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Viscosidad en líquidos

Esta es la resistencia que ofrece un líquido a fluir. Por ejemplo, la miel tiene una viscosidad
dinámica mucho mayor que la del agua. La viscosidad dinámica de la miel es 70
centipoises y la viscosidad dinámica del agua es 1 centipoise a temperatura ambiente.
La viscosidad es una propiedad física característica de todos los fluidos, la cual emerge de
las colisiones entre las partículas del fluido que se mueven a diferentes velocidades,
provocando una resistencia a su movimiento según la Teoría cinética. Cuando un fluido se
mueve forzado por un tubo liso, las partículas que componen el fluido se mueven más
rápido cerca del eje longitudinal del tubo, y más lentas cerca de las paredes. Por lo tanto,
es necesario que existan unas tensiones cortantes para sobrepasar la resistencia debida a
la fricción entre las capas del líquido y la condición de no deslizamiento en el borde de la
superficie, y que el fluido se siga moviendo por el tubo de rugosidad mínima. En caso
contrario, no existiría el movimiento.
Un fluido que no tiene viscosidad es un superfluido. Ocurre que en ciertas condiciones el
fluido no posee la resistencia a fluir o es muy baja y el modelo de viscosidad nula es una
aproximación que se verifica experimentalmente.
La viscosidad de algunos fluidos se mide experimentalmente con viscosímetros y
reómetros. La parte de la física que estudia la deformación debido a esfuerzos externos en
los fluidos es la reología. Los esfuerzos internos son las reacciones que se generan por la
fricción existente entre las capas de fluido.
Solo existe en líquidos y gases . Se representa por la letra griega μ. Se define como la
relación existente entre el gradiente negativo de velocidad local que es la fuerza impulsora
para el transporte de cantidad de movimiento, y el flujo neto de cantidad de movimiento
que es la relación entre el esfuerzo cortante y el área de placa que atraviesan las
moléculas. Esta relación también se denomina densidad de flujo viscoso de cantidad de
movimiento y, por lo visto, sigue la dirección de la velocidad decreciente, o sea va de una
región de alta velocidad a otra de baja velocidad. En caso de que el flujo sea turbulento, se
suma a la viscosidad molecular la Viscosidad de remolino de Boussinesque, que significa
que el efecto del Flujo turbulento se suma al del flujo laminar. Esta es función de la
posición.
Presión de Vapor
La presión de vapor es aquella que experimenta la superficie de un líquido o sólido, como
producto de un equilibrio termodinámico de sus partículas en un sistema cerrado. Se
entiende por sistema cerrado un recipiente, contenedor o botella que no están expuestos
al aire y a la presión atmosférica. Por lo tanto, todo líquido o sólido en un recipiente ejerce
sobre ellos mismos una presión de vapor característica y propia de su naturaleza química.
Una botella de agua sin abrir se encuentra en equilibrio con el vapor de agua, el cual
«apisona» la superficie del líquido y las paredes internas de la botella.
Su valor es independiente de las cantidades de líquido y vapor presentes mientras existan
ambas. Este fenómeno también lo presentan los sólidos; cuando un sólido pasa al estado
gaseoso sin pasar por el estado líquido también hablamos de presión de vapor. En la
situación de equilibrio, las fases reciben la denominación de líquido y vapor saturados. Esta
propiedad posee una relación directamente proporcional con las fuerzas moleculares,
debido a que cuanto mayor sea el módulo de las mismas, mayor deberá ser la cantidad de
energía entregada para vencerlas y producir el cambio de estado.
Inicialmente solo se produce la evaporación, ya que no hay vapor; sin embargo, a medida
que la cantidad de vapor aumenta, y por tanto la presión en el interior de la ampolla, se va
incrementando también la velocidad de condensación, hasta que transcurrido un cierto
tiempo ambas velocidades se igualan. Llegado este punto se habrá alcanzado la presión
máxima posible en la ampolla : la presión total del volumen de gas es equivalente a la
presión parcial de la fase vapor . Esta presión de saturación solo podrá superarse
aportando más energía a la mezcla, acción que incrementaría la presión de vapor , y a su
vez, la presión total de la mezcla .
El equilibrio dinámico se alcanzará más rápidamente cuanto mayor sea la superficie de
contacto entre el líquido y el vapor, pues así se favorece la evaporación del líquido; del
mismo modo que un charco de agua extenso pero de poca profundidad se seca más
rápido que uno más pequeño pero de mayor profundidad que contenga igual cantidad de
agua. Sin embargo, el equilibrio se alcanza en ambos casos para igual presión.
El factor más importante que determina el valor de la presión de saturación es la propia
naturaleza del líquido, encontrándose que, en general, entre líquidos de naturaleza similar,
la presión de vapor a una temperatura dada es tanto menor cuanto mayor es la masa
molecular del líquido.
- Mediciones y Unidades
La presión de vapor es medida en unidades estándar de presión. El sistema
internacional (SI) reconoce la presión como una unidad derivada de la fuerza ejercida a
través de un área determinada; a esta unidad se le conoce por el nombre de Pascal (Pa).
Un pascal es equivalente a un newton por metro cuadrado (N·m-2 o kg·m-1·s-2).
La medición experimental de la presión de vapor es un procedimiento simple para
presiones similares que estén entre 1 y 200 kPa. Resultados más exactos son obtenidos
cerca del punto de ebullición de cada sustancia en particular y con índice de error más
significativo en mediciones menores a 1 kPa. Con frecuencia, algunos procedimientos
consisten en purificar las sustancias que son analizadas, aislando la sustancia deseada en
un contenedor, evitando cualquier gas indeseado y midiendo la presión de equilibrio de la
fase gaseosa de la sustancia en el sistema cerrado a distintas temperaturas. El uso de
herramientas, como un isoteniscopio, genera una mayor exactitud en el proceso.

- Presión de vapor y punto de ebullición de un liquido


Un líquido está, a cualquier temperatura, en equilibrio con su propio vapor cuando las
moléculas de este están presentes en una cierta concentración. En este caso hablamos
de equilibrio cuando se alcanzan las condiciones de saturación. La presión que
corresponde a esta concentración de moléculas gaseosas se llama presión de vapor
del líquido a la temperatura dada, y es una relación directa entre la presión parcial de la
fase vapor, y la presión total de la fase vapor. Así sabemos que cuando a 20 °C nos
indican que existe una humedad relativa del 100 %, nos están informando que un 2,3 %
del volumen de aire a nuestro alrededor es vapor de agua. La presión de vapor de cada
líquido aumenta con la temperatura. Siguiendo con el ejemplo, en condiciones
tropicales una humedad del 100 % implica una cantidad mucho mayor de agua, hecho
que explica que sea un ambiente tan agobiante.
La temperatura para la cual la presión de vapor de un líquido iguala a la presión externa
se denomina punto de ebullición del líquido, asimilado al cambio de fase. A esta
temperatura aparecen en el líquido burbujas de vapor que escapan de la superficie. Por
ejemplo, en una olla con agua hirviendo se puede observar que las burbujas aparecen
en la parte inferior de la olla, donde se alcanzan más rápidamente los 100 °C.
- Variación de la presión de vapor con la temperatura
Como una tendencia general, la presión de vapor de los líquidos a presión atmosférica
disminuye con el aumento en la temperatura de ebullición. Este fenómeno es ilustrado
en el diagrama adjunto, que muestra, para varios líquidos, el comportamiento de su
presión de vapor versus la temperatura. Por ejemplo, a cualquier temperatura, el
clorometano tiene la más alta presión de vapor de todos los líquidos expuestos en el
gráfico. También se observa la baja temperatura de ebullición del propano, cuya curva
de presión de vapor se interseca con la línea horizontal correspondiente a 1 atmósfera
en -41 °C.
Aunque la relación entre la presión de vapor y la temperatura no es lineal, el gráfico usa
un eje logarítmico vertical para obtener una línea poco curva y así poder representar en
un solo gráfico el comportamiento de varios líquidos.

Influencia de la temperatura sobre la presión


La relación entre la presión y la temperatura es un tema fundamental en la física y la química, y se
entiende como una de las leyes fundamentales de la termodinámica. Esta relación se puede
entender como la influencia que ejerce la presión en la temperatura de un sistema, y viceversa. En
este artículo, se profundizará en la comprensión de esta relación y se explorarán las implicaciones
que tiene en diversos ámbitos, como la climatología, la ingeniería y la química de materiales, entre
otros. Asimismo, se discutirán los mecanismos que explican esta relación y las herramientas que se
utilizan para medir y controlar la presión y la temperatura
¿Cómo se relacionan la temperatura y la presión de vapor?
La relación entre la temperatura y la presión de vapor saturado de una sustancia no es
lineal, lo que significa que no se puede predecir la presión de vapor simplemente
duplicando la temperatura. Sin embargo, para cada temperatura, siempre habrá un valor
fijo de presión de vapor saturado. La comprensión de esta relación es fundamental para
entender los procesos de evaporación y condensación en la química y la física.
La relación entre la temperatura y la presión de vapor saturado de una sustancia no es
proporcional, lo que implica que no se puede predecir la presión de vapor simplemente
aumentando la temperatura. Es esencial comprender esta relación para entender cómo se
dan los procesos de evaporación y condensación en la química y la física. Cada
temperatura presenta un valor fijo de presión de vapor saturado.

¿Cuál es la relación entre la presión, la temperatura y el volumen?


La ley de Boyle establece que la presión de un gas en un recipiente cerrado disminuirá a
medida que el volumen aumente, manteniendo una temperatura constante. Esto significa
que si aumenta la presión en un sistema cerrado, el volumen disminuirá
proporcionalmente. Por otro lado, la relación de la presión, la temperatura y el volumen
también puede verse afectada por otras variables, como la cantidad de gas en el sistema y
su temperatura. Por lo tanto, para entender completamente la relación entre estas
variables, es importante tener en cuenta todos los factores que influyen en ellas.
La ley de Boyle explica cómo la presión y el volumen de un gas están relacionados en un
sistema cerrado a una temperatura constante. A medida que el volumen aumenta, la
presión del gas disminuye proporcionalmente. No obstante, otros factores, como la
cantidad y temperatura del gas, también influyen en esta relación. Entender la dinámica de
estos factores es esencial para comprender completamente la relación entre presión,
volumen y temperatura en los gases.

¿De qué manera la presión se ve afectada por la temperatura?


La relación entre presión y temperatura es directamente proporcional. Cuando la
temperatura aumenta, la presión también lo hace. Esto se debe a que las moléculas del
gas aumentan su velocidad y, por lo tanto, chocan constantemente con las paredes del
recipiente que las contiene, generando un aumento en la fuerza de contacto y por ende,
en la presión. Esta relación es fundamental en diversas aplicaciones como en la
termodinámica y en la ingeniería, donde se busca maximizar la eficiencia de procesos a
través del control de estas variables.
La relación entre la presión y la temperatura es clave en la termodinámica e ingeniería, ya
que afecta la eficiencia de procesos. A medida que la temperatura aumenta, las moléculas
del gas chocan con mayor fuerza contra las paredes del recipiente, aumentando la presión.
Esta relación directamente proporcional es importante para controlar estas variables y
optimizar procesos

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