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La Tumba de Hipócrates

Manuel Martínez
El principio que decidí escoger es el principio de No Maleficencia o “Primum non nocere”
y lo traje a colación en el ejercicio en clase/foro porque leyendo los artículos propuestos
por la docente, la historia trae consigo la representación de muchos de los problemas, que
se pretende ejemplificar en las malas prácticas en salud, el modelo administrativo y
económico, la ética profesional entre otros que a continuación podrán debatir
Resulta que en el 2017 llegue a la ciudad de Cali, recién egresado de mi carrera en la
ciudad de Neiva, siempre vi la ciudad como la oportunidad de crecer en el campo de
medicina que más me gusta (Ortopedia), así que presenté mi hoja de vida desde finales de
mi rural y logré iniciar mis labores en el servicio de urgencias de una clínica al norte Cali,
como siempre me gustó el paciente en contexto de trauma, al poco tiempo se me permitió
iniciar a labores en salas de cirugía como ayudante quirúrgico del grupo de ortopedia
general de la clínica. Hago un paréntesis para explicar el organigrama de los pacientes de
ortopedia, dentro del esquema institucional, los pacientes de ortopedia se dividían en dos
grupos, los pacientes de ortopedia general (fracturas, heridas productos de accidentes,
patologías ortopédicas y cirugía reconstructiva), estos eran manejados por el grupo al cual
yo pertenecía, yo era el medico ayudante y 5 ortopedistas, mis funciones consistían en
valorar pacientes en urgencias, evolucionar los pacientes hospitalizados y asistir a
intervenciones quirúrgicas; mientras que los pacientes que eran concebidos como heridas
complejas de pie diabético y patologías relacionadas eran manejados por otro grupo,
conformados por un ortopedista y un médico general que hizo un diplomado en heridas.
Al cabo de 5 años de trabajar en la institución, muchas veces pude ver con sorpresa, que el
médico general que pertenecía al grupo de “heridas complejas” sin ser especialista hacia
procedimientos quirúrgicos dentro de salas de cirugía sin ningún inconveniente, incluso su
firma virtual en las historias clínicas tenia el sello de “ortopedia y traumatología” sin serlo
legalmente. Dichas actividades llegaron a dirección médica, sin castigo punible, pero con
un periodo corto en el cual su firma electrónica paso a ser “medicina general” y se evitó
que continuara con las actividades que realizaba dentro del quirófano; dichas medidas
duraron mientras el director médico ocupo el cargo, en el año 2022, dentro de la
restructuración de la institución, entro una directora medica muy cercana al grupo de
“heridas complejas”, la sorpresa fue que al poco tiempo, aquel médico general, volvió a
realizar procedimientos como previamente los hacia y su firma volvió a ser la de un
especialista (nuevamente aclaro, sin serlo), al poco tiempo los malos resultados en la
atención de los pacientes, sumado a varias quejas de pacientes y altercados en la relación
médica, tuvo como consecuencia que varias entidades que tenían convenio con la clínica
decidieran que el grupo de “heridas complejas” no podría continuar manejando pacientes
afiliados a dichas entidades, lo que redujo significativamente el volumen que dicho grupo
venia manejando, como consecuencia estos pacientes pasaron a manos del grupo de
ortopedia al cual yo pertenecía, generando mayor carga laboral dentro de mis funciones.
Muchos de los jefes encargados de los servicios, fueron pasando las interconsultas, para
que yo y los ortopedistas del grupo de “ortopedia general” asumiéramos el manejo de estos
pacientes, ya que al parecer la directriz era que dicho grupo de “heridas complejas” no
podrían seguir valorando pacientes pertenecientes a ciertas entidades. El resultado, llevo a
que, en urgencias, se aumentara el número de interconsultas de pacientes para el grupo de
“ortopedia general” como producto de la nueva directriz, adicional los procedimientos
quirúrgicos y atenciones que cargaba el grupo de “heridas complejas” no eran autorizados y
se solicitaba cambio de especialidad tratante, lo que volvía a recaer en el manejo del grupo
al cual yo pertenecía, toda dicha situación generó malestar en el grupo de “heridas
complejas” ya que consideraban como “robo de pacientes” el hecho que les tuvieran
prohibido ver estos pacientes y que, por ende, fuera el grupo de ortopedia el que estuviera
viendo este grupo de patologías que ellos antes manejaron.
El resultado fue la no renovación de mi contrato por parte de la institución y el despido de
mi cargo, actividad en la cual trabaje por mas de 5 años por parte de la nueva directora
médica, a pesar que nunca me fue explicado el motivo, cercanos a la directora me comentan
la existencia de una carta en la cual el “grupo de heridas compleja” manifestaba mi
constante “robo de pacientes” y la grave situación que ello significaba.
Curiosamente, se realizo una carta firmada por mas de 750 personas de la institución, en la
cual solicitaban esclarecer lo que sucedía con mi situación, la directora medica hizo caso
omiso. Pero aun la conservo, quizá como único trofeo de lo que trate de dejar con mi labor.
Es claro el panorama en el cual se desarrolla este contexto, creo que es justo iniciar con el
mas grave que me parece señalar, es que un médico general en Colombia esta totalmente
impedido para realiza procedimientos quirúrgicos, mas cuando llevan consigo un contexto
de especialidad, con todos los posibles desenlaces médicos y punibles que existen dentro
del acto médico, el riesgo al que se somete un paciente y que fue evidenciado en el
resultado posquirúrgico de los pacientes, aumento de la morbilidad y la mala práctica
médica por parte de un personal de salud, más aun con el beneplácito de la institución y los
directivos implicados; solo por el hecho de existir algún grado de amistad entre
administrativos y personal asistencial. Mala práctica médica, suplantación de firma
electrónica, constatado con la página de Colegio Médico Colombiano; segundo el perder el
norte en el proceso médico, si una entidad recibe constantes quejas de sus pacientes y
desean no seguir manejo con un tratante ya que se percibe un mal manejo y un mal
desenlace, se permite promover malas prácticas en medicina solo por un concepto
comercial, solo por el hecho de un vínculo entre un administrativo y un grupo de personas.
Todo ese concepto ético de labor en salud y médica a través de un Juramento pierde
significado cuando se pone por delante un beneficio personal y/o económico. Creo que
Hipócrates estará en su tumba revolcándose.

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