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Epilepsia

La epilepsia es el trastorno neurológico más frecuente en los niños, con una expresividad clínica variable y
que evoluciona de muy diversas formas y gravedad. Se calcula que el 5% de los niños experimenta una
crisis epiléptica en su vida, y el 3% tiene convulsiones febriles (pequeñas crisis epilépticas provocadas por
la fiebre alta que no son consideradas epilepsia).

Síntomas de la epilepsia en niños


El principal síntoma o manifestación de la epilepsia son las crisis con convulsiones producidas por
descargas eléctricas excesivas de las neuronas del cerebro. Sin embargo, solo se considera epilepsia cuando
ocurren más de una crisis no provocada y recurrente. Solo se confirma un diagnóstico definitivo de
epilepsia en el 1% de los niños.

Es importante destacar que la mayor parte de los casos de epilepsia infantil tienen un buen progreso y
obedecen al tratamiento. La evolución de este trastorno en el niño varía en función de la etiología de la
epilepsia (es decir, las causas), la edad del paciente y el tipo de epilepsia de que se trate. En la mayoría de
los casos, es posible controlar la epilepsia con medicamentos antiepilépticos y unos buenos hábitos
higiénicos. De hecho, se calcula que dos tercios de los niños con epilepsia superan las crisis a medida que
se van haciendo mayores y pueden llegar a controlar la epilepsia sin medicación.

Causas o factores desencadenantes de las crisis epilépticas en los


niños
Existen numerosos factores que pueden provocar las crisis epilépticas en los niños. Sin embargo, la
epilepsia más frecuente es la epilepsia idiopática, que se manifiesta en 7 de cada 10 niños y no se puede
identificar la causa que la genera.

Entre los factores desencadenantes a tener en cuenta, están:


 Daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales
 Malformaciones congénitas o alteraciones genéricas
 Traumatismos craneoencefálicos graves
 Accidentes cerebrovasculares
 Infecciones cerebrales como la encefalitis o meningitis
Algunos niños pequeños, entre 1 y 4 años, padecen convulsiones coincidiendo con fiebre elevada. Estas
convulsiones habitualmente solo requieren el tratamiento de la convulsión aguda, por lo que no es necesario
tratamiento ni estudios posteriores.
Las personas que conviven con pacientes de epilepsia necesitan
conocer qué deben hacer en caso de presenciar una crisis. Se trata de
situaciones de riesgo y conocer las medidas adecuadas de primeros
auxilios puede evitar lesiones y complicaciones peligrosas.
La mayoría de las crisis epilépticas son breves y terminan por sí mismas, no siendo necesario hacer nada
para detenerlas.
Cuando se aplican correctamente las medidas de primeros auxilios durante una crisis se evitan complicaciones que
pueden ser peligrosas. A continuación, se indica la actitud que debe mantenerse durante los tipos de crisis más
habituales.

Actitud ante una crisis generalizada tónico clónica:


1. Ayudar a colocarle en el suelo, evitando que se lastime.

2. Colocar una almohada o manta doblada bajo la cabeza, para que no se golpee contra el suelo.

3. Quitarle las gafas y aflojar el cinturón, la corbata y las prendas de ropa apretadas.

4. Retirar objetos punzantes o cortantes con los que se pueda herir, y fuentes de calor con las que se pueda quemar.

5. No introducir objetos en su boca ni intentar administrar medicamentos orales.

6. No sujetarle con fuerza para evitar sus movimientos.

7. Después de la crisis dejarle descansar tumbado sobre un costado. De esta forma si tiene vómitos, saliva o flemas no
pasarán a sus pulmones.

Actitud ante una crisis parcial compleja:


1. Retirar objetos que puedan ser peligrosos.

2. Si el enfermo camina sin rumbo, dirigirle calmadamente hacia zonas sin peligro.

3. No inmovilizar o detener por la fuerza al enfermo. No enfrentarse si el enfermo parece enfadado o agresivo.

4. Si después de la crisis el paciente se encuentra confuso y desorientado o camina sin rumbo, acompañarle hasta que se
recupere por completo.

5. Una vez recuperado puede permitirse que se vuelva a incorporar a su trabajo o actividad si el paciente lo considera
posible.

 
 
¿Cuándo se debe llamar a una ambulancia o acudir a urgencias?
Generalmente no es necesario llamar a una ambulancia o acudir a urgencias, pero sí debe hacerse en las
siguientes situaciones:
1. Cuando es la primera crisis que tiene esta persona.

2. Cuando es un enfermo con epilepsia conocida, pero nunca ha tenido una crisis de este tipo o que haya durado tanto
tiempo.

3. Cuando es un enfermo con epilepsia que no está tomando su medicación antiepiléptica.

4. Cuando ocurre durante un proceso infeccioso o que se acompaña de fiebre.

5. Cuando después de un minuto del final de la crisis no inicia la respiración. En este caso debe realizarse respiración
asistida además de llamar a una ambulancia.

6. Si el enfermo se ha lesionado durante la crisis.

7. Si tiene una crisis detrás de otra, sin recuperar la conciencia entre ellas.

8. Si el enfermo solicita asistencia médica urgente.

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