adulto (aquí entraría en juego la clásica, y muchas veces denostada, dicotomía
entre consciente e inconsciente que, sin embargo, a la luz de las nuevas
perspectivas ofrecidas desde la neurobiología y la psicología cognitiva, parecen
engarzarse a la perfección con los sistemas de aprendizaje y memoria
explícitos e implícitos (Aguado, 2002).
Desde enfoques conductistas también se han estudiado las emociones,
prestando especial atención al proceso de aprendizaje de las mismas, el
comportamiento manifiesto que permite inferirlas y los condicionamientos que
las provocan.
De este enfoque, además de la gran utilidad de los paradigmas de
condicionamiento y las definiciones operacionales en la investigación
experimental, se han derivado técnicas de especial interés en la intervención
clínica de las alteraciones emocionales. Sin embargo, en el último tramo del
siglo XX las teorías cognitivas fueron ensombreciendo el enfoque conductista y
tomando un papel dominante. Éstas consideran que la emoción es
consecuencia de una serie de procesos cognitivos como interpretación,
valoración, atribución o expectativas, que se sitúan entre los estímulos y la
respuesta emocional. Se centrarían por tanto en la evaluación positiva o
negativa del estímulo que realiza el sujeto en función de cómo ha interpretado
el estimulo y no tanto en el acontecimiento en sí. Este enfoque también
originará determinadas terapias que demostrarán una elevada eficacia en
trastornos como la depresión o la ansiedad patológica (Beck, 1990).

A partir de la década de los noventa se produjo un crecimiento exponencial de


la investigación científica sobre las emociones, siendo la tendencia general
apostar con fuerza por una comprensión unificadora de los procesos que
intervienen, inevitablemente, como eslabones interrelacionados en el
comportamiento de un organismo. Así, autores como Fridja o Buck proponen
modelos comprensivos que integran motivación, emoción y cognición (Fridja,
1993) (Buck, 1991). Además, en el caso de Buck, se sintetizan enfoques
biológicos y cognitivos al proponer la existencia de un sistema fisiológico innato
que reacciona involuntariamente ante estímulos emocionales y otro cognitivo-
cortical adquirido cuya reacción es social y simbólica, funcionando ambos de
manera conjunta para producir el output emocional.
De esta manera, se ha llegado a un punto en el prácticamente todas las teorías
generales sobre las emociones consideran, ya sea de manera explícita o
implícita, la íntima relación entre emoción, cognición y conducta, así como su
vinculación con múltiples mecanismos neurológicos, muchas veces
superpuestos, que los sustentan (Kolb, 2005).
Este enfoque también originará determinadas terapias que demostrarán una
elevada eficacia en trastornos como la depresión o la ansiedad patológica.

Para el segundo contenido se habla sobre los centros de aprendizaje en el


cerebro: corteza prefrontal, amígdala e hipocampo.
El primero centro de aprendizaje es la Corteza prefrontal: Este permite o
inhibe la realización de comportamientos selectivos, que surgen como
respuesta a la hora de decidir cómo enfrentarnos ante una determinada
situación. 
En su Anatomía La corteza prefrontal se relaciona con la porción del encéfalo
ubicada en la parte más anterior del lóbulo frontal, ocupando así porciones de
las tres caras del mismo (caras orbitaria, medial y lateral). También es
denominada como “corteza granular frontal” y “corteza asociativa frontal”.

La corteza o área prefrontal comprende aproximadamente un tercio de toda la


corteza cerebral. Es importante mencionar que esta región comienza a
desarrollarse antes del nacimiento, progresa lentamente a lo largo de la
infancia y finalmente completa su proceso de desarrollo (mielinización) en la
adolescencia tardía. Es una de las razones por las cuales durante la infancia no
se han desarrollado habilidades cognitivas de alto nivel como las que se
evidencian en la fase adulta.
Para un mejor entendimiento de las especificidades de cada parte de esta gran
porción del encéfalo, los expertos en neurociencias decidieron dividir esta
región en subregiones. Aún no existe un consenso universal sobre esta
división, sin embargo, es la más comúnmente usada e incluye tres
subregiones:

-Región medial (dividida en las regiones dorsomedial y ventromedial)


-Región lateral (dividida en las regiones dorsolateral y ventrolateral)
-Región orbitofrontal.

La corteza prefrontal forma ricas conexiones subcorticales recíprocas con el


cuerpo amigdalino, el hipotálamo, el mesencéfalo y el puente. De esta manera
las funciones, filogenéticamente, más primitivas (es decir la actividad
autonómica, las funciones viscerales, las emociones principales) están
integradas con funciones cerebrales de alto orden (los pensamientos, el
cálculo, la motivación, etc.).

Se entiende que cada región tiene sus propias conexiones exclusivas y, en


consecuencia, sus propias funciones específicas:
-La región medial de la corteza prefrontal forma conexiones recíprocas con las
regiones del encéfalo que están involucradas en el procesamiento emocional
(cuerpo amigdalino), memoria (hipocampo) y regiones sensitivas de alto orden
(dentro de la corteza temporal).
-La región lateral está conectada principalmente a las regiones del encéfalo
que se encuentran involucradas en el control motor (ganglios basales, corteza
premotora, área motora suplementaria), tálamo, supervisión del rendimiento
(corteza cingular) y procesamiento sensitivo de orden superior (dentro del
neocórtex).
-La región orbitofrontal forma principalmente conexiones neuronales con las
regiones del encéfalo involucradas en la regulación emocional como el cuerpo
amigdalino, la porción medial del tálamo, el hipotálamo y los núcleos basales
(porción ventromedial del núcleo caudado).
El segundo centro de aprendizaje es la Amígdala, donde este habla sobre: Un
estímulo emocionalmente neutro es capaz de producir reacciones emocionales
por su asociación temporal con un estímulo adverso. Se ha constatado que la
amígdala es necesaria para el aprendizaje y expresión de este
condicionamiento, y por tanto está implicada en el aprendizaje emocional. En
cuanto a la relación de la amígdala con la modulación de la memoria, hay que
destacar los resultados que demuestran que ésta no es siempre necesaria para
el aprendizaje y la memoria, pero sí para que se manifiesten los efectos
moduladores sobre la memoria de diferentes sustancias. La amígdala
modularía el almacenamiento de la memoria en otras zonas del encéfalo, como
el núcleo caudado o el hipocampo.
Y por ultimo el tercer centro de aprendizaje es el hipocampo: Se trata de una
estructura marginal y de estructura de capas más sencilla de la misma
sustancia gris cortical del lóbulo temporal. Por ello pertenece, por una parte, al
sistema límbico y por otra a la arquicorteza, componiendo junto al subículo y el
giro dentado la llamada formación hipocampal.
Al igual que el resto de la corteza cerebral es una estructura pareada, con dos
mitades que son imágenes especulares en ambos hemisferios cerebrales.
Tanto en humanos como en otros primates, el hipocampo se localiza en el
interior de la parte medial o interna del lóbulo temporal, bajo la superficie
cortical. La forma de caballito de mar es típica de primates, pero en otros
mamíferos tiene formas variadas, como la del plátano.

Aunque tiene origen en una estructura del cerebro de los vertebrados


denominada palio, que comprendía funciones olfativas, en su actual diseño en
los mamíferos desempeña principalmente funciones importantes en la memoria
y el manejo del espacio. Los estudios sobre su función en humanos son
escasos, pero se ha investigado ampliamente en roedores como parte del
sistema cerebral responsable de la memoria espacial y la navegación. Muchas
neuronas del hipocampo de ratas y ratones responden disparando potenciales
de acción cuando el individuo atraviesa por una zona específica de su entorno,
como «células de lugar» o células de posición. Las «células del lugar» del
hipocampo interactúan en gran medida con las «células de orientación» de la
cabeza, que actúan a modo de compás inercial, y también con las (células grid)
o células de red, en las cercanías de la corteza entorrinal.

Debido a sus capas de neuronas densamente empaquetadas, el hipocampo ha


sido utilizado frecuentemente como un sistema modelo para el estudio de la
neurofisiología. La forma de la plasticidad neuronal conocida como
potenciación a largo plazo (LTP) fue descubierta por primera vez en el
hipocampo, y todavía se estudia en esta estructura. Está muy extendida la
hipótesis de que la LTP es uno de los mecanismos neurales principales por los
que la memoria se almacena en el cerebro.
En la enfermedad de Alzheimer en el hipocampo es una de las primeras
regiones del cerebro en sufrir daño, etc.

Como siguiente contenido y ultimo habla sobre los componentes de las


emociones: Neurofisiológica, conductual y cognitiva.
Esta habla sobre también tres puntos principales.
Como primer punto es la Neurofisiología:
¿Qué es la Neurofisiología?
La Neurofisiología se encarga del estudio funcional de la actividad bioeléctrica
del sistema nervioso central, periférico y autonómico, mediante la utilización de
equipos y técnicas de análisis avanzado, como la Electroencefalografía, la
Cartografía cerebral, la Electromiografía cualitativa y cuantitativa, la
Electroneurografía, los Potenciales Evocados en sus diferentes modalidades
(Auditivos, Visuales, Somestésicos, Motores y Cognitivos), la Polisomnografía,
y la Magnetoencefalografía y estimulación magnética transcraneal (que
además tiene fines terapéuticos en algunos casos). La actividad del sistema
nervioso y sus posibles afecciones se puede manifestar en la funcionalidad del
aparato locomotor.
¿Qué enfermedades trata?
El médico especialista en Neurofisiología trata enfermedades como la
epilepsia, TDAH en adultos, síndrome de piernas inquietas, Parkinson,
miopatías (degeneración del tejido muscular), radiculopatías (pérdida de
sensibilidad), mielopatía cervical (compresión de la médula espinal en el
cuello), trastornos del sueño (apnea del sueño, narcolepsia, insomnio),
problemas de visión (retinopatía) y problemas de audición (hipoacusia).
Como segundo punto el componente Cognitivo es la experiencia emocional
subjetiva de lo que pasa. Permite tomar conciencia de la emoción que estoy
experimentando, lo cual permite etiquetarla, en función del dominio del
lenguaje. Por ejemplo: “siento un miedo que no puedo controlar”. Las
limitaciones del lenguaje imponen serias restricciones al conocimiento de lo
que me pasa en una emoción. Estos déficits provocan la sensación de «no sé
qué me pasa». De ahí la importancia de una educación emocional encaminada,
entre otros aspectos, a un mejor conocimiento de las propias emociones y la
denominación apropiada. Ser capaz de poner nombre a las emociones es una
forma de conocernos a nosotros mismos. La componente cognitiva coincide
con lo que se denomina sentimiento.

Las emociones suelen impulsar hacia una forma definida de comportamiento;


ya sea enfrentándonos o huyendo de las situaciones que nos producen las
emociones. Esta predisposición a la acción se resume en la expresión «fight or
fly» (lucha o vuela), que refleja los dos comportamientos básicos para asegurar
la supervivencia.

Cuando se dice que la emoción predispone a la acción, no significa que la


acción tenga que darse necesariamente. Por ejemplo, me puedo sentir
ofendido por el comentario de alguien y sentir una impulsividad a responder de
forma violenta. Esta predisposición a la acción se puede regular de forma
apropiada con entrenamiento. Es decir, con educación.
Aparte de todas estas cosas es relacionado con la vivencia afectiva y con el
hecho de percibir la emoción en sí y la situación en la que se desencadena, de
experimentar propiamente la emoción y con la evaluación de dicha situación.
Hace referencia a los estados subjetivos calificados como agradables o
desagradables y con el reconocimiento consciente que se hace del estado
emocional, por ejemplo, decir que “soy feliz” o “me siento culpable”.

Como tercer punto y último punto esta los componentes Conductuales: Un


componente conductual o expresivo que comprende tanto conductas no
verbales (lenguaje corporal: expresiones faciales, movimientos corporales,
conducta de aproximación-evitación) como verbales (entonación de la voz,
intensidad, sonidos, etcétera).

Este componente de la emoción está muy influido por factores socioculturales y


educativos que pueden modular la expresión emocional. De esta manera, la
expresión emocional varía a lo largo del desarrollo ontogenético de la persona,
siendo los adultos los que ejercen un control emocional más grande que los
niños.

Por otra parte, las reglas sociales modulan la expresión emocional porque nos
facilitan o inhiben la manifestación de acuerdo con el contexto en el cual tiene
lugar la experiencia emocional. Por ejemplo, saltamos de alegría si gana
nuestro equipo e inhibimos nuestra ira en el trabajo delante de un superior.
Como conclusión de esta investigación e indagación de estos temas se
considera que conocer sobre cómo funciona el cerebro y las emociones es
imprescindible para el docente, ya que es necesario conocer y entender como
piensa o en que momento emocional esta el alumno para así poder
comprenderlo, por eso hay que conocer que parte de esto es importante para
asi seguir mejorando como futuro docente.

Algo de lo que mucha gente no le da interés, del porque siente, o a que se


basa su comportamiento y que a través de los años puede a cambiar cada uno
de ellos, y que mejor manera que estar informado de la cada una de ellas.
Son temas muy extensos, pero entre más lees sobre ellos más te atrapas en
cada cosa, porque uno va descubriendo y va entendiendo el por qué pasan
muchas cosas, te va aclarando muchas cosas de la vida.

Viendo y leyendo toda la información que trae toda la unidad, uno va viendo y
descubriendo lo poco que a veces sabemos de uno mismo, y que si le damos
muy poca importancia a cosas tan grandes como la que es el cerebro y
nuestras emociones.

Por eso es tan importante conocer sobre lo psicosocial del estudiantado, así
como su contexto y sus emociones.
BIBLIOGRAFIA

http://www.neurowikia.es/content/bases-neurobiologicas-de-las-
emociones

https://divulgaciondinamica.es/emociones-concepto-funciones/
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https://www.il3.ub.edu/blog/como-funciona-nuestro-mecanismo-de-
valoracion-emocional/ - :~:text=El%20componente%20cognitivo
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https://www.topdoctors.es/articulos-medicos/neurofisiologia-
estudiando-las-enfermedades-del-sistema-nervioso

https://neurologia.com/articulo/2001125#:~:text=Introducci
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%20sistema%20emocional%20del%20cerebro.

https://www7.uc.cl/sw_educ/neurociencias/html/204.html#:~:text=El
%20hipocampo%20es%20un%20%C3%A1rea,la%20corteza
%20primitiva%20o%20alocorteza.

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