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GARAVAGLIA, Juan Carlos; MARCHENA, Juan.

América Latina: de los


orígenes a la independencia. Barcelona: Crítica, 2005.

Capítulo 7 – Los castellanos en Mesoamérica (p.141-159)

* p.141: Cortés estableció una alianza con los tlaxcaltecas, enemigos


históricos de los aztecas, y que consolidó su avance rumo a
Tenochtitlán.
* p.142: pero Diego Velázquez, gobernador de Cuba, había enviado a
Pánfilo de Narváez para apresar Cortés. Este, entonces, partió a
Veracruz para derrotarlo, y dejo Pedro de Alvarado en la capital
azteca. Él irrumpió en una fiesta en honor a Huitzilopochtli y arrancó
con violencia las joyas y ricas vestiduras de los jóvenes oficiales. La
violenta reacción mexica no se hizo esperar y Cortés tuvo que volver.
Los castellanos tuvieron que salir de la capital, y muchos de ellos
murieron en el intento de salvar el oro y joyas que cargaban.
Montezuma también murió en esta jornada (La Noche Triste). Cortés
fue a Tlaxcala para intentar rehacerse.
Vino la viruela y el impacto fue brutal en los nativos. No había
desaparecido aún la epidemia y los invasores castellanos ya estaban
en las cercanías de la capital. Cortés comprendió que solo
interrumpiendo el abasto de víveres de la ciudad insular podría
vencerla. Estableció alianzas con varios de los señoríos de la región y
comenzó a hostigar los aztecas. Después de una lucha de casi ocho
meses, la resistencia mexica fue vencida. El 13 de agosto de 1521,
Tenochtitlán fue conquistada.
* p.142-143: “Este período inicial está marcado por tres
características fundamentales: se trata del primer momento grave de
contracción indígena – efecto sobre todo de las primeras epidemias –
y de la consiguiente contracción en la ocupación del territorio como
una de sus primeras consecuencias. Los indígenas no solo comienzan
a perder – en manos de los europeos – una parte de su territorio, sino
que se inicia lentamente el proceso de fractura del ecosistema
prehispánico y de pérdida progresiva del acceso a un complejo
sistema de multiplicidad de recursos”.
* p.144: hay una cadena causal compuesta por los siguientes
elementos: ritmo de trabajo – dieta – epidemia, y todo ello
condicionado por un marco general de situación en el que reinan la
violencia desatada por los invasores y en el cual se halla
omnipresente ese estado anímico tan particular que podemos llamar
“desgano vital”; es decir, ante la exigencia de ritmos de trabajo
agotadores (y en general, ajenos al sistema de valores del universo
cultural indígena) frente a una dieta muchas veces empobrecida, no
solo en cantidad , sino, sobre todo, en calidad y en diversidad (por
efecto de la pérdida progresiva del acceso a determinados recursos y
también con frecuencia a causa del impacto ambiental ocasionado
por la irrupción europea), los ataques de las epidemias resultarán
mucho más mortíferos.
* p.145: el primer sistema de trabajo que los conquistadores
impusieron a los indios fue la esclavitud lisa y llana. De inmediato,
después de protestas eclesiásticas, fue ocultada detrás de la
encomienda. Ésta – de lejanos orígenes medievales – había renacido
en las Antillas. Era el traspaso de renta en trabajo (y, en el caso de
México, también de renta en productos y en metálico) de la sociedad
indígena a la naciente sociedad española de la colonia. “En otras
palabras, lo más preciado que la sociedad indígena podía entregar a
los invasores durante esta primera etapa era su trabajo”.
 En esta etapa turbulenta, las encomiendas cambiaban de mano al
ritmo de los enfrentamientos entre los diversos clanes de
conquistadores y sus huestes. La llegada de la Audiencia, en 1531,
intentó introducir alguna mesura en la ambición de los
encomenderos, pero en el norte, a finales del siglo XVI los indios
capturados eran vendidos como esclavos.
 Después de la llegada de la Audiencia, siguió un período de
“transición”. Un elemento central de esta fase fue la transformación
de la renta de la encomienda, que pasó de ser una renta
mayoritariamente entregada en trabajo a una renta mayoritariamente
entregada en productos, lo que era acorde con la tradición de los
aztecas.
* p.146: así, el excedente agrario, absorbido por el sector dominante
español como renta – se orientó, transformado en mercancía, hacia
los mercados mineros y urbanos. La producción del excedente – que
sigue siendo controlado por la sociedad indígena – aparece todavía
como una prolongación del antiguo sistema de producción. Se
introduce una demarcación y una exigencia precisa en cuanto a la
tasa de la encomienda (los indios deben tributar “lo que buenamente
puedan dar”), lo que genera una amplia gama de productos y
servicios.
Esta etapa termina con la abolición del servicio personal y con la
instauración oficial de los “repartimientos de trabajo” que, si bien no
tienen nada que ver con las encomiendas y el tributo real, es obvio
que estaban estrechamente ligados con la desaparición del servicio
personal de la encomienda.
 Para controlar a los señores americanos más revoltosos, la Corona
dictó una serie de normas jurídicas que limitaban su poderío y ponían
coto a la libre disposición de la fuerza de trabajo indígena, y a la
conversión de la encomienda en un autentico feudo. Paralelo, se
crearon las estructuras político-jurídicas fundamentales del poder
colonial, con la creación de la figura del virrey.
* p.147: las ciudades – construidas con mano de obra indígena, eran
los primeros centros de consumo y atracción económica surgidos en
el espacio colonial. Alrededor surgen los ranchos, las haciendas, las
estancias y los obrajes textiles para alimentar y vestir la población.
* p.148: algunas ciudades son políticas y administrativas; otras son
mercantiles; otras ligadas a un puerto; y otras con las minas, que
serán descubiertas a partir del 1546, convirtiéndose en un centro de
producción artesanal y en un espacio privilegiado para las
transacciones mercantiles y financieras ligadas a la explotación
minera. Los asentamientos mineros en general eran en el norte, lejos
de la capital, lo que constituyó una frontera minero-agraria que se
expandía acorde los nuevos descubrimientos.
* p.148-151: las nuevas formas laborales – necesidad de ordenar el
acceso al trabajo indígena.
* p.148-149: los gañanes – relación productiva semiservil, indios
“asalariados”.
* p.150: el repartimiento – tenía antecedentes prehispánicos, en el
trabajo en bandas pago a un señor. El trabajo colectivo antes de los
españoles tenia un contenido ritual y simbólico, y esto, obviamente,
no existía en el caso de la colonia.
Este sistema consistió en la asignación por turnos de parte del
naciente poder colonial de la fuerza de trabajo de los pueblos indios a
los empresarios hispanos no encomenderos. No era gratuito; se
trataba de una asignación obligatoria de trabajo, pero pagado (a una
tasa muy baja). Trabajaban en la producción de trigo, tareas no
realizadas por los gañones, en las obras hidráulicas y en las minas.
* p.151: el trabajo en las minas – en las minas del norte no se pudo
utilizar el repartimiento, pues no había indios cercanos a quienes
forzar. Entonces, fue necesario acudir a otros mecanismos.
* p.152-155: los cambios en las formas de ocupación del suelo.
* p.152: “Hay aquí varios aspectos que debemos analizar. En primer
lugar, la diversa política de la Corona con respecto al papel que
debían jugar los lideres étnicos en cuanto al control de la sociedad
indígena como sociedad subordinada; en segundo lugar, la relación
entre ese papel y los cambios en la forma y composición del tributo.
Esta etapa se caracteriza por la progresiva implantación de un tributo
con un criterio rígido (cuota fija) y que posee una determinación muy
precisa: un peso más una fanega y media de maíz por tributario por
año (1562). En algunos casos, cuando por razones locales no era
posible, se hacia un equivalente en mantas, cacao u otros productos”.
 Hay un crecimiento de la carga tributaria, sumado a una
acentuación indudable de la monetización de la renta, lo que obligaba
a los indígenas a acceder al mercado para vender sus productos o
fuerza de trabajo.
 Tercer lugar: relación entre los dos aspectos anteriores y los
problemas demográficos indígenas, frente a la necesidad de medios
de consumo y de producción de la naciente sociedad colonial.
* p.152-153: durante la primera mitad del siglo XVI, la Corona procuró
aliarse con la nobleza india, hecho que le permitió combatir el
proyecto señorial de los encomenderos. En la segunda mitad,
combatidos los pretensos “señores feudales”, la Corona abandona la
alianza y busca la constitución de Cabildos indígenas, en función del
proyecto de establecer las “republicas de indios”, contribuyendo a
debilitar el poderío de los linajes dominantes autóctonos.
Esta concepción de “republica de indios” se relaciona además con la
política de las “congregaciones” del período 1550-1564. A través de
ellos se buscan tres objetivos fundamentales:
a) Reordenar el uso de la tierra – liberar tierras para las empresas
productivas de los españoles, en un momento en lo cual se
disminuya la población indígena y había necesidad de alimentos
en las ciudades y minas. También de dotar a las futuras
“republicas de indios” de sus fundos legales adaptados a las
exigencias jurídicas del derecho castellano y destinados a la
producción del tributo y al sostenimiento de los gastos de la
comunidad.
b) Dar un fuerte impulso al proceso de aculturación
(occidentalización) indígena.
c) Hacer accesible la mano de obra indígena – el repartimiento
solo podría funcionar si la fuerza de trabajo era accesible y no
estaba dispersa.
A pesar de que la Corona intentó preservar el poder y el prestigio de
los señores naturales, el proceso temprano de las encomiendas
afectó fuertemente a esa institución, dado que, muchas veces, el
reparto de los indios no se efectuó respetando la extensión territorial
y jurisdiccional de los señores.
* p.153-154: ante el impuesto de un peso y una fanega y media de
maíz, los macehuales insistían en dos puntos: 1) para cumplir la
nueva tasa era menester restringir los servicios que los macehuales
debían a sus “señores naturales”; y 2) era indispensable que se
repartieran las tierras excedentes de los señoríos a los campesinos
dependientes de los nobles y a todos los que no tuvieron tierras.
De este modo estaban dadas las condiciones para que el poder sobre
los pueblos pasara de los señores al cabildo indígena: por una parte,
la perdida que sufrieron los señores de sus dependientes y, por otra,
la política de congregaciones que implicó una redistribución de tierra
indígena fueron los principales factores que incidieron en la
desarticulación del poder económico y social de los lideres étnicos. De
esa forma se explica la importancia del movimiento de traspaso de
tierras señoriales indígenas a manos españolas a finales del siglo XVI:
se trataba de tierras patrimoniales que los señores ya no podrían
cultivar al haberse quedado casi sin dependientes. Este proceso
también apunta a la lenta formación de un peculiar mercado de
fuerza de trabajo “libre” y afirma el proceso de consolidación de la
gañanía.
* p.155: las parcelas que los españoles estaban ocupando y
laborando eran, por ahora, parcelas medianas y pequeñas, muy lejos
de las haciendas del siglo XVII.
* p.155-157: las estructuras del poder en el período inicial.
* p.155: primeras instituciones – gobernador, audiencia y después el
virrey. Experiencia previa en Aragón, Nápoles, Valencia y Cataluña.
* p.156: creación del Consejo de Indias en 1524. Primer virrey,
Antonio de Mendoza, llega en 1535 y su mandato va hasta 1550. Las
Leyes Nuevas, de 1542, al anular los pilares de la dominación de los
encomenderos, evita una guerra civil, como hubo en Perú
contemporáneamente. Seguro que los encomenderos tuvieron un
gran peso sobre la sociedad, pero no podrían reconstruir una
sociedad feudal en tierras americanas.
* p.157: una clara minoría de los encomenderos gozaban ya de la
condición de hidalgos en el momento de su llegada al México. Por eso
las Leyes Nuevas fueron vistas como una amenaza que les afectaba
en el pleno goce de sus derechos inherentes a la conquista.

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